Los “curas villeros” argentinos están en contra de la despenalización.
El sacerdote Juan Carlos Molina, que había asumido el cargo político de la secretaría para la lucha contra la droga (Sedonar) con el apoyo del papa Francisco, ahora salió a hacer campaña a favor del proyecto del gobierno de despenalizar la droga, a lo cual los “curas villeros” salieron a cuestionar.

 

padre pepe y bergoglio

 

Esto demuestra que los cargos políticos tienen incompatibilidades con la acción pastoral; siguiendo el viejo refrán, “no se puede repicar las campanas y estar en la procesión”.

Sobre diciembre del año pasado  la presidenta Kirchner nombró a un sacerdote políticamente cercano a ella para dirigir la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), quien dijo tener el apoyo del papa Francisco.

Según el sacerdote Juan Carlos Molina, el papa Francisco le habría dicho personalmente:

‘metele para adelante, no importa que te critiquen’  

Mientras tanto, la Iglesia separó las aguas, diciendo que el cura Molina no asume el cargo como representante eclesiástico, lo cual es absolutamente normal.

Sin embargo la política y la religión no se ‘casan’ bien, y ahora el padre «Pepe», un emblema de los “curas villeros” salió al cruce a los intentos del gobierno de aprobar una ley para la “no criminalización” de los consumidores de drogas, sobre el cual el sacerdote Molina hace campaña.

El sacerdote Juan carlos Molina, titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) ha dicho,

“No lo llamamos despenalización, porque no es ese el proyecto, sino que hay que hablar de la no criminalización. Es reformular la ley que hoy existe, estamos buscando en la legalidad algo que ya es legal. Hoy el que consume no va preso, supuestamente por un fallo de la Corte Suprema”.

 Y afirmó – refiriéndose a los drogadictos apresados – que con las leyes como están,

“no estamos agarrando a los grandes narcotraficantes, sino a los perejiles”.

“Yo habilitaría el consumo de todo y abriría centros, pero estamos hablando de la no criminalización”.

Sus dichos desataron una verdadera tormenta, que involucró de lleno a la Iglesia. Entre ellos se destacó el padre “Pepe” que dijo,

“No estoy de acuerdo con la despenalización (de la droga) y el Papa tampoco”.

Así José María “Pepe” Di Paola salió así al cruce del otro sacerdote, Juan Carlos Molina, que ocupa un puesto en el gobierno argentino y anticipó el proyecto de ley para despenalizar la tenencia y el consumo personal de estupefacientes.

“El tema acá no es si la despenalización está bien o está mal. En este momento, plantearlo está mal. No somos un país pequeño. No somos Holanda, no somos Uruguay. Somos un país que tiene grandes sectores excluidos, entonces hablar en este caso de despenalización es inadecuado”, dijo el cura Pepe.

Y refiriéndose a Molina y sostuvo:

“Si vos me decís que se han hecho cuatro años de política de inclusión, desde Sedronar o desde otros lugares, y que eso ha tenido un efecto, ahí podemos charlar de otra manera. Pero me parece que (él) saca los temas en forma inadecuada. ¿Por qué no se trabaja primero seriamente en incluir a los chicos? Después hablamos de despenalizar.”

Otro cura villero, Carlos “Charly” Olivero, aseguró que, a raíz de la elección de Jorge Mario Bergoglio como Papa, él y sus compañeros quedaron más expuestos a nivel mediático y normalmente tratan de evitar manifestarse públicamente sobre debates políticos, pero aclaró que “cuando surge un tema complicado” toman una postura como equipo y suele ser “Pepe” quien la transmite,

“Nosotros tratamos de no quedar vinculados con una expresión partidaria, porque lo nuestro es otra cosa. Sin embargo parte del trabajo es ayudar a que los distintos estamentos del Estado sean más accesibles a nuestra gente”, aclaró.

Esta polémica entre sacerdotes, uno con responsabilidades políticas y otros con responsabilidades sólo pastorales, muestra la sabia precisión de la Iglesia cuando asumió Molina en el Sedronar; las autoridades eclesiásticas anunciaron que Molina, políticamente cercano al gobierno, llevaría a cabo la tarea en forma personal, no “en nombre de la Iglesia”, y como es habitual en estos casos, sería suspendido temporalmente del ejercicio del ministerio sacerdotal.

Ahora, se procesa un enfrentamiento entre sacerdotes por una decisión política que defiende Molina actuando desde un cargo de responsabilidad política.

Fuentes: Valores Religiosos, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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