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Colombia y La Candelaria: Virgen de la Popa y Candelaria de Medellín (2 feb)

La Virgen de la Candelaria tiene gran arraigo en Colombia.

En Cartagena de Indias hay un cerro en forma de popa de galera, y en aquella cima se venera la imagen de la “Santísima Virgen de la Candelaria”.

Los marinos le tuvieron siempre mucha devoción, ya que el cerro les servía de guía fácil para arribar a puerto.

candelaria de boyaca

Por su parte, en 1675 fue fundada la «Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín».
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Pero previamente en 1649, el poblado al que sustituyo Medellín, San Lorenzo de Aburrá. se había consagrado a la “Virgen de la Candelaria”.

Pero no es en Cartagena de Indias y Medellín solamente donde se la venera, sino en varios lados más de Colombia.

 

LA CANDELARIA DE CARTAGENA DE INDIAS

El nombre de «Cartagena» que se le dio algunos años más tarde a la bahía, se debe, probablemente, al famoso navegante y cosmógrafo Juan de la Cosa, quien había sido uno de los compañeros de Colón en el viaje del descubrimiento.

virgen de la oopa de cartagena de indias

Cuando Juan de la Cosa y sus compañeros penetraron con sus naves a esta bahía, percibieron que se parecía a Cartagena en España, y por eso la bautizaron con ese nombre: “Bahía de Cartagena”.

Declarada en 1985 por la UNESCO «Patrimonio Cultural de la Humanidad», Cartagena de Indias está considerada como una de las más bellas y características ciudades de América.

Conservando aún su historia en el conjunto urbano, y dominada por el Mar Caribe, se alza así uno de los sitios claves de la conquista del continente americano.

El origen de la ciudad se basa en el proceso de colonización del continente, cuando se hacía necesario un lugar para la dominación del interior y que, a la vez, sirviera como puerto para el intercambio comercial entre la metrópoli y sus colonias.

Por esta razón, Don Pedro de Heredia fundó la ciudad en 1533, levantándose sobre el lugar que hasta entonces había sido ocupado por el poblado indígena Calamari.

Entre los siglos XVI y XVII, la ciudad experimentó una consolidación urbana con la construcción de edificios y monumentos en diversos estilos arquitectónicos que aún se mantienen en pie en la actualidad.

Hoy en día, además de la actividad industrial y portuaria, la ciudad se destaca, principalmente, por su componente turístico, como una de las ciudades más atractivas de Colombia.

 

LA DEVOCIÓN

En las crónicas se lee que muchos de los marinos cantaban la “Salve” en honor de la “Virgen de la Popa”, cuando divisaban la cumbre del cerro de la Popa.
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Allí mismo se construyó un convento de agustinos, quienes difundieron esta devoción y honraron especialmente la imagen de María.

Ya en 1606, se decidió la construcción del monasterio.

Uno de los favores más conocidos fue el de la salvación de los galeones que mandaba don Martín Carlos de Manco.

La tempestad era tan furiosa, que no podían entrar en el puerto.

Muchos devotos de la ciudad fueron a implorar a la “Virgen de la Popa” la salvación de los navegantes.

Y ella se compadeció y pudieron llegar a salvo.

El Pirata Guillermo Dampier también da fe de la devoción que existía entre aquellas gentes a la imagen de María:

«Cualquier desgracia que ocurre a los corsarios es atribuida a la intervención de la imagen y, los españoles cuentan que ella estaba ausente de su santuario la noche en que el buque pirata «Oxford» voló, en la isla de Vaca, cerca de la Española y que después de su proeza, regresó la Virgen a su ermita, con los vestidos húmedos».

En las fiestas patronales de 1965 fue cuando el entonces alcalde de Cartagena, Dr. Juan Pupo Mora, declaró a la «Virgen de la Popa”,“PROTECTORA DE LA CIUDAD Y DE SUS CONTORNOS”, ante una multitud fervorosa congregada en la Avenida Pedro de Heredia.

Finalmente, el 6 de julio de 1986, al cumplirse 25 años del regreso de los recoletos a la Popa, el papa Juan Pablo II, durante su visita a Cartagena, coronó solemnemente la actual imagen de la “Virgen de la Candelaria”, ante una multitud como las que suele congregar él, reunida en le explanada de Chambacú.

capilla de la virgen de la popa cartagena

 

LAS FESTIVIDADES

El calendario cartagenero está salpicado de fiestas durante todo el año.

En Cartagena de Indias hay gran devoción por la “Virgen de la Candelaria”, por lo que su celebración se convierte en una llamativa fiesta popular en la que todos, propios y extranjeros, pueden participar.

Como origen y caudal de la fe patronal, la música y la cultura festivo- religiosa de la ciudad de Cartagena de Indias, se celebran estas importantes fiestas patronales.

Que caracterizadas por procesiones, cabalgatas, ferias y otros eventos, hacen de esta tradición religiosa, la ocasión para que la feligresía suba al “Convento de la Popa” en peregrinación y asista a las Eucaristías y demás actos religiosos.

Las festividades que tradicionalmente se concentran en el colonial “Convento de La Popa”.

Por lo general, se realizan desde las cuatro de la madrugada hasta las diez de la noche y al que se llega por un camino enmarcado por ventas de caña de azúcar, fritos y otras comidas típicas de la región.

En sus comienzos, ésta se celebraba sólo en Cartagena, al pie del Cerro de la Popa, elevación cercana a los mil metros donde se venera la imagen de “Nuestra Señora de la Candelaria” o «Virgen Morena».
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Y posteriormente, en muchos municipios de la región, iniciando su celebración nueve días antes del 2 de febrero.

En nueve días de festividades, el cartagenero, cumpliendo una cita con la memoria y la tradición, sube al cerro y luego baja llevando a su casa, las tradicionales y típicas cañas de azúcar, que los comerciantes cartageneros previamente han ubicado entre el camino.

 

HISTORIA DEL CONVENTO DE LA POPA

En tiempos de la Colonia, a sus alrededores, había haciendas, estancias y pesquerías.

El Cabildo de Cartagena de Indias consideró necesario fundar un convento en la cima del Cerro de La Popa para los feligreses de la zona, quienes colaboraron en el desmonte y limpieza del área (esto ocurrió a comienzos del siglo XVII).

Con colectas, se recogió para montar una capilla de madera con una choza al lado.

convento de la popa

Como superior del monasterio fue designado Fray Alonso de La Cruz Paredes.
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Quien estando en el convento del desierto de Raquiña había recibido un mensaje divino que le encomendaba la fundación y construcción de un convento de la Orden de San Agustín en la cima del cerro más próximo a la ciudad de Cartagena de Indias.

Fue entonces fundado el “Convento de Nuestra Señora de La Candelaria”.

Más tarde la tosca iglesia de madera fue derribada y en su lugar puesta otra de cal y canto. Una hospedería también fue construida para recibir a los visitantes y peregrinos.

Fue usado como cuartel y fortín durante la Independencia y las guerras civiles del siglo XIX.

Por leyes políticas fue abandonado a su suerte hasta que en 1964 lo restauraron los religiosos agustinos.

Hoy en día es uno de los sitios más visitados de Cartagena de Indias.

Cartagena de Indias está llena de lugares para visitar, donde se destacan, de manera importante, las construcciones religiosas.

El “Convento de la Popa” es uno de los lugares más interesantes de la ciudad.

La vista desde allí es magnífica, ya que se encuentra construido sobre la colina más alta de la ciudad.

 

LA VIRGEN DE LA CANDELARIA EN “MEDELLÍN”

Medellín es una ciudad colombiana, capital del departamento de Antioquía, situada en el noroccidente del país, en el centro del Valle de Aburrá y a orillas del río Medellín.

Es la segunda ciudad más poblada de Colombia.

El “Valle de Aburrá”, llamado así por los indígenas que habitaban el paraje y que formaban las tribus de los Yamesíes, Niquías, Nutabes y Aburraés, fue descubierto el 24 de agosto de 1541 por Jerónimo Luis Tejelo, a órdenes del Mariscal Jorge Robledo, y, puesto que su descubrimiento se llevó a cabo el día de San Bartolomé, se le dio el nombre de «Valle de San Bartolomé».

El 2 de marzo de 1616 el licenciado Francisco Herrera y Campuzano fundó la población de «San Lorenzo de Aburrá» en el sitio donde hoy se encuentra el parque de El Poblado, al sur de Medellín.

virgen de la candelaria medellin

En 1649 se consagró a la “Virgen de la Candelaria” y recibió el nombre de «Nuestra Señora de la Candelaria de Aná».
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La Reina doña Mariana de Austria, por Real Cédula del 22 de noviembre de 1674, le otorgó el titulo de Villa y en 1675 fue fundada la «Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín».

Debido al gran auge comercial e industrial, Don Juan Del Corral la declaró ciudad en 1813 y en 1816 fue elevada a la categoría de Capital de Antioquía

 

LA FESTIVIDAD

En Medellín, comienza el año con las fiestas locales de “Las Candelas” y “San Blas” los días 2 y 3 de febrero.

En “Las Candelas” se hace la “Procesión de la Virgen del Castillo” o “Candelaria”, con velas encendidas.
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Y se bendecirán las velas, para después llevarlas a casa y ser encendidas los días de tormenta o cuando haya alguien enfermo en la familia, implorándole protección.

Por otra parte, existe una antigua tradición iniciada en el siglo VII por el Papa Sergio I, donde los fieles hacían una piadosa procesión nocturna llevando en sus manos una vela encendida en honor a la fiesta de la “Presentación del Señor” o de la “Purificación de su Santísima Madre”.

 

LA IMAGEN

El maestro Gregorio Vázquez de Arce y de Ceballos pintó, antes de su muerte, un lienzo de casi 1 m de largo por un poco más de 60 cms de ancho.
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Que fue entregado a los religiosos agustinos a cambio de los servicios funerarios que pronto requeriría por su frágil estado de salud física y síquica.

El precioso óleo representa a la Santísima Virgen en su advocación de “Nuestra Señora de la Candelaria” cuya fiesta celebran algunos países latinoamericanos y del Antiguo Continente el día dos de febrero.

De allí el nombre de la advocación de “Nuestra Señora de las Candelas” o “Candelaria”.

Algunos académicos consideran que el vocablo viene de Oriente y significa “encuentro” (el de Nuestro Señor Niño con el Dios de Abraham y con el orbe entero) ya que había sido denominado por el justo Simeón como “luz para iluminar a las naciones” (Lc 2,32).

Recordemos un fragmento de la oración de San Sofronio, obispo del siglo VII, dedicada a “Nuestra Señora de la Candelaria”:

Del mismo modo que la Virgen Madre de Dios, tomó en sus brazos la luz verdadera y la comunicó a los que yacían en tinieblas, así también nosotros, iluminados por Él apresurémonos a salir al encuentro de Aquel que es la luz eterna”.

basilica menor medellin candelaria

 

EL TEMPLO – SU HISTORIA

La Basílica Menor “Nuestra Señora de la Candelaria” o simplemente “Iglesia de La Candelaria”, como se le conoce más popularmente, es un templo religioso de culto católico romano bajo la advocación de la “Virgen de la Candelaria”. Fue Catedral entre 1868 y 1931.

Está situada en el centro de la ciudad de Medellín (Colombia), al costado oriental del Parque Berrío.
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Es una construcción colonial; su estilo: neoclásico, de planta rectangular, con tres naves y cruceros.
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Su estructura levantada en muros de piedra y construida en cal y canto, ha sido “remendada” a lo largo de su historia, con sustancias ajenas a esas características.

La Basílica Menor de “Nuestra Señora de La Candelaria” de Medellín es la primera parroquia de la ciudad.

Su primera construcción, en madera y techo de paja, fue emprendida por el cura Don Juan Gómez de Ureña, en 1649, 26 años antes de ser Medellín erigida como villa; esta construcción inicial fue muy pobre en solidez.

Las primeras imágenes de la «Presentación del Niño Dios en el Templo” y la “Purificación de su Santísima Madre» fueron donadas por don Ramón Álvarez.

El cuadro de “la Purificación” que se venera en el altar mayor y que fue coronado canónicamente, fue obsequiado, según la tradición, por la reina regente de España doña Mariana de Austria y por su hijo don Carlos II.

En 1712 fue reedificada en tapia por el tercer párroco Don Carlos de Molina y Toledo.

En 1766 el Cabildo constató que el templo amenazaba ruina y acordó tumbarlo para levantar uno nuevo.

El párroco de ese entonces, padre Juan Salvador de Villa y Castañeda, puso manos a la obra con planos del gobernador de la provincia, que no era arquitecto, José Varón de Chávez.

El 12 de marzo de 1768 comenzó la construcción del actual edificio.

La inauguración se efectuó el 2 de febrero de 1776 y el costo fue de 20.000 castellanos de oro.

El 8 de diciembre de 1868 se inauguró la “Diócesis de Medellín” y “la Candelaria” se convirtió en su primera Catedral, hasta el 11 de agosto de 1931, cuando se consagró la actual, llamada la “Catedral Metropolitana de Medellín”.

El 28 de febrero de 1888 se terminaron las dos torres delanteras, que reemplazaron las sencillas espadañas anteriores y el 1 de febrero de 1890, a las 12 del día, sonaron por primera vez para anunciar la fiesta de la patrona, las tres campanas traídas de Nueva York y fundidas con las tonalidades de “do, mi, sol”.

El 8 de diciembre de 1970 fue consagrada como Basílica Menor.

El título se lo confirió S.S. Paulo VI, durante el arzobispado de monseñor Tulio Botero Salazar, y el curato del Pbro. Manuel José Betancur Campuzano.

En 1997 fue restaurada con la técnica y los materiales utilizados en la época de fabricación.

candelaria de Magangué

 

OTRAS CANDELARIAS

Según Wikipedia también la Virgen de la candelaria está presente en otros lugares de Colombia:

La patrona de Magangué, es la Virgen de la Candelaria; se dice que ella es la que contiene al Mohan, ser mitológico que habita en el río Magdalena y de no ser por ella ya habría devorado a toda la población haciendo crecer al río. La catedral magangueleña tiene nombre en su honor (Catedral de la Candelaria).

En Riosucio (Caldas) la fiesta es considerada patrimonio municipal y se celebra cada año un novenario que tiene como día central el 2 de febrero, se caracteriza por los llamativas demostraciones de fuegos artificiales que se realizan todos los días y por su gran contenido cultural.

En Candelaria (Valle del Cauca) se celebra cada año la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria y al mismo tiempo las ferias del municipio, que son a partir del 2 de febrero

En Morroa (Sucre) se celebra cada año la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria.

En Suaita (Santander) se celebra cada año la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria y al mismo tiempo de desarrolla las ferias y fiestas de este municipio.

En Bagadó (Chocó) se celebra con gran regocijo la Fiesta de Nuestra Señora de la Candelaria, al igual que en municipios como Certeguí y pueblos como Paimadó y Beté.

La Patrona de El Banco (Magdalena), donde se celebra cada año la Fiesta de la Candelaria, al mismo tiempo el aniversario de fundación de este municipio(2 de febrero). La catedral lleva el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria

Patrona del Municipio de Chita (Boyacá), la catedral de este municipio lleva el nombre de Nuestra Señora de la Candelaria y celebra las fiestas patronales en su honor el día 2 de febrero. Se celebra también la fiesta del Señor de los Milagros de Chita con un ritual ancestral llamado «los Caballeros de Cristo» que se realiza cada 7 años.


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Las Advocaciones Americanas de la Virgen de la Candelaria (2 de febrero)

La advocación de la Virgen de la Candelaria nació en Tenerife.

Y de ahí los conquistadores españoles la difundieron en América.

Hernan Cortés era devoto de ella.

Por eso hay más de 30 lugares en América que portan el nombre de Candelaria.

Posteriormente la devoción popular y la Iglesia asociaron esta fecha con la fiesta de las candelas y la bendición de las velas.

candelaria de triana

La devoción de Nuestra Señora de la Candelaria se propagó en el resto de España.
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Muestra de ello, por ejemplo, es la devoción en los Montes de Málaga.
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Según la leyenda, la patrona llegó a este pueblo de la Alta Axarquía de la mano de unos marineros isleños que quisieron agradecerle su milagrosa salvación en las costas de Málaga.

La fiesta de la Candelaria se llama así porque en ella se bendicen las candelas que se van a necesitar durante todo el año, a fin de que nunca falte en las casas la luz tanto física como espiritual.

Los fieles acuden a la misa de este día con las velas, que son bendecidas solemnemente por el sacerdote.

Y a continuación se hace una corta procesión entre dos iglesias cercanas o por el interior de la misma iglesia, con las velas encendidas, cantando el Nunc dimittis servum tuum («ahora puedo morir en paz, porque mis ojos han visto al Redentor…») el himno que entonó el anciano Simeón, cuando María le presentó a Jesús en el templo.

Esta fiesta tenía gran significación cuando la única luz en las casas era la de las velas y candiles.

En las Islas Canarias es ésta una gran fiesta, especialmente en Santa Cruz de Tenerife, en la población de Candelaria, situada a la orilla del mar, sobre un arenal, frente a la antigua ensenada, a 25 kilómetros de la capital.

Allí se halla la basílica de Nuestra Señora de la Candelaria, patrona del archipiélago canario.

Hay más de una treintena de lugares en Hispanoamérica que llevan el nombre de Candelaria, probablemente por influencia de las Canarias, que eran paso obligado para ir al nuevo continente.

Ver la historia aquí Virgen de la Candelaria de Islas Canarias, España (2 de febrero y 15 de agosto)

Entre las advocaciones de la Virgen, relacionadas la mayoría con imágenes y apariciones, ésta tiene una especial significación, pues procede de una fiesta en la que se conmemora un acontecimiento trascendental en la vida de María, cual es su purificación y la presentación de su hijo al sacerdote, en cumplimiento de su obligación de consagrarlo a Dios.

Y más todavía porque es ésta una fiesta de la luz que es la que le da nombre.

De ahí la belleza especial de los nombres de Candelaria y Purificación, con sus hipocorísticos (Candela, Puri, etc) que hacen referencia a la blancura y al calor de la luz. Son dos nombres cálidos y luminosos, muy sugestivos.

 

LA ADVOCACIÓN ORIGINAL DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

La historia de esta imagen está unida íntimamente a la historia de las Islas Canarias y especialmente de la isla de Tenerife pues fue el lugar donde se dice que apareció.

Debido a que las Canarias eran escala obligatoria en los viajes a América, muchas de sus costumbres fueron exportadas a ese continente.
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Entre ellas, la veneración a la Virgen de la Candelaria.

Actualmente, la imagen es venerada en las Islas Canarias, especialmente en Tenerife, donde ostenta el cargo canónico de Patrona de Canarias Patrona General del Archipiélago Canario. Igualmente la Virgen de Candelaria es la Patrona de varias ciudades del Nuevo Mundo.

Ya desde antes de la conquista, el archipiélago Canario era visitado por europeos en expediciones de reconocimiento o en razias de esclavos.

Pero también eran visitadas por religiosos que pretendían llevar a cabo una labor evangelizadora antes de que se produjera la conquista y anexión política de las islas; de este modo en el siglo XIV se formó un obispado en Telde, Gran Canaria.

La imagen de la Virgen de Candelaria sería llevada a Tenerife por frailes mallorquines, los cuales probablemente se habrían establecido por un tiempo en la isla introduciendo elementos de la religión cristiana entre los guanches, produciéndose un sincretismo religioso.

La Vírgen de Candelaria quizás hubiera sido identificada con el sol (Magec), deidad femenina para los guanches. También se la identificó con Chaxiraxi, la madre de los dioses que adoraban los aborígenes.

La comunidad hindú de Tenerife también venera a la Virgen de Candelaria. Esta comunidad le ha regalado a la Virgen de Candelaria multitud de mantos ricamente bordados.

A la Virgen de Candelaria se la llama cariñosamente en Canarias «La Morenita».

En España existen otras vírgenes negras conocidas con el nombre de «morenita» o «moreneta» (esta última palabra en catalán) como la Virgen de Montserrat (Barcelona, Cataluña) o la Virgen de Lluc (Mallorca, Baleares).

virgen de la candelaria medio cuerpo

 

LA ADVOCACIÓN EN OTRAS PARTES DEL CONTINENTE AMERICANO

De las Islas Canarias la devoción se propagó a América. Hernán Cortés llevaba al cuello una medalla de esta imagen.

En 1826 la imagen se perdió víctima de una inundación aunque posteriormente fue creada una réplica que actualmente está en la basílica.

Ver artículos particulares en cada uno de estos links:

 

EN CHILE

En la ciudad de Copiapó, a 840 Km. al norte de Santiago, se ha erigido el Santuario de la Virgen de la Candelaria. Contribuyo a la veneración de que ella es objeto.

La leyenda de Mariano Caro Inca, de quien se cuenta que una tormenta lo obligo a refugiarse en unos peñascales, en los que encontró una piedra grabada, de unos 14 cm. de alto con la imagen de la virgen llevando en brazos al Niño

El 2 de febrero de 1780 él y sus compañeros llegaron al templo del barrio de San Fernando y junto con los fieles que se enteraron del hecho iniciaron la veneración, todos los fines de la primera semana de febrero y el domingo siguiente, así como ocurre hasta ahora, enraizada en la gente de la región de Atacama.

También en San Pedro de la Paz, en Concepción, se venera a la Virgen de la Candelaria.

 

EN PERÚ

La Virgen de la Candelaria, la Mamacha Candelaria, Mamita Canticha, Mamá Candi, entre otros nombres populares, es la patrona de la ciudad de Puno, Perú.

Está asociada a la Pachamama (culto a la tierra), el lago Titicaca, las minas y el trueno; además de simbolizar, la pureza y la fertilidad.

En ella convergen también las esperanzas de los desvalidos y la tenaz fe de los creyentes.

La celebración de la Virgen de la Candelaria de Puno es una celebración dura 18 días y se presentan más de 200 danzas, agradeciéndole así los beneficios y milagros que les permiten seguir viviendo.

Se inicia la Fiesta de la «Mamacha Candelaria» el 24 de enero y culmina el 18 de febrero como preludio del Carnaval.

En ese lapso se congregan en el lugar, y entregadas en absoluta devoción a la Virgen, unas setenta bandas musicales, algunas compuestas hasta por 300 personas, entre músicos y bailarines.

candelaria de puno

 

EN BOLIVIA

En Bolivia, así como en el Perú, el culto a la Virgen de la Candelaria se propagó en muchos puntos de sus espacios nacionales.

Así es Oruro, añeja y de repente nueva, silenciosa y bullanguera, febril de alma, religiosa y profunda.

Tiene como herencia de su raza de fortaleza, su religión, su fe, su tradición, su costumbre, su inigualable carnaval en honor a la Virgen de la Candelaria, para el orureño, la Virgen Morena «Mamita de Socavón».

El Carnaval del Oruro se origina en las ancestrales invocaciones andinas a la Pachamama (madre tierra) al tío supay (diablo) de los parajes mineros y a la Virgen de la Candelaría… «y motiva uno de los más grandes acontecimientos de expresión folklórica en América.

La Virgen de la Candelaria apareció en Oruro en 1789 oportunidad en la que se produjo la promesa de los mineros de danzar en su honor, teatralizando la lucha entre la Virgen del Socavón (de la Candelaria) asistida por el Arcángel San Miguel contra los diablos y satanaces.

 

EN TEXAS

En la ciudad de San Antonio (Texas, Estados Unidos) se encuentra una imagen de la Virgen de Candelaria, probablemente debido a que la ciudad fue fundada por varias familias isleñas.

 

EN CUBA

En Camagüey (Cuba) la Virgen de Candelaria es la patrona de la ciudad, encontrándose una talla suya en el altar mayor de la Parroquia Mayor.

Pero también hay que destacar un pueblo que lleva este nombre, Candelaria, fundado por los canarios hace varios siglos, y, sobre todo, al hecho de que esclavos africanos y sus descendientes acabasen por asociar esta Virgen con uno de los orishas más emblemáticos y venerados en lo que hoy se llama Santería o sincretismo.

Los descendientes de los yorubas procedentes de África celebran a Oyá, equivalente católico a Nuestra Señora de La Candelaria, orisha y diosa de los vientos: los vientos de cambio, los vientos de la Mente.

Pero especialmente en Trinidad se venera a la Virgen de la Candelaria de la Popa.

candelaria

 

EN BRASIL

En Brasil, especialmente en Bahía, y también en Montevideo-Uruguay se da un culto sincrético, cada 2 de febrero, desde 1924, se acostumbra a realizar ofrendas para Yemayá (la Diosa del Mar) en casi todas las playas.

Independientemente de creencias o religión, raza o posición social, todos se mezclan en la orilla del mar para hacer esta fiesta.

La gente se acerca a la orilla del mar, vestidos de blanco, y se internan hasta que el agua les llega a la cintura.

Allí le lanzan flores u ofrendas de frutas, junto a mensajes de amor, de agradecimiento o para pedirle una gracia y lanzan al mar pequeños barquitos de madera y papel, que llevan los alimentos, regalos, perfumes y velas. Diosas del viento y del mar le cantan al mismo significado de la fe.

 

EN ARGENTINA

También los indígenas argentinos, en Humahuaca, continúan rindiendo culto a la Candelaria, cada 2 de febrero, desde una vertiente igualmente sincrética, como lo demuestra la presencia de grupos musicales incásicos que tocan sikuris y entonan cantos y rezos en quechua y aimara.

Esta fiesta sirvió de inspiración a Jaime Dávalos para componer el poema que más tarde se convertiría en la famosa Zamba de la Candelaria, gracias a la música del gran Eduardo Falú.

En Córdoba Argentina, las tierras pobladas por el capitán García de Vera tuvieron una estrecha relación con el fervor por la Candelaria, desde los primeros asentamientos.

Así vemos cómo el río de los Guamanes, que corre por esas tierras en dirección sur-norte, se llama hoy río de la Candelaria.

A su margen, en una meseta de 1.200 metros sobre el nivel del mar, creció la estancia de García de Vera, luego bautizada con el nombre de La Candelaria, núcleo originario de la gran explotación que luego habrían de organizar los padres de la Compañía de Jesús, hoy conocido como Estancia y Potreros de la Candelaria, dentro del departamento Cruz del Eje de esta provincia cordobesa de Argentina.

El culto y fervor por la Virgen también se ve relacionado con antiguos ritos africanos, como lo demuestra la presencia de numerosos esclavos negros, utilizados por los jesuitas como rentable mano de obra a la hora de la explotación de tan grandes dominios.

Según se desprende de los archivos, en 1773 sólo quedaban en la misión 39 esclavos, con sus mujeres e hijos.

Un buen número había sido vendido en los mercados de Córdoba, y otros lograron huir.

La orden real dictada desde Madrid para acabar con la esclavitud fue disolviendo paulatinamente la población africana esclava de La Candelaria, como ha escrito Gustavo Sarriá, siendo el resultado «la extinción de esa unidad productiva, la subdivisión de las tierras y la decadencia de la explotación rural».

Vemos nuevamente cómo el sincretismo religioso tuvo en el caso cordobés a la imagen de la Candelaria como nexo entre dos culturas separadas por milenios.

virgen candelaria

 

EN COLOMBIA

Otro jesuita, el padre Efraín Aldana, opinó desde el púlpito de su modesta parroquia de La Popa, en Cartagena de Indias, que «por algo la Candelaria lleva en su mano una vela encendida, como recordando las noches de cumbiamba y mapalé», que son dos géneros musicales folclóricos típicos de la zona caribeña de Colombia.

Como se sabe, el nombre de la famosa cumbia es apócope de cumbiamba, término que también guarda relación con la voz cubana cumbancha, que en Cuba significa jolgorio o parranda. Ambas derivan de la voz negra cumbe (danza).

Por todo esto, cuando llega al barrio cartagenero de La Popa la fecha del 2 de febrero, se puede escuchar a golpe de tambor a Toto La Momposina .

En varios lugares de Colombia, se rinde culto a la Virgen de la Candelaría, pero es en Medellín -ciudad de la cual es su Patrona con la denominación de «Nuestra Señora de la Candelaría»- donde los fastos han cobrado notoriedad en las manifestaciones religiosas de ese país, ya que esa denominación y patronazgo fueron instituidos, nada menos por la Real Cédula de 22 de noviembre de 1674 expedida por la reina Maria Ana de Austria.

Desde la fundación de Medellín, Nuestra Señora de la Candelaria «cubre con su manto el paso de las generaciones que han dejado su memoria como una estela de luz en el firmamento de la inmortalidad».

 

EN PUERTO RICO

En Mayaguéz, Puerto Rico, el 2 de febrero se encienden fogatas o “Candelarias» donde se quema todo lo que ya no sirve, todo lo desechable, todo lo que resulta sobrando en los hogares.

 

EN VENEZUELA

En Venezuela, en el pueblo de Palmarito la fiesta de la Candelaria es objeto de una gran celebración cada 2 de febrero con pompas de usanza del lugar.

 

EN MÉXICO

En México, en Tlacotalpan, en el Estado de Veracruz, tienen como patrona a la Virgen de la Candelaria.

En esa misma fecha en la ciudad de Tlacotalpan, se da curso a la fiesta de la Candelaria, con una renombrada procesión de la imagen de la Virgen que parte de la iglesia Matriz y llega a orillas del río Papalopan y regresa, en recorrido que se repite todos los años, después de bendecir sus aguas sobre las que previamente pasea seguida de gran número de lanchas y botes, y después de cumplido un nutrido programa en la que se incluye una gigantesca cabalgata y el tradicional Día de Toros.

candelaria de atacama

 

EN GUATEMALA

En Huehuetanango la imagen de la Virgen de la Candelaria, su Patrona, es totalmente de plata, razón por la que no puede ser movida dado su peso, ni siquiera para las procesiones. Es un réplica la que sale por las calles el 2 de febrero, en «una de las celebraciones de mayor arraigo en Guatemala».

 

MILAGROS MARINOS DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

Son tantos los milagros como los cabos y maromas que adornan las paredes de la iglesia, pertenecen a navíos que en momentos de peligro han llamado a Nuestra Señora de Candelaria y socorridos visiblemente por ella, viéndola en el mástil mayor o en la popa de los navíos. Tres de ellos son los que siguen.

Viniendo de España para Indias un navío de españoles con próspero viento, en el golfo de las Yeguas, cerca de estas islas de Canarias, toparon con un navío francés, que les vino siguiendo tres días y tres noches.

Perdiendo la esperanza de escapar de sus manos, a persuasión del maestro del navío, que tenía noticias de los milagros que Nuestra Señora hace por los que se le encomiendan y en sus necesidades la invocan, con fe se encomendaron todos a esta Señora, prometiendo de ir en romería a su bendita casa.

El navío francés les comenzó a bombardear. Las bombas que llegaban al navío español, era como si fueran de cera y el navío de bronce o metal, resurgían hechas pasta, sin hacer daño alguno.

Y muchas balas que tiraban de los mosquetes y escopetas, daban a los hombres en los pechos y otras partes, y caían a sus pies sin hacerles daño alguno.

Viendo pues, los del navío tan manifiesto milagro, dieron voces a Nuestra Señora de Candelaria y volvieron sobre el navío francés, pero los franceses cobraron tanto temor y miedo que se dieron a la fuga.

Una barca de estas islas había ido a Berbería a pescar y con tiempo recio que le dio, se hizo a la mar con intento de volverse.

El tiempo les apartó la tierra y la perdieron de vista, perdieron también el tino y derrota, y así anduvieron surcando el mar para un cabo y para el otro, sin acertar a tomar tierra ni el paraje donde estaban.

La gente que en la barca venía, comenzó a sentir la falta de alimentos; y aunque los racionaron como el viaje se dilataba, los alimentos se acabaron.

Los pobres hombres acuerdan entre sí que para que todos no perezcan, y quede siquiera alguno que en su tierra dé nuevas de su desastroso fin de los demás, echen suertes sobre quien será manjar de los demás.

Cae la desdichada suerte sobre un mancebo natural de Canaria.

El triste mozo va hacia un rincón del navío, y, puestos ojos y corazón en el cielo, de donde todo el socorro viene, acordóse de Nuestra Señora de Candelaria, y encomendándose de todo corazón a ella, la invocó con muchas lágrimas en su favor, ofreciéndole su alma, que ya de la vida hacía poco caudal.

El mozo estaba en el hervor de su oración cuando un ave muy hermosa aparece sobre el navío volando de proa a popa y dándole muchas vueltas.

Los del navío, alegráronse en extremo, porque ver ave y como paloma, era señal de que no estaban muy lejos la tierra.

Mirando más en detalle, vieron que la paloma tenía una cuenta grande al cuello y fue mayor su admiración.

La paloma se puso por la proa del navío, volando sosegadamente y volviendo la cabeza como haciendo señas que la siguiesen.

Los buenos hombres, olvidando el hambre con tan buena vista y nuevas, gobiernan el navío hacia donde la paloma los guiaba.

La cual los guió hasta meterlos en el puerto de la isla del Hierro, en paz y salvos.

candelaria de oruro

Un navío que de esta isla partió para Indias cuando los sorprendió una gran tormenta.

Los que en el navío iban (que los más eran isleños), viendo el peligro tan manifiesto en que estaban, acudieron a su remediadora, patrona y abogada, la Candelaria.

Y el piloto sacó de su arca una candelita de las que en la casa de esta Señora se dan los romeros, y otras reliquias de las ropas de Nuestra Señora que tenía, y atándolas a un cabo de una línea, las echó al hinchado y espumoso mar, con la más devoción que pudo.

Cosa admirable, las olas que batiendo el navío lo traían de mal arte y lo tenían casi deshecho, parece que huyen de él y se arredran y se apartan, y en ese punto cesa la tempestad y queda el mar tranquilo, el aire sosegado, el navío en calma y los pasajeros consolados y agradecidos.

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00 Todas las Advocaciones 02 Febrero 08 Agosto ADVOCACIONES Y APARICIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Movil Noticias 2019 - enero - junio

Virgen de la Candelaria de Islas Canarias, presidió la Colonización de América, España (2 feb, 15 ago)

La historia de la Virgen de la Candelaria, la Patrona de las Islas Canarias, es la del lugar donde apareció.

Y la de la colonización del continente Americano.

Pues estas islas eran el punto más austral que separaba al continente europeo del continente americano.

Y una escala obligada, donde estaba la protección de la Virgen de la Candelaria que los marinos llevaron a América.

virgen de la candelaria medio cuerpo

Se estima que apareció en la desembocadura del barranco de Chimisay, parroquia de Güimar, 95 años antes de la conquista de Tenerife, alrededor del 1400.
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Posteriormente esta advocación se extendió por el mundo, especialmente por América.

Tenemos muchísima información sobre la Virgen de la Candelaria en América, lee estos artículos:

 

EL HALLAZGO DE LA IMAGEN

La tradición anterior a la Conquista de Tenerife por las tropas castellanas nos habla del hallazgo de una imagen de la Virgen por dos pastores guanches (pobladores prehispánicos) en las costas del Sureste de la isla.

Iban dos pastores guanches a encerrar su ganado a las cuevas cuando notaron que el ganado se remolinaba y no quería entrar.

Buscando la causa miraron hacia la embocadura del barranco y vieron sobre una peña, casi a la orilla del mar, la santa imagen la cual creyeron estaba animada.

Candelaria_entre_guanches

Como estaba prohibido a los hombres hablar o acercarse a las mujeres en despoblado, pensaron hacerle señas para que se retirase a fin de que pasase el ganado.

Pero al querer ejecutar la acción, el brazo se le quedó yerto y sin movimiento. El otro pastor quiso herirla con su cuchillo.

Pero en vez quedó herido el mismo.

Asustados, huyeron los dos pastores a Chinguano, a la cueva-palacio del rey Acaymo, para referirle lo acontecido.

El rey fue a ver con sus consejeros.

El rey decidió que fuesen los mismos dos pastores ya heridos quienes la recogieran para llevarla al palacio. Ellos, al contacto con la imagen, quedaron sanados.

El rey comprendió que aquella mujer con el niño en brazos era cosa sobrenatural.
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El mismo rey entonces quiso llevarla en sus brazos, pero después de un trecho, por el peso, necesitó pedir socorro.
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Es así que en el lugar de la aparición hay hoy día una gran cruz y en el lugar donde el rey pidió socorro, un santuario a Nuestra Señora del Socorro.

La llevaron entonces a una cueva cerca del palacio del rey, hoy convertida en capilla.

Mas tarde un joven llamado Antón, que había sido tomado como esclavo por los españoles y había logrado escapar y regresar a su isla, reconoció en la imagen milagrosa a la Virgen María.

Él, habiendo sido bautizado le relató al rey y a su corte la fe cristiana que él sostenía.

Así llegaron a conocer a la Virgen María como «La Madre del sustentador del cielo y tierra» (Guanche: Axmayex Guayaxerach Achoron Achaman o Chaxiraxi) y la trasladaron a la cueva de Achbinico para veneración pública.

La imagen fue robada por los españoles pero devuelta tras una peste que ellos atribuyeron al robo sacrílego.

Mas tarde, cuando los españoles conquistaron la isla, la devoción ya estaba allí arraigada.

En 1526 se edificó el santuario por los muchos prodigios que Dios obraba por Nuestra Señora de la Candelaria.

 

LA IMAGEN DE LA MORENITA

La imagen portaba al Niño Jesús en el brazo derecho y una candela en la mano izquierda.
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Por lo que vino a ser designada, tras la cristianización de la isla, como Nuestra Señora de la Candelaria.
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Celebrándose la primera fiesta el 2 de febrero de 1497, apenas completada la Conquista de Tenerife con la consiguiente incorporación de la isla a la Corona de Castilla.

Descripción sobre la talla original hecha por Fray Alonso de Espinosa primero, y posteriormente Fray Juan Abreu Galindo:

viregen de la candelaria

La imagen es de más o menos 5 palmos de altura (aproximadamente 1 metro), contando con la peana en que apoyaba los pies.

Su posición era de pie, con la cabeza recta y mirando al frente, teniendo en el brazo derecho al Niño Dios, desnudo, las piernecitas dobladas y los brazos también.

Aprisionaba por las alas un dorado pajarito de moñita o peineta, y por último, la Imagen del Niño tenía la cabeza ladeada a la derecha y miraba a algo que estaba a los pies de la Madre.

El brazo izquierdo de la Virgen, en posición inverosímil, sostenía al Niño, y en la mano izquierda, que se presentaba en posición cerrada y muy natural, tenía un trozo de vela como un jeme de color verde, que daba a entender podía aumentarse con otro, a voluntad.

Y por último apoyaba las plantas de los pies sobre una tabla redonda o peana, como de cuatro centímetros de alto, pintada de color encarnado, descubriéndose la parte externa del pie izquierdo que salía un poco del diámetro de la peana.

La indumentaria constituíala una túnica dorada, imitando el color amarillo, desde el cuello hasta los pies, haciendo el talle un cinturón cerrado, azul, como de dos centímetros de altura.

El manto, también azul obscuro, salpicado de flores de color de oro, caíale desde los hombros por uno y otro lado del cuerpo, sujetándolo sobre el pecho una traba cuerda encarnada.

La parte del pie que se dejaba ver por los bajos de la túnica, presentaba calzado un chaplín cerrado, de color encarnado.

La cabeza de la Santa Imagen adornábala hermosa cabellera partida a la mitad, cayendo sobre los hombros en seis ramales tendidos por la espalda.

El rostro muy proporcionado a la estatura, era ligeramenmte ovalado, adornado por rasgados ojos, boca pequeña y bien plegada y con unas hermosas rosas en las mejillas.

La Imagen esta adornada en el cuello del vestido, cinturón en los extremos de las mangas y al pie de la túnica con unas letras, que aún en la actualidad, no se ha podido entender su significado.

Esto es de vital importancia para la hipótesis de que la Candelaria de Adeje es la verdadera imagen original.
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Porque la imagen original, desapareció el 7 de noviembre de 1826, en medio de un fuerte temporal de lluvia y vientos. Ver aquí.

Inmediatamente después los frailes dominicos encargaron una nueva talla al escultor Fernando Estévez del Sacramento, quien ejecutó la imagen actual con originalidad de artista y en fidelidad a las líneas fundamentales de la anterior: color moreno, candela en la mano izquierda, etc.

En 1830 fue bendecida esta imagen, que inmediatamente recibió la acogida favorable de todos los devotos.

El 12 de diciembre de 1867, la Sagrada Congregación de Ritos declara Patrona Principal del Archipiélago Canario a la Santísima Virgen en el Misterio de su Purificación (Candelaria), señalando el 2 de febrero como día de su fiesta.

Confirmando así un hecho que se remonta a 1559 en tiempos de Clemente Vlll y del que hay constancia clara en 1675.

El 13 de octubre de 1889, la imagen es coronada canónicamente por el Obispo de Tenerife Don Ramón Torrijos, Delegado del Papa León Xlll para dicho acto.

Fue ésta de Candelaria la quinta imagen mariana de España en recibir la coronación canónica, tras las de El Pilar (Zaragoza), Covadonga (Asturias), Montserrat (Barcelona) y los Desamparados (Valencia).

 

EL SANTUARIO BASÍLICA DE CANDELARIA

Los prodigios que rodearon la aparición motivaron que fuera llevada a la Cueva del Mencey (Rey) Acaymo en el barranco de Chinguano, en la zona de Güímar, donde los guanches la conservaron durante un buen número de años.

Posteriormente los propios guanches trasladaron la imagen a la cueva de Achbinico (incorporada hoy al conjunto de Ermita y Cueva de San Blas, a unos 400 metros de la Basílica) situada junto al mar.
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Aquí la encontraron los castellanos. Y ése fue el primer Santuario de la Virgen en Tenerife.

basilica de la candelaria

En esta cueva los guanches dieron culto a dicha imagen mariana, bajo nombre de diosa Chaxiraxi, hasta que más tarde fue reconocida como la Virgen María.

Tiene la categoría de Bien de Interés Cultural, integrada en el Santuario de Candelaria.

Se trata de una cueva alargada y profunda, su techo tiene forma de cúpula y está ubicada en la orilla del mar.

Sus medidas son de 14 metros de largo por 6 de ancho y 5 de altura.

En la actualidad, en el exterior tiene una obra de mampostería que le da forma de ermita.

En una de las paredes de la cueva hay un cuadro que explica la historia del traslado de la Virgen.

En la parte inferior del cuadro hay un texto que dice textualmente:

Por consejo de Antón Guanche, paje de Hernán Peraza, traslada el Mencey Acaymo de Güimar la Sta. Imagen de Ntra. Sra. de la Candelaria, desde su Palacio de Chinguaro, a esta Cueva de Achbinico.

En esta cueva fue donde los mismos guanches colocaron la Sagrada Imagen.

Cuando fue trasladada y colocada en dicha cueva hubo fiestas populares, esto fue en el año 1446.

El año 1526, el día 2 de febrero, se traslada la Virgen desde la cueva a su nueva ermita sobre la que posteriormente se construyó la Basílica de Candelaria a unos pocos metros de la cueva.
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En dicha cueva está ahora también una imagen de San Blas, que fue colocada ahí en 1530.
.
A partir de aquí la cueva denominada de Achbinico cambia de nombre y pasa a llamarse Cueva de San Blas, nombre que conserva todavía, (aunque también aún continúa usándose el nombre de Cueva de Achbinico).

En el interior de la cueva hay también una réplica en bronce de la imagen original de la Virgen de Candelaria.

La Cueva de Achbinico tiene una gran importancia no solo religiosa, sino también histórica, pues en ella fueron bautizados los guanches, la pila original con la que fueron bautizados aún se conserva en el camarín de la basílica.

A partir del traslado de la Imagen a la Cueva de Achbinico, y en las proximidades de la Cueva fue surgiendo un poblado que tomó el nombre de la Virgen, llamándose así Candelaria.

De esta forma, se estableció un estrecho vinculo entre la Imagen y el lugar, que quedaron indisolublemente unidos hasta el punto de ser Ella, sencillamente, la Virgen de Candelaria.

Pocos años después, en 1526, se levanta una capilla, en las proximidades de la Cueva, y en ella es instalada la Imagen.

En 1530 el Obispo de Canarias Don Luis Cabeza de Vaca entrega la Imagen y la Capilla a la Orden de Santo Domingo, los Frailes Predicadores o Dominicos.

El Cabildo de Tenerife confirmó cuatro años después esta entrega, y lo mismo hicieron sucesivamente la Reina de Castilla y el Romano Pontífice, quedando así unidos los Dominicos y la Virgen de Candelaria.

Hasta el punto de que en el momento de adquirir autonomía respecto a los Frailes de Andalucía, los dominicos canarios fueron agrupados bajo la denominación de Provincia de Santa María de la Candelaria.

En la segunda mitad del siglo XVII, el Obispo de Canarias Don Bartolomé García Jiménez promovió la construcción de un nuevo edificio en el que alojar la Imagen.

Ese Santuario fue levantado en el mismo emplazamiento en que se encuentra el actual.

Era también un edificio amplio, de tres naves.

Pero este templo fue pasto de las llamas el 15 de febrero de 1789, ardiendo juntamente la iglesia y el convento de los frailes.

La Imagen pudo ser salvada del fuego y trasladada a la Cueva de San Blas, lo que fue la ocasión para que el primitivo recinto de la cueva de Achbinico fuera ampliado con la construcción de una capilla adosada con la que vino a formar un solo cuerpo.

Inmediatamente después, los frailes emprendieron la reconstrucción del convento y del Santuario.

Finalizada la obra del convento habilitaron un ala del mismo para templo provisional, y trasladaron la Imagen en 1803, hasta que el nuevo Santuario estuviera concluido.

En 1836 los dominicos tuvieron que abandonar Candelaria, dejando sin concluir la obra del Santuario.

La Imagen permaneció en el templo provisional donde habla sido instalada en 1803, y esta provisionalidad duró más de un siglo.

De modo que ese espacio sagrado fue recibiendo los elementos decorativos de un templo definitivo, mientras los muros y las columnas de la Iglesia permanecían sin rematar.

El 9 de julio de 1922 vuelven los Dominicos a Candelaria, toman posesión nuevamente de la Iglesia y del convento, devueltos por el Obispo Don Gabriel Llompart i Jaume, y reanudan las obras abandonadas casi un siglo antes.

A los pocos años, y queriendo evitar los riesgos de temporales, se quiso edificar el Santuario en lo alto del risco de la Magdalena, según planos del arquitecto Aliot.

Pero este proyecto fue abandonado muy pronto, reasumiéndose el emplazamiento inicial, junto al convento, según planos del arquitecto Don Eladio Laredo, que aprovechó lo edificado por los frailes antes de la exclaustración.

Pero los acontecimientos de 1936 hicieron detener nuevamente las obras.

Por fin, el llamamiento del nuevo Obispo de Tenerife, Don Domingo Pérez Cáceres, en 1948, encuentra eco en la sociedad tinerfeña, que acomete la finalización de la obra del Santuario, con un nuevo arquitecto, Don Enrique Marrero Regalado, en un esfuerzo mancomunado de los responsables eclesiásticos Obispos y Dominicos) y civiles (Cabildo y Ayuntamiento).

Que tiene su culminación el 1 de febrero de 1959, día en que el Nuncio de S. S. Mons. Ildebrando Antoniutti consagra el nuevo edificio, al que es trasladada la Imagen el día de su fiesta litúrgica, el 2 de febrero de 1959, casi ciento ochenta años después del incendio que destruyera su anterior Santuario.

 

LAS FIESTAS

El 2 de febrero y el 15 de agosto se celebran las dos fiestas de la Virgen de Candelaria, siendo la del 2 de febrero una continuación de la tributada por los conquistadores en 1496.

Y la del 15 de agosto se llamaba de los naturales, porque se costeaba con las limosnas del pueblo y se conmemora ese día la Asunción de la Virgen donde se recuerda la aparición de ésta a los guanches.

Candelaria-Tenerife-fiesta

En la actualidad se ha hecho un mito la peregrinación desde todos los puntos de la isla -el día 14 de agosto- hacia la Basílica de Candelaria.

Donde se le hace acto de veneración a la Virgen y donde también en la plaza se realizan actos culturales y folclóricos propios de las islas.

La Caminata a Candelaria o Peregrinación a Candelaria, es una marcha que se realiza cada año en la noche del 14 al 15 de agosto en Tenerife.
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Y es uno de los acontecimientos que goza de mayor popularidad en las Islas Canarias.

Fray Alonso de Espinosa (1594) menciona que la Cueva de Achbinico o de San Blas (situada en Candelaria) era un lugar de peregrinación entre los guanches de Tenerife, para venerar a la Diosa Madre Chaxiraxi.

Según Espinosa esta peregrinación y fiesta guanche se celebraba durante la luna de agosto o Beñesmer.

La fiesta del Beñesmer era una festividad del calendario agrícola de los guanches que se celebraba después de la recogida de las cosechas dedicada a Chaxiraxi (el 15 de agosto).

En esta fiesta los guanches compartían leche, gofio, carne de cabra u oveja (alimentos bien preciados para los guanches).

Muchos investigadores suponen que la peregrinación o caminata anual a la basílica de la Virgen de Candelaria (Patrona de Canarias), es un vestigio de la fiesta aborigen del Beñesmen.

Actualmente, los peregrinos en general suelen salir de sus localidades o pueblos o bien desde la capital Santa Cruz de Tenerife o de La Laguna.

Mucha gente del norte de la isla también se dan cita en esta tradición, pero las gentes del norte por lo general suelen salir tres días antes del día 15, para poder llegar a la Villa Mariana de Candelaria ese día, que es el día principal de la fiesta.

Los que salen del norte caminan por los montes del norte de la isla y pernoctan en acampadas, para a la salida del sol seguir su recorrido.

Por lo general la mayor parte del camino de los peregrinos que vienen del noreste de la isla (la capital y La Laguna sobre todo) es la llamada «carretera vieja», que se encuentra sobre la autopista Tenerife Sur.

Recientemente se lleva a cabo la «organización de la ruta de peregrinación a Candelaria por el antiguo Camino Real o Camino Viejo», el cual comunicaba La Laguna con la Villa Mariana.

Los municipios de El Sauzal, Tacoronte, Tegueste, La Laguna, El Rosario, La Victoria y La Matanza, se sumaron a esta iniciativa, y como es lógico, el municipio de Candelaria.

Los peregrinos que llegan desde otras islas o de la Península Ibérica, suelen llegar en barco o en avión a la isla, y por lo general suelen salir desde Santa Cruz de Tenerife la capital.

Uno de los asuntos que más llaman la atención a los fieles es el ritual secreto de vestición de la virgen, ya que en las fechas cercanas al 2 de febrero y al 15 de agosto, la imagen es bajada en secreto del camarín hasta colocarla en un trono procesional repujado en plata, donde se la reviste con los mantos de festejos.

De esta labor se encargan una cuadrilla de voluntarios y los frailes, todos ellos hombres, algo muy peculiar cuando lo habitual es que las imágenes marianas cuenten con una corte de camareras.

La imagen se carga a mano al trono, donde se la viste y se le colocan las numerosas joyas, fruto de donaciones.

Este «ritual» de vestición de la virgen también se efectúa durante todo el año, en la que se le cambia el color de los mantos conforme a los tiempos litúrgicos.

 

LOS TRASLADOS DE LA VIRGEN

Según apuntan diversos cronistas, desde 1562 a 1771, la imagen de la Virgen de Candelaria ha visitado distintos municipios de la isla de Tenerife en más de 29 ocasiones.

En 1582, la Virgen de Candelaria fue trasladada al municipio y ciudad de La Laguna como rogativa y protectora por las epidemias.

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Durante el siglo XX, la actual imagen ha salido de su Santuario en cuatro ocasiones: en 1939 a Santa Cruz de Tenerife y a La Laguna, con motivo de las fiestas de La Victoria.

En 1964, en comunión y solidaridad con la Diócesis, recorrió cada rincón de Tenerife con el fin de recaudar fondos para la construcción del Seminario Diocesano.

Con motivo del V Centenario de la ciudad, en 1994 se trasladó, nuevamente, a la capital tinerfeña y, en 1997, hacia La Laguna al conmemorarse el V Centenario de la Fundación de la ciudad.

En octubre de 1994 permaneció casi dos semanas en la Iglesia Parroquia de San Francisco de Asís en pleno corazón de Santa Cruz.

Fue nombrada Alcaldesa Honoraria del municipio capitalino y ciudad de Santa Cruz de Tenerife y recibió la Medalla de Oro de la isla, concedida por el Cabildo Insular.

También en ese año fue nombrada Alcaldesa Honoraria y Perpetua de la Villa de Candelaria.13 Después, en abril de 1997, la virgen volvió a salir de su basílica, esta vez para ir hasta la ciudad y el municipio de San Cristóbal de La Laguna, donde se hospedó en la Catedral de La Laguna, también se encontró con la imagen del Santísimo Cristo de La Laguna, como ya se había encontrado en 1964.

También el 22 de mayo de 2009 se encontró la Virgen de Candelaria con el Cristo de La Laguna.

Con el cambio de siglo, la visita de la Virgen de Candelaria a Santa Cruz de Tenerife y a San Cristóbal de La Laguna, fue instituida mediante decreto por el Obispo, Felipe Fernández, el 15 de agosto de 2001.

En el mismo se fija “una Visita periódica de la Virgen de Candelaria a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife y a la ciudad de San Cristóbal de La Laguna cada siete años, alternativamente, comenzando por el traslado de la venerable Imagen a Santa Cruz en 2002 y continuando por el traslado de la misma Imagen a San Cristóbal de La Laguna en 2009, y así sucesiva y alternativamente.”

En 2002, la imagen de la virgen se hospedó en la Iglesia Matriz de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife.

Y en 2009 en la Iglesia de la Concepción de La Laguna, ya que la Catedral de La Laguna estaba en obras de rehabilitación.

Cuando la Virgen es trasladada a Santa Cruz de Tenerife o a La Laguna usa el llamado trono-móvil o «Yaya-móvil» como es conocido popularmente, ese transporte para grandes recorridos tiene una urna de metacrilato que protege la imagen.
.
La primera vez que estrenó este trono fue en el año 2002, año en que la Virgen de Candelaria se trasladó a Santa Cruz de Tenerife.

Cada año que la imagen es trasladada suele crearse un cartel anunciatorio de dicho evento (al igual que todos los años en sus fiestas patronales).

En el año 2002 (cuando se trasladó a Santa Cruz), el cartel fue una foto de la virgen de perfil con el manto verde esperanza, el fondo del cartel de color violeta y encima de la corona de la virgen el lema: María peregrina en la fe.

En 2009 (traslado a La Laguna), el cartel fue una imagen de la mitad superior de la Virgen, con un manto rosado o salmón, y detrás de ella la famosa Torre de la Concepción de La Laguna, sobre fondo apergaminado de color marrón.

El lema escogido para este año es, María, vida y esperanza nuestra. Asimismo, en la parte inferior también se recoge una imagen del campanario de la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria con las fechas del 50º Aniversario de su consagración.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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A la Virgen de la Candelaria DEVOCIONES Y ORACIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA

Oraciones a la Virgen de la Candelaria

La fiesta de la Candelaria o de la Luz tuvo su origen en el Oriente con el nombre del «Encuentro», posteriormente se extendió al Occidente en el siglo VI, llegando a celebrarse en Roma con un carácter penitencial.

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Su fiesta se celebra, según el calendario o santoral católico, el 2 de febrero en recuerdo al pasaje bíblico de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén (Lc 2;22-39) y la purificación de la Virgen María después del parto, para cumplir la prescripción de la Ley del Antiguo Testamento (Lev 12;1-8).

 

ORACIÓN

Virgen de Candelaria, madre de Dios y madre nuestra,
Patrona de Canarias.

Con toda la devoción y
confianza, que un hijo pone en su madre, quiero ofrecerte,
hoy, mi persona, mis cosas y mi vida entera.

Acéptalas, madre mía.

Te pido protección para aquellos hijos tuyos,
que por circunstancias de la vida, se encuentran fuera de sus
hogares, y desde lejos te invocan con sincero corazón.

Dulce Virgen de Candelaria, consuelo de los afligidos y
Reina de los hogares cristianos: derrama tu gracia sobre nosotros
y sobre nuestras familias: y haz, que sin olvidarnos de Ti, tengamos
siempre, salud y paz. AMEN.

 

ORACIÓN ANTE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

VIRGEN MARÍA DE CANDELARIA. Contigo elevo a Dios, omnipotente y misericordioso, un himno de alabanza y agradecimiento, un himno de gozo y alegría, pues grandes cosas ha obrado el Señor por medio tuyo, clemente y piadosa Virgen María, a favor de nuestro pueblo canario.

VIRGEN MARÍA DE CANDELARIA, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, confiado en tu protección, te encomiendo nuestra Iglesia Diocesana de San Cristóbal de La Laguna, que peregrina en Tenerife, La Palma, La Gomera y el Hierro.

Reina de los Apóstoles, tu que estuviste junto a los Apóstoles de tu Hijo y cuidaste de ellos; ahora que he sido constituido sucesor de los apóstoles, y que comienzo la misión apostólica como obispo de la Iglesia de Cristo, asísteme y protégeme, a mi y a todos los sacerdotes que conmigo forman el presbiterio diocesano, y a todos los religiosos, religiosas y seglares que trabajan en tantos y tan variados campos de nuestra Iglesia Diocesana.

Tú, que por tu mismo divino Hijo, en el momento de su muerte redentora, fuiste presentada como Madre al discípulo predilecto, acuérdate del pueblo cristiano que en ti confía y que te invoca asiduamente. Acuérdate de todos tus hijos: avala sus preces ante Dios, conserva sólida su fe, fortifica su esperanza, aumenta su caridad.

Acuérdate, especialmente, de aquellos que viven en la tribulación y el sufrimiento, de los que padecen hambre o cualquier otra necesidad fundamental para vivir dignamente, de los que padecen enfermedad, de los que no tienen trabajo, de los emigrantes, sobre todos lo que viven entre nosotros, de los que son perseguidos por su fe, de los que están en las cárceles… para todos ellos Virgen Piadosa y Clemente solicita el don de la fortaleza para sobrellevar su cruz y acelera con tu intercesión el ansiado día en que puedan verse libres de todo mal.

Y, a todos, Virgen Santísima, concédenos un corazón sensible para que no seamos indiferentes, ni pasemos de largo, ante el sufrimiento de los demás, sino que, como el Buen Samaritano, tendamos nuestras manos y seamos siempre médico para los enfermos, pan para los hambrientos, agua para los sedientos, compañía para los que están solos, abrigo para los que tienen frío… en fin ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido.

¡Ave María Purísima! ¡Sin pecado concebida! Tú que eres templo de luz sin sombra y sin mancha, intercede ante tu Hijo, mediador de nuestra reconciliación con el Padre, para que sea misericordioso con nuestras faltas y debilidades, para que nos conceda la gracia de un sincero arrepentimiento de nuestros pecados y la firme voluntad de guardar sus mandamientos; que aleje de nosotros la desidia y la apatía, dando a nuestras almas la alegría de amar.

VIRGEN MARÍA, a ti, que eres “Madre del Buen Consejo”, te pido que intercedas por mí, ante tu hijo, el “Consejero Admirable”, para que a lo largo del ministerio episcopal que acabo de comenzar, no deje de asistirme con el don del Espíritu Santo, especialmente con el “Espíritu de Consejo”, para que, libre de la precipitación, del error y de la presunción, me haga conocer lo que agrada a Dios y me guíe en mis decisiones y tareas al servicio de esta Iglesia Diocesana.

Finalmente, encomiendo a tu Corazón Inmaculado, ¡oh! Virgen Gloriosa y Bendita, a todos los hombres y mujeres del mundo: con tu amor materno condúcelos al conocimiento del único y verdadero salvador, Cristo Jesús; líbranos a todos de la esclavitud del pecado, concede a todo el mundo la paz en la verdad, en la justicia, en la libertad y en el amor.

Con las mismas palabras que me enseñó mi madre desde pequeño: “A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón, mírame con compasión, no me dejes madre mía”.

AMÉN

† Bernardo Álvarez Afonso Obispo Nivariense

 

HIMNO A LA VIRGEN DE CANDELARIA

Salve, salve,Virgen morenita,
Dulce Madre del Divino Amor,
clara estrella de esperanza nuestra,
luz que irradia del eterno Sol.

De Canarias la Patrona excelsa
nuestras islas con fervor te aclaman,
y admirando tu piadoso influjo,
Madre y Reina con amor te llaman.

Tu candela nos alumbra y guía
por la senda de la fe más alta,
como un faro que señala al mundo
los caminos de la Eterna Patria.

Templo abierto diéronte las cumbres
y de arena bello el ser la playa,
blanco perla tus dosel las nubes
y su arrullo las marina aguas.

Candelaria, pueblo venturoso,
relicario de tu imagen santa,
horno y centro del amor isleño,
cuna y fuente de la fe canaria.

 

ORACIÓN A LA VIRGEN DE LA CANDELARIA

Virgen de la Candelaria,
Madre de los mineros y del pueblo de Atacama,
a Ti venimos con la confianza y sencillez de hijos.
A Ti llegamos con nuestras angustias y esperanzas,
con nuestras penas y alegrías,
con las fatigas del trabajo y el peso de nuestros pecados;
con todo lo que somos y tenemos.

Virgen de la Candelaria,
Tú eres la primera portadora de la Luz, que es Cristo;
Tú eres nuestra Madre;
Tú nos reúnes junto a Cristo Salvador;
Tú eres nuestra esperanza, consuelo y gozo;
Tú nos acompañas en la ciudad, el desierto, los valles, las minas y el mar;
Tú eres nuestra estrella en el camino hacia el Padre;
Tú, nuestra huella para encontrar a Jesús.

Virgen de la Candelaria, Virgen Madre de Dios,
escucha nuestros ruegos, bendice nuestros hogares,
alcánzanos trabajo y salud;
enséñanos a escuchar la palabra de tu Hijo
y a vivirla cada día,
para que dóciles al Espíritu Santo,
sepamos construir una Nación de hermanos
y una Iglesia servidora
en nuestra tierra de Atacama. Amén.

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Virgen de la Candelaria de Tlacotalpan, Mexico ( 2 de febrero)

La devoción por la «Virgen de la Candelaria» en Tlacotalpan fue traida por los primeros frailes de la Orden de San Juan de Dios de España.

Los festejos de la patrona de los tlacotalpeños datan desde finales del siglo XIX. La «Virgen de La Candelaria» era paseada por el río, con la finalidad de que los pescadores (quienes la adoptaron como su patrona) tuvieran abundante pesca durante el año; costumbre ancestral que se conserva hasta la fecha.

…VER VIDEOS…

Tlacotalpan es la cabecera del municipio del mismo nombre y pertenece al estado de Veracruz. Está ubicado en la margen izquierda del río Papaloapan. Dista unos 100 kilómetros del puerto de Veracruz.

Tlacotalpan es una bella ciudad que cuenta con una interesante y larga historia, ligada estrechamente al desarrollo de la región sur de Veracruz.

Hacia los inicios del siglo XVI, la zona donde se ubica dicha población, fue denominada como Sotavento, término que era muy común utilizar en aquel entonces, para aludir al sentido direccional y climático del lugar, con respecto a la costa.

Su existencia prehispánica se encuentra relacionada con un cacicazgo indígena. Los nativos del lugar le dieron el nombre que hasta hoy conserva y cuyo significado en náhuatl es «en mitad de la tierra» aludiendo al vasto terreno dividido por el agua del «Río de las Mariposas» o «Papaloapan».

 

LA DEVOCIÓN

La devoción por la «Virgen de la Candelaria» es, en Tlacotalpan, muy antigua y, según las versiones más autorizadas, fue traída por la orden de los juaninos a principios del siglo XVII.

Esta imagen, que llegara con los primeros frailes de la Orden de San Juan de Dios de España, es venerada y festejada el día 2 de febrero.

La imagen es introducida con la intención de convertir a los antiguos habitantes de la región al cristianismo, sustituyendo a la deidad prehispánica de la fertilidad que, coincidentemente, era venerada en las mismas fechas y a la que le rendían tributo para obtener beneficios de la tierra, como eran: buenas cosechas, abundancia de peces y buena temporada en general.

Los habitantes estaban acostumbrados a las tormentas que azotaban la entonces isla de Tlacotalpan, por los fuertes vientos septentrionales, llamados «nortes» por los veracruzanos. Del 31 de enero hasta el 2 de febrero, la población se transforma, se adueñan del lugar la risa y la diversión, los sones y las coplas, el fandango, el zapateado.

 

LA CANDELARIA

Animado por la perspectiva y, para cumplir con el apartado sexto de las Leyes de Indias, el cual mandaba edificar iglesias en las cabeceras de las poblaciones indígenas a costa de ellos y de los encomenderos, a fin de instruirlos en la religión católica, concedió a los indígenas el uso gratuito de los terrenos de Tlacotalpan a condición de que se levantara una capilla donde se venerara a «Nuestra Señora de la Candelaria» la que, provisionalmente, quedaría dependiente del curato de Alvarado en tanto no se estableciera una parroquia en el lugar.

Es, desde esta época, que la ciudad quedaría unida a la celebración de la «Virgen de la Candelaria».

En virtud de tal acontecimiento, se instalaron en Tlacotalpan, grupos indígenas procedentes de Amatlán y de otros pueblos, con lo cual se llegó a formar un asentamiento importante, además de que con ello se lograba, para Tlacotalpan, el título de «Pueblo». Este acontecimiento señalaba, también, el inicio de las primeras edificaciones procedentes de la época virreinal y realizada básicamente de madera.

 

LA FIESTA

Los festejos de «la Candelaria» datan del siglo XIX. En el bello puerto de Tlacotalpan se celebra cada año, en el mes de febrero, a esta advocación.

La fiesta de «la Candelaria» es el resultado de un proceso de aculturación. La festividad en sí, es una celebración a la luz. Por un lado, el pueblo Totonaca dominado por los Aztecas, celebrando las fiestas a Tonatiuh (Sol = luz); por otro lado, la celebración de la Iglesia Católica de la «Presentación del Niño Jesús» (la Luz del Mundo, la Luz Salvadora) en el templo de Dios. Sustituida por la segunda y/o semifusionadas, dieron origen a la fiesta de «la Candelaria» o candela (candela = luz).

La fiestas de «la Candelaria» se llevan a cabo durante el mes de febrero (del 1 al 5). Además de las raíces religiosas de donde viene su origen, también se celebra la feria tradicional donde se designa a una joven del municipio como la representante de la feria, la reina de la Candelaria; del mismo modo, simultáneamente, se celebra la exposición agrícola-ganadera, donde se muestra la riqueza de la producción agropecuaria del municipio.

 

LA FESTIVIDAD – Mezcla de lo profano y lo religioso

Los festejos de la patrona de los tlacotalpeños datan desde finales del siglo XIX. La «Virgen de La Candelaria» era paseada por el río, con la finalidad de que los pescadores (quienes la adoptaron como su patrona) tuvieran abundante pesca durante el año; costumbre ancestral que se conserva hasta la fecha.

La feria comienza el día 31 de enero, con una fastuosa cabalgata, en donde participan más de 600 personas, a cuyo frente se encuentra una capitana, una teniente y la coronela. A ellas se unen bonitas chicas de la localidad y apuestos mozos, niños y adultos, todos ataviados con regios trajes jarochos. En estas fiestas, salen a relucir las hermosas joyas de la familia: collares y pendientes de brillantes, esmeraldas, abanicos y peinetas de carey.

El recorrido comprende las calles principales de la ciudad; anteriormente, los acompañaba una banda de música, con instrumentos de viento; actualmente es la banda de la Escuela Naval «Antón Lizardo» quien escolta la comitiva.

El 1ro de febrero es el día dedicado a los toros, iniciado con el embalse: los toros atraviesan el río, acompañados por miles de personas que viajan en canoas, piraguas y cayucos. Ya en tierra los sueltan, realizando una especie de pamplonada («San Fermín» – España).

Los festejos del día 2 se inician con “las mañanitas” a la patrona del lugar; aquí se reúne gente de la localidad, con pueblos aledaños.

Desde las primeras horas de la tarde repican las campanas para que, en punto de las 3 de la tarde, se inicie el paseo de la Virgen en un chalán por el «Río de las Mariposas» (o «Papaloapan»). A esta procesión la preside el señor arzobispo del puerto de Veracruz, además de asociaciones y cofradías, entre otras, quienes le van entonando hermosos temas.

Hay que destacar el ambiente festivo de la gente de Sotavento el cual queda de manifiesto en el encuentro de jaraneros, que se inicia el día 31, teniendo como marco la «Plazuela de doña Martha» (un parque estilo morisco), además de las mojigangas y el fandango, en el que participan todas las personas que lo desean, durante el gran ambiente que se dá durante toda la noche.

En Tlacotalpan la gente se viste de rojo, se sube en lanchas y «toma por los cuernos al toro» para cruzarlo a nado mientras, en la otra orilla del río, los hombres se montan a caballo y aguardan impacientes su llegada.

En las celebraciones patronales del «Día de la Candelaria», la religión preside a la fiesta porque, en Tlacotalpan, primero está la diversión y el trago y después, lo espiritual y el recogimiento.

«Que ahí viene el toro», «que me suelten al torito que aquí lo espero» y «Ajá» dicen las playeras fajadas en ajustados pantalones de mezclilla. También hay blusas ombligueras, pero rojas; amplios escotes, pero rojos; camisas vaqueras pero rojas; y mujeres de carnosos labios, pero rojos…

De Jalapa, Alvarado, Cosamaloapan, Córdoba y el Puerto; de Puebla la Perla del Golfo, Tierra Blanca y hasta chilangos, todos los visitantes se encuentran en Tlacotalpan un espacio perfecto para tomar un «torito» y reír entre amigos a carcajadas. Desde el mediodía en esta ciudad los hombres ya tienen las manos llenas: en la izquierda, la caguama y, en la derecha, una mujer…

Aquí, la música tropical en una bocina; más allá, los grupos norteños en la puerta de un restaurante, y los niños subidos en las improvisadas cercas que protegen del toro a los locales y los valientes que ya lo esperan.

Y las bellas que con un «usted nomás, no se me suelte, mi reina» se sienten protegidas, y los latidos de emoción de toda la concurrencia porque ya no tarda el toro. El animal, casi ahogado, llegando a la orilla.

Son seis los toros a los que el agua les ha quitado lo bravo en la pamplonada tlacotalpeña… El animal se ha vuelto manso, mientras el hombre se convierte en bestia… Si el toro no corre con una cuerda atada al cuello, lo jalan; si no se de vueltas a mirarte, basta con vaciarse una cerveza…

En Tlacotalpan importa poco si el toro quiere andar suelto por el adoquín; para sus seguidores es más divertido verlo caer, una y otra vez, en la Plaza Zaragoza y corear su carrera entre mares de gritos y gente.

Con tres horas de carrera, el valiente lo es más… no importa que le quiten al toro si el «torito» le dura para no acabar la fiesta. ¡Qué más da, si de regreso al toro se llevan!… En Tlacotalpan las manos se vuelven a llenar porque el cuerpo aguanta mucho y, montado a caballo, más. Después de todo, la noche es larga y aún falta un disparo para terminar…

Las tiendas y puestos ambulantes se disputan el espacio en la calle principal; se improvisan tablados en la Plaza Hidalgo, en la Plaza de Doña Martha, en la de San Miguel y Nicolás Bravo.

En la festividad religiosa, los juegos pirotécnicos también son fundamentales, sobre todo el 2 de febrero, cuando se encamina la Virgen hacia el muelle. Durante el paseo, Ella habrá de bendecir el puerto y amainar la bravura del Papaloapan para que, en el futuro, no cause inundaciones.

Esta fiesta ha cobrado tal celebridad que, año con año, asiste una multitud cada vez mayor. Las hileras de carros se estacionan a muchos kilómetros de la ciudad y los hoteles son insuficientes, por lo que la gente prácticamente no duerme durante varios días.

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Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa, Cuba ( 2 de febrero)

La Virgen de la Popa de Trinidad, en Cuba, es un imagen milagrosa protectora de los marinos. Son cientos los ex votos y leyendas que relatan las paredes de su ermita.

Se historia que la Virgen apareció en el “Cerro de la Popa” sobre dos piedras de imán, surgiendo de las profundidades de una caverna que pasa por donde, actualmente, se encuentra el Altar Mayor de la Ermita.

Antiguamente era frecuente ver penitentes subir de rodillas en empinado camino a la ermita de la Popa, pero esta advocación ha perdido su relumbre de antaño…La «Isla Verde», situada a 145 Km. (90 millas) al sur de la península de Florida, con sus 105.007 kilómetros cuadrados, se trata de la mayor de las islas del Caribe. Junto con la Isla de la Juventud y otros muchos islotes y cayos, constituye la República de Cuba. La isla es conocida en todo el mundo por su clima, sus playas, su música, su ron, su tabaco, su café, etc.

La población es una mezcla de los descendientes de los antiguos españoles y de los esclavos traídos de África, junto con algunos hindúes y chinos llegados a finales del siglo XIX y principios de siglo XX. En su conjunto, se trata de una población multicolor.

 

TRINIDAD DE CUBA

El Municipio de Trinidad es uno de los treinta y dos municipios en la provincia de Las Villas. Situado este municipio al sur de la provincia, limita por el este, con el de Sancti Spíritus; al norte, con el de Fomento; y al oeste, con el de Cienfuegos; y al sur, sus costas son bañadas por el Mar Caribe. Su territorio cubre una superficie de 1,467 kilómetros cuadrados.

Ubicada en la central provincia de Sancti Spiritus, la antaño conocida como “Villa de la Santísima Trinidad” tuvo su origen hacia el 1514, para colocarse entre las siete primeras villas fundadas por los españoles en el archipiélago cubano.

También llamada la “Ciudad Museo” de Cuba, tiene el privilegio de ser una de las localidades coloniales del país y califica además entre los conjuntos arquitectónicos más completos y conservados del continente americano.,

Declarada “Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO en 1988 y ruta obligada hacia la conquista de nuevos territorios, se asentó junto a las márgenes del río Guaurabo, donde los españoles encontraron una población aborigen utilizada como mano de obra, tierras fértiles y excelentes puertos para la preparación de expediciones.

Verdadero tesoro de las más diversas riquezas, la villa extendió sus límites en el siglo XVI apoyada en la incipiente industria azucarera, para crecer como un núcleo urbano entre rejas de singulares formas, llamativas edificaciones y calles empedradas.

Cuenta la historia que el sitio escogido por el Adelantado Diego Velásquez para la fundación está donde se localiza actualmente el Parque Martí, con la primera misa a la sombra de un jigüe y a cargo del padre Fray Bartolomé de las Casas.

Casonas coloniales, amplias, cómodas y ventiladas, palacios donde el lujo y el derroche hicieron de las suyas para integrarse al arte colonial cubano, convierten a Trinidad en una indiscutible joya urbanística y arquitectónica de antaño. El signo decorativo característico de las viviendas de la ciudad tiene su base en la ornamentación neoclásica, reflejada en murales, molduras, marcos de madera y en las caprichosas formas que los forjadores del hierro lograron imprimirle, para que se convirtiera en uno de los mayores encantos de la ciudad.

 

LA POPA

Pueblo donde se encuentra la “Ermita de Nuestra Señora de la Candelaria de la Popa”. Fue localidad de un antiguo hospital militar español. Se encuentra al norte de Trinidad.

Todos pueden contemplar, desde la cuesta de “La Popa», un panorama magnífico de la ciudad que se extiende, hacia un lado, por las cordilleras que corona el Potrerillo, y, por otro, termina en la cinta de purísimo azul del mar antillano. Pero, pocos se detienen a conocer, a escudriñar en los anales de las interesantes tradiciones trinitarias los acontecimientos sobrenaturales que forman de “la Popa» algo como una “Gruta de Lourdes” o “Santuario de la Caridad del Cobre”, la virgencita amada del pueblo cubano.

Muy vieja es la construcción primitiva de la Ermita; puede decirse que se remonta al primer cuarto del siglo XVIII. El dato más antiguo que puede citarse es una disposición testamentaria de Don Joseph Carvaxal, del 28 de enero de 1740, ante el Escribano Don Tomás de Herrera, Archivo Notarial del Dr. Francisco Fernández Quevedo. En enero de 1740, ya estaba abierta al culto la iglesia de “Nuestra Señora de la Popa”, nombrada “Ermita de la Caridad”, como puede comprobarse por documentos oficiales relativos a la, fundación del Hospital de Caridad, que se llamó de San Juan de Dios

 

ALGUNOS MILAGROS DE LA VIRGEN

Nativos de la ciudad y forasteros visitan, ansiosos de alguna nueva emoción, la “Ermita de la Popa”. Admiran las cosas antiguas, con más o menos interés, según la cultura que se posee; tal vez, pasen de largo por ante un cuadrito que encierra una historia, brillante página del pasado que, de manera tan emotiva, se va desentrañando.

En el ángulo superior aparece la imagen de la Virgen entre nubes tempestuosas; y en el cuadrito, no obra de arte, pero si de devoción admirable, se destaca un barquichuelo o falucho que parece irse a pique, mientras luchan con las frágiles velas, azorados, en actitud de angustia, tres pobres tripulantes.

Al pie del cuadro, en caracteres de letra estilo español de la época, se lee «El dia 28 de diciembre de 1766, abiendo salido del Vallamo el patrón Lorenzo Vazarra, con una carga de tabaco de su Majestad, para el Vatabanó, enfrente del Río Hondo le abrieron los Ratones al Varco dos abujeros, y, biendo que seiban apique, acudimos al helugio de la Virgen de la popa i permitió qe. se taparan de polsi los abujeros y salinos sin perder arvarmamento».

Así, textualmente, cumplieron con la “Virgen de la Popa”, la milagrosa Virgen del mar, los marineros salvados. Esto sucedió en 1766, época en que la “Ermita de Nuestra Señora de la Popa” se llamaba “de la Caridad”, y a ella acudían a cumplir ofrendas, a orar ante la imagen bendita, los marinos que arribaban a esos puertos. Entre la gente de mar, la fama de la “Virgen de la Popa” corría de boca en boca. La imagen, en aquella época, era muy parecida a la de la “Caridad del Cobre”; de pequeño tamaño.

Hubo hechos prodigiosos acaecidos en «la Popa» entre ellos, la incorruptibilidad del agua de los floreros de “San Blas” y sus virtudes curativas.

Una versión tradicional relata que, un piloto malagueño, nombrado Juan de España, en mares lejanos, naufragó yendo en una embarcación nombrada “La Popa” y que, teniendo, a bordo, una imagen de la “Virgen de la Candelaria”, a ella se encomendó, y, salvado milagrosamente, acudió con ofrendas ante la “Virgen de La Popa» rendirle el homenaje de su gratitud.

Las primitivas noticias tradicionales aseguran que la Virgen apareció, allí, en el “Cerro de la Popa” sobre dos piedras de imán, surgiendo de las profundidades de una caverna que pasa por donde, actualmente, se encuentra el Altar Mayor de la Ermita. Vecinos piadosos erigieron, en la forma rústica primitiva, dicha ermita, con noticias, ya, de la aparición ocurrida en la bahía de Nipe.

Desde el mar costeño se divisaba la ermita y a ella dirigían sus ojos los marinos o viajeros en trances de naufragios, muchos de ellos ocurridos en estas costas (como lo refieren los primitivos historiadores de Indias) pues los barquichuelos eran frágiles y los pilotos improvisados la mayoría de las veces y, el paso de nuestras costas en ciertos lugares, muy tormentoso. No es difícil comprender el culto que la gente de mar profesó a la “Virgen de la Popa” y las ofrendas que se le rendían.

Seguramente, el eco de los toques de las campanitas llegara hasta los marineros en peligro, y fuera como una voz salvadora de aliento y esperanza; y, al retornar de los mares borrascosos, subirían la cuesta y doblarían la rodilla, ante la “Virgen del Mar”.

Así, entre infinidad de casos, sucedió por el año 1785, a cuatro jóvenes trinitarios de los que más visitaban los puertos de Nueva Granada, traficando con objetos de arte y piedras preciosas. En esa época era puerto habilitado el del Guaurabo y se hacían los viajes, muy arriesgados y largos, en los frágiles barcos llamados de Frasquito.

Esos jóvenes, hijos de la tradición, que iban en aire de aventuras, alejándose de las costas de Cuba e internándose en el Golfo de Darién, eran parientes. Se llamaban Marcos Nicado de Figueroa, Felipe Ramírez Naranjo y Salvador Pacheco de León que, en época en que a menudo eran arrasadas las embarcaciones por las furias de las tormentas, se vieron en una noche borrascosa, y con la visión dantesca del naufragio, al regresar, llenos de entusiasmo y cargados de valiosas mercaderías y, notando que sus esfuerzos eran inútiles, que el poder irresistible del mar airado los vencía y que todas sus ansias de gloria y riqueza iban a tener por tumba las olas embravecidas, no lejos de la costa, en la desembocadura del Río Hondo, en el litoral, al Este de Trinidad. Ya sobre los restos de la embarcación, clamaron por la “Virgen de la Popa”, volvieron el pensamiento y los ojos hacia la milagrosa imagen venerada en el pueblo donde habían dejado las comodidades del hogar y los seres más queridos, e hicieron votos, promesas firmes en aquellos horribles instantes, de visitarla ante todo, cuando un zarpazo del mar los arrojó sobre los arrecifes del río. ¡La Virgen los había salvado, (gritaron ellos) y cumplieron su promesa contraída de no visitar a su propia familia, sin cumplir los votos hechos.

Y ante el espectáculo de los asombrados vecinos de la Villa, los jóvenes Nicado de Figueroa, Ramírez y Naranjo y León, raídos los trajes, con aspecto de náufragos salvados, hicieron su aparición por las empedradas calles, cruzaron por delante de sus propias casas situadas en las de Gloria y Desengaño sin dirigirles una mirada, sin articular palabra y, así, subieron la cuesta de “la Popa” y se prosternaron ante la “Santísima Virgen” a quien debían la vida.

También se cuenta que, establecido ya el primitivo “Hospital de Caridad”, cierta noche, un soldado que estaba de centinela en la garita de la puerta, tuvo la mala idea de abandonar el servicio, incitado por la atracción maléfica de una mujer de la calle, lo que, en aquellos tiempos, era juzgado con pena capital; y, al cruzar frente a la ermita, retrocedió, estupefacto, ante una nube blanca entre la que fulguraba la imagen de la Virgen milagrosa. Retrocedió el soldado, haciéndose cruces, ocupando su puesto en momentos en que llegaba el retén de las milicias encargadas de la vigilancia. Y este hecho fue repetido por boca de los vecinos y se acrecentó la importancia y efectos milagrosos por la sucesión de hechos extraordinarios relacionados con el lugar.

Se cuenta, además, que, en la época ya citada de la tormenta de 1812 que dejó, casi en ruinas la ermita, mientras se procedía a la reedificación, fueron las imágenes trasladadas en depósito a otros lugares; pero, ante el asombro de los presentes, al llegar los primeros trabajadores a la ermita, allí estaba la “Virgen de la Popa”, aparecida, de nuevo entre la admiración y el fervor de los fieles creyentes que acudían, presurosos, al enterarse del milagroso hecho.

 

LA ERMITA-SANTUARIO

Después fue construida la ermita que se puso bajo la advocación de “Nuestra señora de la Candelaria”, construyéndose de veinte varas de largo, por diez de ancho y cinco de alto, levantada, a sus expensas por el presbítero Don Jacinto de Villalobos, en el primer cuarto del siglo XVIII, con sacristía y una torrecilla o espadaña donde fueron colocadas las tres campanas. Coadyuvaron a esta obra el Alguacil Mayor, Capitán Don Carlos Polo, y el presbítero Don Julián Castellanos que fue su primer capellán. En 1768 aparece que el Ayuntamiento pagó siete pesos por consumo de cera en las fiestas de “la Candelaria”.

Empezaron a tener resonancia las “Ferias de la Popa” y a ser más visitado el lugar, y tan famoso era el sitio que el Barón de Humboldt escribió que, «al extremo boreal, se halla la iglesia “NUESTRA SEÑORA DE LA POPA”, sitio célebre de romería».

La ermita quedó, casi en ruinas, a consecuencia de la tormenta de 1812; pero, prontamente, su entonces Capellán, José M. Silverio, con la ayuda del pueblo, la reedificó y mejoró notablemente, colocando allí el “Santísimo Sacramento” por intercesión del Gobernador de esta ciudad, a la sazón Don Nicolás Pablos Vélez Padrón, nieto del ilustre patricio del mismo nombre y apellido que adquirió el venerado “Señor de la Veracruz” como principal contribuyente, y la obra de reconstrucción fue dirigida por Don Juan Cadalso Piedra.

Para subir a la ermita se construyó la calzada, que aún existe, en tiempos del Gobernador Brigadier Don Juan Herrera Dávila, (20 de abril de 1847 a marzo 17 de 1851), por suscripción popular que él inició.

 

LAS FESTIVIDADES

En aquella época alcanzó su mayor esplendor «La Popa» con las “Ferias” que se celebraban el día de “Nuestra Señora de la Candelaria” (2 de febrero, festividad de la “Purificación de Nuestra Señora”, y el 3 del mismo mes, festividad de “San Blas”). Acudía a la ermita y a sus alrededores, una gran muchedumbre y había una extraordinaria romería, fuegos artificiales, puestos para ventas de golosinas y agua de Loja. Se repartía a los fieles velas benditas el “Día de la Candelaria” y en el de “San Blas”, cordones para la garganta, de cuyos males preserva la devoción del Santo que aparece cubierto de innumerables milagros.

Todo el barrio, llamado de Jibabuco, andaba de fiesta; se adornaban las casas con palmas y ramajes, se decoraba la calzada con faroles y, por las noches, se quemaban barriles llenos de paja a manera de luminarias, permaneciendo mucha gente en vela.

En la calle de San Patricio había buena tienda de pulpería; en la calle del Desengaño, frente al “Hospital de Caridad”, se hallaban de venta en la tienda «La Balandra» (nombre marino) tarros de ginebra superior, a tres reales sevillanos. («Correo de Trinidad», año de 1845).

Hay más leyendas, otros datos y tradiciones que se repiten de generación en generación sobre “la Popa”, en sus distintos aspectos, pues, sabido es que, además del panorama espléndido y de la santidad del sitio, aquellos alrededores están adornados de grutas preciosísimas que tienen sus distintas historias.

Así corrieron los años, amenguándose la tradición a medida que han venido nuevas generaciones. Las “Ferias de la Popa” vinieron a menos, y, actualmente, sólo se celebran modestas fiestas religiosas a “Nuestra Señora de la Candelaria” y a “San Blas”, cuidándose con verdadero celo y piadosa constancia de la Ermita, de las imágenes y objetos antiguos que aún se conservan.

Ahora no recibe tantas ofrendas, como antaño, la “Virgen de la Popa”. De vez en vez, sube algún penitente de rodillas la empinada cuesta y va mayor público los primeros días de febrero para no olvidar la tradición; pero, ya, en el silencio de la noche, no alumbran las fogatas la “Loma de la Popa”.

 

TESTIMONIO DE LA BENDICIÓN DEL SANTUARIO

Tomado del Semanario «La Mariposa», del día 26 de noviembre de 1899:

«En la Popa, el sábado por la mañana, según dijimos a nuestras lindas lectoras, fue bendecido el santuario de «La Popa» por el Presbítero Santiago Garrote Amigo, Cura Vicario de esta Ciudad, celebrando después una misa rezada. A las doce, las alegres campanas de aquel poético santuario anunciaban al pueblo que, por la tarde, se celebraría un acto religioso. Efectivamente, a las cinco salieron de la iglesia Santísima Trinidad en procesión las imágenes de aquella ermita en el orden siguiente (…) Primero: Cruz parroquial; seguidamente, las imágenes de San Cayetano, Jesús de Nazareth, Santa Rosa de Lima, San Blas y “Nuestra Señora de la Candelaria”, seguidas de los sacerdotes señores Garrote, Quintana Vega y Powers, cerrando la marcha la orquesta que daba al aire hermosas tocatas apropiadas al acto (…) Terminada la procesión, la lomita de la Popa ofrecía un aspecto encantador, pues allí lucían sus galas nuestras bellas que convirtieron aquel lugar en un jardín deliciosísimo(…) El domingo, por la mañana, se celebró una misa solemne, la cual también quedó sumamente concurrida, siendo el pequeño templo insuficiente para contener a los fieles (…) Nosotros, para quienes el santuario de la Popa es así como una hermosísima reliquia, enviamos a la Srta. Josefa Urquiola y González, iniciadora de aquellas fiestas religiosas nuestro aplauso por su decidido empeño en que la ermita de la Popa recobre el esplendor que siempre tuvo.”

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Nuestra Señora de la Candelaria, en Venezuela ( 2 de febrero)

Venezuela tiene gran devoción por la Virgen de la Candelaria, en varias zonas de su territorio se celebra la fiesta con características autóctonas, que muchas veces sintetizan viejos ritos precristianos de alabanza a la fertilidad de la tierra, con los propiamente cristianos.
Estos festejos tienen danza, disfraces y luminarias.

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VENEZUELA es un país multicultural, con una pacífica, laboriosa y alegre población que es fruto de raíces indígenas, europeas y africanas.

En la fiesta de “LA CANDELARIA”, Venezuela muestra, como es muy común en la mayoría de sus celebraciones populares, elementos de rituales indígenas y de los descendientes de esclavos africanos que han sido sincretizados con las fiestas Católicas Españolas.

Se caracteriza por estar llena de conjuntos de danzas, disfraces, máscaras y bandas de músicos que conducen a expresiones de desbordante sensibilidad festiva.

Asimismo, la fiesta de “la Candelaria” muestra reminiscencias del paganismo Europeo que fueron transformados con los años en fiestas cristianas.

Los católicos celebran ese día la “Fiesta de la Purificación de la Virgen María” (ya que los judíos creían que la mujer debía pasar por un proceso de purificación luego de dar a luz) y se conmemora la presentación del Niño Jesús al Templo de Jerusalén.

 

LAS FESTIVIDADES EN DIFERENTES REGIONES DEL PAÍS

El mes de febrero, en Venezuela, es sinónimo de festividad en honor a la “Virgen de La Candelaria”. Esta celebración se realiza en varias regiones del país durante 18 días, con la presentación de más de 200 danzas. Hombres, mujeres, ancianos, jóvenes y niños no cesan de bailar para la Virgen, agradeciéndole los beneficios y milagros concedidos.

En todo el territorio del país, esta fiesta es una de las tradiciones más arraigadas e importantes, sobre todo en la región andina.

Su historia se remonta a la época de la Colonia, por el año 1628, fecha en que Fernando de Saavedra Valdés se dispuso a reunir indígenas y encomenderos para adoctrinarlos por medio de los religiosos franciscanos.

Pero, fue en 1630 cuando se radica en la zona el Presbítero Bartolomé Carrero de Escalante, quien construyó una ermita, es decir, un pequeño santuario, en medio del poblado, donde divulgó el culto a la “Virgen de la Candelaria”, que pasó con el tiempo a ser centro de devoción cristiana de toda la comarca.

La población toma por asalto las calles, para sorpresa de los turistas; personas que llevan en sus manos velas encendidas. Cuatro de esas personas, llevan en un pañuelo o en una cesta preparada, la imagen del Niño Jesús, ya que son los padrinos; van acompañados de un conjunto de violines, se canta y se reza el Santo Rosario. La alegría se completa con la quema de juegos artificiales: morteros, cohetes o voladores.

A las ocho de la mañana, tanto lugareños como visitantes se reúnen en la iglesia para participar en una ceremonia conocida como la “Bendición del Fuego de la Candelaria” a la cual asisten llevando velas y velones encendidos para que sean bendecidos por el cura de la iglesia. Luego de la procesión en las calles, la imagen de la Virgen es llevada hasta las puertas del templo. Allí los “Vasallos” entonan coplas antes de dar comienzo al baile.

Su colorido y esplendor es parte del comienzo del cielo en verano con el fresco clima que deja la lluvia (recordemos que en Venezuela se llama “verano” al periodo de sequía que se extiende desde noviembre hasta mayo).

Se festeja la fertilidad de la tierra, costumbre antigua de los indígenas, pero con la incorporación sincrética de la devoción a la “Virgen de la Candelaria” en ese día. Hay una procesión que lucha con los carros, los hombres se visten con colores estridentes, además de plumas, banderas, sombreros escandalosos con pelos rojos. Es lo más sorprendente de todo el asunto y llevan un palo y una maraca en las manos.

Arrancan con una misa para la “Bendición del Fuego de la Candelaria” con velones prendidos. Durante la Procesión se cumplen promesas, cantan sus coplas a la Virgen y se baila al acompañamiento de un violín, tiple, cuatro y tambora. Los Vasallos continúan en la casa del capitán donde se toman su vainita, chicha o licor, bailando como en trabajos del campo.

 

ANZOÁTEGUI

En Caracas también las celebraciones se realizan en la “Parroquia de la Candelaria”, así como en el Estado de Anzoátegui y en el Estado de Lara, otras dos de las regiones donde las celebraciones de la “Virgen de la Candelaria” son más arraigadas.

El sentimiento religioso de Cantaura (Anzoátegui) es característico, a tal punto que, a partir del 20 de agosto de 1990, la “Virgen de la Candelaria” es Patrona del Estado Anzoátegui y su imagen venerada por propios y extraños.

Hasta la actualidad la versión más aceptada del por qué “Nuestra Señora de la Candelaria” está en Cantaura, tiene su comienzo en una tradicional leyenda Kariña. La misma afirma que un día, el sol se puso rojo y resecó la hierba, los ríos se paralizaron y la lluvia, como maldición, se alejo de Chamariapa lo cual motivo a los Kariñas a hacer plegarias para que cesara la dura sequía. De pronto, sorpresivamente entre la hierba, hizo su aparición una luz con la imagen de una virgen que dijo llamarse Candelaria. Al poco tiempo, llegó la lluvia y con ella el verdor de los campos, el caudal de los ríos y el ganado que hoy con el gas natural y petróleo son las principales riquezas económicas de esta tierra también conocida como “El Faro Norte de la Mesa de Guanipa.”

En consideración a tal leyenda, tanto el fundador de Chamariapa como los misioneros franciscanos que le sucedieron, se encargaron de inculcar entre Hispanos y Kariñas, la fe por la peculiar imagen de su “Virgen de la Candelaria”, que se distingue de otras, por ser blanca y no morena como comúnmente es representada.

 

VARGAS

En la “Parroquia La Candelaria” de Caracas, así como en el Estado de Vargas (norte), se realizan concursos de danzas, convocando a grupos de bailes autóctonos, y luego se efectúa una procesión en los alrededores de la parroquia.

 

MÉRIDA

En la región andina venezolana, especialmente en el estado Mérida, el día de la “Virgen de la Candelaria” es celebrado por la “Cofradía de los Vasallos de La Candelaria”, quienes representan una danza de indudable sentido propiciador de la fertilidad y fecundidad de la tierra.

Por lo general, en estas celebraciones, se aprovecha para promover la unidad comunitaria y familiar, y honrar a María como la intercesora de Dios en el mundo. Es la celebración de los inmigrantes españoles más identificados en Venezuela.

Puede definirse como una ‘fiesta en la casa’ no estrictamente religiosa; se hace todo lo relativo al ambiente festivo, a la alegría. Se reparten en las iglesias unas velas amarillas que se llaman ‘velas del alma’, las cuales, según una antigua tradición llamada ‘la fiesta de las candelas’, representan las luces que alumbran el camino de la gente al nacer y al morir. Hay quienes las guardan en sus altares domésticos para usarlas en tormentas o crisis familiares, que serán puestas en manos de la Virgen.

 

VALENCIA – VALLE DE SAN DIEGO

Los habitantes de la zona La Candelaria del municipio Valencia y los del Valle de San Diego de Alcalá, celebran el 2 de febrero con una gran fiesta llena de alegría a la regente espiritual de estas dos poblaciones que mantienen viva una tradición que comenzó hace más de 160 años.

En la iglesia de “La Candelaria” del municipio Valencia hay dos imágenes de la Virgen. La más antigua está en una capilla dentro de la iglesia, fabricada en Caracas, en 1873, al estilo colonial, con armadura, por lo que rostro y manos son las únicas partes tridimensionales. Tiene una enorme corona y un vestido blanco y azul, con una hermosa capa. La gran mayoría de los devotos encienden allí sus peticiones y es más admirada que la nueva imagen que ocupa la pared del púlpito central fabricada en 1908 en París, tallada en madera, con estilo neocolonial, elaborada producto de la venta de las joyas donadas por los feligreses.

“La Candelaria” tiene la tez morena, aunque en muchas iglesias no toman en cuenta esta característica porque muchos piensan que la primera figura que apareció estaba quemada.

El ceremonial de la celebración de la “Virgen de La Candelaria”, tanto en Valencia como San Diego, comienza con la bendición de los cirios en la plaza, afuera del templo. Una vez que el manto de las palabras protege al numeroso grupo de personas, tratando de estar lo más cercanas al pastor para recibir las chispas del agua santa, entran al templo cantando y celebrando a la “Virgen de La Candelaria”

La zona, iglesia y Virgen tienen el nombre de “La Candelaria”, en el municipio Valencia, por el grupo de canarios que llegaron a Venezuela trayendo sus costumbres, ideales y añoranzas de su suelo. Fue así como contribuyeron a la construcción del templo católico y todavía hoy en día apoyan iniciativas y las festividades anuales que se realizan.

 

LA DEVOCION – EL PRIMER TEMPLO

El 27 de Noviembre el presbítero Gabriel de Mendoza fundó la “Iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria” en 1618, por orden del Rey Felipe II de España y por Real Cédula, fechada en Madrid, le es ordenado al gobernador y al Capitán General y al Obispo de Venezuela reunir a todos los indígenas dispersos para comenzar a hermanarlos en pueblos, y así los misioneros o religiosos católicos comenzaron a inculcarles la doctrina religiosa.

En el año 1895 el escritor costumbrista Rafael Bolívar, narrando las festividades de la “Virgen de la Candelaria”, dijo entre otras líneas: “No hay Cristo que se oponga a la querida Virgen de la Candelaria en su día”.

De esta apreciación han transcurrido más de 100 años, muchas costumbres han cambiado, algunas hasta han desaparecido. Pero la celebración a la “Virgen de Candelaria”, día a día, se ha fortalecido en un trabajo conjunto entre la parroquia y el equipo de Candelaria, quienes han logrado una participación sin precedentes a la comunidad. Participación que incluye la celebración de la Novena a la “Virgen de la Candelaria”, la Misa de Aurora, la tradicional Misa Solemne, la procesión conjuntamente con las autoridades municipales a través de la Dirección de Educación y la Dirección de Deportes y el majestuoso desfile cívico, sin obviar los actos populares, con la tradicional elección de la reina, las actividades deportivas, los toros coleados y las exposiciones de pinturas, entre otras.

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Nuestra Señora de la Candelaria de Copiapó, Atacama, Chile ( 2 de febrero)

El arriero Mariano Caro Inca (también conocido como José del Carmen Caro) regresaba de la cordillera cuando la más terrible tormenta le hizo perder la orientación. Vio a lo lejos una luz y la siguió con la esperanza de encontrar refugio. El fulgor lo guió hasta unos peñascales donde encontró no sólo la protección que le salvó la vida, sino también la imagen de la Virgen Candelaria con el niño en sus brazos que emitía incesantemente una fuerte luz brillante. La leyenda encendió la devoción en la Región de Atacama y nunca se la ha dejado de festejar desde 1780…

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Limitando, al norte con la región de Antofagasta y al sur con la de Coquimbo, la región de Atacama es considerada una región transicional, debido a que en ella las unidades de relieve básicas del norte del país comienzan a cambiar. Las tres provincias que la componen: son Chañaral, Huasco y Copiapó.

Copiapó es el nombre de la capital de la provincia de Copiapó y de la III Región de Atacama, con tradición minera desde sus orígenes, es conocido por ser un oasis donde florece el desierto, además de poseer en su valle la primera exportación de uvas del país.

Junto a Caldera y Tierra Amarilla forma la provincia de Copiapó. Está ubicada a una altura media de 391 metros sobre el nivel del mar. La llamaron «tierra olvidada» por sus años de postergación. Hoy en día, es la segunda ciudad con mayor crecimiento económico en la última década en el país.

El origen del término «Copiapó» no es exacto. Viene del quechua “kópa-yápu”, ‘sementera de turquesas’. Su nombre es derivación de “copay”, voz quechua: color azul claro, y “yapu”, tierra arada (Copa-yapu).

Según la traducción del P. Alonso Ovalle, proviene de “copa”, ‘color verde azul como el óxido de cobre’, y “yapu”, por el participio ‘arado’ del verbo ‘yapuy’, arar.

En aymará, “copa” también significa verde; hay quienes lo hacen venir de una unión de vocablos aymará y quechua, pero la más común definición de Copayapu es “copa de oro”.

 

HISTORIA DEL LUGAR

Fue fundada oficialmente el 8 de diciembre de 1744 por el gobernador José Manso de Velasco, bajo la designación de “San Francisco de la Selva de Copiapó” aunque su origen se remonta antes de la llegada de los españoles cuando formaba parte del imperio inca. En ese entonces, los indígenas llamaban a esta localidad “Copayapu” que, como dijimos, algunos traducen como «Copa de oro», otros como «valle verde» y también como «Sementera de turquesas».

Cuando el español Diego de Almagro descubrió Chile, en 1536, lo hizo ingresando por la Cordillera de los Andes a través de la quebrada de Paipote, en medio del Valle de Copiapó el cual nombró Valle de la Posesión. En estas tierras se realizó la primera misa católica en Chile.

 

LA HISTORIA DE LA APARICIÓN

La historia comienza en 1780, cuando Mariano Caro Inca, vecino del pueblo de San Fernando regresaba de la cordillera y una tormenta lo obligó a refugiarse en unos peñascales.

Estaba a la orilla del salar de Maricunga y allí encontró una piedra de unos 14 centímetros de alto con la imagen de la Virgen con el Niño Jesús en brazos grabada. Caro Inca, lleno de respetuoso fervor, tomó la imagen en sus manos, llamó a sus compañeros para participarles del hallazgo y luego de colocarla cuidadosamente en la alforja de su mulo, siguieron el camino.

El 2 de febrero de 1780, día consagrado a la fiesta de la “Presentación del Niño Dios al Templo” y de la “Purificación de la Virgen”, día en que la Iglesia bendice las candelas en honor de Cristo, Luz del Mundo, llegó Caro a la hijuela que tenía en San Fernando. Mientras él arreglaba el altar para venerar la imagen con el nombre de “Nuestra Señora de la Candelaria”, los arrieros divulgaron la noticia del encuentro.

Todos los años, al acercarse esta fecha, las familias vecinas del pueblo se reunían para rezar la novena a la Virgen. A la muerte de Mariano Caro, su esposa Josefa Guzmán continuó aquella tradición y levantó un pequeño oratorio en cumplimiento del testamento de su marido.

 

LA PRIMERA CAPILLA Y SU EVOLUCIÓN EDILICIA

El cura de la villa de Copiapó, Domingo Carmona, hizo edificar en los primeros años de 1800, la primera capilla, en la cuál se conservaron los restos de Mariano Caro Inca.

Estos restos se exhumaron y trasladaron en febrero de 1881, fiesta de “la Candelaria”, al Santuario nuevo, cerca de la imagen. El motivo de este traslado fue la situación ruinosa de la primera capilla.

En el año 1910 se dio comienzo a la construcción de un nuevo edificio en los terrenos adyacentes a los de la primera capilla que habían sido comprados a la familia Caro por don Bruno Sergio Pizarro, parlamentario de la zona, y que los donó para que allí se levantara el santuario de “la Candelaria”. La primera piedra fue colocada por el cura de Copiapó, padre Pedro Thelis, que dio comienzo a los trabajos.

El terremoto del 10 de noviembre de 1922 echó por tierra la primera capilla, lo que obligó a terminar la nueva, esta tarea estuvo a cargo del padre Crisónogo Sierra, quien con sus propias manos trabajaba en las obras, con material que conseguía “por ahí”.

En el año 1944, el padre Polidoro Van Vliervergh construyó la nave lateral derecha del santuario.

A principios de 1968, siendo rector del santuario el padre José Canovas, comenzaron los trabajos para construir la nave lateral izquierda, que se terminó en la fiesta de 1970; era rector por entonces el padre Juan Sanchís.

En el lugar ahora existen dos iglesias:

* La Iglesia Antigua, de una construcción de barro y en la que solo se mantienen pequeñas reliquias de la época, es ahora un pequeño lugar que sirve más como una imagen viva de la religiosidad de esos años.

* La nueva iglesia, cuenta con sectores especiales de velatorio y es hoy el principal centro de adoración de la Virgen. En él se guarda la pequeña imagen que fue encontrada en 1780, además de numerosas imágenes religiosas.

 

LA DEVOCIÓN – SU FESTIVIDAD

La “Virgen de la Candelaria” también tiene un significado especial para los mineros de la zona, quienes ven en ella luz y guía en sus inseguros pasos.

La fiesta congrega alrededor de 40 mil peregrinos, pertenecientes a la diócesis de Copiapó.

La “Virgen de la Candelaria”, ha contado desde siglos con el incondicional sentimiento de agradecimiento y fe de parte de los pobladores de la región y de otras ciudades del país.

La fiesta en sí es el primer fin de semana de febrero. Antes sólo se celebraba el 2 de febrero, el día de la Virgen, efectuándose la novena, pero con el aumento de los fieles, se trasladó al domingo siguiente.

Adjunto a la novena se realizan también la bendición de los niños, el encuentro de la Virgen con los enfermos y los mineros, la procesión de las candelas y otros.

Esta fiesta se destaca por la fe manifestada en los bailes religiosos que asisten a la celebración, siendo ya tradición los «Chinos», los cuáles, a través de más de 200 años, han llevado a la Virgen en procesión.

La festividad está enraizada en la gente de Atacama que la vive y hace propia, integrándola al folklore de la zona, lo que tiene una importancia de primer orden, porque acrecienta el acervo cultural y lo más destacable es que permite la unidad de los miles de fieles que llegan año a año a manifestar su devoción a la “Virgen de la Candelaria”.

 

LOS “CHINOS”

Desde que Mariano Caro Inca descubrió la imagen de la “Virgen de la Candelaria”, los mineros de Copiapó demostraban devoción cada año. Las minas quedaban paralizadas por el hecho de que los trabajadores bajaban a la ciudad y se reunían en el Santuario a rendir homenaje a su patrona.

El minero se presentaba ante la imagen, con sus atuendos de trabajo, de ahí que los “Chinos de la Candelaria”, ostentan una prenda que les es muy característica, el culero o culera, trozo de cuero que usaba el minero antiguo amarrado a la cintura y que le servía para sentarse sobre él mientras agujereaba el mineral. Un pequeño gorro o morrión en su cabeza. Pañoleta o sacos sobre los hombros, que asemeja una capa, con un camisón grueso que usaban suelto sobre el pantalón.

El grueso pantalón que usaban amarrado unos 20 cm. bajo la rodilla, llevando en la cintura una especie de faja. Las ojotas de cuero de lobo marino, material del cual también eran fabricados los capachos usados para extraer mineral desde el interior de las faenas mineras.

Con el tiempo, todas estas vestimentas fueron reemplazadas por el actual «traje de chino», tapizado de espejuelos y delicados bordados.

Como buenos poetas, los chinos improvisan versos a la Virgen, a los que agregan melodías letánicas y dolientes, que son lamentos, saludos, despedidas o gracias a los favores concedidos.

Los «Chinos» son los servidores más cercanos de la Virgen, y se expresan a través del sonido de flautas y tambores, que representan el golpe del «combo» en la «cuña».

Existen varias suposiciones sobre el nombre de «Chino». La más aceptada es la acepción antigua de «Chino», “servidor”, así la Virgen así sería la «China» o «Chinita», “la servidora”.

 

ORACIÓN

Virgen de la Candelaria,
Madre de los mineros y del pueblo de Atacama,
a Tí venimos con la confianza y sencillez de hijos.
A Tí llegamos con nuestras angustias y esperanzas,
con nuestras penas y alegrías,
con las fatigas del trabajo y el peso de nuestros pecados;
con todo lo que somos y tenemos.

Virgen de la Candelaria,
Tú eres la primera portadora de la Luz, que es Cristo;
Tú eres nuestra Madre;
Tú nos reúnes junto a Cristo Salvador;
Tú eres nuestra esperanza, consuelo y gozo;
Tú nos acompañas en la ciudad, el desierto, los valles, las minas y el mar;
Tú eres nuestra estrella en el camino hacia el Padre;
Tú, nuestra huella para encontrar a Jesús.

Virgen de la Candelaria, Virgen Madre de Dios,
escucha nuestros ruegos, bendice nuestros hogares,
alcánzanos trabajo y salud;
enseñanos a escuchar la palabra de tu Hijo
y a vivirla cada día,
para que dóciles al Espíritu Santo,
sepamos construir una Nación de hermanos
y una Iglesia servidora
en nuestra tierra de Atacama.

 

LA CANDELARIA EN OTROS PUEBLOS DE CHILE

En muchas regiones de Chile, la Virgen sale de la Iglesia a recorrer extensas áreas de los poblados.

En la provincia de Talca la saludan en la gruta de la Villa Prat. Allí se levantan ramadas donde las personas pasan la noche, bailan y consumen alimentos preparados en las cocinerías.

En Cobquecura, cerca del mar ñublense, la recuerdan en la Iglesia de la Piedra, que acoge a más de un centenar de fieles. Después de la misa la alegría se desparrama en las correduras de rodeo, domaduras y fiestas huasas.

En San Pedro y Lota, se realiza la Novena y el pago de mandas con los pies desnudos. La procesión es fluvial a lo largo del río Biobío, hasta donde llega gran cantidad de mineros a invocar su bendición.

En Lota baja se celebra la «chaya» de la fiesta de la Candelaria, donde «ésta se une al festejo del carnaval. Ni los trenes, ni los pasajeros, ni la policía se libran de ser baldeados de agua carnavaleña, que al final es también la purificación impuesta por la Candelaria».

En Valdivia, el río Caucau sirve de camino para la procesión, donde las promeseras lucen su traje rojo con cinto celeste, como el hábito de la virgen.

En Rahue, Osorno, los penitentes continúan la tradición iniciada en 1869. También asisten los mapuches con sus ropas tradicionales y juegan partidos de chueca, entre cantos y bailes populares.

San Pablo y Ranco de Osorno; Alerce y Carelmapu de Llanquihue y Chiloé tampoco fallan.

En Santiago es el día en que todos asisten a las liturgias para bendecir las velas que usarán en las procesiones y en las demás novenas durante el año. Es una de las costumbres que más ilumina la forma de ser y de creer de los chilenos.

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Virgen de la Candelaria de Puno, Perú ( 2 de febrero)

Desde el día 2 de febrero de 1583, en que asentó sus reales en el pueblo la Virgen de la Candelaria, comenzó la conversión definitiva del Collao y la fama de sus milagros hizo que su influencia se extendiera a las comarcas más distantes.

Varias son las leyendas que hacen surgir milagrosamente a la imagen de la Virgen de las aguas del legendario lago Titicaca…

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Las cruentas luchas por la posesión de la riquísima mina de Laicacota, a mediados del siglo XVII, movieron al célebre Conde de Lemos, Don Pedro Antonio Fernández de Castro, a dirigirse en persona al altiplano para pacificar aquella vasta región.

En su empeño, el piadoso Virrey –muerto en olor de santidad– acudió al famoso santuario de Copacabana para agradecer a la Virgen por el éxito de su empresa, luego de fundar a orillas del soberbio Titicaca, el lago navegable más alto del mundo, la ciudad de San Carlos Borromeo de Puno, el 4 de noviembre de 1668. Allí, en la parroquia de San Juan Bautista, se venera desde antaño a una linda, dulce y sonrosada imagen de la Santísima Virgen de la Candelaria.

La Festividad de la Virgen de la Candelaria -que se desarrolla en la ciudad de Puno la primera quincena del mes de febrero- es la más grande e importante de Perú y una de las tres más significativas de Sudamérica (junto con el Carnaval de Rio de Janeiro en el Brasil y el Carnaval de Oruro de Bolivia), por la cantidad de símbolos y manifestaciones artístico culturales propios de las culturas quechua, aymara y mestiza del altiplano andino y por el volumen impresionante de personas que participan directa e indirectamente en su realización, lo que motivó que el gran José María Arguedas calificara a Puno como «la otra Capital del Perú» y fuera designada como «Capital del Folklore Peruano» el 7 de noviembre de 1985. Festividad que rinde homenaje a la milagrosa Virgen de la Candelaria, patrona de la ciudad, y a la Pachamama o Madre Tierra, ambas benefactoras de la población puneña.

 

LA APARICIÓN

No se conoce exactamente la fecha desde la que se rindió culto a la Virgen de la Candelaria de Puno. Su entronización como Patrona de este lugar se enlaza a un hecho considerado milagroso, que constituye una tradición puneña transmitida oralmente.

Varias son las leyendas que hacen surgir milagrosamente a la imagen de la Virgen de las aguas del legendario lago Titicaca, queriendo seguramente darle así a la Virgen un origen similar a la de los míticos Incas fundadores Manco Cápac y Mama Occlo.

Una de estas leyendas hace aparecer a la imagen de la Virgen de la Candelaria en el antiguo acodadero de las balsas después de una noche de tormenta en que los relámpagos habían destejido el cielo del lago» en el transcurso del siglo XVII.

Otras leyendas relacionan a la imagen de la Virgen con la vida de los mineros. Hay que recordar que en sus orígenes Puno era principalmente un asentamiento minero con las minas de Laicacota y la fundición de plata de los hermanos Salcedo en San Luis de Alba, ubicadas en las faldas Oeste del Cerro Cancharani, también recordar que, en época de la Colonia, del Cerro Azoguini se extraía en gran cantidad el precioso mercurio quien dio su nombre al cerro (el antiguo nombre del mercurio era «azogue»).

En esas leyendas también la imagen de la Virgen aparece milagrosamente en Puno, tal es el caso de lo que cuenta Dionisio Quispe donde «la Virgen con el rostro de una Señora elegante serenísima y con un niño en los brazos» apareció en el siglo XVII a un nativo de la zona quien por orden de su amo cuidaba un pequeño caserío ubicado a las riberas de un riachuelo en las faldas del Cerrito Huajasapata. En esos tiempos los españoles sancionaban drásticamente a los nativos que no cumplían con sus trabajos en las minas, así que el hombre se encontraba entre el dilema de obedecer o no a su amo cuidando el terreno.

La Virgen le pidió permiso de poder lavar las ropas de su hijo en el río a cambio de cuidarle el predio hasta su regreso. Cuando regresó con su amo, quien no creía en esta historia, encontraron «el busto de la Virgen, toda vestida de blanco, con un niño en los brazos y sus ropitas aún mojadas».

 

LA CONSOLIDACIÓN DE LA ADVOCACIÓN

La gran devoción del pueblo puneño por su reina y patrona sólo vendrá a consolidarse años después, durante la rebelión de Tupac Amaru, por los 1780.

El milagro más importante y que justificó el reconocimiento de los puneños a la Virgen se sitúa en los primeros meses de 1781, cuando las huestes de los lugartenientes del caudillo aimara Tupac Catari al lado del rebelde azangarino Vilca Apaza continuador de la lucha de Tupac Amaru, Pedro Vargas y Andrés Ingaricona, pusiéron sitio a la ciudad de Puno (que se llamaba Villa de Nuestra Señora de la Concepción y san Carlos de Puno) para reducir este bastión del Virreynato y concertar luego, su ataque sobre La Paz.

Los sitiadores, en número superior a los 12 mil hombres ocuparon los cerros que rodean Puno y sus contingentes de vanguardia, luego de algunas escaramuzas se desplazaron hacia Huajsapata, Yuraj-orqo y Orcapata en los extramuros de esa villa.

La ciudad de Puno, al mando del Corregidor don Joaquin de Orellana resistió a los dos primeros asaltos de los miles de indios rebeldes tupacamaristas del 10 de Marzo y 10 de Abril. Entre el 7 y el 12 de mayo las tropas rebeldes de Túpac Amaru lograron, en un tercer intento, avanzar hasta las primeras casas de la pequeña ciudad pero se retiraron por las orillas del Lago para preparar su último y definitivo ataque.

Los habitantes de Puno estaban completamente agotados y a punto de rendirse, en un ultimo recurso desesperado, los mestizos e indígenas puneños decidieron al anochecer sacar en procesión a la imagen de la Virgen de la Candelaria cuya imagen se veneraba en el Templo de San Juan luego de implorarle su protección.

Lo hicieron, como siempre acompañando la imagen de grupos de sicuris y corneteros seguidos por todo el pueblo de Puno con velas encendidas. Al observar desde los cerros vecinos esta ruidosa agitación, los rebeldes percibieron en ésa la manifestación de un importante ejercito listo a combatir por mucho tiempo más. Al día siguiente los agotados puneños tuvieron la suerte de constatar que durante la noche los rebeldes se habían definitivamente retirado.

Según el relato tradicional, se dice que los sitiadores habían escuchado sonidos de fanfarrias y de un gran número de cabalgaduras que, en la oscura noche, les hicieron presumir que se acercaba un numeroso ejército en auxilio de los sitiados. En realidad el único refuerzo que llegó a Puno, fueron los restos del Ejército del General Español José del Valle (casi desecho, pues la mayor parte de los soldados estaban descalzos y mal vestidos).

Los habitantes de la ciudad lacustre consideraron el hecho como un verdadero milagro de la Virgen y desde entonces los puneños empezaron a venerar cada vez más a la humilde imagen de la Virgen de la Candelaria que poco a poco se convirtió en la verdadera patrona de Puno, minimizando así el culto impuesto por los Españoles hacia Nuestra Señora de la Concepción.

 

EL SANTUARIO

En el Collao, andaluces, asturianos y viscaínos, frailes jesuitas y dominicos construyeron muchos templos y santuarios; en Puno se levantó el templo de Nuestra Señora de la Concepción, en el lugar que hoy ocupa la Plaza de Armas y para los indígenas se habría construido la iglesia de San Juan Bautista, donde ahora se venera a la Patrona de Puno.

Este templo habría tenido varias refacciones; la última que se recuerda se concluyó en 1901. Fue el 10 de febrero de aquel año que se procedió a bendecir dicho templo por el entonces Obispo de la Diócesis, Monseñor Ismael Puirredon, habiendo apadrinado dicho acto el Exemo. Presidente de la República de entonces, Sr. Eduardo López de Romaña y Sra. Julia Castresa de Romaña, representado por el Cml. Manuel Eleuterio Ponce, Prefecto del Departamento y su señora esposa doña Florinda Méndez de Ponce. La fecha marca exactamente el día de la Octava de Festividad de la Virgen dela Candelaria”.

 

LAS FIESTAS

Se inicia la Fiesta de la «Mamacha Candelaria» aproximadamente el 24 de enero y culmina el 18 de febrero como preludio del Carnaval. En ese lapso se congregan en el lugar, y entregadas en absoluta devoción a la Virgen, unas setenta bandas musicales, algunas compuestas hasta por 300 personas, entre músicos y bailarines. Los integrantes de estas bandas no bailan ni tocan todo el jubileo, sino que se relevan constantemente ayudando a que la música, la veneración y la celebración continúen sin que nada ni nadie pueda detenerla.

Las novenas se realizan ocho días entes de la Fiesta en honor a la Virgen de la Candelaria, se inician cada 24 de enero y culminan el 31 del mismo mes, éstas se llevan a cabo en el Santuario de la Virgen. Los feligreses acuden al templo para agradecer a la Virgen por las bondades recibidas.

El primero de febrero de cada año, a partir de las dos de la madrugada, los puneños despiertan por el estallido de las bombardas y camaretazos que se oyen desde las inmediaciones del cerro Azoguini porque son los alferados del día jubilar, quienes saludan desde muy temprano a la Virgencita de la Candelaria.

Desde lo alto del cerro, las melodías de las bandas de músicos acompañan a los invitados, a quienes agasajan con ponches calientes y licores. Posteriormente, al salir el sol inician la caminata hacia el Santuario de nuestra patrona, para celebrar la Misa de Albas a las seis de la mañana, terminada la eucaristía, los alferados invitan a los presentes a su domicilio para saborear una riquísimo plato de fricasé.

En horas de la tarde, acompañados de autoridades e invitados se trasladan nuevamente al templo de la Virgen portando cirios. Los alferados necesariamente deben ser esposos, donde el varón lleva el “guión” y la mujer lleva al niño en sus brazos, los cirios más grandes y adornados son para las autoridades y los pequeños para los acompañantes.

Los alferados de los conjuntos ribereños o comunidades, también en horas de la tarde realizan un pasacalle por las principales calles de la ciudad, cargando en llamas y burros la leña que posteriormente será quemada en el Atrio del Santuario de la Virgen.

En la víspera de la fiesta, también se realiza una misa en el Santuario de la Virgen, luego de esa celebración, en el atrio del templo se queman fuegos artificiales, las bandas de músicos invitan a la celebración, allí se sirven ponches a los invitados y amigos, toda esta labor está a cargo de los alferados de la fiesta.

El día central de la Fiesta, el 2 de febrero, se inicia con una misa comunitaria a las diez de la mañana. Se ofrece la Misa de Fiesta a cargo del Monseñor o Párroco del Santuario, allí los devotos rinden homenaje a la Virgen Morena.

Posteriormente se realiza la procesión por las principales arterias de la ciudad, terminada ésta se efectúa el cambio de alferados. Los feligreses acompañan a la imagen de la Virgen de la Candelaria en su recorrido, portando velas, y acompañados de una banda de músicos.

Es precisamente ese día que concursan en el Estadio Enrique Torres Belón, apreciándose un espectáculo sin comparación alguna, ya que se aprecia gran variedad de danzas propias y auténticas.

La octava de la Festividad de la Virgen de la Candelaria se inicia a los siete días después del día central. Se realiza igualmente una misa de Albas, entrada de cirios y misa de vísperas, posteriormente se queman castillos, fuegos artificiales, y las bandas de los diferentes conjuntos, así como las diferentes agrupaciones de sicuris, participan de esta actividad.

Paralelamente a este acto los conjuntos participantes del Concurso de Trajes de Luces hacen su participación en el Estadio “Enrique Torres Belón”, donde se desborda el colorido de los trajes y las espectaculares máscaras, todos los conjuntos muestran coreografías alusivas a la Virgen de la Candelaria, algunos de ellos forman figuras de candelabros, floreros, estrellas o siglas alusivas a Puno. Allí también se aprecia la grandiosidad de las bandas.

El día anterior a la Veneración el pueblo se asegura lugares para presenciar la Gran Parada que se realiza en honor a la Virgen de la Candelaria. Autoridades eclesiásticas, civiles, militares y políticas se congregan en el Atrio del Santuario, al mismo tiempo, el pueblo se vuelca a las calles para apreciar el paso de los conjuntos que danzan al compás de las bandas, las diabladas, reyes morenos, reyes caporales, morenadas, caporales, wacawacas, sicuris, doctorcitos, kullahuadas, llameradas, tinkus, entre otros, engalanan la Veneración.

El recorrido de los conjuntos se inicia en la esquina de la Avenida El Sol con el Jr. Lampa, avanzando poco a poco hacia el Atrio del Santuario, al llegar al Santuario, saludan a la Imagen Morena y reciben su bendición, que también está presente en ese momento, donde los bailarines piden sus deseos y agradecen por los ya recibidos, luego continúan su recorrido pasando por la Plaza de Armas hasta llegar al Jr. Branden (Laicacota) donde finaliza el largo recorrido.

Al día siguiente de la veneración comienza el Cacharpari que consiste en realizar una misa de despedida en el Santuario de la Virgen de la Candelaria, para posteriormente concurrir al local institucional y luego beber, bailar y adquirir compromisos para el próximo año.

Como son numerosos los conjuntos, el Cacharpari se prolonga por 8 a 10 días, y a veces coincide con el domingo de carnaval, continuando la fiesta por 20 días más. El Cacharpari quiere decir que el conjunto no volverá a reunirse sino en el año siguiente en que reanudará sus afanes para volver a danzar con su mejor homenaje a la Virgen.

Toda la festividad de la Candelaria gira en tomo al templo de San Juan. Ahí converge desde tiempos lejanos, la masa indígena.

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Virgen de la Candelaria de Cayma, Perú ( 2 de febrero)

Lo indios que la conducían a Cuzco no pudieron seguir porque la imagen pesaba demasiado y oyeron una voz que les decía, ”caiman”, que en quechua quiere decir “acá”- “acá me quedo”.

Así nació el nombre de Cayma y allí le levantaron una ermita…

Existen incontables imágenes en que se venera a María en este misterio de la purificación o Candelaria, cuya fiesta la Iglesia celebra el 2 de Febrero. Una de las más antiguas del Perú se halla en la parroquia de San Miguel Arcángel de Cayma, en Arequipa.

Cayma se encuentra en lugar privilegiado rodeado de los volcanes Misti y Chachani, bañado por el Río Chili y con una verde campiña que le da ese señorío y gracia. Se localiza a 3 km al noroeste de la Plaza de Armas, a 2 463 metros de altura, con una superficie de 246 km2 y con una ubicación elevada que le permite tener una visión panorámica de toda la ciudad de Arequipa.

 

LA HISTORIA DE LA ADVOCACIÓN

El nombre Cayma proviene del vocablo Aymara: “Kaymanta” que significa “hacia aquí” o “acá acá”. Pero según la leyenda se cree que el vocablo Cayma surgió en el virreynato, cuando la Virgen de la Candelaria era traslada al Cusco junto al Señor de los Temblores y a Nuestra Señora La Linda.

Su existencia remonta a los orígenes de la Ciudad Blanca y su historia se confunde con la leyenda. Lo cierto es, según constante tradición, que fue un obsequio a aquella región del Emperador Carlos V y que un día lo indios la conducían a Cusco.

Durante la travesía, los indios decidieron descansar durante la noche en el lugar donde actualmente es el cementerio de Cayma, pero al amanecer no pudieron retomar su camino porque la imagen de la Virgen pesaba demasiado, entonces escucharon una voz que decía: ”caiman”, ”caiman”, que en quechua quiere decir “acá, acá”- “acá me quedo”, y así nació el nombre de Cayma y la devoción a la Virgen de la Candelaria que se festeja el 2 de febrero de todos los años. Allí le levantaron una ermita.

 

LA IMAGEN Y MILAGROS

La Virgen de Cayma es una talla de tamaño regular, de rostro delicado y dulce. Sostiene al Niño Jesús, con su respectiva candela y canasto, infaltables en las imágenes de esta advocación mariana, muy difundida bajo diversos nombres.

En numerosas ocasiones Ella ha sido el consuelo y el amparo de Arequipa, afligida por las epidemias y los terremotos, comenzando por la violenta erupción del Huaynaputina en el 1600.

Cuatro años después, a raíz de una terrible epidemia de cólera –conocida vulgarmente por “el vómito negro”– que devastaba a la población “hasta el punto de no caber los muertos en las iglesias y ser enterrados en masa en grandes zanjas”, se acordó traer en su socorro a la imagen de la Candelaria de Cayma y fue tan sólo pasearla por la ciudad que la mortandad cesó. Por lo que se hizo costumbre, en agradecimiento por haber ahuyentado tan implacable pestilencia, bajarla todos los años en esa fecha, 28 de agosto, fiesta de San Agustín. Devoción ésta que perduró hasta fines del siglo XIX.

También, gobernando en el siglo XVIII la Diócesis de Arequipa Mons. Abad e Illana, fue repentinamente afligido por una severa parálisis. Conducido en silla de manos al Santuario, habiendo invocado a la Santísima Virgen de la Candelaria, alcanzó la milagrosa curación de su dolencia.

La constancia de su devoción y el fervor nunca desmentido de los arequipeños ha quedado inmortalizado en los numerosos cuadros que relatan los favores de esta Virgen de la Candelaria y que se conservan al interior del templo.

En uno de ellos –pues faltaría espacio para transcribir tantos hechos que se le atribuyen– aparece estampada esta elocuente inscripción: “No es posible reducir a número los muchos y portentosos milagros que ha obrado y obra cada día esta divina Señora de Cayma. Cojos, mancos, calenturientos, los que padecen flujos de sangre, apretones de garganta y otras enfermedades interiores, especialmente bultos; las mujeres en sus partos; muchos casados deseosos de tener sucesión, la han conseguido por intercesión de María”.

En 1947 se celebró en Arequipa un trascendental Congreso Mariano, que fue el marco preparatorio para la solemne coronación canónica de la Virgen de Cayma. Trasladada con la mayor pompa a la Plaza de Armas de la Ciudad Blanca, el día 11 de mayo tuvo lugar la ceremonia en la que el Emmo. Cardenal Juan Gualberto Guevara, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, ciñó sobre su frente una espléndida corona.

 

LA IGLESIA SAN MIGUEL ARCÁNGEL

Con el crecimiento de la ciudad, el pueblo de Cayma, hoy convertido en distrito, se encuentra plenamente insertado en el casco urbano de Arequipa.

Desde el centro de la ciudad, se puede llegar a él cruzando el río Chili por el puente Grau, siguiendo por la Av. Ejército hasta la intersección con la Av. Cayma y subiendo por su empinada cuesta, hasta atravesar uno de los cinco hermosos arcos de cantería que dan acceso a su pintoresca Plaza.

En uno de sus lados, se encuentra el Santuario de Cayma con sus añejos sauces al pie y su bello artesonado labrado en sillar.

Aún hoy son frecuentes las peregrinaciones al lugar y la tierna mirada de la Virgen está siempre dispuesta a acoger con la mayor ternura al caminante, escuchar sus congojas y atenderle cariñosamente.

La estructura del templo ha pasado por sucesivas recreaciones, fruto de los avatares del tiempo. Al presbítero Juan Domingo de Zamácola y Jáuregui, cuyos restos descansan en su interior, le debemos una edificación mayor y más espléndida, que llevó pacientemente hasta su culminación en 1802.

Pero previamente, después del terremoto del 13 de mayo de 1784 fue reconstruida, agradándose dos naves laterales, con paredes dobles y cuatro arcos. Cada nave tiene tres retablitos. En medio tenemos el altar mayor y sobre el sagrario se encuentra colocada la imagen de la Virgen de la Candelaria.

El violento terremoto de 1868 lo dejó prácticamente en ruinas, salvándose milagrosamente la imagen. Restaurado convenientemente, en la actualidad lo podemos apreciar como joya arquitectónica llena de inigualable encanto.

Actualmente tiene dos torres en forma de pirámide, es de buena y sólida construcción de sillar labrado, cubierta de bóvedas con cúpula o media naranja con adornos de pirámide. La puerta principal mira a la cuidad y al sol naciente.

Su fachada es de estilo corintio, con cuatro columnas, dos en cada lado, delante de pilastras con sus correspondientes bases, alquitranes y capiteles y cornisas sobre las cuales se encuentra un nicho en forma de concha, que al mismo tiempo sirve de ventana para dar luz al coro, en la cual se encuentra sobre una piedra la Virgen de la Candaleria.

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Nuestra Señora de la Candelaria de San Pedro de la Paz, Chile ( 2 de febrero)

La imagen de la “Bienaventurada Virgen María”, que bajo la advocación de “Nuestra Señora de la Candelaria”, se venera en el Santuario ubicado en San Pedro de la Paz, Concepción, es tal vez la más antigua que actualmente existe en Chile.

Los mineros la asociaron, por la candela que llevaba en su mano, a la luz que los acompañaba en los piques y que llevaban sobre el casco de trabajo…

Gran Concepción es un área metropolitana que comprende las 7 de las 12 comunas de la Provincia de Concepción, en la VIII Región del Biobío (Chile). Se encuentra ubicada en la ribera del río Biobío, en su desembocadura y cercanías, donde en total viven casi 700 mil habitantes, convirtiéndola en la tercera conurbación más poblada del país, después del Gran Valparaíso. Posee los puertos de Lirquén (comuna de Penco), Talcahuano, San Vicente (Chile) (comuna de Talcahuano), cuenta con el Aeropuerto Carriel Sur y cuatro vías de acceso desde la carretera panamericana. El centro neurálgico de esta conurbación es Concepción.

Esta ciudad fue fundada por Pedro de Valdivia el 5 de octubre de 1550 en el actual emplazamiento de Penco, frente a la Bahía de Concepción.

Dos años después, el asentamiento fue reconocido como ciudad a través de un Decreto Real que le otorgaba un Escudo de Armas, que es el que existe en la actualidad.

Durante la mayor parte de los siglos XVII y XVIII, Concepción fue el asiento de la Real Audiencia, la más importante institución de gobierno colonial española. Tras el terremoto y maremoto del 25 de mayo de 1751, que destruyó la ciudad, se decidió su re-emplazamiento en el denominado Valle de la Mocha, ubicación que mantiene actualmente. En la Plaza de Armas de esta ciudad, se firmó la declaración solemne de independencia nacional el 1 de enero de 1818. Desde ese momento, la Plaza de Concepción pasó a llamarse Plaza Independencia, la única Plaza de Armas que se denomina de esa forma en todo el país. Su crecimiento ha sido especialmente rápido a partir de la segunda mitad del siglo XX, llegando a fusionarse con otras urbes creando el Gran Concepción.

El río BÍO BÍO, en lengua mapuche significa Huio Huio o ‘rumor de agua’. Ha sido un río histórico por excelencia. Durante la Colonia fue la frontera y el gran teatro de la Guerra de Arauco y en la lucha de la Independencia Nacional, donde fue testigo de varias batallas entre patriotas y realistas. Su función más importante es abastecer de agua potable a más de un millón de personas.

  

COMUNA SAN PEDRO DE LA PAZ

La comuna de San Pedro de la Paz se ubica cruzando el río Bío Bío, al suroeste de la ciudad de Concepción. Sus límites son, por el norte, el río Bío Bío; por el sur, Coronel; por el este, río Bío Bío y por el oeste, el Océano Pacífico.

Creada como comuna el día 29 de Diciembre de 1995, posee una superficie de 112,5 km2 y una población superior a 80 mil habitantes.

La comuna debe su nombre al Fuerte construido en 1603 por orden del Gobernador y Capitán General del Reino de Chile, don Alonso de Ribera, durante la Guerra de la Araucanía. Hoy no quedan vestigios de este fuerte.

El único vestigio del Fuerte de San Pedro de la Paz que ha sobrevivido al paso de los siglos, es una imagen de la Virgen María, tallada en madera, que se venera en el “Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria”, erigido en su honor. Fue instalada en la fortificación militar por el Gobernador Alonso de Rivera en 1603. Esta reliquia histórica, cuatro veces centenaria, ha sorteado guerras, terremotos, el paso del tiempo y continúa iluminando a sus devotos.

Cada 2 de febrero se celebra la “Fiesta de la Candelaria”, que congrega a fieles de la región y del país. Durante la festividad se efectúa una tradicional procesión por las arenas del río Bío Bío. El 22 de enero de 1996, el Arzobispado de Concepción la declaró Patrona Principal de San Pedro de la Paz.

 

LA IMAGEN

La imagen de la “Bienaventurada Virgen María”, que bajo la advocación de “Nuestra Señora de la Candelaria”, se venera en el Santuario ubicado en San Pedro de la Paz, Concepción, es tal vez la más antigua que actualmente existe en Chile.

Traída desde España por el Gobernador Alonso de Sotomayor, alrededor del año 1583, fue venerada primeramente en los Fuertes de Angol, Nacimiento y Santa Juana. Al ser abandonados estos Fuertes por los ataques de los araucanos, la imagen fue traslada a Penco.

El Gobernador Alonso de Ribera, reconstruyó el Fuerte de San Pedro en la orilla sur del río Bío Bío, e hizo trasladar esta histórica imagen a dicho Fuerte. Desde entonces ha permanecido en el lugar, en él se firmó un tratado de paz entre españoles y araucanos, de ahí, el nombre de San Pedro de la Paz.

En el año 1983 la imagen de la “Virgen de la Candelaria”, fue sometida a un proceso de restauración a cargo del sacerdote Ángel Vicente Cerró, de la Congregación Padres de Schöenstatt, experto en policromía y restauración.

Al retirar yeso y papel de la imagen, producto de una restauración anterior (que probablemente se realizara en 1881, por los pedazos de periódicos de la época que se encontraron) el padre Ángel Vicente Cegó descubrió casi intacta una bella imagen de madera de artesanía gótica que trabajaban los escultores góticos en los siglos XV y XVI.

Con señorial estampa, “Nuestra Señora de la Candelaria” luce ahora en todo su esplendor, colocada en la única ventana del actual Santuario, pudiendo observarse tanto de día como de noche, apreciando su enigmática sonrisa, que a través de los siglos, no ha perdido su dulzura.

En el interior del templo se puede apreciar como telón de fondo del Altar al mural usado en la Misa que celebró S.S. Juan Pablo II, en su visita a Concepción. Este mural fue tejido por las bordadoras de Copiulemu en arpillera y lana. En la entrada del templo se encuentra el “Cristo de Pellín» labrado por toda la comunidad. Resultó un Cristo con rasgos mapuches.

LA DEVOCIÓN

El Santuario de San Pedro de la Paz, por siglos ha sido centro de la expresión religiosa de la zona del Bío Bío. En los tiempos de gloria de las minas de carbón de Lota y Coronel, había trenes que llegaban hasta la Estación de ferrocarriles de San Pedro para traer a cientos de peregrinos que venían cada 2 de febrero a venerar a Nuestra Madre.

Los mineros la asociaban, por la candela que llevaba en su mano, a la luz que los acompañaba en los piques y que llevaban sobre el casco de trabajo. En esos tiempos el río era navegable y se paseaba, junto con caravanas de botes con fieles, por el curso de agua. Cuando esto se hizo complicado, se sacaba la pequeña imagen en procesión por la Laguna Chica de San Pedro.

En la actualidad la Procesión se hace en parte por las arenas del río Bío Bío y luego por las calles de la Comuna, aledañas al Santuario.

El culto a la Candelaria empezó a decaer cuando se empezó a construir en los sectores donde los fieles hacían sus “paseos” y también por el decaimiento de la zona del carbón. Fue a partir del año 1980 cuando se empieza nuevamente a promover esta devoción mariana que poco a poco, al principio, y con mucha fuerza después, ha ido creciendo en número de fieles y en infraestructura.

Durante todo el año acoge a cientos de peregrinos que vienen a encontrarse con su Madre, muchos son acogidos en las Catequesis y en los Grupos organizados de la Parroquia, o vienen a celebrar sus Sacramentos. Este espíritu de cobijamiento, tan característico de los Santuarios Marianos, se deja ver claramente aquí.

Cuando se aproxima la celebración de la Fiesta Patronal (la “Virgen de la Candelaria” fue declarada por el Arzobispo Antonio Moreno, Patrona de la Comuna) se incrementa la oración en la Novena, se prepara la Cantata a la Virgen, y se realiza la Liturgia de la Luz a orillas del río.

Durante la fiesta y la procesión, son los »Caballeros de la Virgen» los encargados de la infraestructura y de transportar la imagen de la Virgen

EL TEMPLO

No sólo de atractivos naturales goza la comuna de San Pedro, porque una gran iglesia situada en el sector de San Pedro Viejo se conserva como una muestra patrimonial de la localidad que, además de poseer un gran templo, cuenta con bellos jardines decorados con hermosas figuras religiosas, bellos corredores y áreas verdes.

En la entrada al Santuario de La Virgen de la Candelaria, lo que más llama la atención, es una gran figura de Jesús en la cruz tallada en madera, donde los fieles realizan sus peticiones y prenden velas, mientras en los jardines del lugar una estatua de San Pedro traída directamente desde Roma, protege el recinto.

Es una moderna iglesia con terraza y hermosa vista de las luces de la ciudad de Concepción, reflejadas en el río Bío Bío al atardecer.

En enero de 1939 un terremoto destruyó el Santuario, fue reconstruido, pero en el año 1960 otro lo destruye nuevamente. La Facultad de Teología y la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso en una ayuda solidaria, construyen un nuevo templo en madera, programado para una duración de 10 años, sin embargo se mantuvo en pie 25 años, hasta que se construyó el actual Santuario el año 1987.

El 25 de marzo de 1982, por decreto, el Santuario pasó a ser también Parroquia y fue nombrado así su primer párroco y rector, por ordenanza del Arzobispo de Concepción, de ese entonces, Monseñor Manuel Sánchez.

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Virgen de la Candelaria de Adeje, España ( 2 de febrero)

La imagen se conserva en la Ermita de Santa Úrsula en el municipio canario de Adeje. Hay quién dicen que pudiera ser la imagen original de la Virgen aparecida a los guanches. Y otros que fue la primera copia.

Adeje es un municipio canario, perteneciente a la provincia de Santa Cruz de Tenerife. Está situado en el suroeste de la isla de Tenerife. Es la cuarta ciudad de Tenerife en cuanto a población.

 Los historiadores no tienen dudas. La imagen de la Candelaria que encontraron los guanches en la costa de Güímar, y que adoraron como su señora no era una virgen negra. Por la época, unos 100 años antes de la Conquista, se trataría de una virgen gótica: blanca y de pelo rubio, como la virgen del Pino. El tiempo, el aceite de nuez con el que limpiaban la figura y el humo de las velas con el que los dominicos rodearon la imagen hizo que la talla fuera oscureciéndose hasta parecer negra.

En el pueblo de Adeje creen firmemente que la imagen que ellos guardan con grandes dosis de cautela en la iglesia de Santa Úrsula mártir es la auténtica virgen de Candelaria. Dicen que el marqués de Adeje y Conde de la Gomera pidió que le dejaran la talla para hacer una copia y poder llevársela con él. En lugar de devolver la original, entregó la copia, y la virgen de Candelaria se trasladó a lomos de un burro hasta la Casa Fuerte de Adeje y después pasó a una pequeña capilla de su iglesia. Si esto llega a ser cierto, la imagen que se llevó el mar, en el temporal de 1826, hubiera sido una copia y no la auténtica.

Sin embargo, según el vicedecano de la Facultad de Geografía e Historia de La Laguna, que cita al historiador Jesús Hernández Pérez, en aquellos años, siglos XVII y XVIII se harían muchas copias de la virgen. Es verdad que una de ellas, tal vez una de las primeras, sea la que está en la iglesia de Adeje. Eso también lo afirma uno de los párrocos de la ermita, Agustín Sanabria, «esta es la primera copia que se hizo de la que se llevó el mar». De ahí su importancia: se conserva como en realidad era la virgen que vieron los guanches, y no como la imagen que años después ve el escultor Fernando Estévez. Es una Candelaria oscurecida, morena, y así es como reproduce la talla que la gente tanto adora en la basílica de Candelaria.

Pero hay otros que piensan que quizás no sea sólo una copia sino la verdadera imagen original.

 

UNAS RARAS INSCRIPCIONES

Otro de los misterios que rodea a la talla de La Candelaria de Adeje son las letras que bordean el manto de la imagen y que, todavía, no han podido ser descifradas. Las letras aparecían en la talla desaparecida en Candelaria y «evidentemente, el autor de la copia de Adeje también las reprodujo».

Se trata de letras del alfabeto colocadas sin aparente orden pero que «podrían corresponder a las iniciales de cada palabra de una oración o letanía, no se ha podido averiguar», aseguró el profesor de la Universidad de La Laguna, Gerardo Fuentes.

No obstante, este dato ha acrecentado los rumores y servido de argumento para determinados sectores que insisten en que este tipo de tallas ocultaban mensajes secretos de los caballeros templarios. «Estas letras, sin embargo, son habituales en tallas góticas. El Cristo de La Laguna también las tiene en el paño de pureza. No se han podido descifrar pero se continúa investigando», concluyó el experto.

Las extrañas letras de la talla original de la Virgen eran:
En la pretina del cuello:
ETIEPESEPMERI
En la manga izquierda:
LPVRINENIPEPNEIFANT
En la parte inferior de la túnica:
EAFM IPNINI FMEAREI
En el cinturón:
NARMPRLMOTARE
En el manto, en el brazo derecho:
OLM INRANFR TAEBNPEM REVEN NVINAPIMLIFINIPI NIPIAN
En la orla de la mano izquierda:
EVPMIRNA ENVPMTI EPNMPIR VRVIVINRN APVI MERI PIVNIAN NTRHN
En la parte trasera, en la cola:
NBIMEI ANNEIPERFMIVIFVE

 

LA TALLA ORIGINAL DE LA CANDELARIA Y LA NUEVA

Sobre 1390, la actual Candelaria era un paraje solitario y desértico que frecuentaban los pastores guanches del menceyato de Güimar. Una tarde, dos naturales que conducían su ganado, vieron como algunas cabras se negaban a pasar al llegar a la boca del barranco, se adelantó uno de ellos pensando que había gente que les quería robar y encontró, sobre una peña, la Santa Imagen.

Con esta leyenda, comienza el fervor y adoración de los isleños a la Virgen de Candelaria. Fervor que todos los quince de agosto se transforma en una monumental romería, que se conforma desde todos los puntos de la isla de Tenerife hasta llegar a la Basílica de Candelaria, donde espera a los romeros, la Patrona de Canarias.

Pero lo que muchos de estos romeros no saben es que la talla de la Virgen de Candelaria que preside el altar de la Basílica de Candelaria, no es la original, aquella que encontraran los Guanches en la playa de Chimisay (antiguo nombre de la playa del Socorro), a finales del siglo XIV o principios del XV, sino una escultura realizada por el artista Fernando Estévez de Salas, discípulo de Lujan Pérez en 1827, por encargo de los frailes dominicos que cuidaban el santuario en esa época.

Y es que, un año antes, en 1826, concretamente la noche del 7 de Noviembre, un temporal de viento y lluvias que asolaban la isla hizo correr las aguas del barranco que, desbordado a su encuentro con el Santuario, derribó los muros de la capilla que albergaba la Imagen, y la precipitó, junto a los escombros, al mar. Muchos fueron los intentos por recuperar la reliquia: se vigilaron las costas, se enviaron barcos a recorrer el litoral, se registraron las playas, pero todo fue en vano. Había desaparecido, trágicamente, la original Virgen de Candelaria.

La actual Imagen fue realizada por el escultor Estévez teniendo en cuenta algunos retratos de la desaparecida, pero no se trata de una copia de esta, ya que su autor, en contra de lo deseado, imprimió a su obra un sello personal y estilo neoclásico, representando a la Virgen con notables variaciones sobre el original perdido de estilo gótico. Con el paso del tiempo la obra se apolilló y tuvo que ser restaurada por el escultor orotavense Ezequiel de León que, en 1972, construyó un nuevo cuerpo completo de brazos fijos, tallado en madera de cedro, al que le adaptó la cabeza y manos del escultor Fernando Estévez, procediendo a continuación a policromar la túnica de la Virgen con las típicas inscripciones que tenia la Imagen desaparecida.

Debido a las reformas la Imagen ha perdido altura y por los vestidos con que actualmente se presenta es imposible apreciar estos cambios, por lo que, muchos son los que desconocen esta labor de conservación. De otro lado la Comunidad Dominica, ha sido cauta en divulgar estas reformas por respeto a la diversidad de opiniones que se podrían suscitar con tales conocimientos.

 

LA DESPARICIÓN DE LA TALLA ORIGINAL DE LA CANDELARIA Y LA APARICIÓN DE LA DE ADEJE

La Imagen que actualmente se venera en la Basílica de la Candelaria no responde a la perdida en el aluvión de 1826. Sin embargo, una talla considerada facsímile de la original puede contemplarse actualmente en la Iglesia de Santa Ursula de Adeje.

Esta talla, presenta una aureola de misterio sobre su origen, que a más de uno ha hecho dudar si se trata de la verdadera Virgen de Candelaria que encontraron los pastores en las playas de Chimisay y que, por algún motivo oculto, fue a parar, primero a los Marqueses de Adeje y luego a la ermita de Santa Ursula que tan celosamente la guarda en la actualidad. Para algunos la idea no es del todo descabellada, para otros, resulta un grave error histórico.

Veamos cuales son los hechos que alimentan estas dudas.

Según el historiador D. José Rodríguez Moure la noche del 7 de noviembre de 1826, presentóse sobre Tenerife una de esos temporales de viento y lluvias torrenciales que en períodos más o menos largos suelen visitarla y que, por desgracia, siempre dejan hondas huellas de su marcha destructora.

Continúa el historiador haciendo mención a un hecho insólito: la capilla o Iglesia provisional que aún subsiste, comunicaba con las obras del nuevo Templo por una puerta a los pies de la Capilla, que en la noche de este día, por un descuido quedó abierta. Describe a continuación la reacción de los frailes dominicos, encargados del cuidado del Santuario, ante la violencia del temporal: la comunidad de esta casa, estaba reducida a cuatro ancianos religiosos sacerdotes y dos legos no menos viejos que ellos, los que solo, dentro del Convento, viéronse sorprendidos por el terrible huracán, que habiendo revuelto las tejas de la cubierta, encontráronse precidados a dejar sus celdas y a refugiarse en la Cueva que sirvió de morada a los Marqueses de Adeje para pasar las fiestas, y que por la nueva fábrica quedaba dentro del traspatio del Convento. En este refugio que la inclemencia de la lluvia les obligó a tomar, aunque calculaban que la casa y Capilla estaría toda mojada, no se preocuparon del Sacramento y de la Santa Imagen, pues creíanlo libre de todo riesgo por la altura de las hornacinas o nichos donde los tenían reservados en la pared del fondo de la Capilla.

Y acaba el relato de esta manera: y precipitándose con furia devastadora las aguas reembalsadas, al tenderse en la embocadura llevándose doce casas de las que adornaban la plaza: pero como un gran brazo de la corriente entrara por la obra del Templo a la Capilla, (pues según se ha dicho, la puerta de comunicación había quedado abierta por descuido) pronto subió el nivel de aquella a más de dos metros de altura, cuya masa, obrando sobre la pared de fondo donde estaba colocada la Santa Imagen, la derribó, llevándose la estimada reliquia al cercano mar…

Hemos de reconocer que estos hechos, así contados y admitidos como ciertos por los historiadores, de haberse producido en la actualidad, hubieran originado que los frailes, los legos, y hasta el mismísimo Marqués de Adeje hubieran tenido que soportar como primeros sospechosos, el minucioso interrogatorio policial consecuencia de tan irregular relato.

Téngase en cuenta que, en Canarias, como indica Rodríguez Moure, no es frecuente este tipo de temporales, ni se presenta de un momento para otro. Incluso, se relata que otros textos, que desde la una de la tarde de aquel día, se apreciaron grandes gotas de lluvia y se avistaban unas inusuales nubes muy negras sobre el Teide. Por lo tanto ¿Cómo pudieron ser los frailes tan poco previsores?. Desde que empezaran las lluvias hasta que las aguas del barranco tomaran el caudal necesario para llevarse hasta doce casas de la plaza, debieron de pasar varias horas. Entonces ¿Por qué los frailes , encargados del cuidado y la seguridad de la Virgen, no se llevaron con ellos hasta su refugio la Santa Imagen, que era de madera ligera y sólo medía un metro?. Y ¿Cómo olvidaron cerrar la puerta de la Capilla que guardaba en su interior la tan preciada Imagen?.

Sería más lógico pensar que, por la violencia de la tormenta y con el fin de protegerla, llevaran la Santa Imagen hasta la cueva del Marqués de Adeje y que la puerta de la Capilla quedara abierta por que no se encontraba la Imagen en ella. Y que al día siguiente, ocultaran este hecho a los vecinos del pueblo y aprovecharan las circunstancias acaecidas para entregar la Imagen al Marqués que solo tendría que recogerla en la Cueva de su propiedad.

Pero, ¿Qué motivos podrían tener los frailes para actuar así?. Veamos cual era la situación política de aquellos años: La invasión de Napoleón y el destronamiento de Fernando VII, que dio origen a la guerra de la Independencia, también repercutió en Canarias, y aunque la guerra no se dejó sentir en las Islas de una manera directa, se vivieron las incertidumbres propias que conlleva una contienda de esta importancia.

A estos acontecimientos siguieron los de la proclamación de la Constitución de 1812, la restauración de Fernando VII, y la creación del Obispado de Tenerife. Más tarde el restablecimiento de la Constitución de Cádiz en 1820, y con él el verdadero alcance de las nuevas ideas y la mísera suerte que aguardaba a las órdenes religiosas.

Los Dominicos de Candelaria hubieron de entregar los inventarios sobre las riquezas de la Virgen que les fueron precisados y sufrir numerosas vejaciones. No obstante, prosiguieron con las obras del nuevo Templo, por haber sido destruido el mismo en un incendio de 1784 del que sólo se salvó la Imagen y algunas pertenencias del Santuario. A partir de 1823, acabada la restauración de Fernando VII, les fueron devueltas al clero sus posesiones y se permitió abrir nuevamente los conventos clausurados, entre ellos el de Candelaria. Esta sucesión de hechos había marcado, a buen seguro, el ánimo de los frailes.

Posteriormente, en 1835, se volvió a dar órdenes desde Madrid de la extinción de los conventos y con ello la expulsión de los religiosos de Candelaria, incautándose el Estado de todos los bienes del Convento, incluidos el edificio y las alhajas. Los pocos libros que poseían fueron a parar a los más variados propietarios y muchos de ellos destruidos. Las puertas, ventanas y vidrieras del restaurado Templo de Candelaria, fueron arrancadas y llevadas a casas particulares de Gúimar. La Diputación Provincial se apropió del magnifico dorsel de terciopelo de seda y oro que se utilizaba en el trono de la Virgen, y del soberbio crucifijo de marfil que tenia el altar del Santuario, que acaba siendo usado para recibir el juramento de los diputados.

Los luctuosos acontecimientos durante los años previos a 1826 y la presunción de los que se avecinaban pudieron ser suficiente motivo para que el Marqués, hombre poderoso y cercado a la política de aquella época, decidiera junto con los frailes, llevar a la Virgen hasta un lugar seguro, su casa de Adeje, la Casa Fuerte, donde estaría protegida hasta que vinieran tiempos mejores.

Esta hipótesis queda también sustentada en otro hecho insólito. El siguiente año, antes de encargarse la actual imagen, y presentándose las fiestas en honor a la Virgen, recoge en sus textos Rodríguez Moure: Apremiando el tiempo de la próxima fiesta y recordando los religiosos que en la Parroquia de Adeje había un facsímil de iguales proporciones que la perdida imagen, mandado a esculpir por los piadosos Marqueses de Adeje, pidieron al Prelado se les facilitara mientras apareciera la perdida o el Santuario se proveyera de otra. Corrió el tiempo y la festividad presentóse, teniendo los religiosos que traer un retrato al óleo que de la desaparecida Imagen tenían en el oratorio privado de la finca de la Granja.

O sea, que los piadosos Marqueses, les negaron el favor de prestar la Imagen. Y aquí surge otra interesante cuestión. ¿Por qué se negaron los Marqueses a cederla si era una copia?. Una explicación razonable sería que se trataba del original, y en consecuencia no podía ser exhibido por temor a ser reconocido por los fieles. Y algo mucho más importante, ¿Por qué no aparece ninguna mención de la Imagen de Adeje hasta esta fecha, cuando se reconoce en la actualidad, que se trata del facsímil más antiguo de la Virgen de Candelaria?. Por otro lado, resulta incoherente que, el Marqués, Protector y Patrono de la Virgen de Candelaria, entorpeciese con su postura las fiestas de su protegida.

A continuación veamos la descripción que sobre la talla original hicieran Fr. Alonso de Espinosa primero, y posteriormente Fr. Juan Abreu Galindo. Nos dicen ambos autores que, la imagen es de más o menos 5 palmos de altura (aproximadamente 1 metro), contando con la peana en que apoyaba los pies. Su posición era de pie, con la cabeza recta y mirando al frente, teniendo en el brazo derecho al Niño Dios, desnudo, las piernecitas dobladas y los brazos también. Aprisionaba por las alas un dorado pajarito de moñita o peineta, y por último, la Imagen del Niño tenía la cabeza ladeada a la derecha y miraba a algo que estaba a los pies de la Madre. El brazo izquierdo de la Virgen, en posición inverosímil, sostenía al Niño, y en la mano izquierda, que se presentaba en posición cerrada y muy natural, tenía un trozo de vela como un jeme de color verde, que daba a entender podía aumentarse con otro, a voluntad, y por último apoyaba las plantas de los pies sobre una tabla redonda o peana, como de cuatro centímetros de alto, pintada de color encarnado, descubriéndose la parte externa del pie izquierdo que salía un poco del diámetro de la peana. La indumentaria constituíala una túnica dorada, imitando el color amarillo, desde el cuello hasta los pies, haciendo el talle un cinturón cerrado, azul, como de dos centímetros de altura. El manto, también azul obscuro, salpicado de flores de color de oro, caíale desde los hombros por uno y otro lado del cuerpo, sujetándolo sobre el pecho una traba cuerda encarnada. La parte del pie que se dejaba ver por los bajos de la túnica, presentaba calzado un chaplín cerrado, de color encarnado. La cabeza de la Santa Imagen adornábala hermosa cabellera partida a la mitad, cayendo sobre los hombros en seis ramales tendidos por la espalda. El rostro muy proporcionado a la estatura, era ligeramente ovalado, adornado por rasgados ojos, boca pequeña y bien plegada y con unas hermosas rosas en las mejillas. La Imagen esta adornada en el cuello del vestido, cinturón en los extremos de las mangas y al pie de la túnica con unas letras, que aún en la actualidad, no ha podido entenderse su significado.

La coincidencia entre esta descripción que hacen ambos autores de la talla original encontrada por los guanches y la que se encuentra en la iglesia de Santa Ursula de Adeje son casi generales. No obstante, algunos historiadores y expertos en arte, encuentran diferencias entre los colores del manto de ambas, así como, en los dibujos del mismo, en el número de ramales del pelo, pero sobre todo, hacen hincapié en la diferencia de estilo. La de Adeje se fecha hacia mitad del siglo XVII, la catalogan de estilo renacentista, y a la original anterior al siglo XVI y de estilo gótico. A pesar de todo, sobre las diferencias de color que plantean, debe tenerse en consideración, la gran cantidad de errores que cometieron los cronistas en las descripciones realizadas, por ejemplo, las relativas a las letras de la túnica, de las que existen al menos, cinco versiones diferentes, ocasionadas unas veces por erratas de imprenta y otras por errores de trascripción de los escritos originales. Además, no deben descartarse las posibles restauraciones, con los consiguientes cambios de color de las pinturas que deben haberse realizado sobre la talla de Adeje. Es conocido, por ejemplo, que un Párroco de Santa Ursula, llegó a pintar completamente el altar mayor, tapando todas las inscripciones originales. Otra cuestión importante pende sobre el origen de la Virgen de Adeje.

Existen multitud de Imágenes de la Virgen de Candelaria, tanto en el Archipiélago como en Sudamérica, pero se conocen en la mayoría de ellas, los datos del autor, fecha de realización y hasta el nombre del devoto que la encargó. En el caso de la Virgen de Adeje, no solo no se conoce al autor, sino que no se precisa la fecha de su realización con exactitud, si bien es cierto, que los archivos de Canarias han sufrido continuos expolios que complican bastante toda investigación. La importancia de la reseña consiste en que muchas de las referidas imágenes son facsímiles de la de Adeje, como la de Ntra. Sra. de Candelaria de Caracas.

La duda sobre si la talla de Adeje se trata de la original ha circulado por la isla en todas las épocas.

Rodríguez Moure recoge en sus escritos unas coplas que circularon en 1827 a raíz de la desaparición de la Virgen en el mar y que hablan por si solas del sentir y mal pesar de los habitantes de la Isla. Dice así: La Virgen de Candelaria, se la llevo el temporal. Ya los frailitos perdieron la cañita de pescar.

Esta revista solicitó al obispado de Tenerife que emitiera su opinión sobre este tema. Solo conseguimos la más absoluta reserva de nuestro interlocutor telefónico y una ligera alusión a que nos dirigiéramos a la Parroquia de Adeje.

Hace algunos años, se llevó a cabo sobre una astilla de la talla de Adeje la prueba del Carbono 14 que arrojó unos resultados que permanecen celosamente en poder del Ayuntamiento de la Villa y de los que solo se sabe que no lograron precisar su antigüedad con exactitud. Paralelamente, se le practicaron algunas radiografías que permitieron observar en el interior de la Imagen, a la altura del corazón, un objeto opaco que bien pudiera ser de metal o una piedra preciosa.

A pesar de la negativa de algunos historiadores a reconocer la posibilidad de que la Virgen adejera sea la original desaparecida en 1826, en una aseveración todos coinciden: La talla de Adeje es el mayor y mejor facsímil de la Virgen de Candelaria, realizado a la vista del original.

Esto, por si mismo, supone el reconocimiento del gran valor artístico de la talla y sobretodo, que es la que más se acerca en su aspecto a la antigua Virgen de Candelaria.

En la Villa de Adeje, muchos son los que creen que su Virgen es la misma que el 7 de Noviembre de 1826 desapareciera del Santuario, pero pocos lo manifiestan abiertamente.

En la Iglesia de Santa Ursula, la Virgen permanece muda tras los viejos barrotes que la protegen, tan solo visitada por los fieles de la Villa y algún que otro turista. Mientras, la Basílica de Candelaria recibe a diario miles de fieles que pretenden ver a su Patrona. Si la Patrona original, que veneraron los guanches, los conquistadores, y posteriormente, durante más de 400 años los tinerfeños, fuera la que permanece en un apartado rincón de la Iglesia de Adeje, se habrá cometido con Ella un ultraje imperdonable. Esperemos que no se equivoquen los expertos y estemos libres de pecado.

Fuentes: Revista EL SOL ATLANTICO de agosto de 2000, por Daniel Feo y otras.

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