El gobierno de EE.UU. empeñado en forzar a los cristianos a asimilar la agenda LGBT.
El presidente Obama firmó una orden ejecutiva el lunes que elimina como contratistas federales a quienes discriminen por motivos de orientación sexual e identidad de género, o sea que no podrán usar su propio criterio para la selección de su personal, haciendo caso omiso de las súplicas de cristianos y otros líderes religiosos de incluir una exención para las organizaciones religiosas, porque no podrán usar sus criterios religiosos para contratar personal.

 

obama con colores del arco iris

 

La orden ejecutiva impediría a organizaciones cristianas y otras organizaciones religiosas con contratos federales exigir a los trabajadores que se adhieran a los principios de sus creencias religiosas. Christianity Today informa que la orden podría impactar a organizaciones religiosas sin fines de lucro, tales como Visión Mundial, World Relief y Caridades Católicas.

«Si las organizaciones religiosas no pueden exigir que sus empleados se comporten de manera consistente con las enseñanzas de su fe, entonces, esencialmente, las organizaciones no serán capaces de operar de acuerdo con su fe», dijo Peter Sprigg, miembro distinguido de Estudios Políticos del Family Research Council.

Él dijo que la orden el Presidente fuerza a los empleadores a poner a un lado sus principios en nombre de la corrección política.

«Este nivel de coerción es nada menos que un chantaje para silenciar a cada contratista y subcontratista que tiene objeciones morales a la conducta homosexual», dijo Sprigg.

«El movimiento homosexual se está sacando la máscara. Ellos realmente no creen en la libertad religiosa. Quieren la afirmación forzada de la conducta de homosexuales y transexuales para superar cualquier otra consideración en el lugar de trabajo, incluída la libertad religiosa».

Un grupo de líderes religiosos prominentes escribieron una carta al Presidente Obama instándole a incluir una exención religiosa.

«De una manera concreta, las organizaciones religiosas perderán fondos financieros que les permite servir a los demás en el interés nacional debido a la identidad de su organización», escribieron. «Cuando la capacidad de las organizaciones religiosas se limita, el bien común sufre».

No es de extrañar, que la orden ejecutiva del presidente fuera muy bien recibida por las organizaciones de izquierda como Americans United for Separation of Church and State.

«Los grupos religiosos no tienen derecho a aceptar dinero de los contribuyentes y participar en formas de discriminación», dijo el director ejecutivo Barry Lynn.

«Los grupos basados en la fe que aprovechan las arcas públicas deben jugar con las mismas reglas que todos los demás y no esperar un trato especial».

Pero ese no es realmente el punto. Se trata del gobierno federal intimidando a grupos religiosos que tienen puntos de vista que ellos no comparten.

Esta administración cree que los derechos de los homosexuales, incluidos los derechos religiosos, deben estar por encima de los derechos de los todos los demás.

El vicepresidente Joe Biden llegó tan lejos como para declarar durante un discurso a los activistas internacionales de derechos de los homosexuales.

«No me importa lo que sea su cultura. La inhumanidad es inhumanidad. El prejuicio es el prejuicio».

Eso explica por qué a un repostero cristiano en Colorado le fue ordenada por una comisión estatal una formación de re educación cuando él se negó a hacer un pastel para la celebración de una boda gay.

Eso explica por qué se encontró culpable de discriminación a un fotógrafo cristiano en Nuevo México por negarse a fotografiar una ceremonia de boda gay.

Eso explica por qué los legisladores demócratas en varios estados intentaron cerrar Chick-fil-A causa de las creencias privadas de los propietarios sobre el matrimonio tradicional.

Y también explica por qué el pastor Billy Graham fue sometido a una auditoría del Servicio de Impuestos Internos después de que él apoyó una enmienda al matrimonio tradicional en Carolina del Norte.

La administración Obama y sus asociados quieren imponer a los cristianos a quién contratar, cómo administrar su negocio y la forma de pensar.

Y ahora el presidente ha decretado que cualquier grupo religioso que tiene puntos de vista divergentes con la agenda LGBT no es digno de recibir contratos federales.

El mes pasado, la consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice, dijo en una reunión en el Foro de la Casa Blanca sobre los Derechos Humanos Globales LGBT que era su responsabilidad influir en el pensamiento teológico sobre el tema LGBT.

«Respecto a la comunidad de fe, ¿cómo podemos convencer a los grupos religiosos que Dios ama a todos los hijos de su creación por igual?», preguntó a la multitud.

«El cambio vendrá», continuó diciendo. «Ya va a venir».

Lo están forzando. Y parece que el presidente ha decidido «reforzar» la teología del gobierno a los cristianos mediante el uso de los decretos.

Denny Burk, profesor de estudios bíblicos en Boyce College dijo,

«Hay personas que están dispuestos a utilizar cualquier medio necesario para forzar a las instituciones religiosas a ajustarse a la nueva moral sexual. Cualquier persona o institución que se niegue a cumplir tendrán que enfrentarse a las consecuencias».

Entonces, ¿cuál es el siguiente paso lógico en el esfuerzo sistemático del gobierno de marginar al cristianismo? Robert Jeffress, pastor de la Primera Iglesia Bautista de Dallas, sugiere

«El problema de este decreto es que allana el camino para retener las licencias de los medios de comunicación de las organizaciones religiosas que sostienen creencias bíblicas con las que el gobierno no está de acuerdo».

Esto implicaría que los cristianos perderían la capacidad de tener medios de comunicación donde difundir su mensaje.

El gobierno de Obama parece empeñado en forzar a los cristianos a asimilar la agenda LGBT militante.

Fuentes: Charisma News, Signos de estos Tiempos

 

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