Fue contemporánea nuestra.

Hemos oído con bastante frecuencia que ya Dios no suscita santos como en los siglos anteriores, ni otorga dones sobrenaturales cómo han tenido santos de la talla del Padre Pío, Santa Catalina de Siena, Santa Gemma Galgani, San Antonio de Padua, por ejemplo.

Pero esto no es así, porque hasta hace 4 décadas tuvimos entre nosotros a una mística que tenía los mismos dones que el Padre Pío.

¿Entonces qué es lo que pasa? ¿Por qué no circula esta información, por qué no se habla de ella?

Posiblemente estas cosas no toman notoriedad porque tanto dentro como fuera de la Iglesia hay resistencia a creer en estos dones, y por eso quienes los tienen son perseguidos.

Aquí hablaremos sobre la beata Madre Esperanza, una monja que vivió en nuestra ventana de tiempo, con impresionantes dones sobrenaturales, que se debe conocer, porque nos hace vivir el esplendor del cielo.

Ver el libro de José María Zavala: MADRE ESPERANZA – Los milagros desconocidos del alma gemela de Padre Pío.

La Beata Madre Esperanza nació en España como María Josefa Alhama Valera, y fundó la Congregación de Esclavas del Amor Misericordioso en Madrid a finales de 1930.

Dejó la tierra a los 90 años, el 8 de febrero de 1983 en Collevalenza.

Fue beatificada el 31 de mayo de 2014 por Francisco.

Construyó el Santuario del Amor Misericordioso en Collevalenza, a sólo 120 km de Roma, en una colina justo encima de la ciudad de Todi. 

Allí hay dos piscinas de un agua que brota de un pozo sin cesar y que tiene propiedades sanadoras, tanto que lo llaman el segundo Lourdes.

Los técnicos decían que era imposible que en esa montaña hubiera una veta de agua.

Pero para la localización de la fuente de agua los testigos dicen que la veían hablar con alguien invisible, Jesús que estaba guiando la perforación.

Con esa agua sanó la Madre Esperanza de Jesús a un niño que se moría por las alergias. 

Mientras que también hizo un milagro a un chico que se había tragado una moneda que se instaló en su estómago. 

La madre fue a ver a Esperanza quien le dio agua de las piscinas para que le diera de beber diariamente. 

Cuando le hicieron los exámenes médicos la moneda había desaparecido. 

Es la versión femenina del Padre Pío, e incluso trabajaban juntos bilocándose para ayudar a los demás.

Tenía continuos éxtasis, sudores de sangre, bilocaciones, multiplicaciones de alimentos, ataques repetidos del demonio, visitas de almas del purgatorio, visiones y apariciones, comuniones inexplicables, profecías, lectura de conciencias, curaciones, estigmas y exhalaba un perfume sobrenatural.

Y hasta logró la resurrección de un muerto.

Durante su vida se la llamaba en Italia la «monja santa».

Fue un gran apóstol de la Misericordia Divina.

El mensaje al cual dedicó su vida entera, fue la comunicación del increíble Amor de Dios.

Y decía “Creer en ese Amor significa creer en la Misericordia» 

Cada día centenares de peregrinos provenientes de todas partes de Italia y del extranjero iban a verla, como al Padre Pío.

Escuchaba los sufrimientos y ruegos, les daba consejo, gracias espirituales y les hacía curaciones físicas.

Jacqueline Kennedy, la joven viuda del ex presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald Kennedy fue a verla, lo mismo que Evita Perón, la esposa del presidente de Argentina.

Un caso de sanación fue al Padre Mariani. 

Debían extirparle al día siguiente un tumor en el vientre del tamaño de un melón. 

Pero percibió en su habitación la presencia de la Madre Esperanza en bilocación susurrándole al oído palabras de consuelo, mientras le acariciaba el abdomen con su mano estigmatizada. 

En un solo instante, desaparecieron juntos la Madre y los dolores.

El padre Mariani a la mañana se vistió y se fue del Hospital.

Y alarmada una enfermera le fue a contar al médico y éste le contestó que si había estado la Madre Esperanza entonces estaba curado; lo que sucedió. 

Ella no comprendía cómo se bilocaba. Ella decía,

«A veces el Señor me indica qué debo hacer para resolver un determinado problema y enseguida me encuentro ante la persona en cuestión y le digo todo lo que Jesús me ha encomendado, o aparezco de repente ante esa persona sin previo aviso por parte de Jesús»

Su cuerpo exhalaba un intenso perfume, lo que era un signo también de su presencia invisible en las bilocaciones, de manera similar al Padre Pío.

Unos años antes de fundar la congregación recibió los estigmas de la pasión del Señor.

Un médico afirmó públicamente que pudo atravesar con su propio índice los pies de la Madre Esperanza de un extremo a otro.

Llevaba mitones en las manos, hasta que obtuvo la gracia de que dichas heridas se cerraran visiblemente para permitirle trabajar, aunque el dolor persistió.

Las compañeras del convento también atestiguan que llevaba a veces las señales en la frente de la corona de espinas.

Y en una radiografía que le tomaron se pudo comprobar que su corazón estaba perforado, lo que se conoce como el fenómeno místico de la transverberación.

Ella leía el alma con la misma facilidad que uno lee un periódico, se anticipaba a que le contaran los pecados.

Y conocía cosas que sucederían en el futuro.

Vaticinó en su diario por ejemplo el estallido de la guerra civil española.

Y sabía la fecha de la muerte de las personas, incluso supo la propia.

También tenía el don de levitación. 

Por ejemplo varios testigos afirmaron que la Madre se elevaba unos veinte centímetros del suelo, mientras permanecía en éxtasis alabando al Señor y a su Providencia.

Porque la providencia era muy generosa con sus obras.

Entre los milagros se cuenta el haber dado de comer, como Jesús, a 3000 hombres en la II Guerra Mundial en Roma a donde viajó en 1936. 

Y era común la multiplicación de alimentos para alimentar a los niños de la escuela.

Las hermanas del convento dicen que los filetes se multiplicaban, y en un caso con unas pocas presas de pavo comieron 150 personas hasta hartarse, porque siempre quedaba pavo en la olla, por más que se sirviera.

En una oportunidad les faltaba aceite y milagrosamente las hermanas abrieron un bidón de agua y comprobaron que tenía aceite, y así uno tras otro, hasta que la la Madre Esperanza le dijo a Jesús que parara, porque se iban a quedar sin agua.

Pero lo más común era que cuando le faltaba dinero aparecieran billetes a la mañana siguiente en la celda de Esperanza.

Hay muchos testigos que vieron como una mano invisible le depositaba una hostia en la boca.

E incluso sucedió que en un enfrentamiento con el Obispo éste le prohibió comulgar, pero una hostia salió volando de las manos del sacerdote y se depositó en la la boca de la beata y lo vieron los presentes.

Tenía comunicación con los muertos. Una vez vio cómo el Señor le hizo ver que el alma de un obispo entraba en el paraíso durante su funeral.

Y también se le presentaban almas del purgatorio, ella oraba por ellos y luego veía como subían al paraíso.

También se le aparecían ángeles y tenía una relación con su angel de la guarda similar a la del Padre Pío

Una vez se le apareció Santa Teresita de Lisieux quien le dijo «yo he venido a manifestarte de parte del Buen Dios, que tú deberás comenzar donde yo he terminado».

Pero también tuvo muchas enfermedades, en el estómago, intestinos, huesos, pulmones, ojos, hasta tumores y parálisis, pero siempre se recuperaba milagrosamente.

El demonio le daba fuertes golpizas, le quebró dientes, y le arrancó casi todo el pelo de su cabeza.

Pero ella tenía una confianza inquebrantable en Jesús. 

Un día sus compañeras vieron a la Madre transfigurada en Jesús, mientras cenaba con sus apóstoles 

Y acabada la cena, les habló sobre su significado y les dio una bendición muy especial del mismísimo Jesús.

Varias veces se le apareció el niño Jesús que le pedía cosas, como por ejemplo que lo vistiera.

A la Madre Esperanza se le atribuye el milagro de la sanación física de Juan Pablo II porque a la hora que el pontífice casi moría desangrado el 13 de mayo de 1981, por las dos balas que se alojaron en su estómago disparadas por el turco Ali Agca, la beata vomitó sangre hasta llenar cuatro toallas, todo su camisón, las sábanas y el colchón de su cama. 

La Madre Esperanza ofreció todos sus sufrimientos y vómitos de sangre aquella madrugada para que Juan Pablo II pudiese seguir siendo Papa tras el atentado.

Por eso el 22 de noviembre de 1981 el papa Juan Pablo II, ya recuperado, visitó el santuario de la Madre Esperanza, aún antes de ir a Fátima para agradecer.

Y al año siguiente hizo que lo declararan basílica menor.

Y es interesante la relación que tuvo la Madre Esperanza con el padre Pío, que fue muy intensa a pesar de no haber estado en su presencia física nunca.

Por ejemplo, el Padre Pío se apareció a la médica de la Madre una madrugada para decirle que tenía que ir a verla porque estaba enferma.

También sufrió una persecución por parte de algunos jerarcas de la Iglesia como el padre Pío.

Y fue en esa oportunidad que ambos se vieron en bilocación en el Santo Oficio varias veces.

Bueno hasta aquí lo que queríamos contarte sobre esta mística con grandes poderes sobrenaturales y una fe inquebrantable, que se conoce poco.

Y me gustaría preguntarte que otros místicos con grandes dones sobrenaturales conoces.

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