En el Alto de Umbe, Bilbao, Felisa Sistiaga, madre de 4 hijos, tuvo apariciones de la Virgen, la primera en 1941 y luego desde 1969, muy parecidas a las de Garabandal; en el Aviso, dice, se iluminará el cielo con una gran cruz; después del Papa Pablo VI habrá sólo otros dos, uno con pocos días de pontificado, Juan Pablo I, el último será el actual Juan Pablo II. En las aguas del «pozo» bendito por la Virgen se han reportado muchas curaciones…
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La Virgen me dijo también: «Su Espíritu estará eternamente en ti». Y continuó: «Te doy una medalla mía, de inspirada belleza. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras, Cristo os perdonará. Yo, vuestra Madre, como Intercesora de Él, os quiero decir que os enmendéis, pues ya estáis en los últimos Avisos. 0s quiero mucho y no quiero vuestra condenación».

Inés, hija de la vidente de Umbe, Felisa Sistiaga, relata lo siguiente:

Durante los siguientes 28 años a mi ama no se le presentó la Virgen, pero tuvo dos apariciones.

La primera ocurrió pocos años después de la aparición de la Señora. Felisa vio a un ángel junto a la casa vestido con una túnica blanca.

La segunda sucedió el 29 de junio de 1968. Hacia las dos de la madrugada se le apareció a mi ama en su dormitorio San Pedro que le dijo:
«Tú has estado en la puerta de mi casa dos veces pero sin llave». Alargó la mano y se la ofreció.

Felisa le respondió «Yo no he estado en tu casa».
Pero él le contestó que sí y ofreciéndole de nuevo la llave se marchó, aunque ella no la cogió.

En un principio mi ama no reconoció a San Pedro. Recorrimos varias iglesias con ama y al final logró identificarlo en una parroquia de Deusto. En cuanto a que estuvo dos veces a la puerta de la casa de San Pedro, se refería a que en el curso de una operación Felisa estuvo en dos momentos a punto de morir.

Fue el preludio de las numerosas ocasiones en las que la Virgen iba a aparecerse a la vidente. Por ello, y como mi ama no conocía bien el castellano, a partir de la cuarta aparición, y con el fin de guardar los mensajes, empecé a escribir un diario bajo la supervisión de mi ama.

El 28 de marzo de 1969, 28 años después de la primera aparición ocurrida en 1941, la Señora se le presentó cerca de la casa. Ella le preguntó en euskera dos veces qué deseaba, pero no le contestó y se fue.

Tres semanas más tarde volvió a aparecerse enfrente del caserío. Mi ama le preguntó lo mismo, pero la Virgen no respondió y se marchó. El 23 de mayo de 1969 vio otra vez a la Virgen junto al pozo y ella le preguntó en euskera qué quería.

La Señora le contestó: «¿Sabes en qué mes estamos?».
La vidente le respondió que en mayo, el mes de la Virgen.
Ella le dijo: «Yo os he ayudado mucho. Estáis en mi casa y quiero que me la dejéis».


Fue la primera vez que le habló a mi ama y a partir de aquel día siempre se comunicó con ella en castellano. (Nuestra familia sabe hablar euskera pero no sabe escribirlo).

En aquellas fechas nuestra ama estaba triste y preocupada. Mi padre, Bonifacio, se encontraba muy enfermo y nos vimos obligados a vender todo el ganado ante la imposibilidad de atenderlo. En estas circunstancias, la Virgen se le apareció en la cuadra el 20 de julio de 1969.

Le dijo: «El primer día que yo vine a salvarte bajé primeramente al pozo y esta agua desde hoy queda bendecida para siempre. Curará a los enfermos y a los sanos que se laven la cara y los pies. Quiero que aquí se levante una capilla».

Los Primeros curados fueron mi hermana Feli y mi padre. Feli llevaba 22 años enferma padeciendo una infección desconocida y sin poder andar. Los médicos no le daban mucho tiempo de vida. Se lavó la cara y los pies como mandó la Virgen y se curó. Mi padre durante 14 años tuvo una enfermedad en los huesos y sus posibilidades de continuar vivo eran pocas, según los doctores. Con sus pocas fuerzas fue al pozo. Por las dificultades de su dolencia no pudo lavarse y se santiguó con el agua quedando curado al momento.

Desde entonces se han sucedido las curaciones y han sido muchas las personas enfermas que han acudido a Umbe a pedir su recuperación. En nuestros archivos, que guardamos con mucho cariño y esmero, se contabilizan más de 1200 curaciones (que van aumentando sin interrupción) de distintas enfermedades, algunos casos fueron desahuciados por los médicos.

Casi incontables son las curaciones que nos llegan desde distintas partes del mundo desde que en su mensaje de aparición de la Virgen a mi ama el día 20 de julio de 1969 entre otras manifestaciones dijo: «Este agua queda hoy bendecida para siempre».

La Virgen le ha repetido en varias ocasiones a mi ama la obligación de los curados de dar testimonio.

En la aparición del 24 de diciembre de 1970 la Señora le dijo: «Que los enfermos curados hagan justicia por el favor que han recibido».

Para ello los beneficiarios deben entregar la documentación a la Asociación para su revisión y si se considera oportuno informará al Obispado de Bilbao-Vizcaya, que es el que al final decidirá si ha habido o no en la documentación concreta que se entrega, milagro.

En todos los mensajes transmitidos a mi ama, la Virgen pide oración y penitencia para salvar al mundo de las catástrofes y la conversión de los pecadores, y advierte que si no se hace caso llegará un castigo.

Así se lo comunicó a la vidente el 23 de mayo de 1971:
«Por todos mis hijos, mis ansias y dolores no tienen fin. Grandes faltas de fe en la Tierra acarrearán su miseria. Si no se hace más caso, de Jueves a Viernes Santo, dentro de 30 años, a principios del siglo, se formará una niebla que no os veréis los unos a los otros. No os servirá ninguna luz. Durará todo el tiempo que haga falta. Los justos y los dignos no sufrirán. Todos mis hijos tendrán que pedir perdón a Dios. Esto es un aviso del castigo. En el período de tiempo que falta hasta entonces cambiarán dos Papas».

El 4 de junio de 1972 la Señora dijo a mi ama: «Cumplid bien vuestros deberes. Orad siempre que soy la Madre del Salvador, la Madre de Dios. Quiero una capilla y que se acuda a ella en procesión. Mi Hijo está cargado de penas. Le pediré que se descargue si no escuchan mis palabras. Esta nación provoca muchos errores contra la Iglesia».

La Virgen en posteriores apariciones le transmitió a la vidente que el agua seguiría curando y siguió pidiendo oración y penitencia.

En su mensaje del 11 de diciembre de 1975 la Señora dijo: «Cuando con vuestras oraciones y sacrificios me ayudáis a salvar un alma y convertís un pecador me cerráis una herida. Estoy muy contenta con Umbe. Yo os tengo a todos bajo mi manto».

No sólo la Virgen ha advertido a través de mi ama de los males que pueden ocurrir si los seres humanos no cambiamos nuestra actitud y hacemos caso a los mensajes. El primer sábado de septiembre de 1979, una hora antes de la procesión, se le apareció a Felisa en el jardín de su casa un Niño. La vidente le pregunto quién era y él le contestó: «Soy el Niño Jesús«.
Felisa: «¿Qué quieres de mí?» .
Niño Jesús: «Que cuides bien de mi Madre. Hoy con tantas flores estará contenta. Hoy sonreirá» .
Felisa: «Los hombres no creen» .
Niño Jesús: «Para cuando crean será tarde».

Desde 1978 se viene celebrando todos los años, el primer sábado de septiembre, la procesión de la Santísima Virgen de Umbe, que portada a hombros de los peregrinos sale de la casa, recorre las campas, llega al pozo y termina delante de la casa. Con ello se cumple uno de los deseos que la Virgen le manifestó a mi ama.

Miles de personas acuden ese día desde distintos lugares de la geografía española e incluso del extranjero a participar en la procesión y venerar a la Virgen Pura Dolorosa para agradecerle los favores recibidos y pedirle su intercesión para sí y los suyos. Este día la casa permanece abierta desde las 10 de la mañana hasta las 8 de la tarde para rezar el rosario, recoger flores y curaciones que aporten los peregrinos.

El último mensaje de la Virgen a mi ama, la vidente, tuvo lugar en Umbe el 8 de diciembre de 1988.
La Señora le dijo: «Hoy en tu presencia me dirijo a la humanidad. Los demonios están sueltos en la Tierra. Con el Rosario venceréis. Os espero a todos aquí. Deseo mi capilla. No desfallezcáis. Estáis protegidos».

Felisa vio a la Virgen acompañada de dos peregrinos de Umbe ya fallecidos: un sacerdote, que había sido su confesor y que le dijo: «Dios y la Virgen no tienen tanta prisa como se tiene en la Tierra». La vidente le besó la mano y él le dio la bendición. El laico habló también a Felisa: «Donde estoy no hay sufrimientos. Sin merecerlo, con vuestras oraciones, estoy en el cielo». Oraron intensamente para que se iluminen los que tengan que sacar esta causa adelante.

Esta fue la última aparición de la Virgen a mi ama, que falleció el 10 de febrero de 1990. Tras su muerte, nosotros, sus hijos, cumpliendo el mandato que nuestra ama nos dio en vida, procedimos el 9 de marzo del mismo año, ante notario, a la apertura de un sobre cerrado en el que ella había guardado celosamente un mensaje y un objeto por encargo de la Virgen para que fuera abierto después de su muerte. El mensaje fue escrito el 15 de agosto de 1969 tras la aparición de la Virgen y dice lo siguiente:

«Vengo a hacer la paz de mis hijos que no me hacen caso». La Virgen me ha dicho muchas veces que viene para toda la humanidad, para todos sus hijos, y que a todos nos tiene bajo su intercesión. A todos nos quiere mucho y desea nuestra salvación, de tal manera que antes del castigo enviará Dios un Aviso, y para que nadie dude de este Aviso habrá un Milagro.

Uno de los deseos manifestados en varias ocasiones por la Virgen a mi ama es la construcción de una capilla en Umbe. Algunos peregrinos han constituido la ASOCIACIÓN DE COLABORADORES CON LA FAMILIA DE LA VIDENTE DE UMBE, FELISA SISTIAGA, para aunar esfuerzos con el objetivo de cumplir los fines que la Virgen le transmitió en numerosas ocasiones a mi ama y especialmente la construcción de la Capilla.

 

RESUMEN DE ALGUNAS APARICIONES

El 25 /3/1941. A las doce de la noche, Felisa sentada en la cocina de su casa, ve un gran resplandor que desciende de lo alto. En un rincón contempla a la Virgen arrodillada, con una vela encendida a cada lado, vestida de Dolorosa; aparenta unos dieciocho años, es bellísima y está sonriente. Quedó maravillada y entusiasmada. No le habló y desapareció enseguida.

El 23/5/1969. Al pasar por el pozo camino de su casa se le apareció la Virgen y le dijo: «Estais en mi casa y quiero que me la dejeis». Y así lo hicieron. Desde hace años en éste sitio se reza el Santo Rosario.

El 20/7/1969. En la cuadra de la casa contemplaba con gran luminosidad a la Virgen. Le dice «El primer día que yo vine a salvarte bajé primeramente al pozo, y éste agua desde hoy queda bendecida para siempre y curará a los enfermos y a los sanos que se laven la cara y los pies. Quiero que aquí se levante una capilla».

El 9/8/1969. A las diez de la noche la familia Sistiaga se encontraba próxima al pozo, cuando apareció un ángel mensajero de la Virgen, el cual le entregó un trozo de terciopelo negro, como muestra del que deberá llevar la imagen de la Virgen. Felisa vio el ángel y el resto de la familia sólo unos resplandores vivísimos, así como un poco de él oyendo a la vez cánticos de coros celestiales.

El 14/7/1970. Mientras que rezaban el Rosario se le apareció la Virgen y le dijo: «Cumplir mi deseo en la tierra, que haré el vuestro en el cielo. Yo os quitaré las lágrimas».

El 31/7/1970. La Virgen le dijo: «Yo cumplo lo que prometo. Y el agua seguirá curando». Tres personas se habían curado. En otra aparición la Virgen tomó en sus manos el Rosario de Felisa y, al devolvérselo, los presente pudieron apreciar su gran luminosidad y brillo dorado. Le recordó otra vez: «y el agua seguirá curando». Y le dijo: «Aquí quiero mi capilla».

El 30/10/1970. Estando reunidos para rezar, los presentes pudieron ver una luz. La vidente vio a la Virgen que rezó junto con ellos el Rosario. Le manifestó su deseo de traer la paz al mundo, y de que se acuda a rezar a éste lugar. En otra aparición dice: «Si hacen lo que Yo os digo, se salvarán y tendrán paz. Quiero aquí una capilla. Vosotros rezad el Rosario todos los días por la conversión de los pecadores. El agua seguirá curando».

El 24/12/1970. La Virgen dice: «Los enfermos curados hagan justicia al favor que han recibido. Si no tendrán el castigo que merecen».

El 23/5/1971. La Virgen dice a Felisa: «Por todos mis hijos mis ansias y dolores no tienen fin. Grandes faltas de fe en la tierra acarrearán su miseria. Si no se hace más caso, de Jueves a Viernes Santo, dentro de treinta años, a principio de siglo, se formará una niebla que no os vereis los unos a los otros. No os servirá ninguna luz.
Durará todo el tiempo que haga falta. Los justos y los dignos no sufrirán. Todos mis hijos tendrán que pedir perdón a Dios. Esto es un aviso del castigo. En el período de tiempo que falta hasta entonces
cambiarán dos papas».


El 22/6/1971. La Virgen dijo a Felisa: «Me he aparecido en varios lugares, pero son muy pocos los que creen. Salvaré de las guerras a España; pero habrán muchas catástrofes y enfermedades. Morirán muchos.
Antes que el castigo, os daré el aviso. Se iluminará el cielo con una cruz, que al descomponerse producirá una inmensa luz blanca, que incluso impedirá ver el sol. Durará cuatro horas. Seguidamente azotará un viento ardiente en toda la tierra. De la impresión, muchos morirán. Los que tengan fe en Dios no sufrirán».

El 2/10/1971. La Virgen le dice: «Orad hijos míos, penitencia. Pedid, que soy vuestra Madre. Dios da a toda la humanidad un don que no se vende ni se puede comprar. Orad, que quiero salvar a mis hijos».

El 4/6/1972. Dice la Virgen: «Cumplid bien vuestros deberes, orad siempre, que soy la Madre de El Salvador, la Madre de Dios. Quiero una capilla y que se acuda a ella en procesión. Mi Hijo está cargado de penas, le pediré que se descargue si no se escucha mis palabras. Esta nación provoca muchos errores contra la Iglesia. Orad, que mi Hijo escucha vuestras oraciones. A los curados que no lo notifican les vendrán males mayores; los que lo comunican son mis lámparas encendidas y serán siempre refugiados bajo mi manto. El agua seguirá curando».

El 11/12/1975. La Virgen le dice a Felisa: «Cuando con vuestras oraciones y sacrificios me ayudais a salvar un alma y convertis un pecador, me cerrais una herida. Estoy muy contenta con Umbe. Yo os tengo a todos bajo mi manto». Al decir esto, la Virgen estrechaba sobre su corazón los fieles que se reúnen en Umbe y se mostraba muy sonriente. En varias de sus apariciones la Virgen ha repetido:»… el agua seguirá curando».


VIDEO

Monte Umbe – Lugares de Poder (1_4).mp4

Monte Umbe – Lugares de Poder (2_4).mp4

Monte Umbe – Lugares de Poder (3_4).mp4

Monte Umbe – Lugares de Poder (4_4).mp4

Mitxel Casas – Apariciones de la Virgen de Umbe

Mitxel Casas – Curaciones Virgen de Umbe – 1


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