Los cristianos de Liberia llaman a orar por sus pecados para que Dios envíe una cura para el Ébola

En medio de la alarma por la extensión mundial de la epidemia.
La epidemia del Ébola está tomando fuerza en las noticias mientras los investigadores han puesto manos a la obra para encontrar una medicación que lo frene, y los cristianos de Liberia están ayunando y orando clamando a Dios.

 

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La epidemia de 1995 mató a 244 personas, mientras que la actual ya lleva 887 muertos en África y 1600 contagiados.

En la epidemia de 1995 se destacan seis heroínas de las misioneras de las Poverelle de Bérgamo (Italia), de las que el 25 de enero de 2014 se terminó el proceso diocesano de beatificación.

Cuando el temido Ébola se instaló en su pueblo en el Congo, las seis monjas no huyeron, abandonando a la población, sino que intentaron combatirlo cuidando a las personas contagiadas con los pocos medios que tenían a su disposición. Su historia la ha contado el padre Giulio Albanese en Avvenire (26 marzo 2014).

El 15 de marzo del 1995, un hombre volvió a casa con fiebre después de una jornada de trabajo en los alrededores de un pueblo a poca distancia de Kikwit, en el ex Zaire. Diez días después murió, desangrado por un mal misterioso. En su familia, el contagio fue en cadena: primero el hermano, después los demás miembros de la familia. Después la enfermedad llegó a los demás miembros del pueblo, entre ellos sor Fioralba Rondi, que enfermó, contaron sus hermanas, mientras socorría a un moribundo. Murió el 25 de abril de 1995.

Después de sor Fioralba, la fiebre hemorrágica fue letal para sor Clarangela Ghilardi, sor Danielangela Sorti, sor Dinarosa Belle, sor Annelvira Ossoli. La última en contagiarse fue sor Vitarosa Zorza, que murió el 28 de mayo.

Una de las causas de la difusión fue la costumbre de tocar a los muertos durante los funerales, además del contacto directo con los enfermos como en el caso de las seis religiosas, que aún conscientes de la enfermedad ofrecieron su asistencia hasta que la fiebre comenzó a destrozar su cuerpo.

Ver aquí más datos sobre esta enfermedad.

“DIOS ESTÁ ENOJADO CON LIBERIA”

Liberia está sufriendo una cruel epidemia de Ébola que ha afectado incluso a sacerdotes y religiosos. Y ahora todas las iglesias cristianas llaman a la oración para pedir perdón a Dios por sus pecados y que remedie este brote epidémico.

Más de 100 obispos, pastores, supervisores generales, profetas, evangelistas y otros ministros del Evangelio, bajo los auspicios del Consejo de Iglesias de Liberia (LCC), se reunieron el miércoles en el edificio de la iglesia episcopal de San Esteban, para deliberar sobre el papel de la Iglesia en y la respuesta a la epidemia de Ébola.

La reunión fue convocada por el Arzobispo Jonathan BB Hart, Presidente de la LCC, que también fue recientemente elegido y entronizado Arzobispo de la Provincia Interna de África Occidental.

En la reunión fueron los principales líderes de la iglesia, como Arzobispo de la Iglesia Católica de Liberia, Lewis Zeiglier, primer vicepresidente de la LCC, Rt. Reverendo Dr. Kortu Brown, así como representantes de otras asociaciones cristianas con las que el LCC colaboraron en la organización de la reunión.

Se esperaba la reunión para discutir y considerar una respuesta espiritual de la iglesia en Liberia al virus del Ébola.

Los hombres de Dios, los episcopales meanstream y los evangélicos sin denominación por igual, aprobaron por unanimidad la siguiente resolución:

Que Dios está enojado con Liberia, y que el Ébola es una plaga. Liberianos tienen que orar y buscar el perdón de Dios por los actos de corrupción e inmorales (como homosexualismo, etc) que continúan penetrando nuestra sociedad. Como cristianos, debemos arrepentirnos y buscar el perdón de Dios.

Que se hará una jornada de ayuno y oración de tres días en todo el país, que comienza el próximo miércoles, 6 de agosto y se celebra hasta el viernes 8 de agosto.

Que se constituya un comité interdenominacional para presentar dicha resolución al Gobierno. 

Que si el gobierno está de acuerdo, la República de Liberia se encerrará durante tres días de ayuno y oración. Todo movimiento debe restringirse durante esos tres días. La gente debe quedarse en casa durante tres días de silencio, ayuno y oración.

En relación con esto, los fieles católicos en Liberia, puso fin el miércoles a una llamada a la oración de tres días realizada por el Arzobispo Jerome Lewis Zeigler, de la Arquidiócesis Católica de Monrovia.

El domingo pasado, el arzobispo Zeigler en una Homilía durante la misa en la Catedral del Sagrado Corazón en Monrovia, pidió a todos los miembros de la Iglesia católica en Liberia observar tres días de serias oraciones, mediante el Santo Rosario por la intervención de Dios para traer remedio a la epidemia de Ebola.

Rt. Rev. Zeigler instó a los cristianos, especialmente a los católicos, a llamar a la puerta de Dios.

«La Iglesia ha usado oraciones fieles y verdaderas a Dios por su intervención en nuestras vidas en tiempos de paz, guerra o hambre. No dejemos pasar esta oportunidad para orar juntos e ir a Dios en espíritu de humildad y arrepentimiento», dijo a los católicos.

El prelado católico advirtió que Liberia tiene una carga muy pesada de llevar, y pidió a todos los liberianos lleven en sus hombros esa carga.

QUE PASA CON LOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS CONTAGIADOS DE ÉBOLA

Tras recibir la noticia acerca del sacerdote español contagiado de ébola en Libera, finalmente, el Padre Miguel Pajares ha sido repatriado a Madrid, según su petición, para recibir una “muerte digna”.

La decisión no ha estado exenta de polémica, pues no pocas voces han advertido acerca del riesgo de traer el mortal virus del ébola a España. Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores dio el visto bueno a la decisión, tras lo cual se puso en marcha un complejo operativo para traer al P. Pajares a España, evitando cualquier posible contacto del virus con el exterior.

Acompañando al sacerdote, se encontraba la hermana Juliana Bohi, quien estuvo en aislamiento junto a otros contagiados, a pesar de haber dado negativo en las pruebas de sangre. Según los médicos que los atienden en el Hospital Carlos III, la hermana Juliana se encuentra en “muy buen estado general”, mientras que la condición del P. Pajares se describe como una “situación clínica estable”, según el primer informe médico. El jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital ha anunciado esta mañana que el sacerdote tiene “muchas posibilidades de sobrevivir”, a pesa de que la mortalidad del virus del ébola se da en el 90% de los casos.

La salida de Liberia tampoco estuvo exenta de problemas, tardando más de lo previsto por carecer de los permisos necesarios. Sin embargo, un avión militar fuertemente equipado con distintos aislantes biológicos y de control médico logró finalmente trasladar al sacerdote y a la religiosa, aterrizando en la base área de Torrejón de Ardoz (Madrid) por la mañana. Para su traslado al Hospital Carlos III, se equiparon dos ambulancias de SUMMA con los mismos aislantes, que fueron escoltadas por un helicóptero, así como por varios coches y motos de la Policía Nacional durante todo el trayecto. A las 9:30 horas, los pacientes hicieron su entrada al hospital (por una puerta lateral).

Al anunciarse la llegada del sacerdote al Hospital Carlos III, varios pacientes han abandonado el edificio, y más de treinta personas han sido transferidas al Hospital de la Paz. Sin embargo, el Carlos III ha activado los protocolos recomendados por la OMS para evitar cualquier riesgo de contagio, adaptando tres habitaciones individuales de aislamiento con esclusas de presión negativa.

El día de ayer, la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, explicó que la seguridad está “absolutamente garantizada para toda la sociedad y todos los españoles”.

HNA. CATHERINE: “ESTAMOS ESPERANDO LA MUERTE”

Los religiosos con Ébola que se han quedado en Liberia tras la salida esta madrugada del sacerdote español Miguel Pajares y de la hermana con pasaporte español Juliana Bonoha han perdido la esperanza tras varios días pidiendo que también se les saque del país a ellos y dicen estar “esperando la muerte”. La hermana Catherine explica la situación “Llevamos cuatro o cinco días pidiendo y pidiendo y pidiendo pero no habido forma”.

“Estamos esperando la muerte”, ha asegurado a Europa Press la hermana Catherine, una de las religiosas que, junto otra Misionera de la Inmaculada Concepción Chantal y Paciencia, permanecen aisladas en Monrovia.

Pero lamentablemente ayer la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha informado del fallecimiento de la otra misionera, la Hna. Chantal Pascaline.

A pesar de los cuidados que estaba recibiendo por parte de un enfermero voluntario, que es la persona que está atendiendo también al Hno. Georges Combey, que también se encuentra en un estado muy preocupante de salud.

La hermana Catherine, que está con suero tras pasar toda la noche con fiebre, vómitos y diarrea, ha recordado cómo en la madrugada de este jueves se llevaron al padre Miguel Pajares y a la hermana Juliana en un avión en el que solo había «dos plazas para los españoles». En ese momento, ella dormía.

Los religiosos reclaman ser trasladados a España al igual que sus hermanos: «Llevamos cuatro o cinco días pidiendo y pidiendo y pidiendo pero no habido forma», ha remarcado.

Según ha explicado la religiosa, los que aún permanecen asilados en el convento contiguo al hospital, ella, las hermanas Chantal y Paciencia y un hermano de San Juan de Dios, están “mal”. Al menos cuentan con la ayuda de dos trabajadores amigos que «se están arriesgando» para cuidarles. En cualquier caso, cada vez tienen menos esperanza.

“Si no hay medicamento para esto –señala Catherine–, ¿recuperarnos? Estamos esperando la muerte. Los síntomas debilitan mucho”.

Fuentes: Agencias, Signos de estos Tiempos

 

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