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Cómo Convertirse en Hijo Espiritual del Padre Pío

¿Aún hoy es posible convertirse en hijos espiritual del Padre Pío?

Sí, porque su misión sigue vigente.

El Padre Pío tuvo numerosos hijos espirituales en vida, a quienes formaba y protegía.

Y sus hijos siguen creciendo aún después de su muerte.

El Padre Pío fue un hombre con una misión precisa.

Que el Papa Benedicto XV define de esta forma,

«El Padre Pío es uno de esos hombres extraordinarios que el Señor envía de vez en cuando a la tierra para convertir a las almas».

Su misión sigue siendo vigente aún hoy por los milagros que realizó y realiza, y por el legado de sus hijos espirituales, que se vuelcan en los grupos de oración.

 

EL COMIENZO DE LOS HIJOS ESPIRITUALES

El Padre Pío pisó por primera vez San Giovanni Rotondo en julio de 1916 y un año después ya tenía un grupo de hijos espirituales.

En principio se trataba mayormente de hijas espirituales, porque como todos sabemos las mujeres son más devotas que los hombres.

Sus primeras hijas espirituales relatan que comenzó a educarlas en los valores a partir de conferencias.

Pero su involucramiento con cada hijo espiritual era más profundo, porque las trataba como si fueran miembros de su familia.

En las memorias de Nina Campanile, una de las primeras hijas espirituales, menciona a 12 primeras hijas espirituales: Rachelina Russo, las hermanas Ventrella, Giovanna y Lucia Fiorentino, Lucía Campanile (la hermana de Nina), María y Antonietta Pompilio, María Ricciardi, Filomena Fini y Maddalena Cascavilia.

Fue revolucionario para su época porque les dijo que debían abstenerse de tomar la comunión sólo si tenían la certeza de estar en pecado mortal.

Y de esta forma se instauró la comunión diaria en San Giovanni Rotondo, porque la usanza era hacerlo una vez al mes y luego de una gran preparación espiritual.

Con su instrucción sobre la meditación y la oración mental las inducía a reflexionar y comprender las verdades cristianas.

Y también las instruía sobre el valor salvífico del sufrimiento, por amor a Jesús.

Las instruyo además sobre algunas devociones como la del Ángel Guardián, las súplicas a la Virgen de Pompeya, la devoción a la Virgen del Carmen, a Santa Ana, a la Asunción de la Virgen, a San Miguel Arcángel.

Y en especial las devociones de Navidad y de la Epifanía.

 

REVELACIONES DE NINA CAMPANILE

Nina Campanile era maestra de primaria de San Giovanni Rotondo y conoció al Padre Pío en 1916, transformándose en una de sus primeras hijas espirituales.

Se dice que fue la primera persona que vio los estigmas del Padre Pío.

En sus revelaciones cuenta varios hechos sobrenaturales que le sucedieron durante la relación.

Y que acrecentaron su confianza en el santo.

Ella cuenta que su madre estaba preocupada sobre el destino su hijo menor que había muerto en la guerra.

Nina consultó al Padre Pío y éste le respondió.

«Si la misericordia de Dios dependiera de lo que piensas, todos los hombres estarían en el infierno.

Él está salvado y necesita oraciones».

También menciona que en el primer año en que funcionó el grupo de hijas espirituales, su madre cayó enferma con fiebre alta.

Y los médicos le hicieron toda clase de tratamientos, pero no acertaban con el diagnóstico y su cura.

Entonces consultó al Padre Pío y éste le dijo que su madre tenía un caso grave de malaria.

Ese diagnóstico fue al que llegaron los médicos posteriormente.

En febrero de 1918 su hermana sufrió una fuerte caída desde una altura, perdió el conocimiento y los médicos le diagnosticaron graves contusiones internas que le provocarían la muerte en pocas horas.

Nina correo al convento para hablar con el padre Pío y éste le dijo,

«Esto es solo Dios que la está probando, pronto será sanada».

Esa noche estaba en la habitación del hospital alrededor del lecho su hermana inconsciente junto con una amiga cuando, de repente la amiga le dice que el padre Pío estaba presente.

Nina le pregunta dónde está que no lo ve, y la amiga le contesta que está presente en espíritu.

Le pregunta cómo sabe que es el padre Pío y la amiga le contesta que es porque está vestido como capuchino.

Le relata que se acerca a la enferma, dice “pobre niña” y permanece al lado de ella unos 10 minutos, luego de lo cual informa que el Padre Pío se fue.

Luego de esto su hermana recobró el conocimiento y comenzó a hablar, diciendo que se sentía mejor.

Nina había tomado la hora en que su amiga le había informado que el padre Pío había estado al lado de su hermana en el hospital, fue a las 8 de la noche.

Al día siguiente fue al convento y le preguntó al Padre Pío a qué hora había ido a ver a su hermana, y éste le respondió que a las 8:00 pm en punto.

Otro hecho que relata Nina es sobre su sobrino que servía como médico en un barco hospital, y ella escuchó que el barco había sido bombardeado.

Inmediatamente corrió hacia el convento para preguntarle al Padre Pío por su sobrino.

Y éste le contesto

«Cálmate, él estaba en el puerto y no en el barco».

El padre Pío no tenía cómo saber que su sobrino se había quedado en tierra.

También Nina relata las revelaciones que le hizo el Padre Pío sobre la misión que tenía la tierra.

El Padre Pío le dijo que cuando tenía 16 años y estaba en el noviciado escribió,

«Tú (Señor), que me escondiste a los ojos de todos, ya desde entonces, habías confiado a tu hijo una misión grandísima, misión que sólo tú y yo conocemos».

Y refiriéndose a la misión dijo,

«Liberar a mis hermanos de los lazos de satanás.

Poner fin a la ingratitud de los hombres para con Dios, nuestro Sumo Bienhechor.

Hacerles participar de la vida del Resucitado».

También le contó que en la mañana del 20 de septiembre de 1918 se le apareció Cristo crucificado y le pidió meditar y compartir sus sufrimientos por la conversión de los pecadores.

A lo que el padre Pío le preguntó qué debería hacer.

Y oyó estas palabras,

«Te asocio a mi pasión».

Por lo tanto su misión era guiar a sus hijos espirituales para que estos hicieran sacrificios para la conversión de los pecadores.

 

MÁS EVIDENCIAS

El padre Pío también ha dicho una serie de frases que definen claramente lo que pensaba sobre su relación con sus hijos espirituales.

«Hice un pacto con el Señor: ocuparé mi lugar en la puerta del paraíso, pero no entraré hasta que haya visto entrar al último de mis hijos espirituales».

«Cuando el Señor me confía un alma, la coloco en mi hombro y nunca la suelto«.

«Yo le digo a María: aquí están los hijos de tu Hijo«.

«Ay de aquellos que ponen una mano sobre mis hijos espirituales».

«A mis hijos espirituales: mis oraciones por ustedes nunca faltarán«.

«Si uno de mis hijos espirituales se extravía, dejaré mi rebaño y lo buscaré».

Una de sus hijas llamada Vittorina Ventrella, le contó al Padre Pío que había tenido una visión de él emitiendo rayos de luz, formados por cantidad de rosas blancas y rojas.

Cuando le contó al Padre Pío éste le respondió,

«¡Oh! Viniste a preguntarme sobre lo que viste anoche.

Los rayos son los grupos de oración. Las rosas blancas son las almas que viven en gracia. Las rosas rojas son las almas que llevan la cruz conmigo».

Y también le contó su dolor cuando pensaba que iba a ser de ellos cuando él muriera.

Éste le contestó

«Estaré aquí en medio de ti, más que antes.

Ven a visitar mi tumba.

Antes, para hablarme, tenías que esperar.

Entonces, soy yo quien estará esperando allí.

¡Ven a mi tumba y recibirás más de lo que recibiste antes!».

El padre Pío manejaba una regla de oro de 5 puntos que debían cumplir sus hijos espirituales.

padre Pio confesando

 

LA REGLA DE 5 PUNTOS DEL PADRE PÍO

Por los hijos espirituales del Padre Pío sabemos cómo operaba el santo y que les recomendaba para vivir una vida santa, y así poder llegar a la cima celestial.

Por ellos sabemos que el padre Pío les daba una regla de 5 puntos, que él mismo no le llamó así, para que la practicaran diariamente.

En estos cinco consejos estaba como cabecera la Confesión.
.
Y curiosamente no aparece la oración, el Rosario, oración central del padre Pío.

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Pero lo que sucede es que la oración era tan importante para él y tan recalcada permanentemente, que estaba fuera de cualquier recomendación; estaba implícita.

Algo así como: “además de la oración permanente tienes que seguir esto…”

pintura padre pio fondo

 

I – Confesión semanal

La confesión es el baño del alma.

Tienes que ir al menos una vez a la semana.

No quiero que las almas se mantengan alejadas de la confesión más de una semana.

Incluso una habitación limpia y no ocupada recoge polvo; regrese después de una semana y verá que se necesita quitar el polvo de nuevo”

Padre Pio confesando y multitud esperando

 

II – Comunión diaria

“Es muy cierto, no somos dignos de tal regalo.

Sin embargo, acercarse al Santísimo Sacramento en estado de pecado mortal es una cosa, y considerarse indigno es otra muy distinta.

Todos nosotros somos indignos, pero es Él quien nos invita.

Él es quien lo desea.

Humillémonos y recibámoslo con un corazón contrito y lleno de amor”.

foto del padre pio

 

III – Examen de conciencia cada noche

Alguien le dijo al Padre Pio que pensaba que un examen de conciencia cada noche era inútil, porque él sabía lo que era el pecado, ya que lo cometió.

Ante esto, el Padre Pío contestó:

“Eso es muy cierto.

Pero cada comerciante experimentado en este mundo no sólo mantiene un seguimiento durante todo el día de si ha perdido o ganado en cada venta.

Sino que por la noche, él hace la contabilidad del día para determinar lo que debe hacer al día siguiente.

De ello se desprende que es indispensable hacer un riguroso examen de conciencia, breve pero lúcido, todas las noches”.

padre pio confesando a un hombre

 

IV – Lectura Espiritual Diaria

“El daño que viene a las almas de la falta de lectura de libros sagrados me hace estremecer.

Lo que el poder espiritual de la lectura tiene que dar lugar es a un cambio de rumbo, y hacer que incluso la gente del mundo entre en el camino de la perfección”.

Padre Pio con una familia

 

V – Oración Mental dos veces al día

“Si no tiene éxito en meditar bien, no deje de hacer su deber.

Si las distracciones son numerosas, no se desanime; haga la meditación de la paciencia, y todavía se beneficiará.

Decida sobre la duración de su meditación, y no deje su lugar antes de terminar, incluso si tiene que ser crucificado.

¿Por qué se preocupa tanto porque no sabe cómo meditar como le gustaría?

La meditación es un medio para llegar a Dios, no es un objetivo en sí mismo.

La meditación tiene como objetivo el amor de Dios y al prójimo.

Ame a Dios con toda su alma y sin reserva, y amará a su prójimo como a usted mismo, y usted tendrá la mitad cumplida de su meditación”.

 

LA CONFESIÓN TENÍA UN LUGAR CENTRAL EN LA RECOMENDACIÓN DEL PADRE PÍO

En la regla de 5 puntos podemos ver que el Padre Pío pone en primer lugar a la confesión, pero además él fue un gran confesor.

Pasaba muchas horas diarias confesando durante su ministerio en el Convento de San Giovanni Rotondo.

Él sabía que hay poderes ocultos en la Confesión.
.
Pero pocas veces nos detenemos a contemplar cómo el alcance de este sacramento elimina la vanidad, que es el inhibidor de la santidad, y purga el mal.

Un exorcista de Roma escribió que ¡la confesión es tan potente contra el enemigo como un exorcismo formal!

Al purgar la oscuridad, purgamos los demonios.
.
Y cuando purgamos a los demonios, a menudo establecemos el camino para la cura.
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Cristo mostró que muchas enfermedades son causadas por espíritus inmundos.

confesion

Tendemos a pensar que la confesión siempre estuvo con nuestra Iglesia, que como sacramento, es el gemelo de la Comunión.

Sin embargo no comparten la misma historia. Mientras la Eucaristía fue instituida por Jesús en la Última Cena, la confesión vino a través de otras partes de la Escritura.

Ten en cuenta que cuando Jesús otorgó la misión de perdonar los pecados a sus ministros (apóstoles), les dijo

“como el Padre me envió, también yo os envío…. Recibid el Espíritu Santo.

A quienes perdonéis los pecados, les serán perdonados, y a quienes se los retengáis, les quedarán retenidos” (Juan 20:21-23).

Es falso llamarlo un sacramento relativamente reciente (como lo hacen algunos, diciendo que la confesión oral no comenzó sino hasta 1215, en el IV Concilio de Letrán).

De hecho, al tiempo que ha cambiado, al igual que la propia misa, hubo confesión desde los primeros días de la Iglesia (la tradición fue desde el principio) – a menudo implicando años de actos penitenciales.

Se señala que en los escritos cristianos más antiguos, como la Didaché del primer del siglo, que hay indefinidos procedimientos de confesión.

Pero la confesión verbal está en la lista como parte de las necesidades de la Iglesia en la época de Ireneo – lo que significa alrededor del año 180.

estatua padre pio fondo

Fue durante el siglo VII que los misioneros irlandeses comenzaron la práctica las penitencias “privadas” que no requerían penitencias públicas y de largo plazo.

Lo que el Concilio Lateranense IV hizo fue establecer la obligación de confesarse por lo menos una vez al año.

El Concilio de Trento (1551) reafirmó esto.

San Ambrosio  († 397) reprendió a los  Novacianistas (los primeros cristianos después de antipapa Novaciano) que

“profesaban la reverencia por el  Señor de reservar a él solamente el poder de perdonar los  pecados. Gran error”.

San Agustín († 430) advirtió a los  fieles:

“No escuchemos a los que niegan que la Iglesia de Dios  tiene poder para perdonar todos los pecados.”

San Atanasio († 373):

“Como el hombre a quien el cura bautiza es iluminado por la gracia del Espíritu Santo, esto hace que quien esté en falta confiese sus pecados, recibiendo a través del sacerdote, el perdón en virtud de la gracia de Cristo”.   

Dicho todo esto, es bueno meditar en el poder de este sacramento.

confesionarios de medjugorje

En este punto es interesante un libro de John A. Kane, “Cómo hacer una buena confesión”, que incluye el “examen de conciencia” como lo pide diariamente el Padre Pío en su Regla de 5 puntos.

Kane explica que cuando los que han nacido católicos, pero se desviaron, vuelven a convertirse, eso realmente debería implicar trabajar el “arrepentimiento”.

Cuando regresemos, nos arrepentimos y nuestros ojos se vuelven a abrir.
.
Y con ello viene la alegría, porque con ello viene el Espíritu Santo.

Como Kane dice:

El fin del dolor, tanto natural como sobrenatural, es la corrección, el cambio.

El dolor sobrenatural debe destetar el alma del pecado y convertirla a Dios.

Debe, en otras palabras, trabajar el arrepentimiento, para que arrepentirse sea cambiar“.

La conversión es, literalmente, un giro del alma y todas sus facultades para discernir y actuar sobre el pecado, para completar la consonancia con la voluntad de Dios.

“El verdadero arrepentimiento es fácil de discernir”, escribe Kane.

“La mortificación es su alma:
.
cuando repetidamente resistimos a nuestra pasión dominante;
.
cuando eliminamos las causas que la llevan a la acción;
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cuando cortamos la raíz del pecado;
.
cuando nos probamos a la voz seductora del amor propio, que siempre trata de desacreditar las afirmaciones de la conciencia;
.
cuando nos molesta la triple concupiscencia del mundo, la carne y el diablo;
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cuando nos guiamos por la filosofía divina del Evangelio y no por las máximas inciertas y cambiantes del mundo;
.
cuando el espíritu de abnegación está completamente tejido en las fibras de nuestra vida religiosa como para hacernos inmunes a las exhalaciones venenosas de lo mundano, la sensualidad y el orgullo;
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cuando hay un cambio sustancial y no accidental en nuestra actitud hacia el pecado en sus formas complejas;
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cuando la cruz es para nosotros la prueba y la medida del éxito;
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cuando se aprende el secreto de la santidad de su máximo exponente y ejemplo, Jesucristo, que “no desobedeció”;
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cuando rasgamos nuestros corazones y no nuestras prendas, y giramos por completo al Señor, nuestro Dios;
.
entonces y sólo entonces estamos verdaderamente arrepentidos”.

En otras palabras: si no trabajamos activamente – y con gran tenacidad – para purgar las malas inclinaciones, no se está verdaderamente arrepentido, o sea convertido.

“Velad y orad”, dijo Jesús (Marcos 14:38), “para que no entréis en tentación.”

Aquí hay una oración que debiera ser constante para nosotros, la del publicano:

“¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!” (Lucas 18:13).

padre pio bendiciendo

No podemos repetir esta oración con suficiente frecuencia.

La diferencia esencial entre el arrepentimiento verdadero y el falso muestra la necesidad indiscutible de la sinceridad con Dios”, dice el libro, y esto apunta directamente a la confesión.

Nuestro servicio a Dios debe estar libre de la duplicidad.

Cristo impone esta verdad: “El que no está conmigo está contra mí” (Mateo 12:30).

Dios no puede tolerar ningún tipo de compromiso con el pecado. “El que conmigo no recoge, desparrama” (Mateo 12:30).

El hombre que trata de negociar con Dios es un hombre débil. Confesar y no cambiar es una traición en contra de Dios.

El ojo del alma debe estar en buen estado.

En la convicción de que somos pecadores, debemos agregar la honestidad en el trato con nuestros pecados, para hacer frente a Dios por su perdón.

La gracia no sólo puede revelar al alma su debilidad característica, sin la capa que el deshonesto amor propio oculta.
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Sino que también puede contrarrestar el veneno mortal del pecado y darle al alma la fuerza moral para vencer al tentador traicionero.

Las 5 Reglas del Padre Pío apuntan directamente a esto.

Estas son las consideraciones del Padre Mena sobre la Confesión.

Haz click en el botón rojo para oír al Padre Mena.

 

Roberto Mena, S.T. es un Siervo Misionero de la Santísima Trinidad, originario de Guatemala, Centroamérica y vive en EE,UU. Es Asistente en Comunicaciones para www.trinitymissions.org

padre pio orando

 

EL PADRE PÍO ACONSEJABA MUCHA ORACIÓN

El Padre Pío era un hombre de profunda oración, siempre con su rosario en la mano.

Y como él, tenemos que ser personas de oración seria.

San Padre Pio dijo: “El Rosario es el arma para estos tiempos”

Eso es tan cierto hoy como lo fue cuando San Padre Pio caminó en esta tierra.

La oración cambia la historia, que cambia los corazones, y cambia el mundo.

Debemos confiar en la bondad de Dios y en el poder de la oración para sobrellevar y solucionar los problemas de este mundo.

A través de ella debemos vivir la vida cristiana. Ser cristiano es un proceso de conversión de toda la vida.

Debemos hacer batalla con el pecado y la debilidad, pero hay que empezar a vivir seriamente una vida ordenada a la santidad.

Realmente hay que poner a Cristo y nuestra fe católica en primer lugar, no nuestro partido político, el deseo de individualismo, o posesiones materiales.

Nuestra alegría debe irradiar a través de nuestras comunidades. La santa alegría es contagiosa

Debemos orar por nuestros enemigos.
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Cristo nos obliga a orar por nuestros enemigos.
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Es difícil.
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Nos toma años orar por aquellos que realmente nos han hecho daño, pero te ha cambia.

Y quién sabe en qué más tus oraciones podrían haber impactado.

No hay límite a cómo Dios nos usará para traer al mundo para conformarse con la Santísima Trinidad.

Necesitamos orar por las almas de los delincuentes.

Esto hubiera hecho el Padre Pío actualmente ante el martirio de tantos cristianos.

Debemos orar por la paz.

Padre Pío oye el canto de Beniamino Gigli

 

COMO SER HIJO ESPIRITUAL DEL PADRE PÍO HOY

El padre Pío al final de sus días, tuvo la propuesta de Fray Modestino de Pietrelcina, un hermano de convento, de hacerse cargo de los hijos espirituales de él.

En el libro «Fra Modestino da Pietrelcina, testigo del Padre», Modestino cuenta que le dijo al Padre Pío durante una confesión,

«Padre, me gustaría asumir, como sus hijos espirituales, a todos aquellos que se comprometen a recitar todos los días un rosario y celebrar una santa misa según sus intenciones de vez en cuando. ¿Puedo hacerlo, o no?»

Y el Padre Pío le contesto,

«¿Y puedo renunciar a este gran beneficio? Haz lo que me pidas y te ayudaré«.

Incluso más adelante le diría,

«Hijo mío, amplía tanto como puedas el número, porque se benefician más ellos mismos que Dios.

Diles que les entrego todo mi corazón, siempre que sean perseverantes en la oración y en el bien».

Y finalmente unos días antes de su muerte el Padre Pío se quitó el rosario que llevaba habitualmente en la muñeca, se lo dio a Fray Modestino y le dijo,

«Te encomiendo el Santo Rosario. Divúlgalo entre mis hijos».

A partir de ahí los hijos espirituales del Padre Pío se reunieron todas las noches en la tumba del Padre Pío en San Giovanni Rotondo, para recitar el rosario.

Y Fray Modestino diría posteriormente,

«Todos aquellos que, desde sus hogares, se unan a la oración que el Padre prefería, de 21 a 21:30, y ocasionalmente hagan una Santa Misa según las intenciones del Padre Pío, pueden convertirse en sus hijos espirituales.

Lo aseguro bajo mi responsabilidad personal».

Fray Modestino murió en el año 2011 pero los grupos de oración del Padre Pío continuaron expandiéndose.

Puedes obtener más información sobre estos grupos de oración en este sitio http://www.padrepiogroup.com

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Impresionantes Meditaciones de Navidad del PADRE PÍO [sobre el Niño Jesús]

Cercano a la Navidad el Padre Pío armaba su pesebre de niño escrupulosamente.

Y se pasaba horas cantando y orando por el nacimiento.

Esto había sido fruto de su padre espiritual, San Francisco de Asís.

padre pio en navidad

Era tal su fascinación por el niño Jesús y el misterio de Navidad que escribía a sus hijos espirituales recomendaciones para que la Navidad diera mucho fruto en ellos.

Una de sus hijas espirituales, Cleonice Morcaldi comentó,

“En Navidad, la cara del Padre Pío se transformaba. Él estaba en continuo éxtasis.

Como San Francisco, estaba viendo a un Niño Jesús vivo, como lo estaba en la gruta de Belén.

Celebraba las tres Misas Navideñas una tras otra en la misma noche. Él lloraba mucho”.

 

CONSTRUYENDO EL PESEBRE O BELÉN

Desde algunos días antes de esta fecha, en Piana Romana, mientras sus padres trabajaban en el campo, modelaba con barro las pequeñas imágenes del nacimiento.

Las colocaba en una pequeña gruta excavada en la pared más grande de la casa, y, con genial creatividad, preparaba las lucecitas, llenando con unas pocas gotas de aceite y un poco de estopa las conchas vacías de los caracoles.

Las elegía con atención entre las más bellas, que limpiaba por dentro, o, mejor, que hacía limpiar a su amigo Luis Orlando, ya que «no tenía el coraje de llevar a cabo esta operación».

pesebre en una mesa fondo

Después, colocaba alrededor de la gruta grandes trozos de musgo que sacaba del tronco de los árboles con un cortaplumas.

Y permanecía horas y horas delante del nacimiento, cantando nanas y rezando el Ave María.

De mayor, contaba los días que faltaban para Navidad. Enviaba a todos sus augurios de paz, de serenidad, de alegría.

«El celeste Niño te conceda experimentar en tu corazón todas las santas emociones que me hizo gozar a mí en la bienaventurada noche, cuando fue colocado en el pobre portal» (Ep I, 981).

«Un rayo del gran misterio de amor os invada a todos y os transforme en él» (Ep IV, 275).

«El divino Infante renazca en su corazón, lo transforme con su santo amor y le haga digno de la gloria de los bienaventurados» (Ep IV, 214).

«El celeste Niño esté siempre en su corazón, lo gobierne, lo ilumine, lo vivifique, lo transforme en su eterna caridad» (Ep IV, 508).

 

SUS RECOMENDACIONES PARA CELEBRAR LA NAVIDAD

En Navidad, el rostro del Padre Pío se iluminaba. Sus labios dibujaban sonrisas de alegría.

Su corazón no lograba contener la ternura, el amor por Jesús Niño.

Se detenía horas y horas delante del nacimiento a meditar las enseñanzas que brotan de la gruta de Belén.

natale-con-padre-pio

Cada gesto manifestaba la apremiante, íntima y sentida devoción del Padre Pío hacia el Verbo de Dios hecho carne, que

«renunció incluso a un modesto alojamiento entre los parientes y conocidos en la ciudad de Judá y, al ser rechazado por los hombres, pidió refugio y auxilio a viles animales, eligiendo su establo como lugar de nacimiento y su aliento para calentar su tierno cuerpecito» (Ep IV, 971).

En los días que precedían a Navidad, el Padre Pío escribía a sus hijos espirituales mensajes como éstos:

«Al comenzar la santa novena en honor del santo Niño Jesús, mi espíritu se ha sentido como renacer a una vida nueva.
.
El corazón se siente demasiado pequeño para contener los bienes del cielo.
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El alma se siente deshacerse completamente ante la presencia de nuestro Dios, que se ha hecho carne por nosotros.

¿Cómo resignarse a no amarlo cada día con nuevo entusiasmo?

Oh, acerquémonos al Niño Jesús con corazón limpio de culpa, que, de este modo, saborearemos lo dulce y suave que es amarlo» (Ep II, 273).

«Estate muy cerca de la cuna de este gracioso Niño…

Si amas las riquezas, aquí encontrarás el oro que los reyes magos le dejaron.

Si amas el humo de los honores, aquí encontrarás el del incienso; y si amas la delicadeza de los sentidos, sentirás el olor de la mirra, que perfuma por entero la santa gruta.

Sé rica de amor hacia este celeste Niño, respetuosa en la actitud que tomes ante él en la oración, y plenamente dichosa al sentir en ti las santas inspiraciones y los afectos de ser singularmente suya» (Ep III, 346s).

padre pio con niño jesus en brazos

 

10 PENSAMIENTOS DEL PADRE PÍO SOBRE EL NACIMIENTO DE JESÚS

 

1 – LA TERNURA DE LA NAVIDAD

“Todas las fiestas de la Iglesia son hermosas… la Pascua, sí, es la glorificación… pero la Navidad posee una ternura, una dulzura infantil que me atrapa todo el corazón

 

2 – LÁGRIMAS DE GRATITUD

¡Qué feliz me hace Jesús! ¡Qué suave es su espíritu! Pero yo me confundo y sólo consigo rezar y repetir: “Jesús, pan mío”“

 

3 – LOS VAGIDOS DE JESÚS

“Sólo se oyen los vagidos y el llanto del niño Dios y con este llanto y estos vagidos ofrece a la justicia divina el primer rescate de nuestra reconciliación…”

 

4 – EL MÁS PEQUEÑO DE NOSOTROS

Que el Niño Jesús te colme de sus divinos carismas, te haga probar las alegrías de los pastores y de los ángeles y te revista todo con el fuego de esa caridad por la que se hizo el más pequeño de nosotros, y te convierta en un niño pequeño lleno de amabilidad, sencillez y amor”

 

5 – DULCÍSIMO JESÚS

Que el dulcísimo Niño Jesús os traiga todas las gracias, todas las bendiciones, todas las sonrisas que plazca a su infinita bondad…”

niño jesus fondo

 

6 – JESÚS LLAMA… MOVIDOS POR SU GRACIA CORREN

Jesús llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles para manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma ciencia.

Y todos, movidos por el influjo interior de su gracia, corren hacia él para adorarle. Nos llama a todos con las inspiraciones divinas y se comunica a nosotros con su gracia

 

7 – LA JUSTIFICACIÓN DE LOS PECADORES

Nuestra justificación es un milagro extremadamente grande que la Sagrada Escritura compara con la resurrección del Maestro divino.

Sí, querida amiga, la justificación de nuestra impiedad es tal que bien podemos decir que Dios mostró su potencia más en nuestra conversión que en sacar de la nada el cielo y la tierra, pues hay más contraposición entre el pecador y la gracia que entre la nada y el ser.

La nada está menos lejos de Dios que el pecador. Además, en la creación se trata del orden natural; en la justificación del impío, en cambio, se trata del orden sobrenatural y divino”

 

8 – JESÚS ES CON MAYOR RAZÓN PARA LOS PECADORES

Jesús es de todos, pero lo es con mayor razón para los pecadores. Nos lo dice él mismo: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos”.

“El Hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido”. “Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión”

 

9 – LO HACE PARA QUE SEAS MÁS HUMILDE

Nuestro Señor te ama tiernamente, hija mía. Y si no te hace sentir la dulzura de su amor, lo hace para que seas más humilde y te sientas despreciable.

No dejes por ello de recurrir a su santa benignidad con toda confianza, especialmente en el tiempo en el que nos lo representamos como cuando era un niño pequeño en Belén.

Porque, hija mía, ¿para qué toma esta dulce, amable condición de niño si no es para provocarnos a amarlo confidentemente y a entregarnos amorosamente a él?”

 

10 -PIDAMOS QUE NOS REVISTA DE HUMILDAD

“Pidamos al Niño divino que nos revista de humildad, porque sólo con esta virtud podemos gustar este misterio relleno de divinas ternuras

padre pio muestra el niño jesus a un cura

 

MEDITACIÓN DEL PADRE PÍO SOBRE EL NACIMIENTO DE JESUCRISTO

Lejos en la noche, en la época más fría del año, en una fría cueva, más adecuada para un rebaño de bestias que para los seres humanos, el prometido Mesías – Jesús – el salvador de la humanidad, viene al mundo en la plenitud de los tiempos.

No hay nadie que clame a su alrededor: sólo un buey y una mula dando su calor al recién nacido, con una humilde mujer y un hombre pobre y cansado, en adoración a su lado.

Nada puede ser oído, salvo los sollozos y gemidos del niño Dios. 

Y por medio de su llanto y lágrimas él ofrece a la justicia divina el primer rescate por nuestra redención.

Se esperaba desde hace cuarenta siglos; con suspiros de nostalgia los antiguos Padres habían implorado su llegada.
.
Las Sagradas Escrituras profetizan claramente la hora y el lugar de su nacimiento, y sin embargo el mundo está en silencio y nadie parece darse cuenta del gran evento.
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Sólo unos pastores, que habían estado ocupados cuidando sus ovejas en los pastos, vienen a visitarlo.
.
Visitantes celestiales les había alertado del suceso maravilloso, invitándoles a acercarse a su cueva.

¡Son abundantes Oh cristianos, las lecciones que brillan desde la gruta de Belén! 

¡Oh, cómo nuestros corazones deberían arder de amor por aquel que con tanta ternura se hizo carne por nosotros! 

¡Oh, cómo debemos arder con deseo de guiar al mundo entero a esta pobre gruta, refugio del Rey de reyes, más grande que cualquier palacio mundano, porque es el trono y el lugar de morada de Dios! 

Pidamos a este niño divino vestirnos de humildad, porque sólo por medio de esta virtud podemos gustar la plenitud de este misterio de la ternura divina.

Relucientes fueron los palacios de los orgullosos hebreos. Sin embargo, la luz del mundo no apareció en ninguno de ellos. 

Ostentosos con grandeza mundana, nadando en oro y en placeres, eran los grandes de la nación hebrea; llenos de conocimiento y orgullo vano estaban los sacerdotes del santuario.

En oposición al verdadero significado de la revelación divina, ellos esperaban un salvador entrometido, que vendría al mundo con fama y poder humanos.

Pero Dios, siempre dispuesto a confundir la sabiduría del mundo, rompe sus planes.

Contrariamente a las expectativas de los que carecen de la sabiduría divina, aparece entre nosotros, en la mayor abyección, renunciando incluso a nacer en la casa humilde de San José, negándose a sí mismo una morada modesta entre los familiares y amigos en una ciudad de Palestina.

Vitral en la Basílica del Padre Pïo en San Giovanni Rotondo
Vitral en la Basílica del Padre Pïo en San Giovanni Rotondo

Negado el alojamiento entre los hombres, busca refugio y consuelo entre los animales simples, eligiendo su vivienda como el lugar de su nacimiento, permitiendo que su respiración le de calor a su cuerpo tierno. 

Él permite que pastores sencillos y rústicos sean los primeros en presentarle sus respetos, después de que él les informó, por medio de sus ángeles, del maravilloso misterio.

¡Oh sabiduría y poder de Dios!, nos vemos obligados a exclamar – extasiados junto con su Apóstol – ¡cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos! 

Pobreza, humildad, abyección, desprecio, todo alrededor de la Palabra hecha carne. 

Pero nosotros, fuera de la oscuridad que envuelve a la encarnación de la Palabra, entendemos una cosa, oímos una voz, percibimos una verdad sublime:

¡Tú has hecho todo por amor, tú nos invitas a amar, a no hablar de otra cosa que de amor, darnos como pruebas de amor.

El bebé celestial sufre y llora en la cuna para que el sufrimiento nuestro sea dulce, meritorio y aceptado. 

Se priva de todo, para que podamos aprender de él la renuncia a los bienes terrenales y comodidades. 

Él está satisfecho con adoradores humildes y pobres, para animarnos a amar la pobreza, y preferir la compañía de los más bien pequeños y simples, que de los grandes del mundo.

Este niño celestial, toda mansedumbre y dulzura, desea impregnar en nuestros corazones su ejemplo de estas virtudes sublimes, de modo que a partir de un mundo que está roto y devastado, pueda brotar una era de paz y de amor.

Incluso desde el momento de su nacimiento nos revela nuestra misión, que consiste en despreciar lo que el mundo ama y busca.

¡Oh vayamos a postrarnos ante el pesebre, y junto con el gran San Jerónimo, que estaba inflamado con el amor del Niño Jesús, vayamos a ofrecerle todo nuestro corazón sin reservas.
.
Vamos a prometer seguir los preceptos que nos llegan desde la gruta de Belén, que nos enseñan que todo lo de aquí abajo es vanidad de vanidades, nada más que vanidad!”

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El pesebre de Greccio

 

EL PADRE PÍO HEREDÓ LA DEVOCIÓN DE SU PADRE ESPIRITUAL

Cuando Francisco de Asís armó el primer pesebre en Greccio la víspera de Navidad en 1223, con su escena del niño rodeado de animales vivos, la intención era humanizar el nacimiento del Mesías y así recordar a los cristianos medievales lo cerca que este Dios estaba.

Como señaló Francisco:

“Me gustaría recordar al niño que nació en Belén y recordar con mis propios ojos las penurias de su infancia, la forma de la cuna, y cómo, entre una vaca y un burro, estuvo su cuna en el heno”.

Esto estaba en consonancia con el impulso fundamental de Francisco para recuperar una perfección evangélica que volvía a insertar al creyente en la narrativa de la escritura.

Era experimentar de nuevo la pobreza y la humildad del niño Jesús. 

Por otra parte, había un deseo de situar la narración bíblica en la narrativa cósmica de la renovación de toda la creación.

Por un breve momento, las órdenes de la creación: de los ángeles al ser humano a los animales, todos se reunieron en una gloriosa armonía. 

Su efecto, sin embargo, fue más que esto.

Francisco había señalado inadvertidamente la naturaleza contingente de la vida y las «dificultades» de la existencia humana.

Imaginar la primera noche de Navidad como el momento en que lo divino se convierte humano, es reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la inestabilidad absoluta.

La madre biológica y el padre adoptivo tenían que tejer sus vidas juntos para formar un entorno protector en el que este niño pudiera crecer y realizar su destino.

De esta manera, las estructuras estabilizadoras de la familia formaron un marco para la estabilización de la eternidad.

En esa noche santa con el primer grito de sus pulmones, el Hijo entró plenamente en la inestabilidad de la existencia contingente. 

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De este modo, el Hijo comenzó un viaje en el que experimentó la vida de las criaturas cuya existencia depende totalmente de los demás.

El Hijo experimenta los movimientos de la emoción y el deseo que dan forma a la existencia humana.

Y así, los gritos del bebé apuntan hacia el hambre, la sed, la ira y el miedo que el Hijo sufriría durante su estancia en la tierra. 

Estos movimientos apasionados de la emoción y el deseo se convirtieron en la base de sus tentaciones para apartarse de la voluntad del Padre y hacer su propia voluntad humana. 

Ellos son la base por la cual todos los seres humanos sienten el deseo hacia el cielo o a lo demoníaco.

A medida que avanzamos hacia el día de Navidad y comenzamos la cuenta atrás para la epifanía, vamos a entrar de nuevo en el relato bíblico. 

Oigamos el llanto de un bebé mientras lucha con sus deseos de alimento emocional y físico.

Esos sonidos son los que evocaron San Francisco de Asís y su hijo espiritual el Padre Pío.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Vida y Milagros del Padre Pío (23 de septiembre)

El Padre Pío fue uno de los santos más grandes de la mitad del siglo XX.

Hay relatos de que él podría “leer las almas”.

Saber los pecados de los que se acercaban a él.

Bilocalizarse y realizar otros milagros, como por ejemplo de curación.

padre pio y angeles

Las personas cercanas a él dicen que él tenía con regularidad combate espiritual muy directo con las fuerzas demoníacas.

Pero lo que lo hizo más famoso, es haber tenido el don de los estigmas durante los últimos 50 años de su vida.

Sin embargo, el aspecto más definitorio de su vida santa, la parte que lo convirtió en un santo, fue su gran amor por Jesús y sus incansables esfuerzos para llevar a otros más cerca de Él.

Lee también otras cosas que publicamos sobre el Padre Pío:

 

SU NIÑEZ

El Padre Pío (Francesco Forgione) nació de Giuseppa y Grazio Forgione, en la pequeña ciudad agrícola de Pietrelcina, Italia el 25 de mayo de 1887.

A pesar de que los Forgione eran pobres en bienes materiales, eran sin duda ricos en su vida de fe y en el amor de Dios.

Incluso cuando era un niño, Francesco ya había dado muestras de extraordinarios dones de la gracia.
.
A la edad de cinco años, dedicó su vida a Dios. Desde su más tierna infancia, mostró una notable recogimiento de espíritu y amor por la vida religiosa.

Su madre lo describió como un niño tranquilo que, desde sus primeros años, le encantaba ir a la iglesia y rezar.

Cuando era niño, él fue capaz de ver y comunicarse con, no sólo con su ángel de la guarda, sino también con Jesús y la Virgen María.

En su simplicidad, Francesco asumía que todos tenían las mismas experiencias.

Una vez que una mujer que se dio cuenta de su actitud espiritual le preguntó: «¿Cuándo vas consagrar tu vida a Dios? ¿En tu primera comunión? «, Y él respondió: «Siempre, hija, siempre».

 

NOVICIADO Y ORDENACIÓN

Cuando Francesco tenía quince años de edad, fue admitido en el noviciado de la Orden de los Capuchinos en Morcone, Italia.

Fue admirado por sus compañeros de estudios, así como por sus superiores por su comportamiento ejemplar y su profunda piedad.

Uno de los novicios declaró:

«Había algo que lo distinguía de los otros estudiantes.
.
Cada vez que lo veía, él siempre era humilde, recordó, y estaba en silencio.
.
Lo que me impresionó más sobre Fray Pío era su amor a la oración».

El 10 de agosto de 1910, a la edad de veintitrés años, el Padre Pío fue ordenado sacerdote.

padre pio en misa

 

LA MISA DEL PADRE PÍO

La celebración de la Santa Misa fue para el Padre Pío, el centro de su espiritualidad.

Debido a las largas pausas de silencio contemplativo en el cual entraba en varias partes del Santo Sacrificio, su Misa a veces podía durar varias horas.

Todo en él hablaba de la intensidad con que vivía la Pasión de Cristo.

El párroco de Pietrelcina llamaba a la Misa del Padre Pío, «un misterio incomprensible.»

Cuando se le pidió para acortar su Misa, el Padre Pío contestó:

«Dios sabe que quiero decir misa al igual que cualquier otro sacerdote, pero no puedo hacerlo.»

 

SU GUÍA ESPIRITUAL

Sus feligreses estaban profundamente impresionados por su piedad y uno por uno comenzaron a venir a él, buscando su consejo.

Para muchos, incluso algunos momentos en su presencia, han demostrado ser una experiencia que cambiaba la vida.

Al pasar los años, los peregrinos comenzaron a llegar a él por las miles, de todos los rincones del mundo, atraídos por las riquezas espirituales que fluían libremente de su ministerio extraordinario.

A sus hijos espirituales decía:

«A mí me parece como si Jesús no tiene otra preocupación que la santificación de tu alma.»

 

LA ORACIÓN Y EL ROSARIO

El Padre Pío se entiende por encima de todo como un hombre de oración.

Antes de cumplir los treinta años de edad ya había llegado a la cumbre de la vida espiritual conocido como la «vía unitiva» de transformarse en unión con Dios.

Oraba casi continuamente. Sus oraciones eran por lo general muy simples. Amaba a rezar el rosario y lo recomendaba a otros.

Alguien que le preguntó qué legado deseaba dejar a sus hijos espirituales, su breve respuesta fue: «Mi hijo, el Rosario.»

padre pio escribiendo

 

LAS ALMAS DEL PURGATORIO

Él tenía una misión especial con las almas del Purgatorio, y animaba a todos a orar por ellas. Él solía decir:

«Hay que vaciar el Purgatorio con nuestras oraciones.»

El Padre Agostino Daniele, su confesor, director y amigo querido, dijo,

«Uno admira en el Padre Pio su unión habitual con Dios.

Cuando se le habla, somos conscientes de que su corazón y la mente están distraídos por el pensamiento y el sentimiento de Dios».

 

SU SALUD

Padre Pío sufrió de mala salud durante toda su vida, una vez dijo que su salud había estado empeorando desde que tenía nueve años.

Después de su ordenación sacerdotal, permaneció en su ciudad natal de Pietrelcina y fue separado de su comunidad religiosa durante más de cinco años, debido a su precaria salud.

Aunque la causa de sus enfermedades prolongadas y debilitantes seguían siendo un misterio para los médicos, el Padre Pío no se desanimaaba.

Ofrecía todos sus sufrimientos corporales a Dios como un sacrificio, para la conversión de las almas.

Él experimentó muchos sufrimientos espirituales.

«Estoy plenamente convencido de que mi enfermedad se debe a un permiso especial de Dios», dijo.

Poco después de su ordenación, escribió una carta a su director espiritual, el padre Benedetto Nardella, en la que pedía permiso para ofrecer su vida como víctima por los pecadores.

Él escribió:

«Durante mucho tiempo he sentido en mí la necesidad de ofrecerme al Señor como víctima por los pobres pecadores y por las almas del Purgatorio.

Este deseo ha ido creciendo continuamente en mi corazón por lo que ahora se ha convertido en lo que yo llamaría una fuerte pasión… Me parece que Jesús quiere esto«.

 

LOS ESTIGMAS Y OTROS DONES

Las marcas de los estigmas, las heridas de Cristo, aparecieron en el cuerpo del Padre Pío el viernes 20 de septiembre de 1918, mientras él estaba orando ante un crucifijo y haciendo su acción de gracias después de la Misa.

Tenía treinta y un años de edad y se convirtió en el primer sacerdote estigmatizado comprobado en la historia de la Iglesia.

Con resignación y serenidad, soportó las heridas dolorosas en sus manos, pies y costado durante cincuenta años.

Además, Dios dotó Padre Pío con muchos dones espirituales extraordinarios y carismas.
.
Incluyendo el don de sanidad, bilocación, profecía, milagros, discernimiento de espíritus.
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La capacidad de abstenerse mas allá de las necesidades naturales del hombre como el sueño y la alimentación, la capacidad de leer los corazones.
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El don de lenguas (la capacidad de hablar y comprender los idiomas que nunca había estudiado), el don de la conversión.
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La gracia de ver seres angelicales, y la fragancia que emanaba de sus heridas y que con frecuencia anunciaba su presencia invisible.

Cuando un amigo una vez le preguntó acerca de estos carismas, dijo el Padre Pío:

«Usted sabe, son un misterio para mí, también

A pesar de que recibió más de su parte de los dones espirituales, nunca los buscó, nunca se sintió digno de ellos.

Él nunca puso los regalos antes de que al Dador. Siempre se mantuvo humilde, constantemente a la disposición de Dios Todopoderoso.

padre pio con crucifijo

 

SU ESTILO DE VIDA

Su día comenzaba a las 2:30 am cuando se levantaba para comenzar sus oraciones y hacer su preparación para la Misa.

Él era capaz de llevar a cabo un apostolado con sólo unas pocas horas de sueño cada noche y una cantidad de comida que era muy pequeña (300-400 calorías al día).

Sus compañeros sacerdotes declaraban que no comía suficiente comida, incluso para mantener con vida a un niño pequeño.

Entre misa y confesiones, su jornada de trabajo duraba 19 horas. Él rara vez dejó el monasterio y nunca tuvo siquiera un día de vacaciones de su agotador programa en 51 años.

Nunca leía un periódico o escuchaba la radio. Advertía a sus hijos espirituales en contra de ver la televisión.

En su monasterio en San Giovanni Rotondo, vivió el espíritu franciscano de la pobreza con el desapego de sí mismo, de las posesiones, y de comodidades.

Siempre tuvo un gran amor por la virtud de la castidad, y su comportamiento fue modesto en todas las situaciones y con todas las personas.

En su vida, el Padre Pío reconcilia a miles de hombres y mujeres de nuevo con su fe.

 

PERSECUCIONES

El Padre Pío fue objeto de numerosas investigaciones.

En el período comprendido entre 1924 a 1931, la Santa Sede hizo varias declaraciones negando que los acontecimientos en la vida del padre Pío se debieran a alguna causa divina.

En un momento se le impidió públicamente el desempeño de sus deberes sacerdotales, como el confesar y dar misa.

Hubo una segunda persecución entre 1960 y 1961 donde incluso se le llegó a poner micrófonos para grabar las confesiones y se le prohibió decir la misa en público, publicar, recibir visitas, y hablar con mujeres en privado.

Luego el Papa Juan XXIII fue comprendiendo que las acusaciones eran arbitrarias y artificiales. Pero Pablo VI fue quien rechazó de plano todas las acusaciones y condenas.

 

SU LEGADO

Los grupos de oración que el Padre Pío estableció ahora se han extendido por todo el mundo.

Dio un nuevo espíritu a los hospitales por uno que llamó la fundación «Casa de Alivio del Sufrimiento.»

Él veía la imagen de Cristo en los pobres, los que sufren y los enfermos y se entregó todo a ellos.

Una vez dijo:

«Trae a Dios a todos los que están enfermos. Esto les ayudará más que cualquier otro remedio».

Sereno y bien preparado, se entregó a la hermana muerte el 23 de septiembre de 1968 a la edad de ochenta y uno.

Murió como había vivido, con su rosario en sus manos.

Sus últimas palabras fueron Jesús, María que repetía una y otra vez hasta que expiró.

A menudo había declarado:

«Después de mi muerte voy a hacer más. Mi verdadera misión comenzará después de mi muerte».

En 1971, el Papa Pablo VI, en declaraciones a los superiores de la orden de los Capuchinos, dijo del Padre Pío:

«¿Qué fama que tenía?. ¿Cuántos seguidores en todo el mundo?. ¿Por qué? ¿Fue porque era un filósofo, un erudito, o porque tenía medios a su disposición?

No, fue porque dijo Misa con humildad, confesaba desde la mañana hasta la noche y fue un representante de los estigmas de Nuestro Señor. Era verdaderamente un hombre de oración y de sufrimiento«.

En una de las liturgias más grandes en la historia del Vaticano, el Papa Juan Pablo II canonizó al Padre Pío el 16 de junio de 2002.

Durante su homilía, el Papa Juan Pablo recordó que, en 1947, cuando era un joven sacerdote viajaba desde Polonia a hacer su confesión al Padre Pío.

«La oración y la caridad, es la síntesis más concreta de la enseñanza del Padre Pío».

Aproximadamente ocho millones de peregrinos cada año van a San Giovanni Rotondo, donde San Pío vivió y ahora está enterrado

Sólo es superado por el santuario de Nuestra Señora de Guadalupe en México, en su número de visitantes anuales.

San Pío de Pietrelcina, ruega por nosotros.

 

TRES VIDEOS FASCINANTES Y RAROS DEL PADRE PIO

A continuación presentamos tres videos fascinantes que dan una rara visión de la vida de este seguidor particularmente devoto de Cristo:

 

1) En su monasterio

Este primer video fue filmado en Nuestra Señora de Gracia del Convento de Capuchinos, situado en San Giovanni Rotondo, donde San Padre Pío vivió desde 1916 hasta su muerte en 1968, el vídeo vale la pena verlo, pero aquí hay algunos momentos particularmente significativos:

– Del minuto 0:55 al 1:43 se puede ver a los monjes que se ocupan de la enorme cantidad de correo para San Padre Pio.

– En el minuto 4:23, se puede ver a San Padre Pío celebrando la antigua misa.

– En el 8:01 , él golpea juguetonamente al camarógrafo con su cinturón cuando él estaba caminando.

 

2) La última misa que celebró

Este segundo video es cuando celebra su última misa el 22 de septiembre 1968 – el día antes de su muerte. Te darás cuenta que él camina solo con ayuda, y que celebra la mayor parte de la misa sentado.

Lo más interesante, sin embargo, es que a partir del minuto 03:22 , con el zoom de la cámara sobre él para las oraciones eucarísticas, se puede ver que él está usando guantes sin dedos.

 

3) Su funeral

Finalmente, este tercer video es de su funeral, al que asistieron más de 100.000 personas.

Fuentes:

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Las Prodigiosos Dones de los Estigmas de San Francisco y del Padre Pío

Los dos estigmatizados más famosos fueron inicialmente incomprendidos por la Iglesia.

El primer estigmatizado con las Llagas de Cristo que se registra es San Francisco de Asís.

De ellas tenemos conocimiento por San Buenaventura.

Aunque el privilegio de ser el primero tal vez le corresponda a San Pablo como sospechan algunos expertos.

Pero hay otro estigmatizado quizás más famoso, un hijo espiritual del ‘poverello’ cuyas llagas se estudiaron extensamente: el Padre Pío.

Estigma-padre-pio

En este artículo presentamos la narración de san Buenaventura sobre las llagas de San Francisco de Asís.
.
Y la descripción de los estigmas del padre Pío según la investigación de un Inquisidor del Vaticano.  

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EL EXAMEN DE LOS ESTIGMAS DEL PADRE PÍO

En el caso del Padre Pío hubo una investigación objetiva de un Inquisidor de Roma, monseñor Raffaello Carlo Rossi, en 1921, que examinó los estigmas e interrogó exhaustivamente al franciscano.

El Padre Pío recibió la orden de dar media docena de “declaraciones” bajo juramento en 1921.
.
Incluso se le pidió que lo hiciera de rodillas, con la mano sobre la Biblia.
.
Y en los testimonios se revelan notables detalles sobre sus estigmas.

Durante el examen por parte de Roma (ordenada a raíz de la creciente fama del cura), el obispo Inquisidor, monseñor Raffaello Carlo Rossi, pidió al Padre Pio quitarse los guantes de lana; el inquisidor luego examinó y detalló las heridas místicas.

La “herida” en la palma de la mano derecha, que encontró, era de unos cinco centímetros de diámetro y cubierta de costras pequeñas de materia sangrienta.

Pero no había ningún agujero, descubrió el investigador del Vaticano. Esta es una noticia.

“Es obvio que no hay una lesión de la piel, ningún agujero, ya sea central o lateral”, escribió Monseñor Rossi.
.
“A partir de esto, parece posible inferir que la sangre que es visible en la mano y que se coagula en estas costras, sale de la propia piel a través de exudación
.

El santo confirmó esto – y dijo que el dolor era tal que su mano entera le dolía todo durante los estigmas, más aguda en el medio y cuando apretaba la mano.

mano con estigmas padre pio

En la parte posterior había un agujero de unos 1,4 pulgadas de diámetro, también sin lesión y directamente alineado con la palma de la mano herida en el otro lado.

En la mano izquierda era básicamente el mismo – la herida de la palma de alrededor de 1,6 pulgadas, también con la herida en la parte posterior.

En los pies del Padre Pío se vio algo que parecía como una roseta de unos dos pulgadas de diámetro en la parte superior – una “herida” con más blancos, y la piel delicada que en ese momento no estaba sangrando (pero sí de vez en cuando).

En la parte inferior, de su planta, por su parte, la roseta tenía poco más de una pulgada de diámetro.

Además, había una “herida en el costado” de una pulgada en la última costilla del sacerdote estigmatizado.

Que también era de una pulgada de tamaño y – si bien latente, como las heridas del pie – a veces sangraba hasta el punto, dijo el Padre Pío, que la sangre hacía empapar un pañuelo.

La descripción de monseñor Rossi sobre el estigma del costado es decididamente diferente a las de quienes le han precedido y de los que le han seguido.

No se le presenta como una cruz inclinada o incluso oblicua, sino como una “mancha triangular”, y por tanto de contornos definidos”.

En el acta del examen, el obispo de Volterra, contrariamente a lo que revelan otros médicos, sostiene que “no hay aperturas, cortes o heridas”.

Y que en tal caso “se puede suponer legítimamente que la sangre salga por exudación”, es decir que se trata de “material sanguíneo que ha salido afuera por una forma de hiper-permeabilidad de las paredes de los vasos”.

padre pio de joven

 

EL INICIO DE LOS ESTIGMAS

El Padre Pío le dijo a Monseñor Rossi que los estigmas, inicialmente “invisibles”, comenzaron alrededor de 1911.
.

Fue cuando el sacerdote sintió dolor en las áreas donde las llagas más tarde se materializaron.
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Comenzando ese año como un punto rojo el 8 de septiembre (el cumpleaños oficial de la Santísima Madre).
.
La herida del costado se formó años más tarde, el 5 de agosto de 1918.

.
Curiosamente el 5 de agosto es el día que la Virgen dijo a varios videntes que es su verdadero cumpleaños.

El 15 de junio de 1921, después de las 17 horas, es interrogado por el obispo, y el padre Pío respondió así:

El 20 de septiembre de 1918, después de la celebración de la Misa, al entretenerme para hacer la acción de gracias en el Coro, en un momento fui asaltado por un gran temblor.

Después volví a la calma y vi a NS (Nuestro Señor) con la postura de quien está en cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él y por ello más favorecidos“.

“De aquí -continúa su relato- se manifestaba que él sufría y que deseaba asociar a las almas a su Pasión. 

Me invitaba a compenetrarme con sus dolores y a meditarlos: al mismo tiempo, a ocuparme en la salud de los hermanos. 

Seguidamente me sentí lleno de compasión por los dolores del Señor y le preguntaba qué podía hacer“.

“Oí esta voz: ‘Te asocio a mi Pasión’.
.
Y acto seguido, desaparecida la visión,
 volví en mí, recobré la razón y vi estos signos aquí, de los que goteaba sangre.
.
Antes no tenía nada
“.

El padre Pío revela por tanto que la estigmatización no fue el resultado de una petición suya sino una invitación del Señor por las “almas más favortecidas”.

De hecho, el padre Pío relató que en una aparición, sucedida el 7 de abril de 1913, Jesús, con “una gran expresión de disgusto en el rostro” mirando a una multitud de sacerdotes, le dijo:

“Yo estaré por causa de las almas más beneficiadas por mí, en agonía hasta el fin del mundo”.

padre pio y estigmas

Francesco Castelli, el autor del libro “Padre Pio sotto inchiesta. L’autobiografia segreta”, afirma que:

“Hay un aspecto decisivo en el hecho de que no hubiera una petición de los estigmas por parte del padre Pío.

Esto nos da a entender la libertad y la humildad del Capuchino, que no mostraba absolutamente ningún interés en mostrar las heridas“.

“La humildad del padre Pío se trasluce también en su reacción, al recobrar los sentidos. Los signos de la Pasión marcados en su carne -subraya el historiador-. 

Una vez concluida la escena mística, no habla de ella. No hace ningún comentario“.

De las conversaciones, de su correspondencia, de los testigos interrogados por monseñor Rossi e incluso de su informe se desprende el hecho de que el padre Pío sentía disgusto por los signos de la Pasión.

Que intentaba esconderlos y que sufría por tener que mostrarlos por las continuas peticiones del visitador apostólico.

 

CONCLUSIONES DEL INQUISIDOR

Tras el examen, el Obispo escribiría:

“Los estigmas en cuestión no son ni obra del demonio ni un grueso engaño, ni un fraude, ni un arte malicioso o malvado.
.
Menos producto de la sugestión externa, ni tampoco las considero efecto de sugestión
“.

estigas padre pio

Otros detalles como las fiebres altísimas y el perfume a andanadas que percibió él mismo, reconfirmaban el hecho como cierto.

Para Francesco Castelli lo primero que emerge de estas investigaciones es que:

El “temido dicasterio romano no fue, en estas circunstancias, un enemigo del Padre Pío sino ¡todo lo contrario!

Mons. Rossi se reveló como un inquisidor preciso hasta la desesperación, pero también un hombre maduro de auténtico valor, desprovisto de durezas injustificadas hacia quien cuestionaba”.

También el Padre Pío recibió otra herida mística, pero real y física, de la que se habla poco.

padre pio en misa

 

LA TRANSVERBERACIÓN DEL CORAZÓN

A los 31 años, Padre Pío tuvo una experiencia que completó su sufrimiento espiritual y lo transformó: la transverberación.

La transverberación es una gracia santificadora en que el alma, ardiente de amor por Dios es atacada interiormente.
.
Y la persona, que logra una unión íntima con Dios, siente el corazón traspasado por un fuego sobrenatural.

El día 30 de mayo de 1918 recibe ya uno de esos toques substanciales, como se dice en mística, consistente en la denominada herida de amor.

Del día 5 al 7 de agosto de 1918 le ocurre el fenómeno místico denominado la Transverberación del Corazón o Asalto del Serafín, preludio de la estigmatización que ocurrirá el día 20 de septiembre de este mismo año.

Veamos ahora de qué forma describe este mismo fenómeno el padre Pío:

La sola obediencia me sirve de puntal para no lanzarme al abandono más completo.

En virtud de esta obediencia me siento obligado a manifestarle lo que ocurrió en mí el día cinco por la tarde y durante todo el día seis del corriente mes de agosto.

No soy capaz de decir lo que ocurrió en este período de tan superlativo martirio”.

Estaba yo confesando a nuestros muchachos en la tarde del día cinco, cuando, de repente, me sentí dominado por un extremo terror a la vista de un personaje celeste que se me presentaba ante la vista de la inteligencia.

Tenía en su mano una especie de arnés, instrumento semejante a una larga lámina de hierro, con una punta muy afilada y que parecía que de esta punta saliese fuego.

Ver todo esto y observar cómo dicho personaje lanzaba dicho arnés con gran violencia sobre el alma, fue todo una misma cosa.

Lancé un muy apurado lamento; me sentí morir. Dije al niño que en aquellos momentos estaba confesando, que se retirase porque me sentía mal y no podía seguir las confesiones.

Este martirio duró, sin interrupción, hasta la mañana del día siete.

Me es imposible decir cuánto sufrí en este tiempo tan angustioso.

Sentía que me arrancaban las vísceras y las arrastraban fuera tras del arnés, y que todo quedaba sometido a fuego y hierro.

Desde aquel día hasta ahora, me siento herido de muerte. Siento en lo profundo de mi alma una herida que está siempre abierta y que me hace padecer continuos espasmos”.

Al terminar el relato, lanza el padre Pío un grito de angustia incomprensible:

“¿Será todo esto un nuevo castigo que me impone la justicia divina? ¡Juzgadlo Vos!”.

padre pio llorando

 

TODO LO CAUSA EL AMOR

A vuelta de correo le responde el padre Benedetto y le sirve la carta de indecible consuelo:

“Todo esto que ocurre, le dice el padre Benedetto, es efecto de amor; es prueba; es vocación a corredimir y por eso es fuente de gloria. Dominus tecum, continúa gozoso el director espiritual.

Él que es el amor paciente, penante, desorbitado, machacado, exprimido en su propio corazón, tras las sombras de la noche, allá, en la desolación del Huerto de Getsemaní.

Aquél está con vos, asociado a vuestro dolor, como vos estáis en el suyo.

Esto es todo lo que os ocurre; ésta es la verdad y sola la verdad. Ni siquiera tiene carácter de purgación, sino de unión dolorosa.

Lo que se refiere a la herida cumple vuestra pasión, como cumplió la del Amado sobre la Cruz.

Besad la mano de quien os ha transverberado y estrechad muy junto a Vos, dulcísimamente, esa llaga que es sello e impronta de amor”.

4 imagenes del padre pio

 

LA MISTERIOSA HERIDA QUE LO CONSUMÍA

El padre Pío le responde desbordante de agradecimiento; es una de las cartas más notables entre todas las que dejó escritas el padre Pío:

“Lleno del más vivo agradecimiento, os doy gracias por cuanto me aseguráis en vuestra carta.

Me veo sumergido en un océano de fuego; la herida que me ha sido abierta, sangra y sangra siempre.

Ella sola bastaría para darme una y mil veces la muerte. ¡Oh Dios mío! ¿Y por qué no muero?

Eres cruel, Tú, que permaneces sordo a los clamores de quien tanto sufre ¡y le confortas!…

Pero, ¿qué digo? Perdonadme, padre; estoy fuera de mí; no sé lo que me digo.

El exceso de dolor que me causa la herida, que siempre queda abierta, me vuelve furibundo contra toda mi voluntad.

Me hace salir de mí mismo y me arrastra al delirio, y yo me veo impotente para resistir”.

padre pio orando

 

UNA HERIDA FÍSICA REAL

Esta misteriosa herida era viva y real, físicamente hablando; totalmente visible en su carne.

“Comienza en la parte baja del corazón y se extiende hacia abajo de la espalda, en línea transversal.

Me causa un dolor acerbísimo y no me permite tomar un momento de descanso”.

De esta tremenda herida habla así el padre Paolino, su Superior y confidente, que la vio muchas veces cuando el angustiado padre Pío le llamaba en su ayuda, a fin de cuidar un poco de aquel cuerpo tan maltrecho; describe así la herida dicho padre:

“A título de cronista debo decir que lo que más me ha sorprendido en la vista de las llagas ha sido la forma de la llaga del costado; está situada propiamente en la parte del corazón y no en la parte del costado opuesto como he oído decir a más de uno.

Tiene la forma de una aspa o X; de esto se deduce que las heridas son dos y ello está de acuerdo con el hecho que he oído contar, pero que yo no lo puedo probar por falta de argumentos seguros.

Esto es, que el padre Pío fue herido con una espada por un ángel, en la parte del corazón, mucho antes de recibir las llagas.

Y, finalmente, la otra cosa que me causó fuerte impresión es que esta llaga tiene la apariencia de una fuerte quemadura en el costado; no es superficial, sino profunda”.

Los efectos causados son en todo semejantes a los producidos por el Asalto del Serafín de Santa Teresa.

Esta herida se puede considerar no ya como preludio de la crucifixión, sino como su verdadero principio.

san francisco recibiendo los estigmas giotto

 

LAS SAGRADAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO DE ASÍS

La información que manejamos aparecen en la Leyenda Menor de San Buenaventura.

Una mañana próxima a la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, mientras oraba en uno de los flancos del monte, vio bajar de lo más alto del cielo así como la figura de un serafín, que tenía seis alas tan ígneas como resplandecientes.

En vuelo rapidísimo avanzó hacia el lugar donde se hallaba el varón de Dios, deteniéndose en el aire.

Y apareció no solo alado, sino también crucificado: tenía las manos y los pies extendidos y clavados a la cruz, y las alas dispuestas, de una parte a otra en forma tan maravillosa, que dos de ellas se alzaban sobre su cabeza.

Las otras dos estaban extendidas para volar, y las dos restantes rodeaban y cubrían todo el cuerpo.

san francisco estigmas

Fue cuando comprendió entonces – instruido interiormente por aquel que se le aparecía al exterior – …que debía ser del todo transformado en una clara imagen de Cristo Jesús crucificado no por el martirio de la carne, sino mediante el incendio de Su espíritu.

Y así sucedió, porque, al desaparecer la visión después de un arcano y familiar coloquio, quedó su alma interiormente inflamada en ardores seráficos y exteriormente sellada en su carne la efigie conforme al Crucificado.

Al instante comenzaron a aparecer en sus manos y pies las señales de los clavos.
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Viéndose las cabezas de los mismos en la parte interior de las manos y en la superior de los pies, mientras que sus puntas se hallaban al lado contrario.

Las cabezas de los clavos eran redondas y negras en las manos y en los pies.

Las puntas aparecían alargadas, retorcidas y remachadas, y, sobresaliendo de la misma carne, rebasaban el resto de ella.

Y, en verdad, las puntas de los clavos remachadas debajo de los pies, eran muy destacadas y prominentes hacia el exterior.

Tanto que no solo no le permitían fijar libremente las plantas en el suelo, sino que – según me informaron los que lo vieron con sus propios ojos – se podían introducir fácilmente un dedo a través de la curva que formaban las dichas puntas.

Asimismo, el costado derecho – como si hubiera sido traspasado por una lanza – llevaba una roja cicatriz.

La cual, derramando con frecuencia sangre sagrada, empapaba tan copiosamente la túnica y los calzones, que, al lavarlos luego a su tiempo los compañeros del Santo, advertían sin duda que así como en las manos y en los pies, también en el costado tenía el siervo del Señor impresa la semejanza con el Crucificado.

san francisco en extasis caravaggio fondo

 

LOS MILAGROS A TRAVÉS DE LAS LLAGAS

Como quiera que el varón santo y humilde se esforzaba por encubrir con toda diligencia aquellas sagradas señales, plugo al Señor realizar para su gloria, mediante las mismas, algunos patentes prodigios.
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Para que, poniendo en evidencia por estos claros signos el poder oculto de dichas llagas, resplandeciese como astro brillantísimo en medio de las densas oscuridades de este siglo tenebroso.
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Sirva como prueba de ello el siguiente hecho.

Antes de la permanencia del Santo en el mencionado monte Alvernia, se solía formar en el mismo monte una oscura nube, que desencadenaba en las cercanías una violenta tempestad, devastando periódicamente los frutos de la tierra.

Pero a partir de aquella dichosa aparición cesó el acostumbrado granizo.

No sin admiración y gozo de los habitantes del lugar, de modo que el mismo aspecto del cielo, serenado fuera de costumbre, ponía de manifiesto la excelencia de aquella visión celeste y el poder de las llagas que allí fueron impresas.

En aquel mismo tiempo se había propagado en la provincia de Rieti una grave peste, que en tal grado comenzó a infestar todo ganado lanar y vacuno, que casi todo él parecía estar atacado de una enfermedad sin remedio.

Pero un hombre temeroso de Dios que advertido en una visión nocturna que se acercara apresuradamente al eremitorio de los hermanos donde a la sazón moraba el bienaventurado Padre y que, consiguiendo de sus compañeros el agua en que el Santo se había lavado las manos y los pies, rociara con ella los animales enfermos; de este modo desaparecería toda aquella peste.

Habiendo cumplido diligentemente dicho encargo aquel hombre, Dios infundió tal poder al agua que había tocado las sagradas llagas, que por poco que alcanzase su aspersión a los animales enfermos, se alejaba al punto la plaga pestilencial y, recuperando los animales su primitivo vigor, salían corriendo a pastar, como si antes no hubieran padecido mal alguno.

Aquellas manos consiguieron desde entonces un poder tan maravilloso, que a su contacto salutífero devolvían a los enfermos una sólida fortaleza.
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Y a los paralíticos la recuperación del sentido y movimiento en sus miembros ya áridos.
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Y lo que es mucho más prodigioso que todo esto: otorgaban a los mortalmente heridos la reintegración a una vida totalmente sana.
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De entre sus muchos prodigios voy a adelantar dos en forma resumida.

El Greco san francisco recibiendo los estigmas

En Lérida, un hombre llamado Juan, devoto del bienaventurado Francisco, una tarde fue tan atrozmente cosido de heridas, que se creía difícil pudiera sobrevivir hasta el día siguiente.

Entonces se le apareció de modo admirable el santísimo Padre, y, tocándole en las heridas con sus sagradas manos, en el mismo momento recuperó tan por completo su salud, que toda aquella región proclamaba al prodigioso portaestandarte de la cruz como dignísimo de toda veneración.

En Potenza, ciudad de la Pulla, un clérigo llamado Rogerio, mientras pensaba con ligereza acerca de los sagrados estigmas del bienaventurado Padre, de improviso fue herido en su mano izquierda debajo del guante que llevaba puesto, como si le hubiera alcanzado una saeta despedida por una ballesta; el guante, empero, permaneció intacto.

Atormentado durante tres días por agudísimos dolores y sinceramente arrepentido ya de su comportamiento, invocó al bienaventurado Francisco y le conjuró por sus gloriosas llagas que viniera en su auxilio.

Y obtuvo una curación tan cabal, que desapareció todo dolor y no le quedó la más leve huella de la lesión.

De lo cual se deduce claramente que aquellas sagradas señales fueron grabadas con el poder y dotadas de la virtud de Aquel de quien es propio infringir heridas y proporcionar su curación, vulnerar a los obstinados y sanar a los contritos de corazón.

Fuentes:

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Cómo fue la Persecución del Padre Pío por la Jerarquía de la Iglesia

El maligno ataca preferentemente a quienes están en misiones importantes para Dios.

Esto explica que el Padre Pío sufriera dos persecuciones dentro de la Iglesia.

La primera está vinculada a sus estigmas.

Y la segunda fue en los años ’60.

El Padre Pío fue rehabilitado por el Papa Pablo VI de las restricciones injustas y severas a su ministerio, y que el Santo había tomado con profunda obediencia.

padre pio de pietrelcina sentado

El humilde fraile italiano había sido bendecido con dones sobrenaturales como la lectura de las almas, los corazones y las mentes, y también fenomenales poderes intercesores por los enfermos para curaciones milagrosas.

Pero las internas de recelos y envidia funcionaron a la perfección durante un tiempo para aislarlo y castigarlo.

Obviamente la obediencia del Padre Pío a sus superiores, aunque lo persiguieran, no justifica las persecuciones.

Y constituyen un pecado grave de sus superiores.

foto del padre pio

 

LA PRIMERA PERSECUCIÓN

La primera persecución contra el padre Pío se vincula a la experiencia de los estigmas visibles, que había recibido el 20 de septiembre de 1918 (desde comienzos de esa década los tenía, pero invisibles).

Los estigmas le dieron gran fama.

El provincial de los capuchinos de Foggia, primero, y la Curia Generalicia de los Capuchinos en Roma, después, le enviaron médicos famosos para estudiar sus heridas.
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Ambos galenos dieron veredictos favorables.

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Para el profesor Romanelli, director de un hospital, no cabía duda que los estigmas eran sobrenaturales.
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Para el doctor Jorge Festa,  estos “tenían un origen que los conocimientos científicos estaban lejos de explicar”.
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El hecho de poseer los estigmas, y la atestiguación médica en su favor, acreció la fama del padre.

Miles de personas fueron a ver al Padre Pío a San Giovanni Rotondo para besarle las manos, confesarse con él o ir a sus misas.

Hasta los periódicos informaron que un sacerdote de Pietrelcina tenía los estigmas de la pasión de Cristo.

La Santa Sede quiso investigar. Uno de sus más importantes allegados se hizo presente.

Se trataba del sacerdote y doctor en medicina Agostino Gemelli –cuyo nombre lleva hoy el policlínico en donde fue hospitalizado san Juan Pablo II tras el atentado de la Plaza de San Pedro, el 13 de mayo de 1981.

El padre Gemelli también era franciscano, y una autoridad en psicología experimental, fundador de la Universidad Católica de Milán y gran amigo del  papa Pío XI.

Gemelli viajó a San Giovanni Rotondo para ver al padre Pío. Y una vez ante él le pidió que le mostrase los estigmas.

El padre le preguntó si tenía una autorización escrita, lo cual era necesario.

Como Gemelli dijo que no, Pío se negó a mostrárselos.

El padre Gemelli se sintió desairado y se fue del convento con la idea de que los estigmas, que no había revisado, eran falsos.

De este modo Gemelli publicó un artículo de negativa publicidad para el padre Pio afirmando la falsedad de los estigmas y su carácter neurótico.

El Tribunal del Santo Oficio, apoyado en esta opinión emitió un decreto declarando que no constaba que los estigmas fuesen de carácter sobrenatural.

dibujo padre pio ovejas

En los años siguientes se emitieron tres decretos más de carácter restrictivo.
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El último formalmente sancionaba al padre Pío: le prohibía recibir visitas, o que los fieles mantuviesen con él correspondencia epistolar.
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No podía pues, ni confesar ni dar dirección espiritual.
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Incluso su propio confesor fue apartado de él.
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No podía mostrar las llagas, ni hablar de ellas, ni permitir que se las besaran,
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La Misa debía celebrarla en privado, sin fieles, sin los muchos hijos de carácter espiritual que para entonces ya tenía.

Entre 1923 a 1933, el padre Pío pasó diez años aislado del mundo exterior en esta confinación impuesta por la autoridad eclesial.

El sufría y sus hijos espirituales también. Pero se mostró siempre obediente.

La opinión de Gemelli no fue la única herida infligida contra su fama.

Nada menos que el arzobispo de Manfredonia, Pasquale Gagliardi (en cuya diócesis se encuentra situado el convento) le acusó de estafador.

Hombre de proceder pecaminoso, miraba con cierta envidia que aquel humilde convento se convirtiese en fuente de peregrinación, y que recogiese en limosnas y donaciones el aporte de los fieles agradecidos llegados de afuera.

Eso excitó su codicia.

Además le resultaba un reproche que en el aquel lugar hubiese un hombre santo, cuya vida era una denuncia de la suya propia, que navegaba por aguas impuras.

El santo, que leía las conciencias, le descubrió que mantenía una amante, cosa que excitó su odio contra él.

De hecho monseñor Gagliardi tenía mala reputación aún antes del caso del padre Pío.

Había fieles que le acusaban de simonía y conducta depravada, pero él siempre había logrado eludir las acusaciones.

padre pio muestra el niño jesus a un cura

Por lo que respecta al padre Pío, monseñor Gagliardi tejió una conspiración en su contra.
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Contaba con un grupo de canónigos que le apoyaban y calumniaban al santo.

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Pero él mismo procedió aún con más audacia.
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Personalmente, monseñor Gagliardi se trasladó a Roma para entrevistarse con el papa Pío XI.
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Tal reunión se realizó el 2 de julio de 1922.
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Y agregó el perjurio a sus calumnias.
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“Yo mismo lo he visto, lo juro, descubrí un frasco de ácido con el que se provoca las heridas y colonia para perfumárselas.
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El Padre Pío es un poseso del demonio y los monjes de su convento unos estafadores…”
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El 16 de mayo de 1923, el Santo Oficio procedió a su condena formal, negando el carácter sobrenatural de los carismas del padre Pío y aislándole.

Pero también amigos del padre Pío, como Emmanuele Brunatto, exigieron una investigación.

Así se descubrió la verdad sobre estos farsantes.

Los canónigos amigos de Gagliardi que habían infamado al padre Pío fueron descubiertos paulatinamente y sancionados.

Pero también hubo testigos con numerosas pruebas que demostraron los escándalos de monseñor Gagliardi.

De modo que en octubre de 1929, por fin, el arzobispo de Manfredonia fue destituido.

Despojado de sus insignias episcopales e incluso de los derechos del estado clerical se retiró miserablemente a la vida privada.

No obstante el Santo Oficio mantuvo sus presiones sobre el padre Pío.
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Pesaba aún la opinión del padre Gemelli y entre 1931 y 1933 se le aisló aún más.

Pero finalmente, en 1933 el papa Pio XI envió a monseñor Paretto para obtener información de primera mano y fidedigna sobre la personalidad y los fenómenos en torno al padre Pío.

Esta opinión fue favorable.

En julio de 1933, por voluntad expresa de Pío XI, el Santo Oficio rehabilita al Padre Pío.

Pasarán casi 30 años hasta que vuelva a ser perseguido por el Santo Oficio, siendo pontífice Juan XXIII.

Veamos por qué.

estatua de padre pio con velas fondo

 

LAS REALES RAZONES DE LA NUEVA PERSECUCIÓN AL PADRE PÍO

Resulta intrincada la manera en que sus compañeros frailes intentaron manipularlo.

Un tema muy divisivo era el dinero invertido en el hospital, que el Padre Pío había fundado, la Casa Alivio del Sufrimiento.

Cientos de miles de dólares fueron donados para la construcción del hospital.
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Entusiasmados por la idea de hacer dinero rápido, los superiores del Padre Pío le preguntaron si podían utilizar las donaciones para otros fines.
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Aparentemente también para un esquema para hacerse rico rápidamente.
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El Padre Pío se negó porque el dinero no le pertenecía.
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Cuando perdieron grandes sumas de dinero en el esquema, le ordenaron a él, por obediencia, darles las donaciones del hospital.
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Para su disgusto, se negó de nuevo.
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Esto le valió su descontento, y con el fin de buscar pruebas contra él, espiaban lo que pasaba en su confesionario.

Un informe detallado sobre del Padre Pío alegando males acciones, fue enviado al Papa Juan XXIII. 

Incluía acusaciones de que el Padre Pío tenía contacto sexualizado con algunas mujeres que iban a la confesión.

El libro de Stefano Campanella – «Obedientia et pax. La verdadera historia de una persecución falsa»  – es una clase magistral para la comprensión de los acontecimientos que condujeron a la información falsa dada a San Juan XXIII, y las consecuencias para el Padre Pío.

estigas padre pio

 

CÓMO SE PROCESÓ LA SEGUNDA PERSECUCIÓN

El principio de la llamada “segunda persecución” del padre Pío, sucedió entre 1960 y el 1961.

Estuvo involucrado Umberto Terenzi, párroco romano del Divino Amor, que quería proteger al fraile y a su Casa de Alivio del Sufrimiento, de las injerencias de los que mostraban demasiado interés por el dinero.

Terenzi obtuvo del Santo Oficio el encargo verbal de investigar, pero presentándose a San Giovanni Rotondo como representante papal, ciertamente exageró: dejó que se creyese (pero no era así) que se tenían que referir los hechos al Pontífice.

Y ahí le dio pie a sus perseguidores.

Se pusieron micrófonos y una grabadora en el lugar donde el padre Pío – fuera del confesionario – se reunía con los fieles.
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Y en una charla con una tal Cleonice Morcaldi, los que escuchaban creyeron oír “un beso”.

Las grabaciones fueron enviadas al Santo Oficio.

La iniciativa enfadó al Papa que, por esto, ordenó quitar los micrófonos.

No sólo esto, sino que desde ese momento evitó todo encuentro con Terenzi.

Fue nombrado por tanto, Carlo Maccari como visitador apostólico.

monseñor essef con padre pio

 

LA VISITA APOSTÓLICA DE MONSEÑOR MACCARI

La CDF, entonces conocida como el Santo Oficio, dio el rol de visitador apostólico a Mons. Maccari. 

En el verano de 1960, el solemne Mons. Maccari visitó al Padre Pío, en el 50 aniversario de la ordenación del santo, y luego hizo una lista de sanciones.

Una difusión del P. Apostoli, Padre Pio: Los años posteriores, aborda el tema de la visita de Mons. Maccari.

Este Monseñor tenía el simple cometido de recoger información para referirla a su superior.

Pero se sintió tan apoyado por el Papa que se atrevió a hablar en su nombre.

Y acabó acreditando las acusaciones falsas contra el padre Pío, el fraile que puede decirse hermanado con Roncalli

“no sólo por la coincidencia de las misma fecha de ordenación sacerdotal -explicó Campanella- sino sobre todo por la concepción idéntica de la misión y papel del sacerdote y del mismo modo de posicionarse en el interior de la Iglesia, es decir encontrar la paz interior en la obediencia”.

Al Padre Pío se le prohibió celebrar bodas y bautizos, sólo se le concedió un espacio estricto de 30 minutos para la misa.
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Lo cual era ajustado si tenemos en cuenta que el Padre Pío pasaba cuatro horas celebrando la misa en un día de fiesta.
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A algunos individuos se les prohibió ir con él para confesarse, y cuando oía confesiones, él sólo tenía tres minutos para cada penitente.
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No se le permitió hablar con las mujeres a solas.
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Además, los monjes en el monasterio que eran sus amigos fueron trasladados, entre ellos algunos que actuaban en calidad de enfermeros de San Pio porque estaba muy enfermo.
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Y especialmente, el padre Pío tuvo que cederles el título de la Casa Alivio del Sufrimiento.

Lo más irritante, es que el superior del Padre Pío, el padre Rosario, fue más allá de la CDF. 
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Puso carteles embarazosos diciéndole a la gente que no se acercase al Padre Pío.
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Prohibió a los otros frailes mostrar bondad hacia el Padre Pío, como ayudarlo a subir las escaleras o llevarle un vaso de cerveza cuando había calor extremo.

Durante un tiempo pareció que el Padre Pío viviría sus últimos años tratado como un bellaco.

Para un relato maravillosamente detallado de este período en la vida de San Pio, es recomendable el libro de Renzo Allegri, El Padre Pío: El hombre de la Esperanza.

padre pio y estigmas

 

UN NUEVO GOLPE CON LA VISITA APOSTÓLICA DEL PADRE PHILIPPE

Lo verdaderamente inédito, relatado por Campanella, es la visita apostólica de un solo día, hecha en febrero de 1961 por el padre dominico Paolo Philippe.

Llegado a la localidad de Garganica, el futuro cardenal y consultor del Santo Oficio, interrogó al padre Pío.

El informe de este suceso no deja espacio a otras interpretaciones.

“El padre Pío me pareció un hombre de inteligencia limitada -escribió el padre Paolo Philippe.
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Pero muy astuto y obstinado, un agricultor astuto que camina por sus caminos sin enfrentar a sus Superiores de frente, pero sin ninguna voluntad de cambiar.
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Él no es ni puede ser un santo (…) y ni siquiera un sacerdote digno”.

“El padre Pío ha pasado insensiblemente de manifestaciones menores de afecto a actos cada vez más graves, hasta el acto carnal.

Y ahora, después de tantos años de vida sacrílega, quizás no se da cuenta de la gravedad del mal.

Esta es la historia de todos los místicos falsos que han caído en el erotismo.

El padre Pío no es sólo un falso místico, que es consciente de que sus estigmas no son de Dios.

Sino que  a pesar de esto, deja que se construya toda su fama sanctitatis sobre sí.

Sino que peor todavía, es un desgraciado sacerdote, que se aprovecha de su reputación de santo para engañar a sus víctimas”.

En fin, el padre Pío era para el dominico

“El mayor fraude que se pueda encontrar en la historia de la Iglesia”.

Y pensar que le bastó un solo día de investigación, construida exclusivamente en rumores, para poner en papel tanta animosidad.

padre pio escribiendo

 

LA POSICIÓN DE JUAN XXIII Y DE PABLO VI

El Papa, titubeante, llamó a consultas al arzobispo de Manfredonia.

De la charla, que Campanella cuenta en su libro, se evidencia que Juan XXIII entendió que las acusaciones dirigidas al padre Pío se habían construido artificialmente.

Y por esto ordenó al Santo Oficio que no aumentara las sanciones al fraile estigmatizado.

Por tanto, aunque la persecución existió, no fue Roncalli el que la dirigía.

Cuando llegó Pablo VI al pontificado cambió las cosas rápidamente.
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El Papa no era reacio a San Pío.
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Como cardenal de Milán, Pablo VI había enviado una solicitud de oraciones al Padre Pío en 1959.
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En 1964, el Papa Pablo intervino con la CDF y ordenó que al Padre Pío se le permitiera practicar su ministerio «en completa libertad» y que no fuera limitado «como un criminal».

Ahora ha pasado medio siglo desde que el buen nombre de Padre Pío fue restaurado en 1964.

Este es un motivo de celebración en sí mismo, pero hay aún más razones para la alegría.

El hecho de que lo sucedido en 1964 significa que el Padre Pío tuvo cuatro años enteros antes de su muerte en 1968, para ejercer su ministerio y establecer su reputación como santo.

padre pio orando

 

LA RESPUESTA DEL PADRE PÍO A LA PERSECUCIÓN DESDE DENTRO DE LA IGLESIA

En el libro de Padre Pio: La Verdadera Historia de Bernard Ruffin, se relata que después de las vísperas del 11 de junio de 1931, el Padre Raffaele convocó a la sala convento al Padre Pío para leerle el decreto recibido:

«El Padre Pío es despojado de todas las facultades de su ministerio sacerdotal, excepto la facultad de celebrar la Santa Misa.

La que puede seguir haciéndolo siempre que lo haga en privado, dentro de las paredes del convento, en la capilla interior, y no publicitada en la iglesia».

Respuesta del Padre Pío:

«Que se haga la voluntad de Dios»… entonces él se cubrió los ojos con las manos, bajó la cabeza y murmuró:
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‘La voluntad de los superiores es la voluntad de Dios’»

Esto causó un inmenso sufrimiento a Pío, que lo confió en privado a su amigo y ex profesor, el padre Agostino.

Él no se quejó o hizo objeciones, sobre todo de una manera pública.

El Padre Agostino le preguntó cómo pasó su tiempo y Pio respondió:

«Rezo y estudio tanto cuanto pueda, y luego molesto a mis hermanos».

Pío pasó a hacer bromas con sus hermanos.

En lo que respecta a estudiar, pasó mucho tiempo leyendo la Sagrada Escritura, y estudió sobre todo los Padres de la Iglesia.

Dios permitió que estas cosas le sucedieran a él.
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Y él optó por tratar con esto de la forma en que la Escritura nos dice que manejemos el ayuno, en privado.

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El Padre Pío no permitió que su «ayuno» fuera «visto».

Dos años más tarde, el 14 de marzo de 1933, el Papa Pío XI, envió representantes personales para ver al Padre Pío (Monseñor Luca Pasetto y Monseñor Felice Bevilaqua).

Porque había sido «encarcelado» (como se refirió a él), sin la posibilidad de celebrar la Misa públicamente desde junio de 1931.

Bernard Ruffin continúa en su libro:

«No encontraron un fanático de ojos salvajes, ni neurótico, ni un rebelde amargado enloquecido, sino un hombre agradable, de buen humor.

Según [el Padre] Raffaele, Pasetto estaba muy impresionado con la humildad de Pío, su docilidad, y el conjunto de su conducta.

Reconoció a Pío como un hombre de oración y totalmente divino».

pintura padre pio fondo

El Postulador de la causa de San Pio, el Padre Florio Tessari, en un inteview en L’Osservatore Romano dijo esto acerca de él en un junio de 2009:

El Padre Pío fue «un fraile que observó profundamente los consejos evangélicos (pobreza, castidad y obediencia) en su vida.
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Él sufrió las dificultades en silencio como un auténtico Cirineo y al mismo tiempo fue crucificado sin cruz…»

Luego pasó a señalar dos elementos fundamentales que llevaron a la canonización del Padre Pío:

«La fe hasta el final y la obediencia también hasta el final, a pesar de las dificultades que encontró en su vida…»

Por supuesto, que la fe y la obediencia hasta el final fue dentro de la Institución de la Iglesia, en comunión con sus superiores, obispos y otras autoridades que trabajan en nombre del Santo Padre. 

No tiró la toalla, y se abandonó en la senda en que Dios permitió que sufriera.

Hay algo que aprender del gran santo en la manera en que manejó una situación particular que involucró a sus partidarios.

San Pío se enteró que algunos hombres iban a ir tan lejos como para exponer información escandalosa sobre los miembros de alto rango de la jerarquía en un libro. 

El esfuerzo estaba dirigido a liberarlo de su «prisión».

Ruffin explica la respuesta de Pío.

Cuando el Padre Pío, sin embargo, se enteró del próximo libro, tomó a Morcaldi por la garganta.

«¡Tu diablo!» rugió.
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«¡Quítate y échate a los pies de la Iglesia en vez de escribir esta basura!
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¡No te configures en contra de tu madre!»

Incluso después que se enteró más tarde por Bevilacqua durante esa visita que las acusaciones eran ciertas, San Pío continuó tratando de disuadir los esfuerzos para poner fin a su «prisión» a través de la utilización de lo que equivalía a un chantaje.

Él no quería exponer escándalos, incluso si fueran verdad, por el daño que vendría a la Santa Madre Iglesia, y cómo afectaría a la unidad.

Pío sabía que incluso los obispos no son inmunes a los efectos del pecado original, y que las puertas del infierno no prevalecerían contra la Iglesia.

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Imperdibles Consejos del Padre Pío para Tratar con Nuestro Ángel de la Guarda

El Ángel de la Guarda jugó un papel muy importante en la vida del Padre Pío.

padre pio

Confiaba tanto en su ángel de la guarda que lo predicaba constantemente a todos.

Pero su devoción no era sólo con su Ángel de la Guarda, también tenía una predilección especial por el Arcángel San Miguel, como veremos más abajo.

Leer también: Tu Puedes Usar las Habilidades de tu Ángel [como hizo el Padre Pío]

padre pio y arcangel san miguel

 

UNA CARTA ESCRITA POR EL PADRE PÍO CON CONSEJOS

A Ana Rodote (1890-1972) le escribía el 15 de julio de 1915, y le da, y nos da, una serie de invalorables consejos sobre cómo actuar con respecto al ángel de la guarda, a las locuciones y a la oración.

Querida hija de Jesús,

Que tu corazón siempre sea el templo de la Santísima Trinidad, que Jesús aumente en tu alma el ardor de su amor y que él siempre te sonría como a todas las almas que él ama.

Que María Santísima te sonría durante todos los acontecimientos de tu vida, y abundantemente sustituya a la madre terrenal que te falta.

Que tu buen ángel de la guarda vele siempre sobre ti, que pueda ser tu guía en el camino escabroso de la vida. 

Que siempre te mantenga en la gracia de Jesús y te sostenga con sus manos para que no puedas tropezar en una piedra. 

Que te proteja bajo sus alas de todas las trampas del mundo, del demonio y la carne.

Tienes gran devoción, Annita, a este ángel bueno.

¡Qué consolador es saber que cerca de nosotros hay un espíritu que, desde la cuna hasta la tumba, no nos deja ni por un instante, ni siquiera cuando nos atrevemos a pecar. 

Y este espíritu celestial nos guía y protege como un amigo, un hermano.

Pero es muy consolador saber que éste ángel ora sin cesar por nosotros.
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Ofrece a Dios todas nuestras buenas acciones, nuestros pensamientos, nuestros deseos, si son puros.

angel guardian dibujo

Por el amor de Dios, no te olvides de este compañero invisible, siempre presente, siempre dispuesto a escucharnos y listo para consolarnos.

¡Oh deliciosa intimidad!, ¡Oh deliciosa compañía! ¡Si tan sólo pudiéramos comprenderlo!

Mantenlo siempre presente en el ojo de tu mente. A menudo recuerda la presencia de este ángel, dale las gracias, órale a él, siempre mantén la buena compañía.

Ábrete tu misma a él y confíale tu sufrimiento a él. Ten un miedo constante de ofender la pureza de su mirada. Sabe esto y mantenlo bien impreso en tu mente.

Él es muy delicado, muy sensible. 

Dirígete a él en momentos de suprema angustia y experimentarás su ayuda benéfica.

Nunca digas que estás sola en la batalla contra tus enemigos.

Nunca digas que no tienes a nadie a quien puedas abrirte y confiar. Harías para este mensajero celestial una grave equivocación.

Por lo que respecta a las locuciones interiores, no te preocupes, pero ten calma. Lo que se debe evitar es que tu corazón se una a estas locuciones.

No les des demasiada importancia a ellas, demuestra que eres indiferente. Ni desprecies tu amor, ni el tiempo para esas cosas. Siempre da respuesta a estas voces:

“Jesús, si eres tú el que está hablándome, déjame ver los hechos y las consecuencias de tus palabras, es decir, la virtud santa en mí”.

Humíllate delante del Señor y confía en él, gasta tus energías por la gracia divina, en la práctica de las virtudes, y luego deja que la gracia obre en ti como Dios quiera.

Es la virtud la que santifica el alma y no los fenómenos sobrenaturales.

Y no te confundas a ti misma tratando de entender qué locuciones vienen de Dios. 

Si Dios es su autor, uno de los signos principales es que en cuanto escuchas esas voces, llenan tu alma con miedo y confusión, pero después, te dejan una paz divina. 

Por el contrario, cuando el autor de las locuciones interiores es el diablo, comienzan con una falsa seguridad, seguido de agitación y un malestar indescriptible.

No dudo en absoluto de que Dios es el autor de las locuciones, pero hay que ser muy cauteloso porque muchas veces, el enemigo mezcla una gran cantidad de su propio trabajo a través de ellas.

Pero esto no te debe asustar, éste es el juicio al que fueron sometidos, incluso los más grandes santos y las almas más ilustradas, y que fueron aceptables al Señor.

Debes sencillamente tener cuidado de no creer en estas locuciones con demasiada facilidad, sobre todo cuando ellas se relacionen en cómo debes comportarte y lo que debes hacer.

Debes recibirlas y enviarlas a juicio de quien te dirige. A continuación, debes resignarte a su decisión.

Por lo tanto lo mejor es recibir las locuciones con mucha cautela e indiferencia constante.
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Compórtate de esta manera y todo va a aumentar tu mérito ante el Señor.
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No te preocupes de tu vida espiritual; Jesús te ama mucho, y trata de corresponder a su amor, siempre avanzando en santidad delante de Dios y de los hombres.

Ora vocalmente también, que aún no ha llegado el momento de dejar estas oraciones, y con paciencia y humildad soporta las dificultades que experimentas en hacer esto.

Que estés pronta también a someterte a las distracciones y la aridez, y no debes, de ninguna manera, abandonar la oración y la meditación. Es el Señor que quiere tratarte de esta manera para tu provecho espiritual.

Perdóname si termino aquí. Sólo Dios sabe lo mucho que me cuesta escribir esta carta. Estoy muy enfermo, reza mucho para que el Señor pueda desear librarme de este cuerpo pronto.

Te bendigo junto con la excelente Francesca. Que puedas vivir y morir en los brazos de Jesús.

estatua de angel de la guarda

 

OTRA CARTA DEL PADRE PÍO CON RECOMENDACIONES SOBRE EL ÁNGEL

Dice una de las hijas espirituales del padre Pío:

Una de las devociones que más nos inculcaba era la del ángel custodio.

Porque, como él decía, es nuestro compañero invisible que está siempre junto a nosotros desde el nacimiento hasta la muerte, por lo que nuestra soledad es sólo aparente.

Nuestro ángel está siempre a nuestro lado desde la mañana, apenas te despiertas, y durante toda la jornada hasta la noche, siempre, siempre, siempre.

¡Cuántos servicios nos hace nuestro ángel sin saberlo ni advertirlo!.

A Raffaelina Cerase (1868-1916) le escribía el 20 de abril de 1915:

¡Cuántas veces he hecho llorar a este buen ángel!
.
¡Cuántas veces he vivido sin temor de ofender la pureza de su mirada!
.
¡Es tan delicado y tan sensible!

¡Oh Dios mío, cuántas veces no he correspondido a los cuidados, más que maternales, de este ángel sin ninguna señal de respeto, de afecto o reconocimiento!

Este pensamiento al presente, me llena de confusión y es tal mi ceguera que no tengo ningún sentimiento de dolor.

Y lo que es peor todavía, trato a este querido angelito, no digo como amigo, sino como un familiar. Y este angelito no se ofende con tales tratos. ¡Qué bueno es!…

¡Oh Raffaelina, cuánto consuela el saber que siempre estamos bajo la custodia de un espíritu celestial!
.
Que no nos abandona ni siquiera aunque demos un disgusto a Dios.
.
¡Qué dulce es para el creyente esta gran verdad!

¿De qué puede temer un alma que trata de amar a Jesús, teniendo siempre consigo tan insigne guerrero?

¿Acaso no fue él uno de aquellos que junto a san Miguel defendieron el honor de Dios contra satanás y contra los espíritus rebeldes, a quienes arrojaron  al infierno?

Ten en cuenta que él es todavía poderoso contra satanás y sus satélites. Su amor no ha disminuido ni jamás disminuirá para defendernos.

Toma la costumbre de pensar siempre en él. ¡Oh, si los hombres supieran comprender y apreciar este grandísimo don! ¡Dios, en un exceso de amor nos ha asignado un espíritu celeste!

Invoquen frecuentemente a este ángel custodio y repitan muchas veces la bella oración:

“Ángel de Dios, que eres mi custodio, ilumíname, custódiame, guíame ahora y siempre”.

¡Qué gran consuelo, cuando en el momento de la muerte el alma vea a este ángel tan bueno, que nos acompañó a lo largo de la vida con tantos cuidados maternales!

gruta de san miguel en monte sant angelo gargano fondo

 

LA VENERACIÓN DEL PADRE PÍO AL ARCÁNGEL MIGUEL TUVO UN GRAN IMPULSO EN JULIO DE 1917

Además de la devoción a la Virgen María, el Padre Pío era un gran devoto del Arcángel San Miguel.

A quien recomendaba mencionar en sus súplicas e incluso imponía la peregrinación a la gruta de Gargano como penitencia, a quienes iban a confesarse.

Y cada año hacía una cuaresma preparatoria para la fiesta del Arcángel. Pero desde el 3 de julio de 1917 su devoción hacia el Príncipe de la Milicia Celeste tuvo un impulso más claro y mayor.

El 3 de julio de 1917, el Padre Pío peregrinó a la Gruta de Gargano para venerar a San Miguel, y de esta peregrinación surge el prodigio del agua que no moja al Padre Pío.

San Pio de Pietrelcina quedó prosternado, en devota y profunda meditación a los pies del altar de San Miguel. Todo y a todos los confió a San Miguel.

gruta de san miguel arcangel en el mont sant angelo

 

EL DEVOTÍSIMO DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL PEREGRINA AL MONTE SANT ANGELO

Con anterioridad a esta peregrinación había experimentado repetidas veces la protección del Arcángel en sus luchas contra satanás, en Pietrelcina o en el convento de Santa Ana, en Foggia.

Muchas veces había deseado hacer la misma peregrinación que había llevado a cabo, siglos antes, su seráfico Padre san Francisco.

Manifestó este deseo a su superior, el padre Paulino de Casacalenda.
.
Y éste, apenas los seminaristas terminaron los exámenes, organizó el viaje al Monte Sant’Angelo.
.

Lo hizo en honor del Patrono de la provincia religiosa capuchina de Foggia, tanto para premiar a los colegiales como para complacer al Padre Pío.

La comitiva, formada por el venerado Padre, por Nicolás Perrotti, Vicente Gisolfi, Rachelina Russo y los 14 seminaristas, se dirigió desde San Giovanni Rotondo hacia el Monte Sant’Angelo, a las 3 de la mañana del día señalado.

El Padre Pío hizo a pie un buen trecho del recorrido, pero después, a causa de la enfermedad que padecía, fue obligado a subirse a una carreta.

Cuando despuntaba el sol, caminó algunos pasos a pie para desentumecer las piernas y entonó el santo Rosario, intercalando devotos cantos en honor de la Virgen y de san Miguel.

Al entrar en el santuario, se emocionó profundamente.

De repente, al recordar lo que le había sucedido en aquel lugar al Poverello de Asís, que, juzgándose indigno de entrar en la Gruta, se detuvo a la puerta.
.
Y pasó allí la noche entera ensimismado en oración, se arrodilló y, envuelto en lágrimas, besó con respeto y gran humildad el umbral de la Gruta.

Después, y una vez escuchada la explicación del canónigo sacristán, que le mostró la TAU grabada por san Francisco, entró y se postró de rodillas a los pies del altar de san Miguel, en devota y profunda meditación.

Rezó por él, por la provincia religiosa capuchina, por la Iglesia, por la paz en el mundo, por todos sus hermanos de religión y por los soldados expuestos al peligro de la guerra. Todo y a todos encomendó a san Miguel.

san miguel en monte sant angelo

 

EL AGUA QUE NO LO MOJABA

De la roca de arriba caían de continuo, fruto de la gran humedad, gruesas gotas de agua.
.
Con gran sorpresa de los seminaristas, que enseguida testimoniaron el singular suceso, el Padre Pío permaneció sin mojarse.

Uno de los colegiales, queriendo hacer una prueba, se colocó junto al venerado Padre, pero muy pronto quedó bañado por el agua.

El Padre Pío permaneció largo rato concentrado en la oración y totalmente ajeno a la realidad.

Desde aquel día su devoción al Príncipe de los ejércitos celestiales experimentó un sensible y fuerte impulso.

Cada año hacía una cuaresma de preparación para la fiesta del Arcángel.

A las almas que se acercaban a él, el Padre Pío les hablaba siempre del poder de san Miguel. Eran continuas sus invitaciones a dirigirse con confianza a este glorioso Arcángel, sobre todo en las tentaciones.

A los fieles que se acercaban a San Giovanni Rotondo el venerado Padre les animaba a continuar la peregrinación hasta el Monte Sant’Angelo, para venerar a san Miguel en su santuario.

Con frecuencia esta invitación era la «penitencia sacramental» que imponía al final de la confesión.

Además, si sabía de alguien que iba a marchar al Monte Sant’Angelo, le pedía para sí una oración a san Miguel.

Fuentes:

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Impresionantes Anécdotas de Vida y Milagros del PADRE PÍO de Pietrelcina

Pocos hombres de Dios han sido tan agraciados con dones como San Pio de Pietrelcina.

Y esto también ha hecho que circulen muchas anécdotas piadosas sobre su vida.

foto del padre pio

En este artículo traemos una serie de testimonios de quienes ha tenido sorprendentes fenómenos con el Padre Pío.

 

CUIDA POR DÓNDE CAMINAS!

Un hombre fue a San Giovanni Rotondo para conocer al Padre Pío pero era tal la cantidad de gente que había que tuvo que volverse sin ni siquiera poder verlo.

Mientras se alejaba del convento olió el maravilloso perfume que emanaba de los estigmas del padre y se sintió reconfortado.

Unos meses después, mientras caminaba por una zona montañosa, sintió nuevamente el mismo perfume.

Se paró y quedó extasiado por unos momentos inhalando el exquisito olor.

Cuando volvió en sí, se dio cuenta que estaba al borde de un precipicio y que si no hubiera sido por el perfume del padre hubiera seguido caminando…

Decidió ir inmediatamente a San Giovanni Rotondo a agradecer al Padre Pío.

Cuando llegó al convento, el Padre Pío, el cual jamás lo había visto, le gritó sonriendo: “¡Hijo mío! ¡Cuida por dónde caminas!”.

 

DEBAJO DEL COLCHÓN

Una señora sufría de tan terribles jaquecas que decidió poner una foto del Padre Pío debajo de su almohada con la esperanza de que el dolor desapareciera.

Después de varias semanas el dolor de cabeza persistía y entonces su temperamento italiano la hizo exclamar fuera de sí:

“Pues mira Padre Pío, como no has querido quitarme la jaqueca te pondré debajo del colchón como castigo”.

Dicho y hecho. Enfadada puso la fotografía del padre debajo de su colchón.

A los pocos meses fue a San Giovanni Rotondo a confesarse con el padre.

Apenas se arrodilló frente al confesionario, el padre la miró fijamente y cerró la puertecilla del confesionario con un soberano golpe.

La señora quedó petrificada pues no esperaba semejante reacción y no pudo articular palabra.

A los pocos minutos se abrió nuevamente la puertecilla del confesionario y el padre le dijo sonriente:

“No te gustó ¿verdad? ¡Pues a mí tampoco me gustó que me pusieras debajo del colchón!”.

padre pio llorando

 

LOS CONSEJOS DEL PADRE PÍO

Un sacerdote argentino había oído hablar tanto sobre los consejos del Padre Pío que decidió viajar desde su país a Italia con el único objeto de que el padre le diera alguna recomendación útil para su vida espiritual.

Llegó a Italia, se confesó con el padre y se tuvo que volver sin que el padre le diera ningún consejo.

El padre le dio la absolución, lo bendijo y eso fue todo.

Llegó a la Argentina tan desilusionado que se desahogaba contando el episodio a todo el mundo.

“No entiendo por qué el padre no me dijo nada”, decía, “¡y yo que viajé desde la Argentina sólo para eso!”

El Padre Pío lee las consciencias y sabía que yo había ido con la esperanza de que me diera alguna recomendación”…

Así se quejaba una y otra vez hasta que sus fieles le empezaron a preguntar:

“Padre, ¿está seguro que el padre Pío no le dijo nada?

¿No habrá hecho algún gesto, algo fuera de lo común?

Entonces el sacerdote se puso a pensar y finalmente se acordó que el Padre Pío sí había hecho algo un poco extraño.

“Me dio la bendición final haciendo la señal de la cruz sumamente despacio, tan despacio que yo pensé: ¿es que no va a acabar nunca?”, contó a sus fieles.

“¡He ahí el consejo!”, le dijeron, usted la hace tan rápido cuando nos bendice que más que una cruz parece un garabato”.

El sacerdote quedó contentísimo con esta forma tan original de aconsejar que tenía el Padre Pío.

 

EL VIGILANTE Y LOS LADRONES

Unos ladrones merodeaban en mi barrio, en Roma, y esto me impedía ir a visitar al Padre Pío.

Al final me decidí después de haber hecho un pacto mental con él: “Padre, yo iré a visitarte si tú me cuidas la casa…”.

Una vez en San Giovanni Rotondo, me confesé con el Padre y al día siguiente, cuando fui a saludarle, me reprendió:

“¿Aún estás aquí? ¡Y yo que estoy sudando para sostenerte la puerta!”.

Me puse de viaje inmediatamente, sin haber comprendido qué había querido decirme.

Habían forzado la cerradura, pero en casa no faltaba nada.”

cuerpo del padre pio en el vaticano

 

NIÑOS Y CARAMELOS

Hacía tanto tiempo que no iba a visitar al Padre Pío que me sentía obsesionada por la idea de que se hubiera olvidado de mí.

Una mañana, después de haberle confiado, como de costumbre, mi hija bajo su protección, fui a Misa.

De regreso, encontré a la pequeña saboreando un caramelo.

Sorprendida le pregunté quién le había dado el “melito”, como ella llamaba a los caramelitos.

Y muy contenta me señaló el retrato del Padre Pío que dominaba sobre el corralito donde dejaba a la pequeña durante mis breves ausencias.

No di ninguna importancia al episodio y no pensé más en él.

Después de algún tiempo, no logrando sacarme de la cabeza la idea de que el Padre Pío se hubiera olvidado de mí, pude finalmente ir a visitarlo.

Inmediatamente después de la confesión, cuando fui a besarle la mano, me dijo riendo: “…¿también tú querías un “melito”?”.

 

UN CALVO

No había remedios para mi cabello que iba desapareciendo de mi cabeza, y sinceramente me disgustaba quedar calvo.

Me dirigí al Padre Pío y le dije: “Padre, ruegue para que no se me caiga el cabello”.

El Padre en ese momento bajaba por la escalera del coro.

Yo lo miraba ansioso esperando una contestación.

Cuando estuvo cerca de mí cambió el semblante y con una mirada expresiva señaló a alguien que estaba detrás y me dijo: “Encomiéndate a él”.

Me di vuelta.

Detrás había un sacerdote completamente calvo, con una cabeza tan brillante que parecía un espejo.

Todos nos echamos a reír.

padre pio bendiciendo

 

EL ZAPATAZO

Una vez un paisano del Padre Pío tenía un fuertísimo dolor de muelas. Como el dolor no lo dejaba tranquilo su esposa le dijo:

“¿Por qué no rezas al Padre Pío para que te quite el dolor de muelas? Mira aquí está su foto, rézale”.

El hombre se enojó y gritó furibundo: “¿Con el dolor que tengo quieres que me ponga a rezar?”.

Inmediatamente cogió un zapato y lo lanzó con todas sus fuerzas contra la foto del Padre Pío.

Algunos meses más tarde su esposa lo convenció de irse a confesar con el Padre Pío a San Giovanni Rotondo.

Se arrodilló en el confesionario del Padre y, luego de decir todos los pecados que se acordaba, el Padre le dijo:

“¿Qué más recuerdas?” “Nada más”, contestó el hombre.

“¿Nada más? ¿Y qué hay del zapatazo que me diste en plena cara?”

 

EL SALUDO “GRANDE, GRANDE”

Una hija espiritual del Padre Pío se había quedado en San Giovanni Rotondo tres semanas con el único propósito de poder confesarse con él.

Al no lograrlo, ya se marchaba para Suiza profundamente triste, cuando se acordó que el Padre Pío daba todos los días la bendición desde la ventana de su celda.

Se animó con la idea de que por lo menos recibiría su bendición antes de partir y salió corriendo hacia el convento.

Por el camino iba diciendo para sus adentros: “quiero un saludo grande, grande, sólo para mí”.

Cuando llegó se encontró con que la gente se había marchado pues el Padre había dado ya su bendición.

Los había saludado a todos agitando su pañuelo desde su ventana y se había retirado a descansar.

Un grupo de mujeres que rezaban el Rosario se lo confirmaron. Era inútil esperar.

La señora no se desanimó por eso y se arrodilló con las demás mujeres diciendo para sí: “no importa, yo quiero un saludo grande, grande, sólo para mí”.

A los pocos minutos se abrió la ventana de la celda del Padre y éste, luego de dar nuevamente su bendición, se puso a agitar una sábana a modo de saludo en vez de usar su pañuelo.

Todos se echaron a reír y una mujer comentó: “¡Miren, el padre se ha vuelto loco!”.

La hija espiritual del padre comenzó a llorar emocionada.

Sabía que era el saludo “grande, grande” que había pedido para sí.

pintura padre pio fondo

 

UN NIÑO, UN TRENCITO Y LOS CARAMELOS

Un niño, hijo de un guardia civil, deseaba tener un trencito eléctrico desde hacía mucho tiempo.

Acercándose la fiesta de Reyes, se dirigió a un retrato del Padre Pío colgado en la pared, y le hizo esta promesa:

“Oye, Padre Pío, si haces que me regalen un trencito eléctrico, yo te llevaré un paquete de caramelos”.

El día de los Santos Reyes el niño recibió el trencito tan deseado.

Pasado algún tiempo, el niño fue con su tía a San Giovanni Rotondo.

El padre Pío, paternal y sonriente, le preguntó: “Y los caramelos, ¿dónde están?”.

 

¡POR DOS HIGOS!

Una señora devota del Padre Pío comió un día un par de higos de más.

Asaltada por los escrúpulos, pues le parecía que había cometido un pecado de gula, prometió que iría en cuánto pudiera a confesarse con el Padre Pío.

Al tiempo se dirigió a San Giovanni Rotondo y al final de la confesión le dijo al padre muy preocupada:

“Padre, tengo la sensación de que me estoy olvidando de algún pecado, quizá sea algo grave”.

El Padre le dijo: “No se preocupe más. No vale la pena. ¡Por dos higos!.

padre pio y arcangel san miguel

 

¿ESPERAS QUE ME CASE YO CON ELLA?

El Padre Pío estaba celebrando una boda.

En el momento culminante del acto el novio, muy emocionado, no atinaba a pronunciar el “sí” del rito.

El Padre esperó un poco, procurando ayudarlo con una sonrisa, pero viendo que era en vano todo intento, exclamó con fuerza:

“¿En fin, quieres decir este “sí” o esperas que me case yo con ella?”

 

¡PADRE, RUEGUE POR MIS HIJITOS!

Una señora muy devota del Padre Pío nunca se iba a dormir sin haberle encomendado antes a sus hijos.

Todas las noches se arrodillaba frente a la imagen del Padre y le decía: “Padre Pío, ruegue por mis hijitos”.

Después de tres años de rezar todos los días la misma jaculatoria pudo ir a San Giovanni Rotondo.

Cuando vio al Padre le dijo: “Padre, ruegue por mis hijitos”.

“Lo sé, hija mía”, le dijo el Padre, “¡hace tres años que me vienes repitiendo lo mismo todos los días!”.

dibujo padre pio ovejas

 

¡Y TÚ TE BURLAS!

Una devota del Padre Pío se arrodillaba todos los días frente a la imagen del padre y le pedía su bendición.

Su marido, a pesar de ser también devoto del padre, se moría de la risa y se burlaba de ella pues consideraba que aquello era una exageración.

Todas las noches se repetía la misma escena entre los esposos.

Una vez fueron los dos a visitar al Padre Pío y el señor le dijo: Padre, mi esposa le pide su bendición todas las noches”.

“Lo sé”, contestó el Padre, “¡y tú te burlas!”.

 

EL PADRE PÍO REZA A SAN PÍO X

Una vez el Cardenal Merry del Val contó al Papa Pío XII que había visto al Padre Pío rezando en San Pedro frente a la tumba de San Pío X, el día de la canonización de Santa Teresita.

El Papa preguntó al entonces Beato Don Orione qué pensaba del asunto.

Don Orione respondió: “Yo también lo vi. Estaba arrodillado rezando a San Pío X.

Me miró sonriente y luego desapareció”.

estatua de padre pio con velas fondo

 

BILOCACIÓN DEL PADRE PÍO EN URUGUAY

Monseñor Damiani, obispo uruguayo, fue a San Giovanni Rotondo a confesarse con el padre Pío.

Luego de confesarse se quedó unos días en el convento.

Una noche se sintió enfermo y llamaron al Padre Pío para que le diera los últimos sacramentos.

El padre Pío tardó mucho en llegar y cuando lo hizo le dijo:

Ya sabía yo que no te morirías.

Volverás a tu diócesis y trabajarás algunos años más para gloria de Dios y bien de las almas”.

“Bueno”, contestó Monseñor Damiani, “me iré pero si usted me promete que irá a asistirme a la hora de mi muerte.

El Padre Pío dudó unos instantes y luego le dijo “Te lo prometo”.

Monseñor Damiani volvió al Uruguay y trabajó durante cuatro años en su diócesis.

Hasta que en el año 1941 Monseñor Alfredo Viola festejó sus bodas de plata sacerdotales.

Para tal acontecimiento se reunieron todos los obispos uruguayos y algunos argentinos en la ciudad de Salto, Uruguay.

Entre ellos estaba Monseñor Damiani, enfermo de angina pectoris.

Hacia la medianoche el Arzobispo de Montevideo (luego Cardenal) Antonio María Barbieri, se despertó al oír golpear a su puerta.

Apareció un fraile capuchino en su habitación que le dijo: “Vaya inmediatamente a ver a Monseñor Damiani. Se está muriendo”.

Monseñor Barbieri fue corriendo a la alcoba de Monseñor Damiani, justo a tiempo para que éste recibiera la extremaunción y escribiera en un papel: “Padre Pío..” y no pudo terminar la frase.

Fueron muchos los testigos que vieron a un capuchino por los corredores.

Y misteriosamente quedó en el palacio episcopal de Salto un medio guante del padre Pío que curó a varias personas.

En 1949 Monseñor Barbieri fue a San Giovanni Rotondo y reconoció en el padre al capuchino que había visto aquella noche, a más de diez mil kilómetros de distancia.

El Padre no había salido en ningún momento de su convento.

Hoy día hay en Salto una gruta que recuerda esta bilocación y desde allí el padre ha hecho varios milagros.

 

NOS HEMOS SALVADO POR LOS PELOS AQUELLA TARDE ¿EH GENERAL?

El General Cardona, después de la derrota de Caporetto, cayó en un estado de profunda depresión y decidió acabar con su vida.

Una tarde se retiró a su habitación exigiendo a su ordenanza que no dejara pasar a nadie.

Se dirigió a un cajón, extrajo una pistola y mientras se apuntaba la sien oyó una voz que le decía: “Vamos, General, ¿realmente quiere hacer esta tontería?”.

Aquella voz y la súbita presencia de un fraile lo disuadieron de su propósito, dejándolo petrificado.

Pero ¿cómo había podido entrar ese personaje en su habitación?

Pidió explicaciones a su ordenanza y este le contestó que no había visto pasar a nadie.

Años más tarde, el General supo por la prensa que un fraile que vivía en el Gargano hacía milagros.

Se dirigió a San Giovanni Rotondo de incógnito.

Y ¡cuál no fue su sorpresa cuando reconoció en el fraile al capuchino que había visto en su habitación!

Y el Padre Pío le susurró “Nos hemos salvado por los pelos aquella tarde ¿eh General?”.

Padre Pio-Taormina fondo oscuro

 

AMOR DEL PADRE PÍO POR SAN PÍO X Y PÍO XII

El Padre Pío solía decir que San Pío X era el papa más simpático desde San Pedro hasta nuestros días.

“Un verdadero santo”, decía siempre, “la auténtica figura de Nuestro Señor”.

Cuando murió San Pío X, el Padre Pío lloraba como un niño diciendo: “Esta guerra se ha llevado a la víctima más inocente, más pura y más santa: el Papa”.

Pues corrían rumores que el Santo Padre había ofrecido su vida para salvar a sus hijos del flagelo de la guerra.

Y respecto a Pío XII, una vez el Padre Pío dijo a un sacerdote que iba para Roma: “Dile a su Santidad (Pío XII) que con gusto ofrezco mi vida por él”.

Cuando murió Pío XII el Padre Pío también lloraba desconsoladamente.

Al día siguiente de la muerte no lloraba más y entonces le preguntaron: “Padre, ¿ya no llora por el Papa?” “No”, contestó el padre, “pues Cristo ya me lo ha mostrado en Su gloria”.

https://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=UlRPwJUk0j4

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Milagros Impresionantes de Curación por la Intercesión del Padre Pío

El Padre Pío recibió la gracia de gran cantidad de dones.

Uno de ellos es el de ser un gran intercesor para las sanaciones; hay algunos espectaculares.

padre pio llorando

Pocos dudan ya de la santidad real y de la vinculación con lo sobrenatural del Padre Pío, incluso personas que no son católicas.
.
Porque las historias que se cuentan de sus milagros son tantos que es difícil ignorarlo.

Acá traemos 4 milagros de curación atestiguados con pruebas y el añadido de un milagro eucarístico.

Leer también: Milagros por Intercesión del Padre Pío

padre pio y arcangel san miguel

 

EL PADRE PÍO HIZO QUE UNA MUJER QUE NO TIENE PUPILAS PUEDA VER

Gemma di Giorgi nació el día de Navidad en 1939, en la localidad siciliana de Ribera. Casi de inmediato, su madre se dio cuenta de que sus ojos eran diferentes a los ojos de otros niños. 

La verdad era que Gemma era ciega de nacimiento.

Su madre la llevó a un médico que no pudo determinar la gravedad de su condición.
.
Ella fue  referida a dos especialistas en Palermo.
.
Se determinó que Gemma no tenía las pupilas de sus ojos, que nada se podía hacer por su ceguera, porque su condición era inoperable.

La familia de Gemma estaba desesperada, y no había nada que pudieran hacer.

Sus padres a menudo la llevaban al altar de María en la iglesia, y oraban por considerar que se necesitaría un milagro para curar a sus ojos.

Una pariente, que era monja, aconsejó a la familia ir a buscar al Padre Pio.

Su consejo dio a la familia un rayo de esperanza.

La abuela de Gemma pidió a la monja que escribiera una carta al Padre Pío en representación.

gemma di giorgi

 

EL PADRE PÍO ENTRA EN ACCIÓN

Cuando la monja volvió a su convento, le escribió al Padre Pío para pedirle que ore por Gemma.

Una noche, la monja le vio en un sueño. El Padre Pio le preguntó:

«¿Dónde está esta Gemma para quienes se están ofreciendo tantas oraciones que son casi ensordecedoras?»

En su sueño ella presentó a Gemma al Padre Pío y él hizo la señal de la cruz sobre sus ojos.

Al día siguiente, la monja recibió una carta del Padre Pío en la que escribía:

«Querida hija, puede estar segura de que voy a orar por Gemma. Le envío mis mejores deseos«.

La monja quedó maravillada por la coincidencia de los sueños y la carta que de contestación del Padre Pío, por lo que escribió a la familia y les animó a llevar a Gemma a ver al Padre Pio.

foto del padre pio

 

GEMMA VA CON SU ABUELA A VER AL PADRE PÍO

Y así fue que en 1947, la abuela llevó a Gemma, de 7 años, a San Giovanni Rotondo a ver al Padre Pío, rezando y esperando todo el tiempo para una milagro

En el viaje de Sicilia a San Giovanni Rotondo, la vista de Gemma comenzó a funcionar misteriosamente.
.
A mitad de camino a su destino, Gemma empezó a ver el mar y un barco de vapor y ella dijo esto a su abuela.
.
Su abuela, así como otros amigos que las acompañaban, se maravillaron, y comenzaron a orar.

Sin embargo, el viaje desde Sicilia hasta el monasterio era muy largo y difícil.

Mientras la abuela de Gemma reconoció el milagro que había ocurrido, seguía preocupada con la idea de buscar la intercesión del Padre Pío en la materia.

ojo de gemma di giorgi

 

SE ENCUENTRAN CON EL PADRE PÍO

En San Giovanni Rotondo, el Padre Pío llama a Gemma por su nombre antes de que la niña le fuera presentada.

Él oyó su confesión, y aunque ella no hizo mención de su ceguera, le tocó los ojos con la parte herida de su mano, trazando la señal de la cruz.

Al final de la confesión, él la bendijo, dijo,

«Sii buona e de santa.« (Se buena y santa).

La abuela estaba molesta de que Gemma se hubiera olvidado de pedir al Padre Pio por la gracia de la curación mientras estaba en el confesionario y se puso a llorar.

Gemma también se molestó y empezó a llorar.

La abuela fue a confesarse con el Padre Pío y según sus propias palabras,

«yo pedí la gracia para Gemma y le dije a Padre Pio que Gemma estaba llorando porque, en su confesión con él se había olvidado de pedir esta gracia. 

Nunca olvidaré su voz suave y tierna cuando él me respondió con estas palabras:

‘¿Tienes fe, hija?
.
La niña no debe llorar y tu tampoco debes porque la niña ve, y tu sabes que ella ve’.

Comprendí entonces que el Padre Pío estaba aludiendo al mar y al barco que Gemma había visto durante el viaje y que Dios había usado al Padre Pio de romper la oscuridad que cubría los ojos de Gemma«.

El mismo día, el Padre Pío dio a Gemma su Primera Comunión y volvió a hacer el signo de la cruz sobre cada uno de sus ojos.

4 imagenes del padre pio

 

LOS MÉDICOS COMPRUEBAN LA CURACIÓN

Cuando Gemma volvió a Sicilia sus ojos fueron examinados de nuevo por un especialista.

El médico, para probar a Gemma, levantó varios objetos en frente de ella y ella fue capaz de ver cada uno de ellos.

Ella fue capaz de contar los dedos del médico a una distancia de cinco metros.

Aunque sin pupila, tenía vista, podía ver.
.
El médico declaró que los ojos de Gemma no estaban en condiciones de ver.
.
No había explicación médica para ello.
.
Muchos médicos de toda Italia solicitaron a examinar los ojos de Gemma.

Esta extraordinaria cura, y la profecía que la precede, despertó gran interés en la prensa italiana durante el verano de 1947.

Los ojos de Gemma continuaron mejorando y pudo ir a la escuela y aprender a leer y escribir.

Ella fue capaz de conducir con total normalidad su vida.

padre pio bendiciendo

 

SE ESCRIBEN LIBROS

Clarice Bruno, autora del libro «Caminos al Padre Pio» se reunió con Gemma en mayo de 1967.

Clarice dijo que a pesar del hecho de que la vista de Gemma estaba funcionando, todavía tenía esa niebla, de una mirada extraña que es una característica de las personas ciegas.

Clarice dijo a Gemma que estaba escribiendo un libro sobre el Padre Pío y quería incluir en ella la historia del milagro de Gemma.

Gemma pidió al Padre Pío permiso para compartir su historia y dio su consentimiento.

Gemma, debido al clima soleado y muy ventoso, llevaba gafas de sol en el día en que presentó la solicitud al Padre Pio.

Él comentó sobre esto:

«¿Por qué», dijo mientras pasaba su mano sobre sus ojos, «llevas gafas? Tu ves muy bien».

El Padre John Schug, autor de «Un Perfil del Padre Pio» que se reunió Gemma y la entrevistó, también declaró:

«Ella se ve como una persona ciega. Sus ojos son cetrinos y sin brillo, pero no hay ninguna duda de que ella puede ver

Vi que alcanzó una agenda de teléfonos, buscó un número, y marcó el número sin dar palos de ciego»

cuerpo del padre pio en el vaticano

 

CONCLUSIÓN

Aunque todos los médicos no pudieron llegar a un consenso sobre el tema de la condición médica de Gemma di Giorgi, los hechos que pueden ser definitivamente establecidos son los siguientes:

(1) Gemma di Giorgi nació con un defecto congénito grave de los ojos,
.
(2) antes de que se realizaran las oraciones por Gemma di Giorgi al Padre Pio, su visión era o muy defectuoso o totalmente inexistente, y
.
(3) después, aunque la estructura física del ojo se mantuvo sin cambios, Gemma fue capaz de ver normalmente a pesar de que oficialmente es clasificada como legalmente ciega.

Simplemente mientras Gemma y su abuela viajaban a San Giovanni Rotondo para pedir la gracia de curación, la gracia vino a ellas a través de la intercesión de la oración del Padre Pío.

Y fue antes de que incluso hubieran llegado a su destino. Dios, por sus propias razones misteriosas, quiso que sucediera así.

Gemma ha recorrido el mundo contando su historia.

 

UNA RELIQUIA DEL PADRE PÍO FUE EL VEHÍCULO PARA LA CURACIÓN DE UNA NIÑA

Este es un testimonio de Ann Wilkinson, del Condado de Louth en Irlanda, quien describe, con sus palabras, la cura de su hija por intercesión del padre Pío en la década de los ‘70.

Cuenta Ann Wilkinson:

Mi historia comienza el 5 de diciembre de 1975, cuando estaba a punto de dar a luz a mi hija.

Su corazón latía tan rápido antes de que naciera que pensaban que yo estaba esperando gemelos, pero un examen de rayos X demostró que no era así.

Decidieron inducirla. En el momento en que empezaron a hacerlo, su corazón comenzó a fallar.

Lo siguiente que recuerdo es que estaban tratando de despertarme para decirme que la niña estaba gravemente enferma y que necesitaba bautizarla.

Sabía que las cosas estaban mal.

Recuerdo que pensé: ‘si me quedo con los ojos cerrados y no despierto, no voy a tener que enfrentar esto o tratar con esto’.

A la mañana siguiente, la consultante nos vino a ver a mí y a mi esposo, Jim.

Ella nos dijo que nuestra hija había nacido con un corazón mal formado, tenía sólo tres cámaras en lugar de cuatro, tenía un solo ventrículo y su hígado estaba agrandado enormemente.

La consultante también dijo que no se esperaba que viviera y nada se podía hacer.

Más tarde, me dijo uno de los médicos que ella estaba lo suficientemente bien como para que nos la llevaramos a casa. Fue en ese momento que llegó el Padre Pío primero en una imagen.

ann wilkinson

 

LE HABLAN DEL PADRE PIO

Una noche, mi madre me dio una reliquia en una pequeña tarjeta de oración y decía:

‘Ora a este hombre’. Le dije: ‘¿Quién es?’
.
Ella dijo: ‘Es el Padre Pío. Él tenía los estigmas de Jesús’.

Entonces ella dijo:

‘Era un hombre maravilloso. Podía mirar en tu alma y ver qué tipo de persona que eres’.

Una especie de frío se apoderó de mí. Pensé:

‘Sé que necesito un milagro, pero si mira en mi alma, pecadora de mí, no va a hacer nada por mí’.

Después de eso, volvimos a nuestros controles mensuales.

Nos dijeron que lo más que un niño había vivido con la condición de Kelly eran cuatro años.

Dijeron que finalmente su corazón fallaría y ella probablemente sólo se quedaría en su sueño. Sabíamos que llegar hasta cuatro años era crucial.

padre pio rezando

 

LA BENDICIÓN CON EL GUANTE DEL PADRE PÍO

Poco antes del cuarto cumpleaños de Kelly, el Padre Pío volvió a entrar en el cuadro.

Una persona me dijo:

‘¿Alguna vez pensaste de conseguir que Kelly fuera bendecida con el guante del padre Pío?’

Ella me habló de una mujer que tenía un guante.

El día antes de Kelly tuvo que ir al hospital, fuimos a ver a la mujer.

Sacó el guante y la bendijo con él.

Esa noche fue la primera vez que le pedí a él.

Unos 20 minutos después de terminar la oración, Kelly estaba de pie al lado de mi cama. Ella dijo:

‘Mami, tienes que entrar, hay un hombre en mi dormitorio’.

Le dije: ‘Kelly, no hay nadie allí’.

Pensé que estaba soñando o tenía fiebre.

Yo la traje de vuelta a su habitación y la metí en la cama.

Mientras lo hacía, miró por encima del hombro y señaló hacia la esquina y me dijo:

‘Mira, mami, me está sonriendo’.

Y yo le dije: ‘No hay nadie allí’.

El Padre Pío nunca se me pasó por la cabeza en ese momento.

A la mañana siguiente, le pedí a Kelly que entrara en la sala de estar y sacara mis cigarrillos de mi bolso.

Cuando ella entró, le oí gritar:

‘¡Mamita! ¡Mamita!’ y corrí.

Kelly había visto algunas revistas que la mujer me había dado el día anterior.

El frente de una de ellas tenía una gran imagen del Padre Pío.

’Mira, mami –dijo-. Ese es el hombre que estaba en mi habitación la noche anterior’

guante del padre pio

 

EN EL HOSPITAL LE CONFIRMAN LA CURACIÓN INEXPLICABLE

Fuimos al hospital después de eso. Se la llevaron y mi corazón se rompía.

Alrededor de una hora más tarde, la trajeron de vuelta y ella estaba mortalmente pálida. Le pregunté a la enfermera:

‘¿Cómo le fue?

Ella dijo: El médico querrá hablar con usted’.

Fuimos a ver al doctor. Él dijo:

‘Yo tengo las pruebas que se hicieron a Kelly al nacer.
.
También tengo las pruebas de hoy que muestran que el corazón de Kelly es completamente normal.
.
En lugar de un ventrículo, que ahora tiene dos y su hígado se reduce en tamaño.
.
Puedes llevarla a casa. Tienes un milagro y yo no sé cómo lo has hecho’.

Le dije:

‘Sé exactamente de quien lo conseguí’.

El resto es historia. Kelly no tiene problemas del corazón en absoluto y no hay repercusiones de la condición de que una vez tuvo.

Siempre le pasa algo, siempre se vuelve al Padre Pío y siempre sabe que está allí.
.
Él es la única constante en su vida.
.
También es el que la trajo de vuelta a mí y le dio su vida.

betty y paul walsh fondo

RECUPERA A UN HOMBRE CON EL CRÁNEO APLASTADO

Paul Walsh tenía 17 años cuando el automóvil que conducía chocó contra un árbol en Chester Pike en los suburbios de Philadelphia en una helada noche de diciembre en 1983. 

Un médico describió sus heridas en la cabeza como el equivalente de dejar caer un huevo en una acera de cemento.

No sólo tenía el cráneo destrozado, sino que todos los huesos de su rostro estaban rotos y había un desgarro en su cerebro.

Los médicos del Centro Médico de Crozier Chester dijeron que era irreversible el daño cerebral y que nunca recuperar la conciencia. 

Pero como dice el viejo refrán, «nunca digas nunca» [si aún no recurriste al Padre Pío].  

Pero el sábado 14 de mayo de 2005, Paul Walsh recibió una licenciatura en artes liberales de Neumann College en Aston, PA. 

«Me gustaría enseñar a especiales», dijo el graduado de 38 años, que se empleaba como un asociado de tiempo completo con Elwyn, Inc., un programa residencial de día para las personas desfavorecidas mentalmente. 

«Me gustaría seguir trabajando con las personas desfavorecidas mentalmente.»

La recuperación de Paul de las lesiones masivas en la cabeza en 1984 fueron «inexplicables, sobre una base puramente médica y científica», dijo uno de los médicos que lo atendieron, Michael Ryan, MD. En una declaración escrita, el Dr. Ryan dijo:

«Es mi sensación de que sin la ayuda de la influencia sobrenatural, Paul hoy estaría muerto o seguiría en un estado comatoso».

accidente-automovilistico

 

LAS LESIONES DEL ACCIDENTE

A pesar de que recuerda poco de su calvario de cuatro meses después del accidente, su madre, Betty Walsh, recuerda cada detalle, desde el momento en que recibió la llamada de teléfono en la noche del accidente.

«La enfermera me dijo que fuera al hospital de inmediato», dijo la madre de diez hijos de Ridley Park, PA.

«Fue difícil incluso reconocer a Paul. Su cara estaba tan hinchada, como una calabaza, y totalmente envuelta en vendas.

No se veía muy bien, pero él reconoció mi voz, porque se movió cuando él me escuchó».

Después de diez horas de cirugía al día siguiente, en la que Paul perdió cuatro veces y media la cantidad de sangre en su cuerpo, fue trasladado al Centro Médico de Crozier-Chester en condición crítica.

Al principio, parecía estar mejorando, e incluso hablaba un poco, pero había un líquido sospechoso que goteaba de la nariz.

Todo el mundo pensó que tenía un resfriado y pasó un mes antes que los médicos descubrieran que el fluido no era de la congestión nasal – era fluido espinal. 

Una tomografía computarizada reveló un desgarro en el cerebro de Paul.

«Fue entonces cuando se dieron cuenta de que era peor de lo que pensábamos«, dijo Betty.

Los médicos trataron de reparar la ruptura, pero el interior de la cabeza de Paul estaba demasiado destrozado.

Recurrieron a drenar el fluido con punciones lumbares y luego un catéter, pero la condición de Paul continuba deteriorándose.

Comenzó a deslizarse dentro y fuera de la conciencia.

Otra tomografía reveló que tenía hidrocefalia y los ventrículos de su cerebro se llenaban de líquido.

Los médicos lo prepararon para cirugía de emergencia para colocar una derivación en la cabeza para drenar el líquido cuando descubrieron otra complicación grave, que también había desarrollado meningitis espinal.

«En este momento, no había esperanza», dijo Betty. «Los ventrículos se seguían llenando de líquido y se aplanaba el lóbulo frontal de su cerebro«.

A pesar de que Paul estaba vivo, en esencia, se había ido.

«Ellos decían ‘tienes que dejar de esperar. . . la forma en que está ahora es la forma en que va a ser’. 

Es permanente e irreversible el daño cerebral«.

Pero Betty no estaba dispuesta a renunciar a su hijo. 

A pesar de que tenía otros nueve hijos en casa, se sentía como la mujer en la Biblia que tenía diez monedas, pero perdió una y no podía dejar de buscar hasta encontrarla.

«Decidimos que Paul necesitaba un milagro», dijo Betty. »
.
Al final, si Paul no mejoraba, lo aceptaría, pero, mientras tanto, estaba realmente creyendo que podría haber un milagro y por lo menos me gustaría orar con fe.»

padre pio escribiendo

 

LLEGA LA ESTAMPITA DEL PADRE PÍO

Una mujer de San Madeline en Ridley Park, le dio cinco tarjetas de oración para las personas que se encontraban en el proceso de beatificación y necesitaban un milagro.

Todos los días después de la misa, ella y su madre iban al hospital y rezaban el rosario sobre Paul, a continuación, decian las cinco oraciones.

«Cuando llegaba a la oración del Padre Pío, Paul se bendecía a si mismo, a pesar de que estaba totalmente inconsciente», dijo Betty.

Varias personas fueron testigos de los fenómenos, incluyendo algunas enfermeras. Betty decidió convocar a un grupo local de devotos del Padre Pio y decirles lo que estaba sucediendo.

reliquia de guante del padre pio

 

LLEGA EL GUANTE DEL PADRE PÍO

Este grupo del Padre Pío decidió enviar a alguien al hospital con uno de los guantes usados por el Padre Pío durante las sangrientas heridas de estigmas en sus manos.

El lunes 12 de marzo Paul fue bendecido con la reliquia y en pocos días, una de sus muchas dolencias graves había desaparecido milagrosamente.

Betty llamó al grupo de nuevo y el 6 de abril de 1984, el guante fue traído de nuevo a Pablo y se le puso en la cabeza.

«Supe de inmediato que algo sucedió porque fue como una descarga eléctrica que pasó por él», dijo Betty. 
.
«Abrió los ojos y miró alrededor de la habitación, muy lúcido.
.
Luego quedó en coma de nuevo, pero yo sabía que algo había sucedido.»

Ella tenía razón.

Al día siguiente, cuando regresó al hospital se sorprendió al encontrar a su hijo sentado en un sillón y viendo la televisión.

Se dio la vuelta y dijo: «Hola, mamá.»

La enfermera entró corriendo y le dijo a Betty:

«Él ha estado hablando todo el día«.

Cuando llamó al neurocirujano para decile que Paul Walsh estaba hablando, dijo el doctor,

«No es posible y colgó».

Pero era cierto.

«Le hicieron a Paul otra tomografía y todos los médicos decían: ‘Yo no lo puedo creer. Yo no lo ‘creo’. 

El lóbulo frontal de su cerebro no estaba más destrozado«.

estatua del padre pio fondo

 

APARECE UN VIEJO SACERDOTE CON HÁBITO MARRÓN

Aún más inexplicable fue lo que ocurrió días después, el Domingo de Pascua por la mañana, cuando Paul se despertó encontró a un hombre de pie a los pies de la cama.

Descrito como «un viejo sacerdote con una túnica marrón».

Paul pensó que era el hermano de Betty, Charley, que tiene un notable parecido con el Padre Pío.

«Recuerdo que estaba muy seguro de que mi tío Charley había estado a visitarme», dijo Paul.

«Yo lo vi. Él estaba muy contento y me sonrió. Y luego salió de la habitación«.

Betty sabía que no podría haber sido Charley porque vive en Boston.

Dobló una imagen del Padre Pío, ocultando el nombre, y se lo mostró a Paul.

«Este es el que me visitó« dijo. «¿No es que el tío Charley?»

Semanas más tarde, Paul Walsh salió de Crozier Centro Médico de Chester, sanado por completo.

padre pio

 

LO HABÍAN ENCOMENDADO AL PADRE PÍO TRES MINUTOS DESPUÉS DE QUE SUCEDIÓ EL ACCIDENTE

Si había alguna duda en su mente de que el Padre Pío intercedió en la curación de Paul, esas dudas se disiparon un año después del accidente, cuando la familia recibió una llamada telefónica inesperada de Bill Rose, que vivió en la propiedad donde Paul se golpeó con el árbol.

Rose afirmó que escuchó el ruido la noche del accidente y salió corriendo para encontrar a Paul tirado en el suelo con su cara en una alcantarilla.

Él sabía que la persona estaba muriendo y mientras alguien llamó a una ambulancia, se ocupó la cabeza de Paul hasta sacarla de la cuneta y oró por su alma.

«A los tres a cinco minutos del accidente de su hijo», dijo a Betty «lo dediqué al Padre Pío».

A día de hoy, Paul admite que todavía se pregunta «¿por qué yo?». Pero eso no le impide contar su historia cada vez que puede. «No estoy haciendo esto por mí mismo», dijo Paul. «Quiero dar a otras personas la esperanza.»

monseñor essef con padre pio

 

LA CURA DE GASPARE DI PRAZZO, CIANCIANA, AGRIGENTO

El Sr. Gaspare  di Prazzo  tenía un caso de fiebre mediterránea que había llegado a ser muy grave.

Una mujer, la Sra. Vacarro, sabía del Padre  Pio, y recomendó que el paciente invocara la ayuda del Padre  Pio para una cura y le dio a Gaspare una imagen de Padre  Pio para usar al invocar su intercesión .

Una vez recibida la foto, el paciente besó la fotografía del Padre  Pío y le rogó que lo curara.

Pasaron unos días cuando una tarde  a las 6 pm el paciente le dijo a su esposa:

«Pon a alguien en la puerta y no dejes que nadie entre, porque el Padre  Pío está llegando, y no quiero ser visto por ninguna persona».

La mujer asintió con la cabeza y le aseguró que su sobrino ya estaba cerca de la puerta.

Más tarde esa noche, a las once, cuando todos estaban en la cama y sólo su mujer estaba sentada junto a la cama del paciente, y el paciente tenía fiebre significativa, le dijo a su esposa:

«Apaga la luz, porque el Padre  Pío  está a punto venir, y yo no quiero ser visto por nadie, ni siquiera por ti».

Su mujer obedeció y apagó la luz  de repente el paciente comenzó a hablar, muy alegremente:

«¡Oh Padre Pio!, ¿está aquí para sanarme? os doy las gracias. Pase su mano de mi cabeza a los pies. Yo no puedo más y no quiero dejar a mi esposa viuda…»

El paciente sentía al Padre Pío cerca de su cama.
.
Él pasó la mano estigmatizada sobre todo su cuerpo Su esposa no vio a nadie, pero entendió que el padre Pío estaba junto a su amado esposo.
.
Y temblando en un rincón de la habitación de rodillas, llorando también oraba al Padre Pío.
.
«Cuando llegue, Padre Pio, pida a Nuestro Señor la gracia de la curación de mi marido».

padre pio con el caliz

Después de unos minutos, la mujer preguntó a su marido si podía encender la luz, y el paciente respondió:

«No, porque el Padre Pio no ha salido aún, todavía está a mi lado de la cama».

Otros diez minutos pasaron, entonces el marido le dijo a su esposa que prendiera la luz, porque el Padre  Pío se había ido.

Después de prender la luz, su hermana y el Dr. Giannone llegaron alrededor de la cama del paciente, cuyos ojos brillaban, y estaba emitiendo profundos suspiros. Dijo que se sentía mejor, y luego les dijo lo siguiente:

«Hace poco me encontré en una hermosa iglesia, donde el Padre Pio  estaba celebrando misa, y yo estaba de rodillas.

Vi al Espíritu Santo en la hermosa forma de una paloma sobre el altar.

Después de la misa, me acerqué a él, y él me dijo: ‘Tened fe en Dios, pero tienes que ir a la confesión y no se debe jurar nunca más’. 

Estando sediento, le pedí al Padre Pio por agua, y él me acompañó a una cisterna.

Llené una botella con preciosa agua fresca; gimiendo de dolor me lo bebí de un trago, ardiendo de fiebre.

Tan pronto como yo hube bebido el agua, olí un perfume que parecía el olor a vainilla. Entonces Padre Pio se fue«.

Después de este cuento el paciente repitió que se sentía mejor.

El primo, un médico, lo examinó notando un cambio muy significativo: la fiebre ya había disminuido, y por la mañana siguiente se fue sin ninguna causa, y nunca regresó.

Temprano a la mañana siguiente la Sra. Vacarro fue a visitarlo – el lector recordará que fue ella quien le dio la fotografía del Padre Pío – y con alegría al verlo dijo:

«¡La gracia ha sido dada!, soñé con Padre Pio anoche y él me dijo: ‘La gracia ha sido dada'»

Y verdaderamente se había obtenido la gracia, unos días después el paciente se levantó curado y se fue a la iglesia para agradecer a Nuestro Señor.

Más tarde tuvo un día solemne con la Eucaristía celebrada en la Iglesia de los Liguorini, donde se confesó y recibió la Sagrada Comunión, después de haber estado alejado de los sacramentos durante diez años.

A partir de entonces el señor Prazzo nunca juró otra vez y él está muy agradecido al Padre Pio, cuya fotografía siempre lleva consigo.

estatua padre pio fondo

 

CURA DE UNA DIABÉTICA A TRAVÉS DE UNA VISIÓN DEL PADRE PÍO 

En Corpus Christi, el 12 de junio de 1946 a las 6 de la tarde una monja llamada Lucia estaba sufriendo de diabetes severa y debido a esto fue impulsada a beber litros de agua para el alivio.
.
De repente, sin embargo, ya no sintió la necesidad de beber agua y llamó a la madre superiora.
.
Ella dijo que ahora debía ir a la capilla a rezar.

Sin embargo, la  madre superiora  le pidió a la hermana para traer un vaso de agua. La madre superiora tenía el presentimiento de que era el principio del fin.

Lucía le dijo con una sonrisa feliz:

«Voy a morir pronto, Madre, el Padre Pio vino a verme.
.
Era como la imagen de la oficina, dijo que no podía ser curada (por los médicos).
.
Pero también me pidió esperanza, y tener fe en la ayuda del Cielo».

Evidentemente, a partir de la sucesión de acontecimientos a continuación, Lucía no ha entendido inicialmente al Padre Pio.

Dos hermanas le ayudaron a ir a la capilla.

Ella no pidió agua, e incluso se negó cuando  le ofrecieron la copa que había estado tomando. Ahora hacía ya un cuarto de hora desde que había tomado algo para beber.

Después de terminar sus oraciones la trajeron de vuelta a su pequeña habitación, ya que parecía que se estaba desmayando.

El capellán fue llamado y un tubo de bebida se le puso en la boca, pero ella inmediatamente lo apartó.

De repente abrió los ojos con una extraña sonrisa en los labios.

Ella se sentó en su cama y gesticulaba con alegría, diciendo: el Padre  Pio le había dicho en el nombre de Dios:

«Tú estás curada. ¡Levántate! Ven inmediatamente a mi monasterio.
.
Quiero bendecirte y agradecer al Todopoderoso contigo»
.

Lucía fue al monasterio con dos de las hermanas el 17 de junio, cuando se presentaron ante el Padre Pío, éste dijo con una sonrisa:

«Estaba esperando por ti», y la bendijo.

padre pio con crucifijo

 

UNA GRACIA ESPIRITUAL, PORTO MAURIZIO, 11 DE SEPTIEMBRE 1940

Un caballero de Porto Maurizio, escribe:

No importa lo mucho que diga con respecto a las gracias recibidas a través del Padre Pio, no puede decir lo suficiente, porque él me consiguió un gran número de ellas y continúa haciéndolas.

Cuando vi al Padre Pio por primera vez, me pareció como un sueño, y mi corazón saltó de alegría.

Asistí a la Misa que celebró con ardor santo. Yo también tuve la suerte de verlo de cerca, porque estaba de rodillas al lado del altar.

Grandes gotas de lágrimas cayeron de sus ojos… en ese instante me arrepentí de mis pecados y suplicaba el perdón para mí y para toda la humanidad.

En la Consagración, yo estaba envuelto por partida doble en la oración, y en la elevación de la Hostia miré hacia arriba con fe, y para mi asombro apareció radiante y hermosa.

Yo no dije nada de esto a nadie ese día, pero al día siguiente me fui al confesionario del Padre y le dije:

Padre, la Hostia consagrada por usted no se ve lo mismo que las demás.

¿Qué hay de especial en la mía?, dijo

Le contesté,

La hostia de cualquier otro sacerdote se ve normal, y no hay un crucifijo en el centro, mientras que la suya parece hermosa y radiante. 

El no contestó, así que continué,

Dígame Padre, ¿esto es así, o es una ilusión? 

Entrando en un estado de recogimiento interior, respondió con gravedad,

Lo que viste en realidad es cierto.

Fuentes:

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Tres Fantásticas Intervenciones Milagrosas del Padre Pío

Pocos cristianos tienen dudas de los dones sobrenaturales del Padre Pío.

De que fue uno de los intercesores milagrosos más importante de los últimos 100 años.

Entre sus dones más conocidos está su capacidad de interceder para curaciones, sus bilocaciones y la capacidad para ver el futuro para guiar a sus hijos espirituales.

En este artículo traemos tres hechos milagrosos poco conocidos.

 

EL PRIMER MILAGRO PUBLICITADO DEL PADRE PÍO

El primer milagro publicado del Padre Pío fue hecho por el periódico napolitano «Il Mattino», en las ediciones del 20 y 21 de junio de 1919.

El diario había asignado al periodista Renato Trevisani para investigar a un supuesto místico estigmatizado que vivía en un convento de  San Giovanni Rotondo.

El periodista creía que era una farsa pero fue testigo de dos curaciones del Padre Pío.

Había un alto funcionario del Ministerio de Justicia que se llamaba Pasquale Di Chiara (1881-1946), residente en Lucerna, a poco más de 40 km del convento del Padre Pío.

Era un hombre muy solidario, que incluso saltó a la fama por su trabajo rescatando heridos en el gran terremoto de 1908.

En una celebración conmemorativa del final de la guerra entre Italia y el Imperio Austrohúngaro sufrió una caída grave en las escaleras del hotel.

Que lo llevó a permanecer tres meses inmovilizado en cama.

Y finalmente cuando se levantó podía caminar solamente con un bastón y arrastrando la pierna herida.

Primera curación publicada del Padre Pío

Pasquale Di Chiara fue entonces a ver al Padre Pío a su convento, pero no para solucionar su problema en la pierna sino el problema de su hija de 3 años, afectada por parálisis infantil.

El periodista de Il Mattino fue testigo presencial de los hechos, le hizo un seguimiento al caso y finalmente publicó un reportaje a Di Chiara en el periódico.

Pero no sólo él fue testigo de los sucesos sino que altos funcionarios del gobierno también lo fueron.

El título del artículo fue «Padre Pío, el ‘Santo’ de San Giovanni Rotondo: un milagro en la persona del canciller de la ciudad».

El artículo narra el accidente de Pasquale Di Chiara sucedió el 11 de noviembre de 1918, y que fue atendido por varios médicos y sometido a exámenes de rayos X que revelaron una profunda dislocación.

Ante tal diagnóstico tomó su cojera como algo irremediable con lo que debería convivir, obligado a caminar con bastón.

El poco tiempo visitó al Padre Pío en una visita protocolar, en la que aprovechó a ir con su esposa.

Se acercó a él para pedirle por una hija de tres años, llamada Italia, que sufría parálisis infantil.

El Padre Pío les dijo que dejaran de usar el aparato ortopédico en la pierna de la niña.

Su esposa, temerosa, no quería hacerle caso al Padre Pío, pero al día siguiente el aparato se rompió milagrosamente.

Fueron a ver al Padre Pío nuevamente en ese viaje y la esposa le dijo que la niña todavía no estaba curada, y el padre Pío le respondió medio bruscamente,

«¡Fue tu culpa! Espera, pero en Dios».

Años después otro hijo de Di Chiara, llamado Umberto, dijo en una entrevista que su hermana Italia había comenzado a caminar rápidamente sin necesidad de ayuda y con una pequeña cojera luego de la rotura del aparato ortopédico, la que luego fue desapareciendo.

Al otro día de la respuesta del Padre Pío a su esposa, Di Chiara fue al Convento de  San Giovanni Rotondo con sus superiores que estaban de visita en la ciudad.

Cuando el Padre Pío lo vio hizo un gesto de reprobación y murmuró unas palabras entre dientes «¡Tira el bastón!».

Un rato después el Padre Pío pasó nuevamente frente a la comitiva y le dijo directamente,

«Hombre de poca fe, anda y camina».

Entonces, cuando tiró el bastón tuvo una sensación de calidez en su pie, que luego pasó a todo el cuerpo, tiró el bastón y vio que podía caminar con normalidad, lo que le hizo llorar de alegría.

Este artículo de Il Mattino tuvo mucha repercusión, una de las cuales fue la que sigue.

Padre Pío y Giacomo Gaglione

 

EL PADRE PÍO «SUSCITA» A OTRO SANTO

Esta es la historia de Giacomo Gaglione, un hijo espiritual del Padre Pío, que santificó su vida por la conversión lograda en una visita a San Giovanni Rotondo.

Giacomo era de una familia muy rica y de la nobleza, un excelente estudiante y gran deportista, y era muy apuesto y popular, lo que le auguraba un futuro brillante.

Pero cuando tenía 16 años empezó con un dolor agudo en el talón, sus piernas comenzaron a hincharse y en poco tiempo se convirtió en un inválido que debía ser alimentado.

Sus padres consultaron a los mejores especialistas pero todo fue inútil.

Sin embargo Giacomo seguía con la ilusión de sanarse algún día y casarse con una chica vecina; ésta era su razón de vivir en ese momento.

Pero al tiempo la madre de la novia pensó que era malo para su hija que pasara el resto de su vida con un inválido, Por más que fuera un aristócrata millonario, y envió a un sacerdote para comunicárselo.

Esto fue devastador para él. Intentó suicidarse varias veces y desarrolló un carácter rebelde, rencoroso y blasfemo.

Un día se enteró de la existencia del Padre Pío por el artículo de Renato Trevisani publicado en Il Mattino, Donde relataba los milagros del Padre Pío, especialmente uno que él había sido protagonista, que publicamos arriba.

Y también hablaba sobre los sufrimientos del Padre Pío y sus estigmas.

Entonces pidió ir a ver al Padre Pío con la esperanza de volver curado a su casa y eventualmente casarse con la que había sido su novia.

Finalmente se forma una comitiva para llevar a Giacomo a  San Giovanni Rotondo.

Realizan un viaje agotador porque era difícil encontrar un transporte que pudiera llevar al Giacomo en una posición de 45 grados durante todo el trayecto.

Pero finalmente llega y se encuentra con el padre Pío.

Y tuvo una impresión qué relató de esta manera,

«El Padre Pío me miró con sus ojos profundos y hermosos, y me sonrió con la sonrisa de un niño inocente.

Ver al Padre Pío y olvidar el motivo de mi viaje fue uno y el mismo evento.»

Él dirá que había encontrado un tesoro más grande que la cura que había ido a buscar.

Y comprendió que su destino no era curarse sino aceptar los sufrimientos como lo había hecho el Padre Pío, colaborando con el sufrimiento redentor de Cristo, para la salvación de los demás.

Entendió que su destino era llevar la cruz tal como la llevaba el Padre Pío con sus estigmas.

Y dijo también,

«Durante este encuentro, el Padre Pío realizó una operación quirúrgica; él me quitó la cabeza y me dio otra en su lugar.

Si es un milagro volver a caminar para un joven paralítico, es incluso más milagro que reciba la parálisis con alegría, durante toda su vida».

Ni él ni el Padre Pío pidieron la curación física.

Regresó a su casa feliz y convertido en una persona con una sonrisa permanente en su boca.

Se dedicaría a los enfermos, enseñando el valor del sufrimiento.

En adelante Giacomo sería el hijo espiritual del Padre Pío más parecido a él.

Fundó el Apostolado del Sufrimiento y llegó a escribir 3500 cartas al año a enfermos que buscaban palabras de consuelo.

En uno de sus libros escribió,

«La persona enferma es la persona más sensible de la tierra: una sonrisa puede exaltarlo o una determinada mirada puede sumirlo en un aislamiento moral profundo y temible.

La persona enferma tiene la misión de glorificar al Señor y ayudar a sostener a las criaturas en Su gracia».

El Padre Pío se le aparecería habitualmente en bilocación, precedido por un intenso perfume.

En mayo de 1962 su cuerpo estaba lleno de ampollas, ya no podía escribir, y le pidió a un fraile franciscano que escribiera al Padre Pío para que pidiera la gracia de morir en el mes de María.

El Padre Pío le contestó que había obtenido esa gracia, y falleció el 28 de mayo de 1962.

Su entierro fue multitudinario como pocos lo han sido.

El padre Pío envió un telegrama diciendo,

«Con Jesús en la cruz, con Jesús en el paraíso santo».

Y a raíz de ello le preguntaron si él pensaba realmente que Giacomo era un santo y respondió,

«¿Un santo? ¡Giacomo es un gran santo!».

En el año 2009 el Papa Benedicto XVI lo declaró venerable y comenzó su causa para la beatificación.

Las bilocaciones con que el Padre Pío visitaba a Giacomo fueron la forma de guiar a muchos de sus hijos espirituales como Irene Gaeta.

Irene Gaeta

 

LAS BILOCACIONES DEL PADRE PÍO PARA GUIAR A IRENE GAETA

Este es el testimonio de Irene gaeta, que comenzó con un intento de violación cuando era niña, que la tenía angustiada y con miedo, al punto que no se lo había contado ni a sus padres ni al sacerdote.

Ella había ido a visitar a unas amigas mayores a su casa y un hombre joven la empujó a una habitación, cerró la puerta con llave y quería violarla.

Ella pudo escaparse de las manos del joven y milagrosamente pudo atravesar la puerta que estaba cerrada con llave.

Esta situación traumática no quiso contársela a su padre por miedo a que tomará represalias violentas contra el joven, ya que era una familia católica muy tradicional y muy apegada a los valores morales.

Era muy afecta a las oraciones y el 18 de junio de 1946, orando antes de dormirse en su habitación, apareció un sacerdote con barba, vestido con una casulla blanca y dorada, como para celebrar misa, y todo esto en medio de una luz sobrenatural.

El sacerdote la bendijo con la custodia y entonces vio que la hostia se convirtió en carne real y el vino se convirtió en sangre que empapó los brazos del sacerdote.

Ella había oído de su abuela que podían suceder apariciones diabólicas, por lo que le preguntó 3 veces al sacerdote quién era.

Él le respondió que era el Padre Pío de Pietrelcina y ella le dijo que no lo conocía.

Él le relató que era un pobre fraile que oraba y que un día lo conocería personalmente.

Y pasó a mostrarle lo que había sucedido en la habitación cuando intentaron violarla, diciéndole que él había sido quién había abierto la puerta para que huyera.

Irene entonces le preguntó cómo sabía eso y él le contestó,

«Lo sé todo sobre ti, porque desde que naciste, el Padre Eterno te ha confiado en mis manos. Te he salvado y siempre te salvaré».

Fui ahí cuando el sacerdote cambió sus vestiduras a las de un fraile franciscano y le dijo,

“Mira, hija mía, esto no es un sueño, esta es la realidad”.

Le pidió que a la mañana siguiente le contara todo lo que había sucedido a su padre, diciéndole que se mantuviera en calma, que todo iba a salir bien.

Entonces le hizo dos revelaciones para que sus padres confiaran en sus palabras.

Primero le dijo que su padre recibiría una propuesta de trabajo en los próximos tres días, porque estaba sin trabajo en ese momento.

Lo que luego sucedió.

Y le reveló que su madre había tenido un aborto espontáneo, cosa que ella no sabía; incluso desconocía lo que significaba la palabra aborto.

A partir de ahí el Padre Pío se le apareció en varias oportunidades bilocándose y en otras apareciendo en sus sueños, y la guío en su vida civil y espiritual.

Él le fue adelantando sucesivamente lo que pasaría en su familia, contándole las cosas buenas y las cosas malas.

Pero todavía no sabía quién era el padre Pío, suponía que era un santo ya fallecido que se le estaba apareciendo, al igual que se le había aparecido San Antonio de Padua, San Gabriel de la Dolorosa y Almas del purgatorio.

Hasta que un día en 1957 ve su foto en la portada de un periódico y se da cuenta quien es.

Y ante su sorpresa la foto comienza a tomar vida y ella siente la necesidad de ir a verlo a  San Giovanni Rotondo.

Primero le escribió una carta y luego fue a verlo a Giovanni Rotondo, cuando tenía 23 años.

Era difícil obtener una confesión con él porque sucedía el tiempo en que el Padre Pío estaba siendo perseguido y tenía limitaciones para hacer confesiones.

Pero ya que estaba allí decidió confesarse y cuando entró al confesionario vio que el rostro del sacerdote confesor cambiaba por el del Padre Pío.

Hace la confesión y el padre Pío le cuenta muchas cosas sobre el futuro, que ella no puede repetir, y le dijo que estuviera atenta a su compañera de viaje Lucía.

A la noche se le aparece en la habitación del hotel en una bilocación y le dice que regrese a Roma vía Frosinone junto con su amiga Lucía, porque allí hay un hombre que estaba muriendo y que no había visto a su hija en 10 años, y le había pedido a Nuestra Señora ver a su hija una vez más.

Irene le contó a Lucía sobre esto y se sorprendió porque nunca le había dicho a nadie que sus padres vivían.

Lucía y su padre se encontraron y éste falleció 6 horas después.

Irene se convierte a partir de ahí en una hija espiritual del Padre Pío, pero muy activa, organizando varios viajes a  San Giovanni Rotondo.

Se convirtió en terciaria franciscana y estaba madurando la posibilidad de hacerse religiosa.

En uno de sus viajes al convento del Padre Pío en 1961 ella le cuenta sobre su interés de tomar los hábitos monásticos y él le dice que le dará una respuesta dentro de 3 meses.

A los 3 meses ella fue a ver al Padre Pío nuevamente y él no le habla de la vida monástica, sino que le cuenta sobre la vida de la alta aristocracia italiana, como viven y su pobreza interior.

Al poco tiempo ella abre un taller de alta costura en la Via Frattina de Roma, e iban a verla los mejores apellidos de la aristocracia.

Entonces ella los asiste como diseñadora, pero también desde el punto de vista espiritual, testimoniándoles el amor de Dios.

Luego se casa con la anuencia del Padre Pío y se dedica a obras de caridad en Roma.

El padre Pío la siguió visitando y guiando aún después de muerto.

Y en sus apariciones le contó cosas que sucederían en el mundo en el futuro, pero que ella no quiere divulgar porque el propio Padre Pío le dijo qué se sabrían 100 años después, porque el mundo aún no estaba preparado.

El testimonio de Irene Gaeta puedes leerlo aquí y aquí.

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Dos fascinantes Testimonios de cómo era el Padre Pío en la Intimidad

Dos Encantadores Reportajes a Capuchinos que convivieron con el Padre Pío.

El Padre Pio fue ordenado sacerdote en 1910.

Y durante 50 años llevó los estigmas, las heridas de Cristo en sus manos, pies y costado.

Aunque no predicó sermones que quedaran para la historia ni escribió libros, fue un confesor popular.

Que atrajo multitudes de peregrinos a su convento de San Giovanni Rotondo.

padre pio de joven

Fue conocido también por el don de bilocación (estar en dos sitios a la vez), y por saber cosas milagrosas de las personas que nadie le dijo.
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El Padre Pío murió en 1968 y fue canonizado como santo por la Iglesia Católica en 2002.

F Aurilia con fieles de la parroquia Santisimo Redentor de Tampa

 
INOLVIDABLE EXPERIENCIA DE UN FRANCISCANO EX SECRETARIO DEL PADRE PÍO, AHORA PÁRROCO EN EE.UU.

Fr. John (Giovanni), un humilde franciscano con acento italiano, fue ordenado sacerdote en Campobasso, Italia por Monseñor Alberto Carinci el 17 de diciembre de 1966.
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En 1967 se desempeñó como secretario temporal de San Padre Pío. Actualmente es párroco en una Iglesia de EE.UU.

El 31 de agosto de 2009, Arleen Spenceley – entonces redactora de Tampa Bay Times – realizó una entrevista al fraile capuchino de Iglesia del Santísimo Redentor, Fr. John (Giovanni) Aurilia, párroco por entonces de esa iglesia.

Ahora, F. John es párroco de Nuestra Señora del Carmen, en Passaic, New Jersey.

-¿Sabía usted, o se había encontrado antes con el Padre Pío al que sirvió como su secretario?

Sí, cuando estábamos en el Seminario Menor de Pietrelcina, a unos 40 kilómetros de San Giovanni Rotondo, solíamos visitar al Padre Pío con mucha frecuencia para obtener sus bendiciones.

Por cerca de 10 años antes de que me convirtiera en su secretario personal, hubo un contacto constante con el Padre Pío.

Entonces, se me pidió que sustituir a su secretario personal durante un mes, en agosto.

-¿Qué sabía sobre el Padre Pío antes de trabajar con él?

Que era un fraile santo, que realizó milagros, tenía los estigmas, el don de conocer corazones y mentes, y el don de la bilocación.

-¿Dónde Ud. y el Padre Pío trabajaban y vivían?

La oficina donde yo trabajaba estaba en el tercer piso del convento.

Yo estaba durmiendo en el segundo piso, donde otros frailes dormían (incluyendo al Padre Pío).

Había en ese momento unos 15 frailes que vivían en el convento. El comedor estaba en el primer piso.

El convento estaba unido a la iglesia, para que los frailes pudieran ir a la iglesia sin salir al exterior.

En frente de la iglesia y el convento hay una plaza grande para acomodar multitudes, y acceder al transporte público a la ciudad.

El Hospital Casa de Alivio del Sufrimiento está situado a unos 500 metros de la iglesia.

El convento cuenta con un jardín privado en la parte trasera, con enormes árboles, huerto, flores, lo suficientemente grande como para tener un buen paseo a través de las aceras.

En mi tiempo, todo el lugar estaba siempre muy ocupado como está ahora… y mucho más.

El pueblo de San Giovanni Rotondo originalmente no estaba conectado con el convento y la iglesia, como lo está ahora.

Cuando el Padre Pío era un joven sacerdote destinado en San Giovanni Rotondo (en los años 1920-40), el convento no era accesible en transporte público.

Era sólo accesible a pie o montado en una mula o burro. Se encuentra en la cima de la colina.

-¿Qué descubrió sobre Padre Pio por ser su secretario personal?

No descubrí nada nuevo de lo que sabía antes, excepto que su mejor regalo era el don de la humildad.
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Porque, a pesar de que la gente venía a él por miles, siempre fue humilde, y nunca cambió su programación diaria.
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Muchas horas de oración, muchas horas de confesiones, y una larga misa (más de una hora).

-Cuando pienso en San Padre Pio, pienso en los estigmas, y en una oración con la que con frecuencia oro. ¿Qué es lo que piensa cuando piensa en el Padre Pío?

Creo que siendo un ser humano normal, resultó ser muy santo, por la gracia de Dios.

Él siempre mantuvo su sonrisa, a pesar de los muchos sufrimientos.

También pienso en el padre Pío como una persona humilde, agradable, y en oración.

-Mi cita favorita de San Padre Pio es la popular y poderosa “Ora, espera y no te preocupes”. Mientras trabajaba con él, ¿el Padre Pío le dijo a usted personalmente algo que enriqueció su vida como “Ora, espera y no te preocupes”?

Él hablaba sin palabras. Él me habló muy elocuentemente y con fuerza con su forma de vida (la oración constante y el sufrimiento).

Recuerdo que me dijo algo muy profundo acerca de la oración: “Giovanni, la oración es la llave que abre las puertas del cielo”.

-¿Fue usted testigo de primera mano de los estigmas, bilocación, u otros milagros?

Sí, vi muchas veces los estigmas, cuando él no tenía los medios guantes.

Nunca experimenté su bilocación y otros milagros, pero sí sé que son verdaderos porque personas que fueron afectadas por ellos me lo dijeron de primera mano.

Una vez experimenté algo inusual. Yo no sabía cómo responder a una señora que estaba preguntando (en una carta al Padre Pío) si su hijo debía ser un médico o un sacerdote.
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Así que fui a Padre Pio a preguntar la manera de responder.
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El Padre Pío nunca vio la carta, que yo tenía en mis manos, y antes de empezar a preguntar, él inmediatamente dijo: “Dígale que su hijo va a ser un buen médico”. ¡Me sorprendió!

-¿De qué manera está su espiritualidad o su sacerdocio influido por San Pio?

Después de vivir con él, comprendí que mi sacerdocio no es mío, sino que pertenece a Jesús.

Yo soy sólo un instrumento indigno. También creo que la oración y la humildad son las mayores fortalezas que encuentro en mi vida religiosa.

-¿Acostumbra a pedirle a San Pío que interceda por las intenciones de la oración?

Sí. Le pido todos los días, a veces más de una vez al día.

-¿Por qué recomendaría pedir a San Pio que interceda por nosotros?

Porque lo conozco, hablé con él, lo toqué, lo amo.

-¿Cómo fue que la muerte de San Pío y su canonización el impactó en Ud.?

Su muerte y canonización me impactó de tal manera que mi vida nunca fue la misma desde entonces: una nueva mirada a la vida religiosa, más positiva acerca de las metas a alcanzar y las virtudes a seguir.

-¿Qué aprendió acerca de Dios y / o la vida mediante el trabajo con el Padre Pío?

Me enteré de que Dios no es un juez, sino un Padre amoroso y Madre, y que la vida vale la pena vivirla, sólo si está llena de esperanza, fe y amor.

Father Guglielmo

 

UN CAPUCHINO EXORCISTA CUENTA SUS EXPERIENCIAS PERSONALES CON EL PADRE PÍO

El Padre Guglielmo Lauriola, es pastor emérito de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de San Francisco.
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Es un exorcista de 87 años que conoció y recibió el estímulo del Padre Pío para su sacerdocio, cuando lo iba a visitar a San Giovanni Rotondo.
.
Cuenta sus experiencias con San Pio de Pietrelcina.

El fraile capuchino es un santo muy popular entre muchos católicos de San Francisco, sobre todo entre los de ascendencia italiana.

Uno que fue a visitar a Padre Pio regularmente y se convirtió en su amigo es el padre franciscano Guglielmo “William” Lauriola, 87 años, pastor emérito de la iglesia de la Inmaculada Concepción en San Francisco.

El Padre se crió en Monte Sant ‘Angelo, a 16 millas al este de San Giovanni Rotondo.

Un hermano lego del convento llegaría a la tienda de su padre buscando donaciones para la comunidad.

Entonces la familia comenzó a hacer viajes regulares de autobús al convento en la década de 1930.

El Padre Willliam se hizo capuchino y visitó el Padre Pío hasta su muerte en 1968.

El Padre William habló recientemente con Catholic San Francisco sobre su amistad con el Padre Pío.

-¿Cuáles son sus primeros recuerdos del Padre Pio?

Empezamos visitando a San Giovanni Rotondo en 1932. Estábamos siempre dispuestos a ir a verlo.

Yo era un niño de 5 o 6 años, y me gustaba ir a la sacristía donde estaba oyendo confesiones y dar un tirón en la cuerda blanca alrededor de su hábito para hacerle saber que estuvimos allí. Me daba un suave golpe en la cabeza.

A pesar de que él era una persona muy ocupada, él estaba a la disposición para verte.

Él me preguntaba: “¿Guglielmo, tu amas a la Santísima Madre?”

Recuerdo que cuando era un niño, estaba un poco asustado por sus estigmas.

Él me decía que no los mirara. Yo estaba preocupado de que él mucho dolor que le causaba.

Se podía ver el sufrimiento en su rostro, era casi visible. Parecía sufrir especialmente los viernes.

Yo le preguntaba: “¿Por qué tiene que sufrir tanto?”

Él me decía: “Estas heridas son para compensar por mis pecados y los pecados de los demás.”

Le dije que mi tío era un médico, y yo le preguntaría a mi tío por algún medicamento para ayudarlo.

El Padre Pío decía: “No, la medicina no va a hacer ningún bien.”

Recuerdo haber ido al funeral de Padre Pío en 1968. Me arrodillé delante de su cuerpo y oraba.

Vi sus manos y pies. Estaban limpios, como si los estigmas nunca hubieran estado allí.

-¿Qué recuerda de sus misas?

Eran muy devotas, particularmente durante la consagración.

Decía las palabras de la consagración muy lentamente:

“…. Hoc… est… enim… corpus… meum”

Cuando él elevaba la hostia, su mano temblaba un poco.

Yo no pasaba mucho tiempo mirando hacia arriba durante la consagración, sin embargo. Cuando sonaba la campana, inclinabamos nuestras cabezas.

-¿Cómo reaccionó el Padre Pio a su decisión de ser capuchino?

Yo no se lo dije al principio, porque yo no estaba seguro de si me gustaría ir a través de él. Cuando por fin le dije que estaba en camino para el seminario, dijo,

“Oh, hermoso. Voy a orar por ti”.

Fui ordenado sacerdote en 1953, y me gustaba ir tan a menudo como fuera posible para verlo y hacerle preguntas acerca de mi ministerio.

Le dije que iba a ser un misionero en Corea – yo estuve allí desde 1957 hasta 1964 – y él me dijo:

“Recuerda, sólo hay un Dios.”

Yo no entendía lo que quería decir en ese momento. Sin embargo, he llegado a entenderlo.

Los misioneros van al extranjero y hacer un buen trabajo ayudando a la gente, puede caer en la tentación del orgullo, creyendo que somos santos.

El Padre Pío me estaba recordando dar la gloria a Dios.

También recurrí al Padre Pío en busca de ayuda, incluso cuando él estaba vivo. Creo que me escuchó.

Una vez, yo estaba de viaje en un pequeño barco a una isla de Corea. Nos quedamos atrapados en una gran tormenta, y yo no sabía si iba a sobrevivir.

Empecé pidiendo al Padre Pio para que nos ayudara, y lo conseguimos. Creo que él supo que lo necesitabamos.

-¿Y usted todavía es devoto de él hoy?

Oh, sí. He estado haciendo exorcismos en la archidiócesis desde 1970. Yo siempre le pido a él,

“Padre Pio, ayuda a que mi fe en Jesús sea fuerte y ayuda a estas personas que vienen a mí.”.

Él me ayuda.

Yo lo quiero mucho. Estoy muy agradecido por todo lo que ha hecho por mí.

Les digo a todos, si necesitan algo, pídanselo al Padre Pio. Él les ayudará.

Fuentes:

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Cómo el Padre Pío Usaba las Habilidades de su Ángel [tú puedes hacer lo mismo]

El Padre Pío se comunicaba intensamente con su Ángel.

Llamaba a su Ángel Angelino.

Y se valía de él para múltiples actividades.

Las anécdotas que traemos aquí nos indican como podemos aprovechar las posibilidades de nuestro Ángel de la Guarda.  

padre pio y arcangel san miguel

El ángel del Padre Pío sentía gran compasión por los terribles sufrimientos del Santo.
.
Y sentía una gran alegría a causa de su crecimiento espiritual y la gloria ofrecida a Dios.

Leer también: Magníficos Consejos del Padre Pío sobre el Ángel de la Guarda

Veamos algunas historias del Padre Pío de cómo su ángel le ayudaba.

angel en vias de ferrocarril

 

Ángel  Traductor

El ángel le traducía cartas o hacía de intérprete cuando venían personas que no sabían italiano.
.
El padre Pío no había estudiado lenguas extranjeras, pero las entendía.
.
No había estudiado francés, pero lo escribía.
.
A la pregunta de su director, el padre Agustín, sobre quién le había enseñado francés, el padre respondió:
.
Si la misión del ángel custodio es grande, la del mío es más grande aún, porque debe hacer de maestro explicándome otras lenguas
.

A principios de 1912 se le ocurrió al padre Agustín valorar la santidad del padre Pío, escribiéndole en lenguas que él no conocía.

Y entre ambos comenzó una correspondencia en francés y griego. Padre Pío superó brillantemente la prueba, porque hacía traducir las cartas a alguien.

Sobre esto hay un testimonio del cura párroco de Pietrelcina que, bajo juramento, certificó que el padre Pío, estando en Pietrelcina, recibió una carta del padre Agustín en griego.

El testimonio firmado dice así:

“Pietrelcina, 25 de agosto de 1919. Certifico, bajo juramento, yo, Salvatore Pannullo, párroco, que el padre Pío, después de recibir la presente carta, me explicó literalmente el contenido.

Al preguntarle cómo había podido leerla y explicarla, no conociendo el griego, respondió: “Lo sabe usted. Mi ángel custodio me ha explicado todo”.

El padre Agustín escribió en su Diario: El padre Pío no sabía ni francés ni griego. Su ángel custodio le explicaba todo y el padre respondía bien.

La ayuda de este singular maestro era tan eficaz que podía escribir en lenguas extranjeras. Entre sus cartas escritas, hay algunas que, al menos en parte, fueron escritas en francés.

Un día vino de Estados Unidos una familia, porque la niña, de padres italianos, quería hacer su primera comunión con el padre Pío.

La señorita americana, María Pyle, la preparó bien, pues la niña no sabía ni palabra de italiano.

La víspera de la comunión, María Pyle la llevó al padre Pío para que confesara a la niña, ofreciéndose a hacer de traductora, pero el padre Pío no aceptó.

Después de la confesión, María Pyle le preguntó a la niña si el padre Pío le había entendido, y respondió que sí.

Y tú ¿lo has entendido?

Sí.

Pero ¿te ha hablado en inglés?

Sí.

El padre Ruggero afirma que un día se presentaron cinco austríacos que querían confesarse con el padre Pío a pesar de no saber ni palabra de italiano.

Pensó que el padre Pío los rechazaría por no entenderlos. Pero, al salir el primero, salió riéndose, y los otros igualmente salieron con mucha alegría.

Yo le pregunté algunos días después cómo había hecho para confesar a los cinco austríacos, que no sabían italiano, y me respondió: Cuando quiero, entiendo todo.

En 1940 vino un sacerdote suizo y habló en latín con el padre Pío. Antes de irse, el sacerdote le encomendó a una enferma.

El padre Pío le respondió en alemán: Ich werde Sie an die gottliche Barmherzigkeit empfehlen (la encomendaré a la divina misericordia). El sacerdote quedó admirado del hecho.

Refiere el padre Luigi Lo Viscovo que un día vino un sacerdote francés, residente en Lourdes, que quería confesarse con el padre Pío.

Le dije que el padre no oía confesiones en francés, porque no sabía esa lengua. Este sacerdote respondió que debía ser como en Lourdes que hay confesiones en distintas lenguas.

Me acerqué al padre Pío y le dije que ese sacerdote estaba hablando que él no conocía el francés ni otras lenguas.

El padre Pío respondió:

Dile que sé francés, inglés, griego, latín, hebreo, arameo, alemán y otras lenguas, pero no quiero confesarlo.

El padre Tarsicio Zullo declaró: Cuando llegaban a san Giovanni Rotondo peregrinos de distintas lenguas, el padre Pío los comprendía.

Una vez le pregunté: “Padre, ¿cómo hace para entender tantas lenguas y dialectos?”. Y respondió: “Mi ángel me ayuda y me traduce todo”.

angeles distraidos

 

Ángel  Enfermero

Cuando estaba enfermo y no había nadie que le pudiera ayudar en un momento determinado, era su ángel quien le hacía pequeños servicios.

El padre Paolino cuenta al respecto: Viviendo con el padre Pío, llegué a tenerle cierta confianza.

Cuando estaba enfermo, sudaba mucho y tenía necesidad de ayuda para cambiarse. Muchas veces yo estaba tan cansado que, apenas iba a la cama, me quedaba dormido.

Un día le dije:

Si quieres que te ayude de noche, mándame tu ángel para que despierte.

Está bien.

Ese día a medianoche fui despertado bruscamente. Pensé de inmediato en el padre Pío, pero me quedé dormido de nuevo.

A la mañana siguiente, le dije que había sentido que me despertaban y de nuevo me había dormido.

Le dije:

«¿Para qué ha venido su ángel a despertarme, si me ha dejado dormir otra vez? Si viene, que me despierte de modo que me levante».

En la tarde de ese mismo día, le recordé lo mismo. En la noche me desperté y de nuevo me dormí.

La tercera noche desperté de nuevo y me levanté corriendo para ir a la celda del padre Pío. Le pregunté qué necesitaba y me respondió:

«Estoy lleno de sudor y no puedo cambiarme solo».

Las otras noches ¿quién lo cambiaba? Con seguridad su ángel.

En 1965 yo (P. Alessio Parente) pasaba parte de la noche acompañando al padre Pío y por la mañana debía acompañarlo hasta el altar.

Después guardaba sus guantes y me iba a mi celda a descansar un poco.

Muchas veces, cuando no me despertaba a tiempo, sentía a alguien tocar fuerte en mi puerta.

A veces, sentía en mi sueño una voz que me decía: “Alessio, levántate”.

Un día no me desperté ni para la misa ni para acompañarlo después de las confesiones.

Despertado por otros hermanos, fui a la celda del padre Pío y le dije: “Discúlpeme, padre, pero no me he despertado”.

Y me respondió: “¿Tú crees que voy a mandarte siempre a mi ángel custodio a despertarte?”.

estatua del angel de la paz fatima

 

Ángel  Proveedor

En una oportunidad el padre Pío, vestido de militar, no tenía para pagar el billete del autobús para ir a su pueblo y el ángel lo pagó por él.
.
Era el año 1917, en plena guerra mundial.
.
El padre Pío había ido a Nápoles para el control de su salud en el hospital militar.

El 6 de noviembre le dieron licencia por ocho días. Fue a la estación y sacó gratis el billete en tren de Nápoles a Benevento. Tenía una lira de dieta para el viaje.

Él dice:

A la salida del hospital, atravesé una plaza donde había mercado.

Me detuve un poco para observar lo que vendían y se me acercó un hombre que vendía sombrillas de papel por una lira, pero no podía quedarme sin nada, pues debía pagar el viaje (de Benevento a Pietrelcina).

Seguí caminando y vino otro vendedor de sombrillas por 50 céntimos.

Viendo a aquel hombre que tanto me insistía para llevar el pan a sus hijos, le tomé una y le di 50 céntimos. Él, feliz, se fue.

Yo estaba cansado y afiebrado. El tren llegó a Benevento con mucho retraso.

Apenas bajé del tren fui a la estación para tomar el autobús para Pietrelcina, pero ya había salido.

Tuve que hacer noche en Benevento y pensé en quedarme en la estación para no importunar a los amigos que conocía.

Busqué un lugar en la sala de espera, pero estaba llena de gente. La fiebre aumentaba cada vez más y no tenía fuerzas ni para tenerme en pie.

Cuando me cansaba de estar quieto, caminaba un poco dentro y fuera de la estación.

El frío y la humedad penetraban en mis huesos y así pasaron muchas horas.

Me vino la tentación de entrar en el bar de la estación, porque allí el local estaba caliente, pero estaba lleno de oficiales y soldados, esperando trenes y cada uno gastaba su consumo.

Yo solo tenía 50 céntimos y pensaba: “Si entro, ¿cómo hago?”.

El frío se hacía sentir cada vez más y la fiebre me consumía. Eran las dos de la mañana y no había ni un sitio vacío en la sala de espera ni para echarme a descansar en el suelo.

Me encomendé a Dios y a nuestra Madre celeste.

No pudiendo aguantar más, entré en el bar. Las mesas estaban ocupadas y esperaba con ansia que alguno se levantara para dejarme un sitio vacío.

Hacia las tres y media llegó el tren Foggia-Nápoles, y varias mesas quedaron vacías, pero por mi timidez no me dio tiempo para ocupar ni siquiera una silla.

Yo pensaba: “No tengo dinero ni para consumir más de un café y, si me siento, ¿qué ganaría este pobre propietario que se pasa toda la noche trabajando?”.

A las cuatro llegaron algunos trenes y quedaron dos mesas vacías. Me acomodé en un rincón, esperando que no lo notaran los camareros.

Después de unos minutos, llegaron un oficial y dos suboficiales y se sentaron en la mesa vecina.

De inmediato se acercó el camarero y también a mí me preguntó qué quería. Tuve que pedir un café.

Los tres tomaron algo y de inmediato se fueron, pero yo me decía: “Si lo bebo pronto, tendré que salir y quiero que el café me dure hasta que llegue el autobús”.

Cuando el camarero me miraba, trataba de mover la cucharilla como para mover el azúcar en el café.

Por fin llegó la hora, me levanté y fui a pagar. El camarero me dijo gentilmente: “Gracias, militar, pero todo está pagado”.

Pensé: “Como el camarero es anciano, quizás me conoce y me quiere hacer una cortesía”. También pensé: “¿Habrá pagado el oficial?”. De todos modos lo agradecí y salí.

Llegué al lugar del autobús y no encontré a ninguna persona conocida que me prestara para pagar el billete de Benevento a Pietrelcina, sólo tenía 50 céntimos y el billete costaba 1.80.

estatua de angel

Confiando en la providencia de Dios, subí al autobús y tomé lugar en uno de los últimos lugares para poder hablar con el cobrador y asegurarle que pagaría el porte a la llegada.

A mi costado tomó lugar un hombre grande, de bello aspecto. Tenía consigo una maletita nueva y la apoyó sobre sus rodillas.

Partió el autobús y el cobrador se iba acercando a mi puesto. El señor que estaba a mi lado sacó de su maletín un termo y un vaso, echando en el vaso café con leche bien caliente. Me lo ofreció, pero, agradeciéndoselo, traté de no aceptar.

Dada su insistencia, acepté mientras él se servía en el vaso del mismo termo.

En ese momento llegó el cobrador y nos preguntó adónde íbamos. Todavía no había abierto yo la boca, cuando el cobrador me dijo: “Militar, su billete a Pietrelcina ya ha sido pagado”.

Yo pensé: “¿quién lo habrá pagado?”. Y le agradecí a Dios por aquel que había hecho esa buena obra. Por fin llegamos a Pietrelcina.

Varios pasajeros bajaron y también bajó antes que yo el señor que estaba a mi lado. Cuando me doy la vuelta para saludarlo y agradecerle, no lo vi más.

Había desaparecido como por encanto. Caminando, me volví varias veces en todas las direcciones, pero no lo vi más.

El padre Pío contaba muchas veces este suceso a sus hermanos, reconociendo que aquel joven había sido su ángel de la guarda.

Otro caso que también podemos anotar es el haber dado pan para comer a toda la Comunidad.

Era el año 1941, durante la segunda guerra mundial. El pan estaba racionado y cada día iban a pedir comida unos 15 pobres del lugar.

El Superior, padre Rafael, refiere que a la hora de la comida del mediodía no había pan para los 10 religiosos ni para los pobres.

Dice:

Fuimos al comedor y comenzamos a comer la menestra, mientras el padre Pío estaba orando en el coro.

De pronto, aparece el padre Pío con bastante pan fresco. Lo miramos sorprendidos y yo le digo: “Padre Pío, ¿de dónde ha sacado este pan?”.

Me responde: “Me lo ha dado una peregrina de Bologna en la puerta”.

Le respondo: “Gracias a Dios”. Ninguno de los religiosos dijo una palabra: Habían comprendido.

Habían entendido que era un milagro patente que Dios hizo por sus oraciones y, aunque no lo dijo, podemos suponer que lo hizo por medio de su ángel.

estatua del angel caido

 

Ángel  Chofer

No faltaron casos en los que su ángel tuvo que ayudar a quienes se dormían al volante o velar para que no les pasara ningún accidente.

El señor Piergiorgio Biavate tuvo que viajar en su coche de Florencia a San Giovanni Rotondo.

A medio camino se sintió cansado y se quedó un rato en una estación de gasolina para tomar un café. Después continuó el viaje.

Dice el protagonista:

Sólo recuerdo una cosa, encendí el motor y me puse al volante, después no me acuerdo de nada más. No recuerdo ni un segundo de las tres horas pasadas manejando al volante.

Cuando ya estaba frente a la iglesia de san Giovanni Rotondo, alguien me sacudió y me dijo: “Ahora toma tú mi puesto”.

El padre Pío, después de la misa, me confirmó: “Has dormido durante todo el viaje y el cansancio lo ha tenido mi ángel, que ha manejado por ti”.

Atilio de Sanctis, abogado ejemplar, contó un hecho que le ocurrió a él mismo:

El 23 de diciembre de 1948 debía ir de Fano a Bolonia con mi mujer y dos de mis hijos (Guido y Juan Luis) para traer al tercer hijo, Luciano, que estaba estudiando en el colegio Pascoli de Bolonia.

Salimos a las seis de la mañana, pero, como no había dormido bien, estaba en malas condiciones físicas. Guié hasta Forlí y cedí el volante a mi hijo Guido. Una vez que recogimos a Luciano del colegio, nos detuvimos algo en Bolonia y decidimos volver a Fano.

A las dos de la tarde, después de haber cedido el volante a Guido, quise guiar otra vez.

Una vez pasada la zona de san Lorenzo, noté mayor cansancio. Varias veces cerré los ojos y cabeceé. Quise dejar el volante a Guido, pero se había dormido.

Después, ya no me acuerdo de nada. A un cierto momento recobré el conocimiento bruscamente por el ruido de otro coche.

Miré y faltaban sólo dos kilómetros para llegar a Imola. ¿Qué había sucedido?

Los míos estaban charlando tranquilamente. Les expliqué lo sucedido. No me creían. ¿Podían creer que el auto había ido solo?

Después admitieron que yo había estado inmóvil un largo rato y no había respondido a sus preguntas ni intervenido en la conversación.

Hecho el cálculo, mi sueño al volante había durado el tiempo empleado en recorrer unos 27 kilómetros.

Dos meses después, el 20 de febrero de 1950, volví a san Giovanni Rotondo y le pedí una explicación al padre Pío, que me respondió: “Tú dormías y tu ángel guiaba el coche. Sí, tu dormías y tu ángel guiaba el coche”.

jerarquia-angelical-celestial-angeles-catolica-cristianismo

 

Ángel  Defensor

Muchas veces el ángel lo defendía del poder del maligno.
.
En una carta al padre Agustín del 13 de diciembre de 1912 le dice:
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No hubiera sospechado ni lo más mínimo el engaño de barbazul (el diablo), si mi angelito no me hubiera descubierto el engaño.
.
El compañero de mi infancia trata de aliviarme los dolores que me dan estos apóstatas impuros.

Y él mismo asegura:

Después de las apariciones diabólicas casi siempre se aparecen Jesús, María o el ángel custodio.

El ángel le decía:

Defiéndete (del maligno), aleja de ti y desprecia sus malignas insinuaciones y no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy junto a ti.

Oh, Señor, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito? Pero no me preocupo de esto. ¿Acaso no es el Señor el dueño para dar sus gracias a quien quiere y como quiere?

Yo soy el juguete del niño Jesús, como él mismo me repite, lo malo es que Jesús ha escogido un juguete de poco valor. Sólo me desagrada que este juguete escogido por Él ensucie sus manos divinas.

Un día le llegó una carta toda ennegrecida por el diablo, que no se podía leer.

Y le escribe al padre Agustín el 13 de diciembre de 1912:

Con ayuda del angelito he triunfado esta vez sobre el pérfido cosaco.

El angelito me sugirió que a la llegada de la carta, le echara agua bendita antes de abrirla. Así hice con la última, pero ¿quién puede describir la rabia de Barbazul?

En otra carta al padre Agustín del 5 de noviembre de 1912, le escribía:

El sábado me parecía que los demonios querían acabar conmigo. No sabía a qué santo dirigirme.

Me vuelvo a mi ángel y, después de hacerse esperar un poco, al fin viene aleteando en torno a mí y con su angélica voz cantaba himnos a la divina Majestad.

Le grité ásperamente de haberse hecho esperar tanto mientras yo estaba pidiéndole su ayuda.

Para castigarlo, no quería mirarlo a la cara, quería alejarme y huir de él, pero el pobrecito vino a mi encuentro casi llorando, me agarró para que lo mirara y lo vi todo apenado.

Me dijo: Estoy siempre a tu lado. Estaré siempre junto a ti con amor. Mi afecto por ti no desaparecerá ni con tu muerte.

Sé que tu corazón generoso late siempre por nuestro común Amado”. ¡Pobre angelito! Él es demasiado bueno. ¿Conseguirá hacerme conocer el grave deber de la gratitud?

estatua de angel pensativo

 

Ángel  Predicador

Con frecuencia, cuando el ángel se le aparecía, le daba consejos espirituales o pequeñas prédicas para afianzarlo en la fe.
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Y en la seguridad de que, por más sufrimientos que debiera padecer, nunca el Señor lo iba a abandonar.
.
El ángel estaba siempre a su lado, aunque a veces no intervenía por voluntad de Dios, para darle oportunidad de triunfar con la gracia de Dios.

Veamos algunos de sus consejos espirituales. En carta del 18 de enero de 1913 le escribe al padre Agustín:

Jesús, a la prueba de temores espirituales, une la larga prueba del malestar físico, sirviéndose de los brutos cosacos…

Me quejé a mi ángel y él, después de haberme dado una pequeña prédica, me dijo: “Agradece a Jesús que te ha escogido para seguirlo de cerca en la senda del Calvario.

Yo veo con alegría esta conducta de Jesús hacia ti. ¿Crees que estaría tan contento, si no te viese tan golpeado? Yo, que deseo tu progreso, gozo de verte en este estado.

Jesús permite los asaltos del demonio, porque quiere que te asemejes a Él en las angustias del desierto y de la cruz.

Tú, defiéndete, aleja de ti las malignas insinuaciones y, donde tus fuerzas no alcancen, no te aflijas, amado de mi corazón, pues yo estoy a tu lado”. Oh, padre mío, ¿qué he hecho yo para merecer tanta amabilidad de mi angelito?.

pila de agua bendita con angel

 

Mándame  tu  Ángel

El padre Pío recomendaba a sus hijos espirituales que, en caso de dificultad, le enviaran a su ángel para pedir por sus necesidades y él les ayudaría.

El padre Alessio Parente declaró:

Cuando confesaba, les decía a los penitentes que, si no podían venir a verlo, le mandaran su ángel.

Un día estaba en la terraza con él. Le pedí consejo para una persona y me respondió: “Déjame en paz, ¿no ves que estoy ocupado?”.

Yo me callé, pero lo veía rezar el rosario y no me parecía demasiada ocupación. Pero él añadió: “¿No has visto todos estos ángeles custodios de mis hijos espirituales, que van y vienen?”.

Yo le respondí: “No los he visto, pero lo creo porque usted cada día les repite a sus hijos que se los manden”.

El mismo padre Alessio nos refiere otro caso:

Una tarde, después de haberlo ayudado a acostarse, me senté en el sillón, esperando que llegara el padre Pellegrino a cuidarlo.

Mientras estaba esperando, sentía que el padre Pío rezaba el rosario y, a veces, interrumpía el rezo y decía frases como:

“Dile que rezaré por él. Dile que intensificaré mis plegarias para obtener su salvación. Dile que llamaré al Corazón de Jesús para conseguir esa gracia. Dile que la Virgen no le negará esa gracia”.

El padre Pierino Galeone, refiere que en 1947 estuvo 20 días en san Giovanni Rotondo.

Las personas, viéndome siempre cerca del padre Pío, me pedían encomendarle sus penas: la suerte de familiares desaparecidos en Rusia, la curación de un hijo, la solución de sus problemas, encontrar trabajo, etc.

El padre siempre me respondía con dulzura y amor. Un día me dijo:

Cuando tengas necesidad de algo, mándame tu ángel y yo te responderé.

Una mañana una mamá se me acercó llorando, antes de la misa, para recomendarme a su hijo.

El padre ya había subido al altar y yo no me atreví a hablarle, así que, conmovido, como me había aconsejado, le mandé a mi ángel para encomendarle el hijo de aquella madre.

Terminada la misa, me acerco al padre Pío y le encomiendo al joven. Y él me responde: “Hijo mío, ya me lo has dicho”.

Entendí entonces que mi ángel custodio le había advertido oportunamente y el padre Pío había orado por él.

angeles y esferas

La señora Pía Garella manifestó que en 1945, poco después de terminada la guerra, el 20 de setiembre, se hallaba en el campo a unos kilómetros de Turín.

Y deseó enviarle al padre Pío un telegrama de felicitación por el aniversario de sus llagas, pero no encontró a nadie que se lo pudiese enviar por estar en el campo.

De pronto, se acordó de la recomendación del padre Pío: Cuando tengas necesidad, mándame a tu ángel…

Entonces, se recogió unos momentos y le pidió a su ángel que le diera personalmente la felicitación.

A los pocos días, recibía una carta de una amiga de san Giovanni Rotondo, Rosinella Placentino, en la que le informaba que el padre Pío le había dicho: Escribe a la señora Garella y dile que le doy las gracias por la felicitación espiritual que me ha mandado.

El abogado Adolfo Affatato manifestó que, mientras estudiaba en Nápoles, iba frecuentemente a San Giovanni Rotondo a ver al padre Pío como padre espiritual.

Un día me dijo:

Si alguna vez no puedes venir, no te preocupes, basta que vayas a una iglesia donde está el Santísimo sacramento y me envíes a tu ángel custodio.

Un día, mientras iba a dar el examen de Derecho privado, entré a una iglesia que estaba en mi camino.

Salí muy bien del examen y, cuando fui a visitar al padre Pío para darle las gracias, me dijo: “Te había dicho que en los momentos de dificultad me enviases a tu ángel, pero bastaba una sola vez”.

Ana Benvenuto refiere en el Proceso que, estando en Foggia, una mañana hubo un bombardeo terrible. El esposo de su hermana era médico y trabajaba en el hospital. Dice:

Yo le rogué a mi ángel que fuera a decirle al padre Pío que ayudara a mi cuñado para que no le pasara nada malo”.

Por la tarde, llegó mi cuñado y nos dijo que se había salvado de milagro. Había sentido una fuerza misteriosa que lo obligaba a salir de un refugio a otro y eso ocurrió hasta cuatro veces.

Al día siguiente, nos fuimos a san Giovanni Rotondo para agradecerle la ayuda al padre Pío. Después de confesarme con él, le pregunté: “Padre, cuando estoy lejos y tengo necesidad urgente, ¿cómo puedo hacer?”

Me respondió:

¿Qué hiciste ayer por la mañana?

Padre, ¿entonces vino mi ángel a visitarlo?

¿Qué crees que el ángel es tan desobediente como tú?

Desde entonces, siempre he creído en el ángel custodio.

Otro día me dijo: Son tantos los que me mandan a su ángel a pedir ayuda que, si debiera escuchar los agradecimientos de todos, estaría fresco.

Una hija espiritual del padre Pío fue un día al convento para hablar con él, pero el padre Pío le mandó a decir que no podía ni quería recibirla. Ella dice:

Me sentí dolida por ese trato inhumano y, mientras regresaba a casa, le dije a mi ángel: “Mañana no asistiré a misa ni comulgaré. Vete y díselo al padre”.

En la tarde, antes de anochecer, me envió una persona a decirme: “Dile que mañana no comulgue”.

Al día siguiente, me acerqué al convento con Lucietta Fiorentino, y el padre, desde una ventana, me dijo: “Bravo, el ángel custodio es tu empleado, lo has enviado para decirme todas tus rabietas.

Señorita Lucietta, ¿sabes qué ha hecho esta señorita? Se propuso no venir a misa ni comulgar y le ha mandado a su ángel para decírmelo”. Yo exclamé:

Padre, ¿ha venido a decírselo?

Claro, no es desobediente como tú, seguro que ha venido.

estatua de angel de la guarda

 

Ángel  Viajero

El ángel del padre Pío debía ir muchas veces en su nombre a visitar enfermos o convertir pecadores.
.
Lo tenía siempre ocupado en hacer obras de bien, no sólo a los de cerca, sino también a personas lejanas.

El padre Gabriel Bove declara:

Para mí era sorprendente lo que decía la gente de que el padre Pío tenía mucha familiaridad con su ángel custodio y le pedía que fuera durante la noche a confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores.

Esto me lo confirmó el mismo padre.

Un día de verano de 1956, después de bendecir a los fieles, salía el padre Pío de la iglesia muy fatigado. Aquel día parecía que estaba más cansado que de ordinario.

Caminaba apoyado del brazo del padre Giambattista y se parecía a san Francisco estigmatizado bajando del monte. Yo lo tomé del otro brazo, preguntándole: “Padre, ¿está muy cansado?”

Sí, hijo mío, estoy aplastado por tanto calor.

Esta noche descansará. Además pediremos a su ángel custodio que venga a aliviarlo.

Detuvo el paso y con fuerte voz me gritó: “Pero ¿qué dices? Debe ir de viaje”. Era eso precisamente lo que yo quería saber. Disimulando mi sorpresa, le respondí:

¿Qué? ¿Su ángel debe viajar?

Cierto.

Entonces, le dije: Padre, si su ángel debe viajar para confortar a los enfermos y socorrer a los pecadores, permita que nuestros dos ángeles, al menos tomen su puesto.

No, que cada uno de sus ángeles esté con su protegido. Y, sonriendo, añadió: ¿Y si estos ángeles se ponen celosos?.

arcangel miguel

 

Otros  Servicios

El ángel del padre Pío le ayudaba en todas sus necesidades. Por la mañana lo despertaba.

Así le dice al padre Agustín en una carta del 14 de octubre de 1912:

Por la noche me duermo con una sonrisa de felicidad…, esperando que el pequeño compañero de mi infancia venga a despertarme para cantar las alabanzas matutinas al Amado de nuestros corazones.

Y no sólo rezaba y cantaba con él las alabanzas del Señor en el coro, también le comunicaba los pecados o cosas ocultas de sus visitantes, aunque en ocasiones lo hacían los mismos ángeles de sus penitentes.

María Pompilio declaró:

Una mañana el padre Pío, viéndome en la sacristía, me llamó y me dijo una acción mala que había cometido, ofendiendo al Señor.

Yo no supe qué responderle y no podía negarlo. Le pregunté cómo lo sabía, pero un día, tanto le importuné que, al final, me dijo con voz baja: “Ha sido tu ángel custodio”.

Cuando estuvo de sacerdote joven en su pueblo de Pietrelcina, su ángel le guardaba la casa. Por eso, la gente del pueblo decía que tenía poco cuidado en cerrar la puerta de su casa. Les decía: Tengo un ángel que me la cuida.

A sus hijos espirituales los despedía diciendo: El ángel del Señor te acompañe, te guíe y te proteja durante el viaje. Les recomendaba que se cuidaran de no cometer pecados en su presencia.

Ana Benvenuto certifica que un día fue a dar un paseo con una vecina, quien sintió varias veces el perfume del padre Pío.

Ella se sintió mal por no haberlo sentido y, al día siguiente, fue al convento a confesarse. El padre Pío, de inmediato, le preguntó:

Ana, ¿llevas medias? Le dije: “Sí, padre”. “Pero ayer por la tarde, ¿por qué ibas sin medias?”.

Traté de excusarme por el mucho calor, pero el padre me respondió: “Aunque hubieras estado sola, debías haber ido con medias.

Acuérdate que somos espectáculo para el ángel custodio y no debemos entristecerlo”.

Un día el papá del padre Pío se cayó por las escaleras de la casa de María Pyle y no se hizo nada, porque su ángel lo cuidó.

El suceso ocurrió en los primeros meses de 1946. Cuando su papá se lo refirió, el padre Pío le dijo:

Agradece a tu ángel custodio que te ha puesto un almohadón en cada grada para que no te hagas daño.

estatua-de-un-angel-183873

 

Ángel  Acólito

Los ángeles nos acompañan cuando estamos en la iglesia y ayudan al sacerdote para evitar profanaciones de la Eucaristía por descuido.

El padre Alessio Parente relata:

Una mañana, al dar la comunión, se terminaron las hostias de mi copón. Cuando lo estaba purificando, del lado derecho de mi espalda, vi una hostia que, como una flecha, fue a meterse en el copón.

Después de las confesiones, fui a la celda del padre Pío y le conté el hecho. Y el padre, en tono severo, me dijo: “Agradece a tu ángel custodio que no te ha hecho caer a tierra a Jesús. Aprende que la comunión se distribuye con amor y reverencia”.

Otro día un religioso le presentó esta cuestión al padre Pío:

Padre, nuestros ojos no ven bien los pequeños fragmentos de hostia consagrada que se caen al distribuir la comunión.

El padre respondió: ¿Qué crees que hacen los ángeles en torno al altar?”.

Todos entendieron que los ángeles están listos para intervenir y recoger los pedacitos y llevarlos al copón.

dibujo de angel orando fondo

 

Ángeles  Cantores

Es sabido que los ángeles cantan bien como aquellos ángeles de la noche de Navidad que cantaban: Gloria a Dios en el cielo.
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En la misa están presentes todos los ángeles como en el cielo, pues la misa es el cielo en la tierra.
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Y se unen al sacerdote cantando, especialmente en el momento del Gloria y del Santo.
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Ofreciendo las buenas obras de los asistentes en el momento de las ofrendas y acompañando a los presentes en el momento de ir a comulgar.

Una noche, en el convento de san Giovanni Rotondo, los religiosos sintieron una música extraña en la iglesia sin poder explicarse el porqué, pues en aquel momento nadie estaba en la iglesia.

Fueron a preguntarle al padre Pío y respondió:

¿De qué se maravillan? Son las voces de los ángeles que llevan las almas del purgatorio al paraíso.

¡Cuántas veces cantarán los ángeles, cuando sus protegidos van al cielo desde el purgatorio! Y ¡cuántas veces cantarán mientras están por millones adorando a Jesús sacramentado en todos los sagrarios del mundo!

No olvidemos que los ángeles rezan por sus protegidos y podemos enviarlos a visitar a nuestros familiares cercanos o lejanos, incluso hasta el purgatorio, para que los saluden de nuestra parte y les lleven nuestras bendiciones y obras buenas por ellos.

Los ángeles se entristecen al ver nuestros pecados y se alegran y se ríen con nosotros al ver nuestras buenas obras.

El padre Agustín nos cuenta lo que decía el padre Pío en uno de sus éxtasis del 29 de noviembre de 1911:

Ángel de Dios, ángel mío, ¿no estás tú a mi lado para mi custodia? Dios te ha encomendado que me cuides. Debes estar junto a mí…

¿Y te ríes? ¿Qué te hace reír? Dime, ¿quién estaba ayer por la mañana aquí presente? ¿Y te pones a reír de nuevo? ¿Un ángel que se pone a reír? Dímelo, porque no te dejaré hasta que no me lo hayas dicho.

dibujo de angel guardia fondo

 

El  Perro  Guardián

Es conocida la historia de san Juan Bosco, a quien se le apareció por espacio de 30 años un perro, a quien llamaba Gris, y que le protegía de los peligros, cuando sus enemigos querían matarlo.
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Pues bien, un día el padre Pío envió a su ángel a salvar a un ingeniero que estaba en peligro de muerte y lo hizo su ángel bajo la figura de un perro.

El general Tarsicio Quarti declaró el 30 de junio de 1943 lo que le contó un joven ingeniero:

Había bajado en la estación de San Severo y, al no encontrar medios de comunicación, se dirigía a pie hacia San Marco in Lamis.

Estando en pleno campo se le acercaron unos campesinos con aire amenazante con horcas y palas.

Aquellos días estaba la gente alterada, porque habían caído varios paracaidistas ingleses y lo confundieron con uno de ellos, que había escondido su paracaídas muy cerca del lugar.

Pero él se puso a rezar, viendo que se acercaban hacia él y, de pronto, apareció un perro feroz, amenazando a los campesinos que, espantados, desistieron de seguirlo.

Pudo a la mañana siguiente llegar a san Giovanni Rotondo. Cuando lo vio el padre Pío, le dijo de inmediato: “La hubieras pasado mal si no te hubiese enviado a mi ángel custodio”.

Fuentes:

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El Milagroso Pañuelo con la Cara del Padre Pío y la de Jesús

Estamos frente a algo inexplicable para la ciencia.

Un pañuelo que tiene de un lado una imagen que parece la cara del Padre Pío y del otro lado la cara de Jesús.

Que no tiene rastros de pintura y que apareció de una manera milagrosa.

Es un pañuelo que tocó la cara del Padre Pío un año antes de su muerte.
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Y cuyas imágenes comenzaron a formarse un año después de la muerte del Padre Pío.

¿Y cuál es la historia de lo que ahora se llama el “síndone de Conegliano?

Durante 30 años un exitoso empresario de la ciudad de Conegliano, Italia, había conservado el pañuelo de algodón.

En 1998, luego del anuncio que el padre Pío sería beatificado, Francesco Cavicchi decidió exponerlo a la luz pública, llamando a un periodista para contarle la historia.

Francesco Cavicchi había hablado de la historia del pañuelo entre gente conocida e incluso lo había usado para sanar a personas como una reliquia del Padre Pío.

Pero ahora quería contar la historia sobre cómo quedaron inexplicablemente impresas lo que parece ser la cara del Padre Pío y la cara de Jesús.

Luego de su muerte los frailes capuchinos comenzaron a hacer investigaciones científicas sobre el pañuelo.

En este artículo te contamos la fascinante historia.

 

PRIMER ENCUENTRO CON EL PADRE PÍO

Francesco Cavicchi visitó al Padre Pío en San Giovanni Rotondo por primera vez en junio de 1967 junto con su esposa.

Aunque él se había confesado hacía tres días, y la norma en ese momento era que la confesión se debía hacer cada 7 días, igual se puso en la línea del confesionario del Padre Pío.

Pero cuando se acercaba su turno para confesarse se puso agitado por el remordimiento.

Entonces el padre Pío lo vio y le dijo,

«Ven, hijo mío, te he estado esperando por mucho tiempo».

Luego le preguntó directamente cuántos días habían pasado desde su última confesión y él le respondió que no recordaba.

Entonces el padre Pío le dijo,

«Tienes poca memoria, ¿no? Pero permíteme preguntarte esto.

¿Recuerdas el bombardeo en Rímini muchos años atrás?

¿Recuerdas el refugio antiaéreo? ¿Recuerdas el trolebús?

¿Pero por qué te estoy pidiendo que retrocedas en el tiempo?

¡Ni siquiera puedes recordar lo que hiciste hace menos de una semana!»

Fue cuando Francesco recordó que tenía 28 años, en noviembre de 1943, y viajaba en un trolebús con un monje de mediana edad y otras personas.

Comenzaron a caer bombas, lo que les llevó a ir a un refugio antiaéreo.

El monje capuchino le ayudó a Francesco a bajar del trolebús porque había quedado trancado y pensó que iba a morir.

Cuando llegaron al Refugio el capuchino comenzó a rezar el rosario y esto dio confianza y calma a todos los presentes.

Cuando terminó el ataque el capuchino desapareció.

Entonces Francesco le pregunta al Padre Pío

«¿Usted era ese monje?»

Y el padre Pío le contestó,

«Bueno, ¿quién crees que era?»

Desde ese momento Francesco Cavicchi se convirtió en su hijo espiritual.

Un año después comienza la historia del Síndone de Conegliano.

Francesco Cavicchi mostrando un lado de la tela

 

CÓMO COMIENZA LA HISTORIA DEL SÍNDONE DE CONEGLIANO

En junio de 1968 Francesco, Carla su esposa y unos amigos fueron a San Giovanni Rotondo, porque él quería pedirle un consejo al Padre Pío sobre un problema que tenía.

Cuando fueron al convento les informaron que el Padre Pío debía permanecer en su celda porque no se sentía bien.

Pero igual se quedaron unos días en San Giovanni Rotondo para descansar.

El día de su regreso Francesco fue a ver al superior del convento para que le entregara una carta al Padre Pío.

Y el superior le dijo que hablará con él porque ya estaba repuesto y en poco tiempo bajaría a confesar, y que lo esperara en la puerta del ascensor.

Entonces Francesco se puso al lado del ascensor a la espera.

Pero estaba nervioso, porque le parecía que lo que él le iba a preguntar al Padre Pío podría considerarlo un tema sin importancia.

Y entonces sacó del bolsillo un pañuelo para secar sus manos transpiradas por el nerviosismo.

En ese momento se abre la puerta del ascensor y se ve la figura del Padre Pío.

Entonces Francesco se arrodilla y le toma la mano para besarla.

Y el Padre Pío le dice,

«Hijo, si no te levantas, ¿cómo voy a pasar?»

Y cuando se levantó el Padre Pío le tomó el pañuelo que tenía en la mano.

Lo cual le dio una inmensa alegría, porque pensó que cuando se lo devolviera, iba a tener una reliquia del que él consideraba que era un santo.

Ambos fueron caminando hasta el confesionario y le contó el problema que tenía, a lo cual el padre Pío le respondió de una manera precisa y tajante.

Cuando se acercan al confesionario la multitud rodea al Padre Pío y este se seca la cara con el pañuelo como si estuviera sudando aunque era invierno.

Y entonces lo llama de lejos para que venga a buscar el pañuelo, se secó la cara por segunda vez lo dobló y se lo entregó, mirándolo con ternura a los ojos.

Cuando Francesco lo recibió no había ninguna marca inusual en el pañuelo, pero sintió que había recibido un gran regalo.

Lo consideraba una reliquia, y lo mostraba a las personas con orgullo, llevándolo siempre consigo.

Sin embargo con el paso del tiempo y el manoseo, el pañuelo se fue ensuciando.

Y aquí sucede el milagro.

El santuario de Francesco Cavicchi en la casa, con exvotos en las paredes

 

EL DESCUBRIMIENTO DE LA IMAGEN

El Padre Pío fallece el 23 de septiembre de 1968, y exactamente en la misma fecha de 1969 los Cavicchi y unos amigos van en peregrinación a San Giovanni Rotondo.

La peregrinación entra a la iglesia y Francesco se siente inusualmente cansado, de modo que se sienta en un banco a descansar, se duerme y comienza a soñar con el padre Pío.

Esto es lo que Francesco contó,

«Lo vi partir del altar mayor y venir hacia mí. Él estaba sonriendo.

 Al llegar frente a mí, con sus manos abrió el hábito mostrándome la herida del costado.

‘Toca’, dijo. No quería, tenía miedo de hacerle daño. Pero él insistió: ‘Toca’.

Así que puse mis dedos en la herida.

Cuando me retiré, estaban sucios con una especie de una película blanca, pegajosa.

Instintivamente intenté limpiarlos, pero no sabía dónde.

De repente, apareció un trozo de tela blanca, una especie de pañuelo, y me limpié los dedos con ese pañuelo.

Pero esa película blanca dejó marcas negras en el pañuelo.

Y no sé por qué, mirando las yemas de los dedos, vi al Padre Pío en ellas«.

En ese momento su esposa lo despierta y él decide ir a refrescarse la cara a una fuente fuera del templo.

Había alguna gente en la fuente porque consideraban que tenía el agua del Padre Pío.

Francesco se lava la cara y saca el pañuelo para secarse.

Una mujer al lado de él ve que el pañuelo está muy sucio y le sugiere lavarlo con el agua del Padre Pío.

Y extrañamente en acepta, aunque siempre se había negado a lavarlo.

Entonces la mujer empieza a verter agua de una botella sobre el pañuelo y de repente empieza a gritar

«Padre Pio, Padre Pio».

Y Francisco le pregunta,

«¿Dónde?»

«Ahí, en el pañuelo»,

Entonces, ante el escándalo que se forma, Francesco se va temeroso que le quiten el pañuelo, pero ni siquiera lo mira, lo dobla y se lo pone en el bolsillo.

Cuando llega al hotel despliega el pañuelo para ver si tenía alguna cosa extraña y vio unas marcas oscuras, qué podrían asemejarse a una cara, y le hizo recordar lo que había visto en el sueño.

En ese momento comprendió qué estaba pasando algo misterioso en el pañuelo.

Y lo extendió sobre el tocador para secarlo, pero sin decirle nada a su esposa.

A la mañana siguiente fueron a misa y le rezó al Padre Pío para qué lo iluminará sobre el significado de lo que había sucedido con el pañuelo.

Entonces pudo oler una fragancia de perfume fuerte y tuvo la convicción que debía contarle todo a su esposa.

Cuando volvieron al hotel le contó lo sucedido su esposa y le muestra el pañuelo que ya estaba seco, preguntándole que veía.

Entonces la mujer le dijo que veía el rostro de Jesús, y él por su parte dijo que para él era el rostro del Padre Pío.

Entonces ambos se dan cuenta que la imagen de cada lado del pañuelo tenía diferencias.

Que las manchas de la noche anterior se habían convertido en líneas que mostraban, de un lado una cara que parecía ser la de Jesús y del otro lado una cara que parecía ser la del Padre Pío.

¿Qué hacer con todo esto?

Para tomar una decisión Francesco habla con varios religiosos y con el obispo y se sorprendieron al ver el pañuelo.

Y le aconsejaron que lo mantuviera oculto, para no generar una ola de fanatismo que podría entorpecer la causa de la beatificación del Padre Pío, que ya había comenzado.

Mientras tanto los Cavicchi hicieron un pequeño santuario en su casa, poniendo como centro el pañuelo con las imágenes, y sólo los íntimos de la familia estaban en conocimiento de lo que había sucedido.

Francesco Cavicchi y su esposa guardaron silencio por 30 años, hasta que se anunció que iban a beatificar al Padre Pío Padre Pío, ceremonia qué realizó Juan Pablo II el 2 de mayo de 1999.

El anuncio era también para Francesco, que debía divulgar la existencia de ese pañuelo milagroso.

Prof. Giulio Fanti mostrando las dos caras de la tela

 

LA HISTORIA SALE A LUZ PERIODÍSTICAMENTE EN 1998

Francesco entonces se contacta con el periodista y escritor Renzo Allegri en 1998, y escribe un artículo muy detallado donde cuenta la entrevista.

«Cuando fui a verlo, me recibió en su casa, en las afueras de la ciudad. Me hizo sentar en la sala e inmediatamente entró al tema.

‘Tengo un retrato especial del Padre Pío, que el mismo religioso me ha regalado, haciéndolo aparecer misteriosa e inexplicablemente con un pañuelo normal’, me dijo.

‘Es una imagen extraordinaria, una reliquia muy valiosa que he estado guardando durante casi treinta años.

Hablé de esta imagen con algunos frailes capuchinos y también con mi obispo, pero siempre me aconsejaron que no publicara la historia porque podría tomarse por fanatismo y dañar la causa de la beatificación del padre.

Pero ahora que el proceso de beatificación ha terminado, me han dado permiso para hablar y dar a conocer esta imagen misteriosa’.

El Commendatore Cavicchi se puso de pie y me condujo a una habitación al lado de la sala de estar. Encendió las luces, abrió una pequeña puerta.

‘Aquí está la preciosa reliquia’, dijo.

La imagen estaba preservada en una esquina de la habitación, transformada en una pequeña capilla.

La tela, sobre la cual podíamos ver la imagen, era la de un pañuelo normal, marcado en los bordes por un característico diseño a rayas, típico de los viejos pañuelos.

Estaba suspendido entre dos cristales, unidos por un gran marco dorado y montado en un pedestal giratorio, de modo que se podía ver la imagen en ambos lados.

Todo alrededor,  fotografías y muchas ofrendas votivas«.

Y da sus impresiones de lo que vio.

«Indudablemente era el retrato de Padre Pío.

Una cara ligeramente borrosa, pero que recuerda las líneas somáticas del rostro del fraile con los estigmas de una manera inconfundible.

Si te acercas a él, la imagen casi se desvanece. Si vas para atrás, toma contornos más precisos.

Como se ve la Sábana Santa…

Al girar la imagen en el pedestal, se podía ver el revés de ese pañuelo.

Mientras que, por un lado, la imagen recordaba perfectamente el rostro del Padre Pío, por el otro, ese rostro revelaba un sorprendente parecido con el rostro tradicional de Jesús.

Aunque las líneas esenciales seguían siendo las del rostro del Padre Pío».

Entonces Cavicchi le cuenta la historia que hemos narrado arriba.

Y le comenta que le gustaría que se hiciera un examen completo del pañuelo.

Prof. Giulio Fanti mostrando una ampliación microscópica electrónica de una fibra de la tela

 

EL EXAMEN CIENTÍFICO DEL PAÑUELO

Francesco Cavicchi muere en el 2005 y su esposa en el 2009, y el pañuelo es entregado a una comunidad capuchina, que un tiempo después convocan a un experto para que analice la imagen.

El convocado es Giulio Fanti, matemático y catedrático de Mecánica y Mediciones Térmicas en la Universidad de Padua, un científico de renombre internacional que incluso trabajo para la NASA.

También es uno de los grandes expertos de la sábana Santa y ha escrito libros sobre ella y sobre las imágenes acheropita (no hechas con manos humanas).

Realizó los estudios del pañuelo con las técnicas más modernas de análisis fotográfico en lo visible, ultravioleta, infrarrojo, análisis químico, análisis de microscopía electrónica, etc.

Y concluyó que es imposible que esas imágenes sean obras humanas.

«Estas imágenes no son el resultado de la ‘pigmentación’, sino de la ‘falta de pigmentación’.

Si pinto una tela y luego la examino bajo un microscopio, descubro que las fibras en el área de la imagen son de color mientras que el resto de la tela no.

En el pañuelo Cavicchi, sucede lo contrario.

En el lugar de la imagen, las fibras parecen estar ‘descoloridas, es decir que han perdido el color natural de su sustancia.

La imagen, por lo tanto, está dada por la ‘pérdida’ de color de las fibras en ese punto preciso.

Es realmente difícil pensar que haya alguien que pueda ‘hacer’ tal intervención.

Pero hay más, incluso en el nivel de fibrillas.

Las fibrillas son los filamentos de la tela que componen las fibrillas y tienen un diámetro de diez milésimas de milímetro.

En el área de la imagen, las fibrillas no están «descoloridas» en toda su longitud, sino sólo en algunos lugares, aquellos útiles para formar la imagen.

Ninguna persona, de ninguna manera conocida hoy en día se podría realizar tal intervención en las fibrillas«.

Y sentenció que tiene las características típicas de la Sábana Santa, que no se ha pintado ni se ha dibujado, ni se encuentran rastros de color u otras sustancias en la tela.

Además agregó,

«La imagen de Jesús es más débil, pero uno puede discernir en el ojo derecho un corte, como si se tratara de un látigo, similar a lo que está en la Sábana Santa».

Y recomendó que los monjes dieran permiso para hacer análisis más profundos, que incluso podrían llevar a cortar un trozo de la tela, lo que hasta ahora no se hizo.

Fuentes:

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