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Casos de encuentro con Dios de estrellas legendarias del rock

No todos son satánicos como algunos piensan.
Religión y rock no parecen llevarse bien, evidenciado en la clásica trilogía “sexo, drogas y rock’&’roll”, que no parece precisamente un camino espiritual, a pesar de ciertos usos alucinógenos para la expansión de la conciencia.

 

bob dylan y juan pablo ii

 

Aunque Little Richard y Leonard Cohen se retiraron temporalmente para ejercer como pastor evangelista y encerrarse en un monasterio budista, respectivamente, las conversiones de George Harrison al hinduismo, de Bob Dylan al cristianismo y de Cats Stevens al Islam constituyen un capítulo insólito en la historia del rock.

GEORGE HARRISON, EL HARE KRISHNA DE PELO LARGO Y PANTALONES

Dios fue la gran preocupación vital de George Harrison. El autor de Something siempre se mostró descreído con los fastos que apareja ser una estrella de rock. Mientras que para los otros beatles la espiritualidad oriental no pasó de ser una moda más, George -educado en el cristianismo- se implicó a fondo en la religión hindú, pero su experiencia religiosa estuvo unida, en un principio, a la toma de LSD. «La primera vez que tomé un ácido, lo demás se desvaneció. Me di cuenta de que había un dios, y pude verlo en cada hoja de hierba», afirmó a Rolling Stone en 1987.

El primer contacto de Harrison con el hinduismo tuvo lugar durante el rodaje de Help (1965) en Las Bahamas, donde conoció al swami Visnú Devananda. El beatle se hizo vegetariano y empezó a leer los Vivekanandas y Yoganandas, en los que comprendió que podía ver a Dios «utilizando el sistema yogui de trascender a través de los estados de la conciencia (despertar, dormir, soñar) para alcanzar el nivel más sutil de conciencia pura», según apunta en The Beatles Anthology (2000).

En 1966 peregrinó con su mujer a la India, donde conoció a varios gurús, visitó sitios sagrados y aprendió a tocar el sitar con Ravi Shankar. Harrison fue, junto a Dave Davies, de los Kinks, el introductor de este instrumento en el pop.

En agosto de 1967 conoció con el resto de los Beatles al Maharishi Mahesh Yogi, divulgador de la meditación trascendental en occidente. Los fab four asistieron a una de sus lecturas espirituales en el Hotel Hilton de Londres, donde el Maharishi -aficionado al lujo y con un instinto extraordinario para los negocios- los convenció para acompañarlo a un curso en Gales y luego, a primeros de 1968, a un retiro en el asrahm que tenía en Rishikesh (India). De la comitiva formaron parte también sus mujeres y algunos amigos, como la actriz Mia Farrow y el cantante Donovan. El asrahm se parecía más a una colonia de vacaciones que a un verdadero centro de meditación trascendental, y Paul y Ringo desertaron enseguida. George y John aguantaron más, pero un oscuro episodio de abuso sexual del Maharishi sobre una de sus alumnas precipitó finalmente su partida. En la India, los Beatles compusieron la mayoría de las canciones del disco blanco y Lennon le dedicó al Maharishi la amarga Sexy Sadie.

En 1969, Harrison produjo el single Hare Krishna Mantra, interpretado por devotos londinenses, y conoció con Lennon a Bhaktivedanta Swami (Srila Prabhupada), fundador de la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna. Los Hare Krishna son una secta hinduista basada en la devoción popular a Krishna, la octava encarnación de Visnú. Sus devotos, con las cabezas rapada y túnicas azafrán, son reconocidos por cantar el mantra Hare Krishna por las calles. Harrison abrazó a partir de entonces esta tradición, en particular el canto del mantra usado como meditación privada, sintiéndose «un devoto con pelo largo y pantalones».

Con los Beatles, George compuso grandes temas de influencia hindú, como Within You, Without You o Blue Jay Way, pero fue en sus dos primeros discos en solitario, All Things Must Pass (1970) y Living In The Material World (1973), donde expresó sin cortapisas su espíritu Hare Krishna. En All Things Must Pass, con el que se convirtió en el primer beatle en alcanzar en solitario el número uno de las listas de venta, dio una asombrosa dimensión a su espiritualidad. My Sweet Lord, su mayor himno, por el que perdió un juicio por plagio, dice: «Mi dulce Señor, realmente quiero verte, realmente quiero estar contigo, pero lleva tanto tiempo. Realmente quiero conocerte, realmente quiero ir contigo, realmente quiero demostrarte que no llevará tanto tiempo». En el 2000, con motivo de la reedición del álbum, Harrison hablaba así de la canción para El País: «Los coros cantando Aleluya y Hare Krishna son una especie de llamamiento a la cordura y a la vuelta a Dios, cualquiera que este sea. Sin ese aspecto espiritual, la vida actual sería para mí una experiencia hueca». Antes, en 1981, en Life Itself, del disco Somewhere in England, había descrito a Dios en estos términos: «Tú eres el único, eres mi amor verdadero, eres mi amigo y cuando la vida se acaba, eres la luz en la muerte. Eres mi amor, envías la lluvia y traes el sol, permaneces solo y dices la verdad, eres el aliento de la vida».

Harrison murió de cáncer en Los Ángeles el 29 de noviembre de 2001, a los 58 años.  Dos de sus amigos más cercanos indicaron a la prensa que «durante sus últimos días de vida, devotos de Krishna estuvieron a su lado y cuando abandonó su cuerpo lo hizo entre cantos de Hare Krishna Mantra». Fue incinerado en una ceremonia privada Krishna y aunque algunos medios afirmaron que sus cenizas habían sido depositadas en el río Ganges, no hubo ninguna declaración familiar que lo certifique. Tras la muerte de Harrison, su familia emitió el siguiente comunicado: «Abandonó este mundo como vivió: consciente de Dios, sin miedo a la muerte y en paz, rodeado de familiares y amigos». Según algunos de sus acompañantes en el lecho de muerte, sus últimas palabras fueron «amaos los unos a los otros».

BOB DYLAN, EL PROFETA DE JESÚS

«Años atrás decían que era un profeta. Yo decía: ‘No, no soy un profeta’, y ellos decían: ‘Sí, lo eres, eres un profeta’. Y yo contestaba: ‘No, no soy’. Ellos decían: ‘Seguro que eres un profeta’. Me convencían de que era un profeta. Ahora vengo y os digo que Jesús es la respuesta. Y ellos dicen: ‘Bob Dylan no es un profeta». Hubo un tiempo en que el mil veces reinventado Bob Dylan escribía canciones apocalípticas y predicaba a Jesús desde los escenarios, con discursos como con el que arranca este párrafo. El periodo cristiano de Dylan duró curiosamente tres años, de 1979 a 1981, como la vida pública de Jesús.

Nacido en Minnesota en 1941 en el seno de una familia judía, Robert Allen Zimmerman tuvo una súbita conversión al cristianismo durante su gira de 1979. En Montrel tocó con 40 grados de fiebre. Alguien del público lanzó una cruz plateada al escenario y él la cogió. La guardó en su bolsillo y la llevó consigo a la siguiente ciudad, Tucson, Arizona. Se sentía peor que en Montreal y, tras usar todo tipo de cosas, se dijo: «Necesito algo esta noche que no haya hecho antes». Y miró al bolsillo y tenía la cruz, según afirmó en una entrevista. Luego, en su habitación de hotel en Tucson, creyó tener una visión de Jesucristo. «Jesús apareció como el Rey de Reyes. Había una presencia en la habitación que no podía ser de nadie salvo de Jesús… Puso su mano en mí. Era algo físico. Sentí todo mi cuerpo temblar. La Gloria de Dios golpeándome y rescatándome».

Dylan siguió un curso de tres meses en la Escuela de Discípulos de la evangelista Comunidad de la Viña, donde conoció el libro del predicador Hal Lindsey –The Late Great Planet Earth (1970)-, que llegaría a convertirse en su segunda Biblia y añadiría un tinte apocalíptico a sus canciones. «Los temas que escribí para el álbum Slow Train Coming me asustan. No planeé escribirlos. No me gustó escribirlos. Nunca quise escribirlos», aseguró en una entrevista en 1984.

El periodo cristiano de Dylan no le sentó nada bien a su música. Los críticos coinciden en que los tres discos que editó en ese tiempo – Slow Train Coming (1979), Saved (1980) y Shot of Love (1981)-, están entre lo peor de toda su producción, a pesar de que en el primero colaboró Mark Knoppfler, el líder de Dire Straits. En 2003 publicó una recopilación de sus canciones religiosas.

Durante las giras llevadas a cabo en esa época, el músico rehusó tocar sus viejas composiciones, así como cualquier canción de índole secular. Además, comenzó a realizar en el escenario declaraciones sobre su fe, como esta de tintes claramente apocalípticos: «Sabéis que estamos viviendo los últimos días. El libro sagrado dice que en los últimos días vendrán momentos difíciles. Los hombres serán egoístas, amigos del dinero, altivos, blasfemos, rebeldes a los padres, ingratos, impíos. Echad un vistazo a Medio Oriente. Os avisé en The Times They Are a-Changin. Dije que la respuesta estaba flotando en el viento. Ahora os digo que Jesús está de vuelta, ¡y es Él! No hay otro medio de salvación. Jesús está de vuelta para establecer su Reino en Jerusalén durante mil años».

Este proselitismo provocó el rechazo del público y de sus propios compañeros de profesión. En 1980, Dylan había ganado el Premio Grammy a la Mejor Interpretación Vocal Masculina con la canción Gotta Serve Somebody (Vas a servir a Alguien), del LP Slow Train Coming, y el siempre ácido John Lennon le respondió con Serve Yourself (Sírvete a ti mismo). En Gotta Serve Somebody, Dylan decía: «Puedes ser embajador de Inglaterra o Francia, puedes ser campeón del mundo de los pesos pesados, puedes ser un vividor con un largo collar de perlas, pero vas a tener que servir a alguien. Puede ser el demonio o el Señor». En Serve Yourself , Lennondice: «Tienes que servirte a ti mismo. Nadie va a servirte. Puedes creer en demonios y en dioses, pero tendrás que salir y servirte a ti mismo, porque aquí no hay servicio de habitaciones».

El periodo cristiano de Dylan tuvo un inesperado epílogo en 1997 cuando tocó para el Papa Juan Pablo II en el Congreso Eucarístico Internacional de Bolonia (Italia) después de que éste leyera ante un público de 200.000 personas un sermón basado en la letra de Blowin’ In The Wind. Además, en 2009 publicó un álbum de villancicos navideños cuyos beneficios fueron destinados a varias organizaciones caritativas.

CAT STEVENS, EL HIPPY QUE ENCONTRÓ LAS RESPUESTAS EN EL ISLAM

Steven Demetre Georgiou (Londres, 1948) vendió 25 millones de discos como Cat Stevens. Fue uno de los símbolos de la época hippy, con excelentes canciones como Moonshadow, Wild World o Morning Has Broken. Pero en 1977 cayó enfermo de tuberculosis y se encontró solo en su casa, aislado de aquella vida de estrella del pop que vivía tan deprisa. «Fue entonces cuando empecé a pensar de nuevo sobre la vida, el sentido que tiene y a dónde nos dirigimos», declaró a la prensa en el año 2000.

En esos pensamientos estaba cuando su hermano David le trajo una copia del Corán desde Jerusalén y «vio la luz». Antes, buscando respuestas, ya había tanteado el budismo, el misticismo oriental e incluso las doctrinas del sabio griego Pitágoras. De niño había estudiado en una escuela católica.

Con su conversión a la fe de Mahoma no sólo cambió de nombre, adoptando el de Yusuf Islam, sino que abandonó la música pop durante 30 años. Back To Earth (1978) parecía condenado a ser su último disco pop, pero en 2006 sorprendió a todos con un nuevo álbum (And Other Cup), que demuesta que el cantante mantiene la esencia del viejo Cat Stevens pese a sus letras cargadas de religión. «Había cien razones para dejar la industria de la música allá por 1979, no sólo porque hubiera encontrado lo que yo buscaba espiritualmente. Hoy hay quizás ciento una razones por las que me siento de nuevo con ganas de hacer música. Soy un espejo donde los musulmanes se miran para ver el mundo occidental y donde mis compatriotas se miran para ver el islam. Para mí es importante poder servir de puente entre las lagunas culturales que algunos a veces tienen miedo de cruzar», declaró con motivo del lanzamiento del álbum.

En realidad, el silencio musical de Yusuf Islam se había roto 11 años antes, en 1995, cuando grabó un disco -nada pop- sobre la vida de Mahoma, al que siguieron otros dos con canciones religiosas interpretadas con instrumentos tradicionales. «En el Corán no hay nada que diga que la música está prohibida. Volví a meterme en un estudio al ver la cantidad de malas críticas y la mala imagen que se estaba proyectando sobre el islam», declaró a El País Semanal en abril de 2000.

El propio Yusuf ha sido víctima de esta «mala imagen» del islam. Acusado de financiar las guerras santas de Oriente, en 1989 fue muy criticado por apoyar supuestamente la fatwa de Jomeini contra Salman Rushdie por su novela Los versos satánicos. Tuvo que hacer un comunicado donde dejaba muy claro que, aunque detestaba el contenido del libro, no estaba de acuerdo con la fatwa.

El cantante asegura que el dinero que gana cantando y predicando va destinado a las tres escuelas islámicas que fundó en el Reino Unido y a ayudar a las víctimas de guerras y desastres naturales (Bosnia, Irak, Darfur, Gaza).

Yusuf Islam sigue participando en conciertos junto con otros artistas con el fin de recaudar fondos para ayuda humanitaria. Su pensamiento es el de un islam abierto a toda la humanidad, intentando demostrar que el mensaje de Mahoma ha sido manipulado por unos y otros hasta convertirlo en algo irreconocible.

OTROS ROCKEROS QUE HAN ENCONTRADO A DIOS

ARTHUR ‘KILLER’ KANE, bajista de New York Dolls

En 1988, Arthur Killer Kane se encontraba viendo en la televisión la película Los fantasmas atacan al jefe, protagonizada por Bill Murray. Cuando vio que en la película aparecía el cantante de los New York Dolls, David Johansen, le entró tal ataque de celos que golpeó a su mujer con los muebles de la casa y después trató de suicidarse saltando por la ventana desde un tercer piso. Afortunadamente, aterrizó en un toldo y sólo se causó heridas leves. Mientras se recuperaba en el hospital, vio que en la televisión anunciaban el Libro de Mormón. Lo pidió y se lo entregaron en persona dos hermosas y jóvenes mujeres, que le ayudaron a dar el último empujón para convertirse. En pocos años la Iglesia Mormona transformó completamente su vida, incluso llegó a trabajar en uno de sus templos en Los Ángeles. En 2004, su sueño de que algún día los New York Dolls se reunieran se hizo por fin realidad, pero no llegó a cumplirlo porque tres semanas después del anuncio se murió de una leucemia.

LEONARD COHEN

Nació en una familia judía de Montreal en 1934, pero lleva más de 30 años dedicando su vida al budismo, en particular a las enseñanzas de su Maestro Zen Joshu Sasaki Roshi. La conversión religiosa se produjo en la década de 1970, cuando fue incapaz de encontrar un cura que le ayudara en su depresión. A mediados de 1990 Cohen abandonó su carrera musical y se trasladó a Mount Baldy (Los Ángeles) para estar más cerca de su maestro Roshi. Durante años se despertaba a las 2.30 de la mañana para meditar y preparar la comida para Roshi, de 90 años de edad. En la actualidad Cohen no ha abandonado sus creencias, pero en el año 2000 tuvo que dejar su residencia en Mount Baldy cuando descubrió que su representante se había gastado casi toda su fortuna mientras él estaba en las montañas. Los últimos dos años los ha invertido en una gira mundial agotadora con el propósito de volver a ganar el dinero perdido. Su maestro Roshi tiene ahora 103 años y sigue viviendo en las montañas de Los Ángeles.

DAVE MUSTAINE, líder de Megadeth

En 2002 se convirtió en un cristiano renacido. Es más: durante un tiempo se negó a compartir escenario con bandas que considerara satánicas. “Cuando fui salvado había ciertas cosas que no entendía”, escribe Mustaine en su nuevo libro de memorias. “Es como el viejo refrán culinario: ‘Cuando dudes, déjalo”. Al fin consiguió suavizar un poco su postura, tocando incluso con Slayer (banda satánica de trash metal). “He pasado mucho tiempo tratando de sentirme cómodo en mi nueva piel de cristiano”, explica Mustaine en su libro. “Había momentos en los que me sentía mejor a la derecha, y había veces en las que sentía que me ahogaba. No fue hasta el verano de 2005 cuando encontré el equilibrio entre mi vida espiritual y mi vida artística”, sentencia el músico.

BRIAN ‘HEAD’ WELCH, guitarrista de Korn

Cuando Brian Head Welch encontró a Dios en 2005, enseguida se dio cuenta de que no podía seguir en la banda. La revelación vino después de años de adicción a los antidepresivos, al alcohol, a las meta-anfetaminas y a las pastillas para dormir. “Realmente quería que Dios me ayudara con mi adicción a las drogas”, ha declarado Welch. “Yo rezaba: ‘Jesús, si existes, ayúdame con mi adicción’. Al final sentí que entraba en mi vida y fue entonces cuando todo cambió”.

MARK FARNER, de Grand Funk Railroad

Grand Funk Railroad fue una de las bandas de más éxito en los años 70. Pero cuando dejaron de vender discos, a principios de los 80, su líder, Mark Farner, le entregó su vida a Dios. Algunos seguidores de la banda no entendieron la regrabación, en 1991, del clásico de Grand Funk, Some kind of wonderful, con nuevas letras espirituales. Pero hoy en día ya está olvidado, y la banda sigue tocando sin él. Eso sí, Farner actúa como solista mezclando clásicos de Grand Funk con melodías de rock cristiano.

BUSHWICK BILL, de los Geto Boys

Con solo un metro de altura, Bushwick Bill era el rapero de éxito más bajito en EE UU. En mayo de 1991 su novia de 17 años le disparó en un ojo por razones que nunca se han explicado. Este desgraciado incidente hizo que la fama de los Geto Boys aumentara considerablemente: para la prensa eran los raperos con el enano de un solo ojo. Pero todo se desvaneció a finales de la década de los 90, tanto la fortuna como el éxito del grupo. Fue entonces cuando Bushwick Bill se pasó a la religión. De vez en cuando los Geto Boys siguen tocando, pero Bill quiere que si hay un próximo disco sea de temática cristiana. El resto de la banda no lo tiene tan claro…

LOU GRAMM, cantante de Foreigner

A finales de los 90 Lou Gramm sufrió un tumor cerebral benigno. El primer síntoma de este tumor fue que veía doble, una de las ironías más grandes del rock, teniendo en cuenta que el segundo álbum de la banda se llamaba precisamente Double vision (1978). Salió de esta experiencia como un hombre completamente cambiado, y poco después abrazó a Dios. Cuando los seguidores de Foreigner lo vieron en solitario interpretando canciones de rock cristiano… fliparon.

JERMAINE JACKSON

El hermano de Michael Jackson, al igual que el resto de su familia, era Testigo de Jehová. Pero un viaje a Bahrein en 1989 lo cambió todo. “Conocí a unos niños a los que les acompañaba una gran luz”, explicó Jackson en 1999. “Me preguntaron por mi religión y yo les respondí: ‘Cristiano’. Después yo pregunté cuál era la suya, y con una profunda serenidad y a una sola voz respondieron: ‘El Islam’. Su entusiasta respuesta me sacudió por dentro”. Desde entonces Jermaine Jackson es musulmán devoto, pero no ha conseguido convertir a ningún miembro de su familia.

Fuente: paginasdigital.es, Rolling Stone, Signos de estos Tiempos

 

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No existe la ‘generación espontánea’ de jihadistas, hay agentes que provocan la radicalización

El error fatal del discurso políticamente correcto de occidente.
La jihad en occidente, o se la guerra islámica contra los infieles, está creciendo rápidamente, como lo muestran los últimos atentados. Pero un absurdo discurso “políticamente correcto” impide ver a los políticos liberales y de izquierda la relación de esos jihadistas con la actividad del resto de los musulmanes de occidente; lo que está siendo letal, porque si no se puede definir bien al enemigo, no se le puede combatir.

 

Anjem Choudary iman con discurso de odio en occidente

 

La tesis manejada es que se trata de “lobos solitarios”, o sea musulmanes que de repente se radicalizan y realizan los atentados. Sin embargo la realidad muestra que no hay una “generación espontánea”, porque quienes se radicalizaron y cometieron los actos de violencia están, curiosamente, vinculados en occidente a grupos y figuras musulmanas que tienen una verborragia radical.

LA FALTA DE INTEGRACIÓN A LOS VALORES OCCIDENTALES

Hay una larga lista de terroristas de la pesadilla islamista en la que musulmanes supuestamente bien integrados en las sociedades occidentales aparentemente se transmutan súbitamente en asesinos de no-musulmanes.

En esta serie hay médicos, como Malik Nadal Hasan, psiquiatra y comandante del Ejército de Tierra que asesinó a 13 compañeros en Fort Hood en noviembre de 2009.

También eran médicos los ocho musulmanes relacionados con los atentados con coche bomba en Londres y Glasgow en junio de 2007 que trabajaban en hospitales del Reino Unido. Estos son calificados erróneamente como “lobos solitarios”.

Entre los más reciente en la memoria colectiva, pero desgraciadamente no serán los últimos, destacan los hermanos Tsarnaev, el menor de ellos Dzhokhar ciudadano norteamericano y estudiante de Medicina, y el mayor, Tamerlan, relacionado con el triple crimen perpetrado en Waltham, cerca de Boston, el 11 de septiembre de 2011 en el que aparecieron degollados tres jóvenes judíos, Brendan Mess (25), Erik Weissman (31), and Raphael Teken (37) en el apartamento de Mess. Según había declarado el mismo TamerlanTsarnaev, Brendan Mess era su mejor amigo, “aparentemente” contraviniendo las órdenes de Alá a los musulmanes que prohíben a estos ser amigos de judíos y cristianos,

Corán 5:51: ¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío.

El miércoles 22 de mayo de 2013 fue degollado en la vía pública un soldado británico sin uniforme militar de unos veinte años de edad en Londres. El crimen fue perpetrado por dos musulmanes mientras gritaban Allahú Akbar [Alá es el más grande] y que aparentemente han grabado su crimen, guiado por

la aleya del Corán 8:12: Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: “Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!” 

LOS TIPOS DE GENERACIÓN ESPONTÁNEA

Hoy en día muchos políticos y líderes de opinión, aunque cada vez menos, creen en la teoría de la generación espontánea del lobo solitario islamista, y piensan que un musulmán espontáneamente deviene terrorista por mutación o desviación súbita de la corriente mayoritaria del Islam, y no reparan en que no es necesario tener un contacto directo y orgánico con Al Qaeda, aunque si es imprescindible tenerlo con círculos o ambientes jihadistas, como mezquitas, madrassas, en la cárcel, con imanes, jeques, o por Internet.

Los terroristas se originan a partir de círculos y ambientes de otros islamistas y el origen de un islamista solamente se produce a partir de otro islamista que se basa en los hechos y dichos de los primeros seguidores de Muhammad y de este mismo.

Hay musulmanes de nacimiento o conversos al Islam que se islamizan, se “radicalizan”, y cuando estos quieren devenir en ejemplo y modelo de “buenos” musulmanes aceptan y practican todas las ordenanzas musulmanas, incluida la jihad. Hay otros musulmanes que se radicalizan, se islamizan, por miedo, miedo ante sus familias y sociedad con el objetivo de limpiar ante aquellas y Alá sus graves faltas, como las adulteras árabe-palestinas que devinieron shahids -islamikazes-.

Otros están presionados por sus propios preconceptos, “la viuda ha de vengar al cónyuge muerto en el jihad”, o “el hermano ha de vengar al hermano” – como las islamikazejs viudas negras chechenas en Rusia, o por el deseo de integración en grupos sociales islámicos, en búsqueda de heroicismo o “subir épicamente a la familia en el altar de la fama islámica y del mundo musulmán”.

También los hay que llegan al jihad por un misticismo religioso sustitutivo a su falta de identidad propia y deseo de integración en grupos musulmanes.

Y también los hay, aunque estos no son numerosos, como recurso económico por la ayuda monetaria que reciben todas las familias de los shahids -islamikazes- por parte de ONG islámicas y gobiernos musulmanes.

Estos asesinos, retardados y degenerados morales pero que, con alguna excepción, en absoluto son disminuidos cultural e intelectualmente, todos ellos y sin excepción tienen toda una ideología estructurada y cimentada en las enseñanzas coránicas que reciben de sus líderes religiosos.

CALDO DE CULTIVO PARA EL ISLAMISMO

Obviamente en primer lugar para ser jihadista es necesario ser musulmán, aunque es bien cierto que todo terrorista islámico es musulmán, no es menos cierto que no todo musulmán es terrorista.

El Islam es una religión con más de mil cuatrocientos millones de fieles y existe desde hace más de 13 siglos. Esta religión incluye a todos los fieles musulmanes, desde los generalmente discretos sufíes hasta los jihadistas.

Podríamos clasificar grosso modo a los musulmanes como nominales, moderados y radicales (o islamistas). Dentro de los islamistas destacan los jihadistas, los combatientes que practican y llevan a cabo el jihad, siendo estos una minoría pero apoyados plena y moralmente por el resto de islamistas y justificados por gran parte de los moderados y nominales.

Únicamente los radicales están dispuestos a morir matando y perpetrar atentados en nombre del Islam y de Alá. En diversos grados, los musulmanes nominales y moderados sienten ante los crímenes religiosos desde indiferencia a justificación y complacencia y los islamistas gozan plenamente. Sólo unos cuantos son capaces de mostrar públicamente rechazo ante la barbarie del totalitarismo islámico. Se podrá aducir que muchos musulmanes tienen miedo a manifestarse contra la barbarie islámica y sus crímenes, pero nadie sabe mejor que los mismos musulmanes el verdadero ambiente se respira en el medio musulmán, y si ellos están amedrentados es porque son conscientes del gran apoyo que gozan estos islamistas.

Según las fuerzas de seguridad occidentales, en Occidente un quince por ciento de musulmanes son islamistas, pero este porcentaje va en aumento.

Hay una gran permeabilidad en el paso de musulmán nominal a moderado y de este a radical -islamista, el proceso inverso es realmente muy complicado y peligroso por las represalias de los islamistas a sus ex compañeros.

MADRASSAS, MEZQUITAS, CÁRCELES Y ZONAS DE LA SHARIA

Las escuelas religiosas musulmanas, las madrassas, tanto en Occidente como en el mundo musulmán, están financiadas mayormente por Arabia Saudita, y son los centros en los que se adoctrina a los niños en el integrismo sunita wahhabita que inculca a los infantes el odio contra el no musulmán.

Gran parte de las mezquitas y sus imanes en Occidente reciben fondos y son costeadas por Arabia Saudita. En muchas mezquitas se infunde el jihadismo.

Muchos de estos musulmanes en Occidente ven televisión de Al Yazira, de Qatar, y de otros países islámicos. Arabia Saudita e Irán son el modelo de país para los sunnitas y chiítas respectivamente, ambos  estados financian organizaciones terroristas que asesinan en nombre del Islam.

En las cárceles muchos musulmanes son reorientados en el islamismo como camino de redención social ante su colectividad.

En muchas ciudades europeas existen zonas Sharia en las que se aplican las leyes y códigos del Islam. También los musulmanes que no observan la Sharia son amonestados o se les inflinge castigos físicos por parte de islamistas que ejercen el rol de policía religiosa islámica.

LLAMATIVO SILENCIO DE LOS MODERADOS

Ante crímenes religiosos cometidos en nombre de Alá o del Islam, a veces hay algún lacónico comunicado de entidades musulmanas, pero no se han producido movilizaciones por parte de musulmanes en contra del jihadismo ni de la presunta “malinterpretación” por parte de los presuntos “desviados del Islam”, como algunos líderes musulmanes afirman cuando se refieren a sus correligionarios islamistas, con el fin de congraciarse con la población occidental.

El silencio e indiferencia de la gran mayoría de los musulmanes ante los crímenes perpetrados por sus correligionarios y en nombre de su religión deviene un silencio cómplice que refuerza a los islamistas, ya que la falta de rechazo es entendido, y posiblemente puede que tengan razón al interpretarlo así, como un apoyo real al terror del totalitarismo islámico.

Si en lugar de ser dos islamistas los asesinos del soldado británico degollado hubieran sido dos argentinos o dos españoles los criminales y que lo hubieran justificado a causa de la guerra y ocupación de las Malvinas y de Gibraltar, respectivamente, los líderes políticos y plenamente la sociedad argentina o española hubieran manifestado su claro y total repudio y rechazo a este asesinato.

Este silencio sólo ocurre entre musulmanes. ¿Porqué este silencio, si es que en verdad ellos están en contra del jihadismo y sus crímenes?

COMBATE CONTRA EL JIHADISMO

El Islam a lo largo de su historia todavía no ha tenido una reforma que reinterprete la religión y respete la alteridad, separe la religión de la política, reduzca la religión al ámbito de lo privado y abandone el proselitismo violento. El Islam se mantiene como en tiempos de la jihad, la Guerra Santa, de Muhammad y sus primeros seguidores.

La guerra contra el jihadismo es ideológica, y será únicamente en este campo donde se decidirá el resultado. Previamente es imprescindible derrotarlo en el campo policial y militar, especialmente donde el combate es bélico y terrorista, como en Mali, Nigeria, Afganistán, Filipinas, Israel. Mientras haya estados poderosos como Arabia Saudita e Irán, que financian y alientan el islamismo a nivel planetario, la derrota militar no está garantizada. Los cuerpos y fuerzas de seguridad de los estados occidentales y los servicios de inteligencia tendrán que conocer el Islam y el islamismo y sus entresijos y colaborar estrechamente.

 Fuentes: GEES, Signos de estos Tiempos 

 

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El equívoco suicida de occidente al considerar a las religiones como similares

Una tolerancia que permite el accionar de los “caballos de Troya”.

 

Occidente parte de un equívoco suicida al evaluar a las religiones y grupos religiosos como equivalentes y ponerlos todos en la misma bolsa, porque hay religiones y sectores dentro de las religiones, que son altamente destructivos, como es el caso – de por lo menos  una parte – del Islam, que busca la supremacía política, predicando el odio y la destrucción de la cultura occidental.

 

Abu Hamza en londres

 

En el caso de los musulmanes se acentúa por dos elementos adicionales. Uno es la doctrica islámica de la “tawriya”, que una doctrina que les permite mentir en prácticamente todas las circunstancias, ver aquí. Y el otro elemento es que la guerra contra los infieles al Islam es el valor supremo de los fundamentalistas, al punto que el derecho islámico reconoce que aún las cosas prohibidas pueden ser obligatorias, en el contexto de la guerra santa.

Acá analizamos un grupo islámico, Tablighi Jamaat, que aprovecha la ingenuidad y la ideología relativista de occidente para la causa jihadista.

OCCIDENTE VA AL SUICIDIO SI NO DISCRIMINA QUE ES LO VERDADERAMENTE DESTRUCTIVO

Desde hace unas décadas, Europa se está enfrentando con un fantasma: la tolerancia con aquellos que tratan de instrumentalizar las bondades de la cultura europea para llevar al continente a un escenario semejante al del Afganistán de los talibán.

Quizás el caso más paradigmático, y que se volvió incluso icónico, es el del tuerto y manco Abu Hamza, producto de un fenómeno más amplio denominado “Londonistán”, quien desde la mezquita de Finsbury Park predicaba el odio contra Occidente.

El diálogo en 2004 entre el agnóstico presidente del Senado Italiano –Marcello Pera– y el católico cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe –Joseph Ratzinger– ya puso sobre el tapete este problema por el que Europa va hacia el suicidio si no aprende a valorar tanto las raíces como los frutos de la cultura europea: la tradición greco-latina, el cristianismo y la Ilustración. Si hoy en Europa se valora la vida humana, la libertad de expresión o la dignidad de la mujer se debe precisamente esos tres gigantes que dejaron su impronta en el viejo continente.

Así, no falta quien afirme, con razón, que paradójicamente, una de las razones de la crisis multicultural en Europa es que aquí, según las mejores tradiciones democráticas, se trata con lealtad a los represantes de otras culturas y religiones, sin atreverse a distinguir entre los que son destructivos o no. Muy raramente se señala a una creencia como “perniciosa” o “peligrosa”. Y cuando esto sucede, no es de manera unánime, mostrando así las divergencias existentes en tan delicado asunto entre los países miembros de la UE.

EN BUSCA  DEL TALÓN DE AQUILES DE OCCIDENTE  

Tablighi Jamaat (TJ) –literalmente, “sociedad para la propagación de la fe” – es un buen ejemplo de esto. Aunque es un movimiento religioso musulmán, deseó desde el principio encontrar el talón de Aquiles de la democracia Europea.

Esa organización puso en el primer lugar de sus prioridades el plano espiritual, ocultando así sus objetivos políticos, de manera que los tablighis fueron saludados por gobiernos occidentales como expresión de una espiritualidad ajena a la política y al radicalismo, llegando a asentarse en Europa Occidental, EE.UU. y muchos países de Asia, incluso en aquellos que tradicionalmente han sido muy ajenos al Islam como es Japón.

Fue en los países de la antigua Unión Soviética donde comenzó a ser designada como peligrosa y fue prohibida por extremista, siguiendo las alertas encendidas conjuntamente por las fuerzas de seguridad y por los clérigos que atendían espiritualmente a los fieles musulmanes.

Sin embargo, en las democracias europeas más avanzadas –Gran Bretaña y Francia entre otras– TJ es tolerada y funciona activamente.

En Estonia ha comenzado a preocupar y se han tomado medidas ya que algunos miembros de la TJ entraron en ese país para establecer contacto con clérigos locales y así tener acceso a musulmanes a los que poder reclutar y enviar a campos de entrenamiento para terroristas en Afganistán, Pakistán y otros países. Así lo afirma el Comisario Peter Oisaar:

“Algunos de ellos [tablighi detenidos] son sospechosos de haber prestado ayuda al terrorismo”.

AL SERVICIO DE LA SUPREMACÍA ISLÁMICA 

Algunos expertos han señalado la naturaleza extremista de la organización. Desde sus comienzos, mostró intolerancia frente a otras religiones e incluso contra otras ramas del Islam –especialmente la chií y otras interpretaciones sincréticas, o bien interpretaciones abiertas al progreso por considerar a este incompatible con el Islam.

Otras de sus características son su defensa de la exclusión de la mujer de la vida social y su afán proselitista, convencido de que el islam debe sustituir a todas las demás religiones.

En poco se diferencia su ideología de la que predican los grupos yihadistas, de manera que para muchos jóvenes musulmanes su primer paso hacia la radicalización es su integración en organizaciones de este tipo, como TJ o Hizb ut Tahrir (el Partido de la Liberación). Así, según expertos franceses, hasta el 80% de los extremistas islámicos proceden de TJ, e incluso algunos de ellos aún conservan literatura tablighi después de cometer atentados.

En los EE.UU. los tablighi adquirieron notoriedad ya que el nombre de su organización aparecía siempre que ciudadanos americanos querían reunirse con yihadistas. Y según Bob Blitzer, del FBI, sólo en 1990, entre mil y dos mil personas abandonaron EE.UU. para enrolarse en actividades yihadistas. De hecho, según los ISI pakistaníes, en 1989 más de 400 ciudadanos americanos se entrenaron en Pakistán o Afganistán.

Después de haber sido reclutados en mezquitas locales, los miembros más activos son invitados a realizar un curso de profundización de cuatro meses en el centro que tiene TJ en los alrededores de Raiwind (Pakistán). Allí, algunos de ellos son captados, a su vez, por otros grupos terroristas; los servicios de inteligencia indios y pakistaníes señalan a TJ como núcleo iniciador del grupo Harkat-ul-Mujahideen, en la lista de organizaciones terroristas de EE.UU. desde 1997.

UNA ESTRUCTURA PARA LA RADICALIZACIÓN 

Desde los años 70, TJ tiene vínculos con los wahhabistas de Arabia y con deobandistas de Asia Meridional, dándose un apoyo financiero saudita a las actividades de los deobandistas y de los tablighi. Por eso, no es de extrañar que los wahhabistas, habitualmente muy críticos con otras ramas del Islam, reconozcan los méritos de TJ, tal y como hizo el Sheij Abdel-Aziz ibn Baz, quien recomendó a sus hermanos participar juntos para “guiar y aconsejar”.

TJ está cerrada a extraños y su estructura es fuertemente jerárquica, como lo son las sectas cismáticas, encabezada por un emir, cuyas instrucciones se cumplen sin objeción.

De acuerdo con su obra principal “Fazail e Amal”, para controlar la voluntad de sus adeptos es necesario restringir sus actividades laborales e intelectuales, para lo que se les anima a buscar un guía espiritual al que “servir y seguir como si no tuviera voluntad propia y sus deseos hubieran desaparecido. Cumplir sus órdenes sin demora”. Incluso, se llega a afirmar en reiteradas ocasiones que hay que privilegiar a la religión frente a la familia y el tiempo que pase trabajando para conseguir dinero para la familia.

La lucha contra este tipo de organizaciones es muy complicada ya que en prácticamente no se diferencia del Islam pacífico, si se juzga con una mirada superficial.

Siguiendo un símil informático, estaríamos ante un programa “troyano”, que bajo apariencia de programa útil sería en realidad una especie de virus. Por eso es esencial el papel de los líderes tradicionales, que son quienes mejor pueden explicar las diferencias entre unos grupos y otros.

Lo sorprendente es que la unanimidad en la legislación de los países occidentales está en la inacción, en la tolerancia, no en la lucha contra este grupo realmente peligroso. Tal vez ¿es la hora de estudiar ese problema?

Fuentes: GEES, Signos de estos Tiempos

 

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