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¿Qué tipo de Fenómeno fue la Estrella de Belén? [que guió a los reyes magos]

La estrella de Belén es materia de estudio desde la antigüedad.

Se ha tratado de descifrar su historicidad y que la produjo.

A todas luces parecería que tal astro fue una intervención directa de Dios.
.
O que Dios aprovechó un hecho natural astronómico para guiar a los Magos hasta Belén.
.
Aunque Dios no tiene necesidad de aprovechar nada ya que Él puede crear cualquier cosa.

   

LA DUDA DE COMO SE PLASMÓ

¿Fue un hecho astronómico natural y visible para todos o fue una creación divina para ese momento y ese lugar?

En las Sagradas Escrituras nos encontramos a Dios muchas veces se comunica con los hombres por medio de señales en la naturaleza.

Como por ejemplo la brisa de la tarde en el Paraíso, el arco iris después del Diluvio, la Zarza ardiente, la diáfana nube de San Elías, etc…

Pero lo cierto es que los evangelios dejan claro que los Magos fueron los únicos en darse cuenta de este astro.

¿Fue porque eran estudiosos de la astronomía?.
.
¿Fue porque Dios puso un velo en las demás personas para que no vieran este evento astronómico?
.
¿O fue una visión que Dios dio solamente a los Magos?

No lo sabemos.

En su propio nacimiento humano, la segunda persona de la Santísima Trinidad quiso usar de una señal en el cielo, la Estrella de Belén.

Este hecho es narrado únicamente por un evangelista: San Mateo.

Es verdad que en aquella época se admitía que el nacimiento de personas importantes estaba relacionado con ciertos movimientos de los astros celestiales.

Así, se decía que Alejandro Magno, Julio César, Augusto, y hasta filósofos como Platón tuvieron su estrella, aparecida en el cielo cuando ellos vinieron al mundo.

Mucho se ha hablado respecto de la estrella aparecida a los tres Reyes Magos.

Y no han faltado hombres de ciencia que han intentado encontrar una explicación natural para ese suceso sobrenatural, centro de la historia humana.

El evento hay que buscarlo en la naturaleza en los años alrededor del nacimiento de Jesús en Belén hace 2000 años.

   

EL NACIMIENTO DE JESÚS

Los mismos evangelios permiten aproximar tal fecha, al momento que señalan hechos históricos claves como el reinado de Herodes, la realización en esa época de un censo de población y el hecho de que Cirinio era gobernador de Siria.

Los períodos de tiempo de tales hechos están bien acotados.

Tomando en cuenta la variación en el calendario, diversas teorías establecen que en realidad el año en que habría ocurrido la Natividad sería entre 7 años antes a 7 años después de la era cristiana.

Por otra parte, considerando las descripciones del suceso, tales como el pastoreo de la época durmiendo al raso, lo que normalmente se hacía en la primavera, indican que el nacimiento habría ocurrido entre los meses de marzo y abril.

Hay abundantes opiniones sobre que la celebración de la Navidad el 25 de diciembre tiene orígenes paganos, ya que se celebraba el solsticio de invierno, que en esa época ocurría en esa fecha.

El solsticio se ha corrido en el tiempo debido a la lenta rotación del eje de la Tierra conocida con precisión.

Fue entre los años 352 y 366 cuando se comenzó a imponer la celebración de la Natividad la noche del 24 de diciembre, por influencia de los monjes griegos San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianceno.

 

   

LOS REYES MAGOS

Según narra el Evangelio de San Mateo 2:2:

“…llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella al oriente y venimos a adorarle”.

¿Quiénes eran los magos?

Si investigamos, el término mago concluimos que no es la idea actual que tenemos de estos personajes.

Mago viene del griego magoi.

Magoi significa matemático, astrónomo y astrólogo.

Por lo tanto, en una época donde todavía no se separaba la Astronomía de la Astrología, eran personajes que estudiaban las estrellas.

¿De dónde procedían?

Esto es importante al momento de marcar una dirección y así poder ubicar hacia dónde veían la estrella.

Muchos historiadores los ubican en la antigua Persia, hoy Irán.

Pero para los Persas, una estrella más no habría sido elemento relevante.

Por lo tanto, aunque originarios de Persia, los reyes magos habrían sido Babilonios, quienes si tenían interés y estudiaban las estrellas.

Finalmente, ¿qué fue lo que vieron?

Los relatos indican

“…hemos visto su estrella hacia el oriente”, “Una estrella indescriptiblemente grande…”. “…un astro brillaba en el cielo más que todos los restantes…”.

   

LA POSICIÓN DE SANTO TOMAS DE AQUINO

Algunos teólogos defienden que San Mateo hizo una interpretación de las tradiciones de la época.

Refiriéndose al astro no como una estrella en el sentido literal, sino como símbolo del nacimiento de un personaje importante.

Sin embargo esta es una posición modernista que trata de desvestir a los evangelios de eventos sobrenaturales calificando todo o casi tomo como un símbolo.

Pero Santo Tomás, el doctor angélico, ya pensó en eso en su época y resolvió la cuestión en la Suma Teológica (III q. 36 a. 7), usando cinco argumentos de San Juan Crisóstomo:

• Esta estrella siguió un camino de norte a sur, que no es lo común en las estrellas.

• Ella aparecía no solo de noche, sino también durante el día.

• Algunas veces ella aparecía y otras se ocultaban.

• No tenía un movimiento continuo: avanzaba cuando era preciso que los magos caminasen, y se detenía cuando ellos debían detenerse, como la columna de nubes en el desierto.

• La estrella mostró el parto de la Virgen no sólo permaneciendo en lo alto, sino también descendiendo, pues no podía indicar claramente la casa si no estuviese cercana a la Tierra.

Pero si ese astro no fue propiamente una estrella ¿qué era?

Según el propio Santo Tomás, todavía citando al Crisóstomo, podría haber sido:

• El Espíritu Santo así como apareció en forma de paloma sobre Nuestro Señor en Su Bautismo, también apareció a los Reyes Magos en forma de estrella.

• Un ángel, el mismo que apareció a los pastores, apareció a los Reyes Magos en forma de estrella.

• Una especie de astro creado aparte de los otros, no en el cielo sino en la atmósfera próxima a la tierra, y que se movía según la voluntad de Dios.

Como solución al misterio de la estrella de Belén, Santo Tomás afirmaba que lo más probable y correcto era esta última alternativa.

Ahora evaluemos la posibilidad de que se tratara de un astro verdadero, para lo cual hay que ir a la astronomía.

  

LA ESTRELLA DE BELÉN Y EL CONOCIMIENTO ASTRONÓMICO ACTUAL

¿Existió realmente la estrella de Belén?

Los hombres de Ciencia, particularmente los astrónomos, vienen haciéndose esa pregunta desde hace mucho tiempo.

Aunque todavía no se puede dar una explicación científica unánime y hay muchas teorías al respecto.

Podemos saber que en la zona aproximada, en donde se sitúa el nacimiento de Jesús y en esa fecha, tuvieron lugar algunos acontecimientos astronómicos importantes e inusuales.

  

CONJUNCIONES ASTRONÓMICAS

Algunas veces debido al movimiento aparente en el cielo de los planetas puede darse que dos planetas se encuentren tan juntos en el cielo que incluso en ocasiones (las menos), ambos cuerpos sean indistinguibles a simple vista.

Este tipo de situaciones reciben el nombre de conjunciones planetarias.

Aunque la posibilidad de que se den es más pequeña, puede suceder que en lugar de dos sean tres los planetas que estén muy cerca en el cielo.

Dichas conjunciones planetarias han sido consideradas a lo largo de la historia como el acontecimiento astronómico que inició la marcha de los Reyes Magos a Belén.

  

La conjunción del año 7 a.C.

La estrella pudo haber sido la conjunción de Júpiter y Saturno que se produjo el año 7 a. C.

En el año 7 a.C. ocurrió una conjunción planetaria (acercamiento aparente en el cielo de dos o más planetas), nada habitual.

Júpiter se paseó casi justamente por delante de Saturno, hasta en 3 ocasiones en poco tiempo, en la constelación de Piscis.

En este caso, los magos interpretarían este hecho como un gran rey (Júpiter) de Justicia (Saturno) nace entre los judíos (Piscis).

El símbolo de los peces (Piscis) está asociado además a la simbología antigua del cristianismo.

Se esperaba la llegada del Mesías, según los profetas, y estos signos indicaban que el hecho estaba ocurriendo, al menos para los Magos de oriente.

Júpiter es el dios principal y Saturno su padre.

¿Qué acontecimiento más grande se podía pedir para el nacimiento del Mesías?

Y no una sola vez confluyeron los planetas, sino tres.

Reyes, dioses y pescadores, una simbología concordante con la aparición de una gran figura, al menos para aquellos que esperaban al Mesías.

En 1925 se encontró una tablilla de arcilla a 100 km de Babilonia, con caracteres cuneiformes, que habla de la conjunción triple entre Júpiter y Saturno, así que fue visible en toda aquella zona.

Dicha conjunción planetaria o acercamiento entre los dos grandes planetas, es posible reproducirla hoy con programas informáticos de astronomía.

La tablilla está en el museo estatal de Berlín.

La conjunción de Júpiter y Saturno en Piscis, que tuvo lugar en el año 7 a.C., entre  Mayo y Diciembre del año 7 a.C., en tres ocasiones, es un fenómeno que ocurre cada 900 años.

La primera de las tres grandes aproximaciones de los planetas, se produjo el 22 de mayo, del año 7 a.C. tal como se recogió en ciertos papiros egipcios.

Este fenómeno, tan espectacular e infrecuente, pudo servirles a los Magos para iniciar su viaje, con lo que la segunda conjunción, a finales de septiembre, coincidiría con su visita a Herodes.

Si procedían de Arabia, Mesopotamia o lugar análogo, la duración de su viaje podría alargarse a unos 4 meses.

La tercera conjunción, ocurrió a comienzos de diciembre.

La hipótesis de que la estrella de Belén se trató de esa triple conjunción tuvo su origen, a principios del siglo XIX, en el obispo danés Munter.

Hubo otras conjunciones planetarias en los años 6, 5, 3 y 2 a.C.

  

La conjunción del año 6 a.C.

El 25 de febrero del año 6 a.C. otro fenómeno celeste tuvo lugar: Júpiter y Saturno estaban muy próximos, aún menos que en el año 7 a.C., pero un tercer planeta brillante, Marte, se colocó justo entre ellos.

El astrónomo Kepler, observó este fenómeno entre el 19 y el 24 de diciembre de 1603 con los planetas en conjunción: Júpiter, Saturno, Mercurio.

Y tras numerosos cálculos, llegó a la conclusión de que se repetía cada 805 años y que había sucedido entre los años 7 al 6 a.C. con los planetas gigantes.

Aunque en aquella ocasión Júpiter solo pasó una vez cerca de Saturno y no tres veces como la del año 7 a.C.

Por lo tanto también fue un acontecimiento maravilloso y rarísimo en el cielo.

  

La conjunción de los años 3 y 2 a.C.

Por su parte Antonio Yagüe maneja la hipótesis de que se trató de una conjunción séxtuple de Júpiter en poco más de un año, entre el 12 de agosto del (3 a.C.) y 18 de octubre del (2 a.C.).

Esto sucedió mientras transitaba por las constelaciones de Leo y Virgo.

Estas tres veces seguidas en muy poco tiempo quería decir simbólicamente para ellos algo así como: viene el Mesías (Júpiter) al pequeño Rey (Regulus) del Rey del Cielo (Leo).

Tres coincidencias de Júpiter y Regulus, los días 14 de septiembre del año 3 a.C. , 16 de febrero y 9 de mayo del año 2 a.C.

Sus indagaciones lo llevan a pensar que el astro percibido debió ser la triple conjunción Júpiter-Regulus, que estuvo precedida en aquella ocasión por una conjunción Júpiter-Venus como estrella de la mañana y seguida de otra doble Júpiter-Venus, que alterna como estrella de la tarde y finalmente estrella de la mañana.

De este modo la señal completa del Nacimiento de Jesucristo supone 6 conjunciones de Júpiter en un breve espacio de 427 días: tres con Venus y tres con Regulus.

El triple signo Júpiter-Regulus queda embebido en un triple signo Júpiter-Venus.

La cadencia de repetición de esta señal de 6 conjunciones significativas de Júpiter es de 4 veces cada 2147 años.

Era la cuarta vez que se producía desde los tiempos del diluvio.

Él interpreta que el simbolismo global que consideraron los Magos era el encuentro de la Madre (Venus) y el Rey del Cielo (Leo), trayendo al Mesías (Júpiter) como pequeño Rey (Regulus).

LA HIPÓTESIS SOBRE COMETAS

La aparición de cometas como símbolo de la estrella de Belén es un hecho procedente de la Edad Media.

Y es claramente representado en el cuadro La Adoración de los Reyes Magos pintado por el italiano Giotto di Bondone sobre el año 1304.

Giotto pintó su “estrella de Belén” en el cuadro, probablemente por la sorpresa que le habría supuesto la aparición en 1301 del cometa que hoy conocemos con el nombre de Halley.

La iconografía fue adaptando poco a poco esta figura en todas las escenas que hacían referencia a la Natividad y, de alguna u otra forma, nos ha llegado a nuestros días.

Científicos han analizado la posibilidad de que la estrella de Belén se tratase de un cometa que viajase visible desde el este al sur durante 2-4 meses.

Sin embargo, la astronomía no registró por esos tiempos ningún fenómeno de ese tipo.

Tan solo existe la posibilidad del cometa Halley, pero su aparición tuvo lugar hacia el año 12 a.C., lo que parece alejarse de la posible fecha del nacimiento de Jesús.

  

LA HIPÓTESIS DE UNA SUPERNOVA

Otra posibilidad planteada es la aparición de una supernova en los cielos.

Una supernova es una estrella muy masiva que aumenta bruscamente su luminosidad, de tal forma que no es posible que pase inadvertida en el cielo.

Ciertamente es difícil que la estrella de Belén pudiera interpretarse como una supernova.

Porque cuando una estrella se convierte en una supernova, su estadio final es una envoltura gaseosa que se va expandiendo con el tiempo.

Con los telescopios y radiotelescopios que existen hoy día, es fácil observar donde se encuentra éste remanente de supernova y no se ha detectado ningún resto de supernova en la zona.

  

LA HIPÓTESIS DE UNA ESTRELLA NOVA

Antes sugerimos una supernova como un candidato ideal para ser la estrella de Belén. Hubiera sido, cuanto menos, curioso.

Pero ¿y si en lugar de ser un objeto tan espectacular como una supernova fuera una nova?

Una nova es una estrella que, como consecuencia de las reacciones nucleares explosivas que se dan en las capas más superficiales de la estrella, sufre un aumento de brillo considerable aunque no se acerca al excepcional aumento que sufren las supernovas

¿Acaso pudo ser la estrella de Belén una nova, una nueva estrella?

Datos procedentes de los astrónomos chinos indican el registro de una nova en la constelación de Capricornio hacia marzo-abril del año 5 a.C., estrella que fue muy brillante y visible durante 70 días.

Esa estrella parece ser que apareció por el este varias horas antes del amanecer, lo que concuerda con el relato de Mateo.

Sin embargo, lo que se cuenta en Mateo 2:9, implica que posteriormente fue visible hacia el sur, cuando los Magos se dirigían a Belén, tras su visita al rey Herodes.

Una nova no hubiera podido moverse tanto, por lo que la hipótesis de la nova resulta difícil de creer.

  

EL PLANETA JÚPITER POR SI MISMO

El astrónomo Ivor Bulmer-Thomas propuso que las conjunciones, antes mencionadas, de Marte, Júpiter y Saturno en los años 7 y 6 a.C. alertaron a los Magos para otra señal celestial.

Y esta tuvo lugar en mayo del año 5 a.C., consistente en el llamado movimiento retrógrado de Júpiter, cuando el planeta hace una especie de lazo en el cielo y al final del mismo parece permanecer estacionario durante una semana.

Los astrónomos babilonios tenían un gran interés por este fenómeno y los Magos podrían haber iniciado el viaje cuando Júpiter emergió desde detrás del Sol en el mes de mayo del año 5 a.C.

Con lo que, cuatro meses después, al final del viaje en Belén, el luminoso planeta Júpiter se encontraría aparentemente parado, estacionario.

La suposición de que el planeta Júpiter fue realmente la estrella de Belén es la aceptada también por numerosos astrónomos como los del Observatorio Griffith.

Se basan también en el hecho de que Júpiter estuvo en conjunción próxima con Venus dos veces, y con Regulus tres veces en un periodo de 10 meses cercanos al tiempo supuesto del nacimiento de Jesús, que es lo que manejó Yagüe.

  

OTRAS HIPÓTESIS

Algunos astrónomos como Mark Kidger (investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias) o Humphreys (de la Royal Astronomical Society) disponen de una hipótesis no centrada en un objeto u acontecimiento en concreto, sino en varios.

Su hipótesis se basa en centrarnos primeramente en la conjunción planetaria del año 7 a.C.

Júpiter y Saturno en la constelación de Piscis le habría llamado poderosamente la atención a los Reyes Magos como ya hemos explicado.

Posteriormente en el año 6 a.C. Marte, Júpiter y Saturno se agruparon muy cerca entre ellos en una zona del cielo reducida, de nuevo en la constelación de Piscis.

Si bien el suceso no tuvo nada en especial los Reyes Magos estaban ya sobreavisados, así que a la menor señal de alarma, iniciarían la partida.

Algo que llegaría con la nova del año 5 a.C la cual se mantendría visible durante más de 70 días, tiempo suficiente para que los Reyes Magos llegaran a ver a Jesús.

De ésta forma Kidger y Humphreys sitúan a la Estrella de Belén como una sucesión de acontecimientos astronómicos sucedidos durante dos años.

Fuentes:


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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¡Impresionante! el 23 de septiembre 2017 aparecerá en el Cielo la Mujer Vestida de Sol

Esta conjunción que habrá en el cielo se gestó durante 9 meses.

Cuando el planeta Rey permaneció en el vientre de la Virgen (la constelación de Virgo)  

Y comenzó la “gravidez” luego de finalizado el Año de la Misericordia.

Transcurriendo durante el período de celebración de los 100 años de las apariciones de Fátima.

Y también con la antítesis, las celebraciones de la fundación de la Masonería, la Reforma Protestante y le Revolución Rusa que instauró el comunismo.

¿Casualidad o un mensaje para la humanidad?

Leer especialmente el complemento de este artículo, que son las consecuencias de este evento en el cielo:

La “Consecuencias” en el Mundo del Signo en el Cielo del 23 de Septiembre

Leer también sobre los Reyes Magos:

 

LA MUJER VESTIDA DE SOL QUE MOSTRARÁN LOS CIELOS

Al finalizar el año de la Misericordia comenzó a delinearse una conjunción extraordinaria en los cielos.

Duró 9 meses, precisamente el tiempo de gestación de un ser humano.

El 20 de noviembre el planeta Rey (Júpiter) entró en el cuerpo de Virgo (que representa a la Santísima Virgen).

Y debido a su movimiento retrógrado permaneció en su seno durante nueve meses.

Tras este tiempo de “gestación”, Júpiter (el Rey) saldrá de Virgo (la Virgen) el 23 de septiembre de 2017.

En ese momento podremos ver sobre la cabeza de Virgo a la constelación Leo (el León), que contiene 9 estrellas.

Y cerca de estas 9 estrellas veremos a los planetas Mercurio, Marte y Venus, que por su brillo parecerán estrellas.

Y veremos al Sol apareciendo directamente detrás de Virgo, con la Luna a sus “pies”.

Lo que en definitiva parecerá en los cielos como 12 estrellas cerca de la cabeza de Virgo (la Virgen), luego que salió Júpiter (el Rey) del seno de Virgo (la Virgen), brillando delante del Sol y con la Luna debajo.

Todo lo cual se asemeja a la representación del nacimiento de Jesucristo del vientre de la Santísima Virgen María.

Y la coronación de la Santísima Virgen con 12 estrellas en su cabeza, como Reina por el León de Judá, parada sobre la Luna y alumbrada por el Sol.

Esta sorprendente alineación coincide exactamente con la visión que describe el Apocalipsis 12:1.

Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz

Esta señal en los cielos es el correlato a la Estrella que llevó a los Reyes Magos hasta el portal de Belén.

Pero hay más.

Durante este período estaremos celebrando los 100 años de las apariciones de Fátima.

Coincidiendo también con los 300 años de fundación formal (con ese nombre) de la masonería.

Los 100 años de la revolución Bolchevique en Rusia.

Y con la celebración de los 500 años de la reforma protestante.

Lo que da pie para la continuación del pasaje mencionado anteriormente del Apocalipsis:

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas…”

¿Coincidencia?

¿Podrá suceder algo importante enviado del Cielo?

¿Tendrá que ver con el Aviso y el Milagro profetizados?

¿Se acerca una purificación? El padre Fortea cree que sí.

¿Esta es la señal?

 


¿SI DIOS HOY NOS ENVIARA UNA SEÑAL, NOS PERCATARÍAMOS DE ELLA?

¿Si Dios, como lo ha hecho anteriormente, nos enviara una señal celestial, augurio de grandes y terribles eventos, nos percataríamos de ella?

¿Estamos, como tantos otros anteriores a nosotros, tan ocupados con nuestra cotidianeidad que ya no nos molestamos en mirar hacia Arriba?

¿Y si Dios nos enviara hoy una señal, podríamos notarla?

Y si lo hiciéramos, ¿nos importaría o simplemente la ignoraríamos tomándola como alguna tonta superstición?

¿Y si te dijera que está por venir un evento astronómico que es un símil fiel de una señal del Libro de la Revelación (Apocalipsis), sorprendentemente preciso, tanto en su contexto como en su momento?
.
¿Mirarías hacia arriba?

Recuerda esto:

«Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.

Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.

Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.

La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.» (Apocalipsis 12: 1-5)

venus y jupiter acercandose

 

LA ESTRELLA DE BELÉN

Nosotros tomamos como una parte establecida e indiscutible de nuestra fe, que hace 2000 años Dios utilizó un acontecimiento astronómico para comunicarse con el hombre: la Estrella de Belén.

Muchas personas ahora, al imaginarse la gran Estrella de Belén, si se la imaginan en plenitud, piensan que era muy obvio para todos.

Que se apareció para enviar a los Reyes Magos en un largo viaje para encontrar al Rey prometido.

Sabemos que la versión de los acontecimientos no es un error, ya que cuando los Reyes Magos llegaron a Jerusalén, a sólo 8 kilómetros de Belén, tuvieron que explicar qué fue lo que vieron y por qué lo interpretaron en la forma en que lo hicieron.

El rey Herodes, su corte, y el resto de Jerusalén eran ignorantes de los acontecimientos sobre la Estrella de Belén.

Los habitantes de Jerusalén, como nosotros hoy, estaban muy ocupados proveyendo para sus familias y en sus deberes cotidianos.

A pesar de que esta gran señal anunciaba el nacimiento del Salvador, el mismo Hijo de Dios, pasaba por encima de sus cabezas, ni se dieron cuenta, ni les importó.

Para comprender el contexto adecuado del potencial de la señal de Apocalipsis 12, es menester examinar más a fondo la Estrella de Belén.

¿Qué fue la Estrella de Belén y cómo la vieron los Reyes Magos cuando nadie más la vio?

La respuesta corta es que los Magos estaban prestando atención.

Es muy convincente que la Estrella de Belén estuvo dentro de una serie de eventos astronómicos regulares que involucraron conjunciones raras, que simbólicamente indicaban el nacimiento de un rey.

Es importante tener en cuenta que, enfáticamente, ésto no es astrología.

La Enciclopedia Británica define la astrología así:

«… Tipo de adivinación que consiste en la predicción de eventos humanos y terrestres a través de la observación y la interpretación de los astros fijos, el Sol, la Luna y los planetas.

Tales fanáticos creen que comprender la influencia de los planetas y los astros en temas terrenales les permite, tanto predecir como afectar el destino de los individuos, los grupos y las naciones».

La Iglesia Católica condena explícitamente, tanto la astrología, como toda forma de adivinación (CIC 2116).

Pero las señales como la Estrella de Belén no son adivinación del destino que predicen los astros, sino astronomía y simbología normales.

Con la idea de que Dios a veces utiliza Su creación para comunicarse con el hombre.

La Biblia está repleta de ejemplos que explican lo anterior. Esto es lo que se denomina Astronomía Sagrada.

El Salmo 19 dice:

Los cielos cuentan la gloria de Dios, la obra de sus manos anuncia el firmamento; el día al día comunica el mensaje, y la noche a la noche trasmite la noticia.

No es un mensaje, no hay palabras, ni su voz se puede oír; más por toda la tierra se adivinan los rasgos, y sus giros hasta el confín del mundo”. (Salmo 19: 1-4)

San Pablo cita directamente este Salmo en Romanos, al aclarar que los judíos tenían conocimiento de que el Mesías había llegado.

“Por tanto, la fe viene de la predicación, y la predicación, por la Palabra de Cristo.

Y pregunto yo: ¿Es que no han oído? ¡Cierto que sí!

Por toda la tierra se ha difundido su voz y hasta los confines de la tierra sus palabras (Romanos 10: 17-18)

Pablo claramente dice que los judíos tenían conocimiento del Mesías porque el cielo se lo dijo así.
.
Obviamente Pablo no está justificando la astrología, sino indicando que Dios puede, y de hecho a veces utiliza, los cielos para anunciar Sus planes.

cripta de la natividad en belen

 

¿QUÉ FUE LA ESTRELLA DE BELÉN?

Es convincente decir que la Estrella de Belén fue una serie de acontecimientos astronómicos con simbolismo significativo.

Más detalles ver en BethlehemStar.net.

En los años 3/2 aC, se produjo una rara conjunción triple de Júpiter (el planeta rey, a través de su movimiento retrógrado) y de Regulus (el astro rey).

Los Reyes Magos probablemente leyeron esta rara conjunción triple como si hubiera sido un letrero gigante de neón parpadeando en el cielo diciendo REY-REY-REY.

Todo esto comenzó en el año nuevo judío y dentro de la constelación de Leo (el león, símbolo de la tribu de Judá).

Por lo tanto, simbolizó en gran medida al rey judío de la tribu de Judá; una clara indicación para aquellos que estaban familiarizados con el Mesías.

Además, surgiendo justo detrás de Leo estaba la constelación de Virgo, con el sol y la luna a sus pies.

Después de esta increíble triple conjunción, Júpiter comenzó a moverse hacia el oeste en el cielo.

Que eventualmente entra en conjunción con Venus, un planeta larga y simbólicamente asociado con la maternidad.

La conjunción del planeta rey y el planeta de la maternidad estaban tan cerca uno del otro, que ningún hombre vivo había visto nunca nada igual.
.
Y juntos formaron el objeto más brillante en el firmamento.

Todo este simbolismo de un rey judío de Judá y de una Virgen fue suficiente para que los bien versados Magos se pusieran en movimiento hacia Jerusalén.

Pero en cambio se puede entender por qué el ciudadano común de Jerusalén no lo viera.

Júpiter continuó su movimiento hacia el oeste en el cielo hasta que finalmente se detuvo.
.
Cuando se detuvo (como se ve desde Jerusalén), lo hizo en el sur.
.
Directamente sobre el pequeño pueblo de Belén, el 25 de diciembre del año 2 antes de Cristo.

Esto ahora puede verse fácilmente con programas modernos sobre astros, que le pueden mostrar el cielo nocturno en cualquier fecha en la historia y desde cualquier perspectiva.

El surgimiento de este tipo de programas informáticos ahora, nos permite mirar no sólo el pasado, sino el futuro en los cielos.

venus y jupiter sobre belen

 

LO QUE SUCEDERÁ A PARTIR DEL 20 DE NOVIEMBRE DE 2016

Volvamos a los primeros versículos de Apocalipsis 12.

«Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza; está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz».

El autor del Apocalipsis indica claramente que esta visión es una señal en el cielo.

¿Qué veremos en el cielo en un futuro próximo?

El 20 de noviembre de 2016, comenzará un evento astronómico que durará nueve meses y medio, y que culminará en sorprendente coincidencia con la visión de Apocalipsis 12.

Todo indicaría a su vez que este evento astronómico, en todos sus detalles, será único en la historia del hombre.

El 20 de noviembre de 2016, Júpiter (el planeta rey) entra en el cuerpo (vientre) de la constelación de Virgo (la Virgen).

Júpiter, debido a su movimiento retrógrado, pasará los siguientes 9 meses y medio dentro del vientre de Virgo.

Este período corresponde al período normal de gestación de un bebé tardío.

Después de 9 meses y medio, Júpiter saldrá del vientre de Virgo.

Al salir de Júpiter (nacimiento), el 23 de septiembre de 2017, veremos la constelación de Virgo (la mujer vestida del sol), emergiendo directamente detrás de éste.

A los pies de Virgo, nos encontramos con la luna.
.
Y sobre su cabeza se encuentra una corona de doce estrellas, formada por las habituales nueve estrellas de la constelación de Leo con la adición de los planetas Mercurio, Venus y Marte.

Ésta es, verdaderamente y hasta donde podemos determinar, una única serie de eventos con un grado sorprendente de coincidencia con la visión de Apocalipsis 12.

Así que, ¿qué significa este hecho astronómico?

 

¿QUE NOS PUEDE DECIR ESTE EVENTO ESTELAR QUE CULMINA EL 23 DE SEPTIEMBRE?

La respuesta obvia y veraz es simplemente que no lo sabemos. Pero no significa que no podamos especular.

Lo que pasa es que estos eventos sucederán y serán evidentes durante el 100º aniversario de las apariciones de «la mujer vestida del sol», Nuestra Señora de Fátima que se apareció en 1917.

La culminación de estos eventos astronómicos se producirá justamente 3 semanas antes del 100º aniversario del gran milagro de Fátima, «la danza del sol» (otra señal celestial), un evento que fue presenciado por muchos miles de personas.

En el siglo que ha seguido a este gran evento, hemos visto que las advertencias de la Virgen se han hecho realidad con sorprendente precisión.

La gente no dejó de ofender a Dios y hemos visto terribles guerras, naciones aniquiladas, y Rusia esparciendo sus errores por el mundo.
.
Si somos honestos, incluso dentro de la misma Iglesia.

Sin embargo, todavía esperamos el cumplimiento de sus promesas, el triunfo de Su Inmaculado Corazón, y un período de paz que será concedido al mundo.

Pero lo que posiblemente no sepamos es que en la misma historia de Fátima hay indicios de que el período de 100 años podría ser significativo.

En agosto de 1931, la Hermana Lucía visitó a un amigo en Rianjo, España.

Allí, Nuestro Señor se apareció a la Hermana Lucía y Él se quejó que no se les había prestado atención a las peticiones de Su madre, diciendo:

«Haz saber a Mis ministros, ya que siguen el ejemplo del Rey de Francia retrasando la ejecución de Mi mandato, que ellos le van a seguir en la aflicción.

Nunca es demasiado tarde para recurrir a Jesús y a María».

Y de nuevo en otro texto, la Hermana Lucía citó a Nuestro Señor:

«¡Ellos no quisieron hacer caso a mi petición! …

Al igual que el rey de Francia, se arrepentirán de ello, y lo harán, pero será tarde.

Rusia ya habrá propagado sus errores en el mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia.

El Santo Padre tendrá mucho qué sufrir«.

Son muy interesantes esas referencias al rey de Francia, ya que es una alusión explícita a las peticiones del Sagrado Corazón dadas, a través de Santa Margarita María de Alacoque el 17 de junio 1689, al Rey de Francia.

El rey Luis XIV y sus sucesores no hicieron caso a la petición de Nuestro Señor de consagrar públicamente Francia al Sagrado Corazón de Jesús.

Como resultado, el 17 de junio de 1789, cien años después del día después de la solicitud, surgió la Asamblea Nacional de la Revolución Francesa, que se declaró como el gobierno de Francia y despojó al rey de su poder.

Más tarde, el rey perdió la cabeza a causa de la revolución.

No es posible conocer la relevancia exacta de esta alusión de 100 años o de saber si y cuándo, el reloj comenzará a marcar el tiempo, pero sin duda es interesante y relevante en este contexto.

Por supuesto también, muchos están familiarizados con la visión del Papa León XIII.
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En la que supuestamente escuchó que a satanás se le concedieron cien años para tratar de destruir a la Iglesia.

Inmediatamente después de esta visión, el Papa León XIII compuso la oración a San Miguel Arcángel, rogándole defendernos en la batalla y ser nuestra defensa contra la perversidad y acechanzas del demonio.

El Papa León XIII añadió entonces las oraciones Leoninas al final de la misa, más tarde suprimidas como consecuencia del Concilio Vaticano II.

Vivimos en estos tiempos tumultuosos para la Iglesia

En los que los fundamentos mismos de la fe, incluso las mismas palabras y mandatos de Nuestro Salvador son menospreciados e ignorados.

Y por lo tanto es imposible no recordar la visión del Papa León.

También debemos señalar que la fecha de inicio del evento astronómico, 20 de noviembre de 2016, fue el mismo día en que el Papa Francisco cerró el «Año de la Misericordia».
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El mismo día fue la fiesta de Cristo Rey.

Y como contraposición vemos que precisamente en 2017 se celebran  3 sucesos fatídicos:
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– los 500 años de la Reforma Protestante;
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– los  300 años de la fundación formal de la masonería;
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– los 100 años de la revolución bolchevique en Rusia.

En conclusión, sabemos que estos fenómenos astronómicos muy espectaculares se producirán, pero no podemos estar seguros sobre su importancia sagrada.

Y si significan algo respecto al aviso y milagro que ha sido profetizado en las apariciones de Garabandal y Medjugorje, curiosamente dos apariciones a las que la Congregación para la Doctrina de la Fe está tratando de quitarles notoriedad.

No pretendemos predecir el futuro de ningún próximo evento relacionado con el cumplimiento de las promesas de Fátima.

Sólo es el relato de que ahora nos encontramos en una situación similar a la de los Reyes Magos hace 2000 años.

¿Miraremos al cielo y diremos: «Está bien Señor, tienes mi atención»?

Fuentes:

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