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A la Santísima Trinidad DEVOCIONES Y ORACIONES Tipos especiales de Rosario

Rosario Trinitario

Acompañamos hoy a María en los momentos de alegría, de compromiso, de triunfo. Vamos a poner nuestro corazón junto al suyo para que se impregne de sus sentimientos, de sus emociones, de lo que ella sintió al contemplar a su Hijo resucitado, al recibir la fuerza del Espíritu y al encontrarse cara a cara con su hijo y con el Padre…

 

 

1. MARÍA EN LA RESURRECCIÓN DE SU HIJO

A partir de la resurrección de Jesús todo será nuevo. Él nos invita a mirar con ojos nuevos, porque las personas amanecemos con un corazón nuevo, con un cuerpo y un espíritu recién estrenado. Son los ojos destinados a contemplar cara a cara a Dios y a vivir para siempre. Pedro y Juan corren al sepulcro. En su corazón luchan el miedo y la alegría, la desilusión y la esperanza. Corren y se encuentran un sepulcro vacío. Entraron, vieron y creyeron. María no necesita correr. Ella cree en su Hijo y está segura de su triunfo. Al ponerlo en el sepulcro sabía que era el grano de trigo enterrado para florecer y dar vida.

ORACIÓN

+ Con su resurrección florece la esperanza para los tristes, oprimidos, desilusionados… Que también en nosotros florezca la esperanza y sepamos llevarla a quienes no la tienen.
Ave María.

+ Con la resurrección florece la alegría en el corazón del hombre. Que los cristianos seamos hombres alegres y felices.
Ave María.

+ Con la resurrección florece el amor. Ya se puede amar a todos. Que nuestra consagración sea una apuesta por el amor.
Ave María.

+ Para que no seamos guardianes de sepulcros vacíos sino testigos de Jesús resucitado.
Ave María.

+ Para que la resurrección de Cristo alcance a todos: pobres y ricos, desanimados y entusiastas, a los que odian y a los que aman.
Ave María.

INVOCACIONES

– María, Madre del Resucitado.
Ruega por nosotros,
– María, Madre de la alegría.
– María, Señora de la esperanza.
– María, Señora de la vida.
– María, Virgen de la Pascua.
– María, Madre de los que creen.
– María, Señora de la amistad.
– María, Señora de los que confían.

 

2. MARÍA, EN LA LLEGADA DEL ESPÍRITU

María comparte su fe y su oración con los apóstoles en el Cenáculo. Junto con algunos parientes, mujeres y discípulos forman la nueva familia de Jesús. María ya sabía del Espíritu. Sentía su presencia desde la Anunciación. Recibir el Espíritu es dejarse llenar por Jesucristo y transformarse en Él; es vivir la vida íntima de Jesús, tener sus mismos sentimientos, darse como Él; es sentirse poseído por Jesús, en unión con todos sus seguidores, para tener un solo corazón y un solo pensamiento.

ORACIÓN

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que anime nuestra misión
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que nos anime a compartir nuestra fe, nuestra oración, nuestra vida.
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que haga de nuestras comunidades, reunidas en torno a María, la nueva familia de Jesús.
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que nos dejemos transformar por él
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que tengamos tus mismos sentimientos y nos demos como tú.
Ave María.

INVOCACIONES

– María, Madre atenta a los hermanos.
Ruega por nosotros
– María, Madre llena del Espíritu.
– María, Madre de los apóstoles y misioneros.
– María, Madre acogedora.
– María, Esposa del Espíritu.
– María, Madre de los valientes.
– María, Madre de la Iglesia.

 

3. MARÍA EN EL ENCUENTRO CON EL PADRE

Aquí está la esclava del Señor. Los últimos serán los primeros. Aquí tenemos a María, la esclava, la última. Se encuentra junto a Dios. Es la consecuencia de una vida como la de María: entregada a fondo pero desde el silencio, la sencillez, la entrega total a la obra de Dios. María, desde la anunciación, asoció su vida a la de su Hijo. Su SI es un serio compromiso que engloba toda su vida en el plan salvador. Donde esté yo estará también mi servidor, dice Jesús. Por eso no nos puede extrañar que María esté ahora con su Hijo, en lo más alto, junto a Dios.

ORACIÓN

+ Madre, ayúdanos a vivir las virtudes de humildad, sencillez y pobreza.
Ave María.
+ María, enséñanos a entregar nuestra vida a la obra de Dios.
Ave María.
+ Madre, ayúdanos para que sólo Dios sea nuestro rey y a ti te tengamos como nuestra Reina.
Ave María.
+ Madre, enséñanos a buscar y a vivir los valores del Reino: servicio, amor, sinceridad entrega …..
Ave María.
+ Madre, ayúdanos a construir cada día el Reino de Dios entre nuestros hermanos.
Ave María.

INVOCACIONES

– María, reina de la paz.
Ruega por nosotros
– María, reina de nuestras familias.
– María, reina de nuestras comunidades.
– María, la comprometida con Dios.
– María, Madre de Dios. _
– María, reina del universo.

ORACION FINAL

Señor, que nos has dado a María como Madre, como modelo, como reina; concédenos que, imitando su ejemplo y ayudados por ella, sigamos siempre tus pasos, acojamos tu Palabra con sencillez cantando cada día las maravillas que obras en nosotros. Canto:

josefinas-trinitarias.org

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A la Santísima Trinidad DEVOCIONES Y ORACIONES

Trisagio a la Santísima Trinidad

Ofrecimiento: Os rogamos, Señor, por la Santa Iglesia y Prelados de ella, por la exaltación de la fe católica, extirpación de las herejías, paz y concordia entre las naciones, conversión de todos los infieles, herejes y pecadores; por los agonizantes y por los caminantes; por las benditas almas del purgatorio y demás piadosos fines de nuestra Santa Madre la Iglesia. Amén.

V. Señor abre mis labios.
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Dios, Uno en Esencia y Trino en personas: aquí tienes una de tus humildes criaturas que reconoce en sí la venerable imagen de Tu Trinidad Santa. Confieso que no he cumplido con las obligaciones a que me empeña el honor de esta divina semejanza. He pecado, Dios mío; pero nunca negué, sino he creído constantemente en el Padre, en el Hijo, y en el Espíritu Santo: que el Padre no tiene principio alguno; que el Hijo es producido por el Padre, a quien es consustancial, y que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo; de cuyo amor recíproco es término también consustancial a ambos. Que el Padre no es primero que el Hijo, ni los dos primeros que el Espíritu Santo. Adoro al Padre como Dios, al Hijo como Dios y al Espíritu Santo como Dios; y con todo, en los tres sólo creo y adoro un solo Dios. Yo no entiendo, Señor, este misterio; pero cautivo mi entendimiento en obsequio de la fe, para mayor gloria tuya y mérito mío. Ofrezco estos profundos sentimientos de religión, de reverencia y amor, como unos votos gratos a tu santidad, para que por ellos perdones tantas ofensas cometidas por mí, contra tu Majestad increada. A ti suspira la trinidad miserable de mis potencias: mi memoria enferma de fragilidad, mi entendimiento lleno de ignorancia, mi voluntad contagiada de inclinación al mal. Sánala, santifícala y concédeme tu gracia para que jamás falte a los propósitos que te has dignado inspirarme.

Yo prometo de todo corazón, dedicarme desde hoy en adelante, a vivir cristianamente, ayudado de tu santa gracia y a invocar el Misterio de tu Augusta Trinidad en quien espero encontrar misericordia, piedad y ayuda para siempre. Amén.

V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con los Serafines

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con los Querubines

Se reza, un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo. Señor Dios de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con los Tronos

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal
R. Ten misericordia de nosotros.

ORACIÓN A DIOS PADRE

Omnipotente y Sempiterno Dios Padre, que con tu Unigénito Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, Uno en la Esencia y Trino en las personas. Yo te adoro, venero y bendigo con las tres angélicas Jerarquías; y con los tres Coros de la primera: amantes Serafines, sabios Querubines y excelsos Tronos, te aclamo Santo, Santo, Santo, poderoso y eterno Padre del Verbo Divino, principio del Espíritu Santo, Señor de los cielos y tierra, a quien sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Con las Dominaciones

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con las Virtudes

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor Dios de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con las Potestades

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

ORACIÓN A DIOS HIJO

Sabio y soberano Dios Hijo hecho Hombre por nosotros, que con tu Eterno Padre y Divino Espíritu eres un solo Dios, Uno en Esencia y Trino en las personas. Yo te venero, bendigo y adoro con las tres Jerarquías de los Ángeles; y con los Coros de la segunda: Dominaciones, Virtudes y Potestades, te aclamo Santo, Santo. Santo, omnipotente, Verbo Divino y Unigénito Hijo de Dios, principio del Espíritu Santo, Señor de los cielos y tierra, a quien sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Con los Principados

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con los Arcángeles

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

Con los Ángeles

Se reza un Padrenuestro y un Gloria al Padre y en seguida se dice la siguiente invocación nueve veces:

V. Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos.
R. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

Luego se añade:

V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal.
R. Ten misericordia de nosotros.

ORACIÓN A DIOS ESPÍRITU SANTO

Amante Dios, Espíritu Santo, Amor Divino, que con el Eterno Padre y su Unigénito Hijo eres un solo Dios, Uno en la Esencia y Trino en las personas. Yo te bendigo, adoro y venero con las Jerarquías angélicas; y con los tres Coros de la tercera: Principados, Arcángeles y Ángeles, te aclamo Santo, Santo, Santo, Divino Amor y suavísima unión del Eterno Padre y del Hijo, procediendo en amor de uno y otro, Señor de los cielos y tierra, a quien sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Antífona

Tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo y e1 Espíritu Santo, y estos tres son una misma cosa.

V. Bendigamos al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.

Oración

Altísimo e incomprensible Dios, que dentro del Santuario de tu divina naturaleza, donde nadie entra, tienes encerrado el Misterio de tu Trinidad Santa, a quien no se puede correr el velo para verla de lleno, sino que todas las creaturas debemos adorarla profundamente desde fuera: dígnate recibir nuestros humildes votos, deprecaciones y alabanzas, que presentamos reverentemente al pie del trono de tu inefable Majestad, por los merecimientos de nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo y es Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

Gozos
A Dios Trino y Uno

¡Oh Señor Dios! En dulce canto
Te alaban los Querubines
Y Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.
Eterna y pura Deidad
De incomparable excelencia, Que en la Unidad de tu esencia
Encierras la Trinidad:
De nuestra fe la humildad
Te adoro en sencillo canto.
Ángeles, etc.
Tu piedad y tu ternura
Van diciendo las edades,
Y en el mar de sus bondades
Se pierde toda criatura
Tú disipas la amargura.
Y enjugas el triste llanto.
Ángeles, etc.
Tú del hombre delincuente
Tiernos suspiros recoges,
Y sus plegarias acoges
Porque eres Padre clemente
¿Quién, amándote, no siente
Trocarse en dicha el quebranto?
Ángeles, etc.
Nuestros padres celebraron
Con sus cánticos de gloria
De tus prodigios la historia,
Que gozosos admiraron.
La fe, Señor, nos legaron,
Que es nuestro escudo y encanto.
Ángeles, etc.
Cuando tu justa venganza
Con plagas al hombre aterra,
Y hace estremecer la tierra,
Y airada sus rayos lanza;
La luz de nuestra esperanza
En tu nombre sacrosanto.
Ángeles, etc.
Tus excelsas bendiciones
Derrama pródigo y tierno,
Y a tus hijos ¡Dios eterno!
Coima de inefables dones.
Tanto bien, prodigio tanto.
Ángeles, etc
¡Quién del amante Isaías
Ardiera en el sacro fuego.
Para alzar su humildad ruego
¡En divinas melodías!
Supla a nuestras voces frías
La tierra, el mar: entre tanto.
Ángeles, etc.
Por el misterio que adora,
¡Oh Dios! Tu escogida grey,
Siga tu divina ley,
Y de la muerte en la hora,
Con su sombra bienhechora
Nos cubra tu regio manto.
Ángeles, etc.
¡Señor Dios! En dulce canto
Te alaban los Querubines,
Y Ángeles y Serafines
Dicen Santo, Santo, Santo.

Antífona

Bendita seas, Santa Trinidad y Unidad indivisible de nuestro Dios: nosotros confesamos este Misterio Augusto de tu Ser, con cuanta reverencia podemos, porque no cesas de ejercitar en nosotros tu misericordia.

V. Bendito eres, Señor, en el firmamento del cielo.
R. Y llena está de tu gloria toda la tierra.

Oración

Omnipotente y sempiterno Dios, que has concedido a tus siervos la gracia de conocer en la confesión de la verdadera fe la gloria de la eterna Trinidad de tus personas, y de adorar en el poder de la Majestad la Unidad de tu incomprensible naturaleza, nosotros te suplicamos, que por la firmeza de esta misma fe, seamos libres de todo género de adversidades. Por nuestro Señor Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

 
 

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A la Santísima Trinidad DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a la Santísima Trinidad

ORACIÓN DE ADORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Adoración al Padre Eterno.

Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Oración

Os adoro, oh Padre eterno, con toda la corte celestial, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias en nombre de la santísima Virgen, vuestra Hija muy amada, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquel poder con que la enaltecisteis en su gloriosa Asunción á los cielos.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

Oración

Os adoro, oh eterno Hijo, con toda la corte celestial por mi Dios, Señor y Redentor, y os rindo gracias infinitas en nombre de la santísima Virgen, vuestra muy amada Madre, por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella suma sabiduría con que la ilustrasteis en su gloriosa Asunción al cielo.

Adoración al Espíritu Santo

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oración

Os adoro, Espíritu Santo paráclito, por mi Dios y Señor, y os doy infinitas gracias con toda la corte celestial en nombre de la santísima Virgen, vuestra amántísima Esposa por todos los dones y privilegios con que la adornasteis, especialmente por aquella perfectísima y divina caridad con que inflamasteis su santísimo y purísimo corazón en el acto de su gloriosísima Asunción al cielo; y humildemente os suplico en nombre de vuestra inmaculada Esposa, me otorguéis la gracia de perdonarme todos los gravísimos pecados que he cometido desde el primer instante en que pude pecar; hasta el presente, de los cuales me duelo infinitamente, con propósito de morir antes que volver mas a ofender a vuestra divina Majestad; y por los altísimos méritos y eficacísima proteccion de vuestra amantísima Esposa os suplico me concedais á mí y a N. el preciosísimo don de vuestra gracia y divino amor, otorgándome aquellas luces y particulares auxilios con los cuales vuestra eterna Providencia ha predeterminado salvarme, y conducirme a sí.

 

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

Os reconozco y os venero, oh Virgen santísima, Reina de los cielos, Señora y Patrona del universo, como a Hija del eterno Padre, Madre de su dilectísimo Hijo, y Esposa amantísima del Espíritu Santo; y postrado a los pies de vuestra gran Majestad con la mayor humildad os suplico por aquella divina caridad; de que fuisteis sumamente llena en vuestra Asunción al cielo, que me hagáis la singular gracia y misericordia de ponerme bajo vuestra segurísima y fidelísima protección, y de recibirme en el número de aquellos felicísimos y afortunados siervos que lleváis esculpidos en vuestro virginal pecho. Dignaos, oh Madre y Señora mía clementísima, aceptar mi miserable corazón, mi memoria, mi voluntad, y demás potencias y sentidos míos interiores y exteriores; aceptad mis ojos, mis oídos, mi boca, mis manos y mis pies, regidlos conforme al beneplácito de vuestro Hijo, a fin de que con todos sus movimientos tenga intención de tributaros gloria infinita. Y por aquella sabiduría con que os iluminó vuestro amantísimo Hijo, os ruego y suplico me alcancéis luz y claridad para conocerme bien a mí mismo, mi nada, y particularmente mis pecados, para odiarlos y detestarlos siempre, y alcanzadme además luz para conocer las asechanzas del enemigo infernal y sus combates ocultos y manifiestos. Especialmente, piadosísima Madre mía, os suplico la gracia… (mencionar).

 

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Te adoro, Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y un sólo Dios. Me postro en el abismo de mi nada ante Tu divina majestad.

Creo firmemente y estoy dispuesto a dar la vida en testimonio de todo lo que nos ha revelado en la Sagrada Escritura y de los misterios que por medio de tu Iglesia nos has manifestado.

En Ti deposito mi confianza; y de tu mano, Dios mío, vida única, esperanza mía, deseo, espero y quiero recibir todos los bienes, espirituales o corporales, que pueda alcanzar en esta vida o en la otra. Desde hoy y para siempre te consagro mi cuerpo y mi alma, todas mis potencias, la memoria, el entendimiento, la voluntad y todos mis sentidos.

Te prometo no consentir jamás, en cuanto esté de mi parte, en que se infiera la más mínima ofensa a tu divina majestad.

Propongo firmemente dedicar toda mi existencia, mis facultades y energías, a tu servicio y gloria.

Estoy dispuesto a sobrellevar ludas las adversidades que tu mano paternal quiera imponerme para dar gusto a tu corazón.

Quisiera esforzarme con todo mi ser, para que todos sirvan, glorifiquen y amen a Dios su Creador.

Me gozo intensamente de tu eterna felicidad, y me siento jubiloso por tu gran gloria en el cielo y en la tierra.

Te doy infinitas gracias por los innumerables beneficios concedidos, a mi y al mundo entero, y por los que continuamente, día tras día, concede tu benigna providencia.

Amo tu infinita bondad por sí misma con todo el afecto de mi corazón y de mi alma: y desearía, si me fuera posible, amarte como te aman los ángeles y los justos, con cuyo amor uno el mío.

A Tu divina majestad, en unión de los méritos de la pasión, vida y muerte de Cristo, de la bienaventurada siempre Virgen y de todos los santos, ofrezco desde ahora para siempre todas mis obras, purificadas por la preciosísima sangre de nuestro Redentor Jesús.

Quiero participar, en lo posible, de las indulgencias obtenidas por medio de las oraciones y obras, y deseo aplicarlas como sufragio por las almas del purgatorio.

Quiero también ofrecer, en la medida de mis fuerzas satisfacción y penitencia por todos mis pecados.

Dios mío, siendo tú infinitamente digno de todo amor y servicio, por ser quien eres: me arrepiento de todo corazón de mis pecados, y los detesto más que todos los males, puesto que tanto te desagradan a ti. Dios mío, a quien amo sobre todas las cosas: te pido humildemente perdón, y hago firme propósito de nunca ofender a tu divina bondad.


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