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A la Virgen de la Candelaria DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Oraciones a la Virgen de la Candelaria

La fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del «Encuentro», posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.

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Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).

 

ORACIÓN

Virgen de Candelaria, madre de Dios y madre nuestra,
Patrona de Canarias.

Con toda la devoción y
confianza, que un hijo pone en su madre, quiero ofrecerte,
hoy, mi persona, mis cosas y mi vida entera.

Acéptalas, madre mía.

Te pido protección para aquellos hijos tuyos,
que por circunstancias de la vida, se encuentran fuera de sus
hogares, y desde lejos te invocan con sincero corazón.

Dulce Virgen de Candelaria, consuelo de los afligidos y
Reina de los hogares cristianos: derrama tu gracia sobre nosotros
y sobre nuestras familias: y haz, que sin olvidarnos de Ti, tengamos
siempre, salud y paz. AMEN.

 

ORACIÓN ANTE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

VIRGEN MARÍA DE CANDELARIA. Contigo elevo a Dios, omnipotente y misericordioso, un himno de alabanza y agradecimiento, un himno de gozo y alegría, pues grandes cosas ha obrado el Señor por medio tuyo, clemente y piadosa Virgen María, a favor de nuestro pueblo canario.

VIRGEN MARÍA DE CANDELARIA, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, confiado en tu protección, te encomiendo nuestra Iglesia Diocesana de San Cristóbal de La Laguna, que peregrina en Tenerife, La Palma, La Gomera y el Hierro.

Reina de los Apóstoles, tu que estuviste junto a los Apóstoles de tu Hijo y cuidaste de ellos; ahora que he sido constituido sucesor de los apóstoles, y que comienzo la misión apostólica como obispo de la Iglesia de Cristo, asísteme y protégeme, a mi y a todos los sacerdotes que conmigo forman el presbiterio diocesano, y a todos los religiosos, religiosas y seglares que trabajan en tantos y tan variados campos de nuestra Iglesia Diocesana.

Tú, que por tu mismo divino Hijo, en el momento de su muerte redentora, fuiste presentada como Madre al discípulo predilecto, acuérdate del pueblo cristiano que en ti confía y que te invoca asiduamente. Acuérdate de todos tus hijos: avala sus preces ante Dios, conserva sólida su fe, fortifica su esperanza, aumenta su caridad.

Acuérdate, especialmente, de aquellos que viven en la tribulación y el sufrimiento, de los que padecen hambre o cualquier otra necesidad fundamental para vivir dignamente, de los que padecen enfermedad, de los que no tienen trabajo, de los emigrantes, sobre todos lo que viven entre nosotros, de los que son perseguidos por su fe, de los que están en las cárceles… para todos ellos Virgen Piadosa y Clemente solicita el don de la fortaleza para sobrellevar su cruz y acelera con tu intercesión el ansiado día en que puedan verse libres de todo mal.

Y, a todos, Virgen Santísima, concédenos un corazón sensible para que no seamos indiferentes, ni pasemos de largo, ante el sufrimiento de los demás, sino que, como el Buen Samaritano, tendamos nuestras manos y seamos siempre médico para los enfermos, pan para los hambrientos, agua para los sedientos, compañía para los que están solos, abrigo para los que tienen frío… en fin ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.

¡Ave María Purísima! ¡Sin pecado concebida! Tú que eres templo de luz sin sombra y sin mancha, intercede ante tu Hijo, mediador de nuestra reconciliación con el Padre, para que sea misericordioso con nuestras faltas y debilidades, para que nos conceda la gracia de un sincero arrepentimiento de nuestros pecados y la firme voluntad de guardar sus mandamientos; que aleje de nosotros la desidia y la apatía, dando a nuestras almas la alegría de amar.

VIRGEN MARÍA, a ti, que eres “Madre del Buen Consejo”, te pido que intercedas por mí, ante tu hijo, el “Consejero Admirable”, para que a lo largo del ministerio episcopal que acabo de comenzar, no deje de asistirme con el don del Espíritu Santo, especialmente con el “Espíritu de Consejo”, para que, libre de la precipitación, del error y de la presunción, me haga conocer lo que agrada a Dios y me guíe en mis decisiones y tareas al servicio de esta Iglesia Diocesana.

Finalmente, encomiendo a tu Corazón Inmaculado, ¡oh! Virgen Gloriosa y Bendita, a todos los hombres y mujeres del mundo: con tu amor materno condúcelos al conocimiento del único y verdadero salvador, Cristo Jesús; líbranos a todos de la esclavitud del pecado, concede a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor.

Con las mismas palabras que me enseñó mi madre desde pequeño: “A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes madre mía”.

AMÉN

† Bernardo Álvarez Afonso Obispo Nivariense

 

HIMNO A LA VIRGEN DE CANDELARIA

Salve, salve,Virgen morenita,
Dulce Madre del Divino Amor,
clara estrella de esperanza nuestra,
luz que irradia del eterno Sol.

De Canarias la Patrona excelsa
nuestras islas con fervor te aclaman,
y admirando tu piadoso influjo,
Madre y Reina con amor te llaman.

Tu candela nos alumbra y guía
por la senda de la fe más alta,
como un faro que señala al mundo
los caminos de la Eterna Patria.

Templo abierto diéronte las cumbres
y de arena bello el ser la playa,
blanco perla tus dosel las nubes
y su arrullo las marina aguas.

Candelaria, pueblo venturoso,
relicario de tu imagen santa,
horno y centro del amor isleño,
cuna y fuente de la fe canaria.

 

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

Virgen de la Candelaria,
Madre de los mineros y del pueblo de Atacama,
a Ti venimos con la confianza y sencillez de hijos.
A Ti llegamos con nuestras angustias y esperanzas,
con nuestras penas y alegrías,
con las fatigas del trabajo y el peso de nuestros pecados;
con todo lo que somos y tenemos.

Virgen de la Candelaria,
Tú eres la primera portadora de la Luz, que es Cristo;
Tú eres nuestra Madre;
Tú nos reúnes junto a Cristo Salvador;
Tú eres nuestra esperanza, consuelo y gozo;
Tú nos acompañas en la ciudad, el desierto, los valles, las minas y el mar;
Tú eres nuestra estrella en el camino hacia el Padre;
Tú, nuestra huella para encontrar a Jesús.

Virgen de la Candelaria, Virgen Madre de Dios,
escucha nuestros ruegos, bendice nuestros hogares,
alcánzanos trabajo y salud;
enséñanos a escuchar la palabra de tu Hijo
y a vivirla cada día,
para que dóciles al Espíritu Santo,
sepamos construir una Nación de hermanos
y una Iglesia servidora
en nuestra tierra de Atacama. Amén.

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A la Virgen de la Candelaria DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena a la Virgen de la Candelaria

Alrededor del 1400 apareció la Virgen de la Candelaria en las Islas Canarias.
De las Islas Canarias la devoción se propagó a América. Hernán Cortés llevaba al cuello una medalla de esta imagen.
Fue declarada Patrona Principal del Archipiélago en 1867 y Coronada canónicamente en 1889.
Su Novena se reza desde el 24 de enero…

 

ORACIÓN PREPARATORIA

Querida Virgen de la Candelaria: nos reunimos junto a ti. Traemos nuestra devoción y nuestro cariño. Acéptalo, Madre nuestra. Déjanos contemplar tus virtudes y enséñanos a imitarlas. Que nos parezcamos a ti cada día más, para agradar al Señor como tú lo hiciste y vivamos así, en paz y alegría y lleguemos luego a compartir contigo la dicha eterna de la gloria. Amén.

 

LETANÍAS

ORACIÓN DEL DÍA

Ahora pedimos a nuestra Virgen de la Candelaria la gracia de esta (1ª, 2ª,…) noche de la novena.

DIÁLOGO

– Oh, Virgen de la Candelaria, más que todas las criaturas bienaventurada: te rogamos que hoy tu alma esté con nosotros para tributar nuestra adoración a Dios.

Pueblo: “Dios te salve, María”.

– Exalta, tierra entera, a nuestra amadísima Señora.

Pueblo: “Dios te salve, María”.

Apiádate, Señora, porque de cuantos en ti confían, tú eres el puerto de salvación.

Pueblo: “Dios te salve, María”.

– Líbranos, Señora, de todos los peligros, sobre todo de los temporales de viento y granizo y de la condenación eterna. Pueblo: “Dios te salve, María”.

– Oh, María, nuestra esperanza nuestro amparo y nuestro auxilio, muéstranos el camino a Jesús.

Pueblo: “Dios te salve, María”.

DÍA PRIMERO

Virgen Inmaculada de la Candelaria: tú que siendo purísima a los ojos de Dios, quisisteis ser purificada como los pecadores para enseñarnos la importancia de vivir en gracia de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, procuremos dar la debida importancia a vivir limpios a los ojos de Dios, aunque debamos humillarnos para reconocer nuestros pecados en la confesión. Amén.

DÍA SEGUNDO

Virgen Inmaculada de Candelaria, que estando llena de santidad te has presentado lo mismo al templo para cumplir con la Ley de Dios: haz que también nosotros, a imitación tuya, lleguemos a querer nuestro templo y considerarlo cada día más como lugar de nuestro acercamiento a Dios. Amén.

DÍA TERCERO

Virgen Inmaculada de Candelaria: tú que no dudaste de poner a tu hijo Jesús en las manos de Simeón, sabiendo como rogaba en el templo por la gracia de ver al Redentor: haz que también nosotros suspiremos por tener a Cristo en nuestro corazón y así tú puedas entregarlo a Dios. Así sea.

DÍA CUARTO

Virgen Inmaculada de la Candelaria: Tu que al presentar a tu hijo Jesús en el templo oíste el anuncio de tus dolores y lo aceptaste como la voluntad de Dios, haz, que no seamos nosotros aquella espada y nuestra maldad la causa de tus dolores. Así sea.

DÍA QUINTO

Virgen Inmaculada de Candelaria: Tú que ni al presentarte en el templo ni nunca después pregonaste tu condición de Madre de Dios para demostrar la importancia y valor de la humildad, haz que deje de importarnos el sempiterno figurar y a ejemplo tuyo crezca en nosotros el aprecio de la humildad. Así sea.

DÍA SEXTO

Oh Virgen Santísima de la Candelaria: te suplicamos que nos alcances de tu hijo amado Nuestro Señor Jesucristo la gracia de imitar tus virtudes, cumplir los mandamientos y tener horror al pecado mortal. Así un día gozaremos eternamente contigo en el cielo. Así sea.

DÍA SÉPTIMO

Santísima Virgen de la Candelaria: conscientes de nuestras debilidades acudimos a ti, para que nos alcances la gracia de Nuestro Señor Jesucristo, de poder llevar una vida digna de nuestra vocación cristiana, imitar tus virtudes y conseguir así el premio de la vida eterna. Así sea.

DÍA OCTAVO

Virgen Inmaculada de la Candelaria: por tu pureza virginal, tu inmaculada concepción y tu prerrogativa de Madre de Dios, alcánzame de tu amado hijo, la humildad, la serenidad, la pureza del corazón, de cuerpo y de espíritu, la santa perseverancia en el bien, el don de la oración, una santa vida y gloriosa eternidad. Así sea.

DÍA NOVENO

Virgen Inmaculada de la Candelaria; por tu obediencia al Padre, concientes de nuestra soberbia y orgullo, te suplicamos nos ayudes a aceptar la voluntad de Dios, para que toda nuestra vida no sea otra cosa que un renovado Si, al querer del Padre Eterno.
Así sea

ORACIÓN FINAL

Te damos gracias, Madre y Señora nuestra. Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos, para que nos eduques y logres hacer de nosotros verdaderos hijos de Dios, cristianos santos y alegres. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Santísima Virgen de la Candelaria.
Ruega por nosotros. (3 veces)

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