La Pasión de Nuestro Señor nos hace pensar en las evidencias físicas de ese gran evento.

O sea las reliquias.

Éstas ocupan un lugar prominente en la espiritualidad cristiana y el arte.

Y han sido desde hace 2000 años motivo de grandes flujos de peregrinación. 

Reliquias de la Catedral de Notre Dame

Las reliquias honradas por la Iglesia Católica pueden ser partes de su cuerpo o algo que lo haya tocado.
.
La madera de la Cruz y otros objetos que se cree que han tocado el cuerpo de Cristo están entre las reliquias más preciadas.

En este artículo veremos cuáles son y donde se supone que están.

   

EL CRISTIANISMO VENERÓ LAS RELIQUIAS DESDE EL PRINCIPIO

Antes de la Ilustración, la gente generalmente creía en un “mundo encantado”, donde el cielo y la tierra estaban cerca y Dios estaba activamente involucrado en la naturaleza y la historia. 

Corona de Espinas en Notre Dame

Esta visión aparece en los salmos. 

“Los cielos declaran la gloria de Dios” (Salmo 18).

Dios es el “Creador del cielo y de la tierra, de los mares y de todo lo que hay en ellos” (Salmos 146). 

“El Señor da la vista a los ciegos … El Señor protege al extraño, sostiene a la viuda y huérfano, pero frustra el camino de los impíos” (Salmo 146).

Dios “habita en un templo santo” y felices son quienes lo encuentran allí (Salmo 84).

Los judíos en el tiempo de Jesús creían en un “mundo encantado”.

El templo en Jerusalén era el lugar donde Dios, el hacedor de todas las cosas, habitaba en la tierra y se extendía para sanar y enseñar.

Como los judíos, los cristianos también creían que Dios estaba cerca, no distante, y podía ser experimentado a través de personas santas y signos concretos y lugares santos.

Su creencia es evidente en los escritos del Nuevo Testamento.

El mundo pagano creía también en un “mundo encantado”.

En Lystra, en Asia Menor, la multitud gentil, viendo a un lisiado levantarse y caminar por la palabra de San Pablo gritó

“los dioses han llegado a nosotros en forma humana”.

Lucas dice más tarde:

“Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos (Hechos 19: 11-12)

El interés por las reliquias aumentó en el cristianismo en el siglo IV después que el emperador Constantino abrazó la nueva religión y abrió los lugares donde Jesús vivió y murió, y se generó una ola de peregrinos cristianos.

A medida que la peregrinación cristiana floreció, los cristianos trajeron varias reliquias a casa como recordatorios de su experiencia; apreciaban especialmente las reliquias de la cruz.

Roma y Constantinopla eran centros importantes además de Jerusalén para promover la devoción a las reliquias.

Papas, líderes religiosos y políticos las utilizaron para promover objetivos espirituales y políticos.

Las reliquias de la pasión, la muerte y la resurrección eran especialmente importantes en estos centros.

Y aquí debemos mencionar una cierta diferencia entre las iglesias del este y del oeste respecto a las reliquias.

En la iglesia oriental los iconos tienen un lugar prominente en la representación de los misterios de Jesús y sus santos.

Mientras que en la iglesia occidental, las reliquias físicas son más prominentes.

Iglesias y santuarios que honran reliquias e imágenes sagradas se multiplicaron especialmente en la época medieval en Europa

Y se encuentran hoy dondequiera que estén los cristianos católicos.

  

LA IMPORTANCIA DE LAS RELIQUIAS PARA LOS CRISTIANOS

En la Edad Media había un poderoso sentido era providencia de Dios.

Sentían que era poco razonable e ilógico que Dios dejara desaparecido un instrumento que había santificado para ser parte de la pasión de Nuestro Señor.

Es probable que muchas reliquias de la pasión de Jesucristo se hayan perdido definitivamente debido a tres sucesos principales.

El primero fue la destrucción de Jerusalén en el año 70.

El segundo fue la persecución de los cristianos por el Imperio Romano en los primeros tres siglos.

Y el tercero fueron las invasiones musulmanas a Jerusalén y Bizancio, donde se destruyeron muchas reliquias.

Los cristianos las buscan porque aún hay un valor inherente en la veneración de un objeto que podría no ser genuino.

Porque en realidad los cristianos no están venerando el objeto en sí mismo sino la expresión de un hecho que el objeto representa.

El objeto es un disparador para recordar todo el escenario y honrar a Nuestro Señor.

Y por eso es que las reliquias se inciensan en las liturgias y debajo de los altares se colocan reliquias de Santos.

Para los cristianos representan la memoria de hechos históricos centrales en su devoción.

Sin embargo hay otros cristianos que piensan distinto y atropellan.

Lanza de la Pasión de Cristo en Echmiadzin, Armenia

  

REACCIÓN CONTRA LAS RELIQUIAS

La reacción a las imágenes sagradas y las reliquias no se hizo esperar.

En la iglesia oriental la Controversia Iconoclasta fue abordada en el Segundo Concilio de Nicea en el año 787.

En la iglesia occidental se produjo la reacción principal contra las reliquias en la Reforma en el siglo XVI. 

Los primeros reformadores protestantes, Wycliff y Hus, consideraban las reliquias como idolatría.

Lutero las veía como tentaciones a la avaricia y Calvino protestaba contra las falsas reliquias.

Sus opiniones todavía se mantienen en las tradiciones religiosas protestantes.

Pero la más formidable reacción llega con la Ilustración, donde el cielo y la tierra ya no aparecen tan conectados como antes y el mundo no es un lugar “encantado”.

La Ilustración en el siglo XVI introdujo las herramientas de la ciencia moderna para investigar el mundo que conocemos. 

Algunos, influidos por el racionalismo, cuestionaron la historicidad de Jesús y los evangelios, así como las reliquias y las prácticas que los honraban.

Su enfoque crítico todavía se encuentra hoy en muchos que consideran las reliquias como productos pintorescos de un pasado supersticioso.

Este cambio cultural también ha penetrado en la Iglesia católica.

Ya no solo no se honran las reliquias como en la antigüedad sino que su devoción se toma como parte de una “fe infantil” que debe ser desterrada.

Es así que comienza el menosprecio de la religiosidad popular dentro de la jerarquía de la Iglesia.

Sin embargo, a pesar del desdén con que lo tratan buena parte del clero, el catolicismo popular sigue vivo y es el real sustento de la Iglesia. Si el él desaparece la Iglesia entraría en implosión.

Escalera Santa

  

¿DÓNDE ESTÁN LAS RELIQUIAS DE LA PASIÓN DE JESÚS?

Hay muchas reliquias sagradas asociadas con la vida y pasión de Jesucristo.

Y sobre ellas siempre hay dudas de su veracidad, mostrada en la reclamación de distintas iglesias de que poseen la original.

Quizás el caso más destacado sea el “santo grial”, la copa con que Jesús dio de beber a los apóstoles en la última cena; hay varios que dicen ser el original.

Algunas reliquias están bien conservadas y en exhibición. Mientras que otras, si bien existen, han caído en el olvido.

Veamos primero las reliquias principales y el link a los informes especiales que hemos realizado para cada una de ellas.

Y luego veamos otras reliquias.

Santa Túnica de Cristo en Basílica de San Denys, Francia

  

LAS RELIQUIAS PRINCIPALES

 

Vestimenta de Jesús

La túnica inconsútil se conserva en Argenteuil.

Estudiada y contrastada con la Sábana Santa, las heridas coinciden y corroboran los relatos de la Pasión.

Se guarda una similar en Tréveris, Alemania.

El manto de Jesús por su parte, se repartió por la cristiandad, pero se conserva un importante trozo en la catedral de Anagni.

Ver aquí nuestro informe especial sobre el tema.

  

El Cáliz de la última Cena o Santo Grial

El precioso cáliz de que se sirvió nuestro Redentor al instituir el Sacramento del altar, tiene la dicha de conservarlo metropolitana Iglesia de Valencia: todos los años se coloca en el Monumento.

Pero hay otros que se adjudican como originales, como el llamado Cáliz de Doña Urraca en León.

Ver nuestros informes aquí, aquí, aquí y aquí.

  

El Cenáculo

Ocupado hasta mediados del siglo XX por los musulmanes, este lugar, uno de los más santos en la tierra, puede ser visitado bajo las condiciones impuestas por el gobierno de Israel.

Los cristianos pueden visitarlo y ganar las preciosas indulgencias concedidas por los Romanos Pontífices a cuantos oren en tan santo sitio.

Ver aquí nuestro informe.

  

El Huerto de Getsemaní

Tanto la gruta en donde oró nuestro Redentor, que se conserva en su estado natural, como algunos de los olivos, que se cree son los mismos que existían en tiempo de la Pasión del Señor, aún están en pie.

Están bajo la custodia de los Franciscanos de Tierra Santa.

Ver aquí nuestro informe.

  

Corona de Espinas

Se venera en la Santa Capilla de París, pero sin espinas que han sido distribuidas por toda la cristiandad.

En Roma son cerca de veinte las que reciben veneración pública: las iglesias que tienen más son las de San Marcos y Santa Práxedes, las cuales conservan tres.

En el Vaticano hay dos ejemplares; en San Juan de Letrán una.

Y dos espinas se encuentran entre las antiguas reliquias traídas por Santa Elena a su palacio, que más tarde se convirtió en la Basílica de la Santa Cruz en Roma.

En España son muchas las que reciben veneración en diversas iglesias: en el Escorial se veneran once.

Barcelona tiene la dicha de venerar varias, y en el célebre santuario de Montserrat se custodian dos.

Ver aquí nuestro informe.

Santa Faz de Alicante

  

Santa Faz

La tradición común es que fueron tres las imágenes que quedaron en el velo de la Verónica, pero son muchísimas más las que se veneran en la cristiandad.

La construcción de la catedral de Jaén se concibe, en el Siglo XVI para custodiar la reliquia del Santo Rostro (alojado en la capilla mayor).

Además hay otras iglesias que se disputan la autenticidad de esta reliquia: la Catedral de San Pedro, Roma (Italia), la Iglesia del Sagrado Corazón, París (Francia) y el Monasterio de la Santa Faz (Alicante, España).

Ver nuestros informes aquí y aquí.

  

El Santo Sudario

En la misma línea, de la Santa Faz, la catedral de Oviedo en España, dice albergar un sudario que envolvió la cabeza de Cristo.

La Catedral de Oviedo en Asturias (España), es llamada sancta Ovetensis por la calidad y cantidad de reliquias.

En esta catedral se custodia el Santo Sudario dentro de un marco de madera chapeado de plata del siglo XVIII, guardado en un armario con 2 llaves, una en poder del arzobispo y otra en poder del Deán de la Catedral.

En el congreso internacional que se celebró en Oviedo en 1995 se determinó que el Santo Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de la Catedral de Turín estuvieron en contacto con el mismo cuerpo.

En la iglesia de San Juan de Letrán se conserva uno de esos lienzos en que estuvo envuelta la cabeza del Señor en el Sepulcro.

En las iglesias de San Marcos, de San Francisco á Ripa y en el Escorial, en España, se veneran partes de otros lienzos;

También en Besancon en Francia y en Santo Domingo de la Calzada en España,

Ver nuestros informes aquí.

  

El lienzo que secó el sudor de Jesús en la Vía Dolorosa

El Velo de Verónica, que según la leyenda se usó para limpiar el sudor de la frente de Jesús mientras llevaba la cruz, también se dice que lleva la semejanza de la Cara de Cristo.

Hoy en día, varias imágenes pretenden ser el Velo de Verónica.

Hay una imagen guardada en la Basílica de San Pedro en Roma que pretende ser de la misma Verónica que fue venerado en la Edad Media.

Ver nuestros informes aquí y aquí

  

La Sábana Santa

La Sábana Santa de Turín es la reliquia más conocida de Jesús y quizás la reliquia más estudiada en la historia humana.

Los creyentes afirman que la mortaja es el paño puesto en el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que la imagen de la cara es la Santa Cara de Jesús.

La impactante imagen en negativo que muestra, fue observada por primera vez en la tarde del 28 de mayo de 1898, en la placa fotográfica del fotógrafo aficionado Secondo Pia, a quien se le permitió fotografiar mientras se exhibía en la Catedral de Turín.

Ver nuestros informes aquí, aquí, aquí, aquí, aquí.

  

La Santa Cruz

Los testigos dicen que Santa Helena dio partes de cruces de madera de las excavaciones en el Calvario a la iglesia en Jerusalén, a la iglesia en Constantinopla y a su capilla privada en Roma. 

Los fragmentos de estos lugares se convirtieron en regalos premiados enviados a otros lugares e individuos en el mundo romano.

Hoy partes de esa reliquia se conservan por todo el mundo, como en basílicas de San Pedro y de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.

En la catedral de Anagni se venera también un pedazo muy notable, y en la cual se ve aun uno de los agujeros que se hicieron al crucificar a nuestro divino Salvador.

Juan Calvino, el reformador protestante dijo “Si todas las piezas de la cruz estuvieran reunidas, llenarían un barco”, señalando las muchas reliquias sospechosas que vio en su tiempo.

Sin embargo un estudio de las reliquias existentes de la cruz por Charles Rohault de Fleury en 1870, demostró que todos los fragmentos conocidos de la cruz medirían sólo un tercio de lo que probablemente sería la cruz de Jesús.

Ver nuestro informe aquí.

  

La Lanza que atravesó a Jesús

Esta, sin la punta, se venera en San Pedro de Roma.

La punta, según afirma el Papa Benedicto XIV, desde el tiempo de San Luis se conserva en la Santa capilla de Paris.

Ver nuestro informe aquí, aquí.

  

El Santo Sepulcro

Dios ha querido que permaneciera en Jerusalén, siendo bajo todos los conceptos el sepulcro más glorioso que ha habido y habrá sobre la tierra.

Muchas iglesias se glorían de tener pequeñas partes de tan glorioso monumento.

Aquí también se venera la Piedra de la Unción.

Ver nuestro informe aquí.

Sábana Santa de Turín

  

OTRAS RELIQUIAS

  

Relativas a lugares

  

Las columnas del Templo de Jerusalén

El magnífico templo que había en Jerusalén cuando murió nuestro Redentor fue destruido, y según el sagrado vaticinio pronunciado por sus labios sagrados, no quedó piedra sobre piedra.

Constantino el grande hizo trasladar doce columnas de este templo destruido, para que se colocaran delante de la Confesión de San Pedro.

Hoy en día aún se ven ocho debajo de la magnífica cúpula del Vaticano, dos en el altar de San Mauricio, dentro de la capilla del Santísimo.

Y otra en la cámara inferior de la capilla della Pietá, que según la tradición es en la que estuvo apoyado Jesús cuando de edad de doce años disputó con los doctores de la Ley.

  

Columnas del velo del templo

El velo del templo de Jerusalén, que se rasgó en dos partes al morir nuestro Salvador, era sostenido por dos columnas.

Las cuales hoy día se conservan en el claustro de la basílica de San Juan de Letrán, en Roma.

  

Piedra del torrente del Cedrón

Habiendo prendido al Señor, y llevándolo a la casa de Anás, al pasar por el torrente de Cedrón, la tradición dice que tiraron al Señor al fondo del torrente.

Dejando impresas las huellas de sus pies, rodillas, manos y cabeza sobre la durísima piedra que aún hoy se muestra a los peregrinos.

  

Casa de Anás

En el lugar donde estuvo esta casa hay una iglesia y convento, ocupado por monjas armenias.

  

Casa de Caifás

En el lugar en que estuvo hay una iglesia, cuidada por los armenios.

En ella se ve un calabozo muy reducido, en donde pasó algunas horas nuestro Salvador.

Allí mismo había una columna en la cual estuvo atado, y es la que hoy se venera en Roma, en la iglesia de santa Práxedes.

En el altar que hay en el fondo del ábside de esa iglesia se ve la piedra que se puso a la puerta del sepulcro del Salvador.

  

Pretorio de Pilatos

El lugar en donde estaba hoy día también estuvo ocupado por los musulmanes, pero los fieles ya pueden visitarle y ganar indulgencia plenaria orando allí.

  

Escalera Santa

La Escalera Santa es la escalera que conducía al Pretorio de Pilato y que fue regada por la sangre de Jesucristo.

Se encuentra en la iglesia que lleva su mismo nombre ubicada en el complejo de edificios alrededor de la Basílica de San Juan de Letrán.

La escalera la escalera tiene 28 escalones y los peregrinos suelen subirla de rodillas.

Fue traída a Roma desde la residencia de Pilato y en su actual ubicación conducía a la capilla privada de los Papas, donde hay una serie de reliquias e imágenes de la Pasión de Jesucristo.

Ver nuestro informe aquí.

  

Arco del Ecce Homo

Hoy día se ve gran parte de él en la magnífica iglesia que el celoso misionero Alfonso María de Ratisbona levantó en Jerusalén para las monjas de Sión, tras su conversión desde el judaísmo por gracia de Nuestra Señora.

  

Puerta judiciaria

Aún se ven en Jerusalén restos de esa Puerta, por donde pasó el Salvador yendo al Calvario.

Santo Grial de Valencia

  

Relativas a la Última Cena

  

Mesa de la Cena

La mesa, en la cual Jesús celebró la última Cena e instituyó el adorable Sacramento del altar, se conserva y venera en la misma basílica de San Juan de la Cruz.

  

Plato de la Cena

Se conserva uno en la santa iglesia de Génova.

  

Toallas

Que sirvieron, tanto para lavar las manos al Salvador como para enjuagar los pies a sus Discípulos, se conservan en parte en la citada basílica de San Juan de la Cruz.

  

Asiento

El que, en forma de cama, sirvió a Jesús en la última Cena para sentarse, se conserva una gran parte en la capilla llamada Sancta Sanctorum, en Roma.

Santo Sudario de Oviedo

  

Referidas al Proceso de Jesús

 

Monedas que recibió Judas

Se conservan tres en la catedral de Génova, y una en la basílica de Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.

  

Cuerdas con que fue atado el Señor

Un pedazo importante se conserva en España, en la basílica del Escorial, y otro en Italia, en la catedral de Anagni.

  

Lienzo con que vendaron los ojos al Señor

Se venera una parte en la iglesia de San Francisco á Ripa, en Roma.

Columna de la Flagelación en Santa Práxedes

  

Columna de la flagelación

Cuando Pilato mandó a azotar a Jesús, fue atado en una columna y flagelado por dos verdugos con flagellum, que eran correas que tenían huesos de cordero atados en los extremos para cortar la carne de los flagelados.

Estos golpes fueron los que desfiguraron a Jesús, causando tal la impresión que el mismo Poncio pilato dijo “he aquí al hombre” (Ecce homo).

La peregrina Egeria del siglo III relató haber visto en Tierra Santa un bloque de piedra en medio de las ruinas del Palacio de Caifás, en el que se distinguían levemente las huellas de las manos y el rostro de Cristo.

Y en el siglo IV un peregrino anónimo dijo haber venerado la santa columna en el pórtico de la Iglesia de Sión o del Cenáculo

En esa misma ubicación aparentemente la veneró también Santa Paula.

En ese momento había una devoción por la cual los peregrinos rodeaban la columna con un cordón y luego se lo ataban al cuello y lo llevaban con una medalla.

También existieron los abusos, porque algunos arrancaban a martillo trocitos de la columna para colocarlos en sus relicarios.

Actualmente una parte de la columna de la flagelación se conserva en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.

Y otra parte se encuentra en la pequeña y bella iglesia de Santa Práxedes, a dos cuadras de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Y fragmentos importantes se encontrarían en la Basílica del Escorial en España y en la iglesia de San Marcos en Venecia.

La columna de la flagelación en la iglesia de Santa Práxedes en Roma es la más visitada y fue llevada por el legado pontificio Giovanni Colonna desde Jerusalén a Roma en el año 1236, según él recuperándola de las ruinas del pretorio.

La columna mide 70 cm de alto y es de mármol negro con vetas blancas.

En cambio el fragmento que existe en la iglesia del Santo Sepulcro es de tono más bien rojizo, mide 75 cm de alto y 30 cm de diámetro.

Hay una tradición romana que sucede en las horas posteriores a la misa vespertina de la Cena del Señor en el Jueves Santo, cuando los peregrinos se dirigen a la iglesia de Santa Práxedes a venerar la columna.

  

Azotes

Se veneran en la catedral de Anagni y en la Iglesia de Santa María in vía lata en Roma.

  

Columna de los improperios

Se conserva en la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén.

  

Columna de la sentencia

Frente a la puerta judiciaria se ve hoy, guardada por los Padres Franciscanos, la gran columna donde, según la tradición, tuvieron a nuestro Salvador mientras hacían los preparativos para crucificarle.

Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó

  

Clavos de la crucifixión

La tradición enseña que fueron tres los que tuvieron suspendido al Salvador del mundo.

Uno entero se conserva en Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.

Otro en la capilla del Palacio Real de Madrid.

Y otro se ha distribuido a diversas iglesias de la cristiandad.

Además de esos clavos, se veneran otros que también eran de la cruz pues los brazos de la misma estaban clavados y el I.N.R.I. también.

En la Catedral de Monza (antigua capital de los lombardos), que la reina lombarda Teodelinda mandó construir en 595, se conserva la corona de hierro de Lombardía que según la tradición fue elaborada con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.

Otro supuesto clavo de la Cruz se venera en la Catedral de Milán.

Fue encontrado por Santa Elena, madre de Constantino, en Tierra Santa. Lo ocultó en el freno de un caballo. Después lo mandó colocar en una gran cruz de madera cubierta de cristal.

  

El Títulus I.N.R.I.

La principal parte se halla en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma.

En san Juan de Letrán y en San Marcos de la misma ciudad santa se ven pedazos notables.

  

Esponja con que se le pretendió de beber vinagre

La principal parte se venera en la Santa capilla de París, pero se conservan partes en la basílica del Escorial, en España, y en las de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y Santa María de Transtévere, en Roma.

  

Lienzos que cubrieron al Señor estando en la cruz

Se veneran en San Juan de Letrán y en San Marcos, de la misma ciudad eterna.

  

Sangre y agua

Es de fe que del costado se nuestro divino Salvador salió sangre y agua.

Entre las reliquias más insignes que se exponen a la pública veneración en la santa ciudad de Roma, se encuentra parte de la sangre, y agua que salió de su sagrado costado después de muerto; se conserva en la basílica de San Juan de Letrán.

En la de San Marcos se expone un velo que se embebió en la misma sangre y agua.

Mira estos videos con recorridos de lugares que tienen estas reliquias.

Fuentes:

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis: