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Un modelo de EE.UU. para reinsertar a ex pandilleros debería hacer reflexionar a Honduras

Las pandillas están transformando a países de Centroamérica en estados fallidos.
El problema de la delincuencia a través de las pandillas está afectando de modo importante a Centroamérica, en especial a Honduras y El Salvador, porque se han hecho literalmente dueñas de barrios enteros, impulsando la delincuencia y los homicidios hacia arriba.

 

pandilleros de usa

 

En Los Ángeles, la cuna de las pandillas centroamericanas, la Iglesia Católica está operando varios programas para sacar a los pandilleros de las pandillas.

EL CONTROL SOCIAL DE LAS PANDILLAS EN HONDURAS

Un informe de inteligencia en Honduras al que tuvieron acceso los medios locales, documenta el grado de control que ejercen la MS-13 y otras pandillas en los barrios del país en que operan.

Según un informe de inteligencia al que tuvo acceso El Heraldo, las pandillas controlan la vida diaria en los barrios en los que operan en Tegucigalpa, la capital del país, a través del establecimiento de toques de queda y forzando a los residentes a guardar silencio frente a sus actividades criminales. Al parecer las pandillas obligan a los residentes a hacer cambio de luces en sus automóviles para indicar que son de la zona antes de entrar al barrio, deteniendo a los vehículos –y en ocasiones asesinando a los ocupantes- que no lo hacen.

El Heraldo informó que la investigación también reveló que miembros de pandillas se han tomado los hogares de docenas de hondureños, forzándolos a huir a otros barrios e incluso a otros países. Adicionalmente, las pandillas obligan a niñas y mujeres jóvenes a trabajar como prostitutas, o a tener relaciones sexuales con miembros de la pandilla.

El informe también arroja luz acerca de la actividad de la pandilla la Mara Salvatrucha (MS-13), cuyos miembros hondureños en gran medida han dejado la práctica de tatuarse. Según una fuente anónima de la policía consultada por El Heraldo, los tatuajes hicieron que los miembros de la MS-13 fueran fácilmente identificables para las autoridades judiciales y las pandillas rivales –quienes los capturan y torturan por información.

De esto surge que las pandillas en Honduras y probablemente en los otros países de Centroamérica, tienen una razón de ser económica, algo similar a lo que sucede con la mafia en Italia.

En EE.UU. no es tan claro que sea así, entre otras cosas porque la policía es mas eficiente, lo mismo que el poder judicial, pero aún así, los emprendimientos de la Iglesia en Los Ángeles pueden ser de consideración a los países centroamericanos.

EL TRABAJO DE LA IGLESIA CON LAS PANDILLAS EN EE.UU.

El flagelo de la violencia de las pandillas en El Salvador, Guatemala y Honduras ha llevado a decenas de miles de migrantes a los EE.UU. y a otros países centroamericanos.

Pero las dos pandillas principales que controlan regiones enteras de estos países, MS-13 y la pandilla de la calle 18, no son nativas de la región: son una exportación de EE.UU. directamente de Los Ángeles.

“MS-13 se inició en el área de Pico Union”, dijo el Padre Stan Bosch, psicólogo con años de experiencia como pastor en pandillas en Compton, California

“Eran jóvenes becarios, 14 o 15 años de edad, que habían visto su padres literalmente golpeados y decapitados delante de ellos”.

El Padre Bosch explicó que los jóvenes salvadoreños que formaron MS-13 y la de la Calle 18 originalmente llegaron a los EE.UU. después de huir de la violenta guerra civil que se apoderó de su país de origen. Ellos formaron pandillas para protegerse a sí mismos contra las pandillas afroamericanas y asiáticas existentes y encontrar una identidad común en una sociedad más amplia de la que se sentían excluidos.

“Ellos se unieron para formar pandillas en parte por desesperación, en parte por la experiencia común de trauma y en parte por supervivencia”, dijo.

Él dice que los jóvenes en las pandillas presentan lo que se denomina “trauma o complejo de desarrollo”, una condición que dijo es similar al “síndrome de estrés post-traumático”, pero con la diferencia de que el trauma es causado por eventos repetidos. Dijo que estos jóvenes de las pandillas crecieron con el ulular de las sirenas, y como niños de kinder, vieron personas matadas a tiros delante de ellos en las calles.

Nuestros jóvenes no tienen palabras para poner a sus sentimientos”, dijo, y agregó que es esencial para ayudarles “encontrar palabras para poner a sus sentimientos” en lugar de actuar su ira con venganza y más violencia.

Según el Departamento de Policía de Los Angeles, la ciudad de Los Ángeles y su condado circundante ha sido apodado como el “capital de las pandillas” de los Estados Unidos. La página web de la policía señala que la ciudad tiene 450 pandillas activas, con un total combinado de 45.000 miembros.

La Arquidiócesis de Los Ángeles está tratando de adoptar un enfoque holístico de la intervención de pandillas y reducir la violencia de las pandillas. Además de la asociación con las agencias locales para ofrecer opciones prácticas para los jóvenes de pandillas, tienen tres iniciativas principales: un ministerio de prisión, el ministerio de víctimas y un ministerio de las familias de la cárcel.

Javier Stauring, director de la Oficina Arquidiocesana de Justicia Restaurativa, dijo que capellanes y 600 voluntarios van a las salas de menores cada semana. Ellos buscan construir relaciones con los jóvenes y mostrarles que Dios los ama y se preocupa por ellos, en sustitución de la idea de un Dios que es vengativo hacia ellos.

En un programa llamado “Diálogo de Curación en Acción”, las familias de los jóvenes encarcelados y víctimas pueden escuchar las historias de los demás y descubrir las similitudes de dolores.

Las parroquias y otras iglesias cristianas ubicadas en las calles de Los Ángeles son la zona cero para la intervención de las pandillas y la prevención de pandillas, de acuerdo con Alex Sánchez, miembro de una pandilla reformado, que ahora es director ejecutivo y co-fundador de la organización no lucrativa Homies Unidos en Los Ángeles. Homies Unidos trabaja para evitar que los jóvenes entren en pandillas y ayuda a los miembros de pandillas a renunciar a la violencia y dejar la vida de las pandillas.

“Es fundamental que las organizaciones religiosas estén comprometidas con lo que sus comunidades están atravesando”, dijo Sánchez. “En muchas de las comunidades donde existen pandillas, hay muchas organizaciones religiosas en la zona, pero muchos de ellas no hacen nada para hablar de verdad sobre el tema o resolver el problema de una manera que podría ser eficaz”.

Dijo que algunas parroquias tienen preocupaciones acerca mezclar jóvenes de pandillas con otros en sus ministerios de jóvenes; un número de padres ven la pastoral juvenil como un refugio para los niños de la influencia de las pandillas.

Pero Stauring cree que los pastores y los líderes pastorales deben ser capaces de trabajar en torno a esas cuestiones y dar a los jóvenes afiliados a las pandillas una bienvenida en las iglesias.

La Iglesia puede desempeñar un papel decisivo en invitar a los jóvenes a pertenecer a una familia que se basa en el amor a Dios, amarnos a nosotros mismos y a los demás“, dijo.

El Padre Bosch dijo que la Iglesia Católica en Los Ángeles todavía tiene poder sin explotar en sus 287 iglesias. Sólo la apertura de puertas y tener una extensión hacia la comunidad, dijo, puede hacer una diferencia real.

Señaló un programa en su antigua parroquia, Nuestra Señora de la Victoria en Compton, llamada “Ecclesia in Barrio” (Iglesia en el Barrio).

Dijo que

el poder de la presencia [de la Iglesia] en los funerales de las víctimas de la violencia de las pandillas es subestimado”.

En Nuestra Señora de la Victoria, dijo, se invita a la gente a volver a la iglesia después del funeral para encender velas,

Permite que la gente hable de lo que siente, y se hace muy poderoso”, agregó.

De acuerdo con los involucrados en el problema profundo de la pertenencia a pandillas están muy relacionado con la desintegración familiar. Dijo Stauring que los jóvenes de pandillas a menudo experimentan “trauma y negligencia” en el hogar, como la violencia doméstica, madres que rara vez ven a sus hijos porque están trabajando en dos empleos para mantener a la familia y padres ausentes. Los jóvenes tratan de buscar la estabilidad y la aceptación de la banda, lo que les da una identidad.

Sánchez dijo que la comunidad necesita llegar a un joven “que no come correctamente, usa malas palabras, que usted no desea que su hijo ande con él”. Él dijo que las personas necesitan ayudar a ese chico para que esté fuera de la banda, exponerlo a las cosas buenas e incluso invitarle a comer en sus casas.

Tenemos que parar que nuestros jóvenes hombres y mujeres se suiciden por unirse a las pandillas”, dijo.

El Padre Bosch dijo que un exitoso programa de colaboración organizado por la oficina de la ciudad de Reducción de Pandillas y Desarrollo Juvenil se llama “Luces de la noche de verano«. Se lleva a cabo en 24 parques de la ciudad en las zonas afectadas por la violencia de pandillas, con comida y las actividades libres en los parques iluminados de 19:00 hasta la medianoche.

El Padre Bosch dijo que los capitanes de las pandillas, las autoridades locales y los trabajadores de las pandillas se reúnen con antelación para asegurarse de que el evento sea en paz y sin confrontación entre miembros de pandillas rivales. Se crea un espacio seguro donde la gente puede reunirse y crear relaciones personales y sociales y se establezca conocimiento con personas de otras comunidades o de otras pandillas.

“Es muy eficaz. Los homicidios de pandillas se han reducido un 45%, dijo, debido a esta colaboración.

En el trabajo con pandillas, dijo Sánchez quizá “dos o cuatro de cada 10 escucharán”. Pero dijo que los cuatro podrán entonces influir en los otros seis, y tal vez en “dos o tres años”, sólo dos de 10 terminen muertos o en la cárcel.

No esperamos una solución rápida sólo porque un chico vino a un programa una vez“, dijo, haciendo hincapié en que la divulgación tiene que estar comprometida a largo plazo.

Dijo Sánchez,

El mensaje que la Iglesia puede asumir es: no abandonar a nuestros hijos. No podemos hacerlo”.

Fuentes: NCRegister, Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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El drama de las generaciones de niños que se están perdiendo en Latinoamérica

Tres puntas del iceberg del problema de la niñez de américa latina.
El problema de la niñez en Latinoamérica está centrado en la pobreza y los hogares desintegrados que la prohíjan y generan una niñez desapegada, sin controles, con muchos de los cuales viviendo en la calle. Mientras que los gobiernos no tienen los recursos – ni muchas veces las intenciones – de desarrollar programas eficaces para encauzar a la niñez.

 

ninos en situacion de calle

 

Hoy se están procesando tres problemas concretos de esa pobreza que afecta a la niñez latinoamericana: la utilización de los niños como mano de obra para el crimen organizado, la emigración de niños sin acompañantes a EE.UU., y la prostitución infantil endémica, que por ejemplo en Brasil ha adquirido notoriedad por las crónicas del mundial de Fútbol de Brasil.

NIÑOS RECLUTADOS POR LOS NARCOTRAFICANTES

Hace tres meses publicamos un artículo sobre este tema, ver aquí.

Específicamente hablábamos de Honduras, donde hay un ‘ejército’ de niños en situación de calle. Pero algo parecido podría ser dicho de otros países, especialmente de Centroamérica.

En Honduras denuncian que bandas narcotraficantes están utilizando niños para las acciones delictivas, quienes son entrenados con armas de asalto y motivados con canciones sobre tráfico de drogas para glorificar la vida criminal.

El uso de niños por parte del crimen organizado tiene ventajas para los narcos, porque son una fuente de trabajo sacrificable y de bajo riesgo. Y esto sólo es posible por la existencia de una ‘ejército’ de niños en las calles que viven de lo que la gente les da y se inician tempranamente en las adicciones.

El reclutamiento de niños es una táctica que ha sido empleada por los grupos criminales en toda la región. Los niños son una inversión de bajo costo para estos grupos, y son altamente prescindibles. La situación jurídica de los menores de edad también hace que sea difícil detenerlos o juzgarlos, y son menos propensos a ser sospechosos de haber cometido un delito en primer lugar. También son testigos no fiables si se llaman a testificar.

Los niños son fácilmente seducidos por la glorificación de la vida criminal. Los muchachos, en particular, a menudo llenos de una sensación de vulnerabilidad, fácilmente son tentados con la idea de lucir un arma y llevar un uniforme.

Dentro de esto también debemos incluir a los niños soldados reclutados por la guerrilla, especialmente presente en Colombia.

NIÑOS MIGRANTES NO ACOMPAÑADOS A EE.UU.

También hace un mes publicamos un artículo que daba cuenta del crecimiento de los niños centroamericanos no acompañados que migran a EE.UU. Ver aquí.

Decíamos que Estados Unidos está experimentando una oleada de migrantes de Centroamérica -muchos de los cuales son niños no acompañados. Y actualmente esa tendencia ya ha pasado a ser una crisis humanitaria.

De los centroamericanos que deciden migrar decenas de miles son menores no acompañados, y quienes trabajan con ellos afirman que existe evidencia anecdótica de que en su caso la inseguridad es la principal motivación.

El padre Rubio, el Vicario de la Catedral de San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, Honduras, se ha detenido a comentar la situación nacional, culpando a las autoridades por haber desviado recursos y fondos, lo que ha provocado la migración hondureña:

“Los niños y los jóvenes huyen del país porque las autoridades no ofrecen posibilidades a este sector de la sociedad, los niños no son el centro de su atención. Nuestras autoridades no ven estas familias rotas”.

Fides informa que actualmente hay 13 mil niños y adolescentes hondureños detenidos en albergues de Estados Unidos, por lo que una comisión de alto nivel encabezada por la primera dama, Ana García de Hernández, viajarán a Estados Unidos, con el objetivo de localizarlos y verificar el estado en que se encuentran estos niños.

LA PROSTITUCIÓN DE NIÑOS EN BRASIL

En las 12 ciudades sede de los partidos del Mundial de Fútbol Brasil 2014, el gobierno ha invertido fuertemente en la construcción y renovación de estadios, mientras que a poca distancia de estos hermosos edificios se encuentran los barrios marginales, donde la pobreza, el hambre, el tráfico de drogas y la adicción a las drogas han provocado aún más el fenómeno de la prostitución infantil, que ya estaba generalizado en el país.

Las comunidades más marginadas de Brasil de hecho, están atrapadas en un círculo vicioso de la pobreza, la violencia y las drogas, una especie de “fábrica donde comienza la prostitución”, como dijo un miembro de Iris Global, un proyecto para ayudar en las favelas.

Muchos niños ven a los miembros de la familia participar en este giro, madres y abuelas que se prostituyen y lo consideran una forma de vida que se convierte en “normal”.

En Recife, próspera ciudad costera en el noreste del país, se estima que un niño de cada cuatro se prostituye. No existe una cifra oficial, pero se calcula que cientos de miles de niños y niñas, algunos de tan sólo 10 años, son explotados en el comercio sexual, obligados por las circunstancias, amenazados por sus “protectores” o atrapados en esa realidad para satisfacer la toxico-dependencia.

El gobierno ha puesto en marcha programas para librar las favelas de las bandas criminales y los traficantes de drogas, así como aparentemente han comenzado la formación para la protección de la infancia.

Sin embargo, los representantes de la Primera Comisión Parlamentaria sobre los niños explotados, después de haber visitado la sede del Mundial, han declarado que el fenómeno de la explotación y el turismo sexual se ha convertido en endémico y en continuo crecimiento en el país.

Critican también la policía por su indiferencia, cuando no complicidad, con el problema, dejando que los delincuentes queden impunes y con un control muy precario. Sin embargo la policía ha negado las acusaciones y aseguran que se está invirtiendo con una gran cantidad de recursos para combatir la prostitución infantil.

Este problema de la prostitución infantil no se da sólo en Brasil.

Fuentes: Fides, Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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Bandas Conflictos Narcotráfico Niños NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Seguridad Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos Globales de estos Tiempos Sociedad Violencia

El reclutamiento de niños por los narcotraficantes incrementa la violencia en Honduras

La fuente es un ‘ejército’ de niños en situación de calle.

 

Denuncian que bandas narcotraficantes en Honduras están utilizando niños para las acciones delictivas, quienes son entrenados con armas de asalto y motivados con canciones sobre tráfico de drogas para glorificar la vida criminal.

 

ninos en situacion de calle

 

El uso de niños por parte del crimen organizado tiene ventajas para los narcos, porque son una fuente de trabajo sacrificable y de bajo riesgo. Y esto sólo es posible por la existencia de una ‘ejército’ de niños en las calles que viven de lo que la gente les da y se inician tempranamente en las adicciones.

DENUNCIA DE MISIONEROS CATÓLICOS

La agencia Católica Fides denuncia que Honduras está viviendo una oleada de violencia que durante el año pasado ha registrado una media de 19 muertos al día. Estos datos han sido publicados por el Observatorio sobre la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma, aunque la Secretaria para la Seguridad ha declarado 17 a finales del 2013 y sostiene que en el 2014 la cifra ha bajado a 14. La plaga de la violencia se ve alimentada por las bandas criminales que actúan en el País.

En particular en el centro de Honduras opera una banda conocida como “Los Espinoza”, que está adiestrando niños con fusiles AK-47. La banda ha sido denunciada por los habitantes del sector de San Luis y de otras comunidades limítrofes, donde han sido asesinadas varias personas y cometidos otros delitos como secuestros, robos y expropiación de bienes como plantaciones de cafe y casas.

LA INFORMACIÓN POLICIAL

Ramón Sabillón, director de la policía nacional de Honduras, dijo que en unos videos confiscados al grupo criminal “Los Espinoza” se mostraba a unos niños recibiendo entrenamiento en el uso de fusiles AK-47 y escopetas, informó La Tribuna. Un niño de 12 años de edad aparece en una escena disparando, con habilidad, una escopeta semiautomática calibre 12. En uno de los videos, se ve a miembros del grupo bailando al son de “narcocorridos” –baladas que glorifican el tráfico de drogas– con sus armas en la mano.

Según la policía, el grupo opera en diversos municipios de la provincia (departamento) de Comayagua, y participan en el secuestro, el asesinato y el robo. Sabillón dijo que un menor de edad en el grupo jugó un papel importante en un reciente ataque contra la policía, en el que resultaron heridos cinco agentes.

El uso de menores de edad, dijo Sabillón, ofrece a grupos como Los Espinoza «oportunidad para actuar con impunidad», informó La Tribuna.

DENUNCIA DE TRABAJADORES SOCIALES

Según el director de Casa Alianza para Honduras, José Guadalupe Ruelas, algunos de los niños que se encuentran en situación de calle, principalmente en las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula se ven obligados a ponerse al servicio del narcomenudeo.

“Ante la pobreza y ante la falta de valores, algunos niños nos dijeron que sus madres o padres o algún familiar los mandaban a la calle y que ya en esa situación para poder conseguir dinero tenían que dedicarse al narcomenudeo, aunque no en un porcentaje grande, pero es algo considerable”, comentó.

Según Ruelas,

“estos niños son contactados por el crimen organizado o por el narcotráfico para actividades más violentas. Luego, cuando no los necesitan, los ejecutan. Solo en el mes de junio pasado, 121 personas menores de 21 años fueron ejecutadas en el país”.

Pero el narcotráfico no solo utiliza a niños en situación de calle, sino que también los amarra a este inframundo.

Casa Alianza señala que un informe elaborado en 2010 en la ciudad de San Pedro Sula sostenía que el 94 por ciento de los niños en situación de calle consumían algún tipo de droga.

Los niños y las niñas con cuadros agudos de adicción están comprendidos en las edades entre los 12 y los 18 años.

El director se Casa Alianza, asegura que la situación de los niños en la calle

“es macabra porque los niños ya no buscan el sustento en sus hogares, no van a las escuelas y no están aprendiendo en las escuelas, sino que están buscando el sustento en la basura de las calles o están viviendo de lo que la gente les regala”.

LA VENTAJA DE LOS NARCOTRAFICANTES PARA EL USO DE LOS NIÑOS

El reclutamiento de niños es una táctica que ha sido empleada por los grupos criminales en toda la región. Los niños son una inversión de bajo costo para estos grupos, y son altamente prescindibles. La situación jurídica de los menores de edad también hace que sea difícil detenerlos o juzgarlos, y son menos propensos a ser sospechosos de haber cometido un delito en primer lugar. También son testigos no fiables si se llaman a testificar.

Los niños son fácilmente seducidos por la glorificación de la vida criminal. Los muchachos, en particular, a menudo llenos de una sensación de vulnerabilidad, fácilmente son tentados con la idea de lucir un arma y llevar un uniforme.

Esto puede ayudar a explicar el uso de «narcocorridos» en el entrenamiento de los jóvenes por parte de Los Espinoza en Honduras. Esta música, que idealiza la violencia en torno al narcotráfico, es particularmente famosa en México, donde ha echado raíces una sólida cultura en torno al narcotráfico. Aunque son menos populares en Honduras, los narcocorridos aparentemente gozan de cierta popularidad en la parte occidental del país.

Fuentes: El Heraldo, Fides, Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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El cardenal Rodríguez Madariaga apareció en un acto sobre Medjugorje junto al vidente Iván

El principal operador de Francisco desestima la opinión de la Doctrina de la Fe.

 

El coordinador de la Comisión de Cardenales del Papa apareció junto al vidente Ivan Dragicevic de Medjugorje este fin de semana, colocándose junto a Iván en un evento que honra a Medjugorje.

 

replica de la cruz de medjugorje en honduras

 

Esto sucede en medio de una doble polémica que enfrenta a Rodríguez Madariaga, principal operador del papa Francisco, con el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, sobre las apariciones marianas y manfiestamente también sobre la comunión a los divorciados.

La primera polémica con Müller es la sugerencia de éste a los obispos de EE.UU. para cancelar las presentaciones de Iván, vidente de Medjugorje, porque se trata de una aparición no aprobada por la iglesia, ver aquí.

El prefecto Müller expresó que

“no le está permitido al clero ni a los fieles participar en encuentros, conferencias o celebraciones públicas durante las cuales se dé por cierta la credibilidad de tales “apariciones”.

Y aunque públicamente Rodríguez Madariaga no expresó una opinión contraria, de hecho lo está haciendo ahora al aparecer, él mismo, en un acto público en Honduras relacionado con Medjugorje e incluso presidiéndolo.

Pero además, el cardenal Rodríguez Maradiaga aparece al lado del vidente de Medjugorje sólo cuatro días después de criticar públicamente el arzobispo Müller también por la absoluta negativa de Müller en abrir la comunión a los divorciados católicos vueltos a casar, ver aquí y aquí, que significó una respuesta enérgica de Rodríguez Madariaga.

El Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, miembro del llamado G-8 del papa Francisco, junto a seis conferenciantes y videntes de Medjugorje participaron entre el 24 y 25 de enero en el Festival de la Juventud Centroamericano en Honduras, que se celebró en un entorno religioso repleto de réplicas del pueblo de Bosnia-Herzegovina donde supuestamente se aparece la Virgen.

El cardenal presidió las celebraciones que tuvieron lugar en La Universidad Católica de Honduras, en el Campus Santiago Apóstol de Honduras en honor a la Reina de la Paz de Medjugorje, donde hay una réplica del pueblo de Medjugorje. También hay una réplica del monte Krizevac y el monte Podbrdo.

En estos tres escenarios se reunieron unos siete mil peregrinos de todo el mundo.

El director del Campus Santiago Apóstol declaró que

“por segundo año estamos realizando esta hermosa actividad en honor a la virgen de Medjugorje, iniciamos el viernes 24 de enero a las 8:00 de la mañana con la santa eucaristía dirigida por el clero de Danlí y su eminencia el cardenal Óscar Andrés Rodriguez Maradiaga y el obispo auxiliar Juan José Pineda. Durante la jornada compartimos testimonios, caminata al cerro de la Cruz y cerro de la Virgen, que es la réplica del monte Podbordo que rodea la universidad”.

Este evento pretende ser un reflejo del festival de la juventud que durante los primeros dias de agosto tiene lugar en Medjugorje y que reúne cada año a miles de jóvenes.

Este hecho coincide con la reciente entrega en la Santa Sede de los trabajos terminados de la investigación pontificia sobre las apariciones de la virgen en Medjugorje y con las últimas especulaciones sobre la posible visita del papa Francisco a esta localidad por el mes de junio, precisamente el mes donde se conmemoran las apariciones iniciadas en 1981.

El año pasado, el 7 de febrero, el cardenal Maradiaga e Iván también se unieron en la apertura del primer festival, un evento que coincidió con la inauguración de la réplica de la Cruz de la montaña en Danli, ver aquí.

Fuentes: Religión Confidencial, Signos de estos Tiempos

 

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Apariciones Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Religion e ideologías Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia Virgen María

Una imagen de la Virgen en Yuscarán, Honduras, llora lágrimas de sangre

Vecinos notificaron el hecho ante las autoridades de la Iglesia.

 

La imagen había presentado un derramamiento de un líquido de color blanco el año pasado, pero ahora las supuestas lágrimas son de color rojo.

 

Virgen-llora-en-Yuscaran
Un líquido color rojo que mana del ojo izquierdo de una imagen de la Virgen de Las Mercedes ha vuelto a causar asombro entre los vecinos de la aldea de Rancho El Obispo, jurisdicción del municipio de Yuscarán.

Y es que a inicios del año anterior, los habitantes de la comunidad informaron por primera vez a las autoridades eclesiales que la Virgen había comenzado a llorar sangre.

En un principio, según las declaraciones de los habitantes del sector, del ojo de la imagen salía un líquido turbio parecido a una lágrima.

La misma situación se presentó el pasado 24 de noviembre, pero esta vez comenzó a manar un líquido rojo.

“Nuestro día siempre comienza a las cinco de la mañana, por lo que desde temprano nos encomendamos a la Virgen para que nos proteja y fue en el momento cuando íbamos a rezar el rosario cuando me di cuenta que la Virgen tenía una mancha en la cara, me acerqué y vi que la mancha venía desde su ojo izquierdo”, manifestó José Luis Salinas, de 14 años.

El jovencito añadió que luego de terminar el Rosario le comentó a su abuela lo que sucedía y ella le indicó que fuera a avisarle a la encargada de la iglesia lo que estaba pasando.

Reina Zelaya, habitante y catequista de la comunidad, mencionó que cuando José Luis le avisó lo que estaba pasando con la imagen religiosa, ella imaginó que este es un nuevo mensaje de la Virgen.

“Previo a las elecciones, toda la comunidad que asiste a la iglesia oramos para que los comicios se desarrollaran dentro de la normalidad”, manifestó la entrevistada.

El supuesto llanto de la Virgen ha motivado a centenares de personas a visitar la comunidad, unos para verificar que la información es verdadera y otros para solicitarle algún milagro.

Tal es el caso de una familia que reside en la comunidad, que llegó para encomendarle a la Virgen la operación de un pequeño.

Zelaya comentó que pese a que las autoridades eclesiásticas tienen conocimiento sobre el hecho, no han emitido una declaración al respecto, pero les permiten celebrar misas en honor a la Virgen.

Es así que como parte de las actividades religiosas de la temporada navideña, los habitantes de la comunidad han venido realizando diversas actividades en honor a la imagen religiosa

Fuentes: El Heraldo de Honduras, Signos de estos Tiempos

 

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ARTÍCULOS DESTACADOS Bandas Catolicismo Conflictos NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Sacerdotes Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos Globales de estos Tiempos

El magro resultado de las treguas entre pandillas en Latinoamérica

La iglesia Católica las ha apoyado.

 

La iglesia Católica ha intervenido parcialmente en la tregua entre pandillas rivales, especialmente en El Salvador (ver aquí y aquí) y Honduras (ver aquí y aquí), acompañando a otros actores sociales, pero el resultado no ha sido todo los duradero y promisorio que aparentaba en la erradicación de la violencia y el delito.

 

fabio colindres y maras

 

Después de un largo paréntesis de dos décadas, las treguas de pandillas están de nuevo en boga en América. Comúnmente, las treguas suelen incluir negociaciones y pactos destinados a poner fin a la violencia. Por lo general son intermediadas por un ecléctico grupo de personajes – desde funcionarios públicos y trabajadores humanitarios hasta grupos religiosos, y miembros activos o antiguos de las pandillas. Y aunque las treguas están generando una considerable atención por parte de los medios de comunicación mundiales, la evidencia sobre lo que realmente logran es sorprendentemente escasa.

ESTUDIOS SOBRE LAS PANDILLAS

Durante los años ochenta y noventa, científicos sociales de Estados Unidos emitieron una opinión negativa sobre las treguas de pandillas. Muchos creían  que este tipo de acuerdos, en lugar de legitimar las pandillas, reforzaban la autoridad de los líderes, profundizaban la cohesión entre sus bases, y reproducían violencia, en lugar de reducirla.

En los años noventa, Kodluboy y Evenrud argumentaron que

aunque la mediación podría «ser a veces necesaria para prevenir la violencia inmediata o prevenir la pérdida de la vidas… [ésta] aumenta el riesgo de validar a la pandilla como una entidad social legítima, comprando de este modo la paz a corto plazo al precio de la permanencia de la pandilla en el largo plazo».

En los últimos años, expertos en pandillas de Norteamérica y Europa Occidental han comenzado a repensar formas de disminuir la violencia de las pandillas. Unos pocos profesionales ilustrados saben que la única manera para que funcionen las treguas de pandillas es trabajando sobre las condiciones subyacentes que dan lugar a la formación de las pandillas.

Después de todo, las pandillas no surgen en el vacío. Son grupos cohesivos que proporcionan identidadsentido y seguridad a sus miembros. Paradójicamente, los jóvenes que se unen a las pandillas tienden a sentirse más seguros, a pesar de estar en mayor riesgo de tener un final violento. Los investigadores argumentan que solamente con hacerle frente a la marginalización, creando empleo, y lidiando con las influencias de pares y otros factores de riesgo, las pandillas pueden ser derrotadas.

Vale la pena señalar que la violencia de pandillas no es inevitable. Hay maneras de alterar el comportamiento de los miembros, lo cual es precisamente lo que las treguas tienen la intención de hacer.

El especialista sobre pandillas John Hagedorn ha demostrado cómo

«las pandillas, las milicias, las facciones y los carteles tienen la capacidad no sólo de librar una guerra, sino también de frenarla».

Pero, ¿cuál es, en realidad, la experiencia de las treguas de pandillas en América? La mayor parte de la evidencia parece mostrar que, si bien las treguas pueden reducir temporalmente la violencia, la guerra de pandillas generalmente se reanuda ante la ausencia de medidas de acompañamiento para abordar los desafíos más fundamentales de bienestar político y social.

LA VERDAD SOBRE LAS TREGUAS DE PANDILLAS

La investigación más prolífica sobre treguas de pandillas proviene de Norteamérica. Esto tal vez no sea del todo sorprendente dado que se cree que en Estados Unidos hay más de 33.000 pandillas, con un máximo de 1,4 millones de miembros con presencia en casi todos los estados del país.

Los estudios sobre las pandillas más conocidas, especialmente los Bloods y los Crips en Los Ángeles registran una fuerte reducción en la violencia, aunque de corto plazo. A raíz de la tristemente célebre “Tregua Watts”, las bajas resultantes de tiroteos desde automóviles se redujeron significativamente a raíz de los acuerdos negociados, aunque también se reportaron  aumentos  varios meses después.

Por la misma época, las treguas negociadas en Chicago generaron disminuciones significativas, aunque temporales, en las lesiones por arma de fuego.

En otras palabras, las ganancias a corto plazo fueron anuladas por el aumento de la violencia a mediano plazo.

Más recientemente, una serie de controversiales treguas de pandillas han aparecido en todo el resto del continente americano, incluyendo  Belice,  Brasil, ColombiaEl Salvador,  Honduras,  México  y,  Trinidad y Tobago.

Nadie sabe cuántos miembros de pandillas hay en Latinoamérica, con  estimaciones que varían entre los 50.000 a 85.000 pandilleros de las pandillas MS-13 y Barrio 18 solamente en Centroamérica. Hay por lo menos  otros tantos en Sudamérica. Y debido a que la política de Estados Unidos de deportar convictos ha continuado, el problema parece estar empeorando. Frente a la espiral de violencia, se han llevado a cabo negociaciones de gran visibilidad en toda la región.

En particular, los países de Centroamérica son los que más están experimentando con las treguas de pandillas. Algunos acuerdos han sido respaldados por organizaciones regionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA), alcaldes, sacerdotes y expandilleros. Al menos una tregua en particular ha generado impresionantes ganancias en la mejora de la seguridad. Después de que la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13) y su rival Barrio 18 declararan una tregua en 2012, las tasas de homicidios nacionales de El Salvador se desplomaron, aunque se sospecha que están volviendo a subir.

Sobre la base del optimismo que rodea el proceso, se pusieron en marcha procesos similares entre las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 en Honduras. Después de un comienzo prometedor, hay algunas preocupaciones de que la iniciativa hondureña este fallando.

DIFERENCIAS EN LAS EXPERIENCIAS

Si bien es tentador agrupar las experiencias centroamericanas, existen grandes diferencias entre ellas.

En el Salvador, el gobierno tiene comparativamente más legitimidad que la administración actual en Honduras, en donde su anterior presidente Manuel Zelaya, fue derrocado por un golpe militar en 2009, y en donde las elecciones más recientes están en disputa. Por otra parte, debido a que están mejor organizados y son más conscientes de su poder, los miembros de las pandillas salvadoreñas son políticamente astutos y mejores negociadores en contraste con sus homólogos hondureños. Por otro lado, con un poco de experiencia por haber servido como guerrilleros en décadas anteriores, los líderes de las pandillas de El Salvador ejercen un mayor control sobre la tropa.

Mientras tanto, una tregua en Belice terminó después de agotarse el dinero. Por otro lado, funcionarios guatemaltecos están considerando la posibilidad   de la mediación con las pandillas en la ciudad capital.

El resultado de las treguas de pandillas en el Caribe ha sido similarmente desigual. La negativa de algunos miembros de las pandillas a participar en las treguas de pandillas en Trinidad y Tobago ha socavado fatalmente su éxito. Según Edward Maguire, quienes eligieron desarmarse fueron atacados rápidamente por facciones rivales, ya que fueron considerados débiles y vulnerables. Como era de esperarse, las negociaciones tienden a fallar cuando las partes principales son desunidas y desorganizadas. Para que una tregua funcionase en Puerto España, las principales pandillas tendrían que haberse inscrito en el tratado. Para empeorar las cosas, los políticos que ayudaron a negociar el cese al fuego también han sido objeto de intensa crítica política, dificultando la capacidad para actuar con autoridad –un ingrediente fundamental del éxito de la mediación.

Las evaluaciones de las treguas en Centroamérica y el Caribe muestran que en ocasiones éstas aumentan el nivel de violencia. Las batallas campales comúnmente se desencadenan antes de los acuerdos, lo que mejora la posición de las pandillas ante la negociación. La violencia después de las treguas se da por el desborde a nuevos barrios y ciudades, que antes no eran afectados.

Fenómenos análogos se observan con regularidad durante y después de negociaciones de cese al fuego y acuerdos de paz en zonas de guerra convencionales en todo el mundo. Sin términos claros, incentivos apropiados y recursos adecuados, tales acuerdos rara vez se mantienen.

Las treguas de pandillas en países como Brasil han perdurado por más tiempo de lo esperado, aunque últimamente han mostrado signos de tensión. Por ejemplo, en 2012 inició una tregua de seis años entre la policía militar de São Pablo y el Primer Comando Capital o PCC, una pandilla con sede en la cárcel. La tregua se desplomó después de que el gobierno fuera acusado de violar un acuerdo informal que protegía a los líderes de las pandillas y limitaba las represiones policiales contra los bastiones de las pandillas. Como resultado, la ciudad fue testigo de una oleada masiva de asesinatos en represalia, por parte de la policía y los miembros de las pandillas. Treguas de pandillas comparables se negociaron en Recife y Río de Janeiro, con resultados igualmente mixtos.

Existe una preocupación real de que las treguas de pandillas pueden llegar a generar conflictos y consolidar alianzas entre los “empresarios de la violencia”.

Algunos observadores experimentados son pesimistas sobre la posibilidad de que las treguas de pandillas puedan reducir la violencia en el mediano y largo plazo. Citan el largo legado del uso instrumental de la violencia por parte de las pandillas, la importancia que conceden al mantenimiento del estatus, su débil estructura de mando y control, y los efectos no deseados de reforzar la cohesión de las pandillas, como factores clave que influyen en los resultados de la tregua.

LAS PANDILLAS LATINOAMERICANAS MEZCLADAS CON EL PODER POLÍTICO

El Centro Nacional de Investigación sobre Pandillas (NGCRC, por sus siglas en inglés) concluyó en 1995 que las treguas de pandillas «rara vez tienen éxito y de hecho son riesgosas». ¿Pero lo son?

Las treguas de pandillas que recientemente han aflorado en Centroamérica y Sudamérica son diferentes a las que tuvieron lugar en los años noventa en Estados Unidos. Estas están siendo negociadas entre pandillas de muchos tipos diferentes. La «guerra de pandillas» que se libra en países como El Salvador y Honduras está profundamente influenciada por las redes del crimen transnacional, así como por las élites políticas.

Las pandillas y las treguas de pandillas no son asuntos puramente internos formados por los intereses discretos de los vecinos y disputas localizadas sobre el territorio. Las pandillas están, ellas mismas, incorporadas en el Estado a través de redes que las conectan con actores civiles corruptos, burócratas y políticos. Servidores públicos –desde el nivel federal o desde la ciudad- participan en organizaciones criminales internacionales y, a menudo se han aprovechado de su posición para beneficiarse del tráfico internacional de drogas o de mafias más locales.

La ola de treguas en Centro y Sudamérica y el Caribe tienen más similitud con los acuerdos de paz negociados en zonas de guerra que con la mediación interna llevada a cabo con las pandillas latinas y afroamericanas de Norteamérica.

Y mientras que algunos analistas militares están explorando las formas en las que la lucha en contextos de guerra se pueda adaptar a la lucha contra las pandillas, sorprendentemente hay un silencio entre los círculos académicos acerca de cómo las lecciones de las negociaciones de paz podrían aplicarse a lugares sin conflictos.

Puede ser que algunas de las herramientas tradicionales de construcción y consolidación de la paz, el diálogo, la negociación y otras estrategias basadas en el contacto, podrían ganar fuerza en la contención de la violencia impuesta por los carteles de la droga, las mafias, las pandillas juveniles, y las milicias.

REFLEXIONES SOBRE LA REDUCCIÓN DE LA VIOLENCIA DE LAS PANDILLAS

Una limitación de las treguas de pandillas se puede relacionar con su incapacidad para hacerle frente a las motivaciones subyacentes y la dinámica social de la violencia de pandillas.

A pesar de su relación con el tráfico internacional de drogas o el tráfico ilícito de personas, la violencia perpetrada por las pandillas se genera por factores locales –percepción de falta de respeto, disputas territoriales, así como tensiones sobre el estatus y el prestigio.

Los asesinatos son a menudo simbólicos, relacionados con represalias y venganzas, y como resultado de luchas internas por el poder.

A menos que las pandillas tengan un alto grado de cohesión interna, las disposiciones desde arriba pueden tener poco eco abajo. Como resultado, las treguas de pandillas pueden proveer legitimidad a los líderes, en lugar de cambiar la dinámica entre los miembros de menor rango.

Expertos en el tema de pandillas afirman que las treguas pueden ser necesarias, pero son insuficientes como medio para prevenir la violencia a largo plazo. Existe un temor a que el enfoque limitado de las treguas sea incluso una parte del problema. Esto se debe a que las pandillas están en sí mismas vinculadas a mercados ilícitos transnacionales más amplios y a sistemas de clientelismo.

El enfoque en la mediación con los líderes también descuida las condiciones sociales y económicas específicas que permiten la existencia, y a su vez, sostienen las pandillas. Después de todo, la mayoría de los pandilleros provienen de comunidades marginadas y de bajos ingresos. A menos que se mejoren sus condiciones estructurales, como sostienen algunas agencias de ayuda, las guerras entre pandillas continuarán.

Según Irving Spergel puede ser imposible eliminar las pandillas, pero la reducción de la violencia relacionada con las pandillas es un objetivo posible.

Una forma de mejorar el resultado de las treguas de pandillas en Latinoamérica y el Caribe puede ser la de aprovechar el poder de las redes transnacionales –incluidas las relacionadas con las pandillas y los actores de la sociedad civil. Esto se debe a que los acuerdos de pandillas en lugares como Belice,Colombia, El Salvador, Honduras, México y Trinidad y Tobago presentan características transnacionales, aunque muchos de los impulsores de la violencia de las pandillas son locales.

Es cierto que los antiguos refugiados y deportados salvadoreños en Los Ángeles contribuyeron al aumento de las maras. Y es más, en 2012 sacerdotes y madres de pandilleros muertos en California, los cuales están radicados en Los Ángeles, se han unido a grupos asesores transnacionales junto con exmiembros de pandillas para fortalecer la tregua en El Salvador.

También hay alguna evidencia sobre el intercambio de experiencias y conocimientos entre las pandillas a través de las fronteras. Los ejemplos más obvios son los intercambios entre gobiernos, departamentos de policía, pandillas y grupos de la sociedad civil entre Estados Unidos y sus homólogos de Centroamérica y el Caribe. Sin embargo, también hay intercambios que están surgiendo entre y dentro de los países de toda la región, incluyendo México y los países vecinos de Centroamérica y Suramérica.

Por ejemplo, mediadores responsables de la negociación de la paz entre las pandillas en El Salvador recientemente comenzaron a trabajar también con los líderes de las maras de Honduras, con el apoyo de la OEA. También hay ejemplos de esfuerzos para iniciar el diálogo entre los líderes de las pandillas en El Salvador y en Guatemala.

¿LAS TREGUAS DE PANDILLAS TIENEN FUTURO?

Hay una gama sorprendentemente amplia de experiencias sobre treguas de pandillas a través de Norte, Centro y Sudamérica y el Caribe. Si bien todas son únicas en su forma y contenido, muchas de ellas comparten algunos rasgos. La mayoría tienen más de un parecido con acuerdos de paz tradicionales, ceses al fuego y amnistías acordadas por partes las beligerantes en los conflictos armados convencionales.

Por ejemplo, las treguas de pandillas con frecuencia incluyen cláusulas destinadas a promover la creación de confianza y verificación de los compromisos, desarmar y desmovilizar, definen hitos y puntos de referencia, y garantizan reuniones periódicas para examinar y supervisar los progresos. En algunos casos las treguas de pandillas se han negociado por terceros, incluyendo compañías profesionales de negociación de conflictos.

Una buena dosis de cautela está justificada cuando se hagan las evaluaciones sobre el “éxito” de una tregua de pandillas, sobre todo porque muchas de ellas han fracasado.

También vale la pena señalar que el resultado de las soluciones negociadas para las guerras es igualmente desigual: al menos el 20 por ciento de los conflictos reinciden dentro de unos pocos años después de su terminación.

Vale la pena recordar que el estudio de las treguas de pandillas en América se encuentra todavía en sus primeros pasos, y la evidencia es aún parcial. Una revisión superficial indica que comparativamente pocas treguas de pandillas han producido reducciones duraderas en la violencia. Por el contrario, muchas de éstas han consolidado la autoridad de pandillas, y en algunos casos, reforzado su autoridad. Esto plantea preguntas acerca de las limitaciones de las treguas de pandillas por sí mismas, y sobre la importancia de llevar a cabo la mediación en combinación con otras estrategias frente a las causas estructurales de la formación de pandillas y su permanencia.

En el mejor de los casos, las treguas de pandillas pueden ayudar a terminar con el conflicto violento y a crear el espacio necesario para abordar las causas estructurales subyacentes que conducen a la aparición de grupos armados. Pero sin un proceso continuo, el retorno hacia la reanudación de la violencia parece casi inevitable.

Lo mismo ocurre en las guerras civiles: los acuerdos de paz, que idealmente incluyen medidas concretas para resolver las cuestiones sobre las que se está librando en el conflicto, fallan con menor frecuencia que las meras treguas. Como saben la mayoría de los negociadores, esto es porque los acuerdos de paz son el comienzo y no el fin de un proceso.

Los retos son numerosos. La evidencia también sugiere que los acuerdos de paz negociados son menos propensos a evitar la recurrencia de conflictos que las victorias militares directas. Los mediadores a través de las Américas y el Caribe harían bien en tomar nota.

Fuentes: Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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Las pandillas y el narcotráfico tienen en vilo a las sociedades centroamericanas

Sociedades cada vez mas sumidas en la violencia.

 

A principios de agosto publicamos una artículo que hacía mención a los grupos delctivos en México, que estan condicionando el desarrollo de esa sociedad, ahora traemos sobre los grupos delictivos en Cetroamérica, que en algunos casos, especialmente en Honduras, parece que está evolucionando hacia lo que la comunidad internacional llama un “estado fallido”.  

 

pandilleros-de-el-salvador

 

El desarrollo de las organizaciones criminales en Centroamérica ha sido diferente que en México. Las organizaciones más grandes tienen sus raíces en los años ochenta, cuando gran parte de la región se vio envuelta en guerras civiles. En muchos sentidos, estos conflictos sentaron las bases para la actual ola de violencia y actividad criminal.

UNA LUCHA POLÍTICA INICIAL

El más famoso y sofisticado de estos grupos criminales está compuesto por guerrilleros que lucharon contra los gobiernos de Guatemala y El Salvador. En el caso de Honduras, un ejército contrarrevolucionario luchó en contra del vecino gobierno sandinista de Nicaragua.

Los grupos rebeldes (más tarde criminales) operaban en espacios donde no había presencia del gobierno, tales como las zonas fronterizas remotas y las vastas selvas de la región.

La provincia guatemalteca de Petén, por ejemplo, ocupa un tercio del territorio del país, y sin embargo, tiene sólo el tres por ciento de la población y una reducida presencia estatal a lo largo de los 400 kilómetros (aproximadamente 250 millas) de frontera que comparte con México.

La provincia hondureña de Gracias a Dios está prácticamente deshabitada, e incluso en la parte más desarrollada de la provincia, un trayecto de 40 kilómetros (aproximadamente 25 millas) puede tardar seis horas.

Para poder operar en estas regiones, los grupos guerrilleros utilizaban redes ilegales y corredores de movilidad para obtener víveres, armas, uniformes y otros materiales necesarios para llevar a cabo una guerra contra el Estado. Algunos de estos corredores habían sido utilizados antes de la guerra.

Por ejemplo, muchos habían sido utilizados para traer productos más baratos y libres de impuestos – incluyendo elementos que no eran una amenaza, como los productos lácteos – a los países del Triángulo del Norte desde los países vecinos.

Otros eran empleados para mover las drogas ilegales y otros productos ilícitos a través de la región en su camino hacia los Estados Unidos. En los años ochenta, estos corredores empezaron a ser usados también como rutas para el tráfico de armas.

MILITARIZACIÓN DE LOS GRUPOS FAMILIARES Y DESEMPLEO

Al igual que en México, el núcleo de la mayoría de las redes de contrabando comenzaron como grupos familiares y de amigos. Localmente son conocidos como «transportistas«, por su papel en el transporte de bienes.

Actualmente, en algunos casos, las redes se extienden desde Panamá hasta Guatemala. Todavía mueven todo tipo de productos, tanto legales e ilegales, al igual que inmigrantes. Algunos han comenzado negocios de transporte legales o empresas de otro tipo (por ejemplo, compañías pesqueras, hoteles) para camuflar sus actividades, y en general son libres para trabajar con diversos actores criminales que buscan mover mercancía ilegal.

Las guerras civiles centroamericanas contribuyeron a la eventual militarización de dichos grupos familiares. Durante las guerras civiles, los gobiernos del Triángulo del Norte reforzaron sus fuerzas armadas, policías y servicios de inteligencia. A medida que las fuerzas de seguridad crecieron en tamaño, con el tiempo comenzaron a ejercer control sobre las diferentes agencias gubernamentales. Su influencia sobre el gobierno fue, en algunos casos, absoluta; como en los años ochenta en Guatemala, cuando los líderes militares asumieron la presidencia.

No obstate, cuando la guerra terminó en Guatemala y El Salvador esos gobiernos redujeron en gran medida el tamaño de sus fuerzas armadas y reemplazaron sus servicios de inteligencia.

Oficiales y agentes que quedaron sin trabajo ofrecieron sus servicios a otros sectores del gobierno, o vendieron sus conocimientos al mundo del hampa o al sector privado.

En Guatemala, por ejemplo, una vasta red de exagentes de inteligencia militar ahora negocia con pasaportes falsos, seguridad privada, armas y adopciones ilegales.

El final de la guerra también dejó a un gran número de guerrilleros desempleados. Algunos de los guerrilleros más sofisticados incursionaron en la política, pero otros lo hicieron en actividades ilegales como el secuestro, el tráfico de armas y, más recientemente, el tráfico de drogas.

Su experiencia durante las guerras los había equipado con las herramientas y conocimientos necesarios para sobresalir en actividades ilegales. En El Salvador, por ejemplo, algunos miembros del Partido Comunista, que formaron la columna vertebral de una de las unidades guerrilleras más formidables del país, se involucró en secuestros, tráfico de armas y robo de vehículos.

DEPORTADOS DE ESTADOS UNIDOS

Por último, las guerras civiles desataron una corriente migratoria hacia el norte que ha crecido en los últimos años desde entonces, y ha transformado a los países del Triángulo del Norte.

Miles de inmigrantes y refugiados huyeron a Estados Unidos, estableciéndose en las grandes ciudades como Los Ángeles. Al sentirse vulnerables a otras pandillas en estas ciudades, algunos miembros de estos nuevos enclaves crean sus propias pandillas.

Al principio satisfacen las necesidades de protección y seguridad de la comunidad, pero las actividades de dichas pandillas rápidamente evolucionan a actvidades criminales, incluyendo el sicariato, la extorsión, la distribución local de las drogas (microtráfico) y la prostitución.

La emergencia de tales pandillas en los noventa coincidió con las iniciativas estatales y federales en los Estados Unidos que llevaron a extender los periodos de encarcelamiento para los miembros de pandillas y el aumento en las deportaciones de exconvictos.

El número de miembros de pandillas deportados aumentó rápidamente, al igual que el número de organizaciones transnacionales que operan en el Triángulo del Norte.

En muchos casos, los pandilleros deportados buscaron replicar sus actividades en Centroamérica, donde encontraron reclutas dispuestos a engrosar las filas de sus organizaciones. Tras el fin de las guerras civiles, muchos jóvenes carecían de oportunidades de educación y hacían parte de familias disfuncionales.

Adicionalmente, la rápida urbanización en la región dejó a muchas familias sin una sólida base económica o social. Las pandillas de jóvenes marginados ofrecían beneficios rápidos, un sentido de pertenencia y el fácil acceso a las armas y a combatientes experimentados para entrenar y armar a los jóvenes reclutas.

Las deportaciones aumentaron a comienzos de siglo. Entre 2001 y 2010, Estados Unidos deportó a Centroamérica a129.726 delincuentes condenados, más del 90 por ciento de los cuales fueron enviados a Honduras, un país con aproximadamente la misma población que Haití tuvo 44.042 delincuentes deportados durante ese período. Por el contrario, durante el mismo período, el Caribe recibió 44.522 delincuentes deportados en total.

LAS GRANDES PANDILLAS

Con las deportaciones, los dos pandillas más importantes de Los Ángeles – la Mara Salvatrucha 13 y la Barrio 18 – se convirtieron rápidamente en las dos principales pandillas transnacionales en el Triángulo del Norte. Según algunas estimaciones, las pandillas cuentan actualmente con entre 60.000 y 95.000 miembros en el Triángulo del Norte.

Las pandillas estadounidenses y centroamericanas están conectadas compartiendo nombres, normas y formas de vestirse. Sin embargo, la búsqueda de evidencia empírica que vincule directamente las deportaciones a la actividad criminal es difícil.

No ha habido ningún esfuerzo sistemático por parte de las autoridades estadounidenses, mexicanas o del Triángulo del Norte de rastrear los pandilleros deportados y su reincidencia en el delito.

Más aún, ha habido poca comunicación oficial e intercambio de información entre los países. El Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE) no clasifica a los deportados como «pandilleros» en los formularios de deportación, y el FBI únicamente proporciona información de antecedentes penales a las instituciones gubernamentales asociadas bajo petición.

Varios proyectos del gobierno de Estados Unidos buscan aumentar los flujos de información, incluyendo los registros de huellas dactilares y los datos históricos de pandilleros deportados. No obstante, los problemas persisten.

Por ejemplo, en uno de los más recientes programas experimentales en El Salvador, el FBI le dio a conocer a una unidada especial de la policía salvadoreña una lista de presuntos miembros de pandillas deportados, que luego la difundió entre las fuerzas de seguridad del país. Sin embargo, según las entrevistas realizadas por el autor de este reporte, la unidad policial encargada de la difusión de la información no se comunica apropiadamente, o en algunos casos se niega a publicar los nombres de presuntos pandilleros a otras agencias de la policía. Hay muchas razones que explican estas fallas en la comunicación, incluida la desconfianza acerca de cómo debe ser usada la información.

Estos desafíos no se limitan a Centroamérica. México recibe más criminales deportados que el resto de los países centriamericanos juntos: entre 2001 y 2010, Estados Unidos regresó 779.968 criminales a México.

La comunicación entre las autoridades estadounidenses y mexicanas es igualmente débil. Por ejemplo, según el exalcalde de Ciudad Juárez, José Reyes Ferriz (2007-10), a menudo Estados Unidos simplemente libera delincuentes deportados en el puente que une Juárez y El Paso sin previo aviso. El gobierno municipal de Juárez finalmente desarrolló un sistema para transportar deportados en autobús a otras zonas de México, pero muchos encuentran su camino de regreso a Ciudad Juárez, donde se pierden en el complejo penal de la ciudad[.

EL NARCOTRÁFICO

Aparte del aumento de la actividad de las pandillas, Centroamérica también ha experimentado un incremento en el narcotráfico. Durante gran parte de la última década, la zona sirvió como un trampolín para el movimiento de drogas hacia el norte, especialmente la cocaína y la heroína.

Los datos sobre las incautaciones de droga ciertamente muestran un retrato incompleto de toda la escala del comercio ilícito de drogas. Dicho esto, las incautaciones de cocaína reportadas en Centroamérica indican un aumento significativo, especialmente entre 2005 y 2007.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) calcula que hasta 300 toneladas de cocaína se mueven a través de la región cada año. Las drogas son trasportadas por vía marítima, aérea, y terrestre.

Las vías marítimas están cubiertas por lanchas rápidas, embarcaciones pesqueras, o una combinación de ambas. Los traficantes utilizan las islas y las costas de Nicaragua y Honduras como puntos de entrega y zonas de almacenamiento. Para mover los productos por vía aérea, las organizaciones criminales utilizan cientos de pistas de aterrizaje, tanto privadas como clandestinas, ubicadas en Honduras y Guatemala. De allí, las drogas se mueven en vehículos particulares o camiones comerciales a lo largo de las rutas terrestres.

La importancia del Triángulo del Norte en esta cadena de distribución va más allá de su reserva de rutas prefabricadas, funcionarios gubernamentales fácilmente corruptibles, y soldados dispuestos y bien entrenados.

A medida que el gobierno mexicano ha aumentado su presión sobre los grupos criminales en México, ellos han buscado refugio en los países del Triángulo del Norte. Las grandes organizaciones criminales mexicanas, como el Cartel de Sinaloa y los Zetas, han movido partes importantes de sus operaciones a Guatemala y Honduras.

Entran a través de canales informales e ilegales, obtienen falsas identificaciones locales de redes clandestinas y de oficiales locales corruptos, y operan en gran parte de incógnito. Como es de esperar, la lucha entre las organizaciones criminales locales, los transportistas y las organizaciones extranjeras, se ha intensificado.

El desplazamiento de las operaciones criminales de México a Centroamérica, se ha traducido en un cambio en otras partes de la economía clandestina. En toda la región, las grandes organizaciones criminales a menudo pagan ahora a sus trabajadores contratados con productos ilícitos.

Estos trabajadores contratados, que incluye pandillas callejeras tanto en Centroamérica como en México, luego venden los productos a nivel local. La economía mexicana de la droga se ha convertido en una empresa muy lucrativa, con los precios de la cocaína pura en Ciudad de México llegando a los USD$18.000 por kilogramo. Como resultado, la competencia por ganar el control del producto se ha desplazado de México al Triángulo del Norte, donde el precio por kilo está cerca de los USD$12.000 por kilogramo.

Fuentes: Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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La Iglesia Católica tiene desafíos diferentes en la mediación entre pandillas en El Salvador y Honduras

Distintos escenarios y distintos comportamiento de la Iglesia.

 

La Iglesia Católica está mediando en un proceso histórico en dos países de Centroamérica, El Salvador y Honduras, para una tregua entre pandillas cuyo enfrentamiento ha causado numerosas muertes, y tratando de incorporar a sus miembros a la legalidad de la sociedad civil. 

 

el obispo Romulo Emiliani habla en conferencia de prensa de las pandillas de honduras

 

Los gobiernos de El Salvador y Honduras y la Iglesia, son pioneros en emplear nuevos esfuerzos para detener la violencia relacionada con las pandillas, que no es un fenómeno solamentre de estos dos países, sino especialmente un banco de prueba de mediación para la integración social.

BUENOS RESULTADOS Y LA BÚSQUEDA DE MÁS ÉXITOS

Los gobiernos locales, la comunidad internacional, y la Iglesia Católica han jugado un papel clave en el fomento de los esfuerzos para forjar las treguas, las cuales han tenido el mayor impacto individual sobre la violencia en la región, desde el fin de las guerras civiles en Centroamérica y el acuerdo negociado con los paramilitares en Colombia.

Mientras el acuerdo de Honduras está todavía en sus primeros estadios, la tregua entre pandillas de El Salvador ha reducido a la mitad los homicidios en ese país; alguna vez considerado como uno de los más violentos del mundo. Hay una esperanza similar en Honduras.

No obstante, aunque los nombres de las pandillas son los mismos y el tipo de violencia que perpetran es similar y en los dos casos intermedia la Iglesia Católica, existen varias diferencias clave que puede determinar el éxito o el fracaso de las treguas, y si sus resultados pueden o no ser replicados en otros lugares.

LA MEDIACIÓN DE LA IGLESIA CATÓLICA

El proceso de tregua está más adelantado y tiene más fortaleza en El Salvador que en Honduras, pero la fortaleza de los mediadores es la única área en donde Honduras puede tener una ventaja respecto a El Salvador.

Las reuniones de la tregua entre pandillas en Honduras – que son sólo reuniones y aún no es técnicamente una tregua – están siendo gestionadas por el principal funcionario de la Iglesia Católica del país, monseñor Rómulo Emiliani, dando la sensación de un frente unido por parte de la Iglesia.

En contraste, el proceso de Salvador está siendo mediado, en parte, por una Iglesia Católica dividida. Mientras el obispo Fabio Colindres ha recibido el respaldo nominal por su papel en la intermediación y el mantenimiento de la tregua entre pandillas en El Salvador en las diferentes etapas, la Conferencia Episcopal también ha emitido expresiones públicas de preocupación de que la tregua

«no ha producido el beneficio que la población honrada y trabajadora esperaba para sí misma (…)».

CREDIBILIDAD DEL GOBIERNO

En el otro interlocutor, el gobierno de cada país, hay diferencias entre El Salvador y Honduras.

En ambos países, el gobierno ha dejado que los representantes de la Iglesia Católica y otros mediadores civiles e internacionales tomen un papel más activo en la situación.

Sin embargo, el gobierno de El Salvador tiene mucha más credibilidad, así como algunos interlocutores e instituciones confiables, a través de los cuales se puede iniciar la siguiente fase del proceso; la cual debería incluir la formación social, educativa y profesional para las comunidades pobres en donde prosperan las pandillas.

En cambio, Honduras se está enfrentando a una crisis institucional de proporciones históricas. Desde el golpe de Estado de 2009, que envió el Presidente Manuel Zelaya al exilio, el país ha entrado en una terrible espiral política en la cual pocos políticos tienen la suficiente credibilidad para conseguir el apoyo público en torno a algo, y mucho menos para una controversial tregua de pandillas.

En general, el gobierno de Honduras carece de la credibilidad necesaria para reunir los fondos necesarios de la comunidad internacional, con el fin de poner en práctica nuevos programas sociales y dirigir el tema de las pandillas en una dirección diferente.

Pero hay algunas diferencias importantes en la conformación en historia de las pandillas en cada caso, que puede hacer que los experimentos sean exitosos, o fracasen.

LA PANDILLA DOMINANTE

Barrio 18 tiene un mayor número y alcance en Honduras, mientras que la MS-13 (Mara Salvatrucha) es la pandilla dominante en El Salvador.

La diferencia es importante porque Barrio 18 está dividida y es menos disciplinada que su contraparte de la MS-13. Barrio 18 tiene las alas de los Sureños y los Revolucionarios en El Salvador y, aunque aparentemente tienen una base sólida, la pandilla está más fracturada en Honduras.

La capacidad de los líderes de la MS-13 de El Salvador para mantener a raya a los pandilleros de nivel medio y bajo ha sido una parte sorprendente y fundamental del éxito de la tregua entre pandillas en ese país. Pero alcanzar el mismo nivel de éxito en Honduras puede resultar difícil.

COMPOSICIÓN DE LA PANDILLA

El liderazgo de las pandillas en El Salvador tiene más experiencia política que sus contrapartes en Honduras.

Algunos de los salvadoreños son ex guerrilleros; otros han estado en posiciones de liderazgo regional durante años, ya que el cuartel general nominal de estas pandillas es El Salvador.

El resultado es un equipo más experimentado de negociadores que entienden lo que está en juego y cuál es la mejor manera de tomar ventaja de este camino hacia la legitimidad.

De la misma manera, se podría argumentar que también saben cómo jugar con el sistema y desarrollar estructuras criminales más sofisticadas.

HISTORIA

Durante al menos una década, los líderes pandilleros en El Salvador han estado en conversaciones con el gobierno, organizaciones no gubernamentales y personalidades religiosas en un intento por cambiar su situación. Estas conversaciones han dado forma a su comprensión de lo que es y no es posible.

Estos diálogos también han colocado a estos líderes en estrecho contacto con personajes clave que los pueden ayudar a evaluar su peso político en el futuro.

Una tregua entre pandillas sólo funcionará si los participantes entienden el contexto en el que están forjando este acuerdo y con quién.

En El Salvador hay una mejor comprensión de ese contexto que en Honduras.

En realidad, ambas treguas llevan consigo retos y oportunidades. No obstante, para aprovechar las oportunidades, los gobiernos, la Iglesia Católica y los líderes pandilleros van a tener que entender y superar algunos de los retos descritos anteriormente.

Fuentes: Insight Crime, Signos de estos Tiempos

 

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Exitosa mediación de la Iglesia Católica en Honduras que consiguió una tregua de las pandillas [13-05-31]

El objetivo es bajar los asesinatos como el El Salvador
Las pandillas en Honduras, la MS-13 y Barrio 18, declararon su propia versión de la tregua de pandillas de El Salvador (ver aquí la situación en El Salvador) hacia la sociedad, también con la intermediación negociadora de la Iglesia Católica. Aunque se admite que es poco probable que esta tregua tenga el mismo impacto en la reducción de la tasa de homicidios del país como en El Salvador. Las pandillas de Hondura aún no firmaron una tregua entre ellas.

 

tregua de pandilla en honduras

 

Según el obispo de San Pedro Sula, Rómulo Emiliani, el 28 de mayo los líderes de pandillas hicieron una declaración de paz y anunciaron su intención de buscar la «reconciliación» con el gobierno de Honduras y la sociedad.

Líderes de las pandillas «Mara Salvatrucha» («M-13») y de la «M-18», consideradas como las más violentas de Honduras, que guardan prisión, prometieron el 28 de mayo reducir la violencia en su país y pidieron perdón a Dios, la sociedad y las autoridades.

«Queremos pedirle a Dios que nos ilumine (…), que nos ayude en este proceso que nosotros queremos, más que todo ante Dios pedirle perdón por todo, pedirle también perdón a la sociedad si en algún momento hicimos daño, pedirle también perdón a nuestras autoridades», dijo uno de los integrantes de la «M-13».

La voluntad de contribuir a reducir la violencia por parte de las pandillas fue expresada por sus líderes en el presidio de San Pedro Sula, norte de Honduras, con la mediación del obispo auxiliar de esa ciudad, Rómulo Emiliani.

El primer líder de la «M-13», que no se identificó, dijo que lo que han resuelto en su pandilla es «cero crímenes, cero violencia en las calles, trabajar» y que el Gobierno les ayude proporcionando talleres de manualidades para trabajar y ganarse la vida de manera honrada.

Los primeros en hablar ante los periodistas fueron dos miembros de la «Mara Salvatrucha», señalando entre otras cosas que «la tregua» que están proponiendo no es con la «M-18».

Uno de los representantes de la «M-18», que tampoco se identificó, dijo que la voluntad de ellos «no sólo es palabra», sino que quieren demostrar con hechos la disposición de «colaborar para bajar el índice de violencia».

«Estamos conscientes de que hemos hecho algo malo, por eso estamos pidiendo perdón a la ciudadanía, necesitamos que nos escuchen y nosotros les damos la palabra que vamos a reducir el índice de violencia y vamos a tener un mejor control», subrayó.

Agregó que el accionar de las pandillas lleva varios años y que ellos han sido perseguidos policial y judicialmente, lo que ha generado más violencia, pero que ahora están resueltos a «dialogar».

«No aguantamos tanta violencia hacia nosotros de este gobierno y gobiernos anteriores, somos perseguidos, nos han desaparecido a nuestras familias los policías corruptos», enfatizó.

Indicó además que ellos están pidiendo un «diálogo con el gobierno para que nos escuche, no con las otras organizaciones (pandillas)».

«Si ellos quieren (los de la «M-13″) nosotros vamos a respetar su territorio, pero (que) respeten nuestro territorio, para así calmar un poco la violencia, así como en el país hermano El Salvador que se ha dado buen producto», añadió.

El anuncio de las pandillas hondureñas se produjo un día después de que seis bandas de El Salvador entregaran el lunes, a través de la Organización de Estados Americanos (OEA), 154 armas y artefactos explosivos, como parte de una «tregua» que ha contribuido a rebajar los homicidios en ese país centroamericano.

Las armas fueron recibidas por el secretario de Seguridad Multidimensional de la OEA, Adam Blackwell, quien dijo en San Salvador que el organismo continental apoya el pacto en el que están

INTERVENCIÓN DE LA IGLESIA

Se trata de un paso adelante importante, como subraya el Obispo Mons. Rómulo Emiliani, obispo auxiliar de San Pedro Sula, en la nota enviada a Fides:

“Si Colombia está negociando con las guerrillas de las FARC, esa es la prueba de que se puede negociar, incluso con grupos ilegales, porque las instituciones no pueden pensar en quedarse sentadas a recoger los frutos de esto sin negociar”.

Mons. Emiliani dice estar satisfecho porque

“las pandillas hiciron una declaración pública de tregua, pidiendo perdón a la sociedad y abriéndose al diálogo con la policía”. “El gobierno está informado y tiene que ser el próximo en dialogar” y tomar iniciativas, ha dicho como conclusión.

Honduras es uno de los países más violentos del mundo. De hecho, el último informe público sobre la violencia registró 85 homicidios por cada 100 mil habitantes.

El país experimenta una situación de violencia, en gran parte causada por el enfrentamiento entre bandas criminales. El trabajo de la Iglesia en las cárceles ha descubierto la posibilidad de proponer una coexistencia pacífica encabezada por los propios protagonistas, y ha dado prioridad a la labor pastoral en los centros de detención

Apenas hace unos días el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, pregunto a todos los que se encontraban en la catedral de Tegucigalpa:

“¿Cómo se vive en Honduras? Yo respondo: ¡con miedo!”.

Es precisamente por esta razón que el Cardenal invitó a la comunidad y a toda la población a trabajar para cambiar la situación de violencia.

“Pero si no trabajamos por la justicia, será muy difícil vivir en paz”. (CE)

DIFERENCIA DE HONDURAS CON EL SALVADOR

Mientras que la tregua de pandillas El Salvador ha demostrado ser controvertida, y persisten las dudas sobre su sostenibilidad y si realmente ha sido tan exitosa como se afirma, no puede haber ninguna duda de que ha llevado a una dramática caída en la tasa de homicidios.

Honduras tiene la tasa de homicidios más alta del mundo y cualquier intento de replicar este éxito y recuperar el control sobre la espiral de violencia de los últimos años debe ser bienvenida.

Sin embargo, incluso si las negociaciones tienen éxito, una tregua no es probable que coincida con los resultados observados en El Salvador. Las pandillas callejeras – conocidas como «maras» – son menos centralizadas en Honduras y será mucho más difícil para el liderazgo hacer valer su control sobre las facciones locales.

También es posible, como señala Emiliani, que las maras hondureñas no son responsables de un alto porcentaje de los asesinatos como sus contrapartes salvadoreños l, ya que mientras las bandas, sin duda, juegan un papel importante en el impulso de la violencia, están lejos de ser los únicos actores criminales en Honduras.

También está el papel de las fuerzas de seguridad a tener en cuenta. Facciones corruptas de la policía y el ejército son a veces  parte de la violencia criminal y la policía ha sido acusada de dirigir escuadrones de la muerte dirigidos contra miembros de las pandillas, lo que hará que sea difícil para las bandas y la policía construir confianza y mantener la paz.

Fuentes: Excelsior, Fides, Insight Crime, Signos de estos Tiempos

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