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00 Todas las Advocaciones 05 Mayo ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Movil Noticias 2019 - enero - junio

Nuestra Señora del Sagrado Corazón, Misioneros del Sagrado Corazón (últ sáb may)

La advocación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón fue desarrollada por la obra del Padre Julio Chevalier.

Fundador de los Misioneros del Sagrado Corazón (MSC).

sagrado corazon

Según el P. Chevalier el objeto de esta devoción es:
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«Honrar a María en sus relaciones de amor inefable que existen entre ella y el Corazón de su Hijo Jesús».

La fiesta de NSSC, celebrada durante muchos años, el 31 de mayo, se celebra ahora el último sábado del mes de Mayo.

El origen de los Misioneros del Sagrado Corazón se encuentra estrechamente conectado con la definición papal del dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.

Siendo sus escasos recursos el resultado de plegarias especiales dirigidas a la Madre de Dios durante los nueve días que precedieron al gran acontecimiento religioso del 8 de diciembre de 1854…

Cuando en 1854 quiso fundar el P. Julio Chevalier una Congregación religiosa, cuyos miembros habrían de esforzarse en curar los males de su tiempo encauzando a los hombres hacia el Sagrado Corazón de Jesús, fuente de salvación y de vida, pidió su ayuda a la Santísima Virgen.

Tras experimentar repetidamente su poderosa intercesión, agradecido, se creyó en el deber de que en su Congregación se honrase a María de forma especial. Le dio el título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

La devoción a María bajo este título se propagó rápidamente por los cinco continentes.

Fundó el P. Chevalier la archicofradía de NSSC que ya en 1891 contaba con 18 millones de fieles inscritos.

La Congregación de Religiosas fundada por el P. Chevalier se llamó «Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón».

 

HISTORIA DEL TÍTULO

Hallábase cierto día la Comunidad tomando el recreo de mediodía en el jardín, bajo la bóveda de follaje formada por las ramas de cuatro añosos tilos.

Adosado al muro del cercado, una sencilla imagen del Corazón Inmaculado de María.

Como presidiendo aquellos ratos de legítimo esparcimiento, después de las rados tareas apostólicas de la mañana.

A unos pasos de allí, aún en ciernes, la Basílica del Sagrado Corazón.

Era en aquel entonces la primordial ocupación de los padres.

En ella se debían de dedicar sendas capillas laterales a la Santísima Virgen y a San José.

ns del sagrado corazon

De pronto el P. Chevalier, que desde hacía un rato permanecía como ensimismado, silencioso y pensativo, con voz casi vacilante y por la emoción interrumpe la conversación, y dirigiéndose a los demás pregunta:

-¿Bajo qué advocación pondremos el altar de la Virgen en nuestro Santuario?
Cada cual improvisa su respuesta, según los diversos gustos particulares.

-No, no, no dais en el clavo – replica sonriendo el P. Chevalier–, el altar de nuestra futura iglesia será dedicado a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

-¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón! -Exclaman algunos- ¡Vaya novedad! Padre Chevalier, que tratándose de devociones no conviene innovar nada.

– Novedad quizás, responde el P. Chevalier, pero no exageréis pues no lo es tanto ni de la manera que pensáis.

-¡Ah, ya! -dice el más joven, el P. Piperón- Nuestra Señora del Sagrado Corazón, o sea la Virgen honrada en la Iglesia consagrada al Sagrado Corazón, como se diría: Nuestra Señora de Issoudun, Nuestra Señora de Chartres, etc.

-Concedo, si quieres, pero sobre eso mucho más aún, y… mejor. Dejad que primero les exponga mi pensamiento. Luego me diréis si su fundamento es racional o no.

Entonces el P. Chevalier, en pocas palabras, recuerda las numerosas gracias de que la pequeña Comunidad es deudora a la Santísima Virgen.

-Se lo debemos todo. Y le prometimos honrarla y hacerla honrar de una manera especial y según mi parecer esta advocación «Nuestra Señora del Sagrado Corazón», responde perfectamente a nuestro deseo.

 1°) daremos gracias a Dios y le glorificamos por haber escogido a María entre todas las criaturas para formar en su seno virginal y de su más pura sustancia el Corazón Adorable de Jesús.

 2°) Muy particularmente honraremos los sentimientos de amor, obediencia, y respeto filial que Jesús alimentó en su Corazón para con su Santísima Madre.

 3°) Reconoceremos con un título especial -que en cierto modo resume todos los demás- el inefable poder que el dulce Salvador le he dado sobre su Corazón Adorable.

  4°) Suplicaremos a esta Virgen compasiva que nos conduzca al Corazón de Jesús, que nos revele los misterios de misericordia y amor que Él encierra.
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Que nos abra los tesoros de gracias de que es fuente, que los reparta con sus mismas manos de Madre sobre cuantos la invocan o se encomiendan a su poderosa protección.

5°)Además nos uniremos a nuestra Madre para glorificar el Corazón de Jesús.
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Para separar con Ella y por medio de Ella los ultrajes de que es objeto de parte de los hombres ese Divino Corazón, y consolarla en sus tristezas y amarguras con una vida más edificante.
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Todo esto, tenedlo bien entendido, se contiene en la suave y dulce invocación: “Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros”.
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Con un poco de estudio y reflexión, no me parece difícil respaldar lo que acabo de decir, con las enseñanzas de los Doctores y Teólogos sobre las grandezas de la Augusta Virgen María.

6°) Finalmente, como el poder de María excede cuanto nuestro débil corazón puede concebir, y como Jesús escucha siempre las humildes súplicas y deseos de su Madre, le confiaremos el éxito de las causas difíciles, extremas y desesperadas, tanto en el orden espiritual como en el orden material.

-Además estoy convencido de que nuestra Madre quiere ser invocada y honrada bajo este nuevo título en nuestro futuro Santuario.

Le dedicaremos, pues, un altar bajo esta advocación.

De este modo, por medio de Ella y con Ella glorificaremos al Corazón de Jesús y propagaremos según nuestra divisa su culto y su amor.

  

 COMO NACE LA IMAGEN

El P. Chevalier habla de la existencia de varias imágenes antiguas que expresan perfectamente la doctrina de la Congregación.

A las cuales dice, sólo les faltaba darles el nombre verdadero.

Pero esta gloria –¡singular privilegio divino!- estaba reservado a la Congregación.

estatua de ns del sagrado corazon

Hallan una de esas estatuas en la Basílica de Oropa, cerca de Turin.

Es una imagen que la tradición pone entre las tres pintadas por San Lucas, y San Eusebio, Obispo de Vercei, la llevó a Italia el año 351 desde Jerusalén.

Había sabido el lugar donde se encontraban por revelación divina.

Una de ellas la llevó a su catedral.

Y de allí a una gruta. Se conservó a pesar de muchísimas dificultades.

Representa a María, en pie, teniendo en la mano derecha, separado del cuerpo, el corazón de Jesús, rematando en una cruz, y rodeado de llamas.

En su brazo izquierdo está sentado el Niño.

Este, en la mano izquierda, tiene una paloma.

Con la otra señala a la Madre. Sólo se diferencia de NSSC en tener separado el Corazón del cuerpo y en llevar tres coronas sobre su cabeza.

Ya corre el título y la gente pide algo que sensibilice lo mejor posible la idea bellísima contenida en la invocación.

El P. Chevalier ya venía pensando en ello. ¡Manos a la obra!.

La quería bella, Decía que ante una imagen bella se oraba mejor.

El modelo lo hizo grabar en una vidriería de la capilla lateral.

Fue costeado por una familia noble.

Acaecía esto en 1860 ó 1861. Leamos en Los anales de 1901:

«La mente del P. Chevalier al mandar dibujar la imagen en el vidrio, fue la de representar con viveza el poder inefable que disfruta María sobre su Divino Hijo.
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Para ello pidió al artista que pintara a la Virgen Inmaculada con los brazos extendidos y los ojos modestamente caídos hacia Jesús y los fieles.
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En esta postura se apareció la Inmaculada a Catalina Labouré.
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Y, en agradecimiento a la Inmaculada, que en su gran día del 54 había escuchado sus preces, eligió el P. Chevalier este modelo.
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Además mandó que ante los pies de la Madre se representara al Niño Jesús, como de doce años.
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Con una mano señalando su Corazón y con la otra a su Madre.
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Quería significar con esta actitud que quien desee recibir las gracias del Corazón de Jesús, lo mejor que puede hacer es dirigirse a la Madre.
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Ella es la dispensadora.
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Puede derramar a su gusto, y con profusión, sus tesoros.
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Y en recuerdo de aquellas palabras de San Lucas «et erat subditus illis», se eligió la edad de doce años.
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Bella y vivida expresión de su poder de intercesión ante el Corazón de Jesús».

Los fieles algo vieron en la imagen que los cautivó, aquella expresión, aquel atractivo…los embelesaba, y por ello se les veía, en grupos numerosos, casi continuamente, a sus pies.

El artista supo hacerlo bien. Interpretó maravillosamente el tema sugerido por el P. Fundador.

El éxito fue insospechado.

Se imprimieron estampas con la imagen, y con la jaculatoria al pie.

El Arzobispo de Bourges, Mons. de la Tour d’Auvergne aprobó la estampa.

Además concedió a la invocación 40 días de indulgencia.

Cuando los fieles se enteraron, cayó sobre la comunidad una enormidad de pedidos, que reclamaban estampas por miles, por centenares de miles.

Además en las cartas, en muchísimas se agradecían favores recibidos.

– Ya lo veis– decía el P. Chevalier – no hay duda ya, Nuestra Madre ve con agrado el que honremos su poder inefable sobre el Corazón de Jesús.

Estos acontecimientos le empujan. Ediciones por miles de miles de la estampa con la nueva imagen.

Edita con los mismos fines un libro de cantos al Sagrado Corazón con letra suya, lo envía a las comunidades de lengua francesa de dentro y fuera de Francia.

La Imagen de Nuestra Señora del Sagrado Corazón -novedad, idea hermosísima y bendiciones del cielo lo lograban -recibe una singular acogida.

 

LA PRIMERA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRADO CORAZÓN

Se celebró por primera vez litúrgicamente el 31 de mayo de 1865. Hacía varios años que se conocía el titulo.

Y hacia uno que se había erigido canónicamente la Asociación.

Ya se había recibió la aprobación Pontificia.

Era muy lógico que se designara un día para honrar especialmente a Nuestra Señora del Sagrado Corazón.

P Julio Chevalier
Padre Julio Chevalier

La crónica de aquella fecha, que nos da un Semanario de la región, dice que pudo celebrase gracias a la bondad del Arzobispo y a la aprobación pontificia.

Pero no existe rescripto alguno que atestigüe tal aprobación.

Se cree que esta fue dada a viva voz por el Papa al Arzobispo.

¿Porque el día 31 de mayo?.
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La respuesta es clara: el fin de la devoción de Nuestra Señora es llevar las almas al Sagrado Corazón de Jesús.
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Ningún día más oportuno para su fiesta del 31 de mayo, día último del mes de María y víspera del mes dedicado al Sagrado Corazón.
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De este modo se hacía efectivo el lema: a Jesús por María, al corazón de Jesús por Nuestra Señora del Sagrado Corazón.
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Así entendía el titulo el bondadoso Pío X.

Ecos de aquella primera fiesta: muchos eran los fieles consagrados en el santuario a la hora de los oficios.

Pero la capilla de Nuestra Señora era demasiado pequeña ¿que hacer?

Fácil solución: se trasladó la estatua al altar mayor pudiendo así revestir gran solemnidad la fiesta.

Sin cesar se sucedieron aquel día las misas desde las 5 de la mañana hasta las 10, en los dos altares.

De momento tres cosas era necesarias: Una estatua digna para la coronación, un santuario digno y una corona también digna.

Destinó, pues, gran parte de aquellas ofrendas para la confección de dos valiosas coronas.

Encargó la obra a un orfebre afamado de París. y mucho le recomendó que no regatease con tal que las diademas fueran dignas de la misión a que estaban destinadas.

A uno de los más acreditados escultores de Francia le encargó la construcción de una magnífica y grandiosa estatua en un único bloque de mármol de carrara.

 

UN GRAN TRIUNFO

En el año 67 la devoción se afirmó un tanto más en virtud de un rescripto autógrafo de Pío IX por el que otorgaba 100 días de indulgencia a la invocación «Nuestra Señora del Sagrado Corazón, ruega por nosotros».
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Era un paso importante.

Había que hacer un viaje a Roma.

Se planeó para 1868, pero causas que se ignoran lo fueron retrasando.

Por esta época Pío IX se dedicaba intensamente a la preparación del Concilio Vaticano, convocado por la bula «Eterni Patris» de 19 de junio de 1868, y que debía comenzar en diciembre de aquel mismo año.

Por esto las audiencias eran rarísimas y difíciles de obtener.

seminaristas de los misioneros del sagrado corazon en peru
Seminaristas de los Misioneros del Sagrado Corazón en Perú

Y a las puertas del Vaticano llamó un hombre sencillo pero tremendamente audaz.

Confiaba en la protección de Nuestra Señora Iba rumiando sus pensamientos… recordaba que en su primera visita Pío IX había aceptado el título del fundador y Superior efectivo de la naciente Congregación.

Esta y otras circunstancias le animaban.

El 14 de febrero el P. Chevalier se encontraba a los pies de Pío IX.

Este le acogió con su habitual bondad.

Escuchó la emocionada relación de los proyectos del Padre y del prodigioso desarrollo de la devoción.

Bendijo las dos coronas, después de haber elogiado su riqueza y belleza. Después el P. Chevalier le ofreció la estatua y el donativo recogido entre los asociados.

Dejémosle hablar a él mismo:

«Es Nuestra Señora del Sagrado Corazón quien ha logrado estas limosnas.
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Ella también fue la encargada de ofrecerlas.
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Había en el pedestal de la estatua un cajoncito hábilmente dispuesto.
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Un resorte permitía abrirlo y cerrarlo automáticamente.
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En él se habían colocado cinco mil francos oro, y a un ligerísimo contacto las monedas aparecieron ante la mirada del soberano Pontífice».
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– ¡Oh!, exclamaba Pío IX, ¡qué buena es Nuestra Señora del Sagrado Corazón.!
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– Padre Santo, esperamos que lo será siempre, dijo el P. Chevalier
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– ¿Dónde está esa Virgen milagrosa?
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– En Issoudun, en el mismo Corazón de Francia
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– ¡Feliz ciudad!. Yo la bendigo, así como a vuestros hermanos y a vuestros asociados.

Y Pío IX, tomando una pluma que se conserva religiosamente y una cédula que le ofreció el P. Chevalier, escribió debajo de la imagen: «Pius IX desiderat diligere B. M. V.». Desde aquel momento Pío IX formó parte de la Archicofradía.

Viendo que la cosa iba bien, el P. Chevalier creyó llegado el momento de iniciar las peticiones.

Aquel Papa, que venia negando audiencias a altos dignatarios eclesiásticos y civiles, parece no tener prisa en la entrevista con el P. Chevalier.

Presenta su letanía de súplicas. Pío IX dice que sí a todo.

Además de las grandes gracias relativas a la Congregación logra un decreto del Pontífice para que en su nombre sea coronada la estatua de Issoudun.

Además consigue que eleve la asociación al rango de Archicofradia diocesana.

¿Y el Santuario?.

Poco más de un año llevó ultimarlo.

Fue abierto al culto el 10 de Abril de 1869, día en que Pío IX celebraba sus bodas de oro con en sacerdocio. P

ero, aunque acabado en sus líneas esenciales, no acontecía lo mismo en cuanto a los detalles.

Iba retrasado en lo concerniente a la escultura y pintura. Con actividad febril se intensificó el trabajo.

A fines de agosto la magnífica estatua de mármol blanco de Carrara, de 7 pies de altura, pudo ser ya colocada sobre el pedestal, detrás del altar mayor, ante la gran vidriera del ábside.

 

LA CORONACIÓN

Amanece al fin el 8 de septiembre. Día terso y limpio como el manto azul de la inmaculada. Raro contraste con la semana acabada, lluviosa y triste.

Espectáculo inesperado. Ingente muchedumbre: 30.000 peregrinos, 700 sacerdotes, 15 Arzobispos y Obispos, he aquí los protagonista de la escena.

El P. Joust es el alma de todo aquello. Sobre una gran plataforma levantada en la plaza pública, Mons. Lebreton, Obispo de Pui, celebra de pontificial.

Issoudun Basilique Notre-Dame du Sacré-Coeur
Imagen de NS del Sagrado Corazón en la Basílica de Issoudun

Mons. Pie, Obispo de Poitiers, uno de los mejores oradores de Francia, ocupa la Sagrada Cátedra.

Pronuncia una magistral pieza oratoria.

Hay quien la califica como una de las mejores páginas de la producción literaria y doctrinal del sabio Cardenal.

Llega el momento cumbre. Mons. de la Tour d´Auvergne coloca sobre las cabezas de la Madre y del hijo valiosas diademas de oro y pedrería.

Nuestra Señora del sagrado Corazón estaba Coronada Pontificialmente.

 

ORACIÓN DEL ACUÉRDATE

ACUÉRDATE, ¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! del inefable poder que tu Hijo divino te ha dado sobre su Corazón adorable.
Lleno de confianza en tus merecimientos, vengo a implorar tu protección.
¡Oh Tesorera celestial del Corazón de Jesús! de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias y que puedes abrir a tu gusto, para derramar sobre los hombres, todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra;
y concédeme, te lo suplico, el favor que ahora te pido…
(aquí se hace la petición).
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús! acoge benignamente mi ruego y dígnate despacharlo favorablemente. Amén.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús. Ruega por nosotros. (Se dice 3 veces).

Ver también:

Oraciones a Nuestra Señora del Sagrado Corazón
Novena del Acordaos a Nuestra Señora del Sagrado Corazón

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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A Nuestra Señora del Sagrado Corazón DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones a Nuestra Señora del Sagrado Corazón

ORACIÓN DEL ACORDAOS

ACORDAOS, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra! Concedednos, os lo suplicamos, los favores que solicitamos.
No, no podemos recibir de Vos desaire alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. ¡Así sea!
¡Ntra. Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!
(Repetir con fervor tres veces.)

 

ACTO DE CONSAGRACIÓN A NUESTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN

¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, Madre de la divina misericordia, puerta del Cielo, dispensadora de los dones de Dios. Vedme aquí postrado a vuestros pies. Puesto que Vos sois la consoladora do los afligidos, la salud de todos, sed también mi consuelo, mi refugio y mi salud.
A Vos se os invoca como la confianza de los justos, la esperanza de los desesperados, la fuerza de los débiles y la paz de los corazones agitados.
A Vos dirijo, ioh tierna Madre mía!, mis suplicantes miradas, y me pongo desde ahora y para siempre jamás bajo vuestra poderosa y maternal protección.
A Vos consagro mi espíritu con todos sus pensamientos, mi corazón con todos sus afectos; en una palabra, mi ser todo entero.
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, venid en socorro mío.
Alejad de mí al demonio con sus asechanzas; haced que yo ame a Dios sobre todas las cosas, que le sirva fielmente y que tenga la dicha de morir en su santo amor para reinar eternamente con Vos en su gloria. Así sea.
¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros! (repetir 3 veces.)

 
 

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Novena del Acordaos a Nuestra Señora del Sagrado Corazón

El último sábado de mayo se celebra la fiesta de Nuestra Señora del Sagrado Corazón. La novena es de los Misioneros del Sagrado Corazón. San Efrén dice de Nuestra Señora del sagrado Corazón: «Ella es la esperanza de los desesperados».

También dicen: «Recomendamos encarecidamente a las personas que recen esta oración, se inscriban en la Archicofradía, pues sólo así recibirán la eficacia de las peticiones de todos los asociados a favor de sus propias intenciones.»Los Misioneros del sagrado Corazón recomiendan a quienes recen la novena: una participación renovada de los sacramentos (eucaristía y penitencia); una práctica más intensiva de la caridad cristia¬na en la familia y en el medio ambiente; una decisión personal de conversión…

 

ORACIÓN DEL ACORDAOS PARA TODOS LOS DÍAS

ACORDAOS, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, del inefable poder que vuestro Hijo divino os ha dado sobre su Corazón adorable. Llenos de confianza en vuestros merecimientos, acudimos a implorar vuestra protección. ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias, y el que podéis abrir a vuestro gusto para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia, de luz y de salvación que encierra! Concedednos, os lo suplicamos, los favores que solicitamos.
No, no podemos recibir de Vos desaire alguno, y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. ¡Así sea!
¡Ntra. Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros!(Repetir con fervor tres veces.)

 

ORACIÓN PARA SUMARSE A LAS INTENCIONES DE LA ARCHICOFRADÍA

¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Miles de asociados de vuestra Archicofradía universal comienzan en este instante, y a todas las horas del día, sus Novenas, acogiéndose a vuestra omnipotente intercesión ante e! Corazón de vuestro Divino Hijo, y como Abogada que sois de las Causas Difíciles y Desesperadas. Queremos hacer también nuestras esas súplicas, oh amorosa Madre: nos sumamos, pues, a esas peticiones confiadas, y os las presentamos aquí todas unidas cual si fuesen nuestras, a fin de que las súplicas incesantemente repetidas de tantos y tantos hijos, hagan fuerza en vuestro Corazón de Madre. Mirad que es vuestra inmensa familia de asociados, extendida por toda la superficie de la tierra, quien con nosotros se interesa por las peticiones que en esta Novena os recomendamos. Que el clamor universal de vuestros hijos os haga propicia en favor nuestro, oh Madre siempre amada. Así sea.

 

ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Dios omnipotente, ante cuya soberana presencia dedicamos a María esta Novena bajo el excelso título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, derramad sobre nuestras almas vuestras más abundantes misericordias y abrasadlas en el fuego santo de la caridad, para que nuestra devoción a la Purísima Madre del Verbo hecho carne, al paso que redunde en obsequio de Aquella que es Todopoderosa en sus súplicas al Corazón de Jesús, nos alcance su maternal protección, y sea poderoso auxilio que nos conserve en el camino del bien en esta vida, fuerte escudo que nos defienda contra los ataques de los enemigos de nuestra salvación y segura esperanza de la gloria que nos está prometida
Amén.

 

DÍA PRIMERO

EL PODER INEFABLE DE NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN
Comenzar con la oración del Acordaos y la oración preparatoria para todos los días.
MEDITACIÓN
Aquí nos tenéis postrados ante Vos, ioh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, y bien sabéis el motivo que nos hace dar hoy principio a esta Novena de preces. Somos débiles y venimos extenuados de fatiga a haceros presente el enorme peso de nuestras penas, la dificultad de nuestras empresas, la gravedad de nuestras luchas.
Vos sois poderosa, ¡oh María!, y podéis venir en nuestra ayuda.
Sí, lo confesamos, ioh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Grande fue el poder de Josué, maravilloso el de Moisés cuando hizo salir agua de la roca, sorprendente el de Elías haciéndose obedecer de los elementos; pero mayor aún, más admirable y más sublime es el poder que os ha concedido a Vos el Corazón de vuestro Hijo, Jesús.
Más noble que el de los Profetas, más duradero que el de los reyes, más sublime que el de los Angeles, más ilimitado que el de todos los espíritus celestiales, vuestro poder se extiende sobre todo el mundo; una sola súplica salida de vuestros benditos labios, una sola mirada vuestra adquiere sobre el Corazón de vuestro divino Hijo una influencia inenarrable.
A la voz de su Madre Inmaculada, nuestro Soberano Juez perdona nuestros pecados y cierra el abismo de los infiernos abierto bajo nuestros pies; nos abre las puertas del Cielo, hace bajar sobre nosotros gracias saludables y nos alcanza todos los medios necesarios para llegar a la Patria bienaventurada de los elegidos.
He aquí lo que me mueve, ioh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, a acudir a Vos. El solo pensamiento de que podéis hacerme bien, me consuela y me fortalece. Tengo motivos de esperarlo todo de una Madre que es al mismo tiempo tan poderosa y tan buena.

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces).

 

DÍA SEGUNDO

LA MEJOR ABOGADA Llenos de confianza en vuestros merecimientos

Comenzar con la oración del Acordaos y la oración preparatoria para todos los días.

MEDITACIÓN
¡Oh María!, para alcanzar una gracia nos valen poco nuestros méritos, porque son débiles, escasos y con frecuencia están envueltos en nuestras faltas cotidianas.
Es, pues, necesario, que elijamos una Abogada que pueda interceder por nosotros delante de Nuestro Señor Jesucristo.
Esta Abogada sois Vos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!
Hijos de Eva, desterrados, desgraciados, elevamos nuestros clamores hacia Vos.
Suspiramos a Vos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.
Oh Abogada nuestra!, vuelve a nosotros esos tus ojos llenos de misericordia.
Vos sola tenéis más méritos que todos los Santos juntos; vuestro amor por nosotros es inmenso; vuestra súplica es todopoderosa; vuestra petición sin repulsa.
Animo, pues, ¡oh alma mía! La gracia que solicitas es preciosa, pero más preciosa es todavía la protección que te concede María. Échate en sus maternales brazos y dile: ¡oh Madre mía, dignaos venir en nuestra ayuda! A nadie veo más digno que a Vos de hablar al Corazón de Jesús (San Bernardo). No conozco misericordia superior a la vuestra, después de la de Jesús, para que se encargue de nuestros intereses y haga triunfar nuestra causa.
Imploramos, pues, vuestra generosa asistencia, ¡oh nuestra muy amada Soberana! Echad un velo sobre nuestras indignidades; cubridnos, os lo suplicamos, con el manto de vuestras virtudes; vestidnos con vuestros innumerables merecimientos.
Os lo pedimos en nombre del amor ardiente que habéis profesado siempre a vuestro divino Hijo, en nombre de la devoción sin límites que continuamente le habéis manifestado, y sobre todo, en nombre de la mucha parte que habéis tenido en las congojas y crueles amarguras de su Corazón.

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces).

 

DÍA TERCERO

LA PROTECCIÓN DE NTRA. SRA. DEL SAGRADO CORAZÓN Acudimos a implorar vuestra protección

Comenzar con la oración del Acordaos y la oración preparatoria para todos los días.

MEDITACIÓN
¡Qué reino es nuestro corazón! La naturaleza y la gracia le cercan a su vez; el espíritu del bien y el espíritu del mal se le disputan a porfía, pero nosotros somos únicos dueños de darle a quien nos plazca.
Sin embargo, infinitamente más apetecible es el Corazón de Jesús, ese vasto reino en donde habita el amor divino con sus infinitas misericordias. En El se encuentra la justicia y la paz; las riquezas de la eternidad en El abundan; en El florecen todas las virtudes; en El se encuentran el Cielo y la tierra; en El se dan el ósculo de paz Dios y el hombre, y María es la única que puede introducirnos en ese asilo de la verdadera dicha.
Vos tenéis siempre un libre acceso a El, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Vos podéis alcanzar la entrada en El para los que vuestro amor protege.
¡Oh Madre muy amada! Acordaos de que somos vuestros hijos; que estamos bajo vuestra protección y que queremos permanecer con Vos en el reino del eterno amor; y vednos hoy humildemente postrados a vuestros pies, para pediros una nueva prueba de vuestra maternal y augusta liberalidad.
¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús! Vos sois rica y nosotros somos pobres; Vos todo lo tenéis, y nosotros no tenemos nada. Viéndonos postrados ante Vos, ¿permaneceréis insensible a nuestros gemidos? ¿Será inútil que permanezcamos cerca de Vos y que llamemos a la puerta del Corazón de vuestro divino Hijo? ¿Por ventura no sois Vos la Madre de Misericordia?
No tengáis a menos socorrer a hijos que gimen bajo el peso de tantas tribulaciones, libradlos de tantos males como les afligen y apartad de ellos los ataques de su infernal enemigo.
¡Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Que vuestro virginal manto cubra siempre a vuestros hijos; guardadlos, son vuestros para siempre.

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces).

 

DÍA CUARTO

EL MANANTIAL INAGOTABLE DE TODO BIEN ¡Oh celeste Tesorera del Corazón de Jesús, de ese Corazón que es el manantial inagotable de todas las gracias y el que podéis abrir a vuestro gusto!

Comenzar con la oración del Acordaos y la oración preparatoria para todos los días.

MEDITACIÓN
Cada día, ioh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, torrentes de gracias se derraman por vuestras manos en todo el mundo.
Gracias de conversiones, de perseverancia, de martirio, de Apostolado, de resistencia a las tentaciones, de generosidad en el servicio de Dios.
Gracias de oración, de virtudes, de consuelos, de socorros, de arrepentimiento, de fervor.
Gracias para cada instante de la vida, para cada circunstancia dichosa o desgraciada, para cada dificultad… y todas estas gracias espirituales o temporales salen juntas del Corazón de Jesús, del Corazón de vuestro divino Hijo.
Muchos siglos ha que esta fuente perenne no cesa de manar esas maravillosas aguas que refrescan y apagan la sed de las almas, que fortalecen toda flaqueza, curan toda languidez, quitan el gusto de los falsos placeres de aquí abajo y dan la sed de los verdaderos bienes del Cielo.
Hasta el fin de los siglos, esta fuente que nadie puede agotar, y que parece hacerse cada día más caudalosa, derramará por todas partes con profusión las riquezas de la vida…, los fieles oirán siempre a Jesús que les dice, mostrándoles su Corazón: «si alguno tiene sed, que venga a Mí y beba».
Mas, ¿dónde está el acueducto admirable que pone a las almas sedientas en comunicación con esta fuente de delicias? ¿Qué mano ha recibido la dulce misión de dirigir esas aguas bienhechoras, y velar con preferencia para que las tierras más incultas, las almas más atribuladas, los corazones más enfermos, las reciban y encuentren su paz?
Sois Vos, ¡oh Ntra. Sra. del Sagrado Corazón!, la que podéis abrir a vuestro gusto el Corazón de Jesús, dispensar sus gracias y colmar a vuestros hijos de sus más preciosos favores. ¡ Cómo me alienta y regocija este pensamiento!

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces)

 

DÍA QUINTO

EL AMOR Y LA MISERICORDIA Para derramar sobre los hombres todos los tesoros de amor y de misericordia del Sagrado Corazón.

Comenzar con la oración del Acordaos y la oración preparatoria para todos los días.

MEDITACIÓN
Amaros, ¡oh Dios mío!, y ser amado de Vos, tal es en verdad la única cosa necesaria: amaros, ioh Dios mío!, es daros con alegría, enteramente y para siempre, todo lo que somos y cuanto poseemos, nuestro cuerpo, nuestra alma, nuestra voluntad, nuestro porvenir.
Ser amado de Vos, es ser prevenido por vuestras gracias; ser enriquecido con vuestros beneficios; ser llamado a vuestra eterna herencia; ser consumido en la unión con Vos, y ser transformado en Vos para no formar más que un solo corazón.
Superando todos los obstáculos, traspasando todos sus límites, sustrayéndose a toda medida, esos dos amores más fuertes que la muerte han llenado al mundo de los más estupendos prodigios.
El amor que nos tenéis ha inventado el pesebre, la cruz, el altar.
El amor que nos inspiráis ha inventado la virginidad, el apostolado, el martirio.
Los dos han llegado ya hasta los últimos sacrificios; ambos prosiguen no obstante su generosa lucha, siendo la admiración de los ángeles y de los hombres.
Como nueva prueba de vuestra infinita caridad, ¡oh Jesús!, nos mostráis ahora mejor que nunca vuestro Corazón con todos los tesoros de amor que encierra, pero queréis transmitirlos por las manos de María.
Vos sois, pues, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, la que nos comunicaréis este brillante testimonio de las bondades divinas.
En vuestras manos iremos también nosotros a depositar nuestro corazón para que lo ofrezcáis de parte nuestra a vuestro divino Hijo.
Mas, para que alcance la gracia de amar a Dios un pecador como yo, necesita, sobre todo, los tesoros de la Divina Misericordia.
Tengo grandes deudas que pagar, mis faltas son muchas, me hallo desfallecido en el camino de la vida, desnudo de méritos, debilitado por el mal, soy con frecuencia víctima del demonio.
Ante todo, ¡oh Madre mía!, alcanzadme la clemencia del Corazón de Jesús y derramad sobre las llagas de mi alma el bálsamo que El os ofrezca.
Me ha perdonado ya tantas veces, que siento temor y vergüenza al tener que pedirle un nuevo perdón. Vos disponéis de ese Corazón, en el que se encierran los tesoros de la misericordia; espero, por vuestra intercesión, alcanzar para mi y para los pecadores, por quienes me intereso, la gracia de una sincera y duradera conversión.

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces)

 

DÍA SEXTO

 

LA LUZ Y LA SALVACIÓN Los tesoros de luz y de salvación que encierra el Sagrado Corazón.

Comenzar con la oración del Acordaos y la oración preparatoria para todos los días.

MEDITACIÓN
El camino del Cielo es estrecho, está cubierto de abrojos y de espinas, sembrado de rocas, rodeado de precipicios sin fondo, infestado de ladrones que detienen y despojan a las almas. Es difícil conocerle y costoso el subir por él.
¡Desgraciado del que le emprende solo, sin defensa, en medio de las tinieblas del pecado!
¡Desgraciado del que, para hacer esta gloriosa, pero difícil peregrinación, no se provee de un buen guía, de una luz segura, de un arma poderosa! Camina indefectiblemente a su perdición, y es incapaz de conquistar el Reino de los Cielos. Para evitar tal desventura, ioh mi muy amada Soberana!, yo busco y encuentro en Vos todos los medios que me son necesarios; la luz os rodea como un vestido, el Sagrado Corazón de Jesús es el resplandeciente foco de esa luz, y a vuestro maternal poder pertenece hacer llegar hasta nosotros sus más suaves rayos.
lluminadnos, ioh María!, dadnos a conocer el camino que debemos seguir, las súplicas que debemos hacer, los peligros que debemos evitar. Haced que conozcamos nuestras miserias para que las lloremos; las grandezas de Dios para que las adoremos; las bondades del Corazón de Jesús para que las amemos; vuestra solicitud tan llena de ternura para con nosotros, para excitarnos a una justa y perseverante confianza.
No os contentéis, ioh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, con mostrarnos el camino; sed también nuestra guía. Jesús irá con Vos; en su Corazón, que Vos nos tendréis siempre abierto, encontraremos armas para pelear victoriosamente contra los más crueles enemigos de nuestra salvación.
Nuestra salvación, ioh Madre mía! Cuando pienso que podéis alcanzar para mí y para todos los que me son caros esta gracia de gracias, olvido todas las demás. En efecto, ¿de qué nos servirían la ciencia, la salud, el feliz éxito, en nuestras empresas, el término de nuestras pruebas y hasta los mismos consuelos de la piedad, si no hubiéramos de morir, por fin, con la muerte de los justos, y si nuestros últimos instantes no hubieran de ser semejantes a los de los Santos.

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces)

 

DÍA SÉPTIMO

 

LA SUPLICA Concededme, os lo suplico, el favor que solicito.

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MEDITACIÓN
Aunque fuese yo el único que os dirigiese mi súplica, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, la vista de mi fragilidad, de mis faltas, de mis ingratitudes, no sería suficiente para destruir la filial confianza que tengo en Vos, cerraría los ojos sobre mi indignidad, y el clamor de mi alma llegaría hasta los pies de vuestro trono.
Mas estoy muy lejos de encontrarme solo suplicandoos.
Dichoso miembro de esta piadosa y amada Asociación que os invoca bajo el hermoso título de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, tengo millones de hermanos y hermanas que ruegan conmigo y por mí. Militan en este nuevo ejército de cristianos, consagrados a Vuestra gloria, muchos santos y obispos, llevando a su cabeza el Pontífice supremo; legiones de misioneros y de sacerdotes, numerosos coros de vírgenes, congregaciones enteras de religiosos, una multitud de fieles de todas las edades y de todo mérito; y esta grande familia extendida por toda la superficie de la tierra no forma más que un solo corazón y una sola alma; todas las intenciones están unidas y cada uno ruega por las intenciones de todos.
Os ofrezco, pues, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, todas las oraciones de tantas almas fervorosas, y en consideración de sus virtudes os suplico que concedáis el favor que solicito…
Si nunca hubierais atendido a los pecadores ¡oh mi buena Madre!, sería grande mi temeridad en presentarme el primero; hay sin embargo algo que me movería a hacerlo sin temor… Pero más fácil sería contar las arenas de una playa que calcular el número de pecadores favorecidos por vuestra protección y atendidos en sus ruegos.
¿Y por ventura no, vemos, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, la prontitud con que nos colmáis de bienes en vuestra amada Asociación?
iCuántos miles de acciones de gracias suben diariamente hacia Vos de entre nuestros hermanos!
Cuántas curaciones consideradas imposibles! ¡Cuántas conversiones notables que parecían desesperadas!
Cúántas pruebas auténticas de estas maravillas en vuestros Santuarios!
Cuántos exvotos, cuántas inscripciones sobre el mármol publican vuestros favores!
¡Cuántas lámparas y cirios encendidos en vuestro altar como testimonio de reconocimiento!
¿Queréis acaso, ¡oh María!, que sea yo el único que os invoque en vano? ¿No querréis, antes bien, obligarme a daros gracias y darme a conocer una vez más que sois verdaderamente Nuestra Señora del Sagrado Corazón?

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces)

 

DÍA OCTAVO

 

NO HAY DESAIRE No, no puedo recibir de Vos desaire alguno

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MEDITACIÓN
Es muy poderosa María sobre el Corazón de su divino Hijo para que no pueda alcanzarme la gracia que le pido. Roguémosle, pues, que hable por nosotros al Corazón de su Hijo, como nos lo aconseja San Bernardo.
«Sí, ciertamente, oh María!, a Vos toca hablar a ese Corazón, a Vos que tenéis en El un fiel corresponsal, quiero decir al amor filial, que se adelantará a recibir al amor materno y prevendrá sus deseos.»
¿Podréis Vos temer recibir desaire alguno cuando habláis al Salvador? Su amor intercede en favor nuestro, su misma naturaleza lo solicita por nosotros; se accede fácilmente a los. ruegos cuando se está ya vencido por el amor.
«Por esta razón, María habla siempre con eficacia, porque habla a un Corazón ya ganado enteramente, porque habla a un Corazón de Hijo…», dice San Bernardo.
«Interceded por nosotros, ¡oh Bienaventurada María! Vos que tenéis en vuestras manos, sí, me atrevo a decirlo, la llave de las bendiciones divinas. Vuestro Hijo es esta misteriosa llave con la que se abren los tesoros del Padre Eterno» (Bossuet).
No, no puedo recibir desaire, porque el negocio por el que acudo a Vos es importante, difícil, desesperado, no tiene otro recurso sino vuestro poder, ¡oh María! ioh mi soberana! Os suplico por lo que más amáis, que me alcancéis del Corazón de Jesús la gracia que solicito.

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DÍA NOVENO

 

LA ESPERANZA Y puesto que sois nuestra Madre, ¡oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, acoged favorablemente nuestros ruegos y dignaos atenderlos. Así sea.

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MEDITACIÓN
Me postro a vuestros pies, oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, para dar fin a mi Novena de Preces, y siento la necesidad de daros las gracias aun antes de conocer el resultado de mis súplicas.
La paz que experimento, la esperanza que va aumentado en mi alma, el amor más ardiente que por Vos siente mi corazón, me hacen creer con raz
ón que no he solicitado en vano vuestro auxilio.
Habéis querido darme una nueva prueba de vuestro amor: seáis por ello mil veces bendita, ioh la mejor de todas las madres!, ¡oh la más poderosa de todas las reinas!
Si, corno lo espero, mi súplica es hoy atendida, nada será capaz de detener el transporte de mi reconocimiento y el sentimiento de un vivo gozo; publicaré vuestras alabanzas y diré muy alto que el medio más seguro para alcanzar la gracia es dirigirse a Nuestra Señora del Sagrado Corazón, y que es preciso acudir con toda confianza a ese trono de la eterna misericordia.
Si el favor que imploro es diferido por algún tiempo, lo esperaré con paciencia, sin cesar de pedíroslo; lejos de desalentarme, renovaré cada día con más ardor mis súplicas, porque espero siempre en vuestra bondad y porque Vos sabéis mejor que yo la hora y el momento en que me será más útil recibir el objeto de mis deseos.
En fin, si Dios quiere permitir que la gracia que pido me sea cambiada por alguna terrible prueba, o por algún sacrificio no esperado, entonces, sobre todo, ioh Nuestra Señora del Sagrado Corazón!, tendría yo más necesidad de vuestra ayuda, para que renovarais en mí el espíritu de fe y de resignación cristiana, y me hicierais comprender que este misterioso proceder de la Providencia se dirige a un bien mayor.
¡Oh mi celestial Protectora!, he obrado con Vos como un niño con su muy amada madre; os he dado a conocer mis padecimientos y mis temores, mis penas, mis tentaciones, mi fragilidad, mis riesgos; me echo en vuestros brazos; me entrego a vos, sé muy bien que no me dejaréis perecer…
Oh Nuestra Señora del Sagrado Corazón! Os suplico de nuevo oigáis mi plegaria y me concedáis todas las gracias que he solicitado durante esta Novena; extended vuestra protección sobre mí y sobre todas’ las personas que tantas veces os he recomendado; alcanzadnos del Corazón de Jesús la dicha de amarle aquí en la tierra y de reinar con El en el Cielo.

Terminar con la oración del Acordaos y la invocación: ¡Nuestra Señora del Sagrado Corazón, rogad por nosotros (repetir 3 veces)


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