Una sociologa brasileña, Christina Vital da Cunha, del Departamento de Sociología de la Universidad Federal Fluminense, realizó una investigación para su tesis doctoral, y escribió un libro polémico sobre la vinculación del narcotráfico con evangélicos en los suburbios de Río de Janeiro.
El lanzamiento del libro suponemos que está relacionado con la efervescencia de los juegos olímpicos que se van a realizar en Rio de Janeiro este año.
El libro se basa en encuestas realizadas entre 1996 y 2009 en Acari, y entre 2005 y 2009 en Santa Marta, en Botafogo y en la Sona Sur
El libro se llama “La Oración del Traficante” y su tesis es que las iglesias evangélicas han logrado conquistar a los habitantes de las favelas de Río de Janeiro a las asociaciones de vecinos y especialmente a los traficantes de drogas, en una sinergia que beneficia a todos desde el punto de vista de su crecimiento.
Su tesis doctoral fue publicada anteriormente por la Fundación para la Investigación del Estado de Río de Janeiro.
En el estudio ha encontrado tres tipos de iglesia: una que se opone a la conversión de los criminales, otra que aceptan que los traficantes participen en los cultos y otra que incluso reciben dinero para realizar actividades en su comunidades.
Ella dice que muchos pastores les ofrecen a los narcotraficantes su salvación dándoles la oportunidad de dejar el crimen: “Muchos de ellos [los traficantes] lo hicieron de esta manera, pero muchos de los entrevistados en el 2009 no pudieron salir. No lo consiguieron por su estilo de vida, por la atracción de las ganancias”.
Los narcotraficantes de alguna manera tienen en sus barrios marginales protección y muchos de ellos reciben enormes cantidades de dinero y tienen propiedades en la zona.
Esto le permite diezmar en grandes cantidades y financiar espectáculos y eventos que hacen crecer más a las iglesias evangélicas.
Concretamente cita: “Los traficantes van a financiar servicios al aire libre, pagan artistas de proyección nacional para ir a espectáculos de gospel en las favelas. Ellos pagan diezmos a las iglesias. Hay servicios de forma gratuita, hay participación de los traficantes en las iglesias evangélicas locales. Y operan esperando salir en cualquier momento de la vida de delincuencia y los evangélicos ayudan a muchos traficantes”.
Y como estas iglesias funcionan sobre la base de la teología de la prosperidad, no se le exige a los narcos abandonar la riqueza que han adquirido con el narcotráfico, aún cuando hayan dejado su vida delictiva y se hayan convertido totalmente
Ella dice que el paso de la vida de crimen a la vida moral no implica renunciar al dinero sino que se purifica todo el dinero: “A los traficantes les gusta el dinero y actuan en una vida de delincuencia donde circula un montón de dinero. Y los evangélicos no niegan el dinero. Entonces, el paso de la vida crimen a la vida moral no implica renunciar a lo que se consiguió. Se purifica todo ese dinero”.
Cómo se puede apreciar esta puede ser una buena explicación del crecimiento explosivo que han tenido las iglesias evangélicas en las zonas más carenciadas de las ciudades de Brasil, especialmente en las grandes ciudades, y de alguna manera explicaría el fuerte pasaje de católicos hacia los evangélicos que se están viendo en Brasil.
Francisco se adherirá al mundial de fútbol con un mensaje contra el racismo en el acto inaugural del 12 de junio.
Pero mientras se vive esta fiesta deportiva futbolera, la violencia sigue presente en las favelas que el gobierno ocupó militarmente para pacificarlas, ante reclamos de su población de que el gobierno no ha cumplido con la promesa de planes sociales para mejorar la vida en estos barrios probres, y en cambio han visto el arribo de compañías privadas para vender sus productos y aumento en las tarifas públicas.
FRANCISCO INAUGURA EL MUNDIAL
El papa Francisco hará un llamamiento contra el racismo el 12 de junio durante la ceremonia inaugural del Mundial de fútbol de Brasil, reveló la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. Según la mandataria, la FIFA ya expresó su apoyo a que la ceremonia inaugural de Brasil 2014 incluya la lectura del manifiesto de pontífice por parte de uno de los jugadores de la selección local, que debutará en el Mundial enfrentando a Croacia en la Arena Corinthians, de Sao Paulo.
«Hablé con el Papa sobre nuestra disposición de convertir la Copa en un hito mundial contra el racismo… Él estuvo de acuerdo con nuestra propuesta. Lamentó no poder venir al partido de apertura, pero ofreció enviar el texto para ser leído antes del partido», dijo Rousseff, durante una cena sostenida en la noche de este lunes con periodistas en la residencia presidencial del Palacio Alvorada.
La presidenta afirmó que otros manifiestos contra el racismo, elaborados por líderes de las diversas religiones existentes en Brasil, serán leídos antes de los partidos del Mundial.
«Ahora somos todos monos», expresó Rousseff, al aludir a la campaña con el hashtag #somostodosmonos/#somostodosmacacos lanzada este domingo por el astro brasileño Neymar, después de que su compañero de Barcelona y de la «seleçao» Dani Alves se comiera una banana lanzada desde la grada por un aficionado del Villarreal, durante un partido entre ambos equipos jugado este domingo.
Según Rousseff, la reacción de Alves al acto discriminatorio contribuye a impulsar la campaña contra el racismo que será el tema del Mundial de Brasil.
«Tenemos que hacer de esta Copa un hito mundial contra el racismo.Tenemos que expresar nuestro orgullo de ser descendientes de africanos, y entrar en la Copa con la cabeza levantada, diciéndole al mundo: ‘somos los mejores’. Y creo que esto lo debemos al fútbol brasileño», enfatizó.
DISTURBIOS SOCIALES EN LAS FAVELAS OCUPADAS MILITARMENTE
Desde el 2010 la Policía Militar brasileña está ocupando literalmente las favelas problemáticas poniendo Unidades permanentes de Pacificación, en vistas al Mundial de Fútbol y la Olimpíadas. Ver aquí. Pero si bien la acción ha tenido éxito para combatir la gran escala del narcotráfico, ha levantado una ola de protestas sociales porque el gobierno no ha cumplido su promesa de desarrollar planes sociales para mejorar la vida en esos barrios pobres.
Esta semana cinco autobuses fueron incendiados en el Complexo do Alemão, aglomeración de ‘favelas’, situada en el norte de Río de Janeiro, después de la muerte de un niño en circunstancias que todavía no están claras en un intercambio de disparos de armas de fuego entre los traficantes de drogas y la policía. Los vehículos fueron incendiados cerca de la Unidad de la «Policía de Pacificación» del inmenso barrio pobre, ocupado en 2010 por los militares para expulsar a las bandas de narcotraficantes que controlaban la región a partir de ahí.
Los incendiarios no han dejado ninguna indicación en cuanto a por qué el gesto, pero según testigos fue una clara respuesta a la violencia atribuida a la policía, que, en unos pocos días, ha sido acusada por los habitantes de las favelas de varios asesinatos, entre ellos el de una anciana.
En respuesta, la policía ha reforzado su presencia en el Complexo do Alemão, durante mucho tiempo un bastión de los traficantes de drogas antes de ser inscrito en el programa del Gobierno regional para pacificar las favelas en vista de los megaeventos deportivos, este año el Mundial fútbol y los Juegos Olímpicos en 2016. Desde la instalación de la policía permanente, los índices de delincuencia han disminuido considerablemente, pero no detiene los enfrentamientos entre los agentes de policía y los miembros de bandas criminales.
«Se esperaba que la mejora de la seguridad en las favelas fuera seguida por mejoras en los servicios básicos, salud, educación, saneamiento. Pero estos servicios no se han materializado. A cambio, ha llegado el sector privado, instalando televisión por satélite y aumentando drásticamente los precios de los servicios públicos», dijo Theresa Williamson, director de la ONG brasileña-americano Catalytic Communities, que trabaja en decenas de barrios pobres de Río.
«Se esperaba que la pacificación de las favelas fuera un proceso sencillo – añadió -, pero la llegada de la policía, sin servicios sociales sólo puede conducir a este resultado. Esto es lo que estamos viendo: la gente está frustrada, no tiene ninguna esperanza en el sistema, ya que no se le dio lo que se le había prometido»
Fuentes: O Estado de Sao Paulo, Misna, Signos de estos Tiempos
Un programa de represión de la violencia sin inversión social.
A poco más de dos meses del comienzo de la Copa Mundial de Fútbol en Brasil, Río de Janeiro sigue embarcada en lo que se llama Programa de Pacificación (UPP) que consiste en ocupar las favelas con cuerpos militarizados permanentes para controlar la violencia y el narcotráfico.
Ahora se apresta a ocupar uno de los complejos de favelas más grandes de Río, el «complexo da Maré», que consta de 13 favelas, pero en medio de un proceso de acomodamiento de los traficantes a las nuevas condiciones y ante la evidencia de que el plan de pacificación no logra los efectos deseados porque no ha sido diseñado para generar un cambio social y carece de inversión social.
Aunque el programa de pacificación ha sido elogiado por conseguir disminuir en 65 por ciento la tasa de homicidios en las zonas en que es implementado, los ataques recientes demuestran la capacidad que tienen los grupos de consolidarse en las zonas en las que las UPP están presentes, alimentando las críticas sobre las deficiencias del programa con respecto a la inversión social.
Pero sofocar la violencia en el corto plazo es probablemente la preocupación más urgente de las autoridades de Río de Janeiro, quienes buscan evitar los malos titulares una vez la ciudad se convierta en el centro de noticias por la Copa Mundial.
LA OCUPACIÓN DEL «COMPLEXO DA MARÉ»
A raíz de los nuevos brotes de violencia en las favelas de Río de Janeiro, las autoridades brasileñas han anunciado sus planes de enviar tropas para ocupar uno de los tugurios más grandes de la ciudad en vísperas de la Copa Mundial, antes de intentar poner en funcionamiento una UPP en la marginada zona.
El gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral, anunció que las fuerzas armadas van a ocupar el «complexo da Maré», un conjunto de tugurios en la zona norte de la capital del estado. El anuncio fue realizado tras una serie de ataques en las favelas cercanas la semana pasada, ataques en los que presuntos narcotraficantes dispararon a las Unidades de Policía Pacificadora (UPP), según Reuters. Los ataques llevaron a Cabral a pedirle a la presidenta Dilma Rousseff que enviara tropas federales al complejo, ubicado en una zona importante en terminos de seguridad, informó The Rio Times.
Unas 100.000 personas viven en Maré, que está compuesto por 16 barrios tuguriales que rodean al principal aeropuerto internacional de la ciudad. Por la zona pasan tres carreteras que van hasta el centro de la ciudad, lo que ha llevado a Cabral a calificar a la zona como una «sensible» y «estratégica».
La localización y tamaño de Maré hacen que sea una zona importante para el Comando Vermelho (CV), la banda de narcotraficantes que controla muchas de sus favelas. Sin embargo, fuentes en Río dijeron a InSight Crime que esta favela no es el principal centro de narcotráfico en la ciudad como había sido informado en la prensa internacional.
Sin embargo, sí registra niveles de violencia significativos, y el establecimiento de control será importante para la tentativa de Brasil de disipar los miedos de seguridad a medida que se acerca la Copa Mundial. Como este no es el primer intento de establecer una UPP en la zona bajo el programa de pacificación de Río es muy probable que la esta iniciativa vaya a ser analizada de forma minuciosa.
EL RETORNO DE LA VIOLENCIA
Los críticos del programa de pacificación apuntan a una serie de estallidos de violencia en las favelas pacificadas desde comienzos del año, como evidencia de que la pacificación sin inversión social sólo puede producir mejoras temporales en la seguridad.
Mientras tanto, cuatro policías militares han muerto en las favelas pacificadas en lo que va del año, y más de una docena de heridos han resultado de los tiroteos, con varios ataques a estaciones de la UPP. Esto supera los tres muertos durante todo 2013, según la información proporcionada a InSight Crime por la Secretaría de Seguridad. La semana pasada, tres oficiales de la UPP fueron asesinados en una noche en diferentes favelas pacificadas. Una estación de la UPP fue completamente destruida. Incluyendo los ataques en zonas no pacificadas, 20 oficiales de la policía han sido asesinados desde que comenzó el año, informó O Globo durante el fin de semana; el más reciente recibió un disparo en la garganta tras un enfrentamiento con dos jóvenes en una moto el sábado.
«Está claro que los criminales quieren debilitar nuestra política de pacificación y volver a ganar el territorio que por años había estado en manos de los criminales», dijo.
«El Estado no dará marcha atrás».
La semana pasada se había confirmado, que las tropas federales se desplazarían para ocupar cuatro favelas no pacificadas, las cuales han experimentado recientes brotes de violencia. Tal es el caso expuesto en este artículo.
La violencia reciente es «sin duda» una reacción por parte de los criminales a la creciente difusión de las UPP, según el secretario de Seguridad del estado de Río, José Beltrame.
«La facción [de Comando Vermelho] se encuentra atrapada, con mucho menos territorio que el que tenía hace ocho años», dijo.
«Por supuesto que va a reaccionar. Es en este momento que tenemos que actuar con firmeza, con racionalidad, dentro de la ley -todo lo que es opuesto a lo que ellos hacen. En este momento no podemos flaquear ( … ) Si retrocedemos ahora, sería una pérdida incalculable».
Sin embargo, toda la voluntad del mundo no pondría fin al tráfico de drogas, admitió.
«Río es un gran consumidor de drogas. Las drogas ingresan a Brasil desde varios lugares», dijo.
«Siempre y cuando tengamos el vicio y el dinero, lamentablemente vamos a tener drogas».
«Nunca se esperó que la pacificación fuera un proceso fácil», dijo la analista de seguridad Julia Michaels.
«La policía, los residentes de las favelas e incluso los criminales están aprendiendo cómo comportarse con un nuevo conjunto, todavía en evolución, de normas, tanto legales como de la sociedad».
Williamson, la directora de Catalytic Communities, dijo que la llegada de las fuerzas de policía y del mercado sin los servicios sociales sólo podía tener un resultado.
«Usted está forzando lo que ya es uno de los estados más desiguales del mundo para que se convierta en algo aún más desigual, que todo el mundo sabe que genera más crimen y violencia», dijo.
«Eso es lo que ahora estamos viendo. La gente está frustrada. No tienen esperanza en el sistema, porque no ha sido entregado lo que se prometió».
El mensaje social de Francisco a los jóvenes y a las naciones.
De todo lo que dijo Francisco en la JMJ surge un mensaje social y otro de movilización a los jóvenes; este último puede verse más en detalle cuando pidió a los jóvenes argentinos que “armen lío en sus parroquias”. Y el mensaje social de Francisco surge a partir de las visitas al Hospital de tratamiento de adictos a la droga y a la favela Varginha.
Si bien su mensaje social fue dicho en un marco de una celebración juvenil, tiene alcance general, para todas las naciones.
La visita del Papa Francisco a lo que le gusta llamar «la periferia de la existencia» – antes de que la alegría d los jóvenes en Copacabana – fue una oportunidad para reafirmar su doctrina, que repitió varias veces: tenemos que luchar contra la pobreza material, pero la pobreza más insidiosa es la espiritual. Y la pobreza espiritual se expresa en el relativismo y las nociones del bien común, que ignoran la vida, la familia y la integridad de la persona, que describe como «pilares» sin los cuales las naciones no pueden desarrollarse económicamente y colapsar.
El viaje a la «periferia» comenzó la noche del 24 de julio, cuando el Papa se reunió con los adictos en proceso de rehabilitación del Hospital San Francisco en Río de Janeiro.
Allí comunicó al mundo una posición fuerte y clara sobre la ley propuesta de liberalización de las denominadas drogas blandas que hoy se discute en Brasil y otros países latinoamericanos.
«No es con la liberalización del consumo de drogas – dijo el Papa – que se está discutiendo en varias partes de América Latina, que se reducirá la propagación y la influencia de la dependencia química. Es necesario abordar las cuestiones que están en la base de su uso».
Para realmente hacer frente a estos problemas, dijo Francisco, es esencial contar la verdad al adicto: quién tiene derechos, pero también deberes. Para lo que la Iglesia está dispuesta a hacer todo lo posible para ayudarle; pero todo esfuerzo será en vano si no se ayuda a sí mismo.
«Vas a encontrar la mano extendida de las persona que te quieren ayudar – dijo el Papa, dirigiéndose a cada uno de los pacientes – pero nadie puede hacer que salgas de tu lugar». Sin la firme voluntad de dejar las drogas, nadie se salva.
El Papa ha dicho muchas veces y repite: «No se dejen robar la esperanza». Pero a veces somos nosotros mismo los que nos robamos la esperanza.
El 25 de julio, el Papa Francisco ha cumplido uno de sus deseos, al ir a visitar a una de las favelas más problemáticos del Río, Varginha. El Papa tuvo el cuidado de subrayar que quería visitar todos los distritos de Brasil, sin distinción, los del centro y los de la periferia.
«Quería tocar todas las puertas, decir ‘hola’, pedir un vaso de agua fresca, tomar un ‘cafezinho’, hablar como amigos de la casa, escuchar el corazón de cada uno: de los padres, los hijos, los abuelos… Sin embargo, ¡Brasil es tan grande! Y no se pueden tocar todas las puertas».
El primer pensamiento del Papa en Varginha ha sido sobre el valor, muy brasileño de la hospitalidad. El Papa se siente bienvenido,
«y es importante saber cómo acoger, lo que es aún más hermoso que cualquier adorno o decoración. Digo esto porque cuando somos generosos en dar la bienvenida a una persona y compartimos algo con alguien – un poco de comida, un lugar en nuestro hogar, nuestro tiempo – no sólo no seguimos siendo pobres, sino que nos enriquecemos. Sé que cuando alguien que necesita comer llama a su puerta, siempre encontrarán una manera de compartir los alimentos, como se suele decir, siempre se puede ‘añadir más agua a los frijoles’. Y lo hacen con amor, lo que demuestra que la verdadera riqueza no está en las cosas, sino en el corazón»
Por lo tanto,
«el pueblo brasileño, en particular, los más simples, pueden ofrecer al mundo una valiosa lección de solidaridad, una palabra que a menudo se olvida porque incomoda».
Las injusticias sociales se combaten principalmente haciendo cada uno su propia parte.
«No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que a menudo regula nuestra sociedad, la que construye y conduce a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad, el no ver al otro como un competidor o un número, sino como un hermano«.
Brasil hoy en día se está convirtiendo en una potencia económica mundial. Pero ningún progreso económico,
«será duradero, no habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora que margina y abandona en la periferia a una parte de sí misma. Una sociedad que simplemente se agota en sí misma, de hecho pierde algo esencial para sí misma»
¿Brasil se está convirtiendo en un gran país?,
«la medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a las personas más necesitadas, que no tienen nada salvo su pobreza»
Una vez más – incluso en la favela de Varginha – Francisco quiso destacar que,
«sin duda es necesario dar pan a los hambrientos», pero «también hay un hambre más profunda, el hambre de una felicidad que sólo Dios puede satisfacer».
A los diplomáticos, en el inicio de su pontificado, el Papa dijo que la pobreza espiritual coincide con la dictadura del relativismo. En Brasil reitera que,
«no hay ni verdadera promoción del bien, ni un verdadero desarrollo común, cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación, sus activos inmateriales: la vida, que es un don de Dios, que se debe valorar, proteger y promocionar siempre; la familia, el fundamento de la convivencia y el remedio contra la desintegración social; la educación integral, que no se reduce a una simple transmisión de información con el objetivo de producir ganancias; la salud, que debe buscar el bienestar integral de persona, incluida la dimensión espiritual que es esencial para el equilibrio humano y la sana convivencia; la seguridad, en la creencia de que la violencia sólo puede ser vencida con el cambio del corazón humano «.
El papa Francisco recibió el jueves las llaves de la ciudad y bendijo las banderas olímpicas, pero lo más significativo fue su visita a la favela Varginha del complejo Manguinhos, en la zona norte de Río de Janeiro, lugar que hasta finales del pasado año estaba controlado por bandas de narcotraficantes y ahora una zona recuperada para la ciudad.
En medio de fuertes medidas de seguridad, con policía con armas de precisión y helicópteros sobrevolando, al llegar a la barrida el papa recibió una guirnalda hecha con papel de varios colores, mientras un grupo de niños se le abalanzaron para abrazarlo y besarlo. Francisco se dejaba y sonreía.
Todos lo estaban esperando, católicos, evangélicos, macumberos y ateos, y la favela se había hermoseado.
Diez familias fueron preseleccionadas por si el Papa decidía visitar casas, y en esas casas las familias (y en las vecinas) se esforzaron por poner elementos que atrajeran al Pontífice: dulces de leche, banderolas del equipo de fútbol argentino «San Lorenzo» (el del Papa)… Amara de Oliveira, de 82 años, explicó a «O Globo» que ella rezaba a la Virgen de Fátima para ver de cerca al Pontífice, y que había puesto en la puerta de casa un enorme crucifijo de madera, una bandera de Pernambuco y dos posters de Francisco.
En poco más de un mes, toda la iluminación de calles y callejuelas se renovó, se instalaron 70 focos de luz, se volvió a asfaltar el suelo, y… ¡lo nunca visto antes!… un equipo de barrenderos limpia regularmente las calles. También es constante la presencia de la policía militar Unidad de Policía Pacificadora (UPP) en Manguinhos.
En su alocución, el papa Francisco dijo que,
«nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que existen en el mundo» y pidió a los poderes públicos que trabajen por un mundo más justo.
«Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo», afirmó el papa Bergoglio.
El papa Francisco pidió a los jóvenes nunca desanimarse por la corrupción, tras las masivas manifestaciones que sacudieron recientemente Brasil exigiendo castigos para políticos corruptos y transporte, educación y salud de calidad.
«Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés», dijo el papa en la favela de Varginha, ante miles de personas. «A ustedes y todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague», añadió.
La cultura del egoísmo y el individualismo no se va a construir un mundo mejor:
una «cultura de la solidaridad», que ve a los «otros no como rivales o estadísticas, sino como hermanos y hermanas», dijo el Papa Francisco.
«La medida de la grandeza de una sociedad», añadió, «se encuentra en la forma en que trata a los más necesitados, a los que nada tienen, aparte de su pobreza»
Luego el Papa se dirigió a la pequeña iglesia dedicada a San Jerónimo Emiliani, donde se encuentran algunos miembros de la comunidad parroquial. Es una de las dos capillas de la comunidad. Aquí bendice el nuevo altar y ofrece un cáliz como un regalo a la parroquia. Francisco visita una familia y se va a pie hasta el campo de fútbol (donde el campeón del mundo Jairzinho entrena a los niños de la favela) para cumplir con la comunidad.
Varginha, la favela que eligio el Papa para su visita, se encuentra dentro de un complejo más grande que se llama Manguinhos, y en toda la zona la trepidación está por las nubes. Sobre todo en las casas de siete familias. Personas comunes que ahora formarán parte de la historia.
El dueño absoluto era el crack, la “pedra”, como le dicen aqui, derivado de la cocaína y con una mezcla de sustancias químicas. Esta plaga transformó literalmente varios barrios en verdaderas “naciones del crack”. Luego, en octubre de 2012, la primera intervención radical. Varginha fue ocupada por una unidad de la llamada “Policía pacificadora”, un cuerpo especial creado para “limpiar” las zonas más peligrosas de la Cidade Maravilhosa en vista del Mundial de futbol y de los Juegos Olímpicos.
“Solo esperamos que cuando se vaya el Papa las autoridades no se olviden de nosotros”, comentó lacónico Josinaldo, de 35 años.
Varginha nació en 1940 con inmigrantes del nordeste y, como todas las favelas de Brasil, comenzó con una pequeña ocupación de terrenos que fue amentando vertiginosamente hasta convertirse en un verdadero laberinto con muy pocos servicios y mucha desesperación. Además, situada como se encuentra entre una gran avenida y una ex-refinería, Varginha parece encarnar fielmente los valores del Evangelio que Papa Francisco quiere resucitar.
El amor y la comprensión en donde solo existe miseria, degradación, violencia y una lucha despiadada por la supervivencia. Hasta hace poco tiempo, para darnos una idea, esta zona era llamada “la franja de Gaza”. Y en esta tierra de nadie, pues, el Sucesor de Pedro pronunció y dejó su mensaje, tal y como Juan Pablo II en 1980 cuando visitó la favela Vidigal, también en Río.
TEXTO ÍNTEGRO DEL DISCURSO DEL PAPA EN LA FAVELA
Queridos hermanos y hermanas
Es bello estar aquí con ustedes. Ya desde el principio, al programar la visita a Brasil, mi deseo era poder visitar todos los barrios de esta nación. Habría querido llamar a cada puerta, decir «buenos días», pedir un vaso de agua fresca, tomar un «cafezinho», hablar como amigo de casa, escuchar el corazón de cada uno, de los padres, los hijos, los abuelos… Pero Brasil, ¡es tan grande! Y no se puede llamar a todas las puertas. Así que elegí venir aquí, a visitar vuestra Comunidad, que hoy representa a todos los barrios de Brasil. ¡Qué hermoso es ser recibidos con amor, con generosidad, con alegría! Basta ver cómo habéis decorado las calles de la Comunidad; también esto es un signo de afecto, nace del corazón, del corazón de los brasileños, que está de fiesta. Muchas gracias a todos por la calurosa bienvenida. Agradezco a Mons. Orani Tempesta y a los esposos Rangler y Joana sus cálidas palabras.
1. Desde el primer momento en que he tocado el suelo brasileño, y también aquí, entre vosotros, me siento acogido. Y es importante saber acoger; es todavía más bello que cualquier adorno. Digo esto porque, cuando somos generosos en acoger a una persona y compartimos algo con ella -algo de comer, un lugar en nuestra casa, nuestro tiempo- no nos hacemos más pobres, sino que nos enriquecemos. Ya sé que, cuando alguien que necesita comer llama a su puerta, siempre encuentran ustedes un modo de compartir la comida; como dice el proverbio, siempre se puede «añadir más agua a los frijoles». Y lo hacen con amor, mostrando que la verdadera riqueza no está en las cosas, sino en el corazón.
Y el pueblo brasileño, especialmente las personas más sencillas, pueden dar al mundo una valiosa lección de solidaridad, una palabra a menudo olvidada u omitida, porque es incomoda. Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo. Que cada uno, según sus posibilidades y responsabilidades, ofrezca su contribución para poner fin a tantas injusticias sociales. No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano.
Deseo alentar los esfuerzos que la sociedad brasileña está haciendo para integrar todas las partes de su cuerpo, incluidas las que más sufren o están necesitadas, a través de la lucha contra el hambre y la miseria. Ningún esfuerzo de «pacificación» será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma. Una sociedad así, simplemente se empobrece a sí misma; más aún, pierde algo que es esencial para ella. Recordémoslo siempre: sólo cuando se es capaz de compartir, llega la verdadera riqueza; todo lo que se comparte se multiplica. La medida de la grandeza de una sociedad está determinada por la forma en que trata a quien está más necesitado, a quien no tiene más que su pobreza.
fabela papa francisco 300×166 Discurso del Papa Francisco en la favela de la comunidad de Varginha (Manguinhos)
2. También quisiera decir que la Iglesia, «abogada de la justicia y defensora de los pobres ante intolerables desigualdades sociales y económicas, que claman al cielo» (Documento de Aparecida, 395), desea ofrecer su colaboración a toda iniciativa que pueda significar un verdadero desarrollo de cada hombre y de todo el hombre. Queridos amigos, ciertamente es necesario dar pan a quien tiene hambre; es un acto de justicia. Pero hay también un hambre más profunda, el hambre de una felicidad que sólo Dios puede saciar. No hay una verdadera promoción del bien común, ni un verdadero desarrollo del hombre, cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación, sus bienes inmateriales: la vida, que es un don de Dios, un valor que siempre se ha de tutelar y promover; la familia, fundamento de la convivencia y remedio contra la desintegración social; la educación integral, que no se reduce a una simple transmisión de información con el objetivo de producir ganancias; la salud, que debe buscar el bienestar integral de la persona, incluyendo la dimensión espiritual, esencial para el equilibrio humano y una sana convivencia; la seguridad, en la convicción de que la violencia sólo se puede vencer partiendo del cambio del corazón humano.
3. Quisiera decir una última cosa. Aquí, como en todo Brasil, hay muchos jóvenes. Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo.
La Iglesia los acompaña ofreciéndoles el don precioso de la fe, de Jesucristo, que ha «venido para que tengan vida y la tengan abundante» (Jn 10,10). Hoy digo a todos ustedes, y en particular a los habitantes de esta Comunidad de Varginha: No están solos, la Iglesia está con ustedes, el Papa está con ustedes. Llevo a cada uno de ustedes en mi corazón y hago mías las intenciones que albergan en lo más íntimo: la gratitud por las alegrías, las peticiones de ayuda en las dificultades, el deseo de consuelo en los momentos de dolor y sufrimiento. Todo lo encomiendo a la intercesión de Nuestra Señora de Aparecida, la Madre de todos los pobres del Brasil, y con gran afecto les imparto mi Bendición.
El Obispo de San Sebastián (España), Mons. Juan Ignacio Munilla, responsable del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española, está presente en Rio de Janeiro para participar con un grupo de jóvenes en la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, desde donde afirmó que
“es emocionante ver la hospitalidad de los pobres”.
“Estamos acogidos en la parroquia de Santa Luzia de la diócesis de Campo Olimpo, que es la periferia de Sao Paolo (que es a su vez la mayor urbe de Brasil, con más de 24 millones de habitantes contando con las poblaciones de la periferia que están unidas)”.
“El 30% de su población viven en favelas. Los demás en casas legalizadas, aunque muy humildes” comenta monseñor Munilla, que se puede seguir a través de la web oficial de la diócesis, además de su cuenta en Twitter.
En las casas de las familias estos peregrinos donostiarras duermen, desayunan, comen y cenan.
“Nos han acogido, no digo bien, sino increíblemente bien. Es emocionante ver la hospitalidad de los pobres”, apunta el prelado.
Según cuenta el Obispo, la presencia de las sectas en las favelas que ha visitado es muy fuerte, ya que el 50 por ciento de la población está en las más de 100 sectas que se han creado sólo en ese barrio, mientras que el otro 50 por ciento de la población es católica.
Según el Obispo Munilla, en la pastoral parroquial están presentes muchos movimientos católicos como la Renovación Carismática, Legión de María, Apostolado de la oración, grupos vicencianos de CARIDAD, grupos de pastoral juvenil, entre otros.
Como parte de las actividades, los jóvenes de la Diócesis de San Sebastián jugaron un partido de fútbol con los chicos de las favelas.
«¡Impresionante cómo pueden jugar al fútbol descalzos!».
«Luego entramos en una favela a rezar el Rosario, metidos como pudimos en varias habitaciones. Lo hicimos en la favela de una familia en la que habían matado a dos hijos en un tiroteo. La madre nos había preparado una merienda para después del Rosario, y luego hicimos una fiesta con bailes a la que asistieron los miembros católicos de las favelas vecinas (también al Rosario)”, relata el Obispo.
“Todo el mundo bailaba, cada uno en el cubículo en que se encontrase, porque era imposible que cupiésemos en el mismo habitáculo. No os podéis ni imaginar cómo acogían la presencia del obispo entre ellos, y son más ‘devotos’ que nuestras monjas de clausura», cuenta Mons. Munilla en su carta.
A las ocho de la tarde los jóvenes de San Sebastián junto con su Obispo celebraron la Eucaristía con otros jóvenes del barrio de acogida.
«Impresionante cómo se puede compaginar tanta ‘devoción’ con tanta fiesta en la Eucaristía. Al mismo tiempo, todo super solemne, con monaguillos con sotana roja y roquete incluido. Al terminar la Eucaristía, unos diez minutos de cantos y baile en la iglesia con toda la gente que no terminaba de marcharse, por la música religiosa tan animada», cuenta Mons. Munilla.
Luego de esta experiencia, el Prelado afirmó que puede sacar como conclusiones que
1.- Los pobres nos evangelizan.
2.- La Iglesia está más viva que nunca, a pesar del reto de las sectas.
3.- Si no os hacéis como niños no entraréis en el Reino de Dios.
4.- Te doy las gracias Padre, porque estas cosas se las ocultado a los sabios e inteligentes y se las has revelado a la gente sencilla.
Alojamiento para la Jornada Mundial de la Juventud.
Su aspecto pintoresco, su connotación social y su vista al atlántico – en las favelas sobre la costa – las hicieron un lugar de fuerte demanda de peregrinos.
Porque los peregrinos no van a buscar lujos, sino a ver al papa Francisco y a experimentar la comunión entre iguales, por eso colchones y sacos de dormir también fueron bienvenidos.
La favela Varginha, de Río de Janeiro, donde el papa Francisco celebrará una misa, acondicionó varias casas, al igual que otras comunidades pobres ocupadas por la Policía, que fueron puestas en alquiler durante la Jornada Mundial de la Juventud.
Vecinos de Varginha, perteneciente al conjunto de favelas Manguinhos, retocaron sus modestas viviendas ante el interés que ese barrio despertó en peregrinos de Brasil y otros países que quieren ver al papa argentino de cerca cuando celebre misa en la capilla de esa barriada
Por ejemplo, la manicura María Aparecida Félix había manifestado su interés en alquilar su casa en Varginha, pero antes necesitaba la aprobación de la arquidiócesis de Río de Janeiro, que fijó como requisito para recibir peregrinos que se respete un horario límite de llegada por la noche y los hombres duerman en cuartos separados de las mujeres.
A pesar de que en el pasado fue conocida como la “Franja de Gaza” por su peligrosidad, la zona donde está Varginha es más segura desde que fue instalada una Unidad de la Policía Pacificadora, que logró expulsar a parte de los narcotraficantes que dominaron el área durante décadas.
También hay favelas con casas en alquiler en la zona sur, cerca de la playa de Copacabana, donde Francisco realizará una recorrida y asistirá a una celebración del Vía Crucis.
Las favelas Chapéu Mangueira y Babilonia, dos de las que se alzan en un monte escarpado sobre la playa de Copacabana, son el destino de muchos los peregrinos que viajaron a Río para participar en la Jornada Mundial de la Juventud.
María Inez Nóbrega, la coordinadora de la iglesia Nuestra Señora del Rosario, ubicada a las puertas de estas favelas, explicó que hubo un “control riguroso” para seleccionar a los residentes que recibirán a peregrinos.
“Si el candidato es un hombre que vive solo y es soltero, no puede hospedar a chicas. Los peregrinos que van a casas cuentan con una carta del obispo de su ciudad natal, es una cosa seria, hay que tener respeto. Para alojar a chicas es preferible que sea una familia, donde podemos asegurar que no hay malicia”, indicó.
A las dificultades normales de una ciudad extraña, las favelas plantean una adicional: sus calles laberínticas, con numeración aleatoria, que obliga a que voluntarios de la iglesia les acompañen a sus alojamientos.
Roberto Ribeiro, de 21 años, vive solo en lo alto de Babilonia, donde cuenta con una vista privilegiada de la playa de Copacabana y las montañas que componen el paisaje carioca. Ribeiro, que por las normas de la iglesia acogerá a un peregrino varón, dijo que no tiene problemas en recibir a extraños porque viajó para hacer intercambios y se quedó en casa de otros. “Es bueno para hacer amistades y conocer gente”, comentó.
El joven, que estudia Relaciones Internacionales y ha montado una empresa de importación, también vivió cinco años en Suecia y habla inglés, italiano y sueco. “Yo tengo condiciones para salir de la favela, pero no quiero alejarme de mi madre, ella necesita ayuda aquí”, relató el joven estudiante.
En la entrevista, la parroquia pregunta por dos cuestiones, familia y espiritualidad. Ribeiro fue aprobado, a pesar de que asegura que no se define como “seguidor de ninguna religión”, aunque asevera que cree en Jesús y en la Biblia.
En una explanada en Babilonia, una monja estadounidense buscaba una señal de internet con su teléfono inteligente y lamentó no haber traído a Brasil su iPad. La hermana Alice, de 55 años, originaria de la casi desértica Arizona, comentó que “nunca había visto tanta agua” en su vida, en alusión a la espléndida vista del Atlántico que sirve de zócalo a la favela, adonde llegó por casualidad y a última hora.
“Nadie conocía Brasil, así que no tenía idea de dónde íbamos. Nos íbamos a quedar en otro lugar, pero terminamos aquí. Ahora veo la mano de Dios, porque nunca hubiéramos encontrado este lugar sin él”, dijo la hermana, que se alojó en un hostal junto a otros 27 miembros de su congregación.
“Esto no existe en el lugar donde vivo. Es muy edificante. Y cuando reúnes a tantos estudiantes para orar, eso puede transformar el mundo”, dijo la monja, observando de cerca la maraña de casas que emerge de las colinas.
La hermana también habló con pasión de la JMJ y de su expectativa de juntarse con millones de jóvenes con los que está vinculada por la espiritualidad.
“Creo que las personas mayores a veces piensan que son ellos los únicos que tienen una relación con Dios. Pero cuando vemos a tantos jóvenes, muchos adolescentes con una visión como la nuestra, no nos sentimos tan solos. Unir estas lenguas y culturas con sólo un propósito es maravilloso”, manifestó la hermana.
Visitará una favela y recibirá a jóvenes villeros bonaerenses.
Francisco será recibido por millones de jóvenes del mundo entero. Hablará en público en 17 ocasiones, entre discursos y homilías. Visitará a presos, una comunidad carenciada y a tóxico dependientes. Se reunirá con políticos y la presidenta Dilma Rousseff.
Pero lo que más se está destacando es la visita de Francisco a una de las favelas más pobres, sin el glamour de las favelas que dan sobre el mar, donde se sentirá a sus anchas porque también irá un grupo de jóvenes villeros de Buenos Aires llevando una imagen de Nuestra Señora de Luján.
Acorde con el sentido que ha querido dar Francisco a su pontificado desde el comienzo: visitará una favela pobre, irá a un hospital donde se trata a adictos a la droga, muchos de ellos afectados por el sida, y recibirá a jóvenes que purgan penas de prisión.
A continuación, día por día, el detalle de la actividad que desarrollará el Papa en este, su primer viaje apostólico.
Lunes 22
El avión despegará de Roma a las 8:45 (hora italiana) con destino a Río de Janeiro. Lo hará desde el aeropuerto de Fiumicino, como todo vuelo normal, por pedido del Papa, que no quiso que le habilitaran un aeropuerto especial.
A las 16 (hora local) será recibido en el aeropuerto de Río y, una hora más tarde, la presidenta, Dilma Roussef, le dará la bienvenida en una ceremonia en los jardines del Palacio Guanabara. Francisco pronunciará un breve discurso.
Martes 23
Día de descanso en el sitio en el cual se alojará el Papa durante su estadía en Brasil: el Centro de Estudios y Formación de Sumaré, un edificio propiedad de la diócesis de Río, ubicado en las alturas de la ciudad.
Miércoles 24
Francisco se trasladará en helicóptero hasta el santuario de Nuestra Señora de la Concepción de Aparecida (foto), patrona de Brasil, a 240 km de Río, donde llegará a las 9 y media. Luego de venerar a la Virgen, oficiará la Santa Misa a las 10:30, en la basílica local, donde pronunciará una homilía.
Luego almorzará con obispos y seminaristas en el Seminario del Buen Jesús de Aparecida.
Por la tarde regresará a Río de Janeiro para visitar el hospital de San Francisco de Asís de la Providencia, especializado en recuperación de jóvenes drogadependientes.
Jueves 25
Este será un día dedicado a la ciudad de Río de Janeiro. Por la mañana, el Papa recibirá las llaves de la capital carioca y bendecirá las banderas olímpicas. Brasil es anfitrión de las Olimpíadas 2016.
Esa misma mañana, tendrá lugar uno de los acontecimientos más esperados: la visita a una favela. Será en Manguinhos, en un barrio cuyo control retomó recientemente la policía, donde Francisco será recibido en la Comunidad de reinserción de Varginha.
Por la tarde, a las 18, en el paseo marítimo de Copacabana, frente al mar, tendrá lugar la gran fiesta de bienvenida que los jóvenes participantes de las JMJ darán al Sumo Pontífice. Allí, el Papa pronunciará un discurso.
Viernes 26
A las 10 de la mañana, el Papa confesará a varios jóvenes en el parque de la Quinta de Boa Vista, cerca de su residencia.
A las 11:30 recibirá a algunos jóvenes reclusos en el palacio arzobispal San Joaquín de Río.
Al mediodía rezará el Angelus desde el balcón del mismo palacio arzobispal.
A las 12:15, saludará al Comité organizador de la JMJ y a sus benefactores.
Luego, a las 13, almorzará con un grupo de jóvenes, representantes de los cinco continentes.
A las 18 horas tendrá lugar el Vía Crucis en el paseo marítimo de Copacabana. Allí también dará un discurso.
Sábado 27
El papa Francisco celebrará la Eucaristía con los obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas en la catedral de San Sebastián de Río de Janeiro, a las 10 de la mañana.
A continuación, a las 11:30, se encontrará con empresarios y dirigentes políticos del país en el Teatro Municipal, a los que dirigirá la palabra.
Finalizado ese encuentro, almorzará con los cardenales brasileños, la presidencia de la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil, los obispos de la región y el séquito papal en el refectorio del Centro de Estudios de Sumaré.
A las 19.30 tendrá lugar la gran Vigilia de Oración con los jóvenes en el Campus Fidei (Campo de la Fe) de Guaratiba. Ubicado a 30 km al oeste de Río, es un terreno inmenso, dos veces más grande que el que fue escenario de la misma actividad en la JMJ de Madrid.
Domingo 28
A las 10 de la mañana, el Papa celebrará la Misa de clausura de la XXVIIIª Jornada Mundial de la Juventud, también en el Campus Fidei de Guaratiba. Este es el punto central del viaje.
Al concluir la misa, recitará el Angelus y anunciará el sitio de la próxima Jornada Mundial de la Juventud.
Por la tarde, a las 16 hs, el Obispo de Roma se reunirá con el Comité de coordinación del CELAM (Consejo Episcopal Latinoamericano) en el Centro de Estudios de Sumaré.
El Santo Padre se despedirá de Sumaré poco antes de las 17 para tener un encuentro con los voluntarios de la JMJ en uno de los pabellones del Palacio de Exposiciones «Rio Centro», desde donde partirá hacia el aeropuerto.
A las 18:30 habrá una breve ceremonia de despedida en el Galeao.
El avión del Papa despegará de Río de Janeiro a las 19 y aterrizará en Roma el lunes 29 de julio poco antes del mediodía.
VISITA DE FRANCISCO A LA FAVELA MANGINHOS
El jueves 25 de julio el Papa visitará esta pequeña favela de Río de Janeiro.
La favela de Manguinhos, donde está la comunidad de Varginha, es un asentamiento en el norte de Río cuyo control retomó recientemente la policía brasileña, en el marco de un plan de «pacificación» en vista al Mundial de Futbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016. Pero según los habitantes, en la zona aún hay traficantes de droga, aunque son más discretos
Está en la denominada «franja de Gaza» carioca, una zona pobre y violenta del norte de la ciudad de Rio de Janeiro. Tanto católicos como evangélicos, lo aguardan con alegría.
«Aquí nadie nos recordaba, sufrimos mucho. El papa es un hombre santo y eso nos va ayudar. Necesitamos más proyectos para los niños», comenta Sonia Curato, una manicura católica de 47 años, mientras asa unas salchichas a la parrilla.
Su pequeña casa, de paredes sin pintar, está ubicada a la entrada de la favela, al costado de la pequeña iglesia Sao Jeronimo Emiliani, donde el papa bendecirá el nuevo altar, antes de dar un discurso frente a entre 25.000 y 30.000 fieles en la cancha de fútbol vecina.
En general, las favelas que atraen a los visitantes internacionales, como deportistas profesionales, políticos, actores o estrellas del espectáculo, son aquellas ubicadas sobre los morros que dominan los barrios ricos, con una hermosa vista al mar. El papa Juan Pablo II visitó en 1980 la favela de Vidigal, situada al borde del Atlántico sur.
El padre Marcio Queiroz, cura de Varginha, considera que la elección de esta favela corresponde a la imagen del nuevo jefe de la Iglesia católica:
«Tal vez se sintió muy identificado con esta favela. Una pequeña comunidad pobre», sin glamour, bien plana y dominada por una vía de tren gris.
«Francisco recorrerá a pie los 200 metros que hay entre la iglesia y la cancha de fútbol. En el trayecto se detendrá en la casa de ocho habitantes, como un padre que visita a sus hijos», explica Everaldo Oliveira (42), responsable del recibimiento del papa en Varginha.
No habrá rejas o defensas en especial, dijeron los organizadores de esa actividad.
En esta favela de mil habitantes viven más o menos la misma cantidad de católicos que evangélicos, según Oliveira. Sin embargo, hay una sola iglesia y una pequeña capilla católica de San Sebastián sin terminar, contra cuatro templos neopentecostales.
Como varias favelas, Varginha vivió estos últimos años un fuerte brote de iglesias evangélicas. Para el Vaticano, la visita del papa a este lugar es una oportunidad para mostrar que no ha abandonado el terreno.
De hecho, los evangélicos abrirán las puertas de sus templos y de sus casas al pontífice.
«Él es diferente, se muestra más humilde con los pobres. Jesucristo vino a la Tierra para esto», asegura Rogerio, un pastor de la Asamblea de Dios que se ocupa de los adictos al crack en la región.
JÓVENES VILLEROS DE ARGENTINA DEJARÁN LA VIRGEN DE LUJÁN EN FAVELA QUE IRÁ EL PAPA
Un grupo de jóvenes de villas argentinas llevará una imagen de la Virgen de Luján para dejar en la favela de Río de Janeiro que visitará el papa Francisco, en el marco del viaje apostólico a Brasil por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Fuentes eclesiásticas confirmaron que los sacerdotes porteños Hernán Morelli y Mario Miceli hicieron contacto con los organizadores en el país vecino para que el «gesto» se realice el jueves 25 de julio, cuando el pontífice será recibido por la comunidad parroquial de Varginha, en el corazón de la favela Manguinhos.
«El reencuentro del Papa con sus jóvenes villeros, a quien Jorge Bergoglio acompañaba espiritualmente siendo arzobispo de Buenos Aires, es por ahora sólo una posibilidad remota, pero trabajamos para hacerla realidad», dijo Miceli.
«La intención es lograr una visita integrada por villeros y afavelados», agregó el sacerdote delegado arquidiocesano de la Vicaría de Juventud para la JMJ.
«Intentaremos llegar hasta Jorge (Bergoglio) y que los chicos puedan reencontrarse con él, pero todo dependerá del Comité Organizador en Río».
No obstante, confirmaron que dejarán en la comunidad de Varginha una imagen de la Virgen de Luján, réplica de la que el Papa tiene en la casa Santa Marta, donde reside en el Vaticano.
Los sacerdotes porteños dijeron que, de no ser posible ese encuentro con el Papa, jóvenes de la arquidiócesis llevarán otra imagen de la Virgen para dejar en la catedral de San Sebastián, en Río, después de la misa que presidirán el lunes 22 los obispos argentinos que acompañarán a las delegaciones juveniles nacionales.
Asimismo, destacaron que una tercera imagen mariana de carácter «peregrina» se intentará dejar en la residencia Sumaré, donde el Papa residirá durante su estadía en la ciudad carioca, para luego traerla de regreso a Buenos Aires.
«Es para que la Virgen de Luján, de la que es devoto, le haga compañía durante su estadía en Brasil», explicó Morelli.