La Fórmula Infalible para que el Mal te deje en Paz [probada y recomendada por exorcistas]

Hay una oración cristiana de Guerra Espiritual que los exorcistas probaron que es infalible.

Los católicos cuentan con formas variadas de evitar que el mal nos arrastre.

Y hay un arma de gran resultado, que recomiendan los exorcistas para defendernos del maligno, y que no solemos tener en cuenta.

Aquí hablaremos sobre cómo son los ataques del demonio que sufrimos, cómo defendernos, y hablaremos de esa arma, a la que prestamos poca atención, dando notables testimonios sobre su eficacia.   

Los demonios son reales, existen.  

Al igual que tenemos un ángel custodio también tenemos demonios al lado nuestro, cuyo trabajo es hacernos pecar.

Y utilizan nuestras debilidades para que le abramos puertas.

Primero llevándonos a la incredulidad, «No creo en Dios, no creo en Cristo, no creo en el demonio».

Y si aún nos queda una idea difusa de que Dios existe, entonces nos lleva a tener conceptos equivocados de Dios, como un Dios castigador o un Dios lejano.

Y así nos tienta para hacernos caer en pecados, en resentimientos, odios y nos recuerda las heridas profundas que tenemos.

Nos puede introducir también en el alcoholismo, la drogadicción, el desorden sexual.

Y acercarnos a brujos, adivinos, al espiritismo, haciéndonos creer que eso no es malo.?

En este proceso nuestro ángel guardián tiene mucho poder para prevenir la tentación.

Cada mañana debemos dar gracias a Dios por el nuevo día y dirigirnos al ángel agradeciéndole su ayuda.

Háblale de los pecados y dificultades contra los que lucharás en el día y pídele que interceda por ello, te sorprenderá lo diferente que evolucionará el día.

Y cuando te llegue una tentación, cierra los ojos, mira a Jesús en la cruz y dile, «Señor, te ofrezco esta tentación y te pido que la conviertas en gracias, para salvar a cientos de personas que estén a punto de cometer el mismo pecado». 

Esta oración para combatir la tentación de uno mismo y de los demás, es buena, porque no solo no caes en la tentación, sino que estás robándole pecadores a los demonios.

Y si acumulamos pecados graves durante un largo periodo, los demonios se enganchan a nosotros y pueden atacarnos mediante la obsesión, la infestación o la posesión. 

Por eso, cuando el sacerdote absuelve los pecados, muchos se sienten más ligeros, porque han sido liberados, no sólo del pecado, sino de los demonios asociados al pecado.

El Padre Amorth enseña que la expulsión de los demonios es lenta y progresiva.

Y que hay que hacer mucha oración para ir debilitando las ataduras y eso no se hace en un solo día.

Los sacramentales tienen mucho poder, en especial el agua, la sal y el aceite bendecidos o exorcizados. 

Pero hay casos que van evolucionando a la posesión, y hay varios indicadores inequívocos de este estado.

Uno de ellos es cuando la persona adquiere una fuerza y agilidad sobrehumana.

El exorcista Dan Reehil cuenta el caso de una monja de un metro y medio, que en plena liberación, se necesitaron seis hombres para sujetarla. 

Y vio, junto a muchas personas más, a esa misma monja trepar por un muro de seis metros como si fuese una ardilla.

También está la capacidad de los poseídos para hablar fluidamente idiomas que nunca han conocido, por lo general el hebreo, el arameo o el griego. 

En muchos casos se trata de personas que ni si quiera han ido a la secundaria.

También está el conocimiento de cosas imposibles de saber sobre ti, que ni siquiera los más íntimos saben.

Otra cualidad que se muestra en las películas de exorcismo es real, la capacidad de levitar.

Y también vomitar toda clase de objetos como uñas, tornillos y hasta ranas. El padre Amorth conservaba esas cosas que habían salido por la boca de los posesos. 

Además hay otros rasgos que no son mitos, como gente que vive sola y se despierta por las noches con marcas de mordeduras en todo el cuerpo. 

Es común también que los demonios ataquen mediante un objeto que ha sido maldecido.

El exorcista colombiano padre Guillermo Correa Ríos cuenta el caso de un joven abogado que tenía sus momentos de adulterio y presentaba síntomas como de locura y de influencia maligna. 

Lo confesó, oró por él, pero no consiguió nada.

Y en una entrevista le preguntó si había ido a un brujo, contestó que no, pero que un brujo indio le había dado un anillo, era de plata, grande, con una calavera. 

Se lo entregó, el sacerdote hizo la liberación y nunca más sintió nada. 

Pero Él mismo no tuvo la precaución de exorcizar el anillo o romperlo.

Y empezó a sentir como una descomposición en su cuerpo y espíritu, como que lo golpeaban, lo maltrataban, y sentía como angustia, ira, enojo.

Y luego de un mes fue hasta el Santísimo y preguntó cuál era la causa.

Y cuando estaba orando le vino el recuerdo del anillo. Y ahí sí lo destruyó.

Este mismo exorcista colombiano dice que hacer recitar el credo a las personas que están siendo atacadas por los demonios, tiene una eficacia impresionante.

Generalmente cuando llegan a la parte de Cristo, a su encarnación en María, el demonio se pone furioso y parece que fuera a estrangular a la persona tratando de impedir que hable.

En la descripción de este video verás un link que te lleva al texto del Credo.

Y el padre Reehil relata un escalofriante suceso de una joven violinista que estudió en la prestigiosa Escuela Julliard de Manhattan, y que firmó un pacto con el diablo para alcanzar el éxito. 

No puedes vender lo que no te pertenece, pero si le ofreces tratos al demonio, él los acogerá con gusto.

Le dijo abiertamente a una amiga que daría cualquier cosa por ser famosa.

Y no pasó mucho tiempo cuando tuvo un sueño donde aparecía el hombre más hermoso que jamás había visto, quien le preguntó, «¿de verdad quieres fama y poder?» 

Ella dijo «Sí», y él sacó un contrato, le tomó el dedo, le cortó el dedo y le pidió que lo firmara con su sangre. 

Luego tocó el contrato, estalló en llamas y las cenizas cayeron al suelo. 

Cuando despertó, tenía un corte en el dedo y las cenizas estaban al lado de la cama.

Rápidamente hizo un montón de dinero con las giras y se volvió muy popular y famosa.

Pero en unos años se involucró con las drogas y contrajo VIH. 

Y en el lecho de muerte en un hospital de Nueva York llamó a su madre filipina, le contó la historia y la madre movió cielo y tierra para conseguir un exorcista.

Y el exorcista le dijo que escribiera todo el Credo y lo firmara con sangre. 

Después de hacerlo convulsionó y, para horror de su familia, quedó sin vida. 

Pero después de diez minutos, volvió en sí, y cuando le hicieron la prueba no mostró más signos de VIH. 

El resto de su vida la dedicó a la música pero dando gloria a Dios.

El Credo es una de las oraciones que más rechazan los demonios y muchos no lo saben.

Nos ayuda a recordar nuestra fe, a corregir errores y herejías, y proporciona normas de vida para los hijos de Dios.

Todo lo cual nos acerca a Dios y repele a los demonios.

Bueno, hasta aquí lo que queríamos hablar sobre el arsenal que tenemos para nuestra guerra espiritual con el demonio, especialmente el Credo, que generalmente no se considera un arma contra el demonio.

Y me gustaría preguntarte si tú rezas el credo fuera de misa y en qué circunstancias lo haces.  

EL CREDO DE LOS APÓSTOLES

Creo en Dios Padre,

Todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra. Y en Jesucristo, su único Hijo,

Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen,

padeció bajo el poder de Poncio Pilato,

fue crucificado, muerto y sepultado,

descendió a los infiernos,

al tercer día resucitó entre los muertos,

subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, Todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y a muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable.

Amén.

CREDO DE NICEA

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,

Creador del cielo y de la tierra,

de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo,

Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,

por quien todo fue hecho;

que por nosotros lo hombres,

y por nuestra salvación bajó del cielo,

y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,

y se hizo hombre;

y por nuestra causa fue crucificado

en tiempos de Poncio Pilato;

padeció y fue sepultado,

y resucitó al tercer día, según las Escrituras,

y subió al cielo,

y está sentado a la derecha del Padre;

y de nuevo vendrá con gloria

para juzgar a vivos y muertos,

y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,

Señor y dador de vida,

que procede del Padre y del Hijo,

que con el Padre y el Hijo

recibe una misma adoración y gloria,

y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.

Confieso que hay un solo bautismo

para el perdón de los pecados.

Espero la resurrección de los muertos

y la vida del mundo futuro.

Amén.

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