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Civilizaciones enteras han desaparecido por intoxicación: nos puede pasar a nosotros

La intoxicación de los cerebros desde el útero pone en jaque nuestra civilización.
Hace siglos, los ciudadanos del Imperio Romano y el régimen Samurai de Japón sufrieron intoxicación grave por plomo, e historiadores especulan que esa fue una de las principales causas de la caída de tales imperios. El científico líder en el efecto de sustancias intoxicantes sobre el cerebro, Philippe Grandjean, considera que hoy estamos en una situación mucho peor, porque nos enfrentamos a más sustancias intoxicantes.

 

cerebro de un hombre

 

En un artículo de opinión, el científico del medio ambiente Philippe Grandjean, de renombre internacional, escribe que hoy en día, nuestros cerebros se están poniendo a otra prueba extrema, esta vez por una combinación de sustancias químicas tóxicas que incluyen mercurio, arsénico, pesticidas y compuestos industriales persistentes. Él llama a esta amenaza una «sangría de cerebros química.» 

«Es insidiosa y silenciosa, ya que por lo general no está vinculada a ningún diagnóstico médico, y es grave, ya que los déficits combinados están afectando el cerebro de toda una generación de niños, sobre los cuales se basa nuestro futuro», Grandjean escribe.

LOS ROMANOS, LOS SAMURAIS Y HOY…

Según algunos estudiosos, las exposiciones tóxicas contribuyeron a la caída del Imperio Romano. Los gobernantes romanos fueron envenenados por el agua de las cisternas y contenedores tradicionales de comida de plomo. Estas exposiciones extremas podrían haber hecho poco a poco a las familias patricias desquiciadas e infértiles – y dejarlas sin líderes competentes para manejar el Imperio.

Un destino similar parece haber ocurrido el régimen Samurai en Japón. Cuando se analizaron los huesos enterrados en un castillo, las concentraciones de plomo en los niños sugieren intoxicación grave de plomo. Con las capacidades mentales dañadas, los descendientes de los samurais probablemente habrían sido incapaces de hacer frente a la crisis política, posiblemente contribuyendo a la caída del shogunato.

Hoy en día, nuestros cerebros se están poniendo a otra prueba extrema, esta vez a partir de una combinación de productos químicos tóxicos que incluye mercurio, arsénico, pesticidas y compuestos industriales persistentes.

La amenaza oculta a que ahora nos enfrentamos es lo que llama la sangría de cerebros química. Es insidiosa y silenciosa, ya que por lo general no está vinculada a ningún diagnóstico médico, y es grave, ya que los déficits combinados están afectando el cerebro de toda una generación de niños, sobre los cuales se basa nuestro futuro.

LA VULNERABILIDAD DEL CEREBRO

Sólo recientemente se ha puesto de manifiesto que el cerebro es muy vulnerable, especialmente durante su desarrollo en el útero y durante la lactancia.

Según la tradición médica, el feto está bien protegido dentro del útero de la madre embarazada. Pero contrariamente a esta noción reconfortante, la placenta permite que muchos productos químicos tóxicos se filtren, y algunos de estos compuestos pueden dañar los procesos sensibles del desarrollo del cerebro. La madre puede escapar ilesa, pero en su hijo, tal daño puede ser catastrófico.

Nuestros cerebros altamente sofisticados comienzan como una pequeña franja de células. Un par de semanas después de la concepción, estas células están listas para multiplicarse. En su pico, alrededor de 12.000 células se generan cada minuto – 200 por segundo. La mayoría no se quedan en el mismo lugar, sino que se mueven a lugares específicos en el cerebro en desarrollo. En general, nuestros cerebros se desarrollan por la multiplicación, la migración, la maduración y la mensajería; pasos complejos, cada uno de los cuales tiene que suceder de una manera específica, en el orden correcto y en el momento adecuado.

Estamos empezando a apreciar que este intrincado calendario de procesos estrechamente conectados y complejo es muy sensible. Si ocurre alguna interrupción, el desarrollo del cerebro será incompleta o anormal, y habrá poco, si es que existe, tiempo y oportunidad para la reparación. Por lo tanto, el producto final, nuestro cerebro maduro, no expresará las capacidades máximas que heredamos de nuestros padres. El daño químico que se produce desde el principio probablemente se mantendrá a lo largo de nuestra vida.

En los Estados Unidos, uno de cada seis niños tiene un retraso del desarrollo neurológico o una enfermedad neurológica. No se sabe cuántos de esos niños se enfrentan a las exposiciones ambientales que contribuyeron a sus problemas.

La sangría de cerebros química aparece como una pandemia silenciosa que es casi imposible de cuantificar. Los economistas han calculado que el valor de los puntos de CI perdidos en los niños expuestos a pérdidas cerebrales químicas en todo el mundo tiene un valor de cientos de miles de millones de dólares por año.

LOS PRODUCTOS QUE CAUSAN EL DAÑO

Hasta ahora, la prueba convincente de la sangría de cerebros química está disponible para unos pocos productos químicos bien investigados. La mejor documentación disponible es para la contaminación por plomo, que ha arruinado las vidas de innumerables niños.

Pero mientras se está reuniendo lentamente una detallada documentación científica, toda una generación de estadounidenses, y en todo el mundo, sufre la pérdida de la función cerebral debido a la contaminación por el uso descuidado de plomo en la gasolina, pintura y miles de productos de consumo.

Sólo cuando la evidencia científica se ha hecho verdaderamente abrumadora, un consenso finalmente es alcanzado de que el público debe ser protegido en contra de este escurridor cerebro.

Ahora estamos descubriendo pruebas similares sobre otros productos químicos, como el mercurio, bifenilos policlorados (PCBs), arsénico, algunos disolventes, ciertos plaguicidas y otros compuestos industriales.

Pero la sangría  de cerebros no es sólo una cuestión de unas pocas sustancias molestas. Cuando Grandjean examinó la literatura científica y médica, tuvo la oportunidad de identificar más de 200 productos químicos industriales que habían causado toxicidad para el cerebro humano o de otra manera, aunque en su mayoría en las intoxicaciones de los adultos.

Debido a la vulnerabilidad de los cerebros en desarrollo, los productos químicos que son tóxicos para los cerebros adultos son probablemente aún una amenaza peor para los cerebros jóvenes – y en dosis mucho más bajas. Sin embargo, para documentar científicamente esta sangría de cerebros química, la evidencia debe ser cotejada en meticulosos estudios de niños expuestos a medida que crecen.

Lamentablemente, nuestros métodos de investigación son herramientas ineficientes para obtener la documentación que deseamos. La prueba adecuada puede tomar décadas para reunirla para cada producto de forma individual, uno por uno. Por lo tanto, el conocimiento útil se ha acumulado sólo para un pequeño número de las miles de sustancias químicas ambientales, y para las demás, no sabemos el potencial de causar la sangría de cerebros.

DEBEMOS APRENDER DEL PASADO

La primera confirmación en un modelo en ratas de que el metilmercurio es tóxico para el cerebro en desarrollo se publicó en 1972. Sin embargo, los niños de todo el mundo siguen expuestos en el útero a niveles de mercurio que los estudios han mostrado que reduce sus capacidades mentales. Nosotros a menudo sufrimos de «amnesia histórica», incapacidad común (o falta de voluntad) para aprender de la experiencia pasada.

Ahora tenemos el lujo de mirar hacia atrás y ver las decisiones de mente estrecha  que causaron desastres como la gasolina con plomo, o la enfermedad de Minamata o Morinaga de intoxicación por la leche (arsénico).

¿Cómo la gente en 20 años, o en 50, pensará sobre nuestra actitud laxa hacia los pesticidas y otros intoxicadores del cerebro y sobre nuestros esfuerzos miserables para proteger el cerebro de la próxima generación?

Fuentes: Sign of the Times, Signos de estos Tiempos

 

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Científico chileno dice que los contaminantes químicos estimulan la feminización

Estudio entre ratas que tiene consecuencias para la homosexualidad.

 

Hace un par de días publicamos un artículo de un científico que sostenía que sustancias intoxicantes del medio ambiente y de los alimentos estaban intoxicando los cerebros de los bebes en el útero materno, haciéndole perder habilidades e inteligencia, que ponían en jaque el progreso de nuestra civilización, como sostiene que sucedió en Roma y con los Samurai, ver aquí. Ahora un científico de Chile sale a advertir que esa misma intoxicación mas el estrés psicológico del embarazo, podrían estar causando alteraciones y reprogramaciones celulares, feminizarían la conductade de los hombres y predispondrían a la homosexualidad; todo esto hallado en una investigación entre ratas.

 

ratones blancos

 

El Presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile, Andrei Tchernitchin, explicó que químicos como las dioxinas, e incluso las hormonas que se secretan ante un estrés psicológico extremadamente intenso durante el embarazo, atraviesan la placenta y afectan al feto provocando alteraciones físicas comprobables y por consiguiente efectos conductuales observables.

Estos agentes causan las alteraciones y reprogramaciones celulares, y

“feminizan la conducta de juego infantil ligado al sexo, causan una feminización morfológica y conductual en los niños varones, y predisponen al desarrollo de la homosexualidad”, dijo el médico, que además es Profesor Titular de la Facultad de Medicina, Universidad de Chile.

El Dr. Tchernitchin describe que ya realizó estos análisis en los años previos y fueron publicados en 2006 en los Cuadernos Sociales de la Universidad de Chile.

Esta hipótesis del Dr. Tchernitchin, comprobada aparentemente entre ratas, habría que verificarla entre los seres humanos. Y de confirmarse, sería un vuelco asombroso en la discusión que hoy tenemos respecto a la homosexualidad.

Hoy los estudios más serios y robustos tienden a concluir que no existe el tal “se nace homosexual y no se puede cambiar”, que no hay algo innato, sino más bien que la homosexualidad es consecuencia de situaciones vividas en el entorno familiar a edades tempranas por los sujetos. Ver aquí algún ejemplo.

Por otro lado, llama la atención de que estos estudios del Dr. Tchernitchin datan del 2006, suficiente tiempo para que el poderoso lobby homosexual se interesara por el tema e inyectara fondos para profundizar la investigación, porque son quienes están más preocupados por demostrar que la homosexualidad no es un producto de entorno social sino de fenómenos físicos.

UNA ALTERACIÓN PRODUCIDA POR INTOXICACIÓN

Tchernitchin aclaró que es difícil para el ser humano comprender que su conducta sexual puede ser estimulada por una alteración física en el período de gestación, así que para explicarlo estudió en los animales un ambiente de contaminación química similar al que puede recibir un ser humano.

El señaló que algunas personas con tendencias sexuales diferentes «no aceptan» que su conducta es

una «alteración que corresponde a una alteración de la salud y dicen que ahora aumentó por la moda o porque se puede realizar más abiertamente, pero en los animales de experimentación (ratas y ratones) no hay modas y también ocurre”.

En el caso de los agentes químicos que causan marcados efectos están las dioxinas, como los policlorobifenilos (PCB) o bifenilos policlorinados, señala su estudio adjunto.

Los PCB se generan y liberan al medioambiente como subproductos en la fabricación e incineración de sustancias químicas, describe Greenfacts.

Estos son productos sintéticos que se presentan en una variedad de formas que va desde líquidos grasos hasta sólidos cerosos. No son inflamables, son estables y con un elevado punto de ebullición, lo que les permite tener propiedades de aislante eléctrico. Por ello, fueron empleados como refrigerantes y lubricantes en transformadores y otros equipos eléctricos; como fluidos hidráulicos; y como plastificantes, pigmentos, tintes y también en la tinta de los papeles autocopiantes.

RECREANDO LA CONTAMINACIÓN EN EL LABORATORIO

En animales de laboratorio, la exposición al tetraclorodibenzo-p-dioxina causó la atrofia del timo y supresión de la respuesta inmune debida a una alteración en las células troncales linfocitarias, dice el estudio de Tchernitchin.

Lo notable, dice el escrito, es que  causa también una disminución de espermios eyaculados, una disminución de peso de las glándulas sexuales en el macho, una demasculinización y feminización morfológica y conductual y una disminución de la fertilidad.

Los niveles de testosterona y los receptores de andrógeno se mantienen dentro de límites normales, agrega el informe.

Esta dioxina causa incluso una inhibición del desarrollo de los genitales masculinos y una disminución del peso del complejo urogenital. Se observa una disminución del peso de la próstata ventral, de las glándulas urogenitales, del epidídimo y de los testículos, además de rebajar el largo del pene y disminuir ciertos receptores andrógenos, dice el estudio.

Entre otros efectos también mencionados está un atraso de la pubertad en machos, y una disminución en el recuento de espermios, además de cambios de conducta en las hembras.

El estudio que analiza también otras investigaciones, revela que algunos componente medibles en el ser humano pueden verse alterados en el ser adulto, al igual que en animales en laboratorio.

HORMONAS, FÁRMACOS Y OTROS CONTAMINANTES

Los efectos de los químicos y el estrés alteran los receptores hormonales mediante el mecanismo del imprinting o reprogramación celular, afectando  la diferenciación, su función y determinando el desarrollo de diversas patologías más tarde en la vida, estimulando cambios de conducta, señala el estudio.

La exposición prenatal o postnatal precoz a ciertas hormonas y otros compuestos con acción hormonal tienen diverso efectos en la salud directos y diferidos.

En la investigación del Dr. Tchernitchin se describen pruebas de laboratorio en animales que recrearon los efectos de ciertas hormonas de estrés en períodos críticos de gestación.

En el laboratorio se comprobó que los mismo efectos no son sólo causados por las hormonas sino también por compuestos químicos, tales como contaminantes ambientales, fármacos, aditivos de alimentos, componentes naturales de los alimentos, además de las dioxinas.

Se evidenciaron en todos estos casos alteraciones irreversibles en la diferenciación normal de diversos tipos celulares del organismo.

Estas se manifiestan como modificaciones cualitativas y cuantitativas en diversos receptores hormonales y enzimas. Esto da por resultado cambios morfológicos, es decir físicos, cambios bioquímicos y funcionales de las células del cuerpo. Se originan entonces enfermedades más tarde en la vida.

Entre los compuestos que afectan en forma irreversible las gónadas o la sexualidad por el mecanismo de la inducción de vías de heterodiferenciación celular, es necesario mencionar entonces no solo las dioxinas y las hormonas de estrés, sino también los compuestos que inducen actividad hormonal semejante a los esteroides sexuales. Están la nicotina y otros compuestos derivados deltabaquismo, los  plaguicidas, la cafeína, diversos aditivos de los alimentos elaborados, la contaminación por plomo, cadmio, dióxido de nitrógeno y etanol.

ALIMENTOS CONTAMINADOS

Algunos agentes dañinos para la salud entran al organismo y al feto a través del consumo de carnes contaminadas con estos compuestos. La nicotina entra por la placenta. Algunos compuestos entran por la vía respiratoria. Otros al consumir frutas y hortalizas con plaguicidas. Esto es más intenso por la exposición directa de los trabajadores, agrega el informe.

Carnes con estas hormonas o con agentes contaminantes causan incluso crecimiento mamario en las niñas de 6 meses de edad y efectos en los varones, observados por los pediatras.

Las hormonas que se administran a los vacunos son implantadas en sus orejas; en Estados Unidos existe legislación y fiscalización respecto de la cantidad de implantes y del tiempo de espera post-implante, que debe transcurrir antes del sacrificio de los animales para consumo humano.

Tchernitchin destaca que en el caso de Chile no existe un control adecuado al respecto, de tal manera que un vacuno puede ser sacrificado a los pocos días después de implantado con hormona. Una epidemia de este tipo afectó el 14.1% del total de niñas sanas examinadas en un estudio mencionado por el académico en 2006.

La recreación en el laboratorio de esta situación causa desarrollos genitales anormales, cambios irreversibles en el metabolismo de la testosterona en el eje hipotálamo hipófisis-gonadal de ratas macho. La exposición neonatal a estrógenos determina alteraciones en el desarrollo y cambios estructurales y funcionales en el testículo, próstata y vesículas seminales. El sistema inmune también se ve afectado con alteraciones irreversibles.

Fuentes: La Gran Época, Signos de estos Tiempos

 

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