Cientos de fuentes han aparecido en todo el mundo.

A lo largo de la historia de estos 2000 años ha habido cientos de apariciones marianas.

En la mayoría de ellas han surgido fuentes de aguas sanadoras.

E incluso ha habido taumaturgos, esta palabra quiere decir hacedores de milagros, como por ejemplo San Vicente Ferrer, que hicieron brotar fuentes de agua.

Hoy en nuestros tiempos incrédulos esto es considerado una infantilidad por quienes piensan solamente en términos materialistas.

Y sucede incluso dentro de la Iglesia, donde cada vez hay más fieles y sacerdotes que lo ven como un resabio de la credulidad medieval.

Sin embargo, los pequeños fieles, los que están más unidos a Dios que a las modas del momento, confían en la acción curativa de estas fuentes de agua sanadora y saben que sí funciona.

Y por eso muchos guardan como un tesoro algún frasquito con agua de Lourdes que alguien les regaló.

Aquí queremos hablar sobre cómo han surgido estas fuentes de aguas sanadoras relatando cómo aparecieron las más conocidas y sus milagros, para que refuerces tu fe en la asistencia del cielo ante las tribulaciones.

El surgimiento de fuentes de agua sanadora en las apariciones marianas, es más la regla que la excepción en todas las épocas.

Durante la Edad Media era costumbre erigir santuarios marianos junto a manantiales que habían demostrado tener poder curativo. 

Un caso típico sucedió en 1013 en Notre Dame de Baudouan, cerca de Chartres.

Un pastor encontró una imagen de María cerca de un manantial, que llevó a la iglesia parroquial. 

Sin embargo, dos veces la imagen volvió al manantial. 

Y finalmente se construyó una iglesia ahí, pero con siete puertas, para regular el tremendo número de peregrinos que llegaban, debido al poder curativo que surgió del manantial. 

Estos milagros sucedieron para enseñar a la gente que efectivamente sus oraciones son escuchadas.

Y de esta forma se fue conformando una viva devoción popular a los lugares donde se obtienen milagros físicos a través de la intercesión de la Santísima Virgen María. 

Pero hay otros casos en que el manantial surgió durante la propia aparición, como es el caso de Nuestra Señora de Lourdes.

El 25 de febrero de 1858, dos semanas después de comenzar las apariciones, la Virgen pidió a Bernadita, la vidente, que escarbara el suelo de la gruta y bebiera del agua, al tiempo que señalaba un punto concreto en el piso. 

Encontró un agua cenagosa y sucia, pero obedeció lo que le decía la Señora y bebió. 

Más tarde comenzó a salir un agua cristalina y abundante hasta el día de hoy.

Y la niña luego diría «esta agua es considerada como un medicamento, pero tienes que tener fe y orar: ¡esta agua no podría hacer nada sin fe!».

Ese es el mensaje de quienes se acercan a todas las fuentes de agua sanadora.

Ocho millones de peregrinos ahora visitan el santuario cada año, y dicen que las aguas manifiestan poderes curativos notables.

La Iglesia Católica ha documentado unos 7.000 casos de curas inexplicables en el santuario, y ha declarado sólo el 1% de ellos como milagros oficiales, porque quiere que no haya la mínima sombra de dudas sobre las curaciones.

En estas piscinas se sumergen personas con heridas, úlceras cutáneas, infecciones, etc.

Por lo cual hay en la piscina enorme cantidad de microorganismos patógenos.

Pero aun así hay quienes se inyectan con esa agua o incluso la beben.

El doctor Auguste Vallé tomó una muestra de las aguas en 1928 y encontró muchos microbios como estafilococos, estreptococos, cocobacilos, colibacilos etc., portadores de graves patologías.

Con esta agua inyectó a animales de laboratorio y la reacción de esos animales fue neutra, no enfermaron.

Y en 1936 amplió la investigación tomando muestras de agua del río Sena.

Y los exámenes revelaron la presencia de las mismas bacterias encontradas en las piscinas de Lourdes.

Con esa agua inyectó a 6 ratones y 3 murieron a las pocas horas.

A partir de ahí hubo una declaración de 300 médicos que firmaron que las leyes microbiológicas y patológicas están inexplicablemente suspendidas en las piscinas de Lourdes.

Y en las apariciones de La Salette sucedió algo similar a Lourdes, que se conoce poco.

Previo a la aparición, en el lugar donde la Virgen estuvo sentada llorando, había un manantial árido que fluía débil y sólo cuando habían habido lluvias penetrantes. 

Pero el 19 de septiembre de 1846, cuando el sol estaba en su cenit, la Virgen de La Salette tocó con su pie el lecho polvoriento de la fuente y se realizó el milagro.

A partir de ese día estas aguas no han cesado de fluir caudalosamente.

Y hay muchas curaciones físicas milagrosas aprobadas por el obispo local.

Pero también muchas conversiones de escépticos y prejuiciosos que han ido a La Salette para demostrar su falsedad, pero Nuestra Señora les aplicó el viejo adagio «y los tontos que vinieron a burlarse se quedaron para rezar».

Otra fuente que se conoce poco es la que surgió en las apariciones de Fátima.

En el momento de las apariciones de Fátima, no brotaba agua del suelo, como sucedió en Lourdes.

La falta de agua era un problema muy real en la zona y difícil de resolver. 

La piedra es caliza y el terreno poroso en esa zona y sus alrededores, y son incapaces de conservar la humedad.

Los habitantes de Fátima y los pueblos vecinos se veían obligados a recoger el agua de lluvia.

Entonces, ¿cómo podrían realizarse peregrinaciones de miles de personas a un lugar privado de agua como Cova da Iria? 

Hablando humanamente parecía absolutamente imposible. 

Y una vez más se manifestó la acción de la Divina Providencia.

El obispo de Leiria tuvo la inspiración de buscar agua y ordenó que se cavara un pozo en el fondo de Cova da Iría, precisamente en el lugar que ocupaban los niños pastores en el momento de la primera aparición.

Los habitantes de la zona se burlaron de él.

Pero el 13 de noviembre de 1921 apareció agua en la excavación, aunque no parecía suficiente para todas las romerías.

Entonces hizo cavar más pozos y a partir de entonces, nunca hubo escasez del preciado líquido en grandes cantidades. 

Y luego vinieron los milagros de curación.

Pero esa zona ya había registrado milagros de sanación mediante el agua. 

Sucedió alrededor de 1380 cerca de Aljubarrota, a unos quince kilómetros de Fátima, y se asocia con una pobre mujer llamada Catarina Anes.

De acuerdo a los relatos históricos un día Catarina fue a una montaña llamada Valle de Deus para buscar leña, cuando oyó una voz de una mujer que le ofrece  ayudarla.

Y más tarde, cuando Catarina llegó a la parte superior de la montaña estaba sedienta, y siguiendo las instrucciones de la voz cavó un agujero, y apareció un manantial de agua cristalina.

Y la Virgen le dijo,

«Ahora ve y dile a la gente de tu pueblo que aquí van a encontrar un remedio para todas las enfermedades»

La visión fue aprobada por el obispo local, Don Pedro de Castelo, cuando un ciego se lavó los ojos en el agua y recuperó la visión.

Un caso similar sucedió en Cotignac, Francia, el 7 de junio de 1660.

En un día de verano extremadamente caluroso, el humilde pastor Gaspard Ricard estaba sediento. 

Su frasco de agua estaba seco y no había ninguna fuente de agua cerca. 

Ricard se sentó en la hierba agonizando.

Y en ese momento, un hombre mayor se le apareció de repente y le dijo: «Soy José. Levanta la roca y beberás».

José estaba señalando una gran roca cercana, que Ricard sabía que no podía levantar por sí mismo. 

Sin embargo, lo intentó y pudo levantar milagrosamente la roca con facilidad. 

Y debajo apareció un manantial de agua fresca.

Rebosante de alegría, Ricard miró para agradecer al misterioso extraño, pero ya había desaparecido.

Ricard corrió al pueblo para contarles a todos sobre el manantial milagroso. 

Y muy pronto, la fuente se asoció con innumerables milagros, tanto físicos como espirituales, y se construyó un santuario en el lugar.

Y también el Arcángel Miguel en México apareció para indicar un manantial.

El 25 de abril de 1631 se apareció al indio adolescente Diego de San Lázaro.

Uno de los primeros convertidos en la zona.

Y fue para que avisara al pueblo que en una barranca habría una fuente de agua milagrosa que sanaría todas las enfermedades.

Esa fuente ha subsistido hasta nuestros días.  

Y alrededor del manantial se construyó el Santuario de San Miguel del Milagro de Tlaxcala, debido a los milagros de curación que se sucedieron.  

Bueno hasta aquí lo que te quería contar sobre las fuentes de agua sanadora que aparecen en la mayoría de los lugares de apariciones marianas, y que tienen la función de sanar el cuerpo y el alma cuando se recurre a ellas con fe.

Y me gustaría preguntarte si conoces otros casos de fuentes de agua sanadora surgidas en apariciones.

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