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El cura villero padre Pepe dice que en Bergoglio no hay marketing

Siempre ha sido el mismo.

 

El ya conocido “cura villero” argentino, Padre “Pepe”di Paola, que saltó a la notoriedad por las menciones del papa Francisco, participa en el meeting de Rímini – esta vez dedicado al Papa Francisco y denominado “Con la «Lumen Fidei» a las periferias de la existencia” – y fue convocado para una mesa redonda al lado de Guzmán Carriquiry, secretario general de la Pontificia Comisión para América Latina, y del sacerdote Stefano Alberto.

 

padre pepe y bergoglio

 

Aquí hay un resumen de sus dichos.

«En mi intervención hablo de cómo actuaba Bergoglio como arzobispo y de la continuidad que existe con su manera de ser Papa. Detrás de su actitud, de su relación con las personas, de su enfoque, no hay nada nuevo o diferente, mucho menos ninguna estrategia de marketing: hay una manera de vivir la Iglesia que nosotros conocimos durante los años en Buenos Aires».

«Siempre nos ha invitado a ir a las periferias geográficas y existenciales, pero no se limitaba a enviarnos a las villas, sino que nos acompañaba en esta experiencia. Acompañó a la gente y a los sacerdotes. Estuvo cerca de nosotros. Es por ello que los únicos que no están sorprendidos con Papa Francisco son los pobres de las villas o los jóvenes que fueron salvados de la droga, a los que Bergoglio estuvo cerca, mucho más de lo que estuvo con círculos intelecutales o académicos. Puedo atestiguar –explica padre “Pepe” – que el habitante de las villas sentía al arzobispo casi como “incorporado” a su vida cotidiana».

Uno de los aspectos que caracterizaban el episcopado de Bergoglio en la capital argentina y que sigue teniendo seguidores entre muchos de sus sacerdotes argentinos es la facilidad con la que administraba los sacramentos, a partir del bautismo. Sin largos recorridos de catequesis o de preparación, tratando, al contrario, de seguir a las personas y a las familias después del bautismo del hijo.

«Bergoglio –afirma el padre “Pepe” – siempre ha creído profundamente en la potencia de la gracia, en la gracia que es donada a través de los sacramentos. Y siempre ha creído más en la potencia de la gracia que en la importancia de la preparación adecuada previa de los recorridos educativos o catequéticos. La Iglesia debe favorecer y facilitar la fe de las personas».

«Yo puedo atestiguar –concluye el sacerdote– la belleza de muchas historias de chicos que se sintieron acogidos, que encontraron la fe, que salieron del túnel de la droga porque se sintieron amados por una Iglesia que supo acercarse a ellos».

EL PADRE PEPE CUENTA SU RELACIÓN CON BERGOGLIO

Cuenta que la amistad entre ambos nació cuando era arzobispo de Buenos Aires, una amistad que creció, el deseo de Bergoglio de que se trabaje en las periferias, participando en primera línea, y cuando al párroco ‘Pepe’ le amenazaron los narcos. También como su estilo que no imponía sino que incentivaba los buenos proyecto. En barrios marginales en donde no existe la fiesta cívica, en donde la fiesta del pueblo es la religiosa. Festejaron la elección de Bergoglio con la alegría de un mundial de fútbol.

¿Cómo nació su amistad con el papa Francisco?

Yo soy diocesano, Bergoglio es jesuita, llegó en los años noventa y algo. Me conoció porque yo trabajaba con los niños y los jóvenes, también buscando esta opción por los pobres. El me fue acercando a la villa, a la ciudad oculta, y después me nombró párroco en la Villa 21. Y pude llevar mi sacerdocio con mucha plenitud porque allí convergían el trabajo con los jóvenes y los pobres. No es que te decía vayan que les apoyo. Porque él se implicaba con el trabajo en la villa. Él venía, caía inesperadamente para tomar mate. Entre el 97 y el 2001, la única persona importante que visitaba las villas era Bergoglio. Hasta ese momento había gente que se dedicaba a la política y mandaba representantes, pero el único importante era él. Después del 2001 inició a vivirse otra situación con más interés del mundo social y político.

¿Cómo seguía Bergoglio el trabajo de ustedes?

Escuchaba nuestras propuestas. ‘Si lo ven empiecen’ decía, como cuando fundamos el centro de recuperación de adictos. Cuando veía que nos jugábamos por alguna cosa que valía la pena y que tenía que ver con nuestras convicciones, inmediatamente nos apoyaba. Y nos dejaba. Confió mucho en nosotros.

La droga en las villas: se diría que los narcos la venden a los ricos

El narcotráfico en América Latina tiene diseñado planes para gente de clase alta, media y baja, para los pobres es el estiramiento de la cocaína, que la llaman ‘el paco’.

Ud. ha indicado hoy que que los resultados que obtuvieron debería hacer reflexionar a quienes consideran que la religión es el opio de los pueblos

Sí, por ejemplo la lucha por las escuelas, la superación de la propia vida de las personas, muchas que vinieron sin nada y que de pronto aprendieron un oficio, se pusieron a trabajar. Y todo es en base a la espiritualidad, no en base a un Estado que le dijo ‘tenés que hacer esto’.

¿Por qué se quedan en la villa?

A veces se quedan allí porque es el barrio que les vio nacer, le tienen afecto aunque querrían que fuera de otra forma. La superación individual y grupal se da en la vida comunitaria de la villa cuando tiene como motor la fe, ni siquiera el factor económico. Más aún, todo lo que es planes puede funcionar un tiempo pero después… Lo que hace perseverar es cuando hay una Iglesia que les da realmente un contenido, un ámbito de encuentro a esta gente que viene de otros países o provincias. Y porque encuentran una Iglesia que los reúne como familia y les da la posibilidad que ellos hagan su propia historia.

¿Cómo están las cosas ahora?

Se salió de la emergencia hay programas que son buenos, pero en cuanto superación estamos muy lejos, no soy economista y no se si se puede hacer. Entretanto creo que las realidades argentinas no podemos medirlas sin entender lo que pasa en el Cono Sur, porque si muchos van a Argentina es porque tienen una salud pública, instrucción. Etc.

¿Hay algún hecho particular que le haya quedado impreso junto al obispo Bergoglio?

Cuando yo le comenté: ‘monseñor me amenazaron de muerte’, estábamos así conversando como nosotros ahora. Él estaba muy atento, se puso la mano en la cabeza y dijo: ‘lo único que le voy a pedir a Dios es que si tiene que morir alguien, que ese sea yo y no ustedes. Porque ustedes tienen que seguir en las villas haciendo lo que hacen’. Y eso me lo dijo a mi, no delante de la gente para quedar bien. Realmente son cosas que uno no se puede olvidar nunca.

¿Y entonces que pasó?

Me quedé, un año y medio más, me nombró vicario de las villas, y después vi que las amenazas ponían el peligro la vida de quienes me acompañaban, de mis colaboradores. Ahí le dije, monseñor, tengo que irme porque temo que pase algo, no conmigo visto que todos ya me conocen, pero, ¿quién defiende a un niño de las villas ante estos tipos que no tienen ningún tipo de escrúpulos?

¿El problema se arregló?

Es difícil decirlo pero al menos se descomprimió. Y ahora volví a trabajar en este carisma.

En el video durante su conferencia en el Meeting se veía que en las villas se realizaban fiestas religiosas con fuerte devoción popular del mundo andino.

Las villas de Capital Federal sobre todo tienen una gran componente de migración de los países limítrofes, sean paraguayos, bolivianos y peruanos. En cambio en la villa de San Martín, en donde estoy ahora, hay más componentes del norte argentino.

¿Cómo celebran sus fiestas la gente de las villas?

En estas villas de capital no existe la fiesta cívica, la fiesta del pueblo que es la fiesta religiosa. El 8 de diciembre por ejemplo todo se para para celebrar. Es una caminata que dura todo el día por todo el barrio y la gente sale para festejar. Al menos en las villas de la Capital. Ahora estoy empezando a conocer las villas de San Martín pero allí me parece que la realidad es diversa.

¿Y Begoglio como se movía en la villa?

El papa en la villa se movía con libertad absoluta, se enojaba si uno le decía: ‘le vamos a buscar al colectivo’ y uno hasta allí llegaba, al consejo. Recuerdo que una vez le esperaba en un sector del barrio que se llama Zavaleta, estábamos armando un escenario improvisado y me llamó la atención que Bergoglio aún no hubiera llegado. Cuando terminamos lo veo salir de un pasillo donde vivía un grupo bastante complicado. Le pregunté y me dijo: ‘llegué hace un rato, los vi trabajando y como ellos me pidieron que bendijera las casas, fui’. Y esa gente se dio cuenta que era el obispo cuando Bergoglio se puso la mitra. Ellos pensaban que era el cura mayor que había venido a acompañar la misa. Todas estas cosas durante años, hizo que la gente cuando lo eligieron papa dijera, ‘este es el papa villero’.

Cuando fui a la plaza de Mayo en la vigilia de la misa de inicio del pontificado, mucha gente había llevado la foto en el momento en el que Bergoglio les confirmaba, les bautizaba etc. Era una alegría, se festejó como si fuera el mundial de fútbol. La gente salía a festejar, a poner música, un festejo muy grande en la Villa 21, porque lo sentían como alguien del lugar.

¿Desde el punto de vista espiritual cómo les trataba?

–Padre Pepe: Tenía un gran respeto por nosotros, solamente nos preguntaba. Yo hablaba mucho con él porque era coordinador del grupo, me tocó estar muchas veces a su lado hablando, consultándolo, manifestando inquietudes, él sugería.

¿Les organizaba retiros, por ejemplo?

No, el esperaba que nosotros lo hiciéramos. De hecho hicimos retiros, le invitamos a alguna reunión. Eramos un grupo de gente grande. No nos imponía, no era un tipo que viniera a imponerte nada, esperaba que la iniciativa viniera de nosotros.

Fuentes: Vatican Insider, ZenitSignos de estos Tiempos

 

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Nace “La Mugica” una organización a partir de los curas villeros de Argentina [13-05-15]

Un grupo solidario para una iglesia pobre y sencilla.
Está inspirada en la labor del sacerdote asesinado en 1974 y dirigida a los jóvenes. Aclaran que no hay otra ideología que la fe, el compromiso y el amor a los que más necesitan. Lo anunciaron los curas de las villas de emergencias porteñas.

 

padre mugica con cortazar

 

El padre Carlos Mugica, el papa Francisco, los curas villeros porteños y los vecinos y voluntarios en las zonas más pobres de la ciudad fueron los protagonistas de una fiesta religiosa y musical que se vivió en la villa 31, de Retiro.

LA CONMEMORACIÓN

La jornada con la que todos los años la Vicaría Episcopal para las Villas de Emergencia de la Ciudad de Buenos Aires recuerda a Mugica -que fue acribillado en 1974 y aún la Justicia no dio su veredicto- estuvo teñida por la elección del cardenal Jorge Bergoglio como Santo Padre.

Detrás del altar, en el que oficiaba misa el padre José María «Pepe» Di Paola -primer vicario episcopal para las villas, que ayer cumplía 51 años-, una gran bandera blanquiceleste con los rostros de Mugica y de Francisco llevaba la firma de «La Mugica».

COMPROMISO CON LOS MAS NECESITADOS

El presbítero Guillermo Torre, párroco de Cristo Obrero, la iglesia de la villa 31, anunció la creación de una agrupación que llevará ese nombre y estará dirigida especialmente a los jóvenes, no sólo de la 31, sino de todos los barrios pobres.

«Apenas lo eligieron, el papa Francisco dijo que anhelaba una Iglesia pobre y para los pobres. Eso mismo es lo que quería Carlos. Y por eso nació La Mugica», afirmó Torre.

Y continuó:

«Lo que nos identifica es la fe, el compromiso y el amor a los que más necesitan. No hay otra ideología. Lo que nos mueve el corazón es ese compromiso de amor que nos enseñó Jesús y que vivió Carlos hasta darnos su vida». 

A 39 AÑOS DE SU ASESINATO, EVOCARON SU LUCHA

El padre Pepe destacó que haya vivido junto a los pobres en la villa. El vicegobernador Mariotto dijo que junto al Papa «representan a la Iglesia que está cerca de la gente». También lo recordaron en el templo donde fue acribillado por la Triple A.

La lucha del padre Carlos Mugica fue evocada el sábado pasado en ceremonias religiosas y actos por referentes eclesiásticos y políticos, al cumplir 39 años del asesinato de quien fue símbolo de la opción preferencial por los pobres y considerado uno de los primeros «curas villeros».

El sacerdote José María «Pepe» Di Paola, a quien el papa Francisco protegió después de ser amenazado por narcos en la villa 21-24 del barrio porteño de Barracas, presidió hoy una misa y una caminata en memoria de Mugica por las calles de la villa La Cárcova, en la localidad bonaerense de José León Suárez.

«Mugica fue un pionero, uno de los primeros en salir a las periferias existenciales como hoy nos pide el Papa. No se quedó encerrado en la sacristía. No sólo estuvo junto a los más pobres en las villas, vivió con ellos», destacó Di Paola.

En tanto, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, encabezó un acto en la plaza del barrio La Unión, de Cañuelas, donde se inauguró un mural para recordar al sacerdote tercermundista que en la década del 70 trabajó en la villa 31 del barrio porteño de Retiro.

«Mugica fue uno de esos militantes que rompen con las estructuras tradicionales y se juegan por los pobres, por eso el recuerdo de su tarea está permanentemente vivo», aseguró el referente provincial del kirchnerismo.

En otra señal del giro del gobierno tras la elección pontificia de Jorge Bergoglio, Maritto aseveró:

«Mugica y el Papa representan a esa Iglesia que está cerca de la gente».

Hubo otra celebración eucarística en la parroquia Cristo Obrero, el templo de la villa 31 que Mugica creó y donde descansan sus restos. Allí, el oficio religioso fue presidido por el sacerdote Guillemo Torre, integrante de la Pastoral de las Villas porteña.

También una misa en la parroquia San Francisco Solano, ubicada en Zelada 3771, del barrio porteño de Villa Luro, donde Mugica fue asesinado.

El 11 de mayo de 1974, a las 20.15, cuando salía de celebrar una misa en la iglesia San Francisco Solano y se aprestaba a subir a su Renault 4L, fue asesinado a balazos.

El crimen del padre Mugica, quien recibió cinco tiros -uno de ellos por la espalda cuando ya estaba en el suelo- se atribuye a agentes de la triple A.

Mugica murió horas más tarde en el Hospital Salaberry, en el barrio porteño de Mataderos, y desde allí fue llevado en los hombros de los fieles hasta la parroquia de Retiro. Durante toda la noche sonaron las campanas y hubo filas de más de 100 metros para entrar al velatorio. Al día siguiente, una multitud lo acompañó hasta el cementerio de la Recoleta.

Por demanda de los vecinos, en 1999 los restos de Mugica fueron traslados a la parroquia Cristo Obrero, de la Villa 31, en una caravana que encabezó el entonces cardenal Bergoglio.

En aquella oportunidad,  el hoy Papa rezó:

por «los asesinos materiales, por los ideólogos del crimen del padre Carlos y por los silencios cómplices de gran parte de la sociedad y de la iglesia».

Fuentes: Valores Religiosos, Signos de estos Tiempos

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Las razones reales por las que Francisco está haciendo las misas distinto que Benedicto XVI [2013-05-15]

No hay razón para estar preocupado.
Una de las críticas que se hacen a Francisco actualmente es sobre un posible abandono de los esfuerzos litúrgicos que tuvo Benedicto XVI, retrocediendo a una etapa anterior que marcaría el «final de la reforma de la reforma» de los cambios litúrgicos luego del Concilio Vaticano II. Pensar esto es leer mal lo que está sucediendo.

 

bergoglio y el cura villero padre pepe

 

Lo primero que deben entender los tradicionalistas es que por ser jesuita, Bergoglio no necesariamente debería ser un modernista, tal como últimamente los medios muestran a los miembros de la Compañía de Jesús; él es un jesuita clásico, de los de antes. Por lo tanto por aquí no va una posible intención de boicotear el renacimiento de la liturgia tradicional.

Por otro lado es claro que Francisco no es un liturgista y algunos piensan que su desconocimiento lo hace menos abierto a la liturgia más perfeccionada. Pero esa no parece ser la razón por la cual está haciendo misas más simples. La razón es otra.

Bergoglio, como lo sugirió desde el inicio de su pontificado, está preocupado por las periferias, porque como latinoamericano sabe que una cosa es lo que se hace y se puede hacer en Roma y en las catedrales de las grandes ciudades, y otra cosa la que se hace y se puede hacer en pueblitos marginales del interior de un país pobre o en zonas carenciadas.

En este sentido, está mostrando un estilo de misa que puede ser entendida y replicada en cualquier lado y de esta forma, unificando la liturgia.

MISA MÁS PARROQUIAL

Las misas de Francisco se centran más en el tema pastoral y en el relacionamiento con las personas que las misas de Benedicto XVI, que se centraban más en las técnicas y los conceptos litúrgicos, y en la teología.

Pero esto no implica que el papa Bergoglio abandone el ritual y la ceremonia, simplemente lo simplifica y lo hace más parecido a lo que la mayoría de los católicos encuentran cuando van a su parroquia

Es por eso que se ven menos recursos litúrgicos utilizados, más referencias a temas de la conducta concreta de los fieles y de los sacerdotes, o sea más referencias pastorales para la vida diaria de los fieles, y luego, un espacio especial para el acercamiento y el relacionamiento, cuando al final el Papa saluda a la concurrencia.

Y sobre todo los gestos, como por ejemplo hacer el lavatorio de pies en una cárcel de jóvenes, llevando él mismo, pastor principal de la Iglesia, la liturgia a las personas que están en peores condiciones; de nuevo la periferia.

En cambio las misas de Benedicto XVI eran más cargadas teológicamente, al igual que sus homilías, con más detalles litúrgicos  que las distanciaban de las misas que un párroco de una pueblito perdido en el interior de algún país sudamericano pudiera hacer, y sobre todo, el aspecto de relacionamiento con los fieles no era un foco en el papa Ratzinger

Estas diferencias entre ambos, no es descartable que estén también relacionadas con su ascendencia, Francisco es un latinoamericano de ascendencia italiana y Benedicto un europeo del norte, un alemán.

Pero sobre todo, están referidas a la historia de cada uno. Benedicto XVI es un teólogo, un profesor universitario, mientras que Francisco es un hombre pastoral y de gobierno de su grey.

LA LITURGIA EXTRAORDINARIA

Se ha sentido que Francisco no toma en cuenta la forma extraordinaria del rito de la misa. Pero probablemente lo que suceda es que no lo sienta como una prioridad, pero si lo acepta.

En Buenos Aires, el entonces cardenal Bergoglio no expresó interés en la forma extraordinaria del rito. Sin embargo, él no opuso resistencia a ella tampoco. Después que Summorum Pontificum hizo la misa tradicional disponible, de hecho, Buenos Aires es probablemente la ciudad latinoamericana con mayor número de misas celebradas en la forma extraordinaria.

Su falta de interés principal no es por hostilidad o indiferencia sino por  estar concentrado en una tarea mucho más ardua: asegurarse de que todos los fieles de su diócesis tengan acceso a una misa decente.

ASEGURARSE UNA MISA DECENTE

En América Latina, al lado de misas maravillosamente y cuidadosamente celebradas y asociadas a las principales devociones populares, los abusos litúrgicos están todavía vivos y constituyen un gran problema.

No es una situación de omitir o cambiar aquí y allá. Los problemas litúrgicos son mucho más graves. Consisten en eventos como sacerdotes y «concelebrantes» de la Misa con jóvenes al ritmo de canciones tropicales en Colombia, «consagrar» tortas con mermelada de Guayaba en Venezuela, una misa «reggae» en Panamá, o un sacerdote que celebra con ornamentos de Batman y Robin mientras tira chorros de agua bendita con una pistola de agua verde y roja en México.

Esto no es una exageración. Estos abusos están ocurriendo ahora.

Por lo tanto Francisco está mostrando un estilo de misa simple, que puede ser replicada y entendida en cualquier lugar, como si se estuviera empezando desde abajo.

ESPECIAL INTERÉS POR LOS SACERDOTES QUE PRESIDEN LAS LITURGIAS

Junto con el tema de la liturgia de las misas, el cardenal Bergoglio en Buenos Aires trató de cambiar la vida sacerdotal y sacramental en general.

Una de las transformaciones más importantes y exitosas de la arquidiócesis, con un impacto significativo en la liturgia, fue el enfoque del cardenal a los «curas villeros».

Las «villas miseria» es el nombre que los argentinos le dan a los barrios marginales de las grandes ciudades. A los curas villeros se dedicó especialmente en su ministerio pastoral, porque tienen la grand dificultad, de que además del empobrecimiento, generalmente el entorno es muy violento.

Nuevamente, vemos que Bergoglio se ocupa principalmente de las periferias, tratando de acercar a las ovejas que han quedado rezagadas.

Aunque llenos de celo pastoral, la mayoría de ellos fueron identificados con la teología latinoamericana de la liberación, que incorporó las ideas marxistas en el cristianismo como un medio indispensable para comprender y hacer frente a la injusticia social. Y, en general, tenían una actitud de rebeldía hacia la autoridad, liturgia incluida.

Jorge Bergoglio, como arzobispo de Buenos Aires, cambió por completo la dinámica de los sacerdotes y los barrios miserables que servían.

En los años 70, la mayoría de los obispos estaban en constante tensión con los curas villeros, y, de vez en cuando, uno de ellos era trasladado o eliminado por completo.

Por los años 90, los obispos los toleraban, pero cuando Bergoglio se convirtió en obispo auxiliar en Buenos Aires, lo cambió todo.

La diferencia era que el cardenal Bergoglio abrazó a los sacerdotes y su ministerio. Él los visitaba en sus villas miseria, los enviaba a descansar si estaban cansados ??y los reemplazaba él mismo en su parroquia durante unos días. Él personalmente cuidaba de ellos si estaban en la cama enfermos y de  sus necesidades particulares.

La única vez que retiró a un cura villero fue para protegerlo de un capo de la droga local que envió amenazas de muerte.

Y con la misma solicitud paternal que solía cuidar de sus sacerdotes, el arzobispo pidió que vuelvan a usar ropas sacerdotales, se abstuvieran de utilizar «batata o papa» en lugar de pan ácimo para celebrar la misa, y que usaran canciones de cancioneros cat;olicos más que canciones políticas o seculares.

Como se ve, los problemas litúrgicos son mucho más graves en la perferia de lo que un católico que concurre a misa en una catedral o en un templo importante de una gran ciudad puede suponer. Integrar la periferia de la iglesia a la corriente principal es lo que está buscando Francisco.

Fuentes: Alejandro Bermúdez para NCRegister, Signos de estos Tiempos 

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