Los secretos que comunicó la Virgen.

Entre 1992 y 2005 en Manduria, región de Apulia en Italia, la Virgen de la Eucaristía y Nuestro Señor se aparecieron a una joven atea llamada Débora Marasco, que se convirtió y se consagró a su misión celestial.

La vidente recibió 12 secretos, algunos sobre el futuro del mundo.

Tuvo estigmas, flagelaciones y los signos de la Pasión del Señor e inclusive muchas de sus imágenes de la Virgen y de Jesús en el Crucifijo lloraron lágrimas y sangre.

La sangre de Jesús fue analizada y se llegó a la conclusión que es cero positivo como la de la Sábana Santa de Turín.

En este video te queremos contar la historia de esta aparición para que disciernas los sucesos y mensajes, de una manifestación que parece tener todos los ingredientes de las apariciones marianas de los tiempos finales. http://www.verginedelleucaristia.net/ 

En la tarde del 20 de Mayo 1992, Débora Marasco, nacida en 1973, caminaba por la calle que lleva a la plaza del Mercado de Manduria, cuando una misteriosa pero suavísima voz de hombre, resuena en la profundidad del corazón llamándola: “!Hija!”. 

Y además le dice: «Hija, mira al horizonte y verás que tu camino no es éste, sino otro».

Ella iba de compras con su novio a quien después dejaría para consagrarse al llamado divino.

Quienes la conocían, sabían de sus convicciones sobre la inexistencia de Dios y sobre su oposición a ciertos valores defendidos por la Iglesia, que ella no dudaba en criticar con dureza. 

Pero tan grande es el susto, que la joven con el corazón literalmente en la garganta, vuelve velozmente a su casa con la cara pálida. 

Decide ocultar a su familia y allegados lo ocurrido. 

Y luego la vida de Débora sigue siendo la misma: va a la discoteca, continúa asistiendo a las clases en la escuela, no renuncia a las diversiones

Aunque empieza a sentirse turbada en su conciencia por aquella voz.

El 10 agosto Débora junto con sus amigos va a la discoteca, y allí la voz misteriosa se hace sentir de nuevo con autoridad, pero con Su dulzura característica,

 “Hija, camina en Mi Palabra y yo te conduciré poco a poco allí donde existe el justo Padre”, le dice Jesús, el dueño de la voz.

Pasarán algunas semanas antes de conocer definitivamente la identidad de este misterioso “interlocutor”. 

El 13 de septiembre a las 15:30, aquella misma suavísima voz le revela,

“Hija en nombre del Eterno Amor te dejo Mi Paz, te doy Mi Paz. Yo soy el Rey de la Revelación, Hijo del Dios Vivo”.

Y el 23 de octubre Débora, acostada sobre el sofá, medita esa experiencia, y es sorprendida por una luz que ilumina la habitación como si fuera de día.

Levanta los ojos y ve tres globos luminosos, que girando y uniéndose forman un enorme huevo solar de casi dos metros de alto.

Y una joven mujer se le aparece saliendo del sol, acompañada de cantos armoniosos. 

Débora siempre definirá a la Virgen con características orientales: piel color oliva, cabellos castaño oscuro y ondulados, ojos castaños-verdes, mejillas rosadas, hoyuelos sobre las mejillas apenas visibles, labios como dos pétalos de rosas rojas. 

La Virgen vestía un hábito muy blanco y largo sin cinturón. 

La cabeza estaba coronada por doce estrellas brillantes, cubierta por un velo tejido por hilos de oro luminosos. 

Sus pies desnudos estaban cubiertos con dos rosas rojas.

En sus apariciones a Débora, la Virgen se manifiesta siempre envuelta en una luz muy blanca sostenida por nubes luminosas que irradian luz sobre las ramas del olivo sobre el que aparece.

Débora ve a la Madre de Dios en Su total corporeidad humana. 

Muchas veces, ha tendido Su mano o Su pie haciéndoselos besar. 

Ella entona cantos de «aleluya”, cantos de alabanza a la Santísima Trinidad, sonríe, habla, goza, bendice y a menudo llora. 

Otra forma de manifestaciones celestiales es el diálogo interior en el que la Madre junto con Su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, le hablan.

La Virgen se presenta a Débora con más de un nombre. 

Al principio como Myriam, la Virgen de Nazaret, después como Madre del Olivo Bendito, Santísima Virgen del Óleo, Fuente del Óleo Santo de la Perenne Unción, Madre del Sacrificio Perpetuo, Madre de la Reparación Universal, y entre todos el más importante: Virgen de la Eucaristía.

Jesús se le aparece como Rey de la Revelación, Místico Esposo, Amor no amado, Sagrado Corazón, Buen Pastor, Santo Compañero, Amor Eucarístico y como Divino Maestro, entre otros nombres.

Jesús le pedirá a Débora participar de la Pasión dolorosa, con la Cruz espiritual y corporal, en reparación por los pecados que los hombres cometen cotidianamente, desgarrando nuevamente los Sagrados Corazones Inmaculados. 

Los tiempos del sufrimiento de Débora están establecidos: toda la Cuaresma, la Semana Santa hasta la Ascensión, el tiempo veraniego que es de abandono y olvido del hombre hacia Dios, en general cada Primer Viernes de mes ,y otros días que pueden suceder en cualquier momento. 

El 23 de febrero de 1994 un sacerdote con su cámara tomó una «flagelación», en la que se escuchó el silbido de los azotes y se notó la formación de líneas rojizas en la espalda de Débora.

Otros vieron una cruz con la sangre coagulada en la frente de la joven y hay fotografías del fenómeno.

Muchísimos son los prodigios sucedidos no sólo en Manduria, sino también en muchos otros lugares donde Débora ha estado, incluso aunque ella no estuviera presente en aquel momento. 

Es difícil atribuirlos a sugestión colectiva, ya que hay grabaciones de video hechas por otras personas, profesionales y aficionados. 

El manto de la estatua de la Virgen emana aceite de oliva extra virgen, algunas veces abundante.

Han aparecido signos de sangre en las paredes y sobre los pañuelos.

Son varios también los signos en el cielo.

Varias veces se ha hecho visible la comunión que María Santísima ha llevado a Débora en la boca.

La vidente, durante sus éxtasis y pasiones ha sido muchas veces observada y estudiada por varios especialistas: cardiólogos, neurólogos, cuyos informes afirman que la relación de Débora con sus visiones es de carácter no natural.

La Virgen le reveló 12 secretos, nueve restan revelar, tres ya se conocen. 

De esto habló Débora con el mariólogo ya fallecido, el célebre sacerdote René Laurentín.

El sentido de los secretos debe entenderse para evitar controversias. 

Al revelárselos a la joven, la Madre de Jesús nos dice a todos que no les temamos, que no los repudiemos, y que no esperemos a que se realicen para tomarlos en consideración. 

El sentido de los secretos es recordar la presencia de Dios, que domina el tiempo y las cosas, y que a su debido tiempo intervendrá para que la historia evolucione correctamente.

¿Y que contienen los secretos?

Durante la conversación entre el padre René Laurentín y Débora, nos enteramos de la existencia de un décimo tercer secreto, que nunca se mencionó, porque se refiere únicamente a la vida de la joven. 

Por tanto, el número total de secretos son 13, pero en realidad solo 9 serán los que afectarán al mundo en el futuro.

Estos secretos son una especie de respuesta divina al hombre de esta época que niega y rehúsa reconocer el señorío paterno de Dios.

Por eso tendrán un carácter universal y marcarán una intervención celestial especial, para iniciar un tiempo renovado, que nacerá de una tribulación purificadora.

Los tres primeros ya fueron abiertos y son una preparación sencilla para la realización y cumplimiento de las instrucciones dadas por Nuestra Señora. Fueron revelados en 1992, 1993 y 1997.

Y respecto a los otros 9, dos sirven como un fuerte llamado al despertar y al conocimiento interno de cada persona.

El tercero o el cuarto podría ser un signo en el lugar de las Apariciones, cerca de la Capilla.

Otros secretos conciernen al Papa, a la Iglesia y a algunas religiones.

Otro se referiría a cambios geográficos y desarrollos decisivos en la vida económica, social y espiritual de regiones especiales del mundo.

Y sobre los dos que siguen hay máxima reserva, por lo que es lógico pensar que una parte de la humanidad pagará el fruto de su rechazo a Dios.

Y sobre el 9 tampoco se han hecho comentarios y se considera que une los mensajes proféticos.

En el mensaje del 12 de diciembre de 1999 se le comunicó que cuando se le entregaran los 12 secretos, cesarían las apariciones públicas. 

Esto sucedió el 23 de octubre de 2005 en misteriosa coincidencia con el Año Eucarístico preparado por Juan Pablo II y concluido por Benedicto XVI. 

Estas apariciones de Manduria han tenido la oposición del obispo de Manduria, en cambio el apoyo de grupos de jóvenes que se reunían en la capilla construida para albergar la devoción.

Al día de hoy el tiempo ha ido desvaneciendo este movimiento, como en tantas otras apariciones, mientras que la vidente Débora ha entrado voluntariamente en el anonimato.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos decir sobre estas apariciones de Manduria, cuestionadas por el obispo, que como en tantas otras se vuelve a proponer el valor de la Eucaristía, de la Confesión, del Rosario, del óleo bendito como sacramental, de las procesiones y de distintas penitencias, además de la importancia de la unidad de las Iglesias, la oración y fidelidad al Papa.

Y me gustaría preguntarte si consideras positivo o negativo que sucedan estas apariciones marianas aunque se las trage el tiempo y algunas tengan la oposición del obispo.

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