Categories
Breaking News Catolicismo De Pascua DEVOCIONES Y ORACIONES Liturgia y Devociones Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio

Todo lo que Necesitas Saber sobre el Cirio Pascual

El Cirio Pascual se enciende durante la Vigilia Pascual (sábado de semana santa por la noche).

Y acompañará todas las celebraciones en el templo durante los 50 días de Pascua.

Y luego todo el año especialmente bautismos, funerales y grandes celebraciones.

Es quizás el signo más importante de Cristo vivo que se mantiene en la Iglesia.

Y los fieles además lo respetan mucho porque tiene una bendición especial.

La palabra “cirio” viene del latín “cereus”, de cera, el producto de las abejas.
.
La cera con que está fabricado, simboliza su divinidad, el pabilo, su humanidad y los cinco granos de incienso que se ponen en él, los estigmas de Cristo.

Al escuchar el canto de abjo podemos meditar en la identidad del cirio y del Cuerpo de Cristo.

Recuerda que el cirio inmaculado ha sido producido por la abeja, a la vez casta y fecunda como la Virgen María que trajo al mundo al Salvador.

    

QUE SIGNIFICA EL ADJETIVO PASCUAL

La palabra «pascual» es derivado del arameo Pasha y del hebreo Pesaj, es decir, lo que pasa por encima.

En el Antiguo Testamento se refiere a la noche los israelitas salieron de Egipto hacia la Tierra Prometida.

Cuando Dios atacó a las casas de los egipcios, pero dejó sin tocar las de los hijos de Israel, esto es el “pasar por encima”.

Con el cristianismo la palabra “pascual” tomó un nuevo significado, en referencia a la pasión, muerte, resurrección y glorificación de Nuestro Señor.

Estos eventos se sitúan en el centro de nuestra fe.

En que el plan de salvación de Dios para nosotros fue realizado por el sufrimiento y muerte redentora de Jesús.

Su resurrección y glorificación son nuestras seguridades de la vida eterna, si seguimos sus palabras y sus instrucciones.

    

ORIGEN DEL CIRIO PASCUAL CRISTIANO

Esta vela, también llamada la vela de Pascua, se originó en los primeros días del cristianismo, cuando la oración de la tarde comenzaba con el encendido de una vela.

Esta práctica fue probablemente inspirada por la costumbre judía de encender una lámpara en la conclusión del sábado. 

Las referencias históricas mencionan el Lucernarium, el rito oración de la tarde con la que los primeros cristianos comenzaban cada Vigilia del domingo.

La iluminación de la vela disipaba la oscuridad y representaba a Cristo, la luz del mundo.

Este rito solemne se llevaba a cabo con mayor reverencia durante la Vigilia de Pascua. 

En la época de Constantino se nos dice por el historiador Eusebio que el emperador

Transformó la noche de la Vigilia de Pascua sagrada en la brillantez del día, por la iluminación de todos los pilares de cera de la ciudad, de manera que esta vigilia mística se hizo más brillante que la luz del día más brillante”.

En basílicas italianas el candelabro pascual era de mármol y diseñado con una fijación permanente al ambón.

Varios de estos soportes de la vela aún sobreviven, como en la Basílica de San Lorenzo Extramuros en Roma, que fue construida en el siglo tercero.

Existe una clara evidencia de que este rito solemne comenzó a más tardar en la segunda mitad del siglo IV.

Por ejemplo, el uso de cantar un himno de alabanza a la vela y al misterio Pascua se menciona como una costumbre establecida en una carta de San Jerónimo, escrita en el año 384 a Presidio, un diácono de Piacenza, Italia.

San Ambrosio y San Agustín son conocidos por haber compuesto estos himnos de alabanza.

El uso preciso de la vela Pascual ha variado a lo largo de los siglos.

Inicialmente era disuelto después de la Vigilia de Pascua y los fragmentos se les daban a los fieles.

Pero desde el siglo X en adelante se mantuvo en un lugar de honor cerca del Evangelio hasta la fiesta de la Ascensión, 40 días después de Pascua.

En el siglo XII, era común inscribir en la vela el año en curso. 

Con el tiempo la vela creció en tamaño como para merecer la descripción de “pilar o columna”.

A mediados del siglo XVI, algunas velas pascuales pesaban tanto como 140 kilos, y después de su uso se fundían en cirios para usar en los funerales de los pobres.

    

SIMBOLISMO DEL CIRIO PASCUAL

El fuego ha sido por largo tiempo un signo de la presencia de Dios.

El Antiguo Testamento está lleno de ejemplos: la zarza ardiente en el Monte Sinaí, la columna de fuego en el desierto, las luces de las lámparas del tabernáculo, y el fuego sacrificial en el altar del templo de Jerusalén.

Los primeros cristianos con mucha naturalidad y en forma semejante utilizaron el fuego nuevo como un símbolo de la presencia de su Señor resucitado, la nueva columna de fuego.

En Jerusalén, los primeros cristianos bendecían y encendían velas todos los sábados a la noche.

Alrededor de finales del siglo V o VI esta costumbre llegó a relacionarse con la celebración de la Resurrección, y el cirio pascual encontró su camino incorporándose a la celebración litúrgica en la iglesia de occidente.

Este  cirio pascual es uno de los elementos más sagrados y perdurables en el cristianismo.

En la iglesia medieval, encontramos un sentido simbólico para cada aspecto del cirio pascual.

Apagado, representaba al Cristo muerto y sepultado.

Encendido, representaba el esplendor y la gloria de la resurrección de Cristo.

La mecha representaba la humanidad de Cristo, y el halo de la llama representaba su divinidad.

Otras velas encendidas a partir del cirio pascual simbolizaban a Cristo entregando el Espíritu Santo a los discípulos.

Para nosotros, el simbolismo del triunfo de Cristo sobre las tinieblas del pecado y la muerte es preeminente.

Está adornado con uno o más símbolos cristianos.

A menudo con la cruz para representar Su sacrificio redentor.

La primera y la última letra del alfabeto griego – Alfa y Omega – para significar que Él es el principio y el fin.

Símbolos de trigo y uvas, o un cáliz y la hostia, que representa la Eucaristía, la verdadera presencia de Cristo y nuestra fuerza espiritual.

Los 12 apóstoles testigos y escribas a la pasión, muerte, resurrección y ascensión de Cristo.

Y otros símbolos como el Buen Pastor, el cordero, el Sagrado Corazón, y Cristo Resucitado.

El cirio Pascual simboliza la luz de Cristo que ilumina la oscuridad. Y esa luz es una luz de fuego y el fuego representa la resurrección de Cristo.

Cuando se consagra el cirio pascual en la vigilia Pascual se presenta un cirio que tiene puesto el año, y este año nos recuerda la presencia de Dios en este momento.

Cuando se consagra el cirio Pascual se le ponen 5 granos de incienso que son las 5 heridas de Cristo en su cuerpo: los tres clavos que perforaron sus manos y pies, la lanza clavada en su costado y las espinas que coronaban su cabeza.

Pero también nos recuerdan las especies aromáticas con las que el cuerpo de Jesús fue preparado en la tumba

A su vez la cera de abeja pura con qué estaba hecho tradicionalmente el cirio representa al Cristo sin pecado que se formó en el vientre de María

    

ENCENDIDO Y LOCALIZACIÓN

En la antigüedad el método de encender la vela era peculiar

En algunas partes de Europa se utilizaban lentes de aumento potentes para intensificar los rayos del sol y así encender la llama.

Porque en la Edad Media las personas celebraban la vigilia Pascual el sábado por la mañana o por la tarde y no como en la noche en nuestros tiempos

Y otras zonas se utilizaba golpear piedras de pedernal para producir una chispa.

Lo cual estaba asociado con pasajes bíblicos donde se describe a Jesús como la piedra angular.

En nuestro tiempo, cada año, durante la vigilia de Pascua el Sábado Santo por la noche, se enciende un fuego en un recipiente de metal, llamado brasero.

Desde el brasero viene el nuevo y bendito fuego con que se enciende el cirio pascual.

Que se lleva en procesión a la iglesia oscura.

El nuevo fuego sirve como una imagen de la resurrección.

Este es el fuego a partir del cual se encienden todas las otras velas.

Tradicionalmente, antes de encender el cirio con el fuego nuevo, se realiza una inscripción sobre el cirio con la cruz, el alfa y la omega, y la fecha del año actual.

En el ritual tradicional de encendido lo que se dice y hace es lo siguiente:

Cristo ayer y hoy; se traza la raya vertical

Principio y fin; se traza la línea horizontal

Alfa; se traza la letra alfa sobre la línea vertical, y

Omega; se traza la letra omega abajo de la línea vertical

Suyo es el tiempo; se traza el primer número del año en curso, en el ángulo superior izquierdo de la cruz

Y la eternidad; se traza el segundo número del año en el ángulo superior derecho

A él la gloria y el poder; se traza el tercer número del año en el ángulo inferior izquierdo

Por los siglos de los siglos. Amen; se traza el cuarto número del año en el ángulo inferior derecho

A continuación se incrusta cinco granos de incienso en forma de cruz, para recordar las especias aromáticas que se utilizaron para preparar el cuerpo de Cristo en la tumba, y las heridas en las manos, pies y costado, que mantuvo después de su resurrección.

Y mientras se dice:

Por sus santas llagas

Gloriosas

Nos proteja

Y nos guarde

Jesucristo Nuestro señor. Amén

Y se enciende el cirio con el fuego nuevo diciendo

Que la Luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y nuestro espíritu.

Este gesto reforzaba el tema de la presencia de Cristo entre nosotros ahora y por toda la eternidad.

El cirio pascual permanece en el santuario en su soporte especial durante los 50 días completos de la temporada de Pascua.

E ilumina los servicios litúrgicos durante ese tiempo.

Después de Pentecostés la vela se colocará junto a la fuente bautismal. 

El cirio se enciende durante los bautismos durante todo el año, pasando la luz de Cristo a cada bautizado.

También puede ser utilizado en los servicios funerarios, y se coloca al lado del ataúd durante una misa funeral.

En los servicios funerarios es un recordatorio de que el sacramento del bautismo es en sí mismo una muerte y resurrección de Cristo, y da testimonio de la certeza cristiana en la resurrección de los muertos y la vida con Cristo en el mundo por venir.

    

PROCESIÓN SOLEMNE CON EL CIRIO PASCUAL

Luego del encendido el sacerdote que preside la ceremonia, el diácono y los fieles caminan desde donde se encendió el fuego nuevo y por el centro de la iglesia,

Se dice por tres veces para simbolizar la Santísima Trinidad: “Luz de Cristo” y se responde: “demos gracias a Dios”.

Se encienden los cirios de los sacerdotes y de los fieles con la luz del cirio por la cual Cristo Rey (Domingo de Ramos), Cristo Eucaristía (Jueves Santo), Cristo Crucificado y muerto (Viernes Santo) celebran su Resurrección en esta noche: este es el misterio de la Pascua.

El Cirio Pascual se bendice por medio del bellísimo cántico llamado el Pregón Pascual: “Exsultet”.

Es la primera palabra que sirve de título de la oración cantada por un diácono mientras bendice el Cirio Pascual.

Esta oración se atribuye a San Agustín y se usa desde el siglo VII.

Este himno es la culminación de esta “Fiesta de Luz”.

Es el anuncio oficial de la Resurrección.

Se canta la presentación y misterio de esta noche santa y con ella la gran gesta redentora de Cristo.

Esta es la noche
en la que por toda la tierra,
los que confiesan su fe en Cristo, son arrancados
de los vicios del mundo
y de la oscuridad del pecado,
son restituidos a la gracia
y son agregados a los santos….

Así ha quedado bendecido el Cirio Pascual; símbolo de Cristo que ilumina al mundo con el brillo de su divinidad, evidenciada con su Resurrección.

    

CANTIGA 211 “APOSTOS MIRAGRES FAZ TODAVIA”

Cómo hizo Santa María para que las abejas rellenasen de cera un cirio pascual que se había quemado mucho.

Santa María hace siempre milagros oportunos y hermosos por nosotros.

Los hace muy oportunos para que nos complazca conocerlos y los creamos: y los hace hermosos para que codiciemos conseguir su compañía.

Con tal fin la Reina de piedad hizo un gran milagro en una ciudad llamada Elche, como en verdad me confirmó mucha gente que había allí.

Sucedió un día de Pentecostés, en el que una gran multitud de hombres y mujeres acudió presurosa a su iglesia para oír la misa que en ella se decía, solemnemente cantada, como cumple a tal fiesta, que se prolongó hasta pasado el mediodía.

Y entonces vieron algo muy ostensible y que disgustó mucho a todos los fieles: lo que vieron fue el cirio pascual menguado, muy consumido por el fuego en una parte. Y esto contrarió tanto al pueblo que nadie dejó de entristecerse.

Mientras se preocupaban de eso vieron entrar volando un enjambre de abejas blanquísimas en el momento en el que el oficiante iba a decir la consagración: las abejas, nada más llegar enjambraron en un hueco de la pared y desde allí trabajaron sobre el cirio, añadiéndole la cera que había perdido.

Al ver esto, todos los fieles se dieron cuenta de que era un milagro, loaron a la Virgen y cada uno de ellos se sintió más creyente de lo que antes fuera.

Las abejas no quisieron irse sino que permanecieron largo tiempo allí y produjeron mucha miel y cera trabajando sin descanso.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

¿Te gustó este artículo? Entra tu email para recibir nuestra Newsletter, es un servicio gratis:

Categories
FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Foros de la Virgen María Liturgia REFLEXIONES Y DOCTRINA Sacramentos y sacramentales

Que dice el Catecismo de la Iglesia Católica sobre la Liturgia

I  ¿QUIEN CELEBRA?

1136 La Liturgia es «acción» del «Cristo total» (Christus totus). Los que desde ahora la celebran, más allá de los signos, participan ya de la liturgia del cielo, donde la celebración es enteramente Comunión y Fiesta.

La celebración de la Liturgia celestial

1137 El Apocalipsis de san Juan, leído en la liturgia de la Iglesia, nos revela primeramente que «un trono estaba erigido en el cielo y Uno sentado en el trono» (Ap 4, 2): «el Señor Dios» (Is 6, 1). (1) Luego revela al Cordero, «inmolado y de pie» (Ap 5, 6): (2) Cristo crucificado y resucitado, el único Sumo Sacerdote del santuario verdadero, (3) el mismo «que ofrece y que es ofrecido, que da y que es dado». (4) Y por último, revela «el río de Vida que brota del trono de Dios y del Cordero» (Ap 22, 1), uno de los más bellos símbolos del Espíritu Santo. (5)

1138 «Recapitulados» en Cristo, participan en el servicio de la alabanza de Dios y en la realización de su designio: las Potencias celestiales, (6) toda la creación (los cuatro Vivientes), los servidores de la Antigua y de la Nueva Alianza (los veinticuatro ancianos), el nuevo Pueblo de Dios (los ciento cuarenta y cuatro mil), (7) en particular los mártires «degollados a causa de la Palabra de Dios» (Ap 6, 9-11), y la Santísima Madre de Dios (La mujer, la Esposa del Cordero), (8) finalmente «una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, razas, pueblos y lenguas» (Ap 7, 9).

1139 En esta Liturgia eterna el Espíritu y la Iglesia nos hacen participar cuando celebramos el Misterio de la salvación en los sacramentos.

Los celebrantes de la liturgia sacramental

1140 Es toda la comunidad, el Cuerpo de Cristo unido a su Cabeza quien celebra. «Las acciones litúrgicas no son acciones privadas, sino celebraciones de la Iglesia, que es ‘sacramento de unidad’, esto es, pueblo santo, congregado y ordenado bajo la dirección de los obispos. Por tanto, pertenecen a todo el Cuerpo de la Iglesia, influyen en él y lo manifiestan, pero afectan a cada miembro de este Cuerpo de manera diferente, según la diversidad de órdenes, funciones y participación actual». (9) Por eso también, «siempre que los ritos, según la naturaleza propia de cada uno, admitan una celebración común, con asistencia y  participación activa de los fieles, hay que inculcar que ésta debe ser preferida, en cuanto sea posible, a una celebración individual y casi privada». (10)

1141 La asamblea que celebra es la comunidad de los bautizados que, «por el nuevo nacimiento y por la unción del Espíritu Santo, quedan consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo para que ofrezcan, a través de todas las obras propias del cristiano, sacrificios espirituales». (11) Este «sacerdocio común» es el de Cristo, único Sacerdote, participado por todos sus miembros: (12)

La Madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a aquella participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige la naturaleza de la liturgia misma y a la cual el pueblo cristiano»linaje escogido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido» (1 P 2, 9), (13) tiene derecho y obligación, en virtud del bautismo. (14)   

1142 Pero «todos los miembros no tienen la misma función» (Rm 12, 4). Algunos son llamados por Dios en y por la Iglesia a un servicio especial de la comunidad. Estos servidores son escogidos y consagrados por el sacramento del Orden, por el cual el Espíritu Santo los hace aptos para actuar en representación de Cristo-Cabeza para el servicio de todos los miembros de la Iglesia. (15) El ministro ordenado es como el «icono» de Cristo Sacerdote. Por ser en la Eucaristía donde se manifiesta plenamente el sacramento de la Iglesia, es también en la presidencia de la Eucaristía donde el ministerio del obispo aparece en primer lugar, y en comunión con él, el de los presbíteros y los diáconos.  

1143 En orden a ejercer las funciones del sacerdocio común de los fieles existen también otros ministerios particulares, no consagrados por el sacramento del Orden, y cuyas funciones son determinadas por los obispos según las tradiciones litúrgicas y las necesidades pastorales. «Los acólitos, lectores, comentadores y los que pertenecen a la ‘schola cantorum’ desempeñan un auténtico ministerio litúrgico». (16)

1144 Así, en la celebración de los sacramentos, toda la asamblea es «liturgo», cada cual según su función, pero en «la unidad del Espíritu» que actúa en todos. «En las celebraciones litúrgicas, cada cual, ministro o fiel, al desempeñar su oficio, hará todo y sólo aquello que le corresponde según la naturaleza de la acción y las normas litúrgicas». (17)

II  ¿COMO CELEBRAR?

Signos y símbolos

1145 Una celebración sacramental está tejida de signos y de símbolos. Según la pedagogía divina de la salvación, su significación tiene su raíz en la obra de la creación y en la cultura humana, se perfila en los acontecimientos de la Antigua Alianza y se revela en plenitud en la persona y la obra de Cristo.

1146 Signos del mundo de los hombres. En la vida humana, signos y símbolos ocupan un lugar importante. El hombre, siendo un ser a la vez corporal y espiritual, expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos y de símbolos materiales. Como ser social, el hombre necesita signos y símbolos para comunicarse con los demás, mediante el lenguaje, gestos y acciones. Lo mismo sucede en su relación con Dios.

1147 Dios habla al hombre a través de la creación visible. El cosmos material se presenta a la inteligencia del hombre para que vea en él  las huellas de su Creador. (18) La luz y la noche, el viento y el fuego, el agua y la tierra, el árbol y los frutos hablan de Dios, simbolizan a la vez su grandeza y su proximidad.

1148 En cuanto creaturas, estas realidades sensibles pueden llegar a ser lugar de expresión de la acción de Dios que santifica a los hombres, y de la acción de los hombres que rinden su culto a Dios. Lo mismo sucede con los signos y símbolos de la vida social de los hombres: lavar y ungir, partir el pan y compartir la copa pueden expresar la presencia santificante de Dios y la gratitud del hombre hacia su Creador.

1149 Las grandes religiones de la humanidad atestiguan, a menudo de forma impresionante, este sentido cósmico y simbólico de los ritos religiosos. La liturgia de la Iglesia presupone, integra y santifica elementos de la creación y de la cultura humana confiriéndoles la dignidad de signos de la gracia, de la creación nueva en Jesucristo.

Notas:
1- Cf Ez 1, 26-28.
2- Cf Jn 1, 29.
3- Cf Hb 4, 14-15; 10, 19-21.
4- Liturgia de san Juan Crisóstomo, Anáfora.
5- Cf Jn 4, 10-14; Ap 21, 6.
6- Cf Ap 4-5; Is 6, 2-3.
7- Cf Ap 7, 1-8; 14, 1.             
8- Cf Ap 12 y Ap 21, 9.
9- Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, 26.
10- Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, 27.
11- Concilio Vaticano II, Lumen gentium, 10.
12- Cf Concilio Vaticano II, Lumen gentium, 10; 34; Id., Presbyterorum ordinis, 2.
13- Cf 1 P 2, 4-5.
14- Concilio Vaticano II, Sacrosanctum  concilium, 14.
15- Cf Concilio Vaticano II, Presbyterorum ordinis, 2 y 15.
16- Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, 29.
17- Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, 28.
18- Cf Sb 13, 1; Rm 1, 19-20; Hch 14, 17.
Categories
A la Inmaculada Concepción DEVOCIONES Y ORACIONES

Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción

“Hermosa como la luna, elegida como el sol, terrible como un ejército en orden de batalla”

Después de consultar muchos archivos y fuentes históricas, el Pe. Colin, biógrafo de San Alfonso María de Ligorio, concluyó que Frei Bernardino de Busti (1450-1513), el gran e ilustre predicador franciscano, fue el autor del Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción.

Oriundo de la familia de los Busti, de Milán, hizo en esta ciudad sus primeros estudios, terminando jurisprudencia en Pavía. En 1475 ingresó en la Orden de los Frailes Menores, en la cual se destacó por el ejemplo de sus virtudes y por el brillo de su inteligencia.

Filósofo y teólogo, versado también en el Derecho eclesiástico y civil, Fray Bernardino de Busti, se distinguió como apóstol y escritor particularmente mariano. La fecundidad de su espíritu produjo diversas obras, siendo la mayor y más difundida el «Mariale de singulis festivatis Beatae Virginae Mariae» realizada en 1492, citada frecuentemente por los autores eclesiásticos. Referente a la Inmaculada Concepción, publicó nueve sermones, además de su «Officium et Missa de Immaculata Conceptione».

Fray Bernardino murió, en olor de santidad, entre los años 1513 y 1515 (probablemente el día 8 de mayo de 1513), en el convento de Santa María della Misericordia, en Melegnano (Lombardía). No tardó mucho para que la devoción popular -vox populi Dei- lo proclamase bienaventurado(2).

DIFUSIÓN

A pesar de la virtuosa penumbra en que dejó que quedara su autor, el Pequeño Oficio se difundió enormemente por el orbe católico. Entre los que cooperaron para ello, se encuentra especialmente San Alfonso Rodríguez, S.J., natural de Segovia (España). Ardoroso devoto de la Santísima Virgen, este insigne jesuita recibió con júbilo el salterio mariano, que consideraba el más bello himno de alabanza a la Inmaculada Soberana.

Escribe San Alfonso Rodríguez de sí mismo, en tercera persona: «(Cierto día) este hombre daba gracias después de la comida, cuando se vio en presencia de la Santísima Virgen que lo favoreció con su trato íntimo y familiar. Recibió de Ella la orden de escribir las oraciones que acostumbraba a rezar. Teniendo recelo de que fuera una ilusión, fue tranquilizado por María, que nuevamente lo exhortó a obedecer para la gloria de Dios.

Las oraciones que desde hacía mucho acostumbraba a dirigir a la Virgen eran principalmente el Rosario, la Letanía de Nuestra Señora, el Oficio de su Santísima Concepción (que sabía de memoria), doce Salves y doce Ave-Marías para recordar cada hora la beatísima Concepción y alcanzar el auxilio de Jesús contra los ataques del pecado. Cuando cumplía estas prácticas de piedad, se sentía maravillosamente abrasado en devoción y amor; y disfrutaba de los más deliciosos coloquios con María» (Acta SS.).

Cuando era portero del colegio de Mallorca, como hermano coadjutor de la Compañía de Jesús, San Alfonso Rodríguez no esperó a la invitación de la Madre de Dios para difundir entre sus conocidos la práctica de esta devoción mariana. Siempre que se lo permitían sus funciones, recomendaba a todos el pequeño Oficio como medio de alabar especialmente a la Santísima Virgen(3).

En los momentos de descanso, transcribía a mano esta oración y la distribuía entre los alumnos del colegio, enseñándoles al mismo tiempo la manera de recitarla. De este piadoso apostolado no excluía a sus hermanos de hábito, extendiendo así la práctica del Pequeño Oficio a las demás casas de la Compañía de Jesús.

San Alfonso Rodríguez falleció en octubre de 1617, tras haber sido coronados sus esfuerzos.

No fue menor el ejemplo de San Alfonso María de Ligorio. Doctor de la Iglesia y Fundador de los Redentoristas, jurando defender con su propia vida el privilegio de la Inmaculada Concepción. Desde el momento en que conoció el Pequeño Oficio, pasó a rezarlo todos los días.

Según autores competentes, cierta vez la Santísima Virgen se apareció a San Alfonso, agradeciéndole y aprobando la recitación de las piadosas Horas. Luego le ordenó que las escribiese y las difundiese(4).

También las Congregaciones Marianas ayudaron de modo relevante a la propagación de este Oficio. Muchos miembros poseían su propia edición y la rezaban en todas las reuniones.

MODO DE REZAR

El pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción sigue las divisiones tradicionales del gran Oficio divino, cuya recitación distribuyó en diferentes horas del día el salterio del Rey y Profeta David, que decía: «Siete veces al día, te dirigirás al Señor en alabanzas».

De acuerdo con los cánones del Breviario, se reparte así:

Maitines: antes de la aurora
Prima: a las 6 horas

Tercia: a las 9 horas
Sexta: a las 12 horas
Nona: a las 15 horas
Vísperas: al atardecer
Completas: por la noche

Aunque se puede rezar todo de una vez, es mejor seguir esta división que renueva, durante el día, el recuerdo y las excelsas alabanzas a María Santísima. Si se recita en coro el Pequeño Oficio, se debe hacerlo por entero, adecuado al lugar y al número de personas que lo rezan. La pronunciación debe ser clara, bien inteligible y al unísono, para que pueda infundir devoción a los que rezan y a los que oyen.

A las palabras: «Abre ahora mis labios», se hace, con el pulgar derecho, una señal de la cruz en los labios. En Completas, al decir: «Conviértenos Jesús», la señal de la cruz se hace en el pecho, con el mismo pulgar. Todas las veces que se dice: «En mi socorro venid ya, Señora» se hace la señal de la cruz completa.

Los Himnos se suelen rezar de pie. El «Oremos» final de cada Hora, de rodillas, al igual que el ofrecimiento y las oraciones después del Oficio. Este pequeño ceremonial, aunque no es obligatorio, nos lleva a atender el deseo de la Santa Madre Iglesia de que se rece el Oficio dignamente, con piedad y atención.

INDULGENCIAS

Tuvo el inmortal Pontífice Pío IX, el Papa de la Inmaculada Concepción, la honra de consagrar mundialmente el Oficio Menor.

A petición de Mons. Carlos F. Rousselet, Obispo de Sée (Francia), se concedió 300 días de indulgencia, por la recitación de estas Horas: De igual modo, Pío IX concedió 100 días de indulgencia a quien rezase la antífona «Esta es la Virgen», con el verso, el responso y la oración(5).

 

TEXTO DEL PEQUEÑO OFICIO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

MAITINES
V.- Entonad ahora, labios míos,
R.- Los dones y las glorias de la Virgen Madre de Dios.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, ¡oh Virgen Madre!, Señora mía,
Estrella de la mañana, del Cielo Reina.
Llena de gracia sois; salve, luz pura,
Velad por el mundo y por toda criatura.
Para Madre el Señor os destinó
El que los mares, la tierra y el Cielo creó.
Él preservó vuestra Concepción
De la mancha que todos tenemos desde Adán. Amén.

V.- Dios la escogió y la predestinó.
R.- En su Tabernáculo la hizo habitar.
V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.

Oremos: Santa María, Reina de los Cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Dominadora del mundo, que a nadie desamparáis ni despreciáis; poned, Señora, en mí, los ojos de vuestra piedad y alcanzadme de vuestro amado Hijo el perdón de todos mis pecados, para que, venerando ahora afectuosamente vuestra Inmaculada Concepción, consiga después la corona de la eterna bienaventuranza: por el mismo Hijo vuestro, Jesucristo, Señor Nuestro, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en unidad perfecta, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.
V.- Bendigamos al Señor.
R.- Demos gracias a Dios.
V.- Las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R.- Amén.

 

PRIMA

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, Virgen Prudente, destinada
Para dar al Señor digna morada.
Con las siete columnas de la Escritura,
Del templo a la mesa os ornó en figura.
Fuisteis libre del mal que al mundo espanta,
Y en el seno materno siempre santa.
Puerta de los Santos: Eva, Madre de la vida,
Estrella de Jacob aparecida.
Armáis la escuadra contra Luzbel;
Sed amparo y refugio del pueblo fiel. Amén.
V.- Él mismo la creó en el Espíritu Santo.
R.- Y la representó maravillosamente en todas sus obras.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines ).

 

TERCIA

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Sois el Arca de la Alianza, el Trono de Salomón,
Bello iris celeste, zarza ardiente de visión.
Vos sois la Virgen florida, el velo de Gedeón,
Divino portal cerrado, el panal del fuerte Sansón.
Convenía, ciertamente, que la Madre de tan noble Hijo
No tuviese de Eva la mancha y resplandeciese con todo el brillo.
Y habiendo el Verbo escogido por madre a la Virgen casta,
No quiso que estuviese sujeta a la culpa que el mundo arrastra. Amén.

V.- Yo habito en lo más alto del Cielo.
R.- Y mi trono está sobre la columna de las nubes.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

SEXTA

V.-En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Dios os salve, Virgen Madre, Vos sois el templo de la Trinidad,
El puro encanto de los Ángeles, agasajo de castidad.
Sois el consuelo de los tristes, el huerto de la alegría,
Sois la palma de la paciencia, el cedro de la pureza.
María, Vos tierra sois, bendita y sacerdotal,
Concebida y preservada sin pecado original.
Ciudad Santa del Altísimo, del Cielo entrada oriental,
Hay en Vos, Virgen singular, toda la gracia celestial. Amén.

V.- Como un lirio entre los espinos,
R.- Así es mi predilecta entre los hijos de Adán.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

NONA

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Sois ciudad de refugio, de torres fortalecida,
Por David atrincherada, y de armas también defendida.
Sin pecado concebida, en caridad abrasada,
Fue del dragón la soberbia, por Vos, herida y humillada.
Sois la bella Abigail, Judith invicta y entusiasmada,
Fuisteis del verdadero David Madre tierna, Madre cariñosa.
Raquel dio a Egipto un prudente gobernador,
La Virgen de las vírgenes dio al mundo su Salvador. Amén.

V.- Sois toda hermosa, ¡oh Madre querida!
R.- Y la mancha original nunca os tocó
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

VÍSPERAS

V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, regulador celeste, por el cual
El sol retrocedió en diez líneas.
A fin de encarnarse el Verbo eterno, y ser humillado,
Y el hombre, como el sol, al Cielo ser levantado.
De aquel sol brillante la Virgen tiene el fulgor,
Y cual aurora naciente refulge en esplendor.
Lirio entre los espinos, la cabeza del dragón pisando,
Cual luna bella ilumina a los que en el mundo van errando. Amén.

V.- Yo hice nacer en el Cielo la luz que no se apaga
R.- Y cubrí como niebla la tierra entera
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

COMPLETAS

V.- Conviértenos Jesús, por vuestro amor.
R.- Y retira de nosotros tu furor.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…

Himno

Salve, floreciente Virgen pura,
Reina de astros coronada.
Más pura que los Ángeles, tenéis el trono
A la derecha del Rey, en nuestro auxilio.
¡Oh Madre de gracia!, nuestra dulce esperanza,
Del mar Estrella y puerto de bonanza.
Puerta del Cielo, salud en la enfermedad,
De Dios nos guía a la feliz presencia. Amén.

V.- Vuestro Nombre ¡oh María!, es como un bálsamo.
R.- Mucho os aman vuestros siervos fieles.
V.- Proteged, Señora, etc. (Se repiten las mismas oraciones del final de Maitines).

 

DESPUÉS DEL OFICIO

Acepta, ¡oh Virgen!
Esta devoción
En alabanza de vuestra
Pura Concepción.
Sednos en la vida
Defensora y guía;
Sednos aliento
En nuestra agonía.
¡Oh Madre de bondad!,
¡Oh dulce María!.

Antífona. Esta es la Virgen admirable, en la cual no hubo mancha original, ni sombra de pecado.

V.- En vuestra Concepción, ¡oh Virgen!, fuisteis Inmaculada.
R.- Rogad por nosotros al Padre Eterno, cuyo Hijo trajisteis al mundo.

Oremos. ¡Oh Dios! que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste a vuestro Hijo una digna morada, os rogamos que, pues en virtud de la previsión de la muerte de vuestro Hijo la preservasteis de toda mancha, nos concedáis también que, purificados por su intercesión, lleguemos a vuestra Divina Presencia. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

________________________________

1. ) San Luis María Grignion de Montfort. «Tratado de la verdadera Devoción a La Santísima Virgen».
2. ) Cfr. Enciclopedia Católica, Ed Sansoni (Firenze).
3. ) San Alfonso Rodríguez fue también un ardiente propagandista del Oficio Parvo de Nuestra Señora, compuesto en época más remota que el de la Inmaculada Concepción y basándose en los Salmos del Breviario. (Cfr.Fr. Antonio Royo Marín, O.P. «La Virgen María, Teología y espiritualidad marianas, B.A.C.)
4. )Cfr. Béringer,»Les Indulgences»,apud Pe.Texier «Les paroles de la Sainte Vierge». Librairie Religieuse H. Oudin, (París).
5. ) Excepto las referencias indicadas por las notas precedentes, se basa esta introducción en la del Pequeño Oficio de la Inmaculada Concepción, Ed. Paulinas, (São Paulo).

Fuente: D. João S. Clá Dias (Heraldos del Evangelio)
 

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:



Categories
Catolicismo Liturgia y Devociones NOTICIAS Noticias 2011

El Maestro de Ceremonias Pontificias habla sobre los cambios litúrgicos del Papa [2011-04-06]

Importantes declaraciones ha dado Mons. Guido Marini al semanario católico polaco Niedziela (www.niedziela.pl), sobre el sentido de las modificaciones litúrgicas introducidas por Benedicto XVI en las celebraciones de su pontificado. En entrevista concedida a Wlodzimierz Redzioch, el Maestro Papal de Ceremonias Pontificias habló sobre la belleza en la liturgia, las intenciones de los Padres conciliares en sus disposiciones al respecto y el papel del Sumo Pontífice como punto de referencia litúrgico para la Iglesia Universal, entre varios otros temas.

«El Papa es el Sumo Sacerdote, aquel que ofrece el sacrificio de la Iglesia, el que ofrece la enseñanza litúrgica a través de celebraciones – el punto de referencia para todos», sentenció Mons. Marini.

Preguntado por el significado concreto de modificaciones tales como celebraciones dirigidas hacia la cruz, la Santa Comunión recibida directamente en la boca y de rodillas, y largos momentos de silencio y meditación, el Maestro de Ceremonias expresó, en sintéticas reflexiones, que «celebrar dirigido hacia la cruz hace hincapié en la dirección correcta de la oración litúrgica, es decir, hacia Dios; durante las oraciones los fieles no han de mirarse a sí mismos sino que deben dirigir sus ojos hacia el Salvador».

«Dar la hostia a la gente arrodillada busca dar valor al aspecto de adoración, tanto como elemento fundamental de la celebración, así como actitud necesaria, mientras contemplamos el misterio de la presencia real de Dios en la Eucaristía. Durante la celebración litúrgica la oración asume diversas formas: palabras, canciones, música, gestos y silencios. Por otra parte, los momentos de silencio nos permiten participar realmente en el acto de adoración, y lo que es más, desde el interior evocar cualquier otra forma de oración», expresó Mons. Marini.

«Estos son cambios realizados de acuerdo con la lógica de desarrollo de continuidad con el pasado. Así, nosotros no nos ocupamos de romper con el pasado y con yuxtaponernos a pontificados anteriores. (…) los cambios introducidos sirven para evocar el verdadero espíritu de la liturgia como el Concilio Vaticano II ha querido, «El ‘tema’ de la belleza intrínseca de la liturgia es Cristo mismo, resucitado y glorificado en el Espíritu Santo, quien incluye a la Iglesia en su obra«, afirmó.

En claras y profundas reflexiones, y tras resaltar la importancia de la exhortación apostólica «Sacramentum Caritatis», Mons. Guido Marini resaltó el papel de la belleza en la liturgia, belleza que constituye «una rica categoría litúrgica y teológica»: «Al igual que el resto de la Revelación cristiana, la liturgia es intrínsecamente vinculada a la belleza: es ‘veritatis splendor’ [esplendor de la verdad]. (…) Esto no es mero esteticismo sino el modo concreto en que la verdad del amor de Dios en Cristo llega a nuestro encuentro, nos atrae y nos deleita, permitiéndonos salir de nosotros mismos y llevándonos hacia nuestra verdadera vocación, que es el amor. La mayor verdadera belleza es el amor de Dios, que definitivamente se ha revelado a nosotros en el misterio pascual», dijo.

«La belleza de la liturgia es parte de este misterio -continuó Monseñor-, es una expresión sublime de la gloria de Dios y, en cierto sentido, un reflejo del cielo en la tierra. La Belleza, entonces, no es un mero adorno, sino un elemento esencial de la acción litúrgica, ya que es un atributo de Dios mismo y su revelación. »

Sobre el uso del latín en la liturgia, recomendado por el Concilio Vaticano II, Mons. Marini destacó su carácter de universalidad y el papel de comunión que puede desempeñar entre fieles de las más diversas nacionalidades, entre otros.

«Por encima de todo, tenemos un gran legado litúrgico en el Latín: desde el canto gregoriano a la polifonía, así como los ‘testi venerandi’ [textos sagrados] que los cristianos han utilizado durante mucho tiempo. Además, el Latín nos permite mostrar la catolicidad y la universalidad de la Iglesia. Podemos experimentar esta universalidad de una manera única en la Basílica de San Pedro y en otras reuniones internacionales cuando hombres y mujeres de todos los continentes, nacionalidades, idiomas, cantan y oran en el mismo idioma. ¿Quién no se sentirá como en casa cuando están en una iglesia en el extranjero y pueden unirse a sus hermanos en la fe, al menos en algunos momentos, utilizando el latín?», manifestó.

Fuente Gaudium Press

 

Más noticias relacionadas

Lea las últimas noticias de Signos de estos Tiempos

“Signos de estos Tiempos” un noticiario sobre categorías cristianas de análisis


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: