Novena a Nuestra Señora la Inmaculada Concepción del Viejo

La Novena comienza el 29 de noviembre y su fiesta es el 8 de diciembre.

Puestos de rodillas, delante de una imagen de la Inmaculada Concepción, se santiguará y luego dirá todos los días el siguiente

Acto de contrición

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero… o Pésame Dios mío …

  

Oración preparatoria para todos los días

Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción; así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has sido elegida para ser madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.

A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva,
venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte nos
concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo,
libres de toda mancha de pecado. Acordaos, Virgen Santísima,
que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad
y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el
género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo
de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro
socorro haya sido desamparado. No me dejéis pues a mí tampoco,
porque si no, me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos,
antes bien cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.

Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer
jamás pecado mortal; la segunda, un gran aprecio de la virtud, y
la tercera, una buena muerte. Además dadme la gracia particular
que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestra
y bien de mi alma.

  

Oración final para todos los días

Bendita sea tu pureza
Y eternamente lo sea,
Pues todo un Dios se recrea
En tan graciosa belleza.
A ti, celestial Princesa,
Virgen sagrada María,
Te ofrezco en este día
Alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, madre mía!

  

Primer día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como preservaste a María del pecado original en su
Inmaculada Concepción y a nosotros nos hiciste el gran beneficio
de libramos de él por medio de tu santo bautismo, así te rogamos
humildemente nos concedas la gracia de portarnos siempre como
buenos cristianos, regenerados en ti, Padrenuestro Santísimo.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de esta novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y la
Letanía a la Virgen

  

Segundo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado mortal en toda
su vida y a nosotros nos das gracia para evitarlo y el sacramento de la
confesión para remediarlo, así te rogamos humildemente, por
intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de no
cometer nunca pecado mortal, y si incurrimos en tan terrible desgracia,
la de salir de él cuanto antes, por medio de una buena confesión.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

 

Tercer día

¡Oh santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como preservaste a María de todo pecado venial en toda
su vida, y a nosotros nos pides que purifiquemos más y más nuestras
almas, para ser dignos de ti, así te rogamos humildemente, por
intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de evitar
los pecados veniales y de procurar y obtener cada día más pureza y
delicadeza de conciencia.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

 

Cuarto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como libraste a María del pecado y le diste dominio
perfecto sobre todas sus pasiones, así te rogamos humildemente,
por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas la gracia de ir
domando nuestras pasiones y destruyendo nuestras malas
inclinaciones, para que te podamos servir con verdadera libertad de
espíritu y sin imperfección ninguna.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

 

Quinto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como desde el primer instante de su Concepción diste a
María más gracia que a todos los Santos y Ángeles del cielo, así te
rogamos humildemente por intercesión de tu Madre Inmaculada nos
inspires un aprecio singular de la divina gracia que tú nos adquiriste
con tu sangre y nos concedas el aumentarla más y más con nuestras
buenas obras y con la recepción de tus santos sacramentos,
especialmente el de la comunión.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Sexto día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como desde el primer instante infundiste en María, con
toda plenitud, las virtudes sobrenaturales y los dones del Espíritu
Santo, así te suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre
Inmaculada, nos concedas a nosotros la abundancia de estos mismos
dones y virtudes, para que podamos vencer todas las tentaciones y
hagamos muchos actos de virtud dignos de nuestra profesión de
cristianos.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Séptimo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como diste a María, entre las demás virtudes, una
pureza y castidad eximia, por la cual es llamada Virgen de las
vírgenes, así te suplicamos, por intercesión de tu Madre Inmaculada,
nos concedas la dificilísima virtud de la castidad, que no se puede
conservar sin tu gracia, pero que tantos han conservado mediante la
devoción de la Virgen y tu protección.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Octavo día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como diste a María la gracia de una ardentísima caridad
y amor de Dios sobre todas las cosas, así te rogamos humildemente,
por intercesión de tu Madre Inmaculada, nos concedas un amor
sincero a ti, oh Dios y Señor nuestro, nuestro verdadero bien, nuestro
bienhechor, nuestro Padre, y que antes queramos perder todas las
cosas que ofenderte con un solo pecado.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

Noveno día

¡Oh Santísimo Hijo de María Inmaculada y benignísimo Redentor
nuestro! Así como has concedido a María la gracia de ir al cielo y
de ser en él colocada en el primer lugar después de ti, así te
suplicamos humildemente, por intercesión de tu Madre Inmaculada,
nos concedas una buena muerte, que recibamos bien los últimos
sacramentos, que expiremos sin mancha ninguna de pecado en la
conciencia y vayamos al cielo para siempre gozar en tu compañía y
la de nuestra Madre, con todos los que se han salvado por ella.

Rezar tres Padrenuestros, Avemarías y Gloria a la Santísima Trinidad,
y luego pide lo que por intercesión de la Inmaculada Concepción
deseas conseguir de la novena.
A continuación se dirá la Oración final para todos los días y
la Letanía a la Virgen.

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