Una investigación que denuncia el doble discurso de WWF.

El lado oscuro de la WWF, el grupo de conservación más grande del planeta, es mostrado en un libro recientemente publicado, titulado “PandaLeaks – The Dark Side of the WWF” (PandaLeaks – El lado oscuro de WWF), donde se exponen las oscuras prácticas ocultas de la ONG ecologista más grande del planeta, WWF (World Wildlife Fund for Nature o “Fondo Mundial para la naturaleza”).

 

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El autor afirma que «WWF hizo un pacto con las empresas de energía que destruyen las últimas selvas tropicales de Asia y América Latina, para producir biocombustibles en las plantaciones de aceite de soja y de palma. Un negocio gigantesco que amenaza los últimos ecosistemas naturales restantes del mundo, millones de personas que venden sus tierras y conduce a nuevas hambrunas».

El libro, escrito por el galardonado periodista y cineasta alemán Wilfried Huismann, estuvo a punto de no ver al luz después de que WWF luchara con uñas y dientes para detener su venta.

Huismann vive en Bremen, Alemania. Recibió premios Grimme en Alemania y numerosos reconocimientos internacionales tales como la medalla mundial del Festival de Cine de Nueva York.

PARA NUESTRO DISCERNIMIENTO

Es un material para nuestro discernimiento. Porque hay argumentos a favor y en contra de denuncias como estas.

Por un lado es fácil denigrar y acusar a organizaciones, y si se lo hace sobre la base de medias verdades, quien lo hace, puede zafar de cargos legales. Esta es un técnica amarillista.

Pero por otro lado, es razonable pensar que las grandes corporaciones, a quienes no les importa el medioambiente sino su voracidad económica, se protejan ‘comprando’ informes favorables.

¿Y que mejor que financiar una organización que defiende el medioambiente y la naturaleza? O incluso, ¿qué mejor que desarrollar la mayor ong que se dedique al tema?

Pero además, el poder corrompe, y los directivos de organizaciones sin fines de lucro, que alguna vez tuvieron fines altruistas, pueden ser tentados por el poder y la riqueza para hacer la vista gorda y hasta militar subrepticiamente a favor de los valores que otrora se supone protegían. Ahí tenemos el caso de Unicef que apoya el aborto lo mismo que Amnistía Internacional.

LA GENESIS DE WWF

La WWF fue registrada como una organización de caridad el 11 de septiembre de 1961, por lo que la misión de recaudación de fondos internacional comenzó formalmente en esa fecha, según describe su página Web.

La formó Max Nicholson, Director General de la británica empresa Nature Conservancy, por iniciativa del director de la UNESCO Julian Huxley quien lideraba la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) desde Suiza.

 

detras de wwf

 

En la primavera de 1961 Nicholson reunió un grupo de científicos y expertos en publicidad y relaciones públicas, todos comprometidos con el establecimiento de una organización y la

“UICN dio la bienvenida a esta naciente organización (…) ambas partes acordaron que juntas, vamos a aprovechar la opinión pública y educar al mundo acerca de la necesidad de conservación», dice WWF.

La WWF utiliza encubiertamente un club de élite, formado por 1001 de las personas más ricas del mundo, incluidos filántropos, industriales y naturalistas de clase alta, según los informes, que están actuando encubiertamente en beneficio de las actividades sucias de WWF. Este club de élite utiliza su influencia en los pasillos del poder global y corporativo para favorecer los objetivos de la entidad.

Al respecto la versión de la ONG relata que en 1970, el Príncipe Bernhard de los Países Bajos, el entonces presidente de WWF Internacional, lanzó una iniciativa

“para proporcionar WWF con la base sólida, de independencia financiera”. Describe además que el club 1001 reunió un fondo de US $ 10 millones en donde “1001 personas, cada una contribuyó con US $ 10.000”.

Algunos miembros anteriores de este club fueron personajes como Henry Ford, Alfred Heineken, el jefe de Fiat, Gianni Agnelli, Juan Antonio Samaranch y el multimillonario suizo barón von Thyssen, así como políticos corruptos, como el dictador del Zaire Mobutu Sese Seko.

El libro revela entre otras cosas que la asociación conocida en los años 70 como “club 1001” de la WWF era en realidad una unidad de comando militar privada desplegada en África no solo contra grandes cazadores furtivos de caza, sino “en contra de los movimientos de liberación de los africanos negros”.

LAS ACUSACIONES DEL LIBBRO CONTRA LA WWF

Si bien WWF lleva años estando rodeada en algunos ámbitos por un halo de escepticismo acerca de sus actividades, el alcance de sus tácticas poco éticas e hipócritas no se habian expuesto en profundidad hasta el lanzamiento de la investigación reciente de Huismann.

Tras dos años sobre el terreno investigando las actividades de WWF, Huismann ha descubierto una amplia serie de actividades increíblemente decepcionantes de la entidad ecologista.

El libro acusa a la WWF de “vender su alma” a las corporaciones a cambio de sus donaciones, así como de forjar alianzas con poderosas empresas no sostenibles que están destruyendo el planeta y que realizan un lavado de imagen “ecológico” de sus operaciones, bajo la etiqueta del grupo de conservación.

El libro de Huismann también ataca las relaciones de WWF con la industria de la energía. Su primer patrocinador corporativo fue Shell, uno de cuyos presidentes también ejerció de presidente de la WWF.

La organización ha dicho recientemente que está eliminando las donaciones procedentes de las compañías de combustibles fósiles, pero esto no es completamente cierto ya que en 2010 recibió pagos de Shell y BP para estudiar qué bosques del hemisferio sur debían conservarse y qué tierras podían ser explotadas libremente con fines industriales.

«El Panda WWF goza de la confianza de los donantes hasta el momento, pero tiene una segunda cara: el crimen medioambiental», sostiene el autor.

«No se detiene en cooperar con el gigante de los organismos genéticamente modificados de Monsanto. El modelo de negocio de la famosa organización ‘eco’ hace más daño a la naturaleza que protección”, afirma el autor.

Monsanto, Coca-Cola, Shell, HSBC, Cargill, BP, Alcoa y Maine Harvest se han beneficiado de la “etiqueta verde” de la WWF, mientras continuaban con sus sucias actividades perjudiciales contra el medio ambiente, afirma Huismann.

Mientras condenaba públicamente a tales corporaciones, a puerta cerrada el WWF ponía en marcha “mesas redondas” de industriales sobre productos ecológicos, como el aceite de palma, la madera, el azúcar, la soja, los biocombustibles y el cacao.

DESPLAZAMIENTO DE INDÍGENAS

La investigación de Huismann del mundialmente conocido «imperio del verde» de la WWF, expone que la ONG tiene acuerdos

“con los mayores contaminadores ambientales del mundo: sus ‘greenwashes’, los crímenes ecológicos de las grandes empresas, las corporaciones que actualmente están destruyendo los últimos bosques tropicales que quedan y los hábitats naturales de la tierra, según Huismann.

Destaca que la ONG participa en la expulsión de los nativos de los bosques de la India y de África.

“WWF es un fiel servidor de las gigantescas corporaciones del sector de la alimentación y la energía, a las cuales otorga una imagen progresista y ecologista… Por un lado protege el bosque; por el otro, ayuda a las empresas a apoderarse de las tierras de los pueblos indígenas. WWF ayuda a vender la idea del reasentamiento voluntario de los pueblos indígenas, afirma Huismann.

WWF ha sido acusado de cometer crímenes contra los pueblos indígenas mediante la financiación de su “desplazamiento” y “extinción cultural”, contribuyendo al desplazamiento de más de 20 millones de personas que ahora están clasificados como “refugiados ecológicos”.

Un grupo étnico que reside en el Congo, el pueblo Baka, afirma que han sido forzados a abandonar sus tierras ancestrales en nombre de la “conservación”.

La restricción del acceso de los indígenas a sus tierras ha comportado que se comporten como nómadas, vagando de un lado a otro. Estos indígenas son perseguidos por cazadores a sueldo que a menudo son acompañados por funcionarios de medio ambiente y soldados durante las patrullas.

 

pueblo baka desplazado ecologico

 

Los hombres y las mujeres Baka dicen que han sido acosados??, golpeados y torturados, algunos de los cuales han muerto como consecuencia de los golpes, por estas patrullas que según los informes son financiadas por WWF.

WWF ES DISCUTIDA EN CHILE

Las prácticas de la WWF son también cuestionadas por otras organizaciones.

Cuando en 2013 la ONG publicitó en su portal la pesca sustentable de la merluza en Chile en acuerdo con el Gobierno del país, el médico veterinario y director del Centro Ecocénos Juan Carlos Cárdenas declaró a La Gran Época que

“llama la atención que no existe ninguna acción de educación en ‘pesca sustentable’ para las cuatro mega empresas industriales que son responsables directas, de que las capturas de merluza común, hayan caído por sobreexplotación desde el 2001 (122.192 toneladas) al 2013 (39.631 toneladas), lo cual significa que los actuales desembarques son un tercio de lo que se obtenían hace diez años”.

“Paradojalmente, estas cuatro grandes empresas se encuentran en un activo proceso para certificar internacionalmente como ‘sustentables’ sus capturas industriales de merluza común en aguas chilenas. Para ello utilizan a la certificadora Marine Stewardship Council (MSC), vinculada a la WWF Internacional”, dijo el Dr. Cárdenas.

DISPUTAS LEGALES

La primera versión del libro de Huismann tuvo una historia previa de litigios con la organización internacional.

El diario alemán Süddeutsche en julio de 2012 reportó  conflictos del lanzamiento del libro de Huismann como una prolongada disputa legal con WWF. En esos días ya se habían vendido 25 mil ejemplares.

El autor señala que

la “WWF había logrado inicialmente detener la venta [del libro] durante varias semanas con una campaña masiva de amenazas a la industria del libro. Pero una serie de demandas iniciadas por el WWF también fallaron en lograr una prohibición libro”.

En respuesta a la polémica creada por el libro, la WWF, afirma que nunca vendieron su alma, pero que serán más selectivos con respecto a quiénes les otorgan donaciones, con el fin de trabajar en crear unos “estándares globales de transparencia y rendición de cuentas de las asociaciones empresariales”

Fuentes: The Guardian, Natural News, La Gran época, Signos de estos Tiempos

 

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