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Aquí está Todo lo que Debes Saber sobre la Asunción de María

La Asunción de la Santísima Virgen a los cielos es el último dogma emitido por la Iglesia Católica.

Implica muchas cosas doctrinales centrales para la Iglesia y para la teología de María.

Y significa la materialización de la gran promesa de Jesucristo a nosotros.

La Iglesia la festeja el 15 de agosto.

Asuncion de la Virgen en basilica macarena

A través de los años hemos generado un cuerpo de artículos verdaderamente importante sobre este tema..
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Que abarca desde su análisis hasta la presentación documental del hecho.
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Pasando por las visiones sobrenaturales que recibieron místicos.
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Y el trayecto de 20 siglos que recorrió la Iglesia en el discernimiento, hasta aprobar que la Asunción de María a los cielos en cuerpo y alma es dogma.

En este post hacemos un índice de todos los artículos que hemos publicado para que el lector pueda elegir lo que leer.

 Pierre Paul Rubens

 

EXPLICACIONES GLOBALES DE LA IMPORTANCIA DE LA ASUNCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

 

El Último Dogma emitido por la Iglesia Católica: Asunción de la Santísima Virgen María, Universal (15 de agosto)

¿Qué es la Asunción de María?, ¿Cómo se llegó a definir, y qué relevancia tiene?

Este artículo detalla las 10 cosas más importantes que deberíamos saber sobre la Asunción de la Santísima Virgen María a los Cielos.

Para tener una buena idea de la importancia y las consecuencias de este Dogma…

 

La Increíble Epopeya de una Mujer [Alumbrada por el Sol] que Triunfa sobre el Mal

Este artículo presenta a la Asunción de la Santísima Virgen al Cielo como el centro de nuestra esperanza y de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

María no sólo es la ‘mujer vestida de sol’ que batalla contra el maligno.

Sino que fue la primera persona naturalmente humana que fue llevada al Cielo, como algún día nosotros lo seremos.

De ahí la importancia de este dogma para toda la fe…

 

La Vida Oculta de María luego que Murió Jesús y hasta su Asunción

Luego que murió Jesús, presumiblemente en el año 33 d.C., María permaneció oculta.

Pero se mantuvo asistiendo en la evangelización a los apóstoles hasta su Asunción a los cielos.

¿En qué año podemos datar su Asunción?

Este es un misterio que aún no han podido develar las investigaciones históricas. 

Cola dell' Amatrice  

 

PREGUNTAS SOBRE LA ASUNCIÓN

 

Últimos años de la Vida de María

En este artículo se habla de la vida de la Virgen María en Éfeso, su regreso a Jerusalén.

Las opiniones y relatos de su viaje a Éfeso según los historiadores y su muerte relatada por los varones apostólicos y escritores de nuestros tiempos.

Joaquín Casañ arma una explicación muy verosímil, porque no resulta de una manera evidente y clara la residencia de la Virgen Santísima durante los veintitrés años que sobrevivió a la Ascensión gloriosa de su amantísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo…

 

¿Murió la Santísima Virgen María?

Y si murió, ¿de que murió?

Es sabido que la muerte no es condición esencial para la Asunción.

Y es sabido, también, que el Dogma de la Asunción no dejó definido si murió realmente la Santísima Virgen.

Había para entonces discusión sobre esto entre los Mariólogos y Pío XII prefirió dejar definido lo que realmente era importante: que María subió a los Cielos gloriosa en cuerpo y alma.

Este artículo trata de responder las preguntas sobre si la Santísima Virgen murió o no antes de ser asunta al cielo…

 

¿Dónde murió la Virgen, existe un Sepulcro?

Así como el lugar de nacimiento de María tiene distintas teorías y versiones, Belén, Nazaret, Jerusalén o Séforis, también el lugar en donde pudieron haber transcurrido sus últimos días genera teorías diversas y controversia.

Diversos documentos históricos nos hablan de una veneración antiquísima de su tumba, en Jerusalén, específicamente en Gethsemaní (Valle de Cedrón), en donde se edificó un santuario, y posteriormente la Iglesia de la Asunción.

Pero también existen otros documentos en donde se señala la tradición de que María siguió a San Juan Evangelista hasta Éfeso y allí podría haber muerto.

Este artículo debate el tema…

 

¿Dónde y cómo fue la Asunción de la Virgen María?

Como por Tradición Apostólica sabemos que la Asunción tuvo lugar en el sepulcro de María, podemos concluir que la Asunción tuvo lugar en el mismo sitio donde Jesús fue apresado antes de su Pasión y Muerte; es decir, en el Huerto de Getsemaní.

Pero hay otras posibilidades que se manejan.

En este artículo el teólogo Antonio Royo Marín, o.p. debate sobre la forma en que María fue asunta al Cielo…

 

Dormición de la Madre de Dios

Cuenta la tradición que la Virgen María oraba a menudo a Jesús desde el Monte de los Olivos, el lugar de la ascensión de su hijo al cielo.

El Arcángel Gabriel apareció una vez allí y le dio una rama de palma del paraíso.

Él le dijo que sería llevada durante su procesión fúnebre, en tres días más…

Ella oró pidiendo ver una vez más a los santos apóstoles, y así fue.

De dondequiera que ellos estaban, los apóstoles fueron alzados en las nubes o llevados por los ángeles al lado de la Virgen que estaba viviendo en la casa del Apóstol Juan en Jerusalén…

Asuncion de la Virgen María Pierre-Paul Prud'hon

 

VISIONES RELACIONADAS CON LA ASUNCIÓN

 

¡El Papa Pío XII Vio la “Danza del Sol” Cuatro Veces!

El Papa Pío XII, un hombre de la Virgen, que fue quien promulgó el dogma de la Asunción, tuvo la gracia de presenciar la ‘danza del sol’ varias veces en los días alrededor de cuando promulgó ese dogma.

Pio XII lo tomó como un mensaje del Cielo de aprobación a la decisión tomada de promulgar el Dogma de la Asunción, y en este artículo narramos lo que él cuenta de lo que vio…

 

La Fantástica Historia de un Niño que Entregó un Mensaje de la Virgen al Papa

En 1950 el Papa Pío XII se estaba preparando para promulgar el dogma de la Asunción de María.

Él le estaba rezando a Dios por una señal, para confirmar que el dogma fuera voluntad de Dios.

El 1º de mayo anterior, tuvo una señal confirmatoria poco conocida para el público en general.

El Cardenal Montini, el futuro Papa Pablo VI, le presentó al Papa Pío XII a Gilles Bouhours, un niño de seis años.

Fue recibido en audiencia privada por el Sumo Pontífice para confiarle un “secreto” que le mandó decir la Santísima Virgen.

 

Evangelio Transitus Mariae (Tránsito de la Bienaventurada Virgen María)

El Papa Juan Pablo II señaló en una catequesis del 9 de julio de 1997 que el primer testimonio de la fe en la Asunción de la Virgen aparece en los relatos apócrifos, titulados “Transitus Mariae”, cuyo núcleo originario se remonta a los siglos II y III.

Según la palabra del pontífice este texto se trata de representaciones populares, a veces noveladas, pero que en este caso reflejan una intuición de la fe del pueblo de Dios…

 

Testimonios Místicos sobre la Asunción de la Virgen María

Estos testimonios que se encuentran recopilados en el libro “The Life of Mary as seen by the Mystics” (La Vida de María vista por los Místicos) de Raphael Brown (Nihil Obstat & Imprimatur 8-junio-1951).

Están en un solo relato, con el fin de poder seguir mejor la secuencia de los hechos relatados.

Una delicia lo que narran…

 

La Leyenda Áurea y el relato de un Santo en la Asunción de María a los Cielos

La leyenda dorada es un drama, lleno de vida, que termina con un epílogo bellísimo.

Una deliciosa historia, propia del genio oriental, iluminada de estrellas y de ángeles, perfumada de inciensos y azucenas, decorada de todas las maravillas del cielo y de todas las bellezas de la tierra.

Empezó a difundirse por el Oriente en el siglo V con el nombre de un discípulo de San Juan, Melitón de Sardes.

Más tarde, Gregorio de Tours la da a conocer en las Galias.

Los españoles de la Reconquista también la leían, y los cristianos de la Edad Media buscaron en sus páginas alimento de fe y entusiasmo religioso…

 

Mensaje de la Virgen María sobre su Asunción a Santa Brígida

La Virgen María narra a Santa Brígida su Asunción y elogia a San Jerónimo por la defensa que hizo de la Asunción…

 

La casa en Éfeso y la Asunción de María, el Hallazgo y visiones de Ana Catalina Emmerich

En este artículo contamos la la visión de Ana Catalina Emmerich sobre la casa de María en Éfeso, que llevo luego a su descubrimiento, ver aquí.

Así la visión específica sobre  la Asunción al Cielo de la Santísima Virgen por la Emmerich, ver aquí

 

Visión de la Asunción de Nuestra Señora por Sor María de Jesús de Agreda

Este artículo cuenta la visión que tuvo María de Agreda sobre la Asunción de la Santísima Virgen…

 

Relato de la Virgen sobre su Asunción a Amparo Cuevas vidente de El Escorial

El 15 de agosto de 1986 la Virgen María relata a Amparo Cuevas, la vidente de El Escorial (España) como fue su asunción a los cielos.

Comienza relatando algo de su vida para luego contar su tránsito a los cielos.

Están la llamada a los apóstoles, los preparativos de éstos, su pedido para que su cuerpo no sea tocado por nadie, y la visión de la venida del Señor a buscarla, el recibimiento de Dios Padre en los cielos y del Espíritu Santo…

Asuncion de la Virgen María - Alonso López de Herrera

 

PEREGRINAJE A DOS IGLESIAS RELACIONADAS CON LA ASUNCIÓN

 

Iglesia de la Asunción en el Valle del Cedrón

Este artículo es una recorrida por la Iglesia de la Asunción del Valle del cedrón donde erigida sobre la tumba que recibió los restos mortales de la Santísima Virgen.

La otra tradición la vemos en la Abadía de la Dormición en Sión.

Desde esta Tumba fue llevada al cielo, para no estar sujeta a las consecuencias del pecado, a la corrupción de la carne.

Por lo tanto, María sólo probó la tumba, pero no se quedó en ella; su tumba se convirtió en el lugar santo de su Asunción gloriosa al Cielo.

O sea que se supone que este es el lugar de la Asunción de María al Cielo…

 

Admiremos la Abadía de la Dormición en Sión, o Hagia María en Sión

Este artículo hace un recorrido por la Abadía de la Dormición en Jerusalén, donde dicen que es el sitio donde la Virgen María cayó en su “sueño eterno”.

Se trata del lugar que la otra tradición muestra de la Asunción de María.

De alguna forma es la hipótesis rival de la traición de la Iglesia de la Asunción en el valle del Cedrón…

Asuncion de la Virgen María - Teodore Van Loon

 

DOCUMENTOS HISTÓRICOS Y ECLESIALES SOBRE LA ASUNCIÓN

 

La Asunción de María en la Sagrada Escritura y en la Tradición de la Iglesia

Este artículo relata lo que se puede encontrar en la Biblia sobre la Asunción de la Santísima Virgen, la tradición de la Iglesia y los razonamientos teológicos que fueron conformando el dogma de la Asunción…

 

Documentos Históricos sobre la Asunción

Presentamos dos documentos históricos importantísimos.

El primero es la carta de Dionisio el Egipcio o el Místico a Tito, importantísimo para conocer cuál era la tradición en Jerusalén acerca de la Asunción de María.

El segundo documento es de San Juan Damasceno, Doctor de la Iglesia, de un sermón predicado en la Basílica de la Asunción en Jerusalén, por el año 754, ante varios Obispos y muchos Sacerdotes y fieles…

 

Proclamación del Dogma de la Asunción de María por Pío XII ( 1 de noviembre)

Trata sobre la proclamación del Dogma por parate de Pio XII y las consecuencias que progresivamente fue teniendo dentro de la Iglesia…

 

El Dogma de la Asuncion en Munificentissimus Deus y Lumen Gentium

Análisis de la Constitución Apostólica por la que Pio XII definió el Dogma de la Asunción y el desarrollo que luego hizo el Concilio Vaticano II sobre el dogma…

Asuncion de la Virgen María - Juan Carreño de Miranda

 

ESCRITOS DE SANTOS SOBRE LA ASUNCIÓN DE MARÍA Y ORACIONES

 

Asunción de la Bienaventurada Virgen María por San Buenaventura

 

En la Asunción de la Bienaventurada Virgen María por San Bernardo

 

Oraciones sobre la Asunción de la Virgen María

 

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Catequesis sobre María REFLEXIONES Y DOCTRINA

Asunción de la Bienaventurada Virgen María por San Buenaventura

La cual es más hermosa que el sol y sobrepuja a todo el orden de las estrellas, y si se compara con la luz, le hace muchas ventajas. Capítulo 7 de la Sabiduría.

En estas palabras, la gloriosa Emperatriz, ensalzada sobre los coros de los ciudadanos celestiales, es recomendada por el Espíritu Santo, y con recomendación perfecta, en cuanto a su asunción a los cielos; y es recomendada por tres cualidades que hacen recomendable en extremo a cualquiera noble señora, a saber: la hermosura perfecta, la suprema nobleza y el resplandor de la sabiduría. En cuanto a la perfecta hermosura, se recomienda aquí al ser llamada más hermosa que el sol; en cuanto a la suprema nobleza, al ser sublimada y elevada sobre todas las estrellas, o sea, sobre todos los Santos: y en cuanto al resplandor de la sabiduría, al ser ilustrada, en parangón con la luz de la eterna sabiduría, desde más cerca que las demás criaturas.

I. Digo, pues, que es recomendada en primer lugar por su perfecta hermosura, cuando se dice: Es más hermosa que el sol; y, realmente, la serenísima Virgen fue en su asunción más hermosa que el sol, ya por ser más semejante que él ala fuente de toda hermosura, ya por haberse acercado más a ésta y con mejor disposición para recibir sus destellos en grado perfecto, o ya, finalmente, porque por su hermosura fue a la sazón más noble que el sol. -Puede, por tanto, ser llamada en su asunción más hermosa que el sol, por haber sido entonces más semejante que él a la fuente de toda belleza. Porque así como la estrella que es más semejante al sol de este mundo sobrepuja en claridad a las demás, así también sobresale por su belleza entre todas las criaturas racionales aquella que es más semejante al Sol de eternos resplandores, fuente de origen de toda hermosura.

Esta criatura fue en la asunción la Virgen reina, porque si, en sentir de Hugo, «la fuerza del amor transforma al amante en la semejanza del amado», y María ha sido transformada en la semejanza de éste por modo superior a todas las criaturas hasta ser llamada el resplandor de la luz eterna, y un espejo sin mancilla de la majestad de Dios, y una imagen de su bondad, hemos de deducir que sobrepujó al sol y a los otros seres en hermosura. De ella puede decirse aquello del capítulo 6 de Jeremías: Yo te he comparado, hija de Sión, a una hermosa y delicada doncella, como si dijera: A la hermosa Trinidad ya una delicada doncella he comparado la hija de Sión, o sea la Virgen María; lo de hija significa doncella delicada, según las palabras de Dios en el;capítulo 31 de Ezequiel: No hubo en el paraíso de Dios un árbol semejante a él, ni de tanta hermosura. Porque yo lo hice tan hermoso. De igual modo dice San Bernardo: «La regia Virgen, enjoyada del alma y del cuerpo, atrajo hacia sí la mirada de los moradores del cielo, hasta el punto de inclinar también el ánimo del Rey eterno a quererla con delirio».

Puede también llamarse más hermosa que el sol, porque en la asunción estuvo más cercana a la fuente de toda hermosura y con mejor disposición para recibir sus destellos a causa de la múltiple gracia, y especialmente por razón de la pureza virginal; y estando elevada sobre el sol y los astros, estrechamente unida a su Hijo dulcísimo por el amor, supera a todas las criaturas en hermosura; y ésta es la causa de que en el capítulo 1 del libro tercero de los Reyes se pongan en boca de los Ángeles las siguientes y simbólicas palabras: Buscaremos para el rey, nuestro señor, una virgen jovencita: he aquí indicada la pureza virginal; que esté con él y le abrigue: he aquí indicada la unión de amor; y buscaron por todas las tierras de Israel una jovencita hermosa. -También puede ser llamada más hermosa que el sol por haber sido entonces más noble que el sol a causa de su hermosura, pues en aquel entonces fue elevada hasta la majestad del rey imperial y eterno, según se lo dice el Profeta: Con esa tu gallardía y hermosura camina, avanza prósperamente y reina. y ni el sol podría conseguir tal dignidad, ni tampoco criatura alguna, por más que brille al exterior en esta vida, si carece de la hermosura de la gracia y de la virtud.

II. En segundo lugar, es recomendada con razón por su nobleza suprema, cuando se indica estar más elevada que todas las estrellas, sobrentendiéndose en éstas los Bienaventurados, esplendentes con fulgores de gloria, según leemos en el capítulo 3 de Baruc: Las estrellas fueron llamadas, y respondieron aquí estamos, y resplandecieron gozosas de servir al que las crió. Al decir, pues, que la Santísima Virgen sobrepuja a todo el orden de las estrellas, has de entender que es más esclarecida en su asunción que todos los Santos, y esto por tres cosas que ennoblecen y elevan espiritualmente al hombre: en primer lugar, la afluencia de espirituales delicias; después, la abundancia de las riquezas eternas, y, por fin, la excelencia de la dignidad o condición.

Se dice que fue ennoblecida y sublimada sobre todos los Santos por la afluencia de delicias, en que de un modo singular los aventajaba, por lo cual en el capítulo 8 de los Cantares exclaman los Ángeles, admirados de su asunción: ¿Quién es ésta que sube del desierto rebosando delicias, apoyada en su amado? Rebosaba en estas delicias más que la celeste congregación de los Santos, no sólo en cuanto al alma, sino también en cuanto al cuerpo, el cual piadosamente se cree, y también se prueba, haber sido glorificado en la asunción del alma. -Se afirma igualmente que fue ennoblecida sobre todos los Santos por la abundancia de las eternas riquezas, pues a todos ellos sobreexcedió en las de la gloria y gracia, en las de virtudes y premios, en las de dones y bienaventuranzas, con que ahora enriquece al mundo y sustenta el en el universo; consiguiendo, con su intercesión, a unos la gloria, a otros la gracia, a otros la remisión de los crímenes ya otros el tesoro de las o. De virtudes; por lo cual se dice en el capítulo 31 de los Proverbios: Muchas son las hijas que han allegado riquezas, mas a todas has tú aventajado. Y a ella se pueden aplicar las palabras del capítudo 8 de los Proverbios: Yo amo a los que me aman, y me hallarán los que madrugaren a buscarme.

En mi mano están las riquezas y la gloria, la opulencia y la justicia. Fue, por fin, enriquecida sobre todos los Santos, en cuanto a la excelencia de la dignidad o condición; porque, siendo Madre del supremo Emperador, es por su dignidad y condición la más digna de todas las criaturas; y por esta causa no sin razón fue elevada ésta sobre ellas y colocada a la derecha de su Hijo en magnificentísimo sitial. Con toda exactitud fue esto prefigurado en el capítulo 2 del libro tercero de los Reyes. Habiendo venido, en efecto, Betsabé a ver al rey Salomón, o sea, la Virgen María en su asunción a su eterno y pacífico Hijo, levantóse el rey a recibirla, llevando en su compañía la legión entera de los Santos; y la saludó con profunda reverencia, esto es, le tributó reverencia filial, y sentóse el rey en su trono, y pusieron un trono para la madre del rey, la cual se sentó a su derecha, como de nobilísima condición, según las palabras que se leen en el último capítulo del Apocalipsis: Yo soy la raíz y la prosapia de David, el lucero brillante de la mañana. Todo debido a que, sin detrimento de su inte gridad virginal, dio a luz a un niño de nobilísima condición, según aque llas palabras: El Santo que de ti nacerá será llamado Hijo de Dios. Era también de justicia conceder la plenitud de la dignidad y de la gloria a quien le fue concedida la plenitud de la gracia, a diferencia de las demás criaturas, a las que tanto la gracia como la gloria se otorga sólo parcialmente. Por eso se dice en el capítulo 12 del Apocalipsis: Apareció un gran prodigio en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas.

Esta mujer es la Virgen reina, que se describe vestida del sol, esto es, con la hermosura del Sol de justicia; y la luna debajo de sus pies, o sea, la gloria mundana valerosamente menospreciada, la cual crece y de crece como la luna; y en su cabeza una corona de doce estrellas, esto es, todo el honor y dignidad, gloria, excelencia y nobleza de condición concedidos a los doce órdenes de Santos significados en las doce estrellas resplandecientes, nueve de las cuales se refieren a los espíritus celestiales y tres al triple estado de los hombres: el de los activos, de los contemplativos y el de los prelados; pues toda la dignidad y gloria concedida a ellos en parte, se otorgó totalmente a la Santísima Virgen.

III. Se recomienda, en tercer lugar, por el resplandor de la sabiduría, porque, comparada con la luz de la sabiduría eterna, aventaja en ella a todos los seres. Pues del mismo modo que la Luz increada, o sea, la divina Sabiduría, a todo sobrepuja en cuanto a la iluminación, en conocimiento y gobierno de todas las criaturas, así también esta Virgen sobrepasa en estas tres cosas a los demás seres.

Si se compara, pues, con la luz de la Sabiduría divina, aventaja en claridad a las demás criaturas, porque así como aquélla está sobre todas las criaturas en cuanto a la iluminación que les da, puesto que es ella la que ilumina y confiere esplendor a todos los hombres por la luz de la razón y, en cuanto de sí depende, por la de la gracia, según las palabras del capítulo 1 de San Juan: Era la luz verdadera que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, así esta Virgen, iluminada más que todos los San tos por dicha Sabiduría, con sus piadosos ruegos iluminó, por la luz de la gracia, más que nadie, a todo el mundo. Por eso se escribe en el capítulo 16 de la Sabiduría: Era necesario adorarte antes de amanecer; y en el 13 de Tobías: Brillarás con luz resplandeciente y serás adorada en todos los términos de la tierra, como si dijera: Tú, santa, brillarás con la luz resplandeciente de la sabiduría eterna, o sea, obtendrás para los otros el esplendor de la gracia. Del mismo modo se dice en el capítulo 3 del Eclesiástico: Muéstranos la luz de tus piedades, infunde tu temor en las naciones que no han pensado en buscarte, a fin de que entiendan que no hay otro Dios sino tú.

Comparada igualmente con la luz de la Sabiduría eterna, sobre puja en claridad a las demás criaturas, pues así como la luz divina excede cuanto existe en el conocimiento de todas las cosas, puesto que las intuye con la máxima perspicacia, según se afirma en el capítulo 2 de Daniel: Conoce las cosas que se hallan en medio de las tinieblas, pues la luz está con él; y en el 23 del Eclesiástico: Los ojos del Señor son mucho más luminosos que el sol, y descubren todos los procederes de los hombres y lo profundo del abismo, y ven hasta los más recónditos senos del corazón humano; y en el 13 de Daniel: ¡Oh Dios eterno, que conoces las cosas ocultas, que sabes todas las cosas aun antes de que sucedan! , así esta Señora, comparada, en cuanto a esto, con la luz de la Sabiduría eterna, aventaja a todas las criaturas. Por cuya razón se le puede aplicar aquello del capítulo 6 de la Sabiduría: Pondré en claro su conocimiento.

Además, comparada con la Luz eterna, aventaja en sabiduría a las demás criaturas, porque así como la Luz divina sobrepuja a la creación entera en cuanto al gobierno y dirección de cuanto existe, según lo escrito en el capítulo 49 de Isaías: Yo te he destinado para ser luz de las naciones, a fin de que tú seas mi salud hasta los términos de la tierra; por cuya causa se dice en el capítulo 1 de San Lucas: Para alum brar a los que yacen en las tinieblas y en la sombra de la muerte, para enderezar nuestros pasos por el camino de la paz, así también la bienaventurada Virgen está por encima de todas las cosas en este particular; y por ello se dice en el capítulo 7 del libro de la Sabiduría: Propuse tenerla por luz, porque su resplandor es inextinguible; y en el capítulo 42 de Isaías: Te he puesto para ser el reconciliador del pueblo y luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos y saques de la cárcel a los condenados. Lo cual ella misma nos obtenga con sus ruegos de Aquel que vive y reina eternamente por los siglos de los siglos. Amén.

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A la Asunción de María DEVOCIONES Y ORACIONES

Oraciones sobre la Asunción de la Virgen María

El acontecimiento fundamental para tender la mirada hacia el más allá de la muerte es la Resurrección de Cristo. Es muy importante tener presente y viva esa realidad: No estamos aquí para siempre. Lo sabemos pero vivimos como si esto fuera definitivo, y eso no es bueno. Quien vive consciente de que está de camino, avanza mejor. Lo definitivo para nosotros es Dios, es Cristo.

Después de Cristo, tenemos en María el ejemplo de una persona humana que ya llegó al término. Una persona como nosotros está allá. Eso es lo que celebramos en esta solemnidad. Debemos mirar a «lo último», no con miedo, sino con esperanza. Nos dice San Pablo: » Para mí la vida es Cristo y la muerte una ganancia». O Santa Teresa que escribió: » Muero porque no muero».

 

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

Alégrate y gózate Hija de Jerusalén
mira a tu Rey que viene a ti, humilde,
a darte tu parte en su victoria.

Eres la primera de los redimidos
porque fuiste la adelantada de la fe.

Hoy, tu Hijo, te viene a buscar, Virgen y Madre:
“Ven amada mía”,
te pondré sobre mi trono, prendado está el Rey de tu belleza.
Te quiero junto a mí para consumar mi obra salvadora,
ya tienes preparada tu “casa” donde voy a celebrar
las Bodas del Cordero:

• Templo del Espíritu Santo
• Arca de la nueva alianza
• Horno de barro, con pan a punto de mil sabores.

Mujer vestida de sol, tu das a luz al Salvador
que empuja hacia el nuevo nacimiento

Dichosa tú que has creído, porque lo que se te ha dicho
de parte del Señor, en ti ya se ha cumplido.

María Asunta, signo de esperanza y de consuelo,
de humanidad nueva y redimida, danos de tu Hijo
ser como tú llenas del Espíritu Santo,
para ser fieles a la Palabra que nos llama a ser,
también como tú, sacramentos del Reino.

Hoy, tu sí, María, tu fiat, se encuentra con el sí de Dios
a su criatura en la realización de su alianza,
en el abrazo de un solo sí.
Amén.

LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN

Oda a la Asunción
Al cielo vais, Señora,
y allá os reciben con alegre canto.
¡Oh quién pudiera ahora
asirse a vuestro manto
para subir con vos al monte santo!

De ángeles sois llevada
de quien servida sois desde la cuna,
de estrellas coronada:
¡ Tal Reina habrá ninguna,
pues os calza los pies la blanca luna!

Volved los blancos ojos,
ave preciosa, sola humilde y nueva,
a este valle de abrojos,
que tales flores lleva,
do suspirando están los hijos de Eva.

Que, si con clara vista,
miráis las tristes almas desde el suelo,
con propiedad no vista,
las subiréis de un vuelo,
como piedra de imán al cielo, al cielo.

Fray Luis de León

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A la Asunción de María DEVOCIONES Y ORACIONES

En la Asunción de la Bienaventurada Virgen María por San Bernardo

1. Subiendo hoy a los cielos la Virgen gloriosa, colmó sin duda los gozos de los ciudadanos celestiales con copiosos aumentos, pues ella fué la que, a la voz de su salutación, hizo saltar de gozo a aquel que aún vivía encerrado en las maternas entrañas. Ahora bien, si el alma de un -párvulo aún no nacido se derritió en castos afectos luego que habló María, ¿cuál pensamos sería el gozo de los ejércitos celestiales cuando merecieron oír su voz, ver su rostro y gozar de su dichosa presencia? Mas nosotros, carísimos, ¿qué ocasión tenemos de solemnidad en su asunción, qué causa de alegría, qué materia de gozo?

Con la presencia de María se ilustraba todo el orbe, de tal suerte que aun la misma patria celestial brilla más lucidamente iluminada con el resplandor de esta lámpara virginal. Por eso con razón resuena en las alturas la acción de gracias y la voz de alabanza, pero para nosotros más parece debido el llanto que el aplauso. Porque ¿no es, por ventura, natural, al parecer, que cuanto de su presencia se alegra el cielo otro tanto llore su ausencia este nuestro inferior mundo? Sin embargo, cesen nuestras quejas, porque tampoco nosotros tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos aquella a la cual María purísima llega hoy. Y si estamos señala. dos por ciudadanos suyos, razón será que, aun en el destierro, aun sobre la ribera de los ríos de Babilonia, nos acordemos de ella, tomemos parte en sus gozos y participemos de su alegría., especialmente de aquella alegría que con ímpetu tan copioso baña hoy la ciudad de Dios, para que también percibamos nosotros las gotas que destilan sobre la tierra. Nos precedió nuestra reina, nos precedió, y tan gloriosamente fué recibida, que confiadamente siguen a su Señora los siervecillos clamando: Atráenos en pos de ti y correremos todos al olor de tus aromas. Subió de la tierra al cielo nuestra Abogada, para que, como Madre del Juez y Madre de misericordia, trate los negocios de nuestra salud devota y eficazmente.

2. Un precioso regalo envió al cielo nuestra tierra hoy, para que, dando y recibiendo, se asocie, en trato feliz de amistades, lo humano a lo divino, lo terreno a lo celestial, lo ínfimo a lo sumo. Porque allá ascendió el fruto sublime de la tierra, de donde descienden las preciosísimas dádivas y los dones perfectos. Subiendo, pues, a lo alto, la Virgen bienaventurada otorgará copiosos dones a los hombres. ¿Y cómo no dará? Ni le falta poder ni voluntad. Reina de los cielos es, misericordiosa es; finalmente, Madre es del Unigénito Hijo de Dios. Nada hay que pueda darnos más excelsa idea de la grandeza de su poder o de su piedad, a no ser que alguien pudiera llegar a creer que el Hijo de Dios se niega a honrar a su Madre o pudiera dudar de que están como impregnadas de la más exquisita caridad las entrañas de María, en las cuales la misma caridad que procede de Dios descansó corporalmente nueve meses.

3. Y estas cosas, ciertamente, las he dicho por nosotros, hermanos, sabiendo que es dificultoso que en pobreza tanta se pueda hallar aquella caridad perfecta que no busca la propia conveniencia. Mas con todo eso, sin hablar ahora de los beneficios que conseguimos por su glorificación, si de veras la amamos nos alegraremos inmensamente al ver que va a juntarse con su Hijo. Sí, nos alegraremos y le daremos el parabién, a no ser que, como esté lejos de nosotros, quisiéramos mostrarnos ingratos con aquella que nos dio al autor de la gracia. Hoy es recibida la Virgen en la celestial Jerusalén por Aquel a quien ella recibió al venir a este mundo; pero ¿quién será capaz de expresar con palabras con cuánto honor fue recibida, con cuánto gozo, con cuánta alegría? Ni en la tierra hubo jamás lugar tan digno de honor como el templo de su seno virginal, en el que recibió María al Hijo de Dios, ni en el cielo hay otro solio regio tan excelso como aquel al que sublimó hoy para María el Hijo de María. Feliz uno y otro recibimiento, inefables ambos, porque ambos a dos trascienden toda humana inteligencia. ¿Más a qué fin se recita hoy en las iglesias de Cristo aquel pasaje del Evangelio en que se significa cómo la mujer bendita entre todas las mujeres recibió al Salvador? Creo que a fin de que este recibimiento que hoy celebramos se pueda conocer de algún modo por aquél, o, más bien, a fin de que, según la inestimable gloria de aquél, se conozca también que esta gloria es inestimable. Porque ¿quién, aunque pueda hablar con las lenguas de los hombres y de los ángeles será capaz de explicar de qué modo, sobreviniendo el Espíritu Santo y haciendo sombra la virtud del Altísimo, se hizo carne el Verbo de Dios, por quien fueron hechas todas las cosas ¿Cómo el Señor de, la majestad, que no cabe en el uni. verso de las criaturas, se, encerró a sí mismo, hecho hombre, dentro de las entrañas virginales?

4. Pero ¿y quién será suficiente para pensar siquiera cuán gloriosa iría hoy la reina del mundo y con cuánto afecto de devoción saldría toda la multitud de los ejércitos celestiales a su encuentro? ¿Con qué cánticos sería acompañada hasta el trono de la gloria, con qué semblante tan plácido, con qué rostro tan sereno, con qué alegres abrazos sería recibida del Hijo y ensalzada sobre toda criatura con aquel honor que Madre tan grande merecía, con aquella gloria que era digna de tan gran Hijo? Felices enteramente los besos que imprimía en sus labios cuando mamaba y cuando le acariciaba la madre en su regazo virginal. Mas, ¿por ventura, 110 los juzgaremos más felices los que de la boca del que está sentado a la diestra del Padre recibió hoy en la salutación dichosa, cuando subía al trono de la gloria cantando el cántico de la Esposa y diciendo: Béseme con el beso de su boca? Porque cuanta mayor gracia alcanzó en la tierra sobre todos los demás, otro tanto más obtiene también en los cielos de gloria singular. Y si el ojo no vio ni el oído oyó, ni cupo en el corazón del hombre lo que tiene Dios preparado a los que le aman; lo que preparó a la que le engendró y (lo que es cierto para todos) a la que amó más que a todos, ¿quién lo hablará? Dichosa, por tanto, María, y de muchos modos dichosa, o recibiendo al Salvador o siendo ella recibida del Salvador. En lo uno y en lo otro es admirable la dignidad de la Virgen Madre; en lo uno y en lo otro es amable la dignación de la Majestad. Entró, dice, Jesús en un castillo y una mujer le recibió en su casa. Pero más bien nos debemos ocupar en las alabanzas, pues se debe emplear este día en elogios festivos. Y pues nos ofrecen copiosa materia las palabras de esta lección del Evangelio, mañana también, concurriendo, nosotros juntamente, será comunicado sin envidia lo que se nos dé de arriba, para que en la memoria de tan grande Virgen no sólo se excite la devoción, sino que también sean edificadas nuestras costumbres para aprovechamiento de la conducta de nuestra vida, en alabanza y gloria de su Hijo, Señor nuestro, que es sobre todas las cosas Dios bendito por los siglos. Amén.

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A la Asunción de María DEVOCIONES Y ORACIONES

Novena a la Asunción de la Virgen María

“La Inmaculada Madre de Dios, María siempre virgen, terminada su vida terrestre fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celeste».

Justo después de esas palabras del Papa proclamando el Dogma, un rayo de sol bañó la Basílica de San Pedro.

La solemne definición del dogma de la asunción de María fue proclamada en 1950 por Pío XII con la constitución apostólica Munificentissimus Deus (MD)

El 15 de agosto se celebra la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María y el 6 de agosto comienza su novena.

 

Día primero

Oh, María sin pecado concebida!
la más Preciosa Niña,
Reina de las Maravillas.
Regálame en este día,
hacerme pequeñito,
y siempre ser tu verdadero hijo,
para llegar algún día al Dios de la Vida.
Amén.

En cada día se puede rezar un
Padrenuestro, Ave María y Gloria.

 

Día segundo

María, princesa desde niña,
sobre la tierra sería ya nuestra guía
y en Tí resplandecería
el cumplimiento de las profecías.
Oh! mi dulce compañía,
guía a este siervo pequeñito,
que nada sería si en él no estaría
la Luz Divina.
Amén.

 

Día tercero

Vaso purísimo!, Estrella mía!
que hilabas en tu Seno, como Virgen Inmaculada,
al Dios que amabas,
que por Él suspirabas
y que brillaba, en una Niña Casta
que se esposaba como Inmaculada.
Haz que la pureza en mí resplandezca
y que inunde toda la tierra que parece desierta.
Amén.

 

Día cuarto

Oh, María! del mismo Dios alegría.
Oh, María! a la que el ángel saludaría
y le confiaría la más hermosa noticia,
que en Tí viviría el Dios de la Vida,
el Mesías esperado,
ya anunciado y por los corazones anhelado.
Oh, Lirio Perfumado! por el Señor siempre Santo!
haced que digamos siempre «Sí» y vivamos para Tí,
pues el Buen Dios a Tí nos dió
y desde la Encarnación te señaló
como Corredentora para nos.
Amén.

 

Día quinto

Madre mía, bella María!
que en tus brazos acunarías,
al Sol que iluminaría nuestras pobres vidas.
Oh, María! cuyos ojos mirarían
con dulzura infinita al Niño que padecería
y nos redimiría en la Cruz un día.
Haz que seamos mansos y humildes de corazón
como lo fue siempre Nuestro Señor.
Amén.

 

Día sexto

Oh, Madre de Redención!
cáliz de amor!
llévanos al Salvador,
misterio de alegría en el corazón
y en el que palpita la alabanza al Padre Creador.
Haz que la esperanza inunde nuestra alma,
pues es nuestro Dios, escudo de Salvación,
quien es nuestra protección
ya que con Su Sangre nos cubrió
y nos enseñó lo que es el verdadero amor.
Amén.

 

Día séptimo

Oh, María!, Señora mía!
enséñame en este día,
lo que la caridad sería,
para llegar algún día
a la Tierra Prometida!.
Oh, María!, Rosa Castísima!
muéstrame el camino de la verdad
para que llegue a la santidad
Amén.

 

Día octavo

Oh, María!, Auxiliadora mia!
haced que el Espíritu Santo,
sea derramado
en esta pobre vasija de barro
y que sea por Él llenada
para purificarla y habitarla,
labrándola a tu semejanza.
Amén.

 

Día noveno

Oh, Amadísima! oh, Madre mía!
oh, Virgen María!
a la que los ángeles subirían
al Cielo con singular alegría.
Oh María, pináculo de amor!.
Oh, María!
reina hoy en cada corazón,
dándonos tu Inmaculado Corazón,
como Reina del Cielo y la tierra que sos!.
Oh, María, postrado ante Vos,
sólo tuyo soy, como esclavo de amor.
Amén.

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