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La Impresionante Historia del Santo Cinturón que usó la Virgen María

Como la Virgen María fue asunta al cielo en cuerpo y alma no hay reliquias de su cuerpo físico en la tierra.

Por lo tanto su culto se desarrolló mediante sus imágenes y vestimentas comenzando en el Oriente cristiano.

Y si abrieron camino básicamente en Europa occidental a partir del siglo XII.

La Virgen entrega el cíngulo a Sto Tomás

Las principales reliquias que se atribuye a la Virgen son reliquias textiles, especialmente vestimentas.

Incluso en el caso de las túnicas, se veneran algunas que aducen contener leche materna y fluidos del nacimiento de Jesús.

Por otro lado María se asocia a menudo con la costura de ropa, como símbolo de continuar la vestición de Jesús luego de que lo vistió con carne en su nacimiento.

Porque María le dio a su hijo divino una forma corporal para vestirse en la tierra como ser humano.

De ahí la leyenda de la túnica de Jesús que coció María cuando era bebé y que creció milagrosamente llevándola toda la vida.

Por eso se incluye una estatua de María en la catedral de Chartres cosiendo, en el mismo lugar donde Incluso se venera su velo.

Las dos reliquias textiles más importantes de la Santísima Virgen son el velo usado por María Cuando dio a luz a Jesús y el Santo Cinturón o Faja o Santo cíngulo que uso durante su vida, del que hablaremos en este artículo.

Simplemente diremos qué la reliquia de seda conservada en la catedral de Chartres en Francia se aduce que es el velo que fue usado por María cuando dio a luz a Jesús.

La emperatriz bizantina Irene de Constantinopla se lo regaló a Carlomagno y su nieto Carlos el Calvo se lo donó a la Catedral de Chartres en el año 876

A éste se le llama la sancta camisia y está asociada a muchos milagros medievales en Chartres, generalmente la protección de sus creyentes.

El Santo Cíngulo de María por su parte está asociado a milagros de curación y especialmente a milagros relacionados con el embarazo de las mujeres.

La tradición es que el cinturón estaba tejido de pelo de camello por la misma madre de Dios y como veremos la leyenda, se lo entregó al apóstol Tomás mientras ascendía al cielo.

Y la leyenda posterior es que dos mujeres pobres de Jerusalén pero devotas, asumieron la responsabilidad de mantener a salvo el cinturón.

Y generaciones sucesivas de estas dos mujeres pobres mantuvieron a salvo el cinturón y dos vestidos de la Santísima Virgen.

Estatua de la Virgen María cosiendo

 

EL SANTO CÍNGULO DE MARÍA

Una de las reliquias más preciadas de la Virgen María es su cinturón, faja o cíngulo.

La que dejo a los apóstoles como memoria de su pasaje por la Tierra.

Un relato siríaco narra que Santo Tomás Apóstol tuvo una visión de la Asunción de María Santísima y se la narró a los demás apóstoles.

Él fue quien habría recibido el cinturón de la Virgen María en su Asunción.

Y hoy por lo menos tres iglesias que consideran que conservan la reliquia de ese cinturón entregado a Santo Tomás.

La narración que del glorioso tránsito de María Santísima que ha hecho San Juan Damasceno en su sermón de Dormitione Deiparae es la que sigue:

Por una antigua tradición, ha llegado hasta nosotros la noticia de que al tiempo de su glorioso tránsito todos los santos Apóstoles que andaban por el mundo trabajando para la salvación de las almas, se reunieron al punto, llevados milagrosamente a Jerusalén.

Estando pues, allí, gozaron de una visión angélica, oyeron un celestial concierto, y de este modo entregada en manos de Dios su ánima santa, henchida de soberana gloria.

Su cuerpo, que había recibido a Dios de una manera inefable, fue enterrado en un nicho allí en Getsemaní, mezclándose en el entierro los himnos de los Apóstoles con las armonías de celestes coros.

Durante tres días se oyeron allí cantos angélicos que cesaron al cabo del tercero día.

Llegando entonces el Apóstol Santo Tomás, único que faltaba, y deseando adorar aquel Cuerpo que había tenido a Dios encarnado, abrieron el túmulo, más ya no encontraron allí el sagrado Cuerpo.

Sino solamente aquellos objetos con que había sido sepultada, los cuales despedían suavísima, fragancia: en vista de esto volvieron a cerrar el modesto túmulo.

Asombrados en presencia de este misterioso milagro, no pudieron menos de pensar en Aquel a quien plugo encarnarse en las entrañas de la Virgen María para hacerse hombre y nacer como tal, siendo Dios, el Verbo y Señor de la gloria, y que preservó incólume su virginidad a pesar del parto: quiso también honrar su Cuerpo inmaculado en seguida de su muerte, conservándolo sin corrupción alguna y concediéndole el que fuese trasladado al cielo antes de la general resurrección del género humano”.

Y según cuenta la tradición patrística basada en el relato siríaco del apóstol Tomás, cuando los apóstoles de Jesús no encontraron el cuerpo de la Virgen María tras su muerte, Tomás les relató su asunción al cielo en cuerpo glorificado, y les reveló que recibió de parte de ella su cinturón.

   

EL CINTURÓN DE MARÍA EN SIRIA

La Iglesia del Sagrado Cinturón de Santa María es una histórica iglesia ortodoxa siríaca de Homs, Siria.

cinturon de la virgen en homs

El edificio está construido sobre una iglesia subterránea que data del año 50. Es la sede del arzobispado sirio ortodoxo.

La tradición siríaca relata que Santo Tomás llevó el cinturón con él a la India, donde fue martirizado por parte de sacerdotes paganos.

Cuando se llevaron las reliquias de Tomás a Edesa, en el siglo IV, el cinturón fue llevado con ellas.

Finalmente, llegó a la Iglesia de la Virgen en Homs, y por eso tomó el nombre de Iglesia del cinturón de la Virgen.

La reliquia, descubierta en 1852 durante la época del arzobispo Mar Julius Peter, fue colocada en el altar del templo.

Más adelante, en 1953, fue redescubierta por el Patriarca Efrén I Barsoum, en un recipiente de piedra bajo el altar.

Con la historia milenaria de la reliquia a cuestas, el templo más antiguo del mundo se convirtió hace un par de años en lugar de bendición y peregrinación para los fieles cristianos.

La ceremonia de re exhibición del santo cinturón se celebró en presencia del Patriarca Mar Ignacio Afram II de Antioquía y de todo Oriente, el líder supremo de la Iglesia siríaca ortodoxa en el mundo, el gobernador de Homs, y algunos funcionarios provinciales.

El cinturón había sido sacado de la Iglesia por seguridad por primera vez en 1.500 años que el cinturón y había regresado.

   

EL CINTURÓN DE MARÍA EN GRECIA

El año pasado también estuvo peregrinando por Rusia el cinturón (cíngulo) que tejió y vistió la madre de Jesús, y fue cedido por el monasterio Vatopedi del Monte Athos en Grecia para visitar las ciudades rusas.

Los fieles ortodoxos hicieron largas colas en Moscú.

virgen sosteniendo el cingulo

Los fieles creen que, entre otras cosas, el cinturón cura la infertilidad, precisamente uno de los problemas más acuciantes de la sociedad rusa que envejece a marchas forzadas.

Por ello, muchas parejas con dificultades para concebir un niño se acercaron al templo de mármol blanco construido tras la caída de la Unión Soviética con la esperanza de que el milagroso cinturón les conceda la gracia de tener hijos.

El cinturón fue cortado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia y actualmente únicamente se conservan tres trozos, el que se exhibe en Moscú y otros dos que se encuentran en Italia y en Georgia.

   

LOS GRIEGOS LE LLAMAN HAGIA ZONI

El llamado “hagia zoni” se trata de un cinturón realizado en pelo o lana de camello tejido, según la tradición, de la propia mano de la Virgen María. Ver aquí.

Obtiene carta de naturaleza en la literatura apócrifa, concretamente en la llamada Narración del Pseudo José de Arimatea.

Donde se cuenta cómo se produjo la entrega del mismo al apóstol Santo Tomás, que tuvo que volver para ello de la India, donde se hallaba:

“Después el bienaventurado Tomás se puso a contarles [a los apóstoles] cómo se encontraba celebrando misa en la India.

Estaba aún revestido de los ornamentos sacerdotales cuando ignorando la palabra de Dios, se vio transportado al monte Olivete y tuvo ocasión de ver el cuerpo santísimo de la bienaventurada Virgen María que subía al cielo; y rogó a ésta que le otorgara una bendición.

Ella escuchó su plegaria y le arrojó el cinturón con que estaba ceñida. Entonces él mostró a todos el cinturón” .

Madonna della Cintola, Benozzo Gozzoli

La Narración de José de Arimatea forma parte, dentro de la literatura apócrifa, del género que se da en llamar “literatura asuncionista”, en la base de la tradición cristiana de la Asunción de la Virgen María, junto con otros títulos como el Libro de San Juan Evangelista o el Libro de Juan Arzobispo de Tesalónica.

Y aunque dentro del género es uno de sus más tardíos títulos, – es improbable que date de antes del s. IX -, tiene entre sus atractivos precisamente el de aportar esta bonita historia del cíngulo de María que llena la iconografía y la literatura de corte sacro.

Recibe su título por venir firmado por el discípulo que aportó la tumba de Jesús, cosa que hace con estas palabras:

“Yo soy José, el que depositó el cuerpo del Señor en mi sepulcro y le vi resucitado.
.
El que guardó de continuo su templo sacratísimo, la bienaventurada Virgen María, antes y después de la ascensión del Señor.
.
El que escribió finalmente en el papel y en mi corazón las palabras que salieron de la boca de Dios y el modo como llegaron a realizarse los acontecimientos arriba consignados”
 .

En cuanto a la Asunción de María, en el seno de la Iglesia católica, la consolidada tradición es elevada a dogma en 1950 por el Papa Pío XII, mediante la Bula Munificentissimus Deus.

En lo que constituye a la vez el último dogma proclamado de la fe católica, y la primera y única manifestación hasta la fecha del dogma de la infalibilidad papal.

Aunque en la Iglesia ortodoxa la Asunción de María no ha sido declarada dogma, reviste consolidada veneración, manifestación de la cual, por ejemplo, la presente reliquia.

Por lo que se refiere al Cíngulo de Vatopedy, quiere la tradición que la reliquia se hubiera conservado en Jerusalén hasta el s. IV, en la que aparecen indicios de hallarse en Zela, Capadocia.

El Emperador español Teodosio el Grande la habría devuelto a Jerusalén, y luego su hijo Arcadio trasladado a Constantinopla.

En tiempos del Emperador León VI el Sabio se le atribuye la curación de la Emperatriz Zoe.

En 1185, con motivo de la derrota del Emperador Isacio por el rey de los búlgaros Asán, la reliquia habría sido llevada a Bulgaria, de donde habría partido posteriormente a Serbia.

Precisamente el príncipe serbio Lázaro I (1372-1389) habría hecho entrega de la misma al monasterio de Vatopedy para su custodia.

Es norma que los monjes de Vatopedy entreguen a las feligresas pequeñas reproducciones del cinturón de la Virgen.
.
Las cuales acompañan con unas oraciones y las instrucciones de unos ayunos encaminados, precisamente, a tratar problemas de infertilidad.

Es la única manera en la que las mujeres pueden venerar esta reliquia, pues como es bien conocido, los espectaculares y monumentales monasterios del Monte Athos no son visitados más que por hombres.

reliquia-cinturon-virgen-maria

   

EL SANTO CÍNGULO DE LA CATEDRAL CATÓLICA DE PRATO

El Santo Cíngulo de Vatopedy no es, sin embargo, el único que se venera en el mundo.

Pues se conserva otro con parecida tradición en la catedral de San Esteban en Prato (Italia), donde existe de hecho una capilla del Santo Cíngulo. Ver aquí.

En Prato, localidad italiana de unos 185.000 habitantes, la veneración de la reliquia está llamativamente enraizada en la cultura popular.

Y se halla, de hecho, en la mismísima base de la concesión de la categoría de diócesis a la ciudad.

El cíngulo de Prato tiene una longitud de 87 cms., está realizado en lana de cabra, frente al pelo de camello de la que está hecha el de Vatopedy.
.
Es de color verdusco y brocado en hilo de oro.

La presencia de la reliquia en Prato se remonta a los tiempos de la I Cruzada, en que Michele del Prato un italiano enrolado en los ejércitos cruzados, lo recibe en la dote de su mujer, María, una cristiana de Jerusalén hija de un sacerdote de rito oriental (probablemente caldeo y por lo tanto no sometido al voto de castidad).

Según la tradición, la cristiana en cuestión, así como su padre sacerdote, pertenecían a la familia encargada de la custodia de la reliquia desde su hallazgo en el inicio de los tiempos.

De vuelta a Prato en 1141, y en articulo mortis, Michele habría hecho donación de la reliquia al preboste catedralicio Ruberto della Pieve en 1171.

Momento a partir del cual, empezó a ser objeto de una acendrada veneración que se unió a los muchos prodigios que se producían en torno a ella.

Uno de los episodios más remarcables vinculados a la reliquia habla del intento de robo perpetrado en el s. XV por Giovanni di ser Landetto, conocido como Musciattino, al solo efecto de trasladarla a Pistoia para su veneración, un robo, pues, de lo más “pío”.

Capturado el ladrón, habría sido quemado en la hoguera, no sin previamente serle cortada la mano derecha.

Produciéndose el prodigio de que apareciera en el quicio de una de las puertas de la catedral una mancha de sangre con forma de mano, que algunos atribuyen a un milagro y otros a un capricho del mármol, perfectamente visible hoy día.

Ostensión del cíngulo por el Papa al pueblo

Conservada primero en el altar mayor de la luego catedral, tras el intento de robo del Musciattino se construye una capilla en el lado izquierdo para alojarla.

Ornamentada con los frescos de Agnolo Gaddi con los episodios de la historia de la Virgen María y del Cíngulo.

En 1786 se produce dentro de la propia Iglesia un proceso de cuestionamiento de la reliquia, con una declaración del obispo Scipione de Ricci desacreditándola, seguida de una revuelta que terminó con la pública retractación del obispo.

Actualmente se conserva custodiada bajo tres llaves, una de las cuales en posesión del obispo.

Y se procede a su ostensión cinco veces al año: por pascua, el primero de mayo mes de la Virgen, la asunción, en Navidad, y el 8 de septiembre, natividad de María con especial solemnidad.

Fuentes:

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Cómo fue el Milagroso Descubrimiento de la Casa de la Virgen María en Éfeso

Una tradición consistente sitúa a la Virgen María viviendo en Éfeso.

Llevada por el Apóstol Juan una vez que su hijo desaparece de este mundo.

Lo cual resulta también consistente con el evangelio del mismo Juan, que cuando Jesús agonizaba en la cruz le dice: 

“Ahí tienes a tu madre… desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (Jn. 19, 27).

Incluso los últimos días del propio Juan son ubicados tradicionalmente en Éfeso, donde habría muerto sobre el año 100.

Había incluso varios documentos que lo sostenían.
.
Que están contenidos en el Concilio de Éfeso (431), en un escrito del obispo Abulpharagius del s. XIII, y en la proclamación del Papa Benedicto XIV (1740-1758).
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Pero los siglos borraron el recuerdo factual y quedó simplemente como una tradición que cayó en el olvido
.

Pero en el siglo XIX hizo aparición en escena la religiosa agustina Ana Catalina Emmerick (1774-1824), beatificada luego en el 2004 por Juan Pablo II.

La que tuvo varias visiones de episodios del evangelio muy detallados y verosímiles, que incluso inspiraron la película “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson.

Mel Gibson al igual que nosotros nos informamos de sus visiones a través de la recopilación que hizo el escritor alemán Clemens Brentano, entre los años 1818 y 1824, publicada en varios libros.

En “La vida Oculta de la Virgen María” Sor Catalina describe la casa en la que habría vivido María en la ciudad turca de Éfeso.
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La que sitúa en la falda de una montaña, cercana a un arroyuelo, con vistas a la ciudad y al mar.
.
La describe de piedra, planta rectangular, con un ábside y una chimenea.
.
Pero hay que acotar que Sor Catalina nunca visitó Turquía, ni antes ni después.

A partir de ahí y con esta descripción, los padres paúles H. Jung y Eugene Poulin, y sor Marie de Mandat-Grancey organizan una expedición a la zona

Como veremos más abajo, casualmente son conducidos por unos lugareños a tomar agua a un arroyuelo.

Lo que milagrosamente los pone frente a una casa que coincidía con la descripción de Sor Catalina.

Y lo más increíble es que la casa tenía en el ábside una estatua de la Virgen María.
.
Relatando los lugareños que efectivamente había una tradición en la zona, e incluso una peregrinación a esa casa, que se pensaba era en la que había vivido la Santísima Virgen.
.
Esto sucedió el 29 de julio de 1891.

Los arqueólogos, cuando la estudian, concluyen que es una edificación del siglo I d.C., sobre la que en el siglo IV se habría superpuesto una pequeña iglesia.

interior de la casa de efeso de la virgen

En 1914 el Papa Pío X ofrece indulgencia plenaria a los peregrinos que visiten la Casa de Éfeso.

En 1951 Pío XII la declara como un peregrinaje a una reliquia.

En julio de 1967 Pablo VI se convierte en el primer Papa que la visita.

Al que luego seguirá Juan Pablo II en noviembre de 1979.

Y Benedicto XVI en noviembre de 2006.

Es llamativo que  esta reliquia sea un lugar de culto común de cristianos y musulmanes.

Y que exista la tradición de que los musulmanes hagan una peregrinación el 15 de agosto, cuando los cristianos celebramos Asunción de María.

Veamos la historia del descubrimiento de la casa.

Parte de atras de la casa
Parte de atrás de la casa

   

¿CÓMO ERA ÉFESO EN ESE TIEMPO?

Éfeso está en la costa del Egeo.

En el primer siglo la ciudad de Éfeso era una metrópolis comparable a Nueva York en su tiempo, salvando las diferencias.

Con un puerto muy activo, un centro financiero mundial, era el centro cultural de la zona y tenía un cuarto de millón de habitantes.

Pero también era el centro del ocultismo, allí estaba el templo de Artemisa que era el edificio más grande jamás construido exclusivamente con mármol.

Había templos, teatros, estadios, baños, fuentes bibliotecas, villas magníficas.

Según una tradición Juan llevó a María, quien en ese momento tendría unos 60 años, junto con María Magdalena y varios otros fieles.

Allí ya había una comunidad cristiana importante.

Cuando en el año 381 el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, incluso Éfeso estaba en camino de ser reconocido como el lugar de nacimiento del cristianismo, así como de la muerte de la madre de Cristo.

De hecho la primera iglesia dedicada a la Virgen estaba en Éfeso, y en esa época una iglesia podía dedicarse a un santo sólo si la persona había vivido o había sido martirizada en ese lugar.

En el siglo VI San Gregorio de Tours se refiere a la casa en la cima de una montaña cerca de Éfeso con cuatro paredes y sin techo, lo que muestra que la casa ya estaba abandonada y eran restos.

Y en el siglo XVIII el Papa Benedicto XIV dijo rotundamente que la Santísima Virgen “dejó esta vida en Éfeso y ascendió al cielo”

Los estudiosos sitúan el momento de su muerte, o dormición como se quiera pensar, entre el año 43 y 63 después de Cristo.

En ese lugar era donde estaban los Efesios, a los que San Pablo predicó y donde sentó las bases para la guerra espiritual.

Pero más tarde sucedieron calamidades en Éfeso que terminaron con ella.

El puerto natural perdió profundidad por la sedimentación, hubo una devaluación de la moneda, fue atacada por barcos bárbaros que la saquearon y destruyeron incluso el templo de Artemisa.

Y finalmente dos terremotos devastadores y la corrupta moral de los Efesios terminó con la ciudad.

Un extraño lugar considerado el centro del paganismo y también considerado el lugar de nacimiento de la nueva religión, donde se celebró el tercer Concilio Ecuménico de la Iglesia de Cristo.

Donde había el mayor templo a la diosa pagana Artemisa y dónde se construyó la primera iglesia dedicada a la Santísima Virgen.

casa de la virgen maria en efeso

   

LOS ACTORES

Esto sucedió a través de los escritos místicos de Anna Catherina Emmerick.
.
Cuyos diarios contenían una descripción muy detallada de donde María pasó sus últimos días.
.
Y llevó a dos equipos diferentes de investigadores al mismo lugar.

El primero que fue a Éfeso luego de leer el libro con las visiones fue un abad francés llamado Julien Gouyet, en 1881, quién encontró una antigua casa que encajaba con la descripción

Pero fue desanimado por el Vaticano y sus superiores, avergonzados de que el descubrimiento se basara en la revelación privada a una monja.

Y entonces el asunto fue abandonado durante una década.

Aquí vamos a centrarnos en cómo el equipo – liderado por el Padre Eugenio Poulin de Esmirna – encuentra un tesoro verdaderamente incomparable.

Y también su relación con sor Marie de Mandat-Grancey, a quien se abrió la causa para su beatificación.

Fascinante es leer cómo este sacerdote y estudioso (Eugenio Poulin), inicialmente intensamente escéptico de Emmerich, incluso hostil, vino a corroborar lo que ella había escrito.

Y como, con las oraciones y la insistencia de una santa monja llamada sor Marie de Mandat-Grancey, finalmente resultó en un campeón del descubrimiento.

Los increíbles acontecimientos parecieron comenzar cuando el padre Poulin, superior del monasterio Vicentino donde vivió Sor María, tropezó con un viejo libro de Emmerich llamado El sufrimiento, la pasión y muerte de Jesucristo, cuando estaba mirando en su biblioteca.

Este es el libro que inspiró la película reciente La Pasión de Mel Gibson, quien describió la crucifixión con detalles tremendos e insoportables, como fueron vistos místicamente por Emmerick.

No era algo que el padre Poulin había o podría haber leído.

Como un conocido estudioso de los clásicos, el vicentino, de hecho, denostaba el misticismo y se burlaba de él cuando el tema era planteado.

El padre Poulin sentía «repulsión» por el trabajo de Emmerick y lo empujó a un lado con desprecio, de acuerdo con el nuevo libro La vida de Sor María y la Casa de María en Éfeso.

estatua de la virgen maria fuera de la casa de efeso

   

PERO ALGO LE EXIGE LEER EL LIBRO DE CATALINA EMMERICH

Fue entonces cuando los acontecimientos extraordinarios se iniciaron.

Esa misma tarde – cuando el padre Poulin regresaba de clases, el libro de Emmerick, de alguna manera había encontrado el camino de regreso a su escritorio.
.
Él lo volvió a su estante. Pero la noche siguiente estaba allí de nuevo.

Perturbado (¿era alguien jugando una broma?), el estudioso tiró el libro al último rincón del cuarto, donde permaneció durante una semana entera.

De alguna manera, el libro no fue recogido. El sacerdote lo dejó allí, extrañamente contento con mirarlo como una basura.

Después de la misa, sin embargo, le despertó un deseo repentino, inexplicable y sorprendente de echar un vistazo a La Pasión...

De hecho, por extraño que parezca, era tan fuerte el remordimiento que sentía que la sangre golpeaba en sus venas.

Sin embargo, temeroso de que un estudiante u otro sacerdote entrara, el padre Poulin se resistió a esta extraña necesidad.
.
Hasta que finalmente cedió a leer un poco y luego todo.
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Quedó asombrado de que no podía dejar de leerlo y de que no pudo encontrar un solo error teológico.
.
Y que de hecho encontraba la interpretación mística de la beata Emmerick intensa y poderosa.

Pero más notablemente aún fue que estaba promoviendo la revelación a otros con los que se reunió, sucediendo lo que temía, la risa burlona de los sacerdotes más jóvenes que eran tan escépticos como lo había sido él.

Lo habló con un sacerdote anciano que sí creía y que le recomendó a otro libro de Emmerich, La vida de la Santísima Virgen.

monja y monje en la puerta de la casa de la virgen en efeso

   

EL PADRE POULIN LLEGA AL LIBRO SOBRE LA VIRGEN MARÍA Y ORGANIZA LA EXPEDICIÓN

Aquí es donde llegamos al quid de esta extraordinaria historia.

En este segundo libro de revelaciones, Emmerick se había centrado en María.
.
Y describe la ubicación, las vistas, las marcas, el terreno y las características de la última casa de la Madre de Dios, no tan lejos del monasterio, en Éfeso.

Era prácticamente una hoja de ruta del sitio, en una colina con vistas a la ciudad llamada Samos.

Las revelaciones fueron exactas.

Un equipo dirigido por el padre Poulin (que había caído enfermo y no pudo ir) encontró el lugar el 29 de julio de 1891.

Pero esto requirió otro hecho extraordinario.
.
Hallándose los expedicionarios en la región de Degirmerdere y muertos de sed, preguntan a unos paisanos donde pueden encontrar algo de agua.
.
Y cuando son conducidos a un arroyuelo, se aparece ante sus atónitos ojos una casa que coincidía perfectamente con la descripción realizada por la monja alemana.

Y para colmo de las coincidencias, tiene en el ábside una estatua de la Virgen María.

Lo que obliga a aceptar la existencia de una tradición inveterada y probablemente ininterrumpida en el lugar.

Razón por la que el culto era más antiguo de lo que se nos presenta.

Incluso había un pozo artesiano que Emmerich, que vivió en Alemania, y desde luego nunca se había aventurado a un lugar ni siquiera cercano, había representado también.

Un misterio que había perdurado durante siglos fue resuelto.

Y pronto, el sitio fue excavado y restauradas las partes de la casa, de tal manera que ahora es un lugar de peregrinación muy importante (en especial para los musulmanes).

De hecho, fueron dos musulmanes turcos, que ayudaron al equipo de búsqueda y los protegieron contra los bandidos.

benedicto xvi en casa de efeso

   

CUAL FUE LA VERDADERA COLABORACIÓN DE SOR MARIE DE MANDAT-GRANCEY

Sor Marie de Mandat-Grancey nació en Dijon el 13 de septiembre de 1839, en una familia de las que se da en llamar «de rancio abolengo».

Que acostumbraba a pasar seis meses en París, y el resto del año en el Castillo Grancey de su propiedad.

Y en cuyo árbol genealógico figuraban personajes eclesiásticos de la talla de San Bernardo de Claraval, el Gran Abad del Cluny San Hugo, o Pedro el Venerable.

En mayo de 1857, a la edad de dieciocho años, entra en la comunidad de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

En 1870, la vemos gobernando como superiora un orfanato en Pecq, cerca de París.

Y en 1886, a sus cuarenta y siete años de edad, es asignada a la misión francesa en Turquía, sirviendo en el Hospital Naval Francés en Esmirna, el cual mejora a sus expensas.

Apenas cuatro años después, la vemos convertida en la madre superiora de la comunidad en el Hospital.

Estando en Esmirna, Sor Marie hace suya la causa de la Casa de la Virgen en Efeso, de la que había oído hablar, impulsando con vehemencia la expedición que a partir de los datos aportados por las visiones de la monja alemana Sor Catalina Emmerick.

Habría de insistir a sus compañeros de orden, los padres H. Jung y Eugene Poulin, – que en todo momento se habían conducido con extraordinario escepticismo sobre el tema -, a descubrir, a apenas 75 kms. del hospital en el que servían, la que hoy día se venera como la Casa de María en Efeso.

No sólo eso, sino que una vez hallada, Sor Marie hace una rápida visita al hogar paterno al solo objeto de recabar los fondos necesarios para comprar, de su propio peculio, la totalidad de la montaña en la que aparece.
.
Cosa que hizo el 15 de noviembre de 1892, para después donarlo a la orden a la que pertenecía.

Al proceder a la restauración del edificio, aparecieron tres piedras del ábside que se decían construidas por los apóstoles.

Una de las cuales fue entregada a la familia Mandat-Grancey, que la colocó en la capilla familiar de su casa en Francia.

Convencida de que la Casa de la Virgen era la verdadera razón de su existir, todavía hará por ella una tercera cosa.
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Funda la Orden de la Casa de María con el solo objeto de preservar y cuidar el extraordinario monumento hallado en Efeso.

Sor Marie murió el 31 de mayo de 1915 en plena Guerra Europea, a los setenta y cinco años de edad.

El 21 de enero del 2011 se abrió la causa de su beatificación.

haciendo cola para entrar en la casa de efeso fondo

   

¿FUE AQUÍ DONDE LA SANTÍSIMA VIRGEN FUE ASUNTA AL CIELO?

Como resultado, la Iglesia ha sospechado durante mucho tiempo que Éfeso fue residencia definitiva de María.

Y ya en el año 431, un concilio ecuménico se celebró en Éfeso, en el que a María se le dio el título de «Madre de Dios» (Theotokos).

La reunión fue en la Iglesia de la Virgen María, que había sido construida en el siglo II y hoy está en ruinas.

Mientras tanto, después que el Padre Poulin y la expedición que él había enviado encontró la casa, se envió un informe a Roma.
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Y el Papa León XIII suspendió las indulgencias antes asignadas a la «tumba» de María en Jerusalén y en cambio ahora, obviamente, favoreció a Éfeso como el verdadero último lugar de María.
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Su sucesor, el Papa Pío X, incluso se reunió con la hermana Marie.

   

UN RECORRIDO POR LA CASA DE LA VIRGEN MARÍA EN ÉFESO

Meryemana Evi, la Casa de la Virgen en Efeso, Turquía, cerca de Kusadasi, hoy es una peregrinación islámico-cristiana.
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Se encuentra la casa a 8 km. de Selcuk, en el monte Aladaj.

‘La casa de la Virgen’ estaba hecha de piedras cuadradas, redondas u octogonales y de ladrillos.
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La «Meryemana Evi», tiene dos habitaciones contiguas.
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En la mayor, llena de ex-votos cristianos y de velas, se dice la misa.
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Mientras que en la segunda, en la que penden cintas de seda coloreada, que tienen la misma función de ex-votos, se encuentran alfombras de oración musulmanas.

Estatua de Maria da la bienvenida
Estatua de Maria da la bienvenida

¿Que mejor lugar de peregrinaje que la Casa de la Virgen, Meryem Ana Evi, en turco, situada en Efeso?

Y ¿qué lugar más propicio para comenzar la peregrinación interior, o dicho de otra manera para retornar, que esta Casa donde Juan, al que Jesús amaba, condujo a su «madre», que el Señor le había confiado al morir; sobre esta montaña de Efeso donde, quizás, ella tuvo su Dormición?.

La Casa de la Virgen, en Éfeso, en tanto que santuario, es el lugar de un encuentro excepcional entre los cristianos y los musulmanes.
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En el que los Católicos celebran la misa, mientras que los Musulmanes oran en la habitación adyacente.
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Los diversos ex-votos muestran que la Virgen otorga milagros tanto a unos como a otros.

Pero también de manera simbólica, ella prefigura la unanimidad de todos los Ahl al-Kitab, de todas las Gentes del Libro.

Es así como Frithjof Schuon escribió:

«Madre de todos los profetas y matriz de todas las formas sagradas, ella (la Virgen María) tiene su lugar de honor en el Islam siempre perteneciendo a priori al Cristianismo.

Por este hecho, ella constituye una especie de unión entre las dos religiones, las cuales tiene en común que intentan universalizar el monoteísmo de Israel»

Mapa de Turquia
Mapa de Turquia

Y Louis Massignon, en 1961, en la revista Notre-Dame d´Ephèse decía:

«Efeso debe llegar a ser, antes de la reunión final en Jerusalén, para todos los grupos cristianos y musulmanes, el lugar de la reconciliación en «Hazrat Meryem Ana» (Nuestra Madre, en turco), esperando que Israel, reconociéndola finalmente como la gloria de Sión, reúna esta unanimidad tan deseada».

El gobierno turco construyó una carretera hasta lo alto de la montaña para ayudar a las peregrinaciones.

Puede parecer sorprendente que los musulmanes superan en número a todos los demás que visitan la Casa de María, más no cuando se sabe que Ella tiene un lugar venerado en el Corán.

Peregrinos visitando la casa
Peregrinos visitando la casa

Una raya de pintura roja marca la separación de las piedras antiguas de la casa original y la parte reparada de la Casa de María.

La Administración del Museo para la reconstrucción proporcionó materiales del siglo VII donde pudo hallarlos.

La pequeña vivienda estaba dividida por un hogar.
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Una pequeña capilla en la parte de atrás fue ampliada después de la vida de Nuestra Señora, probablemente en el siglo VII.
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A la derecha del oratorio original estaba el dormitorio de nuestra Señora, a la izquierda había otra habitación para ropa blanca y muebles.

Al lado de la casa se ofrecen servicios religiosos
Al lado de la casa se ofrecen servicios religiosos

Encima del altar hay una imagen de hierro fundido, llamada Nuestra Señora de Panaya, sin manos y con la nariz rota.

En 1896 embellecía ante un pedestal que estaba a la entrada de la explanada.

Después de la primera guerra mundial unos soldados la encontraron en un barranco.

Faltó en 1926 y no fue recuperada hasta 1931 en su actual estado: Ya que los brazos extendidos de María dan la bienvenida a todo el que llega, se decidió dejar la estatua como estaba, modelada según la Medalla Milagrosa.

Mientras la Casa de María estaba oculta en un rincón del mundo, Ella era parte de la comunidad cristiana.

Las excavaciones han descubierto esqueletos, monedas, jarrones, caños y jarras de agua, mosaicos, e incluso un molde de terracota estampado con uvas y trigo, usado para hacer Hostias.

Caminos internos
Caminos internos
Parques
Parques

Los años, claro está, han hecho desde entonces desaparecer las huellas de lo que Ana Catalia Emmerich «vio» que era un vía crucis hecho por Nuestra Señora.

Terminaba en una cueva, símbolo de aquella en la que su Hijo fue depositado.

Cuando su gran deseo de unirse con Cristo llegaba a su fin, Ana tenía esto que decir:

«Para llegar a la Estación del Santo Sepulcro se iba por encima de la colina y se llegaba a la losa en un hueco.

Más abajo aún, al pie de la colina, en una cueva, estaba el sepulcro en el que la Santísima Virgen había sido enterrada.

Creo que esta tumba debe existir todavía bajo la tierra y que un día saldrá a la luz«.

Capilla y altar
Capilla y altar
Capilla en la Casa
Capilla en la Casa

Los sacerdotes residentes que viven cerca de la casa son sostenidos por la Sociedad Americana de Éfeso, con sede en Lima (Ohio).

George B. Quatman, padre, viajando a Éfeso en 1955, tuvo una inspiración divina de restaurar los lugares sagrados de Éfeso.

El y unos hombres de negocios, que se interesaron, fundaron la organización, teniendo por primera finalidad la Basílica y tumba de San Juan, para seguir luego por la Basílica de la Santísima Virgen y finalmente el Santuario de Nuestra Señora.

La pequeña Casa no es el único testamento de Nuestra Señora en Éfeso.

La Basílica de la Santísima virgen fue la primera iglesia cristiana dedicada a Ella.

Es conocida también como la Iglesia Doble, ya que habían sido construidas dos iglesias en épocas diferentes sobre el sitio original.

Con una largura de unos 261 metros, contenía hermosos mosaicos y era de arquitectura imponente.

Pero lo más importante de todo es que aquí, en el Concilio III, en el año 431 fue proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción.

El derecho canónico de aquel tiempo decretó que no se podía dedicar ninguna iglesia a un mártir o santo, a no ser donde habían vivido.

Ruinas de la Iglesia de la Virgen María en Efeso
Ruinas de la Iglesia de la Virgen María en Efeso

Éfeso es hoy un punto pequeño en el mapa, situado aparte del Mar Egeo; su puerto natural, floreciente en un tiempo, fue cubierto por formaciones sedimentarias.

Es famoso no sólo por el templo de la diosa de la fertilidad, Artemis, sino porque una vez fue la mayor ciudad romana de Asia Menor, con una población de un cuarto de millón de habitantes.

De la gloria de ayer el viejo Éfeso ha quedado reducido a montones de escombros.

Y, aun con todo, como el ave fénix allí ha surgido del polvo antiguo no un glorioso sueño arquitectónico, sino una humilde casa.
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En ella vivió oscuramente una mujer, cuyas palabras resuenan hoy: «pues he aquí que todas las generaciones me llamarán bienaventurada».
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La gente sube a millares de todo el mundo la Montaña de María hasta su pequeño santuario.
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A todos parecen transmitir las viejas piedras la paz y la serenidad de Nuestra Señora de Éfeso.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Los descubrimientos arqueológicos sobre la Devoción a la Virgen María

El célebre grafito XA(IRE) MARIA, Ave María, encontrado en la casa de la Virgen en Nazaret y la manifestación de fe que una peregrina, hacia el siglo III, dejó gra­bada en el fuste de una columna del santuario de la Anunciación de Nazaret: “en el lugar sagrado de M(aría) he escrito”, constituyen dos manifestaciones de grandísima importancia que prueban el culto que los cristianos de los primeros siglos rendían a María. Pero es la época bizantina la que nos ha conservado nume­rosos documentos de devoción hacia la Madre de Jesús por parte del pueblo cristia­no.


MEDALLONES, ANILLOS, FRASCOS Y PENDIENTES CON LA FIGURA DE MARÍA

El Evangelio introduce, en la escena de la Anunciación, a la Virgen de Nazaret en la economía de la Salvación. Esta escena evangélica está representada en variados objetos de uso privado fabricados en la época bizantina, por ejemplo, en un encolpion o medallón episcopal, procedente del valle del Jordán, hoy conservado en el Museo de Rockefeller (Jerusalén). La Anun­ciación está también representada en un anillo de oro, proveniente de Siria, guar­dado en el Museo del Estudio Bíblico Franciscano de la Flagelación. En el anillo figura la escena de la Anunciación con el saludo, en griego, del ángel: «Ave María, llena de gracia«.

El Museo de Monza, Italia, posee un disco de terracota en el que está reproduci­da la Anunciación con el saludo del ángel. Este objeto, muy probablemente llevado a Monza por un peregrino, proviene del santuario de san Gabriel de Nazaret, situa­do junto a la fuente, donde, según el Protoevangelio de Santiago, tuvo lugar la Anunciación.

Idéntica escena se encuentra en un frasco de terracota, conservado en el Museo de Israel y en otros frascos de metal, de origen palestinense, conservados en Monza y en Bobbio (Italia). Estos frascos o eulogias (recuerdo-bendición) se vendían a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares. En ellos se guardaba aceite bendi­to, recogido de las lámparas que ardían en los santuarios de Tierra Santa. Además de la Anunciación están reproducidas otras escenas evangélicas: la Visitación, la Nati­vidad, la Adoración de los magos y de los pastores, la Crucifixión, la Ascensión y Pentecostés, episodios de la vida de Jesús en los que María ocupa un lugar iconográ­fico muy importante.

Escenas evangélicas como éstas están figuradas también en varias miniaturas en pulseras, fabricadas en la misma época en Siria y en Palestina y conservadas actual­mente en el Museo del Cairo y en la colección de Béarn en París.

Un anillo de oro, proveniente de Irbed (Jordania), guardado en el Museo de Amán, lleva el nombre de su propietaria y la siguiente inscripción-invocación a la Madre de Jesús: «Madre de Dios, protege a tu sierva«.

En un pendiente de metal, de forma rectangular, hallado en Beit Shean, en el valle del Jordán, María está representada con las palabras «Santa María«.

Frecuentemente los arqueólogos en­cuentran en el curso de las excavaciones objetos como éstos, relacionados con el culto mariano.


MOSAICOS E ICONOS CON LA FIGURA DE MARÍA

El monasterio de santa Catalina del monte Sinaí es uno de los pocos edificios cristianos de Oriente que no ha sufrido de la crisis iconoclasta de los siglos VIII y IX y de las destrucciones ulteriores. En él halla­mos dos atestaciones de devoción y de culto hacia la Madre de Dios. En el mosaico del ábside justiniano del siglo VI está figurada una deesis o intercesión, formada por el busto de María y el de san Juan Bautista a cada lado de la cruz y del Cordero místico. De esta misma época data un icono de la Virgen, sentada en un trono en medio de ángeles y de santos.

Es sabido que el culto a los iconos fue desaprobado y combatido por una corriente de teólogos que veían en él una vuelta a la idolatría.

La iglesia de santa María de Mádaba (Jordania), tenía muy probablemente en la concha absidal un fresco o un mosaico representando a la Virgen. Así parece colegirse de la inscripción que se halla en el pavimento central de la misma iglesia: «Si quieres mirar a María, Madre virginal de Dios, y a Cristo que nació de ella, Rey universal, Hijo único del único Dios, purifica tu espíritu, tu carne y tus obras. Puedas purificar también al pueblo de Dios por (tus) oraciones». Esta inscripción refleja la doctrina teológica de la presencia del mundo divino en los iconos, y su lectura preparaba espiritualmente al cristiano deseoso de acceder a la visión y a la veneración a María.


LA VIRGEN APARECE CON EL TÍTULO IMPERIAL DE «SEÑORA»

Los iconos, por la riqueza de su colori­do, llevan al pueblo cristiano a contemplar la majestad real de María, Madre de Dios. De aquí que en la época bizantina la Virgen recibiera el título imperial de Despoina o Señora (Reina), además de otros títulos dados por la devoción popular y después concretados y justificados en el curso de los debates teológicos relacionados con las crisis arriana y monofisita de los siglos IV y V.

Así, en una inscripción de la iglesia de Mádaba, arriba citada, leemos: En tiempo del padre nuestro el obispo Teó­fanes fue realizado este hermoso trabajo de mosaico de la gloriosa y venerable casa de la santa e inmaculada Reina… Madre de Dios, gracias al cielo y al entusiasmo del pueblo, amigo de Dios, de esta ciudad de Mádaba, por la salvación y la ayuda y la remisión de los pecados de los que han ofrecido y de los que ofrecen sus ofrendas a este lugar santo. Amén, oh Señor. Fue terminado por la gracia de Dios en el mes de febrero del año 974, en la quinta indicción.

Esta inscripción de Mádaba, por la inspiración poética y la precisión teológica de los términos empleados, tiene parecido con la inscripción griega de la iglesia de la Virgen en Bosra (Siria), en la que se recuer­da al obispo Antipater, brillante polemista del siglo V, autor de una homilía pronuncia­da con motivo de la fiesta de la Asunción de María. La inscripción dice: «Guardián y campeón ilustre de la doctrina ortodoxa, un pontífice inspirado por Dios construyó (este edificio) de una incomparable belleza. Es Antipater, célebre por su sabiduría, después de combates victoriosos, para honorar con magnificencia a la Madre de Dios, virgen pura, María, celebrada con himnos, sin mancha y llena de los dones del cielo». Los tres últimos títulos aplicados a María son copia del vocabulario de la antigüedad clásica cuando se dirigía a los dioses.

Una tercera inscripción, grabada en un cipo junto a la iglesia de santa María de Calcis (Líbano), recuerda el derecho de asilo, concedido por decreto imperial, del que gozaba el santuario mariano: “Cipos de asilo, concedidos al oratorio de nuestra Señora, la santa y gloriosa Madre de Dios, María, eternamente virgen, por nuestros emperadores llenos de piedad y de amor por Cristo».

Una estela de Hama, Siria, lleva la misma inscripción: «Cipos de asilo de nuestra Señora, la Madre de Dios, y de los santos Cosme y Damián…»


LA VIRGEN Y EL TÍTULO DE «THEOTOCOS»

El título más corriente que encontra­mos en las inscripciones de la época es el de Theotocos, es decir, Madre de Dios, acompañado frecuentemente de otros títu­los como el sinónimo de «Theometora«, o el de Santa María. Algún historiador ha querido ver en el título de Santa María, cuando va solo, un indicio de herejía mono­fisita. Esta interpretación es falsa, al menos en nuestra región.

La iglesia de la Virgen en Shaqqa (Siria), es llamada, en una inscripción, la «Casa de la santa Madre de Dios, María». En la villa de Mariamín, también en Siria, «en el mes de julio del 493 fue erigido, a la gloria de Cristo, nuestro Señor, el oratorio de la Madre de Dios, María».

El emperador Justiniano mandó construir en Jerusalén, enfrente de las ruinas del Templo, una grandiosa basílica «en honor de la gloriosa Virgen María, madre de Dios». La basílica era conocida con el nombre de Nea Ecclesia o Iglesia nueva. Esta basílica, que tenía además un monasterio anejo y una hospedería para peregrinos, fue descubierta y estudiada por el profesor Avigad, de la Universidad Hebrea.

El mismo emperador Justiniano forti­ficó la espléndida basílica octogonal del monte Garizím, en Samaria, erigida por su predecesor el emperador Justino en honor de la Theotocos. Estaba situada enfrente de las ruinas del templo pagano y de la sinagoga samaritana.


SIGUEN LAS INVOCACIONES A MARÍA

Son frecuentes, asimismo, las simples invocaciones a María, pidiéndola protección con la clásica fórmula: «Santa María o madre de Dios, protege a tu siervo, a tu sierva, a tu pueblo, etc.». Encontramos también invocaciones marianas con una teología más elaborada, como ésta en el pueblo sirio de Refade: «Jesús de Nazaret nacido de María, Hijo de Dios». En Rash el-Hajal asimismo, en Siria, un cristiano se dirige a la «Madre de Dios, siempre Virgen María», y en Deir Seta, pueblo sirio, una inscripción nos manifiesta la intercesión a María asociada a la fórmula de fe en la Santísima Trinidad: «En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo».

Esta misma fórmula la hallamos en dos papiros de Netzana, en el Neguev, en los que vemos redactados un certificado de pago parcial de una deuda. El certificado comienza con las palabras: «En nombre de la santa y gloriosísima y vivificante Trini­dad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de nuestra gloriosa Señora (Reina), la Madre de Dios, siempre virgen, María, y de los coros de los santos mártires…» Después de haber enumerado una serie de gastos, se termina con esta oración: «Por interce­sión de nuestra Señora, madre de Dios, y siempre virgen, María y de Juan Precursor y Bautista y de todos los santos mártires».

La estrecha asociación entre María y Jesús está manifestada en otras fórmulas, como por ejemplo, en la sigla griega XMI; que generalmente se traduce por «Cristo Nacido de María», o en la inscripción en el mosaico de la iglesia de la Virgen en la villa de Rihab, Jordania: «Señor, Dios de Santa María y de todos los santos, ten piedad de todo el mundo y protege a los donantes». La devoción popular asocia frecuente­mente María a la fe en el poder salvador de Jesús, por ejemplo, en esta inscripción: «Señor Jesús y Santa María Madre de Dios, ten piedad de…»

En fin, la prueba más convincente del incremento de la devoción mariana entre los cristianos de los primeros siglos es la frecuente presencia del nombre de María en las inscripciones de la región, nombre muy superior numéricamente al de cual­quier otra mujer.

Fuente: Michele Picirillo para la Revista TIERRA SANTA [Mayo-Junio 1990]


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