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Nuestra Señora de los Ángeles de Getafe, un Gran Hallazgo en el Cerro, España (24 may) Fue hallada en el Cerro de los Ángeles.

Y el pueblo de Getafe edificó muy pronto allí una ermita para dicha imagen.

Bajo el pontificado del Papa Benedicto XIV se conceden los primeros privilegios en su culto.

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Nuestra Señora de los Ángeles es la Patrona de Getafe, una imagen de fino trazo y delicados contornos.
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Es una Inmaculada esculpida en 1610.

Getafe es una ciudad española situada en la zona sur de la Comunidad de Madrid y es uno de los municipios más poblados e industrializados del área metropolitana de Madrid.

Se sitúa a 13 km al sur del centro de Madrid, en una zona llana de la Meseta Central de la península Ibérica, y en la cuenca del río Manzanares.

Leer también Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles.

 

EL HALLAZGO DE LA IMAGEN

Cuenta la leyenda que unos pastores que solían pasar con sus ganados por la cañada de San Marcos, se guarecieron en el Cerro de los Ángeles durante una noche de tormenta.
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Al caer un rayo junto a los restos de una ermita que allí existía, vieron cómo, una vez se apagaba el ruido del trueno, la luz no se desvanecía.
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Al principio creyeron que el resplandor provenía de un incendio; y al acercarse, vieron que se trataba de la imagen de una Virgen de pequeño tamaño.

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Como los pastores debían continuar su camino, entregaron la imagen a unos zagales, que se la llevaron a Pinto.

Cuando fueron a contar la historia al cura de la localidad, comprobaron con asombro que la imagen había desaparecido.

Estos mismos chicos, a los pocos días, estaban jugando a los pies de la ermita del Cerro, cuando encontraron de nuevo a La Virgen.

La bajaron a Getafe, a uno de los altares de la Iglesia.

Pero, una vez más, la efigie volvió a desaparecer.

El cura llegó a pensar que la Virgen quería instalarse en el Cerro y allí la encontraron.

En el año 1612, ante una terrible sequía, el pueblo de Getafe ofrece unas rogativas trasladando procesionalmente la Imagen a nuestra Parroquia de Santa María Magdalena.
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Esto mismo se hará en sucesivas ocasiones (1726 y 1750) como remedio a calamidades públicas, obteniendo del Señor la gracia que por medio de Santa María se suplicó.

En memoria y agradecimiento, todos los años los católicos de Getafe celebran una fiesta en honor a santa María de los Ángeles el lunes después de Pentecostés, precedida de un novenario que concluye el sábado, vísperas de Pentecostés, con la elevación solemnísima de la sagrada imagen y el canto de la Salve.

 

HISTORIA DE LA ADVOCACIÓN

Conquistada la Villa de Madrid o Magerit, por los ejércitos cristianos acaudillados por Alfonso VI, fue edificada en el Cerro de los Ángeles una pequeña Ermita con el fin de honrar a la Virgen, la que debió desaparecer a fines del siglo XIV.

Existe constancia del primer día que se celebró la fiesta de Nuestra Señora de los Ángeles en el cerro de su nombre, el último domingo de abril de 1616, y también de haber sido bajada a Getafe en 1618, por primera vez, a causa de una gran sequía.

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En el año 1700 estalla la llamada guerra de Sucesión, que ensangrentó a España durante siete años. Había ocupado el trono el rey Felipe V.

Era por entonces Getafe un pueblo en cuyo término municipal había gran cantidad de viñedos, cuya riqueza quedó casi perdida en dicha contienda.

Debió de sufrir gran quebranto el culto en la Ermita y es de suponer que fundamentalmente ésta quedara seriamente afectada, pues la actual parece haber sido edificada por entonces, por presentar el estilo de las construcciones de la época.

De 1735 es la magnífica carroza, verdadera obra de arte, así como el arco que lleva la Imagen en las procesiones del domingo y lunes, en el que puede leerse las siguientes inscripciones:

«Francisco Torres y José de Estrada, me fecit, año de 1739 y este arco y sobrecorona se hizo siendo cura propio de este lugar el Dr. Diego Santos Reolid».

En el año 1807, el cura teniente del lugar de Getafe, don Miguel Rosillo Montoya, escribió una Novena a la Virgen.

Por los diferentes escritos de la época conocemos del intenso culto que tuvo la Virgen de los Angeles por aquellos años.

Un año después de escrita la Novena, los ejércitos franceses del emperador Napoleón Bonaparte invadían España y el día 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid iniciaba la lucha.

De nuevo habían de quedar suspendidos los cultos en la Ermita, y muchos objetos de la congregación desaparecieron.

Al finalizar la contienda don Natalio Ortiz de Lanzagorta convoca en el Ayuntamiento a un grupo de vecinos de Getafe con el fin de restablecer los cultos.

Dicha comisión realizó los trámites pertinentes hasta conseguir el establecimiento canónico de la Congregación el 20 de noviembre de 1817, redactando para ellos las primeras Constituciones.

No parece que durante el siglo XIX se produjera suspensión alguna de los cultos a Nuestra Señora de los Angeles, a pesar de ser dicho siglo pródigo en guerras y revoluciones, que sin embargo no afectaron directamente a nuestro pueblo.

La reina doña Maria Cristina, esposa de Fernando VII, visitaba frecuentemente la Ermita y más tarde lo haría la Infanta Isabel, hermana de Alfonso XII.

En los primeros años del siglo xx, fueron numerosas las peregrinaciones a la Ermita del Cerro de los Ángeles, algunas de ellas con carácter de verdadero acontecimiento, como las celebradas en 1910 y la del 16 de octubre de 1916.

El día 30 de mayo de 1919 fue inaugurado el Monumento dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, con asistencia del rey Alfonso XIII y de las más altas autoridades de la Nación.

Llegados los difíciles días comprendidos entre los años 1931 a 1936, no por ello dejaron de celebrarse siempre las festividades religiosas y durante esos años bajó la imagen de la Virgen a Getafe en la festividad de la Ascensión para celebrar en Pentecostés sus procesiones y demás cultos, con la sola excepción del último año, que hubieron de celebrarse en el Cerro, con asistencia de numerosos fieles.

Al comienzo de la guerra civil se encontraba la Imagen de la Virgen en el altar de su Ermita y aunque el Cerro fue escenario de terribles violencias, la Imagen fue respetada, no sufriendo daño alguno.

Exceptuando uno de los bombardeos de artillería realizado desde Madrid sobre el Cerro, en el que una granada estalló en la Ermita y sus fragmentos perforaron el arco sin alcanzar a la Virgen.

El Jefe de las fuerzas nacionales avisó al Sr. Alcalde de Getafe, don Juan Gómez de Francisco, del peligro que corría la Imagen permaneciendo en su Ermita y aunque los soldados la habían bajado de su Altar y llevada al Hospedería, recomendó se la viniera a recoger para dejarla en un lugar de Getafe.

Al día siguiente fue colocada en su Carroza y trasladada a Getafe por un grupo de jóvenes de la localidad.

Fue llevada a la Iglesia Parroquial para pasar, a los pocos días, a la Capilla del Convento de las Religiosas de la Sagrada Familia donde permaneció varios meses, hasta que una tarde estando celebrando un acto en su honor, y como consecuencia de un bombardeo sobre Getafe, una granada estalló en un lugar cercano a la Imagen sin que ésta sufriera desperfecto alguno.

Fue trasladada entonces al Hospital de San José, donde permaneció hasta el término de la guerra.

La Imagen permaneció en Getafe hasta 1940 en que fue subida al Cerro a la Capilla de las M. M. Carmelitas donde permaneció hasta volver a su Ermita el día 27 de mayo de 1945.

El 2 de octubre de 1955 presidió en el Cerro un solemne acto, como consecuencia del día de la Provincia y, meses después, el 8 de diciembre de 1955, el Obispo de Madrid-Alcalá, don Leopoldo Eijo Garay, la proclamó Patrona del Partido Judicial de Getafe.

 

LA IMAGEN

La imagen de Nuestra Señora de los Ángeles es una escultura enteramente tallada y policromada que representa una Inmaculada Concepción.

Posteriormente se le añadiría una luna a sus pies, un arco de rayos y una peana también con angelitos.

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La auténtica medida de la Virgen, es decir, su talla, es de 105 cm.; el resto son añadidos de siglos posteriores.
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El arco mide 160 cm. de alto; la peana del siglo XIX mide 60 cm. y la corona alrededor de 31 cm.
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Todo ello configura la imagen actual de la Virgen de los Ángeles con una altura total, desde la peana hasta el remate del arco, de 217 cm. aproximadamente y una anchura de 114 cm.

En el siglo XVIII, la talla de la Virgen de los Ángeles fue adornada para dar más relevancia a lo que representaba: la imagen de María, Madre de Cristo.

Para ello fue revestida, tapando la talla, con telas que formaban su túnica y su manto; con pelo natural creando una peluca; con oro y plata para engalanarla con la corona, un arco, una media luna y joyas; convirtiéndola de esta manera en la Reina del Cielo.

La talla de Nuestra Señora de los Ángeles está vestida de los colores simbólicos de la Inmaculada Concepción que son el color blanco de la túnica y el azul del manto.

El color blanco significa la pureza de María y el azul su inmortalidad o su asunción en cuerpo y alma al cielo.

A ello se unen los símbolos que la rodean y que aparecen en el Apocalipsis de San Juan: “Apareció en el cielo una señal grande, una mujer envuelta en el sol, con la luna bajo sus pies y sobre la cabeza una corona de doce estrellas” [Apocalipsis XII,1].

La Virgen del Apocalipsis está embarazada, lleva dentro a su hijo Jesucristo que representa el sol y de Ella sale la brillantez de este astro que lleva dentro, es lo que refiere el “estar vestida de sol”.

Esta brillantez es representada por el arco que la rodea con ráfagas y rayos. La Virgen lleva la luna a sus pies, porque Ella representa el otro astro que rige nuestra vida pero que es menos importante que el sol.

Además en el Cantar de los Cantares [VI, 10] es definida como: “¿Quién es ésta que se levanta como la aurora, hermosa cual la luna, resplandeciente como el sol?”.

Nuestra Señora de los Ángeles lleva sobre su cabeza coronas de doce y de 26 estrellas, que es el múltiplo de doce más dos [12+12+2].

El doce es número perfecto, así doce son las tribus de Israel, los apóstoles,…

Otro de los símbolos son sus manos juntas en actitud de rezar y la peana de nubes con angelitos, que intentan elevarla hacia el cielo o mantenerla ya en él.

 

ERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS ÁNGELES

Fue edificada sobre una atalaya que ya los árabes consideraban el Centro Geométrico de España al ser conquistada la villa de Madrid por Alfonso VI a primeros del siglo XI.
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Se trata de una estructura humilde y modesta consagrada a Nuestra Señora de los Ángeles.

Esta Ermita fue destruida a finales del siglo XIV, levantándose posteriormente sobre el mismo lugar la que hoy admiramos.

A principios del siglo XVIII la ermita se había quedado pequeña y tuvieron que ampliarla.

En 1750 se reconstruyó la torre.

Entre 1771 y 1773 se renueva el acceso principal para permitir el paso del carro triunfal que diseño en 1774 el maestro tallista Juan Maurat para trasladar la imagen.

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Está formada por una nave que mide 36 metros de largo por 11 de altura, su construcción es de piedra caliza, ladrillo al descubierto, cubierta de teja árabe y chapiteles empizarrados.

Por su planta y alzado, la Ermita es una Iglesia barroca madrileña del último tercio del siglo XVII.

Está ricamente decorada, dorada y policromada en su interior. Su retablo es sencillo, menos destacable en relación con la fábrica, un poco posterior cronológicamente al templo y alberga todo el año a la Virgen de los Ángeles.

Un solo cuerpo y el remate o espina semicircular, cuatro columnas salomónicas en parejas de dos y un entablamento quebrado. E

n su centro la Virgen de los Ángeles y en la espina, lienzo de la Crucifixión.

Su fachada principal está reformada, incrustándose en el lado Oeste una puerta neoclásica moderna.

Su planta es de cruz latina, con crucero saliente y marcado, y aunque éste no aparezca por el pórtico anejo en la del lado sur y otras construcciones en el lado norte.

El ábside es rectangular.

La cubierta es de medio cañón con lunetos ciegos en el ábside, gran cúpula semicircular sobre pechinas y tambor octogonal, esbeltísima, en el crucero, y los brazos del crucero también cubiertos con bóvedas de medio cañón con lunetos para ventanas.

La nave central y única está cubierta asimismo con bóveda de medio cañón y lunetos ciegos (cinco tramos, de los cuales el más oriental es el de la tribuna).

En el lado sur tiene adosado un pórtico con triple arcada de acceso directamente a la nave central.

La torre está situada en el lado Suroeste, de aparejo toledano (ladrillo y mampostería), cubierta con capitel barroco.

Todo el aparejo es de un ladrillo exquisito, por su terminación, sobre todo en el exterior del tambor de la cúpula sobre el crucero y en el último cuerpo de la torre que tiene unas aplicaciones finísimas de ladrillo.

 

FIESTAS DE GETAFE

Las Fiestas Patronales de Getafe se celebran cuarenta días después del Domingo de Resurrección lo que significa que cada año se celebran en una fecha diferente entre mediados y finales de mayo y principios de junio.

Las fiestas comienzan oficialmente en sábado, pero oficiosamente el pistoletazo de salida lo da una romería que tiene lugar nueve días antes, el día de la Ascensión, en la que se baja desde el Cerro de los Ángeles a la patrona, la Virgen de los Ángeles.

A la llegada al pueblo, el alcalde cede a la virgen el bastón de mando de la ciudad de manera simbólica para luego concluir la romería en la Catedral de Getafe.

Ese día es tradición tomar limonada en lugares como la plaza del Ayuntamiento.

El «sábado de las fiestas», como se le conoce popularmente, arranca con un pregón en la Plaza de la Constitución seguido de una mascletá en la Calle Jardines.

Durante estos días, se monta una feria en el recinto ferial, se colocan las casetas de los partidos políticos en la Calle Ferrocarril, al lado de la estación de tren de Getafe Central y se hacen numerosas actividades culturales, algunos conciertos, unas pequeñas fallas, y varias corridas de toros.

Una semana después de comenzar las fiestas se celebra una cabalgata que pasa por el centro de la ciudad en la que se lanzan caramelos y otras baratijas.

Las Fiestas Patronales de Getafe concluyen ocho días después del pregón con la subida al Cerro de los Ángeles de la virgen que abandona el pueblo hasta el año siguiente.

 

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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