Su catequesis se centra en la suave pendiente que lleva al pecado.

 

Parece que después de un largo paréntesis, el mal y el pecado han sido «redescubiertos» por algunos, en especial debido a las menciones del papa Francisco, porque la comprensión lúcida del pecado ha sido reemplazada por una cultura terapéutica y el «hombre psicológico».

 

Demonio

 

Para muchos católicos, especialmente después del Vaticano II, hablar en voz alta del mal, del pecado y de satanás es algo que tal vez nunca han experimentado, incluso en la iglesia. Algunos pueden tener que recurrir a la Internet (o diccionario) para buscar una definición. 

LA PSICOLOGIZACIÓN DEL MAL

Promovido por la comunidad psicológica y popularizado por los profesionales como Carl Rogers, la mentalidad terapéutica comenzó filtrándose en la Iglesia cuando los psicólogos comenzaron a asesorar a las diócesis católicas acerca de la implementación de la cultura terapéutica dentro de la propia Iglesia.

Los seminaristas fueron instruidos para alejarse de emitir juicios sobre los demás, y en su lugar, utilizar el lenguaje de la enfermedad y el tratamiento. Por ejemplo el suicidio ya no era un pecado que privaba a la víctima de un entierro cristiano, más bien, era evidencia de enfermedad.

Los sociólogos comenzaron a prestar atención al cambio de cultura. El sociólogo Philip Rieff, un experto en el pensamiento de Freud, advirtió en su libro ya clásico, El triunfo de la terapéutica que «el hombre psicológico» estaba empezando a sustituir al «cristiano», como el tipo de carácter dominante en nuestra sociedad.

A diferencia del cristianismo tradicional, que hacía demandas morales a los creyentes, el mundo secular del «hombre psicológico» rechazaba tanto la idea del pecado como la necesidad de la salvación, y relativizaba los puntos de vista.

CAUSA SORPRESA QUE FIGURAS PÚBLICOS HABLEN DEL DIABLO

Pero ahora llegó una figura de la máximoa autoridad que habla del demonio y de los pecados como algo real.

Las referencias del Papa Francisco a satanás son muy sorprendentes, sobre todo porque muy pocas figuras públicas hablan de satanás. Y cada vez que alguien se atreve a hablar abiertamente de satanás, los «iluminados» se escandalizan.

Por ejemplo el Juez del Tribunal Supremo de EE.UU. Antonin Scalia, hizo una mención en octubre pasado, cuando fue entrevistado por un periodista escéptico para New York Magazine. El juez Scalia casualmente respondió a una pregunta sobre su legado de una manera que parecíó asustar al entrevistador.

El reportero incrédulo preguntó:

«¿Usted cree en el cielo y el infierno»

Y, el juez Scalia respondió.

«Por supuesto que sí». Y el juez Scalia asombró más al reportero desconcertado susurrando, «aún creo en el diablo… Sí, él es una persona real. Hey, vamos, eso es la doctrina católica estándar. Todo católico cree eso.»

El reportero casi no podía creerlo

¿Cada católico cree esto? «Hay una amplia variedad de los católicos por ahí».

Por desgracia, hay un número de católicos a quienes nunca se les ha enseñado que el diablo es «real». Es simplemente increíble para ellos. Pero cuando el Papa Francisco dijo en misa en Santa. Marta advirtió a los fieles:

«Tenemos que estar siempre en guardia contra el engaño, contra la seducción del mal», un verdadero mal presentado por un demonio real.

Para el Papa Francisco,

«hay una batalla, y una batalla en la que la salvación está en juego, la salvación eterna.»

Él también ha dicho,

«La presencia del diablo está en la primera página de la Biblia, y la Biblia termina con la presencia del diablo, con la victoria de Dios sobre el diablo».

LA SUAVE PENDIENTE HACIA EL MAL

Escritores religiosos a menudo han llamado satanás el «genio del mal» debido a su capacidad de ocultar a la vista y tentarnos de manera sutil.

CS Lewis ofrece una descripción convincente de la forma en que el «Padre de la Mentira» astutamente nos trata de convencer de alejarnos de Dios.

En sus satíricas Screwtape Letters, Lewis crea un demonio veterano llamado Escrutopo que está instruyendo a Ajenjo, su joven protegido sobre la mejor manera de capturar un alma para el infierno.

Cuando Ajenjo quiere tentar a un hombre para cometer un gran mal, Escrutopo aconseja al joven en formación que no es necesario conseguir el objetivo de cometer «grandes pecados.» Más bien, como dice Escrutopo en Carta XII,

«el camino más seguro al infierno es el gradual, la suave pendiente, blando bajos los pies blandos, sin giros bruscos, sin hitos, sin señales.»

El Papa Francisco nos está advirtiendo en sus catequesis de estas pendientes suaves y sin señales. Nos advierte acerca de las «pequeña» tentaciones de la codicia, el olvido de los pobres, de los peligros del chisme, o del orgullo. Francisco ya ha hablado muchas veces en tan sólo unos pocos meses de las tentaciones de satanás y de la realidad del mal.

En la Carta VII, Escrutopo dice a su joven protegido que lo más eficaz que puede hacer para llevar almas al infierno es convencer a la gente que ni siquiera existe satanás:

«El hecho de que los ‘diablos’ sean figuras predominantemente cómicas en la imaginación moderna ayudará. Si alguna leve sospecha de su existencia empieza a surgir en su mente, sugiérele una imagen de algo con mallas rojas, y convéncelo de que ya que no puede creer en eso, por lo tanto, no puedo creer en ti».

El Papa Francisco se niega a permitir que este engaño continúe y es por eso que es tan importante darle difusión a sus palabras.

Fuentes: Catholic Wordl Report, Signos de estos Tiempos

 

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