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En Aparecida está la clave del pontificado de Francisco

Salir a trasmitir la fe.

 

La Iglesia debe «abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe». Es lo que dice el número 365 del documento de Aparecida, el Santuario mariano más importante de Brasil, en el que hace seis años  se llevó a cabo la última Asamblea general del episcopado latinoamericano. Una cita que consagró a nivel continental el liderazgo del entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, quien transformó este documento en un manifiesto programático de su Pontificado.

 

francisco besa a nta sen aparecida

 

En la misa de ayer en el santuario de Aparecida Francisco dijo:

«Yo no hablo «brasileño», perdónenme», dijo el Papa en portugués. «Debo hablar en español…».

El Pontífice agradeció a todos los peregrinos por su presencia, a pesar del frío y de la lluvia que está cayendo en el santuario mariano más visitado del país.

 «Los bendigo, con todo mi corazón, a todos: que la Virgen de Aparecida los bendiga a todos, a toda la patria. Vamos a ver si me entienden: ¿una madre se olvida de sus hijos», preguntó ante la multitud de fieles.

«¡Noooo!», fue la respuesta. «Ahora, pidamos la bendición de la Madre», prosiguió Bergoglio, y tomó la estatuilla de la Virgen de Aparecida en sus manos.

Es esta etapa importante que Francisco quiso añadir a su viaje brasileño. Celebro misa en la gran basílica en la que se venera la estatuilla de la Virgen negra (de 40 centímetros de altura) que fue encontrada en octubre de 1717 en el río Paraíba por tres pescadores. La tradición sostiene que es negra porque quiere permanecer al lado de los oprimidos y por el hecho de haber sido encontrada en tres fragmentos recordaba la vida destrozada por la esclavitud. Ver la historia de la aparición aquí y vea la historia del santuario aquí.

La reunión de los obispos latinoamericanos de 2007 fue la primera asamblea que se llevó a cabo en un santuario mariano y el contacto cotidiano con los fieles (cada año acuden millones de visitantes a Aparecida), según Bergoglio, condicionó el trabajo de los obispos y les permitió comprender la importancia de la devoción y de la piedad popular.

«Celebrar la eucaristía junto al pueblo es diferente de celebrarla entre nosotros los obispos por separado. Esto nos ha dado el vivo sentido de la pertenencia a nuestra gente, de la Igelsia que camina como pueblo de Dios, de nosotros obispos como sus servidores».

El documento final, explicaba el futuro Papa,

«por primera vez» no partía de «un texto base preconfeccionado, sino de un diálogo abierto», para «recibir lo que viene desde abajo».

Los obispos de América Latina pudieron ver, durante esas semanas, cómo trabajaba el cardenal Bergoglio. Su capacidad para escuchar y armonizar las intervenciones. Algunos de esos obispos se convertirían en sus electores durante el Cónclave de marzo de este año. Se puede decir que la elección del “Papa del fin del mundo” comenzó justamente aquí.

El documento de Aparecida contiene las palabras clave y los mensajes que ahora Francisco está transmitiendo a toda la Iglesia. A partir de la invitación a la misión:

«Se trata de salir de nuestra conciencia aislada y de lanzarnos, con valentía y confianza (parresía), a la misión de toda la Iglesia» (Documento de Aparecida, 363).

Es decir, «para permanecer fieles, hay que salir. Esto es lo que dice en el fondo Aparecida», explicaba Bergoglio.

«En el Evangelio», indicó el cardenal franciscano Aloísio Lorscheider, que fue arzobispo aquí, «los encuentros más hermosos de Dios con la humanidad se dan en las calles. Siglos de historia de cristianismo no nos dicen otra cosa».

De estos textos surge la imagen de una Iglesia para la cual la misericordia es primordial, que trata de facilitar la fe de las personas en lugar de entregarse al problema de organizarla.

Y que quiere estar cerca de los que sufren «como una madre». Una Iglesia misionera libre de toda burocracia y de las estructuras inútiles, que se presenta con un rostro alegre y misericordioso, y no con «evangelizadores tristes, impacientes y ansiosos».

Y sobre todo la referencia explícita a la necesidad de librarse de las estructuras inútiles, que no sirven para la transmisión de la fe y que terminan por obstaculizarla, se ha convertido en un “leit-motiv” del Pontificado, con el Papa latinoamericano empeñado en la reforma de la Curia romana, a partir de sus órganos económico-financieros como el IOR.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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El Papa expuso el programa de pontificado en Lampedusa sin que muchos nos diéramos cuenta

Un pueblo portador de Dios.

 

Alberto Melloni, historiador y director de la Escuela de Bologna, dice que lo que expresó el Papa Francisco en su homilía en Lampedusa es el discurso programático de su pontificado, y por eso tiene fundamental interés, porque marca el rumbo.

 

papa frncisco en lampedusa

 

“No son muchos los que se han dado cuenta. Es un texto comparable con el discurso de apertura del Concilio”

 “La homilía de Papa Francisco pronunciada en Lampedusa representa un cambio, es un documento comparable al ‘Gaudet Mater Ecclesia’, el discurso de apertura del Concilio de Juan XXIII. Me parece que no son muchos los que se han dado cuenta”

Está convencido de ello el historiador de la Iglesia Alberto Melloni, que invitó a pesar bien las palabras pronunciadas por el Papa durante su visita a la isla mediterránea de Lampedusa el pasado 8 de julio.

“El Papa Roncalli –explicó Melloni a Vatican Insider–, dentro de un marco lingüístico perfectamente tradicional y devocional, decía cosas de una potencia evangélica enorme. Y era consciente de esa potencia, como demuestra la decisión de conservar el manuscrito del discurso de apertura del Vaticano II, para que se pudiera ver en el futuro que era harina de su costal. El secreto de Papa Francisco es diferente: con un lenguaje accesible comunica contenidos doctrinales extraordinarios. Lampedusa es uno de estos casos, para mí el más importante”.

Según el estudioso, cualquier otra persona, en una ocasión semejante,

“habría hecho un discurso imputando esas muertes a nuestra sociedad, a la modernidad, a la indiferencia. Francisco, en cambio, habló del lugar de los cristianos en la sociedad y en el mundo. Celebró una liturgia penitencial y no nos excluyó. Tampoco el Papa se excluyó”.

La referencia de Melloni es a este pasaje de la homilía, cuando Bergoglio afirmó:

“Muchos de nosotros, y me incluyo, estamos desorientados, ya no estamos atentos al mundo en el que vivimos, no cuidamos, no custodiamos lo que Dios ha creado para todos y ya no somos capaces ni siquiera de custodiarnos los unos a los otros. Y cuando esta desorientación asume las dimensiones del mundo, se llega a tragedias como esa a la que hemos asistido”.

El Papa, explica el historiador que dirige la Escuela de Boloña,

“no pretende enseñar a sus interlocutores cómo estar en el mundo, sino que dice cosas que tienen que ver con el llanto y la acusación de sí. En la oración final que pronunció, cuando pidió perdón ‘por la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas’, por quien ‘se encerró en el bienestar propio que lleva a la anestesia del corazón’, por ‘los que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que conducen a estos dramas’, Francisco indicó un papel y una función de la Iglesia en el espacio público”.

Según Melloni, después de Juan Pablo II,

que “concebía la Iglesia como un elemento que debía demostrar la propia fuerza en el mundo”,

y después de Benedicto XVI,

“que hablaba de la Iglesia como una pequeña y humilde comunidad, una minoría creativa, que, sin arrogancia, ayuda al mundo a darse cuenta de sus males“,

he aquí Francisco,

“que nos habla de un ‘pueblo teóforo’, portador de Dios…”.

La referencia, en este caso, indica a los habitantes de Lampedusa, que, viviendo su vida con humanidad, han interpretado los versículos de Mateo 25:

“tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”.

Con estas palabras, en la opinión del historiador italiano, el Papa Francisco,

“dijo que la tarea de la Iglesia en el espacio público no es la de manifestar su fuerza. Basta ver qué ha sucedido en la historia del matrimonio homosexual en Francia. El hecho de que Francisco no haya hablado de ello no significa que apruebe o que no tenga idea de lo que sucede, ni que pretenda intermediaciones. Él propone un enfoque completamente diferente, en el que el eje último, es la presencia de Cristo en los pobres. Una presencia que juzga no al mundo sino a la Iglesia. Y actuando de esta manera, el Papa lleva a cabo una operación doctrinal prodigiosa”.

El Papa,

“no dice: ‘sigan el derecho natural y consideren, por lo menos, a Dios como una hipótesis, verán que las cosas en la sociedad mejoran’. Dice que hay una potencia evangélica que se manifiesta en donde no se ejerce la custodia del pobre. Y es en ese sitio en donde la Iglesia vuelve a encontrar su sentido. El Papa va a buscar al pueblo descrito en Mateo 25, no solo a los cristianos o a los que ayudan en cuanto cristianos”.

Según el profesor Melloni, sería erróneo concentrar la atención en el problema de la inmigración:

“La Iglesia es penitente ante su Señor. El Papa reconoce que existen allá afuera, en el tiempo, en la vida de todos los días, algunas realidades que recuerdan el Evangelio a la misma Iglesia. Es la doctrina conciliar de los ‘signos de los tiempos’, es decir las cosas que nos hablan del Evangelio. Personalmente, considero que el discurso de Lampedusa es una encíclica programática del Pontificado”.

Fuentes: Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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Catolicismo Eventos Liturgia y Devociones NOTICIAS Noticias 2013 - enero - agosto Papa Signos extraordinarios de la Iglesia Virgen María

El 13 de mayo, en Cova da Iría, se consagró el pontificado de Francisco a la Virgen de Fátima [13-05-13]

Al igual que lo hicieron los últimos papas.
El pontificado del papa Francisco fue consagrado el lunes 13 de mayo a la protección a la Virgen María, en una misa que se realizó en el santuario de Fátima. La misma fue realizada por el cardenal patriarca de Lisboa, José Policarpo, unido a los obispos presentes, mayoritariamente portugueses y ante casi unas 300.000 personas presentes en la explanada del santuario.

 

cardenal policarpo

 

Cerca de 570.000 personas fueron al Santuario de Fátima para los 96 años de su aparición, 300.000 el domingo y 270.000 el lunes. Entre los peregrinos que participaron del acontecimiento, más de 37.000 llegaron a pie, desde varios puntos del país. En los dos días se derritieron en el portavelas del santuario, más de 26 toneladas de velas, informó la agencia Lusitana.

TEXTO DE CONSAGRACIÓN DEL PONTIFICADO DEL PAPA FRANCISCO A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Fue leído por el cardenal patriarca de Lisboa, José Policarpo, al concluir la misa del 13 de mayo en el santuario de Fátima.

Estamos a vuestros pies los obispos de Portugal y esta multitud de peregrinos, en el 96 aniversario de vuestra aparición a los pastorcitos en la Cova de Iría, para dar cumplimiento al deseo del papa Francisco claramente expresado, de que os consagremos, Virgen de Fátima, su ministerio como obispo de Roma y pastor universal.

Así os consagramos Señora, a Vos que sois Madre de la Iglesia, el ministerio del nuevo papa: llenad su corazón de la ternura de Dios, que habéis experimentado como nadie, de manera que él pueda abrazar a todos los hombres y mujeres de este tiempo con el amor de vuestro hijo Jesucristo. La humanidad contemporánea necesita sentirse amada, por Dios y por la Iglesia. Solamente sintiéndose amada vencerá la tentación de la violencia, del materialismo, del olvido de Dios, de la pérdida del rumbo. Y será conducida por Vos a un mundo nuevo en el que el amor reinará.

Dadle el don del discernimiento, para saber identificar los caminos de la renovación de la Iglesia. Dadle el coraje para no dudar en seguir los caminos sugeridos por el Espíritu Santo, amparadle en las horas duras del sufrimiento, a vencer en la caridad las probaciones que la renovación de la Iglesia le traerá. Estad siempre a su lado, pronunciando con él aquellas palabras que bien conocéis: “Yo soy la Sierva del Señor, hágase en mi según Tu palabra”.

Los caminos de renovación de la Iglesia nos llevan a redescubir la actualidad del mensaje que le habéis dejado a los pastorcillos: la exigencia de la conversión a Dios que ha sido tan ofendido, porque tan olvidado. La conversión es siempre un regreso al amor de Dios. Dios perdona porque nos ama. Es por esto que su amor se llama misericordia. La Iglesia protegida por Vuestra maternal solicitud y guiada por este pastor, tiene que afirmarse cada vez más como lugar de conversión y perdón, porque en en ella la verdad se expresa siempre en la caridad.

Vos indicasteis la oración como el camino decisivo de la conversión. Enseñad a la Iglesia que sois miembro y modelo, para que seamos cada vez más un pueblo orante, en comunión con el santo padre, el primero de los orantes de este pueblo y también en comunión silenciosa con el anterior papa, Su Santidad Benedicto XVI, que escogió el camino del orante silencioso, profundizando la Iglesia en los caminos de la oración.

En Vuestro mensaje a los pastorcitos, aquí en Cova de Iría, habéis puesto de relieve el ministerio del papa, “el hombre vestido de blanco”. Tres de los últimos papas fueron peregrinos de vuestro santuario. Solamente Vos Señora, en vuestro amor maternal a toda la Iglesia, podéis poner en el corazón del papa Francisco el deseo de ser peregrino de este santuario. No es algo que le podamos pedir por otras razones. Solamente la complicidad silenciosa entre Vos y él lo llevará a sentirse atraído por esta peregrinación, en la certeza de que será acompañado por millones de creyentes, dispuesto a oír de nuevo Vuestro mensaje.

Aquí en este altar del mundo, el podrá bendecir a la humanidad, hacer sentir al mundo de hoy que Dios ama a todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo, que la Iglesia les ama y que Vos, Madre del Redentor, los conducís con ternura por los caminos de la salvación

+ JOSE, cardenal patriarca.

Presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa

MENSAJE DE FRANCISCO

Al concluir la eucaristía y después de la consagración del pontificado, el obispo de Leiria-Fátima, António Marto, leyó un mensaje que el papa Francisco envió para bendecir a los miles de peregrinos apiñados en la explanada, reportó el diario Jornal de Noticias.

«El santo padre –dijo el purpurado– manifestó su agrado por la iniciativa y su profundo reconocimiento porque se haya realizado su deseo, en unión de oración con todos los peregrinos de Fátima, a los cuales de corazón les concede la bendición apostólica».

El mensaje fue enviado por la Nunciatura apostólica en Portugal al cardenal José Policarpo, indica el diario portugués que además informa:

 “El cardenal patriarca de Lisboa le pidió a Nuestra Señora de Fátima, durante la consagración del pontificado, que le ayude a Francisco a renovar la Iglesia Católica”.

CONSAGRACIÓN DE LA JMJ DE BRASIL

El domingo por la noche, durante la procesión de las velas, el arzobispo de Río de Janeiro, Orani Tempesta, consagró a Nuestra Señora de Fátima, la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará del 23 al 28 de julio próximo en Río de Janeiro. Y reiteró la invitación “a los jóvenes de todas las edades” para que participen del encuentro en Brasil.

Tambien dijo el purpurado dijo que:

Nos alegra y conforta, añadió el purpurado, “la especial atención y solicitud que los Papas de los últimos 50 años han demostrado por este suelo bendecido, transformándose en peregrinos de la Cova de Iría, para venir a pedir aquí a la Señora del Rosario protección para la Iglesia y la paz para el mundo”.

“Ahora –concluyó el purpurado– el papa Francisco, en continuidad con sus antecesores consagra el ministerio petrino a la Señora del Rosario de Fátima”.

Fuentes: Zenit, Signos de estos Tiempos

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