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¿En qué creen los Cristianos?

La historia sobrenatural estos nacimientos se están convirtiendo en un secreto para iniciados.

Porque vivimos en una sociedad cada vez alejada y hostil al evangelio.

Y las verdades de fe son atacadas desde distintos flancos.

Se siembra la duda en los creyentes manipulando la ciencia para presentarla falsamente contraria a la Fe.

Por lo menos un par de generaciones en occidente han dejado de escuchar la más grandiosa historia jamás contada.
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Pero vale la pena contarla aquí.
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Así que prepárate a para leer la historia que cambió el curso de la humanidad.

Porque en la actualidad se ha minado la credibilidad de la Biblia y la enseñanza de la Iglesia con prejuicios hacia los testigos cristianos.

Esta desconfianza infundada lleva a “reinterpretar” el pasado a partir un juicio crítico que suele llevar a una conclusión común: el cristianismo piadoso está inspirado en un cúmulo de errores históricos.

Sin embargo los hechos han dejado huella y son imposibles de borrar, sólo se les puede apartar tendenciosamente.

Examinando los registros antiguos se puede llegar a redescubrir los cimientos de la historia cristiana.

   

CUÁLES SON LOS FUNDAMENTOS DE LA FE CRISTIANA

Los cristianos creen en la existencia de un único Dios, eterno y creador de todas las cosas, que es infinitamente bueno.

Cree en la existencia de la Santísima Trinidad formado por tres personas: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.

Y que hay un mundo sobrenatural que no vemos con nuestros ojos físicos, un cielo donde tenemos la promesa de vivir la vida eterna y un infierno si no aceptamos la promesa de Dios.

Cree que los seres humanos fueron creados imagen y semejanza de Dios, pero su pecaminosidad los hizo caer y alejarse de Dios.

Por eso Dios envío a Su Hijo para salvar a los seres humanos de la muerte eterna.

Jesucristo se hizo hombre en el vientre de la Santísima Virgen María y recorrió la Tierra hace 2000 años, expiando nuestros pecados.

El cristianismo cree que todos los seres humanos nacen con el pecado original que sólo el bautismo elimina y que es necesario para la salvación.

Y que vivimos en un mundo de gracia que es un regalo no merecido de Dios, para participar en lo divino y que nos inspira a hacer la voluntad de Dios.

Pero que tenemos libre albedrío aceptar o no aceptar los mandamientos de Dios.

Los cristianos creen qué Jesús creó una iglesia Santa católica, apostólica y universal, que es el cuerpo de Cristo y al que pertenecen los creyentes.

Y su objetivo es proclamar el evangelio y servir a Dios en el mundo.

Los cristianos también creen en el regreso personal y visible de Jesucristo en su gloria para resucitar a los muertos, realizar el juicio final y conducir directamente a los fieles al cielo, donde el sufrimiento y la muerte desaparecerán y los cristianos vivirán para siempre en presencia de Dios.

Cree en la inspiración divina de la Biblia como libre de errores y revelada por Dios.

Esta revelación de Dios presenta una brújula moral en los 10 mandamientos y en las bienaventuranzas, para dirigir la vida de la humanidad.

Estos son los cimientos filosóficos de las creencias cristianas.

Pero también es necesario creer en los aspectos sobrenaturales de la realidad en que vivimos

Y en especial la historia de la llegada del hijo de Dios a la Tierra que veremos en adelante.

   

EL NACIMIENTO E INFANCIA DE MARÍA

Se sabe que fue inmaculada, libre de todo pecado, desde su concepción y para siempre.
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Pero no se sabe ni el año ni el lugar exacto del nacimiento de la nuestra Madre.

Se puede estimar que nació entre los años 20 y 15 a.C. según diversas fuentes que van desde opiniones de estudiosos hasta el escrito apócrifo del Protoevangelio de Santiago (150 d.C.).

De este mismo libro la Iglesia toma los nombres devocionales de los padres de María: Joaquín y Ana.

Según esta tradición, san Joaquín se retiró al desierto donde ayunó 40 días para pedir por su esposa estéril, santa Ana, y mientras ella afligida rezaba al Señor un ángel se presentó diciéndole que concebiría y daría a luz una niña.

Así el nacimiento de María se presenta como un milagro.

En cuanto al lugar, hay disenso si fue en Séforis, Belén, Jerusalén, o Nazaret, san Jerónimo de Estridón opina que fue en esta última ciudad.

Por su parte San Agustín, en contra Faustum, 13,9, opina que María pertenece al linaje de David y por lo tanto a la tribu de Judá:

Nosotros, pues, creemos que también María fue de la estirpe de David, porque creemos a las Escrituras, que dicen que Cristo es del linaje de David según la carne.

…acerca de su Hijo Jesucristo, Señor nuestro, nacido del linaje de David según la carne, (Romanos 1:3)

Y ya que María fue la única en dar carne al Verbo, se asume que fue de este linaje también ella junto a José, padre putativo de Nuestro Señor.

El Señor sería válidamente del linaje de David tanto por la adopción de san José como por su lazo consanguíneo con su Madre.

En la Iglesia celebramos el nacimiento de María el 8 de septiembre, nueve meses después de la fiesta de la Inmaculada Concepción que se celebra el 8 de diciembre.

   

LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

Esta es la primera aparición explícita de nuestra Madre en las Sagradas Escrituras, María tendría entre 15 y 20 años de edad.

Para entonces ella estaba comprometida con San José.

En la ley judía esto era ya un matrimonio, sólo a la espera de la última ceremonia formal y vivir como marido y mujer bajo el mismo techo.

Para calcular la fecha de la Anunciación se debe calcular antes el nacimiento de san Juan el Bautista.

La anunciación del nacimiento de Juan pasó mientras su padre, el sacerdote Zacarías, se encontraba sirviendo en el templo de Jerusalén en “el turno de Abías”. (Lucas 1,5).

De los 24 turnos sacerdotales posibles (Nehemías 12,17), el de Abías servía durante la semana 32 del ciclo anual y ésta corresponde con la segunda semana del mes judío de Tishri, y en nuestro calendario estaría entre el 22 de septiembre y el 8 de octubre.

Siendo Juan concebido a finales de septiembre y sumando 9 meses de gestación, él nacería en Junio, lo que coincide con la fiesta litúrgica de la Natividad de san Juan el Bautista que celebramos el día 24 de ese mes.

Por su parte, María después de concebir a Jesús fue a visitar a su prima santa Isabel que tenía 6 meses de embarazo (Lucas 1,36).

Teniendo en cuenta esto, la anunciación ocurrió aproximadamente el 25 de Marzo, y hasta el día de hoy la Iglesia celebra en ese día la Solemnidad de Anunciación del Señor.

Otro hecho destacable de la Anunciación a María es que Dios se revela como Trinidad en el anuncio del ángel:

Respondió el ángel y le dijo: –El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá Santo será llamado Hijo de Dios. (Lucas 1:35)

La relación de María con la Santísima Trinidad está atestiguada en la jaculatoria devocional que reza:

“María, Hija de Dios Padre, María Madre de Dios Hijo, María Esposa –espiritual- de Dios Espíritu Santo, ruega por nosotros”.

   

EL MAGNIFICAT Y LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA

Durante su visita a Isabel, María es reconocida por su prima como como madre de su “Señor” (Lucas 1,43).

La palabra griega para «Señor» acá es (Kurios), que a su vez es el equivalente de Adonai en hebreo.

Esta es la misma palabra que utiliza María en el versículo 46, para designar al Dios de Israel.

Por lo tanto, Isabel llena del Espíritu Santo, garantía de que no se equivocó, llamó a María, Madre de «Adonai» o sea Madre de Dios.

Durante esta visita, María también exclamó (Lucas 1,46-55):

  • (v.46) Proclama mi alma las grandezas del Señor (Kurios)
  • y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador:
  • porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava;
  • por eso desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones.

Y la profundidad del versículo 46 no termina allí, este “Proclama” viene de la palabra griega que significa literalmente: Alargar, hacer más grande, engrandecer, glorificar, enaltecer, tener en alta estima.

La traducción tradicional tiene mayor sentido: “Magnifica (Magníficat) mi alma las grandezas del Señor”, como una lupa el alma –sin pecado- de María muestra la grandeza de Dios.

Que ella sea sin pecado no menosprecia la grandeza de Dios, la prueba y la hace más evidente, pues ella santa e inmaculada como es, fue creada y salvada por Él, ella es la obra maestra que apunta al mayor artista, Dios.

Es por esto que bendecir (“bienaventurar”) a María ha sido parte de la tradición cristiana desde el inicio, desde el saludo de santa Isabel hasta nuestros días, y por todas la generaciones hasta que Cristo regrese.

Bendecirla es reconocer el poder y bondad de Dios para hacerla en todo agradable a Él, modelo para todos nosotros y eslabón eficaz por el cual Dios ha traído a Jesús, Único Mediador para la Salvación de todos, incluida ella.

EL NACIMIENTO DE JESÚS Y VIRGINIDAD PERPETUA DE MARÍA

Si sumamos 9 meses a la Anunciación/ Concepción de nuestro Señor, obtenemos la fecha del 25 de Diciembre, nuevamente coincidiendo ahora con la Solemnidad de la Natividad del Señor, la navidad.

Esto no tiene ninguna relación con las teorías modernistas sobre la influencia de fiestas paganas como la Saturnalia, o el Nacimiento del Sol Invicto en la decisión de la fecha de navidad.

Matemática básica y conocimiento del calendario litúrgico hebreo ayudaría a la Iglesia a calcular la fecha del Nacimiento del Salvador. Sin mencionar otra posibilidad muy práctica: simplemente le preguntarían a María.

Se tienen registros que la Iglesia conocía esta fecha y la celebraba desde los primeros siglos del cristianismo.

Teófilo (115-181 d.C.) obispo católico de Cesarea en Palestina dice:

«Debemos celebrar el cumpleaños de Nuestro Señor en el día de siempre, el 25 de Diciembre». (Magdeburgenses, Cent. 2. c. 6. Hospinian, De origine Festorum Chirstianorum.)

A su vez el san Telesforo, Papa reinante del 125 al 136 d.C. toma con naturalidad la celebración de la navidad e instituye la tradición de la misa de gallo, esto está registrado en el documento Liber Pontificalis.

En cuanto al año, muchos estudiosos modernos desacreditan que fuera en el año 1 a.C., proponiendo los años entre el 4 y 6 a.C. basados en las crónicas de Flavio Josefo (37 – 101 d.C.) que datan el reinado de Herodes en ese periodo.

Sin embargo, Josefo a pesar de relatar hechos fidedignos normalmente erra en la precisión de fechas, da valor simbólico a los años y mueve los hechos en el tiempo para favorecer la narrativa, esto era normal en aquella época.

El monje católico e historiador Dionisio el Exiguo (460-550 d.C.) por otra parte recurriendo a la información de la Iglesia llegó a datar el año del nacimiento de nuestro señor en el 1 a.C. (recordemos que no hay año cero).

Dionisio contó con la confianza de Beda el Venerable (672 – 735 d.C.) y está apoyado por la ciencia de la astronomía.

Históricamente Herodes murió meses después de un eclipse lunar, con los cálculos astronómicos modernos sabemos que dicho evento ocurrió el 29 de diciembre del año 1 a.C., situando la muerte del tirano en el año 1 d.C.

Jesús nacería en el 1 a.C., partiendo de esto:

Los pastores y los reyes magos visitarían al niño (6 de Enero, día de ReyesLucas 2,8-20 ; Mateo 2,1-12), Jesús sería circuncidado pasados ocho días (1 de eneroLucas 2,21) y María acudiría al templo para su “purificación” a los 40 días (2 de febrero  – Lucas 2,22-24).

Luego la sagrada familia huiría a Egipto y pasados varios meses el rey Herodes moriría, permitiendo el retorno de Jesús, María y José a Israel luego de un tiempo prudencial (Mateo 2,13-24).

Como vemos el día y año de nacimiento de Nuestro Señor con más apoyo bíblico, de la tradición y sustento astronómico serían el 25 de Diciembre del año 1 a.C., en la ciudad de Belén durante un censo (Lucas 2,1-6).

Eso en el plano humano, en el plano espiritual “la señal” del Mesías sería la Virgen que daría a luz, y esto también es puesto en duda por estudiosos e incluso cristianos, pero la biblia es clara en esta verdad.

Virgen antes del parto:

Entonces respondió. -Escuchad, casa de David. « ¿Os parece poco cansar a los hombres para que canséis también a mi Dios?

“Pues bien, el propio Señor os da un signo. Mirad, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Enmanuel.” (Isaías 7,13-14)

“María le dijo al ángel: -¿De qué modo se hará esto, pues no conozco varón?

Respondió el ángel y le dijo: -El Espíritu Santo descenderá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá Santo será llamado Hijo de Dios.” (Lucas 1,34-35)

Si Cristo no nació de Virgen, él no es el Emanuel (Dios con nosotros) y entonces seríamos dignos de lástima (1 Corintios 15,19).

Virgen durante el parto:

“Antes de sentir los dolores de parto, dio a luz. Antes de venirle los dolores de parto, alumbró a un varón.” (Isaías 66:7)

“y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el aposento.” (Lucas 2,7)

Dice san Jerónimo sobre esto: “Ninguna partera la asistió en Su parto; no intervino ninguna mujer oficiosa. Con sus propias manos ella lo envolvió en sus pañales, siendo ella misma madre y partera”.

Una mujer que ha sufrido el desgaste físico propio de dar a luz a un bebé que acaba de salir de sus entrañas normalmente no tiene la condición y fuerza para levantarse inmediatamente y arropar a su hijo.

San Agustín agrega: “Cristo pasó como la luz por el cristal al nacer de María Santísima”.

Y por si fuera poco, aunque no es dogma, de los 33 Doctores de la Iglesia ninguno niega el nacimiento indoloro de Cristo y por el contrario 20 de ellos explícitamente lo afirman.

Virgen perpetua:

Y me dijo el Señor. -Esta puerta permanecerá cerrada, no se abrirá y nadie entrará por ella, porque el Señor Dios de Israel ha entrado por ella. Permanecerá cerrada. (Ezequiel 44:2)

Si el Señor Dios clausura una puerta por haber “entrado” por ella, ¿Cuánto más reservaría el vientre de Su Madre en el que se encarnó? La respuesta es obvia.

Otro pasaje aclara más la cuestión:

Jesús, viendo a su madre y al discípulo a quien amaba, que estaba allí, le dijo a su madre: -Mujer, aquí tienes a tu hijo.

Después le dice al discípulo: -Aquí tienes a tu madre. Y desde aquel momento el discípulo la recibió en su casa. (Juan 19,26-27)

Si María hubiera tenido más hijos después de Jesús, Nuestro Señor no hubiera tenido la necesidad de encomendarla a san Juan.

Cuando en la Biblia se usa la palabra “hermanos” (Adelfos) de Jesús, ésta se usa para designar parientes o vecinos como solía hacerse en aquella época, no hay excusa para dudar de la virginidad de María.

Dios no nació de una mujer ordinaria en cuanto a gracia, sino en una mujer especial llena de gracia, y la consagró a Él ¿tan difícil es asimilar y creer esto?

Estas verdades de Fe son ciertas e históricas.

Ya lo decía Benedicto XVI:

“Hablar de Dios quiere decir, ante todo, tener bien claro lo que debemos llevar a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo:

no un Dios abstracto, una hipótesis, sino un Dios concreto, un Dios que existe, que ha entrado en la historia y está presente en la historia;

el Dios de Jesucristo como respuesta a la pregunta fundamental del por qué y del cómo vivir”.

Jesús, Señor de la historia, ten misericordia de nosotros.

Fuentes:


Informe Redactado por Marvin Marroquín. Estudios en arquitectura, filosofía, teología y apologética

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Breaking News Jesucristo MENSAJES Y VISIONES Movil NOTICIAS Noticias 2018 - julio - diciembre Vidente

María Cuenta a los Videntes el Nacimiento de Jesús

La Santísima Virgen se ha referido a la Navidad y al nacimiento de Jesús en repetidas oportunidades a varios videntes.

¿Qué información mas acreditada podemos obtener?

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Hace alrededor algo más de 20 años y en la misma ventada de tiempo, María habló de este tema con videntes de Medjugorje.
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Y también con Gladys Quiroga de Motta, la vidente de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás.
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Pero antes la había hablado a Santa Brígida de Suecia, María de Agreda, Catalina Emmerich, Luisa Picarreta, María Valtorta. 

 

LA VISIÓN DE SANTA BRÍGIDA DE SUECIA

Aunque no es una vidente actual, de cualquier forma es interesante relatar la visión de Santa Brígida porque además fue la base para obras de arte.

En una peregrinación a Belén en 1371-1372, Santa Brígida de Suecia (1302-1373) tuvo una visión de la Natividad de Cristo. 

Su descripción de esta visión se convirtió en una pintura de Niccolo di Tommaso, artista florentino, quien probablemente conoció a Santa Brígida en Nápoles alrededor de 1372.

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LA OBRA DE NICCOLO DI TOMMASO

En el ala izquierda de la obra se muestran cuatro santos:

Antonio Abad, con un bastón;

Catalina de Alejandría, con una corona, con la palma de mártir, y una rueda dentada;

el obispo Nicolás de Bari, con las tres bolas de oro que él le dio a un caballero empobrecido de las dotes de sus hijas; y

Santiago el Mayor, con el bastón de peregrino.

Arriba, en la Anunciación el ángel Gabriel se arrodilla en un prado verde.

En el ala derecha hay una escena de la Crucifixión con la Virgen de luto y Juan el Evangelista y María Magdalena abrazando la cruz.

Arriba, la Virgen arrodillada ante un altar.

La sección central muestra la visión de la Natividad de Santa Brígida de Suecia (1302-1373; canonizada 1391), que se arrodilla en oración afuera de una gruta.

Ella tiene un halo, rayos y lleva un hábito negro y velo blanco; una cantimplora de peregrino cuelga detrás de ella.

Dentro de la gruta, la Virgen se arrodilla en la adoración del Niño Jesús.

Su largo cabello rubio está suelto, y su manto y los zapatos se encuentran a su alrededor.

Jesús está desnudo, pero sus pañales están en el suelo delante de él.

José, cruzando los brazos sobre el pecho, está a punto de ponerse de rodillas.

Los rayos de luz forman mandorlas de oro alrededor de Cristo y la Virgen, y una vela ilumina el fondo de la gruta oscura.

Hay dos serafines y dos querubines. Dios Padre, lleva una corona triangular y acompañado de un ejército celestial, mira hacia abajo desde arriba.

Unas inscripciones emanan de él, la Virgen, y los dos serafines.

El tríptico de Niccolo di Tommaso de la Colección Johnson muestra a Brígida con los rayos de bienaventurada, lo que indica que se hizo antes de su canonización.

estatua de santa brigida de suecia

 

LA VISIÓN DE SANTA BRÍGIDA

Esta escena, incluyendo las inscripciones y todos los detalles, proviene de la visión, de santa Brígida que se produjo durante una visita a Belén el 13 de marzo de 1372:

Cuando estuve presente en el pesebre del Señor en Belén… 

Yo veía a una virgen de extrema belleza… envuelta en un manto blanco y una túnica delicada, a través del cual percibí claramente su cuerpo virgen.

Con ella estaba un anciano de gran honestidad, y trajeron con ellos un buey y un asno. 

Estos entraron en la cueva, y el hombre, después de haberlos atado al pesebre, salió y llevó a la virgen una vela encendida.

Entonces la virgen se quitó los zapatos de sus pies, se quitó el manto blanco, que la envolvía, se quitó el velo de la cabeza, y los puso junto a ella.

Permaneciendo así en su túnica sola con su hermoso cabello dorado cayendo libremente por sus hombros. 

Luego sacó dos pequeños lienzos y dos tejidos de lana, de exquisita pureza y finura, que había traído, para el niño que había de nacer.

Y otros dos pequeños artículos con los que cubrir la cabeza, y los puso a su lado con el fin de utilizarlos en el momento oportuno.

Y cuando todo estaba preparado de este modo, la Virgen se arrodilló con gran veneración en una actitud de oración.

Estaba de espaldas al pesebre, pero su rostro estaba levantado al cielo, hacia el este. 

Con las manos extendidas y los ojos fijos en el cielo como en éxtasis, perdida en la contemplación, en un rapto de dulzura divina. 

Y mientras ella estaba de pie en oración, vi al niño moviéndose en el vientre y de repente en un momento ella dio a luz a su hijo, quien irradiaba una luz y esplendor inefable, que el sol no era comparable al mismo.

Ni tampoco la vela que San José había puesto allí daba ninguna luz en absoluto.

La luz divina había aniquilado totalmente la luz material de la vela.

Y tan repentina e instantánea fue esta forma de dar a luz, que no podría descubrir ni discernir cómo, o por medio de qué dio a luz. 

En verdad de repente, vi al glorioso niño acostado en el suelo desnudo y brillante.

Su cuerpo era puro a pesar del suelo y la impureza. 

Entonces oí también el canto de los ángeles, que era de una dulzura milagrosa y gran belleza. 

Cuando la Virgen sintió que ya había dado a luz a su hijo, ella inmediatamente se postró ante él, su cabeza se inclinó y con las manos juntas, con gran honor y reverencia y le dijo: ‘Sea la bienvenido mi Dios, mi Señor y mi hijo’. 

Una vez hecho esto, el anciano entró y postrado en el suelo, lloró de alegría. 

Inmediatamente después de su visión, Santa Brígida lo dictó a sus secretarios, que tradujeron su cuento.

Ella volvió a Roma a través de Nápoles en febrero de 1373. En marzo ella estaba en Roma, donde murió a finales de julio.

pesebre fondo

 

VEAMOS UN RESUMEN: LOS MOMENTOS PREVIOS AL NACIMIENTO

Según Ana Catalina Emmerich, María había dicho a San José que esa medianoche sería el nacimiento del niño.
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Ya que en ese momento se cumplirían los nueve meses desde la Anunciación.

Y le pidió hacer todo lo que fuera posible de su parte para mostrar tanto honor como pudieran al Niño concebido sobrenaturalmente.

José entonces sugirió a la Virgen llamar en su ayuda a algunas mujeres piadosas que conocía de Belén.

Pero María se negó diciendo que ella no necesitaba ayuda humana.

Las místicas dicen que en el momento antes del nacimiento, María estaba de rodillas, con los ojos levantados al cielo y con las manos juntas sobre el pecho.

Su semblante emitía rayos de luz, como el sol incandescente y brillaba con indescriptible grandeza.

Toda inflamada del amor de Dios, su cuerpo se hizo tan espiritualizado con la belleza del cielo, que ya no se parecía a una criatura humana y terrenal.

La Emmerich menciona que a medida que pasaban los minutos el resplandor en torno a la Virgen era cada vez mayor.

Y la luz de las lámparas encendidas por José ya no era visible.

La cara de María a la medianoche, vuelta hacia el este, estaba absorta en un éxtasis de oración.

NACIMIENTO DE XTO Giovanni Tiepolo

 

EL NACIMIENTO

Y hacia la medianoche, un canal de luz brillante bajó del cielo y terminó en la Virgen. 

Fue un movimiento extraordinario de la gloria celeste que tuvo el acompañamiento de coros de ángeles.

Luego, en un abrir y cerrar de ojos, el niño Dios nació, glorioso y transfigurado como en el Tabor.

Allí, el niño Dios yacía desnudo, completamente limpio y puro. 

Y Él irradiaba una luz tan maravillosa y el esplendente que el sol no podría compararse.

Los ángeles se podían escuchar suavemente, cantando cánticos de una dulzura maravillosa.

Cuando la santa Madre de Dios se dio cuenta de que ella había dado a luz a su hijo comprobó que no había tenido ningún tipo de dolor o daño, y ella inmediatamente bajó la cabeza.

A continuación el divino Niño suspendió los efectos de su transfiguración.

El bebé ahora se movía, se estremeció por el frío extendiendo sus bracitos gritando.

María con ternura le estrechó contra su corazón y con gran alegría lo calentó la mejilla, mientras que miles de ángeles arrodillados adoraban a su Creador encarnado.

Le colocó una manta sobre Su pequeño cuerpo y lo adoró con el mayor respeto y reverencia diciendo:

“¡Bienvenido, mi Dios y mi Señor, y mi hijo!”

La tradición sostiene que no sintió dolores del parto.
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Y que la salida del niño desde el vientre fue tan milagroso, que el nacimiento no cambió el estado virginal de la Madre.

luminaria de pesebre

Por lo tanto hay acuerdo entre las místicas que la Mater estaba rodeada de luz y en ese éxtasis ella dio a luz.

Y concuerda con los padres de la Iglesia, que enseñan que el nacimiento fue milagroso

Casi una hora después del nacimiento María llamó a San José. 

El despertó, se acercó y se postró en el suelo con la devoción más profunda y humildad.

También hay consenso entre las místicas acerca de la reacción de San José.

María de Agreda narra que cuando San José entró en la presencia del niño lo adoró con profunda humildad, y besó sus pies con ternura respetuosa. María Valtorta afirma que San José hiso una gran reverencia.

Con conmovedora alegría y gratitud besó los pies de la criatura, y mantuvo al pequeño Jesús en sus brazos, presionándolo contra su corazón, mientras lágrimas de felicidad humedecían sus mejillas.

Entonces, sentada en el suelo, María puso a su hijo en su regazo, y mientras San José le entregó la ropa de cama.

Ella lo envolvió con cuidado y amor, adorando al Niño divino en pañales.

A continuación Ella y José colocaron suavemente al Niño en el pesebre. 

En este punto, un buey de los campos vecinos entró en la cueva con un asno.
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Ambos se aproximaron a la cuna, se arrodillaron ante él, y soplaron sobre él, para calentar al bebé.

María y José quedaron tan afectados por este acto que no pudieron contener sus lágrimas.

Durante mucho tiempo que permanecieron de rodillas al lado de la cuna, adorando al Niño Jesús y alabando y dando gracias a Dios.

Más tarde, San José tomó unas mantas e hizo un lugar de descanso para María en el pesebre.

De acuerdo a las revelaciones de los videntes podemos interpretar que el niño Jesús ocupaba el vientre de María, pero que no era una pesada carga su embarazo, porque ella era capaz de hacer las cosas sin necesidad de ayuda.

Ella no tuvo contracciones o dolores de parto y tampoco se mostró agotada o cansada.

Jesucristo salió de tal manera que no hizo daño a su integridad virginal.

El mecanismo del nacimiento está más allá de nuestra comprensión, pero los videntes declaran que bajó una luz y se produjo instantáneamente el nacimiento.

Luego del nacimiento no hubo consecuencias desagradables. No se menciona sangre, no hubo placenta ni otras impurezas, sino que fue totalmente limpio y puro.

El niño que nació era verdaderamente de la raza humana porque tenía frío, se estremecía, quería el contacto con su madre.

Y los videntes mencionan que María y José reconocían desde el principio al niño como el verdadero Dios y lo adoraban.

Estás revelaciones confirman lo que Santos, Papas y teólogos han afirmado.

 

QUE SUCEDIÓ EN EL MUNDO

También hay coincidencia entre las místicas que el nacimiento no afectó solamente a la Mater, sino también a todos los ámbitos de la vida.

Las místicas describen los árboles y plantas saludaron al niño, la gente de todo el mundo experimentó gracias.
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Y los animales que estaban presentes se arrodillaban en adoración.

Ídolos paganos se rompieronuna fuente de aceite brotó en una colina cerca de Roma.

Y en otro lugar, un templo pagano se derrumbó.

La Emmerich dice que vio sacerdotes paganos consultando sus registros con gran alarma.

Y comenta que vio a muchos cónsules romanos pidiendo informes sobre este evento y sobre la aparición de la fuente de aceite

También vio en Egipto un evento que proclamó el nacimiento de Cristo.

Un gran ídolo, que hasta entonces había pronunciado palabras de muchos tipos, quedó repentinamente en silencio.

Y el ídolo fue obligado por Dios para decir que estaba silencioso porque una virgen había dado a luz a un niño que gobernaría el templo.

Mientras tanto, Belén y en particular la cueva de la Natividad fueron envueltas con un “resplandor maravilloso”.

Algo así como una niebla se había asentado en la ciudad.

Y en un momento dado el propio emperador tuvo una visión en el cielo de una mujer y el niño por encima de un arco iris.

natividad

 

DESPUÉS DEL NACIMIENTO

Las místicas hablan de la adoración de los ángeles.

María de Agreda toma nota de la presencia de los ángeles, hablando de los 10.000 ángeles que lo adoraban, y habían descendido a la gruta.

Además, hay un relativo consenso sobre la respuesta de los pastores. 

Los pastores son descritos como llevando regalos para el Santo Niño y adorándolo. 

Los pastores también volvieron varias veces con otras personas y regalos para la familia santa.

Las místicas también describen la presencia de la familia de la Mater.

Pero las tres principales místicas coinciden que no fue un miembro de la familia el que trajo los regalos o artículos de primera necesidad a la Mater.

María de Agreda afirma que Isabel había querido visitarlos, pero el Señor quería que el caso de permaneciera humilde, por lo suscitó el envío de un criado con los regalos.

Anna Catalina Emmerich también describe a la madre de María enviando regalos a través de un servidor de la Sagrada Familia.

Dice que se enteró del nacimiento de una revelación de Dios. 

Y María Valtorta describe que uno de los pastores en realidad viajó a la residencia de Isabel, y debido a las necesidades de Juan el Bautista, sólo fue Zacarías. 

Él llegó llevando muchos regalos para el niño.

pesebre

 

ADORACIÓN DE LOS PASTORES

De toda la raza humana los primeros en ver al niño fueron los pastores pobres, humildes y devotos de Belén.

Durante esta noche santa, tres de ellos, mientras estaban con sus rebaños en los campos a un kilómetro y medio de la gruta de la Natividad, se dieron cuenta con asombro de una nube extraña, luminosa flotando por encima de la colina, en la que se encontraba la cueva y el pesebre.

Y estaban mirando hacia el cielo, cuando de repente, una luz brillante descendió sobre ellos, bañándolos de un  resplandor celeste. 

Luego, dentro de la luz, percibieron la espléndida figura del arcángel Gabriel en forma humana.

En un principio estos hombres sencillos se llenaron de un miedo inmenso, hasta que Gabriel les dijo tranquilizadoramente:
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“No tengan miedo, porque he aquí os doy nuevas de una gran alegría para todo el pueblo.
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Porque ha nacido hoy en la ciudad de David, el Salvador, que es Cristo el Señor.
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Y esta es la señal: encuentren un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.

Mientras hablaba, el resplandor a su alrededor se hizo aún más brillante, revelando otros siete grandes ángeles de belleza extraordinaria.

Y luego toda una multitud de los ejércitos celestiales, alabando a Dios y todos cantaban en dulce armonía, una melodía suave y alegre:

“¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”

Después de entonar este hermoso canto, los ángeles fueron a otros dos grupos de pastores a cierta distancia y le llevaron al mismo una noticia maravillosa.

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Y estos buenos hombres se dijeron unos a otros con entusiasmo:

“¡Vayamos a Belén y veamos esto que ha llegado a ocurrir, que el Señor nos ha dado a conocer a nosotros!”

Pero primero que cuidadosamente se dedicaron a recoger los regalos adecuados. 

Sólo hacia el alba fue que encontraron la cueva y golpearon con timidez en su entrada.

San José muy amablemente abrió la puerta y les dio la bienvenida.

Ellos le contaron lo que los ángeles les había anunciado durante la noche, y le dijeron que habían venido a ofrecer sus dones y veneración al Niño divino.

Al mismo tiempo le dieron a San José una serie de pequeñas cabras y pollos, que aceptó con humilde gratitud y los colocó en un espacio lateral fuera del establo.

Luego acompaño a los pastores a la gruta, donde la Santísima Madre de Dios estaba sentada en el suelo al lado de la cuna en la que estaba el hermoso Niño de Belén.

Y mientras miraban hacia abajo al pequeño Jesús, Él los miró, y emanó de su pequeña cara y ojos radiantes una corriente mística de amor divino y tocó los corazones sinceros de esos pobres hombres afortunados.

Esto les produjo un cambio y renovación espiritual, llenándolos con una nueva gracia y la comprensión del misterio de la Encarnación y de la Redención.

Así viendo al niño entendieron lo que se les había dicho acerca del niño.

Humildemente se arrodillaron ante el Niño Jesús y se postraron en el suelo, derramando lágrimas de alegría, y de adoración a su Dios.

Durante mucho tiempo, estuvieron tan profundamente conmovidos con una felicidad sobrenatural que no podían decir una palabra.

Finalmente comenzaron a cantar juntos las palabras y la melodía que el ángel les había enseñado.

Mientras tanto, la preciosa Madre de Dios observó modestamente todo lo que hicieron y sintieron, pues ella también vio en sus corazones más íntimos. 

Cuando terminaron de cantar su hermoso himno, habló con ellos exhortándolos a perseverar en el amor y el servicio del Señor. 

Se quedaron en la cueva desde el amanecer hasta el mediodía, cuando María amablemente les dio algo de comer.

Cuando estaban a punto de salir, ella permitió que cada uno de ellos a su vez tuviera en brazos al Niño divino por un momento, y cada uno lloró lágrimas de alegría y gratitud.

Luego se fueron, llenos de consuelo celestial y comprensión glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto.

Y todos los que oyeron el cuento se maravillaban de las cosas que les decían los pastores.

Al día siguiente volvieron con sus esposas e hijos trayendo regalos de huevos y miel.

Los hombres ayudaron a San José a hacer la gruta un poco más habitable, y algunas mujeres piadosas que lo habían conocido cuando era un niño en Belén trajeron leña y cocinaron y lavaron.

pesebre en una mesa fondo

 

EL CUIDADO DEL NIÑO POR MARÍA Y JOSÉ

La mayoría de las veces la madre amorosa de Dios quería tomar a su divino Hijo en brazos, primero hacía tres genuflexiones y humildemente besaba el suelo antes de arrodillarse en la cuna y tocar al pequeño Jesús.

Y cuando pensaba que ella le debe cambiar los pañales, ella primero le pedía permiso.

Todos los ángeles permanecieron presentes y visibles a ella hasta la huida a Egipto.
.
Y en raras ocasiones incluso daba su bebé en las manos de los arcángeles Gabriel y Miguel.

No iba a dormir, excepto cuando el mismo Señor le ordenaba hacerlo.

Con sus ángeles y con San José, a menudo cantaba himnos hermosos en honor del Santo Niño.

Y a menudo su buen marido tenía un intenso placer de oírla se referirse a Jesús como “nuestro hijo”.

Muchas veces ella humildemente besaba sus pies, y siempre le pedía su consentimiento antes de besar su rostro sagrado.

Y a menudo le devolvía su afecto poniendo sus pequeños brazos alrededor de su cuello.

En esos momentos, María le decía:

“Oh, mi amor, dulce vida de mi alma, ¿quién eres tú y quién soy yo? Esta es otra de las grandes cosas que has hecho conmigo”

Una vez durante estos días felices después de la Natividad, mientras que María y José estaban solos, absortos en la contemplación del niño, su burro entró en el establo.
.
Y de repente se arrodilló sobre sus patas delanteras e inclinó su cabeza en el suelo ante el bebé en la cuna.

 

LA INFORMACIÓN QUE COMPARTIÓ MARÍA CON LOS VIDENTES DE MEDJUGORJE

Mientras corría el año 1984, les informó que el día del Bimilenario de su nacimiento era el 5 de agosto de 1984.

 

VISIÓN DE CÓMO VIVIÓ MARÍA EL NACIMIENTO DE JESÚS

Aquel mismo año, una de las videntes extraoficiales de Medjugorje, Jelena, tuvo la siguiente visión de la Navidad, el 25 de diciembre:

La Virgen me había prometido el 22 de diciembre, que el 25 me iba a mostrar cómo vivió la Navidad; y tuve la siguiente visión:

Al inicio vi un ángel, que luego desapareció. De inmediato todo se volvió oscuridad y de la oscuridad, poco a poco, apareció un cielo estrellado. En el horizonte vi a alguien que se acercaba.

Era san José con un bastón en la mano. Caminaba sobre una calle empedrada y en el fondo, hacia donde se dirigía, vi varias casitas iluminadas.

Al lado suyo, vi un mulo, y sobre él, vi a la Virgen muy triste, mientras le decía a José:

“Estoy muy cansada. Mucho desearía que alguien nos hospedara esta noche”.

Y José contesto:

“Allí hay casas. Pediremos allí”.

Al acercarse a la primera casa, José llamó a la puerta.

Alguien le abrió, pero apenas vio a José y María, cerró inmediatamente la puerta. Esta escena se repitió varias veces.

Y en algún caso, para incitarle a María y a José que no llamaran a las puertas mientras se dirigían hacia sus casas, llegaron hasta a apagar las luces interiores.

Ambos estaban muy tristes, y José particularmente estaba muy adolorido, confundido y turbado por todos estos rechazos. María en medio de su tristeza lo animó diciéndole:

“¡José: conserva la paz!, ¡el día de la alegría ha llegado!
.
Sin embargo, ahora deseo orar contigo porque hay mucha gente que no le permite a Jesús nacer!”

Después de haber orado, María dijo:

“¡José, mira: allá abajo hay un establo! En verdad allí no duerme ninguno. Seguramente está abandonado”.

Y de esta manera se dirigieron hacia allá. Adentro hay un mulo y llevan también el suyo delante del pesebre.

lugar del nacimiento de jesus

Entonces, José recoge un poco de leña para encender el fuego. Luego coloca un poco de paja; pero el fuego se apaga inmediatamente, porque tanto la leña como la paja estaban sumamente húmedas.

Mientras tanto, María, busca como calentarse cerca de los mulos.

Sucesivamente, se me presentó una segunda escena.

El establo, que hasta ahora estaba poco iluminado, de pronto se iluminó como si fuera de día.

Y de momento, cerca de María, vi al Niño Jesús recién nacido, mover las manitas y los piececitos. Tiene un rostro sumamente dulce; parece que ya sonríe.

El cielo, por otra parte, se llena de muchas estrellas luminosas.

Arriba del establo vi dos ángeles que llevaban en la mano algo parecido a una bandera grande, sobre la cual estaba escrito

“¡Te glorificamos, oh Señor!”

Sobre estos dos ángeles, había un enorme ejército celestial que cantaba y glorificaba a Dios.

Luego, algo distante del establo, vi un grupo de pastores que cuidaba su rebaño.

Están cansados y algunos ya dormían. Y he aquí que un ángel se les acerca y les dice:

“Pastores escuchen la buena nueva: ¡Hoy Dios ha nacido en medio de ustedes!

Lo encontrarán recostado en el pesebre de aquel establo. Sepan que lo que les digo es cierto”.

De inmediato los pastores se dirigieron hacia el establo y, habiendo encontrado a Jesús, se arrodillaron y le ofrecieron sencillos dones.

María les agradece con dulzura y agrega:

“Les agradezco por todo, sin embargo, ahora quisiera orar con ustedes porque muchos no quisieron acoger a Jesús que estaba por nacer”.

Después de esto, desapareció instantáneamente esta segunda escena y apareció la tercera.

Vi en Jerusalén a los Magos que preguntaban por Jesús, pero nadie sabía darles información al respecto; hasta que vieron levantarse de nuevo la estrella cometa que los guiaba hasta el establo de Belén.

Extasiados y conmovidos, observan al Niño Jesús, se inclinan rostro en tierra para adorarlo profundamente y luego le ofrecen dones preciosos. María les agradece y les dijo luego:

“Ahora deseo orar con ustedes porque muchos hombres no quisieron adorar a Jesús”.

Hasta aquí la narración de la Navidad según Jelena.

 

TEMAS  PARA MEDITAR PARA LA NOVENA DE NAVIDAD

Ese mismo año, el 15 de diciembre, la Virgen sugirió los siguientes temas de meditación para los días de la Novena de la Navidad.

1 . Abran sus corazones, porque Jesús quiere habitar en ellos después de Navidad.
2 . Acojan la Navidad con alegría.
3 . Purifíquense para la Navidad.
4 . De ahora en adelante, permitan que Jesús ocupe el primer lugar en sus corazones.
5 . Permitan que sólo Jesús los colme de alegría.
6 . Permitan que el amor esté presente en cada una de sus palabras.
7 . Nace el Hombre – Dios que desea el mundo unido.
8 . Vivan en Jesús.
9 . No se aparten de la Navidad.

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MENSAJES DE NAVIDAD DE LA VIRGEN EN SAN NICOLÁS

En la misma ventana de tiempo, la vidente Gladys Quiroga de Motta recibió mensajes de María sobre la Navidad.

MARÍA CUENTA EL NACIMIENTO DE JESÚS

23 de diciembre 1984:

“Vosotros recordáis el nacimiento de mi adorado Hijo con amor, con mucho más amor lo recuerdo Yo, que nació de mis entrañas, sin saber el dolor que me esperaba y sin conocer su gran Cruz.

Con todo mi sufrimiento jamás dude del Amor de Dios, jamás me sentí desamparada, porque me hizo comprender, que a pesar del pecado del hombre, de las ofensas del hombre hacia Dios, Él no lo abandona, por el contrario, dio en Cristo su respuesta de Amor, de eterno Amor.

Hijos míos, tenéis que recibir al Señor, cuando vuestro corazón sienta que llega, no lo rechacéis.

A la Navidad la deberéis llevar siempre dentro vuestro, ya que es la llegada del Salvador, de vuestra salvación.
Aleluia.
Quiera Dios haceros ver en profundidad su Amor.”



23 de diciembre 1985:

“Veo a la Santísima Virgen y me dice, muy suavemente:

“Hija, hoy te revelaré el nacimiento de mi amado y dulcísimo Hijo.
.
Salió de mi vientre, de la misma manera que fue introducido, quiero decir, sin ser tocado.
.
Nació impulsado por el Espíritu del Señor Todopoderoso.
.
No sentí ningún dolor, sólo sentí que mi vientre se abría y se cerraba, mas fue sólo una sensación, porque no me quedó rastro alguno, quedando Yo intacta como antes.
.
Ese fue su maravilloso nacimiento, por la Gracia de Dios Padre.
Amén.”

4 de octubre 1986:

“¡Hija, no sabes cuántos padecimientos sufrimos con mi esposo José!

Tan pobres de amigos y de abrigos para cobijarnos, sólo nos acompañaba la intemperie y luego, ese establo que se convirtió en cuna para mi Hijo y asilo para nosotros.

Esa noche, que se perfilaba triste y silenciosa, fue para José y para Mí, la más hermosa; también lo sería para el mundo, ya que ahí nacía el Salvador de los hombres, el Justo entre los justos y el Señor por sobre todo.

Ora mi querida hija, para que el mundo lo conozca, porque a pesar de todo, de los siglos, no es conocido el Señor y mientras esto no ocurra, padecerá el hombre.

Triste fin se procura éste, siendo que Dios tiene reservado para el cristiano, un hermoso despertar, un comienzo de vida nueva con Cristo y en Cristo.

Alabado siempre sea el Señor.”

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Revelaciones a Videntes del Viaje de María y José a Belén [antes de la natividad]

A través de los tiempos varios videntes recibieron visiones del viaje de María y José a Belén.

Así como sobre las particularidades del nacimiento de Jesús.

Además hay estudios que extrapolan lo que dice la Biblia y algunos evangelios apócrifos para dar más detalles.

Todo suma para reconstruir lo que pasó.

viaje de jose y maria a belen

La Natividad del Señor es un evento en la Sagrada Escritura que se detalla con cierta amplitud pero sin dar detalles.
.
Se mencionan los pastores, los magos, la ubicación del nacimiento, e incluso el pesebre. 

Pero además, la tradición mantiene la naturaleza de la virginidad de la Mater antes, durante y después de la Natividad.

Y por ella sabemos los animales que había en el pesebre.

En este artículo vamos a hacer una comparación entre videntes y al final podrás leer los textos completos de las visiones,

Empecemos por establecer el motivo del viaje de Nazaret a Belén.

 

¿POR QUÉ JESÚS NACIÓ EN BELÉN?

María y José vivían en la ciudad de Nazaret en Galilea en el norte, sin embargo Jesús nació en la ciudad de Belén en Judea en el sur.

El motivo mundano desde nacimiento lejos de Nazaret es que María estaba cercana a dar a luz, cuando César Augusto fijó la fecha de un censo de todos los habitantes del sojuzgado pueblo judío. Esta explicación aparece en Lucas 2: 1.

¿Pero porque los romanos decidieron que los descendientes de David tenían que hacer un viaje de 120 kilómetros, como es el caso de María y José, desde Nazaret a Belén, para censarse ahí?

El motivo del censo no era sólo contar la población, sino conocer los bienes con que contaban para imponerles los impuestos.

Y esto lo quisieron hacer de la manera más pacífica posible, siguiendo la tradición tribal judía.

Era importante para los judíos de aquella época su identificación tribal y las líneas de descendencia.

Y los romanos habían acordado con los judíos que cualquier censo que se hiciera debía hacer mención al linaje de cada ciudadano.

Cada cabeza de familia estaba obligada a regresar entonces para censarse en el lugar original de su familia ancestral.

Y José era miembro el clan de David que provenía originariamente de Belén.

Pero por otro lado María y José conocían las profecías del profeta Miqueas (Miqueas 5: 2) que establecía que el mesías nacería en Belén Efrata.

De modo que la profecía hecha hacía 700 años Dios la hizo cumplir usando la voracidad tributaria de los romanos y la fijación de los judíos por su linaje ancestral.

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¿QUÉ PODEMOS INFERIR DEL VIAJE?

Piensa en una pareja que sale de un pequeño pueblo llamado Nazaret, una ciudad pequeña (de apenas 300 almas) en que no había ni siquiera una carretera que desembocara allí, sólo un camino para andar a pie.

Ella con José fueron caminando unos 120 kilómetros al sur por un terreno muy accidentado a Belén. Y estas no son pequeñas colinas, son montañas.

El único lugar donde el viaje es mencionado en la Biblia es en Lucas:

“Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta”. (Lucas 2: 4-5)

El Protoevangelio de Santiago, un Evangelio apócrifo escrito probablemente hacia el año 145, dice que José usó un burro para llevar a María a Belén.

“Y ensilló su burra, y puso sobre ella a María”.

Así que sabemos que desde los primeros tiempos los cristianos tenían la imagen de María montada en un burro antes de Navidad.

La distancia desde Nazaret a Belén es de 120 kilómetros.
.
Un hombre puede viajar a pie quizás 30 kilómetros por día en forma normal.
.
Por lo que normalmente tardaría aproximadamente 4 días en viajar desde Nazaret a Belén (suponiendo un viaje sólo durante el día).

Algunos cristianos dicen que José era un hombre mayor, y también según la tradición María estaba en estado de embarazo y por lo tanto no podía caminar esta larga distancia. 

Existía el temor de aborto involuntario también. Esto hace que el viaje fuera más largo de lo normal.

maria y jose buscan refugio en belen

Por lo que mínimo demoraron 4 días, y tal vez 5 o 6 días.

Samaria se extendía entre Galilea y Judea donde estaba Belén.

Cualquier viajero judío de Galilea a Samaria estaría en riesgo de no recibir ningún alojamiento o cualquier otro tipo de asistencia en el viaje debido a la enemistad entre judíos y samaritanos.
.
El recorrido no era sólo difícil, era peligroso.

Ladrones y otros delincuentes acechaban a lo largo de los caminos en busca de objetivos vulnerables.

Sin duda un hombre que acompañaba a una mujer embarazada era un blanco vulnerable.

Y aunque la Escritura no menciona tal robo o asalto, José y María sabían esto.

Las Escrituras guardan silencio si les acompañaron amigos. 

Sin embargo, dados los peligros, era impensable que la gente viajara sola por estas rutas, o incluso en pareja.

Por el contrario, las personas viajaban en grupos para su seguridad. 

Sin embargo, parece probable que José y María hubieran tenido dificultades para mantenerse al ritmo de un grupo, dada la condición de María.

Ahora veremos que dicen los místicos de ese viaje.

maria jose en estatua castelpetroso

 

CÓMO DESCRIBEN LAS MÍSTICAS EL VIAJE A BELÉN Y LAS PROLEGÓMENOS DEL NACIMIENTO

Heidi Frechin realiza una comparación pormenorizada de las visiones de las místicas Santa Brígida de Suecia, Beata Ana Catalina Emmerich, Venerable María de Agreda y María Valtorta.

Todas coinciden que la Sagrada Familia recibió el aviso de que había un edicto de un censo. 

Tres de ellas coinciden en que San José estaba preocupado sobre qué acción tomar, debido a que su mujer estaba en el final de su embarazo.

Además están de acuerdo en lo que respecta a como se tomó la decisión de ir con María, porque la Mater entendió que el niño debía nacer en Belén para cumplir las profecías. 

Hay ciertas diferencias en las narraciones de cómo viajó la familia a Belén.

Emmerich establece que tomaron una carretera secundaria montada María en un burro joven.

Pero de acuerdo con Valtorta y Agreda tomaron la carretera principal. 

Un pequeño detalle que los místicos están de acuerdo es que la Mater llevó con ella los pañales para el bebé.

María Valtorta y María de Agreda, incluso especifican que las ropas se colocaron en una pequeña maleta.

Dos de las místicas describen la dificultad que tuvo San José en la adquisición de un burro para su viaje y sus preocupaciones acerca de dónde se quedarían.

Pero Emmerich describe que varios burros le fueron dados a él por Santa Ana, como se le había hecho un hábito frecuente proveer de muchas de las necesidades de la santa familia.

De hecho, afirma que había cercanía entre las dos familias en el tiempo que vivió Santa Ana.

También hay consenso entre las místicas que había una profunda presencia angélica que viajaba con ellos, aunque sólo María de Agreda y María Valtorta especifican que los ángeles estaban presentes durante sus viajes.

Ana Catalina describe un “ángel mensajero” que fue enviado a San José para decirle que el niño iba a nacer en Belén, pero ella no tuvo en cuenta su presencia a lo largo de la travesía.

Según María de Agreda, había miles de ángeles presentes, los cuales la Virgen era capaz de ver. 

María Valtorta describe a la Mater reconfortado a San José diciéndole que ellos serán guiados por los ángeles.

Las místicas también describen los acontecimientos que se produjeron a lo largo del recorrido.

Tanto María de Agreda como María Valtorta describen que la Mater era capaz de ver a la gente de una manera diferente. 

María de Agreda ilustra que ella era capaz de ver el estado de su alma y su necesidad de conversión.

maria y jose llegan abelen

Y María Valtorta señala que ella veía a cada persona, no como la parte exterior o como miembro de la multitud, sino de forma individual. 

Existe un consenso sorprendente sobre lo que ocurrió una vez que la Sagrada Familia llegó a Belén.

Las místicas describen una escena en la que San José fue de puerta en puerta y fue rechazado muchas veces.

Esta fue una experiencia muy dolorosa para él porque pensaba que no sería capaz de mantener a su esposa que estaba esperando.

Las místicas coinciden también en que la Mater lo consoló cuando regresó. 

El pesebre o establo al que llegaron fue un último recurso. 

Hay un cierto desacuerdo sobre cómo se enteraron del pesebre sin embargo.

Ana Catalina recuerda que era un lugar en que San José solía esconderse de sus hermanos cuando vivía allí cuando niño.
.
Mientras que María Valtorta y María de Agreda cuentan que tuvieron asistencia local guiándolos al pesebre.

Además, las místicas coinciden en que el pesebre donde nació el Salvador estaba hecho de roca, y las tres místicas coinciden también en que había un buey y un asno presentes en el establo.

Una vez en el pesebre, las místicas describen la lucha para hacer la vivienda más adecuada. 

Describen los esfuerzos de San José para que María se sintiera más cómoda y cálida.

Inmediatamente antes del nacimiento, las cuatro místicas relatan que José dejó a María en su privacidad y ambos entraron en oración. 

De acuerdo con las descripciones, los dos estaban en éxtasis. 

jose y maria en un burro

 

MÁS DETALLES

Raphael Brown en La Vida de María según lo visto por los místicos da algunos detalles más de las visiones de las místicas.

Ellos [María y José] llegaron a Belén a las cuatro de la tarde y se abrieron paso entre la multitud a un gran edificio donde los funcionarios públicos estaban tomando el censo y en la recaudación de impuestos.

María descansó en un campo y varias mujeres generosamente le dieron algo de comer.

San José entró en una habitación grande, donde se le pidió su nombre y ocupación.

Respondió que no era dueño de ninguna propiedad, sino que vivía de su trabajo manual.

Más tarde, cuando el sol bajaba, comenzaron a buscar un alojamiento.

Mientras María esperó al final de la calle, José fue de casa en casa, llamando a las puertas de sus parientes y conocidos, pero no fue admitido en ninguna parte y en muchos lugares encontró negativas duras e insultos.

Cada vez que volvía a María estaba más molesto.

Ella conocía los corazones y que las casas de los hombres debían cerrarse para ellos. 

En un extremo del pueblo encontraron un gran árbol, y al abrigo de sus ramas extendidas María esperó descansando durante mucho tiempo, primero de pie y luego sentada con las piernas cruzadas debajo de ella.

pesebre en salzillo maria embarazada

Muchas personas pasaban y miraban mientras estaba sentaba allí, con paciencia y humildad, con su largo vestido blanco y velo, con las manos cruzadas sobre el pecho y la cabeza baja.

Finalmente, alrededor de las nueve. San José regresó, estaba fuera de sí, llorando y temblando de dolor.

María lo consoló con ternura. Entonces él le dijo del refugio de pastores fuera de la ciudad. 

Y ella dijo:

“Eso será muy satisfactoria para mí. Con amor abracemos la pobreza, querido José, y vayamos con mucho gusto allí donde el Señor nos guía” 

Al entrar en la gruta al descubierto, que los pastores utilizaban como un establo, ambos se arrodillaron y dieron las gracias al Señor, y María se llenó de alegría por estar al fin en este lugar santo.

De inmediato se puso a limpiar la cueva con sus propias manos, con humildad y reverencia.

San José se apresuró a hacer lo mismo y los ángeles les ayudaron. 

A continuación inició un fuego, ya que estaba muy fría, y comieron una cena frugal, su alma estaba rebosante de felicidad ante la idea de la inminente encarnación.

Después de recitar algunas oraciones, junto con María, San José llenó el pesebre con paja y musgo y colocó un abrigo sobre ella. 

Luego se retiró a la entrada de la cueva.

Mirando hacia atrás, vio a la santa Madre de Dios, rogando de rodillas, rodeada de llamas de luz sobrenatural deslumbrantes. 

Lleno de temor reverente, se tiró en el suelo y pronto fue arrebatado en un sueño extático.

Mientras, María estaba de rodillas, con los ojos levantados al cielo y con las manos juntas sobre el pecho.
.
Su semblante emitía rayos de luz como el sol, y brillaba en indescriptible grandeza, toda inflamada con el amor de Dios.

Su cuerpo se hizo tan espiritualizado con la belleza del cielo que ya no se parecía a una criatura humana y terrenal.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Las Impresionantes Señales que hubo en el Mundo cuando Jesús Nació

El nacimiento de Jesús, la encarnación del hijo de Dios como hombre, fue un hecho sobrenatural.

Hubieron muchos mensajes que anunciaron el nacimiento del Señor.

Fue preparado con mucha antelación y anunciado a todo el orbe.

Pero antes que eso, hubo un signo mucho más impresionante, que fue la Estrella de Belén.

Lo que tratamos en este otro artículo.

El Antiguo Testamento tiene muchas profecías sobre el nacimiento de Jesús.
.
Pero también
hubo una serie de mensajes directos, en la propia época, en Jerusalén, en Roma, el centro de imperio, y otros sitios, anunciando el nacimiento de Jesús, y que son poco divulgados

  

PROFECÍAS SOBRE EL NACIMIENTO DE JESÚS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

En el Antiguo Testamento hay cientos de profecías sobre Jesús, sobre su nacimiento, su misión, su pasión, su muerte, su resurrección, su reinado…

Es bueno recordar algunas profecías sobre el nacimiento de Jesús que están plasmadas en el Antiguo testamento.

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Ya en evangelio de san Juan 5: 39, Jesús dice a la gente de su tiempo:

“Escudriñad las Escrituras ya que en ellas esperáis tener la vida eterna; ellas testifican de mí”.

Las profecías más relevantes del Antiguo Testamento que predicen el nacimiento de Jesús y que son recogidas en el Nuevo Testamento son estas:

Cristo saldría de Israel (Num 24:17-19, Isa 11:1,49:7, Heb 7:14).
.
Cristo sería descendiente de Abraham, Isaac, Jacob (Gen 12:2;17:19; Num 24:17).
.
Cristo nacería en la familia de David (Gen 49, Isa 11, Rom 1:3).
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El tiempo de Su venida fue especificado (Dan 9:25, Lc 1:31).
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Nacería en Belén (Mica 5:2, Mt 2:1,6, Lc 2:4,11,15).
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Cristo nacería de una virgen (Isa 7:14, Lc 1:27, Apoc 12:5).
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El Mesías sería Dios manifestado en la carne (Isa 9:6, 1Tim 3:16, Heb 10:5).
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Los niños de Belén serían asesinados (Jer31:15, Mt 2:17-18).
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La venida de Cristo sería anunciada por un mensajero (Isa 40:3-5, Mt 3:3,11:10,Mc 1:2, Jn 1:23).

La escritura menciona que el nacimiento de Cristo sucedió exactamente en el momento correcto, porque fue planificado desde el inicio de los tiempos.

Por eso leemos en la 1ª carta de Pedro que la venida de Jesús fue predestinada antes de la creación del mundo, pero apareció en la carne al final de los tiempos para nuestra salvación.

Y San Pablo dirá en Hebreos 1 que Dios se comunicó con con la humanidad a través de los profetas en muchas ocasiones y también comunicó la venida de su hijo.

Estos mismos conceptos sobre el nacimiento en el momento correcto se pueden leer en Marcos 1:15, Romanos 5: 6, Gálatas 4: 4, Efesios 1:10, Hebreos 9:26.

  

LOS SUCESOS EN EL MUNDO, QUE PROVOCÓ EL NACIMIENTO

Ana Catalina Emmerich también relata las visiones que tuvo sobre cosas que sucedieron en el mundo cuando el nacimiento de Jesús.

Ella cuenta que vio una insólita alegría entre la gente de buena voluntad en todo el mundo, pero temor en los corazones de los perversos.

También vio que los animales se alegraban dando saltos y las flores y plantas reverdecían y exhalaban más perfume.

Vio brotar fuentes de agua de la tierra, especialmente cerca de la gruta del nacimiento.

Tuvo visiones de varios grupos de pastores abordados por ángeles quienes le comunicaban la buena nueva.

Vio un grupo de pastores sobre los que descendió una nube luminosa y apareció un ángel diciéndoles,

“No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo de Israel.

Os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo, el Señor.

Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre”.

Mientras otros ángeles cantaban «Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres…».

Vio que los estaban presentes en el templo de Jerusalén tenían visiones del nacimiento.

Entre ellos menciona a la maestra de María llamada Noemí, a Simeón y a la profetisa Ana, a quién le fue comunicado el lugar del nacimiento en Belén.

Presenció que los rollos de las escrituras de los saduceos saltaban de su lugar en las bibliotecas, lo que los atemorizó, considerando que se trataba de una brujería.

También observó la alegría Juan Bautista en los brazos de su madre.

Fue testigo además de varios sucesos extraordinarios en Roma.

Una estatua de Júpiter cayó de su pedestal y se destruyó, porque se le cayó el techo del templo encima.

Esto causó temor en la población qué preguntaron al ídolo de Venus cuál era el explicación, y el ídolo le respondió,

“Esto ha sucedido porque una Virgen ha concebido un Hijo sin dejar de ser virgen; y este Niño acaba de nacer”.

También otro ídolo dio el mismo mensaje en el lugar donde brotó una fuente de aceite, en el barrio de los judíos.

Dice Sor Catalina que en ese lugar luego se dedicó una iglesia a la Madre de Dios.

El emperador romano tuvo una visión en el cielo de una Virgen sobre un arcoíris y un niño que parecía salir de Ella.

Inmediatamente consultó a un oráculo qué le dijo que había nacido un niño al que debían adorar y homenajear.

Entonces el emperador hizo erigir un altar dedicado al primogénito de Dios, ofreciendo sacrificios.

Un ídolo que profetizaba oráculos en Egipto de repente enmudeció y el Faraón hizo sacrificios para conocer el motivo del silencio.

Lo que obligó a hablar al ídolo, que dijo que debía desaparecer porque había nacido el Hijo de la Virgen.

Y allí El faraón levantó un templo en su honor y en el del niño.

También la Emmerich menciona visiones sobre los Reyes Magos, a quienes define como Magos observadores de los astros.

Relata que los magos vieron un arcoíris y a la virgen sentada sobre la media luna, con espigas de trigo a la derecha y cepas de vid a la izquierda.

Y delante de la Virgen se elevó un cáliz de donde vio salir al niño.

Luego del costado derecho del niño salió una rama, de la que emergió una iglesia y la virgen hizo entrar al cáliz, al niño y a la hostia en la iglesia.

Y posteriormente vio que la iglesia se transformó en una especie de Jerusalén Celeste.

  

LOS TRES MENSAJES EN ROMA

Hay por lo menos tres conexiones interesantes entre el nacimiento de Cristo y Roma:
.
– una es la profecía de la Sibila del nacimiento del niño hebreo;
.
– otra es la aparición de María al emperador con ese niño;
.
– y otra, la fuente de aceite que brotó en el barrio de los judíos.

  

LA PROFECÍA DE LA SIBILA

El reinado romano de César Augusto fue una era de paz, prosperidad y felicidad.

Augusto tomó un censo imperial durante esta era de paz, momento en que cerró el templo de Jano, por tercera vez, a los cuarenta años de su reinado. 

El Príncipe de la Paz nacería en este paréntesis histórico de paz.

censo romano

Según San Beda el Venerable,

“Un amante de la paz, Él iba a nacer en el momento del silencio más profundo. 

Y no podía haber ningún indicio más claro de la paz que se levantara un censo en todo el mundo; Augusto reinó en el momento del nacimiento de Cristo por una docena de años en la mayor paz, la guerra se arrullaba hasta dormir en toda el mundo”.

La tradición sostiene que César Augusto recibió la información del oráculo de la Sibila Tiburtina que un niño hebreo haría silenciar todos los oráculos de los dioses romanos.

  

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA CON EL NIÑO JESÚS

La tradición también registra que la Santísima Virgen María, con el Niño Jesús en sus brazos, apareció a César Augusto en la colina de Capital.
.
Augusto reconoció que esta visión correspondía a la Profecía sobre el niño hebreo.

En respuesta a esta aparición de María y Jesús, Augusto edificó un altar en el Capitolio en honor de este niño con el título Ara Primogeniti Dei, que significa “Altar del Primogénito de Dios.”

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Más de trescientos años después, el emperador cristiano Constantino el Grande construyó una iglesia en este lugar de la aparición y el altar, que se llama Basílica Sanctae Mariae de Ara Coeli, que significa “Basílica de Santa María del Altar del Cielo”.

Ver también para mayor información Nuestra Señora de Araceli, España ( 2 de mayo).

Si se visita la iglesia de hoy, va a observar murales de César Augusto y la Sibila Tiburtina pintados a ambos lados del arco sobre el altar mayor.

Estas imágenes recuerdan el oráculo, que profetizó el advenimiento de la palabra hebrea “Primogénito de Dios.”

En el siglo XV, esta iglesia se hizo famosa por la estatua del Niño Jesús tallado en madera de olivo tomada del Jardín de Getsemaní fuera de Jerusalén.

La relación de la iglesia con el nacimiento de Cristo, la hizo un lugar apropiado para la devoción a la infancia del Salvador.

  

EL CHORRO DE ACEITE EN LA PLAZA DE TRASTEVERE

Mientras tanto, en el barrio judío de Roma, el día del nacimiento de Cristo, una fuente de aceite brotó de la tierra en la taberna de un hombre en lo que hoy se llama Trastevere  la región al sur del Vaticano y al oeste del río Tíber.

Esta fuente de aceite reveló a los Judíos de Roma que el Mesías había nacido, por fin, desde que Mesías o Cristo significan “ungido con aceite.

Al día de hoy, la Iglesia de Santa María in Trastevere marca la ubicación.

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El emperador Septimio Severo, quien reinó desde el año 193 a 211, concedió la ubicación a los cristianos.

En el año 220, el Papa San Calixto I estableció el sitio como una iglesia, y sus reliquias aún permanecen bajo el altar mayor de la iglesia.

La iglesia ha sido reconstruida varias veces y todavía se puede visitar hasta el día de hoy.

  

POR TODO ESTO DECIMOS

“El Cielo y la tierra pasarán pero Mis Palabras no pasarán» (Mateo 24, 35).

El cielo y la tierra, criaturas de Dios, vibraron ante ese acontecimiento.

El Dueño y Señor de todo lo creado se dignaba bajar a tomar la naturaleza de la más amada y encumbrada de Sus criaturas.

También la más infiel y desleal.

¡Qué regalo! ¡Cuánta bendición inmerecida!

¡Cuánto sacrificio divino para poder devolver a la humanidad caída la dignidad que había perdido!

Fue necesario que la Divinidad se encarnara para que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, pudiera volver a ser digno de lo que en un principio se le había concedido gratis.

Ya no es así.

La Salvación nos es ofrecida desde la Cruz, pero ahora tiene un precio.

Ahora debemos ganarla, y para eso el Señor, que es fiel y nos ama, nos concede la abundancia de Su Gracia.

“Viniste al mundo, amable y adorable Jesús, y quisiste hacerlo como un niño indefenso.

Tú, el Todopoderoso, quisiste revestirte de debilidad para curar y dar fuerza a nuestra flaqueza. 

Los brazos amorosos de Tu Madre te abrazaron y las voces de los Ángeles cantaron Tu Gloria y  nos recordaron la alabanza que habíamos olvidado.

La alabanza merecida por Ti, que iluminaste nuestro camino pisando la tierra que nosotros pisamos, y levantado en la Cruz, uniste lo terrenal con lo celestial.

Jesús, puente de Amor infinito, haz que en esta Navidad Te recibamos y Te arropemos en el pesebre de nuestro corazón. Amén.”

Fuentes:



María de los Ángeles Pizzorno de Uruguay, Escritora, Catequista, Ex Secretaria retirada

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Impresionantes Meditaciones de Navidad del PADRE PÍO [sobre el Niño Jesús]

Cercano a la Navidad el Padre Pío armaba su pesebre de niño escrupulosamente.

Y se pasaba horas cantando y orando por el nacimiento.

Esto había sido fruto de su padre espiritual, San Francisco de Asís.

padre pio en navidad

Era tal su fascinación por el niño Jesús y el misterio de Navidad que escribía a sus hijos espirituales recomendaciones para que la Navidad diera mucho fruto en ellos.

Una de sus hijas espirituales, Cleonice Morcaldi comentó,

“En Navidad, la cara del Padre Pío se transformaba. Él estaba en continuo éxtasis.

Como San Francisco, estaba viendo a un Niño Jesús vivo, como lo estaba en la gruta de Belén.

Celebraba las tres Misas Navideñas una tras otra en la misma noche. Él lloraba mucho”.

 

CONSTRUYENDO EL PESEBRE O BELÉN

Desde algunos días antes de esta fecha, en Piana Romana, mientras sus padres trabajaban en el campo, modelaba con barro las pequeñas imágenes del nacimiento.

Las colocaba en una pequeña gruta excavada en la pared más grande de la casa, y, con genial creatividad, preparaba las lucecitas, llenando con unas pocas gotas de aceite y un poco de estopa las conchas vacías de los caracoles.

Las elegía con atención entre las más bellas, que limpiaba por dentro, o, mejor, que hacía limpiar a su amigo Luis Orlando, ya que «no tenía el coraje de llevar a cabo esta operación».

pesebre en una mesa fondo

Después, colocaba alrededor de la gruta grandes trozos de musgo que sacaba del tronco de los árboles con un cortaplumas.

Y permanecía horas y horas delante del nacimiento, cantando nanas y rezando el Ave María.

De mayor, contaba los días que faltaban para Navidad. Enviaba a todos sus augurios de paz, de serenidad, de alegría.

«El celeste Niño te conceda experimentar en tu corazón todas las santas emociones que me hizo gozar a mí en la bienaventurada noche, cuando fue colocado en el pobre portal» (Ep I, 981).

«Un rayo del gran misterio de amor os invada a todos y os transforme en él» (Ep IV, 275).

«El divino Infante renazca en su corazón, lo transforme con su santo amor y le haga digno de la gloria de los bienaventurados» (Ep IV, 214).

«El celeste Niño esté siempre en su corazón, lo gobierne, lo ilumine, lo vivifique, lo transforme en su eterna caridad» (Ep IV, 508).

 

SUS RECOMENDACIONES PARA CELEBRAR LA NAVIDAD

En Navidad, el rostro del Padre Pío se iluminaba. Sus labios dibujaban sonrisas de alegría.

Su corazón no lograba contener la ternura, el amor por Jesús Niño.

Se detenía horas y horas delante del nacimiento a meditar las enseñanzas que brotan de la gruta de Belén.

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Cada gesto manifestaba la apremiante, íntima y sentida devoción del Padre Pío hacia el Verbo de Dios hecho carne, que

«renunció incluso a un modesto alojamiento entre los parientes y conocidos en la ciudad de Judá y, al ser rechazado por los hombres, pidió refugio y auxilio a viles animales, eligiendo su establo como lugar de nacimiento y su aliento para calentar su tierno cuerpecito» (Ep IV, 971).

En los días que precedían a Navidad, el Padre Pío escribía a sus hijos espirituales mensajes como éstos:

«Al comenzar la santa novena en honor del santo Niño Jesús, mi espíritu se ha sentido como renacer a una vida nueva.
.
El corazón se siente demasiado pequeño para contener los bienes del cielo.
.
El alma se siente deshacerse completamente ante la presencia de nuestro Dios, que se ha hecho carne por nosotros.

¿Cómo resignarse a no amarlo cada día con nuevo entusiasmo?

Oh, acerquémonos al Niño Jesús con corazón limpio de culpa, que, de este modo, saborearemos lo dulce y suave que es amarlo» (Ep II, 273).

«Estate muy cerca de la cuna de este gracioso Niño…

Si amas las riquezas, aquí encontrarás el oro que los reyes magos le dejaron.

Si amas el humo de los honores, aquí encontrarás el del incienso; y si amas la delicadeza de los sentidos, sentirás el olor de la mirra, que perfuma por entero la santa gruta.

Sé rica de amor hacia este celeste Niño, respetuosa en la actitud que tomes ante él en la oración, y plenamente dichosa al sentir en ti las santas inspiraciones y los afectos de ser singularmente suya» (Ep III, 346s).

padre pio con niño jesus en brazos

 

10 PENSAMIENTOS DEL PADRE PÍO SOBRE EL NACIMIENTO DE JESÚS

 

1 – LA TERNURA DE LA NAVIDAD

“Todas las fiestas de la Iglesia son hermosas… la Pascua, sí, es la glorificación… pero la Navidad posee una ternura, una dulzura infantil que me atrapa todo el corazón

 

2 – LÁGRIMAS DE GRATITUD

¡Qué feliz me hace Jesús! ¡Qué suave es su espíritu! Pero yo me confundo y sólo consigo rezar y repetir: “Jesús, pan mío”“

 

3 – LOS VAGIDOS DE JESÚS

“Sólo se oyen los vagidos y el llanto del niño Dios y con este llanto y estos vagidos ofrece a la justicia divina el primer rescate de nuestra reconciliación…”

 

4 – EL MÁS PEQUEÑO DE NOSOTROS

Que el Niño Jesús te colme de sus divinos carismas, te haga probar las alegrías de los pastores y de los ángeles y te revista todo con el fuego de esa caridad por la que se hizo el más pequeño de nosotros, y te convierta en un niño pequeño lleno de amabilidad, sencillez y amor”

 

5 – DULCÍSIMO JESÚS

Que el dulcísimo Niño Jesús os traiga todas las gracias, todas las bendiciones, todas las sonrisas que plazca a su infinita bondad…”

niño jesus fondo

 

6 – JESÚS LLAMA… MOVIDOS POR SU GRACIA CORREN

Jesús llama a los pobres y sencillos pastores por medio de los ángeles para manifestarse a ellos. Llama a los sabios por medio de su misma ciencia.

Y todos, movidos por el influjo interior de su gracia, corren hacia él para adorarle. Nos llama a todos con las inspiraciones divinas y se comunica a nosotros con su gracia

 

7 – LA JUSTIFICACIÓN DE LOS PECADORES

Nuestra justificación es un milagro extremadamente grande que la Sagrada Escritura compara con la resurrección del Maestro divino.

Sí, querida amiga, la justificación de nuestra impiedad es tal que bien podemos decir que Dios mostró su potencia más en nuestra conversión que en sacar de la nada el cielo y la tierra, pues hay más contraposición entre el pecador y la gracia que entre la nada y el ser.

La nada está menos lejos de Dios que el pecador. Además, en la creación se trata del orden natural; en la justificación del impío, en cambio, se trata del orden sobrenatural y divino”

 

8 – JESÚS ES CON MAYOR RAZÓN PARA LOS PECADORES

Jesús es de todos, pero lo es con mayor razón para los pecadores. Nos lo dice él mismo: “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”. “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos”.

“El Hijo del hombre ha venido a salvar lo que estaba perdido”. “Habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversión”

 

9 – LO HACE PARA QUE SEAS MÁS HUMILDE

Nuestro Señor te ama tiernamente, hija mía. Y si no te hace sentir la dulzura de su amor, lo hace para que seas más humilde y te sientas despreciable.

No dejes por ello de recurrir a su santa benignidad con toda confianza, especialmente en el tiempo en el que nos lo representamos como cuando era un niño pequeño en Belén.

Porque, hija mía, ¿para qué toma esta dulce, amable condición de niño si no es para provocarnos a amarlo confidentemente y a entregarnos amorosamente a él?”

 

10 -PIDAMOS QUE NOS REVISTA DE HUMILDAD

“Pidamos al Niño divino que nos revista de humildad, porque sólo con esta virtud podemos gustar este misterio relleno de divinas ternuras

padre pio muestra el niño jesus a un cura

 

MEDITACIÓN DEL PADRE PÍO SOBRE EL NACIMIENTO DE JESUCRISTO

Lejos en la noche, en la época más fría del año, en una fría cueva, más adecuada para un rebaño de bestias que para los seres humanos, el prometido Mesías – Jesús – el salvador de la humanidad, viene al mundo en la plenitud de los tiempos.

No hay nadie que clame a su alrededor: sólo un buey y una mula dando su calor al recién nacido, con una humilde mujer y un hombre pobre y cansado, en adoración a su lado.

Nada puede ser oído, salvo los sollozos y gemidos del niño Dios. 

Y por medio de su llanto y lágrimas él ofrece a la justicia divina el primer rescate por nuestra redención.

Se esperaba desde hace cuarenta siglos; con suspiros de nostalgia los antiguos Padres habían implorado su llegada.
.
Las Sagradas Escrituras profetizan claramente la hora y el lugar de su nacimiento, y sin embargo el mundo está en silencio y nadie parece darse cuenta del gran evento.
.
Sólo unos pastores, que habían estado ocupados cuidando sus ovejas en los pastos, vienen a visitarlo.
.
Visitantes celestiales les había alertado del suceso maravilloso, invitándoles a acercarse a su cueva.

¡Son abundantes Oh cristianos, las lecciones que brillan desde la gruta de Belén! 

¡Oh, cómo nuestros corazones deberían arder de amor por aquel que con tanta ternura se hizo carne por nosotros! 

¡Oh, cómo debemos arder con deseo de guiar al mundo entero a esta pobre gruta, refugio del Rey de reyes, más grande que cualquier palacio mundano, porque es el trono y el lugar de morada de Dios! 

Pidamos a este niño divino vestirnos de humildad, porque sólo por medio de esta virtud podemos gustar la plenitud de este misterio de la ternura divina.

Relucientes fueron los palacios de los orgullosos hebreos. Sin embargo, la luz del mundo no apareció en ninguno de ellos. 

Ostentosos con grandeza mundana, nadando en oro y en placeres, eran los grandes de la nación hebrea; llenos de conocimiento y orgullo vano estaban los sacerdotes del santuario.

En oposición al verdadero significado de la revelación divina, ellos esperaban un salvador entrometido, que vendría al mundo con fama y poder humanos.

Pero Dios, siempre dispuesto a confundir la sabiduría del mundo, rompe sus planes.

Contrariamente a las expectativas de los que carecen de la sabiduría divina, aparece entre nosotros, en la mayor abyección, renunciando incluso a nacer en la casa humilde de San José, negándose a sí mismo una morada modesta entre los familiares y amigos en una ciudad de Palestina.

Vitral en la Basílica del Padre Pïo en San Giovanni Rotondo
Vitral en la Basílica del Padre Pïo en San Giovanni Rotondo

Negado el alojamiento entre los hombres, busca refugio y consuelo entre los animales simples, eligiendo su vivienda como el lugar de su nacimiento, permitiendo que su respiración le de calor a su cuerpo tierno. 

Él permite que pastores sencillos y rústicos sean los primeros en presentarle sus respetos, después de que él les informó, por medio de sus ángeles, del maravilloso misterio.

¡Oh sabiduría y poder de Dios!, nos vemos obligados a exclamar – extasiados junto con su Apóstol – ¡cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos! 

Pobreza, humildad, abyección, desprecio, todo alrededor de la Palabra hecha carne. 

Pero nosotros, fuera de la oscuridad que envuelve a la encarnación de la Palabra, entendemos una cosa, oímos una voz, percibimos una verdad sublime:

¡Tú has hecho todo por amor, tú nos invitas a amar, a no hablar de otra cosa que de amor, darnos como pruebas de amor.

El bebé celestial sufre y llora en la cuna para que el sufrimiento nuestro sea dulce, meritorio y aceptado. 

Se priva de todo, para que podamos aprender de él la renuncia a los bienes terrenales y comodidades. 

Él está satisfecho con adoradores humildes y pobres, para animarnos a amar la pobreza, y preferir la compañía de los más bien pequeños y simples, que de los grandes del mundo.

Este niño celestial, toda mansedumbre y dulzura, desea impregnar en nuestros corazones su ejemplo de estas virtudes sublimes, de modo que a partir de un mundo que está roto y devastado, pueda brotar una era de paz y de amor.

Incluso desde el momento de su nacimiento nos revela nuestra misión, que consiste en despreciar lo que el mundo ama y busca.

¡Oh vayamos a postrarnos ante el pesebre, y junto con el gran San Jerónimo, que estaba inflamado con el amor del Niño Jesús, vayamos a ofrecerle todo nuestro corazón sin reservas.
.
Vamos a prometer seguir los preceptos que nos llegan desde la gruta de Belén, que nos enseñan que todo lo de aquí abajo es vanidad de vanidades, nada más que vanidad!”

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El pesebre de Greccio

 

EL PADRE PÍO HEREDÓ LA DEVOCIÓN DE SU PADRE ESPIRITUAL

Cuando Francisco de Asís armó el primer pesebre en Greccio la víspera de Navidad en 1223, con su escena del niño rodeado de animales vivos, la intención era humanizar el nacimiento del Mesías y así recordar a los cristianos medievales lo cerca que este Dios estaba.

Como señaló Francisco:

“Me gustaría recordar al niño que nació en Belén y recordar con mis propios ojos las penurias de su infancia, la forma de la cuna, y cómo, entre una vaca y un burro, estuvo su cuna en el heno”.

Esto estaba en consonancia con el impulso fundamental de Francisco para recuperar una perfección evangélica que volvía a insertar al creyente en la narrativa de la escritura.

Era experimentar de nuevo la pobreza y la humildad del niño Jesús. 

Por otra parte, había un deseo de situar la narración bíblica en la narrativa cósmica de la renovación de toda la creación.

Por un breve momento, las órdenes de la creación: de los ángeles al ser humano a los animales, todos se reunieron en una gloriosa armonía. 

Su efecto, sin embargo, fue más que esto.

Francisco había señalado inadvertidamente la naturaleza contingente de la vida y las «dificultades» de la existencia humana.

Imaginar la primera noche de Navidad como el momento en que lo divino se convierte humano, es reflexionar sobre la fragilidad de la vida y la inestabilidad absoluta.

La madre biológica y el padre adoptivo tenían que tejer sus vidas juntos para formar un entorno protector en el que este niño pudiera crecer y realizar su destino.

De esta manera, las estructuras estabilizadoras de la familia formaron un marco para la estabilización de la eternidad.

En esa noche santa con el primer grito de sus pulmones, el Hijo entró plenamente en la inestabilidad de la existencia contingente. 

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De este modo, el Hijo comenzó un viaje en el que experimentó la vida de las criaturas cuya existencia depende totalmente de los demás.

El Hijo experimenta los movimientos de la emoción y el deseo que dan forma a la existencia humana.

Y así, los gritos del bebé apuntan hacia el hambre, la sed, la ira y el miedo que el Hijo sufriría durante su estancia en la tierra. 

Estos movimientos apasionados de la emoción y el deseo se convirtieron en la base de sus tentaciones para apartarse de la voluntad del Padre y hacer su propia voluntad humana. 

Ellos son la base por la cual todos los seres humanos sienten el deseo hacia el cielo o a lo demoníaco.

A medida que avanzamos hacia el día de Navidad y comenzamos la cuenta atrás para la epifanía, vamos a entrar de nuevo en el relato bíblico. 

Oigamos el llanto de un bebé mientras lucha con sus deseos de alimento emocional y físico.

Esos sonidos son los que evocaron San Francisco de Asís y su hijo espiritual el Padre Pío.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Cuál es la Fecha Verdadera del Nacimiento de Jesús?

Hay una discusión de hace siglos sobre la verdadera fecha de nacimiento de Jesús.

Hay dos bibliotecas fundamentadas, con datos de investigaciones atrás.

Una dice que efectivamente nació el 25 de diciembre del año 0, que es la fecha que eligió la Iglesia, pero sin pretensiones que fuera la última palabra sobre la fecha real.

La otra dice que esa no fue la fecha y lo más común es que se maneje que hubiera nacido entre 5 a 7 años antes.

Y la época más probable que mencionan es en la primavera boreal y no el invierno.

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¿Tiene mucha importancia para la fe la fecha exacta del nacimiento de Jesús?
.
Cuando hoy está bajo duda de parte de académicos seculares si Jesús existió o no, la fecha exacta carece de menos importancia para la religiosidad popular.
.
Aunque sí la podría tener para el calendario de liturgia cristiana.

Leer también: La VIDA DE JESÚS Contada en 20 Pasos [desde que fue concebido hasta que resucitó]

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EL ALEGATO DE QUE JESÚS NACIÓ EL 25 DE DICIEMBRE 

La Iglesia Católica, al menos desde el siglo II, ha afirmado que Cristo nació el 25 de diciembre. Sin embargo, es comúnmente alegado que nuestro Señor Jesucristo no nació el 25 de diciembre.

En aras de la simplicidad, vamos a exponer las objeciones habituales a la fecha del 25 de diciembre y contestar a cada una de ellas.

 

OBJECIÓN 1

El 25 de diciembre fue elegido para reemplazar la fiesta pagana romana de la Saturnalia.
.
Saturnalia era un festival popular de invierno y así la Iglesia Católica prudentemente la sustituyó con Navidad en su lugar.

Respuesta a la objeción 1: Saturnalia conmemoraba el solsticio de invierno.
.
Sin embargo, el solsticio de invierno cae el 22 de diciembre.

.
Es cierto que las celebraciones de Saturnalia comenzaban ya el 17 de diciembre y se prolongaban hasta el 23 de diciembre.
.
Sin embargo, las fechas no coinciden.

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OBJECIÓN 2 

El 25 de diciembre fue elegido para reemplazar a la fiesta romana pagana Natalis Solis Invicti, que significa “Nacimiento del Sol Invicto”.

Respuesta a la objeción 2: Vamos a examinar en primer lugar el culto al Sol Invicto.

El emperador Aureliano introdujo el culto al Sol Invictus o Sol Invicto en Roma en el año 274.

Aureliano encontró fuerza política con este culto, porque su nombre propio Aureliano se deriva de la palabra latina aurora que denota “salida del sol”.

El emperador Aureliano se hacía llamar el Solis Pontifex o Pontífice del sol.

Así, Aureliano simplemente acomodó un culto solar genérico e identificado con su nombre al final del siglo III.

Lo más importante, es que no hay ningún registro histórico para una celebración Natalis Sol Invictus el 25 de diciembre antes de 354 dC.

Dentro de un manuscrito iluminado del año 354 dC, hay una entrada del 25 de diciembre llamada “N INVICTI CM XXX”.

Aquí la N significa “nacimiento”. Invicti significa “del Inconquistable”. CM significa “circenses missus” o ” juegos ordenados”.

El número XXX romano es igual a treinta. Por lo tanto, la inscripción significa que treinta juegos fueron ordenados para la natividad del Inconquistable para el 25 de diciembre.

Ten en cuenta que la palabra “sol” no está presente. Por otra parte, el mismo códice también enumera “Christus natus en Betleem Iudeae” para el día 25 de diciembre. La frase se traduce como “el nacimiento de Cristo en Belén de Judea”.

La fecha del 25 de diciembre sólo se convirtió en el “Nacimiento del Sol Invicto” bajo el emperador Juliano el Apóstata. Juliano el Apóstata había sido un cristiano, pero había apostatado y regresó al paganismo romano. 

La historia revela que fue el odioso ex emperador cristiano que erigió una fiesta pagana el 25 de diciembre. 

Piensa en eso por un momento. ¿Qué estaba tratando de reemplazar?

Estos hechos históricos revelan que el Sol Invicto no era probablemente una deidad popular en el Imperio Romano. El pueblo romano no tenía por qué ser destetado de una fiesta antigua así llamada.

Por otra parte, la tradición de la celebración del 25 de diciembre no encuentra un lugar en el calendario romano hasta después de la cristianización de Roma.

El “Nacimiento del Sol Invicto” fue apenas tradicional y apenas popular. Saturnalia (mencionada anteriormente) era mucho más popular, tradicional y divertida.

Parece, más bien, que Juliano el Apóstata había intentado introducir una fiesta pagana con el fin de sustituir a la cristiana.

nacimiento en la gruta de belen

 

OBJECIÓN 3 

Cristo no pudo haber nacido en diciembre ya que San Lucas describe a pastores en los campos vecinos a Belén.
.
Los pastores no hacen manada durante el invierno
.
.
Por lo tanto, Cristo no nació en invierno.

Respuesta a la objeción 3: Hay que recordar que Palestina no es Inglaterra, Rusia o Alaska. Belén está situada en la latitud de 31,7.
.
La ciudad de Dallas, Texas, tiene la latitud de 32,8, y aun así es bastante confortable en diciembre.
.
Como el gran Cornelius Lapide observa durante su vida, todavía se podían ver pastores y ovejas en los campos de Italia a finales de diciembre, e Italia está en una mayor latitud que Belén.

lugar del nacimiento de jesus

 

SEGÚN LAS SAGRADA ESCRITURAS

Ahora pasamos a establecer la fecha de nacimiento de Cristo de la Sagrada Escritura en dos pasos.

El primer paso es usar las Escrituras para determinar la fecha de nacimiento de San Juan el Bautista.

El siguiente paso es usar el cumpleaños de San Juan el Bautista como la clave para encontrar el nacimiento de Cristo.

Podemos descubrir que Cristo nació a finales de diciembre por la primera observación de la época del año en que San Lucas describe a San Zacarías en el templo.
.
Esto nos proporciona la fecha de la concepción aproximada de San Juan el Bautista.
.
A partir de ahí podemos seguir la cronología que San Lucas nos da, y eso nos aterriza a finales de diciembre.

San Lucas refiere que Zacarías sirvió en el “turno de Abias” (Lc 1:5) que las escrituras registran como el turno octavo entre los veinticuatro turnos sacerdotales (Neh 12:17).

Cada turno de sacerdotes servían una semana en el templo durante dos veces al año.

El turno de Abias sirvió durante la octava semana y la semana treinta y dos en el ciclo anual.

Sin embargo, ¿cuándo comenzó el ciclo de turnos?.

Josef Heinrich Friedlieb ha demostrado convincentemente que el primer turno sacerdotal de Jojarib estaba de servicio durante la destrucción de Jerusalén en el noveno día del mes judío de Av.

Así, el turno sacerdotal de Jojarib estaba de servicio durante la segunda semana de Av.

En consecuencia, el turno sacerdotal de Abias (el turno de San Zacarías) estuvo, sin duda, sirviendo durante la segunda semana del mes judío de Tishrei, la misma semana del Día de la Expiación en el décimo día de Tishri.

En nuestro calendario, el día de la expiación sería aterrizado entre el 22 de septiembre y el 8 de octubre.

Zacarías e Isabel concibieron a Juan el Bautista, inmediatamente después que Zacarías cumplió su turno.
.
Esto implica que San Juan el Bautista habría sido concebido en algún lugar alrededor de finales de septiembre, lo que coloca el nacimiento de Juan a finales de junio.
.
Y confirma la celebración de la Iglesia Católica de la Natividad de San Juan Bautista, el 24 de junio.

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OTRAS FUENTES PIADOSAS Y LA SAGRADA TRADICIÓN

El Protoevangelio de Santiago del siglo II, confirma también la concepción de fines de septiembre del Bautista desde que el trabajo presenta a San Zacarías como Sumo Sacerdote y entrando en el Lugar Santísimo, no meramente el lugar santo y el altar del incienso.

Se trata de un error material, ya que Zacarías no era el sumo sacerdote, sino uno de los jefes de los sacerdotes.

Sin embargo, el Protoevangelio presenta a Zacarías como alto sacerdote y esto le asocia con el Día de la Expiación, que cae en el décimo día del el mes hebreo de Tishrei (más o menos al final de nuestro septiembre).

Inmediatamente después de esta entrada en el templo y el mensaje del Arcángel Gabriel, Zacarías y Elizabeth conciben a Juan el Bautista.

Teniendo en cuenta las cuarenta semanas de gestación, esto sitúa el nacimiento de Juan el Bautista a finales de junio.
.
Una vez más confirma la fecha católica de la Natividad de San Juan Bautista, el 24 de junio.

El resto de la datación es bastante simple. Leemos que justo después de la Inmaculada Virgen María concibió a Cristo, fue a visitar a su prima Isabel, que tenía seis meses de embarazo de Juan el Bautista.

Esto significa que Juan el Bautista era seis meses mayor que nuestro Señor Jesucristo (Lucas 1:24-27, 36).

Si agregamos seis meses al 24 de junio se obtiene 24 al 25 diciembre como el cumpleaños de Cristo.

Entonces, si se resta nueve meses del 25 de diciembre se obtiene que la Anunciación fue el 25 de marzo.

Todas las fechas coinciden perfectamente. Así que, si Juan el Bautista fue concebido poco después del Día de la Expiación judía, entonces las fechas católicas tradicionales son esencialmente correctas.

El nacimiento de Cristo sería alrededor o el 25 de diciembre.

La Sagrada Tradición también confirma al 25 de diciembre como el cumpleaños del Hijo de Dios.
.
El origen de esta antigua tradición es la Santísima Virgen María misma.

Pregunta a cualquier madre sobre el nacimiento de sus hijos.

Ella no sólo le dará la fecha del nacimiento, sino que ella será capaz de recitar de un tirón el tiempo, el lugar, el momento, el peso del bebé, la longitud del bebé, y una serie de otros detalles.

Las madres nunca se olvidan de los detalles que rodearon el nacimiento de sus bebés.

Ahora pregúntate: ¿Podría la Virgen María olvidar el nacimiento de su Hijo Jesucristo, que fue concebido sin semilla humana, proclamado por los ángeles, nacido de una manera milagrosa, y visitada por los Reyes Magos?

Ella sabía desde el momento de su encarnación en su seno que Él era el Hijo de Dios y Mesías. ¿Podría ella olvidar ese día?

A continuación, pregúntate: ¿Podrían los Apóstoles estar interesados en escuchar a María contar la historia?

Por supuesto que lo estarían. ¿Crees que el santo apóstol que escribió: “Y el Verbo se hizo carne”, no estaba interesado en los más mínimos detalles de su nacimiento?

Así que la fecha exacta de nacimiento (25 de diciembre) y el tiempo (medianoche) se habrían conocido en el siglo primero.

Por otra parte, los Apóstoles se habrían preguntado por él y tendrían, sin duda, que conmemorar el feliz acontecimiento, que tanto San Mateo y San Lucas nos cuentan a nosotros.

En resumen, es completamente razonable afirmar que los primeros cristianos supieran y conmemoraran el nacimiento de Cristo. Su origen habría sido su Madre Inmaculada.

Otro testimonio revela que los Padres de la Iglesia reclaman el 25 de diciembre como el cumpleaños de Cristo antes de la conversión de Constantino  y el Imperio Romano.

El registro más antiguo de esto es que el Papa San Telesforo (reinó 126-137 dC), instituyó la tradición de la Misa del Gallo en Nochebuena.

Aunque el Liber Pontificalis no nos da la fecha de Navidad, se supone que el Papa ya estaba celebrando la Navidad y que se añadió una misa a la media noche.

Durante este tiempo, también leemos las siguientes palabras de Teófilo (115-181 dC), al obispo católico de Cesarea en Palestina: “Debemos celebrar el cumpleaños de Nuestro Señor en el día 25 de diciembre como sucedió”.

NACIMIENTO DE XTO Giovanni Tiepolo

Poco después, en el siglo II, San Hipólito (170-240 dC) escribió, de paso, que el nacimiento de Cristo tuvo lugar el 25 de diciembre:

El Primer Advenimiento de nuestro Señor en la carne ocurrió cuando nació en Belén, fue el 25 de diciembre, un miércoles, mientras Augusto estaba en sus cuarenta y dos años, lo cual es cinco mil quinientos años después de Adán. 

Él padeció en el año treinta y tres, el 25 de marzo, viernes, el decimoctavo año de Tiberio César, mientras Rufus y Roubellion eran cónsules”.

También ten en cuenta en la cita anterior el significado especial del 25 de marzo, que marca la muerte de Cristo (el 25 de marzo se supone que corresponde al mes hebreo de Nisán 14 – la fecha tradicional de la crucifixión).

Cristo, como el hombre perfecto, se cree que ha sido concebido y murió en el mismo día 25 de marzo.
.
En su Chronicon, San Hipólito afirma que la tierra fue creada el 25 de marzo de 5500 aC.
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Por lo tanto, el 25 de marzo fue identificado por los Padres de la Iglesia como la fecha de creación del universo, como la fecha de la Anunciación y de la Encarnación de Cristo.
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Y también como la fecha de la muerte de Cristo nuestro Salvador.

En la Iglesia siria, el 25 de marzo o la Fiesta de la Anunciación fue considerada como una de las fiestas más importantes del año.

Denota el día en que Dios tomó posesión de su morada en el vientre de la Virgen.

Ahora bien, el 25 de marzo se consagró en la tradición cristiana primitiva, y a partir de esta fecha, es fácil discernir la fecha del nacimiento de Cristo.

El 25 de marzo (Cristo concebido por el Espíritu Santo), más nueve meses nos lleva al 25 de diciembre (el nacimiento de Cristo en Belén).

San Agustín  confirma esta tradición del 25 de marzo como la concepción mesiánica y el 25 de diciembre como su nacimiento:

Porque Cristo se cree que ha sido concebido el 25 de marzo, día en que también sufrió, de modo que el vientre de la Virgen, en el que fue concebido, en el que nadie de los mortales fue engendrado, corresponde a la nueva tumba en la que fue enterrado. Pero él nació, según la tradición, en diciembre del 25”.

Alrededor del año 400 dC, San Agustín también observó cómo los cismáticos donatistas celebraban 25 de diciembre como el nacimiento de Cristo, pero que los cismáticos se negaban a celebrar la Epifanía el 6 de enero, ya que consideraban la Epifanía como una nueva fiesta sin fundamento en la Tradición Apostólica.

El cisma donatista se originó en el año 311, y puede indicar que la Iglesia Latina celebraba el 25 de diciembre la Navidad (pero no el 6 de enero la Epifanía) antes del año 311.

Cualquiera que sea el caso, la celebración litúrgica del nacimiento de Cristo fue conmemorada en Roma el 25 de diciembre mucho antes de que el cristianismo fuera legalizado.
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Y mucho antes de nuestro primer registro de una fiesta pagana para el cumpleaños del Sol Invicto.
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Por estos motivos, es razonable y justo sostener que Cristo nació el 25 de diciembre en el año 1 aC y que murió y resucitó en marzo del 33 dC.

natividad Robert Campin

 

EL ALEGATO DE QUE JESÚS NO NACIÓ EL 25 DE DICIEMBRE 

Según este alegato, el nacimiento de Jesús tuvo que ocurrir antes del primer año de nuestra era cristiana.
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Es decir que, aunque suene paradójico, Jesús habría nacido unos años “antes de Cristo”.
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Dicho así, parece un galimatías, pero trataremos en este artículo de aclarar algunos conceptos para acercarnos a la fecha más exacta posible de la Natividad de Jesús.

Necesitaremos aplicar un poco de sentido común en la interpretación de los textos bíblicos en los que desgraciadamente no se mencionan fechas, de ahí la dificultad añadida de nuestro propósito.

Nuestro calendario cristiano moderno estableció que Roma se fundó en el año 753 a.C.

Este calendario que marca la nueva Era Cristiana data de aproximadamente un siglo después de la caída del Imperio Romano de Occidente (476 después de Cristo) y en su confección está la base de un error de cálculo que ha durado hasta nuestros días.

El hecho de que Jesús naciera “antes de Cristo” es el resultado de un error que cometió en el año 533 el monje Dionisio el Exiguo, al hacer el cómputo del año primero de la era cristiana como el año 754 de la fundación de Roma (ab Urbe condita), fecha esta demasiado tardía ya que Herodes murió en el 750.
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En este artículo encontramos una fecha más probable para la Natividad que pudo ocurrir entre marzo o abril del año 5 a.d C.

dionisio-el-exiguo

 

JESÚS NACIÓ EN PRIMAVERA

Hay un aspecto fundamental de la interpretación del evangelio de Lucas como el de la estación del año en la que naciera el Mesías, que resulta bastante clarificador.

En Lucas 2:8, leemos que cuando nació Jesús; Habían pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño”

Adam Clarke, teólogo metodista británico y erudito bíblico en el Vol.5 de su “Commentary on the Bible” hace unas apreciaciones muy interesantes al respecto:

Era una antigua costumbre de los judíos de esos días, enviar afuera sus ovejas a los campos y desiertos cerca del “Passover” (inicio de la primavera), y comienzo de las primeras lluvias”…,

“Durante el tiempo que estaban afuera, los pastores vigilaban las ovejas noche y día. Cuando caían las primeras tempranas lluvias, en el mes de Marchesvan, correspondiente a parte de nuestro Octubre y Noviembre (comienza a mediados de Octubre), encontramos que las ovejas eran mantenidas.

Y, como estos pastores no llevaban a sus hogares sus rebaños, presumimos en el argumento de que Octubre aún no había comenzado, y que, consecuentemente, nuestro Señor no nació el 25 de Diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos; no podría haber nacido después de Septiembre, ya que los rebaños permanecían afuera en los campos por la noche”.

Es decir, que según Clarke, los pastores de Palestina e Israel acostumbraban a traer sus rebaños desde las laderas de las montañas y campos y las guardaban hacia mitad de Octubre, ya que en estas fechas empezaban las frecuentes lluvias y seguían los fríos del invierno.

Por otro lado en el Cantar de los Cantares del Rey Salomón 2:11 y Esdras 10:9 y 13, encontramos que

el invierno fue tiempo de lluvia que no permitía a los pastores de ovejas permanecer en los campos abiertos durante la noche

Concluyendo: Ciertamente el invierno en la región de Israel y Palestina aunque no presenta oscilaciones extremas, son frecuentes las intensas lluvias y heladas y en ocasiones fuertes nevadas.
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Es lógico que los rebaños se mantuvieran bajo cubierto hasta marzo cuando llegaba el momento del alumbramiento de las ovejas.
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Sólo durante marzo, abril y mayo habrían estado los pastores con los rebaños al aire libre las veinticuatro horas al día tal como nos cuenta Lucas.

Es decir, la evidencia de Lucas apunta hacia una fecha de la Natividad en los inicios de la primavera.

natividad

 

LAS CRÓNICAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA

Ya hemos dicho que en los textos bíblicos no se mencionan las fechas en las que pudo haber nacido el niño Jesús.

Sin embargo hay muchas pistas que han conducido a algunos eruditos a determinar una fecha bastante aproximada del nacimiento de Jesús, basándose en las crónicas de algunos de los primeros pensadores cristianos.

Estos Padres de la Iglesia también conocidos como Apologetas, fueron un grupo de personas que destacaron por crear el pensamiento cristiano en oposición a los intelectuales profanos.

Pero los Padres de la Iglesia no partían de cero ya que tuvieron delante otras formas culturales como la judía y la literatura greco-romana.

Eusebio de Cesárea, obispo de Cesárea conocido como El Padre de la Historia de la Iglesia elaboró aquellos materiales de la cronología universal que vendría a ser la cronología de toda la Historia posterior de Europa hasta nuestros días. Murió en el 339 de nuestra Era.

Respecto al nacimiento de Cristo sitúa en el año 24 del reinado de Augusto y el 28 a partir del sometimiento de Egipto a la muerte de Marco Antonio y Cleopatra.

Para comprender esto, debemos tomar en cuenta que el año 42 del reinado de Augusto comienza a correr desde el otoño del año 2 aC hasta el otoño del año 1 aC.

Tertuliano, fue uno de esos pensadores además de prolífico escritor durante la segunda parte del siglo segundo y primera parte del tercero. Que nació, vivió y murió en Cartago, en el actual Túnez.

Tertuliano declara que Augusto comenzó a gobernar 41 años antes del nacimiento de Jesús y que murió 15 años después de ese evento.

Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 dC, situándose entonces el nacimiento de Jesús en el año 2 aC.

Tertuliano hace notar, asimismo, que Jesús nació 28 años después de la muerte de Cleopatra, en el año 30 AC, lo que es coincidente con la fecha del año 2 AC.

De Irineo de Lyon obispo de esta ciudad e importante opositor del pensamiento gnosticismo cristiano, nació aproximadamente un siglo después de Jesús, y de él nos interesa su interpretación histórica de que el Señor nació en el año 41 del reinado de Augusto.

Como Augusto inició su reinado en el otoño del año 43 aC, esto también apoya al año 2 AC como la fecha del nacimiento de Jesús.

natividad en arbol de navidad fondo

 

PERO ¿CUANDO COMENZÓ A CELEBRARSE LA NAVIDAD?

En otro sentido, de los evangelios también se desprende que el propio Jesucristo nunca autorizó a sus discípulos la celebración de la Navidad.

Así que durante los primeros tiempos del cristianismo, siguiendo el ejemplo de los apóstoles, ni la Iglesia, ni los primeros cristianos celebraron el nacimiento de Jesús como tal ya que en la Iglesia primitiva sólo celebraba la fiesta de Pascua.

Hasta el siglo IV no se introdujo oficialmente la fiesta del Nacimiento del Mesías cristiano.

Pero en el siglo III empiezan las primeras noticias sobre la fecha de celebración del nacimiento de Jesús.
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Los primeros testimonios de Padres y escritores eclesiásticos señalan diversas fechas.
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El primer testimonio indirecto de que la Natividad de Cristo fuese el 25 de diciembre lo ofrece Sexto Julio Africano el año 221.

La primera referencia directa de su celebración es la del calendario litúrgico filocaliano (Filócalo) del año 354 (MGH, IX,I, 13-196): VIII kal. Ian. Natus Christus in Betleem Iudeae (“el 25 de diciembre nació Cristo en Belén de Judea”) quien asumió que el nacimiento de Jesús fue el viernes 25 de diciembre del año primero de la Era Cristiana.

Sí mismo la primera mención de un banquete de Navidad es en Constantinopla y data del 379 D.C. bajo Gregorio Nacianceno.

A partir del siglo IV los testimonios de este día como fecha del nacimiento de Cristo son comunes en la tradición occidental, mientras que en la oriental prevalece la fecha del 6 de enero.

El día de Navidad no fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianceno los líderes cristianos proclaman el 25 de diciembre como fecha de la Natividad.

Además esta Iglesia primitiva tenía tendencia a tolerar y aprovechar los ritos paganos existentes, como el solsticio de invierno o la llegada de la primavera.

Después en el 350 d.C. será Julio I quien fijó definitivamente en el 350.D.C. para la Iglesia de Oriente la solemnidad de Navidad el 25 de diciembre, en vez del 6 de enero, junto con la Epifanía.

sagrada familia

 

EL VATICANO Y LA FECHA DEL NACIMIENTO DE JESÚS

En 2004 se publicaron unas declaraciones significativas al respecto en periódico del Vaticano, “L`Osservatore Romano”:

Históricamente, la verdadera fecha del nacimiento de Jesús permanece bajo un velo de incertidumbre que no han podido levantar ni la historia romana, si el censo imperial de aquella época, ni la investigación de siglos posteriores…”

Era el reconocimiento público de la Iglesia sobre la falta de rigor histórico del momento de la venida al mundo del Salvador cristiano.

Pero para tratar de acercarnos a la que pudo ser la fecha exacta del nacimiento de Cristo y de entender mejor esta curiosa cronología, recordemos que en tiempos de Jesús, el calendario más común era el romano que contaba los años desde la fundación de Roma– “Ad urbe condita”.

Nuestro calendario cristiano moderno estableció que Roma se fundó en el año 753 A.c.
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Este calendario que marca la nueva Era Cristiana data de aproximadamente un siglo después de la caída del Imperio Romano de Occidente (476 después de Cristo).
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Y en su confección está la base de un error de cálculo que ha durado hasta nuestros días.

gruta de la natividad

 

LOS ERRORES DE CÁLCULO DE DIONISIO “EL EXIGUO”

Fue Dionisio Exiguus quien decidió basar este nuevo calendario en la fecha de la Natividad pero se encontró con el problema de que él tampoco sabía a ciencia cierta cuando había nacido Jesús y, por tanto, se vio en la tesitura de tener que escoger una fecha mediante un proceso de cálculo y adivinanza.

El Exiguo fijó la fecha del nacimiento de Jesús en los últimos días del año 753 de la fundación de Roma (el 1 de Enero del año 754 sería el primero de la era cristiana cuando Jesús tendría en ese momento ocho días). Éste fue uno de sus serios “errores”.

Dionisio se había basado en la historia romana para calcular el año. Lo que hizo fue sumar los reinados de los emperadores de Roma hacia atrás en el tiempo.

Este método de calcular fechas ya se había aplicado siglos antes para calcular fechas históricas egipcias a través de las duraciones de reinado de los faraones. Pero esta vez salió mal.

-En primer lugar, olvidó totalmente el año 0: Dionisio puso un calendario que saltaba directamente desde un año antes de Cristo a un año después de Cristo, sin nada en medio.
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A pesar de eso, este fue solo el menor de los dos errores, Dionisio tuvo dos errores importantes en el cómputo de años.

-El segundo fue mucho más importante.
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Cesar Augusto, emperador durante la Natividad, recibió el título de augusto (27 a.C.) pero también había gobernado 4 años bajo su nombre propio de “Octavio”.
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Fue un dato crucial que Dionisio no tuvo en cuenta.
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Así que la fecha y el año de la Navidad puestos por Dionisio el Exiguo en el año 525 después de Cristo estaba llena de errores.

Antonio Piñero catedrático de la Universidad Complutense, especializado en Lengua y literatura del cristianismo primitivo dejaba su opinión al respecto.

“Cierto día, Dionisio el Exiguo, mientras daba vueltas a sus cuestiones de cronología (había escrito ya varios libros de cronología de la Iglesia), tuvo una ocurrencia que le pareció absolutamente feliz:

¿por qué los cristianos tenían que contar sus años según el reinado de un emperador pagano, y encima un cruel asesino de los creyentes?

¿Por qué no numerar los años comenzando desde el momento en el que Jesús, el Salvador, había iniciado su vida terrena?

La idea le pareció acertadísima. Dionisio tomó como fecha de nacimiento de Jesús el 25 de Diciembre, fiándose de una tradición ya inveterada en su época.

Por medio de estudios comparativos (el procedimiento usual) y retrocediendo en el tiempo, el Exiguo fijó la fecha del nacimiento de Jesús en los últimos días del año 753 de la fundación de Roma (el 1 de Enero del año 754 sería el primero de la era cristiana: Jesús tendría en ese momento ocho días). Éste fue su “error”.

De acuerdo con la cronología de Herodes el Grande que hemos mencionado, este rey murió en el 750 “Ad Urbe Cóndita”.

Por tanto Jesús debió nacer en el 748 o 749, uno o dos años antes de la muerte del rey.

De aquí –como dijimos- los cinco o seis años de diferencia… ¡que duran hasta hoy!

Aparentemente, el monje Dionisio no se percató de su equivocación y entregó sus resultados al papa Julio I.

La difusión de su obra Sobre la Pascua, comenzó a extender entre las gentes la nueva manera de computar el tiempo de acuerdo con la fecha del nacimiento de Jesús.

pesebre

 

LA FECHA EXACTA DEL NACIMIENTO DE JESÚS

Otro interesante enfoque del tema que relaciona el nacimiento de Jesús con el de Juan y que se extrae de los evangelios sobre Juan el Bautista nos lleva a este blog 144.000. net; en el que se extraen algunas conclusiones sobre la que pudo ser la fecha exacta del nacimiento de Jesús.

Elizabet, la madre de Juan, era prima de María y la esposa de un sacerdote llamado Zacarías, quien era de la “clase” de Abías.

(Los sacerdotes eran divididos en 24 clases y cada clase o turno, oficiaba en el Templo por una semana, de Sabbat -el sábado judío- a Sabbat.)

Cuando el Templo fue destruido por Tito el 5 de Agosto del año 70 dC, la primera clase de sacerdotes acababa de comenzar su servicio.

Dado que el curso de Abías era el octavo, podemos rastrear hacia atrás y determinar que Zacarías terminó su servicio el 13 de Julio del año 3 AC. Si el nacimiento de Juan se efectuó 280 días después, debió haber sucedido entre el 19 y el 20 de Abril del año 2 AC, precisamente para la Pascua de ese año.

El nacimiento de Juan y el de Jesús estuvieron separados por 5 meses.

Por lo tanto, de nuevo tenemos como resultado el otoño del año 2 AC que sería en realidad el año “0”“como fecha probable del nacimiento del Divino Maestro. Juan inició su misión el año 15 de César Tiberio.

La edad mínima para un ministerio de este orden eran los 30 años.

Como sabemos que Augusto murió el 19 de Agosto del año 14 dC, entonces podemos aseverar que ese año ascendió al poder Tiberio.

Si Juan nació el 19 o 20 de Abril del año 2 AC, su trigésimo cumpleaños debió haber sido el 19 o 20 de Abril del año 29 DC, es decir, el año 15 de Tiberio.

Esto parece confirmar por sí mismo, la fecha del 2 a.C. y como Juan era mayor a Jesús por 5 meses, esto confirma también a otoño como la época del nacimiento de éste último.
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El que Juan presentara a Jesús repetidamente como el “Cordero de Dios” resulta interesante dado que Juan fue nacido en la Pascua.

Para concluir: Elizabet se recluyó por cinco meses y entonces el Ángel Gabriel anuncia a María, tanto la condición de Elizabet así como que María daría a luz un hijo que se llamaría Jesús.

Maria fue “de prisa” a visitar a Elizabet, quien se encontraba en ese momento en la primera semana de su sexto mes de embarazo, en la cuarta semana de Diciembre del año 3 a.C.

Si Jesús nació 280 días después, esto sitúa su nacimiento entre 29 de Septiembre, y el 15 de octubre del año 2 A.C. que en realidad seria el año “0”.

pesebre con angel

 

PISTAS EN LOS EVANGELIOS: LA MUERTE DE HERODES

Vayamos a la información que sobre estas fechas arrojan los Evangelios.

En el evangelio de Mateo existe un dato revelador sobre el nacimiento de Jesús que ubica en época del rey Herodes.

Por otro lado el historiador Josefo dice que Herodes el Grande, rey de Judea murió poco después de un eclipse en la noche del 12 al 13 de marzo, un mes antes de la Pascua.

Si buscamos referencias próximas tenemos que en el 750 ab Urbe condita (4 a. C.) hubo un eclipse en la noche del 12 al 13 de marzo, un mes antes de la Pascua.

Como Herodes mandó a matar a los niños menores de dos años (Mt 2,16) es posible datar el nacimiento de Jesús dos años antes de la muerte de Herodes (7-6 a. C.).

Lo que estaría de acuerdo con la información que nos trae el evangelista Lucas cuando nos dice que Jesús tenía alrededor de treinta años en el año 15 del reinado de Tiberio César (octubre 1 del 27 d. C hasta el 30 de septiembre del 28).

luminaria de pesebre

 

CONCLUSIONES

Así que podemos concluir diciendo que;

El hecho de que Jesús naciera “antes de Cristo” es el resultado de un error que cometió en el año 533 el monje Dionisio el Exiguo, al hacer el cómputo del año primero de la era cristiana como el año 754 de la fundación de Roma (ab Urbe condita), fecha demasiado tardía ya que Herodes murió en el 750.

Entre Lucas y Dionisio, encontramos una fecha más probable para la primera Navidad de marzo o abril del 5 A de C.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Revelación de la Santísima Virgen sobre el Nacimiento de Jesús, a Luz de María

Nuestra Madre Santísima nos comparte, a través de Luz de María, una nueva revelación sobre cómo nació Jesús.

Que nos permite comprender el gran misterio de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo.

Revelación dada el 24 de diciembre del 2017.

Amadísima hija Mía, el que Mi Hijo naciera en tan humildes condiciones no fue una casualidad. Sino la disposición del Padre Eterno.

Para que desde el primer instante la Humanidad comprendiera que para adentrarse en la vida espiritual y acoger las enseñanzas de Mi Hijo, deben desatar todo aquello que les mantiene atados a las falsas creencias personales.

Al ego que permanece fuerte en el hombre, a la necedad humana.

Y humildemente mirarse a sí mismo y reconocer lo que es y cómo es, lo que debe dejar y lo que debe tomar para unificarse a Mi Hijo.

Les solicito que cada día sea como este, en que el hombre de Dios reconoce que el Amor debe prevalecer en la vida y recordar que sin amor nada somos (Cfr. 1 Cor. 13).

Nosotros no viajábamos solos, sino en compañía de los protectores que Dios Padre envió para que nos acompañasen en el camino.

Y antes de entrar en ese establo, los Ángeles ya se encontraban allí, alegres, esperaban nuestra entrada.

EL ESTABLO, ESE HUMILDE LUGAR, ERA EL GRAN PALACIO EN DONDE DEBÍA NACER EL HIJO DE DIOS.

Los Ángeles de Dios Padre se hicieron visibles a nuestras miradas.

Y José, admirado ante tanta grandeza, comprendió que más que un palacio nos encontrábamos en el lugar más hermoso que podía existir en la Tierra.

Nos apresuramos a limpiar el lugar y los Ángeles de Dios ayudaron a Mi esposo José, y el lugar, con impecable limpieza, fue dispuesto para el nacimiento de Mi Hijo, que previamente se Me había anunciado.

Los Ángeles perfumaron con aromas celestiales tan gran palacio.

Yo había sido anunciada del nacimiento y absorta en Mi Vientre, en donde el Amor Divino llegaría a la Humanidad, penetraba en tan insondable Misterio.

El frío de la noche hizo que presuroso, Mi esposo José encendió el fuego y Yo le pedí que descansara.

Y José, entrando en sueño que fue un éxtasis, miró cuanto sucedía con el Divino nacimiento.

Yo fui llevada por sobre lo creado y fui llena de mayores portentos que llenaban Mi Corazón, Mi Mente, Mi Pensamiento, Mi Razón, Mi Alma y Mi Espíritu.

Para acoger “Sagrados Misterios” que no se me habían revelado antes.

Fui llevada en profundo Éxtasis Divino hasta mirar el Rostro de Dios y fui colmada de Ciencia Divina, de Prudencia, de Esperanza Divina, de Amor y Comprensión Divina…

Postrada ante el Padre Eterno recibí Su gran bendición y tan Altísima Majestad Me tomó las Manos y recibí toda la instrucción, para la crianza de Quien llegaría a ser el Salvador de la Humanidad.

Mi rostro irradiaba la Luz Divina que el Padre reflejaba en Mí, consciente de cuanto sucedía, en pleno uso de Mis Sentidos, Me miraba transformada ante tan Insondable Presencia.

En instantes sentí en Mi vientre a Mi Niño moviéndose con fuerza, ya preparado para nacer.

Y arrobada por el Espíritu Divino, miré que fue liberando de ese claustro a Dios hecho Hombre, sin dolor alguno.

El Amor de Mis entrañas se unificó con el Espíritu Divino y en una total donación, no oponiendo resistencia alguna a la Voluntad Divina, con absoluta disposición y siendo como el cristal a la luz, nació el “Unigénito del Padre”, por Obra y Gracia del Espíritu Santo (Cfr. Mt. 1, 18c), conservando Mi Estado Virginal, todo fue un Milagro de Amor.

Miré a San Miguel y a San Rafael y ellos adoraban a Mi Niño, transfigurado, más hermoso y refulgente que el sol.

Su Piel, limpia totalmente, irradiaba tal Pureza, que salía del lugar la Luz de Su Divino Cuerpo.

Me fue entregado Mi Niño por Manos de San Miguel y San Gabriel.

Y en ese instante, un Coloquio Divino sucedió entre los dos: MI HIJO Y YO NOS FUSIONAMOS Y ÉL COMO AMOR VERDADERO Y YO COMO SU MADRE LE EXPRESÉ: MI AMADO PARA MÍ Y YO PARA MI AMADO…(Cfr. Cant. 2,16).

ENTRAMOS EN UN ÍNTIMO COLOQUIO, Y CON TODA MI TERNURA MATERNAL, MIRANDO ESOS OJOS BENDITOS, LE AME EN LA VOLUNTAD DIVINA DESDE EL PESEBRE HASTA LA CRUZ.

Saliendo de ese estado, llame a José y él mirando al Niño, derramaba lágrimas que corrían por sus mejillas, al que tanto esperaba estaba allí, lo entregué en sus brazos y en total reverencia lo amo con amor eterno.

LLEGARON LOS HUMILDES A ADORAR A MI HIJO PORQUE DE LOS HUMILDES ES EL REINO.

Mamá María

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¡Impresionante! el 23 de septiembre 2017 aparecerá en el Cielo la Mujer Vestida de Sol

Esta conjunción que habrá en el cielo se gestó durante 9 meses.

Cuando el planeta Rey permaneció en el vientre de la Virgen (la constelación de Virgo)  

Y comenzó la “gravidez” luego de finalizado el Año de la Misericordia.

Transcurriendo durante el período de celebración de los 100 años de las apariciones de Fátima.

Y también con la antítesis, las celebraciones de la fundación de la Masonería, la Reforma Protestante y le Revolución Rusa que instauró el comunismo.

¿Casualidad o un mensaje para la humanidad?

Leer especialmente el complemento de este artículo, que son las consecuencias de este evento en el cielo:

La “Consecuencias” en el Mundo del Signo en el Cielo del 23 de Septiembre

Leer también sobre los Reyes Magos:

 

LA MUJER VESTIDA DE SOL QUE MOSTRARÁN LOS CIELOS

Al finalizar el año de la Misericordia comenzó a delinearse una conjunción extraordinaria en los cielos.

Duró 9 meses, precisamente el tiempo de gestación de un ser humano.

El 20 de noviembre el planeta Rey (Júpiter) entró en el cuerpo de Virgo (que representa a la Santísima Virgen).

Y debido a su movimiento retrógrado permaneció en su seno durante nueve meses.

Tras este tiempo de “gestación”, Júpiter (el Rey) saldrá de Virgo (la Virgen) el 23 de septiembre de 2017.

En ese momento podremos ver sobre la cabeza de Virgo a la constelación Leo (el León), que contiene 9 estrellas.

Y cerca de estas 9 estrellas veremos a los planetas Mercurio, Marte y Venus, que por su brillo parecerán estrellas.

Y veremos al Sol apareciendo directamente detrás de Virgo, con la Luna a sus “pies”.

Lo que en definitiva parecerá en los cielos como 12 estrellas cerca de la cabeza de Virgo (la Virgen), luego que salió Júpiter (el Rey) del seno de Virgo (la Virgen), brillando delante del Sol y con la Luna debajo.

Todo lo cual se asemeja a la representación del nacimiento de Jesucristo del vientre de la Santísima Virgen María.

Y la coronación de la Santísima Virgen con 12 estrellas en su cabeza, como Reina por el León de Judá, parada sobre la Luna y alumbrada por el Sol.

Esta sorprendente alineación coincide exactamente con la visión que describe el Apocalipsis 12:1.

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz

Esta señal en los cielos es el correlato a la Estrella que llevó a los Reyes Magos hasta el portal de Belén.

Pero hay más.

Durante este período estaremos celebrando los 100 años de las apariciones de Fátima.

Coincidiendo también con los 300 años de fundación formal (con ese nombre) de la masonería.

Los 100 años de la revolución Bolchevique en Rusia.

Y con la celebración de los 500 años de la reforma protestante.

Lo que da pie para la continuación del pasaje mencionado anteriormente del Apocalipsis:

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas…”

¿Coincidencia?

¿Podrá suceder algo importante enviado del Cielo?

¿Tendrá que ver con el Aviso y el Milagro profetizados?

¿Se acerca una purificación? El padre Fortea cree que sí.

¿Esta es la señal?

 


¿SI DIOS HOY NOS ENVIARA UNA SEÑAL, NOS PERCATARÍAMOS DE ELLA?

¿Si Dios, como lo ha hecho anteriormente, nos enviara una señal celestial, augurio de grandes y terribles eventos, nos percataríamos de ella?

¿Estamos, como tantos otros anteriores a nosotros, tan ocupados con nuestra cotidianeidad que ya no nos molestamos en mirar hacia Arriba?

¿Y si Dios nos enviara hoy una señal, podríamos notarla?

Y si lo hiciéramos, ¿nos importaría o simplemente la ignoraríamos tomándola como alguna tonta superstición?

¿Y si te dijera que está por venir un evento astronómico que es un símil fiel de una señal del Libro de la Revelación (Apocalipsis), sorprendentemente preciso, tanto en su contexto como en su momento?
.
¿Mirarías hacia arriba?

Recuerda esto:

«Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.

Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.

La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.» (Apocalipsis 12: 1-5)

venus y jupiter acercandose

 

LA ESTRELLA DE BELÉN

Nosotros tomamos como una parte establecida e indiscutible de nuestra fe, que hace 2000 años Dios utilizó un acontecimiento astronómico para comunicarse con el hombre: la Estrella de Belén.

Muchas personas ahora, al imaginarse la gran Estrella de Belén, si se la imaginan en plenitud, piensan que era muy obvio para todos.

Que se apareció para enviar a los Reyes Magos en un largo viaje para encontrar al Rey prometido.

Sabemos que la versión de los acontecimientos no es un error, ya que cuando los Reyes Magos llegaron a Jerusalén, a sólo 8 kilómetros de Belén, tuvieron que explicar qué fue lo que vieron y por qué lo interpretaron en la forma en que lo hicieron.

El rey Herodes, su corte, y el resto de Jerusalén eran ignorantes de los acontecimientos sobre la Estrella de Belén.

Los habitantes de Jerusalén, como nosotros hoy, estaban muy ocupados proveyendo para sus familias y en sus deberes cotidianos.

A pesar de que esta gran señal anunciaba el nacimiento del Salvador, el mismo Hijo de Dios, pasaba por encima de sus cabezas, ni se dieron cuenta, ni les importó.

Para comprender el contexto adecuado del potencial de la señal de Apocalipsis 12, es menester examinar más a fondo la Estrella de Belén.

¿Qué fue la Estrella de Belén y cómo la vieron los Reyes Magos cuando nadie más la vio?

La respuesta corta es que los Magos estaban prestando atención.

Es muy convincente que la Estrella de Belén estuvo dentro de una serie de eventos astronómicos regulares que involucraron conjunciones raras, que simbólicamente indicaban el nacimiento de un rey.

Es importante tener en cuenta que, enfáticamente, ésto no es astrología.

La Enciclopedia Británica define la astrología así:

«… Tipo de adivinación que consiste en la predicción de eventos humanos y terrestres a través de la observación y la interpretación de los astros fijos, el Sol, la Luna y los planetas.

Tales fanáticos creen que comprender la influencia de los planetas y los astros en temas terrenales les permite, tanto predecir como afectar el destino de los individuos, los grupos y las naciones».

La Iglesia Católica condena explícitamente, tanto la astrología, como toda forma de adivinación (CIC 2116).

Pero las señales como la Estrella de Belén no son adivinación del destino que predicen los astros, sino astronomía y simbología normales.

Con la idea de que Dios a veces utiliza Su creación para comunicarse con el hombre.

La Biblia está repleta de ejemplos que explican lo anterior. Esto es lo que se denomina Astronomía Sagrada.

El Salmo 19 dice:

Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento; el día al día comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia.

No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír; más por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el confín del mundo”. (Salmo 19: 1-4)

San Pablo cita directamente este Salmo en Romanos, al aclarar que los judíos tenían conocimiento de que el Mesías había llegado.

“Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo.

Y pregunto yo: ¿Es que no han oído? ¡Cierto que sí!

Por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras (Romanos 10: 17-18)

Pablo claramente dice que los judíos tenían conocimiento del Mesías porque el cielo se lo dijo así.
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Obviamente Pablo no está justificando la astrología, sino indicando que Dios puede, y de hecho a veces utiliza, los cielos para anunciar Sus planes.

cripta de la natividad en belen

 

¿QUÉ FUE LA ESTRELLA DE BELÉN?

Es convincente decir que la Estrella de Belén fue una serie de acontecimientos astronómicos con simbolismo significativo.

Más detalles ver en BethlehemStar.net.

En los años 3/2 aC, se produjo una rara conjunción triple de Júpiter (el planeta rey, a través de su movimiento retrógrado) y de Regulus (el astro rey).

Los Reyes Magos probablemente leyeron esta rara conjunción triple como si hubiera sido un letrero gigante de neón parpadeando en el cielo diciendo REY-REY-REY.

Todo esto comenzó en el año nuevo judío y dentro de la constelación de Leo (el león, símbolo de la tribu de Judá).

Por lo tanto, simbolizó en gran medida al rey judío de la tribu de Judá; una clara indicación para aquellos que estaban familiarizados con el Mesías.

Además, surgiendo justo detrás de Leo estaba la constelación de Virgo, con el sol y la luna a sus pies.

Después de esta increíble triple conjunción, Júpiter comenzó a moverse hacia el oeste en el cielo.

Que eventualmente entra en conjunción con Venus, un planeta larga y simbólicamente asociado con la maternidad.

La conjunción del planeta rey y el planeta de la maternidad estaban tan cerca uno del otro, que ningún hombre vivo había visto nunca nada igual.
.
Y juntos formaron el objeto más brillante en el firmamento.

Todo este simbolismo de un rey judío de Judá y de una Virgen fue suficiente para que los bien versados Magos se pusieran en movimiento hacia Jerusalén.

Pero en cambio se puede entender por qué el ciudadano común de Jerusalén no lo viera.

Júpiter continuó su movimiento hacia el oeste en el cielo hasta que finalmente se detuvo.
.
Cuando se detuvo (como se ve desde Jerusalén), lo hizo en el sur.
.
Directamente sobre el pequeño pueblo de Belén, el 25 de diciembre del año 2 antes de Cristo.

Esto ahora puede verse fácilmente con programas modernos sobre astros, que le pueden mostrar el cielo nocturno en cualquier fecha en la historia y desde cualquier perspectiva.

El surgimiento de este tipo de programas informáticos ahora, nos permite mirar no sólo el pasado, sino el futuro en los cielos.

venus y jupiter sobre belen

 

LO QUE SUCEDERÁ A PARTIR DEL 20 DE NOVIEMBRE DE 2016

Volvamos a los primeros versículos de Apocalipsis 12.

«Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz».

El autor del Apocalipsis indica claramente que esta visión es una señal en el cielo.

¿Qué veremos en el cielo en un futuro próximo?

El 20 de noviembre de 2016, comenzará un evento astronómico que durará nueve meses y medio, y que culminará en sorprendente coincidencia con la visión de Apocalipsis 12.

Todo indicaría a su vez que este evento astronómico, en todos sus detalles, será único en la historia del hombre.

El 20 de noviembre de 2016, Júpiter (el planeta rey) entra en el cuerpo (vientre) de la constelación de Virgo (la Virgen).

Júpiter, debido a su movimiento retrógrado, pasará los siguientes 9 meses y medio dentro del vientre de Virgo.

Este período corresponde al período normal de gestación de un bebé tardío.

Después de 9 meses y medio, Júpiter saldrá del vientre de Virgo.

Al salir de Júpiter (nacimiento), el 23 de septiembre de 2017, veremos la constelación de Virgo (la mujer vestida del sol), emergiendo directamente detrás de éste.

A los pies de Virgo, nos encontramos con la luna.
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Y sobre su cabeza se encuentra una corona de doce estrellas, formada por las habituales nueve estrellas de la constelación de Leo con la adición de los planetas Mercurio, Venus y Marte.

Ésta es, verdaderamente y hasta donde podemos determinar, una única serie de eventos con un grado sorprendente de coincidencia con la visión de Apocalipsis 12.

Así que, ¿qué significa este hecho astronómico?

 

¿QUE NOS PUEDE DECIR ESTE EVENTO ESTELAR QUE CULMINA EL 23 DE SEPTIEMBRE?

La respuesta obvia y veraz es simplemente que no lo sabemos. Pero no significa que no podamos especular.

Lo que pasa es que estos eventos sucederán y serán evidentes durante el 100º aniversario de las apariciones de «la mujer vestida del sol», Nuestra Señora de Fátima que se apareció en 1917.

La culminación de estos eventos astronómicos se producirá justamente 3 semanas antes del 100º aniversario del gran milagro de Fátima, «la danza del sol» (otra señal celestial), un evento que fue presenciado por muchos miles de personas.

En el siglo que ha seguido a este gran evento, hemos visto que las advertencias de la Virgen se han hecho realidad con sorprendente precisión.

La gente no dejó de ofender a Dios y hemos visto terribles guerras, naciones aniquiladas, y Rusia esparciendo sus errores por el mundo.
.
Si somos honestos, incluso dentro de la misma Iglesia.

Sin embargo, todavía esperamos el cumplimiento de sus promesas, el triunfo de Su Inmaculado Corazón, y un período de paz que será concedido al mundo.

Pero lo que posiblemente no sepamos es que en la misma historia de Fátima hay indicios de que el período de 100 años podría ser significativo.

En agosto de 1931, la Hermana Lucía visitó a un amigo en Rianjo, España.

Allí, Nuestro Señor se apareció a la Hermana Lucía y Él se quejó que no se les había prestado atención a las peticiones de Su madre, diciendo:

«Haz saber a Mis ministros, ya que siguen el ejemplo del Rey de Francia retrasando la ejecución de Mi mandato, que ellos le van a seguir en la aflicción.

Nunca es demasiado tarde para recurrir a Jesús y a María».

Y de nuevo en otro texto, la Hermana Lucía citó a Nuestro Señor:

«¡Ellos no quisieron hacer caso a mi petición! …

Al igual que el rey de Francia, se arrepentirán de ello, y lo harán, pero será tarde.

Rusia ya habrá propagado sus errores en el mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia.

El Santo Padre tendrá mucho qué sufrir«.

Son muy interesantes esas referencias al rey de Francia, ya que es una alusión explícita a las peticiones del Sagrado Corazón dadas, a través de Santa Margarita María de Alacoque el 17 de junio 1689, al Rey de Francia.

El rey Luis XIV y sus sucesores no hicieron caso a la petición de Nuestro Señor de consagrar públicamente Francia al Sagrado Corazón de Jesús.

Como resultado, el 17 de junio de 1789, cien años después del día después de la solicitud, surgió la Asamblea Nacional de la Revolución Francesa, que se declaró como el gobierno de Francia y despojó al rey de su poder.

Más tarde, el rey perdió la cabeza a causa de la revolución.

No es posible conocer la relevancia exacta de esta alusión de 100 años o de saber si y cuándo, el reloj comenzará a marcar el tiempo, pero sin duda es interesante y relevante en este contexto.

Por supuesto también, muchos están familiarizados con la visión del Papa León XIII.
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En la que supuestamente escuchó que a satanás se le concedieron cien años para tratar de destruir a la Iglesia.

Inmediatamente después de esta visión, el Papa León XIII compuso la oración a San Miguel Arcángel, rogándole defendernos en la batalla y ser nuestra defensa contra la perversidad y acechanzas del demonio.

El Papa León XIII añadió entonces las oraciones Leoninas al final de la misa, más tarde suprimidas como consecuencia del Concilio Vaticano II.

Vivimos en estos tiempos tumultuosos para la Iglesia

En los que los fundamentos mismos de la fe, incluso las mismas palabras y mandatos de Nuestro Salvador son menospreciados e ignorados.

Y por lo tanto es imposible no recordar la visión del Papa León.

También debemos señalar que la fecha de inicio del evento astronómico, 20 de noviembre de 2016, fue el mismo día en que el Papa Francisco cerró el «Año de la Misericordia».
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El mismo día fue la fiesta de Cristo Rey.

Y como contraposición vemos que precisamente en 2017 se celebran  3 sucesos fatídicos:
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– los 500 años de la Reforma Protestante;
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– los  300 años de la fundación formal de la masonería;
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– los 100 años de la revolución bolchevique en Rusia.

En conclusión, sabemos que estos fenómenos astronómicos muy espectaculares se producirán, pero no podemos estar seguros sobre su importancia sagrada.

Y si significan algo respecto al aviso y milagro que ha sido profetizado en las apariciones de Garabandal y Medjugorje, curiosamente dos apariciones a las que la Congregación para la Doctrina de la Fe está tratando de quitarles notoriedad.

No pretendemos predecir el futuro de ningún próximo evento relacionado con el cumplimiento de las promesas de Fátima.

Sólo es el relato de que ahora nos encontramos en una situación similar a la de los Reyes Magos hace 2000 años.

¿Miraremos al cielo y diremos: «Está bien Señor, tienes mi atención»?

Fuentes:

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Una visión de catalina Emmerich: Los Maravillosos Acontecimientos en el Orbe cuando el Nacimiento de Jesús

Este es un exquisito relato de la vidente Ana Catalina Emmerich sobre el nacimiento de Jesús.

adoracionpastores

Especialmente lo más llamativos son los signos en todo el mundo del nacimiento.

Leer también:

 

NACE JESÚS, NUESTRO REDENTOR, Y EL UNIVERSO SE LLENA DE SIGNOS DE GLORIA

He visto que la luz que envolvía a la Virgen se hacía cada vez más deslumbrante, de modo que la luz de las lámparas encendidas por José no eran ya visibles. María, con su amplio vestido desceñido, estaba arrodillada en su lecho, con la cara vuelta hacia el Oriente…

Llegada la medianoche la vi arrebatada en éxtasis, suspendida en el aire, a cierta altura de la tierra. Tenía las manos cruzadas sobre el pecho. El resplandor en torno de ella crecía por momentos. Toda la naturaleza parecía sentir una emoción de júbilo, hasta los seres inanimados. La roca de que estaban formados el suelo y el atrio, parecía palpitar bajo la luz intensa que los envolvía. Luego ya no vi más la bóveda.

NACIMIENTO DE XTO Giovanni Tiepolo

Una estela luminosa, que aumentaba sin cesar en claridad, iba desde María hasta lo más alto de los cielos. Allá arriba había un movimiento maravilloso de glorias celestiales, que se acercaban a la tierra y aparecieron con toda claridad seis coros de ángeles celestiales. La Virgen Santísima, levantada de la tierra en medio del éxtasis, oraba y bajaba la mirada sobre su Dios, de quien se había convertido en Madre. El Verbo Eterno, débil Niño, estaba acostado en el suelo delante de María.

Vi a nuestro Señor bajo la forma de un pequeño Niño todo luminoso, cuyo brillo eclipsaba el resplandor circundante, acostado sobre una alfombrita ante las rodillas de María. Me parecía muy pequeñito y que iba creciendo ante mi mirada; pero todo esto era la irradiación de una luz tan potente y deslumbradora que no puedo explicar cómo pude mirarla. La Virgen permaneció algún tiempo en éxtasis; luego cubrió al Niño con un paño, sin tocarlo y sin tomarlo aún en sus brazos.

Poco tiempo después vi al Niño que se movía y lo oí llorar. En ese momento fue cuando María pareció volver en sí misma y, tomando al Niño, lo envolvió en el paño con que lo había cubierto y lo tuvo en sus brazos, estrechándolo contra su pecho.

Se sentó, ocultándose toda Ella con el Niño bajo su amplio velo y creo que le dio el pecho. Vi entonces en torno a los ángeles, en forma humana, hincándose delante del Niño recién nacido, para adorarlo. Cuando habría transcurrido una hora desde el nacimiento del Niño Jesús, María llamó a José, que estaba aún orando con el rostro pegado a la tierra. Se acercó, prosternándose, lleno de júbilo, de humildad y de fervor. Sólo cuando María le pidió que apretara contra su corazón el Don Sagrado del Altísimo, se levantó José, recibió al Niño entre sus brazos y derramando lágrimas de pura alegría, dio gracias a Dios por el Don recibido del cielo.

María fajó al Niño: tenía sólo cuatro pañales. Más tarde vi a María y a José sentados en el suelo, uno junto al otro: no hablaban, parecían absortos en muda contemplación. Ante María, fajado como un niño común, estaba recostado Jesús recién nacido, bello y brillante como un relámpago. «¡Ah, -decía yo- este lugar encierra la salvación del mundo entero y nadie lo sospecha!»

He visto que pusieron al Niño en el pesebre, arreglado por José con pajas, lindas plantas y una colcha encima. El pesebre estaba sobre la gamella cavada en la roca, a la derecha de la entrada de la gruta, que se ensanchaba allí hacia el Mediodía. Cuando hubieron colocado al Niño en el pesebre, permanecieron los dos a ambos lados, derramando lágrimas de alegría y entonando cánticos de alabanza. José llevó el asiento y el lecho de reposo de María junto al pesebre. Yo veía a la Virgen, antes y después del nacimiento de Jesús, arropada en un vestido blanco, que la envolvía por entero. Pude verla allí durante los primeros días sentada, arrodillada, de pie, recostada o durmiendo; pero nunca la vi enferma ni fatigada. 

Diego_Velázquez

 

SEÑALES EN LA NATURALEZA. ANUNCIO A LOS PASTORES

He visto en muchos lugares, hasta en los más lejanos, una insólita alegría, un extraordinario movimiento en esta noche. He visto los corazones de muchos hombres de buena voluntad reanimados por un ansia, plena de alegría y, en cambio, los corazones de los perversos llenos de temores. Hasta en los animales he visto manifestarse alegría en sus movimientos y brincos. Las flores levantaban sus corolas, las plantas y los árboles tomaban nuevo vigor y verdor y esparcían sus fragancias y perfumes.

He visto brotar fuentes de agua de la tierra. En el momento mismo del Nacimiento de Jesús, brotó una fuente abundante en la gruta de la colina del Norte. Cuando al día siguiente lo notó José, le preparó en seguida un desagüe. El cielo tenía un color rojo oscuro sobre Belén, mientras se veía un vapor tenue y brillante sobre la gruta del pesebre, el valle de la gruta de Maraña y el valle de los pastores.

A legua y media más o menos de la gruta de Belén, en el valle de los pastores, había una colina donde empezaba una serie de viñedos que se extendía hasta Gaza. En las faldas de la colina estaban las chozas de tres pastores, jefes de las familias de los demás pastores de las inmediaciones. A distancia doble de la gruta del pesebre se encontraba lo que llamaban la torre de los pastores. Era un gran andamiaje piramidal, hecho de madera, que tenía por base enormes bloques de la misma roca: estaba rodeado de árboles verdes y se alzaba sobre una colina aislada en medio de una llanura. Estaba rodeado de escaleras; tenía galerías y torrecillas, todo cubierto de esteras. Guardaba cierto parecido con las torres de madera que he visto en el país de los Reyes Magos, desde donde observaban las estrellas. Desde lejos producía la impresión de un gran barco con muchos mástiles y velas.

Desde esta torre se gozaba de una espléndida vista de toda la comarca. Se veía Jerusalén y la montaña de la tentación en el desierto de Jericó. Los pastores tenían allí a los hombres que vigilaban la marcha de los rebaños y avisaban a los demás tocando cuernos de caza, si acaso había alguna incursión de ladrones o gente de guerra. Las familias de los pastores habitaban esos lugares en un radio de unas dos leguas. Tenían granjas aisladas, con jardines y praderas. Se reunían junto a la torre, donde guardaban los utensilios que tenían en común. A lo largo de la colina de la torre, estaban las cabañas, y algo apartado de éstas había un gran cobertizo con divisiones donde habitaban las mujeres de los pastores guardianes: allí preparaban la comida.

He visto que en esta noche parte de los rebaños estaban cerca de la torre, parte en el campo y el resto bajo un cobertizo cerca de la colina de los pastores. Al nacimiento de Jesucristo vi a estos tres pastores muy impresionados ante el aspecto de aquella noche tan maravillosa; por eso se quedaron alrededor de sus cabañas mirando a todos lados. Entonces vieron maravillados la luz extraordinaria sobre la gruta del pesebre. He visto que se pusieron en agitado movimiento los pastores que estaban junto a la torre, los cuales subieron a su mirador dirigiendo la vista hacia la gruta.

Mientras los tres pastores estaban mirando hacia aquel lado del cielo, he visto descender sobre ellos una nube luminosa, dentro de la cual noté un movimiento a medida que se acercaba. Primero vi que se dibujaban formas vagas, luego rostros, finalmente oí cánticos muy armoniosos, muy alegres, cada vez más claros. Como al principio se asustaran los pastores, apareció un ángel ante ellos, que les dijo:

«No temáis, pues vengo a anunciaros una gran alegría para todo el pueblo de Israel. Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo, el Señor. Por señal os doy ésta: encontraréis al Niño envuelto en pañales, echado en un pesebre».

Mientras el ángel decía estas palabras, el resplandor se hacía cada vez más intenso a su alrededor. Vi a cinco o siete grandes figuras de ángeles muy bellos y luminosos. Llevaban en las manos una especie de banderola larga, donde se veían letras del tamaño de un palmo y oí que alababan a Dios cantando:

«Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra para los hombres de buena voluntad».

Más tarde tuvieron la misma aparición los pastores que estaban junto a la torre. Unos ángeles también aparecieron a otro grupo de pastores, cerca de una fuente, al Este de la torre, a unas tres leguas de Belén. No he visto que los pastores fueran enseguida a la gruta del pesebre, porque unos se encontraban a legua y media de distancia y otros a tres; los he visto, en cambio, consultándose unos a otros acerca de lo que llevarían al recién nacido y preparando los regalos con toda premura. Llegaron a la gruta del pesebre al rayar el alba.

 

SEÑALES EN JERUSALÉN, EN ROMA Y EN OTROS PUEBLOS

Esta noche vi en el Templo a Noemí, la maestra de María, a la profetisa Ana y al anciano Simeón. Vi en Nazaret a Ana y en Juta a Santa Isabel. Todos tenían visiones y revelaciones del Nacimiento del Salvador. He visto al pequeño Juan Bautista, cerca de su madre, manifestando una alegría muy grande. Vieron y reconocieron a María en medio de aquellas visiones, aunque no sabían donde había tenido lugar el acontecimiento. Isabel tampoco lo sabía. Sólo Ana sabía que tenía lugar en Belén.

Esta noche vi en el Templo un acontecimiento admirable y extraño: todos los rollos de escrituras de los saduceos saltaban fuera de los armarios donde estaban encerrados, dispersándose. Este suceso causó mucho espanto en todos, pero los saduceos lo atribuyeron a efectos de brujería y repartieron dinero a los que lo sabían para que mantuvieran el secreto.

natividad

He visto muchas cosas en Roma esta noche. Cuando Jesús nació, vi un barrio de la ciudad, donde vivían muchos judíos: allí brotó una fuente de aceite que causó maravilla a todos los que la vieron. Una estatua magnífica de Júpiter cayó de su pedestal en añicos, porque se desplomó la bóveda del templo. Los paganos se llenaron de terror, hicieron sacrificios y preguntaron a otro ídolo, el de Venus, creo, qué significaba aquello. El demonio respondió, por medio de la estatua: «Esto ha sucedido porque una Virgen ha concebido un Hijo sin dejar de ser virgen; y este Niño acaba de nacer». Este ídolo habló también desde la fuente de aceite. En el sitio donde brotó la fuente se alzó una iglesia dedicada a la Virgen María, Madre de Dios. Los sacerdotes paganos estaban consternados y hacían averiguaciones.

Setenta años antes de estos hechos vivía en Roma una buena y piadosa mujer. No recuerdo ahora si era judía. Se llamaba algo así como Serena o Cyrena y poseía algunos bienes de fortuna. Por ese tiempo se había recubierto de oro y piedras preciosas el ídolo de Júpiter y se le ofrecían sacrificios solemnes. La mujer tuvo visiones y a consecuencia de ellas hizo varias profecías, diciendo públicamente a los paganos que no debían rendir honores al ídolo de Júpiter ni hacerle sacrificios, pues vendría un día en que lo verían caer hecho pedazos. Los sacerdotes la hicieron comparecer y le preguntaron cuándo habían de suceder estas cosas. Como no pudo determinar el tiempo, fue encerrada en prisión y maltratada, hasta que Dios le hizo conocer que ello sucedería cuando una Virgen purísima diera a luz un Niño. Cuando dio esta respuesta, se burlaron de ella y la dejaron en libertad, reputándola por loca. Sólo cuando se derrumbó el templo, haciendo pedazos al ídolo, reconocieron que había dicho la verdad, maravillándose de la época fijada y del acontecimiento, aunque no sabían que la Santísima Virgen había sido la Madre, e ignorando el Nacimiento del Salvador.

He visto que los magistrados de Roma se informaron de estos hechos, como de la fuente que había brotado. Uno de ellos fue un tal Léntulo, abuelo de Moisés, sacerdote y mártir y de aquel otro Léntulo, que fue amigo de San Pedro en Roma. Relacionado con el emperador Augusto he visto algo que ahora no recuerdo bien. Vi al emperador con otras personas sobre una colina de Roma, en uno de cuyos lados se encontraba el Templo, cuya techumbre se había derrumbado. Por unas gradas se llegaba hasta la cumbre de la colina donde había una puerta dorada. Era un lugar donde se ventilaban asuntos de interés.

Cuando el emperador bajó de la colina, vio a la derecha, encima de ella, una aparición en el cielo. Era una Virgen sobre un arco iris, con un Niño en el aire, que parecía salir de Ella. Creo que, el emperador fue el único que vio esta aparición. Para conocer su significado hizo consultar a un oráculo que había enmudecido, el cual en esa ocasión habló de un Niño recién nacido, a quien todos debían adorar y rendir homenaje. El emperador hizo erigir un altar en el sitio de la colina donde había visto la aparición, y después de haber ofrecido sacrificios, lo dedicó al Primogénito de Dios. He olvidado otros detalles de este hecho.

He visto en Egipto un hecho que anunció el Nacimiento de Jesucristo. Mucho más allá de Matarea, de Heliópolis y de Menfis había un gran ídolo que pronunciaba habitualmente toda clase de oráculos y que de pronto enmudeció. El Faraón mandó hacer sacrificios en todo el país a fin de saber por qué causa había callado. El ídolo fue obligado por Dios a responder que guardaba silencio y debía desaparecer, porque había nacido el Hijo de la Virgen y que en aquel mismo sitio se levantaría un templo en honor de la Virgen. El Faraón hizo levantar un templo allí mismo cerca del que había antes en honor del ídolo. No recuerdo todo lo sucedido; sólo sé que el ídolo fue retirado y que se levantó un templo a la anunciada Virgen y a su Niño, siendo honrados a la manera de ellos.

Al tiempo del Nacimiento de Jesucristo, vi una maravillosa aparición que se presentó a los Reyes Magos en su país. Estos Magos eran observadores de los astros y tenían sobre una montaña una torre en forma de pirámide, donde siempre se encontraba uno de ellos con los sacerdotes observando el curso de los astros y las estrellas. Escribían sus observaciones y se las comunicaban unos a otros. Esta noche creo haber visto a dos de los Reyes Magos sobre la torre piramidal. El tercero, que habitaba al Este del Mar Caspio, no estaba allí. Observaban una determinada constelación en la cual veían de cuando en cuando variantes, con diversas apariciones. Esta noche vi la imagen que se les presentaba. No la vieron en una estrella, sino en una figura compuesta de varias de ellas, entre las cuales parecía efectuarse un movimiento.

Vieron un hermoso arco iris sobre la media luna y sobre el arco iris sentada a la Virgen. Tenía la rodilla izquierda ligeramente levantada y la pierna derecha más alargada, descansando el pie sobre la media luna. A la izquierda de la Virgen, encima del arco iris, apareció una cepa de vid y a la derecha, un haz de espigas de trigo. Delante de la Virgen vi elevarse como un cáliz semejante al de la Última Cena. Del cáliz vi salir al Niño y por encima de Él, un disco luminoso parecido a una custodia vacía, de la que partían rayos semejantes a espigas. Por eso pensé en el Santísimo Sacramento. Del costado derecho del Niño salió una rama, en cuya extremidad apareció, a semejanza de una flor, una iglesia octogonal con una gran puerta dorada y dos pequeñas laterales. La Virgen hizo entrar al cáliz, al Niño y a la Hostia en la Iglesia, cuyo interior pude ver, y que en aquel momento me pareció muy grande. En el fondo había una manifestación de la Santísima Trinidad. La iglesia se transformó luego en una ciudad brillante, que me pareció la Jerusalén celestial.

En este cuadro vi muchas cosas que se sucedían y parecían nacer unas de otras, mientras yo miraba el interior de la iglesia. Ya no puedo recordar en qué forma se fueron sucediendo. Tampoco recuerdo de qué manera supieron los Reyes Magos que Jesús había nacido en Judea. El tercero de los Reyes, que vivía muy distante, vio la aparición al mismo tiempo que los otros. Los días que precedieron al Nacimiento de Jesús, los veía sobre su observatorio donde tuvieron varias visiones. Los Reyes sintieron una alegría muy grande, juntaron sus dones y regalos y se dispusieron para el viaje. Se encontraron al cabo de varios días de camino.

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Visión de Catalina Emmerich: Cómo se Preparó María para ir a Belén para Tener a Jesús

Desde el 16 de diciembre la Iglesia esta tradicionalmente a la espera del gran acontecimiento del nacimiento del Cristo el 25 de diciembre.

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Son varios los videntes que han tenido imágenes de los sucesos previos y del propio nacimiento, los que iremos publicando para completar una idea mejor de lo que rodeó al nacimiento, en el entendido que estos materiales son poco difundidos.

Comenzaremos por una visión de la Beata Ana Catalina Emmerich respecto a los Preparativos para el Nacimiento.

Leer también:

En aquel tiempo Augusto César (Octavio) ordenó un censo para ser realizado a toda la gente y para esto era requerido que todos fueran a la ciudad o al pueblo de sus propias familias, para registrar las contribuciones impuestas por los Romanos. José, siendo de la casa y linaje de David tenía que ir desde Nazareth en Galilea a Belén en Judea, cerca de 10 kms de Jerusalén.

Desde hace varios días veo a María en casa de Ana, su madre, cuya casa se halla más o menos a una legua de Nazaret, en el valle de Zabulón. La criada de Ana permanece en Nazaret cuando María está ausente y sirve a José. Veo que mientras vivió Ana casi no tenían hogar independiente del todo, pues recibían siempre de ella todo lo que necesitaban para su manutención.

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Veo desde hace quince días a María ocupada en preparativos para el nacimiento de Jesús: cose colchas, tiras y pañales. Su padre Joaquín ya no vive. En la casa hay una niña de unos siete años de edad que está a menudo junto a la Virgen y recibe lecciones de María. Creo que es la hija de María de Cleofás y que también se llama María. José no está en Nazaret, pero debe llegar muy pronto. Vuelve de Jerusalén donde ha llevado los animales para el sacrificio. Vi a la Virgen Santísima en la casa, trabajando, sentada en una habitación con otras mujeres. Preparaban prendas y colchas para el nacimiento del Niño.

Ana poseía considerables bienes en rebaños y campos y proporcionaba con abundancia todo lo que necesitaba María, en avanzado estado de embarazo. Como creía que María daría a luz en su casa y que todos sus parientes vendrían a verla, hacía allí toda clase de preparativos para el nacimiento del Niño de la Promesa, disponiendo, entre otras cosas, hermosas colchas y preciosas alfombras.

Cuando nació Juan pude ver una de estas colchas en casa de Isabel. Tenía figuras simbólicas y sentencias hechas con trabajos de aguja. Hasta he visto algunos hilos de oro y plata entremezclados en el trabajo de aguja. Todas estas prendas no eran únicamente para uso de la futura madre: había muchas destinadas a los pobres, en los que siempre se pensaba en tales ocasiones solemnes.

Vi a la Virgen y a otras mujeres sentadas en el suelo alrededor de un cofre, trabajando en una colcha de gran tamaño colocada sobre el cofre. Se servían de unos palillos con hilos arrollados de diversos colores. Ana estaba muy ocupada, e iba de un lado a otro tomando lana, repartiéndola y dando trabajo a cada una de ellas.

José debe volver hoy a Nazaret. Se hallaba en Jerusalén donde había ido a llevar animales para el sacrificio, dejándolos en una pequeña posada dirigida por una pareja sin hijos situada a un cuarto de legua de la ciudad, del lado de Belén. Eran personas piadosas, en cuya casa se podía habitar confiadamente. Desde allí se fue José a Belén; pero no visitó a sus parientes, queriendo tan sólo tomar informes relativos a un empadronamiento o una percepción de impuestos que exigía la presencia de cada ciudadano en su pueblo natal.

maria orando

Con todo, no se hizo inscribir aún, pues tenía la intención, una vez realizada la purificación de María, de ir con ella de Nazaret al Templo de Jerusalén, y desde allí a Belén, donde pensaba establecerse. No sé bien qué ventajas encontraba en esto, pero no gustándole la estadía en Nazaret, aprovechó esta oportunidad para ir a Belén. Tomó informes sobre piedras y maderas de construcción, pues tenía la idea de edificar una casa. Volvió luego a la posada vecina a Jerusalén, condujo las víctimas al Templo y retornó a su hogar.

Atravesando hoy la llanura de Kimki, a seis leguas de Nazaret, se le apareció un ángel, indicándole que partiera con María para Belén, pues era allí donde debía nacer el Niño. Le dijo que debía llevar pocas cosas y ninguna colcha bordada. Además del asno sobre el cual debía ir María montada, era necesario que llevase consigo una pollina de un año, que aún no hubiese tenido cría. Debía dejarla correr en libertad, siguiendo siempre el camino que el animal tomara.

Esta noche Ana se fue a Nazaret con la Virgen María, pues sabían que José debía llegar. No parecía, sin embargo, que tuvieran conocimiento del viaje que debía hacer María con José a Belén. Creían que María daría a luz en su casa de Nazaret, pues vi que fueron llevados allí muchos objetos preparados, envueltos en grandes esteras.

Por la noche llegó José a Nazaret. Hoy he visto a la Virgen con su madre Ana en la casa de Nazaret, donde José les hizo conocer lo que el ángel le había ordenado la noche anterior. Ellas volvieron a la casa de Ana, donde las vi hacer preparativos para un viaje próximo. Ana estaba muy triste. La Virgen sabía de antemano que el Niño debía nacer en Belén; pero por humildad no había hablado. Estaba enterada de todo por las profecías sobre el nacimiento del Mesías que Ella conservaba consigo en Nazaret.

Estos escritos le habían sido entregados y explicados por sus maestras en el Templo. Leía a menudo estas profecías y rogaba por su realización, invocando siempre, con ardiente deseo, la venida de ese Mesías. Llamaba bienaventurada a aquélla que debía dar a luz y deseaba ser tan sólo la última de sus servidoras. En su humildad no pensaba que ese honor debía tocarle a ella. Sabiendo por los textos que el Mesías debía nacer en Belén, aceptó con júbilo la voluntad de Dios, preparándose para un viaje que habría de ser muy penoso para ella, en su actual estado y en aquella estación, pues el frío suele ser muy intenso en los valles entre cadenas montañosas.

Fuentes:

 

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Catalina Emmerich Ve el Viaje a Belén, previo al Nacimiento de Jesús: el Comienzo de la Travesía

En esta visión, Sor Catalina nos narra el comienzo del viaje de María y José hacia Belén.

pesebre en salzillo maria embarazada

Comienza con la partida de la casa de Ana y finaliza cuando la sagrada familia pernocta en una posada en el camino.

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Esta noche vi a José y a María, acompañados de Ana, María de Cleofás y algunos servidores, salir de la casa de Ana para su viaje. María iba sentada sobre la albarda del asno, cargado además con el equipaje, José lo conducía.

Había otro asno sobre el cual debía regresar Ana. Esta mañana he visto a los santos viajeros a unas seis leguas de Nazaret, llegando a la llanura de Kimki, que era el lugar donde el ángel se le había aparecido a José dos días antes. Ana poseía un campo en aquel lugar y los servidores debían tomar allí la burra de un año que José quería llevar, la cual corría y saltaba delante o al lado de los viajeros.

Ana y María de Cleofás se despidieron y regresaron con sus servidores. Vi a la Sagrada Familia caminando por un sendero que subía a la cima de Gelboé. No pasaban por los poblados, y seguían a la pollina, que tomaba caminos de atajo.

Pude verlos en una propiedad de Lázaro, a poca distancia de la ciudad de Ginim, por el lado de Samaria. El cuidador los recibió amistosamente, pues los había conocido en un viaje anterior. Su familia estaba relacionada con la de Lázaro.

Veo allí muchos hermosos jardines y avenidas. La casa está sobre una altura; desde la terraza se alcanza a contemplar una gran extensión de la comarca. Lázaro heredó de su padre esta propiedad.

He visto que Nuestro Señor se detuvo con frecuencia durante su vida pública en este lugar y enseñó en los alrededores. El cuidador y su mujer trataron muy amistosamente a María. Se admiraron que hubiese emprendido semejante viaje en el estado en que se encontraba, dado que hubiera podido quedarse tranquilamente en casa de Ana.

He visto a la Sagrada Familia a varias leguas del sitio anterior, caminando en medio de la noche hacia una montaña a lo largo de un valle muy frío, donde había caído escarcha. La Virgen María, que sufría mucho el frío, dijo a José: «Es necesario detenernos aquí, pues no puedo seguir».

maria y jose rumbo a belen

No bien dijo estas palabras se detuvo la borriquilla debajo de un gran árbol de terebinto, junto al cual había una fuente. Se detuvieron y José preparó con las colchas un asiento para la Virgen, a la cual ayudó a desmontar del asno. María sentóse debajo del árbol y José colgó del árbol su linterna. A menudo he visto hacer lo mismo a las personas que viajan por estos lugares.

La Virgen pidió a Dios ayuda contra el frío. Sintió entonces un alivio tan grande y una corriente de calor tal, que tendió sus manos a José para que él pudiera calentar un tanto sus manos ateridas. Comieron algunos panecillos y frutas, y bebieron agua de la fuente vecina, mezclándola con gotas del bálsamo que José llevaba en su cántaro.

José consoló y alegró a María. Era muy bueno y sufría mucho en ese viaje tan penoso para Ella. Habló del buen alojamiento que pensaba conseguir en Belén.

Conocía una casa cuyos dueños eran gente buena y pensaba hospedarse allí con ciertas comodidades. Mientras iban de camino, hacía el elogio de Belén, recordando a María todas las cosas que podían consolarla y alegrarla. Esto me causaba lástima, pues yo sabía todo lo que sufriría: todo iba a acontecer de diferente manera.

A esta altura habían pasado ya dos pequeños arroyos, uno a través de un alto puente, mientras los dos asnos lo cruzaban a nado. La borriquilla que iba en libertad, tenía curiosas actitudes.

Cuando el camino era recto y bien trazado, sin peligros para perderse, como entre dos montañas, corría delante o detrás de los viajeros. Cuando el camino se dividía, aguardaba y tomaba el sendero recto. Cuando debían detenerse, se paraba como lo hizo bajo el terebinto.

No sé si pasaron la noche bajo este árbol o buscaron otro hospedaje. Este viejo terebinto era un árbol sagrado, que había formado parte del bosque de Moré, cerca de Siquem.

Abrahán, viniendo de Canaán, había visto aparecer allí al Señor, el cual le había prometido aquella tierra para su posteridad, y el Patriarca alzó un altar debajo del terebinto.

Jacob, antes de ir a Betel para ofrecer sacrificio al Señor, había enterrado bajo el árbol los ídolos de Labán y las joyas de su familia. Josué había levantado allí el tabernáculo donde se hallaba el Arca de la Alianza, y, reunida la población, le había exigido renunciar a los ídolos. En este mismo sitio Abimelec, hijo de Gedeón, fue proclamado rey por los siquemitas.

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Hoy vi a la Sagrada Familia llegar a una granja, a dos leguas al Sur del terebinto. La dueña de la finca estaba ausente y el hombre no quiso recibir a José, diciéndole que bien podía ir más lejos.

Un poco más adelante vieron que la borriquilla entraba en una cabaña de pastores, y entraron ellos también. Los pastores que se hallaban allí, vaciando la cabaña, los recibieron con benevolencia: les dieron paja y haces de junco y ramas para que encendieran fuego.

Los pastores fueron después a la finca donde había sido rechazada la Sagrada Familia, e hicieron el elogio de José y de la belleza y santidad de María, ante la señora de la casa, la cual reprochó a su marido por haber rechazado a personas tan buenas. Luego vi a esta mujer ir adonde estaba María; pero no se atrevió a entrar por timidez y volvió a su casa a buscar alimentos.

La cabaña estaba en el flanco Oeste de una montaña, más o menos entre Samaria y Tebez. Al Este, más allá del Jordán, está Sucot. Ainón se encuentra un poco más al Mediodía, al otro lado del río. Salim está más cerca. Desde allí habría unas doce leguas hasta Nazaret.

La mujer volvió en compañía de dos niños a visitar a la Sagrada Familia, trayendo provisiones. Disculpóse afablemente y se mostró muy conmovida por la difícil situación de los caminantes. Después que éstos hubieron comido y descansado, presentóse el marido de aquella mujer y pidió perdón a San José por haberlo rechazado. Le aconsejó que subiera una legua más por la cima de la montaña, que allí encontraría un buen refugio antes de comenzar las fiestas del sábado, donde podría pasar el día del reposo festivo.

Se pusieron en camino y después de haber andado una legua llegaron a una posada de varios edificios, rodeados de árboles y jardines. Vi algunos arbustos que dan el bálsamo, plantados a espaldera. La posada estaba en la parte Norte de la montaña.

La Virgen Santísima había desmontado y José llevaba el asno. Se acercaron a la casa y José pidió alojamiento; pero el dueño se disculpó, diciendo que estaba lleno de viajeros. Llegó en esto su mujer, y al pedirle la Virgen alojamiento con la más conmovedora humildad, aquélla sintió una profunda emoción. El dueño no pudo resistir y les arregló un refugio cómodo en el granero cercano y llevó el asno a la cuadra. La borriquilla corría libre por los alrededores. Siempre estaba lejos de ellos cuando no tenía que señalar camino.

Fuentes:

 

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Foros de la Virgen María Luisa Piccarreta MENSAJES Y VISIONES

El Nacimiento de Jesús por Luisa Piccarreta

EL PRODIGIO DEL NACIMIENTO DE JESÚS.

LUISA ES LLAMADA A RECIBIR A JESÚS DESPUÉS DE LA MADRE.

FINALIDAD DE LA CRUZ DE JESÚS DESDE SU ENCARNACIÓN Y SU NACIMIENTO.

25 de Dicembre de 1900.

Encontrándome en mi habitual estado, me he sentido fuera de mí misma. Después de dar una vuelta me he hallado dentro de una cueva y he visto a la Mamá Reina, en el acto de dar a luz al Niño Jesús. ¡Qué extraordinario prodigio!…

Me parecía que tanto la Madre cuanto el Hijo se hubieran transformado en luz purísima, pero en esa luz se veía muy bien la naturaleza humana de Jesús, que contenía en sí a la Divinidad y le servía como de velo para cubrirla, de tal modo que, rasgando el velo de su naturaleza humana era Dios y cubierto con ese velo era hombre, y he aquí el prodigio de los prodigios:

Dios y hombre, hombre y Dios, que sin dejar al Padre y al Espíritu Santo viene a habitar con nosotros tomando carne humana, porque el verdadero amor no permite jamás separación.

Pues bien, me ha parecido que la Madre y el Hijo en aquel felicísimo instante se han vuelto como espiritualizados, y sin la menor dificultad Jesús ha salido del seno de su Madre. Desbordándose Ambos en un exceso de amor, o sea, transformándose en Luz sus santísimos cuerpos, sin el menor obstáculo, Jesús Luz ha brotado de dentro de la luz de la Madre, quedando sanos e íntegros tanto Él como Ella, volviendo después al estado natural.

¿Pero quién podrá decir la hermosura del Niño, que en aquel momento de su nacimiento derramaba aun externamente los rayos de su Divinidad? ¿Quién podrá describir la belleza de la Madre, que quedaba toda absorbida en aquellos rayos divinos?

¿Y San José? Me pareció que no estaba presente en el momento del Nacimiento, sino que estaba en otro rincón de la cueva, totalmente absorto en aquel profundo Misterio, y aunque no vió con los ojos del cuerpo, vió muy bien con los ojos del alma, porque estaba arrebatado en sublime éxtasis.

Ahora bien, en el acto que el Niño salió a la luz, yo hubiera querido volar para tomarlo en mis brazos, pero los Ángeles me lo impidieron, diciéndome que a la Madre le correspondía el honor de ser la primera en tomarlo.

Entonces la Stma. Virgen, como despertándose, ha vuelto en sí y de manos de un Ángel ha recibido al Hijo entre sus brazos, lo ha estrechado tan fuerte en el ardor de su amor, que parecía como si quisiera encerrarlo de nuevo en sus entrañas; y luego, como queriendo dar desahogo a su ardiente amor, lo ha puesto a mamar a su pecho. Entre tanto, yo estaba toda anonadada, esperando que me llamara,para que los Ángeles no volvieran a regañarme.

Entonces la Reina me ha dicho:

“Ven, ven y toma a tu Amado y disfrútalo tú también, desahoga con El tu amor”.

Diciendo esto, me he acercado y la Mamá me lo ha puesto en brazos. ¿Quién podrá decir mi contento, los besos, las caricias, las ternuras?

Después de haberme desahogado un poco, Le he dicho:

“Querido mío, Tú has tomado la leche de nuestra Mamá, dáme a mí un poco”.

Y Él, consintiendo, de su boca ha derramado parte de esa leche en la mía y después me ha dicho:
“Amada mía, Yo fui concebido junto con el dolor, nací al dolor y morí en el dolor, y con los tres clavos con que Me crucificaron dejé clavadas las tres potencias, inteligencia, memoria y voluntad, de las almas que desean amarme, haciendo que quedasen atraídas del todo a Mí, porque la culpa las había hecho estar enfermas y separadas da su Creador, sin freno alguno”.

Mientras esto decía, ha dirigido una mirada al mondo y ha empezado a llorar por sus miserias.

Al verle llorar, Le he dicho:

“Niño querido,no entristezcas con tu llanto una noche tan gozosa para quien Te ama. En vez de desahogar el llanto, desahoguémonos con el canto”.

Y dicendo así, he empezado a cantar; oyéndome cantar, Jesús se ha distraído y ha dejado de llorar, y al acabar mi verso ha cantado el suyo, con una voz tan fuerte y armoniosa, que todas las otras voces desaparecían ante su voz dulcísima. Después le he pedido al Niño Jesús por mi Confesor, por los que me pertenecen y, por último, por todos, y Él parecía condescender a todo. Mientras hacía esto me ha desaparecido y yo he vuelto en sí.

Para María y José fue un prodigio poder vivir la vida normal, a pesar del continuo arrobo que el Niño les producía.

6 de Diciembre de 1900.

Viendo de nuevo al santo Niño, veía a la Reina Madre por un lado y a San José por otro, que estaban adorando profundamente al Niño divino. Estando totalmente atentos a Él, me parecía que la continua presencia del Niñito los tenía absortos en éxtasis continuo, y si hacían cualquier cosa, era un prodigio que el Señor realizaba en ellos; de lo contrario hubieran quedado inmóviles, sin poder cumplir con sus deberes exteriormente. Yo también he hecho mi adoración y me he hallado en mí misma.

La adoración de los Reyes Magos: Jesús se comunicó a ellos con amor, con belleza y con potencia, y así obtuvo tres efectos. Luisa quiere ser la primera en el amor a Jesús.

6 de Enero de 1901.

Hallándome fuera de mí misma, me parecía ver cuando los santos reyes Magos llegaron a la cueva de Belén.

Apenas estuvieron en presencia del Niño, tuvo a bien hacer que externamente resplandecieran los rayos de su Divinidad,comunicándose a los Magos de tres maneras: con el amor, con la belleza y con la potencia, de forma que quedaron arrebatados y sumidos en la presencia del Niño Jesús, tanto que si el Señor no hubiera retirado otra vez interiormente los rayos de su Divinidad, se hubieran quedado allí para siempre, sin poderse mover más.

Así que, apenas el Niño retiró su Divinidad, volviendo en sí los santos reyes Magos, se sacudieron estupefactos al ver un exceso de amor tan grande, porque en esa luz el Señor les hizo comprender el misterio de la Encarnación.

Se levantaron, pues, y ofrecieron sus dones a la Reina Madre y Ella les habló largamente, pero no sé decir todo lo que les dijo; sólo recuerdo que les inculcó fuertemente, no sólo su salvación, sino que tuvieran muy en el corazón la salvación de sus pueblos, sin miedo de exponer incluso la vida con tal de obtenerla.

Después de eso me he retirado dentro de mí misma y me he encontrado junto con Jesús, y quería que yo Le dijese algo, pero yo me veía ser tan mala y confusa, que no me atrevía a decirle nada; pero viendo que yo no Le decía nada, El mismo ha vuelto a hablar de los santos Magos, diciéndome:
“Con haberme comunicado a los Magos de tres maneras, obtuve tres efectos para ellos, pues nunca Me comunico a las almas inútilmente, sino que siempre reciben algún provecho.

Por tanto, comunicándome con el amor obtuvieron el desapego de sí mismos, con la belleza obtuvieron el desprecio de las cosas terrenas, y con la potencia sus corazones quedaron completamente vinculados a Mí y obtuvieron el valor para dar la sangre y la vida por Mí”.

Luego ha añadido:

“¿Y tú, qué quieres? Dime, ¿Me quieres? ¿Cómo quisieras amarme?”.

No sabiendo qué decir, aumentando mi confusión, he dicho:

“Señor, no quisiera nada más que a Tí, y si me preguntas si Te quiero, no tengo palabras para sabértelo manifestar; tan sólo sé decir que siento esta pasión, de querer que nadie pudiera superarme en amarte, de ser yo la primera en amarte más que nadie y que nadie Te amara más que yo; pero eso aún no me satisface, para sentirme contenta Te quisiera amar con tu mismo Amor y así poderte amar como Tú Te amas a Tí mismo. Ah, sí, sólo entonces cesarían mis temores de no amarte”. 

Y Jesús, contento, se puede decir, de mis disparates, me ha abrazado, estrechándome tanto a Él, que me veía dentro y fuera trasformada en Él, y me ha comunicado parte de su Amor. Después de lo cual he vuelto en mí misma y me parecía que en la medida del amor que se me da, tanto poseo a mi Bien; y si poco Lo amo, poco Lo poseo.