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¿Triunfo de la doctrina ortodoxa en el Sínodo de la Familia o de los aperturistas?

Según como se mire:
El sábado 18 de octubre por la tarde los padres sinodales votaron la Relatio final de Sínodo de la Familia, y resulta que hay un abismo entre la Relatio del lunes anterior, abrumada por las críticas, y esta Relatio Final. ¿Pero eso significa que perdieron quienes querían una apertura de la Iglesia hacia la comunión a los divorciados vueltos a casar y hacia nos homosexuales? La respuesta variarán según lo que se mire.

 

papa con sinodo de obispos

 

Podemos ver este resultado desde un punto de vista formal, de cuantos padres sinodales apoyaron una posición aperturista o no, o sea poner la mirada en un hecho puntual, este sínodo. O podemos tratar de ver el bosque en lugar de sólo los árboles y comprender qué papel juega esto en el proceso de cambio de la Iglesia.

Todo esto es para su discernimiento.

Primero hablemos de lo que pasó y luego de la interpretación.

LA RELATIO FINAL

Las personas que asistieron a la votación electrónica del sábado 18 fueron 183 y 3 de los 62 párrafos del documento no han sido aprobados por la mayoría necesaria, aunque tuvieron una mayoría significativa, por lo que no se consideran formalmente aprobados y su contenido continuará en discusión hasta el próximo sínodo.

Aquí está el documento publicado en italiano, aún sin traducción a otros idiomas:

«Relatio Synodi» della III Assemblea generale straordinaria del Sinodo dei Vescovi: «Le sfide pastorali sulla famiglia nel contesto dell’evangelizzazione» (5-19 ottobre 2014), 18.10.2014,

Al documento de la Relatio Synodi, se adjunta una tabla en la que se puede ver el número de votos a favor y en contra que ha recibido cada párrafo del documento.

Para la aprobación de cada párrafo era necesario alcanzar 2/3 de los votos; para el rechazo se precisaba la mayoría de la mitad más 1, de acuerdo con el artículo 26 del Reglamento del Sínodo.

Como se puede ver en la tabla, hay tres puntos que no han alcanzado la mayoría de 2/3. Son los puntos 52, 53 y 55, referentes al acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar y sobre los hombres y mujeres con tendencia homosexual.

Sobre estas cuestiones, el voto en desacuerdo puede pertenecer tanto a los innovadores como a los intransigentes, los primeros decepcionados por los resultados modestos obtenidos, los segundos irreductiblemente opuestos a lo que ellos consideran como ceder.

LOS PÁRRAFOS EN LO QUE NO HUBO ACUERDO FORMAL DE 2/3

Sobre la comunión para divorciados y vueltos a casar:

104 votos de acuerdo y 74 en desacuerdo

52.  Se ha reflexionado sobre la posibilidad de que los divorciados casados ??de nuevo accedan a los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía. Varios padres sinodales han insistido en favor de las actuales normas en vigor de la relación fundamental entre la participación en la Eucaristía y la comunión con la Iglesia y su enseñanza sobre el matrimonio indisoluble. Otros se han expresado para darles la bienvenida a la mesa eucarística, en algunas situaciones especiales y bajo condiciones estrictas, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y relacionados con obligaciones morales para con sus hijos que tenían sufrimientos injustos. El eventual acceso a los sacramentos debe ir precedido de un camino de penitencia bajo la responsabilidad del obispo diocesano. Sigue siendo tema a profundizar, teniendo en cuenta la distinción entre la situación objetiva de pecado, y de las circunstancias atenuantes, ya que la «imputabilidad o la responsabilidad de una acción puede disminuir o incluso desaparecer» por «factores psicológicos o sociales» diferentes (Catecismo de la Iglesia Católica, 1735).

112 votos de acuerdo y 64 en desacuerdo

53. Algunos Padres han argumentado que las personas divorciadas y vueltas a casar o convivientes pueden recurrir a la comunión espiritual fructífera. Otros padres se han preguntado por qué entonces no puede tener acceso a los sacramentos. A continuación, se ha solicitado una profundización del tema para hacer emerger la peculiaridad de las dos formas y su relación con la teología del matrimonio.

Sobre los homosexuales:

118 votos de acuerdo y 62 en desacuerdo

55. Algunas familias viven la experiencia de tener internamente personas con orientación homosexual. En este sentido, se ha interrogados sobre cual atención pastoral es apropiada para hacer frente a esta situación al referirse a lo que enseña la Iglesia: «No existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogía ni remotamente, tras las uniones homosexuales y el diseño de Dios para el matrimonio y la familia». Sin embargo, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidos con respeto y sensibilidad. «En este sentido debe evitarse todo signo de discriminación injusta» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales, 4).

¿QUÉ ES LO QUE HA VENIDO SUCEDIENDO?

Desde meses antes del Sínodo se veía venir una discusión fuerte entre aquellos que querían una apertura a la comunión de los divorciados vueltos a casar y aquellos que no, con el cardenal Kasper como principal impulsor de esta corriente, que según él tenía el apoyo del Papa Francisco.

Y respecto a la apertura hacia los homosexuales no se había evidenciado un movimiento visible más que diversos actos y seminarios planteados por católicos homosexuales y pro homosexuales alrededor de las fechas del sínodo, apoyados por los medios del sistema. Pero ahora es claro que estas opiniones se manejan reservadamente y por debajo, quizás bajo la batuta del lobby gay dentro de la Iglesia, que el mismo papa Francisco ha dicho públicamente que existe.

El lunes 13 las autoridades del sínodo presentaron los resultados de la primera semana de discusión del sínodo que incluían párrafos francamente aperturistas a los homosexuales, como por ejemplo que los homosexuales tenían dones especiales para compartir dentro de la Iglesia. Esto causó gran revuelo y preocupación, liderada por los Obispos africanos, frontalmente opuestos a cualquier apertura a la homosexualidad.

Y mientras la mayoría de los medios católicos se esforzaban en decir que aquí no había pasado nada, que era solo un resumen de lo que se dijo, que incluso había un problema de traducción al inglés, que no es para tanto, nosotros, desde Foros de la Virgen María nos pronunciamos desde el primer momento de que se trataba de algo armado y preparado, que era una maniobra, lo que luego se confirmó con datos precisos de quienes eran las caras visibles y de que en los grupos del sínodo no se había discutido eso salvo en un caso.

El escándalo recorrió el mundo, con los medios de comunicación del sistema informando de un cambio de la Iglesia a favor de la homosexualidad.

Así, con mucha presión de los conservadores de la Iglesia, en especial del cardenal Burke, se restableció el orden de lo discutido y se arribó a una relatio final francamente diferente de la presentada el lunes anterior.

LAS DOS VISIONES

Podemos tener sobre este tema una visión de que se zanjó el problema con la votación o una visión más a largo plazo que intente ver estratégicamente el tema.

La primera es una visión muy puntual, y es la que lamentablemente la mayoría de los medios católicos han adoptado; el mensaje es que la Iglesia está firme con su doctrina tradicional, lo cual es cierto, pero impide ver el bosque.

¿Y cuál es el bosque?

En primer lugar que hay tres puntos centrales, como dijimos arriba, sobre los que el sínodo formalmente no se expidió, dos sobre los divorciados y uno sobre los homosexuales y tendrán un año para ser discutidos públicamente hasta el próximo sínodo.

Esto implica que la propia Iglesia ha legitimado que hay diversas opiniones dentro de los obispos y cardenales sobre si dar o no la comunión a los divorciados y vueltos a casr, y sobre todo respecto a acoger a los homosexuales, que es el tema más urticante.

Y legitimó la discusión. Adolfo Nicolás, Superior General de la Compañía de Jesús, o jesuitas – congregación a la que pertenece Francisco – dijo que es posible ver una «revolución» dentro de un año.

En segundo lugar, que salió a luz y es aceptado, que hay grupos de cardenales y obispos operando para cambiar – primero la pastoral, para después cambiar la doctrina -, sobre los divorciados y la homosexualidad. Estos grupos ya tienen credencial formal, son aceptados a los ojos de la base de la iglesia, de las parroquias.

Incluso lanzan mensajes muy claros, como el cardenal Reinhard Marx de Munich, uno de los principales asesores del Papa, que dijo que no había vuelta atrás. «Ha habido dos pasos hacia adelante, puede haber un paso hacia atrás, pero sin duda no dos».

En tercer lugar, que estos grupos tienen una penetración tal en la estructura de la Iglesia que hasta son capaces de copar algo tan público como la comunicación del Sínodo, lo que lleva a pensar en todo lo que podrán estar haciendo por debajo.

Y en cuarto lugar, es el propio papa Francisco que ha pedido que el documento final se discuta en las bases de la Iglesia en estos 12 meses, mezclando apelaciones ortodoxas con llamados a no tener miedos a los cambios, lo que indirectamente legitima la posibilidad de que las cosas pueden cambiar. Por lo que es posible adelantar un año de efervescencia en las discusiones y novedad en los planteos.

Por lo tanto, un análisis del bosque y no solo de los árboles indicaría que esto ha sido un triunfo de los progres, que ven esto como un largo proceso de cambio y al sínodo meramente como una de las tantas batallas que deberán dar.

Fuentes: Sandro Magister, Infocatólica, Signos de estos Tiempos

 

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Claros indicios de que se están cumpliendo las profecías sobre lo que sucederá dentro de la Iglesia

Lo que se mueve debajo del Sínodo de la Familia.
Cuando todos sabíamos que en el Sínodo se iba a dar un enfrentamiento entre una tendencia liberal y otra conservadora respecto a la comunión a los divorciados – lo que no es poca cosa a nivel profético – , surgió otro tema que creó la gran conmoción. Apareció un documento oficial – como resumen de la primera semana de discusiones -, con sugerencias lejos de la doctrina respecto a la homosexualidad, que provocó enormes reacciones y una marcha atrás en lo dicho; pero que demostró que estamos viendo la punta del iceberg de lo que sucede dentro de la Iglesia.

 

cardenales y opispos del sinodo de la familia

 

Creo que la mayoría de los católicos están dispuestos a dar credibilidad a las profecías bíblicas y de videntes de que la Iglesia va a pasar por momentos muy duros internamente, que va a haber fuertes confrontaciones internas y mucho más. Pero cuando ven desarrollar los hechos no siempre las reconocen.

Este texto lo dejamos para su discernimiento. No trata de sentar una posición a favor o en contra de la homosexualidad en este caso, sino de constatar algo que está sucediendo dentro de la Iglesia, que para la inmensa mayoría de católicos no era visible, pero ahora debiera serlo de acuerdo a las pruebas flagrantes de lo que sucedió, aunque hay muchos católicos que aún se negarán a entender y nosotros “pagaremos el pato” porque somos los que traemos la noticia de lo que está pasando.

Por favor hermanos, oremos por el Sínodo y por nuestros pastores.

LA PARTE DEL ICEBERG QUE ESTÁ DEBAJO DEL AGUA

«Más que un padre sinodal se preguntaba cómo era posible que en la Relatio fuera dedicado al tema (de la homosexualidad, ed) tanto espacio cuando en realidad en la reunión se había discutido muy poco». Esto se ha preguntado uno de los pequeños grupos de discusión de los padres sinodales.

En realidad se trata de una pregunta que se han hecho muchos, sobre todo porque los tres párrafos de la Relatio (52-54) dedicados a las personas con tendencias homosexuales están lejos de ser tradicionales en asuntos de la Iglesia.

No sólo eso, en la conferencia de prensa el arzobispo Bruno Forte, indicado por el cardenal Erdo como el verdadero responsable de escribir esos artículos, ha ido aún más lejos al llegar a «bendecir» uniones civiles entre personas del mismo sexo.

Acá podrá encontrar lo que han discutido los padres sinodales en los pequeños grupos, discusiones que luego fueron tomadas para hacer la Relatio. Esto, curiosamente, no había sido publicado por decisión política, pero debieron hacerlo ahora ante la avalancha de críticas de los padres sinodales. Y aquí podrá encontrar el texto completo de la Relatio.

LA PRUEBA DE QUE ALGO SE MUEVE POR DETRÁS

Usted puede pensar lo que quiera sobre la homosexualidad, que no tiene cabida dentro de la Iglesia porque es contraria a su doctrina o que la Iglesia debe aggiornarse y aceptar las nuevas tendencias para sintonizar mejor con la gente.

Pero lo cierto es que las reconstrucciones de lo que sucedió indican que esas expresiones favorables a la homosexualidad entraron de contrabando en la Relatio, sin que aparentemente haya habido un volumen significativo de juicios favorables a tal posición.

Y esto es un indicador de que hay grupos organizados que están maniobrando de forma encubierta para torcer las opiniones aparentemente mayoritarias e introducir un cambio, por lo menos inicial, en la pastoral.

Y en este punto, si usted está a favor del cambio respecto a la pastoral sobre la homosexualidad, podrá decir que para cambiar una visión muy conservadora de la Iglesia hay que apelar a cualquier expediente. Y podrá tener razón desde el punto de vista estratégico, pero eso no hace más que reafirmar que existen grupos organizados actuando en las sombras para llevar a cabo tales modificaciones y que no actúan con plena visibilidad.

¿QUIÉNES SON ESOS GRUPOS?

Es probable que varios factores hayan contribuido a este resultado, pero no se puede evitar tener que recordar el duro trabajo de un lobby gay dentro de la Iglesia, que este medio ha denunciado en repetidas ocasiones y de cuya existencia también ha hablado el Papa Francisco.

El lobby gay no dice que las personas con tendencias homosexuales entre el clero se ayudan entre si para hacer carrera dentro de la iglesia; esta realidad, sin embargo, surgió varias veces a través de investigaciones periodísticas. Y es tan real que ha llevado en el 2005 a la Santa Sede a emitir una instrucción específica (haga clic aquí) para evitar el acceso de las personas con esta tendencia en los seminarios y en las órdenes sagradas.

En cambio los argumentos a los que apela son la inclusión, la misericordia, y como en este caso que se puede leer en la Relatio, a que los homosexuales tienen dones especiales para aportar a la Iglesia.

El lobby gay intenta influir en la enseñanza de la Iglesia sobre la homosexualidad, como se ve en la Relatio del Sínodo, y demuestra que el intento también implica a clérigos que no son homosexuales.

No podemos ocultar el hecho de que en los últimos años han aumentado los teólogos – en los seminarios y universidades pontificias – que han enseñado una moral muy lejos de la ley natural, un magisterio paralelo real que hoy da sus frutos.

La ideología de género no es sólo algo que está presente en el «mundo», sino que está bien posicionada dentro de la Iglesia. Lo había advertido muy claramente incluso el Papa Benedicto XVI, el 21 de diciembre 2012 hablando a la Curia romana, cuando había declarado que esta ideología es uno de los mayores desafíos que enfrenta la Iglesia hoy.

Fuentes: La Nuova Bussola Quotidiana, Signos de estos Tiempos

 

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Emerge evidencia de una ingeniería subterránea actuando en el Sínodo

Entretelones de las maniobras.
El resumen de la primera semana del Sínodo de Obispos, la Relatio, ha dejado perplejos a muchos padres sinodales y a muchos católicos, que se han enterado que se está ‘cocinando’ una ‘apertura’ de la Iglesia hacia la homosexualidad, convenientemente amplificada por los medios de comunicación que están apostando a un cambio en la Iglesia. La misma exitosa fórmula aplicada en Concilio Vaticano II.

 

obispos africanos del sinodo

 

Los medios católicos que no quieren crear alarma, o que se alinean con esta reingeniería, insisten en que “aquí no pasó nada”. Y es cierto, no se cambió la doctrina, como tampoco sucedió en el Vaticano II, pero está llegando a la masa de católicos y a la vida consagrada, la imagen de que hay una apertura, y eso luego es difícil de borrar. Ya lo vimos con el Concilio Vaticano II que muchas cosas que se fueron aplicando de hecho, son las que salieron de la interpretación de los medios de comunicación y no de los documentos conciliares.

En la imagen de encabezamiento se ve a los obispos africanos que han sido los más críticos.

Con buen tino el padre José María Iraburu ha escrito:

«El mero hecho de que se discuta lo indiscutible será tomado por el mundo como una señal de que, para la Iglesia, la fe católica ya no es indiscutible, al menos en algunas cuestiones. La negación pública de la doctrina constante de la Iglesia por parte de algunos obispos y cardenales inevitablemente hará pensar que esa doctrina es solamente una opinión más entre muchas. Aunque la Iglesia reafirme finalmente la doctrina católica (como no será de otra manera), es de temer que, en muchas personas, el daño ya esté hecho». 

LA INGENIERÍA OCULTA DETRÁS DEL SÍNODO

Cada vez más se habla en Roma que este sínodo está siendo diseñado por grupos empeñados en dirigir la Iglesia en una dirección heterodoxa, y la evidencia apunta a lo mismo.

El primero y más obvio ejemplo fue el informe provisional publicado el lunes. Aún no se sabe exactamente quién lo escribió y cuántos ojos lo habían visto antes de que se hiciera público, pero las fuertes críticas del mismo a partir de líderes de la Iglesia como los cardenales Raymond Burke y Gerhard Mueller son suficientes para señalar una lamentable falta de escrutinio, con consecuencias para las almas.

El arzobispo Bruno Forte, secretario especial del Sínodo, conocido por ser un entusiasta defensor de los cambios en la práctica pastoral, se cree que ha sido uno de los principales autores – sin duda los pasajes sobre la homosexualidad que atrajeron más atención de los medios.

También se cree que el ponente general, el cardenal Peter Erdo, fue engatusado para firmarlo. Para ayudar al cardenal, dicen los observadores, se le dio cinco asistentes el viernes, entre ellos el cardenal Gianfranco Ravasi, el cardenal Donald Wuerl y el P. Adolfo Nicolás, la cabeza de los jesuitas. No había nadie en particular de África, pero como el cardenal Walter Kasperdijo, estos cinco fueron elegidos porque son «gente abierta que quieren seguir con esto«.

SORPRESA ANTE LA PUBLICACIÓN DE LA RELATIO

Muchos padres sinodales han hecho saber que no esperaban que la «relatio» se hiciera pública, a pesar de ser un procedimiento común durante los sínodos de que tales documentos sean publicados.

«Al igual que usted, me sorprendió que se publicara», dijo a la prensa el martes el Cardenal Wilfrid Napier, y agregó: «Ustedes ya han recibido el documento antes de que nos lo dieran, así que no tuvimos la posibilidad de evaluarlo previamente«.

Aún más revelador, el Cardenal Napier lamentó las «exageraciones de los medios» (que retratan a la Iglesia como haciendo un «impresionante» y «revolucionario» paso hacia los homosexuales), diciendo que una vez que estas informaciones de dichos medios están «allá afuera» en el público, «no hay manera de recuperarlas».

Este es el sentido común y se hubiera podido prever dado lo controvertido del asunto, como el padre Lombardi admitió: «Es algo que todos nosotros que tenemos que ver con las comunicaciones, podríamos haber previsto«, dijo.

Así que quien estaba detrás de la liberación de los documentos probablemente supiera el impacto que tendría, y efectivamente lo envió sobre las cabezas de todos, incluyendo al Papa.

Cuando se le preguntó al Padre Lombardi si el Santo Padre lo había visto antes de su publicación, regresó al hecho de que es un procedimiento estándar enviar el informe – remarcablemente para un documento tan sensible – sin ni siquiera que el Papa o el presidente del sínodo tenga que verlo.

INFORMES DESTACANDO UNA UNIDAD QUE NO HAY

Pero hay otros ejemplos de que esto está diseñado. Las restricciones a la presentación de informes sobre el sínodo, con el pretexto de liberar discusión, es tal vez la más obvia. La medida ha sido criticada por los Cardenales Mueller y Burke, entre otros.

Otros ejemplos se pueden ver en los resúmenes de prensa diarios, en los que a menudo se transporta una imagen de unidad y armonía, pero es discordante con lo que se oye en el aula sinodal. Curiosamente, se ha observado lo poco que se menciona a Jesús durante estas sesiones informativas, sustituido por el lenguaje genérico de bienvenida, sentimientos y acompañamiento.

En una entrevista publicada el miércoles, el Cardenal Burke dijo que lo que está siendo presentado a los medios de comunicación no concuerda con lo que está pasando en la asamblea.

«Lo que está saliendo, no refleja la realidad, a mi juicio«, dijo. «Estoy hablando muy abiertamente sobre el tema, porque creo que es mi obligación moral.»

Y agregó que hay personas que «están empujando la agenda» del cardenal Kasper y su propuesta para los divorciados y vueltos a casar civilmente.

Algunos han dicho que este sínodo les recuerda a los métodos utilizados para secuestrar el Concilio Vaticano II. Pero observadores veteranos del Vaticano dicen que tal ingeniería no tiene precedentes en la Iglesia moderna.

EL ANÁLISIS DEL EXPERTO VATICANÓLOGO SANDRO MAGISTER

En un agudo análisis que puede leerse aquí, Magister expresa:

«Ha vuelto a soplar el espíritu del Concilio», ha dicho el cardenal filipino Luis Antonio G. Tagle, estrella emergente de la jerarquía mundial, además de historiador experto en el Vaticano II. Y es verdad. En el sínodo que está a punto de concluir hay muchos elementos comunes con lo que sucedió en ese gran acontecimiento.

La semejanza más llamativa es la separación entre el sínodo real y el sínodo virtual transmitido por los medios de comunicación.

Pero hay una similitud aún más sustancial. Tanto en el Concilio Vaticano II como en este sínodo, los cambios de paradigma son el producto de una cuidada y atenta dirección. Un protagonista del Vaticano II como don Giuseppe Dossetti – habilísimo estratega de los cuatro cardenales moderadores que estaban al mando de la maquinaria conciliar – la reivindicó con orgullo. Dijo «haber dado un vuelco a la suerte del Concilio» gracias a su capacidad para pilotar la asamblea, aprendida en su experiencia política anterior como líder del mayor partido italiano.

También en este sínodo ha sucedido lo mismo. Tanto la apertura a la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil – y, por lo tanto, la admisión por parte de la Iglesia de las segundas nupcias – como el impresionante cambio de paradigma en el tema de la homosexualidad introducido en la «Relatio post disceptationem», no habrían sido posibles sin una serie de pasos hábilmente calculados por quien tenía, y tiene, el control de los procedimientos.

Y continúa diciendo en lo sustancial respecto a las frases respecto a la homosexualidad en la Relatio,

estos párrafos reflejan no una orientación expresada en el aula por un número consistente de padres – como uno espera leer en una «Relatio» – sino las cosas dichas por no más de dos de ellos, sobre casi doscientos, en especial por el jesuita Antonio Spadaro, director de «La Civiltà Cattolica», nombrado miembro del sínodo personalmente por el Papa Francisco.

LLAMADO A ORAR POR EL SÍNODO

Tal vez dadas las maniobras reportadas, y lo que está en juego, la mejor respuesta es orar. 

El día de ayer, Voice of the Familiy – una coalición internacional de grupos pro-vida – llamó la atención sobre el hecho de que el arzobispo Zbignev Stankevics, arzobispo de la capital letona de Riga, está haciendo un «llamado urgente» para la oración para el resultado del sínodo.

El arzobispo ha pedido al sínodo para tomar una posición firme en la defensa de la moral sexual católica y evitar diluir el mensaje de la Iglesia con el fin de apaciguar a sus críticos.

Voice of the Familiy recomienda rezar la siguiente oración católica tradicional por los obispos:

«Oh Dios, que has designado a Tu Hijo Unigénito para ser el Sumo y Eterno Sacerdote para la gloria de tu majestad y la salvación de la humanidad; concede que a quienes Él ha escogido para ser sus ministros y los administradores de sus misterios, puedan permanecer fieles en el cumplimiento del ministerio que han recibido. Por el mismo Cristo nuestro Señor. Amén».

Fuentes: The Daily Register, Signos de estos Tiempos

 

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El Sínodo de la Familia muestra que se libra una contienda más allá de nuestro alcance

La discusión del Sínodo de la Familia es sólo la punta del iceberg.
Esta semana el mundo se ha visto conmocionado con el resumen de la discusión de la primera semana del Sínodo de Obispos sobre la Familia, que destaca los valores de la relación de parejas homosexuales. Ver aquí. Esto hizo levantar la voz de cardenales y obispos conservadores, al punto que el cardenal Burke ha sugerido que hay una trama conspirativa detrás.

 

punta del iceberg

 

Los medios de comunicación del sistema se congratulan que hay una apertura en la Iglesia hacia la aceptación de la homosexualidad. Otros son más realistas y lo consideran un primer paso para el abandono de un lenguaje duro contra la homosexualidad. Y la mayoría de los medios católicos dicen que aquí no pasó nada, porque la doctrina no se ha cambiado, sin advertir que esto es como las leyes que aprueba un parlamento, una cosa es lo que dice la ley y otra como se la reglamente para ponerla en práctica.

Lo cierto es que aquí sí ha pasado y está pasando algo. Por primera vez en un evento masivo, cardenales y obispos han reconocidos valores – y no solamente los de la dignidad de las personas – en las uniones homosexuales; y si bien es cierto que no han  legitimado el ‘matrimonio’, sí han legitimado las uniones homosexuales y la crianza de niños en tales parejas.

Se puede estar de acuerdo o no con que la Iglesia Católica cambie el discurso respecto a la homosexualidad (difícilmente cambie la doctrina en esta instancia), es legítimo. Pero no se puede decir que acá no pasó nada.

Sí que pasó y está pasando.

Está claro que el Sínodo muestra que hay una lucha de poderes en la interna vaticana. Eso ya se sabía, pero la mayoría hacía la vista gorda; pero ahora no pueden hacerla. Así como tampoco debemos magnificarla aquellos que sí la vemos, sino tomarla como parte de una confrontación más global y universal, que hay que asumir.

La Iglesia está inmersa en una realidad sobrenatural, universal, donde el bien está en batalla contra el mal, y por otro lado, el “poder de este mundo” se está haciendo tan global, penetrante y agresivo, que cuesta creer que la lo que sucede dentro de la Iglesia Católica no reproduzca esa batalla universal y planetaria.

Se vive un momento decisivo en Roma, y no solamente por esta discusión del Sínodo, que es la punta del iceberg.

Lo que se dirime estos días, puede acabar siendo determinante para la Iglesia, aunque nada cambie oficialmente en el discurso vaticano sobre la homosexualidad. Porque, como sucedió en el Concilio Vaticano II, la implementación de los resultados puede ser parcialmente distinta de las reales conclusiones, y es por eso, que luego del Concilio, se produjeron las desviaciones que todos vimos, la estampida de sacerdotes y religiosos fuera de la Iglesia, el vaciamiento de las parroquias, etc.

Es claro que el Sínodo muestra un forcejeo entre poderes.

Y lo primero que conviene dejar claro, es que, posiblemente, no se entienda lo que ocurre si no se ilumina el escenario desde una altura que supere lo mediático y que contemple la situación en la perspectiva de los intereses más escondidos. Intereses que son, con seguridad, del más alto nivel geopolítico y ligados por tanto a la contienda trascendente que se libra más allá de nuestro alcance. Para ser precisos, fuera del alcance de nuestros sentidos, pero no del de nuestras oraciones.

Pudiera estarse dirimiendo la orientación inmediata de la Iglesia, porque del análisis se desprende, por muy ingrato que resulte avisarlo, la existencia de un engranaje interno que busca cambiar el discurso de la Iglesia en lo inmediato sobre la homosexualidad y probablemente luego la doctrina, y luego una serie de otros discursos de la Iglesia para conformarla de acuerdo a los requerimientos del ‘mundo’ y al ‘nuevo orden mundial’.

El Sínodo está mostrando una batalla.  Donde una estructura de apostasía que abarca desde las “teologías” deformes hasta jerarquías contaminadas y las redes desobedientes, está a la espera.

Se trata de un fenómeno más amplio de lo que se piensa, y dotado de insospechada capacidad de arrastre debido la explotación que hace del optimismo eclesiástico convencional y “anti-apocalíptico”.

Muestra la sumisión apenas disimulada al mundo, a la carne y a su príncipe tenebroso, disfrazado de belleza, que se agita con impaciencia, debilitando la resistencia que ella podrá oponer, en su momento, a la mentira programada que está por debajo.

Tal podría ser, en síntesis, el argumento real de un drama vaticano que la conciencia católica no consigue entender del todo. Aunque tenga sus ojos desconcertados puestos en Roma, parece una realidad inaccesible para las mayorías; porque las mayorías no han recibido suficiente aviso de los verdaderos signos de los tiempos.

Estamos en medio de una batalla más profunda, que es mucho más importante que la aceptación de la homosexualidad y la comunión a los divorciados vueltos a casar.

Pero confiemos, porque las oportunidades que da el Espíritu Santo son siempre providenciales, porque a la mirada del Paráclito no se le oculta ningún recodo de la creación ni de la historia.

Fuentes: J.C. García de Polavieja P.,Signos de estos Tiempos

 

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El Sínodo de la Familia destaca los aspectos positivos en las parejas de convivencia y los homosexuales

¿Una trama conspirativa en el resumen oficial de la primera semana de discusiones?
Un cambio importante en el cuidado pastoral de la Iglesia hacia los católicos homosexuales fue sugerido en el Sínodo sobre la Familia, al resumir lo que se había estado exponiendo y abrir la segunda semana de debates. Esto se suma a la apertura que ya se había estado sugiriendo desde hace tiempos hacia los divorciados vueltos a casar. El documento, si bien es sólo un resumen, generó fuertes críticas en sectores conservadores, e incluso el cardenal Burke señaló una trama conspirativa.

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Roma  sinodo de Obispos 2012

 

El documento dado a conocer para la apertura de la segunda mitad del Sínodo dijo que el aporte de los católicos homosexuales debe ser valorado y que tienen «dones y cualidades» para ofrecer a las parroquias. El documento también elogió elementos de las parejas del mismo sexo.

«¿Somos capaces de acoger a estas personas, garantizándoles espacio fraterno en nuestras comunidades? A menudo desean encontrarse con una Iglesia que les ofrece un hogar acogedor», leyó el cardenal Peter Erdo.

Y explicó que si bien hay «problemas morales» con las uniones homosexuales,

«hay casos en los que la ayuda mutua en el sacrificio constituye un apoyo valioso en la vida de la pareja».

El documento, que no es definitivo tiene simplemente la intención de resumir los debates de la primera semana. Y hay que tomarlo con mucho cuidado porque además hay muchas manipulaciones, sobre lo que se dijo, por diferentes grupos de interés para crear opinión.

Después de que el documento, conocido como la Relatio post disceptationem, o «informe después del debate», se leyó en el Aula del Sínodo, numerosos obispos plantearon inquietudes o pidieron aclaraciones.

El Cardenal Peter Erdo, relator general del Sínodo y por lo tanto el autor principal del documento, dijo en la conferencia de prensa que algunos obispos se preguntaron por qué el documento no menciona la enseñanza de la Iglesia de que las uniones homosexuales son «desordenadas».

El documento ha recibido fuertes elogios en medios de comunicación del sistema y de los católicos liberales, y por el contrario grandes críticas de los sectores conservadores.

El hincapié del texto se basa en lo que llama la «ley de gradualidad», que sugiere que mientras que una pareja puede no cumplir con el «ideal» del matrimonio cristiano como totalmente fiel y abierto a la vida, los pastores deben hacer hincapié en los «elementos positivos» en la relación con el fin de ayudar a guiar a la pareja al ideal.

¿COMUNIÓN PARA PAREJAS VUELTAS A CASAR  CASO POR CASO’?

En el caso de los católicos divorciados y vueltos a casar-, el documento llama a los pastores a evitar «cualquier lenguaje o comportamiento que pueda hacer que se sientan discriminados.»

Aunque señaló que «algunos» padres sinodales argumentaron a favor de la práctica actual de restricción de estos católicos a la Comunión, la mayor parte de la discusión del documento sobre el tema presenta argumentos de quienes se oponen a la práctica.

«La participación de algunos en los sacramentos puede ocurrir cuando es precedida por un camino penitencial – bajo la responsabilidad del obispo diocesano – y con un claro compromiso a favor de los niños», se leyó.

«Esto no sería una posibilidad general, sino el fruto de un discernimiento aplicado sobre una base caso por caso, de acuerdo con la ley de la gradualidad, que tiene en cuenta la distinción entre estado de pecado, estado de gracia y las circunstancias atenuantes».

A continuación, critica a los cardenales y obispos que defendieron la enseñanza de la Iglesia y que sugiere que los divorciados vueltos a casar sin embargo podrían hacer una «comunión espiritual».

«La sugerencia de limitarse a sólo a la «comunión espiritual» fue cuestionada por algunos Padres sinodales: si la comunión espiritual es posible, ¿por qué no se les permite participar de la Santa Cena» dice el documento.

¿’ACEPTAR Y VALORAR’ LA HOMOSEXUALIDAD?

En una sección titulada ‘Bienvenida a las personas homosexuales «, dice el documento que los homosexuales tienen dones y cualidades que ofrecer a la comunidad cristiana.

«¿Son nuestras comunidades capaces de proporcionar [un hogar acogedor], aceptando y valorando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?»

«La Iglesia afirma, además, que las uniones entre personas del mismo sexo no pueden ser consideradas en pie de igualdad con el matrimonio entre el hombre y la mujer«, agrega.

«Tampoco es aceptable ejercer presión sobre los pastores o hacer depender la ayuda financiera de organismos internacionales a la introducción de regulaciones inspiradas en la ideología de género».

En la conferencia de prensa del Vaticano, Michael Voris de ChurchMilitant.TV desafió a los autores en esta sección.

«¿Están los padres sinodales proponiendo que los ‘dones y cualidades’ fluyen de la orientación sexual de la homosexualidad», se preguntó.

«¿El Sínodo propone que hay algo innato en la orientación homosexual que trasciende y eleva a la Iglesia católica, a la comunidad cristiana, y de ser así, cuáles serían esos dones particulares?»

En respuesta, el arzobispo Bruno Forte, secretario especial del Sínodo, dijo:

«Supongo que lo que quiere expresar es que debemos respetar la dignidad de cada persona… Creo que es el punto más importante, y también que la actitud de la Iglesia para acoger a personas que tienen orientación homosexual se basa en la dignidad de las personas que son».

Hablando en otro punto de la rueda de prensa, Forte dijo que las uniones homosexuales tienen «derechos que deben ser protegidos», diciendo que era una «cuestión de civilización y respeto de esas personas.»

FUERTES DECLARACIONES DEL CARDENAL BURKE

La relatio, dijo, propone puntos de vista que muchos padres sinodales «no pueden aceptar», y que «como fieles pastores del rebaño no puede aceptar», dijo el cardenal conservador Raymond Burke.

«El documento carece de una base sólida en las Sagradas Escrituras y el Magisterio«.

Y agregó la sugerencia de que existe una trama conspirativa,

«Toda la información sobre el Sínodo es controlada por la Secretaría General del Sínodo que claramente ha favorecido desde el principio las posiciones expresadas en la Relatio».

«Mientras que las intervenciones individuales de los padres sinodales no se publican, la Relatio, que no es más que un documento de discusión, se publicó de inmediato y, según me han dicho, incluso se emitió en directo. Usted no tiene que ser un genio para ver que el enfoque en el trabajo ciertamente no es de la Iglesia».

Fuentes: The Tablet, Life Site News, Signos de estos Tiempos

 

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La comunión a los divorciados se está «tragando» el Sínodo de la Familia

Pocos enfoques sobre la crisis de la familia.
Luego de una semana de comenzado el Sínodo, el tema de la comunión para divorciados vueltos a casar – una cuestión marginal, de acuerdo incluso con el cardenal Kasper que puso el tema sobre la mesa – se ha convertido en el tema principal, perdiendo de vista un punto muy importante en el proceso, la crisis de la familia.

 

cardenales y opispos del sinodo de la familia

 

El punto es que la crisis de la familia está ligada a la crisis del catolicismo. Pablo VI pronosticó esta crisis, y trató de detenerla con la encíclica «Humanae Vitae», no por casualidad la última encíclica de su pontificado – a pesar de que el pontificado se prolongó durante otros 10 años. Juan Pablo II comprendió y luchó con todas sus fuerzas esta crisis, dedicando a la familia de un sínodo en 1980, una exhortación apostólica y numerosas intervenciones. Benedicto XVI analizó con lucidez esta crisis, y se refirió ella en las esferas internacionales. Esta misma crisis que el Papa Francisco identificó correctamente como una cuestión central.

La crisis de la familia fue de la mano con la secularización de los países. La ley natural se vio socavada por el individualismo, y este individualismo ha impregnado a la sociedad.

Tal vez la profecía del Papa Francisco está en su entendimiento de que la familia se debe poner en el centro del debate de nuevo.

Sin embargo, hasta ahora, el sínodo parece haberse centrado en cuestiones prácticas, más que en los principios universales.

Después de una semana de sínodo, el verdadero centro de la discusión es la admisión o no del divorcio en el matrimonio católico.

En el sínodo, la palabra divorcio es tabú. Nadie dice que quiere llegar a eso y todos proclaman en voz alta que la doctrina de la indisolubilidad debe permanecer intacta.

Sin embargo, cuando se quiere dar la comunión eucarística a los divorciados vueltos a casar es como si de hecho, en su caso, ya no subsistiera el sagrado vínculo conyugal originario. Como en el caso de las Iglesias ortodoxas, también la Iglesia católica admitiría, de facto, las segundas nupcias.

Precisamente, este es el camino emprendido por los fautores de la innovación: no una campaña no realista sobre el divorcio católico, que sólo algunos teólogos como Andrea Grillo o Hermann Häring reclaman de manera explícita, sino la propuesta de un auxilio misericordioso hacia quien ve negada la comunión porque se ha vuelto a casar civilmente después de la anulación civil del propio matrimonio sacramental.

La propuesta es atrayente: se presenta como medicina en los casos de sufrimiento por un «derecho» sacramental negado. No importa que dichos casos sean numéricamente muy escasos; bastan para hacer de palanca a un cambio cuyos efectos se prevén muchísimo más graves.

La sociología religiosa tendría mucho que decir en propósito. Hasta mediados del siglo XX, en las parroquias italianas, la prohibición de la comunión a quien estaba en una posición matrimonial irregular no causaba problemas porque era prácticamente invisible.  También donde la participación en la misa era alta, eran pocos los que comulgaban cada domingo. La comunión frecuente la hacía sólo quien se confesaba también frecuentemente. La prueba de ello era el doble precepto que la Iglesia dirigía a la gran masa de fieles; confesarse «una vez al año» y comulgar «por lo menos en Pascua».

No acceder a la comunión no era, por consiguiente, un estigma visible de castigo o de marginación. El motivo principal que impedía a la gran parte de fieles comulgar con frecuencia era el grandísimo respeto por la eucaristía, a la que se tenía que acceder sólo después de una preparación adecuada y siempre con temor y temblor.

Todo cambia en los años del Concilio Vaticano II y del postconcilio. En pocos años la confesión baja en picado, mientras la comunión se convierte en un fenómeno de masas. Todos, o casi todos, acceden a ella. Siempre. Esto es debido al cambio que sufre en el ínterin la idea corriente del sacramento eucarístico. La presencia real del cuerpo y de la sangre de Cristo en el pan y en el vino consagrados se reduce a mera presencia simbólica. La comunión pasa a ser como el beso de la paz, un signo de amistad, de compartición, de fraternidad, «del tipo: todos van, voy yo también», como dijo el Papa Benedicto XVI, que intentó restablecer el sentido auténtico de la eucaristía haciendo, entre otras cosas, que los fieles a los que daba la hostia en la boca se arrodillaran.

En un contexto similar, era inevitable que los divorciados vueltos a casar asumieran la prohibición de comulgar como la negación pública de un «derecho» de todos al sacramento. La reivindicación era, y es, de unos pocos, porque la gran parte de los divorciados vueltos a casar está alejada de la práctica religiosa; en cambio, entre los practicantes no faltan los que entienden y respetan la disciplina de la Iglesia. Pero sobre esta tipología limitadísima de casos se ha planteado, a partir de los años Noventa y, sobre todo, en algunas diócesis de lengua alemana, una campaña para el cambio de la disciplina de la Iglesia católica en materia de matrimonio, que ha alcanzado su apogeo con el pontificado del Papa Francisco, con su claro consentimiento.

Que el sínodo se concentre sobre la cuestión de los divorciados vueltos a casar corre el riesgo, además, de hacer perder de vista situaciones mucho más evidentes de crisis del matrimonio católico.

Poco antes del sínodo, por ejemplo, ha salido en las librerías italianas un reportaje sobre la acción pastoral planteada por el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio en las periferias de Buenos Aires: P. De Robertis, «Le pecore di Bergoglio. Le periferie di Buenos Aires svelano chi è Francesco».

Por éste sabemos que una gran parte de las parejas, un 80-85 por ciento, no está casada sino que simplemente convive en las «villas miseria», mientras que entre los casados «la mayor parte de los matrimonios no son válidos porque la gente se casa inmadura» y  ni siquiera intenta obtener la nulidad por parte de los tribunales diocesanos.

Quien proporciona estos datos son los «curas villeros», los sacerdotes enviados por Bergoglio a las periferias, los cuales especifican con orgullo que se da la comunión a todos, «sin alzar barricadas».

Las periferias de Buenos Aires no son un caso aislado en América Latina. Y demuestran no un éxito, sino en todo caso una ausencia o un fracaso de la pastoral matrimonial. En otros continentes el matrimonio cristiano se enfrenta a desafíos no menos graves, desde la poligamia a los matrimonios forzados, desde las teorías de género a los «matrimonios» homosexuales.

Frente a tal desafío, este sínodo y el sucesivo decidirán si la respuesta adecuada será abrir el camino al divorcio o devolver al matrimonio católico indisoluble toda su fuerza y belleza alternativa, revolucionaria.

Fuentes: Monday Vatican, Sandro Magister, Signos de estos Tiempos

 

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Dos líneas confrontadas en el Sínodo de la Familia sobre la comunión a los divorciados

Se está trabajando sobre las causas de nulidad del matrimonio.
Las conferencias de prensa que se hacen diariamente sobre las sesiones del Sínodo relatan lo previsible, hay dos líneas marcadas respecto a la comunión a los divorciados vueltos a casar. Y se ha hablado de los homosexuales, la anticoncepción y el aborto.

 

conferencia de prensa sinodo de la familia

 

Ya hemos dicho que el Sínodo de la Familia tiene un carácter consultivo, y que aun así esta no es una instancia final de la consulta, porque dentro de un año habrá otro Sínodo que trabajará sobre todo lo que se dijo en este. Pero lo que se discute tiene importancia argumental.

Dijo Lombardi en la rueda de prensa cotidiana que surgieron, pues, dos líneas,:

una que “dice con mucha decisión que el anuncio del Evangelio sobre el matrimonio exige, si el vínculo es válido, que no sea válida la admisión a los sacramentos, por coherencia de la doctrina con la fidelidad a las palabras del Señor”;

la otra, en cambio, recuerda que,

“Jesús ve las situaciones vividas desde la clave de la misericordia” y “sale al encuentro” de las “diferentes situaciones específicas”, por lo que se ha llegado a plantear la hipótesis de, en ciertos casos, permitir el acceso a la Eucaristía.

De cualquier manera, indicó Lombardi,

“las personas más preocupadas por la doctrina no son ajenas a los sufrimientos de las personas en dificultades” y los que proponen la apertura “no niegan de ninguna manera la indisolubilidad del matrimonio”.

Durante el debate,

“se insistió con fuerza en que es necesaria una actitud de respeto hacia los divorciados que se han vuelto a casar, porque, a menudo, viven situaciones de disgusto o injusticia social, sufren en silencio y tratan, en muchos casos, mediante un recorrido gradual, de llegar a participar más plenamente en la vida eclesial. La pastoral debería ser, pues, no represiva, sino totalmente misericordiosa”.

Durante la discusión libre se dijo que,

“es importante evitar atentamente dar un juicio moral, hablar de ‘estado permanente de pecado’, y tratar, por el contrario, de hacer comprender que la no admisión al sacramento de la Eucaristía no cancela completamente la posibilidad de la gracia de Cristo y que se debe, más bien, a la situación objetiva de la permanencia de un vínculo sacramental indisoluble anterior. Con esta óptica, se insitió en varias ocasiones en la importancia de la comunión espiritual. De cualquier manera, se insistió en que estas propuestas también manifiestan límites y que no hay soluciones fáciles a estas problemáticas”.

Sobre la cuestión del acceso al sacramento de la Eucaristía para los divorciados que se han vuelto a casar, se subrayó la indisolubilidad del matrimonio, pero también se afirmó que “hay que ver cada uno de los casos”. Se recordó nuevamente que el hecho de que los divorciados que se han vuelto a casar no puedan comulgar no quiere decir que no pertenezcan a la comunidad eclesial.

Según Lombardi, no se puede hablar de mayorías o minorías, porque

“en el Sínodo no se hacen cuentas y es absolutamente imposible hacer cuentas según las intervenciones”, puesto que el Sínodo está llevando a cabo su recorrido de “conocimiento recíproco” y todos escuchan respetuosa e interesadamente.

Participó también en la rueda de prensa el cardenal Francesco Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, quien explicó que son tres las hipótesis que está estudiando la comisión creada por Papa Francisco en agosto (presidida por Mons. Pio Vito Pinto)

“para tratar de hacer más simple y veloz del procedimiento para las nulidades matrimoniales”:

“la anulación de la doble sentencia conforme, actualmente en vigor, la anulación de la petición de un juez colegiado y el procedimiento administrativo, es decir la anulación erogada directamente por el obispo local en el caso de que el matrimonio sea ciertamente nulo y el obispo lo conozca y tenga la certeza de su credibilidad”. No se trata, pues, de introducir el divorcio católico.

Coccopalmerio agregó que,

“debemos adoptar la hermenéutica del Papa: salvar absolutamente la doctrina, pero partir de cada una de las personas y de sus situaciones concretas de necesidad y urgencia y de sus sufrimientos”, para poder “dar respuestas a las personas concretas en situaciones de gravedad y emergencia”.

En sintonía con lo que ha ido surgiendo en el debate, el cardenal Coccopalmerio dijo sobre el tema de los homosexuales

“la necesidad de un enfoque respetuoso y no discriminante para con los homosexuales”, que la Iglesia no acepta ni el matrimonio ni la bendición para las parejas del mismo sexo, pero que las respeta.

También el cardenal André Vingt-Trois insistió en la doctrina católica sobre la contracepción frente a la mentalidad del mundo secularizado.

Entre los argumentos afrontados durante el debate libre destacan: la paternidad responsable, la gravedad de un crimen como el aborto, la violencia en familia, la poligamia, una mayor preparación al matrimonio, la pastoral para los niños y la enorme evolución de la familia con respecto al Sínodo ordinario de 1980 sobre la “familia cristiana”.

Pero resuena en el aula del Sínodo la preocupación de que muchos matrimonios católicos ignoran las enseñanzas católicas sobre la anticoncepción, no consideran pecado usar métodos anticonceptivos artificiales y ni siquiera se confiesan por ello.

El cardenal constató que,

“Muchos son los que tienen dificultades para captar la distinción entre los métodos naturales de regulación de la fertilidad y la contracepción. Las causas principales de esta acogida difícil provienen de la diferencia entre el diseño antropológico cristiano y el de la mentalidad dominante”.

“Hay que animar una mentalidad abierta a la vida para contrarrestar la mentalidad contraceptiva y la difusión de un modelo antropológico individualista que determinan una baja demográfica en ciertas regiones”, estableció.

 Fuentes: Vatican Insider, Vatican News, Signos de estos Tiempos

 

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Leamos el Sínodo de la Familia a la luz de las tácticas militares que usa el maligno

El furioso ataque del mal en los últimos tiempos.
Como en todo evento importante de la Iglesia, y vaya si el Sínodo de la Familia lo es, el maligno, el diablo, está presente para torcerlo, por eso es bueno precaverse y discernir lo que vaya sucediendo en este año que tenemos por delante, a la luz de las tácticas de guerra que usa el tentador para convertirlo a su juego.  

 

cardenales y obispos en el sinodo de la familia en iglesia

 

Cualquier entrenamiento de combate y planificación táctica comienza con un proceso de recogida de información y su análisis. Recon (reconocimiento) es un término militar usado para determinar la disposición y la intención de la fuerza enemiga, recopilando información (o inteligencia) sobre la composición y funciones del enemigo. 

El Dr. Peter Kreeft escribió:

«No se puede ganar una guerra si no estamos dispuestos a admitir que estamos en guerra o que no sabemos quién es el enemigo o que no sabemos qué estrategia utiliza el enemigo».

Todos hemos sido testigos de cómo el árido viento de la campaña de propaganda secular del enemigo ha endurecido los corazones de muchos de nuestros familiares, amigos y vecinos, y de demasiados católicos.

Espiritualmente hablando, muchos han cruzado hacia el valle reseco y sin vida de los huesos secos profetizado en Ezequiel 37. Muertos en sus pecados, con el rigor mortis de la indiferencia en su corazón, como de piedra, destinados a la eterna condenación, a menos que se ponga en marcha alguna campaña de búsqueda y rescate.

Así que ¿por qué el diablo ha sido tan efectivo? ¿Cuál es su estrategia? Para entender mejor las tácticas del diablo, es importante entender sus nombres: «diabolos», significa «el que coloca la división o separación» y «daio,» la raíz de «demonio», significa «dividir». Estos nombres identifican las dos grandes campañas tácticas que el enemigo ha desplegado, sobre todo en las últimas décadas:

Separarnos de nuestros las líneas de suministro sobrenaturales.

Divide y vencerás.

SEPARARNOS DE NUESTRAS LÍNEAS DE SUMINISTRO

La primera estrategia principal del padre de la mentira es en realidad tan antigua como el Jardín del Edén en sí. Se trata simplemente de convencernos de que no necesitamos a Dios (Génesis 3: 5-6), ni tampoco necesitamos su fuerza y su poder (Efesios 6:10).

En los tiempos modernos, hemos sido testigos de esto en la campaña efectiva de los secularistas militantes que han tratado de desmitificar nuestra fe, rechazando de plano el poder sobrenatural de Dios. Una vez que el diablo nos ha convencido de que lo podemos desafiar bajo nuestro propio poder natural, o simplemente negar que él existe, nos ha separado de la única potencia real capaz de derrotarlo: la gracia sobrenatural de Dios.

Cada vez más común es la versión moderna y «secularizada» de la religión que se ve reducida a una especie de psicoterapia para la auto-realización. Algunos seminarios parecen centrarse en la formación de profesionales terapéuticos en lugar de teólogos. En otras palabras, en lugar de ver a Jesús como Dios con nosotros – una fuente real y siempre presente de amor sobrenatural y gracia – Él se reduce a una figura histórica que simplemente debemos emular como modelo en nuestros esfuerzos de auto-actualización.

Ya se trate de arte, arquitectura, música o la Misa, se ha hecho todo lo posible para despojarlos de cualquier sentido de fuerza sobrenatural y belleza trascendente. Este cálculo erróneo moderno parece decir: «Debemos mirar cómo el mundo si vamos a ganar los corazones del mundo»

Lamentablemente, esta versión secular de la religión se ha vuelto tan frecuente que los ojos de la mayoría de las personas comienzan a ponerse vidriosos ante la sola mención de la gracia sobrenatural de Dios como la fuente necesaria de energía en nuestras vidas.

San Pedro nos advierte que estemos fuertes en fe, porque el diablo ronda como león, buscando a quien devorar (1 P 5, 8-9). Leones rondando una manada para encontrar el objetivo más débil y más fácil. Una vez que nos se separan de Dios y su gracia sobrenatural, no tenemos poder para defendernos de las tácticas del diablo.

Nuestros antepasados ??y todos los santos sabían acerca de este poder y la fuerza sobrenatural, y que estar en estado de gracia era la armadura de Dios que debía ser atesorada y protegida a toda costa. La Escritura Sagrada ve esta vida divina en Dios (la gracia) como el «tesoro escondido» y la «perla preciosa» (Mt 13, 44-46).

En su oración de entrega, San Ignacio de Loyola lo identifica como el único tesoro significativo:

Toma, oh Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Todo lo que soy y todo lo que poseo me lo has dado: Me entrego todo a ti, y estoy dispuesto de acuerdo con Tu voluntad. Dame sólo tu amor y tu gracia; con éstos voy a ser lo suficientemente rico, y no voy a desear nada más.

DIVISIÓN Y CONQUISTA

La segunda táctica moderna del diablo es en realidad la estrategia militar muy antigua de «divide y vencerás». Esta estrategia se define como aquella que separa a una fuerza que sería más fuerte si se uniera. Como hemos dicho, el diablo está acechando como un león a la manada para encontrar el blanco más fácil. También está mirando para ver quien esta separado de la manada. Las fuerzas grandes y coordinadas son difíciles de derrotar. Si el enemigo nos puede separar en pequeñas unidades o individuos, él puede derrotarnos más fácilmente a cada uno.

En 1957, apenas dos años antes de la convocatoria para el Concilio Vaticano II y la crisis de fe que siguió, y justo antes de la década revolucionaria de 1960, la Hermana Lucía (la vidente principal en Fátima) dijo:

El diablo tiene ganas de hacer una batalla decisiva contra la Santísima Virgen, ya que sabe qué es lo que más ofende a Dios, y que en un corto espacio de tiempo, le hace ganar el mayor número de almas.

Así, el diablo hace todo lo posible para captar a las almas consagradas a Dios, porque de esta manera dejará las almas de los fieles abandonadas por sus líderes, y más fácilmente podrá aprovecharlas.

«Hiere al pastor y las ovejas se dispersan» (Zac 13: 7). No hay duda de que el diablo ha centrado su asalto en los líderes religiosos de nuestros días. Mientras que estos líderes pueden haber tenido intenciones nobles de caridad y sensibilidad pastoral, los resultados han sido devastadores. Décadas de liderazgo indulgente, vago y sin confrontaciones, han dejado los fieles débiles y propensos a «conformarse a los patrones de este mundo» (Rm 12, 2).

La desafortunada laxitud de la disciplina ha permitido la confusión y los conflictos donde debe haber claridad y armonía, una unidad auténtica basada en la verdad. Como resultado, la tendencia moderna entre los que creen y enseñan falsedades que contradicen directamente la enseñanza de la Iglesia es considerar estos focos de disidencia como simplemente «diferentes tribus» dentro de la Iglesia Católica. En este sistema tribal engañoso, los que creen y enseñan todo los que la Iglesia enseña son entonces considerados extremistas entre estas tribus.

Bien o mal, el liderazgo religioso pareció calcular que es mejor abstenerse de «cuestiones cargadas» por temor a ofender a una parte de los miembros o incluso la pérdida de miembros.

En la mira del enemigo – que está ahora asolando al mundo – sería conveniente para todos nosotros recordar las palabras de advertencia de San Pedro Canisio:

«Es mejor que sólo unos pocos católicos queden, firmes y sinceros en su religión, que permanezcan muchos, deseando estar en connivencia con los enemigos de la Iglesia y en conformidad con los enemigos declarados de nuestra fe».

Fuentes: One Peter Five, Signos de estos Tiempos

 

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El sínodo es la oportunidad de que las enseñanzas de la Iglesia renueven la economía y los espíritus

Habrá dos sínodos, el reflejado en los medios de comunicación y el real.
Una renovación de los valores del matrimonio, que consiga inyectar la necesidad de que los matrimonios comiencen bien y se mantengan así, sería la meta central del Sínodo, que aportaría una mejora económica en el mundo para las próximas generaciones. Matrimonios y familias fuertes pueden ayudar a curar a la gente de la pobreza económica y espiritual.

 

vigilia de oracion por el sinodo de la familia

 

Pero los medios de comunicación están montando un sínodo paralelo, enviando información para crear opinión de que los temas centrales del sínodo son la comunión a los divorciados y la apertura a los matrimonios homosexuales. Y en este debate han entrado muchos cardenales y obispos, debatiendo los pro y los contra de estos cambios, dejando de lado el verdadero valor estratégico de fortalecer la familia.

De alguna forma a esto aludió el papa Francisco en la apertura del Sínodo cuando exhortó a «no frustrar el sueño de Dios», refiriéndose al evangelio de hoy sobre los viñadores que matan al hijo del dueño de la viña.

Las asambleas,

«no sirven para discutir ideas brillantes o ver quién es más inteligente, sirven para cultivar y guardar mejor la viña del Señor, para cooperar en su sueño, su proyecto de amor por su pueblo».

LA DIMENSIÓN ECONÓMICA DEL MATRIMONIO

El matrimonio es una institución económica, así como religiosa y social, y las estadísticas muestran que a familias con matrimonios intactos les va mejor económicamente que a los que no están intactos.

«Más de un tercio de las familias monoparentales con hijos son pobres, en comparación con sólo el siete por ciento de las familias casadas»,  informó la Fundación Heritage  en 2012

«En general, los niños de familias casadas tienen 82 por ciento menos probabilidades de ser pobres que los hijos de las familias monoparentales».

«Los niños criados por dos padres son menos propensos a tener problemas de conducta, ser asmáticos o ansiosos; ellos tienen más probabilidades de logro en la escuela y más adelante», afirmó un artículo 2014 de la revista del New York.

No está claro si la pobreza conduce a menores tasas de matrimonio, o si el matrimonio protege contra la pobreza, pero los dos están claramente interrelacionados. El Papa Francisco ha hablado con compasión del  sufrimiento de los jóvenes desempleados, y obispos han trazado una clara conexión entre el desempleo juvenil y la falta de voluntad para comprometerse con el matrimonio.

Pero, ¿puede la Iglesia, y en particular el Sínodo sobre la Familia, hacer algo para mejorar la situación?

La iglesia ha fallado en particular en articular un mensaje que apele a las personas de la clase trabajadora de bajos ingresos. El estilo cálido y cercano del Papa Francisco puede ser capaz de superar ese problema, y ??el próximo Sínodo sobre la Familia le otorga la oportunidad perfecta para hacerlo.

UN GRAN MOMENTO PARA LA ENSEÑANZA PARA LA IGLESIA

El Sínodo presenta «un gran momento de enseñanza para la Iglesia», afirmó el P. Joseph Koterski, SJ, profesor de filosofía en la Universidad de Fordham en el Bronx, Nueva York.

Los jóvenes católicos tienen una opinión «muy favorable» del Papa Francisco pero no tienen «ninguna apreciación sobre las preguntas más importantes», dijo. Lo que los católicos de los bancos necesitan del Sínodo es un «mensaje a favor del matrimonio» que dé «estímulo fuerte para que cada persona respete la santidad del matrimonio», agregó.

Los católicos de todo el mundo podrían beneficiarse del Sínodo

«una sólida catequesis para no sólo disuadir a los jóvenes de hacer las cosas mal, sino para animarles a vivir correctamente».

La gente necesita confianza en que la Iglesia puede ayudar a entrar en matrimonios que no sólo se inicien sanos y fuertes, sino que permanezcan de esa manera.

LAS AMENAZAS

Por desgracia, el Sínodo corre el riesgo de ser descarrilado por cuestiones más coyunturales como las reformas de anulación del matrimonio y la comunión para los divorciados y vueltos a casar civilmente; y hasta la posibilidad de apertura a los ‘matrimonios’ homosexuales. Estas cuestiones tienen el potencial de atascar las reuniones y hacer infructuoso el esfuerzo.

No obstante, el Sínodo es «no una sociedad de debates», comentó el P. Koterski, y no vamos a estar viendo «el debate parlamentario libre de estilo británico».

Cada punto del orden del día «tendrá una cantidad limitada de tiempo antes de pasar al tema siguiente», explicó. Esto idealmente mantiene la atención de los obispos centrada en las cuestiones más fundamentales, como si las personas están optando por casarse, sobre todo dentro de la Iglesia, y qué razones tienen que permanecer casados.

ES POCO PROBABLE CAMBIAR LA DOCTRINA SOBRE TEMAS CANDENTES

Los temas candentes que han llamado la atención la mayoría de los medios de comunicación, es poco probable que resulten en recomendaciones de cambio doctrinal radical.

Con toda probabilidad, «habrá dos Sínodos: el Sínodo de los Medios de Comunicación, y el Sínodo que realidad se está desarrollando en Roma», declaró Anthony St. Louis-Sánchez, juez del Tribunal de Matrimonio Diocesano de Colorado Springs.

«Espero que muchos de estos temas candentes en los medios de comunicación no sean controversiales en el Sínodo real. Por ejemplo, la cohabitación y el matrimonio entre personas del mismo sexo son claramente contrarios a la doctrina moral católica. El trabajo del sínodo no es normalizar estas situaciones y que sean aceptables para los católicos«, agregó.

Con respecto a la Comunión para los divorciados y vueltos a casar civilmente,

«creo que el consenso de los cardenales que participan en el Sínodo Extraordinario favorece confirmar enseñanza de la Iglesia y sin compromiso», predijo.

La Reforma de la Anulación probablemente correrá en paralelo con el Sínodo, ya que el Papa Francisco estableció una comisión para ese fin el 2 de agosto de 2014.

«No importa lo mucho que [la reforma de la anulación] se discuta en el Sínodo, ya que tendrá luego que ser referida a un grupo más pequeño para discutir a fondo los detalles. Así que creo que [el Papa Francisco] ha acortado simplemente el tiempo».

La creación de la comisión para la reforma de anulación podría incluso «quitar del centro de atención la comunión a los divorciados vueltos a casar«, desde que la reforma de la anulación sería la mejor manera de regularizar su situación.

No hay necesidad de preocuparse por las reformas de anulación tan extremas que cambien la doctrina, opinó el P. Koterski, ya que él no prevé que el Papa vaya a sugerir a los obispos que se animen a promover el adulterio.

ESPERANZA DE QUE LA VIDA NO ES VACÍA Y LA SANTIDAD NO ES IMPOSIBLE

El verdadero reto del sínodo no es alterar la posición de la Iglesia, sino explicarla a un mundo que ya no la abraza y ni siquiera la entiende.

Independientemente de su situación financiera, muchas personas están sumidas en una especie de pobreza espiritual, donde la vida parece vacía de sentido, y la búsqueda de la santidad en medio de la vida conyugal y familiar parece ser a la vez inútil y tonta.

Las palabras cálidas del Papa Francisco y los grandes gestos públicos, incluso cuando a veces son mal entendidas, le dan a la gente la esperanza de que la vida no está vacía y la santidad no es imposible.

Es esperable que cortando transversalmente todas las preguntas que los medios de comunicación y el público hacen, los obispos puedan cambiar fructíferamente la triste crisis de la familia en este momento y que puedan escuchar la inspiración del Espíritu para iniciar la renovación real de apoyo espiritual y pastoral a las familias.

Fuentes: Catholic Lane, Signos de estos Tiempos

 

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¿Son nuestros curas y obispos como este tipo de sacerdote que quiere el papa Francisco?

La cosa se juega desde la entrada al seminario.
El Papa Francisco considera clave para la iglesia el accionar de los curas, es más, es quizás una de las partes más importantes en su reforma de la Iglesia. El viernes pasado agregó un tema más al perfil del sacerdote que ha venido explicando desde que inició su pontificado, Habló sobre la necesidad de los obispos de discernir sobre la verdadera vocación de cada seminarista, para que no se creen problemas.

 

liderazgo de francisco

 

Anteriormente había explicado su visión sobre lo que debe ser un sacerdote. Había hablado sobre el sacerdote confesor, el famoso concepto de pastores “con olor a oveja”, cercanos al pueblo, alejados del carrerismo y del clericalismo, y especialmente se refirió a los Obispos pidiéndoles que no fueran como “príncipes”.  

DISCERNIR SOBRE LAS VOCACIONES

El Papa Francisco recibió el viernes pasado a los participantes de la Plenaria de la Congregación para el Clero y les dirigió su discurso sobre tres temas: vocación, formación y evangelización.

“La vocación” -ha dicho el Papa- “es realmente un tesoro que Dios pone desde siempre en el corazón de algunos hombres, elegidos por Él y llamados a seguirle en este estado de vida especial. Este tesoro que debe ser descubierto y sacado a la luz, no está hecho para enriquecer solo a algunos. Quien es llamado al ministerio no es dueño de su vocación, sino administrador de un don que Dios le ha confiado por el bien de todo el pueblo, es más, de todos los hombres, incluso de aquellos que se han alejado de la práctica religiosa o no profesan la fe en Cristo”.

Francisco ha añadido que

“al mismo tiempo, toda la comunidad cristiana debe proteger el tesoro de estas vocaciones, destinadas a su servicio y tiene la tarea de promoverlas, acogerlas y acompañarlas con afecto”.

Y entró de lleno a dar un mensaje sobre cómo cuidar las vocaciones y un llamado a discernir las vocaciones de los postulantes a sacerdote.

Francisco reconoció que

“necesitamos sacerdotes, faltan las vocaciones. El Señor llama pero no es suficiente. Y nosotros obispos, tenemos la tentación de tomar sin discernimiento los jóvenes que se presentan. ¡Esto es un mal para la Iglesia!”

“Por favor, estudiar bien el recorrido de una vocación. Examinar bien si aquél es del Señor, si aquel hombre es sano, si aquel hombre es equilibrado, si aquel hombre es capaz de dar vida, de evangelizar, si aquel hombre es capaz de formar una familia y renunciar a esto para seguir a Jesús. Hoy tenemos tantos problemas, y en tantas diócesis por este engaño de algunos obispos de tomar a quienes vienen – a veces expulsados de los seminarios o de las casas religiosas – porque necesitan sacerdotes. ¡Por favor! Pensar bien en el pueblo de Dios”.

El Santo Padre explicó luego la importancia de formarse bien y con cuidado:

“la formación, por eso, no es un acto unilateral, con el cual alguien transmite nociones teológicas o espirituales. Jesús no dijo a cuantos llamaba: ‘ven, te explico’, ¡no! o ‘sígueme, te instruyo’, ¡no!; la formación ofrecida por Cristo a sus discípulos ha sucedido en cambio, a través de un ‘ven y sígueme’, ‘haz como yo hago’, y éste es el método que también hoy la Iglesia quiere adoptar para sus ministros. La formación de la que hablamos es una experiencia discipular que acerca a Cristo y permite de asemejarse siempre más a Él”.

El Papa resaltó asimismo que

“la formación, como discipulado, acompaña toda la vida del ministro ordenado y abarca integralmente su persona, intelectualmente, humanamente y espiritualmente. La formación inicial y aquella permanente son diferentes porque necesitan modalidades y tiempos diferentes, pero son las dos mitades de una misma realidad, la vida del discípulo clérigo, enamorado de su Señor y constantemente en su seguimiento”.

Francisco también ha hablado de la evangelización cómo el fin preciso de la vocación.

“Toda vocación es para la misión y la misión de los ministros ordenados es la evangelización, en todas sus formas”.

Y ha añadido que,

“la primera forma de evangelización es el testimonio de fraternidad y comunión entre los mismos sacerdotes y con el obispo» y les ha mencionado que se trata de »ser» curas y no de limitarse a »actuar» como curas, de ser libres de cualquier mundanidad espiritual, conscientes de que su vida de evangelización está antes que sus obras.

Estos conceptos vertidos por Francisco sobre el discernimiento de las vocaciones sacerdotales se une con lo que ha dicho Francisco en su pontificado sobre cual entiende que debe ser el perfil del verdadero pastor de almas, como un punto central en la reforma de la Iglesia.

EL SACERDOTE CONFESOR

Francisco ha hablado del sacramento de la confesión, recordando que Jesús dio a los apóstoles “el poder de perdonar los pecados”.

Al reflexionar sobre la figura del confesor, Bergoglio añadió:

“El perdón de Dios que se nos da en la Iglesia, se nos transmite a través del ministerio de un hermano nuestro, el sacerdote; también él un hombre que, como nosotros, necesita la misericordia, se hace realmente instrumento de misericordia, dándonos el amor sin límites de Dios Padre. También los sacerdotes deben confesarse, incluso los obispos: todos somos pecadores. ¡Incluso el Papa se confiesa cada quince días, porque el Papa es también un pecador!”.

“Sean pastores y no funcionarios. Mediadores y no intermediarios”.

PASTORES CON OLOR A OVEJA

Francisco también ha pedido a los párrocos que aprendieran de memoria no solo el nombre de sus parroquianos, sino “incluso los de los perros”, de los animales domésticos. Una manera para decir que el pastor debe estar cerca de su rebaño.

“Esto es lo que les pido: que sean pastores con ‘el olor de las ovejas’, pastores en medio del propio rebaño, y pescadores de hombres”, dijo Francisco el 28 de marzo, durante la homilía de la misa crismal.

“Nuestra gente agradece el evangelio predicado con unción, agradece cuando el evangelio que predicamos llega a su vida cotidiana, cuando baja como el óleo de Aarón hasta los bordes de la realidad, cuando ilumina las situaciones límites, “las periferias” donde el pueblo fiel está más expuesto a la invasión de los que quieren saquear su fe. Nos lo agradece porque siente que hemos rezado con las cosas de su vida cotidiana, con sus penas y alegrías, con sus angustias y sus esperanzas. Y cuando siente que el perfume del Ungido, de Cristo, llega a través nuestro, se anima a confiarnos todo lo que quieren que le llegue al Señor: “Rece por mí, padre, que tengo este problema…”. “Bendígame, padre”, y “rece por mí” son la señal de que la unción llegó a la orla del manto, porque vuelve convertida en súplica”.

Los sacerdotes, aún siendo célibes, deben ser padres. El “deseo de paternidad” está inscrito en las fibras más profundas de un hombre, explicó el.

Hablando de las fatigas del sacerdote, durante el encuentro con el clero romano el Papa había explicado:

“Cuando un sacerdote está en contacto con su pueblo, se fatiga. Cuando un sacerdote no está en contacto con su pueblo, se fatiga pero mal y, para ir a dormir debe tomarse una pastilla, ¿no? En cambio, el que está en contacto con su pueblo (¡porque el pueblo verdaderamente tiene muchas exigencias!, pero son las exigencias de Dios, ¿no?), ese se fatiga en serio, ¿eh?; y no necesita pastillas”.

SIN DISTANCIA CON SU PUEBLO 

El propuesto es un modelo de pastor que no crea ninguna distancia, que no vive separado, que no se considera el “administrador” de los bienes de la gracia, que no tiene la preocupación de “regular” la fe de las personas sino, más bien, de facilitarla, que no se ocupa excesivamente de las cuestiones de “moda eclesiástica” y no se preocupa demasiado por su imagen. Vive unido a Dios y por este motivo completamente dedicado al servicio de los fieles que le fueron encomendados.

Deriva de esta cercanía, de este compartir, la indicación sobre la sobriedad que el Papa pronunció ante los jóvenes seminaristas y religiosos el pasado 6 de julio:

“Me duele cuando veo a una monja o a un sacerdote con un coche último modelo. No se puede ir con coches costosos. El coche es necesario, para hacer muchos trabajos, pero pretendan uno humilde. Si quieren uno bonito, piensen en los niños que mueren de hambre”.

 LOS OBISPOS NO DEBE SER PRÍNCIPES

Las características del sacerdote indicadas por Francisco también aparecen en el perfil del obispo que ha ido trazando durante estos meses. En un vídeo-mensaje enviado a la Ciudad de México, al Congreso sobre la Evangelización en América, el Papa habló del obispo como

“pastor que conoce por su nombre a sus ovejas, las guía con cercanía, con ternura, con paciencia, manifestando efectivamente la maternidad de la Iglesia y la misericordia de Dios”.

El verdadero pastor, explicó, no tiene la actitud “del príncipe o del mero funcionario” que se preocupa principalmente por la disciplina, por las reglas, por los mecanismos organizativos;

“esto siempre lleva a una pastoral distante de la gente, incapaz de favorecer y de obtener el encuentro con Cristo y el encuentro con los hermanos”.

Francisco también habló sobre la importancia para los obispos de la formación de sacerdotes que sean capaces de estar cerca,

“que sepan encender los corazones de la gente, caminar con ellos, entrar en diálogo con sus esperanzas y con sus temores”.

NO AL CARRERISMO

En diferentes ocasiones, Bergoglio ha aludido a la enfermedad del carrerismo:

“Nosotros los pastores no seamos hombres con “psicología de príncipes”, hombres ambiciosos, que son esposos de una Iglesia, mientras esperan otra más bonita, más importante o más rica. ¡Estén muy atentos para no caer en el espíritu del carrerismo!”.

“¡Eviten el escándalo –añadió– de ser “obispos de aeropuerto”! Sean pastores acogedores, en camino con su pueblo”.

EVITEN EL CLERICALISMO 

Otro de los males que aflige a la Iglesia, y que a veces va de la mano del carrerismo, es el clericalismo, una “tentación”, como lo definió Francisco en el vídeo-mensaje que envió a México, que daña mucho a la Iglesia.

“La enfermedad típica de la Iglesia replegada hacia sí misma es la autoreferencialidad: verse al espejo, curvarse sobre sí misma como aquella mujer del Evangelio. Es una especie de narcisismo que nos conduce a la mundanidad espiritual y al clericalismo sofisticado”.

Carrerismo y clericalismo, enfermedad esta última que a veces incluso se transmite a los fieles laicos, que pueden llegar a desear ser “clericalizados”, son cadenas que impiden salir, afrontar los desafíos de la evangelización en mar abierto a la que ha llamado el Papa.

Fuentes: ACI Prensa, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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La apuesta ‘liberal’ del papa Francisco dentro del episcopado norteamericano

Entretelones del nombramiento del nuevo obispo de Chicago.
Recientemente el papa Francisco nombró como sucesor del cardenal George, el gran inspirador de la actual línea conservadora de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, a un obispo de orientación opuesta ¿Cómo debemos interpretar esto?

 

Bishop Cupich introduced as new archbishop of Chicago by Bishop Geroge

 

Viniendo del papa Francisco, que ha demostrado ser un pragmático antes que una persona que tiene una línea ideológica clara en su pontificado, quizás deberíamos verlo como probar otra línea en medio de una nación que se laiciza en términos sorprendentemente rápidos. Pero hay que verlo a la perspectiva que da el paso del tiempo y de otros movimientos de Francisco para juzgar su intencionalidad y su justeza.

Traemos la interpretación del conocido vaticanólogo Sandro Magister para su discernimiento.

Magister dice que mientras que el mundo eclesial norteamericano estaba aturdido todavía por la noticia de la inminente remoción del cardenal Raymond L. Burke, – del catolicismo más conservador y tradicionalista de Estados Unidos e históricamente más “papista” – ha sufrido un posterior impacto con el nombramiento del nuevo arzobispo de Chicago.

La decisión de Francisco de elegir a Blase Joseph Cupich como nuevo pastor de la tercera diócesis de Estados Unidos ha sumergido en una profunda depresión al componente particularmente dinámico del catolicismo conservador, casi al borde de un ataque de nervios. Basta recorrer las reacciones de los sitios web y de los blogueros de esta zona del mundo para registrar la ofuscación y la contrariedad por el nombramiento.

Por el contrario, la parte más progresista del catolicismo americano, históricamente hipercrítica de los últimos pontificados, celebró con entusiasmo la llegada de Cupich, definido por la prensa laica como un “moderado”, calificación recurrente en Estados Unidos para señalar a un «liberal» no radicalizado, pero aún así «liberal».

El predecesor de Cupich, el cardenal Francis E. George, había escrito no hace mucho tiempo en su «columna» para el semanario diocesano esta profecía:

«Yo moriré en mi lecho, mi sucesor en prisión, y su sucesor martirizado en la plaza pública. Pero luego de él otro obispo recogerá los restos de una sociedad en ruinas y lentamente ayudará a reconstruir la civilización, como la Iglesia ha hecho tantas veces a lo largo de la historia».

George ha sido siempre muy crítico de la derivación laicista en el campo legislativo determinada bajo la presidencia de Barack Obama, bien conocido por él desde cuando era senador por Illinois. Pero es difícil pensar que su profecía se realizará, al menos para su sucesor inmediato.

Para entenderlo, es suficiente con transitar también en forma sintética el recorrido eclesiástico del nuevo arzobispo de Chicago.

Cupich, de 65 años de edad, no es originario de Chicago, como George, sino de Omaha, en el periférico y rural Estado de Nebraska.

Su primera sede episcopal fue Rapid City, en la que sucedió al conservador Charles J. Chaput. Y es en esta pequeña diócesis de Dakota del Sur que en el 2002 se hizo notar por haber prohibido a una comunidad católica tradicionalista que celebrara el triduo pascual según el rito romano antiguo, luego liberalizado en el 2007 por Benedicto XVI con el motu proprio «Summorum pontificum».

Los católicos conservadores recuerdan también que durante el desencuentro entre los obispos de Estados Unidos y la Casa Blanca sobre la reforma sanitaria, Cupich fue uno de los poquísimos prelados, menos de una decena, que no han dicho ni siquiera una palabra en contra, aun cuando la crítica al Obamacare no es la posición de algunos obispos “extremistas”, o “guerreros culturales”, como se suele decir en sentido despreciativo, sino la posición oficial del Episcopado.

Convertido en obispo de Spokane en el año 2010, al año siguiente Cupich prohibió a sus sacerdotes y diáconos que tomaran parte en las jornadas de oración frente a clínicas abortistas. Una prohibición en neta contradicción respecto al “mainstream” de la Iglesia de Estados Unidos. En efecto, frente a estas clínicas se rezan Rosarios en casi todas las diócesis de Estados Unidos. Participan en estas jornadas varias decenas de obispos, incluidos, por ejemplo, el también «moderado» cardenal de Washington, Donald Wuerl, y el actual presidente de la Conferencia Episcopal, Joseph Kurtz, arzobispo de Louisville.

La voz de Cupich – hacen notar tanto los católicos conservadores, con dolor, como los progresistas, con satisfacción – se eleva siempre sonora cuando se habla de inmigración o de pena de muerte, pero es afectada siempre por la afonía cuando se discute sobre el aborto, sobre la eutanasia y sobre la libertad religiosa, o cuando se critica a la administración Obama en lo que se refiere a la reforma sanitaria.

Significativo en este sentido es el hecho que Cupich haya decidido duplicar el ámbito de la oficina “Respect Life” en la diócesis de Spokane, para dar a la lucha contra la pena de muerte el mismo peso que a la lucha contra el aborto.

En consecuencia, con Cupich parece que vuelven a tener auge en Chicago los tiempos del cardenal Joseph Bernardin, predecesor de George, campeón del catolicismo “liberal” de Estados Unidos y creador de la elefantiásica máquina burocrática de la Conferencia Episcopal, de la que fue presidente desde 1974 hasta 1977 y «dominus» hasta su muerte en 1996.

Y la era Bernardin parece volver gracias a una movida del papa Francisco que ha golpeado por sorpresa y ha tomado a contrapié a un episcopado como el de Estados Unidos, hoy ampliamente caracterizado por nombramientos hechos por Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Que fue una sorpresa se pudo notar por el hecho que pocos días antes del nombramiento el semanario «Our Sunday Visitor», el más oficial de los periódicos católicos de barras y estrellas – y que tiene como presidente de la homónima casa editorial al periodista Greg Erlandson, miembro de la comisión sobre la reorganización de los medios de comunicación vaticanos reunida en Roma por primera vez la semana pasada –, al dar la lista de los ocho nombres de posibles sucesores del cardenal George no mencionó al elegido por el papa Jorge Mario Bergoglio, es decir, Cupich.

Que además el nombramiento haya tomado a contrapié al episcopado USA puede resultar evidente por los resultados de las elecciones de los actuales presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, celebradas hace menos de un año, en noviembre del 2013.

En esa jornada electoral, en efecto, entre los diez candidatos estaba también Cupich. La suya era considerada por los colegas como la más marcadamente “progresista”, eclesiásticamente hablando, de las candidaturas presentadas.

Ahora bien, en la primera votación, que vio la repentina elección a presidente del vicepresidente saliente, es decir el arzobispo Kurtz, con 125 votos sobre 236 Cupich llegó solamente séptimo, con apenas 10 votos.

Obtuvieron más sufragios que él el cardenal de Houston, Daniel N. DiNardo (25), el arzobispo de Filadelfia, Chaput (20), los arzobispos de Los Ángeles, José H. Gómez, y de Baltimore, William E. Lori (15 votos cada uno) y el arzobispo de Nueva Orleans, Gregory M. Aymond (14).

En las dos votaciones para la vicepresidencia Cupich estuvo muy lejos de ser elegido, al alcanzar el quinto lugar (sobre nueve) tanto en el primer turno con 24 votos sobre 236, como en el segundo turno con 17 votos sobre 235.

Para Chicago, entonces, el papa Francisco no ha tomado en cuenta las orientaciones del episcopado local, contrariamente, por ejemplo, a lo que ha hecho en España, donde promovió a Madrid a Carlos Osoro Sierra, quien como arzobispo de Valencia fue elegido el pasado mes de marzo como vicepresidente de la Conferencia Episcopal en el primer turno, con 46 votos sobre 79.

No parece que el Papa haya tenido en cuenta las indicaciones del cardenal George, quien habría pedido como coadjutor a un sacerdote de la diócesis. Todo lo contrario a lo que ocurrió en Sydney, donde Francisco nombró el 18 de setiembre al dominico Anthony Colin Fisher, el pupilo del arzobispo saliente, es decir, de ese cardenal George Pell, de impronta conservadora, a quien el Papa ha llamado a Roma como “zar” del aparato económico financiero vaticano.

Hay sólo un punto en el cual Francisco ha utilizado para Chicago el mismo procedimiento utilizado para Madrid y Sydney. En los tres casos ha procedido al nombramiento sin hacerlo discutir primero por los cardenales y obispos miembros de la Congregación para los Obispos, aun cuando todos fueron renombrados por él el año pasado con nuevos ingresos significativos y otras tantas depuraciones significativas (la más clamorosa es la del cardenal estadounidense Burke).

Para Chicago, resulta que el papa Francisco procedió con una consulta personal, paralela a la del dicasterio. Apoyando al Papa en el nombramiento de Cupich habrían estado, en particular, los cardenales Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga y sobre todo Theodore McCarrick, emérito de Washington, exponente de la vieja guardia «liberal» del episcopado de USA.

A decir verdad, no es una novedad de este pontificado que nombramientos episcopales, también importantes, no sean discutidos colegialmente por la pertinente Congregación vaticana. Con Benedicto XVI no se discutió la provisión canónica de Venecia (pero sí las de Milán, Malinas-Bruselas, Santiago de Chile y Manila). Pero con este pontificado este abandono de los procedimientos parece ser usado con una frecuencia mucho mayor.

Efectivamente, no han pasado por el tamiz de la Congregación no sólo los nombramientos de Chicago, Sydney y Madrid, sino también, en Alemania, la selección de la terna a ser considerada según la tradición en el capítulo de Colonia, al igual que todos los nombramientos – una veintena – que se refieren a la Argentina.

En Italia – para dar dos ejemplos – no han pasado por el examen de la Congregación de los Obispos las sucesiones en Locri y en Isernia, donde han sido promovidos los vicarios generales de dos eclesiásticos en gracia con el Papa, por un lado el del obispo de Cassano all’Jonio y secretario general de la Conferencia Episcopal, Nunzio Galantino, y por otro lado el del arzobispo de Chieti-Vasto y secretario especial del próximo sínodo, Bruno Forte.

Volviendo a Estados Unidos, en este punto será interesante ver qué sucederá en el próximo consistorio para la creación de nuevos cardenales.

Actualmente son tres las diócesis USA tradicionalmente cardenalicias gobernadas por un arzobispo sin la púrpura hasta ahora: Chicago, Los Ángeles y Filadelfia.

Es fácil considerar que el papa Francisco concederá la birreta al de Chicago, el único de los tres nombrados por él.

Pero será curioso verificar si al mismo tiempo tendrá la púrpura también la diócesis de Los Ángeles, cuyo ordinario es del clero del Opus Dei, o la de Filadelfia (no las dos juntas, porque parece impensable que el papa Bergoglio cree tres nuevos cardenales USA con un solo golpe).

O si por el contrario, como señal ulterior para enviar al otro lado del Atlántico, la púrpura de Chicago estará seca, sin contrapesos.

Fuentes: Sandro Magister, Signos de estos Tiempos

 

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Fue destituido por el Papa el Obispo de Ciudad del Este, Paraguay, y lanzó una carta pública

El motivo del cese habría sido la falta de comunión con el resto de los obispos.
El Papa Francisco decidió la remoción del Obispo de Ciudad del Este, Paraguay, Monseñor Rolegio Livieres, luego de una serie de enfrentamientos con otros obispos y acusaciones, que culminaron en una visita de los delegados papales cardenal Santos Abril y Castelló y el obispo auxiliar uruguayo Milton Tróccoli a Paraguay en julio pasado.

 

mosenor livieres

 

De esa visita, concluyeron que el obispo paraguayo, monseñor Rogelio Livieres, único obispo del Opus Dei en Paraguay, no podrá seguir ordenando sacerdotes en su diócesis ante la polémica decisión de una formación acortada a cuatro años, como primera medida.

Foros de la Virgen María y Signos de estos Tiempos han seguido este asunto desde el inicio y ahora informan de su desenlace.

Ver aquí los artículos El Vaticano tuvo que intervenir en el duro enfrentamiento entre obispos paraguayos y  Penoso enfrentamiento de obispos en Paraguay entre acusaciones de pedofilia y homosexualidad, que relatan el trasfondo y los sucesos.

La cesación de Livieres decidida por Francisco se produjo después que el Obispo tuviera en Roma esta semana dos reuniones en la Congregación para los Obispos, donde se lo instó a que renunciara a su cargo por la falta de unidad en la comunión con los otros obispos del Paraguay.

El Obispo no renunció y por eso vino la decisión administrativa de Francisco.

Tras el anuncio del cese, Mons. Rogelio Livieres ha colgado una carta pública al Cardenal Oullet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, en la web de la diócesis, donde expresa que no pudo ver los resultados de la Visita Apostólica ni fue recibido por el Papa para poder defenderse de las acusaciones. La carta íntegra puede leerse aquí.

En la carta Monseñor Livieres habla de la irregularidad de que el Nuncio Apostólico en Paraguay, dio una conferencia de Prensa antes que le comunicaran a él su cese por escrito.

Y recuerda en su carta pública las palabras de despedida del Cardenal Santos y Abril al finalizar la visita de julio:

“espero que reciban las decisiones de Roma con la misma apertura y docilidad con que me han recibido a mí”. ¿Estaba indicando que el curso de acción estaba ya decidido antes de los informes finales y el examen del Santo Padre? En cualquier caso, no hay que temer rebeldía alguna. Los fieles han sido formados en la disciplina de la Iglesia y saben obedecer a las autoridades legítimas.

Monseñor Livieres insiste en que desde el principio ha habido un enfrentamiento hacia él de parte de los otros obispos:

los ataques y maniobras destituyentes de la que he sido objeto se iniciaron ya desde mi nombramiento como Obispo, antes incluso de que pudiera poner un pie en la Diócesis –hay correspondencia de la época entre los Obispos del Paraguay con el Dicasterio que Su Eminencia preside como prueba fehaciente de ello. Mi caso no ha sido el único en el que una Conferencia Episcopal se ha opuesto sistemáticamente a un nombramiento hecho por el Papa contra su parecer. Yo tuve la gracia de que, en mi caso, los Papas san Juan Pablo II y Benedicto XVI me apoyaran para seguir adelante. Entiendo ahora que el Papa Francisco haya decidido retirarme ese apoyo.

E insiste que esto ha sido una maniobra hacia él:

Que mis opositores y la prensa local hayan recientemente estado informando en los medios, no de lo que había pasado, sino de lo que iba a suceder, incluso en los más mínimos detalles, es sin duda otro indicador de que algunas altas autoridades en el Vaticano, el Nuncio Apostólico y algunos Obispos del país estaban maniobrando de forma orquestada y dando filtraciones irresponsables para “orientar” el curso de acción y la opinión pública.

En lo sustancial, Livieres acepta el cese, no sin antes anunciar que lo suyo ha sido una persecución ideológica y que quienes han tomado la medida deberá dar explicaciones a Dios:

Como hijo obediente de la Iglesia, acepto, sin embargo, esta decisión por más que la considero infundada y arbitraria y de la que el Papa tendrá que dar cuentas a Dios, ya que no a mí. Más allá de los muchos errores humanos que haya cometido, y por los cuales desde ya pido perdón a Dios y a quienes hayan sufrido por ello, afirmo una vez más ante quien quiera escucharlo que la substancia del caso ha sido una oposición y persecución ideológica.

Finalmente el cesado Monseñor Livieres se refiere a la crisis de fe y moral en la Iglesia de Paraguay,

El verdadero problema de la Iglesia en el Paraguay es la crisis de fe y de vida moral que una mala formación del clero ha ido perpetuando, junto con la negligencia de los Pastores. Lugo [el ex obispo y es presidente de Paraguay] no es sino un signo de los tiempos de esta problemática reducción de la vida de la fe a las ideologías de moda y al relajamiento cómplice de la vida y disciplina del clero.

La oposición a toda renovación y cambio en la Iglesia en el Paraguay no sólo ha contado con Obispos, sino también con el apoyo de grupos políticos y asociaciones anti-católicas, además del apoyo de algunos religiosos de la Conferencia de Religiosos del Paraguay –los que conocen la crisis de la vida religiosa a nivel mundial no se sorprenderán de esto último.

Hay que notar sin embargo, que en esta larga carta escrita desde Roma con fecha 25 de septiembre hay una notoria ausencia de toda referencia al caso del sacerdote argentino Carlos Urrutigoity incardinado en la Diócesis de Ciudad del Este en 2008 y nombrado vicario general por Livieres hace dos años, a pesar de que el obispo Joseph Martino de los EE.UU. había expresado «serias reservas» por las acusaciones de abuso sexual de un estudiante americano. La Diócesis de Scranton, donde el sacerdote ejerció su ministerio desde 1998 hasta 2002, lo suspendió de sus deberes sacerdotales y cerró la reclamación en su contra con el pago de una indemnización de 400.000 dólares. A Livieres se la había acusado de investigar muy sumariamente esta denuncia antes de nombrarle vicario general.

Fuentes: Diócesis de Ciudad del Este, Signos de estos Tiempos

 

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