Acompañamos hoy a María en los momentos de alegría, de compromiso, de triunfo. Vamos a poner nuestro corazón junto al suyo para que se impregne de sus sentimientos, de sus emociones, de lo que ella sintió al contemplar a su Hijo resucitado, al recibir la fuerza del Espíritu y al encontrarse cara a cara con su hijo y con el Padre…

 

 

1. MARÍA EN LA RESURRECCIÓN DE SU HIJO

A partir de la resurrección de Jesús todo será nuevo. Él nos invita a mirar con ojos nuevos, porque las personas amanecemos con un corazón nuevo, con un cuerpo y un espíritu recién estrenado. Son los ojos destinados a contemplar cara a cara a Dios y a vivir para siempre. Pedro y Juan corren al sepulcro. En su corazón luchan el miedo y la alegría, la desilusión y la esperanza. Corren y se encuentran un sepulcro vacío. Entraron, vieron y creyeron. María no necesita correr. Ella cree en su Hijo y está segura de su triunfo. Al ponerlo en el sepulcro sabía que era el grano de trigo enterrado para florecer y dar vida.

ORACIÓN

+ Con su resurrección florece la esperanza para los tristes, oprimidos, desilusionados… Que también en nosotros florezca la esperanza y sepamos llevarla a quienes no la tienen.
Ave María.

+ Con la resurrección florece la alegría en el corazón del hombre. Que los cristianos seamos hombres alegres y felices.
Ave María.

+ Con la resurrección florece el amor. Ya se puede amar a todos. Que nuestra consagración sea una apuesta por el amor.
Ave María.

+ Para que no seamos guardianes de sepulcros vacíos sino testigos de Jesús resucitado.
Ave María.

+ Para que la resurrección de Cristo alcance a todos: pobres y ricos, desanimados y entusiastas, a los que odian y a los que aman.
Ave María.

INVOCACIONES

– María, Madre del Resucitado.
Ruega por nosotros,
– María, Madre de la alegría.
– María, Señora de la esperanza.
– María, Señora de la vida.
– María, Virgen de la Pascua.
– María, Madre de los que creen.
– María, Señora de la amistad.
– María, Señora de los que confían.

 

2. MARÍA, EN LA LLEGADA DEL ESPÍRITU

María comparte su fe y su oración con los apóstoles en el Cenáculo. Junto con algunos parientes, mujeres y discípulos forman la nueva familia de Jesús. María ya sabía del Espíritu. Sentía su presencia desde la Anunciación. Recibir el Espíritu es dejarse llenar por Jesucristo y transformarse en Él; es vivir la vida íntima de Jesús, tener sus mismos sentimientos, darse como Él; es sentirse poseído por Jesús, en unión con todos sus seguidores, para tener un solo corazón y un solo pensamiento.

ORACIÓN

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que anime nuestra misión
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que nos anime a compartir nuestra fe, nuestra oración, nuestra vida.
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que haga de nuestras comunidades, reunidas en torno a María, la nueva familia de Jesús.
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que nos dejemos transformar por él
Ave María.

+ Jesús, envíanos tu Espíritu para que tengamos tus mismos sentimientos y nos demos como tú.
Ave María.

INVOCACIONES

– María, Madre atenta a los hermanos.
Ruega por nosotros
– María, Madre llena del Espíritu.
– María, Madre de los apóstoles y misioneros.
– María, Madre acogedora.
– María, Esposa del Espíritu.
– María, Madre de los valientes.
– María, Madre de la Iglesia.

 

3. MARÍA EN EL ENCUENTRO CON EL PADRE

Aquí está la esclava del Señor. Los últimos serán los primeros. Aquí tenemos a María, la esclava, la última. Se encuentra junto a Dios. Es la consecuencia de una vida como la de María: entregada a fondo pero desde el silencio, la sencillez, la entrega total a la obra de Dios. María, desde la anunciación, asoció su vida a la de su Hijo. Su SI es un serio compromiso que engloba toda su vida en el plan salvador. Donde esté yo estará también mi servidor, dice Jesús. Por eso no nos puede extrañar que María esté ahora con su Hijo, en lo más alto, junto a Dios.

ORACIÓN

+ Madre, ayúdanos a vivir las virtudes de humildad, sencillez y pobreza.
Ave María.
+ María, enséñanos a entregar nuestra vida a la obra de Dios.
Ave María.
+ Madre, ayúdanos para que sólo Dios sea nuestro rey y a ti te tengamos como nuestra Reina.
Ave María.
+ Madre, enséñanos a buscar y a vivir los valores del Reino: servicio, amor, sinceridad entrega …..
Ave María.
+ Madre, ayúdanos a construir cada día el Reino de Dios entre nuestros hermanos.
Ave María.

INVOCACIONES

– María, reina de la paz.
Ruega por nosotros
– María, reina de nuestras familias.
– María, reina de nuestras comunidades.
– María, la comprometida con Dios.
– María, Madre de Dios. _
– María, reina del universo.

ORACION FINAL

Señor, que nos has dado a María como Madre, como modelo, como reina; concédenos que, imitando su ejemplo y ayudados por ella, sigamos siempre tus pasos, acojamos tu Palabra con sencillez cantando cada día las maravillas que obras en nosotros. Canto:

josefinas-trinitarias.org

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