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La Tentación de Llamarse Cristiano pero No Aceptar lo que Dios nos Pide

Parecería que para gran parte de los humanos está fuera de discusión que efectivamente existe un creador.

Pero la dificultad con aceptarlo es qué no pueden manejarlo.

Porque una cosa es saber qué Él existe por el uso de la razón, y otra es tener fe en Él.

Tener la confianza que lo que nos pide es lo mejor para nosotros.

Y honrarlo con el cumplimiento, porque Él es nuestro creador.

Ellos querrían un Dios creador que le permitiera hacer las cosas que ellos quieren.
.
Y no un Dios que tiene sus propios criterios y pide a los hombres que los cumplan.

Esto ha propiciado el crecimiento del espíritu de la New Age, que inteligentemente ha descubierto que el hombre sabe internamente que Dios existe.

Y que sus exigencias son difíciles de cumplir para nuestra cultura hedonista.

Entonces ha dicho sí señores existe un Dios, pero el Dios está dentro de cada uno y cada uno puede manejarlo de la manera que quiera, porque está a nuestro servicio.

O sea que estamos frente a un Dios “a la carte” que cada uno crea.

Esto mismo es lo que está sucediendo con el catolicismo actualmente, en ancas de una pésima catequesis en las últimas décadas.

Hay una tendencia entre los católicos, cada vez más fuerte, a aceptar aquellas cosas de la Biblia y de la doctrina católica con la que se está de acuerdo y a rechazar las otras.

Esto es lo que el sociólogo italiano Luca Diotallevi llama una religión de baja intensidad, donde el compromiso con los valores religiosos es menor y cada uno arma su “catolicismo” a su manera.

Y en algunos casos se lo racionaliza diciendo que hay que modernizar la doctrina y la modernización pasa por el menú que la persona creó.

Esta gente está creando un Dios manejable, cambiando en la Tierra los criterios con los que Dios nos juzgara en el Cielo.

En Romanos 1: 23 ya San Pablo habla de que los judíos cambiaron la gloria de Dios inmortal por imágenes que se asemejan a seres humanos, aves, animales, reptiles.

Esto es para no lidiar con el gran Dios que nos exige un comportamiento que no estamos dispuestos a aceptar.

Entonces lisa y llanamente suprimimos la verdad y no honramos a Dios como Dios realmente es y se reveló en la Biblia.

  

UNA COSA ES SABER QUE DIOS EXISTE Y OTRA ES TENER CONFIANZA EN ÉL

El Concilio Vaticano 1º (1869-1870) ha dicho que la verdad de las cosas reveladas es percibida por la luz natural de la razón,

Esto viene de San Pablo en Romanos 1: 19-20 donde dice

«…Lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto: Dios se los manifestó.

Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de forma que son inexcusables…»

Esto está expresado en el Catecismo de la Iglesia Católica #47 que dice,

«La Iglesia enseña que el único Dios verdadero, nuestro Creador y Señor, puede ser conocido con certeza por sus obras, por la luz natural de la razón humana«.

Pero además Pablo agrega en Romanos 1: 21,

«Porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su insensato corazón se entenebreció«.

Esto significa que no necesitamos tener fe para saber que Dios existe.

Y que tener fe es tener confianza en que lo que Dios nos está diciendo es la verdad, porque viene del creador en quién depositamos toda nuestra vida.

La fe es una virtud sobrenatural inspirada por Dios en la que creemos que las cosas reveladas por el son verdaderas no por su valor intrínseco que podemos razonar, sino porque Él lo dijo.

Dios se ha comunicado con nosotros y nos ha dicho cómo debemos comportarnos para tener la amistad con él y así llegar a la vida eterna junto con él

Y esto se lo ha dicho a todos por ejemplo a través de los 10 mandamientos, que pueden ser comprensibles por la razón.

Pero ser comprensibles no significa aceptarlos y vivir de acuerdo a ellos cómo pide Dios.

Para ello se necesita tener fe, tener confianza, de que ellos son lo mejor para nosotros, porque Dios lo dice.

Con la razón podemos interpretar lo que Dios quiere de nosotros.

Pero al no tener confianza absoluta en Él caemos presos de nuestros deseos personales humanos.

  

DIOS ES FÁCIL DE INTERPRETAR, PERO…

En realidad Dios es bastante fácil de interpretar si estamos dispuestos a dejar de lado nuestra ideología y deseos personales.

Por ejemplo actualmente sea constituido e un axioma católico en las parroquias de que no se puede juzgar lo que otra persona hace, porque Dios así lo quiso y dicen está escrito en la Biblia.

Sin embargo omiten que hay aún más cantidad de versículos que dicen que hay que amonestar al hermano cuando el hermano peca.

Y en ese sentido es una tradición de la iglesia la corrección fraterna, la cual obviamente ha caído en desuso en estos tiempos.

Otro criterio impuesto por el terrorismo de lo políticamente correcto es que Dios no manda pruebas.

Nada más lejos de la realidad y de las escrituras, ver aquí y aquí.

Dios nos pone a pruebas para que sepamos nosotros mismos hasta donde hemos llegado, para que aprendamos y para señalarnos en que nos debemos esforzar más.

Y no para que Él conozca nuestro rendimiento como si fuera un maestro.

Otro criterio impuesto también es decir que Dios es tan bueno que no castiga a nadie y a quién diga lo contrario lo tratarán de preconciliar.

Pero lo que sucede es que esto no tiene nada que ver con las conclusiones del Concilio Vaticano II ni con la Biblia.

La que está llena de sucesos donde dice directamente que Dios está castigando, por ejemplo en el caso concreto de Sodoma y Gomorra y mismo en el caso de Nínive, que después no cumplió.

Ver además aquí y aquí.

Y hay múltiples menciones de Jesús sobre el castigo, que se ignoran sólo ideológicamente.

Quizás el castigo de Dios lo opera dejando pasar ciertos males qué antes prevenía, o sea por omisión y no por comisión.

Estos son sólo ejemplos que muestran cómo la ideología está predominando en este momento sobre la palabra de Dios expresada en la Biblia.

Y en todo este proceso los que han sido más perjudicados son los 10 mandamientos, o sea las normas que Dios nos ha dado para que vivamos en la Tierra.

Una opción que tienen es ignorarlos y establecer que lo único que existe es el amor.

Pero su virtud es que aterrizan en mandamientos lo que significa el amor en situaciones concretas.

Y la otra forma es considerarlos como ideales, a lo que uno tiene que tender, en contraposición a lo que la Iglesia ha creído en estos siglos, de que son un pedido concreto de Jesús para que los cumplamos.

  

LOS MANDAMIENTOS NO SON IDEALES

Jesucristo hace un llamado inequívoco a cumplir los mandamientos y no simplemente habla de ellos como si fueran un ideal inalcanzable en su tipo puro.

Él quiere que vivamos de acuerdo a sus mandamientos y no sólo que nos esforcemos por llegar lo más cerca posible de su cumplimiento.

Si los tratamos como ideales lo vamos a considerar como no necesariamente alcanzables en el mayor grado y entonces podremos menos pasión por cumplirlos.

Eso está expresado en la frase “eso sería lo ideal si pudiéramos hacerlo”.

Jesús dijo a sus Apóstoles que enviaría al Espíritu Santo para acompañarlos y consolarlos, y que no debían tener miedo.

En Juan 14: 15 Jesús dice a los apóstoles que si verdaderamente lo aman guardarán sus mandamientos.

En Juan 14: 21-24 dice que Él enviará el Espíritu de Verdad para estar con los apóstoles para siempre, y Él hará su morada en ellos.

Y en Juan 13: 34 dice que deben amarse unos a los otros como Él nos ha amado

¿Qué tenemos entonces?

En primer lugar que Cristo da a los apóstoles la misión de hacer lo que Él hizo y de seguir su ejemplo.

Y en segundo lugar que proporciona el auxilio para llevar a cabo la misión, que es el Espíritu Santo y Cristo mismo.

De modo que Cristo nos está dando un auxilio sobrenatural para cumplir sus mandamientos y no sólo nos pide que nos esforcemos humanamente para llegar lo más alto posible de la meta de cada mandamiento.

Cristo le da la gracia y la fuerza los Apóstoles y hoy nos las está dando a nosotros mismos para cumplir con sus mandamientos.

Y esos mandamientos tienen su base en el amor que es la fuerza que Dios sobrenaturalmente nos da para cumplir la voluntad del Padre.

  

HACER LA VOLUNTAD DEL PADRE

En Mateo 7: 21 dice que debemos hacer la voluntad del Padre y guardar sus mandamientos.

No se trata de un esfuerzo, porque dice también que no todo el que le diga Señor Señor entrará en el Reino de los Cielos, sino los que hacen la voluntad del Padre que está en el cielo.

Y la voluntad del Padre es amarlo a Él y al prójimo, que es sobre lo que se nos juzgara al final; de acuerdo a al amor que dimos.

O sea si realmente hicimos o no lo que el Señor nos ha mandado.

La voluntad de Dios no es simplemente que nos esforcemos en dar amor, sino en el tipo de amor que Él estableció en los Mandamientos.

Jesús no dice “trata en guardar mis mandamientos” sino que exige que los vivamos y los cumplamos en concreto.

1 Juan 5: 3-4 dice que el amor a Dios es mantener Sus mandamientos y que los mandamientos no son una carga para nosotros.

En la Última Cena les dejó a los Apóstoles un mandato para que hicieran lo que Él hacía (Juan 13:15)

Si nosotros pensamos que los mandamientos son ideales estamos negando la eficacia de la gracia de Dios.

Dios es el gran capacitador, nos da la fuerza para que podamos conquistar el mundo.

Y al Espíritu Santo, para que insufle en nosotros la gracia para poder cumplir lo que Dios quiere.

Acá no se trata de convertirse en mejores personas o de ser lo mejor posible, sino de cumplir lo que Dios quiere a partir de su gracia.

En Mateo 5: 28 dice “seamos perfectos como vuestro Padre en el Cielo es perfecto”.

Si el Señor está dentro de nosotros como nos prometió, entonces perfectamente nos puede dar la gracia y la fuerza para cumplir lo que Él pide.

San Pablo en Filipenses 4: 13 dice que podemos hacer todas las cosas en Cristo, que nos fortalece.

Y en Mateo 7: 13-14 Jesús dice que el evangelio es un camino duro y estrecho que pocos pueden encontrar.

Sólo se puede encontrar con la gracia y poniéndose a disposición de lo que Dios quiere y no de lo que nosotros queremos.

Los sacramentos de la Iglesia, la oración, la adoración y la lectura atenta y devota de los evangelios, son centrales para activar nuestra disposición a cumplir los mandamientos.

Porque en definitiva de eso se trata, de la disposición personal a dejarse llevar por los pedidos de Dios y no intercalar nuestras predilecciones personales.

  

VEAMOS QUE QUIERE DIOS CON LOS MANDAMIENTOS

Los mandamientos son los enunciados que engloban más pedidos concretos de Dios, que debemos discernir. 

  

Primer Mandamiento

Yo soy el señor tu Dios que te saqué de la tierra de Egipto ese lugar de esclavitud; no tendrás otros dioses aparte de Mí.

Este mandamiento pide creer en un solo Dios y adorar al único Dios y no a otros dioses que creamos nosotros.

Además señala la maravilla de sacar al pueblo judío de la esclavitud, o sea que demuestra su poder previamente.

Nos da un indicador de dónde podemos ver a Dios.

Y al hablar de esclavitud nos está hablando a nosotros actualmente cuando vivimos una vida desordenada, pensando en los dioses del dinero, el poder, el sexo, las posesiones, la fama.

Él nos ordena no adorar a esos dioses terrenales y nos promete sacarnos los grilletes hacia una libertad verdadera.

Él hace el primer movimiento en este proceso, nos demuestra su poder y nos llama para que nosotros respondamos amándolo sólo a Él.

  

Segundo Mandamiento

No tomarás el nombre de Yahvé tu Dios en vano.

Nos llama a adorar a Dios con un profundo amor y asombro.

Él nos da la gracia de amar a Dios y de estar abierto al regalo que Él quiere para nosotros.

Cuándo lo ponemos como punto central y no como una cosa accesoria en nuestra vida, podemos referenciarlo, llamarlo y tener una profunda gratitud hacia Él.

Lo que luego no lleva a la docilidad y la apertura a escuchar su palabra.

  

Tercer Mandamiento

Recuerda guardar el santo día de reposo o sea santificar las fiestas.

El concepto es que se puede trabajar 6 días pero el séptimo ofrecerlo a Yahvé cómo reposo y en adoración a Él.

Nos está prometiendo descansar gozosamente en Él y que Él actúe en nosotros.

Es por esto que la misa dominical es tan importante y se hace tanto énfasis, porque implica permanecer en el amor de Dios.

Ese es el día central en que Dios trabaja transformando nuestro corazón para que escuchemos su voz y nos dispongamos a una comunicación más plena con Él y todas las criaturas de Él.

Por lo tanto la misa dominical no es solamente una costumbre o un rito tradicional, sino que es un momento especial para la acción de Dios sobre nosotros y que nos manda cumplir.

  

Cuarto Mandamiento

Honra a tu padre y a tu madre para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor tu Dios te ha dado.

Este es un llamado no solamente para que honremos a nuestros progenitores, sino a la tradición y sabiduría de la sociedad y de la familia que Él ha creado.

Constreñirnos dentro de la tradición familiar enfría nuestro orgullo y nuestra rebeldía.

Los grandes males de Occidente se catapultaron a partir del deterioro de la familia y la rebeldía de los adolescentes.

Fueron estos adolescentes y jóvenes que crearon el mayo de París de 1968 y la revolución sexual.

Sin la necesaria actitud de referencia hacia la tradición familiar y los padres no hay transmisión de sabiduría.

Y vivimos como meros experimentadores de las ideas que nos surgen, en vez de ponerlas a prueba con la experiencia de nuestros antepasados, para refinarlas y descartar las que no son buenas.

El Señor quiere la continuidad de la sociedad y que crezcamos en la sabiduría acumulada por miles de años.

En que las pruebas fueron templando a la civilización y refinando sus caminos.

  

Quinto Mandamiento

No matarás.

Acá Dios nos previene sobre la ira, el resentimiento, el odio, la venganza, que son los caminos destructores del maligno.

Nos llama incluso amar a los enemigos y a perdonar 70 veces 7.

A mantener la serenidad cuándo el resentimiento nos domina.

Por otro lado nos indica que la vida es sagrada porque en ella está el amor de Dios.

Nos llama a preservar la vida y a protegerla.

 

Sexto Mandamiento

No cometerás adulterio o no cometerás actos impuros.

Hoy vivimos en un mundo de adicciones relacionadas con el sexo, la pornografía, la fornicación, la masturbación, el adulterio, la homosexualidad, la transexualidad, que significan la esclavitud sexual.

El gran criterio que introdujo el judeocristianismo en la civilización humana fue reordenar la sexualidad natural salvaje y canalizarla hacia la familia como eje constitutivo de la sociedad.

Esta liberación de la lujuria ha transformado la sociedad humana y estableció la sacralidad de la vida humana.

Dios quiere que controlemos nuestra sexualidad y darnos pureza de corazón a través de ello.

  

Séptimo Mandamiento

No robaras.

El robo es consecuencia de la avaricia y de la codicia.

Y nos aleja de algo importante en nuestra relación con Dios, que es la gratitud que debemos tener hacia lo que Él nos da.

El temor muchas veces hace que la gente quiera acumular riquezas para tiempos malos, pero Dios nos promete el pan de cada día si confiamos en Él.

Por otro lado robar significa violar el amor al prójimo porque le estamos quitando cosas que Dios ha permitido que tenga.

  

Octavo Mandamiento

No darás falso testimonio contra tu prójimo.

Este mandamiento, al igual que los demás, atenta contra el amor al prójimo.

Porque al dar falso testimonio conspiramos contra su reputación, que es quizás una de las cosas más importantes que pueda tener un hombre en sociedad.

Además está violando su amor a Dios, porque se está alejando del amor a la verdad que es lo que Dios quiere inculcarnos.

Dios quiere sólo cosas buenas para nosotros y entre ellas quiere un buen relacionamiento entre los seres humanos, basado en la realidad y la verdad.

Por esta razón las personas que están en el verdadero camino a la conversión hablan siempre agradecidamente del prójimo y no cuchichean a su espalda.

  

Noveno y Décimo Mandamientos

No codiciarás la casa de tu prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo ni ninguna otra cosa que le pertenezca.

Esto está relacionado con el séptimo mandamiento que es no robarás.

Pero mientras el séptimo mandamiento se refiere a un hecho que se da en la realidad, en este caso está hablando de la fantasía codiciosa, que más tarde puede llegar al hecho concreto de enajenarle la casa al prójimo y la mujer.

Este mandamiento implica liberarnos del deseo de poseer lo que los otros tienen.

El mensaje de Dios se centra en que debemos considerarnos satisfechos, porque Dios nos da lo que necesitamos para nuestra subsistencia, el pan de cada día como dice el Padrenuestro.

Con este mandamiento Dios quiere que nos alejemos de las pasiones esclavizantes de la comparación con los demás.

Fuentes:


Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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Breaking News Catolicismo DEVOCIONES Y ORACIONES Doctrina Liturgia y Devociones Movil NOTICIAS Noticias 2019 - enero - junio Sobre los Mandamientos

¿Por qué la Ley Natural está Regida por los 10 Mandamientos?

Los Diez Mandamientos no son buenos porque Dios nos lo dio.

Sino que él nos los dio porque son buenos.

Los estudios muestran los diez mandamientos son buenos para ti, para tu familia, la sociedad y la Tierra.

tablas de los 10 mandamientos

No tienes que creer en Dios para darte cuenta que las reglas para la vida eterna también son buenas reglas para vivir en este mundo.

Por todo esto es bueno orar para no pecar.

  

LA LEY NATURAL Y EL DON DE LA GRACIA

La ley natural es la ley moral universal para que los humanos vivan bien.

Esta ley natural es válida para todas las sociedades incluso sin fe, porque puede ser conocida por la razón.

Por ejemplo tomemos el caso del asesinato, el robo, la mentira, el adulterio, que son sancionados en la mayoría de las sociedades.

Esta ley natural está escrita en nuestros corazones por parte de Dios.

Y la mayoría de las leyes civiles aplican sus criterios.

Aunque algunas leyes se alejan de ellos dando ocasión al pecado.

Los diez mandamientos son la expresión de esa ley moral dada por Dios a Moisés en el monte Sinaí; son su codificación.

¿Y porque Dios codificó la ley moral?

Porque el pecado original ensombrecía el discernimiento del bien y del mal.

Los 10 mandamiento es un código que los cristianos traemos de los judíos y que Jesús confirmó cuando en Mateo 19 le preguntan, “qué debo hacer para tener la vida eterna” y Él le contesta, “guardar los mandamientos”.

Pero además los cristianos siguen la nueva ley de la gracia. Lo que significa seguir a Jesucristo en Su Iglesia.

Y es esta ley de la gracia la que nos guía al cielo.

Esto está expresado por ejemplo también en Mateo 19, cuándo Jesús le dice a un joven que para entrar al cielo de vender sus posesiones y darle el dinero a los pobres.

De modo que la ley natural es la forma de vivir correctamente en la Tierra, mientras que la ley de la gracia es el regalo para obtener la amistad sobrenatural con Dios.

Porque Dios nos permite participar en su vida divina por medio de la gracia obtenida en el bautismo.

Pero cuando pecamos mortalmente perdemos esa gracia santificadora, nos alejamos de la amistad con Dios y nos privamos de la vida eterna.

Y lo deberemos restaurar por el Sacramento de la Confesión, que justamente se llama también de la Reconciliación porque reconcilia nuestra amistad con Dios.

La ley moral se cumple en la vida de gracia.

Y los diez mandamientos son el cimiento para llegar a la vida de gracia.

La voluntad de Dios es que combinemos la ley moral con el don de la gracia y vivamos de acuerdo a su plan divino.

pecado mujer muestra manzana fondo

  

EL PECADO ES LA TRANSGRESIÓN A LA LEY NATURAL

El pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3: 4) como Juan escribe.

Todo el que comete pecado comete también la iniquidad, pues el pecado es la iniquidad.”

Todos somos pecadores, incluso aquellos que han sido salvados como dice Pablo

todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23) y

«el salario del pecado es la muerte; pero el don gratuito de Dios, la vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 6:23 ).

La buena noticia es que

“la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros (Romanos 5: 8) y

“por quien hemos obtenido ahora la reconciliación(Romanos 5: 11b).

Todos los Pecados caben debajo de los Diez Mandamientos,

Hay más de ciento veinte pecados mencionados en la Biblia, pero Dios nos dio los Diez Mandamientos como un resumen y un estándar por el cual vivir.

Los diez mandamientos y pecados asociados están en (Ex 20: 3-17).

  

CÓMO DEBEMOS INTERPRETAR LOS MANDAMIENTOS

Los mandamientos son para nuestro bien porque no le añaden nada a la naturaleza de Dios.

Dios los ha creado para que seamos felices.

Nos dan a conocer las cosas que no debemos hacer y los peligros que afrontamos, y que socavan nuestro amor y felicidad, con respecto al prójimo y con respecto a Dios mismo.

Cuando pecamos desobedecemos los mandamientos porque nos dejamos dominar por pasiones desordenadas y egoístas.

El mundo actual percibe a los mandamientos como prohibiciones que coartan la felicidad.

Porque el hombre actual no está dispuesto a que nadie le prohíba nada.

Aún si el cumplimiento de los mandamientos asegura la felicidad y el no cumplimiento asegura la infelicidad.

No comprenden que los mandamientos son un rumbo seguro a mediano y largo plazo para la felicidad.

En cambio la cultura actual está orientada a la felicidad inmediata sin preocuparse por lo que sucederá más adelante.

Los mandamientos deben verse en un contexto de liberación de Dios a su pueblo.

Fueron dados a Moisés al liberar al pueblo de la esclavitud física en Egipto.

Pero implican especialmente una liberación interior, que Dios quiso comenzar antes de darle efectivamente al pueblo la tierra prometida.

Son la voluntad de un Dios que quiere que vivamos como hombres justos en una santa alianza con Él.

Los mandamientos son requisitos y obligaciones y no meras sugerencias.

Si no los cumplimos y hacemos lo contrario, tendremos consecuencias graves en la Tierra y para llegar a la vida eterna.

Dios sabe más que nosotros adonde nos pueden llevar nuestros actos.

Y nos dio los mandamientos para que, obedeciéndolos, nos evitemos el mal a nosotros mismos.

Los mandamientos no quitan la libertad, porque con nuestro libre albedrío podremos aceptarlos o rechazarlos.

Pero cuando lo rechazamos nos atamos a las consecuencias negativas de nuestros actos y no nos liberamos.

¿Entonces porque cuesta cumplir los mandamientos?

Porque nuestra humanidad está inclinada hacia el mal por el pecado original.

Por eso lo primero que le sale, lo más fácil y cómodo es pecar.

Entonces los mandamientos apuntan a reconstituir la humanidad en términos de la perfección original que buscó Dios.

Y efectivamente son una puerta estrecha, pero que nos lleva a la felicidad verdadera y a la realización personal en la Tierra.

No son arbitrarios porque cada mandamiento contrarresta nuestras tendencias desordenadas y las encauza.

Los frutos de cumplir los mandamientos son muchos.

Uno es la limpieza del corazón.

La mejor disposición a amar a Dios y al prójimo.

Vaciarnos la mochila para caminar más fácilmente hacia Dios.

Dar paz a nuestra alma.

Ser justos y vivir fraternalmente con los hermanos.

Nuestra realización y satisfacción de vida en la Tierra.

Y un camino seguro para llegar a la vida eterna.

PECADOR QUE SE ARREPIENTE

  

HALLAZGOS CIENTÍFICOS QUE CORROBORAN LA BONDAD DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Analicemos cada mandamiento y la evidencia de hallazgos científicos que corroboran su utilidad y eficacia.

  

I – “Amarás al Señor tu DIOS sobre todas las cosas, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con todo tu entendimiento”.
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II – “No tomarás Su Santo Nombre en vano”.

Las personas que creen en Dios son más felices.

Mientras estudiaban las diferencias en las prestaciones de desempleo entre los países europeos, los investigadores tropezaron con el descubrimiento de que las personas que creen en Dios están por lo general más contenidas en la vida.

También encontraron que los cristianos católicos y protestantes tienen una mayor satisfacción en la vida y enfrentar mejor las situaciones de estrés.

Si crees en Dios, entonces es una obviedad que no tomarás su nombre en vano, como si no tuviera importancia o peor. Su uso para condenar es algo que no es respetuoso de nuestro Señor.

  

III – “Guardarás Domingos y días Santos de Guarda”.

Ir a la iglesia esta conectado con un mejor estado de ánimo.

¿Cuáles son las personas más felices?

De acuerdo con un informe de Gallup, las personas que con mayor frecuencia asisten a su iglesia, mezquita o sinagoga, son más felices.

Los feligreses son especialmente felices los domingos, mientras que los que no van a la iglesia el domingo experimentan una disminución de su estado de ánimo en ese día.

moises recibe 10 mandamientos

  

IV – “Honrarás a tu padre y a tu madre”.

Las relaciones familiares aportan mayor felicidad que el dinero.

Para la mayoría de la gente, tener fuertes lazos familiares trae mayor satisfacción que un gran ingreso.

Los investigadores siguieron 274 personas casadas más de una década, y encontraron que mientras los ingresos contribuyeron a la felicidad, hasta cierto punto, la calidad de las relaciones familiares era mucho más importante.

  

V – “No matarás”.

El asesinato es, obviamente, malo y no es el camino a la felicidad por lo que no se ha sido objeto de un estudio técnico. Sin embargo, el aborto es matar y se ha estudiado.

Setenta por ciento de mujeres que han abortado informan consecuencias negativas

El Nuevo Testamento también advierte de la cólera contra otros.

“Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el tribunal.

Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal; pero el que llame a su hermano «imbécil», será reo ante el Sanedrín; y el que le llame «renegado», será reo de la gehenna de fuego”. (Mateo 5: 21-22).

El perdón aporta alegría: Cientos de estudios han mostrado que existe una fuerte conexión entre perdonar a los demás y nuestro propio bienestar.

  

VI – “No pecarás contra la castidad”.

Los estudios revelan consistentemente que el 90 por ciento de los estadounidenses creen que el adulterio es moralmente incorrecto.

El sexo fuera del matrimonio nos ha traído problemas personales, enfermedades de transmisión sexual, y los hijos del divorcio sufren una serie de dificultades y son más propensos a divorciarse.

El International Journal of Epidemiology encontró que:

“La esperanza de vida para los hombres y las mujeres divorciados son significativamente más bajos que para los casados (que tienen mayor esperanza de vida)”.

Las consecuencias para la salud del divorcio son tan graves que un investigador de Yale concluyó que

‘haberse divorciado es sólo un poco menos peligroso que fumar un paquete de cigarrillo al día’ (Harold J. Morowitz, «Ocultando el Informe Hammond» Hospital Practice (agosto de 1975), p. 39.)

Después de un diagnóstico de cáncer los felizmente casados tienen más probabilidades de recuperarse que los divorciados, lo que indica que el trauma emocional de divorcio tiene un impacto a largo plazo sobre la salud física del cuerpo” (James S. Goodwin, William C. Hunt, Charles R. Key y Jonathan M. Sarmet, «El efecto del estado civil, el Tratamiento y la supervivencia de los pacientes con cáncer», Revista de la Asociación médica Americana 258 (1987): 3125 a 3130.

icono 10 mandamientos

  

VII – “No robarás”.

El mayor factor psicológico que se encuentra en aproximadamente 1/3 de los ladrones de tiendas estudiadas es la “depresión”.

Sesenta y siete estudios apuntan que la infelicidad y problemas emocionales relacionados con el robo.

Lamentablemente, los estudios recientes muestran que la mayoría piensa que está bien robar en el trabajo.

Sin embargo, a nadie se le ocurriría que robar es hacer una sociedad mejor.

  

VIII – “No dirás falso testimonio ni mentirás”.

Este estudio revela que decir la verdad mejora la salud.

La honestidad puede mejorar su salud, sugiere un estudio que encontró que decir un menor número de mentiras beneficia a las personas física y mentalmente.

Cada semana durante 10 semanas, 110 personas, de edades entre 18-71, fueron expuestas a un detector de mentiras y completado con medidas de salud, relacionándolo con el número de mayores y menores mentiras que dijeron que la semana, de acuerdo a la autora autor principal Anita Kelly, profesora de psicología en la Universidad de Notre Dame en Indiana.

Ella presentó los resultados en la reunión anual de la Asociación Americana de Psicología en el año 2012.

“Cuando subían en sus mentiras, su salud venía para abajo”, dice Kelly. “Cuando sus mentiras descendían, su salud mejoraba”.

  

IX – “No desearás la mujer de tu prójimo”.
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X – “No codiciarás los bienes ajenos”.

Los celos por el favor de Dios llevó a Caín a tomar la vida de Abel.

Saúl estaba celoso del favor de Dios para con David y el hecho de que la gente tomara por una gran cosa la victoria de David sobre Goliat.

En lugar de la construcción de Israel, el rey Saúl perdió el tiempo persiguiendo a David para matarlo.

Y Saúl se enfrentó con el desastre; se suicidó y sus hijos fueron asesinados por el enemigo.

Luego David codició a Betsabé, esposa de Urías y adulteró con ella.

El se encargó de que Urías fuera al frente en la batalla para tener una muerte segura y en última instancia, se enfrentó a muchos desastres como resultado de este pecado.

La codicia no es sólo historia antigua. No hay escasez de maneras de codiciar lo que otros tienen y de hacerte infeliz.

Varios nuevos estudios revelan que Facebook hace que muchas personas se sienten mal consigo mismas, lo que lleva a la ira y al odio contra otras personas.

¿Por qué? A causa de la envidia y los celos, la codicia sobre lo que perciben que los otros tienen y sentirse insatisfechos con su propia vida.

¿Está facebook dándonos tristeza? reporta que la gente sobrestima la felicidad de otros y se ponen tristes con la comparación de su vida con los demás.

La motivación para resistir este pecado está en nuestro deseo de ser felices.

Después de todo, sentir lástima por nosotros mismos, y andar de mal humor por los celos o la envidia no es divertido.

Con toda la evidencia de que los Diez Mandamientos conducen a una mayor felicidad deberíamos difundirlo para combatir a las personas que tratan de hacerlos añicos públicamente y orar para desagraviar los ataques que sufren os 10 mandamientos.  

Pensemos entonces lo importante que es orar contra los pecados.

moises rompe los 10 mandamientos

  

LOS DIEZ PADRENUESTROS EN REPARACIÓN A LOS DIEZ MANDAMIENTOS

Marcos Tadeu, el vidente de la Reina y Mensajera de la Paz de Jacareí, Brasil, e una aparición ocurrida el día 01/07/1999, a las 22:30 hs., Nuestra Señora vino con Su Rosario en la Mano, lo sacó y pidió que Marcos sacase el suyo. Elevando la Voz y tomando la primera cuenta, dijo:

“Contemplemos los DIEZ MANDAMIENTOS de la Ley de DIOS… Vamos a desagraviar y reparar cada MANDAMIENTO desobedecido por la humanidad. Reza Conmigo…”

I – En reparación al Primer MANDAMIENTO: “Amarás al Señor tu DIOS sobre todas las cosas, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, y con todo tu entendimiento.” Padre Nuestro…

II – En reparación al Segundo MANDAMIENTO: “No tomarás Su Santo Nombre en vano.” Padre Nuestro…

III – En reparación al Tercer MANDAMIENTO: “Guardarás Domingos y días Santos de Guarda.” Padre Nuestro…

IV – En reparación al Cuarto MANDAMIENTO: “Honrarás a tu padre y a tu madre.” Padre Nuestro…

V – En reparación al Quinto MANDAMIENTO: “No matarás.” Padre Nuestro…

VI – En reparación al Sexto MANDAMIENTO: “No pecarás contra la castidad.” Padre Nuestro…

VII – En reparación al Séptimo MANDAMIENTO: “No robarás.” Padre Nuestro…

VIII – n reparación al Octavo MANDAMIENTO: “No dirás falso testimonio ni mentirás.” Padre Nuestro…

IX – En reparación al Noveno MANDAMIENTO: “No desearás la mujer de tu prójimo.” Padre Nuestro…

X – En reparación al Décimo MANDAMIENTO: “No codiciarás los bienes ajenos.” Padre Nuestro…

apariciones de jacarei vidente
Vidente Marcos Tadeu

Finalmente, dijo Nuestra Señora

Di a Mis hijos que Yo deseo que ellos recen esta DECENA todos los días… Diez Padres Nuestros, uno para cada MANDAMIENTO de la LEY de DIOS. Diciendo el MANDAMIENTO uno a uno, y rezando el Padre Nuestro, uno por uno…

Si Mis hijos hicieron eso, Yo os inundaré con la Gracia de la Conversión, de un Nuevo AMOR, de una Nueva PAZ, de una Nueva LUZ… y serán amados por DIOS, y los libraré del pecado…

Di a Mis hijos que en este mes de julio quiero que ellos recen estos Padres Nuestros todos los días, porque el mes de julio es el mes de la Sacratísima SANGRE de Mi Hijo Jesús, por lo tanto, es el mes de reparación por excelencia del año entero…

Hay muchos pecadores en la Tierra… La humanidad desobedece cada vez más los MANDAMIENTOS de DIOS… Es necesario que se rece el Padre Nuestro para cada MANDAMIENTO, porque en el Padre Nuestro se pide: Sea hecha Vuestra Voluntad, no la nuestra… Sean realizados Vuestros MANDAMIENTOS, y no nuestros deseos…

Si hicieren así, DIOS SE sentirá “Feliz”, y derramará copiosas Bendiciones, a través de Mí, para Mis hijos que atendieren este Mi Pedido…”


Equipo de Colaboradores de Foros de la Virgen María

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Los 10 Mandamientos son nuestras Obras para Expresar la Fe

Los 10 mandamientos especifican obras que debemos hacer o no hacer para expresar nuestra fe.

Son un resumen de las condiciones para una vida liberada de la esclavitud del pecado, según el catecismo # 2057.

Y según el resumen que hizo Nuestro Señor, deben entenderse como la aplicación de la ley del amor: el amor a Dios y el amor al prójimo.

Lo cual resume la ley natural dada por Dios.

Fundado por esa ley del amor, aparecen entonces los 10 mandamientos, que son las obras mínimas requeridas por ese amor.

Los 10 mandamientos, que maneja la Iglesia Católica y que están expresados en el Catecismo y abajo hacemos un resumen, se deben a la tradición establecida por San Agustín.

Pero puede haber algunos cambios ligeros según las distintas confesiones cristianas.

  

LOS MANDAMIENTOS SON LA PARTE VISIBLE DE LA FE

Nosotros como seres humanos tenemos un alma que es espiritual y un cuerpo físico que es material.

Por lo tanto nuestra fe no puede relacionarse solamente con conceptos o ideas abstractas del mundo espiritual.

Sino que se tienen que expresar en conductas físicas en el mundo material.

Y eso es a lo que apuntan los 10 mandamientos.

Nuestra fe debe dirigir la forma en que actuamos.

De la misma forma que el amor de Dios sobre nosotros no es algo abstracto y espiritual, sino que se puede ver en la realidad material.

La forma en que vivimos nuestra vida, como usamos nuestro cuerpo, como tratamos a los demás y las decisiones que tomamos son nuestros indicadores de la fe.

En realidad son la demostración de cuan sinceramente creemos lo que decimos o pensamos.

El cumplimiento de los mandamientos no es más que el aterrizaje de la fe que decimos profesar.

No significa que cumplir los mandamientos nos haga tener más fe, sino que su cumplimiento es el fruto de la fe.

Y en este sentido los protestantes se equivocan al separar las obras, de la fe.

Piensan que expresando vocalmente que aceptamos al Señor como nuestro salvador personal ya seremos salvados.

Pero no es así, la salvación se basa en cómo llevamos a la acción lo que pensamos.

Pongamos un ejemplo absurdo, pensemos en un violador serial, que violó a decenas de niños o mujeres, pero que dice que aceptó al Señor como salvador.

¿Crees que esa persona tiene verdadera fe?

Por lo tanto la fe y las obras no pueden separarse, son parte de lo mismo.

De la misma forma que el ser humano no puede separar su carne del espíritu, se influyen mutuamente.

Podemos distinguir analíticamente entre la fe y las obras

Pero si no obramos en consistencia con la fe que decimos profesar, entonces estamos diciendo una mentira.

Esto sucede con los protestantes, pero también hay muchos católicos que manifiestan que siguen a Cristo y tienen Fe, pero que no lo demuestran en obras ni en el cumplimiento de los mandamientos.

Creen de repente que ya basta ser bautizado o ir a misa de vez en cuando.

Cuando en realidad la fe es lo que hacemos con el amor que Dios nos dio, como lo resumió Jesús en la ley del amor.

  

JESÚS LOS RESUMIÓ EN LA LEY DEL AMOR

Son una prescripción para la liberación del pecado, necesario para vivir como cristiano.

Un mínimo debajo del cual no podemos ir.

Son un todo coherente, al punto que la entrada del catecismo # 2069 dice que si rompes uno de ellos, los rompes todos.

Expresan los deberes hacia Dios y hacia el prójimo, mirados en perspectiva.

Y violarlos voluntariamente implica cometer un pecado mortal, como habla el catecismo #2702 y #2703.

Deben considerarse la expresión de la ley natural.

Desde el principio Dios dio al hombre mandamientos para guiarlo en la elección de lo que es bueno y unirlo a Dios y a otros hombres.

Pero la historia de la humanidad muestra que el hombre abusó de su libertad, desobedeció los mandamientos de Dios, rompió la armonía y cayó de la gracia.

En medio de este caos Dios entrega los mandamientos a Moisés, luego de liberar al pueblo judío de la esclavitud en Egipto.

Originalmente estos preceptos les fueron revelados a Moisés en el monte Sinaí y grabados en dos tablas de piedra.

Están expresados en el Éxodo 20 y Deuteronomio 5.

Transformándose en un documento escrito para llevar al hombre hacia la paz y la felicidad.

A pesar de estar escritos detalladamente, el hombre moderno rechaza los mandamientos porque rechaza a Dios.

Considera que no hay pecados y por lo tanto tampoco hay preceptos.

Entonces la tolerancia se regula de acuerdo al consenso político y moral del momento.

Es así como el hombre está en la ruta de la cultura de la muerte a través del aborto, la eutanasia.

Y en la de diversos pecados respecto a la sexualidad, al matrimonio y a la familia.

Pero no puede escapar de las consecuencias de romper los mandamientos y por eso la vida se está haciendo tan oscura en la Tierra.

La misión de Jesús no fue abolir los mandamientos del pueblo judío, sino todo lo contrario.

Vino a reiterar que se deben guardar los mandamientos como lo dice Mateo 5: 17-19.

Y en Mateo 19: 16-21, Jesús habla de la validez de los mandamientos al joven rico.

Y a través de su predicación en su ministerio público da ejemplos para una comprensión más acabada de ellos.

Culminando en una nueva síntesis del decálogo que está en Mateo 22: 37-40,

“…amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente.

Este es el gran el primer y gran mandamiento.

Y el segundo mandamiento es semejante a este.

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”.

Y en Juan 13: 34 dice

Les doy un nuevo mandamiento, que se amen los unos a los otros; así como yo los he amado también ámense los unos a los otros”.

En su misión de enseñar los mandamientos Jesús explica detalles con ejemplos y parábolas.

Que el amor incluye el perdón, el amor a los enemigos, abstenerse de juzgar habitualmente a los demás.

Manda la ejecución de actos de misericordia, ordena a los hombres que sean misericordiosos para entrar en el cielo, ofreciendo diversas parábolas e incluso lavando el mismo los pies a los apóstoles.

Cuando enseña los hombres el Padre Nuestro llama a orar con persistencia, y además da un texto donde aparecen mandamientos.

También insiste en el arrepentimiento y la confesión, y concede a los apóstoles el poder de perdonar los pecados reconciliando a los hombres con Dios.

En la última cena enseña a los hombres a participar en la Eucaristía, comiendo su cuerpo y su sangre.

Y deja claro que los mandamientos no son un ideal sino un requisito absoluto, que se debe guardar para entrar en la vida eterna.

En Juan 14:15 dice “si me amas guarda mis mandamientos”.

Agrega en Mateo 5: 48 un llamado a la perfección para que seamos perfectos así como el Padre Celestial es perfecto.

Y cuando llama a los hombres a entrar por la puerta estrecha, da el camino para entrar en Mateo 19: 26, cuando dice “para los hombres esto es imposible pero para Dios todo es posible”.

Queriendo significar que la entrada al cielo es posible por la gracia de Dios.

Finalmente manda a los hombres evangelizar.

En Mateo 28: 19-20 les dice que vayan por todas las naciones haciendo discípulos y bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Lo que significa que enseñen la observancia de lo que Él ha mandado, o sea los 10 mandamientos.

Ahora veremos un resumen de los 10 mandamientos extraído del Catecismo de la Iglesia Católica.

  

RESUMEN DE CADA UNO DE LOS 10 MANDAMIENTOS

  

Primer Mandamiento
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas»

2133 ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas’ (Dt 6, 59).

2134 El primer mandamiento llama al hombre para que crea en Dios, espere en El y lo ame sobre todas las cosas.

2135 ‘Al Señor tu Dios adorarás’ (Mt 4, 10). Adorar a Dios, orar a El, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir las promesas y los votos que se le han hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que constituyen la obediencia al primer mandamiento.

2136 El deber de dar a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado.

2137 El hombre debe ‘poder profesar libremente la religión en público y en privado’ (DH 15).

2138 La superstición es una desviación del culto que debemos al verdadero Dios, la cual conduce a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia.”

2139 La acción de tentar a Dios de palabra o de obra, el sacrilegio y la simonía son pecados de irreligión, prohibidos por el primer mandamiento.

2140 El ateísmo, en cuanto niega o rechaza la existencia de Dios, es un pecado contra el primer mandamiento.

2141 El culto de las imágenes sagradas está fundado en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. No es contrario al primer mandamiento.

  

Segundo Mandamiento
«No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios» 

2160 ‘Señor, Dios Nuestro, ¡qué admirable es tu nombre por toda la tierra!’ (Sal 8, 2).

2161 El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. El nombre del Señor es santo.

2162 El segundo mandamiento prohíbe todo uso inconveniente del nombre de Dios. La blasfemia consiste en usar de una manera injuriosa el nombre de Dios, de Jesucristo, de la Virgen María y de los santos.

2163 El juramento en falso invoca a Dios como testigo de una mentira. El perjurio es una falta grave contra el Señor, que es siempre fiel a sus promesas.

2164 ‘No jurar ni por Criador ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia’ (S. Ignacio de Loyola, ex. spir. 38).

2165 En el Bautismo, la Iglesia da un nombre al cristiano. Los padres, los padrinos y el párroco deben procurar que se dé un nombre cristiano al que es bautizado. El patrocinio de un santo ofrece un modelo de caridad y asegura su intercesión.

2166 El cristiano comienza sus oraciones y sus acciones haciendo la señal de la cruz ‘en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén’.

2167 Dios llama a cada uno por su nombre (cf Is 43, 1).

  

El Tercer Mandamiento
«Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo»

2189 ‘Guardarás el día del sábado para santificarlo’ (Dt 5, 12). ‘El día séptimo será día de descanso completo, consagrado al Señor’ (Ex 31, 15).

2190 El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo.

2191 La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado con toda razón día del Señor, o domingo.

2192 ‘El domingo ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto (? CIC can. 1246, 1). ‘El domingo y las demás fiestas de precepto, los fieles tienen obligación de participar en la misa’(? CIC can. 1247).

2193 ‘El domingo y las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo‘ (? CIC can. 1247).

2194 La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un ‘reposo y ocio suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa‘ (GS 67, 3).

2195 Todo cristiano debe evitar imponer, sin necesidad, a otro impedimentos para guardar el día del Señor.

  

El Cuarto Mandamiento
«Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar»

2247 ‘Honra a tu padre y a tu madre’ (Dt 5,16 ; Mc 7,10).

2248 De conformidad con el cuarto mandamiento, Dios quiere que, después que a El, honremos a nuestros padres y a los que El reviste de autoridad para nuestro bien.

2249 La comunidad conyugal está establecida sobre la alianza y el consentimiento de los esposos. El matrimonio y la familia están ordenados al bien de los cónyuges, a la procreación y a la educación de los hijos.

2250 ‘La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar’ (GS 47, 1).

2251 Los hijos deben a sus padres respeto, gratitud, justa obediencia y ayuda. El respeto filial favorece la armonía de toda la vida familiar.

2252 Los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos en la fe, en la oración y en todas las virtudes. Tienen el deber de atender, en la medida de lo posible, las necesidades materiales y espirituales de sus hijos.

2253 Los padres deben respetar y favorecer la vocación de sus hijos. Han de recordar y enseñar que la vocación primera del cristiano es la de seguir a Jesús.

2254 La autoridad pública está obligada a respetar los derechos fundamentales de la persona humana y las condiciones del ejercicio de su libertad.

2255 El deber de los ciudadanos es cooperar con las autoridades civiles en la construcción de la sociedad en un espíritu de verdad, justicia, solidaridad y libertad.”

2256 El ciudadano está obligado en conciencia a no seguir las prescripciones de las autoridades civiles cuando son contrarias a las exigencias del orden moral. ‘Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres’ (Hch 5, 29).

2257 Toda sociedad refiere sus juicios y su conducta a una visión del hombre y de su destino. Si se prescinde de la luz del Evangelio sobre Dios y sobre el hombre, las sociedades se hacen fácilmente totalitarias.

  

El Quinto Mandamiento
No matarás 

2318 ‘Dios tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de toda carne de hombre’ (Jb 12, 10).

2319 Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo.

2320 Causar la muerte a un ser humano es gravemente contrario a la dignidad de la persona y a la santidad del Creador.

2321 La prohibición de causar la muerte no suprime el derecho de impedir que un injusto agresor cause daño. La legítima defensa es un deber grave para quien es responsable de la vida de otro o del bien común.

2322 Desde su concepción, el niño tiene el derecho a la vida. El aborto directo, es decir, buscado como un fin o como un medio, es una práctica infame (cf GS 27, 3), gravemente contraria a la ley moral. La Iglesia sanciona con pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.

2323 Porque ha de ser tratado como una persona desde su concepción, el embrión debe ser defendido en su integridad, atendido y cuidado médicamente como cualquier otro ser humano.

2324 La eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y sus motivos, constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador.

2325 El suicidio es gravemente contrario a la justicia, a la esperanza y a la caridad. Está prohibido por el quinto mandamiento.”

2326 El escándalo constituye una falta grave cuando por acción u omisión se induce deliberadamente a otro a pecar.”

2327 A causa de los males y de las injusticias que ocasiona toda guerra, debemos hacer todo lo que es razonablemente posible para evitarla. La Iglesia implora así: ‘del hambre, de la peste y de la guerra, líbranos Señor’.

2328 La Iglesia y la razón humana afirman la validez permanente de la ley moral durante los conflictos armados. Las prácticas deliberadamente contrarias al derecho de gentes y a sus principios universales son crímenes.

2329 ‘La carrera de armamentos es una plaga gravísima de la humanidad y perjudica a los pobres de modo intolerable’ (GS 81, 3).

2330 ‘Bienaventurados los que construyen la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios’ (Mt 5, 9).

  

El Sexto Mandamiento
No cometerás adulterio

2392 ‘El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano’ (FC 11).

2393 Al crear al ser humano hombre y mujer, Dios confiere la dignidad personal de manera idéntica a uno y a otra. A cada uno, hombre y mujer, corresponde reconocer y aceptar su identidad sexual.

2394 Cristo es el modelo de la castidad. Todo bautizado es llamado a llevar una vida casta, cada uno según su estado de vida.

2395 La castidad significa la integración de la sexualidad en la persona. Entraña el aprendizaje del dominio personal.

2396 Entre los pecados gravemente contrarios a la castidad se deben citar la masturbación, la fornicación, las actividades pornográficas y las prácticas homosexuales.

2397 La alianza que los esposos contraen libremente implica un amor fiel. Les confiere la obligación de guardar indisoluble su matrimonio.

2398 La fecundidad es un bien, un don, un fin del matrimonio. Dando la vida, los esposos participan de la paternidad de Dios.

2399 La regulación de la natalidad representa uno de los aspectos de la paternidad y la maternidad responsables. La legitimidad de las intenciones de los esposos no justifica el recurso a medios moralmente reprobables (p.e., la esterilización directa o la anticoncepción).

2400 El adulterio y el divorcio, la poligamia y la unión libre son ofensas graves a la dignidad del matrimonio.

  

El Séptimo Mandamiento
No robarás 

2450 ‘No robarás’ (Dt 5, 19). ‘Ni los ladrones, ni los avaros…, ni los rapaces heredarán el Reino de Dios’ (1Co 6, 10).

2451 El séptimo mandamiento prescribe la práctica de la justicia y de la caridad en el uso de los bienes terrenos y de los frutos del trabajo de los hombres.

2452 Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. El derecho a la propiedad privada no anula el destino universal de los bienes.

2453 El séptimo mandamiento prohíbe el robo. El robo es la usurpación del bien ajeno contra la voluntad razonable de su dueño.

2454 Toda manera de tomar y de usar injustamente un bien ajeno es contraria al séptimo mandamiento. La injusticia cometida exige reparación. La justicia conmutativa impone la restitución del bien robado.

2455 La ley moral prohíbe los actos que, con fines mercantiles o totalitarios, llevan a esclavizar a los seres humanos, a comprarlos, venderlos y cambiarlos como si fueran mercaderías.”

2456 “El dominio, concedido por el Creador, sobre los recursos minerales, vegetales y animales del universo, no puede ser separado del respeto de las obligaciones morales frente a todos los hombres, incluidos los de las generaciones venideras.

2457 Los animales están confiados a la administración del hombre que les debe benevolencia. Pueden servir a la justa satisfacción de las necesidades del hombre.

2458 La Iglesia pronuncia un juicio en materia económica y social cuando lo exigen los derechos fundamentales de la persona o la salvación de las almas. Cuida del bien común temporal de los hombres en razón de su ordenación al supremo Bien, nuestro fin último.

2459 El hombre es el autor, el centro y el fin de toda la vida económica y social. El punto decisivo de la cuestión social estriba en que los bienes creados por Dios para todos lleguen de hecho a todos, según la justicia y con la ayuda de la caridad.

2460 El valor primordial del trabajo atañe al hombre mismo que es su autor y su destinatario. Mediante su trabajo, el hombre participa en la obra de la creación. Unido a Cristo, el trabajo puede ser redentor.

2461 El desarrollo verdadero es el del hombre en su integridad. Se trata de hacer crecer la capacidad de cada persona a fin de responder a su vocación y, por lo tanto, a la llamada de Dios (cf CA 29).

2462 La limosna hecha a los pobres es un testimonio de caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios.

2463 En la multitud de seres humanos sin pan, sin techo, sin patria, hay que reconocer a Lázaro, el mendigo hambriento de la parábola (cf 16, 19-31). En dicha multitud hay que oír a Jesús que dice: ‘Cuanto dejasteis de hacer con uno de éstos, también conmigo dejasteis de hacerlo’ (Mt 25, 45).

  

El Octavo Mandamiento
No darás testimonio falso contra tu prójimo

2504 ‘No darás falso testimonio contra tu prójimo’ (Ex 20, 16). Los discípulos de Cristo se han ‘revestido del Hombre Nuevo, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad’ (Ef 4, 24).

2505 La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero en sus actos y en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía.

2506 El cristiano no debe ‘avergonzarse de dar testimonio del Señor’ (2 Tm 1, 8) en obras y palabras. El martirio es el supremo testimonio de la verdad de la fe.

2507 El respeto de la reputación y del honor de las personas prohíbe toda actitud y toda palabra de maledicencia o de calumnia.

2508 La mentira consiste en decir algo falso con intención de engañar al prójimo que tiene derecho a la verdad.

2509 Una falta cometida contra la verdad exige reparación.

2510 La regla de oro ayuda a discernir en las situaciones concretas si conviene o no revelar la verdad a quien la pide.

2511 ‘El sigilo sacramental es inviolable’ (? CIC can. 983, 1), Los secretos profesionales deben ser guardados. Las confidencias perjudiciales a otros no deben ser divulgadas.

2512 La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia. Es preciso imponerse moderación y disciplina en el uso de los medios de comunicación social.

2513 Las bellas artes, sobre todo el arte sacro, ‘están relacionadas, por su naturaleza, con la infinita belleza divina, que se intenta expresar, de algún modo, en las obras humanas. Y tanto más se consagran a Dios y contribuyen a su alabanza y a su gloria, cuanto más lejos están de todo propósito que no sea colaborar lo más posible con sus obras a dirigir las almas de los hombres piadosamente hacia Dios’ (SC 122).

  

El Noveno Mandamiento
No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo 

2528 ‘Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón’ (Mt 5, 28).

2529 El noveno mandamiento pone en guardia contra el desorden o concupiscencia de la carne.

2530 La lucha contra la concupiscencia de la carne pasa por la purificación del corazón y por la práctica de la templanza

2531 La pureza del corazón nos alcanzará el ver a Dios: nos da desde ahora la capacidad de ver según Dios todas las cosas.

2532 La purificación del corazón es imposible sin la oración, la práctica de la castidad y la pureza de intención y de mirada.

2533 La pureza del corazón requiere el pudor, que es paciencia, modestia y discreción. El pudor preserva la intimidad de la persona.

  

El Décimo Mandamiento
No codiciarás… nada que sea de tu prójimo

2551 «Donde está tu tesoro allí estará tu corazón» (Mt 6,21).

2552 El décimo mandamiento prohíbe el deseo desordenado, nacido de la pasión inmoderada de las riquezas y del poder.

2553 La envidia es la tristeza experimentada ante el bien del prójimo y el deseo desordenado de apropiárselo. Es un pecado capital.

2554 El bautizado combate la envidia mediante la caridad, la humildad y el abandono en la providencia de Dios.

2555 Los fieles cristianos «han crucificado la carne con sus pasiones y sus concupiscencias» (Gal 5,24); son guiados por el Espíritu y siguen sus deseos.

2556 El desprendimiento de las riquezas es necesario para entrar en el Reino de los cielos. «Bienaventurados los pobres de corazón».

2557 El hombre que anhela dice: «Quiero ver a Dios». La sed de Dios es saciada por el agua de la vida (cf Jn 4,14).

Fuentes:


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Por qué Dios impone Mandamientos

Nuestra cultura los percibe como una violación de la libertad, como algo negativo, como prohibiciones que bloquean nuestra felicidad.

El hombre, por su arrogancia, no quiere que nadie, ni siquiera Dios, le prohíba nada.
A quien hable de que existe el pecado se le califica de «anticuado», «intolerante», «rígido», «inflexible» y «falto de misericordia».
Una película pornográfica se anuncia así: «deje sus escrúpulos en la casa».
Un joven que se mantiene casto es acusado de reprimido o poco hombre. Se trata del mismo engaño de la serpiente que contradice a Dios y busca ponerlo como mentiroso y enemigo de nuestra felicidad.  ¡Que gran mentira!  Es lo opuesto a la verdad. 

Esta actitud es producto de una cultura que ha perdido contacto con la realidad.
El hombre, guiado por la serpiente, se ha puesto en lugar de Dios y por eso resiente la intervención divina.

No debemos minimizar la poderosa influencia del mundo sobre nuestra forma de ver las cosas. El mundo constantemente presenta la mentira como si fuese verdad en los medios de nuestra cultura. Así ocurre en los medios de comunicación, en los comentarios de la gente, etc.
Solo nos mantendremos fieles a la verdad si claramente refutamos la mentira de la cultura y reclamamos el lenguaje a la luz de la razón iluminada por la fe.
Para ello es necesario decidirse a ser un hombre nuevo en Cristo, guiado por el Espíritu Santo en el corazón de la Iglesia.

LOS MANDAMIENTOS SON PARA NUESTRO BIEN

Dios no necesita nada en absoluto de nosotros.
Los mandamientos no le añaden nada a Dios.
Son solo para nuestro bien y felicidad.

Dios nos da mandamientos porque:
1- Nos ama.
2- Son necesarios para vivir felices y evitar nuestra destrucción.

Dios nos creó para ser felices.
Como hijos suyos, nos dotó de inteligencia, voluntad y dones.
Nos hizo capaces de razonar y distinguir el bien y el mal

Los mandamientos nos dan a conocer los peligros que destruyen nuestra relación con Dios y con el prójimo y terminan con el amor y felicidad.

Pero cuando le desobedecimos y pecamos, nos cegamos.
Ceguera:
ofuscación. Entorpece nuestro juicio; Nos lleva a la destrucción, a la muerte.
Ej.: El ratón ante la ratonera. Simplemente no ve sino su interés inmediato (el queso) y      no todo el contorno (la ratonera).
Entonces se actúa no por razón sino por pasiones desordenadas y egoístas.

LOS MANDAMIENTOS Y LA ALIANZA

Los mandamientos se entienden en el contexto de Dios liberando a su pueblo.
Primero los liberó de la esclavitud física que sufrían en Egipto.
Exodo 6:7 «Yo os haré mi pueblo, y seré vuestro Dios; y sabréis que yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os sacaré de la esclavitud de Egipto».

Pero la esclavitud peor no es la externa sino la que llevamos dentro, en el corazón.
El pueblo, salido de Egipto, continuamente se rebela.  Hay maldad en los corazones y necesitan ser liberados interiormente.

Antes de entrar en la Tierra Prometida quiso comenzar la liberación interior.
Para eso, Dios quiso hacer una alianza que nos constituyera como Su pueblo.

Alianza es un compromiso entre dos, basado en acuerdos sobre como vivir la relación.
Como en el matrimonio.
Dios quiso hacernos su familia.

Llamó a Moisés en representación de todo el pueblo.
Dios se reveló a si mismo en su gloria en la montaña del Sinaí.
La montaña santa («el Señor os habló cara a cara en la montaña, en medio del fuego») Dt.      5:4

Le dio el Decálogo = «10 Palabras», 10 mandamientos.
Estos se encuentran en el libro de Exodo (20:1-17) y Deuteronomio.(5:6-22)
Estos son los compromisos necesarios para vivir la alianza como pueblo de Dios y así salir del dominio de pasiones egoístas que tiranizan al hombre y hacen imposible tanto la relación con Dios como la relación de paz y respeto entre los hombres.
Los mandamientos enseñan la forma de actuar digna de un hijo de Dios.

Dios da a conocer Su santa voluntad: que vivamos como hombres justos.

Dios los escribió «con su dedo«. (Ex. 31,18), es Palabra de Dios.

El pueblo entonces ratificó la alianza: (cf. Ex 24).
Ex 24:6-8 «Tomó Moisés la mitad de la sangre(de los novillos) y la echó en vasijas; la otra mitad la derramó sobre el altar. Tomó después el libro de la Alianza y lo leyó ante el pueblo, que respondió: «Obedeceremos y haremos todo cuanto ha dicho Yahveh.» Entonces tomó Moisés la sangre, roció con ella al pueblo y dijo: «Esta es la sangre de la Alianza que Yahveh ha hecho con vosotros, según todas estas palabras.»
Las dos tablas con la Ley fueron depositadas en el «Arca de la Alianza»

LOS 10 MANDAMIENTOS NO SON ARBITRARIOS

Indican los fundamentos de una vida liberada de la esclavitud del pecado y unida a Dios.
Nos enseñan la verdadera humanidad, sobre Dios y nuestra relación «enuncian las exigencias del amor a Dios y al prójimo»

Los tres primeros mandamientos se refieren mas al amor a Dios.
Los otros 7 se refieren mas al amor al prójimo.

Los mandamientos son accesibles a la razón.
Los mandamientos son expresión de la ley natural inscrita en el corazón de todo hombre.
Ponen de relieve los deberes y los derechos inherentes en la naturaleza humana.
Cualquier persona de buena fe puede vencer sus pasiones, y, razonando, alcanzar a entender la validez de los mandamientos.  Por eso decimos que los mandamientos son accesibles a la razón.

También son revelación divina.
Ya que por el pecado fácil se ciega la razón y con facilidad las pasiones nos arrastran a actuar sin razonar.
Dios nos revela los mandamientos para que tengamos la verdad con claridad ante nosotros.
Conocemos los mandamientos por la revelación dada a la Iglesia y por la voz de la conciencia moral.

Los mandamientos son nuestra protección contra el desastre.

Los mandamientos se entienden y estiman cuando los vemos en el contexto de la alianza de amor de Dios con los hombres.
Son un camino de vida
Dt 30:16 «Si amas a tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, sus preceptos y sus normas, vivirás y te multiplicarás»
«Si amas»; -la vida moral es un compromiso que responde al amor de la alianza, iniciativa de Dios.

Los mandamientos prohiben lo malo, lo que nos aparta del bien.
Son un don de Dios.

La violación de los mandamientos es grave, lleva a la muerte eterna.
Causa nuestra auto-
destrucción.
En el principio Dios dijo a Adán y Eva: «De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieras, sin remedio morirás» -Génesis 2, 16
Ej.: Quien se cree «superman» y se tira de un edificio, pensaba que podía volar, que negarse la experiencia de tirarse sería una forma de represión. Pero al instante que se tira se pondrá de manifiesto su error con la realidad inviolable de la ley de gravedad.
Los mandamientos no se rompen; ¡somos nosotros los que nos rompemos al violarlos!.

Los mandamientos son inmutables: valen siempre, para todos y en todas partes.

Forman una unidad orgánica.
Se condicionan recíprocamente.
Al transgredir uno se quebrantan todos.
«Porque quien observa toda la Ley, pero falta en un solo precepto, se hace reo de todos.» -Sant. 2,10.
No se puede honrar a otro sin bendecir al Creador.
No se puede adorar a Dios sin amar a los hombres.

DIOS NOS DIO 10 MANDAMIENTOS Y NO 10 SUGERENCIAS

Las sugerencias son opcionales, no obligan.
Los mandamientos son requisitos. Si los violamos hay consecuencias graves.
Ej. «no fumar» en el hospital donde se administra oxigeno, en una planta de combustible…/ «Prohibido entrar» donde hay substancias radioactivas.
Tomarse los mandamientos como sugerencias es un error mortal.

Debemos evitar la arrogancia de pensar que nosotros sabemos mas que Dios.
Quien dice que Dios no impone mandamientos se está inventando un Dios falso, un Dios a su manera.
Sería un Dios que no le importa como actuamos.
Cuando Moisés subió a la montaña, el Pueblo se hizo un becerro de oro y se entregó al libertinaje. Así, veamos la condición del mundo hoy… cuanto sufrimiento. 

LA CAUSA DE TODO MAL ES NUESTRA DESOBEDIENCIA A DIOS

Quisimos una sociedad «permisiva», libre de compromisos y mandamientos y lo que tenemos es alienación, violencia, desconfianza, caos y muerte.
Hoy, cada 21 minutos, una persona es asesinada solo en USA, sin contar los abortos, que son en ese país 4200 diarios.  Muchos, muchos  mas abusados, violados, robados, marginados en la miseria…. miles de divorcios se presentaran…

Detrás del mal está la serpiente que puso en nuestro corazón desconfianza hacia Dios.
«Pero la serpiente le dijo a la mujer: ¿Cómo es que Dios os ha dicho: No comáis de ninguno de los arboles del Jardín? Gen.3,1.  La serpiente quiere hacer ver a Dios como enemigo que niega la felicidad. Entonces nos ofrece las cosas fáciles.
En casos de divorcio con niños, ocurre con frecuencia que un padre es el que enseña y corrige, mientras que el otro quiere ganarse al niño dejándole hacer lo que quiera. ¿Cuál de los dos verdaderamente ama?

Pero también nosotros somos responsables
Tenemos libertad y escogemos el mal por nuestro egoísmo.
Cuando rechazamos los mandamientos rechazamos libremente el amor.

OBJECIÓN: LOS MANDAMIENTOS QUITAN LA LIBERTAD

Los mandamientos no quitan la libertad. Somos libres para aceptarlos o rechazarlos.

Los mandamientos nos advierten las consecuencias de utilizar mal la libertad.

Cuando se habla de liberación debemos preguntar: ¿Liberarnos de qué; de quién?
Queremos ser libres de lo que percibimos como malo.

Nadie quiere liberarse de lo que ama.
Ej.: ¿Quién quiere liberarse de su dinero, de su salud…?
Si amamos a Dios, no queremos liberarnos de El. Confiaremos en su Palabra, que los mandamientos son para nuestro bien.

Quien ama, busca comprometerse con el amado.
Pensemos en el matrimonio. Esto es hacer alianza. Establecer las bases necesarias para una relación fiel. Con mutuo acuerdo sobre la naturaleza de la relación; lo que son el uno para el otro.  Así también en toda relación santa.

¿POR QUÉ TE CUESTAN?

Te cuestan por una sencilla razón: porque por culpa del pecado original estás inclinado al mal, a lo más fácil, placentero, cómodo. Y los mandamientos ciertamente no estimulan a nada de esto. Los mandamientos apuntan a lo más noble que hay en ti: el superarte, el subir la montaña de la perfección y felicidad.

Los diez mandamientos nos marcan una vereda por la que debemos caminar para llegar a la felicidad verdadera, a la realización personal, y esta vereda es estrecha, por momentos fatigosa, y siempre cuesta arriba. ¿Te atreverás a subir por ella? Sólo los que aman y tienen voluntad se deciden a subir esta cuesta.

Además, cada mandamiento contrarresta tendencias desordenadas que todos llevamos dentro del corazón. Contrarresta y encauza dichas tendencias. Me explico.

Por ejemplo:

Primer Mandamiento: contrarresta ese deseo de curiosidad ante el futuro, de poseer las cosas materiales, nuestro descanso, nuestro gozo, nuestros dioses. Encauza nuestro deseo religioso para que no caigamos en supersticiones, magias, adivinaciones… y tengamos a Dios como Único Señor y Dios, en quien creer, en quien confiar y a quien amar.

Segundo Mandamiento: contrarresta esa tendencia que el hombre tiene a jurar sin necesidad, sin reflexionar, a tomarse a la ligera sus compromisos y promesas que libremente hizo al Señor, a pronunciar el nombre de Dios sin conciencia y respeto, a blasfemar y protestar contra Dios, cuando le salen mal las cosas o Dios le prueba.

Tercer Mandamiento: contrarresta la tendencia a la pereza, a la desidia, a la ingratitud con Dios, a olvidarnos de Dios… a ese querer dar culto a Dios a tu manera, sin necesidad de venir a misa, por no saber qué celebras en cada misa.

Cuarto Mandamiento: contrarresta la tendencia a la ingratitud con quienes nos han dado la vida o nos han formado, la tendencia a la soberbia para con la autoridad, la insumisión y falta de humildad. Esto, para los hijos. Y para los papás, esa tendencia o a dejar hacer todo a sus hijos, o por el contrario, a estar encima todo el tiempo, sin educarle a la verdadera libertad y elección.

Quinto Mandamiento: contrarresta la tendencia al odio, a la malquerencia, a la envidia, a la crítica, egoísmo, a la revancha y venganza, a la violencia.

Sexto Mandamiento: contrarresta la tendencia a disfrutar de la sexualidad sin norma, sin medida, sin la finalidad para la que Dios destinó el sexo. ¿Para qué nos dio Dios el sexo? Es un don de Dios para que los esposos, dentro de un matrimonio maduro, fiel y estable, crezcan en el amor y traigan hijos a este mundo.

Séptimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a quedarnos con lo que no es nuestro, y a tomar la justicia por nuestra propia mano. Y al mismo tiempo nos ayuda a regular el derecho a la propiedad privada.

Octavo Mandamiento: contrarresta la tendencia a mentir, consciente o inconscientemente, para salir al paso, llamar la atención, para evitar males mayores, por respeto humano; esa tendencia a curiosear secretos, a meterse en la vida de otros, a hacer juicios precipitados de los demás.

Noveno Mandamiento: contrarresta la tendencia a pensar cosas impuras, hacer castillos en el aire con estas cosas, a mirar y desear a la mujer o al varón que no te pertenece.

Décimo Mandamiento: contrarresta la tendencia a la avaricia, a los apegos a las cosas terrenas, a la envidia por las cosas de los demás.

¿QUÉ FRUTOS EXPERIMENTARÁS AL CUMPLIRLOS?

¡Benditos mandamientos! Quienes los viven, experimentan estos frutos suculentos:

Te hacen libre y te liberan de tantas ataduras y esclavitudes.

Limpian tu corazón de deseos innobles.

Te permiten dar a Dios lo que es de Dios, y a los demás lo que es de ellos.

Quita fardo innecesario de tu mochila para caminar ágil hacia Dios.

Gracias a los mandamientos puedes crear la civilización del amor, de la fidelidad, del respeto, de la justicia.

Te llevan a la realización humana y cristiana.

Tanta paz proporcionan al alma.

Y te hacen vivir la fraternidad entre todos.

Pero sobre todo, pones contento a Dios tu Padre, tu Señor, tu Amigo.

El pecado no es, en absoluto, el centro de la religión cristiana. Es, para los creyentes, lo que las vallas para el corredor de obstáculos, lo que el trampolín para el saltador en piscina, algo que hay que conocer y superar. Nosotros no somos sólo gente que huye del mal y del infierno. Somos gente que sube y camina hacia Cristo. Es Él quien nos interesa. Es Él nuestro centro.

Por eso, al irte explicando los diez mandamientos me interesa, no tanto que no peques, sino que llegues a Cristo y que lo imites, que te realices como hombre y como cristiano, que llegues a la plenitud en tu vida, y que seas feliz. Cumpliendo los diez mandamientos, lograrás esto. Y además, vencerás el mal con el bien. Y los diez mandamientos son el bien que debes hacer en tu vida para vencer el mal que te invade, te acosa y te tienta.

¡Benditos mandamientos! Agradece a Dios el regalo de los diez mandamientos. Defiéndelos siempre en tu medio ambiente, entre tus amigos, en tu vida. Vive estos mandamientos con amor y cariño. Es la mejor manera de demostrar a Dios que lo amas.

Cúmplelos y llegarás a la vida eterna, donde Dios, tu Padre te espera con los brazos abiertos para darte el premio de su presencia, por haber cumplido su voluntad, manifestada en estos diez mandamientos.

Fuentes: Padre Jordi Rivero y Padre Antonio Rivero

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