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A San Judas Tadeo DEVOCIONES Y ORACIONES Galería Por trabajo

Novena a San Judas Tadeo por Trabajo

ORACIÓN PREPARATORIA

Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

 

Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del día correspondiente.        

Rezar a continuación la oración del día que corresponda

 

DÍA PRIMERO

San Judas Tadeo, El Señor te llamó a la gracia del apostolado, y tú correspondiste hasta dar la vida por Él. Consígueme del Señor que yo también sea fiel en el cumplimiento de su voluntad.

ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DÍAS

San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V. San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.
R. Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

Oración. Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y María, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan. Amén.

 

DÍA SEGUNDO

San Judas Tadeo, tú aprendiste de Jesús el amor que te llevó al martirio. Consígueme del Señor que yo también le ame con un amor de preferencia.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA TERCERO

San Judas Tadeo, tan grande fue tu amor al prójimo que no te perdonaste trabajo alguno para atraerlos a Dios. Consígueme del Señor que yo posponga mis intereses por la gloria de Dios y por el bien de mi prójimo.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA CUARTO

San Judas Tadeo, fue tanta tu abnegación que desterraste el hombre viejo de pecado para que Cristo viviera en ti. Consígueme del Señor, que mortificando mis pasiones, viva sólo para Él.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA QUINTO

San Judas Tadeo, tú detestaste la gloria y ostentación del mundo para implantar la Cruz y el Evangelio. Consígueme del Señor que yo sólo me gloríe en la Cruz de Cristo viviendo conforme al Evangelio.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA SEXTO

San Judas Tadeo, tu dejaste todo para seguir al Maestro. Consígueme del Señor que yo esté pronto a sacrificar por Dios aún mi propio interés.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA SÉPTIMO

San Judas Tadeo, tan grande fue tu celo santo que hiciste salir de los ídolos a los demonios. Consígueme del Señor, que detestando los ídolos que me dominan, adore sólo a mi Dios.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA OCTAVO

San Judas Tadeo, entregando tu vida y tu sangre diste valeroso testimonio de fe. Consígueme del Señor que, detestando todo temor, sepa dar testimonio de Cristo ante los hombres.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

DÍA NOVENO

San Judas Tadeo, habiendo recibido el premio y la corona has hecho evidente tu protección obrando prodigios y maravillas con tus devotos. Consígueme del Señor que yo sienta tu protección para que pueda cantar eternamente sus maravillas.

Terminar con las oraciones finales del día primero.

 

BIOGRAFÍA

San Judas Tadeo es uno de los santos más populares, a causa de los numerosos favores celestiales que consigue a sus devotos que le rezan con fe. En Alemania, Italia, América y muchos sitios más, tiene numerosos devotos que consiguen por su intercesión admirables ayudas de Dios, especialmente en cuanto a conseguir empleo, casa u otros beneficios más.

Santa Brígida cuenta en sus Revelaciones que Nuestro Señor le recomendó que cuando deseara conseguir ciertos favores los pidiera por medio de San Judas Tadeo.

Judas es una palabra hebrea que significa: «alabanzas sean dadas a Dios».

Tadeo quiere decir: «valiente para proclamar su fe».

A San Simón y San Judas Tadeo se les celebra la fiesta en un mismo día, el 28 de octubre, porque según una antigua tradición los dos iban siempre juntos predicando la Palabra de Dios por todas partes.

San Judas Tadeo estaba íntimamente relacionado con nuestro Señor por su parentesco con San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen. Sobrino nieto de estos dos santos, es a la vez sobrino de María y José, de donde resulta ser primo de nuestro Señor Jesucristo.

San Judas es hermano del Apóstol Santiago el Menor. Tenía otros dos hermanos a quienes llama el Evangelio «hermanos» de Jesús. Cuando nuestro Señor regresó de Judea a Nazaret, comenzó a enseñar en la sinagoga. Las gentes que le oían estaban asombradas y decían: «¿De dónde le ha llegado tanta sabiduría y ese poder de hacer milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?» (Mt 13,54).

El padre de San Judas era Cleofás. El nombre de su madre era María, que era pariente próxima de la Virgen Santísima. Ella también permaneció junto a la Cruz cuando murió nuestro Señor Jesucristo. «Cerca de la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena» (Jn 19,25).

Durante su adolescencia y juventud, Judas fue compañero de Jesús. Cuando Jesús comenzó su vida pública, Judas dejó todo por seguirle. A San Judas se le llama Tadeo para diferenciarlo de Judas Iscariote que fue el que vendió a Jesús.

En la noche de la Última Cena le preguntó a Jesús: «¿Por qué revelas tus secretos a nosotros y no al mundo?». Jesús le respondió que esto se debía a que ellos lo amaban a Él y cumplían sus mandatos y que a quien lo ama y obedece, vienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y forman habitación en su alma (Jn. 14, 22).

Como Apóstol, trabajó con gran celo por la conversión de los paganos. Fue misionero por toda la Mesopotamia durante diez años. Regresó a Jerusalén para el Concilio de los Apóstoles. Después se unió a Simón en Libia, donde los dos Apóstoles predicaron el Evangelio a los habitantes de aquel país.

Refiere la tradición que San Judas y San Simón sufrieron martirio en Suanis, ciudad de Persia, donde habían trabajado como misioneros. A San Judas le dieron muerte con una cachiporra. Por eso se le representa con una porra sobre la cabeza. Luego, le cortaron la cabeza con un hacha. Trasladaron su cuerpo a Roma y sus restos se veneran ahora en la Basílica de San Pedro.

San Judas es conocido principalmente como autor de la Carta de su nombre en el Nuevo Testamento. Carta probablemente escrita antes de la caída de Jerusalén, por los años 62 al 65. En ella, San Judas denuncia las herejías de aquellos primeros tiempos y pone en guardia a los cristianos contra la seducción de las falsas doctrinas. Habla del juicio que amenaza a los herejes por su mala vida y condena los criterios mundanos, la lujuria y «a quienes por interés adulan a la gente». Anima a los cristianos a permanecer firmes en la fe y les anuncia que surgirán falsos maestros, que se burlarán de la Religión, a quienes Dios, en cambio, les tiene reservada la condenación.

A la soberbia de los malos contrapone la humilde lealtad del Arcángel San Miguel. Anima a los cristianos a levantar un edificio espiritual llevando una vida fundada en la fe, el amor a Dios, la esperanza y la oración. Alienta la práctica del amor al prójimo; exhorta a los cristianos a que sean pacientes y con sus vidas virtuosas conviertan a los herejes.

San Judas concluye su carta con una oración de alabanza a Dios por la Encarnación, pues por ella Jesucristo, Palabra eterna de Dios, tomó sobre sí nuestra naturaleza humana para redimirnos.

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A Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos DEVOCIONES Y ORACIONES

ORACIONES A NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO CONSUELO DE LOS AFLIGIDOS

Estas oraciones son devociones a Nuestro Señor Jeseucristo Consuelo de los Afligidos, que surgió por el deseo de Nuestro Señor, llevando a un católico devoto, en Argentina, a desarrollar la imagen y luego, le transmitió por intermedio de una vidente, cual es el significado de la advocación, su nombre, las gracias que reparte y la fecha de su celebración. Ver historia aquí.
Contiene estampita con la imagen de Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos y la oración, para rezarle y descargar.

Oración a Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos

Oh Señor Jesucristo, que tuviste una terrible agonía en el huerto al ver todos los pecados de la humanidad, y que para expiarlos te sometiste a un juicio sacrílego, a la sangrienta flagelación y a la burla de la coronación de espinas; que aceptaste la condena deicida y llevaste tu cruz con crueles dolores hasta el Gólgota, donde padeciste la crucifixión y la muerte por nuestra salvación; Yo clamo a Ti pidiendo el perdón de mis pecados y las gracias que necesito, especialmente ………………………

Por mi parte, propongo enmendar mi vida y meditar frecuentemente en esos padecimientos, junto con los de tu Santísima Madre Corredentora, a quien ruego su intercesión.
Y con su ayuda te alabo y agradezco tu imagen y tu advocación, que me recuerdan tu amor infinito.

¡Señor Jesucristo, Consuelo de los afligidos, confío en Ti!

Súplica a Nuestro Señor Jesucristo, Consuelo de los afligidos

Señor Jesucristo, Consuelo de los afligidos, he venido a los pies de tu Santa Imagen para pedir de tu misericordia el perdón de mis pecados y el alivio de mi alma; he venido a pedir las gracias que necesita mi corazón herido.

Y puesto bajo el amparo de tu Madre Santísima te suplico la gracia de corresponder con amor a tu amor divino, inefable e incomprensible, y así desagraviar en algo la indiferencia y el olvido de los indecibles sufrimientos que te hemos costado.

Quisiera que mi amor, aunque pobre, sea fervoroso, encendido continuamente en las llamas de amor del Corazón Inmaculado de María, Quien así remediará mi inconstancia hacia Ti, que abres tu Corazón Sacratísimo a mi indignidad para ofrecerme los méritos de la Redención; que me muestras tus Llagas Sacrosantas y tu dolor sin límites para consolarme en mis tribulaciones; que me ofreces tu Sangre preciosísima para cubrirme en los peligros, y que quieres concederme en abundancia las gracias que necesito, porque Tú eres el Rey magnánimo de la Creación y el Juez misericordioso de la humanidad, Señor del Universo por naturaleza y por conquista.

Asistido por la Madre que me diste, María Santísima, a quien tu gracia hizo Corredentora, y por ello reina a tu lado y es Señora del Universo, Intercesora y Medianera de todas las gracias; y poniendo mi esperanza en tu bondad infinita, dejo a tus pies mis ruegos y mis lágrimas, mis necesidades y mis congojas, mis dolores y mis penas, y te entrego mi corazón afligido.

¡Señor Jesucristo, mi Dios y mi todo, Consuelo de los afligidos, confío en Ti!

Invocación breve
Para cuando no hay tiempo o calma para una oración más extensa

Luego de la señal de la cruz se hace una breve meditación de los padecimientos de Jesús –junto a los de María- en su Pasión y su Muerte. En lo posible unos minutos, o sólo un momento. Luego, mirando su imagen, o tratando de recordarla mentalmente, con los Ángeles que lo adoran y asisten, se dice con mucha confianza:

Señor Jesucristo, Consuelo de los afligidos, ven en mi ayuda, te lo pido por Corazón Inmaculado y Doloroso de tu Madre, Nuestra Señora de la Consolación.
¡Confío en Ti!

Sugerencia:
Cuando se reciban gracias, acercarse a los Sacramentos de la Confesión y Comunión, y consolar a alguien afligido por cualquier pena, problema o enfermedad.

Imagen con Oración

(Haga doble click para ampliar la imagen y la oración conjunta)

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