Si lo invocas y lo aceptas, tu Ángel Guardián puede ayudarte ti y a las personas por las que le pidas.

Aunque muchos modernistas sostienen que los ángeles no existen y son sólo un recurso literario, las escrituras son impresionantemente claras sobre su existencia y el trabajo que hacen.

Ya los primeros cristianos consideraron que cada persona tiene un ángel de la guarda que nunca le abandona.

Este es un recurso que nos ha dado Dios para protegernos y guiarnos.

Pero muchas personas no saben que existen y aún menos cómo hacer uso de sus favores.

Y menos aún saben que podemos hacer uso de los ángeles para actuar sobre otra persona.

Lo cual es especialmente importante, porque está transcurriendo en la Tierra una batalla espiritual precisamente entre ángeles, y también entre seres humanos que son asistidos y tentados por ángeles.

Aquí hablaremos sobre quiénes son los ángeles, las pruebas que da la Biblia sobre su existencia y su trabajo, y cómo podemos hacer uso de los ángeles de la guarda para actuar sobre otras personas. 

¿Cuál es la causa fundamental de los atentados contra la vida, del abuso infantil, el divorcio, de la ruptura de la familia, el abuso del alcohol, el abuso de drogas, la pornografía, etc.? 

Es el ataque espiritual al alma humana.

Nunca terminaremos con estos flagelos hasta que comprendamos que el alma de las personas que cometen esos hechos está siendo atacada por agentes que quieren sembrar el mal en la Tierra.

Si no nos damos cuenta de dónde está realmente la guerra nunca ganaremos batallas.

Estamos ante ante todo en una batalla espiritual.

Y San Pablo nos advierte en Efesios 6:12 que «nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados y potestades y gobernantes de estas tinieblas presentes y los espíritus malignos».

Y por eso recomienda, que nos pongamos la armadura de Dios para que podamos resistir y nos mantengamos firmes, en la verdad y la justicia. 

Esto quiere decir que no estamos en una batalla contra personas malas, eso es únicamente la apariencia que yace debajo de un mundo que está perdiendo su alma. 

Estamos en una batalla espiritual y gracias a Dios el reino angélico bueno está aquí para luchar con nosotros.

Porque precisamente los que están atacando el alma de la gente son los espíritus corruptos del mundo angélico, los demonios.

Según María de Ágreda, cuando Dios creó el mundo, luego creó a los ángeles, que son un reino completamente diferente al nuestro. Son 100% espíritu, sin cuerpo. 

Y antes de la creación de la humanidad, se les permitió vislumbrar el futuro.

Vieron que Dios se convertiría realmente en un ser humano en la encarnación de Jesucristo. 

Y que debían adorarlo en forma humana como lo adoraban en la forma espiritual.

Esto fue demasiado para lucifer, el ángel más hermoso y poderoso, pero también más soberbio.

No estaba dispuesto a servir y ayudar a una forma de vida inferior a la suya.

Y para colmo de males para lucifer, apareció en el cielo una gran señal, que era la misma que vio San Juan en el Libro del Apocalipsis, una Mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas. 

Era la Virgen María.

Dios explicó a los ángeles que esta iba a ser su futura madre terrenal, más pura y santa que cualquiera de los ángeles. 

Les dijo que Él iba a venir al mundo a través de su vientre virginal, y los ángeles también debían servirla y estar sujetos a ella, su Reina.

Y les mostró todas las gracias que derramaría en ella. 

Entonces lucifer no lo aceptó y soltó blasfemia tras blasfemia contra el Señor, prometiendo destruir la raza humana, y perseguir a esta mujer.

Lo cual despertó la ira de Dios, que le dijo a lucifer que esa mujer le aplastaría la cabeza y, a través de ella, sería vencido. 

Entonces lucifer indujo a muchos otros ángeles a seguir su rebelión, prometiéndoles que establecería su propio reino aparte del de Dios. 

Una tercera parte de los ángeles se rebelaron junto a él.

Y lucifer contó a los ángeles que le siguieron el plan para la destrucción de la Mujer que Dios había dicho que le aplastaría su cabeza, y también de la humanidad. 

Juró crear muchas sectas y religiones falsas que alejarían a la humanidad de Dios. 

Dijo que levantaría a muchos hombres audaces y arrogantes, que cumplirían sus órdenes haciendo que el pecado floreciera en la tierra. 

Y así comenzó en el cielo la guerra descrita en Apocalipsis 12, con un ángel menor, el Arcangel Miguel, convocando a los ángeles buenos al grito de «quién como Dios», y finalmente los ángeles buenos derrotaron a lucifer y los ángeles malos. 

Los ángeles malos, que eran un tercio del total de los ángeles, fueron derrotados y expulsados del cielo.

Incluso fueron expulsados los ángeles que quisieron mantenerse neutrales entre Dios y lucifer.

Y ahí los ángeles malos se convirtieron en demonios y lucifer se convirtió en satanás. 

Según Santa Francisca Romana un tercio de los malos fue al infierno, incluido satanás, pero a veces obtiene el permiso de Dios para grandes operaciones en la Tierra.

Otro tercio quedó en la atmósfera de la Tierra y el último tercio está entre nosotros.  

Desde ese momento se entabló una batalla en la Tierra con los demonios tratando de destruir la obra de Dios y atacando a los seres humanos.

Y los ángeles buenos ayudando a cumplir el plan de Dios y protegiendo a los seres humanos.

Su participación en la historia de la salvación es muy significativa.

Un ángel, el Arcángel Gabriel, anuncia a la Santísima Virgen María que va a ser la Madre de Dios.

Cuando su esposo José se va a divorciar de ella porque está embarazada y no de él, se le aparece un ángel para convencerlo de lo contrario.

Cuando José y María embarazada van a Belén los ángeles trabajan incansablemente para cuidarlos en el camino.

Y cuando Jesús finalmente nace, un grupo de pastores que están en el campo son avisados por ángeles del nacimiento del Rey y les piden que difundan la noticia.

Más tarde un ángel se aparece a José para decirle que lleve al niño a Egipto porque el rey Herodes quiere matar al bebé. 

Luego que Jesús es bautizado por su primo Juan el Bautista en el río Jordán, hace un retiro en el desierto para prepararse para Su misión y es tentado por 40 días por satanás, obviamente un ángel malo.

Después que Jesús vence a satanás se le aparece un ángel para ministrarlo.

Y en la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní, sudando gotas de sangre pensando en nuestros pecados, abrumado por el sufrimiento por venir, un ángel viene a consolarlo.

Cuando Jesús resucita y las mujeres van a la tumba, la encuentran vacía, pero se les aparece un ángel que las dirige.

Y en la ascensión del Señor hay un ángel que les explica lo sucedido a los apóstoles.

Pero los ángeles no actúan solamente en los mega sucesos de la historia.

Cada uno de nosotros tiene un ángel guardián para protegernos y guiarnos. 

Lo tenemos desde nuestro primer día y nunca nos abandona, incluso si vamos al purgatorio.

Ese ángel entra en batalla por tu alma, puedes hablar con él y pedir que te ayude, rezar con él.

El Padre Pío por ejemplo utilizaba a su ángel guardián para gran cantidad de servicios.

Aunque debes tener en cuenta que los ángeles son servidores de Dios, que él puso para ayudarnos, de modo que harán sólo lo que está en la voluntad de Dios. 

La Biblia es clara diciendo que los ángeles de la guarda nos protegen del daño corporal y espiritual. 

Pueden hacerlo moviendo objetos físicamente por ejemplo, pero en su mayoría, sin embargo, inculcan pensamientos que nos llevarán a evitar el daño y la tentación. 

Nos incitan a rechazar el mal y hacer el bien, estimulando pensamientos apropiados. 

Luchan contra los demonios que nos asaltan, aunque depende de la providencia, porque Dios también permite que seamos tentados para fortalecernos. 

Presentan nuestras oraciones a Dios.

Oran por nosotros incluso cuando nosotros no lo hacemos. 

Y si Dios lo permite, nos castigan para corregirnos. 

Pero la relación no está limitada sólo a tu ángel de la guarda.

Puedes relacionarte con los ángeles de la guarda de otras personas.

Por ejemplo San Josemaría Escrivá, cuando se encontraba con una persona, saludaba primero al ángel de la guarda que a la persona.

Puedes orar a los ángeles de la guarda de otras personas, cónyuge, tu hijo, tu nieto, tu ahijado.

Puedes pedir por su conversión. 

Puedes enviar a tu ángel de la guarda a otra persona.

Puedes pedirle a tu ángel de la guarda que vaya a alguien que está en necesidad y orar con su ángel de la guarda por esa persona.

Incluso puedes pedir a tu ángel de la guarda que ore contigo y con el ángel de la guarda de una persona por la conversión de ella.

Incluso puede orar en el caso que la persona esté siendo dañina para la humanidad.

Y en los casos más difíciles puedes pedir la ayuda de más ángeles.

Y es una buena práctica que cuando una persona frente a nosotros se comporta mal o nos agrede, orarle a su ángel de la guarda para que la controle.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre cómo puedes usar a tu ángel de la guarda para convertir y proteger a otra persona, y para ayudar a solucionar los problemas del mundo.

Y me gustaría preguntarte si usas a tu ángel de la guarda y para qué.

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