Vivimos en un universo denso de criaturas sobrenaturales que no vemos con nuestros sentidos.

Nuestro mundo está inundado por esos seres que se maravillan por poder servir a Dios y a los hombres.

Sabemos que existen y cuál es la misión de cada uno por las escrituras.
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Y además comprobamos su eficacia cuando pedimos a ellos por nuestras necesidades, básicamente a los ángeles de la guarda.

Los ángeles, tan sólo en el Antiguo Testamento los ángeles son nombrados alrededor de 300 veces con el título de “malák”.

Esta palabra significa delegado o embajador, y éste es el servicio que cumplen para Dios.

Por la Biblia conocemos el nombre de tres de estos embajadores celestiales: Rafael, Gabriel y Miguel.

A Miguel, en las Sagradas Escrituras se le da un título especial llamándolo “Arcángel” (Epístola de Judas 1,9).

Pero la Iglesia también concede devocionalmente el título de “arcángel” a Gabriel y Rafael.

Se les da el prefijo “arc” ya que entre el incalculable número de ángeles sólo ellos tienen nombres propios en la Biblia.

El prefijo “arc” se utiliza para resaltar su dignidad sobre otros, significando “el más, el mejor, el primero”, distinción que se le da claramente desde el Antiguo Testamento (Daniel 10,13).

Y los grados entre ángeles no se quedan ahí.

También aparecen otros grupos (Isaías 6,1-3 ; Ezequiel 28,13-14 ; Efesios 6,12; Colosenses 1,16): serafines, querubines, tronos, dominaciones, virtudes, potestades y principados.

Las distinciones entre ángeles suman nueve y son llamadas comúnmente órdenes o coros angélicos.

  

¿CUANDO APARECIERON LOS ÁNGELES EN EL UNIVERSO?

Los ángeles son espíritus puros y por lo tanto tienen una semejanza más cercana con el Creador que los hombres.

Pero en realidad fueron el fruto de un acto divino de creación del Creador.

Y como las demás criaturas fueron creadas por Dios de la nada.

Probablemente el mundo espiritual haya sido creado en el momento de la primera creación.

Como fueron las primeras criaturas del universo ellos contenían la revelación de la bondad suprema de Dios, su trascendencia y su belleza.

Y por tanto estos ángeles elogiaron a toda la creación, siendo testigos vivos del universo material que estaba siendo desarrollado.

Por lo tanto estos espíritus angélicos no fueron creados desde la eternidad sino cuando comenzó el tiempo.

De modo que habrían sido creados antes que el hombre, porque se encuentran rastros en las escrituras de ángeles buenos y ángeles caídos antes de la primera aparición del hombre en la Tierra.

Además el hombre no estaba al principio de la creación para dar gloria a Dios, por lo que alguna inteligencia creada debía haber estado presente.

Y esas criaturas eran los ángeles, que eran capaces de comprender, amar, dar gracias y alabar a Dios.

Luego que se creó todo el mundo material y a los ángeles, Dios formó otra criatura un poco menor.

Esta tenía una diferencia con los ángeles porque no era solo espíritu, sino que también tenía cuerpo, hablamos de los seres humanos.

Y su fin es conocer, armar y servir a Dios en la Tierra, de la misma forma que lo hacen los ángeles en el cielo.

Otra pauta que nos indica que los ángeles fueron creados cuando se creó el mundo físico es que se ha atribuido a ellos deberes de gobierno del mundo físico.

Y por lo tanto son una parte necesaria del mundo visible aunque sean invisibles.

Dios los creo y con eso terminó su creación de esta parte del mundo espiritual.

En cambio cuando Dios creó a los hombres a través de la primera pareja, Adán y Eva, les dijo que se multiplicaran y llenaran la Tierra.

Esa es una diferencia importante entre ángeles y seres humanos, porque hoy no hay más ángeles que cuando fueron creados al principio de los tiempos.

Salvo por la apostasía de una parte de los ángeles, el mundo angelical ha permanecido igual desde su creación.

No se conoce la cantidad de ángeles que fueron creados, pero es una cantidad difícil de comprender en su magnitud para los seres humanos.

  

LA CREACIÓN DE LOS ÁNGELES Y LA REBELIÓN DE LUCIFER

Como Dios, los ángeles son espíritus puros, pero son infinitamente inferiores al no ser eternos.
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Fueron creados en algún momento y sólo son inmortales al igual que los humanos.

En cambio Dios es el único infinito y eterno, sin principio ni fin.

Fueron creados libres y eligieron si servir o no a Dios.

Un tercio de ellos decidió rebelarse y fueron liderados por Lucifer (Apocalipsis 12,3-4).

Los ángeles rebeldes fueron expulsados del Cielo por sus semejantes que optaron por Dios.

Los ángeles fieles fueron liderados por san Miguel arcángel (Apocalipsis 12,7-9).

Entre los ángeles caídos abundaron los de órdenes altas (Efesios 6,12).

¿Cuándo pasó esto?

San Agustín de Hipona coloca la creación y guerra angélica durante el periodo del “primer día” de la Creación:

Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz «día», y a la oscuridad la llamó «noche». Y atardeció y amaneció: día primero. (Génesis 1,3-5)

La luz en este pasaje, según Agustín, sería el reflejo de la Luz de Dios sobre los primeros creados, los ángeles, y no la luz natural en nuestro planeta, pues aún no era creado el sol.

A su vez la separación entre la “luz” y la “oscuridad” sería la batalla entre ángeles y posterior caída de los renegados.

  

LA NATURALEZA DE LOS ÁNGELES

Sabemos que existen distinciones entre los ángeles porque está revelado en las Sagradas Escrituras.

Pero no se debe pensar que cada coro angélico sea equivalente a una “especie” o “raza” de ángeles.

Las imágenes bíblicas son apariencias que los ángeles toman frente al ojo humano para ser entendidos.

Los ángeles no tienen materia, cada espíritu creado es diferente.

Y al no tener un contenedor que los uniforme como en nuestro caso (el cuerpo), se puede decir que cada ángel agota una especie única en sí mismo.

Los distintos coros serían para referir su función o dignidad y no raza.

En cuanto a su inteligencia los ángeles están inalcanzablemente por encima del intelecto humano.

Ellos a diferencia del hombre tienen un conocimiento “no discursivo” sobre las cosas.

El hombre conoce su entorno utilizando los sentidos (vista, olfato, oído, gusto y tacto) como “puentes” entre el mundo material y su mente.

Estos puentes tienen una capacidad determinada así que por ellos sólo pasa una cantidad limitada de información.

A este proceso de recepción de información con los sentidos y posterior análisis en nuestra mente es lo que se conoce como “discurso”.

Los ángeles no tienen nuestros sentidos, no los necesitan.

Ellos sin proceso físico (discurso) conocen su entorno, es por esto que pueden recibir mayor cantidad de información sin nuestras limitantes para percibir.

Esto los hace super intuitivos aunque sin capacidad para leer nuestras mentes o corazones, atributo que sólo posee Dios (Salmos 33,13-16).

Nueve coros angélicos en el vitral de la iglesia «san Miguel y todos los ángeles», Somerton, Inglaterra

  

SOBRE LA JERARQUÍA CELESTIAL EN LA TEOLOGÍA CATÓLICA

En las Escrituras (Efesios 1,20-21 ; Colosenses 1,16 ; 1 Pedro 3,22) se deja entrever una jerarquía angélica, de inferior a superior:

Ángeles “normales” y principados; luego potestades, virtudes y dominaciones; y sobre todo ángel, Dios, Jesucristo Nuestro Señor.

Construyendo sobre esto (Efesios 2, 20-22) la Iglesia suele separar teológicamente estos coros angélicos en tres “niveles” según su cercanía espiritual y servicio para con Dios.

Sus niveles quedan así de mayor a menor:

  • Primer Nivel: Serafines – Querubines – Tronos, custodios de la presencia de Dios.
  • Segundo Nivel: Dominaciones – Virtudes – Potestades, custodios de la creación de Dios.
  • Tercer Nivel: Principados – Arcángeles – Ángeles, custodios de la imagen y semejanza de Dios, el hombre.

El primero en proponer estos niveles fue un teólogo y místico bizantino anónimo del siglo VI, quien se creía era san Dionisio Areopagita (Siglo I, converso al cristianismo por san Pablo en el Aerópago: Hch 17,19-22).

Este misterioso escritor sirio o egipcio tenía la intención de poner la sabiduría griega al servicio del Evangelio, y posiblemente firmaba con el nombre del mártir ateniense para dar autoridad casi apostólica a sus propuestas.

Por desconocer su nombre real ahora suele llamársele Pseudo Dionisio Areopagita. Pseudo significa “falso” y se utiliza para diferenciarlo del verdadero Dionisio con quién se le confundió por siglos.

El modelo de “jerarquía angélica” también ha sido desarrollado por teólogos y místicos posteriores de la talla de santo Tomás de Aquino y san Buenaventura, entre muchos otros.

Estos teólogos en palabras de Benedicto XVI proponen que la armonía de las criaturas visibles e invisibles en el cosmos “reflejan la belleza de Dios y son alabanza a Dios.”

Los Nueve Coros del Cielo, la primera de tres partes por «failmacaw»

  

LOS ÁNGELES CUSTODIOS DE DIOS

Todo ángel es un custodio, pero en su jerarquía los más elevados son los que dedican su existencia con más fervor, cuando no exclusivamente, a adorar al Señor.

En el círculo más cercano a Dios están los serafines, querubines y tronos. Veamos que podemos aprender de ellos:

Serafines

En la Sagrada Escritura aparecen alabando a Dios coralmente con el Sanctus (Isaías 6,1-3).

Su nombre viene del verbo hebreo “arder”.

Sólo en Isaías 6, 1-7 este verbo se aplica a ángeles celestiales, en el resto de la escritura se usa para describir a serpientes cuyo veneno “arde” cual fuego.

Como llamas ardientes estos ángeles están frente a Dios (Apocalipsis 1,4 ; 4,5).

Y este ardor lo comparten con los humanos para facilitarnos la contrición y adoración agradables a Dios (Isaías 6,4-7).

Son pues los más cercanos al Señor y según santo Tomás de Aquino arden en la Caridad divina y reflejan la bondad suprema del Creador (Suma Teológica Parte 1, Pregunta 108, Artículo 4 y 5).

Así como la llama del fuego se eleva hacia arriba, los serafines son inexorablemente atraídos hacia Dios.

Y así como el fuego, los serafines se distinguen por su brillo y claridad.

Como dato emblemático, san Francisco de Asís tuvo una visión de Nuestro Señor en forma de Serafín cuando recibió los estigmas.

No es que Cristo sea un ángel, sino que el número de alas en estos seres tienen un sentido espiritual que nos llevan a imitar a Dios.

San Buenaventura escribió al respecto:

“Así que la figura de las seis alas seráficas da a conocer las seis iluminaciones escalonadas que empiezan en las criaturas y llevan hasta Dios, en quien nadie entra rectamente sino por el Crucificado…

…El sentido y la imaginación, la razón y el entendimiento, la inteligencia y el ápice de la mente o la centella de la sindéresis (capacidad natural para juzgar rectamente, con acierto).

Estos grados en nosotros los tenemos plantados por la naturaleza, deformados por la culpa, reformados por la gracia; y debemos purificarlos por la justicia, ejercitarlos por la ciencia y perfeccionarlos por la sabiduría”.

   

Querubines

Inmediatamente después de los serafines en relación a la cercanía con Dios se encuentran los querubines.

En la Biblia no son descritos como niños sino como criaturas bestiales muy poderosas (Ezequiel 10,14).

Estos ángeles son los siguientes adoradores más comunes en la Biblia.

En las visiones del profeta Ezequiel y san Juan apóstol aparecen como seres alados involucrados en la liturgia celestial (Ezquiel 10,4-5 ; Apocalipsis 4, 8-9).

Se ve por el Sanctus y número de alas que guardan estrecha cercanía con los serafines.

Pero se diferencian en que sus cuerpos están cubiertos por completo con ojos y cada uno posee cuatro rostros.

Esto se ha interpretado como signo de la Divina Providencia de Dios.

Así como los serafines reflejarían la bondad de Dios, los querubines reflejarían Su conocimiento divino.

Por este motivo varias fuentes exponen que la palabra querubín, transliterada directamente del hebreo, significaría “plenitud del conocimiento”, aunque esto no es seguro.

Tienen Además características de guardianes, custodian la presencia de Dios en el Cielo (Apocalipsis 4, 6-7) y en el Arca de la Alianza (Éxodo 25, 18-22), y también el Jardín del Edén (Génesis 3,24).

  

Tronos

Su título designa poder soberano.

Corresponden según la tradición cristiana con los ángeles de forma circular que aparecen en el libro de Ezequiel, los “ofanim”.

Las esferas vivientes de la visión del profeta (Eze 10, 2.6.9-13) trabajan en estrecha unión con los querubines llevando a los justos hacia la voluntad de Dios (Eze 10, 16-17).

Si los querubines, por estar cubiertos de ojos, reflejan el conocimiento de Dios, los tronos reflejarían la Justicia divina del poder soberano del Señor.

Los Nueve Coros del Cielo, la segunda de tres partes por «failmacaw»

  

LOS ÁNGELES CUSTODIOS DEL COSMOS

De las potestades (Efesios 3,10), virtudes (Efesios 1,21) y dominaciones (Colosenses 1,16) sólo se conoce con seguridad sus títulos y que reflejan la sabiduría multiforme de Dios.

Nada se específica sobre su apariencia o función específica, pero la tradición de la Iglesia ha meditado en sus títulos y propuesto algunas características.

  

Las dominaciones denotan señorío.

Santo Tomás de Aquino sugiere que organizan y decretan las tareas para ángeles con menor jerarquía.

Las virtudes denotan poder, fuerza, y capacidad.

Se infiere que son responsables de las fuerzas más altas del cosmos como la gravedad, el magnetismo y la radiación tanto alta como baja.

O bien también darían fortaleza a los hombres para la realización de buenas obras constantemente.

  

Las potestades por su parte denotan autoridad, derecho y gobierno.

Administrarían y protegerían el funcionamiento del cosmos para que sea agradable a Dios.

Si las virtudes conceden energía a los humanos y astros celestes, las potestades ayudarían a fructificarla en buenos hábitos (virtudes cardinales) para los hombres, y en leyes físicas uniformes para el cosmos.

Los ángeles vistos hasta ahora (los custodios de Dios y del cosmos) se describen con formas un tanto abstractas para denotar que su servicio está más cercano a tareas celestiales que a la protección humana per se.

Los Nueve Coros del Cielo, la tercera de tres partes por «failmacaw»

  

LOS ÁNGELES CUSTODIOS DE LA HUMANIDAD

En este eslabón de la jerarquía se encuentran los ángeles más cercanos al humano.

Entre sus filas están los principados, arcángeles y ángeles de la guarda.

  

Los principados (del griego soberanía, imperio) son los ángeles que velan por el bien común de la humanidad.

Guían y protegen las naciones, grupos de personas, e instituciones, incluidas las de la Iglesia (Apo 3,14-15).

  

Los arcángeles son ángeles que han sobresalido en la historia de salvación, son estos tres:

Rafael (hebreo para “Dios Sana” o “o ‘medicina de Dios’”).

Es el ángel que fue enviado por el Señor a Tobías, hijo de Tobit, en un largo y peligroso viaje para conseguirle una esposa piadosa al joven.

Gabriel (en hebreo significa «fortaleza de Dios»).

Ángel que, normalmente, hace de mensajero enviado por Dios a determinadas personas muy importantes.

Esta misión se ve en el libro de Daniel (Daniel 8,15–26 ; 9,21–27), y también en el evangelio de Lucas, donde Gabriel anuncia la concepción de san Juan el Bautista y la de Nuestro Señor, Jesús (Lucas 1,11–38).

Miguel (en hebreo ‘¿Quién como Dios?’).

Es el arcángel por excelencia, líder de la milicia celestial contra los espíritus del mal dispersas por el mundo (Daniel 12,1 ; Judas 1,9 ; Apocalipsis 12,7-8)

Se sabe que hay siete espíritus frente a Dios (Tobías 12,15), algunos sugieren que pueden ser los tres arcángeles conocidos más cuatro desconocidos, pero las soluciones numéricas rara vez aplican a los misterios del Cielo.

Los mismos siete espíritus son descritos con una gran variedad de matices en el libro del Apocalipsis.

El apologista Frank Morera en su sección de respuestas a preguntas católicas de EWN opina al respecto:

  • En 1,4 se menciona que están ante el trono de Dios.
  • En 3,1 que Jesucristo los ‘tiene’.
  • En 4,5 se vinculan con siete lámparas ardientes frente al trono de Dios (posiblemente serafines).
  • En 5,6 se identifican con los siete ojos del Cordero, afirmando que son “enviados por toda la tierra”.

Es muy posible que estos siete «espíritus de Dios» sean símbolos del Espíritu Santo y los que colaboran con Él en proximidad inmediata al trono de Dios.

La Biblia y especialmente el libro de Apocalipsis, utiliza el número 7 para referirse a la perfección, y no necesariamente una cifra concreta.

Los ángeles de la guarda, son los ángeles a los que Dios da la misión de proteger, guardar y guiar a los hombres durante nuestras vidas en la Tierra para ayudarnos a ser santos (Éxodo 23, 20).

A todos los humanos se nos asigna uno, único e irrepetible, y estos están en constante comunicación con Dios (Mateo 18,10).

  

LA ENSEÑANZA DE LOS ÁNGELES

Esto es mejor ilustrado a través de los serafines.

Pseudo Dionisio reflexionó sobre ellos y en como guiaron a Isaías al conocimiento de lo divino.

“Fue testigo de la reverencia sagrada y manera extraordinaria con que aquellos espíritus proceden en la investigación de los más altos y profundos misterios, sin presunción, sin arrogancia ni fantasear.

Testigo asimismo del movimiento armonioso y elevado con que actúan incesantemente a imitación de Dios.”(Sobre las Jerarquías Celestes – Capítulo XIII)

Si los serafines, cuya existencia parece haber sido consumida en adoración y contemplación de Dios, deben proteger sus ojos del brillo divino, ¡cuánto más nosotros debemos acercarnos a ese trono con temor y humidad!

San Miguel Arcángel por Gido Reni

  

Servicio, reverencia y humildad, estas son las lecciones de los ángeles.

También san Miguel nos lo enseña, él siendo un ángel que no provino de las órdenes más altas fue ensalzado como arcángel por su obediencia a Dios (Lucas 14,11).

Por otra parte, Lucifer, siendo un ángel sobresaliente, por su soberbia fue condenado (Isaías 14,12-14 ; Ezequiel 28,12-19).

Otros valores como la búsqueda incansable, armoniosa imitación de Dios y el esfuerzo constante para acercarse cada vez más a Él, son aspectos vitales de la vida de fe en los cristianos y que se aprecian en los ángeles.

Deberíamos orar para que uno de estos seres nos inspire, como hicieron con los personajes bíblicos, para que nos inflamemos con la caridad, el conocimiento y la justicia de Dios.

¡María, reina de los ángeles, ruega por nosotros!

  

EL ROSARIO DE LOS ÁNGELES

La sierva de Dios Antonia de Astonac, monja carmelita, aseguró que el Arcángel Miguel le propuso la recitación de nueve salutaciones (una a cada coro angélico) para pedir por su intercesión.

Cada salutación consiste en un padre nuestro y tres avemarías y es llamada Coronilla a San Miguel Arcángel o Rosario de los Ángeles.

El beato Pío IX, papa, concedió ciertas indulgencias a esta devoción opcional:

  • Indulgencia parcial, a los que recen esta Corona con el corazón contrito.
  • Indulgencia parcial, cada día que lleven consigo la Corona o besaren la medalla de los Santos Ángeles que cuelga de ella.
  • Indulgencia plenaria, a aquellos que la rezaren una vez al mes, el día que escogieren, verdaderamente contritos, confesados y comulgados, rogando por las intenciones de su Santidad.
  • Indulgencia plenaria, con las mismas condiciones, en las fiestas de la Aparición de San Miguel Arcángel (8 de mayo); la fiesta de los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael (29 de septiembre); y la de los Santos Ángeles Custodios (2 de octubre).

Fuentes:


Informe Redactado por Marvin Marroquín
Estudios en arquitectura, filosofía, teología y apologética

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