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A la Virgen María en general DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanías y Laudes a la Virgen María

Textos para-litúrgicos y devocionales que hacen revivir el clima espiritual de la Orden de los Siervos en los siglos XIV y XV. La creatividad de la Orden sigue expresándose sobre todo en el ámbito de la piedad mariana.

El sábado, día consagrado a la memoria de la Virgen María, además de la celebración comunitaria de la “misa de santa María”, como previsto por las Constitutiones antiquae, se cantan las laudes Virginis, que durante el Cuatrocientos se desarrollan gradualmente hacia la más sencilla forma de las letanías. Un testimonio interesante de esta evolución es la lauda Ave, inperadrice di Cielo, del códice Rustico.

 

AVE, EMPERATRIZ DEL CIELO

Estas letanías pertenecen al santuario de la Santísima Anunciación de Florencia y son de la primera mitad del Cuatrocientos. Se encuentran en la obra Demostraciones de la ida al santo Sepulcro, denominada hoy vulgarmente códice Rustici, porque fue escrito por Marcos de Bartolomé Rustici, orfebre florentino, muerto en 1457. El códice, fechado entre 1442 y 1448, está conservad, desde los inicios del siglo XIX, en la biblioteca del Seminario episcopal de Florencia. La obra, además de ser una relación del viaje en Tierra Santa, contiene algunas páginas dedicadas a los santuarios de Florencia, en particular, a la iglesia de “santa María de los Siervos” (n. xiij; en los ff. 11-11): “Y también está la iglesia de santa María de los Siervos, o queremos decir la Anunciación gloriosa. La cual iglesia es muy devota y bella y rica. La cual Anunciación todos los cristianos van con suma devoción. Y siempre frente a su imagen arde gran número de lámparas y antorchas; y hay un número infinito de imágenes de cera y muchos dones de plata y oro. Y continuamente siempre es presentada en dicho modo que un gran número de frailes viven por las limosnas, hechas a la gloriosa virgen María; en la dicha iglesia continuamente es beneficiada y son religiosos de santa vida y de observancia y hombres valientes llenos de caridad y de amor”. A lado de la descripción está el diseño acuarelado de todo el complejo arquitectónico.

(I)
Ave emperatriz del cielo
Ave Madre de misericordia.
Ave abogada de nosotros miserables pecadores

(II)
Dulcísima reina de los ángeles,
emperatriz del cielo.
Cámara del Espíritu Santo,
armario de ciencia.
Lirio de castidad,
flor de virtud.
Ejemplo de bondad
deseo de los ángeles,
cámara de bondad
Rosa del admirable jardín,
puerta de santidad,
flor de virtud.
Mujer de bondad,
lirio de santidad,
abogada de las vírgenes.

(III)
Alegría de los santos,
consuelo de los patriarcas,
compañía de los apóstoles,
salud de los mártires,
corona de los confesores,
sostén de los rectos consejos y de las vírgenes,
corona de santidad,
ruega por nosotros miserables pecadores frente a tu santísimo hijito, Jesús Cristo, y acompáñame con todos los coros de los ángeles, viviendo y muriendo, durmiendo y velando. Amén.

 

LAS LETANÍAS DE SANTA MARÍA DE MONTE BÉRICO

Han sido transmitidas por un códice de la Biblioteca Bertoliana de Vicenza (Ms. Gonzati 6-8-30, f. 13-15), con fecha en las últimas décadas del siglo XV o en los primeras del siglo XVI. El núcleo primitivo parece que se formó entre 1430 y 1450. Son entre las más antiguas letanías marianas atestiguadas en la Orden de los Siervos. Ellas se caracterizan por las constantes referencias al su lugar de origen, Vicenza y los vicentinos, y por el vivo y doloroso recuerdo de los desastres que periódicamente golpeaban a la ciudad y sus habitantes: la peste, la sequía, la invasión de los Turcos y el asalto de los ejércitos enemigos. En particular, la triple invocación por la liberación de la peste hace referencia a la terrible epidemia de 1428, que cesó prodigiosamente por intercesión de la Virgen. La primera iglesia de Monte Bérico fue llamada “sancta María de las gracias” en memoria de esta intervención milagrosa.

Santa María »»»»»»»»»»»»»»»»»»ruega por nosotros
Santa Madre de Dios
Santa Virgen de las vírgenes
Santa María, hija del eterno Rey
Santa María, madre y esposa de Cristo
Santa María, templo del Espíritu Santo
Santa María, reina de los cielos
Santa María, honor de los arcángeles
Santa María, señora de los ángeles
Santa María, alegría de los patriarcas
Santa María, verdad de los profetas
Santa María, gloria de los apóstoles
Santa María, fortaleza de los mártires
Santa María, tesoro de los sacerdotes
Santa María, adorno de las vírgenes
Santa María, ejemplo de castidad
Santa María, ejemplo de humildad
Santa María, estabilidad de todas las virtudes del bien
Santa María, alegría de todos los santos
Santa María, puerta de todos los cielos
Santa María, piadosa hacia los pecadores
Santa María, puerto de nuestra salvación
Santa María, única esperanza de los vicentinos
Santa María, refugio de los vicentinos
Santa María, abogada de todos los pecadores
Santa María, consuelo en toda tribulación
Santa María, virgen dulcísima
Santa María, sostén de nuestra fe y de nuestra esperanza
Santa María, fuente de dulcísimo amor
Santa María, llena de la gracia de Dios
Santa María, madre de todas las gracias
Santa María, madre de misericordia
Santa María, abogada de los vicentinos
Santa María, alabanza y gloria de los vicentinos
Santa María, curación de todas las enfermedades
Santa María, verdadera esperanza de quien espera en ti
Santa María, verdadera salvación de quien recurre a ti
Santa María, fortaleza de quien cree en ti
Santa María, consoladora de los miserables
Santa María, único gozo de los infelices
Santa María, sostén de los débiles
Santa María, alivio de los abandonados
Santa María, único refugio de la ciudad de Vicenza
Santa María, casa de la ciudad de Vicenza
Santa María, estandarte de los cristianos
Santa María, a la cual nos refugiamos de rodillas
Santa María, a la cual venimos llorando
Santa María, de la cual invocamos la ayuda
Santa María, de la cual imploramos la protección
Santa María, que humildemente suplicamos
Santa María, a la cual dirigimos nuestra oración
Santa María, que invocamos gimiendo
Santa María, para que la peste no nos oprima
Santa María, para que la peste no nos aflija
Santa María, para que la peste no nos golpe
Santa María, protección de los vicentinos
Santa María, salvación sólida de los vicentinos
Santa María, para que Cristo nos libre del furor de los turcos
Santa María, para que Cristo nos defienda de la perfidia y crueldad de los paganos
Santa María, nuestra salvación y defensa
Santa María, para que Cristo nos escuche
Santa María, para que Cristo no deseche nuestras oraciones
Santa María, para que Cristo mire nuestra humillación
Santa María, para que Dios acoja nuestras lágrimas
Santa María, para que Dios nos defienda de toda epidemia
Santa María, para que Cristo recoja abundantemente el agua y las lluvias
Santa María, para que Cristo nos done serenidad y salud del aire
Santa María, para que Cristo nos done la lluvia en tiempo oportuno
Santa María, para que Cristo nos done la paz
Santa María, para que Cristo libere Italia de la furia de los bárbaros.

 

LETANÍAS DEL OPUSCULUM DE NICOLÁS DE PISTOYA

Al final de su Opusculum para la tercera Orden (1497) el maestro Nicolás de Pistoya inserta las siguientes letanías.

Santa María, »»»»»»»»»»»»»»»»»»socorre a quien cae
Santa Madre de Dios,
Santa Madre e hija de Dios,
Santa Madre de Dios y virgen
Santa Madre y esposa de Dios
Santa María, virgen de las vírgenes
Santa María, jardín cerrado
Santa María, fuente sellada
Santa María, morada nupcial de pureza
Santa María, rosa de castidad
Santa María, templo de santidad
Santa María, escalera de humildad
Santa María, estrella del mar
Santa María, escalera del paraíso
Santa María, puerta del cielo
Santa María, señora de los ángeles
Santa María, reina del cielo
Santa María, lirio entre espinas
Santa María, refugio de los pecadores
Santa María, consolación de los afligidos
Santa María, alegría de los beatos
Santa María, llena de gracia
Santa María, madre de misericordia
Santa María, fuente de salvación y de gracia
Santa María, fuente de piedad y alegría
Santa María, fuente de consolación y perdón
Santa María, rebosante de piedad
Santa María, madre gloriosísima
Santa María, madre de los huérfanos
Santa María, consuelo de los abandonados
Santa María, camino de los errantes
Santa María, salvación y esperanza de quien espera en ti,

 

TE MATREM LAUDAMUS

Alrededor de la mitad del Cuatrocientos el Te Matrem laudamus –transposición en clave mariana del célebre texto del Te Deum– ha sido añadido en los ff. 154-159 del coral “C-bis” perteneciente al convento de Santa María de los Siervos de Bolonia (final del siglo XIII).

Esta forma devocional nace en el ambiente cisterciense, en el siglo XII. No se sabe cuando haya empezado a difundirse en la Orden. Tenemos también otros dos manuscritos, siempre del Cuatrocientos, en el cual aparece este himno: el oficio de la Virgen de fray Antonio Alabanti y el opúsculo de fray Nicolás de Manetto de Pistoya para la tercera Orden de 1497, que presenta dos buenas redacciones, la primera de las cuales es igual al texto boloñés (cf. Monumenta OSM. VII, p. 134-135; 166-167).

Nosotros te alabamos como Madre, * te proclamamos señora.
Del eterno Padre, estrella del mar, * te ilumina el esplendor.
A ti todos los ángeles, * a ti los cielos y todas las potestades,
a ti los querubines y serafines * con voz incesante gritan:
virgen,
virgen,
virgen de las vírgenes sin par,
antes del parte y en el parto y después del parto.
A ti, gloriosa, * los apóstoles exaltan,
te cantan, * virgen, la corte de los profetas.
A ti los mártires proclaman * madre de su Señor.
A ti por toda la tierra * la santa Iglesia proclama
Madre * de infinita pureza,
venerada esposa de Dios * ignara de nupciales,
sola grávida * por el Espíritu Santo.
Tu eres la reina * del cielo,
Tu del mundo entero * eres la señora.
Tu, para liberar a la humanidad caída * has revestido de carne
al Hijo del Altísimo:
Tu, para vencer el aguijón de la muerte, * desde el seno castísimo
has generado la vida.
Tu a la derecha de Dios Padre * eres madre del Hijo,
juez de vivos, * y también de los muertos.
A ti, pues, te pedimos, ven en nuestra ayuda a los creyentes en Cristo, *
redimidos por el preciosísimo germen de tu seno.
Sostiene a tu pueblo, eterna Señora, *
bendita e inmaculada.
Y guíalos * y llévalos hasta la eternidad.
Cada día * nosotros te bendecimos
Y alabamos el nombre del Altísimo * que te ha hecho altísima.
Dígnate, o dignísima de toda alabanza, * de ser alabada
por nosotros indignísimos.
Piedad de nosotros, Señora, * madre de misericordia.
Pase, oh María, señora de tu Hijo, sobre nosotros *
con tu ayuda con la cual aclamamos.
En ti, Señora, he esperado: * no sea confuso eternamente.

 

ALABANZA A LA SANTÍSIMA ANUNCIACIÓN DE LOS SIERVOS EN FLORENCIA

En Florencia, en el Cuatrocientos, el culto a la milagrosa imagen de la Santísima Anunciación si difundió ampliamente cada vez más. En un decreto de la República se prohíbe a los frailes de descubrir la venerada imagen sin el permiso de los Señores. Piero de los Médici (1416-1469) obtiene en 1448 el patronato jurídico del altar con el objetivo de adornarlo de una manera que corresponda a la dignidad de la imagen. Expresión típica de la devoción a la Anunciación son las alabanzas. Famosos compositores de alabanzas como Feo Belcari y Banco de los Albizi, tuvieron lazos con el santuario florentino.

Adnuntiata pel divin consiglio/Anunciación por el divino consejo

La alabanza se encuentra en un códice del siglo XV-XVI en la Biblioteca Angélica de Roma. El autor tuvo que ser Feo Belcari (1410-1484), escritor devoto que se caracteriza por la sencillez y el candor de su inspiración poética.

De la alabanza reproducimos el inicio y la parte final, interesante por la alusión a san Felipe Benicio y a los Siervos.

Anunciación, por el divino consejo,
de Gabriel paraninfo superno,
por tu virtud, el gran señor eterno
generadora te hizo de Dios su hijo.
(…)
Cuando diste respuesta al siervo santo:
he aquí la sierva del Señor, diciendo,
la eterna verdad, su carnal manto
hizo de la sangre de tu corazón tomando;
sobre ti tantas gracias infundiendo,
más que otra pobre criatura,
que algún ángel de la suma altura
te hizo sujeto, como buen siervo.
Todas las profecías, entendiste claramente,
pudiendo hacer todo milagro grande:
cada lengua y ciencia supiste.
Fuente, por el cual Dios las gracias expande,
Eres por tu mérito y virtud veneradas:
tu fuiste santa madre de Dios
que estos dones, y más que no se decir
te concediese no me maravillo.
Tanto te gustó san Felipe nuestro,
y los demás frailes buenos de los siervos tuyos,
que en el primer convento tu has demostrado
poder de tu hijito aquello que deseas;
más que otro lugar tu siempre has
derramado gracias y milagros tantos
que la capilla, con tus alabanzas y cantos,
da gloria y fama a la ciudad del lirio (Florencia).

 

SÚPLICA A LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA

Esta invocación, que se encuentra en el Opusculum del maestro Nicolás de Manetto de Pistoya, es el desborde conmovido de un alma orante. Importante el subrayar la participación de la Virgen María a la pasión de su Hijo. 

Señora santa María, Madre de Dios, llena de piedad, hija del sumo Rey, madre gloriosísima, madre de los huérfanos, consuelo de los abandonados, camino de los errantes, salvación y esperanza de aquellos que esperan en ti, virgen antes del parto, virgen en el parto, virgen después del parto, fuente de misericordia, fuente de salvación y gracia, fuente de piedad y alegría, fuente de consolación y perdón, por aquella santa, inestimable alegría con la cual exultó tu espíritu cuando te fue anunciado por el arcángel Gabriel lo que entonces obró en ti el Espíritu Santo; y por aquella santa, inestimable piedad, gracia, misericordia, caridad, humildad por las cuales el Hijo de Dios bajo a asumir carne humana en tu venerabilísimo seno y en la cual te vio, cuanto te confío a san Juan apóstol y evangelista, y cuando te exaltó sobre los coros de los ángeles; y por aquella santa, inestimable humildad con la cual respondiste al arcángel Gabriel: He aquí la sierva del Señor, se haga en mí según tu palabra; y por aquellos santísimos quince gozos que recibiste de tu Hijo, el Señor nuestro Jesucristo; y por aquella santa infinita compasión y durísimo dolor del corazón, que probaste cuando el Señor nuestro Jesucristo, desnudo frente a la cruz y levantado en ella, lo viste colgado crucificado, herido, atormentado por la sed –le dieron hiel-, lo oíste gritar y lo viste morir; y por las cinco llagas del tu Hijo y por la contracción de sus vísceras provocada por el espasmo de las heridas; y por el dolor que probaste cuando lo viste traspasado; y por la efusión de su sangre y por toda su pasión; y por todo el dolor de tu corazón y por las fuentes de tus lágrimas, te suplico, para que tu vengas con todos los santos y los elegidos de Dos y te apresures a ayudarme y a aconsejarme en todas mis oraciones y mis peticiones, y en todas mis angustias y necesidades, y en todas aquellas cosas que estoy por hacer, decir y pensar, todos los días y las noches, todas las horas y los momentos de mi vida. Y para mi, tu siervo, de tu dilecto Hijo tuyo obtén la plenitud, con toda misericordia y consuelo, con todo consejo, con toda ayuda y todo auxilio, con toda bendición y santificación, con toda salvación, paz y prosperidad, con todo gozo y entusiasmo. Obtén también la abundancia de todos los bienes, espirituales y corporales, y la gracia del Espíritu Santo, que me disponga bien a todo, cuida mi alma, gobierna el cuerpo, tranquiliza los sentidos, da orden al modo de vivir, sostén mi actuar, lleva a madurez aspiraciones y deseos, inspira santos pensamientos, perdona el mal, guía aquellos futuros, dame una vida honesta y honorable, y la victoria contra todas las adversidades de este mundo, y me conceda la bienaventurada paz espiritual y corporal, la buena esperanza, la caridad, la fe, la castidad, la humildad y la paciencia. Guía y protege los cinco sentidos del cuerpo, haz que cumpla las siete obras de misericordia, creer y tener firmeza en los doce artículos de la fe, los diez preceptos de la ley, y líbrame y defiéndeme de los siete pecados mortales hasta el final de mi vida. Y en los extremos de mis días muéstrame tu rostro bienaventurado y anúnciame el día y la hora de mi muerte. Acoge y te imploro esta suplica oración, dóname la vida eterna, y escúchame, dulcísima María, madre de Dios y de la misericordia. Amén.

 

OFICIO DE SANTA MARÍA EN SÁBADO

En un manuscrito de Ferrara está conservado el Officium Beatae Mariae Virginis de fray Antonio Alabanti, que comprende las primeras vísperas, el matutino, las laudes, las horas menores, las segundas vísperas con todas las partes más o menos propias. Las lecturas del matutino son tomadas de san Agustín (sermón In purificatione beatae Virginis) y de Beda el Venerable (un comentario al texto evangélico de Lucas 11, 27-28). Las lecturas breves (capitula) de las laudes, de las horas menores y de las vísperas son Sirácide 24, 9-11 (primeras y segundas vísperas); Sabiduría 8, 2-3 (laudes); Proverbios 8, 17-18.21 (Tercia); Sirácide 24, 7-8 (sexta); Sirácide 24, 5-6 (Nona). Está prescrito el himno de agradecimiento Te Matrem Dei laudamus. Antífonas, himnos y responsorios son generalmente propios. No se sabe si este texto debería sustituir a otro entonces en uso. Giani recuerda que Alabanti, durante su visita a los conventos de Alemanía en 1486, llamó la atención a la observancia de la obligación de recitar el oficio de la Virgen “según la costumbre de la Orden de los Siervos”.

Inicia el oficio de conmemoración de la Bienaventurada Virgen María, reunido de la riquísima fuente de obras sagradas, dejado como testamento del reverendo general, Antonio de Bolonia, a sus religiosos de la Orden de los Siervos, para se celebrado con suma devoción cada día de sábado.

Primeras Vísperas

(…)

Oración

Dios omnipotente y misericordioso, que para consuelo de tus fieles nos has dejado el piadoso recuerdo de la Madre tuya, concede propicio; nosotros, que hacemos memoria en la tierra, podamos también experimentar en el cielo la eficacia de su intercesión.

(…)

Segundas vísperas

Con los santos y padres antiguos de la Sede apostólica se cree piadosamente que quien quiera decir devotamente este salmo, el Magnificat, con sus oraciones, por treinta días seguidos frente a la imagen de la gloriosa Virgen María, será liberado, por su clemencia, de todas las tribulaciones en la cual se encuentra. Tu por eso lee devotamente, para conseguir lo que en hay en tus deseos.

Este “Magníficat comentado” no es una creación original de Alabanti. Es una devoción mariana ya difundida, que el prior general de los Siervos reelabora, infundiéndole un espíritu más marcadamente servita (cf., en particular, el término “patrocinio” atribuido a santa María). Esta oración coral (ver la rúbrica que dice: Canticum Virginis in psalmodia) es formulada al femenino, signo de una difusión en el ámbito de comunidad de hermanas.

Cántico de la Virgen durante la salmodia 

Primer versículo: Mi alma glorifica el Señor

Oración

Santa María, madre de nuestro Señor Jesucristo, con todos los santos espíritus de la corte celestial y los elegidos de Dios, ven en mi ayuda y en tu piedad intercede por los pecados y todas mis angustias.

Segundo versículo: Y mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador

Oración

Bajo tu protección me refugio, santa madre de Dios; no rechaces mis oraciones, sino ayúdame, por tu bondad, en mis peligros; líbrame de los pecados y de las angustias presentes, Virgen gloriosa y siempre bendita.

Tercer versículo: Porque ha mirado la humillación de su esclava; desde ahora me felicitarán todas las generaciones

Oración

Espero de ti protección (patrocinium), Virgen insigne; postrada a tus santísimos pies te pido, suplicante, que por amor de tu Hijo mandes que se cumpla aquello que yo indigna sierva tuya, te pido con todo el corazón.

Cuarto versículo: Porque el Poderoso ha hechos obras grandes por mí: santo es su nombre.

Oración

Oh Señora y Reina del mundo, por la humildad ha sido dada al género humano salvación y redención, no me dejes miserablemente entre las oleadas de este extensísimo mar, dirige a mi, abandonada, tu mirada purísima, y de todas mis adversidades líbrame, oh Señora mía inocentísima.

Quinto versículo: Su misericordia llega a sus fieles de generación en generación

Oración

Oh Virgen pura y madre virgen, escúchame, pecadora, sálvame porque estoy en peligro; no me niegues tu protección, para que, con el escudo de tu gracia, pueda vencer, con tu ayuda, los planes, los fraudes, los engaños, las conjuras, la facciones, las acusaciones, los escarnios, las ofensas, los insultos, las insidias y las persecuciones de todos mis enemigos.

Sexto versículo: Hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón

Oración

Santa María, potentísima Señora, ayúdame, para que con tu ayuda y tu fuerzo yo pueda vencer y superar, por medio de tu único Hijo, todos los enemigos, los adversarios, aquellos que me odian y traman contra mi el mal.

Séptimo versículo: derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes

Oración

Consuélame, oh Señora clementísima, y levántame sobre todos aquellos que traman males contra mi y el mal desean hacerme; destruye sus maquinaciones inicuas así que no puedan llevarlas a término contra mi, tu humilde sierva. Dígnate, con tu potencia, exaltarme y honrarme con la felicidad presente y futura. En el nombre de tu potentísimo Hijo.

Octavo versículo: A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Oración

Santa María, Mujer llena de piedad, escucha las oraciones de tu sierva y, por amor de tu único Hijo, defiéndeme de la ira, del odio, de la indignación de mis enemigos visibles e invisibles.

Noveno versículo: Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia

Oración

Oh Señora del mundo, escúchame, pobre y pecadora como soy; y por amor de tu único Hijo, dígnate liberarme de las calumnias, de la infamia, de la confusión y de todos los males que me circunda a causa de mis pecados.

Décimo versículo: Como lo había prometido a nuestros padres a favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Oración

Santa Madre de Dios, Virgen María: yo, miserable pecadora, por el nacimiento de tu Hijo, por el cual has generado al Creador de todos los pueblos, te pido ayúdame. Por la santa cruz, sobre el cual tu Hijo colgado te confió a su discípulo, diciendo: He ahí tu hijo, después dice al discípulo: He ahí tu madre; por el nombre y amor de él te confío mi causa, mi angustia y mi tribulación. Te suplico: intercede por mí ante Dios.

Decimoprimero versículo: Gloria la Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Oración

Oh refugio y esperanza de los pecadores, María, madre virgen de Dios: ayuda a esta miserable pecadora que soy, para que pueda vencer todos mis adversarios.

Decimosegundo versículo: como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Oración

Santa María, madre de Dios y purísima virgen, que has sido ensalzada sobre los coros de los ángeles, te pido por el venerable Hijo tuyo, para que con todos los espíritus celestiales y con los coros de de las vírgenes y de las santas mujeres te dignes, por todos los mis pecados, angustias y necesidades, derramar oraciones al Redentor del mundo. El vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Otras oraciones

Te pido, por intercesión de la santísima Madre de Dios, la Virgen María, que esté en mi corazón la fe firme, en la cabeza el yelmo de la salvación, en la frente el signo de la cruz, en la boca la palabra de verdad, en la mente la buena voluntad, en el corazón el amor de Dios, en la acción la honestidad, en el modo de vivir la sobriedad, en la prosperidad la humildad, en la tribulación la paciencia, la esperanza en el Creador, el amor de la vida eterna, la verdadera humildad, la obediencia perfecta, la caridad paciente e indulgente, y la buena perseverancia hasta el final. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

Fuente: Pier Giorgio M. Di Domenico 

 
 

 

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A Nuestro Señor Jesucristo Consuelo de los Afligidos DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanías del Buen Pastor

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo óyenos.
Cristo escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Pastor amoroso de las alma, defended, buen pastor, vuestro rebaño.
Pastor que das la vida por tu grey.
Pastor que das tu vida por mi vida.
Pastor que de perdido me has ganado.
Pastor que me reduces al camino.
Pastor que en vuestros hombros me cargaste.
Pastor que siempre velas por guardarme.
Pastor que dulcemente me apacientas.
Pastor que a mi sed das agua pura.
Pastor que eres el pastor y el pasto.
Pastor que me das silvos amorosos.
Pastor en cuyo báculo descanso.
Pastor que aun ofendido me buscaste.
Pastor que también eres cordero manso.
Pastor peregrino desde el cielo.
Pastor que a tu grey llevas a la gloria.
Pastor que por mí dejas noventinueve.
Pastor que como guía vas delante.
Pastor divino en hábito humano.
Pastor de cuya voz los leones tiemblan.
Pastor por quien vivo y por quien muero.
Pastor que ni una pierdes de tus ovejas.
Pastor más valeroso que David.
Pastor más inocente que Abel.
Pastor más amante que Jacob.
Pastor más discreto que José
Pastor más compasivo que Jonás.
Pastor más vigilante que Amós.
Pastor más sublimado que Isaac.
Pastor que no tienes semejante.
Pastor el mejor de los pastores.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo óyenos. Cristo escúchanos
Oremos: Dios que sublimaste al mundo con la humildad de tu hijo, concede perpetua alegría a tus fieles, para que logren los gozos eternos aquellos a quienes libraste de la muerte eterna; por el mismo Jesucristo nuestro Señor que contigo y con el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.
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Letanías Lauretanas

Después de los cinco misterios se suele rezar las letanías lauretanas o loretanas. Estas letanías provenientes del Santuario mariano de Loreto (de ahí el nombre de lauretanas), en Italia, son invocaciones que honran a la Santísima Virgen, Madre de Dios, con símbolos y figuras tomados sobre todo de la Sagrada Escritura.

Las letanías son una serie de alabanzas y súplicas ordenadas, repetidas y concordes entre sí, por las que se ruega a Dios y su madre Santa María. Etimológicamente la palabra letanía proviene del vocablo griego litanueo que significa súplica o rogativa…

 

Letania Lauretana

Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros

Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos

Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo redentor del mundo, R
Dios Espíritu Santo, R
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, R

Santa María, Respuesta:»Ruega por nosotros»
Santa Madre de Dios, R
Santa Virgen de las vírgenes, R

Madre de Cristo, R
Madre de la Iglesia, R
Madre de la divina gracia, R
Madre purísima, R
Madre castísima, R
Madre virginal, R
Madre inmaculada, R
Madre amable, R
Madre admirable, R
Madre del buen consejo, R
Madre del Creador, R
Madre del Salvador, R

Virgen prudentísima, R
Virgen digna de veneración, R
Virgen digna de alabanza, R
Virgen poderosa, R
Virgen clemente, R
Virgen fiel, R

Espejo de justicia, R
Trono de la sabiduría, R
Causa de nuestra alegría, R
Vaso espiritual, R
Vaso digno de honor, R
Vaso insigne de devoción, R
Rosa mística, R
Torre de David, R
Torre de marfil, R
Casa de oro, R
Arca de la alianza, R
Puerta del cielo, R
Estrella de la mañana, R
Salud de los enfermos, R
Refugio de los pecadores, R
Consuelo de los afligidos, R
Auxilio de los cristianos, R

Reina de los ángeles, R
Reina de los patriarcas, R
Reina de los profetas, R
Reina de los apóstoles, R
Reina de los mártires, R
Reina de los confesores, R
Reina de las vírgenes, R
Reina de todos los santos, R
Reina concebida sin pecado original, R
Reina elevada al cielo, R
Reina del santísimo rosario, R
Reina de las familias, R
Reina de la paz, R

Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.

Oremos:
Te rogamos, Señor, que nos concedas a nosotros tus sievos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.

 

HISTORIA

Los orígenes de las letanías se remontan a los primeros siglos de la cristiandad. Las letanías eran súplicas dialogadas entre los sacerdotes y los fieles, y se rezaban sobre todo en las procesiones. Aunque al principio eran dirigidas sólo a Dios (en súplicas) se añadieron con el tiempo invocaciones a santos y sobre todo a la Virgen María (en intercesiones) usadas a partir del siglo VII.

En la liturgia oriental se usaron desde el siglo III. La composición de letanías marianas siguió la línea de las generales y de las de los Santos. En éstas se invocaba a María de tres modos: Sancta María, Santa Dei Genetrix y Santa Virgo Virginum. A lo cual siguió una serie de reflexiones y elogios de los santos padres orientales que constituyen el germen de las futuras letanías marianas.

El germen halló ambiente en la popularidad del Oficio de la Virgen Santísima que se cantaba en algunos monasterios. Este «Oficio» no era fijo y tenía variaciones según la orden religiosa que lo cantaba; éstas variaciones fueron abolidas por Pío V cuando estableció el «Oficio Parvo de la Virgen» reformado. Lo cierto es que entre las variantes que existían habían ciertas letanías que se parecían a las futuras Lauretanas.

Las más antiguas letanías a María propiamente dichas se encuentran en un códice de Maguncia del siglo XII titulado Letania de Domina Nostra Dei genenetrice Virgine Maria. Ora valde bona, cotidie pro quacumque tribulatione dicenda est, con alabanzas largas y en cada verso repitiendo el Sancta María.

En el siglo XV y XVI las letanías marianas empezaron a multiplicarse. Por el año 1500fueron creadas una serie de letanías en el santuario de Loreto hechas para el lugar. Hacia 1575 surgen unas nuevas letanías lauretanas conocidas como «modernas» con alabanzas puramente bíblicas, que se hicieron tan populares que las primeras versiones fueron pasadas a segundo plano. Sixto V las aprobó en 1587 e incluso les dio indulgencias.

Hacia el siglo XVII la situación se hizo exagerada, en Loreto se tenía una letanía para cada día de la semana y no era el único caso. En 1601, con el decreto Quoniuam multi del 6 de setiembre, el Papa Clemente VIII prohibió todas las letanías que existían con excepción de las incluidas en el Misal y el Breviario y también las del santuario de Loreto, aquellas letanías ya eran llamadas como lauretanas. Paulo V, en 1503, ordenó que se cantasen en la basílica romana de Santa María La Mayor en festividades de la Virgen María. Los dominicos en 1615 ordenaron que se recite en todos sus conventos después de sus oraciones de los sábados.

Con el tiempo se han ido añadiendo más títulos a ellas, como León XIII quien añadió «Reina del Santo Rosario», y «Madre del Buen Consejo», Benedicto XV añadió «Reina de la paz», Pío IX el «Reina concebida sin pecado original», Pío XII en 1951 «Reina asunta al cielo», Pablo VI el «Madre de la Iglesia» y «Rosa Mística» y Juan Pablo II incluyó el «Reina de las Familias».

En el libro «Directorio sobre la piedad popular y la liturgia. Principios y orientaciones» editado en el Vaticano en el año 2002 se define las Letanías así:
Entre las formas de oración a la Virgen, recomendadas por el Magisterio, están las Letanías. Consisten en una prolongada serie de invocaciones dirigidas a la Virgen, que, al sucederse una a otra de manera uniforme, crean un flujo de oración caracterizado por una insistente alabanza-súplica. (…) En los libros litúrgicos del Rito Romano hay dos formularios de letanías: Las Letanías lauretanas, por las que los Romanos Pontífices han mostrado siempre su estima; las Letanías para el rito de coronación de una imagen de la Virgen María, que en algunas ocasiones pueden constituir una alternativa válida al formulario lauretano.

León XIII recomendó concluir durante el mes de octubre (mes del Rosario) la recitación del Rosario con el canto de l
as Letanías lauretanas, con ello se pensó que las Letanías eran parte del rezo del Rosario, cuando en realidad son un acto de culto por sí mismas pudiendo ser usadas para rendir un homenaje a la Virgen sea en una procesión (como en su uso primitivo) o como parte de una celebración de la Palabra de Dios.

Después del Concilio Vaticano II surgieron letanías que reflexionaban en torno a los documentos sobre María como la Lumen Gentium o la Marialis Cultus. Un claro ejemplo es el libro publicado en 1981 llamado: «Rito de Coronación de las imágenes de la Virgen María» que propone letanías donde los términos «Señora» y «Reina» abundan, dada la liturgia de tono glorioso donde se recitan.

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A la Reina del Cielo Al Nombre de María DEVOCIONES Y ORACIONES Oraciones de Santos y Otros

Letanía y Nombres Misteriosos de la Reina del Cielo, mi Señora

Esta letanía fue compuesta por la Venerable Sor María de Jesús de Agreda. Está enriquecida con indulgencias por Sumo Pontífice y varios Prelados.
Sor María de Jesús nace el 2 de abril, 1602 en Ágreda, Soria, y muere el 24 de mayo de 1665 en el mismo lugar.

Religiosa Concepcionista Franciscana con extraordinarios dones místicos, padecía «muertes místicas» en las que permanecía durante horas inmóvil e insensible. También experimentaba éxtasis y levitación. Dicen que también tenía el don de bilocación.

Estos fenómenos la hicieron sospechosa ante el Santo Oficio (Inquisición) pero salió absuelta. Ello fomentó aún más su fama y hasta el rey Felipe IV fue a conocerla. El Papa Clemente X, en 1765, la declaró Venerable.

Su obra más importante, La Mística Ciudad de Dios, sobre la Vida de la Virgen, fué, según la Venerable, dictado por la Virgen María. La escribió dos veces. La primera fue quemada por la propia autora a causa de la imposición de un religioso anciano que era contrario a que las mujeres escribieran sobre temas teológicos, y la segunda versión fue publicada tras su muerte.

 

LA LETANÍA

Kyrie, eleyson. Christe, eleyson. Kyrie, eleyson.
Christe, audi nos. Christe, exaudi nos.

Santa Maria, Emperatriz del cielo y tierra, Ora pro nobis.
Hija del Eterno Padre,
Madre del Eterno Hijo,
Esposa del Eterno y santo Espíritu,
Complemento de la inefable y beatísima Trinidad,
Espejo inmaculado y perfectísimo de la Divinidad,
Esfera de la Divina omnipotencia,
Centro de la bondad incomprensible,
Aurora de la eternidad interminable,
Lucero del eterno sol y luz inaccesible,
Gloria de la Jerusalén triunfante,
Virtud y fortaleza de la Jerusalén militante,
Alegría del pueblo santo y escogido,
Ejemplar de los supremos y abrasados Serafines,
Resplandor de los iluminados Querubines,
Santa y justa emulación de la angélica naturaleza,
Victoria de los ejércitos del Señor Dios,
Honra de la humana naturaleza,
Decoro y hermosura de todo lo criado,
Triunfo y triunfadora de los enemigos del Altísimo,
Nobilísimo objeto en pura criatura de loa predestinados,
Corona de los Santos,
Laureola de las vírgenes,
Flor candidísima de la castidad virginal,
Bálsamo oloroso de la pureza corporal,
Prodigio inexplicable de la pureza espiritual,
Vencedora de la muerte y del pecado,
Judit animosa que al príncipe de las tinieblas degollaste,
Mujer fuerte cuyo precio vino de lejos de la Divinidad,
Mujer invicta e invencible que a la antigua serpiente quebrantaste la cabeza,
Torre de David contra el infierno,
Escala de Jacob que llega al cielo,
Manantial de toda gracia y vida eterna,
Archivo de las riquezas del muy alto,
Origen de los dones de su diestra,
Restauradora de la inconstancia y culpa de Eva,
Arco del cielo que el sereno de la piedad anuncias,
Nave de la contratación del cielo cargada del pan que nos sustenta,
Arca incorruptible del nuevo y eterno testamento,
Tierra santa donde llovió el cielo el maná vivo,
Tierra de promisión que mana leche y miel de gracia,
Vellocino rociado con la misma Divinidad,
Mesa franca del pacífico y verdadero rey Asuero,
Zarza no consumida y abrasada,
Oculta vida que a las almas resucitas,
Antídoto contra el veneno de la serpiente antigua,
Glorioso fin de la sabiduría de Dios y su potencia,
Ester privilegiada de la común ley de la culpa,
Prudente reina que a tu pueblo librasteis de la muerte,
Reina sola de tus vasallos fidelísima,
Retrato que engrandeces a tu Artífice,
Monte santo donde se dio la ley de amor,
Memorial justo que ofrecemos al justo Juez los pecadores,
Pura criatura a Dios más inmediata,
Custodia del escondido Sacramento,
Fénix única que en tu fuego renovada regeneraste al mundo,
Pelícano que con tu sangre en tu Hijo alimentas a tus hijos,
Amantísima que amas hasta el fin a quien te ama,
Estampa del ser divino que acredita el ser humano,
Instrumento del amor inmenso y de sus obras,
Atalaya que avisa al navegante,
Receta para enfermos incurables,
Imán que lleva a Si los corazones,
Antorcha que da luz al que va a oscuras,
Refugio y sagrado para quien huye de la justicia,
Terror para las furias del infierno,
Jerusalén adornada con su esposo,
Esposa que pacificas al verdadero Sansón indignado con los hombres,
Abogada que sabiamente alegas nuestra causa,
Madre del amor hermoso y santa esperanza,
Madre del temor discreto y grandeza del corazón,
Flor del campo,
Rosa mística,
Lirio de los valles,
Huerto cerrado,
Fuente sellada,
Puerta del cielo,
Casa del sol,
Mi dulce vida por quien vivo y por quien muero,
Mi madre y mi maestra, por quien me gobierno,
María siempre virgen prudentísima,

De todo mal y culpa, líbrame Señora.
De la ira del Altísimo,
De su desgracia y ofensa,
De la muerte súbita e improvisa,
Del furor y saña de mis enemigos,
De la astucia maliciosa de la serpiente,
De la ira, odio y mala voluntad,
Del espíritu inmundo,
De la ofensa de mis hermanos y prójimos,
De la inconstancia en la virtud,
De la muerte eterna por el pecado,
De la muerte eterna por el pecado,
De la muerte eterna por el pecado,
En el día del juicio,
Por tu purísima Concepción inmaculada,
Por tu natividad santísima,
Por tu presentación al templo,
Por la encarnación del Verbo eterno en tus purísimas entrañas,
Por la dignidad inefable de ser Madre de Dios,
Por el gozo que de ver a Dios de Ti hecho hombre y adorado recibiste,
Por la santa conversación y vida que con El hiciste,
Por lo que en tu vastísimo corazón con la profecía del Santo Simeón sentiste,
Por el dolor que sentiste, cuando le perdiste en Jerusalén,
Por el dolor cuando viste su prisión,
Por el dolor de verle con la cruz a cuestas,
Por el dolor de verle clavar y levantar en ella,
Por el dolor de verle expirar en ella,
Por el dolor de verle bajar de la cruz y sepultar,
Por todos los dorares que en toda su pasión, sentiste,
Por el gozo de su resurrección,
Por el no conocido que tuviste en su admirable ascensión,
Por la plenitud de dones que con la venida del Espíritu Santo recibiste,
Por tu admirable asunción,
Por tu admirable exaltación y coronación,
Por la gloria accidental de la Divinidad que gozas,
Por la gloria que das a los bienaventurados, gozarás y darás por todas las eternidades,

 

ORACIÓN

Santísima e inmaculada, por haberte preservado el Altísimo de toda mancha de pecado para que fueses digna Madre de su Unigénito Hijo, que de tus virginales entrañas tomó carne humana y se hizo hombre, suplícote purísima y bendita entre todas las mujeres, que me alcances de tu dilecto Hijo perdón cumplido de todos mis pecados; que sea escrita en el número de los predestinados, y en esta vida alcance la gracia final con que merezca la eterna, que esperamos por Ti, Señora Nuestra,. y por el mismo Señor que vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.

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De Salvación DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanías para no tambalear en nuestra Fe ante lo venidero

Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Jesucristo, óyenos.
Jesucristo, escúchanos,
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.

Aunque miremos el sol oscurecerse, que no tambalee nuestra fe.
Aunque miremos la luna teñirse de sangre, que no tambalee nuestra fe.
Aunque miremos opacarse las estrellas, que no tambalee nuestra fe.
Aunque miremos las aguas levantarse sobre las tierras, que no tambalee nuestra fe.
Aunque veamos que aparezca una nueva geografía, que no tambalee nuestra fe.
Aunque miremos venir la peste con enfermedades desconocidas, que no tambalee nuestra fe.
Aunque vivamos en medio de la guerra, que no tambalee nuestra fe.
Aunque sintamos hambre en carne propia, que no tambalee nuestra fe.
Aunque seamos perseguidos por el enemigo de la Iglesia, que no tambalee nuestra fe.
Aunque seamos víctimas de aquellos que van a apostatar, que no tambalee nuestra fe.
Aunque miremos los cerros abrirse, que no tambalee nuestra fe.
Aunque las montañas y la cordillera se estremezcan y caigan y prevalezcan las llanuras, que no tambalee nuestra fe.
Aunque miremos estremecerse la Iglesia, que no tambalee nuestra fe.
Aunque veamos que no hay ningún pueblo sin dolor y sin llanto, que no tambalee nuestra fe.
Aunque veamos un fuego venir sobre la tierra, que no tambalee nuestra fe.
Que no tambalee nuestra fe, que no tambalee nuestra fe, que no tambalee nuestra fe.

Oración

A Ti Virgen Santísima que moras en los corazones de los hijos que claman a ti, invocaremos tres veces “Ave María Purísima sin pecado concebida”, y no temeremos, no temeremos, no temeremos porque tu lo dices. Amén.

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A la Virgen María en general DEVOCIONES Y ORACIONES

Las Letanías Peruanas

La palabra «letanía» viene del griego y significa «súplica». Pero desde los inicios de la Iglesia fue utilizada para designar no cualquier súplica, sino aquellas que eran rezadas o cantadas en conjunto por los fieles durante las romerías a los templos.

¿Quién no ha oído alguna vez, al concluir el Santo Rosario, el deslizar suave y cadencioso de una serie de invocaciones en honra de la Santísima Virgen, respondidas con un mismo y breve pedido por los demás acompañantes? Este género de oración se conoce con el nombre de letanía.

La recitación de letanías en las iglesias –en ciertas ocasiones o solemnidades, como ocurre durante la Vigilia Pascual, en que la liturgia prescribe el canto de la Letanía de todos los Santos– o de modo particular, individualmente o en grupo, constituye una antigua y tradicional expresión de la piedad cristiana. Una letanía consiste en la enumeración de nombres o atributos de Dios, de la Virgen o de los Santos, seguidos de un pedido, como por ejemplo: ten piedad de nosotros o ruega por nosotros.

Existen una variedad de letanías, como las del Santísimo Nombre de Jesús, del Espíritu Santo y del Sagrado Corazón de Jesús. Se han compuesto también en honor a San Miguel Arcángel, San José, Santa Teresita del Niño Jesús, Santa Rosa de Lima y a muchos otros santos.

Las hay también para pedir la buena muerte, y para auxilio de los agonizantes. Asimismo diversas letanías dedicadas a la Virgen María, como las del Inmaculado Corazón de María y de Nuestra Señora de los Dolores. De todas ellas, la más conocida es la Letanía de la Santísima Virgen, también llamada Lauretana, que se acostumbra rezar al concluir el Santo Rosario, pero que no hace parte de él.

 

ORIGEN DE LA LETANÍA LAURETANA

Cuando la casa en que vivió la Santísima Virgen en Palestina fue transportada milagrosamente en 1291 a la ciudad de Loreto, en Italia, la buena nueva se propagó rápidamente, dando inicio a numerosas romerías o peregrinaciones. Con el transcurso del tiempo, los peregrinos fueron componiendo una serie de súplicas a Nuestra Señora, en las que la invocaban por sus principales títulos de gloria.

Posteriormente esta letanía ya era cantada diariamente en el Santuario y los peregrinos que de ahí regresaban la popularizaron en todo el orbe católico. Se la conoce pues como Lauretana, por tener su origen en Loreto.

Algunas invocaciones le fueron añadidas por los Papas a través de los siglos. Una de las más recientes es la de Reina de las Familias, acuñada por Juan Pablo II. También algunas órdenes religiosas, como los carmelitas, agregaron nuevas súplicas para honrar de modo especial la protección que les ha dispensado la Madre de Dios: Madre y decoro del Carmelo, Virgen flor del Carmelo, Patrona de los carmelitas y Esperanza de todos los carmelitas. Sin embargo, el cuerpo central de las letanías lauretanas permanece igual.

 

UNA LETANÍA PERDIDA EN EL TIEMPO

Pero existe una letanía que los peruanos debieran no sólo conocerla sino recitarla frecuentemente, pues además de tener su origen en sus tierras, es de una inspirada y sobrenatural belleza. Se le atribuye al piadoso e infatigable arzobispo de Lima, Santo Toribio de Mogrovejo, quien nutrió durante su vida una profunda devoción a la Santísima Virgen. El III Concilio Limense dispuso en 1592 su inclusión en el Ritual de la Iglesia Metropolitana de Lima, y durante muchos años se la recitó todos los sábados en la Catedral metropolitana.

Dicha letanía suscitó la admiración del renombrado historiador eclesiástico, P. Rohrbacher: “Después del segundo Concilio de Lima, reunido bajo Santo Toribio en 1591, se encuentra el Manual de Devoción o Ceremoniario de esta iglesia metropolitana, publicado por el santo arzobispo.

Él merece ser consultado; allí todo está reglamentado con detalle:desde el toque de las campanas, hasta las funciones del organista y de los niños del coro. Viene enseguida un Breve de Paulo V, dado el 2 de diciembre de 1605, que concede indulgencias a una amabilísima devoción de los peruanos hacia la santa Madre de Dios.
Todos los sábados por la tarde, indios y españoles se juntan en la iglesia, al fin de Completas, para cantar u oír cantar la Salve Regina y las letanías de la Santísima Virgen; letanías más largas, más variadas y a nuestro parecer, más piadosas incluso, que las letanías lauretanas”
(R.P. Réné François Rohrbacher, Histoire Univer selle de l’Église Catho lique, París, 1866, Tomo XIII, p. 849).

 

ORIGINAL Y PINTORESCA LETANÍA EN QUECHUA

El amor a la Santísima Virgen cautivó no sólo a los evangelizadores del Perú, sino también a los evangelizados. Cundió no sólo entre criollos y esclavos, sino entre mestizos e indios. De estos últimos tenemos una prueba singular en los Comentarios Reales, del Inca Garcilaso de la Vega. Este célebre escritor mestizo, nos refiere que los indios del Cusco “no contentos con oír a los sacerdotes los nombres y renombres que a la Virgen les dan en la lengua latina y en la castellana, han procurado traducirlos en su lengua general y añadir los que han podido, por hablarle y llamarle en la propia y no en la extranjera…

“Dicen Mamanchic, que es Señora y Madre nuestra; Coya, Reina; Ñusta, Princesa de sangre real; Zapay, Única; Yurac Amancay, Azucena blanca; Chasca, Lucero del alba; Citoccoyllor, Estrella resplandeciente; Huarcar paña, Sin mancilla; Huchanac, Sin pecado; Mana Chancasca, No tocada, que es lo mismo que inviolata; Tazque, Virgen pura; Diospa Maman, Madre de Dios. También dicen Pachacamacpa Maman que es Madre del Hacedor y sustentador del Universo. Dicen Huacchacuyac, que es amadora y bienhechora de pobres, por decir Madre de misericordia, Abogada nuestra que, no teniendo estos vocablos en su lengua con las significaciones al propio, se valen de las asonantes y semejantes… ” (Historia General del Perú, Libro II, Capítulo XXV, Librería Internacional del Perú, Lima, 1959, p.184).

Con estos ejemplos, una vez más, podemos palpar en nuestras raíces cristianas el camino del cual el Perú nunca debió apartarse. Y la certeza de que volviendo a él, con la ayuda de la Santísima Virgen, encontraremos la grandeza y la verdadera gloria que la Providencia le destinó como nación.

 

LITANIA IN LAUDEM BEATISSIMAE VIRGINIS MARIAE APUD PERUVIAM
(aprobadas por el Papa Paulo V, en 1605)

Dios te salve María, Hija de Dios Padre, ruega por nosotros.
Dios te salve María, Madre de Dios Hijo,
Dios te salve María, Esposa del Espíritu Santo,
Dios te salve María, templo de la Trinidad,
Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
Santa Madre de Cristo,
A Quien Tú has dado a luz,
Madre purísima,
Madre castísima,
Madre íntegra,
Madre incorrupta,
Madre de la caridad,
Madre de la verdad,
Madre amable,
Madre admirable,
Madre de la divina gracia,
Madre de la santa esperanza,
Madre del santo amor,
Madre de la belleza,
Madre de los vivos,
Hija del Padre de las luces,
Virgen fiel,
Más dulce que un panal de miel,
Virgen prude
ntísima,
Virgen clementísima,
Virgen singular,
Estrella del mar,
Virgen santa,
Planta que da mucho fruto,
Virgen maravillosa,
Bella como la rosa,
Espejo de justicia,
Causa de nuestra alegría,
Gloria de Jerusalén,
Altar de los inciensos,
Ciudad de Dios,
Lumbre del Cielo,
Vaso espiritual,
Vaso digno de honor,
Vaso insigne de devoción,
Trono de Salomón,
Panal de Sansón,
Vellón de lana de Gedeón,
Bella como la luna,
Única entre todos los seres,
Escogida como el sol,
Amada por Dios,
Estrella de la mañana,
Remedio de los enfermos,
Reina del Cielo,
Rosa sin espinas,
Aurora resplandeciente,
Extremamente digna,
Luz de mediodía,
Flor de virginidad,
Lirio de castidad,
Rosa de pureza,
Cauce de la santidad,
Cedro fragante,
Mirra que preserva,
Tú que exhalas bálsamo,
Terebinto de gloria,
Árbol verdeante de gracia,
Vara que florece,
Gema refulgente,
Olivo magnífico,
Hermosa paloma,
Vid llena de fruto,
Nave llena de riquezas,
Nave del mercader,
Madre del Redentor,
Huertocerrado,
Zarza ardiente incombustible,
Gloriade los siglos,
Nutricia del Niño,
Raíz de todas las gracias,
Alivio de los pesares,
Fuente de aguas vivas,
Madre de los huérfanos,
Auxilio de los cristianos,
Salud de los enfermos,
Refugio de los pecadores,
Consuelo de los afligidos,
Piadosa madre de los pequeños,
Reina de los Ángeles,
Reina de los Serafines,
Reina de los Querubines,
Reina de los Patriarcas,
Reina de los Profetas,
Reina de los Apóstoles,
Reina de los Mártires,
Reina de los Confesores,
Reina de las Vírgenes,
Reina de todos los Santos,

De todo mal y pecado, líbranos Señora.
De todos los peligros,
Ahora y en la hora de nuestra muerte,
Por tu Inmaculada Concepción,
Por tu santa Natividad,
Por tu Presentación,
Por tu vida celestial,
Por tu admirable Anunciación,
Por tu Visitación,
Por tu feliz parto,
Por tu Purificación,
Por los dolores de la Pasión de Cristo,
Por las alegrías de su Resurrección,
Por tu gloriosa Asunción,
Por tu Coronación,

Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos
Para que te dignes volver hacia nosotros esos tus ojos misericordiosos,
Para que te dignes pedir para nosotros la verdadera penitencia,
Para que te dignes pedir la paz y la salvación para todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes pedir el descanso eterno para todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos,

Madre de Dios, óyenos
Tú que has engendrado a Dios, escúchanos

Salve, oh belleza de los Cielos, socórrenos, Señora
Salve oh piedad de los Cielos, dádnos fortaleza, Señora
Salve, oh dulzura de los Cielos, intercede por nosotros, Señora

Antífona

Acuérdate, oh Virgen Madre,
cuando estés de pie ante tu Hijo, de
hablar en favor nuestro y de apartar
de nosotros su indignación.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios;
Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Cristo.

Oración

Te rogamos, Señor, que la oración de la Madre de Dios y siempre Virgen María encomiende nuestras plegarias a tu santísima clemencia, ya que la arrebataste del presente mundo a fin de que interceda confiadamente ante ti por nuestros pecados.

Te rogamos, Señor, que infundas benigno en nuestros corazones el rocío de tu bendición por los méritos e intercesión de tu Virgen y Mártir Santa Bárbara, a fin de que los que imploramos su auxilio sintamos el efecto de tu protección.
Por Nuestro Señor Jesucristo que contigo vive y reina, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

V. El Señor esté con vosotros,
R. Y con tu espíritu.
V. Bendigamos al Señor,
R.Demos gracias a Dios.


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A la Sangre de Cristo DEVOCIONES Y ORACIONES Galería

Letanías a la Preciosa Sangre de Cristo

Presentamos dos Letanía a la Sangre de Cristo, una aprobada por el papa Juan XXIII y otra de las apariciones a Bernabé Nwoye.

 

 

 

 

 

LETANÍAS DE LA PRECIOSA SANGRE DE JESUCRISTO DE BERNABÉ NWOYE 

Señor ten piedad de nosotros – Señor ten piedad de nosotros!

Cristo ten piedad de nosotros – Cristo ten piedad de nosotros! 

Señor ten piedad de nosotros – Señor ten piedad de nosotros! 

Cristo, escúchanos! – Cristo escúchanos benignamente!

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros!

Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros! 

Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros!

Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros!

L: ¡OH PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESUCRISTO, SANGRE DE SALVACIÓN!

R: SÁLVANOS A NOSOTROS Y AL MUNDO ENTERO!

Océano de la Sangre de Jesucristo, ¡libéranos!

Sangre de Jesucristo llena de santidad y compasión, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, nuestra fortaleza y poder, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, alianza eterna, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, fundamento de la fe cristiana, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, armadura de Dios, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina caridad, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, flagelo de los demonios, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, auxilio de los que están atados, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sagrado Vino, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Poder de los cristianos, ¡libéranos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, defensora de la fortaleza católica, ¡libéranos! 

Sangre Preciosa de Jesucristo, verdadera fe cristiana, ¡libéranos!

SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO, SANGRE SANADORA,               ¡SÁLVANOS!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre ungidora, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, fortaleza de los hijos de Dios, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, comandante de los guerreros cristianos, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Sangre de Resurrección, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, bebida de los Ángeles del Cielo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, consuelo de Dios Padre, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, poder del Espíritu Santo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, circuncisión de los gentiles, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, paz del mundo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, luz del Cielo y de la tierra, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, arcoiris en el Cielo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, esperanza de los niños inocentes, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Palabra de Dios en nuestros corazones, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, arma celestial, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Divina Sabiduría, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, cimiento del mundo, ¡sálvanos!

Sangre Preciosa de Jesucristo, Misericordia del Padre, ¡sálvanos!

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! 

R: ¡Lava los pecados del mundo!

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! 

R: ¡Purifica el mundo!

L: ¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo! 

R: ¡Enséñanos como consolar a Jesús!

ORACIÓN

Oh Sangre Preciosa, salvación nuestra, creemos, esperamos y confiamos en Ti. Libera a todos los que están en las manos de los espíritus infernales, te suplicamos.

Protege a los moribundos de las obras de los espíritus malignos y acógelos en la gloria eterna. Ten misericordia del mundo entero, y fortalécenos para adorar y consolar al Sagrado Corazón de Jesús. Te adoramos, oh Preciosa Sangre de misericordia. Amén

¡Oh Preciosísima Sangre de Jesucristo, sana las Heridas en el Sacratísimo Corazón de Jesús! (tres veces)

*Nota: En el Diario de Santa Faustina, leemos la explicación que le dio Jesús Misericordioso sobre los rayos de Su Imagen Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi Misericordia, cuando Mi Corazón Agonizante fue abierto por la lanza estando Yo en la Cruz». (Diario 299)

APROBADAS POR EL PAPA JUAN XXIII EL 24 DE FEBRERO DE 1960

Señor Jesucristo, que con tu Sangre limpias el pecado del mundo y nos mereces la salvación. ¡Sálvanos ahora y siempre!

-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, ten Misericordia.
-Señor, ten Misericordia.
-Cristo, óyenos.
-Cristo, escúchanos.

-Dios, Padre Celestial, ten Misericordia.
-Dios, Hijo Redentor del mundo, ten Misericordia.
-Dios, Espíritu Santo, ten Misericordia.
-Trinidad Santa, que eres un sólo Dios, ten Misericordia.

Luego de cada invocación se dice: RESCÁTANOS
-Sangre de Cristo, Hijo Unigénito del Eterno Padre.
-Sangre de Cristo, del Verbo de Dios hecho Hombre.
-Sangre de Cristo, de la Nueva y Eterna Alianza.
-Sangre de Cristo, caída en la tierra durante la Agonía del Huerto.
-Sangre de Cristo, que corrió abundante durante la flagelación.
-Sangre de Cristo, vertida de la Cabeza en la coronación de espinas.
-Sangre de Cristo, derramada en la Cruz.
-Sangre de Cristo, precio de nuestra salvación.
-Sangre de Cristo, con la cual hay redención de los pecados.
-Sangre de Cristo, bebida nuestra en la Eucaristía y baño de las almas.

-Manantial de Misericordia
-Río de Misericordia
-Lago de Misericordia
-Catarata de Misericordia
-Mar de Misericordia
-Océano de Misericordia

-Sangre de Cristo, victoria sobre el demonio.
-Sangre de Cristo, fuerza de los mártires.
-Sangre de Cristo, vigor de los confesores de la fe.
-Sangre de Cristo, que engendra vírgenes.
-Sangre de Cristo, fortaleza de los que peligran.
-Sangre de Cristo, alivio de los que sufren.
-Sangre de Cristo, consuelo en la aflicción.
-Sangre de Cristo, esperanza del pecador.
-Sangre de Cristo, seguridad de los moribundos.
-Sangre de Cristo, paz y delicia de los corazones.
-Sangre de Cristo, prenda de la vida eterna.
-Sangre de Cristo, liberación de las almas del purgatorio.
-Sangre de Cristo, digna de toda gloria y honor.
Nos has redimido, Señor, con tu Sangre.
Y has hecho de nosotros un Reino para nuestro Dios

Omnipotente y Sempiterno Dios, que constituiste a Tu Unigénito Hijo Redentor del mundo y quisiste perdonarnos a través de Su Sangre; te suplicamos nos concedas que de tal modo veneremos el precio de nuestra Redención, que por su virtud seamos preservados en la tierra de los males de la vida presente, para que gocemos en el Cielo de su fruto eterno. Por el mismo Cristo Nuestro Señor. Amén.

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Al Inmaculado Corazón de María DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanía al Inmaculado Corazón de María

Señor, ten piedad…
Cristo, ten piedad…
Señor, ten piedad…
Cristo, oyenos.
Cristo, escúchanos
Dios Padre celestial,
Ten misericordia de nosotros.

Dios Hijo Redentor del mundo,
Ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo,
Ten misericordia de nosotros.
Santa Trinidad, un solo Dios,
Ten misericordia de nosotros.
(La respuesta sera : ruega por nosotros)
Santa María, Corazón Inmaculado de María,
Corazón de María, lleno de gracia
Corazón de María, vaso del amor más puro
Corazón de María, consagrado íntegro a Dios
Corazón de María, preservado de todo pecado
Corazón de María, morada de la Santísima Trinidad
Corazón de María, delicia del Padre en la Creación
Corazón de María, instrumento del Hijo en la Redención
Corazón de María, la esposa del Espíritu Santo
Corazón de María, abismo y prodigio de humildad
Corazón de María, medianero de todas las gracias
Corazón de María, latiendo al unísono con el Corazón de Jesús
Corazón de María, gozando siempre de la visión beatífica
Corazón de María, holocausto del amor divino
Corazón de María, abogado ante la justicia divina
Corazón de María, traspasado de una espada
Corazón de María, coronado de espinas por nuestros pecados
Corazón de María, agonizando en la Pasión de tu Hijo
Corazón de María, exultando en la resurrección de tu Hijo
Corazón de María, triunfando eternamente con Jesús
Corazón de María, fortaleza de los cristianos
Corazón de María, refugio de los perseguidos
Corazón de María, esperanza de los pecadores
Corazón de María, consuelo de los moribundos
Corazón de María, alivio de los que sufren
Corazón de María, lazo de unión con Cristo
Corazón de María, camino seguro al Cielo
Corazón de María, prenda de paz y santidad
Corazón de María, vencedora de las herejías
Corazón de María, de la Reina de Cielos y Tierra
Corazón de María, de la Madre de Dios y de la Iglesia
Corazón de María, que por fin triunfarás
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
Perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
Escuchanos Señor
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de alcanzar la promesas de Nuestro Señor Jesucristo

Oremos
Tú que nos has preparado en el Corazón Inmaculado de María una digna morada de tu Hijo Jesucristo, concédenos la gracia de vivir siempre conformes a sus enseñanzas y de cumplir sus deseos. Por Cristo tu Hijo, Nuestro Señor. Amen
 
 

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Al Sagrado Corazón de Jesús DEVOCIONES Y ORACIONES Galería

Letanias al Sagrado Corazon de Jesus

En su forma actual fueron aprobadas por el Papa León XIII, el 2 de abril de 1899 y reconocida como una oración litúrgica oficial para la Iglesia Universal.

Mucho antes de las apariciones del Sagrado Corazón a Santa Margarita María, el padre Gaspar Druzbicki, jesuita polaco, quien murió en 1662 compuso ocho Letanías al Sagrado Corazón y San Juan Eudes había editado una en un libro de oraciones publicado en el 1668.

La primera Letanía que tiene relación con la Letanía actual, apareció en un librito que fue publicado por el monasterio de la visitación de Moulins. Este librito se llamaba “Livret de Moulins.”

De algunos pasajes de las cartas de Santa Margarita María se puede deducir que fue ella misma quien las compuso. Por lo que se conoce, ella tenía la costumbre de rezarlas frecuentemente.

Apareció otra Letanía en el 1689, en un librito de devoción al Sagrado Corazón escrito por la Hna. Joly, del convento de la Visitación de Dijon. Este librito se conoce con el nombre de “Livret de Sour Joly.”

Esta Letanía era conocida de Santa Margarita María y probablemente la rezaba. Dos años más tarde en el 1691 una tercera Letanía fue publicada en la segunda edición del libro del Padre Croiset sobre la devoción al Sagrado Corazón.

La venerable Madeleine de Rémusat, de la Visitación de Marcellas, compuso una Letanía, que fue publicada en el 1718, en su manual de la Confraternidad de la adoración perpetua del Sagrado Corazón.

Esta Letanía, sin embargo, no fue escrita originalmente por ella sino que, de las 27 invocaciones que tiene, 17 son tomadas de la Letanía compuesta por el Padre Croiset y 5 de la Letanía compuesta por la Hna. Joly. Sin embargo se hizo muy famosa y popular bajo el nombre de la Letanía de Marcellas, porque fueron cantadas en las procesiones penitenciales organizadas por Monseñor de Belsunce cuando se desató una terrible plaga en la ciudad en el 1720.

Fue esta Letanía de Marcellas, a la que se añadieron seis invocaciones de la Letanía de Moulins y del Padre Croiset, la que fue aprobada por el Papa León XIII y se convirtió en la Letanía oficial del Sagrado Corazón. La Letanía tiene 33 invocaciones en honor a los 33 años de la vida de nuestro Señor en la tierra. De estas 33 invocaciones, 15 están en concordancia, en lo que se refiere a su sentido, con la Letanía de Moulins, por lo que pudiéramos decir que la Letanía que nosotros rezamos hoy en día es casi la misma que Santa Margarita María solía rezar.

 

LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (aprobadas para toda la Iglesia en 1891)

Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios Padre celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre ,(R: ten piedad de nosotros).
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, (R).
Corazón de Jesús, de majestad infinita, (R ).
Corazón de Jesús, santuario de la divinidad, (R ).
Corazón de Jesús, templo de la Santísima Trinidad, (R ).
Corazón de Jesús, abismo de sabiduría, (R ).
Corazón de Jesús, casa de Dios, puerta del Cielo, (R ).
Corazón de Jesús, silla de la grandeza y de la majestad de Dios, (R ).
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, (R ).
Corazón de Jesús, que reposas entre los lirios, (R ).
Corazón de Jesús, océano de bondad, (R ).
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, (R ).
Corazón de Jesús, trono de misericordia, (R ).
Corazón de Jesús, tesoro que no se agota jamás, (R ).
Corazón de Jesús, magnífico con los que te invocan, (R ).
Corazón de Jesús, de cuya plenitud hemos sido enriquecidos, (R ).
Corazón de Jesús, modelo de todas las virtudes, (R ).
Corazón de Jesús, infinitamente amable e infinitamente bueno, (R ).
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, (R ).
Corazón de Jesús, objeto de las complacencias del Padre celestial, (R ).
Corazón de Jesús, hostia viviente, Santa y agradable a Dios, (R ).
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, (R ).
Corazón de Jesús, lleno de amargura por nuestra causa, (R ).
Corazón de Jesús, triste hasta la muerte en el jardín de los Olivos, (R ).
Corazón de Jesús, saciado de oprobios, (R ).
Corazón de Jesús, herido de amor, (R ).
Corazón de Jesús, obediente hasta morir en la cruz, (R ).
Corazón de Jesús, desangrado en la cruz, (R ).
Corazón de Jesús, traspasado por la lanza, (R ).
Corazón de Jesús, transido de dolor por nuestros pecados, (R ).
Corazón de Jesús, nuestra vida y nuestra resurrección, (R)
Corazón de Jesús, nuestra paz y nuestra reconciliación, (R )..
Corazón de Jesús, ultrajado en el Santísimo Sacramento de tu amor, (R ).
Corazón de Jesús, refugio de los pecadores, (R ).
Corazón de Jesús, fuerza de los débiles, (R ).
Corazón de Jesús, consuelo de los afligidos, (R ).
Corazón de Jesús, perseverancia de los justos, (R ).
Corazón de Jesús, salud y salvación de los que en Ti esperan, (R ).
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren (R).
Corazón de Jesús, dulce apoyo de tus adoradores, (R ).
Corazón de Jesús, delicia de todos los Santos, (R )
Corazón de Jesús, vocación de los religiosos y religiosas, (R )..
Corazón de Jesús, nuestra ayuda en las tribulaciones, (R ).,
Corazón de Jesús, protector de las familias que te invocan, (R ).
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.

V. Jesús, manso y humilde de corazón,
R. haz nuestro corazón, semejante al tuyo.

ORACIÓN

Señor mío Jesucristo, que por un nuevo beneficio de tu amor, te has dignado abrir a tu Iglesia las riquezas inefables de tu Corazón, haz que podamos devolver amor por amor a ese adorable Corazón, y con nuestros homenajes de respeto y adoración, reparar los ultrajes con que la ingratitud de los hombres no cesa de ofenderte.
Te lo pedimos a ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 
 

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De la Orden Dominicana DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanías de la Orden Dominicana

Estas Letanías, muy diferentes de las ordinarias, fueron experimentadas como eficacísimas para obtener la protección de Nuestra Señora y su inmediato socorro en las graves tribulaciones.

En una persecución promovida contra la Orden Dominicana en el año 1300, el General de la Orden ordenó se recitaran en todos los conventos, con lo que no sólo se obtuvo del cielo el cese de las persecuciones, sino que la Orden Dominicana fuera tenida en gran veneración y colmada de justos honores. Por ese feliz suceso se decía: Cavete a Litaniis Fratum Prædicatorum qui mirabilia faciunt (Guardaos de las letanías de los Hermanos Predicadores, porque obran maravillas)

Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos
Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros
Trinidad Santa un solo Dios, ten piedad de nosotros

Santa María, esperanza de los desgraciados y dulce consuelo de los atribulados, ruega por nosotros.
Santa María, Madre Santísima de Cristo,…
Santa María, Madre Virgen…
Santa María, Madre inviolada…
Santa María, Virgen de las Vírgenes…
Santa María, Virgen perpetua…
Santa María, llena de la Gracia de Dios…
Santa María, hija del Rey Eterno…
Santa María, Madre y Esposa de Cristo…
Santa María, Templo del Espíritu Santo…
Santa María, Reina de los cielos…
Santa María, Señora de los ángeles…
Santa María, Escala de Dios…
Santa María, Puerta del Paraíso…
Santa María, Madre y Señora nuestra…
Santa María, verdadera esperanza nuestra…
Santa María, nueva Madre nuestra…
Santa María, fe de todos los fieles…
Santa María, caridad perfecta de Dios…
Santa María, Emperatriz nuestra…
Santa María, fuente de dulzura…
Santa María, Madre de misericordia…
Santa María, Madre del Príncipe Eterno…
Santa María, Madre del verdadero Consejo…
Santa María, Madre de la verdadera fe…
Santa María, resurrección nuestra…
Santa María, por quien toda criatura se renueva…
Santa María, generadora de la Luz eterna…
Santa María, portadora del que todo lo lleva…
Santa María, virtud de la Encarnación divina…
Santa María, sala del tesoro celestial…
Santa María, generadora del que todo lo hace…
Santa María, arcano del celestial consejo…
Santa María, verdadera salud nuestra…
Santa María, tesoro de los fieles…
Santa María, hermosísima Señora nuestra…
Santa María, Iris lleno de alegría…
Santa María, Madre del verdadero gozo…
Santa María, camino nuestro hacia el Señor…
Santa María, abogada nuestra…
Santa María, estrella clarísima del cielo…
Santa María, más brillante que la luna…
Santa María, más refulgente que el sol…
Santa María, Madre del Dios eterno…
Santa María, que ahuyentas las tinieblas de la noche eterna…
Santa María, que borras el decreto de nuestra perdición…
Santa María, fuente de la verdadera sabiduría…
Santa María, luz de la recta conciencia…
Santa María, inestimable alegría nuestra…
Santa María, premio nuestro…
Santa María, deseo de la celestial patria…
Santa María, espejo de contemplación divina…
Santa María, la más bienaventurada entre las bienaventuradas…
Santa María, Señora clementísima…
Santa María, consoladora de los que a Ti recurren…
Santa María, llena de piedad…
Santa María, sobreabundante de toda dulzura…
Santa María, hermosura de los ángeles…
Santa María, flor de los patriarcas…
Santa María, humildad de los profetas…
Santa María, tesoro de los apóstoles…
Santa María, elogio de los mártires…
Santa María, glorificación de los sacerdotes…
Santa María, decoro de las vírgenes…
Santa María, lirio de la castidad…
Santa María, bendita entre todas las mujeres…
Santa María, reparación de todos los espiritualmente desvalidos…
Santa María, alabanza de todos los justos…
Santa María, conocedora de los secretos de Dios…
Santa María, la más santa entre todas las mujeres…
Santa María, esclarecidísima Señora…
Santa María, perla del celestial Esposo…
Santa María, Palacio de Cristo…
Santa María, Virgen Inmaculada…
Santa María, templo del Señor…
Santa María, gloria de Jerusalén…
Santa María, Hija de Dios…
Saeta María, Esposa amadísima de Cristo…
Santa María, Estrella del mar…
Santa María, extiende tu mano y toca nuestro corazón para que nos libres a nosotros los pecadores…
Santa María, diadema sobre la cabeza del soberano Rey…
Santa María, dignísima de todo honor…
Santa María, llena de toda dulzura…
Santa María, mérito del reino celestial…
Santa María, entrada a la celestial vida…
Santa María, puerta cerrada y sólo abierta al Príncipe del cielo…
Santa María, por quien llegamos al Señor…
Santa María, rosa inmarcesible…
Santa María, las más preciosa entre las puras…
Santa María, más deseable que todo tesoro…
Santa María, más elevada que el cielo…
Santa María, más limpia que los Ángeles…
Santa María, alegría de los Arcángeles…
Santa María, júbilo de todos los santos…
Santa María, honor, alabanza, gloria y confianza nuestra…

Hija de Dios, María, míranos.
Hija de Joaquín, María, ámanos.
Hija de Ana, María, recíbenos.

Cordera de Dios, puerta de la Esperanza, llévanos al Hijo.
Cordera de Dios, júntanos a El, virginal lirio.
Cordera de Dios, danos después del destierro el reino del descanso.

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de NSJ

V. Dígnate recibir mis alabanzas, Virgen Sagrada.
R. Dame fortaleza contra mis enemigos

V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.

Te rogamos, Señor Dios,
por la intercesión de la bienaventurada y gloriosa siempre Virgen María
y todos sus Santos,
defiendas de toda adversidad nuestra Casa y Congregación
y la protejas de todas las asechanzas de los enemigos.
Por Cristo nuestro Señor.
Amén.

 

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A Jesucristo DEVOCIONES Y ORACIONES FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Movil

Letanía del Divino Rostro de Jesús

¡Yo Te saludo, Te adoro y Te amo, oh Rostro adorable
de Jesús, mi Amado, noble Sello de la Divinidad!

Ultrajado de nuevo por los blasfemos, Te ofrezco, por
medio del Corazón de Tu Santísima Madre, la adoración
de todos los Ángeles y Santos, con la humilde súplica
de que repares y renueves en mí y en todos los
hombres Tu Imagen desfigurada por el pecado.

Oh Rostro Adorable que fuiste adorado con
profundo respeto por María y José cuando Te vieron por
primera vez, ten misericordia de nosotros.

Oh Rostro Adorable que en el establo de Belén
llenaste de alegría, a los Ángeles, los pastores y los
magos, ten misericordia…

Oh Rostro Adorable que en el Templo traspasaste
con un dardo de amor, al santo anciano Simeón y a la
profetisa Ana, ten misericordia…

Oh Rostro adorable que llenaste de admiración a
los Doctores de la Ley cuando apareciste en el Templo
a la edad de doce años, ten misericordia…

Oh Rostro adorable que posees la belleza siempre
antigua y siempre nueva, ten misericordia…

Oh Rostro adorable que eres la obra maestra del
Espíritu Santo, en el que el Padre Eterno se complace,
ten misericordia…

Oh Rostro adorable que eres el espejo inefable de
las perfecciones divinas, ten misericordia…

¡Rostro Adorable de Jesús, que el día de Tu Pasión
Te inclinaste lleno de misericordia en la Cruz por la
salvación del mundo! Una vez más por piedad inclínate
hacia nosotros, pobres pecadores. Míranos con
compasión y danos Tu Paz.

Oh Rostro adorable, brillante como el sol y
radiante de gloria en el Monte Tabor, ten misericordia…
Oh Rostro adorable que lloraste y te afligiste ante
la tumba de Lázaro, ten misericordia…

Oh Rostro adorable, que te entristeciste al ver
Jerusalén y derramaste lágrimas sobre esa ciudad
ingrata, ten misericordia…

Oh Rostro adorable, que te inclinaste hasta el suelo
en el Huerto de los Olivos y te cubriste de confusión
por nuestros pecados, ten misericordia…

Oh Rostro adorable, cubierto del sudor de sangre,
ten misericordia…

Oh Rostro adorable que fuiste golpeado por un
siervo vil, cubierto con un velo de vergüenza y
profanado por las manos sacrílegas de Tus enemigos,
ten misericordia…

Oh Rostro adorable que con Tu divina mirada
heriste el corazón de San Pedro con un dardo de dolor y
de amor, ten misericordia…

¡Sé misericordioso con nosotros, oh mi Dios! No
desprecies nuestras oraciones cuando, en medio de
nuestras aflicciones, clamemos Tu Santo Nombre y
busquemos con amor y confianza Tu Rostro adorable.

Oh Rostro adorable, lavado y ungido por María y
las santas mujeres y cubierto con una sábana, ten
misericordia…

Oh Rostro adorable, resplandeciente de gloria y
belleza el día de la Resurrección, ten misericordia…
Oh Rostro adorable que Te ocultas en la Eucaristía,
ten misericordia…

Oh Rostro adorable que aparecerás al final de los
tiempos en las nubes con gran poder y majestad, ten
misericordia…

Oh Rostro adorable que harás temblar a los
pecadores, ten misericordia…

Oh Rostro adorable que regocijarás a los justos por
toda la eternidad, ten misericordia…

Oh Rostro adorable que mereces toda nuestra
reverencia, nuestro homenaje y adoración, ten
misericordia…

¡Oh Señor, muéstranos Tu Rostro y nos salvaremos!
¡Oh Señor, muéstranos Tu Rostro y nos salvaremos!
¡Oh Señor, muéstranos Tu Rostro y nos salvaremos!

Leer también:

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A Jesucristo DEVOCIONES Y ORACIONES

Letanías de los nombres bíblicos de Jesús

Estas letanías reúnen gran parte de los nombres con que la Sagrada Escritura llama a nuestro Señor Jesucristo. Son muy propias para la adoración de Cristo en la Adoración eucarística. Normalmente se reza sólo la serie litánica correspondiente al tiempo litúrgico. En la oración individual, puede tomarse una invocación a modo de oración jaculatoria, y también, con ayuda de los textos bíblicos, para una oración meditativa. Tienen aprobación eclesiástica (Burgos, 22-II-I978).

 

Invocación inicial

Dios mío, ven en mi auxilio,

Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo,

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. (Aleluya).

Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial  Ten misericordia de nosotros..

Dios, Hijo redentor del mundo

Dios, Espíritu. Santo

Trinidad santa, un solo Dios

 

Al Hijo de Dios hecho hombre

(en Adviento, Navidad y Epifanía)

Bendito seas, Señor

Aurora de Yahvé

Ungido de Yahvé

Yahvé, nuestra justicia

Príncipe de la paz

Maravilloso consejero

Lluvia bajada del cielo

Dios fuerte

Emmanuel, Dios con nosotros

Jesús, Salvador

Hijo de Abraham

Linaje de David

Nacido de mujer

Nacido de una virgen

Hijo de María

Semejante a nosotros en todo

Príncipe y Salvador

Consolador de Israel

Santo Siervo de Dios

Enviado del Padre

Hijo del Hombre

Mesías de Dios

Señor, Santo, Verdadero

Hombre celestial

Anterior a Abraham

Mayor que los patriarcas

Mayor que los ángeles

Más alto que los cielos

Principio de la creación de Dios

Primogénito de toda criatura

Heredero de todo

Jesús, profeta de Dios

Poderoso en obras y palabras

Sol que nace de lo alto

Luz de las naciones

Palabra de Dios

Palabra hecha carne

Palabra de vida

Misterio de Dios

Imagen del Dios Invisible

Imagen de la substancia de Dios

Esplendor de la gloria del Padre

Hijo del Altísimo

Hijo de Dios

Glorioso Unigénito del Padre

Nuestro Señor Jesucristo

Autor de la vida

Principio y fin de todo

El mismo ayer, hoy y por los siglos

El que es, el que era, el que vendrá

Cristo, Dios bendito por los siglos

Bendito sea el Nombre del Señor

Ahora y por siempre.

Oremos.- Oh Dios, que de modo admirable has creado al hombre a tu imagen y semejanza, y de un modo más admirable todavía elevaste su condición por Jesucristo, concédenos compartir la vida divina de Aquel que se dignó compartir con el hombre la condición humana. El cual vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

 

A Jesucristo Redentor

(en Cuaresma y Semana Santa)

Ten piedad de nosotros

Hijo de David

Siervo de Yahvé

Cristo crucificado

Salvador del mundo

Hijo amado del Padre

Obediente hasta la muerte

Santo y Justo

Tú que nos amas

Redentor nuestro

Varón de dolores

Conocedor de todos los quebrantos

Odiado por el mundo

Despreciado, estimado en nada

Herido por nuestras maldades

Arrancado de la tierra de los vivos

Entregado por nuestros pecados

Resucitado para nuestra justifica

Piedra de escándalo

Piedra angular rechazada

Roca nuestra fundamental

Jesús, suave y humilde de corazón

Cordero inmaculado

Ofrecido en sacrificio

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo

Pastor bueno, que das la vida por nosotros

Sacerdote eterno

Mediador de la Nueva Alianza

Sacerdote santo, inocente, inmaculado

Jesús orante y suplicante

Capaz de ayudar a los tentados

Medicina de Dios

Causa de salud eterna

Jesús,  servidor nuestro

Jesús, abogado nuestro

Jesús, amigo nuestro

Jesús, hermano nuestro

Jesús, camino nuestro

Jesús, verdad nuestra

Jesús, vida nuestra

Jesús, evangelio nuestro

Jesús, nuestro reconciliador

Jesús, nuestra pascua

Jesús. nuestra paz

Jesús. nuestra vid verdadera

Jesús, precursor nuestro

Jesús, santificador nuestro

Jesús, presente en nosotros

Fiador de la Nueva Alianza

Esperanza de la gloria celeste

Nuestro Dios y Salvador Jesucristo

Muéstranos, Señor, tu misericordia.

Y danos tu salvación.

Oremos.- Dios todopoderoso y eterno, cuyo Unigénito descendió al lugar de los muertos, y salió victorioso del sepulcro. Te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

 

A Cristo Resucitado

(en Pascua. Pentecostés y Tiempo ordinario)

Gloria a ti. Señor.

Señor Jesús

Primogénito de los muertos

Estrella brillante de la mañana

El más bello de los hombres

Lleno de gracia y de verdad

Gloria del pueblo de Israel

Vencedor del mundo

Vencedor del pecado

Vencedor del Maligno

Vencedor de la muerte

Dueño y Señor nuestro Jesucristo

Jesús admirable

Nuevo Adán

Nuevo Moisés

Sello de Dios

Escala de Jacob

Señor de la paz

Sembrador de la buena semilla

Gloria de Yahvé

Señor, Dios todopoderoso

Jesucristo, verdadero Dios

Pan vivo bajado del cielo

Hijo revelador del Padre

Testigo fiel y verídico

Tesoro de la sabiduría y de la ciencia

Luz del mundo

Luz de vida

Luz verdadera que ilumina a todo hombre

Luz de la Jerusalén celeste

Templo de Dios

Glorificador del Padre

Fuente de aguas vivas

Fuente del Espíritu Santo

Esposo de la Iglesia

Cabeza del cuerpo de la Iglesia

Maestro único

Pastor único

Sacerdote único

Rey de las naciones

Señor de los señores

Señor del cielo y de la tierra

Ensalzado a la gloria

Ascendido a los cielos

Sentado a la derecha del Padre

Coronado de gloria y honor

Sumo sacerdote de los bienes futuros

Puerta del cielo

Juez de vivos y muertos

Rey del juicio final

Señor nuestro y Dios nuestro

–Alegraos, justos, con el Señor.

Celebrad su santo Nombre.

Oremos.- Derrama, Señor, tu gracia en nuestros corazones, para que, cuantos hemos conocido. por el anuncio del ángel, la encarnación de Jesucristo, tu Hijo, podamos llegar por su pasión y su cruz y, con la intercesión de la Virgen Maria a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

 

Citas bíblicas de los nombres de Jesús.

–Al Hijo de Dios hecho hombre: 1. ls 60,2 2. Is 61.1 3. Jer 23.6;33.15 4. Is 9.6 5. Is 9.6 6. Is 55.10 7. Is 9.6 8. ls 7.14; Mt 1.23 9. Lc 1.31;2.1121; Mt 1.21 10. Mt 1.1 11. Ap 22.16 12. Gál 4.4 13. Is 7.14. Mt 1.18,23.25; Lc 1,34s 14. MI 13,55 15. Hb 2.17;4.15 16. Hch 5.31 17. Lc 2.25 18. Hch 3.26;4.30 19. Jn 3.17 5.23-37; Gá14.4 20. Dan 7.13-14; Mc 2.10;8.31;13.26. 21. Jn 425; Lc 920; Ap 11.15 22. Ap. 3.7;6.10 23. Dan 7.13.14; ICor 15,47s; Jn 3,13 24. Jn B.58 25. MI 22.43; Jn 4.12;6.32 26. Hb 1.4 27. Hb 7,26 28. Ap 3.14; Jn 1.3; Hb 12 29. Col 1.1Ss 30. Hb 1.2; Rm 8.17; Ap 21.7 31. Lc 424; 7.16;13.33 32. Le 24.19; Heh 10.38 33. Lc 1.78s; Mal 4.2 34. Is 9.1s; 49.6; MI 4.16; Lc 2,32 35. Jn 1.1; Ap 19,13 36. Jn 1.14 37. 1 Jn 1.1 38. Col 2.3; El 3.9 39. Col 1.15 40. Hb 1.3 41. Hb 1.3 42. Lc 1,32 43.11 Sam 7.14; Sal 2.7; Mc 1.1; Lc 1.35; Jn 20.31; Gál 2.20 44. Jn 1.14.18; 3,16s 45. MI 1.1; Jn 1.17; Rm 1.4; 11 Pe 1.8 46. Heh 3.15; Jn 10.10; Col 2.13 47. Ap 22.13 48. Hb 13.8 49. Ap 1.8 50. Rm 9.5

A Jesucristo Redentor: 51. II Sam 7. 12s; Mt 1.1;9,27;21.9; Rm 1.3 52. Is 49.3;52.13 53. ICor 2.2; Gál 6.14 54. Jn 4.42 55. Mc 1.9;12.6; Jn 3.35;5.20;10.17;17.24 56. Flp 2.8; Hb 5,8 57. Hch 3,14; Is 53,11; 1 Jn 2.1 58. Ap 1,5; Jn 13,1;15,3; 1I Tes 2,13 59. Is 48.7;49.7; Mt 20,28; ICor 6,20: I Pe 1.18 60. Is 53.3 61. Is 53.3; Lc 18.31.33 62. Jn 15.18; Sab 2 63. Is 53,3; Mt 27,21.29.31.39s 64. Is 53.5 65. Is 53.8 66. Is 53,12; Mc 9,31; Rm 4,25 67. Rm 4,25; Jn 11.25; Hch 3,15 68. Is 8.14; I Pe 2.8; Rm 9.33 69. Sal 117.22; MI 21.42; Heh 4.11, 70. ls 28.16; ICor 3.11; El 2.20 71. MI 11.29 72. 1 Pe 1.19; Heh 8.32; Ex 12.5 73. Hb 9,26s; 1 Jn 2.2 74. Jn 1,29; Is 53.7; Ap 5 75. Jn 10.11; Jer 23,3, Ez 34.15.23 76. Hb 5.6 77. Hb 8.6;9.15;12.24 78. Hb 7,26; Zae 6.12s 79. Hb 5.7 80. Hb 2.18 81. Is 53.4.5; Me 2.17; Lc 8.46 82. Hb 5.9 83. MI 20.28 84. I Jn 2.1; Hb 7.25 85. Jn 15,14s 86. Hb 2. 11.17; MI 6.9; Rm 8.14.17 87. Jn 14.6 88. Jn 14.6 89. Jn 14.6; Col 3.4; Gál 2.20 90. Me 1.1;8,35;10.29; 11 Tes 1.8 91.11 Cor 5.18s; Col 1.20 92. ICor 5.7 93. Ef 2.14; Lc 24.38; Jn 14.27 94. Jn 15.1 95. Hb 6.20 96. Jn 17,17s; Hb 2,11 97. MI 18.20; Jn 14.23; El 3.17 98. Hb 7.22 99. Col 1.27; Flp 3.20s; l Tes 1.10 100.11 Pe 1.1.11;2.20;3.18

A Cristo Resucitado: 101. Heh 7.59;16.31; Ap 22.20s; Mt 15.22;20.30; Jn 21.7 102. Col 1.18; Ap 1.5 103. Ap 22.16 104. Sal 44,3 105. Jn 1.14; Col 1.19;2.9 106. Le 2.32 107. Jn 16.33 108. Jn 8.46 109. Jn 12.31; Hb 2.14; 11 Tes 2.8 110. Rm 6.4; 1 Cor 15.26.55-57 111. Jud 4; ICor 7,22; Ef 6,6 112. MI 7.28;9.33 113. Rm 5,14.19; ICor 15.45 114. cf. Mt 5.21s;17.3 115. Ap 9.4 116. Jn 1.51; Gén 28.12 117.IITes 3,16 118. Mt 13.37 119. Is 60.1s 120. Ap 1.8; 15,3 121. I Jn’ 520 122. Jn 6.51 123. Mt 11,27; Jn 1.18 124. Ap 1.5; 3.14;19.11 125. Col 2.4 126. Jn 8.12;9.5;12.46 127. Jn 8,12 128. Jn 1.9 129. Ap 21.23;22,5 130. Jn 2.19; Ap 21,22 131. Jn 17.4; Is 49.3 132. Jn 4.14;7,37 133. Jn 7.39;1426;19.30;20.22; 1 Cor 10.4 134. Mc 2.19s; Ef 5, 22-33; Ap 19.7;21.9 135. Col 1.18 136. MI 23.8 137. Ez 34.23; Jn 10.16; 1 Pe 2.25;5.4; Hb 13.20 138. Hb 7.28s; 10.21 139. Jer 23.5; Zac 9.9; Ez 37.24; Ap 15.3 140. Ap 17.14 141. Mt 28,18;11.25 142. I Tim 3.16 143. Mc 16.19; I Pe 3.22 144. Mc 16.19; Hch 5.31;7.55s; Col 3.1; Hb 1,3 145. Hb 2.9 146. Hb 9.11 147. Jn 10.9; Hb 10.20 148. MI 19.28; Heh 10. 42; ICor 4.4s; Jn 3,17s 149. MI 25.34s 150. Jn 20,28.

Fuente: adoracionperpetua.info

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