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Jesucristo revela al Padre Pío los 3 Días de Oscuridad

Que sucederá en esos 3 días y cómo protegernos.

En uno de los mensajes que Nuestro Señor le dio al Padre Pío le habló de los 3 días de oscuridad, las razones por las cuales está en sus planes, qué busca lograr con esto, que sucederá en ese momento y cómo debemos protegernos.

Los 3 días de oscuridad son el último episodio de la tribulación del final de los tiempos.

Es un parte aguas, porque cuando salga el sol nuevamente la tierra será otra y los seres humanos que la habiten también.

Ahí comenzará realmente la Era de Paz, fruto del triunfo del Inmaculado Corazón de María.

Aquí te contaremos lo que Nuestro Señor le reveló al Padre Pío sobre lo que sucederá en los 3 días de oscuridad, que como en el caso de Nínive es condicional a nuestra conversión, y qué nos recomienda hacer ante esa eventualidad para protegernos.

San Pío de Pietrelcina fue quizás uno de los místicos que tuvo más dones sobrenaturales en la historia de la Iglesia.

Murió en nuestra ventana de tiempo, en 1968, y su influencia en nuestro tiempo ha sido importantísima.

Tuvo apariciones de Jesucristo, de la Santísima Virgen.

La capacidad de ver apariciones de ángeles, demonios, almas del purgatorio.

Tenía el don de leer las conciencias, de levitar, de bilocarse.

Y se haría famoso sobre todo por los estigmas de la Pasión de Jesucristo, que despedían una rica fragancia.

Los llevó visiblemente durante 50 años y desaparecieron sin dejar cicatriz 3 días antes de su fallecimiento.

Su cuerpo incorrupto está en San Giovanni Rotondo, donde vivió toda su vida de fraile capuchino.

Pero también recibió mensajes escatológicos de Jesucristo sobre el final de los tiempos, que plasmó en una carta de 1959 dirigida a su superior, donde cuenta la revelación que le hizo el Señor sobre la tribulación del fin de los tiempos y los 3 días de oscuridad.

La carta es extensa, de modo que haremos un resumen de lo más significativo.

El Señor le dijo que los hombres corren hacia el abismo del infierno, dedicados a las diversiones y al hedonismo.

Y que la medida del pecado está colmada.

Porque los pecados de los hombres se han multiplicado sin límite; las irreverencias en la Iglesia, el orgullo pecaminoso cometido en actividades religiosas, la falta de amor fraterno, etc.

El amor del uno por el otro se ha convertido en una palabra vacía. 

Los hombres han abandonado el camino correcto para aventurarse en caminos que terminan en el desierto de la violencia.

Y le dijo que no sabe qué más hacer para que la humanidad se arrepienta. 

Si continúa por este camino, la ira de Dios se desencadenará como un tremendo rayo.

Y si no vuelve a beber de la fuente de la humildad, la caridad y el amor, vendrá una catástrofe.

También le dice que una y otra vez ha avisado a los hombres y a menudo les ha dado oportunidades para volver al verdadero camino.

Pero ahora la perversidad ha alcanzado su punto máximo.

Y entonces le pide al Padre Pío que diga a todos los hombres que ha llegado el tiempo en que se cumplirá una purificación. 

Sus ángeles, que serán los ejecutores de este trabajo, están preparados.

Y luego, Su reino será glorificado, y Su nombre será bendito desde la salida hasta la puesta del sol y Su reino no tendrá fin.

Y pide desde ahora hacer reparación, ser fervientes y que nos sacrifiquemos, porque muchas cosas están en peligro. 

Le dijo que ya no puede interceder por los hombres y que la piedad divina está a punto de terminar, porque el hombre había sido creado para amar la vida, y terminó destruyendo la vida.

Cuando el mundo fue confiado al hombre era un jardín, pero el hombre lo ha convertido en una atmósfera llena de venenos. 

Y vertió un juicio fuerte, nada sirve ahora para limpiar la casa del hombre, por lo tanto es necesario un trabajo profundo, que sólo puede venir del cielo.

Dijo también que este pueblo sin Dios y perverso, seguirá los pasos de los habitantes de Sodoma y Gomorra de la antigüedad, cuya perversidad incluso dijo no fue tan grande como la de los seres humanos actuales.

Y le dio una pista de las señales para saber cuándo sucederá.

Hay que observar el sol, la luna y las estrellas, y cuando aparezcan indebidamente alterados y revueltos, no está lejano el día.

Hay que permanecer unidos en la oración y vigilantes.

Rogar para que esos días sean acortados.

Y hacer acopio de alimentos. 

Y entonces dijo «prepárense para vivir tres días en total oscuridad».

Recién a la noche del tercer día el sol se levantará y será primavera.

El sol volverá a brillar y los ángeles descenderán del cielo y extenderán el espíritu de paz sobre la tierra. 

Pero luego que la luz vuelva, muchos serán los hombres que no la verán.

Y cuando todo termine, un sentimiento de inmensa gratitud tomará posesión de aquellos que sobrevivan a ésta terrible prueba.

¿Y qué sucederá en esos días?

La tierra temblará, los terremotos serán como una serpiente, los sentirán arrastrarse por todos lados y muchas piedras caerán. 

Un meteorito caerá sobre la tierra y explotará. 

La noche será muy fría. 

El viento rugirá y a continuación se oirán rayos y centellas. 

El viento traerá consigo gases envenenados que serán difundidos sobre la tierra entera.

Será un desastre peor que una guerra. 

Muchas cosas serán canceladas. 

Una tierra va a desaparecer, un país será borrado para siempre de los mapas geográficos.

Los negocios serán saqueados, los almacenes serán tomados en asalto y destruidos. 

Y sentenció «pobre será aquel que en esos días oscuros se encuentre sin una vela, sin una jarra de agua y sin lo necesario por tres meses»

¿Y esto sucederá en todo el mundo?

Dice que sí, pero a aquellos que estén en estado de gracia no les sucederá ningún mal, ni tampoco a los que busquen la protección de la Santísima Virgen.

De modo que habrá una protección a los justos y a los puros de corazón.

Porque la confianza en Dios le obliga a ir en la ayuda de los justos. 

Y el grito de ¡Quién como Dios! servirá de medio de protección.

La devastación será grande, pero al final Dios habrá purificado la tierra. 

Esto no es un castigo fruto de la irritación, sino para que la humanidad siga existiendo.

Este es un acto de amor para que no se pierdan más seres humanos en el infierno, porque debemos pensar que fuimos creados para vivir en lo eterno y no en esta vida pasajera.

Y por tanto debemos rogar para que se nos conceda la gracia de tener el alma preparada.

¿Y qué hay que hacer durante los 3 días de oscuridad?

En los días de oscuridad, los escogidos no deberán quedarse dormidos como Sus discípulos en el Huerto de los Olivos. 

Orarán incesantemente y no serán defraudados.

Pide rezar con los brazos extendidos o postrados sobre el suelo, de manera que se puedan salvar muchas almas.

Arrodillarse delante de un crucifijo.

Arrepentirnos de nuestros pecados y pedir la protección de la Santísima Virgen.

Rezar el Rosario, leer libros espirituales y hacer actos de amor.

Hacer oraciones a la Virgen María, a San José, a todos los santos que conocemos, y a los ángeles.

Nuestros ángeles custodios serán nuestros intercesores, debemos también implorar su ayuda.

Dice que hay que encender velas, una vela bendita bastará para muchos días. 

Hay que mantener las ventanas bien cubiertas y no mirar para afuera, porque los escogidos no deberán ver Su ira.

No debemos hablar a nadie fuera de la casa ni abrirle la puerta.

No salir tampoco de la casa porque se desatarán las fuerzas de la naturaleza y una lluvia de fuego hará temblar de miedo a la gente.

Pide que nadie atraviese los recintos ni salga incluso para alimentar a los animales, porque el que dé un paso fuera perecerá. 

Hay que tener valor y confiar que el Señor está entre nosotros.

Aquellos que sufran y mueran inocentemente serán mártires y serán reconocidos como tales en el Reino de Dios.

Y a la vuelta de la luz, cada uno debe dar gracias a la Santísima Trinidad por su protección.

Los 3 días de oscuridad es una profecía que ha sido revelada a santos y místicos desde hace siglos y los estudiosos consideran que es la culminación de la tribulación.

Y naturalmente es condicional a nuestra conversión, como fue la profecía que Dios le hizo proclamar a Jonás de que Nínive sería destruida en 40 días y al final no cumplió porque Nínive se convirtió.

Está en nuestras manos en definitiva.

Bueno hasta aquí lo que queríamos hablar sobre la revelación de Jesucristo al Padre Pío sobre los 3 días de oscuridad. 

Y me gustaría preguntarte qué otra cosa has sentido decir sobre los 3 días de oscuridad.   

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ARTÍCULOS DESTACADOS Catolicismo Jesucristo Movil NOTICIAS Noticias 2021 - enero - diciembre REFLEXIONES Y DOCTRINA Religion e ideologías Sobre los Santos y Beatos Virgen María

¿Qué aspecto tenían los Santos, Jesús y María?

Los rostros reconstruidos por las tecnologías más modernas.

La Biblia y la historia del cristianismo relatan hechos históricos, de personas que existieron y no mitológicas.

Sin embargo en estos tiempos, en que lo único que vale es lo que hace el hombre, muchas veces se niega su existencia, dicen que son fábulas inventadas por la Iglesia para dominar al pueblo.

Pero diversos expertos han reconstruido el rostro de personas bíblicas y santos, precisamente mediante las tecnologías modernas que adoran los incrédulos de la historicidad de los personajes bíblicos.  

Las nuevas tecnologías 3D y otras técnicas computarizadas se están usando para determinar el color de ojos, piel y cabello y reconstrucciones fotográficas, como las que se realizaron a partir del sudario de Jesús. 

Se tienen en cuenta todos los datos disponibles como pinturas, el análisis de los restos óseos, del cabello, descripciones escritas, etc.

Así se han reconstruido los rostros de María Magdalena, San Pablo, San Valentín, San Antonio de Padua entre otros. 

En este video te queremos hablar de cómo fueron los rostros de santos, Jesús y María, reconstruidos a partir de las técnicas más actuales. 

Sobre los rostros de Jesús y la Virgen María hemos realizado videos especiales y más detallados, que te recomiendo mirar. 

El 25 de enero de 2021, fiesta de la conversión del apóstol San Pablo, se presentó la reconstrucción artística realizada del santo entre el especialista en reliquias de la Arquidiócesis de San Pablo, Brasil, Fábio Tucci Farah, y la artista Girleyne Costa.

Según señaló Tucci Farah, para la concreción de este proyecto se utilizaron entre otros elementos, el ícono más antiguo del Apóstol, encontrado hace poco más de diez años en las catacumbas de Santa Tecla en Roma.

En junio de 2009, L’Osservatore Romano había revelado un descubrimiento extraordinario en las catacumbas de Santa Tecla: el icono más antiguo de San Pablo, que data de finales del siglo IV y principios del quinto. 

Debajo de una gruesa capa removida por láser, especialistas de la Pontificia Academia Romana de Arqueología descubrieron el fresco de un hombre calvo de rostro delgado y alargado, barba oscura, nariz grande.

Aunque San Pablo tiene una vasta y variada iconografía, el ícono descubierto en las catacumbas de Santa Tecla está en perfecta armonía con la única descripción disponible de su apariencia, encontrada en los Hechos de Pablo y Tecla, un texto apócrifo que se remonta posiblemente al siglo II.

En este texto, San Pablo aparece como un hombre de baja estatura, de cejas juntas, calvo, de piernas arqueadas, ojos hundidos y una gran nariz aquilina.

Con esta descripción, y también tomando en consideración algunas características étnico-raciales, el modo de vida del apóstol y la personalidad, que salta de sus innumerables epístolas, Tucci Farah y Girleyne Costa pudieron hacer una reconstrucción del rostro del Apóstol de los Gentiles.

Se trata de la misma forma de labor que reveló los posibles rostros de Santa Juana de Arco, del apóstol Santiago y de varios otros personajes bíblicos para dar contenido histórico a la Biblia. 

El rostro de María Magdalena, la discípula de Jesús, testigo de la Resurrección, ha sido reconstruido a partir del cráneo que se le atribuye y que se encuentra en St. Maximin-la-Sainte-Baume (Francia) y restos del cabello. 

Como no se pudo extraer su cráneo, se analizó el cabello y los especialistas tomaron cientos de fotos para efectuar una reconstrucción tridimensional. 

El trabajo correspondió a un grupo de paleontólogos franceses de la Universidad de Versalles que dirigió Philippe Charlier en 2017. 

María Magdalena aparece como una mujer delgada, de unos 50 años, de tipo mediterráneo con tez y pelo oscuros y una prominente nariz ganchuda. 

También se ha reconstruido el rostro de San Antonio de Padua en 2012 a partir de las reliquias del santo muerto hace más de 800 años. 

Ese año el Museo de Antropología de la Universidad de Padua finalizó con la reconstrucción de la apariencia del Santo franciscano, contemporáneo de San Francisco de Asís. 

Presentaron la imagen de un hombre regordete de aspecto saludable, luego de utilizar técnicas digitales para el modelo del cráneo 

El arqueólogo Luca Bezzi, especialista en reconstrucción 3D, creó un prototipo tridimensional de reconstrucción facial forense. 

También utilizó toda la documentación existente en la basílica, gracias a la colaboración del Centro di Studi Antoniani. 

El busto reconstruido se presentó el 10 de junio de 2014 en un congreso en Padua y luego permaneció en exhibición en la basílica durante unos días. 

La imagen difiere a lo que estábamos acostumbrados a ver en íconos, pinturas o esculturas. 

San Antonio fue un fraile, sacerdote, predicador y teólogo portugués, nacido en Lisboa el 15 de agosto de 1195.

En 1210 se hizo monje agustino en Coimbra y diez años más tarde se convirtió en fraile franciscano, y fue admirado por el fundador de la orden, San Francisco de Asís.

También San Nicolás de Bari, de quien se tomaron sus costumbres de ayudar a los pobres para construir al difundido Santa Claus, tuvo su reconstrucción de rostro.

Académicos británicos de la Universidad de Liverpool lo hicieron en 2004 utilizando las reliquias presentes en Bari y usaron la tecnología 3D. 

Consiste en el estudio del cráneo a través de una serie de fotografías de rayos X y medidas tomadas originalmente en 1950. 

San Nicolás de Bari aparece con una fisonomía de piel aceitunada y con la nariz quebrada.

El rostro de San Valentín también se ha reconstruido con técnicas modernas y se utilizaron como base los restos que están en el oratorio de San Giorgio in Monselice, Italia.   

Ahora, San Valentín, probablemente un mártir cristiano de la Antigua Roma, o un obispo del siglo III, está en discusión, por fin tiene un rostro, obtenido a través de la computación gráfica.

Los trabajos de reconstrucción comenzaron en 2018 y al fin se muestra a un hombre de facciones rústicas y relativamente joven, todo lo contrario al señor de aspecto delicado y edad avanzada que se difunden en sus imágenes tradicionales.

Respecto de Jesús, su iconografía es diversa, pero es imposible sustraerse a su encanto y se lo reconoce en cualquier imagen.

Hemos hecho un video sobre este tema que te recomendamos mirar. 

Hubo apariciones y reproducciones fotográficas como las de Gimigliano, donde apareció milagrosamente el santo rostro de Jesús.

Fue revelado por la foto tomada por un vidente, con una cámara Polaroid, desde el Santuario, a un punto luminoso en la cruz de hierro colocada en la cima de la montaña de la Ascensión, el 4 de febrero de 1988 a las 11:45.

La Virgen María en esas apariciones dijo luego que éste es el verdadero rostro de Jesús.

Pero la imagen más creíble de la cara de Jesucristo está en la Sábana Santa de Turín de la que se hizo un trabajo fotográfico.

Y un grupo de especialistas luego la tomaron como base para reproducir cuál probablemente fue la cara de la Santísima Virgen.

El criterio es que los hijos suelen parecerse a la madre y la madre a sus hijos, de acuerdo a leyes genéticas.

La imagen ha mostrado el rostro ovalado de una joven, ojos oscuros y grandes, con cejas delgadas, nariz recta y labios carnosos.

El primer ícono de la Virgen María se atribuye al evangelista San Lucas, que era médico, pintor y escultor, acompañó a San Pablo y luego se le atribuye el evangelio que lleva su nombre.

San Lucas pintó a la Virgen de forma presencial y también se le apareció con Jesús Niño en brazos.

Sin embargo no se puede inferir el rostro de la Virgen María por sus apariciones, porque toma las características étnicas de la región.

Por ejemplo en México, Nuestra Señora de Guadalupe tiene las facciones de una princesa indígena.

Y en Kibeho, Ruanda, Africa apareció con rasgos negroides. 

La descripción de la Virgen que se aparece en Medjugorje la obtuvo el padre Janko Bubalo, un franciscano de la provincia de Herzegovina, que le repitió la misma pregunta a todos los videntes en cuestionarios que reunió en 1992.

La Virgen se presenta a los videntes de Medjugorje como de aproximadamente unos 165 cm de altura, más bien esbelta, de unos 60 kilos y de entre 18 y 20 años, coincidieron los seis videntes croatas.

Su cara es más bien ovalada, de color blanco y rojizo en los pómulos.

Sus labios son normales y tenues, rosas.

Se le nota en la cara una suavidad indescriptible al igual que la sonrisa que parece debajo de la piel.

Según el franciscano investigador, sus ojos son maravillosos, muy azules, normales o quizás un poco más grandes, pestañas delicadas sin ningún color especial. 

Las cejas son tenues, tiran más a negro.

Su nariz es pequeña y bonita, en armonía con la cara.

Lleva un vestido de mujer muy sencillo. 

En general gris, quizás de un color azul- grisáceo, que le cae libremente y le llega hasta la nubecita sobre la que está de pie.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre la reconstrucción y apariencia de rostros de santos, y de Jesús y María. 

Y me gustaría preguntarte si los rostros de los santos que hemos presentado aquí son más o menos lo que tu te imaginabas o no.

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Profecías de Don Bosco sobre el Resurgimiento de la Iglesia [y la Era de Paz en el mundo]

Cómo llegará el resurgimiento de la Iglesia y la era de paz.

San Juan Bosco, fundador de los Salesianos, adelantó una serie de acontecimientos en la Iglesia hace más de 150 años, que hoy tenemos a la vista.

Fue muy devoto de la Santísima Virgen María, especialmente bajo su título María Auxiliadora.

Y realizó una serie de profecías, disfrazadas como “sueños”.

Hay dos que se refieren a una gran crisis en la Iglesia y su solución.

Aquí hablaremos sobre cómo dos de los sueños de Don Bosco pintan con claridad lo que está sucediendo en nuestro tiempo.

Y como profetizan la salida de esto que culminará en el Triunfo del Corazón Inmaculado de María, el reinado Eucarístico de Jesús, un nuevo pentecostés y una era de paz con el reflorecimiento de la Iglesia y la humanidad.

Habrá un Papa martirizado, luego de lo cual la Iglesia se repondrá.

Y vendrá un Papa que logrará reunificar a la Iglesia a partir de sus cimientos, el triunfo de Jesús, María y la Iglesia, un período de paz, y luego la venida del anticristo.

Que nos llevará a la segunda venida física y presencial de cristo al final de todo el proceso.

Dos sueños muestran cómo la Iglesia es atacada y cómo finalmente se reconstruirá por una intervención divina.

“El sueño de las dos columnas” es la profecía más conocida.

Pero también está la “Marcha de los 200 días”, que debe leerse conjuntamente con la anterior.

Don Bosco previó esto en el futuro de la Iglesia ya en 1862.

En el sueño de las dos columnas maneja la alegoría a través de un barco, que representa a la Iglesia, en el mar tormentoso, sufriendo ataques.

Rodeando el barco de la Iglesia había barcos más pequeños que representaban a los fieles leales a la Iglesia. 

Y oponiéndose al barco de la Iglesia había una gran flota enemiga cuyos barcos tenían cañones y arietes que intentaban destruir al barco de la Iglesia. 

En este momento desesperado de tormenta y batalla, de repente dos columnas emergieron del mar.

En la parte superior de la columna más grande estaba el Santísimo Sacramento. Y en la parte superior de la otra columna estaba María Inmaculada, la Auxiliadora.

Varios Papas se esfuerzan para amarrar a la Iglesia y anclarla entre estas dos columnas que son la salvación.

Un Papa es muerto en la batalla y los enemigos parecen derrotar a la Iglesia.

Pero la calma y la paz llegan sólo cuando el sucesor del Papa muerto ancla la Iglesia entre las dos columnas.

El mensaje central es que el futuro de la Iglesia está garantizado cuando los sucesores de Pedro logran anclar a la Iglesia a las devociones de Jesús en el Santísimo Sacramento y María Auxilio de los Cristianos.

Lo cual supone que antes de esto, los atacantes habían logrado debilitar ambas devociones.

Cuando San Juan Bosco, que vivió en el siglo XIX, explicó su sueño a otros, comentó: 

«Preveo que algunas de las pruebas más grandes en la historia de la Iglesia Católica serán en el próximo siglo. 

Dios está dando solo dos medios para defender a Su Iglesia. 

La primera es la devoción a Jesús en el Santísimo Sacramento. El segundo es la devoción a Nuestra Santísima Señora».

Y agregó,

«Lo que hasta ahora ha sucedido es casi nada en comparación de lo que tiene que suceder. 

La Iglesia deberá pasar tiempos críticos y sufrir graves daños, pero al fin el Cielo mismo intervendrá para salvarla.

Después vendrá la paz y habrá en la Iglesia un nuevo y vigoroso florecimiento”.

En el sueño de las Dos Columnas Don Bosco habla del arsenal de los atacantes.

Habla de armas convencionales como cañones y fusiles, pero también se refiere a libros, lo que nos permite comprender que hay también un ataque ideológico.

Y que éste es previo al desembarque y ataque cuerpo a cuerpo.

En nuestra época las tres más formidables ideologías que han atacado a la Iglesia, penetrando en su interior, son el comunismo, el modernismo y la reingeniería moral.

El comunismo creó corrientes como la Teología de la Liberación, que puso énfasis en la luchas de clases materialista, y que modernamente lo podemos resumir como marxismo cultural.

El modernismo, puso énfasis en la reinterpretación de la Biblia en términos simbólicos, eliminando todo los sobrenatural.

Y la reingeniería moral, que es la adopción de un estilo de vida que no se alinea con las leyes naturales, y que la invierte y pervierte, como el ataque a la vida, la ideología de género, etc.

Hoy vemos además un ataque directo al cristianismo.

Que en occidente adquiere la forma de censura para que los enunciados de la fe no tomen estado público

Mientras que en oriente el ataque es físico contra la vida de los cristianos y sus propiedades.

La profecía narra cómo el ataque de los enemigos hacia la Iglesia va subiendo de intensidad hasta llegar al abordaje, lo que significa que el enemigo ya está visible en las parroquias, claustros y hogares.

Y la lucha cuerpo a cuerpo implica la batalla que cada uno de nosotros tiene con los enemigos dentro de la Iglesia y de nuestras familias.

Por lo tanto el sueño es también una alegoría de la lucha a la que cada católico está enfrentado.

La profecía de las dos columnas tiene su continuación en el menos conocido sueño de Don Bosco de “La Marcha de los 200 días”.

En la profecía de la Marcha de los 200 Días, Don Bosco indicó cómo se iba a producir la victoria del Papa anclado a las dos columnas.

Esta profecía muestra la intervención del cielo, comunicada a través de los ángeles al pastor de una Iglesia pobre, pequeña y sufriente.

Le da ánimos para seguir adelante y anunciar «el catecismo y la predicación del desapego de las cosas terrenas».

Esa debilidad se va tornando en fortaleza y sus filas se engrosan más y más hasta que desaparece la oscuridad.

O sea que se trata de un auxilio que viene del cielo y que va creciendo desde abajo, poco a poco hasta hacerse con el triunfo.

En el Sueño de las Dos Columnas hay un Papa muerto y otro, su sucesor, que después asegura a la Iglesia a las dos columnas en medio de la algarabía y la paz, lo que equivale a un Segundo Pentecostés.

Por lo tanto se estaría prediciendo que la época de paz, de alegría y fortaleza, el Segundo Pentecostés, será inaugurado durante un papado después de un papa martirizado.

Pero cuando se habla de martirio ¿estamos hablando en sentido de muerte real, de atentado contra la vida de un Papa o de muerte civil? No sabemos.

Si la profecía implica un Papa muerto, entonces deberíamos pensar en la profecía de Fátima, en el tercer secreto.

Este mensaje de Fátima dado medio siglo después del Sueño de Don Bosco es coincidente.

En el 3º Secreto de Fátima Sor Lucía relata la muerte de un Papa.

Dice,

«Y vimos … a un obispo vestido de blanco, y tuvimos la impresión que era el Santo Padre.

Y otros Obispos, Sacerdotes, hombres y mujeres religiosos subiendo una montaña empinada en la cima de la cual había una gran Cruz de troncos»

Después narra que el Santo Padre pasó por una ciudad en ruinas y oraba por los cadáveres que encontraba en el camino.

Y al llegar a la cumbre de la montaña fue liquidado por un grupo de soldados con balas y flechas, lo mismo que a quienes le acompañaban.

¿Entonces qué tenemos en estos dos sueños proféticos?

Un Papa muerto y otro que ancla el barco de la Iglesia en las dos devociones centrales, el santísimo sacramento con la presencia invisible de Nuestro Señor y la Santísima Virgen.

Y que a esto se llega por una intervención del Espíritu Santo desde abajo, a partir de los sencillos.

De modo que el sucesor del papa muerto es el que vivirá un Segundo Pentecostés y la Era de Paz; aunque quizás no se trate estrictamente del Papa que le siga cronológicamente.

En los mensajes de La Salette se profetiza también una gran crisis en la Iglesia, un Papa perseguido, un período de paz y luego “vendrá un monstruo”, que podemos pensar que es el anticristo.

El mensaje dado a Maximino, uno de los videntes dice,

«Grandes desórdenes llegarán, en la Iglesia y en todas partes.

Luego, después, nuestro Santo Padre el Papa será perseguido.

Su sucesor será un pontífice que nadie espera.

Entonces, después, una gran paz vendrá, pero no durará mucho tiempo. Un monstruo vendrá a perturbarla.

Todo lo que te digo aquí llegará en el otro siglo, a más tardar en el año dos mil».

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar sobre las profecías de Don Bosco para nuestra época.

Que advierten de un fuerte ataque a la Iglesia, del que se saldrá cuando se comience a producir una reacción desde abajo, desde los simples sacerdotes y el pueblo.

Y que culminará en un Papa que anclará a la Iglesia en dos devociones: el Santísimo Sacramento y la devoción a la Virgen María.

En otras palabras significa el triunfo del Inmaculado Corazón de María y el reinado Eucarístico de Jesús, que traerá un nuevo pentecostés, una era de paz y el reflorecimiento de la Iglesia.

Y me gustaría preguntarte si crees que estas dos devociones al Santísimo Sacramento y a la Virgen María se han erosionado en los últimos años entre los sacerdotes y los fieles católicos, o crees que no.

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¡Que no te engañen con Santos Falsos! [cómo el maligno falsifica santos y devociones]

La maniobra para crear confusión.

El demonio es el mono de Dios.

Hace lo mismo que Él pero con signo contrario.

Crea santos y devociones que tienen cualidades contrarias a los verdaderos santos.

E incluso hace torcer la devoción a santos verdaderos incitando a que se le agreguen desviaciones que no eran originales.

Y esto es porque el demonio sabe la importancia de los santos como testimonio de vida para que sean imitados.

Y conoce el poder de las imágenes en la religiosidad popular.

Entonces su tarea es la falsificación y la desviación.

En este artículo hablaremos sobre las devociones a santos falsificados y las desviaciones que provoca el maligno en la veneración de santos reales.

Los exorcistas tienen un contacto directo con los demonios.

Y saben por experiencia que los santos católicos son muy temidos por ellos, porque tienen un poder, concedido por Nuestro Señor naturalmente, que los expulsa del poseso con eficacia.

En especial la Santísima Virgen.

El exorcista guatemalteco padre Abelardo Pérez escribió el libro «Maximon, un demonio de corbata y pantalón» contando los casos de posesión demoníaca que ha enfrentado. 

Y en su libro hay un caso de una niña que es exorcizada por este sacerdote.

En la sesión de exorcismo se inician las letanías y el demonio empieza a convulsionar. Se oye el Kyrie eleison, luego las invocaciones a la Santísima Trinidad.

El demonio contesta: «tu Cristo ha fallado» y se ríe estrepitosamente.

Pero luego el exorcista inicia las invocaciones a la Virgen María.

Y entonces el demonio grita con mucha fuerza, retumbando en el templo: «¡Ella no, Ella no!»

Gritaba desesperado, se retorcía en el suelo, hasta que la niña se desmayó.

Y esta reacción sucedió también cuando le presentaron imágenes de santos aún de forma invisible para los presentes.

Porque una de las formas de reconocer si una persona está poseída realmente es dándole al poseso varios sobres cerrados con hojas adentro. 

En alguno de ellos hay hojas en blanco y en otros se le pone una estampita de la Virgen, y sólo el sacerdote sabe que contiene cada sobre.  

Entonces se puede ver que los sobres que no tenían la estampita de la Virgen no le molestaron al demonio, pero el que tenía a la Virgen sí.

Cuando el poseso tomó el sobre cerrado que tenía la imagen de la Virgen es cuando se manifestó el demonio. 

Aquí vemos entonces la importancia que el demonio da a las imágenes.

El demonio teme a todas las imágenes de santos, de bulto, en papel y en medallas, por ejemplo a la medalla de San Benito.

Porque por ejemplo, cuando una persona porta la Medalla de San Benito, es un recordatorio constante para esa persona pensar en Cristo.

Lo que se convierte casi en un exorcismo continuo. 

Y sabiendo el poder que las representaciones de santos tienen para él, se esfuerza de dos formas para combatirlas.

Una es imitar él mismo a las imágenes de santos.

Haciendo crear imágenes y devociones a santos no canonizados, pero que él hace canonizar a nivel popular.

Y otra es falsificar las imágenes de santos reales para desviar su poder.

Varias veces hemos dado la voz de alerta en videos y artículos sobre las falsificaciones y desviaciones.

Hicimos un video sobre la alerta que dieron los exorcistas filipinos sobre la circulación de rosarios de plástico falsificados, en los que hay algunos elementos de origen demoníaco. 

Hicimos otro video sobre una cadena para invitar ángeles a tu casa, que invoca imágenes de ángeles que no son los que reconoce la Iglesia.

Y también hicimos otro video sobre la falsificación de imitar la propia imagen de monjes y monjas, que hace la secta esotérica de la new age del Centro Planetario la Aurora que tiene su sede en Paysandú Uruguay.

Estas personas tratan de confundir a los católicos con su vestimenta de monjes marrón y blanca, que se puede ver en los videos, sus rezos, la mención del Padre Pío del que dicen es un maestro ascendido, etc.

E incluso uno de sus miembros dice recibir mensajes de Nuestra Señora.

Pero el maligno ha inventado toda una familia de santos para desviar la atención de los santos verdaderos.

Hay varias advocaciones de santos que no son católicos, especialmente en hispano américa.

Que no tienen cualidades genuinamente evangélicas.

Algunos son reverenciados por personas de los bajos fondos y personas del hampa, pero también por personas buenas e ingenuas, haciendo difícil terminar con estas devociones que tienen un fundamento maligno.

La devoción más conocida de esta familia es la Santa Muerte.

Es el santo favorito de las bandas, con unos 10 millones de seguidores en todo el mundo, y se estima que 2 millones de ellos en México.

Sus seguidores la llaman la niña blanca.

Se representa como un esqueleto envuelto en un manto, en estatuas que se venden en las tiendas mexicanas y puestos ambulantes.

A veces las cubren de billetes, porque a la Santa Muerte se le atribuye todo lo que trae la riqueza, la salud, y la protección de los cargamentos que los cárteles transportan.

Es por eso que los miembros de los cárteles comenzaron a orarle a ella para la protección contra la policía y de sus cargamentos.

Otro es el santo Niño Fidencio, que fue una persona real que nació en 1898.

Dicen que desde muy joven demostró habilidad para curar animales por medio de hierbas y ungüentos.

Fue el 15 de agosto de 1927 cuando a Fidencio se le indicó en una supuesta revelación que debía ayudar a sus hermanos.

Sus seguidores comenzaron a llamarle “Niño Fidencio” como referencia directa al Niño Jesús, que es Dios.

Y creen que antes de morir dejó dicho a sus discípulos que de ultratumba se comunicaría con ellos a través de médiums, espiritistas; su apuesta aquí es desviar hacia los médiums.

Otro es San Juan Soldado, quien existió y fue sentenciado a muerte, acusado de homicidio.

La señora a la que le habían matado a su niña mencionó que ese Juan Castillo no era el culpable, y constantemente le llevó flores al lugar donde lo liquidaron.

Con el tiempo la gente comenzó a pedirle milagros y su fama fue creciendo. Su historia se remonta a los años 40.

A Jesús Malverde se le llama el “santo de los traficantes”.

La leyenda dice que nació el 24 de diciembre de 1870.

Debe su sobrenombre a su mala reputación y a la costumbre de camuflarse con hojas de plátano para robar ganado.

De esta conjugación nació el nombre de Mal-verde.

Se dice que un 85 por ciento de estos delincuentes pide su intercesión.

La Santa Cabora es otro de los canonizados espuriamente.

Teresa Urrea nació en 1873 en un rancho en Sinaloa.

Comenzó a tener en su adolescencia ataques epilépticos.

Decía tener visiones y se ufanaba de predecir el futuro y realizar curaciones. Pronto ganó fama de santa en la región.

En mayo de 1890 el pueblo se levantó contra el Gobierno del Estado y proclamaron a Teresa como intercesora de las demandas presentadas.

Pero el Gobierno la deportó del país y murió de tuberculosis a la edad de 32 años. Después de su muerte empezó su culto.

Otra santa popular es Almita Desconocida, de quien nadie sabe su nombre o quién la ejecutó; probablemente fue para tomar el paquete que ocultaba en el estómago. 

Y seguramente fue ejecutada por el mismo tipo de gente que hoy la venera.

Lo cierto es que los viajeros de la frontera rinden homenaje a los poderes y mito de esta jovencita que fue encontrada en el 2002.

Aunque también es venerada por otra gente que vive en la zona y no se dedica a eso.

Dicen que por haber sufrido mucho en la vida ahora tiene el don de realizar cualquier deseo o milagro.

Y como dijimos anteriormente también existe otra maniobra del maligno, que es cambiar aspectos de los verdaderos santos para quitarles poder.

San Pascual Bailón, es un santo franciscano, patrono de la adoración eucarística.

Y ha sido utilizado su nombre para retratar a la muerte disfrazada de reina. 

Por lo que lo llaman Rey San Pascual en esta falsificación.

Otro es San Simón que fue uno de los apóstoles de Jesús.

Sin embargo, hay un culto espurio no tiene nada que ver con este santo, sino con una máscara que adornan con pañuelos, puros y alcohol. 

Al cual le piden favores por medio de la brujería.

Otro es San Judas Tadeo cuya imagen ha sido poco a poco manipulada. 

A San Judas se le representa casi en todas partes con un bastón símbolo de su caminar para llevar el Evangelio, el libro del Evangelio, el fuego del Espíritu Santo sobre su cabeza y por último en su pecho el rostro de Cristo, evocando a la Sábana Santa de Turín.

Pero a la hora de hacer algunas esculturas en serie se eliminan elementos, o bien se deforman. 

Y allí aparecen elementos paganos, como agregarle monedas para pedirle dinero, y el rostro de Jesús ya no parece al de la Sábana de Turín, sino a una moneda. 

Se le elimina también el libro.

Y al final terminan representando a San Judas como algo mágico. 

Y otros avanzan aún más, disfrazan la mitad del santo como la muerte.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos decir sobre la falsificación de santos y las desviaciones en su devoción que impulsa el maligno.

Hemos hablado de algunas devociones espurias básicamente de México.

Y me gustaría preguntarte qué otras devociones más de este tipo conoces.

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Los Santos en Batalla Espiritual contra la Santería [Cuba y Venezuela dominados por la magia]

La brujería en la política.

Escritores y periodistas han sacado a luz que la política cubana y venezolana están sustentadas en la santería.

Que es la práctica de rituales oscuros que los esclavos africanos trajeron a América cuando llegaron. 

Denuncian que en Cuba y en Venezuela gobierna una élite que usa la magia negra para aferrarse al poder y eso viene de las épocas de los dictadores Fidel Castro y Hugo Chávez. 

Pero gracias a Dios esta lucha espiritual está cambiando en Venezuela, con la beatificación de José Gregorio Hernández, que seguramente Dios puso ahí y en esta época, para hacer de dique a la oscuridad. 

Aquí te queremos hablar sobre el dominio estatal que la santería tiene en Cuba y Venezuela y darte a conocer cómo Dios interviene en Venezuela.

Antes de la llegada del cristianismo los africanos habían desarrollado religiones animistas mágicas que estaban pobladas de demonios.

Los misioneros católicos en África dan cuenta de la tremenda actividad sobrenatural oscura en el continente.

Cuando los esclavos de África Occidental fueron traídos a una América colonizada por los cristianos europeos, vinieron con sus culturas y religión.

De Togo y Benín vino el vudú que se instaló más fuertemente en Haití.

De la cultura yoruba de Nigeria llegó lo que luego se convirtió en la Santería. 

Y el Palo Mayombe del Congo, y fue practicado especialmente en Cuba y también en Venezuela.

Estos cultos hacen uso de velas, ídolos y amuletos, se comunican con los muertos y tienen ritos de magia blanca y de magia negra

La santería está oculta bajo una simulación de la práctica del cristianismo.

En Cuba, su dios central, Olodumare, fue enmascarado como el Dios de la Biblia.

Y sus deidades menores, Orishas, fueron escondidas bajo los santos cristianos.

Lo que permitió a los africanos conservar su fe nativa, al tiempo que parecían convertirse al cristianismo, aunque marginalmente.

Estas religiones populares afroamericanas enfatizan las prácticas mágicas diseñadas para traer buena suerte a sus devotos o para dañar a sus enemigos.

Las ceremonias más importantes a menudo incluyen la ofrenda ritual de animales. Y peor aún.

La religión afroamericana es mucho más importante en Haití y Cuba que el cristianismo verdadero.

Después de la Revolución Cubana en 1959 la santería fue reconocida abiertamente, aunque públicamente fue criticada por el gobierno como una brujería.

Pero sin embargo el poder hizo uso de ella.

Se estima que hasta el 80 por ciento de la población cubana sigue algunas prácticas de santería.

Los practicantes asisten a la misa católica e incluso pueden bautizar a sus hijos, mientras practican también formas de santería en su hogar.

En la casa de un santero puedes encontrar estatuas de santos católicos junto a símbolos de orishas.

Los sacerdotes de la santería, conocidos como babalawos, actúan como intermediarios.

Interpretan la voluntad de los dioses usando la adivinación con caracoles y otros métodos.

Las ceremonias de los santeros son escenas sensuales y poderosas, donde ofrecen palomas y gallos, fuman cigarros, escupen ron y tocan tambores.

¿Y cómo usaron de la santería los líderes políticos como Castro, Chávez ya fallecidos, y actualmente Nicolás Maduro de Venezuela?

En una sociedad cubana dominada por las creencias de la santería se afirma que Fidel Castro fue un creyente y practicante.

Es más. Se dice que la santería lo bendijo durante su discurso de victoria el 8 de enero de 1959.

Mientras Fidel se dirigía a la multitud, dos palomas volaron sobre el podio, y una de ellas aterrizó en su hombro izquierdo, por lo que se dijo que Olofin, la personificación de Dios, lo escogió mandando que una paloma se les posara en el hombro izquierdo.

No es sorprendente que muchas personas tomaran esto como una señal de que Dios quería que Fidel dirigiera a Cuba.

Aunque Castro era nominalmente comunista y, por lo tanto, ateo, la especulación sobre sus lazos con santería comenzaron el día en que tomó el poder.

Numerosos sacerdotes de la Santería han afirmado haber hecho pociones y lanzado hechizos en nombre de Castro.

Un babalawo identificado como José le dijo al diario Sun Sentinel en 1992 que había sido consultado por altos oficiales en las fuerzas armadas y ayudado a miembros de la familia Castro.

El artículo señala que el gobierno otorgó a la santería trato preferencial sobre otras religiones porque “muchos santeros son miembros influyentes de la sociedad cubana”.

En 2008, cuando Castro se retiró, los babalawos decían abiertamente a los medios de comunicación extranjeros que estaban haciendo brujerías en nombre de Castro.

Y aunque Castro nunca admitió practicar la santería, muchos testigos durante su medio siglo de reinado lo han sostenido.

Quienes conocen el ambiente de la santería dicen que Castro fue un “iniciado” en las artes oscuras del palo mayombe, como se conoce un tipo de ritual originado en el Congo, y que muchos consideran una de las formas más temidas y poderosas de magia negra.

Se dice que en Guinea, África, vestido de blanco realizó un ritual con el ofrecimiento de un elefante. 

Castro evadió más de 600 intentos de acabar con su vida y se atribuye al poder de sus prácticas ocultas. 

Se dice que Castro encerró a Cuba en la jaula más grande del mundo en un círculo protector de magia negra.

Que practicaba rituales de transferencia de salud para extender su vida.

Y se comenta que su última gran víctima fue el fallecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez – otro practicante de la brujería –, a quien transfirió sus dolencias y enfermedades.

Sería por eso, según el santero cubano Carlos Valdez, que Castro se mantuvo con vida siendo un anciano enfermo, mientras que el líder de la Revolución Bolivariana falleció no mucho tiempo después de que se le diagnosticara un cáncer, el cual se fue a tratar en Cuba y bajo vigilancia directa de Fidel Castro.

Valdez afirma que Hugo Chávez fue su última pero no su única víctima.

El conocido periodista y escritor español Luis María Anson cuenta que en una ocasión Octavio Paz le dijo que Castro es más que un dictador vulgar, “representa el retorno de los brujos”.

Por su parte Chávez se inició en la santería bajo el signo de Shangó en un ritual celebrado en La Habana, según explica el santero cubano Carlos Valdés.

Cuando Chávez ingresó en la santería cubana, cada ministro, cada presidente de empresas públicas, junto a algunos gobernantes, quisieron acompañarlo.

Fueron decenas de chavistas a La Habana a iniciarse en esta religión.

Y luego los asesores cubanos que actuaron en Venezuela, tanto en la época de Chávez como en la de Maduro, fueron santeros que practicaban la magia negra.

Las mayores revelaciones llegan de un periodista llamado David Placer que escribió un libro llamado Los Brujos de Chávez, donde afirma que utilizó la brujería para controlar Venezuela y manipular al pueblo.

Y que la santería importada desde Cuba, modificó su forma de hacer política y la de su círculo más cercano.

Placer dice que Chávez visitó a todos los brujos, oró con ellos, le leyeron el tabaco y le echaron sus ramalazos.

Allá donde había un brujo, Chávez iba corriendo. Una vez le profetizaron que moriría a los 60 años. 

Algunos de sus hitos son contactos con el más allá, los amuletos, la ouija, las apariciones de su bisabuelo Maisanta, que fue un general, las charlas con el espíritu del libertador Simón Bolívar a través de sus huesos, las visiones de las ánimas de la sabana.

Bajo la influencia de Fidel Castro impuso a la santería como la religión oficial, del chavismo, pero públicamente oculta, y varios oficiales venezolanos viajaron a La Habana para iniciarse. 

Nicolás Maduro por su parte, no oculta su relación con la santería: dice que el espíritu de Chavez se le aparece en todas partes: en el Metro, en el Cuartel de la Montaña, donde reposan los restos de Chávez y hasta como un pajarito.

Y así como su antecesor y mentor hacía ritos paleros con huesos de humanos así como su corte de adeptos, aunque públicamente hace loas a Sai Baba. 

Un artículo de la agencia francesa de noticias AFP dio cuenta de que un gigantesco cementerio de Caracas tiene sus tumbas profanadas en búsqueda de huesos para los ritos. 

Los salones del Palacio de Miraflores están llenos de objetos extrañisimos para un Palacio Presidencial.

Frutas en el suelo, la cabeza de un caimán, un ancla enorme que representa a Yemayá, divinidad de la fertilidad de la mitología yoruba, originalmente asociada al Mar.

Y no sólo eso, sino que los propios custodios de Miraflores confesaron a un escritor que en esos salones se realizaban actos espiritistas.

Se convocaba a los espíritus de los libertadores como Bolívar.

Pero Venezuela intenta sanarse espiritualmente, por eso el 30 de abril de 2021 es la fecha de beatificación del médico venezolano José Gregorio Hernández, conocido como el «médico de los pobres», considerado un santo en Venezuela y otros países latinoamericanos por atender a los más desfavorecidos. 

También es reconocido por sus aportes a la medicina en su país.

El 26 de octubre, fecha del nacimiento del médico, quedó establecido como su día de celebración dentro de la religión católica.

José Gregorio murió atropellado el 29 de junio de 1919 en el centro de Caracas.

Esta devoción es clave en la batalla espiritual del país.

Bueno hasta aquí lo que te queríamos contar de la política cubana y venezolana atravesada por la santería y brujería y recomendarte que si eres cristiano te alejes de las prácticas esotéricas.  

Y me gustaría preguntarte qué cosas más has oído hablar sobre la práctica de la santería y el palo mayombe en Cuba y Venezuela.

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Cómo Permanecer al lado de Jesús a través de la Virgen María

El propósito de nuestra vida es recorrer el camino para llegar al cielo.

Y ponernos a disposición de Dios para colaborar a que otros hermanos hagan lo mismo.

Nada es más importante que esto.

Icono de N S del Perpetuo Socorro

Y San Luis de Montfort dice que la forma rápida y eficaz para llegar al cielo es a través de María.

En su obra “La Verdadera Devoción a María”, dice que María es la ruta más rápida, fácil y corta de llegar a Jesús.

Y si amamos a Jesús en el final de nuestras vidas entonces el cielo será nuestro para toda la eternidad.

Por lo tanto deberíamos caminar permanentemente al lado de María, atender lo que nos dicen los santos sobre ella y practicar sus devociones.

A estas tres cosas dedicamos este artículo.

Procesion llevando a la Virgen María en Italia

    

CÓMO CAMINAR PERMANENTEMENTE AL LADO DE MARÍA

Estas son 7 formas en que podemos invitar a la Virgen a acompañarnos en el camino.

  

AL LEVANTARTE

Al levantarse pedir a la Virgen que te acompañe durante la totalidad de su día.

Esto se puede hacer mediante la oración de un acto de Consagración de todo su ser a Jesús por María.

Dar a Jesús a través de María los ojos, los oídos, la mente, el corazón y todo su ser y ella dará toda tu persona a Jesús.

Háblale a María cuando te levantas, de repente frente a una imagen suya y cuéntale lo que tienes que hacer en el día, tus temores y tus alegrías, y pídele su apoyo.

Maria con Jesus

   

AL SALIR DE CASA Y ENTRAR EN EL MUNDO

Al salir de tu casa y dirigirte hacia el estudio, el trabajo, a hacer compras, etc. pide a Nuestra Señora que esté contigo para protegerte de la influencia del mal que nos rodea en el mundo.

El demonio, la carne y el mundo son los tres principales obstáculos para alcanzar el cielo. Ruega a la Virgen que te proteja bajo su manto maternal.

La mundanalidad puede asfixiar a los pulmones espirituales, pero la Virgen puede protegerte.

Una buena forma de esto es rezar constantemente el rosario mentalmente mientras vas caminando, en el colectivo o en auto.

virgen maria con su pueblo dibujo teologia de la liberacion

   

AL ENCONTRARTE CON GENTE

Uno de los más bellos encuentros o reuniones en los Evangelios es el encuentro y saludo María a su prima Santa Isabel; el Espíritu Santo definitivamente impregnó ese encuentro.

Pide a la Virgen que esté presente contigo en el curso de tu día cuando te encuentres con todas las personas que conoces y con las que no conoces.

Que estas reuniones sean agradables a Dios, y que te lleven más cerca del cielo, así como a aquellos con los que te encuentres.

La presencia de María santifica las reuniones entre personas, al igual que Su presencia santificó a Santa Isabel y a San Juan Bautista en su vientre.

Una buena manera de hacer esto es encomendarse a María cada encuentro que tengamos.
.
Segundos antes de tener un encuentro encomiéndate a ti y al encuentro poniéndolo bajo el manto de María.

Apariciones de San Jose y María en Itapiranga

     

EN LAS REUNIONES FAMILIARES

Dios es la familia: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Jesús, María y San José componen la Sagrada Familia.

Estamos llamados a vivir en una familia. Buenas familias deben aprender el arte de dar, escuchar, compartir y amar.

En las reuniones familiares, vacaciones, días festivos, aniversarios, cumpleaños, ¿por qué no invitar a la Virgen de estar presente?

Ella estuvo presente en la bodas de Caná y ayudó a resolver un problema muy serio, no había más vino. Ella se volvió a Jesús y a petición de ella Jesús convirtió el agua en el mejor vino.

Con María presente en las reuniones familiares el vino de la alegría, la amistad, la paz y la armonía no se apagará. María nos trae alegría, porque ella siempre nos remite a Jesús.

Esto vale especialmente a las reuniones comunes como el almuerzo o cena.

En concreto la presencia de María se manifiesta mediante la visualización en un lugar visible de una bella imagen de ella: Nuestra Señora de Fátima, Lourdes, Guadalupe, o la advocación que elijas.

visitacion de la virgen maria

    

EN LAS PRUEBAS Y TEMORES DE LA VIDA

Cuando pasas en tu vida por pruebas, temores, preocupaciones, ansiedades, dudas e incertidumbres, más que nunca, este es el momento de pedir humildemente a la Virgen que te acompañe, para estar presente y camine contigo a través esta noche oscura de la incertidumbre.

Un excelente ejemplo de esto se puede encontrar en la persona de San Juan Diego. Su corazón estaba lleno de tristeza por la posibilidad muy real de la muerte de su anciano tío Juan Bernardino.

Así que Juan Diego decide eludir el cumplimiento del pedido de la Virgen de Guadalupe mientras se dirige hacia la ciudad de México en busca de un cura para dar a su tío la extremaunción.

Sin embargo, nuestra Madre del Cielo para a Juan Diego en el camino y le asegura su amor materno, así como la recuperación física que sucederá con su tío. Y el tío de Juan Diego se curó al instante.

En nuestras cruces, sufrimientos, enfermedades y dudas invitemos a Nuestra Señora a estar con nosotros.

Tan pronto como la invitamos vendrá en nuestra ayuda y estará con nosotros en cada paso a lo largo del camino.

Y en las ansiedades lee esta oración para tranquilizarte:

“Gospa yo confío en ti…

¿Por qué te agitas y confundes antes los problemas de la vida?

Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te saldrá mejor. Cuando te abandones en Mí de todo corazón todo se resolverá con tranquilidad según los designios de Mi Hijo. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos y dime con calma: Madre yo confío en ti.

Evita las preocupaciones y angustias y los pensamientos sobre lo que pueda suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas. Déjame a mí ser tu Madre y actuar con libertad. Abandónate confiadamente en mí. Reposa en mí y deposita en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente:

Madre yo confío en ti.

Lo que más daño te hace es tu razonamiento, tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: Madre yo confío en ti, no seas como el paciente que pide al médico que lo cure pero le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar en mis brazos maternales, no tengas miedo: Yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o complican a pesar de tu oración, sigue aún confiando, cierra los ojos del alma y confía aún más. Continúa diciéndome a toda hora: Madre yo confío en ti.

Necesito tener las manos libres para obrar. No me las ates con tus preocupaciones infantiles. El enemigo no quiere sino eso: agitarte, angustiarte y quitarte la paz. Confía  en Mí, reposa en Mí, abandonándote en Mí. Yo consigo de Mi Hijo los milagros en proporción del abandono y la confianza que tu tengas en Mí. Así que no te preocupes, confíame todas tus angustias y quédate tranquilo, sólo dime a toda hora: Madre yo confío en ti. Vas a ver luego los milagros, te los estoy prometiendo porque soy tu Madre y te Amo.

¡Si supieras cuánto TE AMO llorarías de alegría!”

Stefan Lochner virgen maria con rosas

    

EN NUESTRO CAMINO DE ORACIÓN

Si tomamos en serio nuestra vida de oración entonces tarde o temprano nos encontraremos con obstáculos.

Sequedad o aridez, desolación y oscuridad, tentaciones y seducciones, aburrimiento e indiferencia.

Todos estos estados pueden visitarnos en nuestro esfuerzo para progresar en nuestra vida de oración.

Por lo tanto, lo importante que es como llevamos a cabo la empresa más importante de cultivar una profunda vida de oración.

Por lo tanto deberíamos invitar a la Virgen tanto a rezar con nosotros y a orar por nosotros.

Recuerda incluso en medio de los momentos más oscuros de la oración Nuestra Señora desea estar a tu lado.

En estos momentos rezar una Salve es una buena medida: “Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, vida y dulzura y esperanza nuestra…”

descanso de maria en la huida a egipto

    

EN EL CAMINO A LA ETERNIDAD

Santa Catalina de Siena afirma: “Los dos momentos más importantes de nuestras vidas son ahora y en la hora de nuestra muerte”, las palabras que rezamos en el Ave María.

En realidad lo importante para nosotros es cerrar el libro de nuestra vida con la firma de María.

Las últimas palabras de Santa Bernadette, la vidente de Lourdes, fueron: “Santa María, Madre de Dios, ruega por mí, pobre pecadora, ahora y en la hora de mi muerte. Amén”.

Si perseveras en el hábito de rezar el Santo Rosario, orarás cincuenta veces: “Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén”.

Y junto a su cama cuando estés a punto de expirar e ir ante el tribunal de Dios, María estará presente para ayudarte a pasar en estado de gracia y ganar el cielo por toda la eternidad.

En el viaje de nuestra vida al cielo nunca estamos solos. Tenemos nuestro ángel de la guarda, los santos que son nuestros amigos muy cercanos y queridos.

Sin embargo, la figura de mayor importancia es la Virgen.

Hagamos un hábito de caminar con la Virgen, hablar con ella, confiar en ella, entregar todo nuestro ser a ella y ella va a allanar el camino hacia nuestro destino eterno que es el Cielo.

Para reforzar nuestra devoción aquí hay algunas cosas que han dicho los santos sobre la santísima Virgen María.

La Madonna y el Niño de Andrea Da Firenze

    

QUÉ NOS DICEN LOS SANTOS SOBRE MARÍA

1) Ante Dios, los ruegos de los santos son ruegos de amigos, pero los ruegos de María son ruegos de Madre (san Alfonso).

2) Siempre tuve fe en María Auxiliadora y he visto suceder cosas admirables (san Juan Bosco).

3) Había trabajado mucho por convertir a un gran pecador y nada lograba. Entonces decidí encomendárselo totalmente a la Santísima Virgen y la gracia se obtuvo prontamente (santa Gemma Galgani).

4) He recomendado muchas veces a la gente que repita frecuentemente esta oración: «Oh María, rogad a Jesús por mí» y los resultados obtenidos son maravillosos (san Alfonso Ligorio).

5) Si tú haces algo por la Virgen María, la Virgen María hará mucho por ti (siervo de Dios Felipe Rinaldi).

6) Hay que predicar a todos, grandes y chicos, que son hijos de María santísima, que ella los quiere librar de los peligros del mundo y llevarlos a la gloria celestial, y que a los que la honran con sus oraciones y con el cumplimiento exacto de su deber, ella les concederá infinitas gracias y favores (san Juan Bosco).

7) Nunca he visto que un pecador haya rezado con fe y perseverancia a la Santísima Virgen y haya tenido mala muerte (san Alfonso).

8) Si yo no tuviera a la Madre de Dios, que me defiende a cada paso de los peligros del alma, ya habría caído en poder de Satanás (Santo Cura de Ars).

9) Hay una novena bienaventuranza. Dice así: Bienaventurados los devotos de la Santísima Virgen, porque tendrán sus nombres escritos en el libro de la Vida Eterna (san Buenaventura).

10) Cuando las tentaciones pongan en peligro tu salvación, y la tristeza te quite las fuerzas y los deseos de seguir trabajando por conseguir la santidad, acuérdate de María y llámala en tu ayuda; llámala insistentemente como el niño aterrorizado pide ayuda a su madre, y ella que es causa de nuestra alegría, correrá a ayudarte. Te desafío a que hagas la prueba. No te fallará ni una sola vez (san Bernardo).

estatua de la virgen maria blanca

11) No hay criatura que haya contribuido tanto como María a la reconciliación de Dios con los hombres. Ella nos trajo al Redentor. Ella es la Mediadora ante el único Mediador que es Cristo. Por medio de ella vino al mundo el que hizo las paces entre Dios y los pecadores (santo Tomás de Aquino).

12) San Bernardo era un hombre de salud sumamente débil y, sin embargo, realizó obras  maravillosas. Él declaraba siempre que las fuerzas para hacer obras tan grandes, siendo tan débil, se las proporcionaba la poderosa intervención de la Virgen María en su vida (D. Rops).

13) Cuando María ruega, todo se obtiene, nada se niega; frase que san Juan Bosco mandó grabar en una gran campana de su templo.

14) Si tenéis la dicha de grabar en el corazón de los niños la devoción a la Virgen María, habréis asegurado su salvación (san Marcelino Champagnat).

15) Tened la mirada puesta en María, que es la obra maestra de Dios. Modelo ideal de toda vida consagrada. Fortaleza para todos los heroísmos apostólicos (Pablo VI).

16) «Llena de gracia, bendita entre todas las mujeres». No le habría hablado así el ángel si María no hubiera sido perfectamente pura y santa (san Agustín).

17) Si María consigue tantos favores para este pobre cuerpo que pronto se acaba, ¿cuántos más favores concederá para el alma que es inmortal? (venerable Luis Comollo).

18) María nos ama mucho, porque una madre siente gran amor por sus hijos, y todos nosotros somos hijos suyos y hermanos de su Hijo queridísimo, Jesucristo. María ama a sus devotos por gratitud, porque si nosotros le demostramos amor, aprecio y devoción, ¿cómo no va ella a retribuirnos amor por amor?. Ella sí que cumple lo que dice la Sagrada Biblia en el libro de la Sabiduría: «Yo amo a los que me aman» (san Luis María Grignon).

19) Santo Domingo Savio, al aparecerse a san Juan Bosco después de muerto, le dijo: «Tus discípulos llegarán a la santidad si se esfuerzan mucho por conservar la virtud de la castidad, y si cultivan una gran devoción a la Madre de Dios».

20) Tu amor a la Virgen María debe tener una cualidad especial: debe provenir del gran aprecio que tú tienes a sus grandes cualidades y virtudes, por ejemplo que es Madre de Dios, Virgen purísima, consoladora de los afligidos, etc. Porque si tu amor a la Virgen proviene sólo de tus mezquinos intereses por conseguir favores o de tus sentimentalismos, tu devoción puede ser falsa (san Luis María Grignon).

21) San Juan Berchmans estaba moribundo. Su director espiritual le preguntó: «¿Cuál es el secreto para que la Santísima Virgen te haya favorecido tanto?». Y el respondió: «El secreto es ofrecerle cada día algún homenaje, aun que sea pequeño, pero no dejar ningún día sin hacerlo».

Benson la virgen maria y el niño fondo

22) San José Cafasso estaba tan convencido de que en la obra de conversión de los pecadores, la mejor colaboradora es la Virgen María, que cuando iba a convertir a alguno condenado a muerte, decía: «Voy confiado, porque la que lo va a convertir es mi socia: la Madre de Dios».

23) ¡Si supiéramos de cuántas desgracias nos ha librado la Virgen María! ¡Y cuántos favores nos ha concedido  y nos quiere conceder! ¡En el cielo lo sabremos y nos quedaremos atónitos! (san Juan Bosco).

24) Jesús, María: éstos sean los nombres que yo pronuncie al morir, para que llevando este ramo de olivo  en la boca, sea recibido en el Arca santa del paraíso , (san Germán).

25) Las más poderosas armas que yo conozco para vencer al príncipe de este mundo y alejar el pecado, son: la recepción frecuente del Cuerpo de Cristo y una confianza ciega en su Santísima Madre. Hace muchos años que vengo recomendando la devoción a la Madre de Dios y no dejaré de hacerlo hasta que tenga la dicha de contemplarla allá arriba en los cielos (san Gregorio Vil, Papa).

26) El culto de la Virgen debe consistir en lo siguiente:
1. En una alta estimación de sus grandes cualidades y de su inmensa dignidad.
2. En una filial confianza.
3. En una estudiosa imitación de sus virtudes.
4. En propagar el culto mariano (san Buenaventura).

27) El hombre tiene: como mediador de su causa ante el Padre, al Hijo. Y como mediador ante el Hijo, a la Madre (san Buenaventura).

28) A las almas privilegiadas, sobre las cuales tiene particulares designios de misericordia, Dios les otorga especialísima devoción a la Madre de Dios (san Marcelino Champagnat).

29) Preguntaron a santa Teresita cuál era el secreto para que los consejos que ella daba tuvieran tanta eficacia y tan buen efecto, y ella respondió: «Mi secreto es éste: yo nunca doy un buen consejo sin haber invocado antes a la Virgen María, y sin haberle pedido que me inspire lo que debo decir a la otra persona, para su mayor bien».

30) Si he logrado conservar la virtud de la castidad ha sido por un favor constante de la Virgen María. A ella le debo también el haber aumentado mi inteligencia para comprender mejor cómo debía obrar en la vida (san Benito Cottolengo).

31) Si no nos va mejor, es porque no somos más devotos de María (san Luis María Grignon).

32) Miguel Magone, el alumno santo está moribundo (21 de enero de 1859). Don Bosco se le acerca y le dice: «¿Qué es lo que más te consuela de estos últimos momentos de tu vida?» y el joven le responde: «Dos cosas me consuelan ahora que llega la muerte: haber comulgado muchas veces, y haber rezado y confiado mucho en la Virgen María. ¡Oh María! ¡María! ¡Qué felices son tus devotos a la hora de la muerte!» (Una hora después expiró. Tenía 17 años).

virgen maria arrodillada

33) De María nunca se hablará demasiado bien. Su grandeza nunca la lograremos comprender, porque para comprender la grandeza de la Madre será necesario poder comprender la del Hijo (san Luis María Grignon).

34) Dios Padre reunió en un lugar todas las aguas y lo llamó mar. Y reunió en otro lugar todas las gracias y todas las bendiciones y lo llamó: María (san Luis María Grignon).

35) Dios tiene un tesoro en que ha guardado todas sus joyas, incluso a su Hijo. Ese tesoro es María (san Luis María Grignon).

36) Jesús sigue siendo en el cielo el mejor hijo que ha existido, y por lo tanto, supremamente atento con su Madre la Virgen María y pronto a acceder a su más pequeño deseo (san Luis María Grignon).

37) Las tres cosas que más alejan a Satanás son:
1. Confesarse muy bien, con verdadero propósito y verdadero dolor de los pecados.
2. Comulgar con frecuencia y muy devotamente.
3. Tener una gran devoción a la Virgen María (san Juan Bosco).

38) He llegado a comprobar plenamente esta gran noticia de san Bernardo: «Jamás se ha oído decir que alguno haya implorado con confianza y perseverancia la ayuda de María santísima, y ella no lo haya ayudado poderosamente«.(san Antonio María Claret).

39) La Virgen no tiene nada de austero o temible que nos pueda alejar. Ella es siempre amable, y bondadosamente se presenta ante su Hijo cuando se lo pedimos. Y nos obtiene cuanto necesitamos (san Luis María Grignon).

40) Por ti, oh María, están llenos los cielos y vacíos los infiernos(san Bernardo).

41) Hay tantos peligros en el camino de la vida que es frecuentísimo el caso de personas que volaban muy alto en santidad, y han caído entre el fango y han sido desvalijadas lastimosamente por los enemigos del alma.

A cada rato caen cedros del Líbano. ¿Por qué? Porque se creyeron más fuertes de lo que eran, imaginaron más segura su casa y más seguros sus cofres de lo que en realidad estaban; se apoyaban en sí mismos aun creyendo apoyarse en Dios, y el Señor permitió que fueran robados por los enemigos del espíritu.

¡Ah, si hubieran sido verdaderos devotos de María! No les hubieran sucedido tales desgracias, porque ella sabe preservar y defender a los que la honran (san Luis María Grignon).

42) El demonio como astuto falsificador, hace pasar por verdadera devoción a la Santísima Virgen lo que no es; por ejemplo: rezarle muchas oraciones, pero mal  dichas, sin darnos cuenta de lo que decimos; hacer devociones exteriores, pero no cambiar de vida y seguir pecando lo mismo que antes; decir con los labios que la amamos, pero mientras tanto no cumplimos los deberes de cada día.

Cuando el enemigo se da cuenta de que no puede quitarle a una persona la devoción a la Virgen, entonces trata de que esa devoción sea falsa, sin cambio de vida (san Luis María Grignon).

43) Una devoción a la Virgen que no obtenga la enmienda de tu vida, no es grata al Señor (siervo de Dios Felipe Rinaldi).

44) San Alonso Rodríguez decía a la Virgen: «¡Ah, si tú me amaras como yo te amo! Y ella le respondió: «¿Qué dices, Alonso?, entre lo que tú me amas y lo que yo te amo hay tanta desproporción como entre la tierra y el cielo. Yo te amo un millón de veces más de lo que tú me amas a mí«.

  

QUÉ DEVOCIONES PRACTICAR PARA ESTAR CERCA DE MARÍA

Hay algunas devociones especialmente importantes y luego gran cantidad adicional que es difícil de abarcar.

Estas son las principales. Al lado ponemos el link para acceder a leerlas.

  

El Rosario

Es la devoción más extendida e importante. Leer aquí.

Ella misma bajó del cielo para entregarle la devoción a santo domingo.

El Rosario se ha asociado con innumerables milagros.

Además del rosario tradicional hay muchos rosarios más.

  

Los 7 Dolores de la Virgen María

Recorremos las penas y dolores que la Santísima Virgen sufrió por Su Hijo.

Hay dos coronillas de los Dolores, una entregada a Santa Brígida y otra es la Coronilla de los Servitas.

  

La devoción de los Primeros Cinco Sábados

Cuando apareció como Nuestra Señora de Fátima pidió que los devotos realizaran esta devoción de los primeros 5 sábados de mes prometiendo, las gracias necesarias para la salvación a la hora de su muerte.

Leer aquí.

  

La Medalla Milagrosa y el Escapulario

La Santísima Virgen bajó del cielo para entregar sacramentales para que los llevemos puestos.

Especialmente los más famosos son la Medalla Milagrosa entregada a Santa Catalina Labouré.

Y el Escapulario Marrón de los Carmelitas entregado a san Simón Stock.

  

La Consagración a María

La Virgen y Nuestro Señor han pedido que los cristianos se consagren a la santísima Virgen.

Esto se hace mediante una secuencia de 33 días en que el penitente se prepara para consagrarse al final.

Hay dos métodos famosos de Consagración San Luis María Grignión de Montfort y del de Medjugorje.

  

Algunas devociones marianas adicionales

Recitación regular del Ángelus y otras oraciones marianas.

Recitación de las Letanías Lauretanas

Recitación de las 7 Alegrías de María o Corona Franciscana.

También existen novenas y oraciones para distintas advocaciones marianas.

Recitación del pequeño oficio de la Inmaculada Concepción.

Existe la posibilidad de unirse a distintas cofradías marianas.

Participar  en actos de caridad, obras, mortificaciones, ayunos, etc. en honor a María.

Desplegar imágenes marianas en tu altar particular y llevar consigo estampitas de advocaciones marinas y regalar.

Peregrinar a santuarios y romerías marianos.

Participar activamente en las festividades marianas de la Iglesia.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María REFLEXIONES Y DOCTRINA Sobre los Santos y Beatos Videos

Películas sobre Santos para ver en Youtube en español

Decenas de films.
Miguel Vega ha hecho en Youtube una recopilación de decenas de películas católicas, en español.

 

karol el papa el hombre pelicula

 

En estos links las podrán ver.

 

«Sed buenos, si podéis» – Película San Felipe Neri (Mayores de 12 años)

 

PADRE PIO DE PIETRELCINA – En Español (audio) Pelicula Completa

 

Main, La Casa de la Felicidad. Vida de Santa Maria Dominga Mazzarello

 

SANTA MARIA GORETTI (1890-1902), ASESINADA POR DEFENDER SU VIRGINIDAD

 

Karol el Papa el Hombre

 

Pelicula Completa – Romero 1989

 

Hildegard de Bingen, La Vision En Español ?

 

FILME SÃO JOSE CUPERTINO – San José de Cupertino una maravillosa y sencilla vida ante Dios

 

Bernadette, la película – Nstra Sra de Lourdes – 1988

 

LA CANCIÓN DE BERNADETTE-PELÍCULA COMPLETA- 1943-

 

Teresa de Calcuta Español

 

Beata Laura Vicuña, la Película Completa en Español.

 

SAN CHÁRBEL

 

Molokai Damian de Veuster

 

San Damián de Veuster (Molokai la Isla Maldita)

 

SAN IGNACIO DE LOYOLA – PELICULA

 

San Patricio De Irlanda – Peliculas de Santos

 

San Juan Bosco, La Pelicula Completa, con Ben Gazzara, 1988

 

SANTA RITA DE CASIA-PELICULA COMPLETA-«LA SANTA DE LO IMPOSIBLE» (1381-1457)

 

Juan Diego y la Virgen de Guadalupe (nueva película completa)

 

Chiara Badano, su vida.

 

San Alberto Hurtado

 

PADRE PRO (MIGUEL AGUSTÍN PRO) LA PELICULA

 

San Francisco de Asís y Sta Clara (En Español)

 

Francesco (1989) (Spanish audio)

 

Francisco, Juglar de Dios

 

SAN FRANCISCO DE ASIS Y STA CLARA (LA PELICULA)

 

San Martin de Porres (Película Completa)

 

SAN MARTIN DE PORRES [COMPLETA][PELICULA CATOLICA]

 

San Maximiliano María Kolbe Pelicula Completa En Español

 

FATIMA – El día 13 (Película Completa – Subtitulada)

.

Santo Tomás Becket

 

Encontraras Dragones – Película Completa (Cine Católico)

 

SAN ISIDRO LABRADOR-PELICULA COMPLETA (1082-1130), PATRONO DE LOS AGRICULTORES

 

Dialogo de Carmelitas

 

Película Santa Mª Josefa. Fundadora de las Siervas de Jesús

 

Juan Pablo I – La Sonrisa de Dios

 

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FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María REFLEXIONES Y DOCTRINA Sobre los Santos y Beatos

Los Santos y nosotros

Muchos hermanos no católicos rechazan enérgicamente a los santos diciendo que no necesitamos otros modelos de santidad, ya que tenemos el modelo de Jesús. Que Dios es el único santo y que mucho menos necesitamos a los santos como intercesores, pues Cristo es el Único mediador ante el Padre. Muchos católicos no saben qué contestar y están dudosos frente a estas opiniones.
Respondamos a estas interrogantes:
 

1.- Los Santos los hace Dios, no el Papa

El Santo Padre ha beatificado y canonizado a una gran cantidad de hombres y mujeres a lo largo de toda la Iglesia Universal. Con esto la Iglesia lo que hace es reconocer oficialmente su testimonio de santidad. Hay que entender bien claro que el Papa no es el que los hace santos con un papel, eso es un invento y pésima idea de muchos evangélicos fundamentalistas. Es Dios quien los hace santos mediante la gracia recibida por su vida de fe en obediencia cristiana y se les reconoce que vivieron en plenitud esa santidad. El Papa y la Iglesia simplemente los reconoce como tales.

Como cristianos que somos nuestra fe tiene una solida base bíblica. Incluso algunos de nuestros hermanos separados en su odio contra esta doctrina llegan a decir que Santo es solamente Dios y se les olvida o ignoran lo que la Escritura dice sobre eso, En grado perfecto Santo es solamente Dios, pero quienes se unen a él participan de esa santidad. Leámoslo en la misma Biblia evangélica Reina Valera de 1909:

  •  Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio:  Lc 1:70 (RVA) Aquí la Escritura habla de los profetas como santos.
  •  Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal: porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es. 1Cor:3:17 (RVA) Aquí Pablo nos dice que somos santos por ser templos de Dios.
  • Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Mt:25:31 (RVA) Incluso Jesucristo aquí afirma que también los angeles son santos.
  • Al unirnos a Jesús participamos de esa santidad 1 Cor 12,13 Para eso lo único que hacía falta es que los protestantes leyeran la Biblia y se darían cuenta de cómo Pablo se dirige a los primeros cristianos:
  1. A todos los que estáis en Roma, amados de Dios, llamados santos: Gracia y paz tengáis de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo. Rom 1,7 (RVA)
  2. Porque Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos. 1Cor 14,33  (RVA)
  3. Todos los santos os saludan. 2Cor 13:13 (RVA) Nota una vez más como les llama santos.
  4. PABLO, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, á los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso Ef 1:1  (RVA) Ahora les llama así a los de Efeso.
  5. PABLO y Timoteo, siervos de Jesucristo, á todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos. Fil 1:1 (RVA) Ahora con los que están en Filipos.

Así que no es como muchos protestantes dicen que el Papa es una fábrica de hacer santos. Si a alguien quieren reclamar los protestantes deberían reclamarle a Jesucristo, a Lucas, a Pablo, a Pedro y a Dios porque eso está en la Biblia. Dios nos hace santos y por eso nos llama a vivir en santidad.

  • Y aconteció que Pedro, andándolos a todos, vino también a los santos que habitaban en Lydda. Hech 9:32 (RVA) Lucas, el autor de este libro, también les llama santos a los primeros cristianos, antecesores nuestros.
  • Y vestir el nuevo hombre que es criado conforme á Dios en justicia y en santidad de verdad. Ef 4:24 (RVA)

Muchos hermanos separados no han leído bien la Escritura. A algunos que se destacan por un fuerte testimonio la Iglesia los reconoce de una manera especial. De esta forma ellos se convierten para los creyentes en un modelo de santidad (1 Tim. 1, 16) y en intercesores en favor nuestro. Por supuesto la Iglesia Católica a nadie obliga a invocar y tener devoción a los santos. Solamente los propone como modelos para ser imitados.

 

2. ¿Qué debemos contestar a los que piensan que solamente Cristo es el único modelo?

Los hermanos evangélicos dicen: No necesitamos otro modelo de santidad si ya tenemos el modelo del propio Jesús.

Queridos hermanos: Eso es falso y no es bíblico. Esa es una verdad a medias. Enseguida me vienen a la mente los textos bíblicos del Apóstol Pablo:

«Para mí la vida es Cristo, y la muerte es ganancia… Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes» (Fil. 1, 21 y 3, 17).

En otra parte dice el Apóstol: «Sigan ustedes mi ejemplo como yo sigo el ejemplo de Cristo Jesús» (1 Tim. 1, 16).

En estos textos vemos claramente que Pablo se pone a sí mismo como ejemplo de seguidor de Cristo, e incita a los creyentes a ser sus imitadores, como él lo es de Cristo.

Tomemos otro ejemplo de la Biblia: María, la Madre de Jesús.

Ella es la mujer «que Dios ha bendecido más que a todas las mujeres» (Lc. 1, 28 y 1, 42), como dijeron el ángel Gabriel y su prima Isabel. Y en el cántico de María (Lc. 1, 46-55); ella se presenta también como ejemplo de humilde servidora y de esclava, «en adelante todos los hombres me llamarán bienaventurada» (Lc. 1, 48).

La Biblia, entonces, pone claramente a María como modelo de santidad para todas las generaciones. Y es eso lo que celebra la Iglesia Católica al venerar a María. La veneración a María nunca puede ser culto de adoración; la veneración es un culto de honra y de profundo respeto hacia la Madre de Jesús.

Cuando leemos con atención las Escrituras, nos damos cuenta de que la Biblia nos ofrece muchos modelos de santidad; por ejemplo: al apóstol Tomás, que era un hombre con grandes dudas sobre la fe pero que al fin proclamó a Jesús como su Señor y su Dios (Jn. 20, 26-28).

Así también la Iglesia católica presenta el ejemplo de Juan Bautista que con gran valentía dio testimonio de Jesús hasta derramar su sangre por el Señor (Mt. 14, 1-12).

De igual manera, la Iglesia Católica presenta ahora a los santos de nuestros tiempos como ejemplos de fe cristiana. Ellos nos señalan un camino y muchos ven en ellos la gracia del Señor Jesús, que fue tan eficaz en sus vidas. Los santos son para nosotros verdaderos modelos a imitar. Ellos tuvieron una clara prioridad en su vida: Jesucristo. Y es este modelo de fe cristiana el que tocó de diversas maneras el corazón de mucha gente. La fe en los santos no es, de ninguna manera, un obstáculo a la fe en Jesucristo, como piensan los hermanos evangélicos, sino un estímulo para seguir a Cristo.

Por supuesto debemos evitar excesos, los santos no son semidioses y la santidad de tal o cual persona nunca puede oscurecer el seguimiento de Cristo. Al contrario, la verdadera santidad de los santos siempre anima hacia una mayor búsqueda de Dios.

 

3. Los santos como intercesores

Muchos hermanos evangélicos tienen problemas para aceptar a los santos como intercesores en favor nuestro. Simplemente dicen que Jesucristo es el único Mediador entre Dios y los hombres y que no necesitamos nuevos intercesores: «Hay un solo Dios, y un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús» (1 Tim. 2, 5; Hebr. 8, 6 y 9, 11-14).

Nosotros, los católicos, proclamamos también que Jesucristo es el Único Mediador entre Dios y los hombres. Pero los santos no son un obstáculo para dirigirnos directamente a Jesucristo, a Dios Padre o al Espíritu Santo.

Los santos no nos alejan de Dios; simplemente ellos con sus ejemplos de fe cristiana nos estimulan a acercarnos a Dios con la sola mediación de Jesucristo. ¿Acaso la gente no acudió a Pablo, a Pedro, a Juan y a los demás apóstoles? Claro que sí. Entonces fueron mediadores o intercesores. ¿Acaso la gente no acude al llamado de los pastores evangélicos cuando van a orar por ellos? Claro que sí. Entonces ya se convirtieron en mediadores o intercesores. Cristo es el mediador de salvación y los hombres lo son de intercesión pues es Dios quien tiene el poder.

Ahora bien, cuando la Iglesia Católica dice que los santos son intercesores nuestros delante de Jesucristo, eso no quiere decir que ellos son los que hacen los milagros. Es siempre Dios Padre, Jesucristo o el Espíritu Santo, quienes obran maravillas entre nosotros, aunque sí puede ser que los milagros sean hechos «por intercesión» de estos santos.

 

4. El ejemplo de María

Veamos el ejemplo de María en las bodas de Caná. Es María la Madre de Jesús la que invita discretamente a su Hijo a hacer un milagro diciendo: «Ya no tienen vino». Y Jesús le hace entender que la hora de hacer signos no ha llegado todavía. Sin embargo, por la intercesión de su Madre María, Jesús hace su primer milagro (Jn. 2, 1-12).

Este es el sentido bíblico de la intercesión de los santos. Hay muchos ejemplos más de la intercesión de los santos ante Dios. Veamos algunos textos: Moisés ora a Dios por intercesión de Abraham, Isaac y de Jacob (Ex. 32, 11-14).

Jesús manda a sus Apóstoles a sanar enfermos, a resucitar muertos, a limpiar leprosos y echar demonios (Mt. 10, 8). Pedro y Juan, en nombre de Jesús, sanan a un hombre tullido (Hech. 3, 1-10).

En el pueblo de Troáda, el apóstol Pablo devuelve la vida a un joven accidentado (Hech. 20, 7-11). Fue mediador y no mandó a la gente a su casa para que le pidiera directamente a Jesucristo.

Cuando el apóstol Pedro pasaba por la calle, la gente sacaba a los enfermos y los ponía en camillas para que, al pasar Pedro, por lo menos su sombra cayera sobre algunos de ellos, y todos eran sanados (Heh. 5, 15-16). Dios hacía grandes milagros por medio de Pablo, tanto que hasta los pañuelos o las ropas que habían sido tocados por su cuerpo eran llevados a los enfermos y los espíritus malos salían de éstos (Hech. 19, 11-12). Fue intercesor y no les dijo oren ustedes mismo a Jesucristo. Lo mismo hacen los santos.

Todos estos textos nos dicen que Jesucristo hacía milagros por medio de sus discípulos. «Ustedes han recibido este poder sin costo; úsenlo sin cobrar», dijo Jesús (Mt. 10, 8).

 

5. Dios acepta la oración de los santos

La Biblia, SI, la Biblia, aunque a muchos no les guste, nos enseña también que debemos ayudarnos mutuamente con el poder de intercesión de la oración. «La oración de los santos es como perfume agradable ante el trono de Dios» (Apoc. 8, 4).

«Ahora me alegro, dice el Apóstol Pablo, en lo que sufro por ustedes, porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta a los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo» (Col. 1, 24).

«La oración fervorosa del hombre bueno tiene mucho poder. El profeta Elías era un hombre tal como nosotros, y cuando pidió en su oración que no lloviera, dejó de llover sobre la tierra durante tres años y medio y después cuando oró otra vez, volvió a llover y la tierra dio su cosecha» (Stgo. 5, 16-18).

«Los cuatro seres vivientes y los 24 ancianos se pusieron de rodillas delante del Cordero. Cada uno de los ancianos tenía un arpa, y llevaban copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los que pertenecen a Dios» (Apoc. 5, 8).

En todos estos textos notamos que la oración fervorosa o la intercesión de los santos tiene mucho poder delante del trono de Dios. No podemos dudar de que estos santos, que ahora están delante de Dios, vayan a interceder por nosotros, como lo hizo Moisés al hablar con Dios para aplacar su ira invocando a Abraham, Isaac y Jacob (Ex. 32, 13).

Al invocar a los santos siempre contemplaremos las virtudes que obró Dios en ellos. Dios está siempre en el trasfondo de nuestra invocación o veneración a los santos. Los santos no nos alejan de Dios, sino que nos invitan a ponernos directamente en contacto con El, con la sola mediación de Jesucristo. Muchos hermanos separados se salieron de la Iglesia católica sin saber todo esto y es tiempo de que regresen para vivir más fuerte su fe.

 Fuente: P. Paulo Dierckx //P. Miguel Jordá//Martin Zavala

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La Intercesión de los Santos en la Tradición Eclesiástica

No sólo la Sagrada Escritura, sino también la tradición de los Padres de la Iglesia -aquéllos escritores y Obispos del comienzo del Cristianismo, algunos de los cuales tuvieron contacto directo o estuvieron muy cerca de los Apóstoles o, en todo caso, estuvieron bajo tal influencia de las enseñanzas apostólicas- que han sido capaces de expresar estas enseñanzas con gran fidelidad, nos han dejado un legado muy claro en cuanto a la intercesión de los Santos.

Ha sido después de la Reforma Protestante que esta valiosísima intercesión comenzó a ser atacada. Esta práctica iniciada desde los primeros días del Cristianismo es compartida por Católicos, Ortodoxos y otros Cristianos de oriente e, inclusive, por algunos Anglicanos, de tal forma que es común a casi un 75% de los Cristianos del mundo.

 

Objeción: Los Católicos no obedecen la prohibición de Dios de no contactar a los muertos.

Respuesta: En efecto, dice Deuteronomio 18, 11: “Que no se halle nadie que consulte a los espíritus; que no se halle ningún adivino o quien pregunte a los muertos”.

Está clarísimo en esta cita que lo que queda prohibido es el contacto con los muertos a través del espiritismo. Está la Palabra de Dios prohibiendo sesiones espiritistas, la práctica nigromántica de conjurar espíritus malignos. No se puede conjurar a los muertos con el fin de obtener información. Cualquiera con un discernimiento adecuado puede darse cuenta de la diferencia que hay entre la toma de una persona o medium por parte de un espíritu maligno o alma condenada en una sesión espiritista, y la oración a los Santos que son los difuntos que han llegado al Cielo, reconocidos como tal por la Iglesia.

¿Cómo queda entonces el propio Jesucristo, Quien en el momento de su Transfiguración en el Monte Tabor, ante Pedro, Santiago y Juan “contactó” a dos muertos, Moisés y Elías, y hasta habló con ellos ante sus discípulos? (cf. Mt. 17, 3).

Una cosa, entonces, es la maligna práctica de contactar a los espíritus infernales para obtener información oculta o para realizar conjuros, costumbre prohibida fuertemente en la Biblia, y otra cosa muy, muy distinta es la santa costumbre de pedir la intercesión de los Angeles y de los Santos, estimulada por la Iglesia, la cual, siguiendo el contenido de la Palabra de Dios, nos la propone como una práctica buena y saludable.

Los Padres de la Iglesia no sólo testimonian su claro reconocimiento a la enseñanza bíblica de que los que están en el Cielo pueden y de hecho interceden por nosotros, sino que aplicaban esta enseñanza a su propia vida de oración.

 

TESTIMONIOS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Como muestran los siguientes textos, los primeros Padres de la Iglesia no solamente reconocieron claramente la enseñanza bíblica sobre que aquellos en el cielo pueden interceder por nosotros, sino que además aplicaron esa enseñanza en su propia vida de oración diaria.

Hermas

“[El Pastor dijo:] ‘Pero aquellos que son perezosos e indolentes en la oración, dudan pedir cualquier cosa del Señor; pero el Señor está lleno de compasión, y da sin falta a todos aquellos que le piden. Pero tú, [Hermas,] habiendo sido fortalecido por el santo ángel [que viste], y habiendo obtenido de él tal intercesión, y no siendo indolente, por qué no le pides al Señor entendimiento, y lo recibes de El? (El Pastor 3: 5:4 [80 D.C.]).

Clemente de Alejandría

“De  modo que él [el verdadero cristiano] es siempre puro para la oración. El también ora en la sociedad de los ángeles, siendo ya de rango angélico,  no está nunca sin sus santos cuidados; y aunque ora solo, tiene el coro de los santos permanentemente [orando] con él” (Misceláneas 7: 12 [208 D.C.]).

Orígenes

“Pero el sacerdote máximo [Cristo] no ora solitario por aquellos que oran sinceramente, sino que también lo hacen los ángeles… lo mismo las almas de los santos que ya se han  dormido” (Oración 11 [233 D.C.])

Cipriano de Cartago

“Recordémonos unos a otros en concordia y unanimidad. En ambos lados [de la muerte] oremos siempre unos por otros. Aliviemos cargas y aflicciones mediante el amor mutuo,  De modo que si alguno de nosotros, por el movimiento de la condescendencia divina, debe partir primero, nuestro amor pueda continuar en la presencia del Señor, y nuestras oraciones por nuestros hermanos y hermanas nunca cesen en presencia de la misericordia del Padre” (Cartas 56[60]: 5 [253 D.C.]).

Anónimos

 “Atico, duerme en paz, seguro en tu salvación, ora ansiosamente por nuestros pecados” (inscripción funeraria cerca de Santa Sabina en Roma [300 D.C.])

“Ora por tus padres, Matronata Matrona. Ella vivió un año, cincuenta y dos días” (ibid.).

“Madre de Dios, [escucha] mis peticiones; no nos abandones en la adversidad, sino que rescátanos del peligro” (Papiro Ryland 3 [350 D.C.]).

Metodio

“Salve  por siempre,  Virgen Madre de Dios, nuestra alegría incesante, vuelvo a ti otra vez. Tú eres el principio, mitad y fin de nuestro gozo; la perla de gran precio que pertenece al Reino;  la grasa de cada víctima, el altar viviente del Pan de Vida [Jesús]. Salve a ti, tesoro del amor de Dios. Salve, fuente del amor del Hijo para el hombre… Tu destellas, dulce Madre que se nos regala como especial concesión, con la luz del sol; tú destellas con los profundos fuegos de la más ferviente caridad, manifestando en el fin aquello que fue concebido de ti… haciendo palpable el misterio oculto e inexpresable, el invisible Hijo del Padre –el príncipe de la paz, quien en una maravillosa manera se muestra a sí mismo como mas pequeño que toda pequeñez” (Oración de Simeón y Ana 14 [305 D.C.]).

“En consecuencia, te rogamos [te pedimos], la más excelente entre las mujeres, quien se gloria en la confianza de sus honores maternales,  que incesantemente nos conserves en tu pensamiento.  O Santa Madre de Dios, recuérdanos, te digo, quien hace de ti nuestro alarde, y quien en los himnos de agosto celebra la memoria, la cual vivirá por siempre, y nunca se desvanecerá.” (ibid)

“Y tú también, Oh honrado y venerado Simeón, tú primer anfitrión de nuestra santa religión, y profesor de la resurrección del fiel, sé nuestro patrono y abogado ante el Dios Salvador, por quien fuiste juzgado digno de recibir en tus brazos. Nosotros, en comunión contigo, cantamos nuestras alabanzas a Cristo, quien tiene el poder de la vida y la muerte, diciendo, “eres la verdadera Luz , procedente de la verdadera Luz; el verdadero Dios, engendrado por el verdadero Dios” (ibid).

Cirilo de Jerusalén

“Entonces [durante la plegaria Eucarística] hacemos mención también de aquellos que ya se han dormido; primero, los patriarcas, profetas, apóstoles y mártires, que a través de sus oraciones y súplicas Dios pueda recibir nuestras peticiones… (Conferencias Catequéticas 23: 9 [350 D.C.])

Hilario de Poitiers

“Para aquellos que desean permanecer [en la gracia de Dios], ni la protección de los santos ni las defensas de los ángeles están ausentes” (Comentario sobre los salmos 124: 5: 6: [365 D.C.])

Efraín el Sirio

“Ustedes mártires victoriosos que soportaron alegremente tormentos por el amor al Dios y Salvador, ustedes que tienen la audacia de hablar al mismo Señor, ustedes los santos, intercedan por nosotros que somos hombres tímidos,  pecadores y llenos de indolencia, pedid que la gracia de Cristo venga sobre nosotros, e ilumine todos nuestros corazones de tal manera que podamos amarle. (Comentario sobre Marcos [370 D.C.]).

“Recuérdenme, ustedes herederos de Dios, ustedes hermanos de Jesucristo; supliquen el Salvador sinceramente por mí, y tal vez pueda ser liberado a través de Cristo quien  lucha conmigo día a día” (El temor en el final de la vida [370 D.C.]).

La liturgia de San Basilio

“Por el mandato de tu Hijo Único engendrado nos comunicamos con la memoria de tus santos… por cuyas oraciones y súplicas se obtiene misericordia sobre nosotros, y nos liberan por el amor de su santo nombre”.  (Liturgia de San Basilio [373 D.C.]).

Pectorio

“Ascandio, padre mío, muy amado de mi corazón, con mi dulce madre y mis hermanos, recuerda tu pectorio en la paz del Pez [Cristo]” (Epitafio de Pectorio [370 D.C.]).

Gregorio de Nazianzo

Puedas [Cipriano] mirar  propiciamente sobre nosotros desde lo alto, y guiar nuestra vida y nuestras palabras; y pastorear este sagrado rebaño… Que se alegre la Santísima Trinidad, delante de la cual te encuentras” (Oraciones 17[24] [380 D.C.]).

“Sí, estoy  bien seguro que la intercesión [de mi padre] ahora es de más provecho que sus instrucciones en los días pasados, pues ellos está más cerca de Dios, ahora que se ha sacudido de sus grilletes corporales, y liberado su mente de la arcilla que la oscurecía,  sostienen sencillas conversaciones con la claridad de la más excelente y pura mente…” (ibid., 18:4).

Gregorio de Niza

“[Efraín], tú que estás ante el divino altar [en el cielo]… llévanos a todos en el recuerdo, pidiendo para nosotros la remisión de los pecados, y la dulzura del reino eterno” (Sermón sobre Efraín el Sirio [380 D.C.]).

Juan Crisóstomo

“El, que viste la púrpura [i.e. un hombre de la realeza] está parado suplicando a los santos que sean sus patronos ante Dios,  él que viste una diadema implora al fabricante de tiendas [Pablo] y al pescador [Pedro] como patronos, aunque ya estén muertos (Homilías sobre 2 Corintios 26 [392 D.C.]).

“Cuando percibas que Dios te está corrigiendo, no vueles donde sus enemigos… sino donde sus amigos, los mártires, los santos, y todos aquellos que  agradan a Dios, y que tienen gran poder [en Dios]” (Oraciones 8:6 F396 D.C.]).

Ambrosio de Milán

“Pedro, quien lloró tan eficazmente por sí mismo, pueda  llorar por nosotros y volver hacia nosotros el benigno rostro del Señor” (El Trabajo de Seis Días 5:25:90 [393 D.C.]).

Jerónimo

“Has dicho en tu libro que mientras vivamos podemos orar unos por otros, pero después cuando hayamos muerto, la oración de ninguna persona por otra será escuchada… Pero si los apóstoles y mártires mientras aún están en su cuerpo pueden orar por otros, en un momento en que todavía deben estar pendientes de  sí mismos,  cuánto más harán después  de haber recibido sus coronas, victorias y triunfos?” (Contra Vigilancio 6 F406 D.C.]).

Agustín

“Los Cristianos celebran juntos en religiosa solemnidad los memoriales de los mártires, tanto para animarse a imitarlos como para así poder compartir en sus méritos y ser ayudados por sus ruegos” (Contra Fausto el Maniqueo [400 D.C.]).

“Hay una disciplina eclesial, como sabe el creyente, de que los nombres de los mártires son leídos en voz alta en el altar de Dios, pero estas  no  son oraciones  ofrecidas por ellos. Hay oraciones que sin embargo sí son ofrecida por el difunto que es recordado. Esto  es por que es errado rogar por un mártir, mas bien a sus oraciones debemos encomendarnos nosotros mismos.” (Sermones 159:1 [411 D.C.]).

“En la mesa del Señor no conmemoramos a los mártires en la misma forma en que lo hacemos por otros hermanos que  ya descansan en paz, sino más bien pedimos que aquellos puedan orar por nosotros para que sigamos sus huellas” (Homilías sobre Juan 84 [416 D.C.]).

“Las almas de los muertos en santidad no están apartadas de la Iglesia, menos ahora incluso que están en el Reino de Cristo. De otra manera no habría recuerdo de ellos en el altar de Dios y en la comunicación del Cuerpo de Cristo” (La ciudad de Dios 20:9:2 [419 D.C.])

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La figura de María en el Magisterio de Juan Pablo II

El trabajo mariano y mariológico empezado por Pablo VI siguió fuertemente con Juan Pablo II. Se puede hablar tranquilamente de un papa mariano que reorientó la investigación mariológica, integró al magisterio el aporte mariológico de autores como Balthasar, Laurentín, De la Potterie, Ratzinger entre otros, y agregó ese espíritu mariano de la verdadera devotio monfortiana del cual era un fiel seguidor.

En general el trabajo teológico magisterial de Juan Pablo II se fundamenta en la reorientación mariológica del Concilio Vaticano II que recupera entre otros el sentido de uso analógico de la Sagrada Escritura dentro de la costumbre de Israel en especial con el título de Hija de Sión y renuncia al uso de una cierta terminología escolástica (redención objetiva, redención sujetiva, mediata e inmediata, merito de congruo y de condigno, terminos extraños a la tradición teológica de Oriente). Se puede decir que su mariología fue centrada en Cristo desde de la visión trinitaria, relacionada al misterio de la Iglesia, y en especial valorando el sentido pneumatológico y escatológico del misterio de la Virgen María mujer, esposa y madre.

A esto agregó esa sensibilidad propia del pueblo polaco al cual pertenecía que lo abría a las devociones marianas de todo el mundo como lo demostró en sus diferentes visitas a los santuarios mundiales nacionales, regionales e internacionales a lo largo de la geografía mundial. Fomentó el aspecto ecuménico relacionado con María haciendo una relectura exegética bíblica con fundamentación patrística para acercar el diálogo con los protestantes y con los ortodoxos. En definitiva se preocupó de fortalecer la importancia doctrinal, devocional litúrgica, pastoral de la presencia mediadora maternal de María.

Promovió el sentido mariano en las diferentes áreas teológico-pastorales, sobre todo en la defensa de la vida desde el misterio de la encarnación, de la maternidad de María, el valor de la muerte y del más allá con la asunción de María, de la verdadera corporalidad y de la verdadera personeidad de María como mujer, esposa y madre valorando la realidad de San José el esposo custodio asociado con María al mismo misterio de la redención. En este documento Juan Pablo describe los elementos más sobresalientes de José relacionado con María y José: 1) el matrimonio con María, 2) su ser depositario del misterio de Dios y junto a María recorre el itinerario de fe, 3) el servicio de la paternidad, 4) su condición de varón justo y esposo, 5) su trabajo como expresión del amor 6) y el primado de la vida interior.

Presentamos esquemáticamente la parte mariológica de algunos documentos del abundante magisterio de Juan Pablo II:

Encíclica Dives in Misericordia, Vaticano 1980.11.30, n. 9

“Nadie ha experimentado, como la Madre del Crucificado el misterio de la cruz, el pasmoso encuentro de la trascendente justicia divina con el amor: el « beso » dado por la misericordia a la justicia. Nadie como ella, María, ha acogido de corazón ese misterio: aquella dimensión verdaderamente divina de la redención, llevada a efecto en el Calvario mediante la muerte de su Hijo, junto con el sacrificio de su corazón de madre, junto con su « fiat » definitivo.”.

Encíclica Redemptoris hominis, Vaticano 1979.03.0, n. 22:

“La Madre de nuestra confianza:

Su propio Hijo quiso explícitamente extender la maternidad de su Madre —y extenderla de manera fácilmente accesible a todas las almas y corazones— confiando a ella desde lo alto de la Cruz a su discípulo predilecto como hijo. El Espíritu Santo le sugirió que se quedase también ella, después de la Ascensión de Nuestro Señor, en el Cenáculo, recogida en oración y en espera junto con los Apóstoles hasta el día de Pentecostés, en que debía casi visiblemente nacer la Iglesia, saliendo de la oscuridad. Posteriormente todas las generaciones de discípulos y de cuantos confiesan y aman a Cristo —al igual que el apóstol Juan— acogieron espiritualmente en su casa a esta Madre, que así, desde los mismos comienzos, es decir, desde el momento de la Anunciación, quedó inserida en la historia de la salvación y en la misión de la Iglesia.”.

Encíclica Dominum et Vivificantem, 18-5-1986, n. 51:

El Espíritu Santo, que cubrió con su sombra el cuerpo virginal de María, dando comienzo en ella a la maternidad divina, al mismo tiempo hizo que su corazón fuera perfectamente obediente a aquella auto-comunicación de Dios que superaba todo concepto y toda facultad humana. « ¡Feliz la que ha creído! »; así es saludada María por su parienta Isabel, que también estaba « llena de Espíritu Santo ». En las palabras de saludo a la que « ha creído », parece vislumbrarse un lejano (pero en realidad muy cercano) contraste con todos aquellos de los que Cristo dirá que « no creyeron », María entró en la historia de la salvación del mundo mediante la obediencia de la fe. Y la fe, en su esencia más profunda, es la apertura del corazón humano ante el don: ante la auto-comunicación de Dios por el Espíritu Santo.”.

EL AÑO MARIANO

El decreto del año mariano entre la solemnidad de Pentecostés 7 de junio del 1987 y la solemnidad de la Asunción del 1988 fue para Juan Pablo la preparación al Gran Jubileo de la Venida de Jesús en el Año 2000. Para esta ocasión publicó la Encíclica Redemptoris Mater el 25 de marzo del 1987 y la Carta Apostólica Mulieris Dignitatem del 15 de agosto del 1988. El mismo Pontífice define el sentido de este Año Mariano:

“Así, mediante este Año Mariano, la Iglesia es llamada no sólo a recordar todo lo que en su pasado testimonia la especial y materna cooperación de la Madre de Dios en la obra de la salvación en Cristo Señor, sino además a preparar, por su parte, cara al futuro las vías de esta cooperación, ya que el final del segundo Milenio cristiano abre como una nueva perspectiva.” RM n. 49.

La Encíclica Redemptoris Mater presenta María relacionada con el misterio de Cristo y el misterio de la Iglesia. El primer enlace es desarrollado por tres frases bíblicas: Llena de gracia, Feliz la que ha creído y Ahí tiene a tu madre. La segunda parte se ocupa de María relacionada con la iglesia peregrina en especial la situación ecuménica y la faceta de María como signo profético de la liberación dentro de la tradición y del magisterio sobre e significando profundo y fecundo del Magnificat; y la tercera parte se adentra con la mediación materna y el sentido mismo del año mariano, es decir la importancia de su presencia operante maternal, y el valor de la consagración a María como forma de renovación de la fe por la verdadera filiación espiritual adoptiva con María a nivel personal y colectivo. También hace una amplia descripción del valor de la pastoral de santuarios marianos con sus relativas peregrinaciones, su geografía mundial que abarca Oriente y Occidente y todos los continentes y la importancia para vivir, renovar ese encuentro con Jesús propiciado por el encuentro personal con María, que maternalmente en esos lugares sagrados se hace presente en la acogida fraternal para recibir la gracia de Dios con el sacramento de la reconciliación y de la eucaristía.

La Carta Apostólica Mulieris Dignitatem centra su atención sobre el aporte antropológico de la mujer que por Juan Pablo encuentra en María un modelo activo, valido y presencial en el desenvolvimiento de la realidad de la mujer de manera armónica sin exageraciones feministas radicales, sino de forma auténtica envuelta en los valores cristianos de su esencial realidad física y espiritual propios de cara al futuro religioso, cultural y social de la humanidad.

Al mismo tiempo Juan Pablo decretó en el mismo Año Mariano la publicación de las Misas de la Virgen María, exactamente 44 celebraciones propias de Institutos Religiosos y de fiestas o memorias de Iglesias Particulares. Esta promulgación dirigida fundamentalmente a los Santuario Marianos, también ha sido un gran aporte para la celebración de la memoria y de las fiestas a lo largo del año litúrgico en las parroquias para favorecer el culto a la Virgen María entre el misterio de Cristo y de la Iglesia en sus tres características principales: ejemplar por su camino de fe y santidad, como figura para la Iglesia de virgen, esposa y madre y como imagen en la cual se contempla la misma Iglesia desea y espera llegar a ser.

El papa Juan Pablo entre sus innovaciones hizo un importante aporte magisterial abriendo y sistematizando el contenido de las audiencias generales de los miércoles en Roma y centrándolas en las catequesis sobre el Credo: el Creo en Dios Padre de las catequesis entre el 5 de diciembre 1984 y el 17 diciembre 1986, el Creo en Jesús Cristo entre el 7 de enero 1987 y el 19 de abril del 1989, el Creo en el Espíritu Santo entre el 26 de abril 1989 y 3 de julio del 1991, Creo en la Iglesia entre el 10 de julio 1991 hasta el 30 de agosto del 1995, y finalmente el María en el misterio de Cristo y de la Iglesia entre el 6 de septiembre del 1995 y el 12 de noviembre del 1997.

Esta catequesis mariana se divide en tres partes: I) La presencia de María en la historia de la Iglesia, II) la fe de la Iglesia sobre María, III) el rol de María en la Iglesia. El papa en la primera parte contempla la presencia de la Virgen María en el comienzo de la vida de la Iglesia y explica el desarrollo de la doctrina mariana en los primeros siglos hasta su especial presencia en el Concilio Vaticano II. En la segunda parte sigue el itinerario mariano del documento conciliar que pone en evidencia la contribución de la figura de la Virgen en la comprensión del misterio de la Iglesia.

De esta manera busca poner en evidencia el rol de la Santísima Virgen María en el misterio del Verbo encarnado y del Cuerpo místico y toma en cuenta el desarrollo doctrinal eclesial hasta ahora. En la tercera parte Juan Pablo II pone en relieve el rol especial de María en la historia de la salvación y en la relación especial de María con la Iglesia, su mediación, intercesión, maternidad espiritual y cooperación.

Además, en esta etapa de su magisterio previo al gran Jubileo, Juan Pablo II autoriza en el año 1992 la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, documento fruto de un largo trabajo preparatorio con el aporte de muchos investigadores y especialistas de todas las disciplinas:

Este catecismo es la exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica, tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la Sagrada Escritura, los Santos Padres, la Liturgia y el magisterio de la Iglesia. Está destinado a servir como punto de referencia para los catecismos o compendios que sean compuestos en los diversos países.” (C.E.C.n.11). Está dirigido a los responsables de la catequesis: los obispos, los sacerdotes y a los catequistas (C.E.C.n.12).

La estructura del catecismo se divide en cuatro partes: Primera parte: la profesión de la fe, la segunda parte: Los sacramentos de la fe, tercera parte: la vida de la fe, la cuarta parte: la oración en la vida de la fe. María esta presente en la primera parte en:

  1. la obediencia de la fe (nn.144, 148-149), ejemplo de fe (nn.165, 273), ejemplo de esperanza (n.64), en el credo sobre la encarnación y el nacimiento de Cristo (nn.484-511), en el credo sobre el Espíritu Santo es decir sobre María como madre de Cristo y de la Iglesia nn.(963-975) obra del Espíritu Santo (nn.717, 721-723),
  2. en la segunda parte el culto a María (n.1172) en el memorial (n.1370),
  3. en la tercera parte en la eucaristía dominical (n.2177) y en el primer mandamiento de la Iglesia de oír misa en las fiestas litúrgicas (n.2042),
  4. en la cuarta parte la oración de María (nn.2617-2619, 2622) el camino de oración en comunión con la Santa Madre de Dios (nn. 2673-2679, 2682).

La figura de María emerge así en este catecismo entre el misterio de Cristo y de la Iglesia, ubicada en la historia de la salvación, presente en el culto de la Iglesia y en la oración personal y comunitaria. Es importante la relevancia en lo que se refiere a la acción del Espíritu Santo en María como en la Iglesia y el discurso sobre la gracia y María.

DESPUÉS DEL AÑO MARIANO

Dentro de la gran estructura magisterial de Juan Pablo, entre los años 1990-1999, de cara a la entrada al Nuevo Milenio, por lo cual el Santo Padre vivía un profundo y especial llamado histórico y pastoral, precede al acontecimiento jubilar del 2000 la realización de los diferentes Sínodos, que el mismo convocó para cada Iglesia particular. Los diferentes documentos: Ecclesia in America, Ecclesia in Asia, Ecclesia in Europa, Ecclesia in Africa, Ecclesia in Oceania, reflejan, además de una profunda visión cristológica global, también un unitario enfoque mariológico eclesial dentro del proceso de evangelización renovada y actualizada.

Además de lo hecho a nivel eclesial con los diferentes sínodos convocados, la preparación magisterial catequética para el gran Jubileo del año 2000 no dejó de tener su carácter mariano en los tres años que precedieron el evento: el año del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, en cada uno Juan Pablo presenta a María según la líneas del Concilio como Hija Predilecta de Padre, Madre del Hijo de Dios y sagrario del Espíritu Santo donde se de el misterio del la encarnación redentiva y se da el misterio de Pentecostés al comienzo de la vida de la Iglesia. En la persona de María primera redimida se conjuga la presencia del misterio trinitario y partir de ella en la Iglesia se desarrolla la misión conjunta del Hijo y del Espíritu Santo. Por eso Para Juan Pablo María vive en el misterio de Dios y del hombre abriendo para la Iglesia que fundó su Hijo el carácter permanente de discípula y misionera que encarna y se hace obediente en la fe, evento permanente que marca el comienzo del nuevo milenio. En seguida unos trozos de los dos documentos acerca del gran Jubileo, uno anterior y uno posterior.

Tertio millennio adveniente, Vaticano, 10 de noviembre del año 1994: n.43:

“María Santísima, que estará presente de un modo por así decir « transversal » a lo largo de toda la fase preparatoria, será contemplada durante este primer año en el misterio de su Maternidad divina. ¡En su seno el Verbo se hizo carne! La afirmación de la centralidad de Cristo no puede ser, por tanto, separada del reconocimiento del papel desempeñado por su Santísima Madre. Su culto, aunque valioso, de ninguna manera debe menoscabar « la dignidad y la eficacia de Cristo, único Mediador ». María, dedicada constantemente a su Divino Hijo, se propone a todos los cristianos como modelo de fe vivida. « La Iglesia, meditando sobre ella con amor y contemplándola a la luz del Verbo hecho hombre, llena de veneración, penetra más íntimamente en el misterio supremo de la Encarnación y se identifica cada vez más con su Esposo ».

Novo Millennio Ineunte, 6 de enero del 2001, nn. 58-59:

“Nos acompaña en este camino la Santísima Virgen, a la que hace algunos meses, junto con muchos Obispos llegados a Roma desde todas las partes del mundo, he confiado el tercer milenio. Muchas veces en estos años la he presentado e invocado como « Estrella de la nueva evangelización ». La indico aún como aurora luminosa y guía segura de nuestro camino. « Mujer, he aquí tus hijos », le repito, evocando la voz misma de Jesús (cf. Jn 19,26), y haciéndome voz, ante ella, del cariño filial de toda la Iglesia.”.

DESPUÉS DEL GRAN JUBILEO: SU ÚLTIMA PRODUCCIÓN

Del último magisterio mariano de Juan Pablo II se pueden seleccionar tres documentos importantes, uno sobre la importancia renovada del Santo Rosario y el otro el documento Ecclesia de Eucaristia de dedica una parte importante a María mujer eucarística, y por último la aprobación de la publicación por parte del Juan Pablo II del Directorio sobre la piedad popular y la liturgia del 21 de diciembre del 2001 documento de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Este no es directamente parte de la producción de Juan Pablo: él solo fue quien lo aprobó. Con respecto a María considera la importancia del cristocentrismo de toda devoción a María y que debe expresar su dimensión trinitaria, su correspondencia con la Sagrada Escritura y la apertura ecuménica. La parte mariana presenta la siguiente estructura:

Capítulo V, La veneración a la Santa Madre del Señor (183-207): Algunos principios (183-186); Los tiempos de los ejercicios de piedad marianos (187-191); La celebración de la fiesta (187); El sábado (188); Triduos, septenarios, novenas marianas (189); Los «meses de María» (190-191); Algunos ejercicios de piedad, recomendados por el Magisterio (192-207); Escucha orante de la Palabra de Dios (193-194); El «Ángelus Domini» (195); El «Regina caeli» (196); El Rosario (197-202); Las Letanías de la Virgen (203); La consagración – entrega a María (204); El escapulario del Carmen y otros escapularios (205); Las medallas marianas (206); El himno «Akathistos» (207).

El Santo Padre en la Carta Apostólica, Rosarium Virginis Mariae, del 16 de octubre del 2002, reconoce el valor del Rosario de la Virgen María, difundido gradualmente en el segundo Milenio bajo el soplo del Espíritu de Dios, por ser una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio. Para Juan Pablo II la importancia de esta oración se fundamenta en importancia litúrgica que adquiere como la celebración de los misterios de la salvación dentro de la vivencia de la fe en Cristo y en la Iglesia: un misterio sencillo de profesión de fe y de acto de fe que permite una adhesión inmediata de cada fiel en comunión con la contemplación de los datos de la revelación con el misterio de la encarnación anunciación redención.

El Rosario es una continua invitación a la apropiación de la Palabra como María y con María, al asentimiento de la razón y la fe con el corazón, un verdadero camino de contemplación y compromiso. Para Juan Pablo II el Santo Rosario es una oración de gran significación para el comienzo de este milenio donde hay que remar mar adentro para proclamar a Cristo y hacer nuestro el Magnificat de María y anunciar así a Cristo como el fin de la historia humana, el punto en el que convergen los deseos de la historia y de la civilización RVM n.1:

”El Rosario, en efecto, aunque se distingue por su carácter mariano, es una oración centrada en la cristología. En la sobriedad de sus partes, concentra en sí la profundidad de todo el mensaje evangélico, del cual es como un compendio. En él resuena la oración de María, su perenne Magnificat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor”.

El otro documento es la Carta Encíclica Ecclesia de Eucharistia, publicada el 17 de abril del 2003 presenta unas bellísimas reflexiones sobre María que más allá de su participación en el banquete eucarístico, se puede valorar desde su actitud interior: según Juan Pablo II se puede decir que María es mujer « eucarística » con toda su vida. En el capitulo VI él muestra este punto: En la Escuela de María, mujer eucarística, nn. 53-58. Presentamos un párrafo significativo del texto citado:

N. 56.” María, con toda su vida junto a Cristo y no solamente en el Calvario, hizo suya la dimensión sacrificial de la Eucaristía. Cuando llevó al niño Jesús al templo de Jerusalén « para presentarle al Señor » (Lc 2, 22), oyó anunciar al anciano Simeón que aquel niño sería « señal de contradicción » y también que una « espada » traspasaría su propia alma (cf. Lc 2, 34.35). Se preanunciaba así el drama del Hijo crucificado y, en cierto modo, se prefiguraba el « stabat Mater » de la Virgen al pie de la Cruz. Preparándose día a día para el Calvario, María vive una especie de « Eucaristía anticipada » se podría decir, una « comunión espiritual » de deseo y ofrecimiento, que culminará en la unión con el Hijo en la pasión y se manifestará después, en el período post-pascual, en su participación en la celebración eucarística, presidida por los Apóstoles, como « memorial » de la pasión.”.

APORTES DE CONTENIDO MARIOLÓGICO EN EL ECUMENISMO

Ha sido muy importante en el magisterio de Juan Pablo II su esfuerzo ecuménico. El quiso profundizar el aspecto mariano en la búsqueda de la unidad. El tema de María en su visión eclesial no podía quedar marginado y ser causa de disensión y divisiones entre los cristianos. En muchas actividades, alocuciones, mensajes, intervenciones, documentos el papa siempre miró a María como punto de encuentro para los hijos dispersos. En la catequesis: La Madre de la unidad y de la esperanza, en la audiencia General del 12 de noviembre del 1997, recuerda que María es verdaderamente la madre de la unidad de los cristianos y motivo de esperanza en el camino ecuménico.

Con respecto a los hermanos reformados él reconoce el acercamiento sobre la doctrina mariológica gracias a las contribuciones de teólogos protestantes y anglicanos actuales, es decir sobre la doctrina correspondiente a la maternidad divina, la virginidad, la santidad y la maternidad espiritual de María. Valorar la presencia de la mujer en la Iglesia implica y conlleva a un reacercamiento a la figura de María en la obra de la salvación. Y con respecto a los hermanos orientales los ortodoxos el papa reconoce el honor que le rinden como Madre del Señor y Salvador en venerarla como Madre de Dios y siempre Virgen, en su santidad e intercesión. Por eso personalmente la recuerda con las palabras de San Agustín Mater unitatis. A Ella confía devotamente la esperanza de alcanzar la verdadera unidad en, con y por Cristo. Ponemos algunas referencias ecuménicas y marianas importantes de Juan Pablo II:

Redemptoris Mater 25-3-1987. El camino de la Iglesia y la unidad de todos los cristianos: nn. 29-34.

N.6” La enseñanza de los Padres capadocios sobre la divinización ha pasado a la tradición de todas las Iglesias orientales y constituye parte de su patrimonio común. Se puede resumir en el pensamiento ya expresado por san Ireneo al final del siglo II: Dios ha pasado al hombre para que el hombre pase a Dios. Esta teología de la divinización sigue siendo uno de los logros más apreciados por el pensamiento cristiano oriental.

En este camino de divinización nos preceden aquellos a quienes la gracia y el esfuerzo por la senda del bien hizo «muy semejantes» a Cristo: los mártires y los santos. Y entre éstos ocupa un lugar muy particular la Virgen María, de la que brotó el Vástago de Jesé (cfr. Is 11, 1). Su figura no es sólo la Madre que nos espera sino también la Purísima que -como realización de tantas prefiguraciones vetero-testamentarias- es icono de la Iglesia, símbolo y anticipación de la humanidad transfigurada por la gracia, modelo y esperanza segura para cuantos avanzan hacia la Jerusalén del cielo.”.

Fuente: Padre Antonio Larocca smc para campus.udayton.edu


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El fundamento bíblico de la mariología de Juan Pablo II

Juan Pablo II afirmó el lugar que ocupaban las Sagradas Escrituras en la teología, al comienzo de su pontificado en la constitución apostólica Sapientia christiana (15.04.1979): «La Sagrada Escritura debe ser como “el alma de la Sagrada Teología” la cual se basa como “fundamento perenne” (n.24) sobre la Palabra de Dios escrita junto con la Tradición Viva (cf. DV 24)»

Haciendo referencia a esta importante afirmación, mons. Juan Szlaga señala: “No debería interpretarse como luz verde para la exégesis y para los estudios bíblicos en general, es un deber, y desatenderlo significa en teología separarse del alma viva y vivificante”. La magistral afirmación de Juan Pablo II insertada en el documento sobre los estudios eclesiásticos universitarios, concierne obviamente también a la mariología.

Más recientemente, en cuanto a los temas marianos, se ha comparado de un modo interesante la metodología de los documentos pontificios anteriores al concilio con la de documentos actuales. “La Biblia está presente en unos y otros, pero la metodología utilizada de esta fuente básica de la teología es diametralemente distinta. Los documentes anteriores al Concilio buscan en la Biblia una confirmación de la propia doctrina o al menos una ilustración bíblica de ésta. La doctrina mariana del Concilio y los documentos marianos post-conciliares utilizan la Biblia de forma completamente distinta.

Los documentos marianos post-conciliares se centran principalmente en el mensaje bíblico mariano en el contexto de la historia de la salvación, incluida en sentido amplio. La Biblia en estos documentos constituye el fundamento, el punto de partida. Nos encontramos frente a dos métodos, uno tradicional, llamado “cristotípico”, que parte de los privilegios de María, comenzando por la maternidad divina hasta el dogma de la Asunción, y un segundo método, que generalmente se define como “eclesiotípico”, que parte del paralelo entre María y la Iglesia. A partir del Concilio surgió esta nueva dirección “horizontal, que fue prevaliendo progresivamente, aunque se tengan que considerar complementarias ambas tendencias.

A continuación mostramos un texto clave de la mariología conciliar sobre anunciaciones marianas del Antiguo Testamento, partiendo del capítulo VIII de la constitución dogmática Lumen gentium, donde se observa cómo ambas perspectivas estaban presentes en el Concilio: “Los libros del Antiguo y Nuevo Testamento y la venerable tradición muestran en forma cada vez más clara el oficio de la Madre del Salvador en la economía de la salvación, y por así decirlo, lo muestran ante los ojos. Los libros del Antiguo Testamento describen la historia de la Salvación en la cual se prepara, paso a paso, el advenimiento de Cristo al mundo. Estos primeros documentos, tal y como son leídos en la Iglesia y son entendidos bajo la luz de una ulterior y más plena revelación, cada vez con mayor claridad, iluminan la figura de la mujer Madre del Redentor; ella misma, bajo esta luz es insinuada proféticamente en la promesa de victoria sobre la serpiente, dada a nuestros primeros padres caídos en pecado (cf. Gen 3,15). Así también, ella es la Virgen que concebirá y dará a luz un Hijo cuyo nombre será Emmanuel (Is 7,14; Miq 5,2-3; Mt 1,22-23). Ella misma sobresale entre los humildes y pobres del Señor, que de El esperan con confianza la salvación. En fin, con ella, excelsa Hija de Sión, tras larga espera de la primera, se cumple la plenitud de los tiempos y se inaugura la nueva economía, cuando el Hijo de Dios asumió de ella la naturaleza humana para librar al hombre del pecado mediante los misterios de su carne.”

La summa mariológica del Concilio, junto a tres textos clásicos del Antiguo Testamento que hablan de la madre del Salvador y propios de la mariología cristotípica, el llamado “protoevangelio” (Gen 3, 15), la famosa profecía sobre Emanuel (Is 7, 14), con una referencia a la profecía de Miqueas (5, 2-3), similar en tiempo y contenido al texto de Isaías (Gen 3, 15; Is 7, 14; Mi 5, 2-3), menciona igualmente dos temas proféticos algo recientes en la mariología bíblica, pero que por el propio valor eclesial iluminan también el misterio de María: “ los humildes y los pobres de Yahvé» y la «Hija de Sión», ricamente simbólica y topoi de la mariología eclesio-típica.
Juan Pablo II también une perfectamente ambos métodos de la mariología, haciendo uso de los mismos textos. Se refleja muy bien en la encíclica Redemptoris Mater (1987), en la cual la primera parte (María en el misterio de Cristo) representa la mariología tradicional “cristotípica”, mientras que la segunda (La Madre de Dios en el centro de la Iglesia peregrina) es el ejemplo de la actual tendencia “eclesiotípica”.

La primera parte presenta a María en el misterio de Cristo y se la podría definir como “una síntesis de la mariología bíblica”. El Papa, en su obra se inspira sin duda en el octavo capítulo de la Lumen gentium. Más de 60 notas de la encíclica (sobre 147 en total) hacen referencia a LG 52-69, la introducción misma hace referencia al capítulo VIII de la Constitución conciliar sobre la Iglesia. Los textos bíblicos que el pontéfice cita en su encíclica son los mismos que aparecen en el texto conciliar, que aun citando escasamente el Antiguo Testamento, propone textos importantes de aspectos doctrinales. Pudiéndose leer así en la encíclica Redemptoris Mater: “El plan divino de la salvación, que nos ha sido revelado plenamente con la llegada de Cristo, es eterno. […] Abarca a todos los hombres, pero reserva un lugar particular a la mujer, que es la Madre de Aquel, al cual el Padre ha confiado la obra de la salvación”. Como escribe el Concilio Vaticano II, « ella misma es insinuada proféticamente en la promesa de victoria sobre la serpiente, dada a nuestros primeros padres caídos en pecado» – según el Libro de la Génesis (Gen 3,15); “igualmente, esta es la Virgen que concebirá y dará luz a un hijo que se llamara Emmanuel” – según las palabras de Isaías (Is 7, 14). De tal modo el Antiguo Testamento prepara aquella “plenitud del tiempo”, en la que Dios “envió a su Hijo, nacido de una mujer, [… ] para que recibiéramos el ser hijos por adopción”.

Hasta aquí no es necesario un análisis más profundizado de los textos “clásicos” del Antiguo Testamento utilizados por el Santo Padre en la primera parte de su encíclica. Son textos de los cuales se habla a menudo tanto en las obras tradicionales de mariología bíblica como en los comentarios en el Redemptoris Mater. Señalamos solamente que el Papa elabora el texto del Protoevangelio (Gen 3, 15) basándose también en sus meditaciones sobre la “nueva Eva”. Tal referencia aparece de nuevo al final de la primera parte de la encíclica en unas quince intervenciones de Juan Pablo II. En sintonía con la hermenéutica bíblica contemporánea, sin embargo, el Papa dirige las palabras del Protoevangelio directamente al Mesías anunciado y solo en segundo lugar a su Madre, la “nueva Eva”. Este título tradicional de María, que data de los tiempos de San Ireneo, aparece algunas veces en la enseñanza de Juan Pablo II y complementando la doctrina de San Pablo sobre Cristo “El Nuevo Adán”.

Con respecto al segundo de los textos clásicos: el de la Madre de Emmanuel (Is 7, 14), aparece en la enseñanza de Juan Pablo II unas doce veces, confirmando la verdad sobre la virginidad de María; el santo Padre explica aquel versículo en el vasto contexto del “Libro de Emmanuel”, indicando en primer lugar el sentido de la expresión. La profecía de Miqueas (5, 1) del nacimiento del Mesías en Betlemme sin embargo es citada escasamente, cautela probablemente dictada también por el hecho de que los exégetas contemporáneos difícilmente atribuyen este texto a María. Se le dedica más espacio a la mariología “eclesiotípica” de Juan Pablo II, cuyos textos de referencia aparecen frecuentemente, sobre todo en la segunda parte de la encíclica sobre la Madre del Redentor. Ésta comienza con el reclamo a las famosas palabras de la Constitución dogmática sobre la Iglesia, que describen en un lenguaje bíblico el misterio del Pueblo de Dios: “Así como el pueblo de Israel según la carne, el peregrino del desierto, es llamado alguna vez Iglesia (cf. 2 Esd 13, l; Nm 20, 4; Dt 23, l ss.), así el nuevo Israel, [ … ] se llama Iglesia de Cristo”. Luego el Papa añadió: “ Precisamente en este camino -peregrinación eclesial- a través del espacio y del tiempo, y más aún a través de la historia de las almas, María está presente, como aquella que es “beata porque ha creído”, como aquella que avanzaba en la peregrinación de la fe, participando como ninguna otra criatura en el misterio de Cristo”.

Previamente se recuerdan los dos temas bíblicos que ilustran a María en el misterio de la Iglesia, el de la Hija de Sión y el de los pobres de Jahvé que aparecen en los textos conciliares, en el capítulo VII de la Lumen gentium. Se recuerda que la interpretación del topos “Hija de Sión” procedía de los protestantes, y que al principio fue acogida con escepticismo por parte de la exégesis católica. Sin embargo el tema de los “humildes y los pobres de Yahvé” fue desarrollado hace cincuenta años por el biblista Albert Gelin, desde entonces también lo tratan exégetas y teólogos de diferentes confesiones. Ambos temas se destacaron en la Constitución dogmática sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II, sin proporcionar referencias bíblicas expresamente. Uno de los redactores de la Lumen gentium, Gérard Philips, aclara así esta forma de redacción del texto: “Ninguno de los dos términos va acompañado de una referencia, porque en realidad forman una especie de bien común de la piedad veterotestamentaria [ … ]. La Hija de Sión, figura del pueblo elegido, lleva la promesa que se cumplirá en la plenitud de los tiempos”. La reserva del uso del título “Hija de Sión” por parte de los Padres Conciliares hacía referencia no tanto a su contenido sino más bien al método de transferirlo desde la comunidad de fe de Israel a María.
Efectivamente suscitó dudas también el hecho mismo de que este título no estuviera presente en la devoción mariana tradicional. Como ya hemos dicho, a mitad del siglo XX los protestantes (el luterano H. Sahlin, y después el anglicano A. G Hebert) volvieron centrar la atención en la posibilidad de interpretar algunos textos evangélicos a la luz de las profecías bíblicas respecto a la comunidad del post-exílio. “Es posible que una exégesis del Evangelio de Lucas presuponga que el Evangelista aparecido a María durante la Anunciación y el canto del Magnificat viera en ella la “Hija de Sión”, conocido desde el Antiguo Testamento. Puede ser que también en otros textos de Lucas y en general del Nuevo Testamento se encuentren otras alusiones al mismo pensamiento”.

Independientemente de las sugerencias de los autores citados S. Lyonnet quiso destacar el hecho de que en el saludo del ángel a María (lc 1, 28) se cumpliera la fórmula del profeta, traducida por la Septuaginta con Chaire “Rallegrati” (Sof 3, 14; Gl 2, 21; Zc 9, 9; cf. Lam 4,21). No es el saludo común hebreo (shalom), sino el anuncio de un júbilo mesiánico dirigido a la Hija de Sión. Lyonnet profundizó posteriormente su tesis examinando el vínculo de la perícopa íntegra de Lc 1, 26-38 con los textos citados del profeta.

R. Laurentin llega a las mismas conclusiones en un estudio profundizado. Éste muestra que los tres textos proféticos (Sof 3, 14-17; Gl 2, 21-27 e Zc 9, 9-10) transmiten a la “Hija de Sión” el mismo mensaje de alegría por la proximidad de la llegada del Mesías. En su persona el mismo Yahvé preside en Sión como “rey” y “salvador”. Aquí es donde reencontramos las mismas características en el relato de la anunciación de San Lucas, aunque María es llamada kecharitomene y no “Hija de Sión” como la antigua Jerusalem. Laurentin añade que la identificación de María con la Hija de Sión es característica de todo el “Evangelio lucano de la infancia” hasta la presentación en el templo (Lc 2, 35). San Lucas actualiza los textos sobre Sion, refiriendo su realización a la persona de la Madre del Salvador.

H. Cazelles, distinguido conocedor del Antiguo Testameno y mariólogo, realizó posteriormente un estudio profundizado sobre la tipología de la “Hija de Sión”. Señaló que el concepto bíblico de “Hija de Sión” está sometido a una evolución gradual en los textos proféticos, hasta Jeremías y las Lamentaciones. Tras la cautividad de Babilonia la gloria del Jerusalén renovado vuelve a hacer referencia a la misma personificación de los antiguos misterios alegres y dolorosos. Entonces la “Hija de Sión” es llamada a la gloria como Pueblo elegido (Is 62, 11-12). Esto nos recuerda a la llamada de María a gozar de la maternidad mesiánica, cuando el mensajero divino se dirige a ella como “llena de gracia” (Lc 1, 28). Los capítulos finales del Libro de Isaías hablan del pueblo nuevo, generado en la alegría de Sión-Jerusalem (66, 6­lO). Sión se convierte de nuevo en “generatriz” como lo fue la “Hija de Sión” (Mi 4, 9-10).

Los salmos apenas mencionan el antiguo título de Jerusalem, pero éstos también hablan de la fecundidad y del júbilo materno de Sión. Basta recordar el Sal 87 (86) titulado “Sión, madre de los pueblos”. Es aquí donde los textos marianos de Juan Pablo II manifiestan un conocimiento perfecto de la exégesis bíblica contemporánea. El Papa se sirvió del título “Hija de Sión” al menos 20 veces, apenas mencionado en la Lumen gentium 55; en la encíclica mariana lo hace cuatro veces, una de ellas en la misma introducción de la Encíclica: “Su presencia en medio de Israel -tan discreta que pasó casi desaperdibida ante los ojos de sus contemporáneos- resplandecía claramente ante el Eterno, el cual había asociado a esta escondida « hija de Sión » (cf. So 3, 14; Za 2, 14) al plan salvífico que abarcaba toda la historia de la humanidad.” El Papa vuelve al significado de este título mariano un poco más adelante, meditando el sentido del saludo del ángel: La razón de este doble saludo es, pues, que en el alma de esta « hija de Sión » se ha manifestado, en cierto sentido, toda la « gloria de su gracia », aquella con la que el Padre [ … ] nos agradeció en el Amado”.

Asimismo en el ciclo de la catequesis mariana, Juan Pablo II relaciona esta definición bíblica con la Madre del Salvador y cita numerosas veces los textos proféticos del Antiguo Testamento. Es característico el hecho de que precisamente la “Hija de Sión” haya encontrado una aplicación particular en el diálogo ecuménico sobre el papel de María en el Nuevo Testamento. La temática de los “pobres de Yahvé” no constituía un problema para los Padres Conciliadores excepto por esta razón: que el Nuevo Testamento presenta exactamente al mismo Cristo. Por lo tanto, era fácil mostrar el ideal de Jesús en la vida de su Madre. La labor de los exégetas, comenzando por Alber Gelin, destacan en el himno del Magnificat la presencia del tema de la pobreza del Antiguo Testamento.

Junto a los textos proféticos ya citados podríamos indicar una serie de salmos, en los cuales domina el tema de la pobreza espiritual. También en este caso el Papa hace referencia a los resultados más recientes de la exégesis. También el modelo de los “pobres del Señor”, se desarrolló en la segunda parte de la encíclica, mientras que se habla de la “elección de los pobres” evidente en el Magnificat: “María está profundamente impregnada del espíritu de los «pobres de Yahvé », que en la oración de los Salmos esperaban de Dios su salvación, poniendo en él toda su confianza (cf. Sal 25; 31; 35; 55). En cambio, ella proclama la venida del misterio de la salvación, la venida del « Mesías de los pobres» (cf. Is 11, 4; 61, 1). La Iglesia, acudiendo al corazón de María, a la profundidad de su fe, expresada en las palabras del Magníficat, renueva cada vez mejor en sí la conciencia de que no se puede separar la verdad sobre Dios que salva, sobre Dios que es fuente de todo don, de la manifestación de su amor preferencial por los pobres y los humildes, que, cantado en el Magníficat, se encuentra luego expresado en las palabras y obras de Jesús.” María impregnada del espíritu de los “pobres de Yahvé” aparece como el anuncio de la venida del “Mesías de los pobres”. Las referencias bíblicas se eligieron exhaustivamente: el Libro de Isaías anuncia el misterio de Cristo, mientras que los textos de los Salmos evocan un tema importante de la teología del Antiguo Testamento que se cumple en el Magnificat.

Destacamos con motivo de la mención del papa de la versión hebrea del salterio (la numeración de la Septuaginta queda en un segundo plano), subrayando la primacía del original sobre la versión tradicional. Con respecto a los Salmos cabe destacar su frecuente aparición en la enseñanza de Juan Pablo II, muy cercanos y siempre propuestos según el metodo de la lectio divina, anunciado en la carta apostólica Novo millennio ineunte, y refiriéndose frecuentemente al Salterio como fuente de las verdades reveladas.

En la mariología de Juan Pablo II el salmo citado con más frecuencia es el ya mencionado Sal 87(86) sobre la “maternidad de Sión”. Esporádicamente el Santo Padre vuelve a hacer referencia al Sal 45(44) (“Epitalarnio regale”), tan apreciado por la Tradición cristiana. Sin embargo en las intervenciones marianas del Papa no faltan referencias hacia otros textos de los salmos, que ilustran el misterio de la Madre de Dios. Así, por ejemplo, hablando una vez sobre el santuario de la Virgen Asunta de Kiev, el papa menciona la inscripción griega en el ábside de este templo: “Dios está en ella: no vacilará; Dios la socorrerá, antes de la mañana” [Sal 46(45), 6],la traducción litúrgica de la Iglesia oriental ha siempre dirigido estas palabras al misterio de la Encarnación. En la liturgia bizantina de la Anunciación el Santo Padre explica las palabras del Sal 24[23], 7.9: “Esta naturaleza que hoy levanta sus “antiguas puertas” para que “entre el rey de la gloria” [ … ] es realmente, como canta la liturgia, una nueva creación: junto a Cristo, engendrado en el seno de la Virgen, nace una nueva humanidad”. Se ve nuevamente cómo el Papa, conforme a la tradición más antigua de la Iglesia universal, funda el sentido mariológico del salmo en su cristología.

Sin embargo, el discurso con motivo del jubileo de Jasna Gora se centra en las palabras utilizadas en el Sal 48[47]: “Grande es el Señor, y muy digno de ser alabado en la ciudad de nuestro Dios. Su santo monte, altura hermosa, alegría de toda la tierra”. Aunque el sentido mariano sea solo una adaptación libre del sentido literal, la catequesis mariana no rechaza la tradición antigua oriental u occidental, que atribuye este Salmo a la Madre de Dios.

Existen otros textos hermosísimos que la eclesiología del Concilio extrajo del Antiguo Testamento y que el Papa retoma. La descripción de la estipulación de la alianza (Es 19, 24) es un texto clásico. El Papa recurre a este relato en un par de discursos en el Ángelus, en julio de 1983. La obediencia de María es la perfecta realización de las palabras de Israel: “Haremos cuanto dice el Señor” (Es 19, 8; cf. 24, 3.7). En este caso Juan Pablo II no acude al Concilio, sino a la exhortación Marialis cultus de Pablo VI, profundizando al mismo tiempo en tal analogía. Ya en el Medievo los teólogos usaban los textos “eclesiásticos” del Antiguo Testamento, relacionándolos directamente con María. Se observa sobre todo en los cantos matutinos en honor de la Inmaculada Concepción de María presentes hasta el día de hoy, en los que el Papa, explicando el papel de María en la Iglesia, habla de su simbología. Así, por ejemplo, en la homilía por la Asunción aclara el sentido de la imagen bíblica: “El Arca de la Alianza”, aquella en la cual “el Verbo se hizo carne”.

Las figuras femeninas que han tenido un papel redentor en los eventos del Antiguo Testamento también constituyen prefiguraciones de la Madre del Redentor. Sobre este tema el Santo Padre ha dedicado una de las catequesis del ciclo mariano. En sintonía con la antigua tradición litúrgica con frecuencia en la marilogía del Papa aparecen textos del deuterocanónico Libro de Judit. La mujer valiente que le había cortado la cabeza a Oloferne constituye una representación particularmente clara del anuncio de la victoria de la “nueva Eva” sobre la serpiente (Gen 3, 15). El mismo nombre de Judit vuelve a relacionarse con el nombre de Judas Macabeo y es símbolo del pueblo hebreo. La Iglesia pudo ver aquí fácilmente la personificación de la misión de salvación y reconoció en Judit el anuncio profético de la Madre del Salvador. La heroica fe de María tiene su antecedente bíblico en las figuras de muchas madres de Israel, como Sara (Gen 17, 15-21; 18, 10-14), Raquel (Gen 30, 22), la madre de Sansón (Gdc 13, 1-17) y Ana, madre de Samuel (1 Sam 1, 11-20). Hablando de su “esterilidad fecunda”, el Papa destaca la gratuidad del don de Dios. Ejemplo de la obediente sierva del Señor son en la catequesis del Papa “todos los que son llamados a ejercitar una misión en favor del pueblo elegido”: Abraham (Gen 26, 24), Isaac (Gen 24, 14), Jacob (Es 32, 13; Ez 37, 25) y David (2 Sam 7, 8 ecc.). “Son siervos también los profetas y los sacerdotes, a quienes se encomienda la misión de formar al pueblo para el servicio fiel del Señor”.

El libro del profeta Isaías exalta en la docilidad el “Siervo sufridor” un modelo de fidelidad a Dios que espera la salvación de los pecados de la multitud (cf.Is 42-53). Algunas mujeres representan también ejemplos de la fidelidad, como la reina Ester, que, antes de interceder por la salvación de los hebreos, dirigió una oración a Dios, como “tu sierva” (Est 4, 17). El Papa se sirve por lo tanto de la tipología bíblica y amplía la definición atribuyendo a María muchos ejemplos de la vida de los hombres. Primeramente el Santo Padre funde la tipología mariana sobre la cristología, hablando de la “sierva del Señor” indicando enseguida el más alto ejemplo enla Persona de Cristo, “Siervo del Señor”.

Sin embargo la figura de Ester, frecuentemente incluída en la tipología “majestuosa” de María, es mencionada por el Papa y con una adecuada aclaración. La tipología bíblica de hecho no se puede basar solo en comparaciones externas y casuales, para su aplicación es necesara el conocimieno de las reglas de la hermenéutica, de las cuales Juan Pablo manifiesta perfecto conocimiento. Un buen ejemplo es el uso de la mariología en los textos sapienciales del Antiguo Testamento, tenido poco en cuenta por los exégetas hasta hace poco. María, como “Madre del Verbo encarnado era Sedes Sapientiae, Esposa del Espíritu Santo, primera anunciadora y mediadora del Evangelio sobre el origen de Jesús”. El Papa también menciona textos que elogian las virtudes femeninas: “La literatura sapiencial señala la fidelidad de la mujer hacia la alianza divina como el punto cumbre de sus posibilidades y la fuente de admiración más grande. En realidad, aunque a veces pueda decepcionar, la mujer supera todas las expectativas cuando su corazón es fiel a Dios: “Engañosa es la gracia y vana la belleza, pero la mujer que teme al Señor es digna de alabanza” (Pr 31, 30). En tal contexto, el libro de los Macabeos, en la historia de la madre de los siete hermanos martirizados en la persecución de Antioco Epifanes, presenta el ejemplo más admirable de nobleza en la prueba [… ]. En estas figuras de la mujer, en las cuales se manifiestan las maravillas de la gracia divina, se observa aquella que será la mujer más grande: María, la Madre del Señor”.

Es difícil tratar de forma exhaustiva en este breve texto la presencia de referencias al Nuevo Testamento en el magisterio del Papa, cuyas síntesis han sido ya elaboradas. Podemos añadir que su Letra Apostólica es sin duda una confirmación de la mariología de Juan Pablo IIRosarium Virginis Mariae, que establece el vigésimo quinto año de su ministerio petrino como año del santo Rosario. Entre las decenas citaciones y alusiones bíblicas contenidas en este documento tan importante, casi todas son obtenidas del nuevo Testamento. La elección de éstas indica claramente, como hemos podido afirmar, que la mariología de Juan Pablo II mana de la cristología y de la eclesiología. Todos los títulos y tres capítulos de la Carta hacen referencia primeramente a Cristo y luego a María.

La mayor novedad de la Carta Apostólica sobre el santo Rosario fue el anuncio de un nuevo ciclo de meditaciones. El Papa propuso añadir a los cinco misterios del Rosario el título de “misterios de la luz”. En el contexto de esta propuesta aparece una vez más el carácter cristocéntrico de esta oración: «En realidad, todo el mistero de Cristo es luz. Él es “la luz del mundo” (Jn 8, 12), pero esta dimensión surge particularmente en los años de la vida pública, cuando se anunció el Evangelio del Reino». Tratando el contenido de los cinco “misterios de la luz”, Juan Pablo II hace referencia a los textos evangélicos, de donde originan estos misterios; al final de este párrafo se refleja claramente el cristocentrismo de la mariología del Papa: “En estos misteros, excepto en el de Caná, la presencia de María queda en el trasfondo. Los evangelios apenas insinúan su eventual presencia en algún que otro momento de la predicación de Jesús (cf. Mc 3, 31-35; Jn 2, 12) y nada dicen sobre su presencia en el Cenáculo en el momento de la institución de la Eucaristía. Pero, de algún modo, el cometido que desempeña en Caná acompaña toda la misión de Cristo. La revelación, que en el Bautismo en el Jordán proviene directamente del Padre y ha resonado en el Bautista, aparece también en labios de María en Caná y se convierte en su gran invitación materna dirigida a la Iglesia de todos los tiempos: «Haced lo que él os diga» (Jn 2, 5). Es una exhortación que introduce muy bien las palabras y signos de Cristo durante su vida pública, siendo como el telón de fondo mariano de todos los «misterios de luz» “.

Tal ejemplo prueba que Juan Pablo II recorre coherentemente el camino indicado por el Concilio y por su predecesor, el Papa Pablo VI. Fue la Constitución dogmática sobre la Iglesia de hecho, la que adaptó la mariología al misterio de la Iglesia. . Paolo VI posteriormente dedicó a la renovación del culto mariano la Exhortación Apostólica Marialis cultus del 2 de febrero de 1974, indicando las referencias fundamentales de esta renovación: la trinitaria, la cristológica, la pneumatológica y la eclesiológica. En la Carta sobre el santo Rosario, Juan Pablo II hace referencia directa a este documento, definiendo el Rosario “la oración del corazón cristológico” . Confirmación de tal definición es la elección de citaciones bíblicas, que en su mayoría hacen referencia a Cristo.

Concluyendo, la mariología bíblica de Juan Pablo II refleja un profundo conocimiento de la exégesis tradicional, fundada sobre algunos textos que hacen referencia en general a la Madre del Salvador (Gen 3, 15; Is 7, 14; Mi 5, 2s.) como también a la tipología Eva-María difusa en la devoción mariana medieval. Al mismo tiempo desarrolla con éxito la línea de la literatura sapiencial, relacionando el espíritu paulino de Cristo – Sabiduría de Dios (1 Cor l, 24) con María – sede de la Sabiduría. Sin embargo, la enseñanza del Papa hace referencia sobre todo a los temas sugeridos en Lumen gentium 55 en la exégesis bíblica del siglo XX: “los pobres de Yahvé” y la “Hija de Sión”. La asunción de métodos de enseñanza del Antiguo Testamento tan variados permite comparar a Juan Pablo II con aquel patrón del Evangelio que “extrae con sabiduría de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas” (Mt 13, 52). A su vez los textos marianos del Nuevo Testamento en la interpretación de Juan Pablo II están muy relacionados al kerigma apostólico, de caracter fundamental, que refleja el papel central de Cristo en la economía de la salvación.

Fuente: diocesisdetlaxcala.org.mx




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REFLEXIONES Y DOCTRINA Sobre los Santos y Beatos

El Carisma Mariano de Juan Pablo II

La elección de S.S. Juan Pablo II trajo una profunda y universal resurgencia en la Espiritualidad Mariana. Juan Pablo II desarrolla doctrina mariana en nuevas formas siempre edificado en la tradición viva de la Iglesia. El no es solo un fiel intérprete de la doctrina, sino que expande nuevos caminos en el pensamiento, en la teología, enseñanza y en la espiritualidad mariana. Podríamos decir que esta devoción mariana fue en muchos aspectos un particular carisma de su pontificado.

¿Qué es un carisma? Es un don del Espíritu Santo, dado en un momento particular de la historia, para el bien de la Iglesia.

Este carisma mariano fue manifestado muy claramente en la vida de Juan Pablo II y en su misión petrina, con sus palabras, en su Magisterio, con los hechos y con sus gestos. Como nos dice la Constitución Dogmática Dei Verbum, “Cristo se reveló, la Palabra se hizo carne, y reveló el plan de salvación no solo con palabras, sino que con hechos, con gestos claros que estaban intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras y los gestos, por muy pequeños que sean, manifiesten y confirmen la doctrina. Que los hechos estén explicados por las palabras y que las palabras, proclamen las obras y esclarezcan el misterio contenido en ellas” ( Dei Verbum # 2).

Si el Magisterio de Juan Pablo II se considera el más amplio en muchos temas, entre ellos la Mariología, no podemos olvidar que si enseñó tanto sobre la Santísima Virgen y si la hizo un tema constante de su Magisterio, igual, de elocuente fueron sus gestos. Esos detalles con los que constantemente dirigía la mirada de toda la Iglesia a la Madre de Dios, y nuestra Madre. ¡Cuantas fotos podemos contemplar, especialmente en todos los libros que han surgido después de su muerte, de Juan Pablo II con una imagen de la Virgen! ¿Si nos ponemos a pensar, sería muy difícil imaginarnos al Papa sin la Virgen o sin un rosario en mano? ¿Podemos imaginarnos a Juan Pablo II en un país sin peregrinar a un santuario mariano? ¿Podemos imaginarnos al Papa sin el Totus Tuus representándole?

Todos los gestos del Papa fueron tan petrinos: tan pastorales, tan paternos… y todos sus gestos fueron tan marianos… Que bello haber sido testigos oculares de un particular carisma en la Iglesia que no acaba con él, sino que experimenta un resurgir o una claridad singular: Pedro haciendo gestos que revelan su dependencia, su acogida, su confianza y amor a la Madre de Dios.

Los gestos

El semblante externo, los movimientos que revelan afectos interiores; rasgos notables que revelan el corazón. Podemos sin temor a exagerar, decir que Juan Pablo II ha sido un Papa sumamente gesticular: ha querido claramente dar a la Iglesia un semblante mariano, sus movimientos y rasgos nos han revelado el amor tan profundo de su corazón hacia la Santísima Virgen María. En un momento histórico en la Iglesia, en que muchos veían la devoción a María como una necesidad de los incultos, de los sencillos. El Espíritu Santo levantó a un hombre de gran calidad humana, espiritual e intelectual, a Pedro que supo enseñarnos a todos que tanto los reyes como los pastores se deben postrar ante Jesús que está en brazos de su Madre.

Hemos dicho que Juan Pablo II fue un hombre de palabras, de obras y de gestos. Y no solo en la Mariología. Pero nos vamos a concentrar, en recorrer brevemente sus gestos y sus palabras, y así “hacer memoria”, que en lenguaje bíblico significa “actualizar”, de su gran legado mariano a la Iglesia.

Sus peregrinaciones a los santuarios marianos

Podemos decir que en el Pontificado de Juan Pablo II, nuestra mirada fue de manera particular dirigida hacia la Madre de Dios. Ningún Papa había hecho tantas peregrinaciones a Santuarios Marianos alrededor del mundo, consagrando cada país, cada continente, cada familia y toda la Iglesia al Corazón Inmaculado. Dirigía constantemente la atención de los fieles a los Santuarios y a la importancia de las peregrinaciones: En los múltiples santuarios, que son antenas de la buena nueva, especialmente en los santuarios marianos, “no sólo los individuos o grupos locales, sino a veces naciones enteras y continentes buscan el encuentro con la Madre del Señor. Tal vez se podría hablar de una específica “geografía” de la fe y de la piedad mariana, que abarca todos estos lugares de especial peregrinación del pueblo de Dios, el cual busca el encuentro con la Madre de Dios para hallar, en ellos la presencia materna de María.” Peregrinar para Juan Pablo II era ir con toda la Iglesia a la “tienda del encuentro” con Dios, con la Virgen, con los santos, para pedir las gracias particulares que en esos lugares santos particularmente se conceden. (Los nuevos y actuales Caná)

La peregrinación a tantos santuarios marianos, fue un gesto singular de que la geografía, pero también la historia de las naciones está singularmente marcada por la presencia mariana, tan fuerte y vigorosa, que la identidad histórica y cultural de los pueblos está ligada a esa presencia mariana. Para él los santuarios marianos constituyen el corazón de los países y continentes. A la basílica de Guadalupe, le llamó el corazón mariano de América.
Las peregrinaciones constituyeron parte irrenunciable de su programa en los viajes apostólicos.

Su motto episcopal: ¡Totus Tuus!

La expresión deriva de San Luis María Grignion de Montfort. Es la abreviatura de la forma más completa de la consagración a la Madre de Dios.

En su libro Cruzando el Umbral de la Esperanza, nos dijo sobre su motto: “Totus Tuus”.

Esta fórmula no es una simple expresión de devoción: es algo más. La orientación de mi espiritualidad. Se afirmó en mí, en el período en que, durante la Segunda Guerra Mundial, trabajaba de obrero en una fábrica. En un primer momento me había parecido que debía alejarme un poco de la devoción mariana de la infancia, en beneficio de un cristianismo Cristocéntrico. Gracias a San Luís Grignon de Montfort comprendí que la verdadera devoción a la Madre de Dios es, sin embargo, Cristocéntrica, más aún, que está profundamente radicada en el misterio Trinitario de Dios, y en los misterios de la Encarnación y la Redención.

En lema Totus Tuus se inspira en la doctrina de San Luís María Grignion de Montfort (cf. Don y misterio, pp. 43-44; Rosarium Virginis Mariae, 15). Estas dos palabras expresan la pertenencia total a Jesús por medio de María: «Tuus totus ego sum, et omnia mea, tua sunt», escribe San Luís María; y traduce: “Soy todo vuestro, y todo lo que tengo os pertenece, ¡oh mi amable Jesús!, por María vuestra santísima Madre”

Todo por Jesucristo a través de María. Así vivió, así cumplió su misión y así murió, con el Totus Tuus en sus labios y en su corazón. En su testamento espiritual Juan Pablo II pone su vida entera en manos de la Virgen, a quien se consagró totalmente con su lema Totus Tuus. Como hizo Cristo en la cruz, también él ha querido, al salir de este mundo, dejarnos en manos de María: “En estas mismas manos maternales dejo todo y a todos aquellos con los que me ha unido mi vida y mi vocación. En estas manos dejo sobre todo a la Iglesia, así como a mi nación y a toda la humanidad”.

Su escudo Papal

El escudo papal (derecha) representa la cruz de Cristo y la “M” de María Santísima, Su Madre, al pie de la cruz. Es la primera vez que un escudo papal contiene una letra.

Quiere ser un homenaje al misterio central del cristianismo: el de la Redención. Representa principalmente una cruz, cuya forma, sin embargo, no corresponde a ninguno de los habituales modelos heráldicos en la materia. La razón del inusual desplazamiento de la parte vertical de la cruz aparece enseguida, si se considera el segundo objeto insertado en el escudo: la grande y majestuosa M mayúscula, que recuerda la presencia de la Virgen bajo la Cruz y su excepcional participación en la Redención. La intensa devoción del Pontífice a la Santísima Virgen se manifiesta en esta manera, como se expresaba también en el lema del entonces Cardenal Wojtyla: TOTUS TUUS. No se puede olvidar que justamente en el territorio de la Provincia eclesiástica de Cracovia se encuentra el celebérrimo santuario mariano de Czestochowa, donde el pueblo polaco nutre, desde hace siglos, su filial devoción hacia la Virgen.

El ha invitado a través de su pontificado a detenernos sin temor al pie de la Cruz, y ante el Corazón abierto de par en par del Hijo de Dios y de María, nos ha pedido que aceptemos esas palabras salvíficas que constituyen el corazón del Totus Tuus, la gran consagración desde el principio y de todos los tiempos, proclamada por Cristo. Al pie de la Cruz, Cristo, confía al discípulo amado y en él a toda la Iglesia, al cuidado maternal de María. Para que lo que Ella ha hecho con él (San Juan), lo haga ahora con su cuerpo místico. “He aquí, a tu Madre”. “Mujer, he aquí a tu Hijo”. (En el acto de consagración del 8 de octubre, puso a la Virgen de Fátima al pie de la cruz, el se arrodilló a la izquierda, como San Juan. Nos dio en vivo su escudo papal)

Características del Escudo: Lleno de sencillez

El escudo, la cruz de Cristo
En el panel derecho, una M: la presencia y total colaboración maternal de María en el misterio de la salvación.
El panel izquierdo, vacío. Esperando ser ocupado por cada discípulo de Cristo que esté dispuesto a participar del sacrificio redentivo y a ser como San Juan, que se entrega a la Madre y es acogido por ella.

Este lema, Totus Tuus, este “Todo tuyo y a través tuyo para Jesús”, ha sido el programa de vida. Escuchemos lo que dijo en su libro “Don y misterio” sobre el santuario de Kalwaria y su ministerio episcopal: “Desde niño, este itinerario de confianza en la Madre de Dios, y más aún como sacerdote y como obispo, me llevaba frecuentemente por los senderos marianos de Kalwaria, este es el principal santuario mariano de la Arquidiócesis de Cracovia. Iba allí con frecuencia y caminaba solitario por aquellas sendas presentando en la oración al Señor los diferentes problemas de la Iglesia, sobre todo en el difícil período que se vivía bajo el comunismo. Mirando hacia atrás constato como «todo está relacionado»: hoy como ayer nos encontramos con la misma intensidad en los rayos del mismo misterio, encontrar a Jesús por medio de María”.

La Maternidad de María

La dimensión Mariana en Juan Pablo II es fruto de toda una vida de profunda devoción a María Santísima como Madre, que llevó, como él mismo lo ha dicho, un largo proceso de maduración. Podríamos decir que Juan Pablo II en su experiencia personal y en su dimensión teológica, coloca, la Maternidad de María como el tronco sobre el cual se desarrollan todas las ramas (dimensiones) de su vida y espiritualidad mariana.

Él está convencido que cada discípulo de Cristo debe encontrarse en las palabras del Maestro en la Cruz: “He aquí a tu hijo; hijo he aquí a tu Madre” y que estas palabras son el testamento de Cristo que deben ser acogidas por cada uno de los fieles de la Iglesia. «En Juan, el discípulo amado, cada persona, descubre que es hijo o hija de aquella que dio al mundo al Hijo de Dios».

Para Juan Pablo II, identificarse como hijo de María, fue determinante en el desarrollo de su espiritualidad Mariana. Descubrirse en el rostro de San Juan evocó una profunda conciencia de la necesidad de acoger en su corazón, en su interior, a la Madre del Salvador, y que era el expreso deseo del Redentor, que él asumiese ese amor filial, dejando a la Virgen ejercer toda su misión materna.

Como expresó en la Encíclica Madre del Redentor # 45: «La maternidad en el orden de la gracia igual que en el orden natural caracteriza la unión de la madre con el hijo. En esta luz se hace más comprensible el hecho que, en el testamento de Cristo en el Gólgota, la nueva maternidad de su madre haya sido expresada en singular, refiriéndose a un hombre: Ahí tienes a tu hijo. En estas mismas palabras esta indicado el motivo de la dimensión mariana de la vida de los discípulos de Cristo; no solo de Juan, sino de todo cristiano. El Redentor confía su madre al discípulo y al mismo tiempo, se la da como madre. La maternidad de María, que se convierte en herencia del hombre, es un don: un don que Cristo mismo hace personalmente a cada hombre. A los pies de la cruz comienza aquella especial entrega del hombre a la madre de Cristo.»

Respecto a la devoción mariana, cada uno de nosotros debe tener claro que no se trata solo de una necesidad del corazón, de una inclinación sentimental, sino que corresponde también a la verdad sobre la Madre de Dios. María es la Nueva Eva, que Dios pone ante el nuevo Adán – Cristo -, comenzando por la Anunciación, a través de la noche del Nacimiento en Belén, el banquete de la Boda en Caná de Galilea, la Cruz sobre el Gólgota, hasta el Cenáculo de Pentecostés: la Madre de Cristo Redentor es la Madre de la Iglesia». (S.S. Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la Esperanza). Estaba “convencido que María nos conduce a Cristo” pero a partir de allí comenzó “a comprender que también Cristo nos conduce a su Madre” (Giovanni Paolo II, Dono e misterio, pag. 37-38)

La maternidad espiritual de María, se expresa particularmente, con su mediación materna. Ella intercede ante su Hijo e interviene directamente en la economía de la salvación para alcanzarnos las gracias de santidad que Cristo ha hecho posible para la Iglesia con su sacrificio redentor.

Firma Mariana

Juan Pablo II quien definitivamente tuvo una “forma de ver mariana” la Iglesia, su propia misión, leer la historia y llevar a cabo los designios de Dios. Un corazón mariano contempla los misterios con ojos marianos. Pues los ojos son el reflejo del corazón. A la vez, pone un sello mariano en todo lo que hace, como poniendo las llaves de su acción en las manos de la Virgen. Esto es muy típico de Juan Pablo II.

Dedicó tres años de audiencias generales a impartir la más extensa catequesis mariana que algún Papa hubiese antes hecho. Concluía todos sus documentos pontificios, sus alocuciones, homilías, discursos, etc. con una invocación mariana o haciendo una clara relación del tema con la vida de la Santísima Virgen. Podríamos decir que quiso sellar cada tema dirigiéndonos a Aquella que ha vivido todos estos misterios plenamente en comunión con Cristo. Es como si hubiese querido firmar cada una de sus intervenciones con la presencia de la Virgen.

La Encíclica Madre del Redentor del 25 Marzo de 1987

Además de las audiencias generales dedicadas a la Santísima Virgen, quiso dejarnos una encíclica Mariana: Madre del Redentor: Es quizás la articulación mas clara del pensamiento y sentir mariano del Papa. Claramente, había manifestado su intención de despertar en todos los fieles, una sólida y necesaria espiritualidad mariana, basada en la Tradición de la Iglesia y en las enseñanzas del Concilio Vaticano II.

El énfasis de Juan Pablo II sobre la maternidad de María en relación a Cristo Redentor es evidente desde el título que eligió para su sexta encíclica: Madre del Redentor. De quien dice en la primera frase del documento: “La Madre del Redentor tiene un lugar preciso en el plan de salvación”… negarlo, dijo en una audiencia, sería negar la historia. En su libro “Cruzando el umbral de la esperanza” escribió “respecto a la devoción mariana, cada uno de nosotros debe tener claro que no se trata sólo de una necesidad del corazón, de una inclinación sentimental, sino que corresponde también a la verdad objetiva sobre la Madre de Dios. María es la nueva Eva, que Dios pone ante el nuevo Adán -Cristo-, comenzando en la Anunciación, a través de la noche en Belén, en las bodas de Caná, en la Cruz sobre el Gólgota, hasta el cenáculo en Pentecostés: la Madre de Cristo Redentor y es Madre de la Iglesia”.

Esta encíclica es el documento mariano mas importante del Papa y es la expresión de su devoción y doctrina mariana, el fruto maduro de un largo camino de relación filial con la Virgen. Sus palabras al entregar a la Iglesia este documento fueron: «he estado pensando sobre este tema por un largo tiempo. Lo he ponderado profundamente en mi propio corazón». Y en el libro Cruzando el umbral de la esperanza: “esta forma madura de devoción a la madre de Dios me ha seguido a través de los años: sus frutos son la Redemptoris Mater y la Mulieris Dignitatem”

Con esta encíclica, Juan Pablo II quiso recalcar que la Virgen tiene un lugar preciso en la economía de la salvación porque ella estaba destinada desde el principio para ser la Madre del Hijo de Dios, que nacería de ella en la plenitud de los tiempos. Esta plenitud revela, que el culmen de la historia, hacia la que caminaba y desde la que parte, es la Encarnación del Hijo de Dios, llevada a cabo por el poder del Espíritu Santo y la cooperación materna de María. Los reyes magos, representan la historia: recorren largos y difíciles caminos tras una estrella hasta que su búsqueda termina con el Mesías, y desde ahí parten por otro camino. Pero ellos, igual que los pastores, encuentran al Mesías en brazos de su Madre. La humanidad, la historia, cada corazón está llamado a encontrar al Señor, que se ha encarnado y que ha venido al mundo por medio de una Mujer, la Virgen.

Año Mariano (1987-1988)

Para resaltar el vínculo especial de la humanidad con la Madre quiso proclamar en la Iglesia, un Año Mariano: que sería una anticipación del Jubileo y prepararía para este. Para él, este año incluyó mucho de lo que se expresaría plenamente en el Año 2000.

Nos invitó a que profundizáramos en la doctrina de fe sobre María, pero que esta fuese “una fe vivida, la teología del corazón”, para que la Iglesia viviese auténtica “espiritualidad mariana”.

Recordó a muchos testigos y maestros de la espiritualidad mariana, particularmente la figura de San Luís María Grignión de Montfort, el cual propone a los cristianos la consagración a Cristo por manos de María, como medio eficaz para vivir fielmente el compromiso del bautismo.

En este año, la Iglesia fue llamada a recordar todo lo que en su pasado testimonia la especial y materna cooperación de la Madre de Dios en la obra de la salvación de Cristo el Señor, sino además a preparar, por su parte, de cara al futuro, las vías de esta cooperación, ya que el final del segundo milenio cristiano se abre como una nueva perspectiva.

Luego en Tertio Millennio Adveniente: nos indicó como este Año Mariano precedió de cerca a los acontecimientos de 1989. Son sucesos que sorprenden por su envergadura y especialmente por su rápido desarrollo: el año 1989 trajo consigo una solución pacífica que ha tenido casi la forma de un desarrollo “orgánico”. Además se podía percibir cómo, en la trama de lo sucedido, operaba con premura materna la mano invisible de la Providencia: “¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho..?” (Is 49, 15).

Año Jubilar

Juan Pablo II no podía separar la celebración del Año Jubilar del 2000 de su dimensión mariana. El jubileo del nacimiento del Salvador está ligado plenamente a su Madre, ya que a través de Ella viene el Redentor al mundo: lo trae y lo presenta al mundo. (Redemptoris Mater # 3):
“En la perspectiva del año dos mil, ya cercano, en el que el Jubileo bimilenario del nacimiento de Jesucristo orienta, al mismo tiempo, nuestra mirada hacia su Madre”.

1. Razón para hacer un año mariano: la oportunidad de hacer preceder tal conmemoración por un análogo Jubileo, dedicado a la celebración del nacimiento de María.
2. Es constante por parte de la Iglesia la conciencia de que María apareció antes de Cristo en el horizonte de la historia de la salvación. Es un hecho que, mientras se acercaba definitivamente “la plenitud de los tiempos”, o sea el acontecimiento salvífico del Emmanuel, la que había sido destinada desde la eternidad para ser su Madre ya existía en la tierra.

Este “preceder” suyo a la venida de Cristo se refleja cada año en la liturgia de Adviento. Por consiguiente, si los años que se acercan a la conclusión del segundo Milenio después de Cristo y al comienzo del tercero se refieren a aquella antigua espera histórica del Salvador, es plenamente comprensible que en este período deseemos dirigirnos de modo particular a la que, en la «noche» de la espera de Adviento, comenzó a resplandecer como una verdadera “estrella de la mañana” (Stella matutina). En efecto, igual que esta estrella junto con la “aurora” precede la salida del sol, así María desde su concepción inmaculada ha precedido la venida del Salvador, la salida del “sol de justicia” en la historia del género humano.

El Papa ve esta singular presencia de la Virgen en la historia antes y después de la Encarnación como el patrón de un patrón divino que debemos captar: la presencia de la Madre en la historia de la Iglesia. Con su mediación materna prepara los momentos de gracia, precede las manifestaciones y movimientos de gracia.

Muy particular fue el hecho que en el Año Jubilar, el Papa, quiso en Mayo y Octubre, dos meses marianos por excelencia: viajar a Fátima para la beatificación de los pastorcitos en Mayo 13, entregó su anillo a los pies de la Virgen. Y la Renovación de la Consagración en Octubre 8: “La alegría jubilar no sería completa si la mirada no se dirigiese a Aquélla que, obedeciendo totalmente al Padre, engendró”

El Año del Santo Rosario

Muy evidente fue la devoción del Santo Padre al rezo del Santo Rosario. Estableció en el Vaticano todos los primeros sábados de mes, el rezo del Santo Rosario. De ahí, establece la costumbre de cada cierto tiempo, promover el rosario internacional: conectando cinco principales santuarios marianos del mundo. Proclamó el Año del Rosario en el 2002: “puso una corona mariana al Jubileo del 2000”. Con dicha proclamación introdujo los cinco misterios luminosos: Nos dio la carta apostólica: Rosarium Virginis Mariae. Con todo esto, el Santo Padre propuso una verdadera revolución espiritual mariana al rescatar con sólidos argumentos teológicos y pastorales el valor del Santo Rosario.

El Papa señalo que el Rosario que ha sido difundido gradualmente en el segundo milenio por numerosos santos y fomentado por el Magisterio, “sigue siendo también en este tercer milenio apenas iniciado, una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad”. Especialmente cuando el camino espiritual de la Iglesia es “remar mar adentro” (¡Duc in altum! Novo Millennio Ineunte # 58) para proclamar a Cristo Señor y Salvador, Camino, Verdad y Vida, la meta y fin de la historia humana.

El rosario

Oración aunque de carácter mariano es centrada en Cristo. A Jesús por María.
Compendio de todo el mensaje evangélico.
Con él, aprendemos de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la grandeza de su amor.

A través de él, se obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos del Redentor, o sea, en el rosario experimentamos la mediación materna de María.

El Papa revela: “Esta oración ha tenido un puesto importante en mi vida espiritual desde mis años jóvenes”. ¿Qué entregaba a cada persona que se encontraba con él?. Un rosario. “Mi oración preferida por su sencillez y profundidad”.

Consagración mariana

Consagrarse es entrar en alianza, comunión profunda de corazón con el Corazón Inmaculado para así ser llevados a alcanzar una plena comunión de corazón con el Corazón de Cristo. “Debemos permanecer en alianza con el Corazón de Jesús a través del Corazón Inmaculado de María”. Se dedicó a llevar a toda la Iglesia hacia una profunda unión espiritual con Cristo a través de María, por medio de la Consagración Total. Se ha dedicado a despertar en toda la Iglesia, el amor, y devoción filial a la Santísima Virgen.

Juan Pablo II hizo de la consagración mariana un punto clave en su vida personal y en su misión petrina. Un famoso mariólogo, Stephano D’Fiores: «Si los últimos Papas han hablado favorablemente sobre la Consagración Mariana, Juan Pablo II la ha hecho una de las características claves de su Pontificado. Para Juan Pablo II, la consagración Mariana, es un punto elemental en su programa de vida espiritual y pastoral».

Su profunda piedad mariana, teológicamente enriquecida, llevó a Juan Pablo II, hacia una espiritualidad de profunda confianza. Es este sentido de confianza lo que llevó al Santo Padre a pronunciar estas palabras en Czestochowa en 1979, en el monasterio de Jasna Gora, durante su primera peregrinación a Polonia: “Soy un hombre de una gran confianza, aquí aprendí a serlo. Aprendí a ser un hombre de profunda confianza aquí, en oración y meditación frente al gran ícono de María, la primera discípula: Hágase en mí según tu Palabra”.

Al descubrir que Cristo mismo lo ha confiado al cuidado materno de María, comprende que a tal amor materno solo puede responder con la entrega total y generosa de sí, al Corazón de la Madre. «Y ya que María fue dada como Madre personalmente a él, el discípulo responde con «la entrega». La entrega es la respuesta al amor de una persona, y, en concreto al amor de la madre. Entregándose filialmente a María, el cristiano, como el apóstol Juan, introduce a María en todo el espacio de su vida interior, es decir, en su yo humano y cristiano»

Para Juan Pablo II, la consagración es crucial para manifestar el poder de María para intervenir en la historia humana

Quizás podríamos encontrar la explicación en el retiro que él dio al Papa Pablo VI y los miembros de la Curia en 1976: «la experiencia de los fieles ve a la Madre de Dios como a la que está, de manera especial unida a la Iglesia en los momentos mas difíciles de su historia, cuando los ataques hacia ella se hacen cada vez mas amenazadores. Esto está en plena concordancia con las visión de la mujer revelada en Génesis y en el Apocalipsis. Precisamente en los periodos en que Cristo, y por lo tanto su Iglesia, son el signo de implacable contradicción, María aparece particularmente cercana a la Iglesia, porque la Iglesia será siempre el Cuerpo místico de Su Hijo…. En estos periodos de la historia, surge la particular necesidad de confiarse, consagrarse a María. Dios Padre confíó a su único Hijo a la humanidad. La criatura humana a quien Él le confíó primero a su hijo, fue María. Y hasta el fin de los tiempos ella permanecerá como a la que Dios confía su misterio de Salvación».

Para él, la consagración es vista desde el punto de vista de intervención maternal de María en la historia (especialmente en las luchas entre el bien y el mal en cada momento histórico)de cada individuo y en la historia de las naciones, y del mundo entero. El tuvo una visión clara sobre el momento histórico que atravesábamos: confiar en particular la vida de la Iglesia a la Santísima Virgen. Ella “la mujer del proto-evangelio” y la “mujer vestida del sol”, esta envuelta por designio de Dios en todas las luchas de la Iglesia en contra de los poderes de la oscuridad. “María, Madre del Verbo encarnado, esta situada en el centro mismo de aquella enemistad, de aquella lucha que acompaña la historia de la humanidad en la tierra y la historia misma de la salvación”. (Redemptoris Matter, #11)

Perfil Mariano de la Iglesia

Si un carisma es siempre un don para el bien de la Iglesia, como sería el carisma o los carismas de un Papa?. Su carisma era para el bien de la Iglesia Universal. Que bello, que un carisma mariano se hubiese unido tan entrelazadamente con el carisma petrino: ¡Un papa mariano!. “un don para Roma y para el mundo entero” (Cardenal Ruinio, julio 2005)

Juan Pablo II, encarna en sí mismo, los dos grandes perfiles de la Iglesia: “Mariano y Petrino: “El Concilio Vaticano II, confirmando la enseñanza de toda la tradición, ha recordado que en la jerarquía de la santidad precisamente la “mujer”, María de Nazaret, es “figura” de la Iglesia. Ella “precede” a todos en el camino de la santidad; en su persona la “Iglesia ha alcanzado ya la perfección con la que existe inmaculada y sin mancha” (cf. Ef 5, 27) En este sentido se puede decir que la Iglesia es, a la vez, “mariana” en que continúa el eco del fiat de María (evidente en la santidad del amor y de la vida que continúa en el corazón de la iglesia) y “Apostólico-Petrina”, la dimensión institucional que le da cohesión y orden al cuerpo. Los dos principios de unidad, “La dimensión mariana de la Iglesia, precede a su dimensión petrina” (Catecismo de la Iglesia Catolica # 972)

Se considera uno de los grandes legados de Juan Pablo II, entre muchos, el haber vivido, enseñado, de palabras, obras y gestos, al inicio del Tercer Milenio, el “perfil mariano” de la Iglesia, que compendia en sí el contenido más profundo de la renovación conciliar. La nueva primavera de la Iglesia se da en el Cenáculo: donde Pedro, los apóstoles (y en ellos todos nosotros) estamos unidos, congregados en oración, a los pies de la Madre del Redentor y Madre de la Iglesia. Acogiendo con alegría y totalidad, el don de la presencia materna en el Corazón de la Iglesia.

Fuente: Madre Adela Galindo, SCTJM para corazones.org



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