Este es un caso extraordinario.

Una niña fue entrando al cielo de a poco, plácidamente y ve a Jesús antes de morir.

Y se lo va contando a su madre.

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La mayoría de las muertes son tranquilas y generan una sensación de paz en los que está al lado.
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Y en muchas se han visto y sentido cosas extraordinarias, como en este caso.

Hay cuentos de luces actuando en la habitación e indicios de una revisión de la vida.

Hasta incluso se han dado casos de personas que han presenciado esta revisión externamente.

Hay muchos signos que muestran que la distancia entre este mundo y el Cielo prácticamente no existe.

Como si coexistieran en el mismo lugar físico pero en otra dimensión.

Así puede interpretarse incluso lo que dijo Jesús que el Reino de los Cielos ya está aquí.

Cuando la muerte, el velo que separa ambos mundos se hace más delgado y traslúcido.
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Y quienes van a pasar al otro mundo pueden ver una parte de él e incluso a quienes lo vienen a buscar para guiarlo a su nueva morada.

Estamos acostumbrados a pensar que estaremos solos cuando crucemos el velo al otro lado.

Sin embargo pareciera que no es así.

Hay evidencia que muestra que los moribundos son preparados semanas antes de morir para hacer el pasaje.

Pareciera que el velo entre los mundos se adelgaza y los vienen a visitar ángeles y familiares muertos para que hagan el pasaje en paz.

Les muestran lo que verán y con quienes se encontrarán.

  

¿LOS MORIBUNDOS VEN EL OTRO LADO?

Llega un momento en que el corazón se desacelera, la respiración se hace discontinua y es cuando la muerte se acerca.

En algunos casos viene el miedo, el dolor, la incertidumbre de lo que va a pasarles a ellos y lo que va a pasar a la familia que queda.

Quienes han trabajado con moribundos y presencian sus momentos finales – como el caso de las enfermeras -, hablan muy a menudo de lo que ven y oyen los moribundos en la puerta de la muerte.

Y se han hecho varios estudios a trabajadores de hospitales que han dado sorprendentes hallazgos sobre en las últimas horas de los moribundos

Una enfermera llamada Mary Buckley dice que los moribundos muchas veces escuchan voces y coros cantando.

Otra enfermera llamada María Guerrero informa que algunos moribundos ven lugares donde estuvieron antes y eran sus favoritos.

Y lo que es más común es que vean personas y un mundo que nosotros no podemos ver.

Pueden ver a través de lo que identificamos como el velo entre los dos mundos.

La cortina que separa el mundo de la tierra y el mundo del más allá se hace más traslúcida.

Lo que permite que los moribundos vean cosas de la vida futura y a su vez permite que personas de la vida futura vengan a asistirlos para llevarlos a allí.

En la ciencia institucional médica predomina el criterio de que este tipo de visiones son alucinaciones producidas por un cerebro moribundo.

Sin embargo enfermeras de larga trayectoria, que han visto miles de casos, sienten que los moribundos tienen una conexión con el próximo mundo.

El final de la vida parecería similar a caminar hasta una orilla donde hay un bote esperándote.

Tienes que dejar a la gente con la que estás conviviendo en esta orilla y encontrar a otra gente en la otra orilla, que ya se han ido antes y que tú conoces.

Mientras vas en el bote de una orilla a otra hay gente que te está diciendo adiós desde una orilla y otra que te está saludando mientras llegas.

No es una situación fácil para algunos, porque implica perdidas y aceptar la nueva normalidad.

Por eso pareciera que es importante la asistencia de familiares que ya han partido, ayudando a los moribundos a hacer el pasaje.

  

LAS VISIONES QUE EXPERIMENTAN LOS MORIBUNDOS

No todos los moribundos son comunicativos antes de morir.

Y además muchos de ellos están enfermos o inconscientes y no pueden hablar

Según estudios recientes alrededor del 10% de las personas están conscientes poco antes de su muerte. Y dos tercios de ellas han tenido visiones en el lecho de muerte.

Sin embargo el número de personas que experimentan estas visiones es mucho más grande, si tomamos en cuenta los días y semanas previos a su muerte.

Porque el final de la vida es paulatino en la mayoría de los casos y hay como una preparación.

Las visiones que experimentan los moribundos al final de la vida son similares.

Los moribundos son visitados por sus familiares cercanos que ya han muerto y les dicen que los están esperando.

Les comentan su alegría de que van a estar junto a ellos.

Y les trasmiten que no están solos, que no tengan miedo.

De modo que estas visitas transmiten consuelo y paz a los moribundos, en un momento difícil de la transición.

Esto se evidencia en que algunos de los moribundos se preparan para hacer un viaje, hablan de que tienen que ir a un lugar importante, y qué tiene que preparar el equipaje.

En muchos encuentros en el lecho de muerte hay como una fuerza invisible que tira para arriba a los moribundos.

Las visiones ocurren especialmente en una esquina de la habitación, en el techo.

Los moribundos suelen apuntar al techo y hablan con alguien o algo invisible, que para ellos es real.

Sus familiares o cuidadores no pueden ver la visión o participar en la conversación, pero comprenden que hay algo allí.

Estas visiones en el lecho de muerte suceden horas o semanas antes de la muerte.

Por ejemplo, el caso de una hija cuenta

“Una mañana en la habitación del hospital hacia las 2 de la madrugada cuando todo estaba tranquilo, mi madre miro por la puerta de su habitación al pasillo que conducía a la estación de las enfermeras

Yo le pregunté ‘Mamá que estás viendo’.

Y me respondió ‘no lo ves los que caminan por el pasillo día y noche; están muertos’.

Y esto lo dijo con mucha calma y tranquilidad”.

Otra cosa que sucede con los moribundos es que quieren dejar sus cosas en orden.

Quieren hacer recomendaciones respecto a los jóvenes y los niños que quedan.

Piden perdón o disculpas.

Expresan gratitud.

También se ocupan de poner en orden asuntos prácticos, por ejemplo donde tienen guardado un dinero.

Y en ocasiones también dan recomendaciones con palabras sabias.

Parecen estar en el umbral un mundo maravilloso.

Las últimas palabras que dijo Steve Jobs, el fundador de Apple, fueron “¡Oh wow! ¡Oh wow! ¡Oh guau!”.

Y Tomás Edison dijo “es muy hermoso allí”.

Este tipo de visiones no aparecen en otras situaciones atemorizantes, por ejemplo como cuando una persona queda atrapada en un ascensor o se pierde en una ciudad extranjera.

Sino que ocurren cuando alguien está cerca de la muerte y experimenta un estado de conciencia expandido, en el que parecen coexistir dos realidades.

Una realidad, de los familiares y asistentes que lo están cuidando y otra realidad, la del lugar diferente que es su destino.

Entremedio está la preparación para la muerte y el viaje.

Y parecería que en los casos estudiados las personas llegan a ver ese lugar diferente y hacer planes con respecto a él.

Por ejemplo un testigo habla de que un hombre jugador de golf, que antes de morir dijo que había recibido una invitación para jugar un torneo de golf junto con su padre y sus dos hermanos, que habían muerto unos años antes.

También las enfermeras dicen que ellas mismas a veces sienten cosas, como por ejemplo sonido que no pueden explicar

O una brisa fresca que pasa a su lado. O visiones de tipo fantasmal caminando por un corredor.

Esto no parece palabrería ni una ilusión para las personas que están muriendo ni para quienes están al lado de ellas.

Familiares cercanos de los moribundos tienen la sensación de qué todo es un engaño elaborado. Pero que el engaño no es la visión del futuro, sino el mundo en el que estamos inmersos en la tierra.

Esto cierra con lo que ha transmitido Dios a través de profetas y videntes, que la verdadera vida es la eterna y que la vida en la tierra es como un sueño.

En la nueva vida pasado, presente y futuro ocurrirán todos a la misma vez.

Sin embargo cuando los moribundos y los cuidadores hacen este tipo de comentarios, buena parte de los médicos atribuyen estás visiones y sensaciones cambios en la química cerebral que se produce cuando la muerte.

Pero familiares de moribundos y personas que han estado rutinariamente al lado de moribundos piensan que francamente la confusión viene de parte de los que niegan lo que el paciente sabe y está viendo.

  

CASOS CONTADOS POR ENFERMERAS Y FAMILIARES

La enfermera Susan Tellier dice “teníamos una mujer joven con nosotros y su compañera de cuarto había fallecido; más tarde ella dijo ‘viste a todos los Ángeles en la habitación’”.

Otra enfermera llamada Buckey dice “hay momentos en que estado allí y dicen siento los brazos de Dios envolviéndome, siento esa presencia”.

Un enfermero de hospicio llamado Steven Sams ha dicho “están viendo una presencia física, están viendo a esa persona con la que están hablando”.

Una enfermera llamada Nancy Hines recuerda las palabras de una madre moribunda diciéndole a su hija “cuida a los niños y luego le dijo, oyes la música, la oyes, es muy bonita”.

La hija de un moribundo cuenta sobre la muerte de su padre, quién en un momento sonrío y dijo “miren hacia allá, miren todas las hermosas luces de todos colores”.

Otro familiar cuenta que su madre preguntó “quién es esa niña pequeña allá arriba en la esquina del techo”.

Ella había perdido 3 bebés. Al día siguiente entró en coma y murió.

Un sacerdote recuerda los últimos días de un anciano recluso en Texas, que había tenido una conversión en el lecho de muerte.

Y comenta “estaba sentado en una esquina de su celda, podía verlo mirando hacia la esquina del techo.

Era como si los cielos se hubieran abierto y pudiera ver algo amplio y vasto.

Sus ojos se agrandaron y su viejo semblante cambió.

Miró hacia el techo de su celda y tartamudeo ‘Dios es más grande… más grande que cualquier cosa que pueda esperar o imaginar’”.

Y grandes lágrimas surcaron su rostro.

En otro caso una mujer la noche de su muerte estaba inquieta y ansiosa y le dijo a su hija “tengo que irme, están aquí me están esperando”.

Su rostro resplandecía y trató de ponerse en pie mientras decía “es hermoso”.

Pocos minutos después murió.

Otra hija cuenta el último día de su vida de su madre.

“Miró alrededor y preguntó ‘quién es esa gente que me mira’ y sólo mi papá y yo estábamos en la habitación”.

Otra mujer cuenta que uno de sus amigos que murió veía ángeles que se estaban acercando a él y dijo que era muy hermoso.

Otra hija cuenta que su padre tuvo un sueño pocos días antes de su muerte en que vio parientes fallecidos que intentaban agarrarlo del brazo, lo que le obligó a despertarse para poder escapar de ellos.

También está el caso de un moribundo que expresó antes de morir “’tío Charly estás aquí’ y comenzó a hablar con el tío Charly hasta el final y dijo a las personas que estaban ahí que había venido a ayudarlo para ir al otro lado”.

Otro familiar cuenta que su padre “miro al techo y dijo ‘oh mira esas hermosas flores’, y en el techo había solamente una bombilla de luz; luego tuvo un ataque al corazón y murió”.

También éste el caso de un hijo que cuenta sobre la enfermedad terminal de su madre.

En la última semana ella repetía regresaré a casa ‘volveré a casa’. Y mirando al techo hacia el lado derecho comenzó a hablar con su hermana que había pasado el año anterior, en una conversación como si la persona estuviera presente.

Está el caso de una hija que se mudó con su padre moribundo. “Una mañana mientras le preparaba el desayuno me parecía muy molesto y le pregunté que estaba mal.

Y él contestó ‘vinieron a buscarme anoche’ señalando hacia el techo.

Inconscientemente le pregunté ‘¿quién?’

Se molestó y señalando hacia el techo dijo ‘ellos vinieron a buscarme’.

Y minutos después mirando hacia arriba y agitando la mano decía ‘vete todavía no. No estoy listo.’”

Otra hija cuenta de su madre ciega que estaba agonizando, “de repente miro hacia el techo detenidamente, se sorprendió y sus expresiones faciales doloridas desaparecieron”.

La hija no quiso preguntarle. Y al poco tiempo cerró los ojos y murió.

Un padre moribundo le cuenta a su hijo que “su esposa había venido a verlo la noche anterior, ‘David ella estuvo aquí por mí. Estuve viendo todo lo que estaba perdiendo y había olvidado que iba estar con ella otra vez’

Durante los siguientes días su comportamiento cambió drásticamente; de ser un hombre desesperado pasó a ser un hombre esperanzado, que iba a reunirse con el amor de su vida”.

camino al cielo

  

SERENIDAD EN EL MOMENTO DEL PASO

Recientemente, una asistente de atención domiciliaria, Mary Ann Buchan, del oeste de Nueva York, dijo que es muy común para la gente esperar un cierto sentido de conclusión antes de apagarse serenamente y hacer el paso.

La mayoría de las muertes son de esa manera: apacibles.

«A veces, puedo sentir el paso del alma a través de mí, en el camino a la eternidad», ella cree.
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«En realidad, usted puede sentir una vacante, después que una persona se va.»

Hay algunos que tienen miedo, por supuesto; pero esto generalmente se disipa.

Otros pueden estar esperando a un ser querido regresar de un viaje y que esté al lado de la cama antes de dar paso a la eternidad.

Las muertes «pánico» ocurren entre los que «no han sido correctos, no están en paz con ellos mismos», dijo otra católica, Grace Bubulka, una administradora de enfermería en California.

Añadiendo sin embargo que,

«A menudo se ven pacíficos o aliviados o están experimentando algo maravilloso justo antes de estar clínicamente muertos».

Tal es la misericordia de Dios.

cielo y testimonios

  

LOS QUE ESTÁN AL LADO VEN PRODIGIOS Y LUCES

«Soy una enfermera del turno de la noche y he estado durante treinta años, trabajando muchos de esos años en cuidados intensivos», escriben otra experiencia desde Maryland.

«Muchos de mis pacientes han muerto y vuelto, han visitado el cielo, el infierno.

Algunos ven las cosas más increíbles cuando el velo se adelgaza entre este mundo y el otro en sus viajes hacia el Cielo

Hay casos, afirma un investigador clave en el campo, en el que los que están en la cabecera comparten la experiencia de la muerte, la transición con el moribundo.

«El día que murió mi madre, mis dos hermanos, mi hermana, mi cuñada, y yo estabamos todos en la sala», dijo una mujer de Atlanta al investigador.

«Mi madre no había dicho una palabra en varias horas, y estaba respirando con un patrón irregular.

Nosotros estábamos muy molestos porque mi madre había estado en un curso de descenso y sabíamos que era el final.

De repente, una luz brillante apareció en la habitación.

Mi primer pensamiento fue que un reflejo brillaba a través de la ventana de un vehículo que pasaba por el exterior.

Incluso mientras lo pensaba, sin embargo sabía que no era cierto, porque no era cualquier tipo de luz de esta tierra.

Le di un codazo a mi hermana para ver si ella también la veía, y cuando miré, sus ojos eran tan grandes como platos.

A la vez que vi a mi hermano literalmente jadear. Todos lo vieron juntos.

Entonces mi madre acababa de expirar e hicimos todo tipo de suspiro de alivio.
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En ese momento, vimos vívidas luces brillantes que parecían reunirse alrededor y trabajando, no sé cómo llamarlo, en una puerta de entrada.
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Estar al lado de esto fue una sensación de alegría completa».

¿Podría haber sido un rayo de luz como este (pero más potente) el que creó la imagen de la Sábana Santa?

manos en el cielo dios y hombre fondo

  

TAMBIÉN LA REVISIÓN DE LA VIDA

Otros han experimentado la «revisión de vida» de la persona al partir.

Llamo a estas experiencias «empáticas» de muerte, dice este autor (un médico, en Glimpses of Eternity).

Otro pariente vio en la habitación comenzar una luz de forma diferente que parecía cambiar de forma cuando murió su madre, viendo como una película levantándose desde ella.

Un médico canadiense llegó a ver un paciente que parecía extrañamente iluminado de pie al final de un pasillo del hospital mirando algo.

Cuando el médico se acercó, se dio cuenta de que esta persona, que tenía una enfermedad pulmonar obstructiva crónica grave, estaba mirando un cadáver en una camilla – el suyo.

«Había un tipo de luz que emanaba de él – una luz clara – y sentí como si estuviera viendo a su alma», dijo este hombre de la medicina.
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En un «destello», el paciente desapareció en un campo de «luz dorada brillante.»
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Había una sensación de alegre energía rodando hacia atrás y adelante, como si presencias invisibles hubieran estado allí para ayudar.

Aún otro vio dos pilares de la luz cuando un familiar expiró.

Dijo una mujer llamada Gail (quien fue testigo de la muerte de su hermana),

«de hecho, sentí que dejaba su cuerpo.

Me incliné para darle un abrazo y sentí su pase a través de mí como un impulso de energía.

Era realmente una explosión de felicidad y liberación«.

Y un testigo más, de repente se encontró reviviendo una escena de la vida de su abuelo moribundo justo antes de partir y en el momento de la muerte, según él, para ver un «balón de oro» crecer en el pecho de su abuelo.

Hay historias increíbles – tal vez demasiadas para los cínicos que descreen de ellas.

Una de ellas es la te vamos a contar aquí y es extraordinaria. 

giselle que fue al cielo

  

LA ENFERMEDAD DE GISELLE

A los siete meses, los médicos descubrieron un defecto congénito del corazón de Giselle conocido como tetralogía de Fallot, la causa más común del síndrome del bebé azul. 

Tamrah y su esposo Joe estaban completamente sorprendidos cuando los médicos les informaron que a su hija le faltaba una válvula pulmonar y arterias.

Tamrah recuerda,

«Yo no estaba preparada. Yo estaba en el hospital y mi mundo se detuvo completamente. Yo estaba en shock, sin palabras».

Algunos expertos médicos dijeron que Giselle – la más joven de cuatro hijos – podría vivir hasta los 30, otros dijeron que no debería estar viva.

Dos meses más tarde, los médicos realizaron una cirugía de corazón.
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Y descubrieron que las conexiones entre el corazón y los pulmones de Giselle parecían «un plato de espaguetis» o «nido de pájaro», con pequeñas venas filiformes que habían surgido, en un intento de compensar las arterias que faltaban.

Después de esta cirugía, los expertos recomiendan una variedad de opciones quirúrgicas adicionales, y algunos procedimientos raros considerados de riesgo.

Tamrah y Joe decidieron en contra de otras cirugías, pero siguieron prescripciones de los médicos con una larga lista de medicamentos.

«Le di medicamentos cada dos horas e inyecciones dos veces al día«, dice Tamrah.

«La llevé a todas partes y nunca la dejé fuera de mi vista.»

Una niña brillante, Giselle aprendió el alfabeto a los 10 meses de edad.

«Nada detuvo a Giselle«, dice Tamrah. «Le encantaba ir al zoológico. Ella montaba a caballo conmigo. Ella hizo todo».

«Somos una familia muy musical y Giselle siempre estaba cantando«, añade.

En la medida que pasaban los meses, las manos de Giselle, pies y labios comenzaron a mostrar un ligero tono azulado.
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Muestras indicadoras que su corazón no estaba funcionando correctamente.

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APARECE JESÚS

Después de su segundo cumpleaños, ella tuvo su primera visión de Jesús.
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Sucedió en la habitación de la familia, sólo unas pocas semanas antes de su fallecimiento.

«Jesús Hey. Hola. Hola Jesús», dijo, para sorpresa de su madre.

«¿Qué ves, cariño?, preguntó Tamrah.

«Hola Jesús. Hola», Giselle continuó, con sus ojos llenos de alegría.

«¿Dónde está?»

«Justo ahí», señaló.

Giselle recien muerta abrazada por su hermana

Giselle tuvo al menos dos visiones de Jesús en las semanas antes de su pasaje.
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Una ocurrió en el automóvil y otra en una tienda.

Un día en el coche, Giselle comenzó a cantar espontáneamente:

«¡Regocijaos! ¡Regocijaos!  (E)mmanuel…»

Ella no había aprendido a pronunciar la ‘E’ por lo que le salió como ‘Manuel’.

«¿Cómo sabe Giselle esa canción de Navidad?»

Según Tamrah, Giselle nunca había escuchado el himno antes.

Además, en las semanas previas a su muerte, ella de repente empezó a cantar «Aleluya», mientras caminaba alrededor de la casa.

Cindy Peterson, la abuela de Giselle, cree que el velo entre el cielo y la tierra se apartó ligeramente, en preparación para su ascensión al cielo.
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«Ella tenía un pie en la tierra y un pie en el cielo» cree Cindy.
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«Ella se unió a la adoración en el cielo.»

Una semana antes de su muerte, Giselle estaba acostada en la cama, no se sentía bien. 

Mientras Tamrah estudiaba el rostro de su hija, Giselle apuntando hacia arriba en una esquina del techo dijo

«Hey caballito. Hola».

«¿Dónde está el caballito?», preguntó la mamá.

«Ahí…» señaló.

Ella también dijo que veía una «gatita», pero Tamrah está convencida que vio a un león, una visión de la colección de animales maravillosos que habitan en el cielo.

Unos días más tarde, Tamrah y esposo Joe todavía no sabían que su muerte era inminente.

Sin embargo, cuatro días antes de ese tiempo, la condición de Giselle se deterioró.

«Se estaba poniendo cada vez más débil«, dice Tamrah.

«Sus manos y pies empezaron con hormigueo y el tejido empezó a morir.

 Sus pies, manos y labios estaban cada vez más azules».

La pequeña Giselle dejó este mundo el 24 de marzo, en brazos de su madre, en casa.

Joe estaba abrazando a la madre y la hija en su cama king-size.

En los minutos previos a su hogar permanente, Giselle dejó escapar un gemido suave.

Joe pensó que estaba llorando porque iba a perder a su familia.

«Mi milagro es que ella vivió tan feliz como ella lo pudo», dice Tamrah.

«Todos los días con ella era como un milagro para mí.

Me da la esperanza de que ella vio al Señor y está en el cielo con él. 

Yo sé que ella está ahí arriba y ella me está esperando».

  

RECOMENDACIONES SOBRE CÓMO ACTUAR EN ESTOS CASOS

La primera regla es no digas “esto no sucede o no están aquí”

Pregunta ¿Qué está pasando? ¿Que ves? ¿Dónde están? ¿Quiénes son?

Tus preguntas pueden ser realmente de ayuda y quizás sea una de las últimas conversaciones que tengas con el moribundo.

Realmente no tiene sentido decir al moribundo que crees que está alucinando y que las cosas que él está viendo no están allí.

Por el contrario deberías alentarlo a que te cuente más sobre su visión.

Porque tienes que considerar que tal vez se le están apareciendo familiares que le están ayudando a hacer el pasaje.

Y en ese caso, deberías decirle que es genial, que su familiar esté aquí para ayudarlo, y que tú estás contento de que esté sucediendo eso.

Negar esta realidad que vive el moribundo lo único que hará es separarte de él.

Por el contrario es el momento de unirte más profundamente con su vida.

Nos han creado para pensar como dice el refrán “venimos a este mundo solos y nos vamos solos”.

Por lo que solemos pensar que la muerte es un evento solitario.

Sin embargo estos testimonios nos informan que probablemente no sea verdad que estamos solos en el momento de cruzar el velo.

Probablemente haya compañeros invisibles para ti, pero visibles para el moribundo, que lo auxilian en ese dramático momento.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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