Categories
A la Inmaculada Concepción DEVOCIONES Y ORACIONES

Triduo a la Inmaculada Concepción

Por la señal…
Señor mío Jesucristo… o Pésame Dios mío…

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen purísima, concebida sin pecado y desde aquel primer instante toda hermosa y sin mancha, gloriosa María, llena de gracia y Madre de mi Dios, Reina de los Angeles y de los hombres: Sois el asilo seguro de los pecadores penitentes: con razón, pues, a Vos acudo; sois Madre de misericordia; no podréis, por lo tanto; dejar de enterneceros a la vista de mis miserias; sois, después de Jesucristo, toda mi esperanza: no dejaréis de aceptar con agrado la tierna confianza que tengo en Vos. Alcanzadme que sea digno de ser llamado hijo vuestro y que pueda deciros con entera confianza: «Monstra te esse matrem», demuestra que eres mi Madre.

 

DÍA PRIMERO

Vedme a vuestros santísimos pies, oh Virgen Inmaculada; me alegro grandemente con Vos, que desde la eternidad hayáis sido elegida Madre del Verbo eterno y preservada de la culpa original. Doy gracias y bendigo a la Santísima Trinidad, que os enriqueció con tales privilegios en vuestra Concepción; y os suplico humildemente que me alcancéis la gracia de vencer los tristes efectos que el pecado original causó en mí y que nunca deje de amar a mi Dios.
Rezar doce Avemarías y luego la Letanía Lauretana.

 

DÍA SEGUNDO

¡Oh, María, Lirio inmaculado de pureza! Me congratulo con Vos, porque desde el primer instante de vuestra Concepción fuisteis colmada de gracia, y porque, además, os haya sido concedido el uso perfecto de la razón. Doy gracias y adoro a la Santísima Trinidad por haberos adornado con dones tan sublimes, y me confundo todo delante de Vos, al verme tan pobre de gracias. Haced a mi alma participe de ella y de los tesoros de vuestra Inmaculada Concepción.
Rezar doce Avemarías y luego la Letanía Lauretana.

 

DÍA TERCERO

¡Oh, espejo de pureza, Inmaculada Virgen María! Me complazco sumamente al considerar que desde vuestra Concepción os fueron infundidas las virtudes más sublimes y perfectas, junto con todos los dones del Espíritu Santo. Doy gracias y alabo a la Santísima Trinidad por haberos favorecido con estos privilegios, y os suplico, oh Madre benigna, me alcancéis la práctica de las virtudes para hacerme así digno de recibir los dones y la gracia del Espíritu Santo.
Rezar doce Avemarías y luego la Letanía Lauretana.

Categories
A la Medalla Milagrosa DEVOCIONES Y ORACIONES

Triduo a la Medalla Milagrosa

El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina. La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra. María Santísima dijo entonces:

«Este globo que has visto es el mundo entero donde viven mis hijos. Estos rayos luminosos son las gracias y bendiciones que yo expando sobre todos aquellos que me invocan como Madre. Me siento tan contenta al poder ayudar a los hijos que me imploran protección. ¡Pero hay tantos que no me invocan jamás! Y muchos de estos rayos preciosos quedan perdidos, porque pocas veces me rezan».

Hecha la señal de la Cruz y recitado el Señor mío Jesucristo, se rezará lo siguiente:

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh María, sin pecado concebida, vedme postrado a vuestras plantas, lleno de confianza. Ese vuestro rostro purísimo, esa amable sonrisa de vuestros labios, esas manos cargadas de celestiales bendiciones, esa actitud amorosa que habéis adoptado para recibir a los que vienen a Vos, esos ojos fijos en la tierra para observar nuestras necesidades y venir en nuestro auxilio, todo, todo me inspira amor, confianza y completa seguridad. Y como si esto fuera poco para alejar de nosotros toda duda habéis empeñado solemnemente vuestra palabra en favor de los que lleven la Santa Medalla, diciendo a vuestra sierva, Sor Catalina Labouré: «Cuantos llevaren esta Medalla, alcanzarán especial protección de la Madre de Dios.»

Madre mía amantísima: Vos sabéis que la llevo sobre mi pecho, que la beso con amor y que os invoco con frecuencia. Realizad, pues, en mí vuestras promesas; venid en mi auxilio, cubridme con vuestra protección, para que Jesús se apiade de mi pobre alma y merezca conseguir por vuestro medio la gracia, que pretendo con este triduo a vuestra Santa Medalla.

Oh María, sin pecado concebida; rogad por nosotros que recurrimos a Vos.

Rezar las oraciones del día que corresponda:

 

DÍA PRIMERO
Nombre de María

Rezar la oración preparatoria de todos los días.

Entre los recuerdos que la Santísima Virgen ha querido dejarnos en la Medalla Milagrosa, uno de los más singulares es el de su dulcísimo nombre, consignado en la jaculatoria que rodea su sagrada imagen.

Nombre excelso, nombre grande, nombre ilustre y singular, que encierra en sí todas las virtudes con que Dios adornó a María, nombre que calma las aspiraciones de toda la tierra, nombre que anuncia la felicidad a los mortales, nombre que pronuncian con entusiasmo los Angeles, que regocija a la corte celestial; nombre de quien podemos decir con San Bernardo que no es un nombre vacío de significación, como el de los héroes del mundo, sino que encierra en sí la más positiva grandeza. Nombre dulcísimo, que suaviza los males del hombre y es el apoyo más sólido de sus esperanzas, la prenda mas segura de su porvenir.

¡Oh María! Cuál seréis Vos misma, si solo vuestro nombre es tan amable y tan gracioso? ¡Oh Santísima Virgen María!, exclama San Bernardo, vuestro nombre es tan dulce y amable, que no puede pronunciarse sin que deje inflamado de amor y favorecido al que lo nombra. Nombre augusto de María, tu serás para mi alma la escala bendita que la conducirá al reino de los Cielos.

Aquí expondrá cada uno a la Virgen la gracia que desee conseguir en este Triduo, rezando después tres Avemarías precedidas de la jaculatoria: ¡Oh María, sin pecado concebida; rogad por nosotros que recurrimos a Vos!

ORACIÓN DE SAN ATANASIO

Acoge, oh Santísima Virgen, nuestras súplicas y acuérdate de nosotros. Dispénsanos los dones de tus riquezas. El Arcángel te saluda llena de gracia. Todas las naciones te llaman bienaventurada, todas las jerarquías del Cielo te bendicen, y nosotros, que pertenecemos a la jerarquía terrestre, decimos también: Dios te salve, oh llena de gracia, el Señor es contigo, ruega por nosotros, oh Madre de Dios, nuestra Señora y nuestra Reina. Amén.

 

DÍA SEGUNDO
Concepción de María

Rezar la oración preparatoria de todos los días.

Después del nombre de María, aparece en la Medalla Milagrosa el misterio de su purísima Concepción, el más glorioso privilegio de cuantos le concedió la Augustísima Trinidad.

Esta Medalla nos recuerda constantemente sus triunfos sobre la infernal serpiente, hollando con el mayor denuedo la orgullosa cabeza de Lucifer y rompiendo las duras cadenas con que estaban aprisionados los hijos de Adán.

Por lo mismo, la Medalla Milagrosa, al confesar el misterio de la Concepción Inmaculada de María, nos predica que la Santísima Virgen es la corredentora del universo, la tesorera de los dones del Altísimo, la fiadora entre Dios y los hombres, la que realizó del modo más singular la paz y reconciliación del género humano.

Ya no podemos extrañar que la Santísima Virgen al ser invocada con una oración que tan alto predica sus grandezas, haya querido vincular en ella toda suerte de favores. Recordemos, una vez mas, sus palabras: «Cuantos piadosamente llevaren esta Medalla y devotamente rezaren esta oración: ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros que recurrimos a Vos!, alcanzarán particular protección de la Madre de Dios. Repitamos, pues, sin cesar, esa hermosa jaculatoria. Sea ella el suave y delicioso alimento de nuestras almas. Resuene en todos nuestros peligros, en nuestras angustias, en nuestras alegrías, y sobre todo en la hora de nuestra muerte: ¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos!. Así sea.

Petición, como el día primero

ORACIÓN DE SAN ANDRÉS

¡Oh María!, si pongo mi confianza en Ti, seré salvo; si me hallare bajo tu protección, nada he de temer, porque ser tu devoto es tener armas seguras de salvación, que Dios concede a los que quiere salvar.

¡Oh Madre de misericordia!, intercede por nosotros y en la hora de nuestra muerte recíbenos en tus brazos y presenta nuestras almas a tu divino hijo, Jesús, y esto será bastante para que El nos mire con amor y nos reciba en su reino. Amén.

 

DÍA TERCERO
Protección de María

Rezar la oración preparatoria de todos los días.

La Medalla Milagrosa, al confesar el misterio de la Concepción Inmaculada de María, garantiza a la vez el auxilio divino a cuantos la llevan puesta. La Santísima Virgen, dice San Bernardino, es muy cortés y agradecida, tanto que no le permite su corazón que el hombre la salude sin devolver el saludo de una manera inefable.

Esta súplica: «Rogad por nosotros, que recurrimos a Vos» ha venido a ser fuente sagrada de vida, de gracia y de santidad; remedio de todas las enfermedades, consuelo de los afligidos y dulce esperanza de los pecadores.

Acudamos, pues, a María, en todas nuestras necesidades de alma y de cuerpo. Invoquémosla y digamos con frecuencia: «¡Oh María, sin pecado concebida, rogad por nosotros, que recurrimos a Vos!», y esta oración tan grata a la madre de Dios, será suficiente para aliviarnos y socorrernos. Si la enfermedad viene a visitarnos, ella nos curará, si la salud nos conviene, y de no convenimos nos concederá la gracia de soportar el dolor con cristiana resignación. Si el desaliento quiere apoderarse de nosotros y la tristeza sumergirnos en un mar de desolación, repitamos la jaculatoria de la Medalla, y la Virgen nos consolará, porque es Madre de los afligidos, alivio de nuestros males y eficaz remedio para todos los sufrimientos del humano corazón. Con el apoyo de María viviremos confiados lejos de la culpa y nuestra muerte será preciosa a los ojos del Señor. Así sea.

Petición, como el día primero.

ORACIÓN DE SAN GERMÁN

¡Oh mi única señora y único consuelo de mi corazón! Ya que eres el celestial rocío que refrigera mis penas; Tú que eres la luz de mi alma cuando se halla rodeada de tinieblas; Tú que eres mi fortaleza en las debilidades, mi tesoro en la pobreza y la esperanza de mi salud, oye mis humildes ruegos y compadécete de mí, como corresponde a la Madre de un Dios, que ama tanto a los hombres. Concédeme la gracia de gozar contigo en el Cielo, de vivir contigo en el Paraíso. Yo sé que siendo Tú la Madre de Dios, si quieres, puedes alcanzarme esta gracia; así lo espero de tu misericordia. Amén.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
A Nuestra Señora de Villaviciosa DEVOCIONES Y ORACIONES

Triduo en honor a Nuestra Señora de Villaviciosa

ORACIÓN PREPARATORIA
¡Oh santísima Virgen de Villaviciosa, Madre de Dios y Madre nuestra! A Vos acudimos, llenos de confianza y de fervor, para bendecir vuestro santo nombre, que aprendimos a pronunciar en el regazo de nuestras madres; para alabar vuestros singulares y altísimos privilegios, que os hacen bendita entre todas las mujeres; y para daros gracias por los muchos beneficios, que hemos recibido de vuestra poderosa y maternal mano, esperando alcanzar lo que de todo corazón os pedimos en este triduo, si es para mayor gloria de Dios, provecho nuestro y salvación de nuestras almas. Así sea.

(A continuación se rezan cinco “Ave Marías” en reverencia de las cinco letras, con que se compone el dulce nombre de María. Seguidamente se pide la gracia, que se desee obtener y por Ultimo se dice la Oración final).

Ver la historia en Nuestra Señora de Villaviciosa, España ( 4 de septiembre)

 

ORACIÓN PARA EL PRIMER DIA
¡0h misericordiosísima Virgen Maria, Madre y Protectora nuestra! Vos que habéis sido auxilio en todas las necesidades, que llenaron de angustia el corazón de nuestros padres, a quienes favorecisteis con vuestra sagrada imagen de Villaviciosa, no desamparéis ahora a sus hijos, que con tanto fervor os llaman. Oíd los ruegos que os presentamos y rogad a vuestro Santísimo Hijo que nos favorezca en esta vida mortal, librándonos de todos sus peligros y abriéndonos los tesoros de su santa gracia. No nos abandonéis, Señora nuestra, en los caminos difíciles de este mundo, encaminando nuestros pasos por la senda de la bienaventuranza eterna. Así sea.

 

ORACIÓN PARA EL DIA SEGUNDO
¡Oh benignísima Virgen Maria, Reina y Señora Nuestra! Vos que sois Madre de misericordia en medio de los trabajos y tribulaciones de esta vida, os rogamos que seáis también consuelo y esperanza nuestra en la hora suprema de la muerte. Vos, señora, que con el titulo de Villaviciosa, sellasteis los labios de nuestros padres en su Ultima hora, siendo vuestro nombre alivio de su agonía, os suplicamos, Madre nuestra, que lo mismo que queremos estar a vuestro lado en esta vida, alabando vuestro nombre, así mismo estéis Vos a nuestro lado en la hora de nuestra muerte, amparándonos con el manto de vuestra maternal misericordia. Así sea.

 

ORACIÓN PARA EL DIA TERCERO
¡Oh amorosísima Virgen Maria, Abogada y Protectora nuestra! Vos que sois Madre de bondad en nuestra vida y Madre de esperanza en nuestra muerte, os suplicamos que vengáis en nuestro auxilio en el día terrible del juicio eterno. Vos, Señora, a quien con el dulce nombre de Villaviciosa os alaban en el Cielo los bienaventurados que en la Tierra con este nombre os invocaron, os suplicamos nos llevéis de vuestra mano al juicio de vuestro Divino Hijo para que oigamos de sus labios palabras de perdón y misericordia. Así sea.

 

ORACIÓN FINAL
¡Oh soberana Virgen Maria, Madre amorosa y compasiva de los hombres! Vos, Señora, que habéis sido, de generación en generación, consuelo y auxilio de nuestros padres, que con tanto fervor os alabaron, no desamparéis hoy a sus hijos, que con el mismo fervor os veneran. Oíd, Madre nuestra, los ruegos de nuestras almas y haced que consigamos las gracias, que os pedimos, si es para mayor gloria de Dios, honor vuestro y bien de nuestras almas. Así sea.

Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis:


Categories
A la Virgen de Fátima DEVOCIONES Y ORACIONES

Triduo para pedir Gracias a la Virgen de Fátima

Esta es una oración para pedir alguna gracia a la Virgen de Fátima que se recita durante 3 días.

Por la señal…
Señor mío Jesucristo…
Rezar la oración del día que corresponda:


ORACIÓN INICIAL

Altísimo Dios de todo lo creado, en quien creo, espero, y amo sobre todas las cosas, y a quien me pesa con gran dolor de haber ofendido. Te ofrezco Señor, por medio del Corazón Inmaculado de Maria todas las obras y sufrimientos de este día y de todos los días de mi vida, para reparar por mis propios pecados y por la conversión de los pecadores.
Te ruego Virgen Santísima de Fátima, me ayudes en los momentos difíciles de la tentación y en la hora de mi muerte, para que goce contigo las delicias del Cielo. Amén.


DÍA PRIMERO

Virgen del Rosario, que aparecisteis en Fátima en 1917 a tres inocentes niños: Lucía, Francisco y Jacinta. Bajasteis del cielo para anunciar a los hombres que Dios está muy ofendido. Tú como Madre Amorosa, nos avisas del grande castigo que merecemos si no dejamos de pecar. ¡Virgen Santísima de Fátima! Ayúdanos a llevar una vida santa, y si tenemos la desgracia de pecar, vayamos con decisión al Sacramento de la Confesión.

Avemaría, Gloria y la oración final de todos los días.


DÍA SEGUNDO

¡Dulce Madre! Virgen Blanca e Inmaculada, que enseñaste en Fátima a tres niños el infierno, no para asustarles sino para avisar de que el infierno existe y que no es un mito, y se dispongan los hombres a enmendar sus vidas haciendo oración y penitencia. El demonio vomita veneno por el mundo con la corrupción de costumbres para que las almas se pierdan por una eternidad. ¡Virgen Poderosa! Enciérranos en tu Corazón de Madre y condúcenos por el camino de la salvación. Amén.

Avemaría, Gloria y la oración final de todos los días.


DÍA TERCERO

¡Virgen de Fátima! Mensajera de amor y paz. Blanca como tu pureza. Perpetua virginidad.
Como hijos que te amamos, queremos reparar las ofensas que hieren tu Inmaculado Corazón con una Salve…
Nos comprometemos a rezar todos los días el Santo Rosario, porque sabemos Madre Bendita que es tu deseo. Confiamos Madre de Dios y Madre nuestra, en tu poderosa intercesión.

Avemaría, Gloria y la oración final de todos los días.


ORACIÓN FINAL

¡Virgen de Fátima! Si es la voluntad de tu Divino Hijo, concédeme la gracia que te pido en este Triduo…

(PEDIR LA GRACIA AQUÍ)

¡Ayúdanos Madre! a vivir siempre en la fe, esperanza y caridad!

IR ARRIBA


Entre su email para recibir nuestra Newsletter Semanal en modo seguro, es un servicio gratis: