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Los coptos pagan un precio muy alto con su apoyo al ejército que destituyó al presidente egipcio

Siguen los temores de los cristianos.

 

Una docena de cristianos coptos muertos, casas, autos y comercios incendiados, toda clase atentados e intimidaciones es el precio que están pagando los coptos por apoyar al ejército que tomó el poder en Egipto la semana pasada.

 

patriarca copto tawadros II

 

Pero el nuevo presidente interino de Egipto no ha dado tranquilidad a los coptos, porque ha seguido con el mismo enfoque de la Hermandad Musulmana en la Constitución provisional a las religiones.

En la fase de transición, las minorías han pagado un elevado precio en vidas humanas. Pero ahora temen que la Constitución provisional las margine aún más.

En estas horas también ayunan los coptos en Egipto. Como los musulmanes que comenzaron el Ramadán, los coptos también siguen el ayuno para preparar la fiesta del martirio de los Santos Pedro y Pablo, que esta Iglesia de oriente celebra el 12 de julio. Oraciones y gestos que se entrelazan entre las mezquitas y las iglesias en un momento particularmente delicado para el futuro del país.

El balance de estos días ha sido muy pesado para los coptos, en contra de los que se desencadenó la rabia de los islamistas, sobre todo fuera de El Cairo. No fue solamente el asesinato a sangre fría del padre Mina Aboud Sharubim, el sábado pasado en El Arish nel Sinai; otros cuatro cristianos fueron asesinados el viernes pasado en la localidad de Al Dabaya, en la periferia de Lúxor.

Un musulmán fue encontrado sin vida y los islamistas reaccionaron diciendo que había sido obra de un cristiano local, que había expresado públicamente su apoyo al movimiento de los “Tamarod”, los “rebeldes” que recogieron firmas para la destitución del ex presidente Mohammed Morsi.

En la zona del Sinaí y en Lúxor ya no es posible llevar la cuenta de todos los actos de intimidación hacia las Iglesias: el último se verificó ayer por la mañana, cuando un grupo de hombres armados y enmascarados dispararon contra una Iglesia de Port Said (afortunadamente no hubo víctimas, pero el miedo fue enorme).

Es el precio que están pagando los cristianos por el apoyo explícito a la intervención del ejército que –siguiendo la oleada de las manifestaciones del 30 de junio– llevó a la destitución de Morsi e impuso una fase de transición hacia nuevas elecciones.

“Este ‘road map’ – había asegurado el Papa Tawadros II en vivo hace una semana, después del anuncio del general al-Sissi – fue creado teniendo en cuenta todos los factores que pueden garantizar un futuro pacífico para Egipto. Pretende exclusivamente el bien del país, sin la intención de excluir o marginar a nadie”.

Sin embargo, ahora en el nuevo contexto que surge del nombramiento del economista Hazem el-Beblawi como líder del gobierno comienzan a surgir todas las ambigüedades de la situación en El Cairo.

A pesar de seguir considerando al ejército como garantía propia de protección existe mucha perplejidad en estas horas entre los cristianos por el texto de la Declaración constitucional provisional que aprobó el presidente “ad interim” Adly Mansour.

Justamente el debate sobre la Constitución impuesta por los islamistas fue el principal terreno del enfrentamiento entre los coptos y la Hermandad Musulmana: se veía con enorme preocupación el mayor peso reconocido a la Sharia, la ley islámica..

Los cristianos esperaban que el presidente interino modificara inmediatamente estos puntos. En cambio, con respecto a la relación entre el Estado y las religiones quedó confirmado el enfoque de la Hermandad Musulmana en la Constitución provisional.

Detrás de esta decisión de Mansur está el miedo de perder el apoyo en la fase de transición por parte de los salafitas (los islamistas más radicales).

Es cierto que en los próximos meses habrá una comisión que se encargará de discutir todos los puntos controvertidos de la Constitución, pero las dudas entre los cristianos aumentan, sobre todo debido a la rapidez con la que Arabia Saudita y los países del Golfo (los grandes patrocinadores de los salafitas) se apuntaron en la nueva fase que vive el gobierno en El Cairo.

“Nos toman el pelo – declaró netamente a la agencia Fides el obispo copto católico de Minya, Botros Fahim Awad Hann. Las pésimas disposiciones de la vieja Constitución, a ojos de los cristianos, en el nuevo texto tienen incluso un mayor peso. Si no hablamos ahora, después no podremos decir nada”.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

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La conversación entre el presidente egipcio Morsi y el general al Sisi dando el golpe de estado

Documento histórico.

 

Hay diálogos, que se recordarán por mucho tiempo porque suceden en un momento clave de la historia. Este es el caso de la última conversación entre el jefe del ejército egipcio y el presidente Morsi, donde queda sellado el derrocamiento, con apoyo de la minoría cristiana, del presidente constitucional egipcio.

 

conversacion eltre al sisi y morsi

 

Se lo revelamos aquí, en momentos en que los Hermanos Musulmanes y otros adeptos a Morsi están en plena campaña de actos terroristas, una guerra civil que ya tiene más de 50 muertos, y que muestra a los cristianos como blanco preferido; mientras que la embajadora de EE.UU. está haciendo lobby a favor del depuesto Morsi, pero posiblemente para “llenar el ojo”, porque es impensable que el ejército egipcio haya dado el golpe sin un guiño estadounidense.

EL DOCUMENTO HISTÓRICO

El 5 de julio, El Watan («La Nación»), uno de los periódicos más populares de Egipto, publicó el último diálogo entre el general Abdel Fattah al-Sisi y el Dr. Mohamed Morsi, que tuvo lugar el martes 2 de julio.

A un periodista que fue llevado a una sala contigua se le permitió ser testigo y transcribir la conversación desde una pantalla de TV. Raymond Ibrahim tradujo el discurso completo tal como aparece en El Watan.

EL INTERCAMBIO ENTRE MORSI Y AL SISI

Morsi: ¿Cuál es la posición de los militares con respecto a lo que está pasando? ¿Sólo van a quedar viendolo? ¿No deberían proteger la legitimidad?

Sisi: ¿Qué legitimidad? Todo el ejército está con la voluntad de la gente, y la inmensa mayoría de las personas, de acuerdo con informes documentados, no lo quiere usted.

Morsi: Mis seguidores son muchos y no se van a quedar en silencio.

Sisi: El ejército no va a permitir que nadie destruya la nación, sin importar lo que pase.

Morsi: ¿Qué pasa si no me quiero ir?

Sisi: El asunto está resuelto y ya no depende de Ud. Trate de dejarlos con dignidad y diga a los que llama partidarios que vuelvan a sus hogares con el fin de evitar el derramamiento de sangre, en lugar de amenazar a la gente a través de ellos.

Morsi: Pero de esta manera, será un golpe militar, y Estados Unidos no selos va a permitir.

Sisi: Las personas nos interesan, no los Estados Unidos. Y ya que ha empezado a hablar de esta manera, voy a hablar con usted sinceramente. Tenemos evidencia para condenarlo y condenar a muchos funcionarios gubernamentales por poner en peligro la seguridad nacional de Egipto. El poder judicial tendrá que decirlo y todos serán juzgados ante todo el pueblo.

Morsi: Ok, ¿puede permitirme que haga un par de llamadas y después voy a decidir lo que debo hacer?

Sisi: No le está permitido, pero le podemos permitir que hable solamente con su familia.

Morsi: ¿Estoy preso o qué?

Sisi: Usted está bajo arresto desde este momento.

Morsi: No creo que la Hermandad va a quedarse quieta por si yo dejo la oficina. Ellos pondrán el mundo al fuego.

Sisi: Simplemente que traten de hacer  algo y verán la reacción del ejército. Quien dentro de ellos quiera vivir en paz, es bienvenido, de lo contrario, [si intentan algo] no los dejaremos solos. No dejaremos solo a nadie, y la Hermandad es parte de la gente de Egipto, así que no trate de utilizalos como combustible para su repugnante guerra. Si realmente los quiere, salga de la oficina y deje que se vayan a sus casas.

Morsi: De todos modos, yo no me voy, y la gente de fuera de Egipto están todos conmigo, y mis seguidores no se van.

Sisi: De todos modos, yo lo he aconsejado.

Morsi: Ok, pero tenga cuidado, soy la persona que le nombró como ministro y puedo retirarlo.

Sisi: Me convertí en Ministro de Defensa debido a la voluntad de los militares y no a la suya, y Ud. lo sabe muy bien. Por otra parte, no me puedes quitar, ya no tiene ninguna legitimidad.

Morsi: Ok, si estoy de acuerdo en ser removido, ¿va a permitir que viaje al extranjero y promete no encarcelarme?

Sisi: No puedo ofrecer ninguna promesa. Es la justicia [eldepartamento] que dará su veredicto.

Morsi: Bueno, si ese es el caso, voy a hacer la guerra, y vamos a ver quién prevalecerá al final.

Sisi: Naturalmente la gente va a ganar.

CONSOLIDACIÓN DE UNA CUASI GUERRA CIVIL

En el momento de terminar el diálogo con al Sisi, Morsi fue detenido por quienes tenían la misión de custodiarlo, dándose lugar técnicamente a un golpe de estado, pero con la particularidad del multitudinario apoyo popular que se estima movilizó a 17 millones de personas, lo que llevó a que el ejército repentinamente apareciera sensible a los reclamos sociales.

Se consolida así uno de los más grandes fracasos de la ‘primavera árabe’, que tuvo éxito al derrocar al presidente Hosni Moubarak y llamar a elecciones generales, donde ganó la única organización que mantenía niveles aceptables de organización política: los Hermanos Musulmanes.

Morsi iba a decepcionar porque prefirió actuar como presidente de los Hermanos Musulmanes, y no de la abrumadora complejidad que conforma Egipto.

Y cayó arrastrado por las exigencias del Islam tradicional, mientras la economía se desmoronaba, faltaba de todo, desde la harina hasta el combustible, mientras los precios escalaban y los turistas estaban desapareciendo. “Moubarak con barba” se lo llamaba a Morsi en los actos de la Plaza Tahrir.

Fuentes: Raymond Ibrahim, Signos de estos Tiempos

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¿Qué pasará en Egipto luego de la destitución del presidente Morsi con el apoyo de los cristianos?

Las dificultades y los escenarios posibles.

 

El ejército ha depuesto al presidente Morsi y se registra una reacción negativa hacia los Hermanos Musulmanes, no sólo en Egipto sino en varias partes del mundo musulmán. Esta toma del poder del ejército estuvo apoyada por los cristianos, por el Patriarca Copto, el Gran Iman de al-Azhar en incluso por los salafistas.

 

poblacion festeja caida de morsi en egipto

 

La movilización popular lo pedía y las fuerzas armadas no se hicieron rogar, lanzando al mismo tiempo una ola de detenciones de 300 responsables de los Hermanos Musulmanes, entre los cuales el Guía Supremo, los dos viceguías, el ex Presidente del Parlamento, los consejeros del Presidente, etc. Asimismo, se encuentran detenidas personas cercanas a la Hermandad.

MOVILIZACIÓN POPULAR Y EJÉRCITO

La caída de Morsi es fruto de una movilización, cuantificada en decenas de millones de personas, que ha superado cualquier expectativa, así como de la ciega obstinación y las vendas ideológicas en los ojos de los Hermanos, y de una coordinación entre distintos agentes: servicios de seguridad, jóvenes revolucionarios, fuerzas políticas (incluidos los salafistas), miembros del ancien régime, con la bendición del Ejército.

Los Hermanos se han encontrado en un cerco, en el cual por lo demás se negaban a hacer concesiones, pensando que les iban a requerir otras más: o dejaban que se hiciesen las manifestaciones sin atacarlas —y estas eran cada vez más consistentes— o bien las atacaban y daban al ejército un pretexto para intervenir.

La hoja de ruta del ejército es más bien sencilla: congelar la Constitución, nombrar un Comité para enmendarla. Esta fórmula, un poco tambaleante, permite mantener dentro de la coalición a los salafistas, muy vinculados a la Constitución de diciembre de 2012. Las demás medidas son nombrar un presidente ad interim, Adli Mansour, Presidente del Tribunal Constitucional; formar un gobierno de tecnócratas que cuente con el apoyo de los miembros de la coalición; preparar elecciones presidenciales.

NO ES UN GOLPE DE ESTADO DICE LA LA IGLESIA CATÓLICA

«Lo que está sucediendo en Egipto no es un golpe de Estado, el Ejército optó por proteger a una revolución pacífica liderada por jóvenes egipcios y seguido por millones de personas en todo el país», dijo el P. Rafic Greiche.

El clérigo criticó a  los periódicos occidentales de atribuir los eventos a una «oposición» no especificada y describir como un golpe de Estado a la decisión del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), dirigido por el general al-Sissi de suspender la Constitución y derrocar al presidente Morsi.

Para el P. Greiche,

«el ejército es apolítico. Está simplemente gestionando las conversaciones entre las partes. El nuevo presidente interino Adli Mansour, jefe de justicia de la Corte Suprema Constitucional de Egipto, es un tecnócrata. Prometió que su gobierno provisional sería una coalición abierto a todas las partes y componentes de la sociedad egipcia».

La llamada a la yihad contra los manifestantes anti-islamistas ha dejado varios muertos en Giza (El Cairo), donde hombres armados desconocidos abrieron fuego contra la multitud, hiriendo gravemente a un policía. Una iglesia católica fue atacada en Minya (Alto Egipto).

EL PATRIARCA COPTO AL LADO DEL GENERAL AL-SISSI

Cuando tomó posesión como nuevo Papa de los coptos, una de sus primeras declaraciones fue que su tarea era pastoral y que la intervención en las cuestiones políticas era cosa de los laicos.

Entonces, ¿por qué el líder espiritual de los cristianos egipcios apareció en la televisión al lado del general al-Sissi, durante el mensaje televisivo en el que se anunció la destitución del presidente Mohammed Morsi, exponente de la Hermandad musulmana?

Esta pregunta encierra en sí misma la enorme particularidad del momento que está viviendo Egipto. Tawadros II habló sobre el “mapa de ruta” que llevará a las nuevas elecciones anunciado por los generales:

este “mapa de ruta” –explicó– fue escrito por personas honorables para superar el atolladero político. Fue redactado tomando en cuenta todos los factores que pueden garantizar un futuro pacífico para Egipto. Pretende exclusivamente el bien del país, sin la intención de excluir ni marginar a nadie”.

En la decisión de Tawadros II (que también es el punto de referencia para las demás confesiones cristianas de Egipto, después de la creación del Consejo de las Iglesias) jugó un papel importante el apoyo que ofreció el Gran Iman de al-Azhar, Ahmed al-Tayyeb, a la destitución de Morsi. Justamente, los cristianos han apreciado el papel del centro espiritual sunita de El Cairo como intermediario ante el aumento del odio sectario. Ya en enero de este año, al-Azhar se convirtió en el promotor de una iniciativa de diálogo nacional, que, lamentablemente, fue boicoteada por la Hermandad Musulmana.

El papel activo que están desempeñando en estas horas al-Tayyeb y Tawadros II parece inspirarse en la voluntad de alejar al país de las oposiciones entre laicos y religiosos, que han marcado la política egipcia del último año. También es significativa, en este sentido, la adhesión al diálogo promovido por el ejército del partido de los salafitas, al Nour.

¿CUÁL ES LA GUÍA?

Es muy difícil prever lo que vendrá. Lo único que se puede hacer es un inventario no exhaustivo de los problemas y los motivos de inquietud: primero de todo, ¿hay que temer un “escenario argelino”? ¿El país corre el riesgo de una guerra civil?

La primera noche sin Morsi ya ha contado con una docena de personas muertas en la provincia, durante incidentes desencadenados por defensores de los Hermanos Musulmanes. Estos últimos y sus aliados en el Sinaí disponen de los medios para abrazar una política del “tanto peor”.

En teoría, esta opción sería un error y legitimaría una represión más dura, alienando todavía más a la población. Pero se podría imponer desde la base en el caso de que esta se radicalizara o si se excluyera a los Hermanos del juego político de la nueva coalición.

Este problema plantearía otros dos: el futuro de la dirección de los Hermanos y la amplitud de las detenciones en los rangos de la Hermandad. Esta es culpable de actos análogos a los que desembocaron en el proceso a Mubarak y a sus colaboradores.

Sin embargo, ¿el nuevo equipo cuenta con sancionar solamente a los dirigentes? ¿Disolver la Hermandad? ¿No hacer nada? Todavía no lo sabemos con certeza, porque las presiones de la calle y la juventud revolucionaria serán cruciales.

¿Y EL DINERO?

Es igualmente difícil saber si el estado de la economía permitirá o no poner en tela de juicio las decisiones impopulares. A primera vista, la respuesta es no, pero los países del Golfo (Arabia Saudita, Kuwait, Emiratos) dieron a entender en más de una ocasión a sus interlocutores egipcios que estarían listos para ayudar abundantemente al país si los Hermanos Musulmanes cayesen y se tratase mejor al presidente Mubarak.

¿Están listos para hacerlo y/o a renunciar a la segunda condición? Parece que los Emiratos ya han puesto en marcha una ayuda consistente, con la entrega de cantidades notables de gasóleo (Egipto sufre una penuria que debilita su economía).

¿La coalición que toma el puesto de los Hermanos tiene medios para durar al menos el tiempo necesario para organizar las elecciones (algunos meses, con toda probabilidad)?

¿HACIA LA DEMOCRACIA?

Los miembros del ‘ancien régime’, los hombres de los aparatos de seguridad y los jóvenes revolucionarios, los no islamistas y los salafistas, quienes quieren reestructurar el aparato de Estado para democratizarlo y quienes en cambio están vinculados a su misión de modernización autoritaria, por poner sólo tres ejemplos, ¿pueden recorrer un tramo de camino juntos?

Sobre los distintos capítulos, como por ejemplo el de la Constitución y de la posición de los hombres del ‘ancien régime’, no se ve acuerdo posible.

Será grande la tentación para las distintas fuerzas de cortejar al ejército y la Policía, pedir su arbitraje y así consagrar su preeminencia. Una transición democrática de éxito exige la presencia de partidos fuertes o influyentes. En Egipto no los hay y el país es una obra gigantesca en construcción, sin un equipo de trabajo unido y donde falta el dinero.

Fuentes: Asia News, Vatican Insider, Oasis, Signos de estos Tiempos

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El horror que causa el grupo musulmán Seleka en las misiones cristianas de la República Centroafricana [13-06-14]

Testimonio del Obispo Juan José Aguirre.
El obispo Juan José Aguirre dice: «… como estamos no podremos aguantar mucho tiempo.  Seleka ha llevado al país de la pobreza a la miseria y al caos generalizado. Decidimos quedarnos con la gente y dejarnos hurgar y robar hasta en nuestros armarios»

 

maternidad-destrozada

 

Estamos recogiendo testimonios de las tropelías del comandante Abdala para que pueda un día, creo que aún lejano, dar con sus huesos y pagar sus deudas con este pueblo en el TPI.

¡Como un enorme tsunami! Así fue la llegada de los 500 rebeldes Seleka a Centroáfrica en el mes de diciembre de 2012. Casi todos son de la etnia Ngoula, musulmanes del norte del país, con la complicidad de las etnias musulmanas del sur del Chad y del Sudán y de unos 5.000 mercenarios de toda condición y calaña.

Llegaron a tomar el poder por la fuerza el 24 de marzo pasado, domingo de Ramos, y han llevado al país, de la pobreza donde estaba en 2012, a la espesa miseria de hoy, un engrudo entre un caos generalizado y una falta de liquidez acuciante.

Centroáfrica es ahora un país ingobernable. Los petrodólares prometidos no llegan porque el TPI (Tribunal Penal Internacional) está con ojo avizor. Para comprar el jugador Neymar no hay problemas. Cheque en blanco. Para subvencionar Centroáfrica lo piensan dos veces. Del poder corrupto y nepotista del general Bozize (hoy huido entre Camerún y su mansión en el Benín), que quería pero no podía, hemos pasado a ser pisoteados por una banda de rebeldes incompetentes acompañados por una miríada de salteadores de caminos.

Cuando conquistaron el centro del país y la capital Bangui, éstos estrictos seguidores de Mahoma, destrozaron las estructuras de aquel estado corrupto dirigido por un general adepto de una secta llamada «cristianismo celeste». También espantaron a las ONGs, que pusieron pies en polvorosa en pocas horas dejando sus coches escondidos (luego robados) y sus proyectos entre paréntesis.

Solo la Cruz Roja internacional y Médicos sin Fronteras soportaron el tirón aunque evacuaron todo «el personal no indispensable». Más tarde también ellos fueron asaltados. Pero antes que nada, la coalición Seleka saqueó sistemáticamente las misiones católicas, desde los garajes y las pediatrías hasta dineros y muebles.

Aguantamos el chaparrón y el concierto de obuses y metralla con cierta dignidad, aunque poblada de sombras, decidimos quedarnos con la gente y dejarnos hurgar y robar hasta en nuestros armarios antes de perder la vida, moviéndonos de puntillas para no toparnos en una curva con una patrulla de gente armada, algunos, auténticos mocosos, armados hasta los dientes, que se hacían pasar por comandantes aunque 4 meses antes eran solamente aprendices de pinchazos o simples muchachos de la calle.

Hoy día en Bangassou, varios meses después, estos indeseables, cruzados sus pechos por hileras interminables de balas calibre 12, campan por sus anchas y buscan con esmero algo que llevarse a la boca. Manda en plaza un comandante sudanés del Darfur, el Comandante Abdala, que dice estar aquí para pacificar este pueblo revuelto.

Llamar a mi gente «un pueblo revuelto» es como identificar el Valle de Ordesa con el bullicio de la feria. Nadie le escucha y todo el mundo le detesta. Negociamos con él a través de un intérprete, pues sólo conoce el árabe hablado y no sabe escribir y nos ha dado el permiso para empezar las clases en el colegio de la misión, recibir enfermos de sida en el centro Buen Samaritano, continuar el trabajo de construcción de la nueva maternidad, pasar las barreras con nuestro viejo camión lleno de arena sin pagar continuos peajes, organizar una peregrinación a un santuario mariano para pedir a la Virgen cordura (para ellos) y fortaleza (para nosotros), preparar una ordenación sacerdotal vivida por todos como un regalo que Dios nos concedía en medio de tanto desmán…

Hasta para que aterricen los aviones de la Cruz Roja hay que negociar con el «patrón de nuestras vidas.» Estamos recogiendo testimonios de sus tropelías para que pueda un día, creo que aún lejano, dar con sus huesos y pagar sus deudas con este pueblo en el TPI.

Guilaine, estaba con su hijo en su cabaña, cuando llegaron tres soldados fingiendo buscar armas. A otras dos mujeres más talluditas que estaban a su vera no les hicieron caso. Un musulmán mestizo, de cabellos rizados y fuego en el bajo vientre, la obligó a entrar en la casa mientras el niño berreaba afuera y abusó de ella hasta que se hartó. Nos lo contó una tarde soleada de mayo, tranquilamente sentada en nuestra veranda añadiendo que no había hecho ningún drama de aquella sórdida historia. Sólo pedía que se hiciera justicia y se lamentaba (perdonad la ingenua crudeza) que le había destrozado las únicas bragas que tenía.

Patrón del pueblo es el que tiene licencia para violar las mujeres que le dé la gana aún en presencia de sus maridos (que no era el caso) para dejar claro quién ha marcado el terreno como hacen los sabuesos.

Cerca de Bangassou, en Ouango, éstos fieles musulmanes atentos a no perderse la oración matinal de los viernes en la mezquita, el 21-22 de abril 2013, no sólo abusaron de las mujeres sino que además quemaron 900 cabañas, casas de ladrillo y graneros. Además hubo 10 asesinatos. Siempre para demostrar quién tiene la vara de mando y quienes tienen que cerrar la boca.

Nosotros predicamos cada domingo en la catedral a Cristo expoliado. Insistimos que no todos los musulmanes son Seleka, que no todos los Seleka son tan pervertidos, que también hay católicos y protestantes degenerados, que Dios no duerme, que un día El mismo hará justicia, que nos han robado 28 coches y 3 motos pero no nos han robado la fe, que Jesús, nuestro modelo, pasó por el «fracaso» del Viernes Santo para abrir el camino de la Victoria con su Resurrección.

Un pastor protestante me contaba ayer que al fin y al cabo Mahoma está muerto y enterrado, no sabemos ni donde, y Jesús está vivo y sigue vivo para darnos vida. Esto sí que lo dice El mismo: «que ha venido para darnos vida, y dárnosla en abundancia» (Jn 10,10).

He estado toda la semana yendo por las tardes a Tokoyo, la segunda parroquia de Bangassou, a unos 6 Km de la catedral, con el auto de San Fernando, porque el único coche que nos había quedado, el de la misión de Ouango donde quemaron las casas del barrio católico, lo tiene para su uso privado nuestro comandante en plaza, que lo ha pintado de verde chillón y dice que le sirve para perseguir a los ladronzuelos de Bangassou y poner orden entre sus vasallos.

En esta situación que os he descrito estamos hoy. Cuando en España estáis a una semana de empezar el verano, nosotros estamos aún instalados en el ojo de la tormenta, en la ladera caliente de un volcán en erupción. Nos preguntamos: ¿Cuándo saldremos del agujero? ¿Hasta cuándo seguiremos bajo el mando de estos mentecatos?

Tanta gente y tantos organismos en España quieren ayudarnos a reconstruir los proyectos dañados de Bangassou. Desde Manos Unidas hasta Ayuda a la Iglesia que sufre, desde quien organiza un desfile o un concierto hasta quien es subvencionado para correr un maratón o saltar en paracaídas. La Fundación Bangassou no para de inventar cosas.

Pero nos preguntamos: ¿Cuándo querrá el Señor sacarnos de este atolladero? Porque si seguimos al mando de estos indeseables, todo lo que reconstruyamos nos lo volverán a saquear. Sólo nos consuela la fe de la gente con la que vivimos, las familias de la parroquia o nuestros vecinos, que se echan a llorar cuando nos ven caminando todo el día por las empinadas veredas del barrio de la catedral hasta el orfanato y cita ese salmo que dice: «Porque Tu Señor, en los momentos de tribulación, estabas a mi lado, porque he hecho de Ti mi refugio y mi escudo» (Ps 90)

Ojalá que los países vecinos encuentren una solución o que la Unión Africana intervenga con mano segura y después de la tempestad venga la calma. Porque así, como estamos hoy, no podremos durar mucho tiempo.

Fuentes: Juan José Aguirre 11 junio 2013, Bangassou (República Centroafricana) para Periodista Digital, Signos de estos Tiempos

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