Por qué Jesús se le apareció a la Virgen María inmediatamente de resucitar.

Uno de los grandes misterios de los evangelios es que no mencionan que Jesús resucitado se apareció a Su Madre, en algún momento, durante los 40 días que permaneció en la Tierra luego de la resurrección. 

Mencionan que se apareció a los apóstoles, a otros discípulos, entre ellos a las mujeres en forma íntima, y también a multitudes reunidas, pero no a María.

¿Cómo puede ser que Jesús se haya olvidado de tener una aparición privada con Su Madre?

Una pequeña reunión personal entre el hijo y la madre.

Quien no sólo le dio la naturaleza humana, sino que lo crió amorosamente y sufrió como ninguna su crucifixión y muerte. 

Y que sabemos por los evangelios apócrifos, los que no forman parte del canon de la Biblia, y por apariciones posteriores, que los unía un gran amor y que Ella lo acompañaba en todos sus viajes.

Pero también sabemos que en la Biblia no está registrado todo lo que sucedió durante los 33 años de Jesús, Juan lo dice expresamente.

Sin embargo hay místicos que tuvieron visiones del encuentro de Jesús con María luego de la resurrección y numerosos personajes relevantes de la Iglesia creen que también Jesús se encontró con Su Madre.

Aquí hablaremos sobre los encuentros que Jesús tuvo luego de Su Resurrección, y específicamente la aparición a Su Madre y las razones por las que no consta en los evangelios.

La resurrección de Jesucristo es la base de nuestra fe y por eso los evangelios se esfuerzan en dar suficientes datos de la actividad que tuvo durante los 40 días, en que el resucitado caminó sobre la tierra en su cuerpo glorioso.

Como para persuadir sobre la veracidad de su resurrección a quienes quiere evangelizar.

Pero no todo lo que ocurrió está registrado en las Escrituras como dice Juan 21:25, por lo tanto, el hecho de que no esté registrado no significa que no sucedió. 

Está registrado que se apareció a María Magdalena, la mayor de todas las penitentes, el Domingo de Resurrección.

A María de Cleofás y María Salomé, madres de algunos de sus discípulos también el Domingo de Resurrección.

Ese día también al apóstol Pedro.

A los discípulos en el camino de Emaús, a todos los Apóstoles, excepto a Santo Tomás en el Cenáculo, el Domingo de Resurrección.

Además de estas conocidas apariciones el Domingo de Pascua, Nuestro Señor se apareció antes de Su ascensión, a todos los Apóstoles, incluyendo a Santo Tomás, reunidos en el Cenáculo una semana después del Domingo de Pascua.

A siete apóstoles junto al lago de Genesaret, a una multitud en una montaña en Galilea.

A Santiago el Menor y a José de Arimatea, a todos los Apóstoles y a muchos otros en el Monte de los Olivos el día de Su ascensión a los Cielos.

El objetivo de estas apariciones aparentemente fue triple.

Primero, denotar el cumplimiento de la promesa de su resurrección al tercer día.

Segundo, instruir, capacitar y alentar a los apóstoles sobre la misión que debían cumplir.

Y tercero, agradecer la fe de quienes esperaban la resurrección y demostrar su afecto.

Sin embargo los evangelios no mencionan el encuentro con Su Madre María, lo que habría sido una violación del cuarto mandamiento «honra a tu padre y a tu madre».

Lo que es imposible por parte de Dios, que vino a la tierra a cumplir los mandamientos que Él mismo había dado a los hombres, y que Él mismo expresó diciendo que no había venido a abolir la ley sino a darle cumplimiento, Mateo 5.  

Y por otro lado llama la atención de que la Virgen María no haya estado entre las mujeres, que fueron a la tumba a tratar con ungüentos el cuerpo de Jesús el domingo de pascua y se llevaron la sorpresa que el cuerpo ya no estaba.

¿Cómo puede ser que la santísima Virgen que fue de los pocos discípulos que se quedó a los pies de cruz cuando su muerte y estuvo en su descendimiento de la cruz, no haya ido a ver el cuerpo de Su hijo a la tumba el domingo?

Por lo tanto hay cierto consenso entre los padres y doctores de la Iglesia, que no sólo Jesús resucitado se apareció a su Madre María, sino que fue a la primera que se apareció.

Aunque esto no aparezca dicho en las escrituras.

Las místicas María Valtorta y Ana Catalina Emmerick han tenido visiones de ese primer encuentro.

Por ejemplo, Ana Catalina Emmerich relata la resurrección diciendo que vio el alma de Nuestro Señor, entre dos ángeles ataviados de guerreros, y resplandeciente como el sol, atravesar la piedra y unirse con Su Cuerpo. 

Y en ese mismo instante apareció una forma monstruosa, mezcla de serpiente y dragón, que salía de debajo de la tierra y se levantó contra Jesús. 

Jesús le pisó la cabeza y le pegó tres golpes en la cola con el palo de su bandera.

Este monstruo le recordó una serpiente que estaba emboscada en la concepción de Jesús y la serpiente del paraíso que sedujo a Adán y Eva.

Y mientras la Santísima Virgen estaba con las otras mujeres y oraba llena de un ardiente deseo de ver a Jesús, creyendo que iba a resucitar, pero sin saber la hora en que lo haría, un ángel vino a decirle que fuera a la pequeña puerta de Nicodemo, porque Jesús estaba cerca.

Entonces el corazón de María se inundó de gozo, se envolvió en su manto y se fue sin decir nada a nadie. 

Se dirigió rápidamente a la pequeña puerta de la ciudad por donde había entrado con sus compañeras al volver del sepulcro. 

Miró a lo alto de la muralla de la ciudad y el alma de Nuestro Señor, resplandeciente, bajó hasta su Madre acompañada de una multitud de almas y patriarcas. 

Y Jesús, volviéndose hacia ellos dijo: «He aquí a María, he aquí a mi Madre». 

Las almas de los patriarcas se inclinaron ante Ella. 

Jesús le mostró sus heridas a su Madre, Ella se arrodilló para besar sus pies, y Él la levantó y desapareció. 

Entonces Ella besó el lugar donde había aparecido Su Hijo y sus rodillas y sus pies quedaron marcados sobre la piedra.

Y luego regresó confortada y llena de gozo junto a las santas mujeres, que estaban ocupadas en preparar los ungüentos y perfumes para el cuerpo de Su hijo. 

La intención de ellas era ir al sepulcro antes del amanecer para verter esos perfumes en el cuerpo de Nuestro Señor.

María no les dijo lo que había visto, pero sus fuerzas se habían renovado y consoló a las demás y las fortaleció en su fe.

Mientras que María Valtorta agrega en su visión, que Jesús le muestra las heridas, de las cuales emanaban chorros de luz, y Ella las besa una a una.

Y Él le dice su plan de confirmar en la fe a sus seguidores y el plan que tiene para Ella.

Le dice que será la portadora de la Trinidad en la Tierra, en medio de los hombres, santificará a la Iglesia, y será Reina del Sacerdocio y Madre de los Cristianos.

Juan Pablo II diría que el silencio de los evangelios sobre la aparición de Jesús a la Santísima Virgen, no debe llevar a la conclusión de que después de la Resurrección Cristo no se apareció a Ella.

Más bien nos invita a buscar las razones por las cuales los evangelistas hicieron silencio, porque por ejemplo, San Pablo destaca que Jesús se apareció «a más de 500 hermanos a la vez» (1 Corintios 15:6), pero los evangelistas no lo mencionan. 

Porque se pregunta, ¿cómo podría ser excluida por Jesucristo?

Y entonces destaca que «el papel de María en la Resurrección de Cristo fue la culminación de su misión en la Anunciación en Nazaret».

Y por eso es legítimo pensar que la Madre fue probablemente la primera persona a la que se le apareció Jesús resucitado.

San Vicente Ferrer da tres argumentos más sobre por qué Jesús probablemente se haya aparecido primero a Su Madre: por el precepto divino de honrar a sus padres, por el mérito de su fe, y por la intensidad de su amor, porque dice que nunca hubo una madre que amara más a su hijo que María.

San Ignacio de Loyola aduce que el encuentro de María con el resucitado no está en los evangelios, porque la Escritura supone que tenemos entendimiento para discernir lo que es razonable que suceda.

Y el padre John Hardon da un argumento de autoridad, que no menos de seis Doctores de la Iglesia, incluidos los Santos como Ambrosio, Anselmo y Alberto el Grande, sostuvieron que Nuestra Señora fue el primer testigo de la resurrección.

Porque la resurrección es el cumplimiento de la anunciación.

En la Anunciación, María se convirtió en el vínculo entre la humanidad de Cristo y la nuestra. 

Ella le proporcionó el cuerpo que necesitaba sacrificar a su Padre para nuestra salvación. 

Y en la Resurrección, María completó este vínculo al cooperar con Él como mediadora de las gracias, que Él comenzó a dispensar a una familia humana, luego de restaurada la amistad misericordiosa con Dios.

Bueno hasta aquí por qué Jesús resucitado se apareció primero a Su Madre antes que a los demás discípulos, cómo fue esa aparición, y las razones por las que la escritura no la menciona. 

Y me gustaría preguntarte si crees que efectivamente Jesús se apareció primero a María luego de resucitado o no te convence lo que han dicho los místicos y figuras importantes de la Iglesia.

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