Javier Klajner le cebó un mate a Francisco en la plaza San Pedro.
El miércoles 22 de enero, Javier Klajner sorprendió al pontífice en la Plaza de San Pedro con un mate, que Francisco disfrutó en una mañana fría y lluviosa.
Javier Klajner, es sacerdote en Buenos Aires y responsable de la pastoral juvenil en esa ciudad.
El mismo Javier dice en su blog:
El martes a las 7 de la mañana me confirmaban que había posibilidad de ir a la Audiencia Papal y estar en el saludo final (el llamado besamanos). Llegamos temprano y vimos como la plaza se llenaba. La gente dándoles la bienvenida en la recorrida que hace por San Pedro, pasando por todos y cada uno de los sectores saludando a los peregrinos en el Papamóvil casi por 30 minutos.
Luego de la catequesis, los saludos y la bendición sobre todos y los objetos que llevábamos empezó el saludo personal. En primer lugar a los enfermos. En sillas de ruedas, en comunidades de centros de atención, uno por uno. Luego a los niños que se acercaron. Los saludos sigueron con un grupo de peregrinos de diferentes países y muchas parejas de novios (con traje de novia y todo).
Por último los argentinos. Era un grupo grande. Por ser de los de última hora nos había tocado con mamá casi en el último lugar. Durante los saludos y la bendición había comenzado a lloviznar. En el momento del saludo nuestro se largó con todo. Preparamos el mate. Ya había pasado más de una hora y el papa seguía saludando. Y éramos los últimos y quedamos solos con él. Cara a cara con un mate en la mano.
La verdad que nos sorprendió (junto a mi madre) este regalo de poder estar tan cerca del Papa Francisco. Hace casi un año que no nos veíamos y al saludarnos lo primero que dijo es “Javier, como está la parroquia”. La delicadeza de siempre. El cariño de siempre. Y aceptando el mate como cuando nos visitaba. El mismo hombre de siempre con su sencillez y calidez, quizá tomando en el mismo mate que compartíamos cuando venía a Madre de Dios. La misma generosidad y ternura para con mi madre. Emocionante (incluso cuando lo escribo).
Andrés Beltramo le realizó una entrevista a Javier para Vatican Insider donde contó algunas vivencias con Francisco.
Respecto al lunfardo o “bergoglismos” usado por Francisco dijo:
Él siempre ha usado estas frases. Como aquello de “no balconeen la vida”, es decir no mirar la propia existencia desde el balcón sin involucrarse. En sus neologismos, los “bergoglismos”, él busca que en una frase quede algo mucho más profundo. El “hacer lío” quiere decir que no se conformen, intenten buscar caminos alternativos. No se trata del “lío” de la revolución, sino de buscar un cambio en las cosas. Por eso en Brasil, cuando pronunció esta frase, pidió que le perdonen los obispos. Recuerdo también otra frase fuerte de él: “Cuando no podés manejar las cosas, recién ahí está el Espíritu Santo”. En definitiva es como decir: “Si podés controlar todo, las cosas son tuyas y no de Dios, pero cuando no lo podés controlar es Dios quien está obrando”. En este hacer lío el Papa invita a intentar, a no desanimarse, a insistir, a no tener miedo a servir.
Respecto a la sorpresa que el ha causado Bergoglio como Papa el dijo que:
Sigue siendo el mismo. Mi sensación más profunda es que vivimos una cultura huérfana que hoy tiene un padre en el Papa. Antes de ser elegido él ya había presentado su renuncia como arzobispo, había preparado un cuarto donde mudarse en la Casa Sacerdotal, era el número 13. Quizás por eso se le veía quizás un poco cansado. Pero ahora se le ve revitalizado, como rejuvenecido, sin olvidas que se trata de un hombre de 77 años.
Y reflexiona sobre su carisma:
Puedo decir que en él es muy marcado su espíritu ignaciano, es un hombre de oración profunda y siempre con una palabra justa. Tiene muy marcado el discernimiento, ha buscado consejo y ya está marcando hacia dónde quiere que vaya la Iglesia por ejemplo en la exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” que debe ser leída junto a otros documentos importantes que dan la continuidad al magisterio de la Iglesia.
Él siempre ha pedido dialogar desde la verdad; pero si uno no escucha, ¿cómo puede hablarle al mundo moderno? Para escuchar hay que hacer silencio, reflexionar y descubrir qué está pasando. Es un hombre de mucha contemplación, pero también de acción.
Y respecto al tema polémico de la famosa frase “¿Quién soy yo para juzgar?” expresó:
Por ejemplo en el avión de Brasil a Roma dijo a los periodistas que él no juzgaba (a los gay) pero aclaró que existe una enseñanza de la Iglesia al respecto.
Recuerdo que la gran crítica a Jesús fue porque estaba con los pecadores y no porque estaba con los santos de estampita. ¿Cuál es el modo para que las personas distantes puedan acercarse a este encuentro con Jesucristo? Él le pide a la Iglesia que sea un “hospital de campaña”, donde prime la misericordia. Se trata de volver la mirada al Evangelio, volver a la raíz profunda en un contexto cultural distinto donde una cosa es el acompañamiento y otra cosa es decir que eso está bien. Nunca lo ha dicho y nunca lo dirá, es objetivo.
Hay que pensar en una madre con varios hijos, si uno es delincuente o está en la droga ella lo va a querer igual. Incluso lo va a cuidar más, lo acompañará y lo cuidará. Ella te puede decir: “él es quien más necesita amor”. No se trata de una cuestión de formas exteriores, es una actitud del corazón.
Fuentes: Vatican Insider, Padre Javier Klajner, Signos de estos Tiempos