A veces se nos olvida agradecer por todo lo que tenemos.

Es muy humano pensar en lo que nos falta.

Nos cuesta ser agradecidos.

Joseph Stalin decía que la gratitud es una enfermedad que sufren los perros.

En cambio GK Chesterton dijo que el peor momento para un ateo es cuando está realmente agradecido y no tiene a quién agradecer.

Por lo que la gratitud es una medicina para nuestras almas en reconocimiento de Nuestro Creador.

Por eso la importancia de orar dando gracias, pero de una manera que sea realmente agradecida, como es la que permite expresar el Rosario de Gratitud que te proponemos.

En Colosenses 2: 6-7, San Pablo nos dice que debemos tener una gratitud desbordante por haber recibido a Jesucristo.

Pero también es una actitud que debemos cultivar con las demás personas y no con las cosas.

Por ejemplo, cuando una persona nos sirve el café en la mañana debemos agradecerle a ella y no al café qué tomamos.

Y esta es la tónica que debe tener la vida cristiana, de alegría y gratitud permanente.

 

ACEPTAR LOS PROBLEMAS PERO NO AMARLOS

Sin embargo una cosa es abrazar el sufrimiento cómo hicieron los santos, que implica su aceptación, y otra cosa es regocijarse y amar el dolor.

La actitud cristiana no es amar y buscar el dolor, sino tratar de evitarlo siempre que sea posible.

Y cuando no es posible, entonces aceptarlo y ofrecerlo.

El padre Pío, que tuvo muchos sufrimientos en la vida y recomendaba no agregar sufrimiento a la vida de sus hijos espirituales, porque decía que Dios les daría todo el sufrimiento que necesitaban.

Y que ellos debían responder con aceptación.

La madre Teresa de Calcuta al respecto decía que la gratitud a Dios es aceptar todo incluso los problemas con alegría.

Es muy similar, por lo que el mensaje es que la gratitud nos permite encontrar la alegría en medio de los sufrimientos.

Y es por eso que deberíamos hacer un razonamiento en 2 pasos cuando nos llegan las dificultades.

El primero es ofrecer a Dios nuestro sufrimiento, y de esta forma nos asociamos a la pasión de Cristo.

El segundo, es dar gracias por el sufrimiento porque él va a permitir que experimentemos una gratitud adicional por las gracias que recibimos de Dios.

Porque ese sufrimiento, que a veces nos toca, nos va hacer madurar en un área en que probablemente tengamos una dificultad especial.

Es una prueba para mejorar.

La gratitud nos ayuda a ver las cosas desde una perspectiva de la eternidad.

Nos ayuda a entender que Él está allí y se ocupa de nosotros.

Y por lo tanto nosotros debemos responderle con alegría.

Pero esto no es solamente algo que surge de la doctrina cristiana, sino que también la ciencia enseña que la gratitud y la positividad son especialmente favorables.

 

LO QUE DICE LA CIENCIA

En nuestro cerebro se procesan pensamientos negativos y positivos.

Y sabemos qué cuando nos fijamos en los pensamientos negativos abrimos una puerta hacia el mal y el maligno puede actuar libremente llevándonos a las tentaciones.

Además, los propios pensamientos negativos son incluso una tentación.

En una investigación publicada en Psychology Today se descubrió que la fijación en las cosas negativas puede dañar las estructuras neuronales que regulan las emociones, la memoria y los sentimientos.

Cuanto más cortisol se libere por las experiencias negativas se hace cada vez más difícil tener nuevos recuerdos positivos.

El cortisol es una hormona producida cuando una persona está estresada y actúa en la formación de recuerdos.

Otra investigación descubrió que también se afecta el área de la resolución de problemas y el pensamiento inteligente.

Y además todo el cortisol adicional que se libera daña al sistema inmunológico, aumenta la presión arterial y el azúcar en la sangre.

El doctor Philip Watkins ha escrito que la gratitud fomenta la felicidad mediante la amplificación de lo bueno en la vida.

O sea qué amplifica el bien que nos rodea.

Y también ha dicho que los tratamientos psicológicos específicos orientados hacia la gratitud, han sido intervenciones exitosas que han mejorado la felicidad de la gente.

Otro psicólogo, Martin Seligman, descubrió que un ejercicio de anotar tres cosas buenas que sucedieron todos los días durante una semana hace que la felicidad aumente notoriamente.

Incluso descubrió que los síntomas depresivos disminuyeron después de una semana un 28%, y luego siguieron mejorando.

En este artículo podrás ver más estudios psicológicos sobre la gratitud.

De modo que para conseguir mayor felicidad y agradecimiento hay que cambiar los patrones de pensamientos negativos según la psicología y pensar en las cosas positivas que nos pasan.

 

CAMBIAR PATRONES DE PENSAMIENTO NEGATIVOS

Una buena noticia que nos da la ciencia y la religión es que podemos cambiar nuestros pensamientos negativos.

Meditar sobre la gratitud, la alegría y la felicidad da una forma nueva a nuestro cerebro de acuerdo a las investigaciones.

Las investigaciones muestran que si desalojamos los pensamientos negativos y ocupamos nuestra mente con pensamientos de gratitud, vamos a cambiar nuestros patrones mentales.

Y no lo logramos cuando nos olvidamos de lo que Dios hace por nosotros.

Basta mirar para atrás nuestra historia para recordar todas las gracias que Él nos ha concedido.

Y a veces pensamos que estamos agradeciendo pero no lo hacemos bien, porque entramos en la rutina de agradecer sin recordar por qué estamos agradecidos.

Por lo tanto cada mención de agradecimiento que hagamos tiene que llevar adherida la razón por la que estamos agradecidos.

Dicho de otro modo, una cosa es decirle a Dios que estamos agradecidos por todo lo que él nos da, y otra cosa es recordar las cosas concretas por las que tenemos que agradecerle.

Una forma de hacerlo es hacer el ensayo mental de cómo nos sentiríamos si algunas gracias de la vida no las obtuviéramos.

Por ejemplo podrías pensar que nunca más vas a poder ir a misa o tomar la comunión o leer la Biblia.

También puedes pensar que no vas a encontrar más gente cristiana lado tuyo o en tu comunidad.

O qué pasaría si no tuvieras más la gracia de tener la familia que tienes ahora.

Es entonces cuando la ausencia del bien se transforma y nos hace ver la importancia de lo que recibimos ya.

En el salmo 103 el salmista dice que “nunca me olvide las cosas buenas que hace el Señor por mí”.

Por lo tanto debemos reconocer y registrar las cosas y los momentos en que Dios ha respondido a nuestras oraciones, y de las cosas que nos ha dado sin pedirle.

Y pensar en ello frecuentemente

Ahora veamos cómo entiende la Biblia lo que es la gratitud.

 

GRATITUD BÍBLICA

La gratitud bíblica es responder al amor que Dios nos tiene a pesar de sabernos pecadores.

Según Efesios 5: 20 hay que dar gracias por todas las cosas, materiales e inmateriales.

Y Santiago 1: 17 enseña que todo don perfecto es de lo alto y desciende del Padre.

Entonces nuestro cristianismo tiene que estar orientado a agradecer las bendiciones que Dios nos da.

Considerar los bienes materiales y espirituales, porque no somos solo espíritu.

Y con un talante de disfrute, porque en 1 Timoteo 6: 17 dice que Dios nos da abundantemente todas las cosas para disfrutar.

De modo que debemos echar afuera la culpa por nuestro disfrute.

Por otro lado, Dios nos pide que seamos agradecidos.

 

¿POR QUÉ DIOS NOS ORDENA QUE SEAMOS AGRADECIDOS?

Dios no necesita nuestro agradecimiento, porque Él no tiene las necesidades que tenemos nosotros, porque es autosuficiente.

Entonces la gratitud que nosotros expresamos no es para beneficio de Dios, sino para nuestro propio beneficio.

Porque es bueno para nuestra salud física y espiritual, y para nuestra madurez emocional y de fe.

Porque además, retacear el reconocimiento de las gracias envenena nuestra alma.

San Pablo incluye en la lista de pecados graves a la ingratitud.

Entonces la ingratitud es un signo humano sobre el que hay que trabajar.

Ya la Biblia nos lo presenta cuándo Jesús sana a los 10 leprosos que aparece en Lucas 17.

Los leprosos realmente sufrían mucho en esa época porque tenían que vivir alejados de la comunidad.

Eran realmente personas socialmente desgraciadas.

Pero cuando Jesús sana a diez de ellos en el camino a Jerusalén, sólo uno regresa a darle las gracias.

Y Jesús llega a preguntar qué pasó con los otros 9, queriendo significar que Él esperaba un agradecimiento humano.

Nosotros somos como los leprosos si no cultivamos diariamente la práctica de dar gracias.

Permanentemente nos quejamos de que nos faltan cosas, o sea que nos faltan gracias.

Pero olvidamos reparar en lo que se ha hecho por nosotros.

Y ninguna bendición adicional de Dios nos va a cambiar este criterio, porque entrarán la bolsa común de una bendición más que hemos tenido.

La única forma de salir de este círculo vicioso es como dice San Pablo en Efesios 5, dar gracias por todas las cosas en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, a Dios.

Entonces la gratitud se convierte en una parte necesaria e integral de la oración.

Previamente a solicitar otras cosas a Dios deberíamos pensar en lo que Él nos ha dado y agradecerle por eso.

En Colosenses 4: 2, San Pablo lo explica bien cuando dice, dedíquense a la oración, manténganse alerta en ella con una actitud de acción de gracias.

Cuando expresamos gratitud lo que sentimos puede cambiar en un momento.

Haz la siguiente prueba cuando estés preocupado.

Comienza a pensar en las gracias que has recibido y a darle gracias a Dios por ellas.

Verás que rápidamente tus preocupaciones se alejan.

E incluso luego de eso, cuando pidamos algo a Dios, lo vamos a pedir de una manera diferente y menos exigente.

Podemos por ejemplo comenzar dándole gracias a Dios por cómo nos hizo.

En cambio muchas veces nos quejamos ante Dios por los dones o talentos que nos faltan, y no reparamos en los que tenemos.

Incluso San Pablo llega tan lejos que dice que da gracias por sus debilidades, porque es a partir de esas debilidades que se revela el poder de Dios.

Otro motivo para dar gracias es por nuestro crecimiento espiritual, que siempre está asociado a una respuesta a nuestras oraciones.

Otra razón para dar gracias son las responsabilidades que Dios nos ha dado de tener a personas bajo nuestro cuidado espiritual.

Y la guía que Él nos da para seguir en ese camino.

Una razón muy obvia de dar gracias es por la oportunidad de servirle en las cosas que hacemos por el reino.

Llegado a esto entonces te pregunto ¿qué proporción de tu oración la dedicas a darle gracias?

Para incentivar nuestra necesidad de dar gracias por la todas las razones que hemos expresado hasta aquí el Padre Russell Kovash desarrolló un rosario de gratitud

 

EL ROSARIO DE GRATITUD

Rusell Kovash, sacerdote y párroco de Dakota del Norte dice que el rosario de gratitud le ha cambiado drásticamente su vida.

El dice,

«Han sido 8 años que no voy a la cama hasta que rezo un rosario de agradecimiento, para dar gracias a Dios por las bendiciones que ha derramado sobre mí.

Ha cambiado drásticamente mi vida con muchos frutos, porque veo como el buen Dios ha estado en mi vida».

Siente que ese rosario de gratitud le dio una profunda y duradera paz y alegría.

Es tan duradera que se levanta al otro día notando aún las bendiciones de Dios.

¿Cómo es el rosario de gratitud del Padre Kovash?

Es muy simple, puedes comenzar tomando el rosario y en cada cuenta grande das gracias a Dios por algo en tu vida.

Y mientras rezas las avemarías meditas sobre esa gracia en particular.

Y luego, más adelante, puedes hasta llegar a recitar el rosario solamente recordando las gracias en cada una de las cuentas chicas también.

Pongamos un ejemplo.

Te doy gracias Señor por dormir en una cama confortable.

Te doy gracias Señor por haber ido a misa hoy.

Te doy gracias Señor por haber comido una cena apetitosa.

Así puedes expresar las gracias por cada una de las cosas que te parezcan.

A veces rezamos cada misterio pidiendo por alguien o por algo, por ejemplo: Señor te pido por la relación con mis hijos y para que los protejas.

En este caso, puedes agradecer por su vida y lo que significan para ti como punto central, porque Dios sabe también que es lo que necesitas tú y ellos.

Lo sabe mejor que tú y tiene un plan para ellos.

Sí nos acostumbramos a rezar este tipo de rosarios, seguramente nos convertiremos en personas más agradecidas, como Dios quiere que seamos.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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