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Gracias a la MADRE TERESA se Convirtió en el Primer Sacerdote Católico de Bután

Este es el testimonio de un empresario budista convertido al catolicismo:  

“No sé si soy un sacerdote, le pido a Dios una señal. Esa misma tarde en un avión conocí a la Madre Teresa”.

FR.KINLEY
Padre Kinley Tshering sj

De empresario de origen budista a primer sacerdote católico de Bután, un pequeño país de 750.000 habitantes (1.000 católicos) en la cordillera del Himalaya, gracias a la Beata Madre Teresa de Calcuta. 

Bután es un país sin salida al mar en el sur de Asia situado entre China e India, tiene una población que es dos tercios budista y un tercio hindú.

Esta es la increíble historia del padre Kinley Tshering sj, escrito en primera persona.

El Padre Kinley Tshering es el actual provincial de Darjeeling, en la India.

madre teresa con Kinley Tshering

 

CONVERTIDO EN SECRETO

Se convirtió al catolicismo cuando tenía 15 años, “recibiendo los sacramentos en secreto”, debido a las leyes de Bután que negaban la libertad religiosa, el P. Kinley comenzó a seguir a la Iglesia Católica abiertamente cuando,

“el cuarto rey de Bután nos dio una constitución democrática y el derecho a practicar cualquier religión.”

Se convirtió al catolicismo en 1974 cuando era un escolar en la Escuela de San José, North Point, Darjeeling, uno de los mejores internados en la India.

Después de sus estudios en Darjeeling, fue a St. Joseph College de Bangalore, y luego a St. Xavier College, en Mumbai, para su graduación.

Y volvió a Bangalore para completar su Diploma de Postgrado en Gestión (PGDM), en el Instituto Indio de Gestión.

Arzobispo de India reunido con un pequeño grupo de catolicos en butan
Arzobispo de India reunido con un pequeño grupo de catolicos en Butan

 

DESEO DEL SACERDOCIO 

Después de graduarse en la India y obtener una maestría en Marketing, el P. Kinley comenzó a ocuparse de una franquicia de Parle, la mayor empresa india de galletas y bebidas. Sin embargo,

“a partir de 1974 sentí una inquietud dentro de mí, yo siempre había querido consagrar mi vida a Cristo como sacerdote. 

Pero mis estudios profesionales, las presiones de la familia y mi estilo de vida no estaban ayudando a que tomara una decisión final. 

Los muchos sacerdotes que han sido mis padres espirituales siempre me habían animado a esperar, y uno de ellos incluso sugirió que me casara, porque yo era uno de los pocos católicos de Bután, para que la Iglesia pudiera crecer allí”.

Bhutan’s capital city has seen a great deal of development and expansion since the country opened up to the outside world in 1975. Increased migration from rural areas has also seen a rise in the urban population. Thimphu Bhutan. (move this one up)
Capital de Bután, Thimphu

 

“DIOS DAME UNA SEÑAL”: Y APARECE LA MADRE TERESA

Pero el P. Kinley quería ser sacerdote,

comencé a orar a Dios para que me diera una señal. Le recuerdo diciendo: ‘Tienes que darme una señal como esa [dada] a Teresa del Niño Jesús, al ver la nieve en el verano, pero lo suficiente para que yo no lo dude’”.

Y cuenta su encuentro con la Madre Teresa de Calcuta:

Fue en 1986 y yo regresaba de Hyderabad después de asistir a una conferencia Embotelladores. Yo había terminado mi MBA por el Instituto Indio de Gestión en Bangalore, y tenía al cuidado una franquicia Parle en Bután durante los últimos tres años”.

En un domingo por la mañana cuando la Campana de la iglesia tocó en Hyderabad, fui a misa cerca del hotel. Oré por una señal.

Esa noche, en un vuelo de la noche a Calcuta, yo estaba deseando conocer una novia, pero el avión se retrasó debido a la llegada de un pasajero VIP.

Yo estaba un poco molesto, pero mi estado de ánimo cambió al instante cuando vi entrar a la Madre Teresa y se sentó a mi lado en el pasillo interior”.

madre teresa de calcuta rezando fondo

La Madre Teresa inicia la conversación:

“Mi corazón latía con fuerza, y contuve la respiración. El avión despegó, y la madre ni siquiera me dijo una palabra.

Ella estaba profunda en oración, y después de lo que pareció una eternidad, se volvió hacia mí y me preguntó de dónde era.

Le dije de Darjeeling y ella estaba encantada y me contó sus días con las Hermanas de Loreto allí.

Mi corazón latía con fuerza y respiraba con dificultad (…). Se llenó de curiosidad cuando le dije que venía de Bután y era católico

Le expliqué que yo era un converso, y en poco tiempo con ella supo la angustia de mi corazón: mi deseo de ser sacerdote, pero todas las tentaciones que tenía

Me tomó la mano y me dijo: ‘Yo no le he dicho esto a mucha gente, pero te lo digo a ti: tú tienes una vocación, se generoso con Dios, y él será generoso contigo’

Mis ojos se llenaron de lágrimas y lloré todo el camino hasta Calcuta, lleno de alegría. 

Le había pedido a Dios un milagro para afirmar mi vocación y el Señor me había enviado un ángel, como [ocurrió] a la Virgen María. 

No tenía nada más que decir ‘aquí estoy, soy el siervo del Señor, hágase en mí según tu palabra’”.

Unos meses más tarde entró en el noviciado de los jesuitas en el Monte Carmelo de Kurseong.

mercado de butan
Mercado de Bután

 

LA MADRE BUDISTA 

Cuando fue entró en el Seminario el P. Kinley fue acompañado por su “querida madre”, de gran fe budista:

su gran amor por mí le hizo olvidar la paradoja y la ironía del momento. 

Una madre budista que permite que su hijo se convierta en sacerdote católico. Era impensable en el momento.

Ella tragó todas sus lágrimas, y me dejó con valentía. (…) [Pero] mi paz duró poco. 

Esa noche mi madre se acercó y me pidió ir a casa y olvidar esta locura. 

Le pedí que me diera dos semanas para la primera prueba, [diciendo que] si no me gustaba lo que estaba haciendo ella lo sabría y volvería a casa”.

Tashichoedzong Bhutan Sede del Gobierno
Tashichoedzong, sede del Gobierno de Bután

 

LA ORDENACIÓN

Después de dos semanas, al ver que su hijo era feliz, la madre le dijo a Kinley:

“Sé un buen monje y nunca vuelvas atrás en tu decisión”. 

“Nueve años después – continúa el sacerdote – ella vio mi ordenación, y estaba radiante de alegría, mientras mis hermanas lloraban. 

Recuerdo lo que dijo a las personas presentes en la ordenación: ‘Hace nueve años que terminé de verter todas mis lágrimas, y ahora me alegro por mi hijo, él va a servir a la humanidad’. 

Mi padre, un devoto budista, no fue a mi ordenación, pero respetó mi decisión”.

monasterio de butan
Monasterio Busdista en Bután

 

“YO SIEMPRE HE REZADO POR TI” 

En 1995, después de su ordenación, el Padre Kinley fue a Calcuta para agradecer a la Madre Teresa.

“Lo primero que me dijo fue: ‘durante los últimos diez años he rezado por ti’”. 

Kinley hoy es el primer sacerdote católico de Bután y da las gracias también a su madre por esto:

“Mi madre no es una teóloga, pero me doy cuenta de que lo que me enseñaron cuando era un niño eran los valores cristianos que guardé cuando adulto. 

Una madre budista ha ayudado a un sacerdote jesuita a estar orgulloso de su vocación, en humilde servicio a los pobres, sin olvidar nunca que la vida pasa y no es eterna”.

Fuentes:

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¿Cuál es el SECRETO de esta Parroquia que ha da tantas Vocaciones Sacerdotales?…

NOTICIA DE ÚLTIMO MOMENTO

En Naperville hay un boom de vocaciones sacerdotales.

ordenacion de sacerdotes naperville

Dicen que hay crisis de vocaciones sacerdotales y a la vida religiosa sin embargo en la capilla de San Pedro y San Pablo en Naperville Illinois todo lo contrario.

Según Wikipedia, Naperville es una ciudad ubicada en el condado de DuPage en el estado estadounidense de Illinois. En el Censo de 2010 tenía una población de 141.853 habitantes.

Esta iglesia de la que hablamos da servicio a 4400 familias y tiene una extraordinaria cantidad de vocaciones sacerdotales: muchos sacerdotes ordenados y seminaristas y vocaciones a la vida religiosa de hombres y mujeres, mucho más alto que cualquier otra.

¿Cuál es el secreto?

La parroquia está orientada hacia un enfoque en la Eucaristía hay un adoración perpetua las 24 horas.

La capilla se inició hace 12 años con el criterio que la gente sea libre para encontrar a Jesús íntimamente.

Además la parroquia ora constantemente en apoyo de los sacerdotes seminaristas y sus vocaciones, con novenas y otras oraciones masivas.

Es un remanso de silencio y encuentro donde la gente puede calmarse a sí mismo en presencia de Dios y escuchar la llamada de Dios.

La capilla está disponible 24 horas 7 días de la semana con la exposición del santísimo y requiere que en cada momento haya una persona disponible Incluso en medio de la noche.

El párroco padre Tomás Milota (desde hace 9 años) dijo que no tienen problemas para cubrir las horas de exposición, incluso en la noche hay varios adoradores simultáneamente.

Otra cosa que puede marcar la diferencia es una celebración muy reverente la Eucaristía, una gran procesión de Corpus Christi y el coro de niños que canta la misa.

Se considera que San Pedro y San Pablo es una parroquia tradicionalista con una enseñanza ortodoxa y reverencia en la adoración.

A pesar de poco tamaño de la población tiene tres misas diarias y 11 misas entre sábado por la tarde y domingo, incluyendo una misa tradicional en latín

El miércoles de ceniza por ejemplo hubo 6 misas y horarios de confesión entre las 8 de la mañana y 8 de la noche.

Hay tres sacerdotes residentes en la parroquia y tiene la asistencia de siete diáconos permanentes.

La parroquia además y de muchos grupos actuando grupos Pro-vida, Caballeros de Colón, Legión de María.

Y tiene un Coro de Funerales de voluntarios que cantan en los funerales

Puedes encontrar más información leyendo la nota completa aquí:

http://aleteia.org/2016/02/19/shortage-of-priestly-vocations-not-at-this-midwestern-parish/

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Catolicismo NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Sacerdotes Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

Dos pueblos de apenas 2100 habitantes han suscitado más de 120 sacerdotes y monjas

¿Crisis de vocaciones?
En los últimos años, dos pueblos de Michigan, EE.UU., Fowler y Westphalia, de un poco más de dos mil personas en total, han suscitado 44 sacerdotes y 80 monjas. «Si las familias están abiertas a la llamada de Dios es normal que muchos entren en el seminario»

 

sacerdotes gemelos em michigan

 

Esta noticia ha salido a luz porque esta semana dos gemelos, Tom y Gary Koenigsknecht, de 26 años, de Fowler, fueron ordenados sacerdotes católicos. 

Ambos hermanos crecieron en Fowler, un pequeño pueblo de 1224 almas en Michigan, dividiendo su tiempo entre la escuela y las vacas de ordeño en la granja familiar.

Pero no sorprendió a nadie, sólo en su familia ya hay otros cuatro sacerdotes en el pueblo, pero en los últimos años se ha ordenado 22.

Tom y Gary han permitido a su aldea igualar el marcador del pueblo vecino, Westphalia, de sólo 938 habitantes a ocho millas de distancia, donde en los últimos años han sido ordenados 22 sacerdotes.

¿POR QUÉ ESTA SUCEDIENDO ESTE FENÓMENO?

Quizás porque en la parroquia de Tom y Gary oran una hora cada semana por las vocaciones, o tal vez porque cada año el pueblo contribuye a la formación de los novicios con 10.000 dólares de recaudación de fondos o de repente porque la vocación al sacerdocio ‘está en aire’, bromea en el New York Times el padre Todd, sobre el hecho de que los jóvenes de Fowler (y Westfalia) están revirtiendo lo que sucede en el mundo.

«Parece que la cultura no hace aquí un gran esfuerzo para echar raíces», dice Vernon Thelen, el equivalente al alcalde de Fowler.

«Y cuando digo la cultura, me refiero a la mala cultura a la televisión y a algunas comedias transmiten.» 

Los gemelos Koenigsknecht crecieron sin televisión, jugando fuera de casa y rezando el rosario todas las noches en familia.

Pero incluso en el vecino Westfalia no son menos. Cuando el padre Mathias Thelen preguntó hace dos semanas si alguien estaba considerando la vida consagrada «sobre 43 estudiantes, una docena de chicos y chicas levantaron la mano».

Por supuesto, muchos padres respiran hondo cuando sus hijos anuncian que van a tomar este camino, explica el padre Mathias. Pero no todos: «Los niños no son nuestros, porque no los guardamos para nosotros», dice Agnes Koenigsknecht, agricultora, madre de los gemelos y de otros ocho hijos. «¿Cómo podrían mantenerse aquí?».

«Estos dos pueblos no sólo han invertido para muchas vocaciones masculinas, en los últimos diez años, de hecho han salido de Westfalia 37 monjas y de Fowler 43. Pronto esta última cifra se actualizará porque Marita Wohlfert emitió los primeros votos el año pasado y entrará en la Orden Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará».

Quinto de nueve hermanos, su padre Jerry hizo cuatro años de seminario antes de darse cuenta de que no era la vida que le convenía, salió y se casó.

«Si las familias están abiertas a la llamada de Dios» dice, «es normal que muchos entren en el seminario.»

Fuentes: Tempi, Signos de estos Tiempos

 

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Catolicismo NOTICIAS Noticias 2014 - enero - julio Papa Signos de estos Tiempos SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos extraordinarios de la Iglesia

La historia de la vocación sacerdotal de Jorge Mario Bergoglio

Como se convirtió en cura.

 

El futuro Papa tenía 16 años y estaba enamorado. Era 1953 y había conocido a una chica que esperaba estaría de acuerdo en ser su esposa. El día 21 de septiembre él estaba pensando en pedirle a su novia que se casara con él en un almuerzo al aire libre que su escuela llevaba a cabo cada año. Caminando hacia el evento, pasó frente a su iglesia local y se sintió obligado a entrar para una visita. 

 

familia-bergoglio

 

Al entrar en la iglesia, Jorge se dio cuenta de un sacerdote que nunca había visto antes. Era el padre Duarte, un clérigo que estaba muy enfermo y se acercaba poco a poco a la muerte, pero del que emanaba una santidad contagiosa. Él le pidio que escuchara su confesión. Sería un momento en que su vida cambió para siempre. 

Mientras hablaba el P. Duarte su alma se llenó de un anhelo de ofrecer su vida a la Iglesia. Él renunciaría a su novia y le daría todo su amor a la Iglesia.

En el libro-entrevista del 2010 con Sergio Rubin, el entonces cardenal Bergoglio reflexionó:

«En esa confesión, me pasó algo muy raro… Fue una sorpresa, el asombro de un encuentro. Me di cuenta que Dios me estaba esperando».

Al principio él escondió su vocación al sacerdocio, le dijo a su madre que quería estudiar medicina. Impresionada de que su hijo tuviera tales ambiciones nobles ella  limpió el altillo y lo transformó en su estudio. En lugar de bailar el tango o jugar al fútbol, ??que eran dos de sus aficiones favoritas, usó su tiempo para largas horas de estudio – pero no de medicina: estaba leyendo libros de teología.

Su madre se sorprendió cuando fue a poner en orden el altillo y no encontró libros de medicina. Extremadamente agitada, ella se enfrentó a su hijo. Su respuesta ya tuvo una pizca de las habilidades retóricas de los jesuitas, que más tarde desarrolló plenamente: «Estoy estudiando medicina, pero medicina del alma», dijo.

Como comenzó su vida en el seminario a finales de 1950, estaba seguro de su elección. Pero esa certeza fue cuestionada cuando conoció a una joven deslumbrante en una boda familiar. Al regresar al seminario, los pensamientos de la joven interrumpieron sus oraciones.

«No pude orar durante la semana siguiente, porque cuando iba a orar, la chica aparecía en mi mente», dijo más tarde.

Fue una lucha para decidir entre la búsqueda de la joven y la permanencia en el seminario.

Pero él volvió a su compromiso y fue ordenado el 13 de diciembre de 1969, sólo cuatro días antes de cumplir los 33 años.

Durante sus primeros años como jesuita, el P. Jorge creció en popularidad y sus superiores lo consideraron como su chico de oro. En 1973, pocos meses después de haber hecho sus votos perpetuos, fue nombrado superior provincial, líder de los jesuitas en Argentina.

Una enorme responsabilidad recaía sobre los hombros de alguien tan joven y que sería puesto a prueba, no sólo a causa de la guerra sucia que duró desde 1976 hasta 1983, sino también porque la orden de los jesuitas estaba dividida en dos bloques: liberales y conservadores. Lo que estaba sucediendo dentro de la Compañía de Jesús en la década de 1970 ha llegado a caracterizar a la Iglesia en todo el mundo. El P. Bergoglio tuvo que contener a las dos caras de la orden jesuíta.

Fuentes: The Catholic Herald, Signos de estos Tiempos

 

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Catolicismo NOTICIAS Noticias 2013 septiembre - diciembre Religiosos Sacerdotes SIGNOS DE ESTOS TIEMPOS Signos de estos Tiempos Signos extraordinarios de la Iglesia

La lógica del mercado afecta la vida religiosa de la Iglesia Católica

Más de 3 mil religiosos y monjas dejan la vida consagrada cada año.

 

El arzobispo Rodríguez Corballo, secretario del dicasterio vaticano responsable de los religiosos informó durante un congreso que más de 3.000 religiosos y religiosas han abandonan cada año la vida consagrada.

 

Francesco Joao Braz de Aviz  y Jose Rodriguez Carballo con Francisco

 

En un artículo en L’Osservatore Romano, el prelado hace una interesante reflexión e interpretación de las cifras, sus motivos y las cosecuencias. Muy útil para quienes quieran comprender lo que sucede con las vocaciones religiosas. Publicamos el texto íntegro.

El dicasterio, dijo el franciscano en un texto publicado esta semana por “L’Osservatore Romano” (titulado “¿Crisis de las vocaciones religiosas? Es culpa del «zapping»”), ha dado 11.805 dispensas en 5 años: indultos para dejar el instituto, decretos de renuncia, secularizaciones “ad experimentum”…

Se trata de un promedio anual de 2.361 dispensas. La Congregación para el Clero, en el mismo periodo, ha dado 1.188 dispensas de las obligaciones sacerdotales y 130 de las obligaciones del diaconato. Todos son religiosos, por lo que, al año, representan un promedio de 376,6. Sumando estos datos con los antes citados, surge que en 5 años han abandonado la vida religiosa 13.123 religiosos o religiosas, es decir 2.624,6 cada año.

Además hay que considerar todos los casos de los que se ocupa la Congregación para la Doctrina de la Fe. Según un cálculo aproximado, pero bastante seguro, se habla de más de 3.000 religiosos y religiosas que abandonan cada año la vida consagrada.

“Los números, evidentemente no son todo –dijo el secretario del dicasterio para el Clero–, pero sería ingenuo no tenerlos en cuenta”.

Rodríguez Carballo inauguró en compañía de su superior, el cardenal brasileño Joao Braz de Aviz, el encuentro titulado “Fidelidad y perseverancia vocacional en una cultura de lo provisional” en el Antonianum de Roma.

“Cuando se trata de identificar la causa o de proponer orientaciones, creo que es necesario hacer una radiografía, aunque breve y limitada, de la sociedad de la que provienen nuestros jóvenes, los jóvenes que se dirigen a nosotros, así como de las fraternidades que los acogen”, afirmó Rodríguez Carballo.

“Vivimos en un tiempo que podemos definir como el tiempo del “zapping”. “Zapping”, literalmente, quiere decir pasar de un canal a otro, gracias al control, sin detenerse en ninguno de ellos. Simbólicamente, “zapping” significa no asumir compromisos a largo plazo, pasar de un experimento a otro, sin hacer ninguna experiencia que marque la vida. En un mundo en el que todo es fácil, no hay lugar para el sacrificio ni para la renuncia u otros valores semejantes. En cambio, estos están presentes en la elección vocacional que exige, por lo tanto, ir en contra de la corriente, como la vocación a la vida consagrada”.

ARTÍCULO COMPLETO PUBLICADO EN L’OSSERVATORE ROMANO

El Arzobispo José Rodríguez Carballo, Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, hace referencia a la actual crisis de la vida religiosa y consagrada, y sus verdaderas causas.

Desde hace tiempo se habla de “crisis” en la y de la vida religiosa y consagrada. Y para justificar este diagnóstico frecuentemente se recurre al número de los abandonos, que agudiza la ya de por sí alarmante disminución de vocaciones que golpea a un gran número de institutos y que, si continúa así, pone en serio peligro la supervivencia de algunos de ellos. No entro aquí en el debate acerca del carácter positivo o no de la “crisis” de la que se habla. Es cierto, sin embargo, que, teniendo en cuenta el número de los abandonos y que la mayoría de ellos tiene lugar en edad relativamente joven, dicho fenómeno es preocupante. Por otra parte, considerando el hecho de que la hemorragia continúa y no parece detenerse, los abandonos son ciertamente síntoma de una crisis más amplia en la vida religiosa y consagrada, y la cuestionan, por lo menos en la forma concreta en que es vivida.

Por todo esto, si bien es cierto que no podemos dejarnos obsesionar por el tema – toda obsesión es negativa-, es también cierto que frente al problema no podemos “mirar para otro lado” o “esconder la cabeza”. Por otra parte, si bien es cierto, también, que son muchos los factores socioculturales que influyen en el fenómeno de los abandonos, es también cierto que no son la única causa y que no podemos referirnos sólo a ellos para tranquilizarnos y para explicar este fenómeno, hasta ver como “normal” lo que no lo es.

No es fácil conocer con precisión el número de los que abandonan cada año la vida religiosa y consagrada, también porque hay prácticas que van a la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, otras que son llevadas por la Congregación para el Clero, y otras que terminan en la Congregación para la Doctrina de la Fe. En todo caso, las cifras de las que disponemos son consistentes, como se puede ver por los datos que nos son ofrecidos por las primeras dos Congregaciones.

Nuestro dicasterio, en cinco años (2008-2012), ha dado 11.805 dispensas: indultos para dejar el instituto, decretos de dimisión, secularizaciones ad experimentum y secularizaciones para incardinarse en una diócesis. Se trata de una media anual de 2361 dispensas.

La Congregación para el Clero, en los mismos años, ha dado 1188 dispensas de las obligaciones sacerdotes y 130 dispensas de las obligaciones del diaconado. Son todos religiosos: esto da una media anual de 367,7. Sumando estos datos con los otros, tenemos lo que sigue: han dejado la vida religiosa 13.123 religiosos o religiosas, en 5 años, con una media anual de 2624,6. Esto quiere decir 2,54 cada 1000 religiosos. A estos habría que agregar todos los casos tratados por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Según un cálculo aproximado pero bastante seguro, esto quiere decir que más de 3000 religiosos o religiosas han dejado cada año la vida consagrada. En el cómputo no han sido insertados los miembros de las sociedades de vida apostólica que han abandonado su congregación, ni los de votos temporales.

Ciertamente los números no son todo, pero sería de ingenuos no tenerlos en cuenta.

Antes de indicar algunas de las causas de los abandonos, creo que es oportuno decir que es casi imposible relevar con exactitud tales causas. ¿El motivo? Es muy sencillo: no tenemos datos totalmente confiables. A veces, una cosa es lo que se escribe, otra cosa es lo que se vive. Además, en muchos casos lo que dicen los documentos, de los que se dispone al final de un procedimiento, no necesariamente coincide con la causa real de los abandonos. Sin embargo, de la documentación que posee nuestro dicasterio se pueden identificar las siguientes causas.

Ausencia de la vida espiritual – oración personal, oración comunitaria, vida sacramental ­ -, que conduce, muchas veces, a apuntar exclusivamente a las actividades de apostolado, para así poder seguir adelante o para encontrar subterfugios. Muy a menudo esta falta de vida espiritual desemboca en una profunda crisis de fe, para muchos la más profunda crisis de la vida religiosa y consagrada y de la misma vida de la Iglesia. Esto hace que los votos ya no tengan sentido – en general, antes del abandono hay graves y continuas culpas contra ellos – y ni siquiera la misma vida consagrada. En estos casos, obviamente, el abandono y la salida “normal” es más lógica.

Pérdida del sentido de pertenencia a la comunidad, al instituto y, en algunos casos, a la misma Iglesia. En el origen de muchos abandonos hay una desafección a la vida comunitaria que se manifiesta: en la crítica sistemática a los miembros de la propia comunidad o del instituto, particularmente a la autoridad, que produce una gran insatisfacción; en la escasa participación en los momentos comunitarios o en las iniciativas de la comunidad, a causa de una falta de equilibrio entre las exigencias de la vida comunitaria y las exigencias del individuo y del apostolado que lleva a cabo; en buscar fuera lo que no se encuentra en casa…

Los problemas más comunes en la vida fraterna en comunidad, según la documentación a nuestra disposición, son: problemas de relación interpersonal, incomprensiones, falta de diálogo y de auténtica comunicación, incapacidad psíquica de vivir las exigencias de vida fraterna en comunidad, incapacidad de resolver los conflictos…

En lo que respecta a la pérdida de sentido de pertenencia a la Iglesia, a veces es dada por la falta de verdadera comunión con ella y se manifiesta, entre otras cosas, en el no compartir la enseñanza de la Iglesia sobre temas específicos como el sacerdocio a las mujeres y la moral sexual.

Todo esto termina con la pérdida del sentido de pertenencia a la institución, llámese comunidad local, instituto religiosa o Iglesia, que es considerada sólo en cuanto puede servir los propios intereses: por ejemplo, la casa religiosa, muchas veces, es considerada como “hotel” o una simple “residencia”. La falta de sentido de pertenencia lleva, a menudo, también a abandonar físicamente la comunidad, sin ningún permiso.

Siempre me ha impresionado ver religiosos que abandonan la vida religiosa o consagrada con toda naturalidad, incluso después de muchos años, sin que esto suponga ningún drama. Es claro que no dejan nada, porque su corazón estaba en otra parte.

Problemas afectivos. Aquí la problemática es muy amplia: va desde el enamoramiento, que se concluye con el matrimonio, a la violación del voto de castidad, sea con repetidos actos de homosexualidad – más en los hombres, pero igualmente presente, más de lo que se piensa, entre las mujeres -, sea con relaciones heterosexuales, más o menos frecuentes. Otras veces los problemas afectivos tienen una clara repercusión en la vida fraterna en comunidad, porque conciernen al mundo de las relaciones, provocando continuos conflictos que terminan por hacer invivible la comunidad. Finalmente, los problemas afectivos pueden ser tales que se llegue a la convicción de no poder vivir la castidad y se decide, también por motivos de coherencia, abandonar la vida consagrada.

Cuando se trata de identificar las causas o de proponer orientaciones, pienso que es necesario hacer una radiografía, aunque breve y limitada, de la sociedad de la que provienen nuestros jóvenes, los jóvenes que se dirigen a nosotros, así como las fraternidades que los acogen.

Lo primero evidente a todos es que estamos en un mundo en profunda transformación. Se trata de un cambio que trae consigo el paso de la modernidad a la post-modernidad. Vivimos en un tiempo caracterizado por cambios culturales imprevisibles: nuevas culturas y sub-culturas, nuevos símbolos, nuevos estilos de vida y nuevos valores. Todo ocurre a una velocidad vertiginosa.

Las certezas y los esquemas interpretativos globales y totalizantes que caracterizaban la era moderna han dejado lugar a la complejidad, a la pluralidad, a la contraposición de modelos de vida y a comportamientos éticos que se han mezclado entre ellos de modo desordenado y contradictorio: son todas características de la era moderna.

Mientras en la modernidad existía la plausibilidad de un proyecto global, de una idea matriz, de un “norte” como faro de comportamiento, el momento actual está caracterizado por la incerteza, por la duda, por el replegarse en lo cotidiano y en lo emocional. Así se vuelve difícil distinguir aquello que es esencial de lo que es secundario y accidental.

Esto produce en muchos: desorientación frente a una realidad que se presenta de tal modo compleja que no se puede percibir; incerteza a causa de la falta de certezas sobre las cuales anclar la propia vida; inseguridad por la falta de referencias seguras. Todo se une a una gran desilusión frente a las preguntas existenciales, consideradas inútiles, ya que todo es posible y lo que hoy es, mañana deja de ser.

Nuestro tiempo es también un tiempo de mercado. Todo es medido y valorado según la utilidad y la rentabilidad, también las personas. Estas, en términos de mercado, valen lo que producen y valen en cuanto son útiles. Su valor oscila, por lo tanto, en base a la demanda. Tal concepción mercantilista de la persona llega a privilegiar el hacer, la utilidad, e incluso la apariencia sobre el ser.

Vivimos, también, en un tiempo que podemos definir el tiempo del zapping. Zapping, literalmente, quiere decir: pasar de un canal a otro, sirviéndose del control remoto, sin detenerse en ninguno. Simbólicamente, zapping significa no asumir compromisos a largo plazo, pasar de un experimento a otro, sin hacer ninguna experiencia que marque la vida. En un mundo donde todo está facilitado, no hay lugar para el sacrificio, ni para la renuncia, ni para otros valores similares. En cambios, estos están presentes en la opción vocacional que exige, por lo tanto, ir contracorriente, como es la vocación a la vida consagrada.

Finalmente, es necesario señalar también que en el mundo en que vivimos, y en estrecha conexión con lo que hemos llamado “mentalidad de mercado”, está el dominio del neo-individualismo y la cultura del subjetivismo. El individuo es la medida de todo y todo es visto, medido y valorado en función de sí mismo y de la autorrealización. En un mundo así, en el que cada uno se siente único por excelencia, frecuentemente no existe una comunicación profunda. El hombre actual habla mucho, aparentemente es un gran comunicador, pero en realidad no logra comunicar en profundidad y, en consecuencia, no lograr encontrarse con el otro.

Como conclusión de nuestra reflexión nos planteamos la pregunta: en una sociedad como la nuestra, ¿es posible permanecer fieles a una opción de vida que está llamada a ser definitiva e irrevocable?

La respuesta me parece sencilla si tenemos en cuenta a muchos consagrados que viven alegremente la fidelidad a los compromisos asumidos en su profesión. De todos modos, para prevenir los abandonos, sin la ilusión de poder evitarlos totalmente, creo necesario lo que sigue.

Que la vida consagrada y religiosa ponga en el centro una renovada experiencia del Dios uno y trino y considere esta experiencia como su estructura fundamental. Lo esencial de la vida consagrada y religiosa es quaerere Deum, buscar a Dios, vivir en Dios.

Que la opción por el Dios viviente (cfr. Juan 20, 17) no se viva en el encerrarse en un misticismo separado de todo y de todos, sino que lleve a los consagrados a participar en el dinamismo trinitario ad intra y ad extra. La participación en el dinamismo trinitario ad intra supone relación de comunión con los otros y lleva consigo el don de sí mismo a los demás. Por otra parte, vivir el dinamismo trinitario ad extra implica vivir críticamente y proféticamente en el seno de la sociedad.

Que haya una decisión clara de anteponer la calidad evangélica de vida al número de miembros o al mantenimiento de las obras.

Que en la cura pastoral de las vocaciones se presente la vida consagrada y religiosa en toda su radicalidad evangélica y se haga un discernimiento en consonancia con dichas exigencias.

Que durante la formación inicial se asegure un acompañamiento personalizado y no se hagan “descuentos” en las exigencias de una vida consagrada que sea evangélicamente significativa.

Que entre la pastoral vocacional, formación inicial y permanente, haya continuidad y coherencia.

Que durante los primeros años de profesión solemne se asegure un adecuado acompañamiento personalizado.

Un bello proverbio oriental dice: “El ojo ve sólo la arena, pero el corazón iluminado puede entrever el fin del desierto y la tierra fértil”. Miremos con el corazón. Tal vez podremos ver aquello que otros no ven.

Fuentes: L’Osservatore Romano, La Buhardilla de Jerónimo, Vatican Insider, Signos de estos Tiempos

 

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