Rosario de la Cueva dedica este poema a las Oblatas de Cristo Sacerdote.

Que viven en un monasterio de clausura de Madrid.

Los fines de semana se oye el tañir de sus campanas llamando a misa.

Un verdadero privilegio para los oídos de nuestra poeta.

Para conocer a las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote entra a su sitio aquí.

 

Las Campanas

 

La mañana prístina de Enero
regala un suave azur, algodonado.

La atmósfera es sutil y transparente,
la lluvia ha lavado, los pecados.

Argénteas y dulces,
las campanas.

Llaman a un instante de oración.

La voz de las campanas,
en las Oblatas.

Interpela y anuncia en su lenguaje,
que el Señor,
habita en nuestras almas.

Que el Señor,
es compañero
cotidiano.

Que el Señor,
nos contempla
y nos aguarda.

Rosario de la Cueva.

 


Rosario de la Cueva, de España, Poeta, Coordinadora del ciclo «La Rioja Poética» en el Centro Riojano de Madrid

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