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Cómo llega la Iglesia a Dictaminar que una Curación es Milagrosa

Muchas veces leemos que una persona fue curada por un milagro.

Lo cual puede ser cierto, pero no necesariamente para la Iglesia.

El santuario de Lourdes en Francia es donde se investigan más estos milagros.

dos papas canonizados juntos

Y por eso en la fecha de Nuestra Señora de Lourdes de celebra la Jornada Mundial por los Enfermos.

Muchas veces sucede que el sanado y sus allegados tienen la total convicción de que la curación fue realizada por un milagro de Dios.

¿Pero esa curación es capaz de pasar por el tamiz de exigentes estudios para determinar si se produjo la curación por causas sobrenaturales?

Claro que uno puede decir que Dios también opera sobre las causas naturales.

Y en este sentido podemos concluir que Dios es la fuente de todas las curaciones, porque es quien sostiene todo.

Pero en este artículo estamos interesados en examinar la fuente sobrenatural de las curaciones, por intercesión de alguien de algún santo.

Y tal como lo entiende la Iglesia, que se basa específicamente en lo que no es explicable para la ciencia.

La Iglesia Católica ha establecido criterios para determinar a quién va a reconocer como que está en el cielo.

Y así, quién es digno de veneración y petición de los fieles.

La Iglesia tiene el proceso de canonización para el beneficio de los fieles de la Iglesia Católica.

Es para mostrar a los fieles un modelo de vida cristiana que tiene una especial relevancia para vivir la fe en nuestro tiempo.

La idea de este artículo es mostrar cómo la Iglesia Católica hace un juicio racional de un caso.

Y dictamina después de una investigación científica que relaciona el milagro de curación de una persona a través de la intercesión de la otra, por causas no explicables por la ciencia.

Para ejemplificar como funciona hemos tomado el caso del milagro dictaminado para la canonización de San Josemaría Escrivá.

Therese-Daoud

  

DEFINICIÓN DE MILAGRO

Fr. John Hardon, SJ, escribió:

«En el lenguaje teológico, un milagro es un evento extraordinario, realizado por Dios, que puede ser percibido por los sentidos y que supera las fuerzas de la naturaleza.»

Esto es lo que la Iglesia católica en general entiende por un milagro.

Monseñor Michele Di Ruberto, subsecretario de la Congregación para las Causas de los Santos, define un milagro como un

«Acontecimiento que va más allá de las fuerzas de la naturaleza.
.
Que se realiza por Dios, fuera de lo que es normal en toda la naturaleza.
.
Creada por la intercesión de un siervo de Dios o de un beato».

Esto es lo que la Iglesia Católica entiende por un milagro en relación con el proceso de beatificación o canonización.

  

EL PROCESO DE INVESTIGACIÓN DE UN PRESUNTO MILAGRO

Las reglas para el proceso legal fueron establecidas en 1983 por la constitución apostólica Divinus Perfectionis Magister.

En él, hay dos fases, una después de la otra. 
.
La primera es la fase diocesana.

.
Se lleva a cabo en la diócesis en la que el supuesto milagro ocurrió. 
.
La segunda fase tiene lugar en Roma
y está a cargo de la Congregación para las Causas de los Santos.

floribeth mora

A nivel diocesano,

«Al obispo abre una investigación sobre un presunto milagro en el que se toma el testimonio de testigos oculares.

Que son interrogados por un tribunal debidamente constituido.

Analizando la documentación clínica e instrumental completa inherente al caso».

Cuando se haya completado la investigación diocesana, la Congregación para las Causas de los Santos pone en marcha su proceso, el cual, una vez terminada, será la base de su veredicto.

La Congregación somete el material recogido a dos investigaciones separadas, una vez más, una tras otra. 

La primera es médico científica y la segunda es teológica.

Según Stefania Falasca,

«El examen médico se lleva a cabo por la Consulta Médica, un órgano colegiado compuesto por cinco especialistas más dos expertos ‘in house’. 

Los especialistas varían según los casos clínicos presentados y la solicitud de consulta o eventual convocatoria a otros expertos y especialistas no se descarta. 

Su testimonio es puramente científico, no se pronuncian sobre el milagro. 

El examen y la discusión final de la Consulta médica concluyen por establecer el diagnóstico exacto de la enfermedad, pronóstico, tratamiento y resultado final».

Generalmente el Vaticano utiliza consultores médicos ajenos a la fe y profesionales de primer nivel.

Para que el evento

«sea considerado como un posible milagro la curación debe ser juzgada por los especialistas como: rápida, completa, duradera e inexplicable según los conocimientos médicos y científicos actuales.»

Si la Consulta médica pronuncia «una mayoría o un veredicto unánime en favor del carácter extra-natural de la curación», de acuerdo a ese criterio, entonces la investigación pasa a la Consulta de teólogos.

¿Por qué a los teólogos?

Se va a los teólogos, porque los expertos médicos sólo pueden mirar una curación y declarar que es (al menos con el conocimiento científico actual) empíricamente inexplicable.

El trabajo de asesoramiento de los teólogos consiste en identificar

«La relación de causalidad entre las oraciones al siervo de Dios y la curación.

Y expresar su opinión sobre si el hecho prodigioso es un verdadero milagro.»

Cuando los teólogos han elaborado su veredicto,

«La evaluación se presenta a la Congregación ordinaria de los obispos y cardenales, quienes debaten todas las características del milagro.»

Todas estas opiniones se presentan al Papa, quien decide si declarar el evento un milagro o no.

Si se aprueba el milagro, se autoriza a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar un decreto en este sentido, declarando el caso como un milagro.

  

EL EJEMPLO DE UN CASO CONCRETO

En el caso de la curación del Dr. Nevado y la intercesión de San Josemaría Escrivá de Balaguer como su causa, el Papa declaró la plena aprobación del milagro.

Veamos cuáles fueron los pasos dados.

san josemaria

El 20 de diciembre de 2001, el Papa Juan Pablo II aprobó el decreto emitido por la Congregación para las Causas de los Santos de una curación milagrosa atribuida por la intercesión del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer.

El milagro fue la curación del Dr. Manuel Nevado de radiodermitis crónica cancerosa, una enfermedad incurable, que tuvo lugar en noviembre de 1992.
.
El decreto abrió las puertas a la canonización del beato Josemaría.

  

LA RADIODERMITIS

Radiodermatitis es una enfermedad de la piel típica de los profesionales médicos que han sido expuestos repetidamente a la radiación de los aparatos de rayos X durante un largo período de tiempo.

La enfermedad es progresiva y evoluciona inexorablemente, provocando la aparición de cánceres de piel.

La radiodermitis no tiene cura. 

Los únicos tratamientos conocidos son intervenciones quirúrgicas: injertos de piel, o la amputación de las partes afectadas de la mano.

Hasta la fecha, no hay casos de curación espontánea de la radiodermitis crónica cancerosa registrados en la literatura médica.

  

LA CURACIÓN

El Dr. Manuel Nevado Rey nació en España en 1932.

Especialista en cirugía ortopédica, operó fracturas y otras lesiones durante casi 15 años con exposición frecuente de las manos a los rayos X.

Los primeros síntomas de la radiodermitis empezaron a aparecer en 1962, y la enfermedad continuó empeorando.

En 1984, tuvo que limitar sus actividades a las operaciones de menor importancia, porque sus manos estaban gravemente afectadas.

Él dejó de operar por completo en el verano de 1992, pero no fue sometido a ningún tratamiento.

En noviembre de 1992, el Dr. Nevado conoció a Luis Eugenio Bernardo Carrascal, un ingeniero agrónomo que trabajaba para el gobierno español.
.
Al enterarse de su enfermedad, Luis Eugenio le ofreció una estampa del fundador del Opus Dei que había sido beatificado el 17 de mayo de ese año.
.
Y lo invitó a rezar por la curación de su radiodermitis.

Dr. Manuel Nevado

  

LA INTERCESIÓN DEL BEATO JOSEMARÍA

El Dr. Nevado comenzó a orar por una cura a través de la intercesión del Beato Josemaría.

Pocos días después de esa reunión, viajó a Viena con su esposa con el fin de asistir a una conferencia médica.

Visitaron varias iglesias y se encontraron con estampas del Beato Josemaría. 

«Esto me impresionó», explicó el Dr. Nevado, «y eso me animó a rezar más por mi cura».

Desde el día en que empezó a encomendar su curación a la intercesión del Beato Josemaría, sus manos comenzaron a mejorar.
.
Dentro de los quince días posteriores las lesiones habían desaparecido por completo y la cura fue completa.

Por enero de 1993, el Dr. Nevado había vuelto a realizar operaciones quirúrgicas sin ningún problema.

  

EL PROCESO CANÓNICO

El proceso canónico sobre este milagro tuvo lugar en la archidiócesis de Badajoz, donde vive el Dr. Nevado, y se concluyó en 1994.

El 10 de julio de 1997, la comisión médica de la Congregación para las Causas de los Santos estableció por unanimidad el siguiente diagnóstico:

«un estado canceroso de radiodermitis crónica en su tercera e irreversible etapa, por lo que tuvo un pronóstico infausto (sin esperanza de curación)». 

La curación completa de las lesiones, confirmadas por los exámenes objetivos efectuados sobre el Dr. Nevado en 1992, 1994 y 1997, fue declarada por la Comisión de Medicina como muy rápida, completa, duradera y científicamente inexplicable.

El 9 de enero de 1998, el Comité de Consultores teólogos dio su aprobación unánime para atribuir el milagro al Beato Josemaría.

La Congregación de las Causas de los Santos confirmó estas conclusiones el 21 de septiembre de 2001.

san josemaria escriva y alvaro portillo

  

COMO ENCAJA EL PROCESO CON LAS NORMAS

Según Hardon, un milagro es (1) un evento extraordinario, (2) que puede ser percibido por los sentidos, (3) que supera los poderes de la naturaleza, y (4) se lleva a cabo por Dios.

(1) Si los hechos denunciados son ciertos, el evento ciertamente parece ser extraordinario.
.
Nevado fue curado de una forma incurable de cáncer
.

(2) También fue un evento percibido por los sentidos.
.
La evidencia física se ha estudiado antes y después de la cura
.

(3) También superó las fuerzas de la naturaleza, de acuerdo al estado de conocimiento médico del momento.
.
Eso, por supuesto, es un juicio de la razón limitada por nuestra actual comprensión de este tipo de cáncer y de los poderes curativos del cuerpo humano.

(4) Esto implica «realizado por Dios».
.
Este punto va a la definición de Di Ruberto que un milagro es «realizado por Dios por la intercesión de un siervo de Dios o de un beato».
.
El juicio de que algo es efectuado por Dios es un juicio de la razón, incluso si usted es el Papa.

  

LA GRAN CURACIÓN QUE NECESITAMOS ES ESPIRITUAL

La mayoría de las oraciones de los seres humanos son para aliviar el sufrimiento y para curación física.

Y está bien, porque Dios quiere que vivamos esta vida con la mayor sanidad posible, y además quiere que le pidamos con insistencia.

De esa forma revela su gloria con una curación milagrosa.

Pero también debemos tener en cuenta que no podemos ser curados de todos nuestros problemas en la Tierra.

Ya que estamos heridos en nuestra naturaleza misma cuando los primeros padres negaron a Dios.

Nuestra curación definitiva, entre ellos los destrozos que produce la vejez, se producirá cuando estemos glorificados en el cielo.

Pero también los católicos sabemos que nuestro sufrimiento es redentor cuando lo asociamos a la pasión de Cristo.

Y que podemos llenarnos de la voluntad divina si aceptamos el sufrimiento y nos vaciamos a nosotros mismos como lo hizo Jesús en la cruz.

Pero para los seres humanos la curación no es sólo física.

Es mas, cada dolencia física tiene una dolencia espiritual detrás.

Por lo que la curación espiritual debe suceder antes de la curación física.

Y por esta razón el Sacramento de los Enfermos va acompañado habitualmente con la confesión.

Porque nuestras almas están enfermas por el pecado original.

Y esto implica recibir las gracias que nos ofrece la reconciliación que Dios nos ofrece.

Cuando nos confesamos le estamos pidiendo a Jesucristo que nos perdone las pecados y nos sane espiritualmente.

Santa Faustina Kowalska tenía resistencias a aceptar que el sacerdote confesor actuaba “in persona Christi” y en el numeral 1725 de su Diario aparece que Jesús le dijo,

“Hija Mía, así como te preparas en Mi presencia, también te confiesas ante Mí.

La persona del sacerdote es, para Mí, sólo una pantalla.

Nunca analices qué clase de sacerdote es el que estoy usando.

Abre tu alma en confesión como lo harías conmigo, y la llenaré de Mi luz”.

Jesús entonces le promete llenarla de Su luz si abre su alma en la confesión.

Difícilmente puede haber algo más curativo que estar llenos de la luz de Dios.

Quizás ésta sea una de las promesas más importantes que Dios nos ha dado.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Donde Reside el Verdadero Poder de la Humildad

El mundo no valora ni entiende el poder de la humildad.

Piensa que quien hace una demostración arrogante de su poder es un ganador.

Mientras que quien se humilla a sí mismo es un perdedor.

Considera que hay que tener una gran autoestima y orgullo para ser triunfador en la vida.

Y piensa que la autoestima se genera por la confianza en las capacidades de uno mismo.

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Sin embargo esto es diametralmente opuesto a lo que podemos advertir en la realidad.

Y este juicio no es porque llegamos a valorar la humildad simplemente por un pensamiento religioso.

Es un dato de la realidad objetiva.

Los grandes talentos de la humanidad han sido personas humildes y que no se vanagloriaban de sí mismos.

En cambio, quienes hacen demostraciones arrogantes de su posición, generalmente obtienen triunfos en pequeñas batallas.

En realidad tienen poca confianza en sus dones y por eso quieren forzar a los demás a reconocerlos de manera compulsiva.

Pero quienes basan su acción en la humildad logran grandes triunfos en el mediano y largo plazo, y los triunfos son duraderos.

Los humildes tienen una relación más ordenada con su autoestima, que los lleva a relativizar sus dones.

A comprender su pequeñez respecto al creador.

Entienden que si bien han hecho esfuerzos para desarrollar sus talentos, los dones básicos han sido un regalo de Dios, y a Él le deben sus logros.

La palabra humildad viene del latín “humilitas”, que deriva de la palabra “humus” que significa tierra o suelo.

Y según San Isidoro se le llama humilde a un hombre porque es “humo acclinis”, que significa inclinado hacia el lugar más bajo.

La humildad es la virtud más importante para desarrollar la vida espiritual, pero también es vital para la vida en sociedad.

El humilde vive su vida buscando la paz, mientras que el orgulloso termina viviendo una vida de conflictos.

 

ES LA PRINCIPAL DE LAS VIRTUDES

San Agustín dijo sobre la importancia vital de la humildad para la vida espiritual,

«La humildad es la base de todas las virtudes; por lo tanto, en un alma donde no existe, no puede haber verdadera virtud, sino sólo la apariencia.

De la misma manera, es la disposición más apropiada para todos los dones celestiales.

Y, finalmente, es tan necesaria para la perfección, que de todas las formas de alcanzarla, la primera es la humildad».

Santo Tomás de Aquino también dijo que es «el fundamento del edificio espiritual».

Y Santa Teresa de Ávila consideró a la humildad como «caminar en la verdad»

De modo que la humildad elimina los obstáculos para la recepción de la gracia y es la base de todas las demás virtudes.

Sin humildad no puede haber virtud sólida.

Y con humildad somos capaces de crecer y perfeccionarnos en la vida espiritual.

Por tanto es indispensable para alcanzar la santidad, que nos llevará al cielo.

 

LA HUMILDAD EN LAS ESCRITURAS

En Santiago 4: 6 dice que Dios se opone a los soberbios pero da gracia a los humildes.

Y en Mateo 18: 3-4 se lee,

“En verdad, te digo que a menos que te conviertas en un niño, nunca entrarás en el reino de los cielos.

Quien se humilla a sí mismo como este niño, es el más grande en el reino de los cielos«.

En Proverbios 11: 2 se recomienda que hay que humillarse delante del Señor porque Él nos levantará.

En Efesios 4: 2 Pablo recomienda que no hagas nada por ambición egoísta o engreimiento vano, sino en humildad.

En Filipenses 2: 3 dice que cuando viene el orgullo luego viene la desgracia, pero con la humildad viene la sabiduría.

En Colosenses 3: 12 dice que los humildes en espíritu ganar honor.

Y en el mismo tono, en Mateo 11: 29-30 dice que la humildad precede al honor

Piensa acerca de la Madre Teresa. Esa pequeña monja tenía una alta autoestima.

Incluso se atrevió a hablar contra el aborto en el Desayuno Nacional de Oración en 1993 ante sus anfitriones invitados el presidente Bill Clinton, y el vicepresidente Al Gore, y sus cónyuges, todos pro aborto.

Eso es agallas. Eso es confianza en sí mismo. Y eso es humildad.

La Madre Teresa llamaba a la humildad la madre de todas las virtudes.

Ella dijo:

“Si eres humilde nada te toca, ni los elogios ni la vergüenza, porque sabes lo que eres.

Si te llaman un santo que no te pongan en un pedestal”.

La humildad es una de las virtudes que requiere más vigilancia, porque es fácil tropezar y desarrollar orgullo; incluso de tu humildad.

De modo que la humildad no está relacionada solamente con la vida espiritual sino que también se relaciona con los logros en la vida social.

Por eso se puede ver que los grandes talentos de la humanidad fueron humildes, como la Madre Teresa, Einstein, Pasteur, etc…

La humildad les ayudó a perfeccionar sus talentos, pero además les ayudó a que el mundo les reconociera el valor, justamente por ir contracorriente.

En este sentido podemos considerar la humildad como un freno que nos impide llegar más allá de nosotros mismos, moderando nuestro afán de grandeza.

 

LA HUMILDAD MODERA LA GRANDEZA

La humildad es un freno al poderoso deseo de auto importancia, que nos lleva a desarrollar un amor ordenado hacia nosotros mismos.

Nos ubica en la posición real que estamos respecto a Dios y al prójimo, porque nos permite comprender nuestra pequeñez y miseria ante Dios.

Y entonces evita que exageremos nuestras buenas cualidades y dones, que en definitiva hemos recibido de Él.

La práctica de la humildad nos hace sensibles a admitir que todo lo bueno de nosotros proviene de Dios.

Y que lo malo es el resultado de nuestras pasiones desordenadas, especialmente el orgullo.

Porque la humildad vacía el alma de amor propio y de orgullo y así abre la puerta a las gracias de Dios.

Esto se ve muy claramente en la oración, que exige una disposición humilde para hacerla correctamente.

En el numeral 2559 del Catecismo de la Iglesia Católica dice,

«…La humildad es la base de la oración… La humildad es una disposición necesaria para recibir gratuitamente el don de la oración: el hombre es un mendigo de Dios».

La humildad y la oración además son centrales para la guerra espiritual diaria.

 

EL PODER DE LA HUMILDAD EN LA GUERRA ESPIRITUAL

La humildad parece ser una contradicción, y, sin embargo, Jesús fue manso y humilde de corazón (Mateo 11:29).

Se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres” (Filipenses 2: 7)

Fue lo que Jesús usó para salvarnos,

El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28).

En cambio,

Fue el orgullo lo que cambió a los ángeles en demonios; y es la humildad la que hace a los hombres como los ángeles”, dijo San Agustín.

De la misma forma el diablo ha preferido dejar el Cielo por la eternidad en el infierno, en lugar de humillarse ante su creador.

La humildad habría protegido a Adán y Eva del pensamiento que podían desobedecer a Dios.

Sin embargo, a través de nuestra humildad, y por lo tanto por la obediencia a Dios, el diablo es derrotado.

San Juan María Vianney, el Santo Cura de Ars, que a menudo fue acosado por el diablo, relató una conversación con él.

El diablo le dijo:

“Puedo hacer todo lo que haces, yo también puedo hacer tus penitencias, puedo imitarte en todo.

Hay una cosa, sin embargo, que no puedo hacer, no puedo imitarte con humildad”.

Y respondió Vianney:

“Es por eso que te derroto”.

La resistencia al gran tentador comienza con la humildad con la comprensión de nuestra pequeñez y de la grandeza de Dios.

Con ello le estás quitando el punto de apoyo al demonio, que es el orgullo.

Porque el orgullo te hace hacer siempre las cosas a tu manera, en lugar de estar orientado por el Espíritu Santo.

Por lo tanto el primer principio en la guerra espiritual es la humildad.

La que debemos acentuar cada vez que sentimos que estamos bajo ataque.

En ese momento debemos humillarnos en lugar de gritarle al demonio oraciones agresivas.

Es por eso dice Santiago dice que Dios resiste a los soberbios pero da gracias a los humildes, y que si nos humillamos a los ojos del señor Él nos levantara y hará que el diablo huya (Santiago 4: 6-7, 10).

De modo que la sumisión y la humildad son imprescindibles para resistir al demonio.

Porque como recomienda San Ignacio de Loyola, debemos actuar en forma contraria a lo que hace el diablo.

Su principal arma es imponer el orgullo.

En el Jardín del Edén provocó el orgullo espiritual de Adán y Eva diciéndoles que serían como dioses.

Y también su orgullo intelectual, diciendo que conocerían el bien y el mal si comían del árbol del conocimiento.

No hay nada nuevo bajo el sol.

La tentación del orgullo intelectual y espiritual siguen siendo hoy las principales fuentes de la actividad demoníaca.

El mundo se niega a comprender esto a pesar que ha sido uno de los pilares del cristianismo.

papa francisco besando un pie que lavo en jueves santo

 

EL CRISTIANISMO TRAJO LA HUMILDAD AL MUNDO MODERNO

El cristianismo trajo tres nuevas virtudes al antiguo mundo greco romano: la castidad, la humildad y el amor al prójimo.

Sin ellas, la vida en nuestro mundo occidental habría sido muy diferente.

La humildad se encontraba en el mundo antes de la llegada del cristianismo.

Pero no era una virtud. Se trataba simplemente de una actitud apropiada para un esclavo.

Si tu fueras un esclavo (y la esclavitud estaba muy extendida en el mundo grecorromano), eras una persona humilde, porque estabas en la parte inferior de la escala social.

Tu estado era humilde, y debías adoptar una actitud apropiada para tu situación.

Si no tenías una actitud de humildad, eras una molestia para tus superiores sociales, o si eras motivo de risa.

El cristianismo se reconvirtió esta actitud análoga del esclavo, en una virtud.

Y no sólo una virtud de los esclavos, sino una virtud universal, una virtud apropiada para todas las personas, incluso los más exaltados socialmente.

La gente común, pero también los aristócratas ricos e incluso emperadores se esperaba – por el cristianismo – que fueran humildes.

Tú podías ser un gran hombre o una gran mujer en comparación con otros griegos y romanos, pero no eras nada en comparación con Dios.

La brecha en dignidad entre Dios y los seres humanos era tan grande (de hecho era infinita) que las diferencias finitas en dignidad entre las clases más altas y más bajas contaban poco.

El cristiano no era nada más y nada menos, que el esclavo de Dios. Y los esclavos deben practicar la humildad.

La virtud de la humildad no ha desaparecido de la sociedad moderna tan completamente como la castidad, pero está en decadencia.

La humildad como virtud no tiene mucho sentido, aparte de la creencia en Dios vivo.

Y desde que nuestra creencia colectiva en Dios es cada vez más débil, lo es nuestra creencia en el valor de la humildad.

Enseñamos a los niños a sentirse “orgullosos de sí mismos”, en la creencia de que los altos niveles de orgullo (o autoestima como normalmente prefieren llamarlo) conducirán a los logros.

Tenemos desfiles de orgullo gay en casi todos los países del mundo.

Y cada vez más pensamos en la humildad, no como una gran virtud, sino como un estado lamentable de la mente.

mujer orando fondo

 

3 MITOS SOBRE LA HUMILDAD

La humildad por tanto es mal entendida en el mundo. Algunos piensan que es sinónimo de autodesprecio.

El P. Jared Johnson, pastor asociado de la catedral del Espíritu Santo en Bismarck identificó tres mitos sobre la humildad.

 

Mito # 1: Las almas humildes carecen de confianza

Las personas más humildes son algunas de las más confiadas y en ocasiones algunas de las personas más orgullosas son las más inseguras.

Las almas humildes saben que su vida depende de Dios y saben el valor de las cosas duraderas, que no pasan.

Valoran al Señor por sobre todo lo demás

 

Mito # 2: La humildad no es atractiva

Por el contrario, la verdadera humildad es atractiva.

Es la persona humilde la que escucha y se preocupa por los demás.

Y es la actitud opuesta a centrarse en sí mismo.

 

Mito # 3: La gente humilde quiere ser reconocida como humilde

El P. Johnson explica que querer que lo elogien por ser humilde es falsa humildad.

En realidad, la persona humilde lo es porque simplemente quiere hacerlo porque es lo correcto y no está buscando la alabanza.

Nuestro mayor desencuentro con Dios es cuando confiamos más en nosotros que en Él.

Al cultivar la virtud de la humildad, crecemos más confianza y nos permitimos crecer más cerca de Dios.

Cuando miramos un crucifijo, vemos a un hombre que es humilde y que esa actitud no es acerca de sí mismo.

Vemos a un hombre que está para los demás.

De modo que debemos imitar la humildad para que podamos experimentar a Dios en su plenitud.

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SEÑALES DE FALTA DE HUMILDAD POR SAN JOSEMARÍA ESCRIVÁ

La humildad es una virtud que todos debemos desarrollar para ponernos en mayor conformidad con Cristo a medida que buscamos moderar y restringir la mente, para que no tienda a cosas altas sin moderación, dice San Josemaría.

A continuación publicamos un extracto de las señales en las que San Josemaría Escrivá ve falta de humildad, y que  nos puede ayudar a identificar la falta de humildad en nosotros mismos.

Déjame que te recuerde, entre otras, algunas señales evidentes de falta de humildad, dice San Josemaría:

  • Pensar que lo que haces o dices está mejor hecho o dicho que lo de los demás.
  • Querer salirte siempre con la tuya.
  • Disputar sin razón o -cuando la tienes- insistir con tozudez y de mala manera.
  • Dar tu parecer sin que te lo pidan, ni lo exija la caridad.
  • Despreciar el punto de vista de los demás.
  • No mirar todos tus dones y cualidades como prestados.
  • No reconocer que eres indigno de toda honra y estima, incluso de la tierra que pisas y de las cosas que posees.
  • Citarte a ti mismo como ejemplo en las conversaciones.
  • Hablar mal de ti mismo, para que formen un buen juicio de ti o te contradigan.
  • Excusarte cuando se te reprende.
  • Encubrir al Director Espiritual algunas faltas humillantes, para que no pierda el concepto que de ti tiene.
  • Oír con complacencia que te alaben, o alegrarte de que hayan hablado bien de ti;.
  • Dolerte de que otros sean más estimados que tú.
  • Negarte a desempeñar oficios inferiores.
  • Buscar o desear singularizarte.
  • Insinuar en la conversación palabras de alabanza propia o que dan a entender tu honradez, tu ingenio o destreza, tu prestigio profesional.
  • Avergonzarte porque careces de ciertos bienes…

Juan Pablo II besa a la madre Teresa de Calcuta

 

MANERAS DE CONVERTIRTE EN HUMILDE PARA LA MADRE TERESA

A su vez la Madre Santa Teresa de Calcuta mientras que era la cabeza de las Misioneras de la Caridad, mantenía una lista de maneras de cultivar la humildad entre las hermanas a su cuidado.

  • Hablar lo menos posible sobre sí misma.
  • Mantenerte ocupada con sus propios asuntos y no los de los demás.
  • Evitar la curiosidad (lo que se refiere a querer saber cosas que no te deberían preocupar)
  • No interferir en los asuntos de los demás.
  • Aceptar las pequeñas irritaciones con buen humor.
  • No insistir en los defectos de los demás.
  • Aceptar censuras incluso si son inmerecidas.
  • Ceder a la voluntad de otros.
  • Aceptar insultos y lesiones.
  • Aceptar el desprecio, el olvido y se desatendida.
  • Ser cortés y delicada, incluso cuando estás siendo provocada por alguien.
  • No hay que buscar ser admirada y amada.
  • No protegerte detrás de tu propia dignidad.
  • Ceder, en las discusiones, incluso cuando tienes razón.
  • Elegir siempre la tarea más difícil.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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