El Niño Jesús se ha aparecido muchas veces en estos 20 siglos.

Puedes leer aquí, aquí y aquí un repertorio de esas apariciones, que han generado grandes devociones.

Y es llamativo que muchas de esas apariciones fueran a monjas, hermanas religiosas.

Las razones por las que se ha aparecido con la apariencia de niño son variadas: para provocar sorpresa, ternura, para dar un mensaje que se sitúa antes de Su pasión, entre otras.

En este artículo relataremos las 6 apariciones más importantes a monjas.

Las apariciones de Jesús como Niño no han sido la mayoría que tuvieron estas monjas, sino una forma de resaltar un mensaje específico.

  

APARICIÓN A SOR LUCÍA DE FÁTIMA

El 10 de diciembre de 1925 Lucía era postulante en el convento de las Doroteas de Pontevedra, cuando se le apareció la Santísima Virgen con el niño Jesús.

Estaba sobre una nube luminosa y la Santísima Virgen demostró un corazón rodeado de espinas, que el Niño Jesús describió diciendo,

«Ten compasión del Corazón de tu Santísima Madre, cubierto de espinas, con la que los hombres ingratos lo perforan en cada momento, y no hay nadie que haga un acto de reparación para eliminarlas».

Y la Virgen agregó el pedido de la Devoción Reparadora de los Cinco Primeros Sábados diciendo,

«Anuncia en Mi nombre que prometo:

Asistir en el momento de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación,

-a todos aquellos que durante el primer sábado de cinco meses consecutivos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, reciten cinco décadas del Rosario,

-y me hagan compañía compañía durante quince minutos mientras meditan en los quince misterios del Rosario, con la intención de hacerme una Reparación».

Un par de meses después, el 15 de febrero de 1926, se encontró en la puerta del convento con un niño al que le había enseñado esta jaculatoria,

«Oh Madre mía del cielo, dame a tu Hijo Jesús»

Y le preguntó,

«¿Oraste a la Madre del Cielo para que te entregue a Jesús?»

A lo que el niño le respondió,

«¿Y has difundido en todo el mundo lo que te pidió la Madre del Cielo?»

Entonces el cuerpo del niño comenzó a brillar y se produjo el siguiente diálogo entre ellos,

Sor Lucía: “¡Mi Jesús! Sabes lo que me dijo mi confesor en la carta que te leí.

Dijo que esta visión debía repetirse, tenía que haber hechos que nos permitieran creerla y que la Madre Superiora sola no podía difundir esta devoción».

Niño Jesús: “Es cierto que la Madre Superiora sola no puede hacer nada, pero con Mi gracia ella puede hacer cualquier cosa.

Es suficiente que su confesor le dé permiso y que su superior anuncie esto para que la gente lo crea, incluso si no saben a quién se le reveló».

Sor Lucía: «Pero mi confesor dijo en su carta que esta devoción ya existe en el mundo, porque muchas almas te reciben cada primer sábado del mes, en honor de Nuestra Señora y los quince misterios del Rosario».

Niño Jesús: “Es cierto, hija mía, que muchas almas comienzan, pero pocas perseveran hasta el final, y los que perseveran lo hacen para recibir las gracias prometidas.

Las almas que hacen los cinco primeros sábados con fervor y para reparar el Corazón de la Madre celestial, me complacen más que a los que hacen quince, pero son tibios e indiferentes«.

Sor Lucía: «¡Jesús mío! A muchas almas les resulta difícil confesar el sábado. ¿Permitirás una confesión dentro de ocho días para que sea válida?»

Niño Jesús: «Sí. Incluso se puede hacer más tarde, siempre que las almas estén en estado de gracia, cuando Me reciban el primer sábado, y tengan la intención de reparar al Sagrado Corazón de María».

Sor Lucía: «¡Jesús mío! ¿Y aquellos que olvidan esta intención?»

Niño Jesús: «Pueden hacerlo en la siguiente confesión, aprovechando su primera oportunidad de confesarse».

En esta aparición vemos que el Niño Jesús amonesta a Sor Lucía y le indica cómo debe argumentar para establecer la devoción al Inmaculado Corazón de María.

  

APARICIÓN A LA MADRE ANGÉLICA, FUNDADORA DE EWTN

En 1995 la Madre Angélica hizo un viaje por América Latina tratando de buscar financiación para lanzar EWTN en español.

Cuando llegó a Bogotá el sacerdote salesiano Juan Pablo Rodríguez llevo a las religiosas al santuario del Divino Niño Jesús para asistir a misa, allí se encuentra su milagrosa imagen.

La historia del Divino Niño Jesús puede leerse aquí.

La Madre Angélica se tomó un tiempo orando al pie de la estatua del Divino Niño Jesús y de repente éste le habló con una voz de niño diciéndole,

«Constrúyeme un templo y ayudaremos a los que te ayuden».

Cuando regresó a Estados Unidos decidió comenzar a buscar tierra para erigir la obra.

Y encontraron un terreno aislado rodeado por un río en Hanceville, Alabama, donde tradicionalmente se había plantado soja.

Cuando la madre Angélica fue a visitarlo sintió la presencia de Dios con mucha fuerza; este era el lugar.

Las monjas no tenían dinero para la construcción, ni dispusieron fondos de EWTN, sino que se confiaron a la Divina Providencia.

Y fue así que aparecieron cinco familias que ayudaron económicamente para la construcción, permaneciendo en el anonimato.

Y según la Madre Angélica el Niño Jesús cumplió la promesa de ayudar a lo que le ayudaron a construir el santuario.

El templo dedicado al Divino niño Jesús en Alabama se llama Santuario del Santísimo Sacramento.

Y es regido por el Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles, que es la congregación religiosa que fundó la madre Angélica.

  

APARICIÓN DEL NIÑO JESÚS DE PICHINCHA A LA MADRE MARIANA DE JESUS TORRES

La madre Mariana de Jesús Torres recibió la visita de Nuestra Señora en el siglo XVI en Ecuador, bajo la advocación Nuestra Señora del Buen Suceso.

La cual le dio una serie de profecías sobre lo que pasaría en el siglo XX con la degradación de la moral, la apostasía de la fe y la crisis de la Iglesia; todo lo cual está sucediendo en el momento actual.

Pero también tuvo una visión en 1628 del Niño Jesús crucificado en el Monte Pichincha.

Se le apareció la Virgen María con el Niño en brazos y le dijo,

«Levanta tus ojos ahora y mira a la Montaña Pichincha, donde verás a este Divino Infante que llevo en mis brazos crucificado.

Lo entrego a la Cruz para que siempre pueda dar buenos éxitos a esta República«.

Entonces los arcángeles llevaron al niño al Monte Pichincha, que se ve desde la ciudad de Quito, y allí se transformó en un niño de entre 12 a 15 años, vestido con una túnica blanca, una corona de espinas y con una expresión majestuosa.

El niño se postró ante la cruz con los brazos extendidos y oró a Su Padre para que mirara con agrado al Ecuador.

La historia más completa puede leerse aquí.

El Niño Jesús permaneció crucificado sin clavos y sin sangre al principio.

Mientras que le salían lágrimas de sus ojos que eran juntadas por San Miguel y San Rafael, y dispersadas por la nueva nación.

Y luego le dijo a la Madre Mariana,

“No puedo hacer más para mostrar Mi amor por ustedes.

Almas ingratas, que devuelven el gran amor y atenciones de Mi Corazón con desprecio, sacrilegios y blasfemias.

Al menos ustedes, mis amadas y ocultas cónyuges, sean mi consuelo en mi soledad eucarística.

Mantengan la vigilancia en Mi empresa.

No se dejen vencer por el sueño de la indiferencia hacia Dios, que las ama tanto.

Siempre sean las heroínas de su país durante los tiempos amargos y terribles que vendrán.

Su oración humilde, secreta y silenciosa, y sus penitencias voluntarias la salvarán de la destrucción hacia la cual la conducirán sus hijos ingratos.

Porque estos desgraciados, rechazando y despreciando a los buenos, exaltarán y servirán a los malvados y egoístas seguidores de satanás».

  

APARICIÓN DEL NIÑO A JESÚS A SANTA FAUSTINA KOWALSKA

Santa Faustina Kowalska tuvo numerosas apariciones de Nuestro Señor, que registro cuidadosamente en su diario, entre las cuales hay algunas apariciones de Jesús como niño.

Una de ellas fue en una misa de medianoche donde fue trasladada a la Gruta de Belén y allí tomo en sus manos al Niño Jesús.

En otra de sus visiones, que relata en la entrada 566 de su diario, dice,

«De repente vi al Niño Jesús parado junto a mi…

Aunque era un niño pequeño, mi alma se llenó de asombro y temor, porque veo en Él a mi Juez, mi Señor y mi Creador, ante cuya santidad tiemblan los Ángeles.

Al mismo tiempo, mi alma se inundó de un amor tan inefable que pensé que moriría bajo su influencia.»

También el propio niño la fue instruyendo, por ejemplo cuenta en la entrada 1481 de su diario, que el Niño Jesús le pidió que lo tomara en brazos, Él se acurruco en su pecho y le dijo,

«Es bueno para mí estar cerca de tu corazón…

Porque quiero enseñarte la infancia espiritual.

Quiero que seas muy amable, pequeña, porque cuando eres pequeña, te llevo cerca de Mi Corazón, tal como me estás acercando a tu corazón en este momento».

Y más adelante le diría,

«… Te sigo acompañando de Niño para enseñarte humildad y sencillez».

También vio al Niño Jesús sentado en un cáliz en una misa, quien la miró y le dijo,

«Como me ves en este cáliz, así habito en tu corazón».

Y en otra misa el 2 de febrero de 1936, Nuestra Señora apareció con el Niño Jesús y se lo entregó en sus brazos diciéndole,

«Toma Mi tesoro más querido».

  

APARICIÓN DEL NIÑO JESÚS A LA MADRE CLARA AGUILERA, FUNDADORA DE LAS HERMANAS FRANCISCANAS DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

En el siglo XIX hubo unas apariciones del Niño Jesús en México, a la fundadora de una Congregación.

La primera aparición se produjo el 22 de octubre de 1894, cuándo Clara Aguilera estaba discerniendo su vocación a la vida religiosa.

Estaba en misa en un templo de Celaya cuando vio al Niño Jesús de pie sobre una nube con los brazos extendidos, quién le reveló la presencia en su vida desde la infancia diciéndole,

«Yo fui quien te habló de la vida religiosa cuando eras niña y quise que quedaras sorda, hasta que volvieras a escuchar mi voz».

El niño además le dice que será su médico y su medicina, se encargará de ella y será su sostén y fiador, atendiendo sus necesidades, y que también que la elevará a la perfección por medio de sus obras.

La segunda aparición se produjo el 19 de noviembre de 1894 cuando se apareció Jesús como un joven muy hermoso, y le repitió que sería su sostén y su fiador, agregando que le dijera a su confesor que confiaba en su dirección.

La tercera aparición se produjo el 22 de noviembre como consecuencia que el confesor de la Madre Clara le había pedido una prueba, a lo que Jesús contestó,

«Di a tu confesor que la prueba que le doy es que este día quedarás totalmente sana de tus graves enfermedades».

Y Clara quedó sanada de su sordera.

La cuarta aparición se produjo cuando estaba en misa en una pequeña congregación y oyó la voz del Niño que le dijo,

«Este es el lugar desconocido, donde te quiero«.

La quinta aparición sucedió sobre fines del año 1903 en el templo de la Encarnación y el Niño le dijo,

«Te levantaré a ti y a tus obras a gran perfección»

La Madre Clara entendió que se estaba refiriendo a la pequeña Congregación donde había ido a parar, según las instrucciones del propio Niño.

Y ella le respondió,

«Acepto, con la condición de que Tu seas el Fundador».

La sexta aparición se produjo el 22 de octubre de 1904, cuando el Niño Jesús se le apareció a la Madre Clara vestido y sentado sobre una nube.

La Madre Clara le pregunto porque estaba sentado y vestido.

Y el Niño le contestó porque Él era el Fundador.

Por esta razón la fiesta del Niño Jesús Fundador se celebra el 22 de octubre dentro de la congregación de las Franciscanas de la inmaculada Concepción.

  

APARICIÓN A MARÍA DE JESÚS DE AGREDA

La beata María de Jesús de Agreda (1602-1665) tuvo varias apariciones de Niño Jesús que relata en su Mística Ciudad de Dios,

Se le aparecía en diversas posturas arrodillado, postrado en forma de cruz, sostenido en el aire; y una vez le dijo,

«¡Oh, muy bendita Cruz!

¿Cuándo recibirán tus brazos los míos, cuándo descansaré sobre ti y cuándo mis brazos, clavados en los tuyos, se extenderán para recibir a todos los pecadores?

Pero como vine del cielo con el único propósito de invitarlos a imitarme y asociarse conmigo, están ahora y por siempre abiertos a abrazar y enriquecer a todos los hombres.

Vengan, pues, todos los que están ciegos a la luz. Venid, pobres, a los tesoros de mi gracia.

Vengan, pequeños… Vengan, afligidos y agotados, … Vengan, simplemente … Vengan, hijos de Adán, porque los invoco a todos.

Soy el camino, la verdad y la vida, y no negaré nada de lo que desean recibir…

Me ofreceré a mí mismo como un sacrificio en la Cruz, para restaurarlos a la justicia y la libertad.

Si están dispuestos, los llevaré de vuelta al seno de los elegidos y al reino celestial, donde Tu nombre [el del Padre] será glorificado».

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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