Francisco admite que la Iglesia tuvo déficit para manejar la radicalización guerrillera de sus jóvenes

En los años ’70 no hubo un manejo equilibrado de las utopías.

 

En momentos que está en proceso la re legitimación de la Teología de la Liberación dentro de la Iglesia católica, el Papa se refirió a la radicalización guerrillera de muchos jóvenes latinoamericanos en la década de los ’70.

 

lideres montoneros

 

Francisco insinuó que una buena parte de la radicalización guerrillera fue debido a la falta de equilibrio en el manejo de la utopía de parte de algunos referentes de la Iglesia en esos momentos.   

Su discurso fue ante la Comisión Pontifica para América Latina encabezada por el Cardenal Marc Ouellet, en una reunión en la Santa Sede. Y el tenor de sus palabras de un aliento a dar fe y esperanza a los jóvenes para evitar que caigan en el desencanto o en una utopía sin formación ni valoración.

Cuando habló específicamente del el buen manejo de la utopía lo ejemplificó:

“Nosotros en América Latina hemos tenido experiencia de un manejo no del todo equilibrado de la utopía, y que en algunos lugares, no en todos, en algún momento nos desbordó, y al menos el caso de Argentina, podemos decir ¡cuántos muchachos de la Acción Católica, por una mala educación de la utopía terminaron en la guerrilla de los años 70!”

Y Bergoglio pareció aludir a la cuota de responsabilidad de algunos referentes de la Iglesia en la radicalización de una generación:

Hay que “saber manejar la utopía, o sea, saber conducir. ¡Saber conducir y ayudar a crecer la utopía de un joven es una riqueza! ¡Un joven sin utopías es un viejo adelantado, envejeció antes de tiempo!”, insistió.

“¿Cómo hago para que esta ilusión que tiene el chico, esta utopía, lo lleve al encuentro con Jesucristo? Me atrevo a sugerir lo siguiente: una utopía en un joven crece bien si está acompañada de memoria y de discernimiento. La utopía mira al futuro, la memoria mira al pasado y el presente se discierne. El joven tiene que recibir la memoria y plantar, arraigar su utopía en esa memoria. Discernir en el presente su utopía, los signos de los tiempos, y así la utopía va adelante pero muy arraigada en la memoria, en la historia que ha recibido, discernida en el presente”, dijo, y remató: “Necesitamos maestros de discernimiento para los jóvenes”.

“El encuentro de los chicos con los abuelos es clave para recibir la memoria de un pueblo y el discernimiento en el presente. Maestros de discernimiento, consejeros espirituales –señaló-. Y aquí es importante para la transmisión de la fe de los jóvenes, el apostolado cuerpo a cuerpo. O sea, el discernimiento en el presente no se puede hacer sin un buen confesor, un buen director espiritual que se anime a aburrirse horas y horas escuchando a los jóvenes”.

Fuentes: Infobae, Signos de estos Tiempos

 

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