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La Impresionante Historia del Santo Cinturón que usó la Virgen María

Como la Virgen María fue asunta al cielo en cuerpo y alma no hay reliquias de su cuerpo físico en la tierra.

Por lo tanto su culto se desarrolló mediante sus imágenes y vestimentas comenzando en el Oriente cristiano.

Y si abrieron camino básicamente en Europa occidental a partir del siglo XII.

La Virgen entrega el cíngulo a Sto Tomás

Las principales reliquias que se atribuye a la Virgen son reliquias textiles, especialmente vestimentas.

Incluso en el caso de las túnicas, se veneran algunas que aducen contener leche materna y fluidos del nacimiento de Jesús.

Por otro lado María se asocia a menudo con la costura de ropa, como símbolo de continuar la vestición de Jesús luego de que lo vistió con carne en su nacimiento.

Porque María le dio a su hijo divino una forma corporal para vestirse en la tierra como ser humano.

De ahí la leyenda de la túnica de Jesús que coció María cuando era bebé y que creció milagrosamente llevándola toda la vida.

Por eso se incluye una estatua de María en la catedral de Chartres cosiendo, en el mismo lugar donde Incluso se venera su velo.

Las dos reliquias textiles más importantes de la Santísima Virgen son el velo usado por María Cuando dio a luz a Jesús y el Santo Cinturón o Faja o Santo cíngulo que uso durante su vida, del que hablaremos en este artículo.

Simplemente diremos qué la reliquia de seda conservada en la catedral de Chartres en Francia se aduce que es el velo que fue usado por María cuando dio a luz a Jesús.

La emperatriz bizantina Irene de Constantinopla se lo regaló a Carlomagno y su nieto Carlos el Calvo se lo donó a la Catedral de Chartres en el año 876

A éste se le llama la sancta camisia y está asociada a muchos milagros medievales en Chartres, generalmente la protección de sus creyentes.

El Santo Cíngulo de María por su parte está asociado a milagros de curación y especialmente a milagros relacionados con el embarazo de las mujeres.

La tradición es que el cinturón estaba tejido de pelo de camello por la misma madre de Dios y como veremos la leyenda, se lo entregó al apóstol Tomás mientras ascendía al cielo.

Y la leyenda posterior es que dos mujeres pobres de Jerusalén pero devotas, asumieron la responsabilidad de mantener a salvo el cinturón.

Y generaciones sucesivas de estas dos mujeres pobres mantuvieron a salvo el cinturón y dos vestidos de la Santísima Virgen.

Estatua de la Virgen María cosiendo

 

EL SANTO CÍNGULO DE MARÍA

Una de las reliquias más preciadas de la Virgen María es su cinturón, faja o cíngulo.

La que dejo a los apóstoles como memoria de su pasaje por la Tierra.

Un relato siríaco narra que Santo Tomás Apóstol tuvo una visión de la Asunción de María Santísima y se la narró a los demás apóstoles.

Él fue quien habría recibido el cinturón de la Virgen María en su Asunción.

Y hoy por lo menos tres iglesias que consideran que conservan la reliquia de ese cinturón entregado a Santo Tomás.

La narración que del glorioso tránsito de María Santísima que ha hecho San Juan Damasceno en su sermón de Dormitione Deiparae es la que sigue:

Por una antigua tradición, ha llegado hasta nosotros la noticia de que al tiempo de su glorioso tránsito todos los santos Apóstoles que andaban por el mundo trabajando para la salvación de las almas, se reunieron al punto, llevados milagrosamente a Jerusalén.

Estando pues, allí, gozaron de una visión angélica, oyeron un celestial concierto, y de este modo entregada en manos de Dios su ánima santa, henchida de soberana gloria.

Su cuerpo, que había recibido a Dios de una manera inefable, fue enterrado en un nicho allí en Getsemaní, mezclándose en el entierro los himnos de los Apóstoles con las armonías de celestes coros.

Durante tres días se oyeron allí cantos angélicos que cesaron al cabo del tercero día.

Llegando entonces el Apóstol Santo Tomás, único que faltaba, y deseando adorar aquel Cuerpo que había tenido a Dios encarnado, abrieron el túmulo, más ya no encontraron allí el sagrado Cuerpo.

Sino solamente aquellos objetos con que había sido sepultada, los cuales despedían suavísima, fragancia: en vista de esto volvieron a cerrar el modesto túmulo.

Asombrados en presencia de este misterioso milagro, no pudieron menos de pensar en Aquel a quien plugo encarnarse en las entrañas de la Virgen María para hacerse hombre y nacer como tal, siendo Dios, el Verbo y Señor de la gloria, y que preservó incólume su virginidad a pesar del parto: quiso también honrar su Cuerpo inmaculado en seguida de su muerte, conservándolo sin corrupción alguna y concediéndole el que fuese trasladado al cielo antes de la general resurrección del género humano”.

Y según cuenta la tradición patrística basada en el relato siríaco del apóstol Tomás, cuando los apóstoles de Jesús no encontraron el cuerpo de la Virgen María tras su muerte, Tomás les relató su asunción al cielo en cuerpo glorificado, y les reveló que recibió de parte de ella su cinturón.

   

EL CINTURÓN DE MARÍA EN SIRIA

La Iglesia del Sagrado Cinturón de Santa María es una histórica iglesia ortodoxa siríaca de Homs, Siria.

cinturon de la virgen en homs

El edificio está construido sobre una iglesia subterránea que data del año 50. Es la sede del arzobispado sirio ortodoxo.

La tradición siríaca relata que Santo Tomás llevó el cinturón con él a la India, donde fue martirizado por parte de sacerdotes paganos.

Cuando se llevaron las reliquias de Tomás a Edesa, en el siglo IV, el cinturón fue llevado con ellas.

Finalmente, llegó a la Iglesia de la Virgen en Homs, y por eso tomó el nombre de Iglesia del cinturón de la Virgen.

La reliquia, descubierta en 1852 durante la época del arzobispo Mar Julius Peter, fue colocada en el altar del templo.

Más adelante, en 1953, fue redescubierta por el Patriarca Efrén I Barsoum, en un recipiente de piedra bajo el altar.

Con la historia milenaria de la reliquia a cuestas, el templo más antiguo del mundo se convirtió hace un par de años en lugar de bendición y peregrinación para los fieles cristianos.

La ceremonia de re exhibición del santo cinturón se celebró en presencia del Patriarca Mar Ignacio Afram II de Antioquía y de todo Oriente, el líder supremo de la Iglesia siríaca ortodoxa en el mundo, el gobernador de Homs, y algunos funcionarios provinciales.

El cinturón había sido sacado de la Iglesia por seguridad por primera vez en 1.500 años que el cinturón y había regresado.

   

EL CINTURÓN DE MARÍA EN GRECIA

El año pasado también estuvo peregrinando por Rusia el cinturón (cíngulo) que tejió y vistió la madre de Jesús, y fue cedido por el monasterio Vatopedi del Monte Athos en Grecia para visitar las ciudades rusas.

Los fieles ortodoxos hicieron largas colas en Moscú.

virgen sosteniendo el cingulo

Los fieles creen que, entre otras cosas, el cinturón cura la infertilidad, precisamente uno de los problemas más acuciantes de la sociedad rusa que envejece a marchas forzadas.

Por ello, muchas parejas con dificultades para concebir un niño se acercaron al templo de mármol blanco construido tras la caída de la Unión Soviética con la esperanza de que el milagroso cinturón les conceda la gracia de tener hijos.

El cinturón fue cortado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia y actualmente únicamente se conservan tres trozos, el que se exhibe en Moscú y otros dos que se encuentran en Italia y en Georgia.

   

LOS GRIEGOS LE LLAMAN HAGIA ZONI

El llamado “hagia zoni” se trata de un cinturón realizado en pelo o lana de camello tejido, según la tradición, de la propia mano de la Virgen María. Ver aquí.

Obtiene carta de naturaleza en la literatura apócrifa, concretamente en la llamada Narración del Pseudo José de Arimatea.

Donde se cuenta cómo se produjo la entrega del mismo al apóstol Santo Tomás, que tuvo que volver para ello de la India, donde se hallaba:

“Después el bienaventurado Tomás se puso a contarles [a los apóstoles] cómo se encontraba celebrando misa en la India.

Estaba aún revestido de los ornamentos sacerdotales cuando ignorando la palabra de Dios, se vio transportado al monte Olivete y tuvo ocasión de ver el cuerpo santísimo de la bienaventurada Virgen María que subía al cielo; y rogó a ésta que le otorgara una bendición.

Ella escuchó su plegaria y le arrojó el cinturón con que estaba ceñida. Entonces él mostró a todos el cinturón” .

Madonna della Cintola, Benozzo Gozzoli

La Narración de José de Arimatea forma parte, dentro de la literatura apócrifa, del género que se da en llamar “literatura asuncionista”, en la base de la tradición cristiana de la Asunción de la Virgen María, junto con otros títulos como el Libro de San Juan Evangelista o el Libro de Juan Arzobispo de Tesalónica.

Y aunque dentro del género es uno de sus más tardíos títulos, – es improbable que date de antes del s. IX -, tiene entre sus atractivos precisamente el de aportar esta bonita historia del cíngulo de María que llena la iconografía y la literatura de corte sacro.

Recibe su título por venir firmado por el discípulo que aportó la tumba de Jesús, cosa que hace con estas palabras:

“Yo soy José, el que depositó el cuerpo del Señor en mi sepulcro y le vi resucitado.
.
El que guardó de continuo su templo sacratísimo, la bienaventurada Virgen María, antes y después de la ascensión del Señor.
.
El que escribió finalmente en el papel y en mi corazón las palabras que salieron de la boca de Dios y el modo como llegaron a realizarse los acontecimientos arriba consignados”
 .

En cuanto a la Asunción de María, en el seno de la Iglesia católica, la consolidada tradición es elevada a dogma en 1950 por el Papa Pío XII, mediante la Bula Munificentissimus Deus.

En lo que constituye a la vez el último dogma proclamado de la fe católica, y la primera y única manifestación hasta la fecha del dogma de la infalibilidad papal.

Aunque en la Iglesia ortodoxa la Asunción de María no ha sido declarada dogma, reviste consolidada veneración, manifestación de la cual, por ejemplo, la presente reliquia.

Por lo que se refiere al Cíngulo de Vatopedy, quiere la tradición que la reliquia se hubiera conservado en Jerusalén hasta el s. IV, en la que aparecen indicios de hallarse en Zela, Capadocia.

El Emperador español Teodosio el Grande la habría devuelto a Jerusalén, y luego su hijo Arcadio trasladado a Constantinopla.

En tiempos del Emperador León VI el Sabio se le atribuye la curación de la Emperatriz Zoe.

En 1185, con motivo de la derrota del Emperador Isacio por el rey de los búlgaros Asán, la reliquia habría sido llevada a Bulgaria, de donde habría partido posteriormente a Serbia.

Precisamente el príncipe serbio Lázaro I (1372-1389) habría hecho entrega de la misma al monasterio de Vatopedy para su custodia.

Es norma que los monjes de Vatopedy entreguen a las feligresas pequeñas reproducciones del cinturón de la Virgen.
.
Las cuales acompañan con unas oraciones y las instrucciones de unos ayunos encaminados, precisamente, a tratar problemas de infertilidad.

Es la única manera en la que las mujeres pueden venerar esta reliquia, pues como es bien conocido, los espectaculares y monumentales monasterios del Monte Athos no son visitados más que por hombres.

reliquia-cinturon-virgen-maria

   

EL SANTO CÍNGULO DE LA CATEDRAL CATÓLICA DE PRATO

El Santo Cíngulo de Vatopedy no es, sin embargo, el único que se venera en el mundo.

Pues se conserva otro con parecida tradición en la catedral de San Esteban en Prato (Italia), donde existe de hecho una capilla del Santo Cíngulo. Ver aquí.

En Prato, localidad italiana de unos 185.000 habitantes, la veneración de la reliquia está llamativamente enraizada en la cultura popular.

Y se halla, de hecho, en la mismísima base de la concesión de la categoría de diócesis a la ciudad.

El cíngulo de Prato tiene una longitud de 87 cms., está realizado en lana de cabra, frente al pelo de camello de la que está hecha el de Vatopedy.
.
Es de color verdusco y brocado en hilo de oro.

La presencia de la reliquia en Prato se remonta a los tiempos de la I Cruzada, en que Michele del Prato un italiano enrolado en los ejércitos cruzados, lo recibe en la dote de su mujer, María, una cristiana de Jerusalén hija de un sacerdote de rito oriental (probablemente caldeo y por lo tanto no sometido al voto de castidad).

Según la tradición, la cristiana en cuestión, así como su padre sacerdote, pertenecían a la familia encargada de la custodia de la reliquia desde su hallazgo en el inicio de los tiempos.

De vuelta a Prato en 1141, y en articulo mortis, Michele habría hecho donación de la reliquia al preboste catedralicio Ruberto della Pieve en 1171.

Momento a partir del cual, empezó a ser objeto de una acendrada veneración que se unió a los muchos prodigios que se producían en torno a ella.

Uno de los episodios más remarcables vinculados a la reliquia habla del intento de robo perpetrado en el s. XV por Giovanni di ser Landetto, conocido como Musciattino, al solo efecto de trasladarla a Pistoia para su veneración, un robo, pues, de lo más “pío”.

Capturado el ladrón, habría sido quemado en la hoguera, no sin previamente serle cortada la mano derecha.

Produciéndose el prodigio de que apareciera en el quicio de una de las puertas de la catedral una mancha de sangre con forma de mano, que algunos atribuyen a un milagro y otros a un capricho del mármol, perfectamente visible hoy día.

Ostensión del cíngulo por el Papa al pueblo

Conservada primero en el altar mayor de la luego catedral, tras el intento de robo del Musciattino se construye una capilla en el lado izquierdo para alojarla.

Ornamentada con los frescos de Agnolo Gaddi con los episodios de la historia de la Virgen María y del Cíngulo.

En 1786 se produce dentro de la propia Iglesia un proceso de cuestionamiento de la reliquia, con una declaración del obispo Scipione de Ricci desacreditándola, seguida de una revuelta que terminó con la pública retractación del obispo.

Actualmente se conserva custodiada bajo tres llaves, una de las cuales en posesión del obispo.

Y se procede a su ostensión cinco veces al año: por pascua, el primero de mayo mes de la Virgen, la asunción, en Navidad, y el 8 de septiembre, natividad de María con especial solemnidad.

Fuentes:

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00 Todas las Advocaciones 07 Julio ADVOCACIONES Y APARICIONES Foros de la Virgen María FOROS DE LA VIRGEN MARÍA Movil Noticias 2019 - julio - diciembre

El Velo de la Virgen María, Reliquia símbolo de la Protección, celebración Ortodoxa (2 jul)

El Maphorion es el «Santo Velo» de la Madre de Dios.

Se trata de una reliquia que se consideraba auténtica, fue llevado desde Jerusalén a Constantinopla en tiempos de León I (457-474).

El velo es un símbolo de protección.

velo en chartes

El Libro de las Sinaxis Armenio celebra la deposición de la reliquia en la iglesia de Nuestra Señora de Blachernes con estas palabras:
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«Nos has dado, OH Dios misericordioso, a tu Madre como protección»
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El himno Akáthistos celebra la imagen de la Blachernitisá como «refugio de todo el mundo, más grande que el firmamento».

 

HISTORIA  DEL VESTIDO DE LA VIRGEN EN BLACHERNES, CONSTANTINOPLA

El 2 de julio, la Iglesia de Oriente conmemora la declaración del precioso Vestido de nuestra Soberana la Santa Madre de Dios en la iglesia de Blachernes, en Constantinopla.

velo de la virgen ortodoxo

Los acontecimientos que dan origen a esta fiesta se remontan al tiempo del Emperador León I y de su esposa Farol (457-474), cuando dos hermanos de alta nobleza, Galbios y Cándido, que acababan de renunciar a la herejía, decidieron partir en peregrinación a Tierra Santa.

Llegados a Galilea, se detuvieron en la casa de una anciana, llamada Ana, judía de nacimiento, piadosa y virtuosa, que pasaba día y noche rezando, a la manera de Ana la hija de Phanuel (cf. Luc 2:36).

Viendo que los cristianos traían cirios e incienso a la casa y que muchos enfermos pasaban ahí la noche, los nobles peregrinos le preguntaron a su anfitriona cuál era la razón.

Ana, dando prueba que la gracia de Dios realizaba allí innumerables milagros, pretextó primero que se trataba de un antigua costumbre transmitida por sus antepasados.

Como ellos le suplicaran que les dijera algo más, finalmente, les reveló que el Vestido de la Madre de Dios se encontraba allí.
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Legado por Ella, en el momento de su Dormición, a una de su dos siervas judías, y que había sido transmitido de generación en generación, siempre guardado secretamente por una virgen.

Con lágrimas de emoción Galbios y Cándido le pidieron pasar toda la noche en esa pieza para hacer una vigilia de oración.

Aprovechando el sueño de los enfermos presentes, tomaron las medidas de la caja de madera que contenía el vestido, y luego partieron para Jerusalén, prometiendo volver para saludar a quien les había albergado.

Los dos hermanos, Galbios y Candoroso, después de venerar los Santuarios de la Ciudad Santa, hicieron confeccionar una caja similar a aquélla que habían visto en Galilea y que contenía el Vestido de la Madre de Dios.

Y de vuelta donde la piadosa judía, encontraron el medio de hurtar la caja que contiene la Santa reliquia y de sustituirla por la caja vacía, que habían cubierto con una manta tejida en oro.

Llegados a Constantinopla, depositaron este tesoro inestimable en un lugar llamado Blachernes, situado en la parte noroeste de la ciudad, fuera de los muros

Y ahí hicieron construir una iglesia dedicada a los Santos Apóstoles Pedro y Marcos, con el fin de guardar el secreto.

Pero no pudieron ocultar mucho tiempo este tesoro, debido a los numerosos milagros que se realizaban en la iglesia.

Tras revelarle al Emperador León III que habían traído este precioso trofeo de su peregrinaje para la protección de la Ciudad, él, lleno de alegría, hizo construir una capilla (473).

Donde se depositó la caja con el santo Vestido y el Maphorion (Velo) de la Madre de Dios, que fue objeto del milagro de la Protección de la Madre de Dios.

La iglesia de Nuestra Señora de Blachernes sigue siendo uno de los Santuarios más prestigiosos de la capital y fue teatro de muchos acontecimientos importantes de su historia.

La caja fue sustituida finalmente por un estuche (Aghia Soros) de oro y plata recubierto de piedras preciosas.

El Santo Vestido estaba, se decía, tejido en lana delicada, de un solo color y de una pieza única.

Y mientras que la púrpura imperial en el cual estaba envuelto se había degradado rápidamente, éste continuaba intacto a lo largo del tiempo, manifestando así el milagro de la Virginidad perpetua de la Madre de Dios.

 

EL VELO CUBRIENDO EL MUNDO

A continuación se refiere la noticia de un acontecimiento extraordinario sucedido en esta iglesia.

Bajo León el Sabio (886-912), san Andrés Salos, un esclavo escita, junto con su discípulo Epifanio, tuvo una visión de cómo la Madre de Dios cubre todo el mundo con este «velo inmenso y tremendo más ancho que los cielos».

pokrov

 

La fiesta que conmemora el prodigio se llama en las Iglesias eslavas Pokrov, Protección, y se celebra el uno de octubre.
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La representación iconográfica es constante desde el siglo XV: el velo, sostenido por la Virgen misma o por los ángeles, está extendido sobre el pueblo cristiano.

Occidente conoce la variante de esta imagen como la «Virgen del Manto», bajo el que se refugian los fieles.

Ser protegidos por uno poderoso es la esperanza de los que se sienten pobres.

En el evangelio se declara benditos a los pobres (cf. Mt 5, 3) porque están seguros de la protección de Dios.

Pero el hombre es imagen de Dios.

Protegido porque es pobre, él, al mismo tiempo, quiere proteger a los demás.

La Virgen, protegida desde la eternidad de un modo absolutamente particular, se hace también ella protectora. «Bajo tu protección nos acogemos» es una de las oraciones marianas más antiguas.

Un detalle significativo puede ser el hecho de que el velo sea sostenido por las manos de los ángeles para que las manos de María estén libres para orar.

Los bizantinos se atrevieron a dirigir a la Theotókos (Madre de Dios) las palabras que sin blasfemia no pueden referirse más que a Dios mismo: «No hay para nosotros ninguna esperanza fuera de ti».

Por medio de Cristo, la Maternidad de María es reflejo de la Paternidad de Dios que desciende al mundo como Providencia encarnada.

 

EL VELO EN LA CATEDRAL DE CHARTRES

La catedral de la ciudad de Chartres, en el suroeste de Paris, Francia guarda lo que se dice ser el velo que llevaba puesto la Virgen Maria como blusa en el momento de la anunciación (cuando se le apareció el ángel que le anunció que estaba embarazada).

velo de la virgen en chartres

Esta reliquia es venerada desde el siglo 9.

Según, cuentan, fue Carlos el Calvo, Emperador de Occidente quien obsequio la reliquia a la catedral de Chartres en el año 876.

Se han hecho testes de datación que han mostrado su gran antigüedad.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Cómo fue el Milagroso Descubrimiento de la Casa de la Virgen María en Éfeso

Una tradición consistente sitúa a la Virgen María viviendo en Éfeso.

Llevada por el Apóstol Juan una vez que su hijo desaparece de este mundo.

Lo cual resulta también consistente con el evangelio del mismo Juan, que cuando Jesús agonizaba en la cruz le dice: 

“Ahí tienes a tu madre… desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa” (Jn. 19, 27).

Incluso los últimos días del propio Juan son ubicados tradicionalmente en Éfeso, donde habría muerto sobre el año 100.

Había incluso varios documentos que lo sostenían.
.
Que están contenidos en el Concilio de Éfeso (431), en un escrito del obispo Abulpharagius del s. XIII, y en la proclamación del Papa Benedicto XIV (1740-1758).
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Pero los siglos borraron el recuerdo factual y quedó simplemente como una tradición que cayó en el olvido
.

Pero en el siglo XIX hizo aparición en escena la religiosa agustina Ana Catalina Emmerick (1774-1824), beatificada luego en el 2004 por Juan Pablo II.

La que tuvo varias visiones de episodios del evangelio muy detallados y verosímiles, que incluso inspiraron la película “La Pasión de Cristo” de Mel Gibson.

Mel Gibson al igual que nosotros nos informamos de sus visiones a través de la recopilación que hizo el escritor alemán Clemens Brentano, entre los años 1818 y 1824, publicada en varios libros.

En “La vida Oculta de la Virgen María” Sor Catalina describe la casa en la que habría vivido María en la ciudad turca de Éfeso.
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La que sitúa en la falda de una montaña, cercana a un arroyuelo, con vistas a la ciudad y al mar.
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La describe de piedra, planta rectangular, con un ábside y una chimenea.
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Pero hay que acotar que Sor Catalina nunca visitó Turquía, ni antes ni después.

A partir de ahí y con esta descripción, los padres paúles H. Jung y Eugene Poulin, y sor Marie de Mandat-Grancey organizan una expedición a la zona

Como veremos más abajo, casualmente son conducidos por unos lugareños a tomar agua a un arroyuelo.

Lo que milagrosamente los pone frente a una casa que coincidía con la descripción de Sor Catalina.

Y lo más increíble es que la casa tenía en el ábside una estatua de la Virgen María.
.
Relatando los lugareños que efectivamente había una tradición en la zona, e incluso una peregrinación a esa casa, que se pensaba era en la que había vivido la Santísima Virgen.
.
Esto sucedió el 29 de julio de 1891.

Los arqueólogos, cuando la estudian, concluyen que es una edificación del siglo I d.C., sobre la que en el siglo IV se habría superpuesto una pequeña iglesia.

interior de la casa de efeso de la virgen

En 1914 el Papa Pío X ofrece indulgencia plenaria a los peregrinos que visiten la Casa de Éfeso.

En 1951 Pío XII la declara como un peregrinaje a una reliquia.

En julio de 1967 Pablo VI se convierte en el primer Papa que la visita.

Al que luego seguirá Juan Pablo II en noviembre de 1979.

Y Benedicto XVI en noviembre de 2006.

Es llamativo que  esta reliquia sea un lugar de culto común de cristianos y musulmanes.

Y que exista la tradición de que los musulmanes hagan una peregrinación el 15 de agosto, cuando los cristianos celebramos Asunción de María.

Veamos la historia del descubrimiento de la casa.

Parte de atras de la casa
Parte de atrás de la casa

   

¿CÓMO ERA ÉFESO EN ESE TIEMPO?

Éfeso está en la costa del Egeo.

En el primer siglo la ciudad de Éfeso era una metrópolis comparable a Nueva York en su tiempo, salvando las diferencias.

Con un puerto muy activo, un centro financiero mundial, era el centro cultural de la zona y tenía un cuarto de millón de habitantes.

Pero también era el centro del ocultismo, allí estaba el templo de Artemisa que era el edificio más grande jamás construido exclusivamente con mármol.

Había templos, teatros, estadios, baños, fuentes bibliotecas, villas magníficas.

Según una tradición Juan llevó a María, quien en ese momento tendría unos 60 años, junto con María Magdalena y varios otros fieles.

Allí ya había una comunidad cristiana importante.

Cuando en el año 381 el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano, incluso Éfeso estaba en camino de ser reconocido como el lugar de nacimiento del cristianismo, así como de la muerte de la madre de Cristo.

De hecho la primera iglesia dedicada a la Virgen estaba en Éfeso, y en esa época una iglesia podía dedicarse a un santo sólo si la persona había vivido o había sido martirizada en ese lugar.

En el siglo VI San Gregorio de Tours se refiere a la casa en la cima de una montaña cerca de Éfeso con cuatro paredes y sin techo, lo que muestra que la casa ya estaba abandonada y eran restos.

Y en el siglo XVIII el Papa Benedicto XIV dijo rotundamente que la Santísima Virgen “dejó esta vida en Éfeso y ascendió al cielo”

Los estudiosos sitúan el momento de su muerte, o dormición como se quiera pensar, entre el año 43 y 63 después de Cristo.

En ese lugar era donde estaban los Efesios, a los que San Pablo predicó y donde sentó las bases para la guerra espiritual.

Pero más tarde sucedieron calamidades en Éfeso que terminaron con ella.

El puerto natural perdió profundidad por la sedimentación, hubo una devaluación de la moneda, fue atacada por barcos bárbaros que la saquearon y destruyeron incluso el templo de Artemisa.

Y finalmente dos terremotos devastadores y la corrupta moral de los Efesios terminó con la ciudad.

Un extraño lugar considerado el centro del paganismo y también considerado el lugar de nacimiento de la nueva religión, donde se celebró el tercer Concilio Ecuménico de la Iglesia de Cristo.

Donde había el mayor templo a la diosa pagana Artemisa y dónde se construyó la primera iglesia dedicada a la Santísima Virgen.

casa de la virgen maria en efeso

   

LOS ACTORES

Esto sucedió a través de los escritos místicos de Anna Catherina Emmerick.
.
Cuyos diarios contenían una descripción muy detallada de donde María pasó sus últimos días.
.
Y llevó a dos equipos diferentes de investigadores al mismo lugar.

El primero que fue a Éfeso luego de leer el libro con las visiones fue un abad francés llamado Julien Gouyet, en 1881, quién encontró una antigua casa que encajaba con la descripción

Pero fue desanimado por el Vaticano y sus superiores, avergonzados de que el descubrimiento se basara en la revelación privada a una monja.

Y entonces el asunto fue abandonado durante una década.

Aquí vamos a centrarnos en cómo el equipo – liderado por el Padre Eugenio Poulin de Esmirna – encuentra un tesoro verdaderamente incomparable.

Y también su relación con sor Marie de Mandat-Grancey, a quien se abrió la causa para su beatificación.

Fascinante es leer cómo este sacerdote y estudioso (Eugenio Poulin), inicialmente intensamente escéptico de Emmerich, incluso hostil, vino a corroborar lo que ella había escrito.

Y como, con las oraciones y la insistencia de una santa monja llamada sor Marie de Mandat-Grancey, finalmente resultó en un campeón del descubrimiento.

Los increíbles acontecimientos parecieron comenzar cuando el padre Poulin, superior del monasterio Vicentino donde vivió Sor María, tropezó con un viejo libro de Emmerich llamado El sufrimiento, la pasión y muerte de Jesucristo, cuando estaba mirando en su biblioteca.

Este es el libro que inspiró la película reciente La Pasión de Mel Gibson, quien describió la crucifixión con detalles tremendos e insoportables, como fueron vistos místicamente por Emmerick.

No era algo que el padre Poulin había o podría haber leído.

Como un conocido estudioso de los clásicos, el vicentino, de hecho, denostaba el misticismo y se burlaba de él cuando el tema era planteado.

El padre Poulin sentía «repulsión» por el trabajo de Emmerick y lo empujó a un lado con desprecio, de acuerdo con el nuevo libro La vida de Sor María y la Casa de María en Éfeso.

estatua de la virgen maria fuera de la casa de efeso

   

PERO ALGO LE EXIGE LEER EL LIBRO DE CATALINA EMMERICH

Fue entonces cuando los acontecimientos extraordinarios se iniciaron.

Esa misma tarde – cuando el padre Poulin regresaba de clases, el libro de Emmerick, de alguna manera había encontrado el camino de regreso a su escritorio.
.
Él lo volvió a su estante. Pero la noche siguiente estaba allí de nuevo.

Perturbado (¿era alguien jugando una broma?), el estudioso tiró el libro al último rincón del cuarto, donde permaneció durante una semana entera.

De alguna manera, el libro no fue recogido. El sacerdote lo dejó allí, extrañamente contento con mirarlo como una basura.

Después de la misa, sin embargo, le despertó un deseo repentino, inexplicable y sorprendente de echar un vistazo a La Pasión...

De hecho, por extraño que parezca, era tan fuerte el remordimiento que sentía que la sangre golpeaba en sus venas.

Sin embargo, temeroso de que un estudiante u otro sacerdote entrara, el padre Poulin se resistió a esta extraña necesidad.
.
Hasta que finalmente cedió a leer un poco y luego todo.
.
Quedó asombrado de que no podía dejar de leerlo y de que no pudo encontrar un solo error teológico.
.
Y que de hecho encontraba la interpretación mística de la beata Emmerick intensa y poderosa.

Pero más notablemente aún fue que estaba promoviendo la revelación a otros con los que se reunió, sucediendo lo que temía, la risa burlona de los sacerdotes más jóvenes que eran tan escépticos como lo había sido él.

Lo habló con un sacerdote anciano que sí creía y que le recomendó a otro libro de Emmerich, La vida de la Santísima Virgen.

monja y monje en la puerta de la casa de la virgen en efeso

   

EL PADRE POULIN LLEGA AL LIBRO SOBRE LA VIRGEN MARÍA Y ORGANIZA LA EXPEDICIÓN

Aquí es donde llegamos al quid de esta extraordinaria historia.

En este segundo libro de revelaciones, Emmerick se había centrado en María.
.
Y describe la ubicación, las vistas, las marcas, el terreno y las características de la última casa de la Madre de Dios, no tan lejos del monasterio, en Éfeso.

Era prácticamente una hoja de ruta del sitio, en una colina con vistas a la ciudad llamada Samos.

Las revelaciones fueron exactas.

Un equipo dirigido por el padre Poulin (que había caído enfermo y no pudo ir) encontró el lugar el 29 de julio de 1891.

Pero esto requirió otro hecho extraordinario.
.
Hallándose los expedicionarios en la región de Degirmerdere y muertos de sed, preguntan a unos paisanos donde pueden encontrar algo de agua.
.
Y cuando son conducidos a un arroyuelo, se aparece ante sus atónitos ojos una casa que coincidía perfectamente con la descripción realizada por la monja alemana.

Y para colmo de las coincidencias, tiene en el ábside una estatua de la Virgen María.

Lo que obliga a aceptar la existencia de una tradición inveterada y probablemente ininterrumpida en el lugar.

Razón por la que el culto era más antiguo de lo que se nos presenta.

Incluso había un pozo artesiano que Emmerich, que vivió en Alemania, y desde luego nunca se había aventurado a un lugar ni siquiera cercano, había representado también.

Un misterio que había perdurado durante siglos fue resuelto.

Y pronto, el sitio fue excavado y restauradas las partes de la casa, de tal manera que ahora es un lugar de peregrinación muy importante (en especial para los musulmanes).

De hecho, fueron dos musulmanes turcos, que ayudaron al equipo de búsqueda y los protegieron contra los bandidos.

benedicto xvi en casa de efeso

   

CUAL FUE LA VERDADERA COLABORACIÓN DE SOR MARIE DE MANDAT-GRANCEY

Sor Marie de Mandat-Grancey nació en Dijon el 13 de septiembre de 1839, en una familia de las que se da en llamar «de rancio abolengo».

Que acostumbraba a pasar seis meses en París, y el resto del año en el Castillo Grancey de su propiedad.

Y en cuyo árbol genealógico figuraban personajes eclesiásticos de la talla de San Bernardo de Claraval, el Gran Abad del Cluny San Hugo, o Pedro el Venerable.

En mayo de 1857, a la edad de dieciocho años, entra en la comunidad de las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.

En 1870, la vemos gobernando como superiora un orfanato en Pecq, cerca de París.

Y en 1886, a sus cuarenta y siete años de edad, es asignada a la misión francesa en Turquía, sirviendo en el Hospital Naval Francés en Esmirna, el cual mejora a sus expensas.

Apenas cuatro años después, la vemos convertida en la madre superiora de la comunidad en el Hospital.

Estando en Esmirna, Sor Marie hace suya la causa de la Casa de la Virgen en Efeso, de la que había oído hablar, impulsando con vehemencia la expedición que a partir de los datos aportados por las visiones de la monja alemana Sor Catalina Emmerick.

Habría de insistir a sus compañeros de orden, los padres H. Jung y Eugene Poulin, – que en todo momento se habían conducido con extraordinario escepticismo sobre el tema -, a descubrir, a apenas 75 kms. del hospital en el que servían, la que hoy día se venera como la Casa de María en Efeso.

No sólo eso, sino que una vez hallada, Sor Marie hace una rápida visita al hogar paterno al solo objeto de recabar los fondos necesarios para comprar, de su propio peculio, la totalidad de la montaña en la que aparece.
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Cosa que hizo el 15 de noviembre de 1892, para después donarlo a la orden a la que pertenecía.

Al proceder a la restauración del edificio, aparecieron tres piedras del ábside que se decían construidas por los apóstoles.

Una de las cuales fue entregada a la familia Mandat-Grancey, que la colocó en la capilla familiar de su casa en Francia.

Convencida de que la Casa de la Virgen era la verdadera razón de su existir, todavía hará por ella una tercera cosa.
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Funda la Orden de la Casa de María con el solo objeto de preservar y cuidar el extraordinario monumento hallado en Efeso.

Sor Marie murió el 31 de mayo de 1915 en plena Guerra Europea, a los setenta y cinco años de edad.

El 21 de enero del 2011 se abrió la causa de su beatificación.

haciendo cola para entrar en la casa de efeso fondo

   

¿FUE AQUÍ DONDE LA SANTÍSIMA VIRGEN FUE ASUNTA AL CIELO?

Como resultado, la Iglesia ha sospechado durante mucho tiempo que Éfeso fue residencia definitiva de María.

Y ya en el año 431, un concilio ecuménico se celebró en Éfeso, en el que a María se le dio el título de «Madre de Dios» (Theotokos).

La reunión fue en la Iglesia de la Virgen María, que había sido construida en el siglo II y hoy está en ruinas.

Mientras tanto, después que el Padre Poulin y la expedición que él había enviado encontró la casa, se envió un informe a Roma.
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Y el Papa León XIII suspendió las indulgencias antes asignadas a la «tumba» de María en Jerusalén y en cambio ahora, obviamente, favoreció a Éfeso como el verdadero último lugar de María.
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Su sucesor, el Papa Pío X, incluso se reunió con la hermana Marie.

   

UN RECORRIDO POR LA CASA DE LA VIRGEN MARÍA EN ÉFESO

Meryemana Evi, la Casa de la Virgen en Efeso, Turquía, cerca de Kusadasi, hoy es una peregrinación islámico-cristiana.
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Se encuentra la casa a 8 km. de Selcuk, en el monte Aladaj.

‘La casa de la Virgen’ estaba hecha de piedras cuadradas, redondas u octogonales y de ladrillos.
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La «Meryemana Evi», tiene dos habitaciones contiguas.
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En la mayor, llena de ex-votos cristianos y de velas, se dice la misa.
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Mientras que en la segunda, en la que penden cintas de seda coloreada, que tienen la misma función de ex-votos, se encuentran alfombras de oración musulmanas.

Estatua de Maria da la bienvenida
Estatua de Maria da la bienvenida

¿Que mejor lugar de peregrinaje que la Casa de la Virgen, Meryem Ana Evi, en turco, situada en Efeso?

Y ¿qué lugar más propicio para comenzar la peregrinación interior, o dicho de otra manera para retornar, que esta Casa donde Juan, al que Jesús amaba, condujo a su «madre», que el Señor le había confiado al morir; sobre esta montaña de Efeso donde, quizás, ella tuvo su Dormición?.

La Casa de la Virgen, en Éfeso, en tanto que santuario, es el lugar de un encuentro excepcional entre los cristianos y los musulmanes.
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En el que los Católicos celebran la misa, mientras que los Musulmanes oran en la habitación adyacente.
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Los diversos ex-votos muestran que la Virgen otorga milagros tanto a unos como a otros.

Pero también de manera simbólica, ella prefigura la unanimidad de todos los Ahl al-Kitab, de todas las Gentes del Libro.

Es así como Frithjof Schuon escribió:

«Madre de todos los profetas y matriz de todas las formas sagradas, ella (la Virgen María) tiene su lugar de honor en el Islam siempre perteneciendo a priori al Cristianismo.

Por este hecho, ella constituye una especie de unión entre las dos religiones, las cuales tiene en común que intentan universalizar el monoteísmo de Israel»

Mapa de Turquia
Mapa de Turquia

Y Louis Massignon, en 1961, en la revista Notre-Dame d´Ephèse decía:

«Efeso debe llegar a ser, antes de la reunión final en Jerusalén, para todos los grupos cristianos y musulmanes, el lugar de la reconciliación en «Hazrat Meryem Ana» (Nuestra Madre, en turco), esperando que Israel, reconociéndola finalmente como la gloria de Sión, reúna esta unanimidad tan deseada».

El gobierno turco construyó una carretera hasta lo alto de la montaña para ayudar a las peregrinaciones.

Puede parecer sorprendente que los musulmanes superan en número a todos los demás que visitan la Casa de María, más no cuando se sabe que Ella tiene un lugar venerado en el Corán.

Peregrinos visitando la casa
Peregrinos visitando la casa

Una raya de pintura roja marca la separación de las piedras antiguas de la casa original y la parte reparada de la Casa de María.

La Administración del Museo para la reconstrucción proporcionó materiales del siglo VII donde pudo hallarlos.

La pequeña vivienda estaba dividida por un hogar.
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Una pequeña capilla en la parte de atrás fue ampliada después de la vida de Nuestra Señora, probablemente en el siglo VII.
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A la derecha del oratorio original estaba el dormitorio de nuestra Señora, a la izquierda había otra habitación para ropa blanca y muebles.

Al lado de la casa se ofrecen servicios religiosos
Al lado de la casa se ofrecen servicios religiosos

Encima del altar hay una imagen de hierro fundido, llamada Nuestra Señora de Panaya, sin manos y con la nariz rota.

En 1896 embellecía ante un pedestal que estaba a la entrada de la explanada.

Después de la primera guerra mundial unos soldados la encontraron en un barranco.

Faltó en 1926 y no fue recuperada hasta 1931 en su actual estado: Ya que los brazos extendidos de María dan la bienvenida a todo el que llega, se decidió dejar la estatua como estaba, modelada según la Medalla Milagrosa.

Mientras la Casa de María estaba oculta en un rincón del mundo, Ella era parte de la comunidad cristiana.

Las excavaciones han descubierto esqueletos, monedas, jarrones, caños y jarras de agua, mosaicos, e incluso un molde de terracota estampado con uvas y trigo, usado para hacer Hostias.

Caminos internos
Caminos internos
Parques
Parques

Los años, claro está, han hecho desde entonces desaparecer las huellas de lo que Ana Catalia Emmerich «vio» que era un vía crucis hecho por Nuestra Señora.

Terminaba en una cueva, símbolo de aquella en la que su Hijo fue depositado.

Cuando su gran deseo de unirse con Cristo llegaba a su fin, Ana tenía esto que decir:

«Para llegar a la Estación del Santo Sepulcro se iba por encima de la colina y se llegaba a la losa en un hueco.

Más abajo aún, al pie de la colina, en una cueva, estaba el sepulcro en el que la Santísima Virgen había sido enterrada.

Creo que esta tumba debe existir todavía bajo la tierra y que un día saldrá a la luz«.

Capilla y altar
Capilla y altar
Capilla en la Casa
Capilla en la Casa

Los sacerdotes residentes que viven cerca de la casa son sostenidos por la Sociedad Americana de Éfeso, con sede en Lima (Ohio).

George B. Quatman, padre, viajando a Éfeso en 1955, tuvo una inspiración divina de restaurar los lugares sagrados de Éfeso.

El y unos hombres de negocios, que se interesaron, fundaron la organización, teniendo por primera finalidad la Basílica y tumba de San Juan, para seguir luego por la Basílica de la Santísima Virgen y finalmente el Santuario de Nuestra Señora.

La pequeña Casa no es el único testamento de Nuestra Señora en Éfeso.

La Basílica de la Santísima virgen fue la primera iglesia cristiana dedicada a Ella.

Es conocida también como la Iglesia Doble, ya que habían sido construidas dos iglesias en épocas diferentes sobre el sitio original.

Con una largura de unos 261 metros, contenía hermosos mosaicos y era de arquitectura imponente.

Pero lo más importante de todo es que aquí, en el Concilio III, en el año 431 fue proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción.

El derecho canónico de aquel tiempo decretó que no se podía dedicar ninguna iglesia a un mártir o santo, a no ser donde habían vivido.

Ruinas de la Iglesia de la Virgen María en Efeso
Ruinas de la Iglesia de la Virgen María en Efeso

Éfeso es hoy un punto pequeño en el mapa, situado aparte del Mar Egeo; su puerto natural, floreciente en un tiempo, fue cubierto por formaciones sedimentarias.

Es famoso no sólo por el templo de la diosa de la fertilidad, Artemis, sino porque una vez fue la mayor ciudad romana de Asia Menor, con una población de un cuarto de millón de habitantes.

De la gloria de ayer el viejo Éfeso ha quedado reducido a montones de escombros.

Y, aun con todo, como el ave fénix allí ha surgido del polvo antiguo no un glorioso sueño arquitectónico, sino una humilde casa.
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En ella vivió oscuramente una mujer, cuyas palabras resuenan hoy: «pues he aquí que todas las generaciones me llamarán bienaventurada».
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La gente sube a millares de todo el mundo la Montaña de María hasta su pequeño santuario.
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A todos parecen transmitir las viejas piedras la paz y la serenidad de Nuestra Señora de Éfeso.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Reliquias Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia TESTIMONIOS Y MILAGROS

El real Poder Sobrenatural de las Reliquias

El culto de las reliquias parte de una necesidad humana de reverenciar a la persona que ha dado muestras de santidad.

Pero además Dios obra milagros a través de las reliquias cuando así lo dispone. 

Reliquia del Corazón de San Camilo

La reliquia es un vínculo físico con alguien que fue tan devoto de Dios en esta vida, que fue digno de entrar en el Reino de los Cielos donde todos los santos interceden por nosotros para siempre.
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Y también es un vínculo físico con lo sobrenatural porque en oportunidades son vehículos que Dios elige para actuar en el mundo.

Es más, el valor real de las reliquias reside en ser un canal por el cual se realicen milagros de Dios.

La sabiduría popular sabe esto, por eso cuando hay algún enfermo difícil se busca una reliquia para que lo toque.

Y cuando reliquias de santos están de gira vemos que se llenan los templos que las exhiben.

Sin embargo debemos recordar que existe un combate a todo lo sobrenatural dentro de la Iglesia, por lo que se desmerece su poder de vinculación con el mundo sobrenatural.

Y llega al paroxismo en los protestantes, quienes niegan siquiera la posibilidad de venerar una reliquia como recuerdo de un santo.

Orando ante la reliquia de una Astilla de la vera Cruz

   

LO BÁSICO: EL RESPETO Y LA REVERENCIA A LAS RELIQUIAS EN GENERAL

Todos sabemos o hemos escuchado decir de padres que conservan un mechón de cabello de sus hijos o algunos de sus dientes o su juguete favorito.

Ciertamente todos nosotros poseemos alhajas, muebles o algún objeto querido por nuestros padres, nuestros abuelos u otros miembros de la familia.

Sacar la vajilla de la abuela para la cena de Navidad o rezar con su rosario remueve las emociones y nos hace sentir conectados una vez más con alguien que amamos pero que ya ha muerto.

La sociedad secular también aprecia las reliquias.

Los museos históricos suelen tener objetos usados por próceres de la patria, como por ejemplo prendas de vestir, algún documento firmado por ellos, armas que usaron, etc.

La veneración de las reliquias no está limitada solamente a la Iglesia Católica o a la Ortodoxa.

Los budistas veneran los dientes de Buda; los musulmanes veneran la espada, la túnica e incluso los mechones de la barba de Mahoma.

En épocas antiguas, cuando un granjero desenterraban los huesos de un dinosaurio los griegos y los romanos los tomaban como restos de la antigüedad que había que conservar.

En nuestro caso, las reliquias son una de esas facetas de la devoción católica que inspiran fascinación, a veces temor, y reacciones favorables de algunos y de suspicacia de otros sobre su autenticidad.

¿Por qué la Iglesia Católica conserva reliquias, por qué hace que los fieles las veneren y por qué los católicos las quieren?

Así como las reliquias de nuestros familiares nos proveen una conexión física con alguien que amamos, los artefactos históricos proveen un enlace o una conexión con alguna persona a la que admiramos.

Por ejemplo una conexión particular con un momento de la historia que se logra con las reliquias históricas en las vitrinas de los museos.

Las reliquias sagradas significan de la misma manera, pero de modo más intenso.

Porque en el caso de las reliquias de los santos la conexión no es solamente hacia alguien que amamos o admiramos, sino con alguien que ha sido genuinamente sagrado y ahora su alma es glorificada en el cielo e intercederá por nosotros con nuestro Dios Todopoderoso.

Reliquias de la celda del Padre Pío

   

LAS RELIQUIAS CRISTIANAS VENERADAS DESDE SIEMPRE

Los protestantes, en quienes la acusación de idólatras a los católicas es parte de su ADN, deberían tomar en cuenta que la reverencia a los restos y pertenencias de los santos está arraigada en la Sagrada Escritura.

Hay menciones en la Biblia de la acción sobrenatural de las reliquias.

En Reyes 2 13:20-21 podemos leer sobre un hombre muerto que es traído de nuevo a la vida después de que su cadáver estuviera en contacto con los retos del profeta Elías:

“tan pronto como el hombre toco los huesos de Elías, revivió, y se puso de pie.”

En el Nuevo Testamento encontramos esta historia en Marcos 5:25-34:

“Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.

Pues decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré’.

Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal”.

En Hechos de los Apóstoles cuenta como los cristianos le preguntaron a San Pablo si podían tocar sus pañuelos y las demás ropas.

Y cuando estás ropas fueron dadas a los enfermos o a los poseídos,

“…bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos” (Hechos 19:12).

Esto lo vieron los cristianos primitivos.

Aun en tiempos de persecución los primeros Cristianos hacían un esfuerzo para recuperar los restos de los mártires así podrían darles santa sepultura.

Una carta del año 156 d.C. describe el martirio del obispo de Esmirna, San Policarpo.

Las autoridades romanas ordenaron que su cuerpo fuera quemado, pero los Cristianos de Esmirna buscaron entre las cenizas algún rastro del Santo que no hubiera sido consumido por las llamas.

“Buscamos sus huesos”, escribió el autor anónimo de la carta, los cuales son más valiosos incluso que piedras preciosas o más finos que el oro más puro, y los colocamos en un lugar adecuado, donde el Señor nos permita reunirnos, mientras seamos capaces, con alegría y regocijo, celebrar el día de nuestro mártir.”

También se convirtió en una costumbre entre los primeros Cristianos reunirse en la tumba de un mártir para celebrar el aniversario de su martirio; lo que llamamos día festivo.

En muchas instancias el obispo daba la Misa usando el sarcófago del mártir como altar.

Ese es el origen de la tradición – que sigue usándose – de guardar las reliquias de los santos en un altar.

Esa venerable tradición provee una conexión directa e inquebrantable desde las catacumbas hasta tu parroquia.

   

EL PODER SOBRENATURAL DE LAS RELIQUIAS

Las reliquias sirven como un enlace físico entre el mundo natural y el sobrenatural.

Los católicos creen que sólo Dios puede sanar, pero además, que Dios puede en algunos casos permitir la curación a través de medios físicos, tales como una reliquia de una persona santa.

La morada del Espíritu Santo afecta al cuerpo físico, y Dios puede hacer milagros a través de los cuerpos de santos difuntos.

Ya en el Antiguo Testamento, los restos de los fallecidos han demostrado que poseen un poder que sin duda viene de Dios.

Anteriormente en este artículo hemos relatado tres pasajes de la Biblia donde se ve el poder de Dios enviado a través de los objetos: en

-el Antiguo Testamento la resucitación de un muerto (2 Reyes 13: 20-21),

la curación de le hemorroísa por tocar el manto de Jesús (Marcos 5:25-34  ) y

la sanación mediante el contacto con objetos que usaba San Pablo (Hechos 19: 11-12).

También hay muchos místicos que atestiguan el poder sobrenatural de las reliquias, por ejemplo  Catalina Emmerich, ver aquí y aquí.

Y muchos de los milagros de sanación, inclusive de canonización, involucran la exposición de los enfermos a reliquias de los santos, por ejemplo algún guante del Padre Pío, ver aquí y aquí.

Por lo tanto las reliquias son más que recuerdos.

El cuerpo del santo proporciona un vínculo espiritual entre la vida y la muerte, entre el hombre y Dios.

Y a causa de la gracia que Dios deposita en el objeto, son un tesoro inestimable para los fieles.

La veneración de reliquias en la Edad Media llegó a rivalizar con los sacramentos en la vida diaria de la iglesia medieval.

De hecho, desde la época de Carlomagno, era obligatorio que cada altar contuviera una reliquia.

Esto era alimentado por la creencia cristiana en la vida futura y la resurrección, en el poder del alma, y en el papel de los santos como promotores de la humanidad en el cielo.

Pero la reliquia no es un amuleto que por sí misma logre milagros sobrenaturales, sino un vehículo por el cual el fiel demuestra su veneración al santo, adora a Dios y le pide una gracia especial.

Pero muchas veces hemos visto excesos.

Reliquia del Cinturón de la Virgen Maria

   

EL ‘ENDIOSAMIENTO’ Y LA AUTENTICIDAD DE LAS RELIQUIAS

Siempre existió el peligro, por supuesto, de que algunos cristianos pudieran tratar a los santos como si fueran pequeños dioses y a las reliquias como amuletos.

San Jerónimo en su carta a Ripario escribe sobre la veneración apropiada a santos y reliquias,

“Nosotros no hacemos culto, nosotros no los adoramos (a los santos), por temor a reverenciar más a la criatura que al mismo Creador.

Sin embargo nosotros veneramos las reliquias de los mártires a fin de adorar mejor a Aquel a quien estos pertenecen”.

Por desgracia, durante la Edad Media algunos lugares reclamaron poseer reliquias de manera absurda.

Como por ejemplo una pluma del Espíritu Santo o el escudo que San Miguel Arcángel llevaba cuando sacó a Lucifer del Cielo.

Una de las reliquias más codiciadas de la Edad Media fue la cabeza de Juan El Bautista.

No se sabe cuántas iglesias la incluyeron entre sus tesoros, contando a la Iglesia de San Silvestre in Capite en Roma, la Catedral de Amiens en Francia y el Monasterio de Gandzasar en Armenia.

Lo más extraño de todo es que el clero Musulmán de la Mezquita de los Omeyas en Damasco afirmaban que ellos tenían el cráneo de San Juan. Una reclamación que ellos hacen hasta el día de hoy.

Tales abusos llevaron a los reformadores protestantes a atacar la veneración de las reliquias.

En el Concilio de Trento los obispos Católicos respondieron explicando y defendiendo esta práctica diciendo,

“Los sagrados restos de los santos mártires y de los demás que ahora viven con Cristo – cuyos cuerpos fueron miembros vivientes de Cristo y ‘el templo del Espíritu Santo’ (1 Corintios 6:19) y quienes serán despertados por Él a la vida eterna y serán glorificados, están para ser venerados por los fieles.

A través de éstas (reliquias) muchos beneficios son concedidos por Dios a los hombres”.

Como se ve, apela también al poder sobrenatural de las reliquias.

Pero podemos encontrar más críticas injustas a las reliquias.

Reliquia de brazo de San Esteban

   

LAS CRÍTICAS INJUSTAS SOBRE LAS RELIQUIAS

De todas las reliquias la más famosa es la Santa Cruz.

En el año 326, la Emperatriz Santa Elena, madre del Emperador Constantino hizo una peregrinación a Jerusalén, específicamente para encontrar el Santo Sepulcro: la tumba en la que Cristo había sido sepultado y de donde Él había resucitado.

Fue durante la excavación del Santo Sepulcro que Santa Elena encontró la Santa Cruz.

En 20 años de una exploración en el siglo XIX, fueron encontrados fragmentos de la Cruz en iglesias de todo el Imperio Romano.

Porque la madera “sobre la cual colgaron al Salvador del mundo”, era importante para la liturgia del Viernes Santo, y estos fragmentos fueron especialmente valorados.

Cada astilla fue – y sigue siendo – un enlace directo al momento en el que Jesucristo dio su vida por nuestra salvación.

No es de extrañar, entonces, que las piezas de la Santa Cruz sean las más buscadas de todas las reliquias.

Los innumerables pequeños fragmentos de las reliquias de la Santa Cruz han dado lugar a generaciones de escépticos que afirman que si todos los pedazos se volvieran a ensamblar habría suficientes como para construir el Arca de Noé.

Pero en 1870 el francés Rohault de Fleury, publicó un libro en el cual él relata su intento por enumerar todas las reliquias existentes de la Santa Cruz; él incluyó las medidas de cada pieza.

Fleury encontró que todas las reliquias existentes no serían suficientes como para construir una cruz lo suficientemente grande como para crucificar a un hombre.

Reliquia de Guante del Padre Pío

   

LOS TIPOS DE RELIQUIAS  QUE SE DISTINGUEN

Las reliquias pueden ser de tres grados:

1º grado: un fragmento del cuerpo.

2º grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.).

También objetos asociados con el sufrimiento de un mártir.

3º grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.

De esta esta forma podemos hacernos nuestras propias reliquias, haciendo que un objeto nuestro toque una reliquia de primer grado o la tumba de un santo.

El culto de las reliquias, como la Iglesia siempre subraya, es un culto relativo.

El culto de Dulía Relativa es el que está reservado a las sagradas imágenes y reliquias religiosas.

O sea desde representaciones pictóricas de Jesucristo, de la Virgen, de los ángeles y los santos.

Hasta las reliquias, principalmente de los santos, como cuerpos incorruptos, ropas, cabellos, objetos personales, o el famoso Sudario de Turín.

La palabra que identifica el culto de Dulía Relativa es Veneración.

Podemos inclinarnos ante las imágenes y reliquias, pero teniendo en mente que a quien veneramos finalmente no es a la imagen, sino al santo representado por la misma.

Podemos besar las imágenes y las reliquias, dedicando nuestra actitud al santo, representado ya sea en reliquia o en imagen.

   

LAS RELIQUIAS DEBAJO DE LOS ALTARES

En el libro del Apocalipsis 6: 9 dice,

“Cuando abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los degollados a causa de la Palabra de Dios y del testimonio que mantuvieron”.

Esto se asocia además con la práctica de los católicos en tiempos de persecución.

Las misas se realizaban en las catacumbas y las tumbas de los mártires se usaban como altar para la misa.

De modo que los restos de los mártires estaban debajo de los altares que se usaban en las catacumbas.

Luego cuando pasó la persecución, los primeros cristianos quisieron seguir conservando la presencia de sus mártires cerca de ellos.

Y así abrieron las tumbas, retiraron los huesos y los pusieron en frascos que luego colocaron debajo de los altares de las iglesias.

Es por eso que en Roma se ven frascos con reliquias en exhibición debajo de altares.

Y es más, es una tradición tan fuerte que no sólo los altares sino también Iglesias fueron construidos sobre tumbas de santos.

Este es el caso por ejemplo de la Basílica de San Pedro y de la Basílica de San Pablo Fuera de Muros, que fueron construidas sobre las tumbas de estos dos apóstoles.

Esto después se legisló y se liturgizó.

En él numeral 1237 del Código Canónico dice,

“La antigua tradición de colocar reliquias de mártires u otros santos debajo de un altar fijo debe preservarse, de acuerdo con las normas dadas en los libros litúrgicos”.

Y en el numeral 866 del Ceremonial del Obispo lo aclara aún más,

«…debe tener en cuenta lo siguiente.

a) Tales reliquias deben ser de un tamaño suficiente para que sean reconocibles como partes de cuerpos humanos.

Por lo tanto, las reliquias excesivamente pequeñas de uno o más santos no deben colocarse debajo de un altar.

b) Se debe tener el mayor cuidado para determinar si las reliquias en cuestión son auténticas.

Es mejor que un altar sea dedicado sin reliquias que tener reliquias de dudosa autenticidad colocadas debajo de él.

c) No debe colocarse un relicario en el altar ni en la mesa del altar, sino que debe colocarse debajo de la mesa del altar, según lo permita el diseño del altar”.

Por lo tanto parece que no es imprescindible poner reliquias debajo del altar para su dedicación.

Pero cuando se ponen reliquias, deben ser de un tamaño adecuado para ser reconocidas como tales y colocarse debajo del altar y en un altar fijo no móvil.

Además el ritual prevé una celebración para la consagración de altares nuevos, pero no prevé ninguna celebración para insertar reliquias en un altar ya consagrado.

En otros textos como el Misal romano se pide instruir a los fieles que resistan la tentación de formar colecciones de reliquias y evitar la posibilidad de fraude, tráfico o superstición.

Además habilita la posibilidad de sacar las reliquias en procesión y también llevarlas a enfermos y moribundos para consolarlos.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¿Sabías que hay 3 Versiones “Originales” de Jesús Misericordioso?

En 1931, Jesucristo le pidió a Sor Faustina Kowalska que pintara al Jesús de la Misericordia.

Que lo hiciera tal como lo veía en sus apariciones y con la frase “Jesús en ti Confío”.

Que lo divulgara para repartir sus gracias.

Y que fundara la Fiesta de la Misericordia el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección.

En 1934 el padre Sopocko (confesor de Faustina) hizo el encargo al pintor Eugeniusz Kazimirowski.

jesus de la misericordia fondo

En 1943, ya fallecida sor Faustina, el pintor Adolfo Hyla regaló como ex voto a las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia en Polonia un cuadro de Jesús de la Misericordia interpretando la imagen dictada por Faustina.
.
Esta imagen es la que se conoce mas hoy día y la que con su fama protegió del régimen comunista a la imagen que pintó Kazimirowski.

El segundo cuadro se hizo bajo las especificaciones del primero y protegió al primero, el que supervisó Santa Faustina en vida. Por eso ambos merecen llamarse originales.

Pero hubo un tercer cuadro de la Divina Misericordia que mandó realizar la Conferencia Episcopal para sustituir a la de Faustina Kowalska, argumentando que era una revelación privada no aprobada por la Iglesia.

Esta polémica terminó cuando Juan Pablo II canonizó a Faustina Kowalska el 30 de abril del 2000, proclamó que en adelante el primer domingo después de Pascua se llamaría Domingo de la Divina Misericordia, e instó a repetir la oración “¡Jesús, confío en ti!”.

    

EL ENCARGO DE JESÚS A SOR FAUSTINA

Al anochecer mientras estaba en mi celda, vi al Señor Jesús vestido con una túnica blanca.
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Tenía una mano levantada para bendecir, y con la otra tocaba la túnica sobre el pecho.
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De la túnica entreabierta en el pecho, salían dos rayos grandes: uno rojo y otro pálido.
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En silencio, atentamente miraba al Señor, mi alma estaba llena de temor, pero también de gran alegría.
.
Un momento después, Jesús me dijo: Pinta un cuadro según el modelo que ves, y firma: Jesús, en Ti confío.

(…) Prometo que el alma que venere este cuadro no perecerá.

También prometo, ya aquí en la tierra, la victoria sobre los enemigos y, sobre todo, a la hora de la muerte. (…)

Deseo que haya una Fiesta de la Misericordia.

Quiero que este cuadro que pintarás con el pincel, sea bendecido con solemnidad el primer domingo después de la Pascua de Resurrección; ese domingo debe ser la Fiesta de la Misericordia.

Deseo que los sacerdotes proclamen la gran misericordia que tengo para las almas pecadoras.

Que el pecador no tenga miedo de acercarse a Mí. (DIARIO de Santa Sor Faustina) Plock, Polonia “22 de febrero de 1931.

verdadero cuadro de la misericordia

“Los dos rayos (de la imagen) significan la Sangre y el Agua.

El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas.

El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas.

Ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza (…)

Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la mano justa de Dios” (Diario, 299).

La obra encargada a sor Faustina por el Señor Jesús fue imposible de realizar en términos humanos porque no tenía conocimientos básicos de creación artística.

Sin embargo, quería cumplir la Voluntad de Dios e intentaba pintar el cuadro sola, pero sin resultados.

Los apremios del Señor Jesús y la desconfianza de los confesores y los superiores causaban un gran sufrimiento personal a sor Faustina.

Durante su estancia en Plock (unos 3 años) y en Varsovia, siguió pensando en el incumplido deseo del Señor Jesús, que le hizo sentir la gran importancia que tenía en los Planes Divinos, la misión que le había asignado.

De repente vi al Señor que me dijo:

«Has de saber que si descuidas la cuestión de pintar este cuadro y de toda la obra de la Misericordia, el día del juicio responderás por un gran número de almas» (Diario, 154).

Después de profesar sus votos perpetuos, la sor Faustina fue trasladada a la casa conventual de Vilna (25 de mayo de 1933).

Aquí encontró la ayuda prometida anteriormente: el confesor y director espiritual, el P. Miguel Sopocko que intentó realizar los deseos del Señor Jesús.

Leer también:

   

EL JESÚS QUE VIO SOR FAUSTINA

El padre Sopocko (confesor de sor faustina Kowalska) encargó el cuadro de Jesús Misericordioso a principios de 1934 en Vilna (Vilnius, Lituania), al pintor Eugeniusz Kazimirowski.
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El piso del padre Sopocko y el piso de Kazimirowski, junto con su estudio, se encontraban en el mismo edificio.

El cuadro con la imagen del Jesús Misericordioso nacía en el ambiente lleno del misterio de los milagros Divinos: las experiencias místicas vividas por Santa sor Faustina.

El padre Miguel Sopocko parcialmente le dio a conocer al pintor la misión de la sor Faustina y le comprometió a guardar el secreto.

Este pintor muy apreciado y muy culto renunció a su propia concepción artística para representar detalladamente lo que relataba sor Faustina.

Quien venía al estudio del pintor por lo menos una vez a la semana, durante medio año, para añadir los detalles e indicar los errores.

Quería que la imagen del Jesús Misericordioso fuera igual a la imagen revelada en sus visiones.

En el proceso de pintar el cuadro participó activamente el p. Miguel Sopocko – el fundador de la obra, quien, a petición del pintor, posó para el cuadro vistiendo un alba.

El tiempo pasado juntos dedicado a pintar fue una oportunidad para una interpretación más profunda del contenido del cuadro.

Las cuestiones discutibles resolvía el Mismo Señor Jesús (Diario 299; 326; 327; 344). Muy significativa fue la conversación que mantuvo sor Faustina con Jesucristo sobre el cuadro pintado:

(…) Cuando estaba en el taller de aquel pintor que pintaba el cuadro, vi que no era tan bello como es Jesús.

Me entristecí mucho por eso, sin embargo, lo oculté profundamente en mi corazón. (…)

La Madre Superiora se quedó en la ciudad para arreglar algunos asuntos, yo volví sola a casa.

En seguida fui a la capilla y lloré muchísimo.

Le dije al Señor: ¿Quién Te pintará tan bello como Tú eres?

De repente oí estas palabras: No en la belleza del color, ni en la del pincel, está la grandeza de este cuadro, sino en Mi gracia” (Diario, 313).

De esta conversación emana la sinceridad de la persona a la que le había sido concedida una gracia sobrenatural y que en sus vivencias místicas vio la belleza del Salvador Resucitado.

El Señor Jesús muchas veces aparecía a sor Faustina en la forma en la que está demostrado en el cuadro (Diario 473; 500; 851; 1046; 1565) y también, en repetidas ocasiones exigió que ese cuadro fuese expuesto para la adoración pública.

Eso demuestra que el Señor Jesús aceptó la imagen pintada en el cuadro, santificándolo con su viva presencia.

Durante seis meses Sor Faustina venía al estudio del pintor para dar indicaciones y los detalles del aspecto del cuadro.

El Padre Sopocko personalmente se encargó de que el cuadro fuera pintado exactamente según sus indicaciones.

El lienzo, sobre el cual se representó la imagen, se ajustó a las medidas de un marco viejo regalado anteriormente por una de las parroquianas.

El cuadro fue pintado durante seis meses.

Cuando ya estaba listo, el p. Sopocko quería asegurarse de cómo tenía que ser introducido el texto en el cuadro.

Pidió a sor Faustina que lo preguntara al Señor Jesús:

“Una vez el confesor (Padre Sopocko) me preguntó cómo debía ser colocada la frase, ya que todo eso no cabía en la imagen.

Contesté que rezaría y que daría la respuesta la semana siguiente.

Al alejarme del confesionario, y pasando cerca del Santísimo Sacramento, recibí el entendimiento interior de cómo debía ser la frase.

Jesús me recordó lo que me había dicho la primera vez, es decir, que estas tres palabras debían ser puestas en evidencia.

Las palabras son: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).

“Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias.

Ese recipiente es esta imagen con la frase: Jesús, en Ti confío” (Diario, 327).

El texto dictado, que constituye un elemento importante de la indicada forma del culto a la Misericordia, fue puesto por el padre Sopocko en una placa colocada en la parte inferior del cuadro.

A la petición expresa del Señor Jesús transmitida a sor Faustina, el padre Sopocko pidió el permiso para colgar el cuadro en la Iglesia de San Miguel en Vilna, de la que era rector.

Jesus de la misericordia Kazimirowski

Gracias a los esfuerzos del p. Sopocko, desde el 26 hasta el 28 de abril de 1935, durante las celebraciones finales del Jubileo de 1900 años de la Redención del Mundo en la Puerta del Amanecer en Vilna, la Imagen del Misericordioso Salvador por primera vez fue adorada por una multitud de fieles que participaban en las oraciones.

Esa celebración coincidió con el primer domingo después de la Pascua, Sor Faustina participó en ella, y la homilía sobre la Misericordia Divina fue predicada por padre Sopocko, tal como lo había exigido Jesús.

“Durante tres días la imagen estuvo expuesta en público, y recibió la veneración pública porque había sido colocada en la Puerta del Amanecer en lo alto de un ventanal, por eso se la veía desde muy lejos.

Durante esos tres días en la Puerta del Amanecer fue celebrada con solemnidad la clausura del Jubileo de la Redención del Mundo, el décimo noveno centenario de la Pasión del Salvador.

Ahora veo que la obra de la Redención está ligada a la obra de la misericordia que reclama el Señor” (Diario, 89).

“Cuando esta imagen fue expuesta, vi un movimiento vivo de la mano de Jesús que trazó una gran señal de la cruz.

Por la noche del mismo día (…) vi que la imagen estaba pasando sobre una ciudad y aquella ciudad estaba cubierta de redes y de trampas. Jesús, al pasar cortó todas las redes (…)” (Diario, 416).

“Cuando estaba en la Puerta del Amanecer durante las celebraciones en las cuales fue expuesta esta imagen, estuve presente durante el sermón que predijo mi confesor (M. Sopocko).

El sermón fue sobre la Divina Misericordia, fue el primero de los que exigía el Señor Jesús desde hacía mucho tiempo.

Cuando empezó a hablar de esta gran misericordia del Señor, la imagen tomó un aspecto vivo y los rayos penetraron en los corazones de las personas reunidas, pero no en grado igual, unos recibieron más y otros menos.

Una gran alegría inundó mi alma viendo la gracia de Dios” (Diario, 417).

“Cuando terminaba el oficio y el sacerdote tomó el Santísimo Sacramento para impartir la bendición, súbitamente vi al Señor Jesús con el mismo aspecto que tiene en esta imagen.

El Señor impartió la bendición y los rayos se extendieron sobre el mundo entero.

Vi una claridad inaccesible en forma de una habitación de cristal, tejida de ondas de luz impenetrable a cualquier criatura o espíritu.

En la claridad había tres puertas y en ese instante Jesús, con el mismo aspecto que tiene en la imagen, entró en aquella luz a través de la segunda puerta, al interior de la claridad” (Diario, 420).

La celebraciones de la Puerta del Amanecer en Vilna fueron para la sor Faustina una señal y cumplimiento de las gracias anunciadas anteriormente – una manifestación pública de la fuerza enorme de la Misericordia Divina.

El 4 de abril de 1937, con el permiso del Metropolitano de Vilna, arzobispo Romuald Jalbrzykowski, el cuadro con la imagen del Salvador Misericordioso, tras haber recibido la opinión positiva de los expertos, fue llevado a la iglesia de San Miguel en Vilna, dónde empezaron a rodearlo de veneración cada vez mayor.

Según la comisión de expertos convocada en 1941 por la orden del Metropolitano, afirmó que “El cuadro constituye una obra de arte y un ejemplo de arte contemporáneo religioso de valor.” (Protocolo de la Comisión de la evaluación y la conservación del cuadro de Jesús Misericordioso en la Iglesia de San Miguel de Vilna de 27 de mayo de 1941 firmado por expertos: Profesor de la historia de arte dr. M. Morelowski, Profesor de dogmática padre dr. L. Puchaty y el Conservador padre Dr P. Sledziewski).

En la posterior correspondencia con el p. Sopocko sor Faustina escribe:

“Dios me hizo conocer que estaba satisfecho con lo que ya se había hecho.

Sumergiéndome en la oración y en la cercanía de Dios sentí en el alma una paz profunda por la totalidad de esta obra.

(…) Y en lo que se refiere a esas imágenes (copias pequeñas), (…)

La gente las compra, poco a poco, y unas almas ya han recibido la gracia de Dios que ha fluido de esa fuente.

Como todo, también esto va a ir lentamente.

Las imágenes no son tan bonitas como el cuadro grande.

Las compran esos a los que atrae la gracia de Dios” (fragmento de la carta de Cracovia, 21 de febrero 1938).

Jesus de la misericordia hyla

   

LA PERSECUCIÓN COMUNISTA

En 1948 cuando el gobierno comunista cerró la Iglesia de San Miguel, el cuadro (sin el marco con la placa con el texto) fue comprado en secreto del empleado lituano que liquidaba las pertenencias del templo.

La transacción fue realizada por dos mujeres (una polaca y una lituana) que estaban conscientes del peligro de las consecuencias en caso de que se enterasen las autoridades soviéticas.

Las mujeres trasladaron la imagen enrollada a un desván donde iba a esperar hasta que pasase el peligro.

Después entregaron el cuadro a la Iglesia del Espíritu Santo, donde fue despositado también el mobiliario de la iglesia cerrada.

El párroco, el p. Jan Ellert no estuvo interesado en guardar el cuadro.

Desde allí, en 1949, un amigo del p. Sopocko, el p. Józef Grasewicz, lo llevó a la parroquia en Nowa Ruda.

Aquí, a pesar de muchos cambios en la administración de la iglesia, el cuadro permaneció durante 40 años.

En 1970 las locales autoridades comunistas de Nowa Ruda decidieron convertir la iglesia en un almacén.

El cuadro colgado en la parte superior, por la causa que parecía sin importancia – falta de la escala de longitud adecuada – se quedó en la iglesia abandonada.

El padre Sopocko, que entonces estaba en Polonia, no tenía posibilidad ninguna de volver a Vilna (Lituania), que no dejaba preocuparse por el destino del cuadro, pidió al p. Grasewicz que trasladara el cuadro a algún otro sitio seguro.

En secreto mandó una petición de colgar el cuadro en la iglesia de la Puerta del Amanecer de Vilna, donde había sido expuesto por primera vez para la adoración pública.

La petición fue transmitida solo en 1982 (ya después de la muerte del p. Sopocko).

El vicario de la Puerta del Amanecer de aquella época, el p. Tadeusz Kondrusiewicz encontró esta idea irreal y propuso colgar el cuadro en la iglesia de Espíritu Santo, cuyo párroco el p. Aleksander Kaszkiewicz, quien al principio a desgana, consintió colgar el cuadro.

De este modo el p. Grasewicz tomó la decisión de llevar el cuadro de vuelta a Vilna.

Para no provocar una situación peligrosa, en una noche de noviembre de 1986, sin que se enterasen los habitantes de Nowa Ruda (que durante muchos años se reunían en la iglesia abandonada para rezar), el cuadro original fue sustituido por una copia preparada anteriormente.

Con la ayuda de las hermanas de la Madre Misericordiosa (de la Puerta del Amanacer) que conocían el secreto, el lienzo fue quitado del bastidor, enrollado y esa misma noche llevado a Grodno, y después a la Iglesia de Espíritu Santo de Vilna.

Antes de colocar la imagen en el altar, a la orden del p. Kaszkiewicz el cuadro dañado fue repintado.

En resultado el aspecto de la cara del Señor Jesús cambió notablemente, lo que deformó el mensaje visual de la imagen.

Al cuadro se añadió una frase en rojo: “Jesús en Ti confío”.

Además, para ajustar el cuadro al hueco en el altar, se dobló la parte inferior del lienzo, y a la parte superior se agregó al cuadro una parte adicional en forma de oval.

Estos cambios no estaban de acuerdo con la composición artística del cuadro realizada en 1934 por E. Kazimirowski en cooperación con sor Faustina y padre Sopocko.

Fue una ingerencia brutal que notablemente redujo el valor original de la obra.

Beato Miguel Sopocko y Santa Faustina Kowalska

El cuadro renovado en el año 2003, con el marco nuevo y el texto: JESÚS, EN TI CONFÍO permaneció en la Iglesia de Espíritu Santo hasta septiembre de 2005.

La Fiesta de la Misericordia Divina, el 18 de abril de 2004 el Metropolitano de Vilna, Cardenal Audrys Juozas Backis reconsagró la renovada iglesia de la Santa Trinidad en Vilna al Santuario de la Misericordia Divina.

Paralelamente, a la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso, ordenó orar en ese Santuario.

En septiembre de 2005 en el Templo se colocó el primer cuadro de Jesús Misericordioso.

El Metropolitano asignó a la Congregación, para su sede, la casa donde había sido pintado el primer cuadro de Jesús Misericordioso.

Esta casa, gracias a la generosidad de los donadores fue adaptada a las necesidades de la Congregación religiosa.

El primer cuadro de Jesús Misericordioso expuesto en el 1987 en la Iglesia de Espíritu Santo en Vilna no llamó atención particular ni de los peregrinos ni de las autoridades eclesiásticas.

La falta de las condiciones apropiadas para exponerlo provocó más cambios negativos en su materia.

Fue sólo en julio de 2001 cuando con el consentimiento del padre Miroslaw Grabowski párroco de la iglesia de Espíritu Santo, la Congregación de las Hermanas de Jesús Misericordioso pudo abrir su nueva sede en Vilna, aceptada por la curia de Vilna, y rodear de cuidados este cuadro único e inestimable.

La Congregación lleva decenas de años haciendo gestiones para propagar la primera imagen de Jesús Misericordioso, aquel creado en el ambiente de Divino milagro de la oración y de sufrimiento de sor Faustina, su presencia y cooperación.

Gracias a la iniciativa y las gestiones de las hermanas en abril de 2003 el cuadro fue sometido a una restauración profunda, lo cual tuvo lugar en la capilla del convento de las hermanas en Vilna.

Se eliminaron del cuadro todas las repinturas, las manchas creadas por la humedad y pruebas de retirarlas con sustancias químicas, se repararon las deterioraciones.

A consecuencia de la restauración el cuadro recuperó su aspecto original.

Algunos daños sufridos por el lienzo tuvieron ser eliminados utilizando el pegamento.

Se ven también huellas dejadas después de haber quitado el lienzo del bastidor (huellas de los clavos que sujetaban el cuadro), y el doblamiento de la parte inferior de unos cuatro centímetros (en 1987 el cuadro fue ajustado a las medidas del nicho del altar de la Iglesia de Espíritu Santo).

Los defectos aunque no vistos en la imagen expuesta, son, entre otros, los rasgos característicos del cuadro.

Por iniciativa de los organizadores y fundadores de la conservación del cuadro en 2003, de la Fundación de los Apóstoles de Jesús Misericordioso de Lódz, en marzo de 2004, en la Iglesia de Espíritu Santo de Vilna fue realizada una sesión fotográfica profesional, para documentar el cuadro.

Desde entonces, de las diapositivas de 20 cm se hacen fotocopias de la primera imagen de Jesús Misericordioso.

Las copias son distribuidas y facilitadas a la evangelización públicas.

A pesar de la conservación detallada, el estado del cuadro se empeoró.

El cuadro debía ser expuesto en condiciones apropiadas, de acuerdo con las indicaciones del restaurador.

El cuadro lo conservó Edyta Hankowska – Czerwinska de Wloclawek (Polonia) conservadora de obras de arte, licenciada por la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Nicolás Copérnico en Torun (Polonia).

El 3 de agosto de 2009 en el Santuario de la Misericordia Divina de Vilna, la conservadora Edyta Hankowska-Czerwiska realizó una inspección periodica del estado del cuadro.

JesusDivinaMisericordia

   

EL OTRO CUADRO DE JESÚS MISERICORDIOSO
en Cracovia Lagiewniki (Polonia)

En 1943 – a los diez años de pintar el primer cuadro de Jesús Misericordioso y cinco años después de la muerte de sor Faustina en Cracovia, a la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia vino un pintor, Adolfo Hyla.
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El artista quería pintar un cuadro y regalarlo a la capilla del convento como un exvoto de agradecimiento por el salvamento de su familia de los accidentes de la guerra.

Las hermanas propusieron que pintara el cuadro de Jesús Misericordioso.

Le presentaron al artista como un modelo una reproducción del primer cuadro pintado por Kazimirowski en cooperación con sor Faustina.

Adjuntaron también la descripción del cuadro del Diario de Santa sor Faustina. Sin embargo, el artista hizo el encargo según su propia idea.

Porque el tamaño del cuadro regalado no encajaba en el altar de la capilla de las hermanas, la Madre Irene Krzyzanowska encargó otro cuadro.

Este cuadro fue consagrado en 1944 y puesto en la capilla del convento de Cracovia donde es adorado hasta hoy.

En este cuadro la imagen de Jesús Misericordioso en el fondo había un prado y arbustos que se veían a lo lejos.

Por intervención del padre Sopocko en 1954, el fondo del cuadro fue cubierto con pintura oscura y debajo de los pies del Señor Jesús se pintó un suelo.

El cuadro regalado por Adolfo Hyla como exvoto de agradecimiento fue expuesto en la iglesia parroquial del Corazón Divino en Wroclaw (Polonia).

Esta iglesia está relacionada con la Casa de la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia.

Después de la segunda guerra mundial el primer cuadro de Jesús Misericordioso pintado por el artista Eugenio Kazimirowski en Vilna (Lituania) en cooperación con sor Faustina, permaneció en el territorio de la Unión Soviética, donde miles de personas tuvieron que ocultar su fe en Dios durante decenas de años a causa de severas persecuciones de los católicos.

El cuadro también permanecía escondido, y su origen extraordinario también se mantenía en secreto.

Quizás la divulgación en Polonia de otro cuadro, fue una providencial distracción de la atención a la milagrosa Imagen Santa (como la llamó Juan Pablo II en 1993 en Vilna). En aquellos tiempos no había otra posibilidad real de salvarla.

Indudablemente el cuadro pintado por Adolfo Hyla ayudó mucho en el desarrollo del culto de la Misericordia Divina.

Lo confirman los testimonios de las gracias recibidas por su intercesión. Sin embargo, su popularidad no disminuyó el valor del primer cuadro pintado en Vilna – exactamente según el modelo trasmitido por el Señor Jesús.

Después de una larga espera el cuadro llegó a ser dignamente expuesto en el altar central del Santuario de la Misericordia Divina en Vilna, donde, rodeado de la oración de las hermanas y de los peregrinos que vienen a verlo, es venerado públicamente.

Las 3 imágenes de Jesús Misericordioso en orden cronológico de ser pintadas

   

EL TERCER CUADRO DE JESÚS DE LA DIVINA MISERICORDIA

Después de finalizar la guerra, en la década de 1950, algunos de los Obispos de la Conferencia Episcopal de Polonia manifestaron sus reservas sobre la difusión de la imagen de Jesús Misericordioso.

Sus argumentos eran qué se trataba de una revelación privada y aún no había sido aprobada por la Iglesia.

Entonces la Conferencia Episcopal ordenó prudencia para exponer la imagen de Jesús de la Misericordia según la visión de Faustina Kowalska.

Pero había un problema, la Divina Misericordia de Jesús había sido venerada en la Iglesia desde los primeros tiempos.

Entonces la Conferencia Episcopal pidió al padre Sopocko que organizara un certamen para crear una imagen de Jesús Misericordioso para exhibir en las iglesias y adorar.

En 1954 se organizó este concurso con la invitación a pintar una imagen de Jesús apareciéndose los apóstoles después de su resurrección, estableciendo Sacramento de la Penitencia.

Incluso fue invitado al concurso el pintor de la segunda imagen de Jesús Misericordioso, Adolfo Hyla pero declinó la invitación porque pensó que no serviría a la devoción de la Divina Misericordia.

Él dijo que el llamado limitaba las opciones, porque Cristo estaba mostrando los rayos de sangre y agua que brotaban de su costado y estaba bendiciendo.

Eso era lo que vio Faustina y no era parte del llamado, porque el llamado se refería al sacramento de la penitencia.

Al final el concurso lo ganó la pintura de Ludomir Slendzinski que se puede ver más arriba.

Y en octubre de 1954 el episcopado permitió la devoción de esta imagen, que ahora se encuentra en la capilla de las hermanas de Nuestra Señora de la Misericordia en Varsovia.

Y adicionalmente en 1959, la Conferencia Episcopal notificó que se prohibía la devoción a la Divina Misericordia pintada según las instrucciones de la hermana Faustina.

Sin embargo la nota dejaba a decisión de los pastores si la imagen de Jesús Misericordioso de la hermana Faustina debía ser eliminada de cada iglesia.

En muchas iglesias se eliminaron pero en otras se conservaron.

Recién en 1978 se canceló esta notificación y las imágenes de la Divina Misericordia, pintadas según la visión de la hermana Faustina, pudieron ingresar sin problema a las iglesias.

En esta historia podemos ver que las decisiones burocráticas de las Conferencias Episcopales terminan mal cuando desconocen los mensajes del cielo.

Porque hoy las imágenes de la Divina Misericordia que se han extendido por todo el mundo han sido las de la visión de la hermana Faustina, que Jesús le indicó cómo se debía pintar.

En cambio a la imagen Ludomir Slendzinski se la ha tragado la historia.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Sorprendentes Nuevos Hallazgos Legitiman la Sábana Santa y el Santo Sudario

Es un enigma cómo se formó la Sábana Santa.

Pero algo extraordinario sucedió cuando abrieron la tumba de Jesús en el Santo Sepulcro en octubre de 2016, para su restauración.

Encontraron una sorprendente radiación electromagnética que descontroló los instrumentos de los científicos.

Esto podría ser la secuela de una fuerte radiación de hace 2000 años, de la que ya varios científicos habían hablado como causante de la impresión del cuerpo de Jesús en la Sábana.

Pero además, investigadores de la Universidad de Murcia informaron, el 31 de marzo de 2017, que encontraron marcas claras – en la Sábana Santa y también en el Santo Sudario – de la lanzada que atravesó a Jesús ya muerto en la cruz.

Repasemos todo lo que se sabe científicamente de la Sábana de Turín y especialmente este último descubrimiento.

El Sábana Santa de Turín —también conocida como el Síndone de Turín— es una tela de lino que muestra la imagen en negativo fotográfico de un hombre.

Que presenta marcas y traumas físicos propios de una crucifixión, junto a otros totalmente atípicos, pero acordes con los hechos relatados en la Pasión.

Y es consistente con el lienzo o sábana de la cual nos hablan los evangelios:

la sábana nueva y limpia en la cual José de Arimatea, con ayuda de Nicodemo, envolvió el cuerpo de Jesús tras su muerte en la cruz [Mt 27, 57ss; Mc 15, 42ss; Lc 23, 50ss; Lc 24, 12ss; Jn 19, 38ss; Jn 20, 5ss].

Es una gran pieza de lino de 4’41 m de largo y 1’13 m de ancho.

Está amarillenta, raída, sucia, manchada de sangre y quemada.

Actualmente se encuentra en la catedral de San Juan Bautista de Turín (Italia).

Los detalles de las torturas que se observan en el Lienzo, evocan las narraciones de los Evangelios:

  • las señales de los clavos en manos y pies;
  • la “corona de espinas” alrededor de la cabeza;
  • las señales de los azotes; la herida del costado;
  • la ausencia de fractura de huesos de las piernas.

La “Síndone” es una imagen, que para los creyentes es un “icono de la Pasión”, como la definió el papa Pablo VI.

Sindone completo en negativo y en positivo
Sindone completo en negativo y en positivo

   

HALLAZGOS CIENTÍFICOS

Muchos creen que la sábana de Turín es el lienzo fúnebre de Cristo, es decir, el lienzo en que el cuerpo de Jesús fue envuelto.

¿Hay razones para tal creencia? El sudario ha sido sometido a los estudios más rigurosos de la ciencia, descubriéndose numerosos datos asombrosos.

Mientras muchos hombres fueron crucificados, solo Jesucristo fue además azotado, coronado con espinas y traspasado en el corazón con una lanza, tal como muestra la imagen.

La imagen de Turín, de acuerdo con información obtenida por estudios científicos dignos de todo respeto y jamás rebatidos seriamente, tiene las características siguientes:

Mirando el síndone
Mirando el síndone

Consiste en una débil mancha amarillenta, difícil de ver cuando se observa a menos de unos dos metros de distancia.

Que reproduce una vista doble, frontal y dorsal, de un cuerpo humano desnudo, cubierto de heridas, que han dejado también manchas de sangre en el lienzo [por contacto directo].

– La imagen no muestra ni la parte superior de la cabeza ni los costados.

– La figura humana, especialmente en el rostro, es de gran precisión anatómica, sin distorsiones.

Hay una perfecta correspondencia entre ambas caras de la imagen, indicando claramente que fue un cuerpo tridimensional el que estuvo envuelto en el lienzo.

Las manchas en la tela tienen el carácter de un negativo fotográfico: solamente al hacer una foto en 1898 (Secondo Pia) se pudo apreciar verdaderamente la información allí contenida.

– A diferencia de lo que ocurre en una fotografía, sea en positivo o negativo, hay una correspondencia entre la intensidad de la imagen y la distancia lógica entre un lienzo y un cuerpo cubierto por él. Una función matemática sencilla permite recuperar la tridimensionalidad.

Detalle del orden de milímetros puede observarse con técnicas de realce de contraste.

Esto es especialmente llamativo en el caso de una moneda sobre el párpado derecho.

Cara del síndone en 3D
Cara del síndone en 3D

No hay pigmento alguno, aun bajo examen microscópico, ni en la superficie de las fibras de lino ni en su interior.

Tampoco hay fluorescencia que indique la existencia de sustancias extrañas al lienzo en las zonas de imagen.

No hay imagen bajo las costras de sangre: la imagen tiene que ser posterior a ellas.

Las manchas amarillentas tienen características espectrales semejantes a las que muestran quemaduras que el lienzo sufrió en el incendio de 1532.

– Posiblemente significativo: parecen descubrirse huellas de dientes y estructuras óseas en la imagen del rostro y de las manos; en éstas, los huesos de los dedos continúan hasta el carpo.

La imagen no se vio afectada por la elevada temperatura ni por el agua en el incendio de 1532.

Sin embargo hay una “piedra en el zapato” para los que sostienen la autenticidad de la Sábana Santa, la investigación de datación por carbono 14 realizada en 1988.

 

LA PRUEBA DEL CARBONO 14 DE 1988 CUESTIONADA CON NUEVO DATOS

En 1988 se realizó una prueba de datación por radiocarbono en la Sábana Santa.

El resultado fue publicado en la revista Nature y decía que la Sábana Santa era medieval, datada entre 1260 y 1390 dC.

Esto fue un gran regocijo para los científicos materialistas y una gran duda para el resto.

Paro ya en el año 2008 Robert Villarreal de laboratorio Nacional de Los Álamos había demostrado que el proceso de investigación no había reconocido una de las primeras reglas de la química analítica, que la muestra debía ser representativa de la totalidad de la Sábana Santa y no de 3 hilos tomados de la esquina de la sábana.

Y en 2013 se publicó en la misma revista Nature un análisis estadístico basado en los datos oficiales conocidos en ese momento, que ya cuestionaron la validez del análisis.

A partir de ahí diversos científicos pidieron a los investigadores que realizaron el test de carbono 14 que les proporcionarán los datos brutos obtenidos en las mediciones, sin obtener satisfacción por parte del principal investigador, que fue el Museo Británico y los laboratorios de Oxford, Tucson y Zurich.

En en el año 2017 el francés Tristán Casabianca solicitó legalmente que le entregaran esos datos.

Y finalmente el Museo Británico no tuvo más remedio que acceder a la solicitud debido a la Ley de Libertad de Información.

A partir de los datos brutos obtenidos en el 2017 Tristán Casabianca, Emanuela marinelli, Giuseppe Pernagallo y Benedetto Torrisi publicaron un artículo en la revista Arqueometría, titulado Datación por radiocarbono de la Sábana de Turín: Nueva evidencia a partir de datos sin procesar”, que se puede leer aquí.

Ellos pudieron saber que los laboratorios tuvieron resultados diferentes en las muestras entre sí, que le quitó consistencia al resultado y que por lo tanto algo salió mal en el proceso de datación.

Quizás está relacionado con la no homogeneidad de las muestras seleccionadas, porque las muestras de control no mostraron esas diferencias.

Además se encontró entre los datos brutos información no mencionada en el artículo de 1988, sobre fibras de algodón antiguo e hilos azules y rojos.

Por ejemplo el artículo dice que el laboratorio de Tucson realizó 8 mediciones y que estas mediciones sin procesar muestran heterogeneidad y esto no se menciona en el artículo de 1988.

De modo que los investigadores que escribieron el artículo en Arqueometría sostienen que no es posible continuar afirmando que la cantidad de átomos de carbono 14 en las muestras fue constante, lo cual es un supuesto fundamental para la datación.

Estos investigadores además encontraron deficiencias en el protocolo de la investigación de 1988 y por eso reclaman que se realice nuevamente la datación, si es posible con técnicas no destructivas.

Además reclaman que este sea un verdadero proceso interdisciplinario y que los datos brutos estén disponibles gratuitamente para todos los investigadores que quieran consultar.

Con esto definitivamente se abre un gran signo de interrogación sobre el estudio de datación de carbono 14 realizado en 1988.

Catedral de Turín
Catedral de Turín

  

ITINERARIO DE LA SÁBANA SANTA

Cristo resucitó en Jerusalén. El Evangelio de San Juan dice:

“Se inclinó (Juan) y vio las vendas en el suelo; pero no entró.

Llega también Simón Pedro siguiéndole, entra en el sepulcro y ve las vendas en el suelo, y el sudario que cubrió su cabeza, no junto a las vendas, sino plegado en un lugar aparte”. Juan 20:5-8.

Hay entonces dos sudarios: el grande que cubría el cuerpo y que se denomina Sábana Santa, y otro que se pondría sobre este y en el área de la cabeza, que se denomina Santo Sudario.
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Este segundo se encontraría según la tradición en la Catedral de Oviedo.

Pedro y Juan vieron “las vendas” cada uno por su parte y fue parte de aquella primera experiencia de conocer la verdad central de la salvación y de la historia. ¡Cristo ha resucitado!.

Lo mas probable es que hayan tomado esta reliquia con inmenso amor para mostrárselas a los demás como la primera prueba de la resurrección.

Desde entonces es lógico que se guardase como la mayor reliquia de la cristiandad.

Sobre como siguió su itinerario hay dos teorías.

Una, que fueron los Templarios (organización muy prominente en Europa en esa época y que tenía gran interés en las reliquias).

Los Templarios guardaban secretamente las reliquias solo para los iniciados entre ellos y por eso no sería raro que la Sábana Santa “desapareciera”.

La segunda teoría propone que la Sábana Santas pasó por Grecia donde habían comunidades latinas relacionadas con Charny la llevaron a esa ciudad.

Hay testimonios históricos y de absoluta certeza que sitúan a la Sábana Santa en Lirey (Francia) a mediados del siglo XIV.

En 1453 la Sábana Santa fue cedida al ducado de Saboya en Chambéry, Francia.

En el año 1506, el Papa otorgó a la Sábana Santa una fiesta especial, aprobando una liturgia para la Santa Misa y el Oficio Divino.

En el año 1532, sufrió un fuego que le dejó marcas permanentes pero milagrosamente no se llegó a perder.

Las hermanas Clarisas pusieron parches en las quemaduras en 1534. Al mismo tiempo se guarda el sudario entre dos paños de tela del mismo tamaño para protegerlo.

Dos años mas tarde se descubre que ambos recibieron milagrosamente la imagen del original.

Los Saboya, al trasladar su capital a Turín en 1578, llevaron allí la Sábana Santa.

Desde el año 1694, es custodiada (aparte de breves interrupciones) en la capilla que Guarino Gaurini construyó entre la Catedral y Palacio Real de Turín.

En 1898 es tomada la primera fotografía por el abogado Secondo Pia entre el 25 y el 28 Mayo. Se inician los estudios científicos.

Desde 1983, la Sábana Santa es propiedad de la Santa Sede, dejada en herencia por Humberto II de Saboya al Papa.

En 1997 la Sábana otra vez escapa un incendio, esta vez, en la Catedral de Turín.

El bombero Mario Trematore pudo quebrar con un hacha el vidrio antibalas que protegía el Santo Lienzo y así, rescatarlo.

¿Como pudo romper el vidrio antibalas con un hacha? Mas tarde el bombero, que no era creyente, explicó que lo pudo hacer porque recibió una fuerza especial de lo alto.

En 1998 se produce la exhibición del Sudario, 18 de Abril al 14 de Junio (para celebrar el centenario de la primera fotografía)

Las heridas en el síndone, en el frente y en la espalda
Las heridas en el síndone, en el frente y en la espalda

   

ESTUDIOS CIENTÍFICOS QUE DEMUESTRAN LA AUTENTICIDAD

No es un secreto que los enemigos de la fe se enfurecen contra las pruebas favorables a la autenticidad.

Y han creado numerosas publicaciones tratando de desacreditar con toda clase de mentiras la impecable evidencia que no pueden rebatir con la razón.

Por ejemplo algunos siguen diciendo que la sangre no es mas que pintura medieval, que el rostro de Cristo está inspirado en las pinturas góticas, etc.

Una de ella es que la datación con el carbono 14 difiere a la fecha de la crucifixión.

Pero se descubrió una fina película de una bacteria que cubre todo el lienzo.

El doctor Garza-Valdés descubrió que esas bacterias distorsionan los resultados, hecho confirmado por el doctor Hary Gove, descubridor de la técnica del carbono 14. Por eso actualmente se está investigando una manera de separar esa película de bacterias.

La evidencia que demuestra la autenticidad es la que sigue.

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La Sorpresa de la Fotografía

El 28 de mayo de 1898, Secondo Pía, al hacer las primeras fotografías de la Sábana Santa tuvo una gran sorpresa en el cuarto oscuro.

La imagen en negativo apareció majestuosamente como una imagen en positivo con extraordinaria claridad y detalle.

Así se dio cuenta de que la imagen representada en la tela constituye un auténtico negativo.

Es evidente que un plagio medieval no podía prever la fotografía.

Simplemente no se conoce en la historia de la iconografía anterior al siglo XX, de ningún otro caso una imagen que sea un negativo.

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Científicamente se ha podido comprobar:

• Expertos de la NASA en 1977, utilizando un ordenador descubrieron que la imagen tiene propiedades tridimensionales, que no pertenecen ni a las pinturas ni a las fotografías.

En 1978 la Iglesia permitió a un equipo internacional de más de dos docenas de eminentes científicos investigar el Lienzo.

Los análisis fueron extensos, envolviendo diversos métodos desde rayos x, microscopía hasta análisis químicos.

He aquí algunos de los resultados más sorprendentes:

• Los estudios del tejido sitúa su procedencia en el área sirio-palestina en el siglo I.

En 1978, el biólogo y criminólogo suizo Max Frei Sulzer del Centro Internacional de Sindonología, tomó muestras del polvo del Sábana y pudo comprobar la existencia de polen de flores de Palestina.

También se ha encontrado áloe y mirra como la que utilizaban en el medio oriente los judíos para preparar los cadáveres.

Se han descubierto rastros de flores por todo el cuerpo, identificando hasta 25 variedades, que florecían en abril.

Una de las plantas, sólo crece en un punto del mundo: cerca de Jerusalén, como afirma sin dudar un experto botánico de la universidad Hebrea.

También se han descubierto 58 tipos polen, identificando cada planta mediante las técnicas avanzadas actuales. 28 de esos tipos de polen sólo existen en Oriente Medio, indicando que la Sábana pasó una buena parte del tiempo allí.

La fagonia mollis, se observa cerca de la cabeza del hombre del lienzo. Esa planta es conocida sobre todo por la gran cantidad de espinas que tiene.

Todos estos datos y más, indican que la Sábana procede del siglo I en Palestina.

El falsificador medieval hubiera tenido que adelantarse a la invención del microscopio para añadir elementos invisibles al ojo humano: polen, tierra, suero, aromas para la sepultura…

• Sobre los ojos hay huellas de monedas acuñadas en el año 29 D.C. bajo Poncio Pilato.

Esto corresponde a la costumbre de la época de Jesús de poner las monedas para mantener los párpados cerrados. Fueron descubiertas en 1954 y en 1978 reconocidas en mayor detalle.

• Los análisis de las huellas de sangre, hechos en el 1978 por Pierluigi Baima Bollone y otros, han indicado la presencia de sangre humana, del tipo AB.

Estudios del grupo STURP usó espectroscopia, florescencia de rayos x y rayos ultravioletas, termografía y radiografía y otros mecanismos sofisticados para comprobar la presencia de la sangre.

• La sangre es sangre de un hombre que padeció una muerte traumática asegura el químico Alan Adler quien además asegura que tanto los análisis químicos como la florescencia amarillo-verdosa visible bajo luz fluorescente, indican la presencia de flujos de sangre.

Esta sustancia era desconocida hasta el siglo XX, por lo que no puede ser la obra de un artista medieval.

Adler piensa que la imagen fue producida por algún proceso de radiación.

Trabajando en el síndone
Trabajando en el síndone

• La Imagen: No existen indicios del uso de brochas en la imagen.

No se utilizó ninguno de los métodos artísticos conocidos para hacer la imagen. La imagen tiene solo una fibra de profundidad.

• El mismo grupo de científicos de STURP, comprobaron la absoluta ausencia de pigmentos, tintas u otros medios de pintura en la Sábana Santa.

No hay imagen del cuerpo bajo las manchas de sangre. Por lo tanto, la imagen se formó después de las manchas de sangre.

La imagen del cuerpo del Hombre de la Sábana no está hecha manualmente: no es una pintura, ni una quemadura (las quemaduras existentes no son parte de la imagen sino que fueron causadas por un incendio en 1532).

El origen de la misma es un enigma científico que todavía no se ha resuelto. No se conocen los mecanismos físico-químicos que han producido esta oxidación y deshidratación de las fibras más superficiales del tejido.

La imagen es el resultado de deshidratación y oxidación de la celulosa contenida en las fibras en la superficie de la tela. Pero como se formó es aun un misterio.

Desde el campo de la medicina: La imagen que aparece en negativo permite un minucioso estudios anatómico y de las diferentes heridas que aparecen en le cuerpo.

El primer cirujano que comprobó la absoluta exactitud anatómica de esas heridas fue el profesor de Anatomía Comparada de la Sorbona, Yves Delage, de la Academia de Ciencias de París.

Este profesor era agnóstico, sin embargo no le quedó la menor duda de que solo un hombre que hubiera padecido los tormentos físicos de Jesús podría haber dejado tales huellas.

Una multitud de médicos han podido confirmar los hallazgos del Doctor Delage. Pierre Barbet (cirujano del Hospital de S. José de París), Giovanni Judica Cordiglia (profesor de Medicina Legal de la universidad de Milán), Dr. Roberto Bucklin (medico forense, patólogo del Hospital de los Angeles, California), el Dr. Rudolf W: Hynek (de la Academia de medicina de Praga)…

Todos coinciden en afirmar que la representación de las heridas es anatómicamente perfecta y con detalles desconocidos en la Edad Media.

Por ejemplo, el halo de suero alrededor de las manchas de sangre -no visible a simple vista; salpicaduras y sinuosidades de los regueros sanguíneos, el hinchazón del abdomen -típico de la asfixia- etc…

• La Sábana Santa revela datos desconocidos en tiempos medievales.

En el siglo XIV, la iconografía tenía un ínfimo desarrollo del realismo anatómico. Además todas las imágenes de la época demuestran que se desconocían los elementos históricos y arqueológicos sobre la flagelación y la crucifixión según se hacía en el siglo I.

Sin embargo se ha podido demostrar que el Sábana Santa no sigue la iconografía medieval sino que muestra estos elementos con suma precisión tal como corresponden al tiempo de Cristo.

Detalle de la cara mostrada horizontalmente
Detalle de la cara mostrada horizontalmente

Por ejemplo, que Cristo no cargó con toda la cruz, sino sólo con el madero horizontal («patibulum») y que no lo clavaron por las palmas y sino por las muñecas.

Estudios han demostrado que un cuerpo colgado por las palmas se desgarraría mientras que uno clavado por las muñecas se sostiene.

Mientras que en tiempos medievales representaban la corona de espinas en forma de aro horizontal sobre la frente, la Sábana Santa revela que las espinas fueron impuestas en forma de casco.

• Para lograr una semblanza perfecta, como la impresa en el lienzo, en caso de que la Sábana Santa fuera medieval, se requeriría que se martirizara a una víctima, la sometiera en vida a setecientas heridas y que una vez muerta, le traspasaran el corazón con una lanza.

• Pero además se requeriría que la víctima tuviera un rostro perfectamente afín con las decenas de iconos de Cristo difundidos en el arte bizantino desde el siglo VI.

La afinidad del rostro de la Sábana Santa y los antiguos iconos ha sido documentada por Giovanni Tamburelli en el año 1989.

Quien encontró muchos puntos de congruencia de tal manera que habría que pensar que la faz del lienzo fue el prototipo para la iconografía cristiana primitiva en cuanto a las características del rostro. Ya hemos visto que no pudieron copiar los detalles anatómicos.

• El tejido del lienzo, envolvió un auténtico cadáver durante un período de 30 a 36 horas, como lo demuestran las setecientas heridas pequeñas y grandes calcadas sobre el lino por contacto.

Exámenes minuciosos conducidos por médicos han asegurado además que se trata de una perfecta imagen de un cuerpo humano, torturado por la corona de espinas, azotes, la cruz, traspasado por la lanza…

Los efectos naturales de esos tormentos sobre un cuerpo humano están claramente manifiestos de tal forma que sería imposible de imitar y menos sin las técnicas modernas.

Detalle de la cara mostrada horizontalmente
Detalle de la cara mostrada horizontalmente
Imagen en positivo con detalle del clavo en la muñeca
Imagen en positivo con detalle del clavo en la muñeca

   

COMO SE HABRÍA FORMADO LA IMAGEN

Será necesario acudir a fenómenos desconocidos, no reproducibles a voluntad, en los cuales el cadáver tiene un efecto directo sobre el lienzo:

Por algún tipo de radiación corpuscular o electromagnética, actuando sin contacto.

Por contacto simultáneo o sucesivo acompañado de algún tipo de energía calorífica o de efecto equivalente para alterar la celulosa del lino.

En estos dos casos, la causa del fenómeno sería algo inesperado desde el punto de vista científico, pues no hay razón plausible de atribuir a un cadáver humano la capacidad de producir tales efectos.

Si aquí la lógica nos obliga a descartar las hipótesis de orden artificial o natural, tendremos que aceptar algún tipo de intervención sobrenatural.

Aun en este caso, puede ser útil el intentar descubrir indicios de cómo podría haber sido concretamente el proceso que dio lugar a las características observables en el lienzo.

La radiación sobrenatural del momento de la resurrección puede ser la causa misteriosa de la impresión de la imagen del cuerpo en el lienzo.

En ese caso se trata de la verdadera imagen de Cristo en el momento preciso que su cuerpo va a resucitar.

Semejante radiación explicaría la dificultad de los científicos en descubrir su origen, ya que se trata de algo sobrenatural.

Y entramos en la física cuántica. Esa imagen es tridimensional, inimaginable si fuera una falsificación.

La imagen sería como una placa de rayos X que reflejan las estructuras internas del cuerpo.

El cuerpo pasó de un medio a otro, dejando un retroceso de partículas tras de sí, que marcaron la imagen de la sábana.
.
De la misma forma que cuando alguien se echa a una piscina, que pasa de un medio de aire a otro de agua.

Dos catedráticos del Centro Español de Sindonología, hallaron en la Sábana Santa de Turín huellas de las vértebras del cuerpo que envolvía y que quedaron marcadas en la tela.

Lo que confirmaría la teoría de que ocurrió una misteriosa explosión en el momento de la resurrección.

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LA HIPÓTESIS DE LA FORMACIÓN DE LA IMAGEN POR RADIACIÓN

Giulio Fanti, profesor de Medidas mecánicas y Térmicas del Departamento de Ingeniería Industrial de la Universidad de Padua, desde hace muchos años está desarrollando una investigación sobre el Sudario.

El científico ha presentado los resultados de su libro ¿Puede una descarga de corona Explicar el Cuerpo Imagen de la Sábana Santa de Turín?

Él ha dicho:

“Hasta ahora, han sido examinadas muchas hipótesis interesantes, pero ninguna de ellas puede explicar completamente la misteriosa imagen.

Ninguna de las reproducciones llevadas a cabo, ninguna de las copias fabricadas logra ofrecer características semejantes a las de la tela sindónica”.

Fanti cita las hipótesis de otros analistas y describe los resultados de un estudio anterior de ENEA, que ha usado el láser excimer.

La hipótesis de la radiación permite acercarse mucho más a las características particulares de la imagen sindónica, pero presenta todavía un serio problema.

Se pueden reproducir tan solo pequeñas porciones de imagen de alrededor de un centímetro cuadrado del tejido, porque, de otra forma, se necesitarían energías que no se encuentran disponibles en los laboratorios”.

Los experimentos que Fanti llevó a cabo en Padua, en colaboración con el profesor Giancarlo Pesavento, exigieron:

tensiones eléctricas de alrededor de 500.000 volts para obtener imágenes semejantes y de pocos centímetros de extensión”.

Y, entre las hipótesis de radiación,

solo la que se basa en el efecto corona (descarga eléctrica particular) satisface todas las características peculiares de la imagen corpórea del Sudario”

Aunque para haber obtenido una figura tan grande como la que se encuentra en la tela turinesa, concluye el autor,

habrían sido necesarias tensiones de hasta decenas de millones de volts. O bien, saliendo del campo científico, un fenómeno relacionado con la resurrección”.

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El estudio que cita Fanti de la ENEA, la Agencia Nacional para las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Desarrollo Económico Sostenible, de Italia, duró cinco años y había tratado de

“conocer los procesos físicos y químicos que pueden generar una coloración similar a la de la imagen de la Sábana Santa”.

Una de las hipótesis sobre la formación de la imagen fue la de una forma de energía electromagnética, por ejemplo un destello de luz de poca longitud de onda.

Que podría tener los requisitos adecuados para reproducir las principales características de la imagen del Santo Sudario.

Como la superficialidad de la coloración, el esfumado del color, la reproducción de zonas del cuerpo que no estaban en contacto directo con la tela y la ausencia de pigmentos en el tejido.

Los resultados del ENEA

“Demuestran que un breve e intenso destello de radiaciones UV direccionales puede colorar un tejido en modo de reproducir muchas de las peculiares características de la imagen del cuerpo de la Sábana Santa de Turín.

Incluidas la tonalidad de color, la coloración superficial de las fibrillas más externas de la trama de lino, la usencia de fluorescencia”.

Sin embargo, advertían ya los científicos del ENEA,

“Hay que subrayar que la potencia total de la radiación UV necesaria para colorar de manera instantánea la superficie de un lino que corresponda a un cuerpo humano de estatura media, equivale a 2000 MW/cm2 es decir, 34.000 miles de millones de vatios para 17000 cm2.

Lo cual hace que hoy sea prácticamente irrealizable la reproducción de la totalidad de la imagen del sudario usando un sólo láser excimer, ya que esta potencia no puede ser creada por ninguna otra fuente de luz UV construida hasta hoy (las más potentes que se pueden encontrar en el mercado llegan a algunos miles de millones de Watt)”.

Y aun así permanecían cosas sin resolver

“la imagen de la Sábana Santa presenta algunas características que no hemos conseguido todavía reproducir por ejemplo el difuminado de la imagen debido a una diversa concentración de fibrillas en color amarillo que se alternan con fibras sin color“.

Pero recientemente se hizo un descubrimiento que apoya esta línea de pensamiento.

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Trabajo de restauración del Santo Sepulcro

   

ASOMBROSO DESCUBRIMIENTO EN LA TUMBA DE CRISTO APOYA A LA SÁBANA SANTA DE TURÍN

Un sorprendente descubrimiento ha sido realizado durante los trabajos de reparación del Edículo – la antigua cámara que aloja la tumba de Jesús en la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Los científicos han informado un extraordinario fenómeno que pueden apoyar la autenticidad de la Sábana Santa de Turín y la forma en que se hubo impreso.

Del 26 al 28 de octubre de 2016, un grupo de científicos y autoridades religiosas supervisó la retirada de la placa de mármol que cubre la tumba de Cristo.

Marie-Armelle Beaulieu, editor en jefe de la revista Terre Sainte, informa que algunos de los instrumentos de medición utilizados por los científicos fueron alterados por las perturbaciones electromagnéticas cuando fueron colocados directamente sobre la piedra en la que descansaba el cuerpo de Cristo.

Los científicos informaron que sus dispositivos de medición comenzaron a funcionar incorrectamente o dejaron de trabajar en absoluto.

Aleteia informa que el fenómeno fue confirmado por uno de los científicos autorizados para acceder a la tumba.

Por otra parte, periodistas presentes dan fe de la sorpresa de los científicos durante la apertura de la losa.

Esperaban que la tumba fuera mucho menor de lo que era.

Su conclusión es que los análisis realizados previamente con los instrumentos parecen haber sido distorsionados por una perturbación electromagnética.

La observación de las perturbaciones electromagnéticas inusuales en la tumba de Nuestro Señor puede apoyar las hipótesis científicas propuestas para explicar la creación de la misteriosa imagen de la Sábana Santa de Turín.

Los fenómenos electromagnéticos observados en el lugar de la tumba de 2000 años de Cristo después de la resurrección podrían ser las secuelas del evento que creó la imagen de la Sábana.

Esto apoyaría las hipótesis de Fanti y de la ENEA que vimos antes.

¿Pero cómo se produjo esta carga electromagnética que aún sobrevive, aunque disminuida?

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Tumba de Jesús abierta durante el trabajo de restauración de octubre de 2016

   

HIPÓTESIS DE UN TERREMOTO

Al respecto se ha publicado en la revista “Meccanica”, una investigación del Instituto Politécnico de Turín, Italia, con la tesis que un fuerte terremoto de 8,2 en la escala de Richter, ocurrió el 33d.C  y pudo haber causado una reacción atómica que fue responsable de la imagen que se ve en el sudario.

¿Esto va en el mismo sentido de las hipótesis de Fanti y del ENEA?

El asunto es muy controvertido, pero el equipo italiano cree que las ondas de presión de alta frecuencia generadas en la corteza terrestre durante los terremotos son la fuente de esas emisiones de neutrones.

El sismo que ocurrió en Jerusalén habría sido lo suficientemente fuerte como para liberar partículas de neutrones.

Para probar su teoría, los investigadores llevaron a cabo una simulación del terremoto, aplastando muestras de rocas frágiles.

Esas emisiones de neutrones pueden haber generado un efecto similar al de rayos X en tela de lino, debido a las reacciones con núcleos de nitrógeno.

De acuerdo con los científicos del Instituto Politécnico, esta radiación puede haber confundido los tests de carbono realizados en 1988 afectando la lectura de la datación.

“Creemos que es posible que la emisión de neutrones generados por el terremoto hayan inducido la imagen en las fibras de lino del sudario, a través de la captura de neutrones térmicos en núcleos de nitrógeno. 

También podría haber provocado una alteración en los niveles de carbono, explica Alberto Carpinteri, uno de los autores del estudio.

Investigadores de la Sábana Santa en la Universidad de Murcia

   

CIENTÍFICOS IDENTIFICAN LAS MARCAS DE LA LANZA EN EL SANTO SUDARIO Y LA SÁBANA SANTA

La Universidad Católica de Murcia (UCAM), informó el 31 de marzo impresionantes conclusiones de un estudio médico-forense dirigido por Alfonso Sánchez Hermosilla, investigador de este centro de estudios, director del Equipo de Investigación del Centro Español de Sindonología (EDICES) y asesor científico del Centro de Internacional de Sindonología de Turín.

La investigación se compone de estudios antropométricos, criminalísticos, anatómicos y anatomo-patológicos de la Síndone y el Sudario.

Sus resultados suponen nuevos avances del equipo de investigación de la UCAM que viene estudiando el Santo Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de Turín (Síndone).

La página web concluye:

“El estudio médico-forense realizado conjuntamente sobre el Sudario de Oviedo y la Síndone de Turín no solo reafirma que ambas prendas envolvieron a la misma persona.
.
Sino que además ésta, cuando ya era cadáver y estando en posición vertical, sufrió una herida penetrante que le atravesaría el hemitórax derecho, con entrada por el quinto espacio intercostal y salida por el cuarto, próxima a la columna vertebral y la escápula derecha.

Dejando marcas de coágulos de sangre y de líquido pleuro-pericárdico en ambas prendas (en la síndone por su contacto con los orificios de entrada y salida, y en el sudario con el de salida)”.

Esto concuerda con el Evangelio de Juan 19: 33-34:

“pero cuando llegaron a Jesús, como vieron que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas; pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua”.

Según explica Sánchez Hermosilla

“las manchas de sangre en las que hemos trabajado siempre han estado ahí, pero nadie las había estudiado, y son las únicas de esas características.

Hasta el momento se habían atribuido a marcas ocasionadas por heridas de flagelación”.

Estas manchas

“comparten características comunes y son muy diferentes del resto tanto por su morfología y complejidad tras su análisis macroscópico, con una alta concentración hemática en el centro y un cerco más claro y perfilado

Esta mancha además se vuelve invisible si se observa bajo un filtro infrarrojo, como es habitual en las manchas ocasionadas por sangre cadavérica.

Al contrario de lo que ocurre con la sangre vital, las marcas puntiformes por ejemplo, fruto de las lesiones atribuidas a la corona de espinas.

Solo hay en el Sudario otra mancha de similares características, denominada ‘Mancha en acordeón’, atribuida al mismo origen maculante y consecuencia de haberse plegado el tejido varias veces en forma de “presilla”, quedando sobre el anverso de la gran mancha central”.

Este equipo anteriormente encontró otras evidencias de que ambas prendas envolvieron a la misma persona.

Lo hizo utilizando el microscopio electrónico de barrido que permitió estudios de la sangre, presencia de pólenes, conservación del material textil (lino) y determinación de contaminantes orgánicos e inorgánicos.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Cuáles son las Reliquias de la Pasión de Jesucristo y Donde están

La Pasión de Nuestro Señor nos hace pensar en las evidencias físicas de ese gran evento.

O sea las reliquias.

Éstas ocupan un lugar prominente en la espiritualidad cristiana y el arte.

Y han sido desde hace 2000 años motivo de grandes flujos de peregrinación. 

Reliquias de la Catedral de Notre Dame

Las reliquias honradas por la Iglesia Católica pueden ser partes de su cuerpo o algo que lo haya tocado.
.
La madera de la Cruz y otros objetos que se cree que han tocado el cuerpo de Cristo están entre las reliquias más preciadas.

En este artículo veremos cuáles son y donde se supone que están.

   

EL CRISTIANISMO VENERÓ LAS RELIQUIAS DESDE EL PRINCIPIO

Antes de la Ilustración, la gente generalmente creía en un “mundo encantado”, donde el cielo y la tierra estaban cerca y Dios estaba activamente involucrado en la naturaleza y la historia. 

Corona de Espinas en Notre Dame

Esta visión aparece en los salmos. 

“Los cielos declaran la gloria de Dios” (Salmo 18).

Dios es el “Creador del cielo y de la tierra, de los mares y de todo lo que hay en ellos” (Salmos 146). 

“El Señor da la vista a los ciegos … El Señor protege al extraño, sostiene a la viuda y huérfano, pero frustra el camino de los impíos” (Salmo 146).

Dios “habita en un templo santo” y felices son quienes lo encuentran allí (Salmo 84).

Los judíos en el tiempo de Jesús creían en un “mundo encantado”.

El templo en Jerusalén era el lugar donde Dios, el hacedor de todas las cosas, habitaba en la tierra y se extendía para sanar y enseñar.

Como los judíos, los cristianos también creían que Dios estaba cerca, no distante, y podía ser experimentado a través de personas santas y signos concretos y lugares santos.

Su creencia es evidente en los escritos del Nuevo Testamento.

El mundo pagano creía también en un “mundo encantado”.

En Lystra, en Asia Menor, la multitud gentil, viendo a un lisiado levantarse y caminar por la palabra de San Pablo gritó

“los dioses han llegado a nosotros en forma humana”.

Lucas dice más tarde:

“Dios obraba por medio de Pablo milagros no comunes, de forma que bastaba aplicar a los enfermos los pañuelos o mandiles que había usado y se alejaban de ellos las enfermedades y salían los espíritus malos (Hechos 19: 11-12)

El interés por las reliquias aumentó en el cristianismo en el siglo IV después que el emperador Constantino abrazó la nueva religión y abrió los lugares donde Jesús vivió y murió, y se generó una ola de peregrinos cristianos.

A medida que la peregrinación cristiana floreció, los cristianos trajeron varias reliquias a casa como recordatorios de su experiencia; apreciaban especialmente las reliquias de la cruz.

Roma y Constantinopla eran centros importantes además de Jerusalén para promover la devoción a las reliquias.

Papas, líderes religiosos y políticos las utilizaron para promover objetivos espirituales y políticos.

Las reliquias de la pasión, la muerte y la resurrección eran especialmente importantes en estos centros.

Y aquí debemos mencionar una cierta diferencia entre las iglesias del este y del oeste respecto a las reliquias.

En la iglesia oriental los iconos tienen un lugar prominente en la representación de los misterios de Jesús y sus santos.

Mientras que en la iglesia occidental, las reliquias físicas son más prominentes.

Iglesias y santuarios que honran reliquias e imágenes sagradas se multiplicaron especialmente en la época medieval en Europa

Y se encuentran hoy dondequiera que estén los cristianos católicos.

  

LA IMPORTANCIA DE LAS RELIQUIAS PARA LOS CRISTIANOS

En la Edad Media había un poderoso sentido era providencia de Dios.

Sentían que era poco razonable e ilógico que Dios dejara desaparecido un instrumento que había santificado para ser parte de la pasión de Nuestro Señor.

Es probable que muchas reliquias de la pasión de Jesucristo se hayan perdido definitivamente debido a tres sucesos principales.

El primero fue la destrucción de Jerusalén en el año 70.

El segundo fue la persecución de los cristianos por el Imperio Romano en los primeros tres siglos.

Y el tercero fueron las invasiones musulmanas a Jerusalén y Bizancio, donde se destruyeron muchas reliquias.

Los cristianos las buscan porque aún hay un valor inherente en la veneración de un objeto que podría no ser genuino.

Porque en realidad los cristianos no están venerando el objeto en sí mismo sino la expresión de un hecho que el objeto representa.

El objeto es un disparador para recordar todo el escenario y honrar a Nuestro Señor.

Y por eso es que las reliquias se inciensan en las liturgias y debajo de los altares se colocan reliquias de Santos.

Para los cristianos representan la memoria de hechos históricos centrales en su devoción.

Sin embargo hay otros cristianos que piensan distinto y atropellan.

Lanza de la Pasión de Cristo en Echmiadzin, Armenia

  

REACCIÓN CONTRA LAS RELIQUIAS

La reacción a las imágenes sagradas y las reliquias no se hizo esperar.

En la iglesia oriental la Controversia Iconoclasta fue abordada en el Segundo Concilio de Nicea en el año 787.

En la iglesia occidental se produjo la reacción principal contra las reliquias en la Reforma en el siglo XVI. 

Los primeros reformadores protestantes, Wycliff y Hus, consideraban las reliquias como idolatría.

Lutero las veía como tentaciones a la avaricia y Calvino protestaba contra las falsas reliquias.

Sus opiniones todavía se mantienen en las tradiciones religiosas protestantes.

Pero la más formidable reacción llega con la Ilustración, donde el cielo y la tierra ya no aparecen tan conectados como antes y el mundo no es un lugar “encantado”.

La Ilustración en el siglo XVI introdujo las herramientas de la ciencia moderna para investigar el mundo que conocemos. 

Algunos, influidos por el racionalismo, cuestionaron la historicidad de Jesús y los evangelios, así como las reliquias y las prácticas que los honraban.

Su enfoque crítico todavía se encuentra hoy en muchos que consideran las reliquias como productos pintorescos de un pasado supersticioso.

Este cambio cultural también ha penetrado en la Iglesia católica.

Ya no solo no se honran las reliquias como en la antigüedad sino que su devoción se toma como parte de una “fe infantil” que debe ser desterrada.

Es así que comienza el menosprecio de la religiosidad popular dentro de la jerarquía de la Iglesia.

Sin embargo, a pesar del desdén con que lo tratan buena parte del clero, el catolicismo popular sigue vivo y es el real sustento de la Iglesia. Si el él desaparece la Iglesia entraría en implosión.

Escalera Santa

  

¿DÓNDE ESTÁN LAS RELIQUIAS DE LA PASIÓN DE JESÚS?

Hay muchas reliquias sagradas asociadas con la vida y pasión de Jesucristo.

Y sobre ellas siempre hay dudas de su veracidad, mostrada en la reclamación de distintas iglesias de que poseen la original.

Quizás el caso más destacado sea el “santo grial”, la copa con que Jesús dio de beber a los apóstoles en la última cena; hay varios que dicen ser el original.

Algunas reliquias están bien conservadas y en exhibición. Mientras que otras, si bien existen, han caído en el olvido.

Veamos primero las reliquias principales y el link a los informes especiales que hemos realizado para cada una de ellas.

Y luego veamos otras reliquias.

Santa Túnica de Cristo en Basílica de San Denys, Francia

  

LAS RELIQUIAS PRINCIPALES

 

Vestimenta de Jesús

La túnica inconsútil se conserva en Argenteuil.

Estudiada y contrastada con la Sábana Santa, las heridas coinciden y corroboran los relatos de la Pasión.

Se guarda una similar en Tréveris, Alemania.

El manto de Jesús por su parte, se repartió por la cristiandad, pero se conserva un importante trozo en la catedral de Anagni.

Ver aquí nuestro informe especial sobre el tema.

  

El Cáliz de la última Cena o Santo Grial

El precioso cáliz de que se sirvió nuestro Redentor al instituir el Sacramento del altar, tiene la dicha de conservarlo metropolitana Iglesia de Valencia: todos los años se coloca en el Monumento.

Pero hay otros que se adjudican como originales, como el llamado Cáliz de Doña Urraca en León.

Ver nuestros informes aquí, aquí, aquí y aquí.

  

El Cenáculo

Ocupado hasta mediados del siglo XX por los musulmanes, este lugar, uno de los más santos en la tierra, puede ser visitado bajo las condiciones impuestas por el gobierno de Israel.

Los cristianos pueden visitarlo y ganar las preciosas indulgencias concedidas por los Romanos Pontífices a cuantos oren en tan santo sitio.

Ver aquí nuestro informe.

  

El Huerto de Getsemaní

Tanto la gruta en donde oró nuestro Redentor, que se conserva en su estado natural, como algunos de los olivos, que se cree son los mismos que existían en tiempo de la Pasión del Señor, aún están en pie.

Están bajo la custodia de los Franciscanos de Tierra Santa.

Ver aquí nuestro informe.

  

Corona de Espinas

Se venera en la Santa Capilla de París, pero sin espinas que han sido distribuidas por toda la cristiandad.

En Roma son cerca de veinte las que reciben veneración pública: las iglesias que tienen más son las de San Marcos y Santa Práxedes, las cuales conservan tres.

En el Vaticano hay dos ejemplares; en San Juan de Letrán una.

Y dos espinas se encuentran entre las antiguas reliquias traídas por Santa Elena a su palacio, que más tarde se convirtió en la Basílica de la Santa Cruz en Roma.

En España son muchas las que reciben veneración en diversas iglesias: en el Escorial se veneran once.

Barcelona tiene la dicha de venerar varias, y en el célebre santuario de Montserrat se custodian dos.

Ver aquí nuestro informe.

Santa Faz de Alicante

  

Santa Faz

La tradición común es que fueron tres las imágenes que quedaron en el velo de la Verónica, pero son muchísimas más las que se veneran en la cristiandad.

La construcción de la catedral de Jaén se concibe, en el Siglo XVI para custodiar la reliquia del Santo Rostro (alojado en la capilla mayor).

Además hay otras iglesias que se disputan la autenticidad de esta reliquia: la Catedral de San Pedro, Roma (Italia), la Iglesia del Sagrado Corazón, París (Francia) y el Monasterio de la Santa Faz (Alicante, España).

Ver nuestros informes aquí y aquí.

  

El Santo Sudario

En la misma línea, de la Santa Faz, la catedral de Oviedo en España, dice albergar un sudario que envolvió la cabeza de Cristo.

La Catedral de Oviedo en Asturias (España), es llamada sancta Ovetensis por la calidad y cantidad de reliquias.

En esta catedral se custodia el Santo Sudario dentro de un marco de madera chapeado de plata del siglo XVIII, guardado en un armario con 2 llaves, una en poder del arzobispo y otra en poder del Deán de la Catedral.

En el congreso internacional que se celebró en Oviedo en 1995 se determinó que el Santo Sudario de Oviedo y la Sábana Santa de la Catedral de Turín estuvieron en contacto con el mismo cuerpo.

En la iglesia de San Juan de Letrán se conserva uno de esos lienzos en que estuvo envuelta la cabeza del Señor en el Sepulcro.

En las iglesias de San Marcos, de San Francisco á Ripa y en el Escorial, en España, se veneran partes de otros lienzos;

También en Besancon en Francia y en Santo Domingo de la Calzada en España,

Ver nuestros informes aquí.

  

El lienzo que secó el sudor de Jesús en la Vía Dolorosa

El Velo de Verónica, que según la leyenda se usó para limpiar el sudor de la frente de Jesús mientras llevaba la cruz, también se dice que lleva la semejanza de la Cara de Cristo.

Hoy en día, varias imágenes pretenden ser el Velo de Verónica.

Hay una imagen guardada en la Basílica de San Pedro en Roma que pretende ser de la misma Verónica que fue venerado en la Edad Media.

Ver nuestros informes aquí y aquí

  

La Sábana Santa

La Sábana Santa de Turín es la reliquia más conocida de Jesús y quizás la reliquia más estudiada en la historia humana.

Los creyentes afirman que la mortaja es el paño puesto en el cuerpo de Jesucristo en el momento de su entierro, y que la imagen de la cara es la Santa Cara de Jesús.

La impactante imagen en negativo que muestra, fue observada por primera vez en la tarde del 28 de mayo de 1898, en la placa fotográfica del fotógrafo aficionado Secondo Pia, a quien se le permitió fotografiar mientras se exhibía en la Catedral de Turín.

Ver nuestros informes aquí, aquí, aquí, aquí, aquí.

  

La Santa Cruz

Los testigos dicen que Santa Helena dio partes de cruces de madera de las excavaciones en el Calvario a la iglesia en Jerusalén, a la iglesia en Constantinopla y a su capilla privada en Roma. 

Los fragmentos de estos lugares se convirtieron en regalos premiados enviados a otros lugares e individuos en el mundo romano.

Hoy partes de esa reliquia se conservan por todo el mundo, como en basílicas de San Pedro y de la Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.

En la catedral de Anagni se venera también un pedazo muy notable, y en la cual se ve aun uno de los agujeros que se hicieron al crucificar a nuestro divino Salvador.

Juan Calvino, el reformador protestante dijo “Si todas las piezas de la cruz estuvieran reunidas, llenarían un barco”, señalando las muchas reliquias sospechosas que vio en su tiempo.

Sin embargo un estudio de las reliquias existentes de la cruz por Charles Rohault de Fleury en 1870, demostró que todos los fragmentos conocidos de la cruz medirían sólo un tercio de lo que probablemente sería la cruz de Jesús.

Ver nuestro informe aquí.

  

La Lanza que atravesó a Jesús

Esta, sin la punta, se venera en San Pedro de Roma.

La punta, según afirma el Papa Benedicto XIV, desde el tiempo de San Luis se conserva en la Santa capilla de Paris.

Ver nuestro informe aquí, aquí.

  

El Santo Sepulcro

Dios ha querido que permaneciera en Jerusalén, siendo bajo todos los conceptos el sepulcro más glorioso que ha habido y habrá sobre la tierra.

Muchas iglesias se glorían de tener pequeñas partes de tan glorioso monumento.

Aquí también se venera la Piedra de la Unción.

Ver nuestro informe aquí.

Sábana Santa de Turín

  

OTRAS RELIQUIAS

  

Relativas a lugares

  

Las columnas del Templo de Jerusalén

El magnífico templo que había en Jerusalén cuando murió nuestro Redentor fue destruido, y según el sagrado vaticinio pronunciado por sus labios sagrados, no quedó piedra sobre piedra.

Constantino el grande hizo trasladar doce columnas de este templo destruido, para que se colocaran delante de la Confesión de San Pedro.

Hoy en día aún se ven ocho debajo de la magnífica cúpula del Vaticano, dos en el altar de San Mauricio, dentro de la capilla del Santísimo.

Y otra en la cámara inferior de la capilla della Pietá, que según la tradición es en la que estuvo apoyado Jesús cuando de edad de doce años disputó con los doctores de la Ley.

  

Columnas del velo del templo

El velo del templo de Jerusalén, que se rasgó en dos partes al morir nuestro Salvador, era sostenido por dos columnas.

Las cuales hoy día se conservan en el claustro de la basílica de San Juan de Letrán, en Roma.

  

Piedra del torrente del Cedrón

Habiendo prendido al Señor, y llevándolo a la casa de Anás, al pasar por el torrente de Cedrón, la tradición dice que tiraron al Señor al fondo del torrente.

Dejando impresas las huellas de sus pies, rodillas, manos y cabeza sobre la durísima piedra que aún hoy se muestra a los peregrinos.

  

Casa de Anás

En el lugar donde estuvo esta casa hay una iglesia y convento, ocupado por monjas armenias.

  

Casa de Caifás

En el lugar en que estuvo hay una iglesia, cuidada por los armenios.

En ella se ve un calabozo muy reducido, en donde pasó algunas horas nuestro Salvador.

Allí mismo había una columna en la cual estuvo atado, y es la que hoy se venera en Roma, en la iglesia de santa Práxedes.

En el altar que hay en el fondo del ábside de esa iglesia se ve la piedra que se puso a la puerta del sepulcro del Salvador.

  

Pretorio de Pilatos

El lugar en donde estaba hoy día también estuvo ocupado por los musulmanes, pero los fieles ya pueden visitarle y ganar indulgencia plenaria orando allí.

  

Escalera Santa

La Escalera Santa es la escalera que conducía al Pretorio de Pilato y que fue regada por la sangre de Jesucristo.

Se encuentra en la iglesia que lleva su mismo nombre ubicada en el complejo de edificios alrededor de la Basílica de San Juan de Letrán.

La escalera la escalera tiene 28 escalones y los peregrinos suelen subirla de rodillas.

Fue traída a Roma desde la residencia de Pilato y en su actual ubicación conducía a la capilla privada de los Papas, donde hay una serie de reliquias e imágenes de la Pasión de Jesucristo.

Ver nuestro informe aquí.

  

Arco del Ecce Homo

Hoy día se ve gran parte de él en la magnífica iglesia que el celoso misionero Alfonso María de Ratisbona levantó en Jerusalén para las monjas de Sión, tras su conversión desde el judaísmo por gracia de Nuestra Señora.

  

Puerta judiciaria

Aún se ven en Jerusalén restos de esa Puerta, por donde pasó el Salvador yendo al Calvario.

Santo Grial de Valencia

  

Relativas a la Última Cena

  

Mesa de la Cena

La mesa, en la cual Jesús celebró la última Cena e instituyó el adorable Sacramento del altar, se conserva y venera en la misma basílica de San Juan de la Cruz.

  

Plato de la Cena

Se conserva uno en la santa iglesia de Génova.

  

Toallas

Que sirvieron, tanto para lavar las manos al Salvador como para enjuagar los pies a sus Discípulos, se conservan en parte en la citada basílica de San Juan de la Cruz.

  

Asiento

El que, en forma de cama, sirvió a Jesús en la última Cena para sentarse, se conserva una gran parte en la capilla llamada Sancta Sanctorum, en Roma.

Santo Sudario de Oviedo

  

Referidas al Proceso de Jesús

 

Monedas que recibió Judas

Se conservan tres en la catedral de Génova, y una en la basílica de Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.

  

Cuerdas con que fue atado el Señor

Un pedazo importante se conserva en España, en la basílica del Escorial, y otro en Italia, en la catedral de Anagni.

  

Lienzo con que vendaron los ojos al Señor

Se venera una parte en la iglesia de San Francisco á Ripa, en Roma.

Columna de la Flagelación en Santa Práxedes

  

Columna de la flagelación

Cuando Pilato mandó a azotar a Jesús, fue atado en una columna y flagelado por dos verdugos con flagellum, que eran correas que tenían huesos de cordero atados en los extremos para cortar la carne de los flagelados.

Estos golpes fueron los que desfiguraron a Jesús, causando tal la impresión que el mismo Poncio pilato dijo “he aquí al hombre” (Ecce homo).

La peregrina Egeria del siglo III relató haber visto en Tierra Santa un bloque de piedra en medio de las ruinas del Palacio de Caifás, en el que se distinguían levemente las huellas de las manos y el rostro de Cristo.

Y en el siglo IV un peregrino anónimo dijo haber venerado la santa columna en el pórtico de la Iglesia de Sión o del Cenáculo

En esa misma ubicación aparentemente la veneró también Santa Paula.

En ese momento había una devoción por la cual los peregrinos rodeaban la columna con un cordón y luego se lo ataban al cuello y lo llevaban con una medalla.

También existieron los abusos, porque algunos arrancaban a martillo trocitos de la columna para colocarlos en sus relicarios.

Actualmente una parte de la columna de la flagelación se conserva en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén.

Y otra parte se encuentra en la pequeña y bella iglesia de Santa Práxedes, a dos cuadras de la Basílica de Santa María la Mayor en Roma.

Y fragmentos importantes se encontrarían en la Basílica del Escorial en España y en la iglesia de San Marcos en Venecia.

La columna de la flagelación en la iglesia de Santa Práxedes en Roma es la más visitada y fue llevada por el legado pontificio Giovanni Colonna desde Jerusalén a Roma en el año 1236, según él recuperándola de las ruinas del pretorio.

La columna mide 70 cm de alto y es de mármol negro con vetas blancas.

En cambio el fragmento que existe en la iglesia del Santo Sepulcro es de tono más bien rojizo, mide 75 cm de alto y 30 cm de diámetro.

Hay una tradición romana que sucede en las horas posteriores a la misa vespertina de la Cena del Señor en el Jueves Santo, cuando los peregrinos se dirigen a la iglesia de Santa Práxedes a venerar la columna.

  

Azotes

Se veneran en la catedral de Anagni y en la Iglesia de Santa María in vía lata en Roma.

  

Columna de los improperios

Se conserva en la iglesia del Santo Sepulcro, en Jerusalén.

  

Columna de la sentencia

Frente a la puerta judiciaria se ve hoy, guardada por los Padres Franciscanos, la gran columna donde, según la tradición, tuvieron a nuestro Salvador mientras hacían los preparativos para crucificarle.

Reliquia Cruz de Jesús conservada en Lledó

  

Clavos de la crucifixión

La tradición enseña que fueron tres los que tuvieron suspendido al Salvador del mundo.

Uno entero se conserva en Santa Cruz de Jerusalén, en Roma.

Otro en la capilla del Palacio Real de Madrid.

Y otro se ha distribuido a diversas iglesias de la cristiandad.

Además de esos clavos, se veneran otros que también eran de la cruz pues los brazos de la misma estaban clavados y el I.N.R.I. también.

En la Catedral de Monza (antigua capital de los lombardos), que la reina lombarda Teodelinda mandó construir en 595, se conserva la corona de hierro de Lombardía que según la tradición fue elaborada con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.

Otro supuesto clavo de la Cruz se venera en la Catedral de Milán.

Fue encontrado por Santa Elena, madre de Constantino, en Tierra Santa. Lo ocultó en el freno de un caballo. Después lo mandó colocar en una gran cruz de madera cubierta de cristal.

  

El Títulus I.N.R.I.

La principal parte se halla en la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén en Roma.

En san Juan de Letrán y en San Marcos de la misma ciudad santa se ven pedazos notables.

  

Esponja con que se le pretendió de beber vinagre

La principal parte se venera en la Santa capilla de París, pero se conservan partes en la basílica del Escorial, en España, y en las de San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y Santa María de Transtévere, en Roma.

  

Lienzos que cubrieron al Señor estando en la cruz

Se veneran en San Juan de Letrán y en San Marcos, de la misma ciudad eterna.

  

Sangre y agua

Es de fe que del costado se nuestro divino Salvador salió sangre y agua.

Entre las reliquias más insignes que se exponen a la pública veneración en la santa ciudad de Roma, se encuentra parte de la sangre, y agua que salió de su sagrado costado después de muerto; se conserva en la basílica de San Juan de Letrán.

En la de San Marcos se expone un velo que se embebió en la misma sangre y agua.

Mira estos videos con recorridos de lugares que tienen estas reliquias.

https://youtu.be/ha27YIbkixI

https://youtu.be/67RY5I1l0eQ?list=PLED0272801336B13E

Fuentes:

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El Misterio sin resolver que envuelve a la Escalera de San José

¿Que tiene de raro una escalera caracol?

¿Y una escalera caracol de no se sabe cómo se construyó, ni quien la hizo, ni de qué madera es?

En 1877 un desconocido carpintero construyó una escalera “caracol” inaudita en una capilla de las Hermanas de Loreto en Nuevo México.

Y desde ese momento de ha transformado en un misterio indescifrable.

La escalera da dos giros completos de 360º.
.
Tiene 33 escalones.
.
Se balancea como un resorte.
.
No tiene un centro definido.
.
El carpintero no usó clavos y no se sabe de donde provino la madera.
.
Y lo más intrigante: el carpintero apareció imprevistamente y luego desapareció de la misma forma.

Los técnicos se maravillan de los principios utilizados en la construcción.

Y la leyenda es que la construyó el propio San José.

Primero porque las hermanas pusieron la construcción de la Capilla bajo la protección de San José.

Y segundo porque el carpintero desconocido se presentó a la Capilla luego que las hermanas habían terminado una Novena pidiendo a San José la construcción de la escalera que faltaba.

Los arquitectos del momento no habían podido arreglar de manera fácil el acceso de la planta del templo al coro.

  

LA PREPARACIÓN DEL ESCENARIO

La bandera de Estados Unidos ondeo por primera vez en la ciudad de Santa Fe en agosto de 1846 cuando capturaron pacíficamente la ciudad al gobierno de México.

La fe había florecido Nuevo México en los últimos 300 años debido a los misioneros.

Pero la falta de sacerdotes había creado un vacío y la Iglesia estaba en ruinas.

Principalmente porque los franciscanos se habían retirado en 1830.

Y habían dejado solo unos pocos sacerdotes nativos para ministrar a miles de mexicanos.

Fue así que en 1850 el papa Pío IX creó el vicariato de Nuevo México.

Y nombró a su frente al padre Jean Bautiste Lamy que en ese momento servía en Kentucky pero era originario de Francia.

De modo que Nuevo México, que incluía Colorado y Arizona en ese momento, estaba bajo la jurisdicción directa del Papa.

El padre Lamy era un francés de unos 35 años de carácter suave y bien versado en la doctrina.

Tenía un gran celo por la salvación de las almas.

Y lucho durante años con enorme dificultad, que el mismo expresó así,

“Las principales dificultades de nuestras misiones son, primero, atravesar las inmensas llanuras que nos aíslan del resto de los Estados Unidos

Tenemos que viajar trescientas leguas (1450 kms) sin encontrar en nuestro camino una cabaña o incluso un puente sobre los ríos, y siempre estamos expuestos a las flechas de los indios.

Rara vez estos salvajes no atacan a las caravanas, a veces muy grandes”.

A pesar de ello Lamy recorría a caballo las montañas y desiertos, expuesto a los indios Apaches, Comanches y Kiowas.

En un informe de su visita pastoral de 6 meses a Arizona él dijo,

Viajé más de mil leguas (4800 kms) a caballo.

En algunos lugares tuvimos que dormir bajo la luna y viajar de veinte a veinticinco leguas sin una gota de agua, caminando para descansar mi caballo…

El día de Navidad pudimos celebrar el Santo Sacrificio, donde asistieron de veinte a veinticinco personas arrodilladas en el suelo aún cubierto de nieve, que había caído el día anterior.

Estábamos en la ladera de una montaña, rodeados de bosques de robles y piñones, hojas de plata y cedros…

En ese momento sólo había dos chozas miserables.

Hoy encontrarás en este lugar la capital de Arizona.

En el informe destacó la fe ardiente de los mexicanos, sobre todo por la sagrada eucaristía y su devoción por la Santísima Virgen.

Eran gente pobre, la mayoría granjeros y pastores, y de familias numerosas, porque los mexicanos consideraban que cuanto más niños tenían más ricos eran.

Durante su apostolado obtuvo la ayuda del padre Pierre de Smet un jesuita que tenía experiencia en el trato con los indios.

Posteriormente el Papa Pío IX crearía la diócesis de Santa Fe y nombraría al padre Lamy como su Obispo.

Y en 1875 la diócesis pasaría a ser arquidiócesis y el padre Lamy obtendría el rango de arzobispo.

Pero previo a eso el Padre Lamy se interesó en traer educadoras para su zona.

La historia de la Capilla de Loreto comenzó en ese momento.

Fachada de la Iglesia

  

EL COMIENZO DE LA HISTORIA DE LA CAPILLA DE LORETO

El Obispo Lamy, tratando de propagar la fe y llevar un sistema educativo a este nuevo territorio, comenzó a escribir cartas de petición a sacerdotes, hermanos y monjas para buscar misioneros para predicar y enseñar.

En 1852, respondiendo a la invitación del obispo, siete hermanas de la comunidad de «Hermanas de Loreto al pie de la Cruz» partieron de su casa madre en Kentucky, Estados Unidos, para fundar un nuevo convento dedicado a educar niñas.

Las misioneras no sabían español y navegaron por el río Mississippi hasta Independence, Missouri.

Allí una de las hermanas se enfermó y tuvo que regresar a Kentucky.

Las restantes continuaron el largo viaje en carreta tirada por caballos.

  

En una de las paradas para pasar la noche en las planicies de Kansas, una banda de indios a caballo rodearon el pequeño campamento.
.
Misteriosamente, se retiraron sin causar ningún daño.
.
Sin duda las hermanas habían rezado fervorosamente.

Pero esa misma noche una de las hermanas murió (¿del susto?) y fue enterrada allí en una tumba sin marcar.

Después de varios meses de viaje, las cinco hermanas llegaron a Santa Fe e inmediatamente se establecieron en el centro del pueblo

Santa Fe en aquel tiempo era una pequeña villa habitada principalmente por indios y mexicanos.

Escalera que conduce al coro

Llevaban 20 años enseñando en la escuela cuando en 1873 el obispo sugirió que construyeran una capilla.

La obra, al estilo de la Sainte Chapelle de París, tardó casi cinco años en construirse y le llamaron «Nuestra Señora de la Luz».

Cuando estaba ya casi terminada, le avisaron a Magdalene, la madre superiora, que, por un error del diseño, no había acceso al coro.

El arquitecto, P. Mouly, había planeado conectar el coro con el segundo piso del convento pero nunca se hizo.

No se podía poner una escalera convencional porque tomaría demasiado espacio de la capilla.

  

SE CONSTRUYE LA ESCALERA

Según la leyenda, para resolver el problema, las hermanas ofrecieron una novena a San José.
.
El último día de la novena, un señor canoso llegó montado en un borrico a la puerta del convento.
.
Traía un baúl con herramientas y se ofreció a construir la escalera pero con una condición: la superiora no debía jamás revelar su nombre.
.
La madre Magdalene aceptó y mandó a sus hermanas a no hablar con el caballero.
.
Las hermanas observaron con asombro el avance de la obra.
.
Una vez terminada, cuando iban a festejar con el gentil carpintero, este desapareció sin cobrar por su maravilloso trabajo.
.
Pronto comenzaron a circular comentarios de que San José había construido la escalera para las hermanas.

Dos vistas de la escalera

La Milagrosa Escalera se estima que fue construida entre 1877 y 1881.

Le tomó al menos seis meses al carpintero para construirla, y tiene dos vueltas de 360 grados sin medios visibles de apoyo.

Arquitectos, carpinteros, y demás gente se preguntó exactamente quién es el artesano.
.
Y donde había comprado sus materiales.
.
Cada depósito de madera en Nuevo México fue abordado y cuestionado, pero hasta hoy nadie ha podido encontrar una factura.

Nadie ha encontrado el nombre del genio que construyó la escalera de la buhardilla.

Muchos están de acuerdo que la madera utilizada en la escalera era ajena a los Estados Unidos.

Los visitantes de Oriente Medio han afirmado que la madera utilizada, les pertenece a ellos.

Nadie ha sido capaz de identificar el tipo de madera.

Hay quienes dicen que es de abeto, el árbol más común de Navidad. Pero no una variedad que crece en esa zona.

La escalera tiene mas de 6 metros y medio de alto.

Y tiene treinta y tres escalones que forman dos vueltas circulares completas de 360 grados cada una, sin la ayuda del centro.

No hay absolutamente ningún clavo.

Una de las cosas más desconcertantes sobre la escalera, sin embargo, es la perfección de las curvas de los largueros. 

La madera se corta y empalma a lo largo de los lados de los largueros con nueve empalmes en el exterior y siete en el interior, cada uno encajado con la mayor precisión.

Cada pieza es perfectamente curvada. 

¿Cómo hizo esto en la década de 1870 un hombre con sólo las herramientas más primitivas?

Es inexplicable para los arquitectos modernos.

Primer plano de la escalera

Profesionales de todo el mundo han venido a ver esta obra maestra, y no dejan de maravillarse ante su fortaleza y belleza.

Los escalones fueron utilizados cada día por más de ochenta y cinco años.

Cuando uno se sube a cada escalón, tiene una sensación de movimiento vertical, como si la escalera fuera un resorte en espiral de gran tamaño.

Se dice que esta elasticidad es una parte del secreto de su creador.

La Iglesia no tiene una posición oficial respecto a la misteriosa escalera.

En la secuela del Concilio Vaticano II, las vocaciones religiosas se redujeron y las «hermanas» de Loreto vendieron la totalidad de los terrenos de la Academia, incluyendo la capilla milagrosa, a un promotor inmobiliario comercial.

En el momento de la venta en 1971, la capilla Nuestra Señora de la Luz fue desconsagrada informalmente como una capilla católica.

Afortunadamente, sin embargo, hubo una protesta de personas devotas de Santa Fe, entre ellos muchos de los ex alumnos de la Academia

Para que la capilla con las escaleras milagrosa fuera preservada como un monumento nacional. 

La Capilla de Loreto es ahora un museo privado operado y mantenido, en parte, para la preservación de la Milagrosa escalera y la propia capilla.

Y en este momento la capilla funciona como museo y se puede alquilar para bodas.
.

Pero los actuales propietarios están dispuestos a venderla a alguien que esté dispuesto a usarla de nuevo para masis católicas.

capilla de loreto con la escalera atras
Vista desde el altar

  

LAS OBJECIONES DE UN ESCÉPTICO

Pero también existe el análisis de los objetores del Comité para la Investigación Escéptica.

El «escéptico» responsable del examen fue Joe Nickell.

Él cita una extensa bibliografía para sostener que la técnica de escaleras sin eje es tradicional.
.
Y que estaba dominada por nuestros antepasados, aunque era frágil.

.
Sin embargo esta escalera es especialmente duradera.

Según Nickell, la ausencia de las clavos no es sorprendente.

Señala que un viejo carpintero hablaba con admiración de sus maestros que no utilizaban clavos o cola.

Señala además que esta técnica es la que explica la audacia del gótico en un momento en que no era conocido el hormigón.

Las catedrales y otros edificios medievales se construyeron con piedras que se traban, al grado de no derrumbarse incluso con el bombardeo de las guerras mundiales.

escalones de la escalera de loreto
Vista de los escalones

  

LOS MISTERIOS CENTRALES

En resumen:

La escalera tiene dos giros de 360 grados y sin medios visibles de apoyo.
.
Fue construida sin clavos, sólo con clavijas de madera.
.
Y tiene 33 escalones hasta la altura hasta el coro, la edad de Jesús cuando fue crucificado según la Biblia

Y tras más de un siglo desde su construcción siguen los tres misterios centrales sin resolverse:

1º: La identidad del carpintero que la construyó.
.
2º: Arquitectos, Ingenieros y científicos todavía no se explican cómo se sostiene la escalera sin un soporte central, a pesar de los escépticos.
.
3º: Cómo se construyó con madera de abeto si no existía ese árbol en toda la región.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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El Maravilloso Don de Reconocer Reliquias de Santos

El cristianismo tiene un alto concepto de la entrega de la vida por Cristo.

Las reliquias de los primeros mártires y santos han sido veneradas a través de los siglos.

Y hay videntes y místicos que pueden diferenciar entre una reliquia auténtica de un santo de una falsa.

Pueden detectar quien es un sacerdote ordenado y reconocer los objetos que han sido bendecidos.

Y también pueden determinar los objetos maldecidos y las personas que vienen de la oscuridad.

reliquias en altar

Parecería que este don llamado “hierognosis” funciona a través de la luminosidad especial que ellos detectan en los objetos.
.
Y por el aviso de ángeles.

En este artículo definiremos el don y hablaremos de cómo lo manejan los videntes más notorios.

Pero comencemos explicando que son las reliquias y que importancia le da el cristianismo.

La práctica de la veneración de las reliquias ha sido reconocida por la liturgia católica y por la religiosidad popular.
.
Y hay una larga tradición de hechos milagrosos logrados mediante el contacto con las reliquias.

Lo que muchas veces dinamiza su exhibición itinerante por distintos países. 

No se trata de fetichismo, o sea de que los católicos otorguemos un poder mágico a las reliquias.

Porque sabemos que las cosas no tienen poder por sí mismo, sino que por ahí se canaliza el poder de Dios cuando nosotros las vemos como parte del poder de Dios.

Tampoco se trata de idolatría, porque los católicos no adoran al santo al que pertenecieron esas reliquias.

Sino que son objetos que hacen recordar las virtudes que exhibió el santo por gracia de Dios, permiten agradecerle y son un pretexto físico para pedir su intercesión.

Y ejercen su intercesión porque no están muertos sino que viven en el Cielo, porque el nuestro es un Dios de vivos y no de muertos.

huesos de san juan
Huesos de San Juan

 

LA DEVOCIÓN POR LAS RELIQUIAS VIENE POR LOS PRIMEROS MÁRTIRES

Los primeros martirios en Roma tuvieron lugar en el año 64 dC, durante la dura persecución del emperador Nerón.

Dentro de esta persecución cayeron los Santos Pedro y San Pablo quienes comparten su propio día de fiesta el 29 de junio, un día antes.

Estas persecuciones de Nerón comenzaron cuando se produjo un incendio en Roma en julio de 64, cuando Nerón culpó a los cristianos.

Los primeros mártires romanos fueron condenados – entre otras acusaciones – porque tenían «odio a la raza humana» (según Tácito).
.
Y porque se negaron a creer en o reconocer al emperador como una deidad, por no hablar de los falsos dioses de los romanos paganos.

Sabemos que los primeros mártires de Roma fueron asesinados en masa, pero no hay cifras precisas que indiquen cuantos cristianos perdieron sus vidas durante este período de persecución.

Estos cristianos estaban en Roma una década después del final del ministerio terrenal de Jesús, cuando Pablo visitó Roma y convirtió con éxito muchas almas a Cristo.

Los primeros mártires de Roma se enfrentaron muertes espeluznantes: comidos por animales salvajes, siendo crucificados o quemados vivos como antorchas humanas para iluminar el cielo nocturno.

La mayoría de estas ejecuciones se desarrollaron en público con el fin de tratar de disuadir a los romanos de seguir el cristianismo.

Los primeros mártires de Roma son considerados como «discípulos de los apóstoles» debido a la forma en que muchos de ellos llegaron a Jesús.

Sin embargo, hoy se considera que muchos más cristianos fueron martirizados por su fe en Cristo durante los siglos XX y XXI.

De estos y otros mártires la grey católica ha conservado sus reliquias.

relicario con reliquias de juan pablo ii sustraido de iglesia de San Pietro della Ienca
Relicario con reliquias de Juan Pablo II

 

QUÉ SON LAS RELIQUIAS CRISTIANAS

Las reliquias cristianas nos remiten a aquellos de quienes fueron o tuvieron contacto con ellas.
.
Y a través de ellos a Aquel a Quien siguieron, el Señor Jesús Resucitado.

O sea que las reliquias son frágiles signos que nos conectan con Dios, quien se nos hace presente, nos habla y actúa a través de la vida de los santos, testigos y seguidores suyos.

La Iglesia, desde sus inicios, supo brindar especial cuidado a la veneración de los santos y mártires, tanto que sus mismas tumbas se convirtieron rápidamente en lugar de peregrinación.

Sus cuerpos habían tenido una presencia y experiencia especial de Jesucristo como todo lo que entraba en contacto con ellos, principalmente sus vestimentas.

La veneración a los santos y a sus despojos nos acercan a Jesús, del cual ellos estaban repletos.

Las reliquias son solo signos pobres y frágiles de lo que fueron sus cuerpos y pertenencias, y a través de estos signos tenues y pequeños Dios quiere manifestar su Presencia, su Poder y su Gloria.

Como narran los Hechos de los Apóstoles de los pañuelos y vestidos “que habían tocado el cuerpo de Pablo” curaban a los enfermos (Hch. 19, 12).

Jesús ahora manifiesta su amor a través de los signos de quien los poseyera y llevara manifestándole amor a Él.

Esas reliquias manifiestan también nuestra fe en la Resurrección y signos sensibles de la futura transfiguración corporal.

Por las reliquias nos remontamos a aquel o aquella de quien fueron, y a través de él o ella a Aquel a Quien siguieron y amaron, o sea el Señor Jesús.

Es una de las maneras en que los santos y santas de Dios siguen evangelizando y estando sensiblemente entre nosotros.

Relicario con las Reliquias de Santa Hildegarda de Bingen
Relicario con las Reliquias de Santa Hildegarda de Bingen

 

LOS TIPOS DE RELIQUIAS QUE SE DISTINGUEN

Las reliquias son acreedoras de un culto relativo de simple dulía o veneración.

Y al culto de las reliquias de los santos, como el de sus imágenes se le llama relativo porque no se venera materialmente la imagen, el trozo de hueso o la prenda, sino a aquél a quien pertenece.

Repasemos. Las reliquias pueden ser de tres categorías:

reliquias de primer grado: tomadas del cuerpo del bienaventurado.
.
reliquias de segundo grado: objetos relacionados con los instrumentos de su martirio o que pertenecieron y fueron usados por el bienaventurado en vida, y
.
reliquias de tercer grado: cualquier objeto que haya tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba del bienaventurado.

Las reliquias de primer grado, a su vez, se dividen en tres clases:

reliquias insignes:
el cuerpo entero o una parte completa de él (el cráneo, una mano, una pierna, un brazo), como también algún órgano incorrupto (como la lengua de San Antonio de Padua, el cerebro de Santa Margarita María de Alacoque, etc.)

.

reliquias notables:
partes importantes del cuerpo pero sin constituir un miembro entero (la cabeza del fémur, una vértebra, etc.), y

.
reliquias mínimas:
huesecillos o astillas de hueso.

relicario con busto y sangre de san genaro
Relicario con la Sangre de San Genaro

 

CÓMO SE TRATAN LAS RELIQUIAS

La Iglesia manda colocar las reliquias de primer grado, para su veneración, en tecas, que tienen la consideración de vasos sagrados y reciben el nombre de “relicarios”.

Pero el uso más importante de las reliquias, especialmente si son de mártires, es el de ser puestas en el ara o sepulchrum de los altares de las iglesias.

El obispo consagra separadamente el ara (un pequeño receptáculo de forma cuadrangular practicado en la losa del altar en la parte sobre la que se coloca la oblata durante la misa) para depositar en ella las reliquias de mártires.

Y que después se sella con una pequeña lápida, sobre la que se practican las unciones.

Los relicarios deben colocarse sobre el altar, entre los cirios, en las celebraciones solemnes y se los inciensa durante la misa.

Cuando es la festividad del santo cuyas reliquias se veneran en una determinada iglesia, se suele presentar el relicario a la veneración de los fieles para que éstos lo besen con reverencia.

craneo de un martir
Cráneo de un martir

 

EL CULTO DE LAS RELIQUIAS EN LAS IGLESIAS

Ya los primeros cristianos recogían solícitos los cuerpos de los mártires y celebraban sobre sus sepulcros los sagrados misterios, para indicar así que su sacrificio se mezclaba con el sacrificio de Cristo.

Más tarde se levantaron en su honor templos magníficos, a los cuales acudían las multitudes de peregrinos para implorar mercedes y pedir perdón de sus pecados.

Hoy mismo no se puede consagrar ningún altar sin que se deposite en el ara la reliquia de algún santo.

Tal es el espíritu del cual ha nacido la festividad de las Sagradas Reliquias.

El altar fijo, de piedra, está asociado a las reliquias de los mártires.

craneo de martin de porres
Craneo de San Martin de Porres

 

LOS MÁRTIRES FUERON ASOCIADOS AL ALTAR

La costumbre de asociar al altar la memoria de los mártires, que encontró unánime simpatía en el mundo cristiano, juntamente con la erección de múltiples iglesias, condujo a la búsqueda febril de reliquias para la dedicación de los nuevos altares.

Cuando, como sucedía más frecuentemente, la iglesia no se construía junto al sepulcro de un mártir.

A este respecto conviene observar que la disciplina de la Iglesia de Roma era distinta de la de Oriente.

Roma hasta el siglo VII, a pesar de las insistentes y autorizadas peticiones, no consintió jamás en trasladar los cuerpos de los mártires de sus sepulcros, ni tampoco en separar de ellos una parte; la tumba de los mártires era inviolable.

Sin embargo, en lugar de enviar verdaderas reliquias, lo que hacía era mandar como regalo reliquias equivalentes.

Esto es, pañuelitos (brandea, falliola) que habían tocado el sepulcro del mártir, o trocitos de tela empapados en su sangre, o lamparillas de aceite encendidas ante su tumba.

Por el contrario, en Oriente y en Italia septentrional, que seguía la disciplina oriental, el traslado de los cuerpos de los mártires y su fraccionamiento se hicieron pronto comunes.

Son conocidísimos los traslados hechos por San Ambrosio de los santos mártires Gervasio y Protasio a la basílica por él construida, de los Santos Vital y Agrícola desde Bolonia al altar de la basílica de Florencia, de los Santos Nazario y Celso a la basílica de los Apóstoles.

Originariamente, la lista de las reliquias, algunas veces numerosas, que se colocaban en el altar, venía escrita sobre el altar mismo.
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Más tarde, esa misma lista, escrita en pergamino (pittacium), se encerró en la capsella que las contenía, como todavía es uso recomendado por el Pontifical.

relicario de la virgen de las lagrimas de siracusa
Relicario de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa

Se conservan varias capsella metálicas antiquísimas, como la de San Nazario, plateada, en Milán, del 38.

Se colocaban en un hueco a propósito, hecho en la base del altar o bien excavado en el espesor de la mesa, según la costumbre generalizada después.

Las reliquias no eran solamente de mártires, sino también de confesores, de vírgenes o relacionadas con la Virgen o con Nuestro Señor.

Conviene, sin embargo, observar que, por más que la costumbre de colocar reliquias en los altares se extendiera muchísimo, no siempre podía llevarse a la práctica por falta de reliquias.

Por eso se buscaban substitutivos.

Véase por qué en el siglo IX surge una curiosa usanza, subrayada por vez primera en un canon del concilio de Celchyth (816), en Inglaterra, el cual sugiere colocar como reliquia sobreeminente la santísima eucaristía.

En esta época, sin embargo, vemos ya que la santísima eucaristía (tres hostias) se colocaba igualmente aun cuando no faltasen las reliquias.

Los tres granos de incienso que hoy se usan en el rito de la dedicación consta que estaban ya en uso en aquel tiempo y que guardaban relación con las tres hostias consagradas sepultadas en el altar.

relicario de los reyes magos
Relicario de los Reyes Magos

 

LOS RELICARIOS

Nos referimos aquí a los vasos o receptáculos de diversos tipos en los que la Iglesia a través de los siglos ha guardado determinados objetos de culto.

Entre éstos figuran, en primer lugar, las reliquias de los mártires y de los santos.

La memoria de éstos no se limitaba únicamente a la lectura de sus gestas, ni sólo a la inscripción de sus nombres en los dípticos.

Sino que principalmente iba unida a la veneración de sus reliquias, ya estuviesen éstas encerradas dentro de una capsa, si se trataba del cuerpo entero.

O en una capsella o cofrecito, si era solamente una parte de los huesos o cenizas, ya fuesen, en fin, reliquias de mero contacto (brandea, palliola).

A partir del siglo IV son frecuentes las alusiones a cajas de metal, madera y marfil que conteniendo reliquias se colocan en los altares en el acto de su dedicación.
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O se entierran junto a las sepulturas de los difuntos para su sufragio.
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O bien se llevan al cuello (encolpia) o se tienen en casa como objeto de devoción.

relicario del anillo de perugia
Relicario con el Anillo del Desposorio de la Virgen María con San José conservado en Perugia

El ejemplar más antiguo y precioso que ha llegado hasta nosotros es la Lipsanoteca, de Brescia (primera mitad del s.IV), el más bello de los marfiles cristianos.

En un principio tenía la forma de cofrecito; más tarde fue descompuesta, y cada una de las tapas puestas en comisa en forma de cruz su primitiva forma de cofrecito, no ha mucho que fue transformado en cuadro.

Algo posterior en el tiempo es la capsella argentea de la basílica de San Nazario, en Milán, donde en 382 San Ambrosio depuso algunas reliquias que consiguió en Roma.

Otras vetustas arquillas con representaciones o emblemas cristianos son la de Brivio, en Brianza (s.V); la de Rímini (s.V), la de Grado (s.V), que lleva grabados los nombres de los santos cuyas son las reliquias; la de Monza (s. VIII), de factura tosca, pero toda ella incrustada de piedras preciosas.

Son además interesantes, aunque de distinto carácter, las numerosas ampollas de plata (s.V-VI) que se conservan también en Monza.

Fueron llevadas de Roma para la reina Teodolinda con aceite de los santos mártires; provenían del Oriente y reproducen escenas de la pasión según el tipo de las medallas allí usadas.

Lo impresionante de todo esto es que hay místicos que pueden diferenciar las verdaderas de las falsas reliquias.

Orando ante la reliquia de una Astilla de la vera Cruz

 

QUE ES LA HIEROGNOSIS

La hierognosis es la capacidad de reconocer objetos, personas, lugares, que son santos y bendecidos, distinguiéndolos de aquellos que no lo son.

Etimológicamente significa conocimiento de lo sagrado.

Este don lo han tenido algunos santos, especialmente los extáticos, que entran en éxtasis.

Podían distinguir la hostia consagrada o no, rosarios y escapularios bendecidos, las reliquias verdaderas de las falsas.

Y por el contrario podían reconocer los artículos y personas maldecidos también.

Teresa Neumann y Ana Catalina Emmerich han dicho que la distinción entre un objeto bendecido y un objeto profano es la luminosidad que emiten.

Este don se relaciona con el de “cardiognosis”, que es la capacidad sobrenatural de leer los corazones y discernir si la persona está en estado de gracia o no.

La hierognosis la vemos funcionar a la inversa en las personas poseídas, ya que tienen repulsión hacia los objetos sagrados y bendecidos.

El don de la hierognosis podría explicarse por la connaturalidad con lo divino y con una gracia otorgada.

Pero como no todos los santos tienen este don, entonces el registro de las ‘vibraciones’ de lo divino en las cosas probablemente sea una gracia especial otorgada a algunos santos.

Han habido famosos Santos que han tenido esta facultad tanto en éxtasis como fuera de él, tales como la beata Catalina Emmerick, Santa Catalina de Siena, Santa Francisca Romana, Santa Liduvina, Teresa Neumann, Luisa Lateau, el padre Paul de Moll, entre otros.

Ahora daremos algunas referencias de este don en algunos de ellos.

 

BEATA ANA CATALINA EMMERICH

Catalina Emmerich, que murió en 1824, tenía una habilidad especial para el discernimiento de las cosas sagradas.

Era capaz de percibir a un sacerdote ordenado aunque llevara ropas de laico e identificada correctamente las reliquias auténticas.

También detectaba la bendición impartida con agua bendita de la impartida con agua común.

E incluso utilizaba el olfato para reconocer las reliquias de los santos.

Ella decía que veía al objeto bendito dotado de un poder de sanación y ayuda, porque se le aparecía con una luminosidad radiante.

Mientras que los objetos relacionados con el mal, los crímenes y la maldición aparecían ante ella como irradiando oscuridad y destrucción.

Ella incluso argumentó que una vez un ángel le informó que había recibido el don de ver la luz que sale de las reliquias de los santos.

Y eso le causaba consuelo, fortaleza y alegría y se sentía atraída hacia ella.

Incluso una vez explicó que veía en la luz de las reliquias imágenes pequeñas como las caras de los santos a las que les pertenecía.

Pero por el contrario se sentía repelida y horrorizada cuando le acercaban alguna cosa impura pecaminosa o maldecida, o cuando llegaba a algún lugar dónde se había cometido algún delito y las culpas no habían sido expiadas.

Cuando estaba en éxtasis y un sacerdote le ponía las manos en la cabeza ella levantaba inmediatamente la cabeza y seguía sus manos, pero no reaccionaba de esa manera cuando lo hacía otra persona.

Llegó a revelar una cosa muy importante, que los dedos consagrados de los sacerdotes serán conocidos en el purgatorio y en el infierno porque arderán con un fuego especial.

Cuando un sacerdote pasaba con la eucaristía por un camino a distancia de su casa ella corría hacia el camino y se arrodillaba ahí, en la estela del santísimo sacramento.

En cambio tenía aversión por los lugares de sepulturas paganas.

Un día estaba suspirando porque le dieron un vaso de agua que no tenía agua bendita, a pesar que había dos sacerdotes cerca que podrían haberla bendecido.

Inmediatamente fueron a ver si efectivamente había dos sacerdotes y evidentemente los había en una habitación cercana.

Los sacerdotes fueron, bendijeron el agua, ella la tomó y se sintió francamente fortalecida.

Ella sabía cuándo le llevaban una imagen sagrada si estaba bendita o no y recomendaba la gente no tener en la casa cosas que no fueran benditas.

Una vez Clemente Brentano, su biógrafo, le llevó un número de reliquias, las miro y separó una de ellas diciendo que no era auténtica.

Otra vez el Dr. Wesener relató qué le enseñó un relicario procedente de su suegra que acaba de morir, que aparentemente contenía dos astillas de la Santa Cruz, sin haberle informado nada.

Ella tomó el relicario lo puso en su pecho y dijo que contenían parte de la Santa Cruz.

En otro caso parecido, sin abrir el relicario, dijo de cuales Santos eran las reliquias que contenía el relicario, aunque no estaba escrito y además había dudas sobre alguna de ellas.

Una vez le llevaron unos huesos que habían desenterrado de una antigua tumba.

Antes que le dijeran nada, ella dijo que los entierren porque pertenecían a un hombre indigno del que no quería hablar de su malicia.

Según Catalina la descripción de a quiénes pertenecían las reliquias venían de su ángel.

 

LUISA LATEAU

El caso de Luisa Lateau, que falleció en 1883, es quizás el mejor estudiado por eminencias médicas de Bélgica y Francia, especialmente por médicos de Lovaina.

Cuando se le presentaba una reliquia de alguien, incluso que no era beatificado formalmente pero ella pensaba que era un santo, por ejemplo la venerable María de Agreda, ella la tomaba y la besaba.

Igual se comportaba con los objetos benditos que tenían una forma que podía ser profana, como por ejemplo los anillos.

Y se comportaba de una forma insensible con objetos que no estaban bendecidos, aunque fueran imágenes sagradas.

Cuando un sacerdote le presentaba un crucifijo sin bendecir ella se volvía de espaldas y hacía la señal de la cruz en el objeto.

Mientras cuando le presentaban un objeto bendecido ella mostraba una gran sonrisa.

Una vez sucedió qué iba hacia el lugar de Luisa un cura con la cajita vacía de la santa comunión (teca) porque venía de dar la extremaunción.

Y ella al sentir de lejos al sacerdote se puso de rodillas.

Cuando el sacerdote le enseñó la teca donde había llevado la hostia consagrada ella mostró su sonrisa como que había un objeto consagrado ahí, a pesar que el sacerdote decía que la teca había sido purificada y no había ninguna partícula bendecida ahora.

Sin embargo, cuando el sacerdote lleva la cajita a la iglesia el obispo se pone la estola para abrirla y encuentra una partícula de milímetros en la teca, que el cura no había visto.

Entonces purificaron totalmente la teca le pusieron una hostia no consagrada y se la llevaron a Luisa Lateau de nuevo.

Y al verla no le causó ninguna impresión.

Estos experimentos Fueron presenciados por profesores de Medicina de la Universidad de Lovaina.

 

TERESA NEUMANN

La mística Teresa Neumann, que falleció en el año 1962, tenía el don de reconocer objetos bendecidos consagrados y reliquias, especialmente cuando estaba en estado de éxtasis.

Incluso tenía la capacidad de reconocer a los sacerdotes ordenados por sus manos consagradas.

Sacerdotes y capellanes militares que venían de la Segunda Guerra Mundial a veces vestían como laicos ordinarios, sin embargo ella lo saludaba diciendo “hola Padre” y ellos quedaban sorprendidos ante el reconocimiento.

Y sería capaz de reconocer donde estaba el Santísimo Sacramento a varios kilómetros de distancia, identificando el camino a las iglesias.

Viajando con el padre Naber, su director espiritual, por parajes desconocidos, ella le indicaba al sacerdote dónde podía encontrar la Eucaristía.

Y cuando se acercaba un sacerdote que llevaba el santísimo sacramento para una persona enferma, el dolor de sus estigmas cedía por un tiempo.

También podía reconocer cuando una persona había recibido recientemente la sagrada comunión.

En una ocasión estando en éxtasis le pidió un sacerdote que le mostrará su Rosario y cuándo se lo entregó lo beso devotamente, y le contó que el rosario había sido usado por el beato Kreszentia de Kaufbeuren de Baviera, y el sacerdote asintió porque conocía la historia.

En otra ocasión un caballero trajo una reliquia de Italia y cuando Teresa la tocó reconoció que era de un santo que conocía muy bien al Papa.

Sin embargo los presentes no sabían que el santo Contardo Ferrini tenía conexión con el santo padre y Teresa les contó un incidente de su vida que ellos no conocían.

También sería capaz de discernir las reliquias que eran auténticas o no, sin importarle los documentos de autenticidad que tenían.

Y determinar si la reliquia era de primera clase, o sea una parte del cuerpo del santo, o una reliquia que había tocado el cuerpo del santo, como por ejemplo una ropa.

En una ocasión un monje benedictino le puso cerca de uno de los estigmas a Teresa una supuesta reliquia de la vera cruz que había heredado de su abuela, y qué le habían dicho que había pertenecido a monjas que habían huido de Renania.

Inmediatamente Teresa la reconoció como genuina y dijo que era de la parte de abajo de la cruz, en los pies del Redentor.

También le dijo al mismo monje, que una reliquia que él le mostró, era de un santo papá y mártir llamado Linus, primer sucesor de San Pedro, lo que este sacerdote no conocía.

Una vez un médico llamado Dr. Gerlich le mostró una reliquia escondida dentro de un sachet, y Teresa sin abrir los ojos dijo que parte era de la vera cruz.

Pero había otros casos en que ella decía con la cabeza que eso no era una reliquia auténtica o qué no era una reliquia de primera clase, pero había tocado a una de ellas.

Como por ejemplo es el caso de un sacerdote que llevaba colgado un crucifijo que él pensaba que era genuino, pero ella le dijo que no era verdadero pero aun así, había tocado una verdadera reliquia de San Francisco.

Entre las reliquias que ella reconoció están las de San Odilo, Dunn Escoto, Santa Cecilia, San Esteban, San Lorenzo, Santa Isabel.

Por ejemplo cuando identificó la reliquia de San Nicolás von der Fliie contó su historia y la devoción que tenía por el Salvador, que los que estaban ahí no la conocían.

En otra ocasión ella reconoció la reliquia de un nativo de su propio pueblo el padre Liberatus Wisse, qué fue lapidado en 1716, informando que fue un santo que entró en el cielo sin pasar por el purgatorio y pidió a los presentes orar por su beatificación.

Lo único que podía sacar a Teresa del éxtasis de la pasión que se producía el jueves por la noche y el viernes, era la bendición de un sacerdote católico o un Obispo.

Aunque ella estuviera con los ojos cerrados, igual podía percibir la bendición y decía “Gracias a Dios, Padre”.

 

PADRE PAUL DE MOLL

Era un sacerdote benedictino que murió en el año 1896 y que tenía extraordinarios dones místicos

Los que evidenció luego de haber sido curado milagrosamente de una enfermedad grave, cuando fue ordenado sacerdote.

Muchos de sus milagros fueron realizados a través de la medalla de San Benito.

Una vez una mujer de Holanda le llevó al padre Paul un paquete cerrado que contenía 432 medallas y le pidió que las bendijera.

El padre las bendijo salvo a una porque dijo que era una medalla de la Preciosa Sangre y dijo “por ella diré sólo una pequeña oración”.

Cuando la señora abrió el paquete en su casa encontró efectivamente esa medalla de la Preciosa Sangre.

Un día una mujer de Flandes visitó al padre Paul con su hija quien llevaba un rosario azul.

El padre se lo pidió porque dijo que no está bendito, lo bendijo y se lo devolvió.

También se cuenta un caso de una mujer en Bélgica había perdido varios niños en su infancia.

Su último hijo nacido era de 5 semanas y se volvió muy hosco llevándoselo al padre Paul al monasterio. Y por primera vez el niño se rió ante el padre Paul.

El sacerdote le dijo que no se preocupara, que su hijo sería curado, pero que tenía en su casa ropa de bebé que había llegado de una mujer extraña y que debería quemarla tan pronto como fuera posible.

Cuando hiciera eso el niño estaría bien y además debía ser una novena en honor a San Benito.

Cuando volvió a su casa recordó que tenía algunas ropas que su hermana le había dado, que las había recibido a su vez de una mujer de carácter dudoso.

Quemó las ropas e hizo una novena de acuerdo a lo que le había sugerido.

Pero al final de la novena el niño comenzó a llorar de vuelta y la madre hizo una segunda visita al monasterio.

El padre Paul le dijo “tú no quemaste todo lo que habían tu casa y provenía de esa mujer”.

En cuanto llegó a su casa buscó por todos lados y encontró debajo de un mueble un viejo par de zapatos de bebé, los arrojó al fuego y a partir de ahí la salud de su hijo fue restaurada permanentemente.

Hay otra historia parecida de un hombre comerciante de Amberes, que tenía tres hijos pequeños dos niños y una niña.

Entre los proveedores de su tienda tenía una mujer campesina que de vez en cuando le llevaba productos de su granja, como huevos, frutas, verduras, leche.

Un día esta mujer le dio a comer a los hijos mayores algunas manzanas.

Pocos días después el niño mayor cayó enfermo y el médico no sabía a qué se debía.

Y declaró que no tenía esperanzas en su recuperación, lo mismo que 4 médicos más que consultaron.

Incluso los padres notaron algunos hechos extraños, por ejemplo que cuando se le acercaba al niño una estatuilla bendita de San José reaccionaba con extremo terror.

El muchacho murió y luego la misma enfermedad pasó a su otro hermano.

Mientras tanto la mujer seguía llevando provisiones a la tienda y un día se le escapó “¿el pequeño aún no ha muerto?”.

Los padres fueron a ver al padre Paul al monasterio y éste les dijo que nunca es bueno permitir a los extraños que les den a sus hijos manzanas o dulces o cosas similares.

Y refiriéndose al hijo más joven le dijo “tu niño pronto será un hermoso Ángel en el cielo”.

El niño murió y el padre Paul fue a consolar a los padres, y les dio una medalla de San Benito para que la colgaran en la tienda.

Diciendo que mientras el padre Paul viviera la mujer no pondría de nuevo su pie en la tienda.

Y también les dijo que tendrían otro hijo más inesperadamente.

La mujer no se apareció más por la tienda hasta la tarde en que el padre Paul murió, pero ahí fue expulsada por el propietario.

Y luego se confirmó que tuvieron otro hijo como el padre Paul predijo, como recompensa por la pérdida anterior de sus hijos.

 

GARABANDAL

También en las apariciones de Garabandal (1961 a 1965) se han dado casos de reconocimiento de objetos religiosos.

En primer lugar las videntes reconocían a las personas consagradas a Dios – monjas y sacerdotes – aunque no estuvieran vestidas como tales.

Conchita señala en su diario que una vez estuvo un dominicano de incógnito y que ella habló con él durante su éxtasis oyéndosele decir “dominicou”.

Y más tarde la Virgen le dijo que le comunicara al domínico que usará su “hermoso hábito”.

También las niñas videntes podían reconocer si un objeto había sido besado o no por la Virgen mientras estaban en éxtasis.
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Porque ellas entregaban a la Virgen rosarios de la gente para que los besara.

Por ejemplo una persona le dio un rosario para que la virgen lo besara en la próxima aparición pero Conchita le dijo “pero ya lo ha hecho”.

Y efectivamente la persona reconoció que eso había sido una prueba ante las niñas.

Las niñas le daban a besar a la virgen una enorme cantidad de rosarios en cada aparición y jamás se equivocaban al devolverle al propietario su Rosario.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Fascinantes Objetos Dejados por Almas del Purgatorio exhibidos en un Museo de Roma

Miles de peregrinos visitan uno de los museos más insólitos que existen en Roma.

El de las almas del purgatorio. 

Este museo Ofrece a los visitantes una colección de documentos sin duda únicos.
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Puedes ver los rastros de fuego dejado por las almas en el purgatorio en los libros de oración, en misales.
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En prendas de vestir como la camisa de Giuseppe Leleux que lleva la impronta de sus dedos quemados.
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O incluso el abrigo militar, en gran medida carbonizado por el fuego, de un centinela italiano.
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También se puede ver una cruz perfectamente trazada a con el índice prendido fuego.

Podemos pensar que estos objetos son el resultado de la casualidad, o el engaño deliberado.

Pero muchos católicos piensan que pueden haber sido producidos por el «fuego» espiritual que rodea a las almas en el purgatorio.

Se trata de un símbolo de la «quema» espiritual que sufren estas almas después de la muerte durante el tiempo de su expiación.

 

DÓNDE ESTÁ

Reflejándose sobre las aguas del Tíber, al lado del Palacio de Justicia, junto al Vaticano, existe una iglesia llamada «la pequeña catedral de Milán», porque su fachada es de estilo gótico, un estilo muy raro en Roma.

En la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma se conservan objetos que muestran extrañas marcas de fuego: éstas han sido definidas como «testimonios del más allá».

Dentro de la iglesia hay algo que quizá sea único en el mundo: en un cuartito contiguo a la iglesia se puede adivinar lo que podríamos llamar «una colección de testimonios del más allá».

Se trata de un conjunto de sábanas, hábitos, tablillas y páginas de libros encerrados en vitrinas de cristal, todos los cuales muestran signos impresionantes: cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos.

En 1897, el párroco de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma, inició una extraña colección.
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Juntó las huellas de fuego dejadas en páginas de libros, ropas o sábanas por almas que han regresado del más allá para «pedir el sufragio de oraciones».

Se trató de cerrar el museo en tiempos de Pío X, pero este pontífice se opuso a la medida.

mano de objeto en el museo del purgatorio

 

COMO SE INICIÓ EL MUSEO

A finales del siglo XIX se erguía la capilla de la Virgen del Rosario al lado de la iglesia del Sacro Cuore del Suffragio (Sagrado Corazón del Sufrimiento), frente al Tiber, en Roma, a pocas cuadras del Vaticano.

El 15 de noviembre de 1897, el sacerdote francés Victor Jouet, párroco de la capilla, estaba rezando frente al altar cuando una de las velas prendió fuego en el marco del cuadro de la Virgen.

Algunos dicen que el fuego fue muy pequeño y que sólo chamuscó la pared. Otros afirman que la capilla completa fue presa de las llamas.

Otros más mencionan que ahí no había una capilla sino un altar en memoria de los difuntos, como muchos de los que todavía se ven en las calles de Roma:

“En esta zona tuvieron lugar muchas batallas, desde la antigüedad, y quien tenía un huerto encontraba día sí día no una calavera o unos huesos.

Esta presencia tan constante de los muertos hizo que la gente fuera especialmente sensible y a menudo hacía altares en su memoria, para quedarse más tranquilos”.

Lo cierto es que el humo había trazado una mancha que con un poco de imaginación parecía un rostro: una pareidolia.

Pronto miles de peregrinos llegaron a rezar durante horas frente a la mancha en la que veían un rostro de expresión afligida, melancólica, dolorida o de sufrimiento.

Para los fieles representa la cara y el cuerpo atormentado de un hombre rodeado de llamas.

Jouret concluyó que era un alma en pena, atormentada por las llamas del purgatorio

El religioso se preguntó si en otros lugares se habrían registrado apariciones análogas, y comenzó a realizar investigaciones en ese sentido.

Desde aquel momento, el padre Jouet, creyó profundamente en la autenticidad de la aparición y no se concedió reposo.

Empezó a recorrer media Europa para recoger testimonios, en conventos y casas particulares, de la presencia visible de las almas del purgatorio

La búsqueda no resultó nada sencilla pero, al cabo de algunos años, el padre Jouet consiguió reunir muchos testimonios curiosos que parecían confirmar su hipótesis.

En varios casos, almas que se encontraban en el purgatorio se habían manifestado a los vivos, pidiendo plegarias e intercesiones que apresuraran su llegada al paraíso.

Al cabo de algunos años había reunido cientos de testimonios (280 marcas).
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Se trataba de ropas, libros, camisas y otros materiales en los que aparecían manchas que mostraban diferentes figuras.

Padre Jouet

Entonces se dio cuenta que necesitaba espacio para poder exhibir sus reliquias. Qué mejor lugar que los terrenos en donde se encontraba la capilla de la Madonna del Rosario.

Contactó con el ingeniero Giuseppe Gualandi, nacido en Bolonia en 1870, y le pidió que concluyera los trabajos de la iglesia del Sagrado Corazón del Sufrimiento, iniciados en 1894, y anexara una habitación donde pudiera exhibirse la colección.

La construcción de la curiosa y extraña iglesia neogótica, única en Roma, terminó en 1917.

Pero el “Pequeño Museo de las almas del Purgatorio” (conocido despectivamente como “El museo cristiano del más allá”) en la Via Lungotevere Prati, 12, se inauguró antes de terminar el siglo XIX.

En 1900 Jouet fundó la Associazione del Sacro Cuore di Gesû in suffrago della Anime del Pugatorio.

La asociación vendía indulgencias y privilegios de León XIII y publicaba la Rivista mensile dell’ Associazione, luego llamada Le Purgatoire, misma que dejó de circular en la segunda década del siglo veinte.

Pío X reconoció canónicamente la asociación, en su carta apostólica “Cum nobis”, hasta el 20 de enero de 1923.

A la muerte de Jouet, en 1912, el obispo Gilla Gremigni y el padre Ricasoli solicitaron al Papa Pío X que permitiera destruir los casos menos documentados de la colección.

Seleccionaron pues los que poseían más certificaciones y aprobaciones de las autoridades.

Las 280 piezas se redujeron a 19 que dan testimonio de 12 casos y que fueron guardadas en una larga vitrina ubicada en un pasillo vacío que conduce a la sacristía.

Vitrina del Museo

En el gabinete se pueden ver las reliquias, la mayor parte del país de origen de Jouet, Francia, encontradas entre 1637 y 1919.

La primera es una foto de la imagen que apareció después del incendio en la capilla de la Virgen del Rosario.

Las otras son impresiones hechas, supuestamente, con fuego dejadas por los muertos en paños, sábanas, páginas de libros de oraciones, hábitos, ropas, camisas y gorros de dormir así como mesas y tablillas de madera.

Todas ellas muestran signos (cruces, huellas ennegrecidas de dedos y de manos) dejados, presuntamente, por almas que han regresado del más allá para “pedir oraciones por su sufrimiento”.

Los católicos creen que las oraciones de los seres vivos aceleran la salida de las almas del purgatorio, un lugar entre el cielo y el infierno donde, según la iglesia católica, las almas llegan a expiar sus pecados antes de que se les permita ingresar al paraíso.

En un opúsculo editado por los misioneros del Sagrado Corazón se puede leer:

La Iglesia condena el espiritismo, considerado una creencia susceptible de evocar con prácticas mediúmnicas el espíritu de los difuntos.
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Pero el museo recoge solamente huellas causadas por almas que volvieron espontáneamente, para pedir sufragios de plegarias o buenas obras.

 

OBJETOS QUE CONSERVA LA COLECCIÓN DEL MUSEO

Los letreros de la vitrina describen la historia de cada una de estas impresiones:

“Impresión dejada en una tableta de madera, en la manga del vestido y en la arpillera de la camisa de la venerable madre Chiara Isabella Fornari, abadesa de las Clarisas de Todi, de las manos del difunto padre Panzini, olivetano Abad de Mantova, 1° el noviembre de 1731”.

“Impresión a fuego dejada en un libro de Marguerite Demmerlé de la parroquia de Ellingen, en la diócesis de Metz, de la hermana aparecida treinta años después de su muerte; 1814-15”.

Libro chamuscado de Giuseppe Schitz

“Impronta de fuego que dejó el difunto Giuseppe Schitz tocando con la extremidad de los cinco dedos de la mano derecha el libro de plegarias en lengua alemana de su hermano Giorgio Schitz, 21 de diciembre de 1838 en Stralbe (Lorena). El difunto pidió plegarias de sufragio para reparar su poca misericordia en vida”.

“Aparición en el 1875 de Luise Le Sénéchal nacida en Chanviers, muerta el 7 de mayo de 1873, a su marido Jean Le Sénéchal en su casa de Ducey para pedirle rezar dejando como señal la impresión a fuego de cinco dedos en su gorro de dormir”.

“Impronta de fuego de un dedo dejada por sor Maria di San Luigi Gonzaga, aparecida a sor Margherita del Sacro Cuore la noche entre el 5 y el 6 de junio de 1894”.

 

LOS DOCUMENTOS

El documento más antiguo son las marcas dejadas por la hermana Chiara Schoelers, fallecida durante la peste, el 13 de octubre de 1637.

La religiosa dejó sus huellas candentes sobre el grembiule (delantal) y una correa de granja de la hermana Margarida Herendorps (o Rerendorts), religiosa del monasterio benedictino de Vinnemberg (Wesfalia).

Treinta y tres años después, en 1670, el primer párroco de Hall, el padre Cristóbal Wallbach, muerto 63 años antes, dejó la huella de “un dedo de fuego”.
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La cual perforó un libro de oraciones con pasta de madera, cubierta con piel de jabalí, hasta la página 81.
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De esa manera suplicaba se hicieran oraciones a su nombre para salir del purgatorio.

Hacia 1731 la madre Chiara Isabella Fornari, era la abadesa de las clarisas del monasterio de San Francisco, en Todi.
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El 1 de noviembre de aquel año se le apareció el olivetano padre Panzini, abad de la ciudad italiana de Mantua, y su confesor.
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Venía desde el purgatorio a pedirle que mandase rezar misas por su alma.

De la hermana Margarita del Sagrado Corazón

La madre Chiara se encontraba trabajando en su telar cuando hizo su aparición el padre Panzini.

El sacerdote comenzó a dibujar, con la punta del dedo índice incandescente, una cruz en el telar de madera.

Mientras dibujaba colocó la mano izquierda sobre el telar y la impresión de la mano también quedo grabada sobre la madera.

Puso después la mano izquierda sobre una hoja de papel chamuscándola y dejó impreso los contornos de su mano.

Aterrorizada, la monja quiso huir, pero el “alma” del sacerdote la agarró con la mano derecha: el calor de la mano perforó la manga del hábito y la camisa de la religiosa, llegando hasta la piel.

En la túnica se pueden ver las marcas de la quemadura, mientras que en la camisa se ven marcas chamuscadas y algo que se dice es sangre.

 

 

Joseph Leleux era un joven disoluto que vivía en la ciudad de Wodecq-But, Bélgica, en el siglo XVIII.
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Veintisiete años después de la muerte de su madre, el 21 de junio de 1789, la mujer regresó en espíritu para ponerlo sobre aviso de los terribles castigos que podría tener en el purgatorio de continuar con ese ritmo de vida.
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La madre lo tomó por el brazo le pidió que pusiera fin a su vida disoluta, y dejó la camisa de su hijo con la marca carbonizada de los dedos.

Joseph, asustado, se enmendó y corrigió el rumbo. Se dice que murió en olor de santidad el 1 de abril de 1825.

Mano que presentó Marguerite Dammerlé

 

Cierta noche de 1814 la señora Marguerite Dammerlé, de Erlingen, Metz, Francia, se encontraba rezando en su recámara.

De pronto se le apareció una mujer gimiendo de dolor, vestida muy religiosamente como peregrina. Se presentó y le dijo:

“Soy tu suegra, muerta de parto hace treinta años.
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Haz una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Marienthal por mí, y pide que se oficien dos misas por mi alma”.

Asustada, Marguerite le contó la aparición a su esposo, describiendo a la mujer. Ambos acordaron cumplir con lo solicitado.

Cumplido su deseo, el espíritu de la suegra reapareció para agradecer y despedirse.

Pero antes de ascender al paraíso dejó un recuerdo: una huella de fuego en el libro de oraciones de Marguerite.

Luego se transfiguro, inundándose de felicidad y de luz, y desapareció “rumbo al cielo”.

 

Era la noche del 21 de diciembre de 1838. Joseph Schitz estaba en su casa en Stralbe (Antiguo Ducado de Lorena, Lorraine, Francia), leyendo un libro de oraciones.

Cuando, de improviso, se estampó en una de las páginas la huella de una mano.

El corazón de Schitz dio un brinco de temor, tanto más porque le pareció sentir una presencia insólita, una ráfaga de viento frío.
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Después, creyó escuchar una voz: reconoció la de su hermano, Jorge, muerto hacía poco, que le decía que a pesar de la vida licenciosa que había llevado, consiguió salvarse.
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Porque la culpa la tenía el mismo Joseph, pero estaba sufriendo terriblemente en el purgatorio.
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Suplicaba que hiciera rezar unas misas por su alma, para abreviar su estancia en el purgatorio.

Joseph Schitz

Schitz se sobresaltó; creyó que se había quedado dormido un momento, pero no era así.

Lo probaba las marcas ennegrecidas de los cinco dedos de la mano derecha, perforando 9 hojas, claramente visible en el devocionario en lengua alemana de Joseph.

 

La que sí tuvo una visión en sueños fue una muchacha siciliana a la que se le “apareció” su hermana muerta.
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Le solicitaba que rezara por ella pues sufría mucho en el purgatorio.
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Al despertar descubrió la huella quemada en su camisón.

 

El libro de oraciones de Maria Zaganti de Poggio Berni, de Rímini también muestra la huella de tres dedos flamígeros.
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El suceso ocurrió el 5 de marzo de 1871.
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Las huellas las dejó el espíritu de Palmira Rastelli, hermana del párroco de San Andrés, de Pádua, Sante Rastelli.
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Fallecida dos meses y medio antes, el 18 de diciembre, habría venido a pedir una misa y oraciones.

 

La colección del museo, incluye el gorro de dormir de Jean Le Sénéchal, de Ducey, Manche, Francia.
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La señora Sénéchal murió en 1873, he hizo prometer a su marido que mandaría rezar tres misas en sufragio por ella.
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El marido no pidió las misas.

Dos años más tarde se le apareció al marido para preguntar porqué no había cumplido su último deseo.

Jean intentó tranquilizarla alegando que no pidió las misas por falta de dinero. La hija tenía, ¿pero cómo pedirle? Su hija no creería lo de la aparición.

Para que la hija le creyera al padre y pagara el costo de las tres misas, tocó en el gorro de dormir del marido, dejando marcada toda la mano.

Gorro de dormir de Jean Le Senechal

Jean llevó el gorro con su hija y obtuvo el dinero para las misas. En esa misma noche, el alma de Louise Le Sénechal, en “figura ardiente”, fue vista elevarse hacia el cielo.

 

La hermana María Margarita de San Luis Gonzaga murió el 5 de junio de 1894, víctima de la tuberculosis cerca de Perugía.
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La madre superiora, sor Margarita del Sagrado Corazón había sido muy severa con sor María.

Esa misma noche sor María se le apareció a sor Margarita.

La religiosa estaba acostada; de pronto, su celda se llenó de sombras indistintas y una de éstas se fue concretando, lentamente, hasta hacerse reconocible: era la hermana Maria.

La aparición, vestida con el hábito de las clarisas, explicó a la madre superiora que había cometido un grave pecado.

Había deseado ardientemente la muerte, con el objeto de sustraerse a los dolores que le causaba la enfermedad que sufría, y a consecuencia de la cual murió. 

Por esto, le habían correspondido veinte años de purgatorio.

El “fantasma” pidió luego oraciones que apresuraran su paso al paraíso.

La hermana Margarita, aunque lógicamente se sentía aterrorizada, creía ser víctima de una alucinación.

Y, para convencerla, la aparición quiso dejar constancia de su aparición, un signo tangible de su presencia, y tocó la almohada con el dedo índice, dejando quemada la funda.

La madre superiora solicitó las misas y diez días más tarde volvió a ver a sor María, felicísima, porque se disponía pasar a la gloria.

 

También se conserva la huella del dedo de un fraile capuchino.
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Lo estampó sobre la mesa de madera de la madre María Magdalena de la Santísima Trinidad, fundadora del Instituto de las Hijas de la Inmaculada Concepción.
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No contento con eso, también dejo la marca de una pelota.

 

Una huella similar la habría dejado un avaro que había ordenado ser enterrado con una bolsa de dinero.
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A los pocos días se le apareció a un amigo para pedir que se dijeran misas en su nombre y así poder salir del purgatorio.
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Para pagar las misas, colocó la bolsa de dinero sobre la mesa y ahí quedó grabada una forma circular.

 

Otro que dejaba dinero desde el más allá fue el un sacerdote del monasterio italiano de San Leonardo de Montefalco.
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Quien tras su muerte dejaba todos los días un billete de 10 liras en la puerta del convento para que hicieran misas por él.

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Así hasta 300 liras del 18 agosto al 9 de noviembre de 1919, según explica el folleto del museo.
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Y allí está una copia de uno de los billetes.

 

Humberto I, de Italia, apodado “El Bueno”, fue asesinado por un anarquista.
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Treinta y dos años más tarde un soldado que hacía guardia en el cenotafio erigido en la memoria del rey asesinado dijo que deseaba hablar con el rey Víctor Manuel III.
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Al serle concedida la visita, informó al rey que se le había aparecido el “espíritu” de Humberto I y le habría quemado el grueso capote militar de invierno, que mostraba una figura parecida a una mano chamuscada.

El relato es más que milagroso pues en aquel cenotafio no se guardaba el cuerpo del difunto rey.

Humberto I

 

EL FIN DE UNA ÉPOCA Y EL INICIO DE OTRA

 

A finales del siglo pasado el padre Renato Bruni era el párroco encargado de la Sagrado Corazón del Sufrimiento. Por más de treinta años estuvo al frente del museo. En una entrevista declaró:

Destruimos mucho de la colección hace algunos años. Es una carga que llevamos. No nos damos abasto con toda la gente que llega de visita”, dijo. En ese entonces se calculaba que el museo recibía cerca de 4,000 visitantes al año.

Es una responsabilidad porque atrae a mucha gente de todas partes del mundo”.

Cuando le preguntaron si él y sus fieles realmente creían en las historias de estos objetos, se enfureció y respondió:

“Por supuesto que sí, y no veo por qué no. Estas son pruebas. Nuestro obispo investigó varias de ellas y todas fueron verificadas”.

No obstante, el párroco del año 2013, Roberto Zambolin, se cuida mucho de precisar que el valor del museo “es puramente humano y no constituye una prueba de la realidad del purgatorio”.

Quizás sea más consciente que si el Limbo ya desapareció, tal vez no tarde en seguirlo el purgatorio. ¿Cuándo le tocará el turno al cielo y al infierno?. Son los tiempos que corren.

Museo de las Almas del Purgatorio, Chiesa Sacro Cuore del Suffragio, 12 Lungotevere Prati. Teléfono: 6540517.

Abre el domingo de las 9 de la mañana al mediodía. Entrada libre. Los visitantes deben pedir en la sacristía que les abran el museo.

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Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Beata Ana Catalina Emmerich Foros de la Virgen María MENSAJES Y VISIONES

Reconocimiento de las Reliquias de Jesucristo y de su Madre Santísima: visiones de Catalina Emmerich

1. Reliquias de la Sangre de Cristo y cabellos de la Virgen Santísima

El Peregrino había recibido, en Junio de 1822, un estuche con la inscripción: DE CUORE JESU CHRISTI. El relicario provenía de un convento suprimido de Carmelitas de Colonia. Sin decir nada a Ana Catalina lo escondió en el armario situado a su cabecera. Al día siguiente dijo:

He pasado esta noche muy inquieta, y en estado muy extraordinario. Era llevada hacia esta dirección (indica el lugar donde estaba el estuche) por un impulso dulce, pero fuerte, como de un hambre insaciable; era un apetito, un deseo que no podía aquietarse. Me parecía que debía volar hacia un lado y de allí hacia otro. Me sentía muy conmovida, y vi muchos cuadros contemporáneos y sucesivos. Yendo en esa dirección, vi la escena completa de Jesús en el jardín de los Olivos. Hincado sobre una piedra, sudó sangre en la caverna.

Vi a los discípulos, durmiendo, y vi un cuadro entero de la agonía de Jesús, y cuanto lo angustiaron los pecados de los hombres. Vi esa piedra salpicada con la sangre que salía del cuerpo de Jesucristo. Las gotas estaban cubiertas de arena, o de tierra, y estaban como ocultas allí; pero me parecía que esa arena o tierra venía hacia mi y se retiraba de las gotas para que yo las pudiese ver. Me pareció que esto acontecía mucho tiempo después de la época real.

He visto también un cuadro de la Virgen Santísima, que en el mismo momento estaba en un patio de la casa de María de Marcos, de rodillas sobre una piedra: la forma de sus rodillas se imprimió sobre aquella piedra. Probaba también ella la angustia del Señor y se sentía en un estado de desfallecimiento, y recibía ayuda. Vi un cuadro relativo a los cabellos María: éstos habían estado divididos en tres partes. Los apóstoles, después de su muerte, cortaron y se repartieron sus cabellos.

El Peregrino le mostró el estuche que estaba en el armario, y Ana Catalina, después de mirarlo con devota atención, dijo:

Hay aquí también cabellos de María. Los veo de nuevo. Hay aquí, efectivamente, sangre de Cristo. Hay aquí tres finísimos glóbulos. Esta reliquia obra en mi de modo muy diverso de todas las demás reliquias. Me atrae tan maravillosamente; me deja en el corazón un ansia dulce y tranquila. Las otras reliquias resplandecen, en comparación con ésta, como un fuego, y ésta como un sol de mediodía. Esta es sangre de Cristo. He visto una vez la que destilaba de una hostia consagrada. Ciertamente, quedó sangre de Cristo en la tierra, no ya como sangre substancial, sino así como un color de ella; no puedo expresarlo mejor. He visto a los ángeles recoger solamente aquella que caía sobre la tierra en el Via Crucis y durante su pasión.

 

2. Visiones sobre estas santas reliquias. La princesa de Creta.

He visto una santa princesa, en hábito de peregrina, llegar con gran séquito a Jerusalén. Provenía de la isla de Creta y no estaba aún bautizada, pero lo deseaba ardientemente. La he visto en Roma cuando era pagana. Parecía que por entonces había una tregua en las persecuciones, porque el Papa habitaba en un edificio en ruinas; allí ella fue instruida y los cristianos se reunían calladamente.

En la Tierra Santa las cosas estaban tranquilas, pero un viaje a Jerusalén iba acompañado de muchos peligros. La ciudad de Jerusalén estaba muy cambiada: algunas alturas habían sido allanadas y algunos valles hondos cubiertos con escombros y rellenados dentro de la ciudad. Por eso ciertos caminos pasaban ahora por encima de santos lugares. Creo que también los judíos habían sido obligados a refugiarse y a encerrarse en una parte determinada de la ciudad. Existían ruinas del antiguo templo.

El lugar del santo sepulcro permanecía fijo e inmutable junto al monte Calvario, fuera de la ciudad, pero no se podía llegar hasta allá porque estaba cubierto de escombros y de tierra y amurallado en torno. Allí cerca se detenían y vivían en cuevas o bóvedas ruinosas muchos santos varones, que veneraban esos lugares y parecían ser de aquellos que habían sido establecidos por los primeros obispos desde los tiempos de los Apóstoles. Ellos no podían llegar corporalmente hasta el santo Sepulcro, pero a menudo en visiones llegaban a sus cercanías. Parece que poca atención despertaban por entonces los cristianos: podían, sin ser molestados, pero con ciertas precauciones, visitar los santos lugares, hacer excavaciones y sacar reliquias y cosas sagradas. En aquel tiempo fueron buscados y encontrados varios cuerpos de santos mártires de la primera época, y celosamente guardadas sus reliquias.

Aquella princesa que había peregrinado hasta allí, orando sobre el Monte de los Olivos, vio en visión la Sangre preciosa, y lo indicó a un sacerdote de los que guardaban el santo Sepulcro. Este, con cinco otros, fue al lugar señalados y excavó la tierra. Encontró una piedra colorada sobre la cual Jesucristo había sudado sangre; estaba cubierta de muchas gotas de sangre. Como no podían separar la piedra del escollo de donde formaba parte, separaron de un lado un pedazo del tamaño de cinco palmos. De esta piedra recibió una parte la princesa peregrina. Obtuvo también otras sagradas reliquias y fragmentos de los vestidos de San Lorenzo, y del viejo Simeón, cuya tumba yacía destruida no muy lejos del mismo templo. Recuerdo que el nombre de esa princesa es santo, pero no conocido entre nosotros. El fragmento de piedra era triangular y lleno de venas de diversos colores. Primero fue colocado dentro de un altar; más tarde en el pedestal de un Ostensorio.

El padre de aquella joven princesa procedía de los reyes de Creta (entonces en poder de los romanos). Este príncipe poseía aún muchos bienes y habitaba en un castillo junto a una ciudad situada en el lado occidental de la isla, llamada Cydon o Canea. Allí he visto crecer muchos frutos amarillos, largos y obtusos en la parte superior (frutos del árbol Malun Cydonium).

Entre la ciudad y el castillo se levantaba un gran arco a través del cual se veía la ciudad, a la cual se llegaba por una carretera real. El padre tenía otros cinco hijos; la madre había muerto cuando la niña era aun pequeña. Él había estado ya en la Tierra Santa y en Jerusalén. Uno de sus antepasados había conocido a aquel Léntulo que tenía tanto afecto por Jesús y tanta amistad con Pedro; por medio de él había llegado a conocer las verdades del Cristianismo. Por esto supe que el padre de la joven no era enemigo del Cristianismo. Mientras él estaba en Roma con el joven que debía ser su yerno, hablaron del Cristianismo y el joven dijo que deseaba ardientemente ser cristiano. Creo que en esta ocasión se trato del futuro matrimonio o que al menos trabaron mutua amistad.

El padre de la joven y el esposo se hicieron instruir mejor en la fe por un sacerdote. El joven esposo, que tenía el grado de conde, era de origen romano, aunque nacido en las Galias.

El rey se alejaba cada vez más del culto de los dioses y del modo de vivir de los paganos; y la hija y los hijos frecuentemente oían ponderar al Cristianismo. El rey tenía derechos sobre el Laberinto de Creta; pero había renunciado a ellos precisamente por su diverso modo de pensar, cediendo esos derechos a su cuñado. El Laberinto de Creta y el templo no tenían entonces tanto horror como en épocas anteriores, en las cuales muy a menudo traían criaturas humanas para ser despedazadas por las bestias feroces; con todo se celebraban cultos a los ídolos, y muchos lo visitaban por razón de sus rarezas maravillosas. Adentro se cometían actos vergonzosos y abominables. De lejos parecía aquello un monte cubierto de verdor.

Cuando la joven estuvo en Roma para hacerse instruir en la fe cristiana, tendría diecisiete años. Cuando al año siguiente peregrinó con otros de la misma idea a Jerusalén, me parece que su padre había muerto y que ella era libre y dueña de sí misma. Llevó la preciosa Sangre sobre su persona, dentro de un cinturón ricamente bordado, en el cual se veían muchas pequeñas aberturas. Los peregrinos solían llevar semejantes cinturones colgados en bandolera. Cuando regresó a Creta no pasó mucho que el prometido vino a buscarla en una nave equipada. Se entretuvo algún tiempo en Creta, y luego se la llevó a Roma, donde estuvieron mucho tiempo. Allí se hizo bautizar secretamente.

En esta época la cátedra de Pedro quedo por algún tiempo vacante: había discordia y confusión y tenían lugar muchos secretos asesinatos de cristianos. Desde Roma se dirigieron en una nave, con la escolta de muchos soldados, a las Galias. A contar desde la época de su matrimonio, pasaron cerca de la mitad de un año entre Creta y Roma. La Sangre preciosísima era llevada por el conde durante su viaje en un cinturón en torno de su cuerpo. La esposa se lo había dado como garantía de su fidelidad. Su lugar de parada estaba en el Ródano, no lejos de Avignon y de Nimes, pues había apenas siete horas de viaje; el castillo estaba situado en una isla. Tarcaso y el retiro solitario de Magdalena no estaban muy distantes de allí.

En Nimes había ya entonces algunos preceptores cristianos, los cuales vivían secretamente en comunidad. El claustro de Santa Marta estaba situado en una montaña entre el río Ródano y un lago. El castillo del conde se levantaba sobre una isla y no lejos de allí se veía una pequeña villa. Esta villa de San Gabriel debe su origen a un milagro. Un hombre fue salvado de una tempestad que lo había sorprendido en el lago. Allí el conde era visitado con frecuencia por un ermitaño, que era un santo sacerdote.

 

3. La preciosísima Sangre.

La Sangre preciosísima de que he hablado fué conservada al principio bajo una arcada subterránea. Era un espacio oscuro al cual se llegaba solo pasando bajo muchos otros arcos y bóvedas; bajo una de estas bóvedas veía yo plantas y arbustos y provisiones; en el invierno llevaban allí árboles floridos. La Sangre preciosa se conservaba en una especie de cáliz y posaba sobre el altar delante del cual ardía una lámpara, en una especie de tabernáculo fabricado en ángulos, con una abertura,

A aquellos esposos los he visto adentro, a menudo entregados a la oración. Más tarde he visto que hacían vida eremítica, separados uno de otro a cierta distancia del castillo y que se reunían solamente para hacer sus devociones delante de la Sangre preciosísima. Entendí que oyeron una voz que les mandaba edificar una capilla. En efecto, fabricaron una precisamente en el lugar donde antes había sido el comedor. He visto así que la devoción a la Sangre preciosísima crecía más y más, aunque siempre secretamente. Más tarde fue trasmitida en herencia la Sangre del Señor, con documentos duplicados, pero con reserva y mucha cautela.

He visto algo de San Trófimo de Arles, por aquel tiempo; recuerdo solo algunos nombres. Ya mucho antes que el conde se uniese en matrimonio, había cristianos llegados de Palestina, y el conde los había tratado siempre bien y protegido. Había en estos lugares comunidades cristianas, aunque se mantenían ocultas. El padre de la joven había guardado secreto su modo de pensar a sus hijos mayores, que no pensaban como él; en cambio los hermanos menores tenían la fe de su hermana y creo que entre ellos hubo mártires.

El 11 de Julio volvió a decir Ana Catalina:

Pensaba en la Sangre del Señor y dirigí una mirada hacia el altar existente en el castillo de la condesa. He visto a esta persona cuando era niña en la casa de su padre, en la isla de Creta, y luego durante su demora con el conde en la ciudad de Roma. Allí mismo he visto a San Moisés, niño, cuando llevaba toda clase de consuelos, alimentos y ayuda a los enfermos y prisioneros cristianos. He visto al conde y a la condesa en Roma, en lugares subterráneos con otros cristianos y con los sacerdotes, leyendo en los manuscritos a la luz de lámparas; parecía que eran instruidos secretamente en la fe. En aquel tiempo fueron bautizadas muchas personas distinguidas. No había entonces una persecución pública; pero el que era sorprendido como cristiano, estaba perdido.

De tiempo atrás habían venido de Palestina ciertos cristianos que se establecieron cerca del conde, quien mantenía relación con ellos. Al principio no tenían la Misa y practicaban en común la oración y la lectura de los Libros sagrados. Más tarde venía cada seis meses un ermitaño; luego un sacerdote de Nimes, que celebraban la Misa. Esto sucedía en aquel tiempo en que podían llevar y conservar consigo la santa Eucaristía. Cuando el conde y la condesa se separaron, para vivir como ermitaños, tenían ya hijos adultos: dos hijos y una hija. Sus ermitas estaban a distancia de media hora de camino una de otra y del castillo, siempre dentro de los términos de sus posesiones. Para llegar tenían que pasar sobre un puente tendido sobre un río. Tenían una especie de edificios pequeños construidos con bóvedas. En torno había muchos cristianos que vivían en la misma forma. Se prestaban ayuda unos a otros, y por fin se levanto allí un convento. No murieron allí ni fueron martirizados, porque al levantarse una persecución se refugiaron en otro lugar.

El 15 de Julio indicó una reliquia perteneciente al Papa Anacleto. Dijo que era el quinto Papa, sucesor de Clemente y mártir. Al mismo tiempo se refirió nuevamente a la preciosa Sangre dando las siguientes noticias:

El sacerdote que extrajo de la piedra la preciosísima Sangre fue el santo Obispo Narciso. Era de la estirpe de los Reyes Magos, con los cuales sus antepasados habían venido a la Palestino. Apareció una gran luz cuando, por la noche, excavó en el Huerto de los Olivos, Estaba presente aquella virgen princesa de la cual he hablado antes. Narciso estaba vestido al modo de los Apóstoles. Jerusalén era entonces apenas reconocible; a raíz de las destrucciones, los valles estaban llenos de escombros y algunas alturas destruidas. Los cristianos tenían todavía una iglesia cerca de la piscina de Betesda, entre Sión y el templo, donde hubo ya una iglesia en tiempo de los Apóstoles. Ya no existía más. Habitaban en cabañas y aunque los lugares estaban fuera de la ciudad, pagaban un tributo para poder entrar en la iglesia. En las puertas vi a un hombre y a una mujer a quienes debían pagar el tributo. Pagaban cinco pequeñas monedas y esto valía por cierto tiempo. El estanque de Betesda, con sus pórticos de columnas, ya no existía; todo estaba lleno de escombros. Había una fuente cubierta con un edificio, cuyas aguas consideradas sagradas las usaban para sanar las enfermedades y la veneraban como nosotros el agua bendita.

El nombre de aquel conde era como el del amigo de San Agustín; Pontiziano; la condesa se llamaba Tazia o Dacia; no lo puedo expresar mejor. La fiesta de esta santa se celebra a fines de mayo o a principio de junio.

 

4. Noticias sobre el Cardenal Giménez.

La tarde del 18 de Julio Ana Catalina dijo de improviso:

Estuvo conmigo un cardenal, que fue confesor de la reina Isabel. Fue un gran director de espíritu y me dijo que yo debía acusarme del bien descuidado y no cumplido y que debía expiar mucho por los pecados de otras personas. Me indicó y mostró a santa Dátula, que tuvo la reliquia de la preciosa Sangre. Ella conoció el inmenso valor de su reliquia, y abandonando todos sus bienes vivió con su marido en la soledad para llorar sus pecados. El cardenal que se me apareció se llama Giménez. No había oído yo antes tal nombre; no fue declarado santo.

 

5. La isla de Creta. Santa Dátula y Pontiziano. 

Viendo un día muchas cosas referentes a Santa Marta, indicó el lugar donde habitaban Santa Dátula y Pontiziano:

La isla con el castillo estaban en la orilla, en el punto donde desemboca un brazo oriental del Ródano. Se empleaba cerca de media hora para recorrer esa isla. Pontiziano tenia bajo su mando algunos soldados y su castillo parecía una fortaleza circundada por muros, A la distancia de siete horas de camino, remontando el curso del Ródano, se encuentra la ciudad de Arles, y cerca de ocho horas de camino más lejos, el convento de Santa Marta, sobre una altura llena de escollos.

El día 24 de julio narró, con extraordinaria animación e infantil entusiasmo:

Creta es una isla larga, estrecha y muy adentellada; en el centro corre una hilera de montanas que la divide en dos partes. El castillo del padre de Santa Dátula era un edificio maravillosamente bello y estaba excavado en parte entre los escollos marmóreos en forma de terrazas sobrepuestas. Sobre esas terrazas había pórticos de columnas y los patios estaban circundados también por pórticos, sobre los cuales había jardines. El padre de la joven había edificado las terrazas y pensiles como defensas delante de su castillo, y cuando fue iniciado en el cristianismo, le sirvió esto para separarse de los vecinos, de la cercanía del Laberinto y del abominable templo de los ídolos. Era un hombre muy dado a las bellas artes.

Lo he visto siempre entre hábiles artistas y arquitectos, reunidos en torno suyo. Tenía la cabeza algo calva y metida a las espaldas; por lo demás, estaba bien formado, y era muy solícito y benévolo. Poseía vastas tierras en la isla y tenía alguna autoridad. El muro exterior del castillo estaba hecho en forma de gradas. Las terrazas se veían floridas y cuidadas, y servían de ingreso a las estancias interiores.

Hoy es el aniversario del día en que Pontiziano venía a sacar a Dátula del palacio de su hermano, para llevarla como esposa, ya que el padre de la joven no vivía. Durante la noche he visto la maravillosa fiesta que se hizo. Aún conservo en mi fantasía los semblantes de las personas, siervas y criadas que he visto. En el palacio habitaban dos hermanos de Dátula; ambos tenían muchos hijos, jóvenes y niñas, y había allí mucha servidumbre. Cada niño tenia un ayo y cierta cantidad de hombres y mujeres para su servicio. Estaban también todos los parientes con su servidumbre.

El camino que conducía al castillo tenia en un trecho de media hora arcos de triunfo y asientos dispuestos a ambos lados; los arcos estaban adornados de flores, de estatuas, de ricos tapices. Una multitud de niños tocaba y cantaba extendiéndose hasta la puerta del castillo, delante del cual se había levantado una tribuna para sentarse la esposa, Pontiziano habia llegado dias antes a un puerto vecino en una embarcación llena de soldados, de siervos y de sirvientas, y de regalos y donativos; y se había retirado a otro castillo próximo para poner en orden la procesión. Junto a la esposa, el espectáculo más conmovedor era la alegría de todos los familiares y de los esclavos y sirvientes. Todos eran tratados con mucha familiaridad, con mucha caridad y amor, y recibían muchos regalos, y se mostraban muy contentos y gozosos. Estaban todos junto al camino que llevaba al castillo; primero los más humildes, luego los más encumbrados, y finalmente, sobre sillas, los niños de las familias con su séquito.

Pontiziano avanzó con grande pompa procesionalmente. Precedían los siervos con divisas y adornos de su rango y luego los soldados que lo circundaban; conducían jumentos y pequeños caballos, muy rápidos, que llevaban cestos llenos de vestidos y adornos, mientras otros conducían vasos llenos de toda clase de confituras. Pontiziano estaba sentado sobre un  coche ancho y espacioso, de maravillosa belleza, que parecía más bien un trono. Delante resplandecían las hachas encendidas, sobre bases que parecían de cristal, y sobre el pabellón del mismo coche había semejantes luminarias. Todo estaba adornado con hermosos tapetes, con oro y plata. El hermoso coche era tirado por un elefante enjaezado. En el séquito había una gran cantidad de damas y doncellas.

Todo se conducía ordenadamente, con alegría, en aquel hermoso país. Los caminos estaban llenos de flores, de hermosas frutas y de gente que reflejaba júbilo en los rostros. En todas partes había alegría y se oían exclamaciones gozosas, sin tumulto ni desenfreno. Cuando el cortejo del esposo llego a donde estaban los primeros siervos, colocados en el camino principal, los que precedían a Pontiziano comenzaron a distribuir vestidos, adornos y tortas y confituras. Algunas tortas estaban adornadas de flores, de ramas y de plantas. De este modo marchaba el cortejo mientras se hacían las distribuciones en medio del júbilo general.

Cuando el esposo llegó a donde estaban los niños de familias, estos extendieron en el camino alfombras y géneros de seda, adornados de franjas, y el esposo fue saludado con cantos y con música por el coro infantil. El esposo descendió de su carroza, distribuyó regalos a los cantores, y el cortejo continuó hasta llegar cerca de los hermanos y familiares de la esposa. Finalmente, pasando sobre un ancho y adornado arco de triunfo, llegaron a un puente, donde se detuvieron. Entre los esbeltos edificios se vio aparecer, en medio de jardines, un teatro construido en forma de nicho amplio con muchas gradas y terrazas, adornado de flores, de imágenes y de estatuas.

Las gradas estaban cubiertas de magníficos tapetes y las paredes perpendiculares de las terrazas, de tapetes y de bellísimas imágenes. Parecían transparentes y traslúcidos, y recuerdo haber visto representada allí una escena entera de caza con fieras, cuyos ojos centelleaban como si fuesen de fuego. La escena del cortejo se desarrollaba en pleno día; pero aquel teatro estaba colocado en una cavidad profunda, y por esto cuanto lo circundaba estaba iluminado con luces artificiales. Había también hachas encendidas, semejantes a las que estaban en la carroza del esposo.

En torno de aquel edificio se veía un semicírculo de edificios pequeños de los cuales salió, a la llegada del esposo, un canto melodioso, acompañado de armoniosas flautas.

Lo más atrayente de todo aquel cuadro era la esposa Dátula, que estaba sentada en un elevado trono. Ocupaban las gradas, en dos filas, los familiares, las amigas y las doncellas. Estaban todas vestidas de blanco; sus cabellos trenzados con arte,llenos de adornos y joyas; llevaban velos muy largos. Dátula tenía un vestido blanco y reluciente, que parecía seda, con largos pliegues; sus cabellos trenzados con piedras preciosas.

No puedo decir cuánto me alegraba y conmovía ver debajo de sus vestidos resplandecer, sobre el corazón, la cintura bordada que contenía la reliquia de la Sangre preciosa de Jesucristo. Este esplendor vencía en brillo a toda la magnificencia que veía en torno de la fiesta. He visto también que el corazón de Dátula estaba sumergido en dulces pensamientos ante la presencia de aquella santa reliquia. Ella parecía un ostensorio viviente.

Cuando el esposo compareció en presencia de Dátula, las siervas y criados de ella, circundándolo en semicírculo, le presentaron, sobre un gran almohadón de seda, los ricos presentes y dones nupciales. Eran preciosos vestidos, perlas y adornos muy ricos. Todos estos dones estaban cubiertos con un magnífico velo y adornados de arabescos y franjas. Fueron retirados luego de allí por las sirvientas. Entonces Datula descendió con su séquito del trono, se cubrió con el velo e hincó las rodillas humildemente delante de Pontiziano, quien, levantándola, le quitó el velo, y guiándola de la mano la llevó por aquella parte del cortejo que estaba a la derecha; luego, volviendo atrás, la llevó hacia la izquierda. La presentó de este modo a la gente de su corte, como futura señora y soberana de la casa. Era realmente conmovedor ver como llevaba la reliquia de la preciosa Sangre en medio de los paganos. Creo que el esposo se daba cuenta, porque lo veía yo muy conmovido y lleno de admiración. Después de todo esto, los esposos se retiraron con el séquito al castillo.

No es para decir cuánto orden y armonía reinaba en esa multitud, y como aquella alegre gente se dividía y distribuía dentro de las cámaras, en los patios, en la terraza, en los bosquecillos entre las tiendas, y como tomaban su alimento, se divertían y cantaban alborozados. No he visto danza alguna. Luego vi un gran banquete en una vasta sala redonda. La esposa estaba sentada al lado de Pontiziano. La mesa era mas alta de lo acostumbrado entre los judíos y los hombres aparecían echados sobre lechos. Las señoras estaban sentadas con las piernas cruzadas. Sobre aquella mesa presentaron cosas admirables.

Se veían grandes animales y figuras que traían las viandas sobre sus espaldas, o a los costados o en cestos, sostenidos entre las fauces. Era el conjunto muy vistoso y los huéspedes bromeaban al aparecer las figuras de animales. Los vasos que contenían las bebidas relucían y transparentaban como si fuesen de madreperlas. Durante toda la noche he contemplado este espectáculo.

No he visto la ceremonia nupcial, pero si la partida de Dátula y de Pontiziano. Muchos bagajes fueron enviados con anticipación al barco; y entre lágrimas y augurios de felicidad se encaminó el cortejo hacia el puerto. En esta procesión he visto a Dátula y a Pontiziano sentados sobre una carroza con otros personajes. El coche tenía tantas ruedas y estaba construido de tal modo, que en las sinuosidades del camino se replegaba sobre si mismo, de modo que los que estaban arriba formaban un semicírculo. Estaba tirado por pequeños y briosos caballos. En todas estas fiestas no he visto nada indecoroso, ni la mínima inconveniencia. Aunque todos eran paganos, nada hubo de idolátrico; antes bien, parecía que todo eso era agradable al Señor. La familia parecía ya muy inclinada al cristianismo. Los hombres eran gallardos y hermosos, y no puedo olvidar la esbeltez y belleza de las doncellas y mujeres de aquel lugar.

Dátula llevo a muchas consigo y también a su aya e institutriz, que era muy inclinada al cristianismo. No he presenciado el embarque.

 

6. Reconocimiento de una reliquia.

El día 11 de febrero de 1821, mientras Ana Catalina se hallaba en éxtasis, el Peregrino dejó una imagen del Crucifijo sobre el lecho. La vidente la tomó y dijo:

Tiene que ser venerada esta imagen. Es preciosa; estuvo en contacto: por eso resplandece tan luminosamente. (Poniendo la imagen sobre su pecho, añadió): Esta imagen ha tocado la túnica de Jesucristo, y en esta túnica hay una gota de la Sangre de Cristo, de la cual nadie tiene noticia. Esta mancha de sangre esta en la parte superior del cuello.

 

7. Otra reliquia de la preciosísima Sangre

(8 de Abril de 1823)

He tenido grande y difícil trabajo con reliquias de tiempos antiguos. Esto sucedió en un país mas distante que Tierra Santa. Los eclesiásticos de allí no eran como los católicos. Llevaban vestidos a la manera de la antigua iglesia y parecían a los que habitan en el monte Sinaí. Me parece que estuve en aquella comarca donde veo siempre al más próximo de los tres Reyes Magos. La ciudad donde se conserva el antiguo libro de las Profecías esculpido en laminas de bronce, está a la izquierda.

Tuve allí tarea con reliquias de la Sangre de Cristo y tuve que indicar a aquellos sacerdotes un tesoro de reliquias. He visto a siete viejos sacerdotes hacer excavaciones dentro de un antiguo muro en ruinas, en una cueva subterránea. Examinaron primero la bóveda para asegurarse de que no amenazaba caer sobre ellos. Las santas reliquias estaban muradas dentro de un piedra muy gruesa, que parecía formada de un solo pedazo, pero que en realidad estaba unida con arte por tres partes triangulares. Cuando lograron abrirla, encontraron dentro una espesa y oscura tela tejida con crines y pelos y debajo un verdadero tesoro de las reliquias mas santas pertenecientes a la Pasión y a la Sagrada Familia. Todo estaba encerrado en vasos triangulares, puestos unos junto a otros. Había allí tierra, que había estado debajo de la cruz del Señor, bañada y coloreada con la Sangre del Señor, y una pequeña ánfora llena de agua salida de la herida del costado: esta agua era límpida y resplandeciente y tan tenaz que no se derramó del vaso.

Había también espinas de la corona, un trozo del manto de purpura del Ecce Homo, algunos fragmentos de los vestidos de la Virgen, reliquias de Santa Ana y otras muchas mas. Eran siete los sacerdotes que trabajaban en aquel subterráneo, y llegaron algunos diáconos. Creo que depusieron encima el Santísimo Sacramento. Tuve mucho que hacer y tuve que librar muchas almas del Purgatorio, La preciosa Sangre me ayudó en esta obra. Tengo para mi que los Apóstoles celebraron en otros tiempos la Misa en este lugar.

 

8. La santa lanza del Señor.

(Junio de 1820)

El confesor había recibido algunas reliquias sin nombre que pertenecieron a un relicario del ducado de Dulmen. Llevada esta reliquia a Ana Catalina, apenas estuvo en su presencia, exclamó:

Punza, punza; esta es la señal. He sentido una punzada muy aguda.

En efecto, la llaga de su costado comenzó a sangrar. Tuvo luego una visión acerca de Longinos, que contó en la siguiente manera: 

He visto al Señor muerto en la cruz. He visto todo: los lugares y las posiciones, y he visto al pueblo como en el día de Viernes Santo. Era en el momento en que debían ser quebradas las piernas a los crucificados. Longinos tenía un caballo mulo, puesto que no era como nuestros caballos; ése tenía el cuello mucho mas grueso. Estaba fuera del círculo de los ajusticiados; avanzó de a pie, dentro del círculo, con su lanza; subió sobre la colina del Gólgota e hirió al Señor por la parte derecha. Cuando vio brotar la sangre y el agua, se sintió muy conmovido; descendió del monte, montó a caballo y se dirigió rápidamente a la ciudad. Se fué a Pilatos y le dijo que tenía a Jesús por Hijo de Dios, y que no quería ser mas militar. En efecto, dejó junto a Pilatos su lanza y las demás armas y se fue de allí. Creo que fué Nicodemo a quien encontró en su camino y a quien narró lo acontecido y desde aquel momento se unió a los discípulos. Pilatos consideró aquella lanza indigna y vergonzosa, como instrumento de suplicio, y no quiso conservarla junto a sí. Creo que así la recibió Nicodemo del mismo Pilatos. Me parece que tenemos otra reliquia de Nicodemo.

Teniendo esa reliquia en su armario, dijo una vez:

He aquí a los soldados con la sagrada lanza!… Hay allí una partecita de la lanza del Señor. Es Víctor que lleva una partecita de la lanza dentro de su misma lanza. Tres solamente lo saben. (Mas tarde narró): Después del mediodía experimenté la sensación de como si la cruz del Señor posase sobre mi y como si su sagrado Cuerpo estuviese muerto entre mis brazos, sobre mi brazo derecho. No lejos estaba la santa lanza en dos fragmentos: uno grueso y otro menor. ¿Cuál debía tomar para mi consuelo?. . . Tomé el sagrado Cuerpo y la lanza desapareció de mí. Desde entonces pude volver a hablar. (En otra ocasión):

Miré mucho la sagrada lanza y me pareció como si me fuese metida en la parte derecha y la sentí pasar hasta la izquierda, por entre las costillas. Puse la mano en la herida para guiar la punta entre una y otra de mis costillas.

 

9. Efectos de una reliquia de la santa Cruz.

El diario del doctor Wesener, con fecha 16 de Octubre de 1816, contiene este primer relato de reconocimiento de reliquias. Habiéndole puesto ante los ojos una pequeña caja, Ana Catalina dijo:

Esta cajita contiene una cosa muy preciosa: una partecita de la verdadera Cruz. La tengo también sobre el pecho (una reliquia de la Cruz). Tengo, además, una reliquia de la lanza. El cuerpo pendía de la cruz, pero la lanza estuvo en el cuerpo. ¿A cuál de las dos debo amar mas? La cruz es el instrumento de la redención; la lanza ha abierto una ancha puerta al amor.  Oh, ayer entré allí bien adentro! (Era un viernes). La reliquia de la cruz hace dulces mis dolores; la reliquia de la lanza los aleja. Muchas veces, cuando la reliquia de la cruz dulcifica mis penas, he dicho con confianza al Señor: «¡Oh Señor mío! ¿Si para Ti se hizo dulce el padecer sobre esta cruz, cómo esta pequeña parte de ella no endulzara mis penas?». . .

Habiendo extraviado en un cambio de domicilio esta reliquia, quedo afligida y rogó a San Antonio se la hiciera encontrar. El 17 de Agosto dijo:

San José y San Antonio estuvieron junto a mí, y San Antonio puso en mis manos el fragmento de la cruz que había perdido.

 

10. Un vestido de la Santísima Virgen.

(20 de Julio de 1820)

He descubierto de nuevo en aquel pequeño paquete de reliquias que me ha traído el confesor, un pequeño fragmento de paño, de color oscuro, que perteneció a la Madre de Dios. He visto con este motivo un cuadro relativo a la Virgen. Después de la muerte de Jesús ella vivía retirada con una criada en una casa pequeña y solitaria. En una visión de las bodas de Caná, vi que María había llevado allí este vestido, cuya reliquia tengo; era un vestido propio de una solemnidad. María vivía sola en aquella casita, donde la visitaban los discípulos, los apóstoles y San Juan. Allí no se albergaba ningún hombre. La criada iba en busca de lo poco que necesitaban para alimentarse. Los alrededores eran silenciosos y tranquilos, y la casita no estaba lejos de un bosquecillo.

He visto a María, con este vestido, que visitaba y recorría lentamente un camino que ella misma había hecho disponer en la proximidad de su habitación, en memoria del camino doloroso que recorrió Jesús durante su Pasión. Vi que primero recorrió aquel camino completamente sola y midió la distancia de todas las estaciones, según el número de pasos del camino que siguió Jesús, pasos que María había contado tantas veces después de la muerte del Señor. Según este numero de pasos, en los puntos en que a Jesús había sucedido algo notable, María ponía una señal, amontonando piedras o señalando algún árbol. Este camino terminaba en un bosquecillo y la tumba de Jesús estaba señalada por una gruta abierta en una colinita. Después que la Virgen hubo señalado todo el camino, lo recorrió junto con su criada, sumergida en muda contemplación. Cuando llegaban a alguna estación, se sentaban y meditaban el misterio en su íntimo sentido, rezaban y lo ordenaban todo para que fuese siempre mejor.

He visto que María, con un pequeño buril, esculpía en la piedra el significado de la estación, el numero de los pasos y otras cosas semejantes. Limpiaron la pequeña gruta del sepulcro y la hicieron mas cómoda para orar. No he visto en todo el camino ni cuadros ni cruces; eran simples inscripciones que indicaban los pasos de la Pasión. Este lugar, dispuesto por María, se hizo con el tiempo muy bello y cómodo por las visitas de personas y por repetidos arreglos. Después de la muerte de María, piadosas personas recorrían este camino, rezando y besando el suelo. La casa que habitaba María estaba separada interiormente por ligeras paredes movibles, de igual manera que la casa de Nazaret.

El vestido al que pertenecía esta reliquia era el exterior que cubría el dorso, alargándose en algunos pliegues y llegando hasta los pies. Una de las partes superiores caía sobre la espalda y el pecho, y llegaba al otro lado, donde se unía por medio de un botón, formando así una abertura en torno del cuello. Con la ayuda de un cinto era retenido a mitad del cuerpo; de este modo abarcaba ambos lados, partiendo debajo de los brazos y llegando a los pies. Cubría todo el vestido interior, o túnica, que era también de color oscuro. De los dos lados se abría aquel vestido exterior mostrando el forro interior. Estos forros tenían rayas coloradas y amarillas a lo largo y al través.

Este fragmento de la reliquia era de la parte exterior. Me parece que era un vestido que se usaba en las solemnidades y que se llevaba de ese modo, según los usos antiguos de los hebreos. Santa Ana usaba uno semejante. La túnica, la parte anterior del busto y las mangas estaban cubiertas con este vestido. La túnica tenía mangas estrechas, un tanto encrespadas en los codos y en los pulsos. Los cabellos los recogía dentro de una gorra de color amarillento, que descendía sobre la frente, formando pliegues en la parte posterior de la cabeza. Por encima llevaba un velo negro de una tela delgada que descendía hasta medio cuerpo.

Con este vestido he visto a la Virgen recorrer el Via Crucis en los últimos tiempos. No sé si lo llevaba porque era vestido de solemnidad o porque en la época de la crucifixión del Salvador tenía este vestido de luto bajo el manto que la envolvía. He visto a la Virgen en este lugar, ya muy avanzada en años, aunque en sus facciones no aparecía ninguna señal de edad, fuera de una expresión de mas ardiente deseo y aspiración del cielo, que contribuía a transfigurarla divinamente. Aparecía siempre indescriptiblemente seria y recogida: no la he visto reír. A medida que crecía en años aparecía mas cándida y transparente de facciones. Estaba delgada. No he visto arrugas ni signo de decadencia en su rostro. Parecía como espiritualizada. Abierta la reliquia, he visto que era un fragmento de pano con rayas, largo como un dedo.

 

11. Otras reliquias de María Santísima.

(14 de Noviembre de 1821)

Hice mi habitual viaje a la Tierra Santa, precisamente a ciertos lugares donde he visto reliquias de María, y supe la historia de ellas. Me encontré en Roma con Santa Paula, y me pareció que era el dia de su partida para la Palestina. Parecíame que fuéramos juntas a visitar aquellos lugares santos. No sé explicar cómo es que he visto tantas reliquias de la Virgen Santísima. He estado en un lugar, creo que se llama Chiusi, donde se conservaba el anillo nupcial de María, que ahora está en Perusa.

He visto que en Chiusi se muestra todavía, en un relicario, una piedra preciosa blanca, que no es el anillo. De la historia del anillo, que he visto por entero, sólo recuerdo que un joven, al ser llevado a enterrar, se levanto del cajón y declaró que él jamás podría tener reposo, si su madre, que se llamaba Judit, mujer de mucha vanidad, no restituía a la iglesia el anillo nupcial que poseía, que era el de la Virgen. Dicho esto se recompuso en el féretro.

Estuve en un lugar, pero ignoro si es el mismo donde fué colocada primero la santa casa de Loreto, o si de allí provenían los utensilios que me fueron mostrados. No los he visto en ninguna iglesia cristiana; los que acudían allí parecían turcos. Conservábanse platos y vasos de tierra, que se encontraban en la casa de Loreto cuando fue transportada a Europa. No sé si esos utensilios eran los verdaderos o los imitados, que Santa Helena mandó a hacer. En Loreto hay muchas de estas reliquias. Santa Helena mandó encerrar, tanto los verdaderos como los imitados, en una urna de cristal bien asegurada para que durase mucho tiempo. Me parece que los utensilios que hay en Loreto son los verdaderos. Cuando los vi, estaban muy bien guardados debajo de un altar.

He visto, también, aunque no recuerdo el lugar, en una iglesia griega del Asia, un fragmento del velo de María de un color amarillo pálido. Habían sido distribuidos ya tantos fragmentos de ese velo, que había sido muy extenso, que no quedaba sino un pequeño trozo. Había llegado a aquella iglesia por medio de San Juan Evangelista. He visto un cuadro donde se me mostró como la gente disputaba acerca de si era reliquia verdadera o no. Un hombre temerario se quiso apoderar de aquel paño y quedó con la mano paralizada, mientras su mujer rezaba con mucho fervor por él.

También San Lucas se encontraba allí, en medio de estos hombres, y dio testimonio de la autenticidad de la reliquia: tomando el velo, lo puso sobre la mano herida de aquel hombre y al punto sanó. Lucas entregó a aquella gente una declaración escrita de esta reliquia, y cero que el escrito existe allí todavía. Les contó su vida anterior y como se había dado al cultivo de las bellas artes y se había entregado a los viajes por diversos lugares, teniendo ocasión de ver a María, cuando fue a Éfeso con San Juan. Habló también de los cuadros que había pintado.

Estuve en un paraje donde se conserva un vestido exterior de María. Creo que es en Siria, en las cercanías de Palestina. Era uno de esos vestidos que María había hecho distribuir a dos mujeres poco antes de su muerte. Esta gente no era católica romana; creo que eran griegos cismáticos. Tenían por esa reliquia una pomposa adoración y se gloriaban de poseerla. Creo que San Francisco de Asís había ido por estos lugares y obtuvo un milagro, o, por lo menos, la confirmación de la autenticidad de la reliquia.

He visto que allí donde se conserva la declaración de la autenticidad escrita por San Lucas, se guarda también una carta escrita por mano de María. Es muy breve y esta maravillosamente conservada. La entendí por entero y quizás me venga de nuevo a la memoria su contenido. Juan había deseado que María la escribiese para cierto pueblo que no creía en lo que había predicado sobre Jesucristo.

He visto un cuadro relativo a María y las fajas y pañales de Jesús que se conservaban en otro tiempo en una magnífica iglesia de Constantinopla. El sitio donde se encuentran ahora estas reliquias, no es conocido. He visto también que un peregrino que llevaba consigo una cantidad de reliquias de los vestidos y cabellos de María, volviendo de Tierra Santa fue asaltado por ladrones y herido. Los malhechores echaron al fuego las reliquias. El herido alcanzo a llegar hasta el fuego, halló intactas las reliquias y recobró de pronto la salud.

 

12. Piedras sobre las cuales celebraron los Apóstoles.

En Éfeso, donde estaba la casa de María, existe aun una piedra sobre la cual los apóstoles Pedro y Juan celebraban la santa Misa.  Cada vez que Pedro y Juan llegaban a la Palestina, visitaban la casita de Nazaret y celebraban allí la Misa. Se había erigido un altar donde antes estaba el hogar. Un pequeño armario, usado por María, se había convertido en tabernáculo. La casa de Ana estaba situada en las afueras, a media hora de camino de Nazaret.

Desde allí se podía llegar sin ser observado, por caminos extraviados, hasta la casa de María y de José en Nazaret, sobre una pequeña elevación. No estaba edificada precisamente en la colina, sino en la parte posterior, separada por un estrecho sendero, donde había una pequeña ventana, puesto que aquella parte era muy obscura. La parte posterior de la casa era triangular, como la casita de María en Éfeso; en este triángulo estaba el dormitorio de María, donde recibió el anuncio del Ángel.

Este triángulo estaba separado de la casa por la pared del fogón, que consistía, como en Éfeso, en una excavación en la pared, en cuyo centro, sobre el lugar de la leña, se elevaba una chimenea y terminaba en un cano que sobresalía del techo. En la extremidad de esta chimenea he visto mas tarde suspendidas dos campanitas. A derecha e izquierda había dos puertas que conducían a las estancias de María. En el muro del hogar se veían aberturas o nichos donde estaban guardados varios utensilios.

El pequeño lecho donde descansaba María estaba colocado en la parte derecha, detrás de una pared movible, especie de biombo. En la parte izquierda había un armario pequeño. Detrás del fogón había un tirante derecho de madera de cedro, sobre el cual se apoyaba el muro, y de allí salía otro tirante transversal, que se extendía hasta la extremidad del ángulo. El oratorio de María estaba a la izquierda; solía hincarse sobre un pequeño taburete. La ventana se abría de frente, del lado opuesto. Las paredes rústicas estaban cubiertas de largas hojas y encima de ellas pendían algunos tapetes de mimbre. El techo, en la parte superior, estaba entretejido de cortezas de árbol y en los tres puntos de los ángulos se veía un trabajo de tallado que parecía una estrella; la del medio era más grande.

Cuando María se retiro a Cafarnaúm, la casita de Nazaret fué adornada, y se la consideró como un santuario. A menudo iba María desde Cafarnaúm a este lugar consagrado por la Encarnación de Jesucristo, para hacer oración. Mas tarde se colocaron sobre el cielorraso multitud de estrellas. Recuerdo que la parte posterior de la casa y la pequeña ventana fueron llevadas a Europa. Cuando pienso en esto, me parece haber visto que la parte anterior de la casa estaba caída. El techo no era agudo ni alto y el borde un tanto levantado, de modo que se podía pasear alrededor. Todo el techo era plano. No tenía ninguna torrecita, sino sólo la chimenea cubierta, por un techito, como es costumbre. He visto en Loreto muchas lámparas ardiendo en aquella sagrada casa. En el momento de la Anunciación, Ana dormía en la parte izquierda, separada por un tabique, cerca del fogón.

 

13. Constantino y su conversión (*)

Constantino tenía, por varias apariciones, gran confianza en el signo de la santa Cruz: la hacía llevar en un estandarte, delante de su armada, con mucha veneración. Pero en esto se guiaba más por temor supersticioso, como hoy se ven a personas llevar amuletos sin devoción verdadera. El creía que la Cruz le ayudaba, pero tenía de Cristo la idea de un dios como tantos otros del imperio romano. Obraba cosas buenas mezcladas con otras malas, y aun persiguió a algunos cristianos, excitado por otros, aunque veneraba la Cruz como signo que le traería suerte en sus empresas.

El Papa Silvestre y otros sacerdotes tenían que ocultarse de su vista; se escondían en las cuevas de una montana. Las cosas llegaron a tal punto que Dios se sirvió del castigo para mejorarlo; contrajo la lepra y los sacerdotes idólatras le dijeron que debía bañarse en la sangre de un niño. Cuando oyó esto hizo comparecer al Papa Silvestre y se hizo instruir en las verdades de la fe. Estuvo siete días haciendo penitencia, y lo he visto bautizarse por el Papa Silvestre.

El Emperador entró completamente en el agua y salió sano de su lepra. Cuando se vio limpio y conoció lo que era ser cristiano mandó una carta a su madre con un mensajero, diciéndole que se había hecho cristiano, que estaba sano de su lepra, y que también ella se hiciera cristiana. La madre Helena no sabía mucho del cristianismo; tenía veneración y deseo del Mesías; había oído que el Hijo de Dios había venido al mundo por causa de los judíos; por esto tenía a los judíos por un pueblo escogido y se relacionaba con sabios de esa raza.

Cuando ella les dijo que el Emperador se había hecho cristiano, levantaron un gran tumulto y se asustaron mucho. Ella escribió a su hijo diciéndole que si abandonaba el paganismo, por lo mismo debía haber abrazado la religión de los judíos, Cuando el Emperador manifestó esto al Papa Silvestre, éste le dijo que escribiera a su madre llamándola a Roma en compañía de los sabios judíos para una disputa pública. Constantino escribió a su madre y ésta busco los mas sabios entre los judíos y partió con dos de ellos a Roma. Estaban presentes varios otros judíos en esta disputa y varios filósofos paganos, que decidirían quién tenía ventaja. He visto que Silvestre contestaba todas las objeciones de los judíos, los cuales se convirtieron, como también Helena, la Emperatriz, que fué luego a Jerusalén para buscar la verdadera cruz de Cristo.

(*) Algunos historiadores dicen que Constantino fue bautizado recién en el ocaso de su vida. Nicéforo llama a esta historia: Figmentum arianorum. La tradición y el Breviario Romano están conformes con lo que ve Ana Catalina. El Breviario dice que fué librado por el bautismo de la lepra de la infidelidad. Esto último fue una añadidura puesto que los parientes se quejaron de que se hiciese público que estaba atacado de lepra.

 

14. Hallazgo y triunfo de la santa Cruz.

Después de la muerte de Cristo los judíos habían tratado de destruir todos los lugares que los cristianos consideraban sagrados. Habían hecho cavar fosos a través del camino donde Jesús había caído. Los lugares, hermosos de verdor, donde Jesús había predicado, los hicieron intransitables y a los jardines les habían puesto cercos. En algunos sitios habían tendido hasta fosos disimulados para que los peregrinos cayeran dentro. He visto que algunos de estos pérfidos judíos cayeron ellos mismos dentro de los fosos. Habían desfigurado y puesto obstáculos en los caminos que llevaban al Calvario, abriendo fosos en algunos espacios y cercando otros con vallas. Muchos peregrinaban a esos lugares y se habían obrado grandes maravillas allí.

He visto que cavaron y bajaron la cumbre del monte Calvario y la tierra que sacaban de allí la desparramaban sobre los caminos. Los cinco lugares llenos de verdor que en forma de corazón había habido allí y que llevaban al lugar de la crucifixión, los habían deformado. Cuando sacaron la tierra de la cumbre del Calvario, quedo una piedra blanca, desnuda, donde se veía un hoyo cuadrado, de un codo de hondo, donde había estado la cruz. Los he visto en este lugar trabajar penosamente con palancas y troncos de árboles para remover la piedra, pero ella caía siempre mas profundamente. Entonces cubrieron el lugar con tierra. El lugar del santo sepulcro era de propiedad de Nicodemo y quedó como estaba.

Más tarde volvieron estos lugares a ser profanados. El jardín del santo sepulcro era ligeramente inclinado desde la altura en la cual había estado el sepulcro. He visto como cavaban y bajaban la altura y cubrían con la tierra el jardín y desparramaban y disimulaban todo el lugar. He visto esta noche todo el lugar del sepulcro y el Calvario completamente cambiado e irreconocible. Muchos caminos estaban cubiertos de escombros y cortados a través con otros caminos y sendas. El monte Calvario, donde había otras alturas más y en medio de ellas lugares de verdor, estaba bajado e igualado en una grande extensión. Los dos judíos que habían venido con Helena para buscar la cruz tuvieron que fingirse aun judíos para saber de los otros el lugar de la cruz. Cuando de la conversación con los judíos supieron donde estaba el lugar del sepulcro y del Calvario, encontró Helena sobre el santo sepulcro un templo a Venus con mármoles y figuras paganas. Sobre el monte Calvario estaba el ídolo de Adonis. Los judíos no querían decir dónde estaba la cruz de Cristo y decían que se trataba sólo de un antiguo judío.

He visto a una mujer de grande estatura y majestad, ya de edad, pero aún ágil (Helena) con un velo que cubría una pequeña corona, entrar y salir en muchas casuchas y en oscuras cuevas. en los muros de la ciudad, inquiriendo datos.

He visto también al pequeño viejo y demacrado judío, de larga barba, meterse en una y otra casucha, antes de que entrase la Señora para preguntar. Una vez he visto que hizo congregar a muchos judíos. Otra vez he visto a Helena encaminarse con ese viejo judío y dos hombres que portaban un barreno largo hacia el lugar donde había estado la cruz. El templo del ídolo ya había sido demolido. El viejo judío no sabía tampoco con precisión, y estuvieron barrenando en derredor y siempre más cerca, hasta que vieron una señal en el mismo barreno, que ya no recuerdo cual era. Entonces empezaron a cavar allí. He visto a la Emperatriz, cuando encontró el lugar, quitarse la corona y dejar sueltos sus cabellos. Tomó algo de su cuello y del pecho y quitóse los calzados, dejándolo todo sobre una piedra blanca y limpia. Tuvieron que cavar un foso muy profundo antes de hallar algo. Encontraron primero la cruz de un ladrón; luego, no lejos de allí, la cruz de Cristo, y después la otra. Encontraron la cruz de Cristo desarmada; pero los pedazos estaban allí en cierto orden. La tabla de la inscripción estaba algo más lejos; sobre ella el pergamino con la inscripción. Debajo de un madero del brazo de la cruz estaban los tres clavos en orden: el clavo de los pies era de un palmo y medio de largo; los otros, de un palmo. Helena mandó el clavo más grueso a su hijo Constantino.

No puedo comprender por qué se dice que no podían reconocer la cruz de Cristo de las demás, cuando yo las veo siempre diferentes una de otras. Las cruces de los ladrones eran de madera redonda, sobre la cual el travesaño estaba sujeto con un tarugo de madera y sobresalía por la parte de arriba. La cruz de Cristo era de madera cuadrada, algo más ancha que gruesa, ordenadamente trabajada, y los brazos estaban hincados dentro del madero principal. Tenía también un pequeño sostén para los pies, clavado con un grueso clavo que me pareció remachado. Este sostén de los pies se encontró en la cruz, dado vuelta. He visto que Helena hizo levantar la cruz y la abrazaba. Desarmaron las otras dos cruces y las dejaron a un lado, como maderos sin valor. He pensado siempre, en mi ingenuidad, que debía haber recogido la cruz del buen ladrón. Acudieron muchas personas al lugar. Los soldados tuvieron que intervenir para mantener el orden.

He visto llevar la Cruz en una gran procesión. Traían a hombres tullidos, enfermos y paralíticos, apoyados en brazos de otros, y hasta en carritos, al paso de la procesión, y todos sanaban con solo tocar la Cruz. Creo que se obraban estas maravillas para atestiguar la verdad de la santa Cruz y no para distinguirla de otras. El viejo judío se hizo cristiano y ferviente adorador de la santa Cruz. Llevaba siempre la señal de la cruz en la parte derecha de sus vestiduras. Llegó a ser mas tarde obispo de Jerusalén. He visto que Helena se hizo bautizar en Jerusalén y mandó derruir el templo del ídolo que estaba sobre el santo Sepulcro.

Al principio no querían los judíos poner manos a la obra; pero se levantó una espantosa tormenta y barrió todos los escombros de allí y también muchas casas de los judíos edificadas alrededor. Entonces les entró a los judíos un gran temor y empezaron a trabajar de veras. La primitiva entrada al santo Sepulcro no fue mas utilizada ni abierta y se hizo una entrada al lado. Helena tenía entonces cincuenta años y la vi ocupada intensamente en edificar (la Iglesia del Santo Sepulcro). La iglesia cristiana estaba todavía sobre Sión, donde se había instituido la santa Eucaristía.

Fuente: extraído de “La Dolorosa pasión de Nuestro Señor Jesucristo”



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Milagros Reliquias TESTIMONIOS Y MILAGROS

Milagro de la Santa Cinta, España (14 de enero)

Este hecho prodigioso ocurrió en el pueblo de la provincia de Cuenca el día 14 de enero del año 1635, cuando era llevada la santa Cinta a Madrid para el embarazo de la Reina, y al pasar la Reliquia frente a la ermita de Nuestra Señora de la Cabeza que allí se venera, se puso a tocar la campana por sí sola largo rato.
De ello hay expediente en el Archivo Capitular de Tortosa, que fue instruido por la curia episcopal de Cuenca.

Cuenta la historia que en 1178 la Virgen María se presentó en la Catedral de Tortosa a un virtuoso sacerdote, acompañada por san Pedro y san Pablo, y le entregó la cinta que ella usaba. Esa Reliquia peregrina a Madrid cuando la Reina esta embarazada.

Sobre este prodigio de 1635 el canónigo doctor O’Callaghan, en sus Anales de Tortosa, tomo I, Tortosa 1886, página 205, dice textualmente:

«Este hecho prodigioso justificado en un expediente instruido en la curia episcopal de Cuenca, y que por lo mismo es una de las mayores pruebas que acreditan la autenticidad de la Santa Cinta, exige que tratemos de él con alguna extensión.

En el mes de enero del año 1635, con motivo del embarazo de S.M. la Reina, se dirigía a Madrid con la Santa Cinta, don Juan Bta. Ferrer, natural de esta ciudad y canónigo Penitenciario de la misma. El viaje se hacía entonces pasando por la provincia de Cuenca, porque este camino era el más recto.

El día 13 de dicho mes, al anochecer, el canónigo comisionado y el sacerdote que le acompañaba llegaron a Villar de Cañas, población de la diócesis de Cuenca, que actualmente tiene unos 1.400 habitantes, hospedándose en casa de un honrado vecino, llamado Domingo Gil.

Tan pronto como se divulgó la noticia de haber llegado la Santa Cinta, acudieron a la casa muchas personas, y se cantaron allí dos Salves; luego los vecinos tocaron a la arquilla donde estaba la Santa Cinta, algunos rosarios y objetos de devoción; al día siguiente partieron los comisionados para Madrid.

Hay en Villar de Cañas una ermita dedicada a nuestra Señora de la Cabeza, muy próxima a la población, cerca del camino real que va de Valencia a Madrid. En esta ermita, pues, ocurrió el milagro que vamos a referir. Según consta en el indicado expediente, que se instruyó en el mes de abril de dicho año 1635, el día en que la Santa Cinta salió de aquella villa, tocó por sí sola dos veces un buen rato la campana de la ermita; milagro que atribuyeron todos a la sagrada Reliquia.

El hecho fue público y en pleno día; la ermita estaba cerrada; y como dista tan poco de la población, al oír algunos vecinos la campana a una hora no acostumbrada, corrieron hacia la ermita».

«Y viendo que su única puerta estaba cerrada con un candado, según costumbre, la abrieron y nadie había dentro que pudiese tocar la campana.

Recibidas las primeras declaraciones en virtud de la comisión que el Obispo de Cuenca, don Enrique Pimentel, dio al cura de Villar de Cañas, Licenciado don Marco Antonio Villamayor y Monterde, manifestó éste en su informe que los testigos que habían declarado eran personas de las más principales de aquella villa, estando seguro que habían dicho la verdad; añadiendo él por su parte, que este hecho era público y notorio en dicha población.

A pesar de lo que ya resultaba de estas declaraciones, la curia episcopal de Cuenca procediendo con la discreción que exigía un asunto tan grave, en 8 de agosto del mismo año acordó recibir nuevos testigos, y que se aclarasen algunos puntos que necesitaban más explicación. Practicado esto, se confirmó que cuando tocó la campana nadie había dentro de la ermita; que allí no había casa, ni habitaba persona alguna; que dicha ermita estaba cerrada con candado; y que la persona que cuidaba de la misma no dejó de su poder la llave.

También declararon los testigos que no había tapia, ni ventana, por donde se pudiese entrar; que, enseguida que tocó la campana, varias personas junto con la que tenía la llave, corrieron hacia la ermita, la abrieron y registrándola muy detenidamente, no vieron a nadie siendo de advertir que la iglesia es de una sola nave, sin sacristía ni otra dependencia.

Los testigos se ratificaron en sus declaraciones, concluyendo, que estaban persuadidos de que el hecho había sido milagroso; y lo mismo declaró el cura en su informe.

El Obispo de Cuenca con auto de 31 de octubre de dicho año aprobó estas diligencias, de las cuales existe una copia autorizada en el archivo de esta catedral»

Como un recuerdo de dicho acontecimiento, en la fiesta de Nuestra Señora de la Cabeza, que se celebra cada año en Villar de Cañas, el predicador tiene obligación de referir el milagro, y cuando se pasa por aquella población al llevar la Santa Cinta a Madrid, el canónigo comisionado debía enseñarla a los vecinos para que la venerasen.

Asimismo en la novena a Santa María de la Cabeza que se venera en Villar de Cañas, compuesta en el año 1811 por un devoto y reformada en 1898 por el presbítero doctor don Juan V. Benita Olivares, figuran los gozos que allí se cantan.


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