Oración para el día de hoy – semana 23 a 29 de noviembre 2014

COMPARTIENDO VIDA… DÉJATE LLEVAR

Déjate llevar por la grandeza de la vida,
Agradece las oportunidades que cada día tienes a tu alcance para ser feliz.

Fotografías de las más hermosas olas 08

COMPARTIENDO VIDA… DÉJATE LLEVAR

Déjate llevar por la grandeza de la vida,
Agradece las oportunidades que cada día tienes a tu alcance para ser feliz.
Enfrenta los riesgos, puedes sacar de ellos grandes lecciones.
Ten elegancia para sobrellevar los inconvenientes y rechazos que te surjan, es seguro que aceptándolos te sentirás mucho mejor.
Valora lo que tienes delante, lo que ven tus ojos y lo que no ven, en cada una de las cosas que vives Dios está dando una pincelada de amor a la belleza de su obra.
Ponte de pie sobre las olas, aunque estas te zarandeen de vez en cuando, si danzas sobre ellas serás más tú mismo que si te hundes en el fondo del mar.
Da gracias por las personas con las que vives y trabajas, en cada una de ellas Dios te ofrece lecciones que te harán crecer.

Encar_AM

Jesucristo

SOY VIGILANTE, SEÑOR

Si miro al cielo y no sólo a la tierra
Si procuro ser mejor cristiano
Si pido perdón al ofender

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Si no pierdo la esperanza
Si no pierdo la ilusión de verte
Si no pierdo la alegría de la fe

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Si te amo y te rezo
Si te conozco y leo tu Palabra
Si te acojo en mi corazón

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Si no me despisto y creo en Ti
Si no me despisto y espero en TI
Si no me alejo y me agarro a Ti

SOY VIGILANTE, SEÑOR
Gracias, Jesús,
no tardes en llegar.
¡TE ESPERAMOS

descendimiento de la cruz

ME LO DIJERON, SEÑOR

Que en el bienestar y en el tener,
encontraría el futuro y mi seguridad.
Pero, cada día que pasa,
veo que soy menos que ayer
y que, en muchos momentos,
siento que no soy ni dueño de mí mismo.
Que los acontecimientos caminan muy deprisa
Que la apariencia y la superficialidad es pan que sacia
pero un algo que siempre me falta

SI; ME LO DIJERON, SEÑOR

Que el horizonte era marcado exclusivamente
por la brújula del ingenio humano,
y que, en ese paisaje, poco o nada
Tú, Señor, tenías que ver.
Pero, cada día que pasa,
compruebo que el hombre es un barco a la deriva
y que, empeñado en ser “súper-dios”
corre el riesgo de dejar de ser lo que es: hombre

ME LO DIJERON, SEÑOR

Que no hay fuerza que venga de lo alto
que todo lo que somos y tenemos
es fruto del azar o de la pura casualidad.
Pero, cada día que pasa,
siento que algo va a ocurrir;
que Alguien tiene que echar una mano
que Alguien tiene que intervenir
para que, la tierra, no sea un brasero de cenizas.

ME LO DIJERON, SEÑOR

Por ello mismo, porque espero en Ti, Señor
¡Ven! ¡Ven y sálvanos!
Y, a este mundo –roto, gélido y vehemente-
regálanos un poco de esperanza y de ilusión
con tu llegada en Belén.
Amén.

Imagen-del-abrazo-en-la-catedral-compostelana

 

SEÑOR SANTIAGO

Dame ilusión en el caminar
para pregonar el nombre de Cristo
Dame fortaleza en mis palabras
para que no me confundan las dificultades
Dame hondura en el espíritu
y no me quede en la superficialidad

Dame amor a la Palabra
y sienta la claridad de Dios
Dame afecto a la Virgen
y me acompañe en mis proyectos
Dame valentía en mis pasos
y no mire lo que he dejado
Dame persuasión en mis esfuerzos
y no quede nunca defraudado

SEÑOR SANTIAGO
Haz de mi vida, lo que el Señor hizo contigo,
un camino para encontrar a Cristo.
Amén.

¿VIGILAR YO? ¿PARA QUÉ, SEÑOR?

Me pregunto y te pregunto
y sin dejar que me respondas
sé muy bien, oh Señor, lo que ocurre a mi lado
Estoy de vuelta de todo y, a veces, pienso que soy un loco
Tengo ganas de que el mundo se detenga:
que, tanto hombre desesperado,
encontrase en Ti la llave para ser feliz,
que, miles de promesas no cumplidas,
sirvieran para que, de una vez por todas,
entendiésemos que sin Ti…nada…no es posible nada
¡Nada sin Ti, Señor!

¿Y aún me resisto a vigilar mi vida cristiana?
¡Ayúdame, oh Jesús, a subir ligero
las escaleras que separan la tierra del torreón más alto
Para que, cuando Tú llegues, me encuentres firme:
con los ojos clavados en el cielo
con mi corazón encendido por la fe
con mis pies pisando en la dirección adecuada
con mis manos ayudando a sembrar esperanzas
con mi rostro iluminado por tu divina gracia.

¿VIGILAR YO? ¿PARA QUÉ SEÑOR?

Te confieso que, frecuentemente,
caigo en la somnolencia espiritual
Que, dioses de cartón o de dulces deseos,
me atrapan y me invitan a desertar de mi vigilancia
Me insisten que ya no eres necesario
que, sin Ti, puedo llevar una vida feliz y cómoda
Por ello mismo, Señor,
porque ni soy feliz ni estoy cómodamente situado

Ayúdame a ser y estar vigilante…esperando.
A permanecer de erguido, inquieto y en vela
aguardando ese fantástico día
en el que, la paz, ya no será un imposible
en el que, el amor, ya no será sólo poesía escrita
en el que, el hombre, ya no será un adversario
Quiero ser, hoy más que nunca,
vigilante de tus promesas y de tu venida,
que me mantengan despierto y contento
el resto de mis días….hasta el momento de tu llegada.

¡VEN, SEÑOR, JESUS! ¡TE ESTOY ESPERANDO!

SI ME OLVIDO DE TI, NUNCA TE OLVIDES DE MI

Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y
a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón.
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad.

Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes
inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.

Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y
a no juzgarme como a los demás..

No me dejes caer en el orgullo si triunfo,
ni en la desesperación si fracaso.

Más bien recuérdame que el fracaso es la
experiencia que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y
que la venganza es una señal de bajeza.

Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.

Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.

¡Señor… si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!

QUIERO PARECERME A TI, MI REY

Que mis caminos, de palabra y de obra,
empiecen y acaben en Ti.
Sabiendo que, contigo, todo acabará bien:
en victoria y en triunfo seguro
con amor, frente al odio
desde el servicio, antes que el egoísmo.

QUIERO PARECERME A TI, MI REY
Extendiendo la inmensidad de tu Reino
en cada una de las almas
allá donde alguien te busque
en el rincón donde, la necesidad, apremie
Allá donde, el dolor del hombre,
busque y reclame respuestas supremas
Allá donde, la orfandad de la humanidad,
necesite de una mano que la proteja
la sostenga, la levante y la dignifique

QUIERO PARECERME A TI, MI REY
Y, cuando la cruz asome en el horizonte,
agarrarme a ella con la obediencia de la fe
Derramando desde ese trono de madera
mi vida y mi valor, mi esfuerzo y mi generosidad
Derramando como Tú, oh Señor,
palabras de aliento y de consuelo
ánimo, valor y esperanza

QUIERO PARECERME A TI, MI REY
Y, al contemplar tu poder y tu reinado
saber que, no hay nada en el mundo,
comparable a lo que Tú me ofreces:
tu Verdad, tu Camino y tu Vida
Dueño, Rey y Señor de la historia
ayúdame a ser entusiasta y vasallo de tu Reino
Que ningún otro tesoro, reluciente al ojo humano,
me aparte de Ti…oh Rey soberano
Amén.

Javier Leoz

TE SIGO, MI REY

Porque me hablas desde el amor y con amor
cuando más te necesito.
Porque, ante la mentira que me confunde,
te muestras con la claridad de la verdad
con la justicia tendida de tu mano
con el cetro de tu autoridad.

TE QUIERO, MI REY
Sin violencia, y con paciencia,
esperas mi retorno después de la traición.
Porque, en el palacio donde habitas,
no existe más castigo que el temor de no verte
ni más vacío que mi pereza por no encontrarte.

TE SIGO, MI REY
Nadie sabe gobernar como Tú, Jesús;
tu nacimiento, fue felicidad para el mundo
tus palabras, fueron bálsamo para el pobre
porque tus gestos, hicieron que muchos –por fin-
no se sintieran definitivamente abandonados.

TE QUIERO, MI REY
Porque amaste hasta extenuarte en una cruz
y, como Rey que sirve,
desde ese trono de madera
perdonaste con palabras de misericordia

TE SIGO, MI REY
Porque, como gran Rey, venciste al gran enemigo,
al gran adversario del hombre:
a la muerte, a tu muerte, a nuestra muerte

TE QUIERO, MI REY
Porque, ante tanto desaliento y dudas,
nos animas a formar parte de tu pueblo.
¿Me aceptas, Señor?
Soy mediocre, pero daré la cara por Ti
Tengo pocas fuerzas, pero todas serán tuyas
No estoy acostumbrado a luchar con las armas
que Tú me propones; el amor, el perdón, la mansedumbre,
la humildad, la pobreza de espíritu….
pero sé, mi Rey, que contigo al frente
podré llegar a ser un buen defensor de tu Reino.
Amén.

 

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